NOVELA ESPAÑOLA DESDE 1939 Es necesario empezar por la novela del exilio, creaciones realizadas por numerosos escritores simpatizantes de la causa republicana que tuvieron que exiliarse del país (en general hacia Sudamérica) y en cuyas obras destaca la trágica memoria de la guerra o la amarga vivencia de su vida fuera de España. Hay una tendencia hacia el realismo y lo social. Autores: Max Aub, Francisco Ayala, Rosa Chacel, Ramón J. Sender. Pueden distinguirse tres grandes etapas: 1) 2) 3) Década de los 40: caracterizada por el aislamiento social y político del país y por la ruptura con el pasado literario como consecuencia de la guerra civil. El exilio de buena parte de los escritores y la imposición de una severa censura favorecieron el desarrollo de una literatura existencial. Década de los 50: dominada por una literatura neorrealista denominada realismo social, A partir de los 60: se impone una literatura de carácter innovador y experimental. La novela en los años cuarenta: Se pueden diferenciar tres tendencias: la novela existencial, la novela tremendista y la novela realista tradicional. La novela existencial cultiva temas referidos a la miseria y sordidez de la vida cotidiana, la frustración y la angustia personal, la inadaptación social, la soledad y la muerte: los personajes son desarraigados, desorientados o marginados. Se utilizan las técnicas narrativas de la novela realista tradicional. Los autores más destacados son Carmen Laforet con su obra Nada y Miguel Delibes con La sombra del ciprés es alargada. La novela tremendista se caracteriza por recrear ambientes, situaciones y personajes de una gran dureza y violencia, inaugurada y cultivada por Camilo José Cela y su novela La familia de Pascual Duarte. La novela realista tradicional tiene sus máximos representantes en autores como Ignacio Agustí y Juan Antonio Zunzunegui. La novela en los años cincuenta: La corriente dominante es el realismo social (también conocido como neorrealismo o realismo crítico). Sus principales características son: se concibe cono un testimonio directo del momento histórico y como un instrumento de denuncia social y política; el objetivismo que impone que la función del novelista sea registrar con total objetividad los hechos y las conductas externas de personas o grupos, la estructura de la obra es sencilla y presenta una narración lineal que sigue el orden cronológico de los hechos, la acción se desarrolla en un corto tiempo y se le da importancia fundamental al diálogo como única forma de expresar el interior de los personajes que suelen ser protagonistas representativos de una clase o grupo social, el grupo es el verdadero protagonista (personaje colectivo); el lenguaje suele ser sencillo y accesible para el gran público. Los temas que se tratan suelen estar relacionados con la sociedad española de la época y pretenden denunciar las injusticias sociales tanto en el ámbito rural como en el mundo urbano y reflejar las relaciones establecidas en el mundo del trabajo. Los principales autores y obras son: Cela y La colmena (de 1951), Delibes con El camino (1950)y Rafael Sánchez Ferlosio y El Jarama; a ellos hay que añadir novelistas tan importantes como Ana Mª Matute, Carmen Martín Gaite, Torrente Ballester. La novela a partir de los sesenta: Se va produciendo un rechazo de la novela social y se observa un proceso de renovación narrativa porque comienza a considerarse que es inútil concebir la literatura como instrumento de cambio social que conlleva el empobrecimiento de la calidad artística. Aparece una novela experimental preocupada por los aspectos formales y lingüísticos del relato. El año clave es 1962 con la publicación de Tiempo de silencio de Luis Martín Santos. Los factores fundamentales para determinar el cambio: el conocimiento de los grandes novelistas europeos y norteamericanos del siglo XX y el descubrimiento de la nueva novela hispanoamericana. Las características más sobresalientes son: renovación de los elementos básicos de la novela, la trama pierde importancia, el argumento y los personajes se difuminan, se rompen los conceptos de tiempo y espacio; la estructura es abierta, gran flexibilidad en el narrador (aparece el monólogo interior); gran importancia de la renovación del lenguaje por medio de léxico rebuscado, juegos sintácticos, cambios tipográficos y ortográficos… Al anterior autor citado se debe añadir a: Juan Marsé (Últimas tardes con Teresa), Miguel Delibes (Cinco horas con Mario), Juan Goytisolo (Señas de identidad). Últimos narradores: A partir de 1975 se observa un abandono del experimentalismo y un resurgimiento de planteamientos más tradicionales recuperándose la trama argumental, volviendo a la ambientación realista. Es común el intimismo y cierto neoexistencialismo. Las tendencias son múltiples: amor, novela fantástica, de aventuras, costumbrista, histórica. COLEGIO INTERNACIONAL SEK EL CASTILLO DEPARTAMENTO DE FILOLOGÍA Áurea Barriga Martín Página 1