“SMOKING ROOM” - rogergual.com

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“SMOKING ROOM”
Por Julio Wallovits & Roger Gual.
Versión 3.0
14 / 2 / 2001
Carmen, 42 pral. 2ª - Barcelona
Tel. 932 70 39 70 Fax 933 02 73 05 Mov. 679 41 10 14
E-mail: [email protected]
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1ª ESCENA: Interior noche – Habitación de Hotel, alternando
con interior de Sala de Karaoke.
Abrimos sobre un vídeo típico de karaoke tomado directamente
de la pantalla de TV. Es un vídeo de una pareja que pasea por
la playa cogida de la mano y con la letra de la canción que se
va iluminando a medida que avanza. Escuchamos a alguien
cantando en un inglés macarrónico. La canción es ‘Like a
virgin’ de Madonna, pero lo oímos con voz del todo desafinada.
Corte a:
Es tarde. Nos encontramos en lo que parece ser una habitación
de hotel pretencioso; caro pero tirando a anticuado.
Dos ejecutivos de unos cincuenta años –SOTOMAYOR y ARMEROcharlan con confianza sentados en la mesa de la habitación, lo
hacen con el ritmo que da el llevar mucho rato hablando.
Llevan las corbatas aflojadas y sus ojos enrojecidos reflejan
el humo que carga el ambiente.
SOTOMAYOR vuelve a la conversación en la que resulta evidente
que intenta convencer de algo a ARMERO. Su cara, sus ojos y
hasta su olor parecen estar al servicio de persuadir. ARMERO
está muy atento -casi podríamos decir “alerta”- a lo que va
diciendo su compañero del otro lado de la mesa. A diferencia
de SOTOMAYOR, ARMERO sigue picando de unos cacahuetes que hay
al lado de las bebidas que ya han ingerido. Antes de empezar a
hablar SOTOMAYOR enciende un cigarro.
SOTOMAYOR:
(Pausa) ¿Los hombres de antes eran más fuertes? (Pausa) Yo
creo que sí. ¿Qué quieres que te diga? Para mí, sí. Seee, se
preocupaban de lo realmente importante. Peleaban. Cazaban.
Salían a cazar para conseguir su alimento. Y el de los suyos.
(Pausa) No tenían celulitis. No se preocupaban por el
colesterol. (Pausa) Yo… No se preocupaban por la declaración
de la renta. (Pausa) Yo no sé cazar, pero entiendo el, el, el
instinto ese. Lo entiendo. Me identifico con él. ¿Matar
animales para comer? ¿Salir a matar animales para conseguir
comida? Yo me identifico con eso. (Pausa) Mira, todos los
países buscan su idea de justicia. ¿La consigue alguien? …
¿Quién… Y ahora no me estoy refiriendo sólo a los países, sino
a todo el mundo en general… a, a, a las personas que habitamos
el mundo. ¿Quién es justo? (Pausa) ¿Tú te atreverías a decir
que eres justo? (Pausa) Yo no me atrevería. (Pausa) Te haces…
te haces un esquema en el cuál funcionas y crees… confías que
el esquema que te has creado confías en que sea justo. Un poco
justo. Muy justo, ya no lo sé. (Pausa) Muy justo no hay nada.
Corte a:
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Estamos en el interior de la Sala de Karaoke, tiene un look un
poco setentero está muy oscura y se ilumina solo por algunas
luces rojas y la típica bola de espejo en el centro de la
sala. Hay sofás de piel por los lados, una pista-escenario
donde cantan y una barra acolchada con taburetes. Parece un
típico local nocturno pero ya un poco pasado de moda. El
MENSAJERO acaba de cantar y baja del escenario triunfante y
saludando.
RAMIREZ cruza por un lado de la sala a paso vivo. Llega hasta
los baños mirando por encima del hombro para ver si viene
alguien. Se mete en el servicio de hombres y se queda detrás
de la puerta esperando. Vemos que en realidad no quería ir al
baño.
Corte a:
Volvemos a SOTOMAYOR.
SOTOMAYOR:
En cuanto tu mujer y tus hijos se van dos días de casa, ¿qué
es lo primero que haces? ¿Eh? Te compras un revista porno. O
te metes en un sex shop. ¿Seguimos… Ni siquiera te vas de
putas. (Pausa) ¿Seguimos viendo –después de todos estos añosseguimos viendo sólo tetas por la calle o somos lo
suficientemente maduros como para ver a las personas que hay
detrás de esas tetas? (Pausa) Yo tengo casi sesenta y cinco
ya, ¿eh? (Pausa) Yo, hoy en día, yo cuando veo un edificio que
me gusta, no pienso que me gustaría vivir en tal o cuál piso.
