La imagen de la leperada en los cuadros de costumbres y Musa

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La imagen de la leperada en los cuadros de costumbres y Musa callejera de
Guillermo Prieto, dos caminos expresivos para la ironía y sátira social
Abel Rogelio Terrazas
La “leperada” o leperuzca constituye una visión categórica sobre un sector de la
población mexicana del siglo XIX: el citadino desempleado cuya ociosidad le hace ser
vulnerable al vicio, las supersticiones y el despotismo, según la perspectiva de Claudio
Linati durante su estancia en este país, en su volumen Trajes civiles, militares y religiosos
de México publicado en 1828 (210). Madame Calderón de la Barca registra un encuentro
desafortunado con los léperos capitalinos al hallarse escribiendo sus cartas, después de la
ceremonia de bienvenida a su esposo --el embajador de España-- a la ciudad de México
en 1843, cuando se encuentra sola en su alcoba: “Mientras escribo, un horrible lépero me
está viendo de reojo, a través de la ventana, recitando una interminable y extraña
quejumbre, al mismo tiempo que extiende su mano con sólo dos largos dedos: los otros
tres han de estar probablemente atados con disimulo” (55). El lépero es un ser capaz de
fingir enfermedad, mutilación, pobreza y hambre, a cambio de limosna; no obstante, para
esta escritora es tan extraño como un rebozo --las cursivas son suyas-- o algo inusual en
los hábitos cotidianos de una extranjera recién venida a México durante aquella época.
Asimismo, Fernández de Lizardi (1776-1827) en El periquillo sarniento (1816) hace una
distinción categórica de la figura del lépero en relación con la moral social prevaleciente,
en el sentido de apreciarlo sin máscara, en comparación con el lépero “decente” o con
apariencia aceptable, cuyos rasgos son: tener trabajo, un estatus social alto y educación
suficiente para engañar de manera más sofisticada, lo cual para Lizardi, tales rasgos lo
1
hacen menos visible y por lo mismo más peligroso por su condición subrepticia (201).
Estos atisbos
a pesar de sus diferencias
forman parte de uno de los “tipos
genéricos representativos” que el costumbrismo como género literario construye para
pintar oficios y personalidades, conductas sociales, escenarios urbanos y paisajes, en
relación con un modo de ser local (Correa xii). La elaboración de tipos es una manera de
proceder para proporcionar una imagen social a quienes tengan la necesidad o el deseo de
conocer la sociedad representada. Sin embargo, este género nace de la intención explícita
de representar lo autóctono frente a lo extranjero; intención originada primero por haber
visto la mirada ajena como una intrusión o falsificación de la vida civil propia, y después
como un descubrimiento de lo auténticamente local. Antes y durante el siglo XIX,
viajeros, escritores, políticos y literatos, hacían estas relaciones como una manera de
organizar y compartir sus experiencias adquiridas en otros países. Asimismo, es
importante considerar que el costumbrismo
en tanto visión de la vida popular
constituye una vena propia de la literatura española al menos en dos sentidos. Uno, a
partir del reconocimiento de un patrón de tipos populares en el desarrollo de la novela
picaresca, patrón que atraviesa el Siglo de las Luces y viene a desembocar en la gran
novela realista decimonónica. El otro, en la determinación propiamente costumbrista
durante ese último siglo, en tanto hay una reacción frente a las abstracciones del
enciclopedismo ilustrado, aunado al auge del movimiento romántico en su afán de
reivindicar una dimensión individual, local y subjetiva de la vida. Esta confluencia viene
a dar como resultado un género literario propiamente español (Ibíd.), que es posible
2
relacionar en muchos aspectos a los modos de pintar la realidad en otros países,
incluyendo México.
