La falta de acceso a la justicia de las personas discriminadas y la

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La falta de acceso a la justicia
de las personas discriminadas y la
discriminación en el acceso a la justicia
María José Lubertino
I. Introducción
Para comenzar la presente disertación me interesa señalar algo
que se sostiene desde el Instituto desde la confección del Plan Nacional contra la Discriminación que fuera adoptado por Decreto del
Poder Ejecutivo Nacional Nº 1086 en el año 2005.
En aquel plan ya se hacía hincapié, y aunque pueda parecer innecesario, nunca esta de más remarcarlo, que las prácticas sociales
discriminatorias no se explican por ninguna característica que posea la víctima. Muy por el contrario, es en el grupo social, sociedad
o Estado que lleva a cabo el proceso discriminatorio donde debemos
buscar las problemáticas que producen que determinados grupos se
inclinen a ejercer prácticas sociales discriminatorias.
Caso contrario corremos el riesgo de instaurar la idea de que
el problema lo tiene aquel o aquella que resulta discriminado/a, a
quien habrá que “tolerar” y no quien discrimina, siendo que es éste/a
último/a quien debe modificar su conducta.
Por eso hemos preferido no hablar de “grupos vulnerables” sino
de “grupos víctimas de discriminación” o “personas en situación de
discriminación”. De este modo se subraya que la condición discriminatoria parte del sujeto discriminador y no es inherente al grupo o
persona que sufre la discriminación.
II. Los mapas de la discriminación en Argentina
Como primera premisa, desde el inicio de nuestra gestión al frente del INADI, hemos creído que resulta indispensable un diagnóstico
de la situación de discriminación en nuestro país, única forma de im-
632
María José Lubertino
plementar respuestas realmente eficaces. Recurrimos entonces a la
elaboración de un Mapa de la Discriminación en la Argentina, que
nos permite conocer los ámbitos donde se discrimina y la reacción
frente a un caso concreto. Además, nos permite saber acerca del conocimiento o no de la población sobre la posibilidad de denunciar
los actos discriminatorios, de la responsabilidad que cabe ante estos
hechos a los poderes públicos y de los conceptos prejuiciosos que permanecen naturalizados.
Al día de hoy hemos efectuado este diagnóstico en la Ciudad de
Buenos Aires, el Gran Buenos Aires, y las Provincias de Tucumán,
Entre Ríos, Catamarca, Chaco, Chubut, Córdoba, Corrientes, Jujuy,
Mendoza, Misiones, Neuquén, Salta, San Luis y Santa Fe (1).
Las encuestas se realizaron sobre 400 casos en cada distrito, y entre una población de 18 a 74 años de edad, de ambos sexos, seleccionados según cuotas de género y edad.
La primera diapositiva (Cuadro 1 de pág. sigte.) refleja la repuesta
a la pregunta ¿Se sintió discriminado alguna vez? Como pueden ver,
en promedio general, un 32.7% de los/as encuestados/as manifiesta
haber sufrido alguna clase de discriminación.
Mientras que el porcentaje se eleva a 47.2% cuando la pregunta
se refiere a si presenciaron alguna vez una conducta discriminatoria
hacia otra persona (Cuadro 2).
Sobre los grupos que se perciben como víctimas de la discriminación con mayor frecuencia, la lista la encabezan los sectores menos
favorecidos socio-económicamente, en segundo lugar se mencionan los/las inmigrantes bolivianos/as, para seguir con las minorías
sexuales y las personas con discapacidad.
Vemos luego que cuando la pregunta se refiere a qué tipo de discriminación sufrió o presenció el/la encuestado/a, el orden se altera
en alguna medida, así del primer al cuarto lugar encontramos como
motivos: Nivel Socioeconómico, Sobrepeso/Obesidad, Aspecto Físico
y Nacionalidad (Cuadro 3).
Sobre los ámbitos donde la discriminación se produce, aquí vemos
los cuatro primeros:
“En los boliches bailables”
“En la calle”
“En empresas”
“En la escuela”
(1)
Todos estos mapas pueden consultarse en la página web del Instituto.