De eso que te fijas en la ventana y dices: “me gustaría vivir
ahí”… No. Yo lo quiero todo.
Corte a:
Volvemos al Karaoke, ahora estamos en el centro de la pista
vemos a uno del otro grupo micro en mano y muy animado
cantando el tema de Queen ‘I want it all’. Cantando a todo
pulmón, de forma ridícula y ayudándose con movimientos de la
cabeza y de todo su cuerpo. Los demás compañeros se divierten
con él y lo aplauden al ritmo de la canción. La escenita
durará unos dos minutos. Iremos viendo que hay varios
compañeros de la oficina en la sala, algunos más animados que
otros, pero el ambiente en general es de fiesta.
Corte a:
El hotel con ARMERO y SOTOMAYOR.
SOTOMAYOR:
(Pausa) Es tan… jodídamente difícil que se junten los
planetas. Nunca sucede que se junten los planetas que… que se
produzca la… ¿Cómo se dice? La, la, la conjunción. (Pausa) Por
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eso dudamos. Claro que dudamos. ¿Te crees que yo no dudo?
(Pausa) Es humano. Dudamos. (Pausa) Pero hay veces que pasa.
Hay, hay veces que sucede. Se dan todas las cosas que se
tienen que dar y sucede. (Pausa) Lo importante es saber
reconocer la conjunción. Saber ver en ese momento que se dan
todas las cosas… Saber ver que se están dando. (Pausa) Si no
lo ves, pierdes la oportunidad. Las oportunidades no vuelven.
(Pausa) ¿Te ha vuelto a ti alguna oportunidad…? (Pausa) Al
menos esto es para nosotros. Negocio propio. No tenemos que
ser leales a otros, sólo tenemos que ser leales a nosotros
mismos. (Pausa) Pero eso es lo difícil, ¿no? Cuando se trata
de… Ahí sí que estamos perdidos…
Corte a:
La sala de fiestas. Hay una pequeña confusión porqué nuestro
grupo ha perdido el turno para cantar y están reclamando que
no quieren esperar tres canciones más para volver a salir.
TREVIÑO empieza a hablar con el que lleva la lista de
canciones. Mientras los de la otra mesa lo increpan por
liante. El tono general es de confusión pero siempre
escuchamos de fondo a alguien cantando. Vemos a RUBIO
queriendo poner paz, y a MARTA intentando consolar a RAMIREZ.
A quién le han recriminado que porqué él no quiso cantar ahora
se han saltado el turno.
Corte a:
El hotel con ARMERO y SOTOMAYOR.
SOTOMAYOR:
(Pausa) ¿Está bien? ¿Está mal? ¿Y yo qué cojones sé? ¿Eh? ¿Y
yo qué cojones sé si está bien o está mal? ¿Qué está bien, eh?
(Pausa) Es como encontrar una… encuentras una billetera en la
calle, ¿y? ¿Qué haces? ¿llamas a la policía si encuentras una
billetera en la calle? (Pausa) Los policías son los más
ladrones de todos. (Pausa) Sería como cobrarles algo que nos
corresponde. En el fondo. En el fondo sería… un bonus. Sería
como un bonus que nos dan por todo lo que hemos hecho por esta
empresa de los cojones. (Pausa) Si lo miras así, no es más que
eso. Un bonus. (Pausa) Nadie se entera. Nadie se entera. Nadie
sale lastim…
Corte a:
La Sala de Karaoke, donde dos de los que discutían sobre la
lista de las canciones están ya de mal rollo. ENRIQUE le está
diciendo a uno bajito del otro grupo que educadamente intenta
explicarse, que lo deje ya, que no quiere hablarlo más porque
sino le va a romper la cara.
Corte a:
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Volvemos al hotel.
ARMERO:
(De pronto, interrumpiendo.) Me preocupa adonde va a ir.
SOTOMAYOR:
(Todavía un poco descolocado por la interrupción)
(Pausa) ¿Cómo adonde va a ir?
ARMERO:
Adonde va a ir. Me preocupa adonde va a ir.
SOTOMAYOR:
Bueno, va a ir adonde nosotros...
ARMERO:
(Interrumpiéndolo) Me refiero en la empresa. Allí. Adonde va a
ir allí. Cómo lo voy a hacer figurar.
