Radio comunitaria en España

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¿QUÉ ES LA RADIO COMUNITARIA?
La Radio Comunitaria es aquella estación gestionada autónoma y democráticamente por una asociación no
lucrativa y no gubernamental cuya función esencial es la radiodifusión y que, como expresión del ejercicio del
derecho humano a la comunicación, brinda un servicio a la comunidad donde se ubica o dirige, favoreciendo
su participación en el medio radiofónico.
La radio comunitaria es una práctica alternativa de comunicación radiofónica que tiene como nociones
fundamentales en su concepción democratizadora de la comunicación:
• El acceso participativo.
• La horizontalidad comunicacional.
• La descentralización del medio.
• La recuperación popular de la capacidad de comunicar.
• La pluralidad de palabra.
La radio comunitaria se hace desde el pueblo, desde la gente, desde la vida cotidiana, desde un estilo y un
método que cambia contenidos, lenguaje, tono, formato de programas y en general el modo de producción
radiofónico en el sentido del nuevo paradigma del derecho a la comunicación y de un concepto profundo de
democracia como sistema que posibilita el desarrollo integral de las potencialidades humanas.
APROXIMACIÓN A LA RADIO COMUNITARIA EN ESPAÑA
Desde su origen, esta tecnología interactiva (radio) es utilizada para la distribución en un solo sentido: un
emisor y múltiples receptores, configurándose desde el inicio de la radiodifusión los dos modelos que van a
caracterizar el sistema radiofónico a nivel internacional:
• Libre explotación comercial.
• Servicio Público Estatal.
La tendencia de la libre explotación comercial se impone fundamentalmente en EE.UU., y serán los
industriales del sector electrónico y los sectores comerciales quienes reclamen, defiendan, y apoyen esta
opción. Por el contrario, en Europa, salvo algunas excepciones como España, los Gobiernos optan por el
Servicio Público justificándolo mediante razones de orden técnico y de seguridad nacional. También desde el
principio existe otra concepción de uso de esta tecnología radiofónica, que responde a la demanda que surge
de las necesidades expresivas de los sectores populares que no eran satisfechas por el sistema de radiodifusión
imperante y que ensaya un uso social del medio, un uso emancipador de la radio.
Tres períodos
• El primer período comienza después de la I Guerra Mundial. Surgen las Radios de Liberación Social
o Nacional. Ejemplo de ello son los radio−clubs obreros en la Alemania del 21, las radios de las
organizaciones populares de la Guerra Civil española, Radio Rebelde (Cuba), la Voz de Argelia y
otras. Actualmente sus principales exponentes están en Radio Farabundo Martí y Radio Venceremos
del Salvador o en Radio Freedon del Congreso Nacional Africano.
• El segundo período comenzaría en los años 60 y se caracterizaría por una alianza del medio con las
nuevas teorías de educación popular desarrolladas por personas como Paolo Freire en Pedagogía del
Oprimido y también por el debate, a comienzos de los 70, sobre el Nuevo Orden Municipal de la
Información y Comunicación desarrollado en el seno de la UNESCO que propiciaría la búsqueda de
alternativas. En el primer caso, se desarrollan las prácticas de comunicación popular en radiodifusión
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y tiene su principal exponente en ALER (Asociación latinoamericana de Educación Radiofónica) y
sus emisoras asociadas. En el segundo caso, las numerosas emisoras en África y Asia que se
desarrollan al amparo de proyectos locales auspiciados por los programas de UNESCO.
• El tercer período comienza en los años 80, se distingue por el desarrollo del concepto de Radio
Participativa, que se fundamenta en la correlación entre democracia participativa o profundización
de la democracia y la necesidad de unos medios participativos de comunicación. Esto condujo a una
práctica radiofónica que se acerca a la visión de Bertolt Brech hace 60 años, quien expuso que la
radio podría ser el aparato de comunicación más formidable que imaginarse pueda para la vida
pública, un sistema de canalización enorme, o mejor dicho, podría serlo, si supiera no solamente
hacer que el oyente escuchara, sino que hablase: no aislarlo, sino ponerlo en relación con los demás.