0.4%
0.4%
Ns/Nc
18.4%
14.1%
11.5%
10.0%
Nacionalidad
Discapacidad
Color de la Piel
99.3%
221.7%
110.2%
20.0%
8.9%
11.3%
19.5%
16.2%
30.1%
Córdoba
2.0%
44.3%
53.8%
Mendoza
0.8%
66.4%
32.8%
20.8%
9.6%
17.6%
14.4%
18.3%
26.5%
11.6%
6.8%
19.6%
22.8%
12.6%
27.1%
---
15.2%
6.3%
27.3%
24.4%
29.2%
---
11.3%
5.2%
22.1%
14.9%
32.9%
8.0%
14.3%
5.9%
12.9%
23.3%
37.3%
Entre Ríos
--
37.8%
62.2%
Entre Ríos
--
59.5%
40.5%
Entre Ríos
Corrientes
--
77.1%
22.9%
Corrientes
--
60.5%
39.5%
Corrientes
Tucumán
--
50.9%
49.1%
Tucumán
--
63.6%
36.4%
Tucumán
Santa Fe Mendoza
2.7%
50.9%
46.4%
Santa Fe
1.1%
77.9%
21.0%
Santa Fe Mendoza
---
13.5%
3.0%
15.3%
19.3%
37.2%
Catamarca
--
57.4%
42.6%
Catamarca
--
68.6
31.4%
Catamarca
17.8%
7.2%
18.9%
11.1%
12.5%
17.3%
Chubut
0.9%
51.5%
47.6%
Chubut
0.5%
68.5%
31.0%
Chubut
Defensa pública: garantía de acceso a la justicia
-
18.2%
28.8% 223.9%
29.1%
30.8% 220.3%
19.3%
23.0%
GBA
2.8%
51.3%
46.0%
Córdoba
1.5%
69.3%
29.3%
Córdoba
28.6%
CABA
--
44.0%
56.0%
GBA
--
63.7%
36.3%
GBA
28.9%
Aspecto Físico
Nivel Socio
económico
Sobrepeso/
Obesidad
---
54.6%
45.4%
CABA
Promedio
52.2%
No
CUADRO 3
47.2%
Si
Promedio
CUADRO 2
71.1%
66.9%
No
Ns/Nc
--
28.9%
CABA
32.7%
Si
Promedio
CUADRO 1
633
634
María José Lubertino
Sin embargo, me gustaría llamar la atención sobre la próxima
diapositiva (Cuadro 4) para que Uds. vean quien ocupa el sexto lugar
de esta suerte de “ranking”: un promedio del 51,19% de los/as encuestados/as percibe que en las Comisarías se discrimina mucho o bastante. Este es un dato importante porque viene a colación de lo que
estamos hablando hoy, acceso a la justicia de los grupos vulnerables y
resulta ser que en el sexto lugar de los ámbitos donde la gente percibe
que más se discrimina se encuentra el órgano estatal encargado de la
Seguridad.
Las siguientes diapositivas nos hablan de reacciones, y es abrumadora la mayoría que responde que ante la discriminación sufrida
por sí mismos o por terceras personas no reaccionaron, y tampoco
reaccionó el entorno (Cuadros 5 y 6).
Esto se relaciona con la siguiente diapositiva (Cuadro 7), donde
se muestra que sólo el 5% de los/as encuestados/as manifestó haber
realizado o conocer a alguien que hubiera realizado alguna denuncia
o reclamo por discriminación.
Sin embargo, la última pregunta de la encuesta nos arroja otro
dato interesante, la mayoría de la población entrevistada (8 de cada 10
personas) entiende que el Gobierno Nacional tendría que darle una
amplia importancia al tema de la discriminación (Cuadro 8). Podemos decir que la gente le reclama acciones al Estado y sin embargo no
parece recurrir a los remedios legales de los que ya se dispone.
Seguramente la falta de conocimiento sobre su existencia es uno
de los motivos, quizás el primero en importancia, y aquí es necesario
profundizar las campañas educativas y de concientización, ya que
los derechos existen, están consagrados en la Constitución Nacional,
los instrumentos internacionales incorporados en el 75 inc. 22 y en
infinidad de leyes que receptan el principio de igualdad y no discriminación.