El lépero, sin embargo, pocas veces aparece como una representación social
española, incluso es necesario hacer analogías, comparaciones y referencias en relación
con este tipo mexicano frente a pícaros, ladrones, manolos sevillanos, bandidos, etc., en
el contexto peninsular. En cierto sentido la visión de la leperada se empieza a construir en
México debido a una serie de circunstancias socioculturales y económicas que de alguna
manera
generan un sector social “propio”: la falta de empleo como consecuencia
posterior a la guerra de independencia, el analfabetismo y la crisis alimentaria y
económica, dan como resultado un sector de la población altamente vulnerable al vicio,
como veía Linati; pero también se genera un modo de ser moral, un léxico y una
conducta especifica y delimitable en la ciudad de México. Se ha estudiado, por ejemplo,
la potencialidad revolucionaria de este sujeto social, su “pendenciera revolucionaria” no
obstante su sumisión frente al poder y las jerarquías eclesiásticas que le impiden
cualquier posibilidad de cambio (Prieto, A. 15). Para los fines de este proyecto, me
interesa poner de relieve el costumbrismo literario español en su paralelismo y relación
con el de Guillermo Prieto, por esa finalidad común de representar una sociedad en sus
propios términos, esto es, de conocerla a través de sus expresiones, rasgos y
circunstancias específicas, con la finalidad de mitigar las visiones de los extranjeros. En
México, esa orientación significó no solo dirigir temáticamente las publicaciones
literarias hacia ese objeto, sino postular una literatura nacional para transformar a la
3
sociedad; esto último partiendo de la representación crítica de sus costumbres, y
establecer con esto, una literatura cuyos giros de lenguaje, vocablos, términos y
significaciones, fueran también mexicanos. La leperada entre otras imágenes y tipos
sociales
constituye una de las “variedades”
propiamente mexicanas, cuyas
implicaciones para las expresiones literarias, a través de los cuadros de costumbres y los
poemas callejeros de Guillermo Prieto, me interesa examinar.
Antes bien en España, a finales del siglo XVIII el afrancesamiento de la moda era
exclusivo de las clases más elevadas, y una pléyade de escritores se dieron a la tarea de
ridiculizar las extracciones ultrapirenaicas que contrastaban con la vida cotidiana
(Calderón xxi). Esta reivindicación de lo propio ocurre a la par de la desintegración de la
novela picaresca y cortesana, con la elaboración de cuadros por separados donde antes el
pícaro era una estrategia discursiva para denunciar los vicios de la sociedad en cuestión,
así como para deslindar al escritor de un compromiso moral con lo expuesto. Esta
fragmentación causada por influencia extrajera a la hora de representar los tipos
populares propios influencia principalmente inglesa y francesa implicó posteriormente
su reelaboración desde la tradición literaria española, pero desde una perspectiva menos
moralista, y por ende, más apegada a la realidad. Serán Mesonero Romanos y Larra
quienes presenten una gama de figuras cuya pretensión es contrastar las visiones que
falsean o reducen la vida civil propia, con esto también plantean una revitalización de la
tradición española costumbrista como ellos la entendieron en su momento (Montesinos
41). Guillermo Prieto conoce esos postulados, incluso llega a replicarlos en el sentido de
4
ver sus limitaciones en relación con el ideal de una morigeración social mexicana,
considerando que la lectura de los cuadros de costumbres no siempre es congruente con
la intención del autor.
En este marco general, la visión de Prieto en torno al lépero se desarrolla en
formas de ironía y satirización sobre conductas disímbolas
como queda dicho, el
costumbrismo se basa en estos recursos para tomar distancia de la vida cotidiana tales
como la del régimen burocrático y las traiciones políticas, el malinchismo frente al
afrancesamiento, la indiferencia y liberalidad de algunas mujeres, el ambiente de los
carnavales en contraste con el lenguaje al interior de los conventos, etc., una gama de
rasgos y figuras radicalmente opuestas entre sí, que componen la sociedad mexicana de
aquél tiempo: “Lo que lucho por caracterizar y no acierto cómo es la fisonomía de
aquella sociedad heterogénea, formada de secciones completas pero sin relacionarse con
las demás, que formaba conjunto a lo lejos y de cerca se componía de los más disímbolo”
(304a). La visión incluye al lépero entre sus componentes disímbolos, sin embargo, a la
hora de pintarlo da cuenta de la dificultad de describir un carácter que consiste en una
movilidad social escurridiza, al lépero se le descubre en el acto, y en ese sentido: “El
lépero, para mejor darme a comprender, lo constituye el carácter moral, siendo un
verdadero accidente el ejercicio, el oficio, la posición y las circunstancias en que se
encuentre” (293a). La leperada, a diferencia del lépero, viene a ser un rasgo, un carácter
moral y un acto a la vez; el ejercicio, el oficio y la posición, como dice Guillermo Prieto,
son meros accidentes a la hora de delimitar su representación típica. Por esto es posible
5
pensar que un rasgo mexicano en el costumbrismo literario del XIX lo constituye el
lépero, a través de sus acciones, su lenguaje
su imagen
y por último, sus rasgos
fisiológicos su tipo.
