NARRATIVA VISUAL - Análisis y producción GÉNEROS PICTÓRICOS Y ESCULTÓRICOS Los géneros pictóricos y escultóricos son clasificaciones de obras pertenecientes a dichos lenguajes plásticos según el asunto tratado (lo que se representa). HISTÓRICO. La pintura de historia, o pintura histórica se denomina así no porque represente exclusivamente acontecimientos históricos sino porque narra una historia. Este género se consideró tradicionalmente como el más importante. Esta preeminencia se explica dentro de un concepto determinado del arte en general: no se valora tanto que el arte imite a la vida, sino que proponga ejemplos nobles y verosímiles. No se narra lo que los hombres hacen sino lo que pueden llegar a hacer. Por ello se defiende la superioridad de aquellas obras artísticas en las que lo narrado se considera elevado o noble. Alberti, en su obra “De pictura, Libro II”, señaló que “la relevancia de un cuadro no se mide por su tamaño, sino por lo que cuenta, por su historia”. La idea proviene de la Grecia clásica, en la que se valoraba más la tragedia, esto es, la representación de una acción noble ejecutada por dioses o héroes, que la comedia, que se entendía como las acciones cotidianas de personas vulgares. SACRO. Diego Velázquez.”Rendición de Breda” o “Las Lanzas” (1634-1635). El género SACRO o RELIGIOSO es aquél que tiene como tema las representaciones de los textos sagrados, especialmente dentro de los tres monoteísmos. Es un subgénero dentro de la categoría general de pintura de historia caracterizada, en Europa, por tomas las escenas que representa del Antiguo o el Nuevo Testamento, así como las vidas de los santos y otros textos apócrifos cristianos. Es un género ampliamente desarrollado, que constituye una parte muy importante de la producción artística de los pintores en determinadas épocas. La pintura religiosa principalmente se desarrolla en tres grandes culturas monoteístas: cristianismo, judaísmo y musulmán. Miguel Ángel Buonarroti. “La Pietá” (1498-1499). Verrocchio y Leonardo Da Vinci. “El bautismo de Cristo” (1475). MITOLÓGICO. Los mitos son relatos basados en la tradición y en la leyenda creadas para explicar el universo, el origen del mundo, los fenómenos naturales y cualquier cosa para la que no haya una explicación simple. Sin embargo, no todos los mitos tienen por qué tener este propósito explicativo. Igualmente, la mayoría de los mitos están relacionados con una fuerza natural o deidad, pero muchos son simplemente historias y leyendas que se han ido transmitiendo oralmente de generación en generación. El género MITOLÓGICO cuyo tema artístico son personajes o escenas de la mitología, pero no usados con fines religiosos, sino como pintura profana. La más utilizada para proporcionar sus temas artísticos ha sido la mitología greco-romana; tanto por razones intelectuales como por la perfecta excusa que suponía para la representación de escenas escabrosas (especialmente las de Las metamorfosis) y desnudos muy demandados en el mercado de arte. Menos frecuentemente se han utilizado otras mitologías europeas (como la nórdica o la eslava) o extraeuropeas. Agesandro, Polidoro y Atenodoro de Rodas. “Laocoonte y sus hijos” (siglo I d.C.?). Propiamente, las obras de arte griegas y romanas con los mismos personajes y escenas, así como las de cualquier otro arte local que represente sus divinidades locales, son arte religioso, pues su función original era el culto o la referencia a mitos que son creencias vividas por sus contemporáneos. En cambio, la pintura mitológica se vale de figuras en cuya condición divina no se cree, y que se utilizan con propósitos no religiosos, sino estéticos o intelectuales, es lo que ocurre a partir del Quattrocento (siglo XV) en el Renacimiento italiano, quienes procuran imitar la cultura clásica (como consecuencia del humanismo), tanto como la búsqueda de una tipología universal para establecer significados alegóricos, por ejemplo Afrodita-Venus representa la belleza. DE GÉNERO O COSTUMBRISTA (VIDA COTIDIANA, ANIMALES, SALONES, BAILES, MILITAR). La escena de género es un tipo de obra principalmente pictórica, en la que se representa a personas normales en escenas cotidianas, de la calle o de la vida privada, contemporáneas al autor. Lo que distingue a la escena de género es que representa escenas de la vida diaria, como los mercados, interiores, fiestas, tabernas y calles. Tales representaciones pueden ser realistas, imaginarias o embellecidas por el artista. Algunas variaciones del término “trabajo” u “obra de género” especifican el medio o tipo de obra visual como “pintura de género”, “láminas de género” o “fotografías de género”. En todas estas expresiones se usa el término “género” en una traducción un tanto forzada del inglés “genre”. En español se ha utilizado también el término pintura costumbrista o cuadro de costumbres. Tradicionalmente, se le ha llamado género “petit” en oposición al gran género! Que era la pintura