Debemos insistir entonces en campañas educativas que hagan
hincapié en el derecho a la no discriminación y en el derecho a denunciar la situación de discriminación y exigir su cese.
Desde el INADI hemos puesto especial atención a este tipo de acciones y —sobre la base del aumento en más de 100% en la cantidad
de consultas y/o denuncias que hemos recibido desde el comienzo de
la gestión— creemos que aunque reste mucho trabajo por hacer, estamos empezando a avanzar.
En el Instituto hemos visto crecer las consultas telefónicas al
0-800, pasando de 12 diarias en 2007 a 18 en lo que va del 2008, las
denuncias a nivel nacional del año 2007 sumaron 941, mientras que
57.4%
55.4%
54.4%
53.7%
51.1%
Calle
Empresas
Escuela
Comercios y
Shoppings
Comisarías
60.4%
70.1%
42.8%
70.3%
65.0%
73.5%
CABA
56.0%
58.3%
54.3%
51.1%
64.0%
66.3%
GBA
60.5%
57.0%
57.5%
57.3%
63.5%
72.5%
29.0%
70.6%
0.4%
No
Ns/Nc
Promedio
Si
CUADRO 5
---
60.7%
39.3%
GBA
0.8%
68.5%
30.7%
Córdoba
0.3%
70.6%
29.2%
Santa Fe
---
67.1%
32.9%
Mendoza
57.8%
60.3%
55.5%
63.0%
59.3%
54.3%
---
67.1%
32.9%
Tucumán
40.8%
43.6%
39.2%
50.5%
58.6%
48.3%
51.2%
42.2%
70.8%
50.8%
53.2%
51.6%
---
80.9%
19.1%
47.1%
48.8%
55.5%
52.5%
55.3%
55.8%
Entre
Ríos
---
66.6%
33.4%
Entre Ríos
Corrientes
Corrientes
Tucumán
---
85.1%
14.9%
Catamarca
45.2%
61.6%
73.3%
60.6%
61.1%
58.8%
Catamarca
0.4%
70.6%
29.0%
Chubut
37.1%
44.0%
46.0%
43.9%
44.2%
39.6%
Chubut
Defensa pública: garantía de acceso a la justicia
---
68.6%
31.4%
CABA
55.1%
50.8%
48.8%
54.0%
50.2%
57.0%
Córdoba Santa Fe Mendoza
¿Hizo algo frente a la discriminación presenciada?
57.8%
Promedio
Boliches
bailables
CUADRO 4
Ambitos, lugares o instituciones donde más se discrimina por provincia
635
3.1%
Ns/Nc
Alta / mediana
importancia
Baja / ninguna
importancia
CUADRO 8
7.7%
2.7%
15.3%
11.0%
1.8%
82.1%
Capital
92.3%
87.1%
Promedio
96.9%
5.5%
94.4%
Si
No
4.1%
8.0%
2.0%
9.6%
GBA
3.0%
4.9%
Capital
3.9%
6.2%
1.6%
6.3%
8.0%
7.8%
17.8%
58.6%
4.5%
2.5%
20.3%
77.2%
GBA
0.3%
4.0%
95.8%
0.6%
2.7%
96.7%
Santa Fe
89.7%
10.3%
Córdoba
95.5%
0.8%
11.1%
2.9%
6.0%
10.6%
68.7%
Santa Fe
Santa Fe
Córdoba
Córdoba
--2.7%
4.0%
6.6%
11.8% 15.5%
GBA
14.5%
CABA
69.2% 71.2%
63.4%
Promedio
Promedio
CUADRO 7
Indiferencia
Comentarios de
reprobación
Intervención
directa contra la/
el agresora/or
Apoyo al
agresora/or
Otros
Ns / Nc
CUADRO 6
¿Cómo caracterizaría la reacción de las personas presentes?
