Isla Negra 4/164 Ca s a de poesía y literatura s. -Enero 2009suscripción gratuita. Lanusei,Italia. Dirección: Gabriel Impaglione. Publicación inscripta en el Directorio Mundial de Revistas Literarias UNESCO revistai slane gr [email protected] http://isla_negra.zoomblo g.co m Gabriel Impaglione Argentina Y va la bala y la bala va y siempre va, entonces se cae, se cae se cae se cae se cae y se vuelve a caer hasta que sale la piedra, la piedra sale y sale la piedra y luego la bala viene y va la piedra y viene la bala, la bala va, junto a la piedra, y se cae, y se vuelve a caer. Movimiento contìnuo de la bala y la piedra y la muerte que va y que viene, la muerte con la bala y con la piedra. Y la tierra que mira verdugos, desterrados, y mira la tierra, sòlo puede mirar, y parir piedras y beber la sangre que cae por la piedra y la bala y la bala y la bala hasta que pueblos y balas y piedras agotando muerte se vuelvan contra los cinco generales que nunca caen, porque no caen los generales, los generales no caen, ni caen Sus Encorbatadas Señorìas que pagan y ordenan muerte y bala y bala y muerte y muerte y bala y entonces la tierra y las piedras y las balas haràn Justicia. Manuel del Cabral Repùblica Dominicana, 1907-1999 Islas de Azúcar Amarga ¿Ves aquel mar salpicado de islas? Cuando el huracán respira, ¡cómo tiemblan aquellas pequeñitas Américas! Islas: erizos de cañas, de cañas tan ciegas que... que en el filo que las hiere ponen miel. Llora diabético el árbol. ¡Como que el árbol también ya sabe que endulza el filo que habla inglés! Hoy que la Tierra en la voz ha crecido un poco más. ¡Alguien puso en las Antillas tanta miel para su mal! Juguetes de geografía con que juega el Huracán... Islas del Mar del Caribe: no parece que fue Dios quien las puso en ese Mar. 1 Hoy algo pasa en el aire. Telegramas, y algo más. (Por el aire de Manhattan se ven las islas pasar). Negrito que tiemblas triste, tú desgranas el collar de aquellas islas, tu boca lo echa al viento en un cantar. Un canto que cruza el agua, un canto que cruza el mar, y abre las puertas de carne que no están de par en par. Negrito remoto y blanco, eres la tierra tal vez, que sale a cantar su pena, su pena por ser de miel. Si con las manos que tienes sembraste un millón de cañas: ¿De dónde te sale, di, una canción tan amarga? Mira tus islas de azúcar, el mar les pone un anillo para endulzar sus espumas, pero les da cien caminos... Cien caminos. Y tus islas las echa al viento un cantar, ¡El mar les dio cien caminos amargos como su sal! Sube la tierra sus venas, sangra el árbol, y algo más... Islas de azúcar tan triste, duele más tan dulce mal. Juguetes de geografía con que juega el Huracán... Islas del Mar del Caribe: no parece que fue Dios quien la puso en ese Mar. Negrito de las Antillas que en el barrio nació ayer. Llorando vino a la vida, llorando se irá también. Negrito remoto y blanco, echa al viento tu cantar: el que desgrana el collar de aquellas islas que tienen tanta miel para su mal. Carlos Drummond de Andrade Minas Gerais, Brasil - l902-1987 Elegía 1938 Trabajas sin alegría para un mundo caduco, donde las formas y las acciones no encierran ningún ejemplo. Practicas laboriosamente los gestos universales, sientes calor y frío, falta de dinero, hambre y deseo sexual. Héroes llenan los parques de la ciudad en que te arrastras, y preconizan la virtud, la renuncia, la sangre fría, el concepto. La noche, se neblina, abren paraguas de bronce o se recogen los volúmenes de siniestras bibliotecas. Amas las noches por el poder de aniquilamiento que encierra y sabes que, durmiendo, los problemas te dispensan de morir. Mas el terrible despertar prueba la existencia de la Gran Máquina y te repones, pequeñito, en vista de indescifrables palmeras. Caminas entre muertos y con ellos conversas 2 sobre cosas del tiempo futuro y negocios del espíritu. La literatura destruyó tus mejores horas de amor. Al teléfono perdiste mucho, muchísimo tiempo de sembrar. Corazón orgulloso, tienes prisa en confesar tu derrota y aplazar para otros siglos la felicidad colectiva. Aceptas la lluvia, la guerra, el desempleo y la injusta distribución porque no puedes, solo, dinamitar la isla de Manhattan. Traducciòn Carlos Sànchez Leonel Rugama Nicaragua- 1949- 1970 Como los santos Ahora quiero hablar con ustedes o mejor dicho ahora estoy hablando con ustedes. Con vos con vos tunco carretonero con vos estoy hablando. Con vos carbonero carbonero encontilado vos vos que llevás ese cipote enganchado sobre el carretón y lo llevás sosteniendo la lata y todo encontilado. Vos amarraste una vez hace tiempo un trapo un trapo acabado de lavar todo ajado ajado y niste y que lo amarraste en uno de los brazos del carretón para secarte el sudor y la tierra y el tilde y todo revuelto y el trapo está mugroso y hasta echa un olor agrio que vos lo sentís de viaje cuando te secás la cara o el pescuezo. A vos te hablo a vos que te suben el rango de la miseria cada vez que te sale otra tira guindando del pantalón vos que sos marca mundial en el récord de los ayunos ¡qué cuarenta días! ¡y qué cuarenta noches! A vos que se te asoma curioso el calzoncillo nacido por todo lo roto del pantalón y hay gente que sale a la puerta y que se pone a reír hasta que doblás la esquina chapaleando tufo y seguís empujando y con las rodillas peladas y con el pecho consumido y desnudo. Con vos estoy hablando 3 con vos mismo sí, sí a vos te digo. Con vos también aseado chofer particular engrasado taxista camionero polvoso busero gordo soldador borracho zapatero remendón judío errante afilador de cuchillos de hachas machetes y tijeras con todos los vende sorbetes y raspados y con todos los vendedores ambulantes. Con vos también cipote vende chicles y con el otro el que vende bolis congelados y el que vende gelatinas y también con el de la bolsa de confites de coco y con el de la bolsa de leche burras y con todos los lustradores vulgares (aunque digan que más vulgar es mi madre) y también háblenle a los ciegos a los ciegos que piden limosna en las paradas y a los otros ciegos de guitarras o sin guitarras (y a los proletarios de la música) y a los tullidos de toda clase y a los tísicos del estadio y a los mudos y sordos de nacimiento. Pásenle la voz a los basucas y díganles que vengan llamen a los chivos sifilíticos y a los rateros y a los busca pleito en las cantinas en los estancos y en los putales tráiganse también a toda la mancha de vagos a todos los vagos de todos los barrios que ahorita están jugando janbol y si no desmoche aunque se quede el que tenga mico doble que se vengan todos los demás y aunque estén esperando con dos embolones. Que se vengan todos los que están bateando y los que están sirviendo que se deshagan las apuestas