SOTOMAYOR:
Bueno, esa es la historia, ¿no? Por eso estamos aquí. Por eso
estamos... tú y yo. Aquí.
Corte a:
Volvemos a la Sala de Karaoke donde están cantando los de
nuestro grupo, mientras RAMIREZ apura su cigarrillo y algún
otro se está medio durmiendo con una copa en la mano. TREVIÑO
está sentado en un taburete y apoyado en la barra en medio del
otro grupo, removiendo un whisky en vaso largo en la mano.
Está hablando con una mujer del otro grupo, mayor pero
arreglada. TREVIÑO se la mira de arriba abajo, le está
diciendo que en realidad a él le da igual quien cante primero
que por cierto ella cantó muy bien.
Corte a:
Volvemos al hotel.
SOTOMAYOR:
(Pausa) Piénsalo. No hay... bueno, no tenemos muchísimo
tiempo, pero...
ARMERO:
No lo sé.
SOTOMAYOR:
No lo sabes.
ARMERO:
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(Dudando sinceramente) No... no sé.
SOTOMAYOR:
(Secamente) Ya.
ARMERO:
No es fácil.
SOTOMAYOR:
Ya. No... no es fácil.
ARMERO:
Tú lo pones de una forma...
SOTOMAYOR:
Fácil no es. Nada es fácil. ¿Qué es fácil?
ARMERO:
Lo pones de una forma que parece...
SOTOMAYOR:
(Interrumpiéndolo) Mira... lo que te voy a decir ahora sí lo
sabes. Esto sí que lo sabes. (Pausa) Pero te lo voy a decir
igual. Escúchame igual. Mira: Cuando... Yo sólo te digo que tú
te vas a retirar dentro de... -y yo también me voy a retirar,
claro-... ¿Cuánto... Cuanto te queda? ¿Tres, cuatro años?
ARMERO:
Eeerr...
SOTOMAYOR:
Es igual. Lo que sea. Tú te vas a retirar y… ¿Te cuento lo que
van a hacer en la empresa cuando tú te retires…?
Corte a:
La sala de Karaoke de nuevo, están haciendo la entrega del
regalo de despedida de uno de nuestro grupo que se jubila. Le
están regalando una pluma de oro, y los demás le aplauden y
gritan algunas bromas.
Corte a:
Volvemos al hotel.
SOTOMAYOR:
...Estamos hablando de la lotería. Estamos hablando de la
tranquilidad. De la tranquilidad fácil. Relativamente fácil.
Relativamente servida. Doscientos cincuenta kilos. Oye,
escúchame, ¿has oído lo que te acabo de decir? (Pausa)
Doscientos cincuenta. (Pausa larga. Miradas.) ¿Merece la pena
o no merece la pena...?
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Corte a:
La sala de Karaoke donde hay uno del grupo en el escenario
dispuesto a cantar, en el momento en que va a empezar,
cortamos a negro y empezamos a oír la abstracción de JAZZ.
Corte a: Título y Créditos.
2ª ESCENA: Interior día – Oficina
Despacho de la oficina. Son las nueve de la mañana y GOMEZ
acaba de llegar con aire ansioso. Entra y vemos que PUIG ya
ocupa uno de los dos escritorios; lee el periódico y tiene los
pies puestos encima de la mesa. Sin levantar la vista del
periódico –por lo tanto, sin percatarse de la cara de GOMEZ,
le empieza a hablar.
PUIG:
Aquí pone...
GOMEZ:
Carlos...
PUIG:
Aquí. Pone. “Internet es el futuro de la comunicación.
Cualquier empresa que hoy...”
GOMEZ:
Carlos.
PUIG:
“...que hoy -Esto es un negocio-. Todas las... –No pone
cualquier, pone todas- Todas las empresas que hoy quieran
participar del juego del...”
GOMEZ:
Carlos...
PUIG:
“Del...” Espérate. “...del juego del libre mercado, de la
compra venta, de la fidelización de consumidores; en síntesis:
todo el que quiera hacer negocios debería estar en Internet.”
GOMEZ:
Carlos, óyeme una cosa.
PUIG:
Mira y pone. También pone: “Resulta inconcebible en cinco
años... que en los próximos cinco años sigamos haciendo
negocios como hasta ahora.” (Pausa) ¿Tú te crees esto?
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GOMEZ:
¿Que si me lo creo?
PUIG:
¿Tú te lo crees?
GOMEZ:
Puede.
PUIG:
(Sigue leyendo) “... Porque las páginas comerciales que
conforman la autopista de la información creada hace ya
décadas...”