4.0%
5.0%
91.0%
Mendoza
97.2%
2.8%
Mendoza
2.4%
17.0%
4.0%
7.1%
17.0%
52.7%
Mendoza
1.0%
17.3%
81.7%
Tucumán
91.7%
8.3%
Tucumán
4.1%
2.6%
6.3%
10.1%
20.5%
58.9%
Tucumán
1.0%
10.4%
88.6%
Corrientes
95.1%
4.9%
Corrientes
2.8%
16.2%
5.2%
5.5%
9.5%
63.8%
Corrientes
2.5%
17.5%
80.0%
Entre Ríos
91.2%
8.8%
Entre Ríos
4.2%
6.6%
7.0%
5.6%
13.2%
63.4%
Entre Ríos
1.9%
14.5%
83.7%
Catamarca
98.1%
1.9%
Catamarca
--5.6%
3.4%
3.6%
17.7%
70.1%
Catamarca
1.8%
3.5%
94.7%
Chubut
96.6%
3.4%
Chubut
0.2%
20.1%
4.9%
5.8%
11.8%
57.1%
Chubut
636
María José Lubertino
Defensa pública: garantía de acceso a la justicia
637
al mes de abril de 2008 ya superábamos las 400 y las consultas personales en la Asesoría Gratuita sólo en la Ciudad de Buenos Aires llegan
hoy a 1050 en lo que va del 2008. Creemos que estos incrementos marcan que las campañas han tenido alguna medida de éxito y que ha
comenzado a establecerse una relación entre la sociedad y el INADI.
III. El acceso a la justicia y la discriminación
en la justicia
Por supuesto que no podemos honestamente sostener que sea suficiente con informar a las víctimas para que sepan que tiene derecho
a no ser victimizadas y que tienen derecho a reclamar el cese de la
conducta discriminatoria para solucionar el problema.
Aquí voy a volver sobre ese detalle no menor que les señale antes,
un promedio del 51,19% de los/as encuestados/as percibe que en las
Comisarías se discrimina mucho o bastante. Y esto es sólo una de las
caras, todos y todas sabemos las dificultades que encuentran los grupos víctimas de discriminación para acceder a la justicia.
En 2005, al elaborar el Plan Nacional contra la Discriminación, se
hizo una mención especial al problema del acceso a la justicia, como
concepto íntimamente ligado a la igualdad y la defensa del principio
de no discriminación. De hecho, todos los instrumentos internacionales consagran la obligación del Estado de asegurar el acceso de
toda persona, sin restricción alguna, a un recurso sencillo y efectivo
que la ampare en la determinación de sus derechos.
La Corte Interamericana de Derechos Humanos ha hecho algunas
precisiones sobre esta materia. La mencionada Corte tiene dicho que
se vulnera el derecho a las garantías y a la protección judicial por varios motivos: por el riesgo de la persona cuando acude a las instancias
administrativas o judiciales de ser deportada, expulsada o privada de
su libertad, y por la negativa de la prestación de un servicio público
gratuito de defensa legal a su favor, lo cual impide que se hagan valer
los derechos en juicio. Al respecto, el Estado debe garantizar que el
acceso a la justicia sea no sólo formal sino real (2).
Volvamos aquí sobre las percepciones de cuáles son los motivos
por los que más se sufren discriminaciones: Situación Socioeconó-
(2) Condición jurídica y derechos humanos del niño. Opinión Consultiva
OC-17/02 de 28 de agosto de 2002. Serie A No. 17, párr. 19; El derecho a la información sobre la asistencia consular en el marco de las garantías del debido proceso
legal. Opinión Consultiva OC-16/99 de 1 de octubre de 1999. Serie A No. 16.
638
María José Lubertino
mica ocupa el primer lugar. La pobreza es el primer motivo, según
percibe nuestra ciudadanía, por el que se discrimina en gran parte de
nuestro país. No debemos olvidar que la pobreza potencia las formas
tradicionales de discriminación: no es lo mismo ser mujer que mujerpobre, migrante que migrante-pobre, indígena que indígena-pobre,
tener una discapacidad que tener una discapacidad y ser pobre, etc.
Y uno de los principales aspectos en los que no es lo mismo es en el
acceso a los servicios de justicia.