y que vengan y que bajen las pandillas de todos lados. Extraído de: http://www.patriagrande.net/ Luis Alberto Crespo Venezuela, 1941 Confesión Nada tengo que ver con la ceniza no soy de los suyos ni de su justicia Si uso su nombre es para ocultar que viví Me gusta sí recorrer su camino 4 que sabe adónde vamos pero no el color de su viaje no su polvo que es de corazón afuera Y amo su jardín -su flor suelta imaginariaporque queda lejos. Luis Rogelio Nogueras La Habana, Cuba- 1944-1985 Ama el cisne salvaje No intentes posar tus manos sobres su inocente cuello (hasta la más suave caricia le parecería el brutal manejo del verdugo). No intentes susurrarle tu amor o tus penas (su voz lo asustaría como un trueno en mitad de la noche). No remuevas el agua de la laguna no respires para ser tuyo tendría que morir. Confórmate con su salvaje lejanía con su ajena belleza (si vuelve la cabeza escóndete entre la hierba). No rompas el hechizo de esta tarde de verano. Trágate tu amor imposible. Ámalo libre. Ama el modo en que ignora que tú existes. Marcia Frazão Brasil Quatro primeiros dias de ser e tempo velados. Caminhos que não levam a nenhuma parte - exceto ao passado -. O futuro incerto de certo não tem nada. O tempo. O ser. Dois garotos levados, transviados pervertidos inesperados. Queimados de sol encharcados de chuva me esperam na esquina que dobra numa curva, desvia numa encruzilhada, não entra à direita e segue em reta - a perder de vista -. Quatro dias primeiros de um namoro tumultuado que começa as time goes by. Miltos Sajturis 5 Grecia La cabeza del poeta Corté mi cabeza la puse en un plato y la llevé a mi médico -No tiene nada, me dijo está simplemente afiebrada arrójela al río y veremos la arrojé al río junto a las ranas entonces se movió cielo y tierra comenzó unos cantos extraños a crujir y aullar terriblemente la recogí y volví a ponerla en mi cuello vagaba enajenado por las calles con una cabeza de poeta verde y hexagonal Transcripción de Poesía Griega Moderna- Selección y traducción directa del griego: Horacio Castillo, Buenos Aires, Editorial Vinciguerra, 1997.envio patricia damiano Graça Pires Portugal, 1946 Memórias de Dulcineia X De tão longe me tocaste. Ou foi a tua sombra que dançou na minha sombra? Podia ser de júbilo a linha do teu rosto quando soletraste a rebeldia dos sonhos e te fizeste errante. Agora o sonho é também o meu exílio. E muito mais me perturba o luto do olhar do que a boca ferida de silêncio. Pablo Mora Venezuela Empezamos Empezamos midiendo con la mano el patio, el cielo de la antigua escuela; ahora solamente sopesamos el llanto de la muerte en pie de guerra. Cuando niños jugamos al castillo, los sueños se mecían en las sienes, diciembre —lumbre en colosal niñura—, algo mejor para el mañana ignoto. De nuevo niños —el reloj del tiempo—. ¡Que nunca se nos nuble el horizonte! ¡Que nunca más la nieve se enrojezca! Ante el niño fundido en la trinchera: ¡Menos fuerza, Señor, para la guerra y más valor para fraguar la paz! 6 Andrè Cruchaga El Salvador Ojos que ven al mundo Ojos que ven al mundo. Ventanas efímeras. Ojos del cuerpo y sin embargo, ciegos, cerrados Como esa puerta de la soledad y el olvido. Un día los hirió el ámbito de la luz —el tiempo Caído del calendario, los paraguas del árbol, La forma deshojándose del anhelo, el tallo del aire En una noche sin espejos: —ojos ciegos al fin Sin la eternidad de los pájaros en el paisaje. Ojos ciegos en el arco de los sueños, tendidos Sobre la fuga de las puertas: el horizonte En la demencia intangible del alma. —Ojos ciegos En esta conciencia confusa de barcos y pabilos. El espejismo es un jardín sin agendas, pedazos De insólita insurgencia, insólito papel en pequeños Huecos donde el miedo o la nostalgia vacilan. —Ojos ciegos como el agua oscura de las sombras, El café copado por el instinto de la sangre, Ojos inservibles pudriéndose en la puerta Y sin embargo húmedos en el sótano de su concavidad. Cerrados han sido por la boca del sueño, ciegos Ríos goteando su aliento, calles donde aletea La tortura y el tul de la espina seca y la nube De ceniza en la mesa. —La mirada no mira el horizonte: Estación acaso irreal, disuelta oscuridad asediada Por el cuerpo que no cesa en su árbol de olvido. —Ojos que ven a este mundo en decadencia E iracundia —respira la cripta en su punzón De cemento y piedra, respira la boca sagaz, Gime la infancia ante la perpetua beligerancia, Nos sacude la pólvora con su rugosa pulsión: —¿hasta cuándo seremos muerte perpetua: Voluntad gratificante del semen de otros, ciegos Hombres amaestrados con panes de nitroglicerina? ¿Qué horror vivo baña el sueño, sádico, amaestrado Espejo de un fuego de víctimas y raleados poros? —ojos ciegos, —los míos, tuyos— en esta caverna De fin de año donde la pólvora se extiende En los manuscritos de la sangre. Altar De muertos en los episodios del estiércol. Las manos siguen cerradas frente a las ramas Del dolor: —ojos sin cuerpo, en una cárcel sin párpados; Sólo existe el espanto y el reflejo caníbal De los cuchillos en su diluvio de pálpitos castrantes. —Ojos huérfanos en cuerpos fantasmas. Ojos Sin lágrimas de tanta lágrima derramada en ese hostal De la saliva donde la transparencia junto al sueño Se hacen invisibles. El nuevo año nos trae ventanas Con gusanos y persianas de otra gran noche gimiente. —Ojos ciegos, intransitivos, —sin jabón— En la conciencia. Irascible futuro abriendo su hocico Como un felino oficiante de la carroña. —Y ya no digo más, porque el tiempo que nos viene, Es la noche misma con sus múltiples cicatrices. Ojos que ven al mundo. Ventanas efímeras. —ojos en el abismo del fuego que los perfora: 7 Ojos ciegos… Barataria, 30.XII.2008 José María Pallaoro Argentina Los pájaros de la vida Sólo algunas estrellas guían a la pequeña pasajera que dentro de un soplo besará al hombre en la playa encendida para que los pájaros de la vida canten canten junto a tu pensamiento que canta Galel Càrdenas Honduras Patria insobornable Patria plena, firme, sustancial. Verbo que llena las arterias. Diamante que fulge en las entrañas como un sol vivo, tenaz y silencioso. Integra luz que alumbra la inocencia, la culpa y los deberes. Fronda del amor total. Primero y último abrazo. Sendero y selva que no fenecen. Orgullo del vástago primigenio. En ti, Patria, nace y crece la historia, pedernal insobornable. Espada siempre deshojada nunca marchita. En este camino, este valle, aquel peñón, en la llanura que los ojos devoran, allí pisaron con bota y pie desnudo, los arcanos. Yo soy la extensión de tu nombre, en mi ser la huella de un patriota se petrifica. La palabra del benemérito se convierte en mármol. La herida del sacrificado se vuelve fuente del dolor. La bandera desplegada es antorcha