Prodavinci

Anuncio
1
Prodavinci
Las primeras deportaciones nazis
Deutsche Welle · Wednesday, October 19th, 2016
Horst Selbiger ha preparado bien el discurso que dará el 19 de octubre ante los
asistentes al aniversario de las primeras deportaciones. Entre ellos se cuentan
numerosas celebridades, como el presidente del Bundestag, Norbert Lammert.
Selbiger, de 88 años de edad, conoció personalmente a muchas de las personas que
salieron del andén 17 de Berlín-Grunewald camino a la muerte. Entre ellas había
amigos íntimos y varios familiares. Él y sus padres tuvieron suerte. No fueron
deportados, y sobrevivieron.
Desde la vía 17
Para preparar el aniversario de las deportaciones, Selbiger viajó desde Berlín hasta la
estación de destino de los primeros conocidos como “Osttransports” (Transportes
hacia el este): el Gueto de Łódź (Litzmannstadt en alemán), en Polonia. “Ahí volví a
sentir de nuevo todas las emociones”, cuenta Selbiger en su pequeño y ordenado
apartamento. “Es increíble la brutalidad con la que los nazis trataron y gasearon a
personas completamente inocentes”.
La sistemática deportación de judíos desde Alemania hacia el este de Europa comenzó
a mediados de octubre de 1941, meses antes de la conferencia de Wannsee en la que
se planeó meticulosamente el asesinato sistemático de los judíos.
El “reasentamiento” de los nazis
En los documentos oficiales del régimen nazi sobre las deportaciones se utilizan, entre
otros, los eufemismos “reubicación” y “evacuación”. En realidad, todas estas personas
fueron transportadas por la Deutsche Reichsbahn (compañía estatal de ferrocarriles) a
la muerte, los guetos y los campos de trabajo y de concentración nazis. Iban montados
en vagones de transporte ya en desuso; posteriormente lo hicieron hacinados en
transportes de ganado.
El primer tren salió desde el andén 17 de la estación de Berlín-Grunewald el 18 de
octubre de 1941. El destino de 1089 niños, mujeres y hombres era el Gueto de Łódź.
Prodavinci
-1/2-
19.10.2016
2
Cuando terminó la guerra, más de 50.000 judíos berlineses habían perdido la vida,
víctimas del terror nazi.
Hoy en día, el monumento a dicho andén está situado a las afueras de la capital
alemana. Ahí pronunciará su discurso Horst Selbiger. “El andén 17 es para mi el lugar
de donde emanaba el sufrimiento. Los niños éramos más inteligentes que los adultos.
En 1941 ya sabíamos que los judíos iban a ser exterminados como insectos”. Aunque
los adultos vivían engañados, Selbiger y sus compañeros de colegio llevaban tiempo
observando la deportación masiva de judíos.
Horst Selbiger nació en Berlín en el año 1928. Su madre no era judía, pero por deseo
de su padre, que era judío, fue criado religiosamente. Asistió a una escuela judía hasta
que fue cerrada. A partir de 1942 tuvo que realizar trabajos forzados. En 1943 fue
detenido y por poco –al igual que sus padres- no fue deportado a Auschwitz.
Después llegaron los años de la RDA. Una época en la que Selbiger participó
activamente en la sociedad alemana. Más tarde, cuando le prohibieron trabajar y lo
expulsaron del Partido Socialista Unificado de Alemania (SED, por sus siglas en
alemán) emigró a Alemania occidental.
Con cicatrices en el cuerpo y en el alma, Selbiger se prejubiló cuando todavía no había
cumplido los 50, consumido por todo lo que había sufrido en su vida.
Autor: Volker Witting.
This entry was posted
on Wednesday, October 19th, 2016 at 6:50 am and is filed under Actualidad
You can follow any responses to this entry through the Comments (RSS) feed. You can
leave a response, or trackback from your own site.
Prodavinci
-2/2-
19.10.2016
Descargar