Serán los cuadros de costumbres en sus diversas modalidades los espacios donde
plantear y llevar a cabo la develación de estas características, así como la versificación de
escenas callejeras para expresar este tipo social; y con la expresión del tipo, realizar una
crítica más generalizada de la sociedad. El cuadro de costumbres en forma de artículo
periodístico, tiene la capacidad de hacer una recreación con base en recursos descriptivos,
como los rasgos fisiológicos y la recreación de los espacios donde se le puede encontrar;
asimismo, en algunos casos, se le insertan versos para ejemplificar dichos y pensamientos
populares. La composición artística del cuadro respeta algunos márgenes, tales como la
extensión, un lenguaje accesible para ser comprendido por la mayoría de la gente y en
hacer explícita la intención de morigeración social del escritor frente a lo representado.
En forma de verso libre de esas cotas consiste en realizar una recreación a partir de una
métrica específica, con la posibilidad de imitar su lenguaje cotidiano así como pintar la
escena o dirigir la mirada hacia el paisaje, todo esto a partir de la capacidad lírica del
escritor en su afán de poner ante los ojos las cosas tal cual. Estas dos modalidades del
cuadro
el artículo periodístico y en forma de verso
constituyen dos posibilidades
expresivas distintas que conviene analizar a la hora de hablar del lépero y su imagen
como leperada.
6
Mi hipótesis es que el lépero a la luz de una perspectiva más amplia visto como
imagen y no como un tipo social entre otros, permite caracterizar la descomposición del
tejido social y evitar quedarse únicamente en una visión estática de la perspectiva
costumbrista española, e incluso rebasar la delimitación de algunos otros tipos sociales
mexicanos. Considero se trata de una imagen en el sentido compositivo del lenguaje,
cuyos recursos irónicos y satíricos expresan los vicios de la sociedad mexicana. En este
proyecto me interesa conocer su configuración en parte de la obra de Guillermo Prieto,
no obstante, pretendo retomar sus relaciones con otras figuras, sus expresiones y formas
de recreación de las conductas, así como las voces sociales que lo rodean a partir del
análisis de los recursos expresivos de la ironía y sátira social que la constituyen. Es
importante recordar que esta imagen pretende ser incluida en el proyecto de una literatura
nacional, por lo cual las descripciones satíricas y las ironías son fundamentales para
rebasar el margen moral que implica su inclusión. En este sentido, se trata de una lectura
del costumbrismo de Guillermo Prieto a la luz de una imagen que se fundamenta en un
tipo, pero que a su vez, se extiende como una crítica social más amplia. Así pues,
considero importante analizar los recursos expresivos para su desarrollo, pues no solo los
cuadros de costumbres en su carácter descriptivo la posibilitan; también los denominados
poemas callejeros, en particular Musa callejera, en cuyas escenas y descripciones hay
una perspectiva lírica cuyo dinamismo se desarrolla con giros de lenguaje para imitar y
recrear la oralidad.
Ahora bien, la obra de Guillermo Prieto ha sido estudiada desde diversas
7
perspectivas, de inicio en los prólogos e introducciones que lo dimensionan como héroe,
literato y político (Monsiváis VIII), los estudios bio-bibliográficos por sus aportaciones
a la historiografía, en relación con los registros sociopolíticos de los lugares donde vivió,
como en el caso de su romancero nacional escrito en el norte de México (Campbell 26-9),
y la crítica literaria referida a las temáticas desarrolladas en distintos géneros, tal como su
tesis sobre literatura y nacionalidad, tanto en el verso como en el relato (McLean 1998).
Asimismo, se ha señalado la importancia de sus relaciones con personajes de la época y
su forma de relatar sus propias circunstancias en tanto escritor del siglo XIX (Fernández
33). Con estos ejemplos, encuentro una variedad de perspectivas que me permiten tener
un panorama amplio, pero también un acercamiento específico a través de algunas
ediciones parciales de su obra (Ej. Biblioteca del Periodista, Guillermo Prieto, por Carlos
J. Sierra). También se puede decir que la compilación de Obras completas (1992)
realizada por Boris Rosen Jelomer, hace posible considerar una revisión integral de su
producción escrita.