permanente. Nada en mí puede ser más cierto que tu esplendidez, más verdadero que la flor nacida en tu vasto y fragante jardín, más fresco que el agua donde bañaron los abuelos en el confín de un río que torna siempre a su mismo sitio. Nadie puede sustituir tu beso ni tu rostro, ese corazón que es diáspora y brasa en la vena infinita; porque en tus labios la comunión de los pájaros, de los riscos, de los niños, de los frutos se vuelve arcilla tierna, sabiduría inagotable, ofrenda temblorosa. Que nadie ose levantar su puño contra el pedestal que eleva tu virginidad vital. Caiga sobre tus traidores el filo que haga rodar cabeza, alma, lengua y pecado tenebroso. Ni con el roce de la luz te ofendan el hijo pródigo, el maldito o la rosa fementida del extraño Cecília Meireles Rio de Janeiro, Brasil, 1901- 1964 Cancão Nunca eu tivera querido dizer palavra tão louca: bateu-me o vento na boca, e depois no teu ouvido. Levou somente a palavra, deixou ficar o sentido. O sentido está guardado no rosto com que te miro, 8 neste perdido suspiro que te segue alucinado, no meu sorriso suspenso como um beijo malogrado. Nunca ninguém viu ninguém que o amor pusesse tão triste. Essa tristeza não viste, e eu sei que ela se vê bem... Só se aquele mesmo vento fechou teus olhos, também... De Viagem (1939)- Envio poesia.net, Nro 260(Carlos Machado) Pedro Shimose Riberalta (Beni), Bolivia, 1940, radicado en Madrid. La Vida Me Está Matando Ya no me persigue el terror político con su rayo láser, ni los prójimos me aman con su palo y su picana eléctrica. Ya no me ofende la Declaración Universal de los Derechos Humanos, ni la bomba me quita el sueño, ni siquiera los disparos de una guerrita en Africa o Europa, ¡qué más da! Caen los muros, crecen los lamentos. Y el odio vuelve con sus ángeles violentos. El Sur sigue donde estaba. No nos portamos mal (es evidente) y todos tan contentos, constitucionalmente. Esta vida me sobra con su nicotina, con su infarto y su cáncer, con su miedo al sida y las jeringas. Sólo el amor y la poesía pueden ser míos cuando a nadie parece ya importarle el amor y la poesía. Santiago Risso Perù Lautaro Lautaro, el de la enorme y sillar nariz, que todo lo olía y fuese aprendiz, vino, con la vela de su enorme cartílago, navegando en olfato del Sur. Lautaro, marinero, cuando no apagó el fuego maquinó el tren. 9 Lautaro marino, conductor ferroviario bombero, vendedor de figurillas y cromos, sobre el lomo de su volkswagen turquesa o un tren de hielo azul San Jorge lo guió por mil rutas. Y su intuición por la propia nariz. Lautaro, mainel de rencillas, órgano de corazón pulmón, frente al horizonte, siempre suspiró de perfil. Entre el polvo, ahora, no te hallo Lautaro, tan pulcro, anís. Quién ahora, Lautaro, maquina el manubrio del tren, quién revuelta, ahorita, el ojalillo, la remendez, la calesita, la testa de mi niñez. César Dávila Andrade Ecuador - 1939 La casa abandonada (Entré al atardecer, con sol perdido) El patio lloraba una estatua vacía. Profundos caballos de polvo viajaban hacia los lugares más vagos del moho. Un hoyo remoto pasaba a la nada. El vacío entraba con sus muchedumbres y con sus inmensas campanas ya mudas. Oí un paso dado en otra centuria y vi en una cisterna el muñón de mi alma. Un viento blanquísimo dormía doblado en un seco lienzo de aves olvidadas. Un reloj yacía en ácidos profundos y el peso de un pájaro recorría el muro. Una niña muerta soñaba en un cuento dicho desde una alta ventana de niebla. Hacia atrás viajaba un abecedario, los días antiguos eran los primeros por una pequeña compuerta de naipes... (En un muro blanco, hallé esta leyenda: "El 7de marzo murió María Eugenia"). Arriba en la tarde flotaban avispas con lámparas llenas de azufre y de trigo. Arriba en la tarde. Y no era yo mismo el que había vuelto. Era un extranjero al que a veces lloro y en el que ya he muerto... Jaime Saenz 10 La Paz, Bolivia. 1921 - 1986 Eres Visible Permaneces todo el tiempo en el olor de las montañas cuando el sol se retira, y me parece escuchar tu respiración en la frescura de la sombra como un adiós pensativo. De tu partida, que es como una lumbre, se condolerán estas claras imágenes por el viento de la tarde mecidas aquí y a lo lejos; yo te acompaño con el rumor de las hojas, miro por ti las cosas que amabas -el alba no borrará tu paso, eres visible. Fernando Luis Pérez Poza Pontevedra, España Teatrema, Acto I, Escena I ¿Cuántas palabras no escritas esconde el aire? Se amontonan, perdidas, en vagones de humo, en un tren de color que desnuca el llanto y amasa bolas de caramelo. ¿Hacia donde viaja el eco cuando no se oye? ¿Con qué alas vuela el trueno? ¿De qué boca hurtó la sonrisa el viento? Recuerdo que escribía cartas y la voz era tinta transparente, éter en celo. Llovía paisaje en los ojos y el botín de la tierra trepanaba el cráneo del universo. Así eran las rejas. Tan inmóviles que se movían al compás del reo, como un cadalso de burbujas secas. Ella era flor submarina, prisionera del agua que la mantenía viva. Sueño destilado de amargura muerta, luna clueca de rostro destronado. Mis dedos, distancia inabarcable, sombras sin cuerpo que mutilaban el instante. La muerte esperaba al otro lado del espejo, en la vitrina del olvido. La oscuridad era luz negra subida a un eclipse de silencio. Estaba allí, aunque él no la comprendiera. Allí, como una escalera larga de caracol orientada hacia el abismo, como un vasto pasillo de infinito llamándolo a gritos: -¡Eh! ¡Eh!- Y solamente a ella le hacía caso, sin saber qué era aquello a lo que respondía. Del libro "Teatrema o poema en cuatro actos" Erick Sarmiento Fernández Lima, Perù Transeunte incorporado Llapantan ccahuany, lo veo todo, Y lo que no, lo siento, Lo siento en los poros saturados de escombros: Aliviados de una pena injustificable Cruzan umbrales desolados, compungidos, Adentrándose en silencios voluminosos, taciturnos. Exponen secuelas hirvientes, monótonas: Acelerando sus figuras anoréxicas Con un rayito de esperanza. (A lo lejos todos somos invisibles) Al final, el mismo susurro de suela Sigue rondando en mi cabeza. Norton Contreras Robledo Canela, Chile, 1948 Las cuatro estaciones - Amor Estrellitas y soles, ternura suspendida a los pies del claro de luna. Tú….. 