Los Fernán-Núñez, herederos de los Zapata La Guerra Civil en la

Anuncio
r
Gue
i
v
C
il
a
r
9
3
19
Una protección de hormigón
armado
Un refugio bajo el castillo
Y en los rellenos del foso y bajo el
castillo, se excavó un túnel que
debía de servir de refugio durante
los bombardeos y quizás como
almacén de municiones.
8-h
El «nido» (o casamata) está semienterrado para
ofrecer menos superficie a los impactos de los
obuses y así proteger a los tiradores que, a través
de su única abertura, en tiro rasante, dispararían una ametralladora de gran calibre.
Está orientado hacia el este, en una posición dominante sobre la ladera del arroyo
de Rejas (como el castillo), por donde podría llegar un ataque enemigo.
Apostados en las ruinas
Las ruinas del castillo también se
aprovecharon durante la guerra
como improvisado fortín. Para
ello, en las paredes aún en pie, se
abrieron unos huecos de disparo.
189
Una posición dominante
Otras huellas de la
guerra en el castillo
¿Qué sabemos?
La Guerra Civil en la Alameda
Las excavaciones han
permitido encontrar restos de la
munición empleada por las
tropas asentadas en el castillo
Los defensores asentaron varias divisiones en la zona. El general Miaja
instaló su puesto de mando en el palacio del Capricho y construyó en
los jardines un refugio subterráneo (búnker), aún conservado, y,
alrededor, situó varios puntos de observación, como el castillo y el nido
de ametralladoras.
El título de Condes de Barajas pasó a manos del Conde de
Fernán-Núñez en 1785, primo de la condesa, al morir ésta
sin descendencia. También pasaron la finca y el castillo, aunque
éste ya estaba abandonado.
En 1898, la Duquesa de Fernán-Núñez decidió
edificar junto al castillo un panteón familiar,
aún hoy propiedad de la familia, bien
conservado y en uso. Se trata de una pequeña
capilla de estilo neogótico, muy en boga a
finales del siglo xix dentro de la corriente
historicista. La duquesa encargó la capilla a un
renombrado arquitecto madrileño: el Marqués
de Cubas.
Las excavaciones del «nido» han revelado que, tras la guerra, la casamata se reutilizó como vivienda,
por increíble que nos pueda parecer. En el acceso, se instalaron una escalera y un pequeño almacén.
La toma de Madrid se convirtió desde un primer momento en objetivo fundamental de
las tropas nacionales. Tras un rápido avance por el oeste en noviembre de
1936, la ofensiva se detuvo a orillas del Manzanares. Por ese motivo, el
general Franco decidió abrir un nuevo frente por el sudeste. También con
la idea de cortar el enlace con las carreteras de Barcelona y Valencia, por
donde llegaban los suministros a Madrid.
oy
Los Fernán-Núñez,
herederos de los Zapata
Blasón de los Duques
de Fernán-Núñez en la
fachada del panteón
La construcción del panteón
De la guerra a la paz: ocupación posterior del nido
La defensa de Madrid
¿Qué sabemos?
P
an
l
E
t
n
¿Cómo eran?
¿Cómo era?
El panteón de los Fernán-Núñez
eo
1
6
93
Un nido de ametralladoras de la Guerra Civil
4b
El Marqués de Cubas,
construyó otros importantes
edificios religiosos
neogóticos en Madrid a
finales del siglo XIX, como la
iglesia de Santa Cruz (en la
foto) en 1888 © Félix Martín
Sánchez
Entrada del búnker del general
Miaja
Una rehabilitación del castillo
que no se llevó a cabo
Unas décadas antes, en 1856, la duquesa
proyectó recuperar el castillo como residencia
rural. Se conserva incluso un dibujo del
proyecto. Nunca se llegó a poner en marcha.
Sin duda, de no haberse arrepentido, hoy el
aspecto del castillo sería muy distinto.
La batalla del Jarama
¿Qué estamos viendo?
El nido de ametralladoras
Finalmente la ofensiva se desencadenó en febrero de 1937, más al sur, en la confluencia entre el
Manzanares y el Jarama. Fue sangrienta. El rigor del invierno acentuó su dureza. Se estima que
murieron más de 15.000 soldados. Tras un mes de combate, las tropas republicanas consiguieron
rechazar a las nacionales. Madrid no cayó en poder del ejército de Franco hasta el 28 de marzo de 1939.
¿Qué estamos viendo?
El panteón
Eje histórico-cultural de la Alameda de Osuna
Descargar