b R31 LATERCERA Sábado 16 de marzo de 2013 pirándolo a celebrar su viaje hacia lo que creía eran las Indias, Marco Polo (1254-1324), un comerciante veneciano, viajó durante ¡24 años! por Asia descubriendo y luego revelando maravillas insospechadas para un mundo occidental que apenas había tocado los bordes de Oriente. Su obra, “Libro de las Maravillas del Mundo”, normalmente presentado, hoy, como “Los Viajes de Marco Polo”, no sólo inspiró a Cristóbal Colón sino a innumerables contemporáneos de Polo que siguieron sus pasos, establecieron nuevas rutas comerciales y prepararon cambios de importancia en la circulación del dinero y del poder. Yendo aun más atrás, parte fundamental del grado de influencia que llegaría tener la cultura griega en el mundo mediterráneo y, a la larga, en la constitución de nuestra civilización occidental, fueron los miles de griegos anónimos que desde aproximadamente el siglo 9 A.C cubrieron las costas de dicho mar con colonias de las polis. Sin su enorme dispersión en aguas de mar Egeo, del Tirreno, del Hadriático, frente a las costas de España y Francia, etc., la fuerza y presencia de esa civilización no hubiera sido tanta como para impregnar a Roma y su Imperio y, con un efecto aun más lejano, a la Europa medieval y moderna. bre logra financiar una expedición para encontrar otra ruta de negocios hacia el Oriente y descubre América; ciudadanos pobres de alguna polis griega se ponen en marcha para ganarse la vida en nuevas tierras y sin saberlo siembran las semillas de la civilización occidental; comerciantes venecianos se adentran en Asia para desarrollar nuevos contactos de negocios y revelan un entero universo, hasta entonces desconocido. En la historia humana en su conjunto lo inesperado, el golpe de suerte o mala suerte, el accidente, la sorpresa, aun el encuentro banal puede desenvolver, como en la vida privada de cualquiera, lejanas y grandes consecuencias. Alma ¿Qué nos depara el recién inaugurado observatorio lla- No es exagerado decir que el viaje de Alexis y su libro descorrieron la cortina de una entera civilización ante los ojos asombrados de millones de estudiantes del viejo mundo. Paradoja Que simples traslados en el espacio físico de personas casi siempre comunes y corrientes, de individuos con nombre y apellido sumidos en sus propios asuntos, en negocios o reformas carcelarias y en todo caso nunca inspirados por una idea epopéyica de descubrir tierras o civilizaciones, que viajes inspirados de esa manera, repetimos, puedan de rebote producir tales trasformaciones es una de las paradojas de la historia humana. Cuando se piensa en grandes cambios sociales automáticamente la mirada se vuelca a explicaciones mayúsculas, esas que convocan fuerzas inmensas, choques de clases, guerras, grandes líderes religiosos, la expansión de doctrinas y credos, invasiones bárbaras, inventos decisivos, etc., pero nunca consideramos los efectos de uno o dos viajes, de contactos inesperados, del desembarco en una playa de una pandilla de harapientos o de un comerciante con sus cajas de mercancías. “Efectos inesperados” es la expresión clave. Un hom- En la historia humana en su conjunto lo inesperado, el golpe de suerte, el accidente, la sorpresa, aun el encuentro banal puede desenvolver grandes consecuencias. mado Alma? Sus docenas de antenas parabólicas nos llevarán aun más lejos de lo que jamás se ha logrado hasta ahora, no sólo a los más remotos confines del espacio sino también del tiempo, aunque ambas dimensiones, en esa escala apoteósica, se funden en una sola entidad, el “espacio-tiempo”. También se confunden, en esta escala monumental, la astronomía con la cosmología. Ya no se trata simplemente, como en el siglo XIX y anteriores, de medir distancias hacia tales o cuales cuerpos celestes, de hacerse preguntas sobre los canales de Marte o sobre sus satélites Phobos y Deimos; las preguntas se confunden ahora con el origen de las cosas, con su sustancia última. ¿Es este el único universo que jamás haya existido? ¿Hay un “antes” antes del big bang? ¿Hay universos paralelos en número infinito? Y más aun, si acaso dichas antenas captan señales organizadas, inteligentes, ¡qué enorme efecto tendrá eso en el desenvolvimiento de nuestros asuntos terrenales! ¿Podrá todo seguir como siempre sabiendo que en tal o cual punto de la galaxia una civilización inmensamente evolucionada es capaz de enviar señales que han viajado quizás por cientos de nuestros años? ¿O descubrir que posiblemente el universo, aun más, nuestra sola galaxia, está repleta de vida, hirviendo de planetas con vida, aun de vida inteligente? ¿No es éste, el de la mente a bordo de dichas antenas, el más extraordinario de los viajes que hemos celebrado como especie? Y recién ha comenzado.R ¿Qué nos depara el recién inaugurado observatorio llamado POR Alma? Sus docenas de antenas Fernando parabólicas nos llevarán aún más Villegas lejos de lo que jamás se ha logrado.