11 Yo….. Conjugados en el verbo génesis continuidad costilla perpetuada en la eternidad tiempo espacio. La serpiente vistiendo de flores y guirnaldas el manzano en la región mas transparente del Edén. Nota: Del proyecto de poemario Poemas Peregrinos. Mariana Botelho Padre Paraiso, Brasil Os olhos de meu pai os olhos do meu pai fincaram em mim duas colunas de óleo negro buscando retalhos de amanhecimento em vão nada digo que seja digno de claridade poesia.net- www.algumapoesia.com.br Marjorie Ross Costa Rica Canciòn de cuna para una noche amarga I En Colombia, hijito mío, en las selvas del Vaupés, a los indios chiquitos los compran a diez. En Colombia, hijita mía, en las selvas del Vaupés, es buen hermano el cauchero: porque la sal no se pudre y siempre se pudre el dinero, por eso paga a las indias por un indiecito muerto por diez indiecitos muertos por cien indiecitos muertos, medio puñado de sal, porque la sal no se pudre y siempre se pudre el dinero. En Colombia, hijitos míos, en la vecina Colombia, en las selvas del Vaupés, marcan a los indios igual que a la res. En las selvas del Vaupés. Alfredo Lavergne 12 Valparaíso, Chile, 1951 Señores dirigentes “gauchistes” Amigos. Viajeros de esa melancólica liberal Perezosos que acurrucaron su extinción en este dedo Monos de culo colorado que esconden la cola Hojas del derecho reservado a la teoría Almohadas que visitaron usinas en huelga Estadio de la rima de lucha con ducha Algas representantes de hijos decadentes Turbios sofistas del fabricador de humillaciones Compañía del idiota del sindicato Monumental vitrina del gene inadaptado Estafadores de representación. Imágenes de imágenes. Egos alrededor de una luna desapercibida Báculos de la prehistoria social Bailarines del eje de 14 quilates Clavos en el patíbulo parlamentarista. La poesía los observa Ve pasar la marcha de los que firman peticiones Al rey azul y al rojo cereza Cortando los últimos suspiros de sus iglesias. Márcio Almeida Brasil Matracas Matracas são maracas sacras, gritos para dentro, agônicos estalos secos, vozes magras de luto, motetos monotônicos. Avisos de que suas carcaças arremedam a paixão do horto. A eternidade está sem graça. Deus é a vida. E está morto. Alcira Fidalgo Argentina. desaparecida en 1976 Hace meses que los aguardo a la sombra de una piedra. Fija la vista en el horizonte, atento el oído, tenso el cuerpo, la espalda lista. Y no llegan. ¿En qué lugar de este mar de arena y sol se han perdido? ¿Dónde están? ¿Dónde están mis molinos de viento? Extraído de "Palabra Viva" Editado por SEA y CONABIP en el año 2005 Alejandro Mora Cuba Un mundo nuevo Yo vi una mano al Sol, clara, tendida como el humo ligera, como el humo con las puntas abiertas, con las puntas 13 al Sol hundidas, la naciente mano. La gran mano del cielo, compañera del agua clara vi fosilizada en los ojos de un niño. Y otras manos arrancando vi ceños, con tristeza. Las manos de mi madre que entretejen la pobre vida que mis manos hebran las vi un segundo y quise para siempre en las manos de un ángel contenerlas. Yo vi las manos crudas que trabajan que segundo a segundo hacen el Tiempo. Y el Tiempo vi tan raro, tan confuso como un montón de imágenes disueltas. Tiempo de arcilla y tiempo de muñones con dolores de parto ábrense dedos. Tiempo de hundir al campo manos húmedas y ventilar al Sol vidas goteando. Vamos a destruir todas las manos las viejas manos que ha fundido el Hombre. Y levantar, al Sol, con mano nueva un Hombre nuevo en un febril mañana. Manos sin uñas para abrir los pechos y mostrar de la vida las entrañas. Manos de huesos finos como agujas. Manos de adiós como pequeñas arpas. Manos de alianzas truncas, manos hembras abiertas en canal, acuchilladas exponiendo embriones, exponiendo esperanzas futuras enquistadas. Manos en cruz cual fúnebres badajos de camposanto y noche salpicadas. Manos con tierra y vientres y erupciones por tanta hambre y tanta voz negada. Las tantas manos que de noche juntan puño con puño negras cabalgatas y pasan trenes como pesadillas quiero con mano férrea desterrarlas. La mano de la mar cómo se cierra allá en la orilla en puños ya de escarcha y cómo se retira a abrir la palma: su música, celestes manos danzan. Oh Dios, cómo es que abres tantas manos con tu mano brutal, tu mano ciega cómo la mano aprietas desde el cielo y del capullo añil la luna brota? ¿Cómo si en tantas manos te celebras a ti mismo con manos que te aplauden y aplauden existir, y el Sol aplauden con qué mano difícil estrecharte? ¿Qué mano putrefacta, sumergida por un millón de años bajo tierra sacas de pronto al mundo, y pleno al rostro de cada bestia, das un manotazo? 14 Con tantas manos que sin luz tropiezan en las habitaciones de éste mundo pudiera levantarse una pirámide y en solo dedo todas señalarte. Yo manos que trabajan vi rotundas justo al amanecer aparecidas saladas, sucias, puras, venideras a construir el pan; las vi discretas. Y manos nadadoras vi siniestras por aguas turbias rebuscando lodo y sacar a la luz piedras con musgo y alimentar hediondas, bocas muertas. Vengan las manos torpes que encandilan por no saber leer letras del mundo vengan aquí a mis manos a que aprendan a hacer la voz con el abecedario. Vengan las manos raras de los niños como arañas pequeñas. Como arañas por la pared de la ilusión se trepen y a mis manos con muelles luego caigan. Salten sus manos magas hasta el cielo una orquesta de nubes ejecuten junten la masa blanca al Sur del aire en la tierra encendida se desplomen. Con esas manos de cordón y pétalos con esas manos desencadenadas con esas manos locas cual cangrejos voy a labrar la tanta tierra inválida. Voy a salir de pesca alguna noche con una mano negra y otra blanca voy a salir sin bote mar afuera a traer del amor la mano humana. La mano aquella que la vi, ceñida contra aquel delantal, la mano franca tímida mano que papel recoge para alejar del cuerpo negro, el frío. La mano que del brazo sólo cuelga como un dolor, como un escupitajo muertos sus dedos ya; brotes, raíces. La mano azul delante del sonámbulo. Las manos congeladas por los golpes de otras manos de horror piedras blandiendo. Las manos disecadas del poeta lunáticas, autoras, tras mil años. La mano aquella que apretó el gatillo y de un disparo gris borró los sueños. La mano dura que precisa látigo y ergástula y grillete, y esperanza. Voy a echar a una red todas las manos y lanzarlas al sol murcielagueando a que las alas sequen, y las alas batan de nuevo al sol, rojas de aplausos. La mano del amigo, quiero verla pariendo a saltos puentes y ventanas 15 para que pase el viento hecho persona por todas las personas separadas. Manos desconocidas por la gente manos ajenas por sus camaradas afloren de la sombra, sumergidas y erijan sus presencias marginadas. Que las manos desnudas, por los barcos por las ciudades, por las atalayas se asomen y saluden, simplemente en tránsito la vida adonde vaya. Que las manos oscuras de esos seres que otras manos más altas apuntalan broten con dedos verdes de repente de lo más hondo de la madrugada. Que toquen esos tallos excelentes ojos sin lumbre, fuerzas derribadas. Y al contacto se yerga sin rencores la estatua triste de la raza humana. Se aprieten tantas manos, que no pueda blandir la