(Eperua decandra), de tan variadas aplicaciones, uno de los más

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(Eperua
decandra),
de tan variadas aplicaciones, uno de los
más apreciables del Archipiélago, é igualmente la malatumbaga {Crudia
spicatá).—Otras
Lauan (Dipterocarpus
thurifer),
de menos importancia, como el
la mangasonora (especie inde­
terminada), etc., pasan desapercibidas en reconocimientos apre­
surados.—Un magnífico ejemplar de camagon (Diospyros, Sp.)
me dio en Cottabato el Sr. Urtuoste, y bellísimos de camuning
{Connarus santaloides, D . C ) , llevé en los crises que reuní. Las
especies citadas no están igualmente distribuidas en los distintos
montes de la cuenca; así el ipil, abundante en Cabalucan, y so­
bre todo á orillas del Maridagao, escasea en Nuling y falta en el
Timaco; la malatumbaga se encuentra en Tamontaca asociada al
guijo y al palo-maría {Calophyllum Inophyllum, D . C.) formando
rodales espesos y limpios, los mejores que en Filipinas he visto,
y que recuerdan los robledales bávaros de las últimas clases
de edad. En la bahía Illana poco pude observar, y en Dumanquilas sólo manglares pisé; en el seno de Sibuguey es curioso
falte precisamente el ipil en el sitio que se llama Ipil; por lo
demás, dominan las especies mismas del Pulangui.
Vastas extensiones de la isla, y en general todas aquellas cuyo
arbolado ha sido pasto de las llamas del caingue, forman los
llamados cogonales. El cogon no es una sola planta, sino muchas
afines (gramíneas, cyperáceasy algunas juncáceas), que presen­
tan un parecido en su porte, que las hace comprender en una
denominación común; las especies del género Saccharum abun­
dan en ellos. H a y cogon bajo, regular pasto, y cogon alto ó car­
rizal del que ninguna utilidad se saca; sirve sólo para oponer di­
ficultades al cultivo y hasta considerables á las comunicaciones.
Atravesar un carrizal bajo aquel sol es un tormento que es
preciso sufrir para conocer; sólo me parece comparable el paso
de las heleras y ventisqueros de los picos de los Alpes; si en
éstos se suelta la piel , en aquellos no se quede respirar. Los
hay de carrizo tan alto que cubren á los jinetes, amenazando
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