GOMEZ:
Carlos...
PUIG:
“... creada hace ya décadas por el sistema americano de
defensa crecerá... crecerá hasta convertirse en el mundo mismo
del trabajo.”
GOMEZ:
Escúchame un segundo.
PUIG:
(Interrumpiéndolo) Esto lo pone en el periódico. No en una
revista de informática ni nada de eso.
GOMEZ:
Ya.
PUIG:
(Sacudiendo el periódico) Aquí lo pone.
GOMEZ:
Ya. (Pausa)
PUIG:
Deberíamos estar en Internet.
GOMEZ:
¿Por qué?
PUIG:
(Consultando el periódico.) No pone...
GOMEZ:
Déjame contarte una cosa, Carlos...
PUIG:
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(Sin escuchar) Pone lo anterior, que sería el “porqué”. Es la
razón. Eso es lo que es. Ahí... de alguna forma, ahí tienes el
“porqué”.
GOMEZ:
El tipo es negro.
PUIG:
... En la explicación de “qué es” esta el “porqué”.
GOMEZ:
Carlos, el tipo es negro.
PUIG:
(Pausa) ¿Qué tipo?
GOMEZ:
El presidente nuevo... el... de la central.
PUIG:
Hay un tipo nuevo.
GOMEZ:
Claro que hay un tipo nuevo.
PUIG:
No sabía que estaban buscando...
GOMEZ:
(Sorprendido de que el otro no lo sabe) Claro que hay un...
El... el de la central de Estados Unidos. Estaban buscando un
presidente para esta empresa...
PUIG:
(Interrumpiendo) Y es negro.
GOMEZ:
Y es negro.
PUIG:
(Pausa) ¿Cómo negro?
GOMEZ:
De color. Negro.
PUIG:
¿Como africano?
GOMEZ:
Más o menos. (Pausa)
PUIG:
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Un hombre de color.
GOMEZ:
Y tanto.
PUIG:
Ahá...
GOMEZ:
(Pausa) Contigo puedo hablar de estas cosas.
PUIG:
Puedes hablar de lo que quieras conmigo.
GOMEZ:
A ti puedo decírtelo.
PUIG:
No sé que es, pero seguro que sí.
GOMEZ:
Tenemos...
PUIG:
Hay confianza.
GOMEZ:
Eso, tenemos confianza.
3ª ESCENA: Interior día – Oficina
Seguimos en la oficina a primera hora por la mañana. Nos
encontramos en el hall de la entrada, donde vemos bastante
movimiento.
La gente va llegando; al comprobar la temperatura ambiente, no
acaba de quitarse los abrigos.
Desde una puerta del ascensor que se abre vemos salir a
FERNANDEZ y MARTINEZ. Viene hablando de alguna cosa. FERNANDEZ
camina lentamente junto a MARTINEZ mientras lee el periódico.
De pronto, señala un artículo a su compañero con cara de
preocupación. MARTINEZ asiente. FERNANDEZ le mira como
diciendo: “ves, lo que te decía”.
Vemos a MARTA regando una planta que debe ser lo único vivo
que hay alrededor, lo hace con una botella de agua mineral.
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De pie junto a la recepción, con el casco puesto, el MENSAJERO
intenta llevarse un café a la boca. De pronto, se da cuenta
que lleva el casco, niega con la cabeza y se lo quita.
Pasamos por la máquina de Coca-Cola junto a la que no hay
nadie. Junto a ella una máquina de café, un poco sobrecargada
de trabajo a esta hora de la mañana.
Sin haberse quitado el abrigo, MARTINEZ se acerca al
termostato de la calefacción central. Allí se encuentra con la
RECEPCIONISTA que está intentando averiguar que le pasa. Sin
intercambiar palabras, MARTINEZ le pregunta porque no
funciona, y GOMEZ alza los hombros como diciendo: “ni idea”.
Otro ejecutivo: CORAL. Está en el ascensor con otras personas.
De pronto, suena un teléfono móvil. CORAL saca el suyo
rápidamente de su chaqueta, pero hay otro ejecutivo que hace
lo mismo. El otro empieza a hablar. No es para CORAL. Intenta
evitar demostrar la vergüenza que le invade.
OTRO EJECUTIVO:
¿Sí?... En el ascensor.... Ya llego...
Hay cierta decepción en la cara de CORAL.
4º ESCENA: Interior día – Oficina – Despacho de RUBIO.
Es el típico despacho de oficina, del que hay muchos iguales.