mano al campo de batalla su razón animal contra otra mano. Sea una mano, de la otra, hermana. Salí a buscar las manos de los Hombres y otras manos encuentro, sustitutas manos de Bestia y sangre, manos llenas que todo lo que tocan lo engalanan. Salí a buscar las manos verdaderas que todo lo que amasan lo fecundan. Salí a buscar las manos por el viento y un huracán hallé, de manos agrias. ¿Y dónde están las manos que se juntan y entre los árboles con frutos cantan. Y las manos que empeñan cada dedo porque otras breves manos se alimenten? ¿Y dónde están las manos que iluminan y que a todo rincón espada llevan de luz la espada, y la rival pupila virgen, en la ilusión, se reconoce? ¿Y dónde aquella mano caminera que de un revés abrió tres mil caminos y al bosque fueron, niños, lentos hombres y del bosque tornaron como abejas? ¿Y la mano que al cosmos se levanta y al cosmos sin oídos pone música y resuena esa voz al infinito hecha semilla y brazos y arcoiris? ¿Y dónde está la mano que se estrecha sólo por estrecharse, mano pálida y no la mano atroz, la mano ebria que en puerta equivocadas noches toca? ¿Dónde están esas manos que celebran con su labor de manos que se abrazan la luz del cielo, el aire en los pulmones la mansedumbre encinta de las aguas? 16 ¿Dónde las manos ciertas, las precisas manos austeras que la flauta pulsan y van todas las ratas en desfile y las ratas al fuego se despeñan? ¿Y aquella mano dulce que acaricia la cabeza del niño, imaginaria y en el cerebro claro un grano siembra de donde brotará la Fuente -el alma-? ¿Y la mano sencilla del Maestro que al horizonte siempre apunta escuálida y allá se ve la luz como una piedra trascendental, ignota, necesaria? He aquí las manos caras de los Hombres los Hombres mismos hechas. He aquí manos como una multitud par de retoños en mis manos de Hombre, liberadas. Vamos a levantar todas las manos las manos tristes y las manos buenas las manos solas y las manos yertas las manos de los fetos, con adargas. Vamos a levantar las manos todas que mano a mano se levante el Hombre. Mano con mano, amanecido el cielo vamos a fabricar un mundo nuevo Laura Gòmez Palma Argentina, 1970 (reside en Madrid) tardes la tarde pasa su mano lenta lento caracol de dedos arrugados sobre mi pelo si abro los ojos la música termina en" Desde el agua"- Tania Anaid Ramos Puerto Rico A Gaza Hay dolores que te dejan sin voz en el letargo amargo de los vivos-muertos. La celosía del enemigo devela su última críptica y se llenan de huesos las palabras; me quedo sin aire. Al otro lado del mar, las miradas son ahogadas; el amor afelpado en la mezquita más próxima se ha congelado, la rabia sigue ganando ciertas batallas. Pre-sentida, la ciudad adormece y susurra amorosamente a sus muertos, los más recientes, mientras los extemporáneos vomitan hieles con-sumiendo la morada sagrada. Hay dolores que te dejan sin luz, atardeciendo el llanto más próximo 17 sin respuesta, sin huesos, sin voz; ha de ser que el aire también está muerto. Raùl Gàlvez Cuèllar Perù Patria Amèrica Libertar la patria y al hombre americano es la voz de la hora no importa si para ello hay que poner el dedo en el gatillo. No es una bravuconada sino la estaciòn del proceso evolutivo de la historia en su social devenir. Donde el hombre al fin y al cabo despuès de soportar la tiranìa revienta inevitablemente cual un fenòmeno de la naturaleza, como cuando va llover y lloverà. Maria Thereza Noronha Rio de Janeiro, Brasil Cores A dama em preto e branco nos cinzentos domingos. A amarelinha nos azuis. Papagaios carmim rosa magenta levantados no céu, braços em cruz. Verdes anos. Do rio as pardacentas águas acalentavam corpos nus. Mexericas e ameixas cismarentas ao pôr-do-sol filtravam ouro e luz. Da imprensa marrom não se sabia. Laranja, só a fruta merecia o nome. Na inocência iam as horas. O bispo em sua roupa solferino. Nos dedos andarilhos dos meninos o roxo corrompido das amoras. Do livro O verso implume Betsimar Sepúlveda Hernández Bogotà, Colombia Tengo una sombra Tengo una sombra entre el relámpago y el miedo en cada noche de tormenta me hiela el grito cuando estampa en mis ojos una niña que llora cuervos Alfredo Ariel Carriò de la Vandera Aldea Brasilera, Argentina Joder, la vida 18 La lluvia me observa de frente . Es tu rostro. Me indaga acerca de la vida. No parpadea.Es insobornable. Hoy no vengo a visitar tu piel,querida. Estoy como pasando de largo en situación de partida. Decirte de la vida. Joder que arde. No es cuestión de arrastrar los carros de jornadas barbudas ni sospechar litigios en la cama redonda, con la luna redonda y la tierrra redonda o cuadrada . Ya caminè los barcos que se hunden con el arco y la flecha y la Santa Paciencia . Estoy flotando en la saliva de abril ante los toros que me calman . Una embestida, amor. Una cornada final que desparrame los horizontes de miel sobre sandalias descalzas. Decirte de la vida, joder que cuesta. Mientras sigo la tarde a contramano pensando que si empieza o se termina celebro el nacimiento de todos los silencios y el final del dìa . Maikel Garcìa Cabaiguán, S. Spíritus, Cuba- 1980 Tres ¿Quién derrocaría al insomnio con tal de venerarnos a nosotros, los coronados, esparcidos, libertarios, los eternos culpables de acuchillar al miedo y revivir cuanto germina? ¿Somos acaso las rotas penínsulas que alguien salvaría arriesgando el poniente? Mestizaje de la lluvia, catarata, huérfanos saludos, pieles, muerte nupcial, rostro, décadas disueltas o rebeldes, fin, sangre inconclusa, estruendo, letras en bandadas, lágrima y calor, adiós, culto a la sed que nos mata. ¿Por qué aún sobreviven dentro del alma y los párpados del alma? Neuza Ladeira 19 Brasil Que pena 2009 não seremos tão diferentes Grandes conflitos Dardos capitalistas ferindo ninfas Na medra viça só indignação! Na podridão dos políticos Nada de versos só enganação. Nos falsetes dos jornais nada de acorde É guerra podre no capital No batuque de tambores nada de flores Só surdez social Quanto mais anela ventos Mais granizo nos assentos Retirado do cenário nada escapa Infiltrado em seu visor serpentes envenenadas Indicado o novo vir por vir Alianças melindrosas Raposas e papagaios Meada só meadas No fosso aberto da política és paralítica Alivia remissa. Alívio você o viu? Mande a rota E ainda agradecidos pelo tempo de só ler a história Não a vives em épocas de guarda e retaguarda Paradoxos roxos serras negras Rosas anãs lulas patéticas Garoto idiota... Gomes de Sá? Patriótica lua linda berras! Clara água Clara bela transpareça. No ardor da flauta Que se arda!Ouvindo surdo... Sons picantes! Fesal Chain Santiago, Chile 2. El Llaima Aúlla socavón Escupe fuego Por Ranquil Aúlla socavón Escupe fuego Por los muertos De hace dos días De ayer De ahora mismo aúlla Socavón Escupe fuego Por tu Arauco Que ya tiene tantas Y tantas penas Aúlla Socavón Aúlla Escupe fuego Lauren Mendinueta Barranquilla, Colombia, 1977 A la doble que soy Hay fotografías en las que no me reconozco. 