Juzgados que amparan abusos a la infancia

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Juzgados que amparan abusos a la infancia
Publicado en Periódico Diagonal (https://www.diagonalperiodico.net)
Juzgados que amparan abusos a la infancia
Enviado por Ter el Jue, 02/04/2016 - 07:57
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Síndrome de Alienación Parental (SAP)
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Síndrome de alienación parental: cuando la solución es vivir con el maltratador
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Síndrome de Alienación Parental (SAP)
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Libertades
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Susana solicitó protección para su hija, que había contado ante un juez cómo su padre “le ponía la
cabeza en la zona de sus genitales y le hacía daño con los dientes de abajo y la mano”. A pesar del
relato de la menor, el Juzgado de Instrucción de Plaza de Castilla consideró que no había elementos
para suspender el régimen de visitas “y más en estas fechas que se avecinan en donde la relación
entre padre e hija será intensa y prolongada”, refiriéndose a las Navidades. El procedimiento se
archivó. Más tarde, fue remitido a otro Juzgado de Plaza de Castilla que, sin practicar ninguna
diligencia de investigación, lo volvió a archivar. Fue entonces cuando llegó a ambos juzgados un
informe del Centro de Atención a la Infancia (CAI) del Ayuntamiento de Madrid en el que, tras cinco
meses de peritaje con la menor, se valora “la existencia de indicios compatibles con la existencia de
abuso sexual intrafamiliar”. Dicho informe también fue remitido a la Sección de Menores de la
Fiscalía Provincial de Madrid, solicitando “practicar la adecuada protección de la menor”. Sin
embargo, el último juzgado sobre el que ha recaído el caso, el Juzgado de Familia, está obligando
a la niña a acudir a las visitas con su padre tras haber desestimado las medidas
cautelares de protección. Para este juzgado, “el citado informe del CAI carece de la fuerza
probatoria que se pretende hacer valer por la parte actora (la madre)”. El archivo ha sido recurrido
ante la Audiencia Provincial pero, por el momento, madre e hija siguen a la espera de que ésta se
pronuncie.
Archivan incluso casos en los que los médicos forenses constatan que hay traumatismos en los
genitales
Son muchos los casos de este tipo que se archivan, “incluso existiendo partes de lesiones
desoladores en los que los médicos forenses constatan pruebas físicas contundentes, como
traumatismos genitales”, explica la abogada de la Asociación Infancia Libre. Ésta aclara a Diagonal
que, aunque los jueces no contemplan por escrito el Síndrome de Alienación Parental (SAP)
–desorden psicopatológico por el que un niño o niña rechazaría a uno de sus progenitores, alienado
por el otro progenitor– en ninguna de sus sentencias, dado el carácter acientífico de esta teoría,
“subyace en el pensamiento de la justicia española el prejuicio de género que considera que las
mujeres que denuncian a sus exparejas por abusos sexuales lo hacen porque están resentidas”. Así,
no sólo los abogados defensores de los padres, sino también los jueces y los servicios psicosociales
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adscritos a cada juzgado, siguen creyendo que existe una manipulación de los menores por parte de
sus madres a la hora de testimoniar este maltrato. “Es más fácil pensar que las madres son unas
despechadas antes que reconocer y corregir las razones por las que uno de cada cinco niños sufre
abusos sexuales intrafamiliares en Europa”, añade la abogada citando datos del Consejo Europeo.
“Prefiero verla muerta”
“La frase recogida en el atestado policial del padre [‘prefiero verla muerta antes que no verla’] no
denota intención alguna de causar un mal a su hija y previsiblemente estuvo provocada por la
desesperación derivada de la imposibilidad de ver a su hija y por el hecho de verse imputado por un
delito de abuso sexual contra la misma”. Ésta es la conclusión a la que llega otro Juzgado de Plaza
de Castilla en su providencia de noviembre de 2015, valorando al padre como no culpable sin
haberle tomado declaración. La menor a la que se refería este padre tiene que huir cada martes
y cada viernes de cada semana para no ver a su progenitor. Este procedimiento también se ha
archivado, con razonamientos jurídicos que corroboran que, aunque no se mencione el SAP, los
jueces siguen relacionando las denuncias con la manipulación materna: “La denunciante, por un
sincero temor o por el motivo que fuere, muestra una voluntad férrea de que su hija no esté con su
padre y le transmite de forma clara y dinámica, siendo posible que la menor haya ido interiorizando
que su madre sufre enormemente cuando ella está con su padre y que, cuando cuenta cosas como
las denunciadas, su madre se siente reforzada para luchar contra el deseo de su padre de verla”.