En las investigaciones del siglo XIX referidas al romanticismo y los cuadros de
costumbres, se incluye a Guillermo Prieto como poeta en cuyas imágenes se cruzan una
variedad de personajes referidos a diversos estratos sociales (Ortiz 85). Asimismo, este
escritor aparece en el debate de la definición del movimiento romántico, pues ante la
filiación social que caracteriza al movimiento como hispanoamericano y mexicano, a
diferencia del europeo, Prieto muestra todavía
más específicamente
un sentido
disidente a través de sus imágenes dentro del movimiento (86-7). Desde la perspectiva
8
crítica de su estilo, se ha señalado cierta capacidad para recrear mediante “el límite de la
sencillez” y su cercanía arriesgada a lo prosaico, la situación de la sociedad mexicana; así
como la relación entre ese carácter literario y el desarrollo de la sátira y la ironía, de
manera específica en el relato costumbrista (Ramos 33-48; McLean 121). Podemos
inferir entonces que, a partir de su preocupación por una realidad social específica,
Guillermo Prieto construye un bagaje literario en el seno de un movimiento cuyo
discurrir se patentiza en imágenes, pero con un tipo de imágenes que lo colocan dentro de
ese movimiento de manera bastante particular. Esto es porque los cuadros de costumbres
clasificados como románticos, pueden llegar a tener contrastes y transiciones hacia otra
visión de la realidad.
Considero importante profundizar en la configuración de la imagen de la leperada,
ya que de ser un motivo de creación y la posible manifestación de un horizonte
ideológico, permite dilucidar los alcances y las posibilidades de este autor en el seno de
una época de contrastes. Esto significa la oportunidad de explorar las posibilidades
expresivas de la ironía y la sátira social por la vía del análisis de una imagen cuya
configuración se desarrolla por dos caminos, por el verso en Musa callejera (1883) y en
los cuadros de costumbres publicados en diversos medios como en los diarios, El Siglo
XIX, Don Simplicio, entre otros (Abramo) y por supuesto, en su autobiografía Memorias
de mis tiempos (1887). Las implicaciones de sentido en ambos senderos constituye el
objetivo de este estudio, pues conocer sus diferencias permite una comprensión integral
de su obra, justamente desde donde él mismo hizo énfasis y señaló su importancia: la de
9
construir y expresar una imagen real y “en escena pública” la verdadera realidad de la
condición social de México de ahí podemos comprender por qué sus relatos y versos se
publicasen en periódicos locales, además de ser su medio de subsistencia como
ciudadano . Ese interés podría ser interpretado como exógeno del problema literario,
pero lo considero porque el autor lo hace explícito en varios lugares y porque eso le
permite poner de relieve la importancia de una imagen cuyo principio de ficción, tiene
por finalidad recrear una realidad política y cultural.
Objetivo General
Analizar el desarrollo de la imagen de la leperada en los cuadros de costumbres y en
Musa callejera de Guillermo Prieto, a partir de las posibilidades expresivas de la ironía y
la sátira social que el escritor explora en estas dos vertientes literarias.
Objetivos particulares
Es necesario indagar de dónde proviene la imagen de la leperada en el contexto histórico,
cultural y literario de Guillermo Prieto, así como cuáles son sus fuentes poéticas
principales y los virajes que la singularizan. Surge también la cuestión por el lugar que
ocupa esa imagen en los cuadros de costumbres decimonónicos, qué caracteriza los de
Prieto y cuáles capacidades les confiere como recreación y visión del entorno, desde la
perspectiva costumbrista y en su aspecto romántico. De la misma forma, es preciso
examinar su forma y configuración en los versos de Musa callejera, su relación con otras
figuras poéticas y sus vínculos con el desarrollo en los cuadros costumbristas.
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Metodología
Para llevar a cabo lo anterior, se dividirá el estudio en tres partes:
En una primera parte considero fundamental retomar como base los estudios críticos
sobre costumbrismo para facilitar el proceso de
selección de textos originales,
clasificados como cuadros con ese carácter, para así articular el concepto de imagen de la
leperada donde se presenta. Me centraré en la revisión de los componentes de la 'imagen
lépera' en los cuadros de costumbres siguiendo un orden cronológico, pues estos
constituyen un proceso de creación continua que abarca la autobiografía Memorias de mis
tiempos, en la cual se revelan de manera más explícita y profunda los motivos del autor.
Puntos a desarrollar:
a. El costumbrismo en la literatura del siglo XIX.
b. Costumbrismo en México: paradojas y contrastes.
c. La imagen de la leperada para la construcción de una literatura nacional en
Guillermo Prieto.
d. Cronología de la imagen de la leperada en los cuadros de costumbres de
Guillermo Prieto:
*Ediciones completas y ediciones parciales.
*Morigeración social costumbrista.
11
* Recapitulación y explicación de motivos de la leperada en Memorias de
mis tiempos.
