La situación económica es difícil: hay una gran pobreza entre los pequeños campesinos, que constituyen la mayoría de la población, como nos lo atestigua el poeta Hesíodo. A esto se une un incremento demográfico. Se acude como solución a dos medidas: la fundación de colonias y el desarrollo de la industria y del comercio marítimo. 3. La gran colonización Durante dos siglos (750 a.C.-550 a.C.) tiene lugar la llamada «gran colonización griega». La finalidad principal era buscar nuevas tierras de cultivo para asentar el excedente de población. Se trasplantaba la estructura política y social de la metrópoli, pero desde el principio el nuevo asentamiento gozaba de una autonomía plena. Los vínculos entre ambas comunidades eran únicamente religiosos y culturales. Desde territorio griego comienzan a viajar y a fundar ciudades que se llamarán colonias, “ap-oikia” (la casa de lejos).La ciudad afectada organizaba una expedición al mando de un jefe llamado oikisthV, que tras consultar el oráculo de Delfos sobre un lugar idóneo donde instalarse fundaba una nueva ciudad. Estas se sitúan en tres áreas fundamentales: 1) El mar Negro, llamado por los griegos Ponto Euxino: Calcedonia, Bizancio, Cícico, Ábidos, Trapezunte y Sínope son los enclaves más importantes. Algunos, como Bizancio, estarán llamados a ser foco importantísimo de civilización en la historia de Grecia. 2) Sicilia y el Sur de Italia: Síbaris, Tarento, Crotona, Cumas, Paestum en la Península Itálica, Siracusa, Gela, Agrigento y Selinunte en la isla de Sicilia 101 son las colonias más importantes. Su papel en la historia de Grecia fue decisivo. Toda el área se conoce con el nombre de Magna Grecia. 3) El norte de África: Cirene y Náucratis son dos enclaves importantes en territorio que hoy pertenece a Siria y a Egipto respectivamente. En especial la segunda fue la puerta que permitió a los griegos entrar en contacto con la fecunda riqueza del Nilo. Estos hechos socioeconómicos llevan a la aparición de una nueva clase social, la de los artesanos y comerciantes, intermedia entre la aristocracia y el campesinado. Y todo ello conduce a una progresiva pérdida de derechos de las clases superiores, lo que en ocasiones dio lugar a revueltas sociales. 4. La sociedad Las tensiones entre las distintas clases sociales son una característica de este periodo; pues mientras los campesinos se van empobreciendo y se endeudan hasta caer en la esclavitud, los "burgueses" exigen y reclaman una legislación que ampare a todos por igual. Durante siglos la justicia había sido impartida por los nobles sin que hubiese ningún tipo de documento escrito lo que favorecía que estos cometiesen atropellos y abusos de toda clase. Para poner fin a este situación aparecen en Grecia los primeros legisladores. Son figuras que gozaron de un prestigio casi mitológico, considerados en muchos casos como los hombres más sabios de la Antigüedad. Entre ellos cabe mencionar a Dracón y Solón en Atenas y a Licurgo en Esparta durante los siglos VII-VI a.C.. Sus reformas políticas fueron encaminadas a promulgar una constitución que acabase con los graves problemas sociales, especialmente con la esclavitud por deudas y con las venganzas familiares. En el caso de Solón, prohibió la esclavitud, abolió las 102 deudas y promovió una reforma social y agraria de grandes dimensiones. Pero la innovación política más importante de este periodo son los tiranos. De ascendencia aristocrática eran, sin embargo, enemigos de la nobleza y mantenían un régimen autoritario que se apoyaba en el pueblo y la burguesía mercantil. El más conocido de todos ellos fue Pisístrato de Atenas. A mediados del siglo VI hay una reacción aristocrática apoyada por Esparta que depone a casi todos los tiranos de Grecia. No obstante, tras su desaparición paulatina, los gobiernos de todas las polis griegas fueron implantando las constituciones democráticas. Este fue el primer paso hacia la aparición de la democracia en el siglo V. 5. La religión Si la cultura es expresión de los conocimientos y las creencias de una civilización, podemos reconstruir el mundo griego a través de sus principales manifestaciones: el arte, la literatura, la ciencia, la filosofia, la religión y la moral. En una sociedad presidida por el ideal aristocrático de belleza y armonía debía rendirse culto a estas dos virtudes representadas por alguna divinidad. Apolo es este dios que representa la luz y la medida; un dios que limita a cada hombre y delimita las esferas divina y humana. Todo lo que no sea proporcionado está fuera del mundo apolíneo. Ningún hombre puede ser demasiado valiente, demasiado sabio o demasiado fuerte sin sufrir la cólera divina y pagar por su delito de "ubriV". Tanto es así que en el santuario de Delfos había grabadas dos máximas: "Conócete a ti mismo" y "No vayas demasiado lejos". Junto al culto a Apolo, dios del orden y la medida, el culto a Dionisos, un dios popular abierto a todas las clases sociales. Sus seguidores 103 eran especialmente mujeres que según la tradición se entregaban a orgías de vino y