En el caso de Viviana, la jueza obligó a madre e hijo a asistir a un centro de salud mental con el fin
de que ella “restructurase su sistema de ideas y creencias” y que el niño se preparase para iniciar
las visitas con el supuesto abusador. En octubre de 2014, esta madre se querelló contra el equipo
psicosocial adscrito a los juzgados de Valdemoro por un delito contra la Administración de Justicia en
su modalidad de emisión de dictamen falso de los artículos 459 y 460 del Código Penal. La querella,
sobreseída de plano y recurrida después, estuvo más de ocho meses metida en un cajón. Tras varias
quejas al Consejo General del Poder Judicial y al Defensor del Pueblo, finalmente ha sido inadmitida
sin practicar diligencia alguna.
Muchas madres se enfrentan a cuantiosas multas por incumplir el régimen de visitas estipulado por
el juez
En el caso de Victoria. el equipo psicosocial del juzgado había aconsejado que el menor debía vivir
con el padre y consideraba someter a la madre a intervención especializada para modificar su
interferencia en el mantenimiento de las relaciones paterno-filiales, a pesar de la existencia
de informes psiquiátricos, partes médicos y la denuncia de una profesora del menor en la que
también acusaba al padre de abusar del niño. “Los informes de estos profesionales [el equipo
psicosocial del juzgado] son asumidos acríticamente por los jueces, sin importar que no se les exija
especialización en psicología infantil o abuso sexual a menores, o que sus métodos carezcan de
garantías procesales, ya que no son públicos, y sus peritajes, insuficientes en número y tiempo, no
son grabados”, confirmó el Defensor del Pueblo en la reunión que mantuvo con los representantes
de Infancia Libre.
Otra muestra de la falta de garantías es el hecho de que estos funcionarios sólo citan para
evaluación a la madre y al menor. “¿Quién debería ser investigado por abusos, la madre y el menor
o el padre?”, se pregunta indignada la abogada de la asociación. “Igual que una mujer cuando dice
que su marido le pega o amenaza y los jueces no hacen ni caso, con los abusos a menores
ocurre lo mismo con el añadido de que el único adulto que los defiende, la madre, tampoco es
creída”, alegan desde Infancia Libre. De hecho, Save the Children destacaba en su último informe de
2013 que los tribunales obvian por lo general durante el proceso el hecho de que en la mayoría de
denuncias también hubiese indicios o pruebas de violencia machista hacia las madres, según señala
una de las afectadas de la asociación.
Desobeder lo injusto
Al hecho de que las declaraciones de los testigos directos (los menores) y los informes de
especialistas, expertos en la psiquiatría infantil pero ajenos a los juzgados, no cuenten para la
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Administración Pública frente a los de los peritos, se suma la negación recurrente de los
juzgados de familia de ordenar medidas cautelares, como la suspensión del régimen de
visitas, que eviten el peligro de que los menores vuelvan a ser agredidos. De hecho, en los casos ya
archivados, aunque el sobreseímiento no descarte que se haya producido el abuso sino la
insuficiencia de base probatoria sobre la que desarrollar el proceso, los juzgados de familia suelen
adoptar precipitadamente decisiones en materia de custodias y visitas poniendo en riesgo a los
niños. Es entonces cuando comienza para las madres y sus menores “el auténtico calvario”, en
palabras de la abogada de Infancia Libre. Muchas de ellas deciden arriesgarse a ser imputadas por
un delito de desobediencia tras incumplir el régimen de visitas estipulado por el juez. Es el caso de
Laura, cuyos hijos de 11 y 12 años están obligados por un juzgado de Violencia de Género a ver a su
padre a pesar de haber explicado ellos mismos ante dicho juzgado que no quieren verle. Con 900
euros de paro, esta madre tiene que hacer frente a multas de 300 euros al mes porque los menores
se niegan a ir con su padre, a pesar de que el Observatorio Estatal de Violencia de Género reconozca
en su último informe de expertos en psiquiatría que a los menores no se les debe presionar a hacer
algo que no quieren hacer. Si esta madre incumple el régimen de visitas, la guarda y custodia pasará
a manos del padre, amén de las condenas por falsa denuncia y por desobediencia.