Sabemos que los beneficios de la justicia no se encuentran al
alcance de la mayoría de la población de menores ingresos. En este
aspecto, el acceso a la asistencia y patrocinio jurídico gratuitos de
quienes no pueden procurarse asistencia legal por carecer de recursos constituye un componente esencial del derecho de ser protegidos
por la justicia. Por esto, es necesario reforzar y ampliar los programas
de asistencia jurídica gratuita existentes a lo largo de todo el territorio nacional e instaurar nuevos en aquellas provincias donde sólo se
cuenta con el apoyo de las defensorías públicas, las que muchas veces
se ven superadas por la cantidad de casos que se les presentan y por la
escasa estructura de apoyo con la que cuentan.
Esto es así porque la falta de un patrocinio jurídico adecuado se
traduce, no sólo en un problema para el acceso a la justicia, sino también en un problema para la lucha contra las irregularidades y discriminaciones que se cometen a posteriori durante todo el proceso de
investigación y tramitación de un proceso judicial.
Algunos ejemplos de estas irregularidades sobre la base de las denuncias recibidas por el INADI, fue un caso recibido en el año 2007
(ME Nº 316/07, “O.Z y otra c/ Corte de Justicia de la Provincia de Salta”). Una cacique de la Comunidad Wichi solicitó la intervención de
este Instituto frente a una resolución de la Corte de Justicia de la Provincia de Salta, del 29 de septiembre de 2006. La presentación tuvo
como marco excarcelación del conviviente de la madre de una niña
wichí de 9 años que habría sido violada por este y luego habría quedado embarazada. El fundamento para tal resolución consistió en que
las pautas culturales de la comunidad Wichí aceptaban el matrimonio
privignático. El INADI consideró que tal resolución de la Corte de Justicia de la Provincia de Salta constituyó un acto contrario a los términos
de la Ley Nº 23.592. Asimismo, el INADI respetuosamente recomendó
a la Corte de Justicia de la Provincia de Salta adoptar un enfoque de
universalidad, indivisibilidad e interdependencia de los derechos humanos e incorporar, en sus resoluciones y sentencias, la perspectiva de
género. Con relación a la condición de niña, este Instituto recomendó
a la Corte de Justicia de Salta la efectiva aplicación del principio del
interés superior de la niña, niño y adolescente, entendiendo como tal la
Defensa pública: garantía de acceso a la justicia
639
máxima satisfacción, integral y simultánea de los derechos y garantías reconocidos en la Ley Nº 26.061.
Otro de los casos recibidos por el INADI fue el de una joven toba
de 15 años, nacida y residente en El Espinillo, Provincia de Chaco,
que denunció ante la Subcomisaría de Policía del Distrito El Espinillo haber sido víctima de violación sexual por tres jóvenes “criollos”
(quienes la amenazaron para que no los denunciara).
Este informe se elaboró en respuesta a una nota que remitiera a
este Instituto la Comisión Interministerial de Derechos Humanos de
la Provincia de Chaco el 29 de noviembre de 2007 por la que se nos
remite fotocopias certificadas de la Nota Nº 2.346/07 emanada de la
Dirección de Derechos Humanos de la Cancillería Argentina el 23 de
octubre de 2007, motivada en una Comunicación del Comité de Derechos Humanos de las Naciones Unidas.
Se trata de un caso atravesado por más de una de las circunstancias por las que usualmente se discrimina: es mujer, de escasos recursos, indígena y joven.
En la Comisaría se hizo esperar varias horas a la víctima y, sin
tomar la denuncia, la enviaron al puesto sanitario; donde fue también
maltratada. La denuncia sólo fue tomada luego de que la comunidad
a la que la joven pertenece presionara sobre las autoridades. Aún así,
la denuncia se realizó sin intérpretes lingüísticos. Luego, se inició un
juicio por el delito de abuso sexual con acceso carnal calificado ante
un juzgado de Chaco. El 5 de mayo de 2004 se elevó la causa a juicio
ante la Cámara Segunda en lo Criminal de la Ciudad de Pte. Roque
Sáenz Peña, y el 31 de agosto de 2004 se absolvió a los tres imputados
de culpa y cargo, como el fallo no fue recurrido quedó firme. Al igual
que la denuncia, el juicio fue sustanciado sin intérpretes; la víctima
nunca accedió a asesoramiento letrado, por lo que nunca pudo constituirse en querellante, ni recurrir la sentencia; el Tribunal no les notificó la sentencia recaída en la actuación penal citada ni a la víctima
ni a su familia; el fallo judicial contiene expresiones discriminatorias
en razón del género y del origen étnico racial; tres testigos habrían
sido descalificados durante el proceso por ser “indígenas”; no se resguardó la identidad de la víctima ya que el Poder Judicial ordenó averiguar en el pueblo si la misma ejercía la prostitución.