baile. Este delirio sin freno les producía cierta enajenación, un éxtasis que les permitía sentirse en comunión con el dios. Se cuenta que eran muy frecuentes los desgarramientos y los desmembramientos de animales vivos y la omofagia (comer carne cruda). Son, en realidad, dos religiones opuestas. La apolínea intenta explicar la Naturaleza desde el hombre. Así queda resumido en la frase: "El hombre es la medida de todas las cosas ". Mientras que la religión dionisiaca intenta explicar la Naturaleza desde ella misma con toda su carga de crueldad y caos. 6. La moral ¿Qué ideal perseguían los griegos? ¿Qué modelo de comportamiento seguían? El hombre de esta época buscaba la "areth". Esta palabra representa la fuerza, el valor, la astucia, la belleza y todo aquello a lo que debía aspirar un hombre si quería conseguir la estimación de sus semejantes. Pero esta "areth "(virtud) no estaba al alcance de todos, sólo se obtenía por nacimiento, es decir, estaba reservada a que aquellos que pertenecían a la aristocracia, a la nobleza de sangre. Ellos conocían la areté de sus antepasados por los rapsodas, que cantaban las gestas y hazañas de estos héroes en poemas como Ilíada y la Odisea porque era en la guerra donde el hombre, como guerrero, alcanzaba valentía y honores. Como reflejo de estas luchas se instituyeron las competiciones atléticas, competiciones deportivas en honor de alguna divinidad olímpica en las que el ganador recibía honores casi divinos. Las más famosas son las de Qlimpia en honor de Zeus, celebradas cada cuatro años. Entorno a ellas se organizaban también obras de teatro, recitales poéticos, conciertos... Su importancia era tal que se acordaba una 104 tregua sagrada que paralizaba todos los conflictos. De estos acontecimientos panhelénicos estaban excluidos los extranjeros y por supuesto sólo podían competir los nobles porque eran los únicos que disponían de medios para la preparación deportiva. 7. Los juegos olímpicos Los juegos olímpicos, que tenían lugar en agosto cada cuatro años en Olimpia, eran los más importantes, hasta el punto que la fecha de celebración de los primeros fue utilizada como base de cómputo cronológico. Así, por ejemplo, algún escritor antiguo refiere que determinado acontecimiento tuvo lugar en el año segundo de la vigésima olimpiada, es decir, que, si la primera tuvo lugar en el 776 a. C., se trataría del año 694 a. C. Pero estos juegos no fueron los únicos: cada ciudad solía tener los suyos (como las célebres Panateneas de Atenas); también los tenían grupos de ciudades y, sobre todo, estaban los Panhelénicos (en los que podían participar todos los ciudadanos griegos), que revestían una trascendencia especial, dado que servían para estimular la conciencia nacional helena frente a los bárbaros. Representaban un papel sólo comparable al del teatro y al de los santuarios, como el de Apolo en Delfos, con su célebre oráculo, forjadores también de un sentimiento de unidad, y no eran sólo concursos deportivos, pues incluían también certámenes musicales y poéticos. Aunque prevalecieran los deportes, era algo más, un auténtico festival donde concurrían gentes de todo tipo, donde los escritores y pensadores daban publicidad a sus últimas producciones, donde se presentaban novedades de todas clases y donde se instalaban tenderetes, puestos de venta y atracciones. Los juegos píticos en 105 Delfos, los ísmicos en Corinto y los nemeos en Nemea eran otras competiciones similares a las de Olimpia. Los juegos eran anunciados por todo el orbe griego diez meses antes de su celebración por unos heraldos que proclamaban la tregua sagrada: las guerras y las hostilidades habían de suspenderse durante el mes en que se celebraban. No hacerlo constituía poco menos que un sacrilegio y era objeto de castigo. Eran organizados por los llamados helanódicas, que también los presidían, ayudados por una policía encargada de mantener el orden. Parece que duraban siete días. El primero se dedicaba a los actos de inauguración y el último a los de clausura, de suerte que las pruebas duraban cinco días. Estas eran básicamente el stadion o carrera de doscientos metros, cuyo vencedor daba nombre a la olimpiada; el diaulos o carrera de cuatrocientos metros; el dolichos o carrera entre tres y cinco kilómetros; el pentathlon o prueba compuesta de salto de longitud, lanzamiento de disco y jabalina, carrera y lucha cuerpo a cuerpo; la pygmé o rudo boxeo en que los púgiles se protegían los puños con tiras de cuero; el pancracio lucha libre y, finalmente, las carreras de cuádrigas. Estas últimas eran patrimonio exclusivo (por el precio de caballos y carros) de los nobles, quienes también solían participar en el pentathlon, pero que huían de las otras pruebas en que cada vez se tendía más a una especie de profesionalización de los participantes, contra la que ya entonces se alzaban voces. Las mujeres no sólo no podían participar, sino que tenían vedada la entrada a las pruebas, al menos las casadas. La tradición nos narra el caso de Terenice, mujer cuyo padre y hermano ya fueron