Auswahl Gedichte Rubén Darío (Sitzung 3.7./10.7.) Sinfonía en Gris Mayor Ite, missa est El mar como un vasto cristal azogado refleja la lámina de un cielo de zinc; lejanas bandadas de pájaros manchan el fondo bruñido de pálido gris. Yo adoro a una sonámbula con alma de Eloísa, virgen como la nieve y honda como la mar; su espíritu es la hostia de mi amorosa misa, y alzo al són de una dulce lira crepuscular. Ojos de evocadora, gesto de profetisa, en ella hay la sagrada frecuencia del altar: su risa en la sonrisa suave de Mona Lisa; sus labios son los únicos labios para besar. Y he de besarla un día con rojo beso ardiente; apoyada en mi brazo como convaleciente me mirará asombrada con íntimo pavor; la enamorada esfinge quedará estupefacta; apagaré la llama de la vestal intacta ¡y la faunesa antigua me rugirá de amor! De invierno En invernales horas, mirad a Carolina medio apelotonada, descansa en el sillón, envuelta con su abrigo de marta cibelina y no lejos del fuego que brilla en el salón. El fino angora blanco, junto a ella se reclina, rozando con su hocico la falda de Aleçon, no lejos de las jarras de porcelana china, que medio oculta un biombo de seda del Japón. Con sus sutiles filtros la invade un dulce sueño: entro, sin hacer ruido: dejo mi abrigo gris; voy a besar su rostro, rosado y halagüeño como una rosa roja que fuera flor de lis; abre los ojos; mírame, con su mirar risueño, y en tanto cae la nieve del cielo de París. El sol como un vidrio redondo y opaco con paso de enfermo camina al cenit; el viento marino descansa en la sombra teniendo de almohada su negro clarín. Las ondas que mueven su vientre de plomo debajo de muelle parecen gemir. Sentando en un cable, fumando su pipa, está un viejo marinero pensando en las playas de un vago, lejano, brumoso país. Es viejo ese lobo. Tostaron su cara los rayos de fuego del sol del Brasil; los recios tifones del mar de la China le han visto bebiendo su fracaso de gin. La espuma impregnada de yodo y salitre ha tiempo conoce su roja nariz, sus crespos cabellos, sus bíceps de atleta, su gorra de lona, su blusa de dril. En medio del humo que forma el tabaco ve el viejo el lejano, brumoso país, adonde una tarde caliente y dorada tendidas las velas partío el bergantín… La siesta del trópico. El lobo se aduerme. Ya todo lo envuelve la gama del gris. Parece que un suave y enorme esfumino del curvo horizonte borrara el confín. La siesta del trópico. La vieja cigarra ensaya su ronca guitarra senil, y el grillo preludia un solo monótono en la única cuerda que está en su violín. Venus Yo persigo una forma En la tranquila noche, mis nostalgias amargas sufría. En busca de quietud bajé al fresco y callado jardín. En el oscuro cielo, Venus bella temblando lucía, como incrustado en ébano un dorado y divino jazmín. Yo persigo una forma que no encuentra mi estilo, botón de pensamiento que busca ser la rosa; se anuncia con un beso que en mis labios se posa al abrazo imposible de la Venus de Milo. A mi alma enamorada, una reina oriental parecía, que esperaba a su amante, bajo el techo de su camarín, o que, llevada en hombros, la profunda extensión recorría, triunfante y luminosa, recostada sobre un palanquín, Adornan verdes palmas el blanco peristilo; los astros me han predicho la visión de la Diosa; y en mi alma reposa la luz como reposa el ave de la luna sobre un lago tranquilo. "¡Oh, reina rubia--díjole--, mi alma quiere dejar su crisálida y volar hacia ti, y sus labios de fuego besar; y flotar en el nimbo que derrama en su frente luz pálida, Y no hallo sino la palabra que huye, la iniciación melódica que de la flauta fluye y la barca del sueño que en el espacio boga; y en siderales éxtasis no dejarte un momento de amar. El aire de la noche refrescaba la atmósfera cálida, Venus, desde el abismo, me miraba con triste mirar. y bajo la ventana de mi Bella-Durmiente, el sollozo continuo del chorro de la fuente y el cuello del gran cisne blanco que me interroga. Leda El cisne en la sombra parece de nieve; su pico es de ámbar, del alba al trasluz; el suave crepúsculo que pasa tan breve las cándidas alas sonrosa de luz. Y luego en las ondas del lago azulado, después que la aurora perdió su arrebol, las alas tendidas y el cuello enarcado, el cisne es de plata bañado de sol. Tal es, cuando esponja las plumas de seda, olímpico pájaro herido de amor, y viola en las linfas sonoras a Leda, buscando su pico los labios en flor. Suspira la bella desnuda y vencida, y en tanto que al aire sus quejas se van, del fondo verdoso de fronda tupida chispean turbados los ojos de Pan. Zum Vergleich/zur Diskusion: Ein Schwanengedicht von Delmira Agustini El cisne Pupila azul de mi parque Es el sensitivo espejo De un lago claro, muy claro!... Tan claro que a veces creo Que en su cristalina página Se imprime mi pensamiento. Flor del aire, flor del agua, Alma del lago es un cisne Con dos pupilas humanas, Grave y gentil como un príncipe; Alas lirio, remos rosa... Pico en fuego, cullo triste Y orgulloso, y la blancura Y la suavidad de un cisne... El ave cándida y grave Tiene un maléfico encanto; -Clavel vestido de lirio, Trasciende a llama y milagro!... Sus alas blancas me turban Como dos cálidos brazos; Nigunos labios ardieron Como su pico en mis manos; Niguna testa ha caído Tan lánguida en mi regazo; Ninguna carne tan viva He padecido o gozado: Viborean en sus venas Filtros dos veces humanos! Del rubí de la lujuria Su testa está coronada: Y va arrastrando el deseo En una cauda rosada... Agua le doy en mis manos Y él parece beber fuego, Y yo parezco ofrecerle Todo el vaso de mi cuerpo... Y vive tanto en mis sueños, Y ahonda tanto en mi carne, Que a veces pienso si el cisne Con sus dos alas fugaces, Sus raros ojos humanos Y el rojo pico quemante, Es solo un cisne en mi lago O es en mi vida un amante... Al margen del lago claro Y o le interrogo en silencio... Y el silencio es una rosa Sobre su pico de fuego... Pero en su carne me habla Y yo en mi carne le entiendo. -Aveces ¡toda! soy alma; Y a veces ¡toda! soy cuerpo.Hunde el pico en mi regazo Y queda como muerto... Y en la cristalina página, En el sensitivo espejo Del algo que algunas veces Refleja mi pensamiento, El cisne asusta de rojo, Y yo de blanca doy miedo!