de historia. La representación artística de Pieter Brueghel el Viejo. Danza de campesinos (1568). temas cotidianos es ahora muy común, pero resultaba inusual en el Renacimiento y el Barroco, cuando se asumía que el arte tenía un contenido intelectual y creativo que debía volcarse en temas cultos y en ensalzar a personajes de categoría, de las clases altas, o ejemplos nobles del pasado histórico, religioso o mitológico. Por ello la pintura de historia se consideraba el género superior y, en cambio, representar a campesinos y demás población modesta sin un pretexto argumental o moraleja resultaba irreverente para los artistas intelectuales. BODEGÓN Y VANITAS. Un BODEGÓN, también conocido como NATURALEZA MUERTA, es una obra de arte que representa objetos inanimados, generalmente extraídos de la vida cotidiana, que pueden ser naturales (animales, frutas, flores, comida, plantas, rocas o conchas) o hechos por el hombre (utensilios de cocina, de mesa o de casa, antigüedades, libros, joyas, monedas, pipas, etc.) en un espacio determinado. Esta rama de la pintura se sirve normalmente del dibujo, el color y la iluminación para producir un efecto de serenidad, y armonía. Con orígenes en la antigüedad y muy popular en el arte occidental desde el siglo XVII, el bodegón da al artista más libertad compositiva que otros géneros pictóricos como el paisaje o los retratos. Los bodegones, particularmente antes de 1700, a menudo contenían un simbolismo religioso y alegórico en relación con los objetos que representaban. Algunos bodegones modernos rompen la barrera bidimensional y emplean técnicas mixtas tridimensionales, usando así mismo objetos encontrados, fotografía, gráficas generadas por ordenador o sonido y vídeo. Juan Sánchez Cotán, “Membrillo, repollo, melón y pepino” (1602). VANITAS es un término latino que puede traducirse por vanidad; no en el sentido de soberbia u orgullo, sino en el sentido de vacuidad, insignificancia, en vano. En el sentido artístico, designa una categoría particular de bodegón, de alto valor simbólico, un género muy practicado en la época barroca, particularmente en Holanda. Su título y su concepción se relacionan con un pasaje del Eclesiastés: “Vanitas vanitatum omnia vanitas” (“Vanidad de vanidades, todo es vanidad”). El mensaje que pretende transmitir es la inutilidad de los placeres mundanos frente a la certeza de la muerte, animando a la adopción de un sombrío punto de vista sobre el mundo. Es, al mismo tiempo, un elemento esencial en el surgimiento del bodegón como género individual. En las vanitas, los objetos representados son todos símbolos de la fragilidad y la brevedad de la vida, de que el tiempo pasa, de la muerte. Entre todos estos objetos simbólicos, el cráneo humano, símbolo de la muerte, es uno de los más corrientes. Se encuentra este memento mori (acuérdate de que vas a morir) entre los símbolos de las actividades humanas: saber, ciencia, riqueza, placeres, belleza... Las vanidades denuncian la relatividad del conocimiento y la vanidad del género humano sujeto al paso del tiempo, a la muerte. Hans Holbein, el Joven. “Los Embajadores” (1533). Otros símbolos que suelen encontrarse en las vanidades son: fruta pasada, que simboliza la decadencia como en senescencia; las burbujas, que simbolizan la brevedad de la vida y lo repentino de la muerte; humo, relojes, y relojes de arena, que simbolizan la brevedad de la vida; e instrumentos musicales, símbolos de la brevedad y la naturaleza efímera de la vida. . En el siglo XVII, estos bodegones moralizantes se hicieron frecuentes. Es un género que gozó de gran apreciación entre los pintores del Norte de Europa, en Flandes y en los Países Bajos, pero también fuera de ese ámbito, con artistas de la talla de Jacques Linard o Philippe de Champaigne en Francia, Francesco Solimena en Italia o Antonio de Pereda, Andrés Deleito y Juan de Valdés Leal en España. PAISAJE (ARQUITECTURA, RUINAS, URBANOS, MARINAS). Paisaje es el nombre que la historiografía del arte da al género pictórico que representa escenas de la naturaleza, tales como montañas, valles, árboles, ríos y bosques. Casi siempre se incluye el cielo (que recibe el nombre técnico de celaje), y las condiciones atmosféricas pueden ser un elemento importante de la composición. Además del paisaje natural, también se trata, como un género específico, el paisaje urbano. Tradicionalmente, el arte de paisajes plasma de forma realista algún paisaje real, pero puede haber otros tipos de paisajes, como los que se inspiran en los sueños (paisaje onírico, muy usado en el surrealismo). En la historia de la pintura, el paisaje fue adquiriendo poco a poco cada vez más relevancia, desde su aparición como fondo de escenas de la pintura de historia o el retrato, hasta constituirse como género autónomo en la pintura holandesa del siglo XVII. También es un motivo esencial para la pintura japonesa. Referido al tema que se representa cabe diferenciar entre: MARINAS en composiciones que muestran océanos, mares o playas. Vermeer: Vista de Delft, (1660-1661). PAISAJES FLUVIALES composiciones con ríos o riachuelos. PAISAJES ESTELARES o PAISAJES NUBLADOS son representaciones de nubes, formaciones del clima y condiciones atmosféricas. PAISAJES LUNARES muestran paisajes de la visión de la luna en la tierra. PAISAJES URBANOS muestran ciudades. HARDSCAPE o PAISAJES DUROS, en el que lo que se representa son zonas como calles pavimentadas y grandes complejos de negocios o industrias. PAISAJE AÉREO o ETÉREO, mostrando la superficie terrestre vista desde arriba, especialmente desde aeroplanos o naves espaciales. Cuando el punto de vista es muy pronunciado hacia abajo, no se aprecia el cielo. Éste puede combinarse con otros, como en el paisaje etéreo lunar o el paisaje etéreo urbano. PAISAJE ONÍRICO, en composiciones parecidas a los paisajes (generalmente surrealistas o abstractos) que buscan expresar la visión psicoanalítica de la mente como un espacio tridimensional. Por la manera en que está tratado el tema del paisaje, cabe distinguir tres tipos fundamentales: El PAISAJE CÓSMICO o SUBLIME, en el que se presenta la naturaleza de manera salvaje, inmensos paisajes que no necesariamente representan lugares realmente existentes, y en los que el hombre se siente perdido. Dentro de esta línea estaría el «paisaje naturalista» que refleja una naturaleza grandiosa, abundante y salvaje, en la que aparecen fenómenos atmosféricos como tormentas. La NATURALEZA DOMINADA POR EL HOMBRE donde la presencia del hombre hace que la naturaleza no parezca amenazadora. Muchas veces acaba siendo un “paisaje topográfico”, que representa necesariamente un lugar preciso e identificable, con una naturaleza presentada de la manera más humilde. La NATURALEZA COLONIZADA POR EL HOMBRE donde aparecen campos cultivados de relieve, colinas, valles y llanuras con casas, canales, carreteras y otras construcciones humanas; la naturaleza ya no es una amenaza, sino que el hombre, Eugene von Guerard: Monte Townsed, 1863. además, la ha hecho suya. Dentro de este tipo de paisaje puede hablarse del “paisaje clásico”, donde se representa una naturaleza ideal, grandiosa. La representación no es creíble, sino recompuesta para presentarla perfecta. En este tipo de paisaje suele esconderse una historia. FIGURA HUMANA (ESTUDIOS, BAÑISTAS, DESNUDOS). El cuerpo humano como elemento de representación en el arte fue llamado "figura humana". Desde las pinturas primitivas en las cavernas la figura humana ha sido un motivo de representación permanente en la historia del arte. Aunque la figura misma, o la percepción que se tiene de ella, ha cambiado continuamente. Policleto. “Doríforo” o “El Canon”. RETRATOS (INDIVIDUAL, DE FAMILIA). AUTORRETRATO. Un retrato (del latín “retractus”) es una pintura o efigie principalmente de una persona. También se entiende por retrato la descripción de la figura o carácter, o sea, de las cualidades físicas o morales de una persona. Por lo tanto, retrato se refiere a la expresión plástica de una persona a imitación de la misma, lo que ocurre en la pintura, la escultura y la fotografía. En un retrato predomina la cara y su expresión. Se pretende mostrar la semejanza, personalidad e incluso el estado de ánimo de la persona. Por esta razón, en fotografía un retrato no es generalmente una simple foto, sino una imagen compuesta de la persona en una posición quieta. Los primeros retratos de la historia fueron esculturas. El retrato aparece en el siglo V a. C. sobre las monedas de los reyes persas. El uso se expandió sobre todo desde la muerte de Alejandro Magno. Conoció un desarrollo considerable en la época romana. En la Edad Media se siguió realizando retratos en las monedas. Durante el Quattrocento italiano se hicieron efigies en medallones como monedas. En cierto sentido, limita las posibilidades creativas del artista, al mantener el parecido con el sujeto del natural: quizá por esto algunos artistas no se adaptaron a practicar el retrato como, por ejemplo, Miguel Ángel. En realidad, el retrato no es una mera reproducción mecánica de los rasgos (como una máscara de cera modelada sobre el rostro), sino que entra en juego, para definirse como tal, la sensibilidad del artista, que interpreta los rasgos según su gusto y las características del arte del tiempo en que opera. Busto de Nefertiti. El AUTORRETRATO es uno de los ejercicios de análisis más profundos que puede hacer un artista. Implica escrutarse el rostro y conocerse hasta tal punto que la expresión que tenga en ese momento se traduzca en el dibujo o la pintura que aborda. En épocas pictóricas como el barroco o el renacimiento, una de las costumbres era que el artista se autorretratara dentro de un gran cuadro, para reafirmar su autoría o para dar a entender sus intenciones, como lo hizo Velázquez. Un autorretrato no necesariamente implica un género realista. Pablo Picasso. “Autorretrato” (1907).