En la segunda parte se emprenderá el abordaje de la configuración de la „imagen lépera‟
en Musa callejera con base en los resultados del desarrollo anterior, siguiendo de la
misma manera un orden cronológico en relación con las ediciones de su obra. De esta
forma obtenemos la visión integral de la imagen desenvuelta en los cuadros y su
configuración poética en Musa. Aquí se considerará el bagaje teórico y los resultados de
la investigación en su proceso para integrar el análisis poético. Puntos a desarrollar:
a. El tipo de imágenes en la configuración poética, la perspectiva romántica y el
costumbrismo en versos.
b. Musa Callejera, desarrollo cronológico de la ironía y la sátira social en la
imágenes y tipos sociales de Guillermo Prieto.
c. La imagen lépera:
* Giros de lenguaje: mímesis costumbrista de la oralidad.
* Ironía de la leperada para otros sectores sociales y de poder: máscara,
carnaval y léxico.
* Sátira de voces y discursos sociales.
La tercera parte consistirá en delimitar cómo se entenderá el concepto de imagen desde
12
motivos la singularizan en la obra de este escritor. En este sentido se procederá a articular
este concepto en el movimiento costumbrista, y enseguida, se emprenderá la delimitación
del lugar que ocupa la leperada como imagen dentro del proyecto literario de Guillermo
Prieto, a partir de sus relaciones con otras formas de representación:
a. Delimitación del concepto de imagen: crítica romántica y visión costumbrista
en el proyecto de literatura nacional de Guillermo Prieto, algunas apreciaciones en
torno al papel del lépero.
* Extensión de la crítica satírica a otros sectores sociales.
* Visión del tejido social al margen del lépero: una interpretación
aproximada.
b. Intersección de la imagen de la leperada con otras representaciones: lenguaje
oral, lenguaje visual y litografía..
Índice tentativo
CAPITULO PRIMERO: Guillermo Prieto en la literatura costumbrista del siglo
XIX.
1. El cuadro de costumbres en la literatura del Siglo XIX
2. La imagen de la leperada en el cuadro de costumbres: la ficción e ideologización de
la realidad social.
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3. Guillermo Prieto y el desarrollo de su imagen lépera en los cuadros de costumbres.
CAPÍTULO SEGUNDO: Musa callejera: el dinamismo de la imagen lépera.
1. Configuración poética de la imagen poética en Musa callejera de Guillermo Prieto
a. Dinamismo social, recreación de voces sociales.
b. Principios y postulados de la representación del lépero en el verso callejero.
2. Musa Callejera, el desarrollo de la leperada, octosílabo y sentido.
CAPÍTULO TERCERO
1. Concepto de imagen en la creación literaria, romanticismo y costumbrismo en el marco
del proyecto de literatura nacional de Guillermo Prieto.
a. La leperada y la historia.
2. El costumbrismo y sus imágenes: paradojas y contrastes con otras formas de
representación para la superación de margen moral de la sociedad mexicana.
3. Guillermo Prieto y sus relaciones con las imágenes litográficas.
CONCLUSIONES
Cronograma 2011-2013
Primer año
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Tiempo y
Elementos a
investigar:
A
G
O
S
E
P
N
O
V
O
C
T
D
I
C
E
N
E
F
E
B
C
El
costumbrism
o en el siglo
XIX
x
x
Tipos
representativ
os de México
x
x
Guillermo
Prieto en
tipos e
imagenes
x
x
x
El
costumbrism
o en los
relatos
x
x
x
x
La imagen de
la leperada y
sus
concepciones
generales
La imagen
lépera de
Guillermo
Prieto
x
R
A
B
R
M
A
Y
J
U
N
J
U
L
R
x
Los cuadros
de
costumbres
Los cuadros
de
costumbres
de Prieto
M
A
x
x
x
x
x
x
15
Desarrollo de
la leperada en
Prieto
x
x
Configuració
n de la
imagen de la
leperada
x
x
Redacción y
corrección
x
x
Segundo año
Tiempo y
Elementos a
investigar:
Musa
Callejera, el
desarrollo de
la leperada
Las imágenes
en la poesía:
leperada de
Guillermo
Prieto
A
G
O
x
S
E
P
x
O
C
T
N
O
V
D
E
C
F
E
B
M
A
R
A
B
R
M
A
Y
J
U
N
J
U
L
x
x
x
x
Revisión y
corrección
x
Revisar el
trabajo
x
Redactar la
introducción
E
N
E
x
x
x
16
Revisión
x
x
Imprimir
x
x
Bibliografía
Primaria
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--, Obras Completas II, Cuadros de costumbres 1, compilación, presentación y notas de
Boris Rosen Jélomer, prólogo de Carlos Monsiváis, México: CONACULTA.1993.
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