20 Mi yo cobarde al mirarlas me obliga a pensar que existo en una sola y no en la suma de quien soy con esa otra que me suplanta en la imagen. Cuesta creer que la desconocida también soy yo esa mujer suspendida y fea con un rostro que sin ser mío no es ajeno. Entender el mundo bien puede ser eso: aceptar que soy esa a quien desconozco. Osvaldo Ulloa Sánchez Chile, 1954- 2008 La vecina Marìa acaba de dar a luz un niño la ampolleta de 25 watts no es precisamente la estrella de Belén La vecina María acaba de dar a luz un niño las pulgas y los piojos no son precisamente los corderitos las vacas y el burrito del pesebre La vecina María acaba de dar a luz un niño el compadre Juan y el Jorge y el Antonio que hace un rato estaban tomándose un pencazo en la botillería y que ahora miran al niño no son precisamente Gaspar, Melchor y Baltazar La vecina María acaba de dar a luz un niño y por esas coincidencias de la vida su esposo /se llama José y su hijo es el niño Dios. Carmen Campos Pino Venezuela Palabra de agua Llueve violento el agua trae tiempos de cielos azulados tiempos idos fragmentados por el furor de batallas perdidas sinrazón triunfante pasos sin huellas desliza su humedad hasta el fondo del pozo Habla en el patio de naranjos de sueños alocados entregas inconclusas ojos irreverentes visiones íntimas revive imaginarios sepultados por la metáfora del tiempo tragándose los días del viejo calendario Palabra ventisca arrastra por cauce pedregoso canto retorno al fuego primigenio a la tierra amarilla entre los dedos al temblor de rayos entre sombras Las gotas acarician la piel canto de agua en ardores rumor de besos húmedos soplo a ras de la herida tatuada en la memoria Palabra de agua hoy se viste de esperas luminosas… Rigoberto Rodríguez Entenza 21 Cuba El gong La madera cobra el sonido. Como la mano contra la piedra como un instante amarillo de punto a punto vibra y entra en la otra soledad. Labra fibras de aire y ecos infinitos. Cae en la orilla de la boca y cuenta la orfandad de dos o tres nombres íntimos. En la fabulación de la verdad también hay un mapa para los elegidos. En ese paisaje una mujer contempla el ir y volver de las aguas y el vacío. Un árbol y su imagen no prevista entran en el laberinto que somos. Sus dones son tan benditos como una puerta que había olvidado. En la piedra pisada habita una oración. Quiere ser humana o verde o de un color que le crecerá a los hombres. Golpea desde el fondo y escucho la mano tranquila. La tarde crece y no regresa. ¿Qué ocurre? Me pregunto mientras miro la pequeña nube. El mañana estalla dentro de mí. El niño pasea sobre una rueda sin fin. El sonido de la luz. Es la vida. El sonido se restablece en la madera y yo viajo en mis días. Felices resisten el eco persistente. De: Otras piedras talladas en silencio Donizete Galvão Borda da Mata, Brasil- 1955 Mapa ama o inominado o perecível o particular a coleção de cacos de louça os arreios e os antolhos das mulas a caixa de ferramentas do avô o cavalo baio com o olho cego a luz do sol sobre as encostas a dureza das macaúbas nomeia as coisas que pedem o nascimento pela palavra escrita que se transforma em outra escrita geografia de migalhas dicionário pessoal de falas ditas na labuta concreta sem reconstituir um mundo cuida de um retalho: o fragmento pelo todo senhor de restolhos e rebotalhos inventário de perdas rol de inutilidades vasos vazios e quebrados 22 sem esperança sem consolo, com a paciência de um boi segue tua trilha de erros: rastro de palavras marcas da passagem serpentear de frases mapas de dor e descontentamento. poesia.net- www.algumapoesia.com.br- Carlos Machado, 2007 Benjamìn Valdivia Guanajuato, México, 1960 Entrada Amamos la palabra y su hierro matizado porque en ella se cumple al fuerza de la voz y los ciclos del agua silenciosa. La palabra trae luz para nuestro animal introspectivo. Quien levanta la voz inaugura los diálogos del fuego. Y así, establece recintos por miradas, produce atardeceres que no pesan y de nuevo color. Amamos la palabra por el río de tiempo en que transita: un río de manos escribe en mis manos. Elizabeth Robles Puerto Rico Extraviada El borde plateando que formas entre mí y mí misma en un lado del colchón yo en el sueño al otro lado, yo soñando sobre la cama la mancha de mí; rota esfera despertando triángulo de mí Yo en el sueño Yo soñando Yo despierta desvelando. del poemario Poemaherida Carlos Angulo Rivas Chile, reside en Canadà La visita Colgado del espíritu sobre rieles crucé el puente alto de la cordillera de abra y hielo cristalino a sus costados, entonces anduve el camino del Ande la ruta de la altura y la estrella cobriza; ahí recogí el eco de cada viento lejano el mugido del buey en la estepa. el grácil correr de la vicuña. A reconocida generosidad a lomo de mula anduve 23 seguido por mis amigos de a pie, así visité el último rincón campesino hasta el penetrante amor a la tierra sentido en mis huesos señalado como raíz profunda en fundamento como espina de una rosa clavada hundida en mis membranas. La igualdad comunera fue otro reino y cuando dormí en la choza festinada contento, encima de la piel de cabra bajo la manta de vivos colores sentí el martirio marginal cohabitante la burda lana de la oveja el horror subterráneo de los pobres la borrasca de los huracanes contra la civilización nativa de la quena y zampoña. Entonces, no miré la penuria ni desdicha ni el hambre plateado por el sol ni la piel cobriza hosca de los dedos sino el brillo de la raza, el pulso de las manos tomando la pica y el martillo, revolución. ¿Qué podrían los extraños enseñarles? ¿qué lo académicos citadinos? qué si no fuera obrar innobles oficios los destinados a la servidumbre infinita aprovechando la naturalidad campesina el desconocimiento acerca del mundo, como hicieron los conquistadores y sus cruces; y más tarde la majadera democracia, demoliendo el ayllu, la igualdad organizada. Campesino, no levantéis la bandera por una miga de pan y aceite menos cuando te llamen a referéndum porque la comunidad entiende por sí sola el goce seductor de la libertad. De: Color de Guerra (Poemario),Edit. Paradise Books Ghassan Zaqtuan Beit Jala, Belén. 1954.