Los psiquiatras advierten del peligro de revictimización de los menores por parte del sistema judicial
En palabras del doctor José Luis Pedreira Massa, responsable de psiquiatría infanto-juvenil en Clínica
La Luz de Madrid, el hecho de que estos niños tengan que seguir conviviendo con sus padres y de
que los abusos puedan, por tanto, persistir en el tiempo, puede provocar graves secuelas en
los menores, especialmente trastornos de comportamiento y conductas disociadas en el futuro. “Es
muy difícil tratar a un menor que ha sufrido una agresión, pero es mucho más complicado si estos
abusos continúan produciéndose. En muchos casos el niño puede llegar a convertirse en un
maltratador de mayor”, explica Pedreira. En concreto, en uno de los casos que ha llegado a la
asociación, en el periodo en que el menor siguió viendo a su padre llegó a sufrir un 37% de retraso
en su desarrollo madurativo y a autolesionarse, introduciéndose un dedo en el ano, tal como había
denunciado que le hacía su padre. El psiquiatra, además, hace hincapié en el peligro de
revictimización de los menores por parte de nuestro sistema judicial y, en especial, de los servicios
psicosociales: “Su método de comprobación de la fidelidad del testimonio del menor consiste en
hacerle repetir una y otra vez lo ocurrido, forzándole a revivir una experiencia perjudicial para él”.
La alianza entre capital y patriarcado
Desde la Asociación Infancia Libre han llevado sus quejas y propuestas a distintos representantes
políticos. En el caso de la Comunidad de Madrid, en el próximo Pleno del 4 de febrero la diputada de
Podemos Isabel Serra pedirá explicaciones a la Consejería de Políticas Sociales y Familia
sobre el funcionamiento del Centro Especializado de Investigación del Abuso Infantil (CIASI) y el
trabajo de los equipos psicosociales, ambos competencia del gobierno autonómico. En la Comunidad
de Madrid, el CIASI nació en 2005 ya privatizado. “Sus empleados han llegado a recomendar a las
madres no denunciar los abusos sexuales de sus hijos. Esto responde a la política del PP en esta
comunidad, que ha destruido o privatizado todos los servicios sociales para que los gestionen
empresas de sus amigos y hagan negocio”, señala Serra.
En el caso de la Asociación para la Protección del Menor, encargada de la mayoría de estos centros
en España, la organización está presidida por Marisa Sacristán, miembro de los Legionarios de
Cristo, cuyo fundador fue acusado de abuso sexual infantil. Sacristán, de ideología ultracatólica,
fue pionera en importar la visión de la teoría del Síndrome de Alienación Parental a través
de los puntos de encuentro familiares.
Tal y como señala Isabel Serra, diputada de Podemos en la Asamblea de Madrid, detrás de lo que
parece una respuesta neomachista al abordaje institucional de la violencia contra las mujeres y los
menores, se encuentran los intereses económicos de las empresas privadas que gestionan los
puntos de encuentro familiares. Estos centros, donde los menores son entregados por sus madres
durante las horas establecidas por el juez para que vean a sus padres, reciben fondos públicos de
hasta 3.000 y 9.000 euros por expediente. En ellos, sin embargo, no se llevan a cabo intervenciones
psicológicas con carácter terapéutico para los menores ni existe supervisión de padres e hijos
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durante las horas de encuentro. Se limitan a “facilitar o, mejor dicho, forzar la relación del hijo con
su progenitor”, aseguran desde Infancia Libre.
Temáticos:
Número 263
Abusos a la infancia
Abusos sexuales
Nombres propios:
SAP
Síndrome de Alienación Parental
Infancia Libre
Edición impresa:
Licencia:
CC-by-SA
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Tipo Artículo:
Normal
Autoría foto:
Álvaro Minguito
Autoría:
Paloma González
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