Conforme este relato, el INADI concluyó que la víctima sufrió discriminación étnica, de género y por edad, además de la flagrante violación de la garantía constitucional del debido proceso legal.
Estos maltratos son constantemente referidos por los miembros
de los pueblos originarios de nuestro país, suelen referenciar agresiones por parte del personal policial, que además se niega sistemáti-
640
María José Lubertino
camente a tomarles las denuncias. En los casos en que miembros de
las comunidades indígenas son investigados por la comisión de delitos (lo que lamentablemente ocurre a menudo), tampoco se recurre
al uso de interpretes y luego se alega que los/as denunciados/as han
confesado voluntariamente.
En instituciones como el INADI o la Secretaría de Derechos Humanos de la Nación se reciben constantemente denuncias de abusos
policiales cometidos contra población indígena y deficiencias en la
aplicación de justicia.
Podríamos dar muchísimos ejemplos de discriminaciones en que
se incurre durante el trámite de procesos judiciales. Por ejemplo, el
caso investigado por Manuel Alberto Jesús Moreira, que le valiera una
mención especial en el concurso “Premio a la Producción Científica
sobre la Discriminación en Argentina año 2007” organizado por el
Instituto.
Se trata del caso de una joven miembro de la comunidad “Takuapi”
que en el transcurso de un intento de abuso sexual sobre ella, resulto
violentamente agredido su pequeño hermano de un año de edad. La
joven llevó al niño al hospital, donde falleció.
En un principio, quizás por vergüenza o desconfianza, la joven
contó que había encontrado a su hermano golpeado al regresar del
lavado de ropas. La investigación se centró, desde el principio, en la
responsabilidad de la chica. Estas son algunas expresiones de los especialistas que intervinieron en el caso.
La médica legista deja constancia que Gabriela es analfabeta y
que en el interrogatorio percibió poca colaboración por el desconocimiento de nuestro idioma. Textualmente se dice que “Por su ignorancia no conoce los hechos que constituyen un delito ni las consecuencias
de los mismos. No comprende la criminalidad del acto y no dirige sus
acciones. Sus facultades mentales son normales. Carece de juicio de valor, no presenta capacidad de discernimiento. Pronóstico. Puede reincidir en conductas delictivas por su grado de ignorancia y su capacidad
de valoración”.
La intervención del perito psicólogo también genera reparos
en su informe: “Se realizaron dos entrevistas a la menor quien no
emitió palabra en ningún momento sólo monosílabos como sí o no.
Para los test se requiere la presencia de un intérprete. Con respecto
al coeficiente intelectual indica: no se puede determinar con exactitud porque no se ha comunicado conmigo, posiblemente sea un coeficiente por debajo de la media, debido a escasa formación en nuestra
cultura”.
Defensa pública: garantía de acceso a la justicia
641
Claramente se identifica el conocimiento de “nuestra” cultura, la
predominante, con rasgos de inteligencia, desconociendo cualquier
principio de pluralidad cultural. Afortunadamente, con el apoyo de
su comunidad, Gabriela pudo contar lo realmente ocurrido y la investigación policial se orientó hacia los verdaderos responsables, aunque
hasta lo que sabemos no han sido identificados.
Al mismo tiempo, uno de los casos que se registraron en el INADI fue
en relación a una situación de discriminación por motivos socio-económicos en una sentencia del Poder Judicial de la Provincia de Santa
Fe. Se trataba de un joven de 19 años, proveniente de una familia de
bajos recursos que falleció producto de un accidente de tránsito.