- reside en Ramallah Las cuatro hermanas de Zakarìa Cuatro hermanas trepan solas la colina vestidas de negro. Cuatro hermanas suspiran y enfrentan la maleza. Cuatro hermanas en la oscuridad leen húmedas cartas. Pasa un tren que viene desde Artouf, tras la fotografía. Un caballo que lleva una chica desde Zakaría relincha en la cumbre 24 y atraviesa la llanura. En el cañón las nubes pasan lentas. Cuatro hermanas desde Zakaría, solas vestidas de negro en la colina. Zakaría y Artouf son dos aldeas palestinas en Hebrón, sus ocupantes fueron forzados a emigrar en 1948 Ibrahim Nasrrallah Palestina, 1948 Trampa Un asiento va a invitar a mis pasos libres a que descansen para que él ande en mi lugar y conozca el sabor del correr con el viento. Traducción del árabe por: Muhsin Al Ramli. – Fuente Poesìa Àrabe Agi Mishol Hungría, 1947- reside en Israel La jóven mártir "Oscurece, y tú tienes sólo veinte años." Nathan Alterman/ Atardecer en el mercado Sólo tienes veinte años y tu primer embarazo es una bomba. Bajo tu amplio vestido estás encinta de explosivos y esquirlas de metal. Así paseas por el mercado, un tictac entre la gente, tú, Andaleeb Takatkah. Alguien cambió un tornillo en tu cabeza y te envió a la ciudad. Y como venías de Belén, (La Casa del Pan) elegiste una panadería. Allí activaste algún detonador interior y, junto a los panes del sábado, el sésamo y las semillas de amapola, te elevaste hacia el cielo. Te fuiste junto a Rebeca Fink, a Ilena Konreeb del Cáucaso, Nissim Cohen de Afganistán y Suhila Houshy de Irán. Y también dos chinos que arrastraste contigo a la muerte. Desde entonces, otras cuestiones ocultaron tu historia, acerca de la cual hablo y hablo sin tener, en realidad, nada para decir. Traducción: Gerardo Lewin Muin Basisu 25 Gaza, 1927 Yo, Tù, Èl En su vocabulario no había árboles ni flores... En su vocabulario no había pájaros. Sólo sabía lo que le habían enseñado: matar a los pájaros, y mató a los pájaros, odiar a la luna, y odió a la luna, tener un corazón de piedra, y tuvo un corazón de piedra, a gritar: “¡Viva lo que sea!” “¡Abajo lo que sea!” “¡Muera lo que sea!”. En su vocabulario no había árboles, en su vocabulario no había tú ni yo porque él debía matarnos a ti y a mí. Sólo sabía lo que le habían enseñado: matarnos a ti y a mí. Traducido del àrabe por Marìa Luisa Prieto. Fuente:Poesìa Àrabe. Josè Pivin Argentina (reside en Haifa, Israel) De remotas tierras hablo Hablo de remotas tierras de praderas verdes y cultivos altos hablo de lejanas pampas de caballos salvajes hablo y cuando hablo de ríos y de puertos no son los mismos ríos ni los mismos puertos que tú te imaginas. Hablo de curtidos jinetes y tú piensas en beduinos montados en camellos. Digo río y pienso en el Paraná corcoveando enloquecido de norte a sur y cuando digo río tú piensas en el Jordán estrecho y recatado. Hablo del tiempo y digo friotempestuosolluvia hablo de invierno y en este momento tu disfrutas de solcalorverano. Hablo de remotas tierras de praderas verdes y cultivos altos hablo de lejanas pampas de caballos salvajes 26 hablo. Mahmud Darwish Palestina Para nuestra patria Para nuestra patria, Próxima a la palabra divina, Un techo de nubes. Para nuestra patria, Lejana de las cualidades del nombre, Un mapa de ausencia. Para nuestra patria, Pequeña cual grano de sésamo, Un horizonte celeste... y un abismo oculto. Para nuestra patria, Pobre cual ala de perdiz, Libros sagrados... y una herida en la identidad. Para nuestra patria, Con colinas cercadas y desgarradas, Las emboscadas del nuevo pasado. Para nuestra patria cautiva, La libertad de morir consumida de amor. Piedra preciosa en su noche sangrienta, Nuestra patria resplandece a lo lejos E ilumina su entorno... Pero nosotros en ella Nos ahogamos sin cesar. Traducido del àrabe por Marìa luisa Prieto.-Fuente: http://www.poesiaarabe.com Dalia Ravikovitch Ramat Gan, Israel - 1936 Del día a la noche Día a día despierto nuevamente del sueño como si fuera ayer aún. No sé lo que me espera y quizás se evidencie que no me espera nada. La primavera de hoy es igual a la anterior; reconozco al mes de Iyar (*) pero no le dedico especial pensamiento. No distingo entre el día y la noche sino por ser la noche la más fría aunque el silencio en ambos sea el mismo. Oigo de mañana pájaros piando. Y de tanto cariño que por ellos siento fácilmente adormezco. Aquel que me es querido ya no está más aquí y quizás simplemente nunca estuvo. Paso de día en día, del día a la noche como una pluma que el pájaro ignora que se le desprendió. 27 Fadwa Tuqan Palestina, 1917-2003 La roca Mira cómo esa negra Roca ha sido amarrada a mi pecho Con las cadenas del arrogante destino, Con las cadenas del absurdo tiempo. Mira cómo aplasta Mis frutos y mis flores, Me esculpe con el tiempo Y me destruye con la vida. ¡Déjame! No podemos vencerla. Las cadenas de mi prisión no se romperán. Permaneceré en soledad Mientras el destino sea mi prisión. Déjame Permanecer así: Sin luz, Futuro Ni esperanza. La roca negra no tiene escapatoria Ni refugio. En vano intento retirar su peso de mi pecho Olvidándome. ¡Cómo he penetrado en el corazón de la vida y he recorrido cada dirección! Me he divertido, He cantado En las fuentes de la juventud. Dame mi copa Y beberé con ansia Hasta ausentarme del alegre mundo Que tanto me ha decepcionado. En su regazo están mi dolor Y mi desgracia. He huido del Mundo de mis sentimientos Y he danzado con La agilidad de los pájaros Y una risa loca. Luego, desde Las profundidades de mi desesperación, Una llamada sacude mi espíritu Y en secreto amenaza: “No escaparás. Estoy aquí. No hay escapatoria Ni refugio”. La sombra de la roca negra traza Figuras deformadas. En vano intento retirarla, En vano pretendo huir. No hay escapatoria. ¡Cuánto he explorado la tierra de la desgracia! He aspirado el elixir del consuelo En la miseria de los prisioneros como yo, Prisioneros del destino. He penetrado entre la gente, Donde están las tragedias Y las lágrimas, Donde los látigos silban y caen Sobre los rebaños humanos, 28 Sobre las espaldas desnudas Y los humillados cuellos, Donde los dóciles esclavos Huyen en grupos Hundiéndose en lágrimas, Sangre Y sudor. Continué: busqué consuelo Para la desgracia Pero no hay escapatoria. La maldición de la negra roca Nació conmigo Para ser mi sufrimiento. Muda, Pegada a mí, Su sombra sigue los pasos de mi vida. Mira cómo se ha instalado Con su arrogancia En mi pecho. ¡Déjame! No podemos vencerla. Las cadenas de mi prisión no se romperán. Mi espíritu permanecerá Cerrado Y yo seguiré solo En la lucha. Solo Con el intenso dolor, Con el tiempo, Con el destino. Solo Con esta roca negra Aplastándome. No hay escapatoria. (Del poemario: La encontré (1957).