vencedores en Olimpia, que se disfrazó de entrenador para ver a su hijo, púgil, en acción. Su victoria le entusiasmó tanto que se le cayó el disfraz y fue descubierta. Acto seguido la 106 perdonaron, pero desde entonces tanto los atletas como los entrenadores habían de ir totalmente desnudos para evitar casos similares. El último día se procedía a la proclamación de los vencedores, a los que como único premio se daba una corona de olivo. Se trataba de un timbre de gloria que no implicaba recompensa en metálico. Sin embargo, los vencedores eran cantados por los poetas (el gran Píndaro dedicó a algunos de ellos sus epinicios o cantos victoriosos), se les erigían estatuas y, de vuelta a sus ciudades, se les tributaban reconocimientos que a veces significaban resolverles la vida (como en Atenas, donde amén de recibir 500 dracmas en efectivo, eran mantenidos de por vida por el Estado). En Esparta, como honor especial, tenían derecho a luchar junto al rey en primera fila en las batallas; en otras ciudades aparecía su efigie en las monedas. Olimpia no fue nunca una ciudad. Se trataba de un conjunto de edificaciones religiosas (templos de Zeus y de Hera, pequeños templetes), deportivas (estadio, hipódromo, gimnasio) y públicas (Boleoteno, donde se celebraban las sesiones del comité olímpico; Pritaneo, donde se alojaban los huéspedes ilustres), que constituían una zona sagrada. El prestigio de los juegos fue tal que continuaron celebrándose hasta el año 393 de nuestra era, a pesar de ser considerados fiestas paganas. Sus templos fueron arrasados por orden del emperador romano Teodosio II. Las excavaciones arqueológicas se iniciaron hace más de un siglo, y hoy sus ruinas constituyen uno de los mayores atractivos de una visita a Grecia. 107 8. Características de la sociedad espartana. A diferencia de las demás ciudades griegas, la evolución de Esparta como ciudad-estado no pasó por las mismas fases de gobierno que el resto de polis: la tiranía y la democracia. Esparta se convirtió en un estado militarista que buscó su expansión a costa de sus vecinos, los mesenios, con los que sostuvo terribles luchas y a los que esclavizó. Tal vez porque pensaron que la relación 108 con el exterior les iba a impedir mantener el control sobre los sometidos, corriendo el peligro de que estos se rebeleran y destruyeran la ciudad. De esta manera, Esparta se replegó sobre sí misma desde el siglo VI a. C.: mantuvo la moneda de hierro para impedir o trabar las relaciones comerciales importantes; rechazó todo contacto con el exterior, impidiendo los viajes de los espartanos y la permanencia de extrajeros. La vida cultural se anquilosó. La población estaba dividida en tres grupos sociales: los espartanos, los únicos que poseían derechos políticos. Los periecos especie de campesinos que gozaban de cierta libertad pero no tenían derechos políticos y los iliotas que eran auténticos siervos del Estado. Las principales magistraturas espartanas eran: – La realeza: dos reyes, representantes de las casas reales "Ágidas y Euripóntidas", ostentaban el poder. No se sabe exactamente por qué. Aristóteles cree que de esta manera se vigilaban mutuamente; pero la razón debe ser otra. En todo caso los reyes tenían muy poco poder político en Esparta; de hecho, son funcionarios militares cuya misión específica era mandar al ejército en campaña, aunque si uno de los dos salía a la guerra el otro permanecía en la ciudad. – Los éforos: eran, en total, cinco funcionarios que tenían el máximo poder. Se elegían anualmente y sus prerrogativas superaban a las de los mismos reyes. Dirigían la política exterior: decretaban la movilización del ejército y decidían cuándo debía partir para la guerra. Decretaban a los generales en campaña y les transmitían sus órdenes por medio de las "escítalas"- unas correas estrechas enrolladas a una vara sobre la cual 109 se escribía a renglón seguido; de modo que para leer el despacho era preciso enrollar las órdenes de nuevo en estas cintas especiales. – El senado llamado en laconio "Gerujía" y en ático "Gerusia" _Era ,de hecho, una comisión de jefes de las principales tribus y familias, que cooperaba en las deliberaciones y resoluciones del Estado. Se componía de ventiocho miembros. El cargo era vitalicio y se precisaba tener sesenta y ocho años para ser elegido. La elección se realizaba por aclamación. Resultaba elegido aquel cuya presentación iba acompañada de mayor griterío y ruido. Los senadores desempeñaban, además funciones de juez en cusas de homicidios y alta traición. – La asamblea o Apella estaba constituida por los espartanos (esparcitas) que estuvieran en posesión de sus derechos políticos y fuesen maores de treinta y un años. Tenían la misión de aprobar o desechar los acuerdos previos de la Gerusia, y de elegir a los gerontes y senadores. Pero esta aprobación se realizaba sin previa deliberación y bien por el procedimiento del grito, de la mano alzada o el voto. La realidad es que el papel de la asamblea era casi una pantomima. El auténtico poder estaba en manos de los éforos. 110