La familia recurrió a la justicia iniciando una demanda por daños
y perjuicios contra el conductor del vehículo que lo atropelló y contra
la compañía de seguros. La sentencia de primera instancia consideró
que el monto reclamado en por la familia concepto de indemnización
era de carácter excesivo dada las condiciones socio-económicas del
joven. La familia apeló dicha sentencia y en la Cámara de Apelaciones, no sólo confirmó la sentencia de primera instancia, sino que redujo el monto de la indemnización basada en la responsabilidad que
le cabía al joven por el accidente. El INADI emitió un dictamen en el
que se concluyó que las sentencias en cuestión fueron discriminatorias
dado que la condición humilde de la familia del joven y su propia condición social fueron los argumentos principales para arribar al reducido monto indemnizatorio otorgado (alrededor de $ 8.000), que constituyó un poco más del 10% de lo solicitado por la familia ($ 57.000).
Estos son sólo tres ejemplos. Podríamos, con más tiempo, comentar muchísimos más en los que se vuelcan en las investigaciones o
sentencias judiciales criterios discriminatorios o estereotipantes, ya
sea por la condición socioeconómica, la nacionalidad, la orientación
sexual, la religión profesada, etc. que responden a prejuicios que existen en nuestra sociedad pero que son mucho más graves y peligrosos
cuando impregnan las instituciones estatales.
IV. Conclusión
Muchas son las razones por las que los distintos grupos que son
víctimas de discriminación no encuentran la posibilidad de acceder
a un método rápido y efectivo para la solución de su problemática.
Hemos reseñado algunos, tales como el desconocimiento, la imposibilidad de costear un patrocinio efectivo, los costos y aranceles de
la justicia, el ineficaz funcionamiento del sistema de “beneficio de litigar sin gastos”, y los prejuicios de las instituciones encargadas de
tomar las denuncias.
642
María José Lubertino
Igualmente, hemos señalado algunos de los problemas que los
propios miembros de los grupos víctimas de discriminación encuentran en sede judicial.
Por este motivo, debemos continuar bregando por la concreción
de algunas de las propuestas del Plan Nacional contra la Discriminación, particularmente las referidas a la creación en el ámbito del
Consejo de la Magistratura de una Comisión de relevamiento y seguimiento destinada a detectar, informar y sancionar los fallos, fundamentos y criterios investigativos, en el ámbito de la aplicación de
justicia, que encierren concepciones discriminatorias, tanto a nivel
nacional como provincial (3) y la adecuación de la asignación presupuestaria de las áreas competentes —en especial, la Procuración y las
Defensorías Públicas— como condición esencial para la protección
de los derechos de los grupos victimizados (4).
Igualmente es necesario avanzar en la capacitación de los/as funcionarios/as públicos/as en todos los ámbitos, a fin de profundizar la
formación en el respeto y defensa de los Derechos Humanos, la comprensión y modificación de los mecanismos de discriminación y la
desarticulación de las pautas lingüísticas racistas, sexistas y homofóbicas en las instituciones públicas.
Es nuevamente interesante recurrir a la Corte Interamericana
para el cierre. Sostiene el Tribunal que para alcanzar sus objetivos, el
proceso debe reconocer y resolver los factores de desigualdad real de
las personas que son llevadas ante la justicia. Es así como se atiende
el principio de igualdad ante la ley y los tribunales y a la correlativa
prohibición de discriminación.
La presencia de condiciones de desigualdad real obliga a adoptar
medidas de compensación que contribuyan a reducir o eliminar los
obstáculos y deficiencias que impidan o reduzcan la defensa eficaz
de los propios intereses ya que, de lo contrario, no podría decirse que
quienes se encuentran en condiciones de desventaja disfrutan de un
verdadero acceso a la justicia y se benefician de un debido proceso
legal en condiciones de igualdad con quienes no afrontan esas desventajas (5).
u
(3) Hacia un Plan Nacional Contra la Discriminación. La discriminación
en Argentina. Diagnóstico y Propuestas. Adoptado por Decreto 1086/2005 del 7
de septiembre de 2005. Publicado en el Boletín Oficial el 8 de septiembre de 2005.
Propuesta Nº 45
(4) Idem. Propuesta Nº 47.
(5) Corte Interamericana de Derechos Humanos, op. cit.
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