- TRaducciòn Marìa Luisa Prieto. Fte: http://www.poesiaarabe.com Lyor Shternberg Petaj Tikva, Israel, 1967 La cuchara hueca Amarte ahora, en contra de mí mismo, en contra del miedo que me devora el alma con la cuchara hueca, contra el mundo que llama a destruir el cuerpo del alma de mi cuerpo, con toma de otros cuerpos rehenes contra la conciencia que baila consigo misma hasta la muerte. Todas esas danzas de la nada, todos estos ojos endócrinos desperdigándose en cielos falsificados, trampas de red heladas, azuladas. Tu desaparición es tu regalo nocturno, no porque te elija como la gran faltante o porque te desee por suave o por lejana sino porque en el extremo de tu ausencia espera tu cercano, humano cuerpo para hacerme un espacio real en el mundo. Traducción: Gerardo Lewin 29 Yabra Ibrahim Yabra Cisjordania-1926-1994 Qibya Balas en la noche de luna llena surcaron las colinas y los caminos. Balas chocaron contra los muros y golpearon las puertas y las ventanas. Iban dirigidas a los corazones y a las entrañas. Balas por detrás de las piedras, a través de los desfiladeros, por detrás de los sacos de arena. Balas se esparcen por las piedras arrayanes de sangre y se pegan adornos de sangre en las paredes. Balas y gelignita arrojan los cuerpos a las hienas. Sembramos el trigo pero no lo recogimos, regamos las vides pero no bebimos el vino. En vano se bañó nuestra noche con la fragancia de los naranjos. Nuestra sangre corre por la tierra roja y sobre las piedras. Buscad nuestras manos bajo los ejércitos de hormigas. Cerrad las puertas, apartaos de las ventanas, ocultaos de la luna protegeos de la noche. Pero las puertas son de madera y las ventanas no se construyen para evitar el aire, la luna, la gelignita y los colmillos de las hienas. El corazón es de hierro pero para las balas, la gelignita y los colmillos es más débil que la madera. Los brazos de Fátima rodean el cuerpo de Hasan: una alberca de sangre, y del padre de Hasan no queda más que el qunbaz hecho jirones. Buscadlos bajo las piedras y juntad los brazos a los cuerpos. Sembramos el trigo pero no lo recogimos, regamos las vides pero no bebimos el vino. En vano se bañó nuestra noche en la fragancia de los naranjos. Nuestra sangre fluye por la tierra roja y sobre las piedras. Buscad nuestras manos bajo los ejércitos de hormigas. Balas golpean las piedras. Gelignita. La noche se desgarra entre nuestros olivos y viñas. (Qibya es un pueblo palestino de Cisjordania, cuyos habitantes fueron masacrados por tropas israelíes en la tarde del 14 de octubre de 1953. El primer ministro israelí, Ariel Sharon, fue quien dirigió las tropas aquel día.) 30 Maya Bejarano Israel, 1949 Situaciones bélicas La estructura personal la geología humana incluye una llama interior permanente allí burbujea la guerra sempiterna la guerra como disposición constante a la fatiga de los materiales. Bajo la marea colorida, la rueda del placer de las cafeterías transparentes y sombrías donde manos sostienen objetos bellos un gusto embriagador o incluso hasta un bebé; por debajo de los escenarios, de las salas, los pupitres o los pizarrones, bajo las almohadas las calles claras los relojes. Bajo la vida se oye constantemente la fatiga del material que combate su propia persistencia, bajo los montes agresores del olvido, bajo la gran ciudad revestida de mapas qué orgullo o desvergüenza la dieron vuelta, le ofrecieron ancha vía de escape para salir y ver, para ser escuchada. Se distingue en toda su ruindad el deseo del hombre-bala: ostentar armas letales criaturas de significado único armamento para las fronteras que no respeta límites. Nos agitan sensaciones hombrecitos en la barriga faltos de calidad o títulos hombres de la retaguardia, de uniformes desteñidos en intentos de huída que es el instinto de preservar el rostro primigenio destinado al fracaso. La guerra se mete en cada agujero la guerra está en el aire y la boca herida la canta a cualquier precio. Mahmud El-Sakh Arrabat-el-Batuf, Israel, 1956 Lágrimas serán lágrimas Lágrimas serán lágrimas y tristeza será tristeza y las rosas que ríen por doquier siguen uniéndonos en amor. ¿Nos anotarán algún día 31 las terrazas en su preciosa libreta? ¿Nos insertará la tierra algún día en su dulce canto? Brota un año luego otro mientras el corazón se desvive por la rosa afligido por la guerra, afligido por la guerra. Mina Said Alayyán Shfar'am, Baja Galilea Lo que el viento me enseñó Una vez me enseñó el viento cómo tomar agua negra como el azabache hacer café caliente con lágrimas de cocodrilo y usar mi espléndido cabello para hacerles nidos a los pájaros. Me enseñó cómo no frustrar mi búsqueda ni esconder mis palabras en gavetas cómo rodear mis ojeras con talismanes hechos de menta y cómo ceñir el cielo con ramas de palmera. Entonces pasó el viento a enseñarme cómo danzar con la arena abrazar las pléyades y entretejer las hebras de las olas en la túnica del Salvador. Michel Haddad Israel- 1919-1996 Distancias Con este vuelo nos vamos de nuestro pueblo porque ¿quién somos, comparados con ellos? Querríamos encontrarnos con ellos Ávidos de deseo mezclando duda y certidumbre ponemos grandes pesas a nuestra zozobra calculamos la distancia del trayecto ¡Oh Dios! Cuánto alivia esto el fondo de nuestros corazones Removiendo la pena dentro, al posarse en el alma, nos torna inquietos Gritamos de nostalgia no estamos ahí, donde están, porque ¿quiénes somos, comparados con su fragante espliego? Y este caro deseo nos lanza por el laberinto de la confusión nos dirige hacia nuestra desesperación avanza hacia una verde primavera Para aquellos que nos quieren presentes recogemos al vuelo nuestros pensamientos dispersos Francisco Cenamor España, 1965 palestina y el bumerán la trayectoria que describe una piedra que lanza un muchacho cualquiera de trece años en una calle cualquiera de ramala es proporcional al curso que sigue un grito de libertad arrolladora la parábola de un misil cualquiera que trata de evitar la trayectoria de la piedra en la misma calle de ramala es por tanto inversamente proporcional 32 a cualquier tipo de solución negociada al conflicto en ocasiones un pueblo tomado al azar sobre el que se ejerce un impulso genocida es capaz de no haber aprendido en absoluto que también dicho pueblo elegido comete genocidio cuando toma lo que no es suyo el empuje de un tanque contra una casa cualquiera de jenin trae consigo un efecto contrario que acciona irremediablemente contra un mercado de tel-aviv por tanto conducir a un pueblo a la desesperación siempre ocasiona una trayectoria de efecto bumerán Del libro Asamblea de palabras, (Ediciones Vitruvio, Madrid, 2007). Isla Negra no se vende ni se compra ni se alquila, es publicación de poesía y literaturas. Isla Negra es territorio de amantes, porque el amor es poesía. Isla Negra también es arma cargada de futuro, herramienta de auroras repartidas. Breviario periódico de la cultura universal. Estante virtual de biblioteca en Casa de Poesía. Visitá el blog: http://isla_negra.zoomblog.com Isla Negra en el Directorio Mundial de la Poesia - www.unesco.org/poetry 33