Sería preciso que la radio, abandonando su actividad suministradora, organizase este
aprovechamiento por obra de los mismos oyentes (Teoría de la Radio, 1931).Este modelo alternativo
de uso de la radio propone la comunicación como objetivo del medio y en consecuencia incorpora
nociones como horizontalidad, pluralidad de palabra, y autogestión popular. Este concepto de Radio
Participativa o Comunitaria tiene sus pioneros en Europa: Italia, Francia, Bélgica y España, en
América serán EE.UU., Canadá, y Nicaragua, que desde su origen ensayan la creación de redes
internacionales para el ejercicio de la cooperación, la solidaridad, el intercambio informativo, la
producción radiofónica y el desarrollo de la radio de tipo comunitario en el mundo.
En 1983 se celebra la primera Asamblea Mundial de Artesanos de Radio, abriéndose una dinámica
internacional que ayudaría notablemente a la cristalización de este último modelo. Posteriormente en
Nicaragua, en1988, ésto se concretaría con la creación de la primera Organización No Gubernamental de
emisoras de este tipo: Asociación Mundial de Radios Comunitarias (AMARC).
CONCEPTO Y NATURALEZA DE LA RADIO COMUNITARIA
La práctica de la radio comunitaria apunta siempre hacia la democratización de la comunicación radiofónica y
en modo alguno se pone al servicio de élites bien pensantes, intereses privados o institucionales y hace de la
participación popular un elemento central de su naturaleza. Apunta a la desmitificación de la comunicación,
donde el ciudadano es percibido como sujeto deseoso y capaz de transmitir información a sus semejantes y no
simplemente como objeto o consumidor. Su práctica está centrada en la comunidad, en sus necesidades y en
sus problemas, pero también en sus fuerzas y realizaciones.
La eclosión de múltiples experiencias de radios comunitarias surgiría inicialmente como una reacción a las
tendencias de concentración y centralización de los medios de comunicación que configuran el orden actual, y
frente a unos contenidos informativos que legitiman situaciones de explotación, opresión e injusticia social.
En España, aún sin reconocimiento legal, la emisora de tipo comunitario sería definida por la Coordinadora de
Radios Comunitarias como: aquella estación sin finalidad lucrativa que es gestionada democráticamente por
una asociación cuya función esencial es la radiodifusión, desde la independencia política, económica o
ideológica y que, como expresión del ejercicio popular del derecho a la comunicación que es, brinda un
servicio a la comunidad donde está ubicada o se dirige, favoreciendo la participación de ésta en el medio. Es
preciso subrayar que la Radio Comunitaria no será un modelo acabado o cerrado, las nociones e ideas (fuerza
anteriormente apuntadas) nos ayudan a comprender e interpretar su práctica, pero la radio comunitaria es
contradictoria: cambia, avanza, retrocede, es lugar de conflicto, recoge contradicciones sociales, se hace y
rectifica en la experimentación de cada día.
Historia reciente de España
La primera emisora que reclamaba la libertad de emisión y el derecho a la comunicación radiofónica en
España se sitúa en el año 79, en Barcelona, con la puesta en funcionamiento de Ona Lliure. Sería el primer
detonante, amplificado por las represalias institucionales que sufriría de manera inmediata. Cataluña, Aragón,
Euskadi, desarrollarán emisoras libres, mientras el Gobierno procedía a la aprobación del Plan Técnico
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Transitorio de FM en ese mismo año. En dos fases, el Plan que asignaba 330 concesiones en todo el
territorio era distribuido, otorgándose las licencias sin publicidad, ni control parlamentario. Cristalizan los
grupos multimedia y las nuevas cadenas (Antena 3, Radio 80) junto a las FM asignadas en el período
franquista (SER− CADENA− RATO), configurarían junto al Estado lo que se ha venido a nominar como
oligopolio radiodifusor.
En el período de 1984−87 la situación se caracteriza por un incremento notable de emisoras de FM que
realizan su actividad sin licencia, un conflicto muy fuerte entre las radios públicas y comerciales (guerra de las
ondas), que tenía como telón de fondo la lucha por el control de la audiencia, por el reparto de ingresos
publicitarios, y por una ausencia de normativa que permitiera intervenir al Gobierno en el denominado caos de
la radio. Esto se intenta paliar con la Ley de Ordenación de las Telecomunicaciones que especifica las
formas de gestión de las concesiones y el régimen sancionador para una intervención disciplinaria. La LOT
consagraba muchas reivindicaciones planteadas por la Asociación Española de la Radiodifusión Privada,
también anunciaba el reconocimiento por ley de las radios municipales (radios públicas locales) y en su
disposición adicional sexta abría la posibilidad de gestión indirecta a entidades sin finalidad lucrativa. Era una
puerta abierta a la posibilidad de la radiodifusión comunitaria en España. Durante ese período las radios libres
se desarrollan fundamentalmente en el eje Madrid− Valencia durante los primeros años de gobierno del
PSOE. Cuando se aprueba la LOT, las radios libres entran en una profunda crisis pues la estrategia de
desgaste aplicada por el Gobierno comienza a notarse: falta de ayudas, silencio administrativo,
descalificaciones y desinformación sobre la labor de las emisoras, oferta de radios municipales como
alternativa.
Es necesario esperar a finales del 88 para que desde este detritus del progresismo radiofónico se construya una
alternativa y se inicie una nueva etapa. Los elementos configurativos son la proximidad de la aprobación del
Plan Técnico de FM y la convocatoria del concurso público de concesiones, en el plano internacional la
creación de la Asociación Mundial de Radio Comunitarias (AMARC) y la posterior constitución de la
Coordinadora Estatal de Radios Libres Comunitarias. El Plan Técnico no realizó reserva de espacio para
radios comunitarias y sí lo hizo para las emisoras municipales cuyas previsiones alcanzaban un millar de
estaciones sin existir paralelamente estructuras de gestión, ni capacidad de producción radiofónica en los
Ayuntamientos. Las radios libres comunitarias denunciaron este primer reparto de poder explicando que no
resolvía el problema de la demanda de acceso al éter.
En el plano internacional, las redes y contactos se desarrollaban: primero Octopues en Holanda, después la
FERL en Francia y la creación de AMARC en Canadá. A nivel nacional, las emisoras se agrupan, se define el
concepto de radio comunitaria, se opta mayoritariamente por participar en el concurso público de FM, se
abren contradicciones de fundamento en el área difusa de las radios libres y finalmente se entra en una crisis
motivada por la resolución del concurso público que margina a la radio comunitaria. La situación concluye
con numerosos contenciosos, una denuncia ante el Defensor del Pueblo, motivada por la política de
concesiones y la ausencia de una Ley con carácter orgánico para la aplicación y desarrollo del artículo 20 de
la Constitución y la apertura de una campaña por el reconocimiento legal de las radios comunitarias en
España.
• La radio comunitaria ha posibilitado el acceso directo del público y ha desmitificado el medio frente a
la idea restrictiva del profesionalismo que limitaba, en el mejor de los casos, el uso de la radio y el
acceso público a una concepción conductista de la participación.
• La radio comunitaria ha creado lugares para la experimentación y el desarrollo de la actividad
radiofónica, frente a la estandarización del producto radiofónico impulsado por la lógica comercial.
• La radio comunitaria ha multiplicado los puntos de producción cultural en un país que está
ampliamente necesitado de infraestructura cultural.
• Ha ensayado, en la práctica, un modelo alternativo de gestión radiofónica, la asociación de radio,
frente al modelo estatal o la sociedad anónima comercial.
• La radio comunitaria ha abierto un nuevo campo laboral para estudiantes de Ciencias de la
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Información, donde el técnico debe ser un comunicador que viva y se identifique en el espíritu libre
de la radiodifusión comunitaria, estimulando, fomentando, animando y enseñando la comunicación.
• También, y en otro nivel, habría de apreciarse el impacto en realización radiofónica que supuso
cambios en formas de hacer radio en emisoras públicas locales y nacionales o el desarrollo y fomento
de talleres de animación juvenil radiofónica a lo largo del país.
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