Vemos algunos de los objetos que contiene: un globo terráqueo,
un ordenador extrañamente antiguo, montones de papeles y un a
foto sobre su escritorio de Sara, su mujer.
RUBIO habla por teléfono.
RUBIO:
Sí... No... Sí... No es eso. No es eso. Simplemente no me
quiero. No me quiero adelantar. No quiero. No... (Pausa) ¿Ves?
¿Lo ves?... ¿Y qué le pasó? (Pausa) ¿Lo ves? Si es lo que te
digo. No hay nada... No hay nada seguro. (Pausa) No, exacto.
La seguridad no... Más vale paj... (Pausa) Más.... Totalmente,
totalmente. Más vale pájaro en mano, como dice el dicho...
RUBIO saca un cigarro, se lo mete en la boca dice un par de
líneas, y lo vuelve a guardar sin llegar a encenderlo.
(Pausa) El 28. El día 28. Esa es la fecha
(Pausa) Yo creo que sí. Yo creo que sí...
dijeron. Por lo menos... (Pausa) Gerente.
Humanos. (Pausa) No, general no. (Risita)
déjame...
cuando deciden...
Eso es lo que me
Gerente de Recursos
Déjame de general,
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5º ESCENA: Interior día – Oficina – Pasillo.
TREVIÑO y FERNANDEZ se encuentran en uno de los espacios
comunes de la oficina. Delante de ellos, un operario vestido
con mono está colocando un cartel con el símbolo de “Prohibido
Fumar”.
TREVIÑO habla, refiriéndose a la nueva ordenanza.
TREVIÑO:
Y es que son así.
FERNANDEZ:
¿Sí?
TREVIÑO:
Es que... los cabrones de los americanos son así.
FERNANDEZ:
Es verdad.
TREVIÑO:
Los americanos... Sé perfectamente como son. ¿Me vas a decir a
mí como son los americanos?
FERNANDEZ:
Tú lo sabes mejor que yo.
TREVIÑO:
Puedes estar seguro de que lo sé. Hay muchas cosas que no sé.
Pero eso sí que lo sé.
FERNANDEZ:
¿Cuánto tiempo estuviste allí?
TREVIÑO:
Los tres años más largos de mi vida.
FERNANDEZ:
¿Tres años?
TREVIÑO:
Cagándome de frío de invierno...
FERNANDEZ:
Mucho tiempo.
TREVIÑO:
... siempre con miedo a que me pegaran un tiro en la calle.
FERNANDEZ:
Tres años son un montón de años.
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TREVIÑO:
Y ellos no tienen... Si ése es el problema. Ellos tienen un
concepto de nosotros que no tiene nada que ver con la
realidad.
FERNANDEZ:
Ahá.
TREVIÑO:
Pero nada que ver.
FERNANDEZ:
Nos ven como animales.
TREVIÑO:
Como animales no. Como animales no. Pero ellos creen... Y
nosotros, te digo, y nosotros tenemos un concepto de ellos
también equivocado. Nosotros creemos que son la hostia. Y que
son lo... El único sitio. Escucha bien esto: el único sitio,
es decir, lugar de trabajo me refiero; el único sitio del cuál
yo me iba a las cinco de la tarde era la productora en la que
yo trabajaba en Baltimore...
FERNANDEZ:
A las cinco...?
TREVIÑO:
Aquí nadie se va a las cinco de la tarde. ¿Quién se va a las
cinco de la tarde? Nadie. Aquí en realidad, se trabaja mucho
más.
FERNANDEZ:
¿Cuántas veces hemos estado aquí hasta las doce?
TREVIÑO:
Aquí se trabaja más. Ellos... ellos tienen dos conceptos
equivocados de nosotros.
FERNANDEZ:
¿Que son?
TREVIÑO:
¿Que son? Te voy a decir cuáles son. Son: uno: Los españoles
trabajan menos.
FERNANDEZ:
No es verdad.
TREVIÑO:
Nada que ver. Te lo estoy diciendo.
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FERNANDEZ:
Un mito.
TREVIÑO:
Un mito, eso. El mito de España.
FERNANDEZ:
¿Y el otro?
TREVIÑO:
(Pausa) ¿El otro qué?
FERNANDEZ:
El otro concepto.
TREVIÑO:
Ah... sí...
6ª ESCENA: Interior día. Oficina - Pasillo.
ENRIQUE, otro de los ejecutivos, está llegando tarde. Camina a
paso rápido, y en general parece un poco stressado. Por el
pasillo se cruza por MARTINEZ, quién pasea tranquilamente
revolviendo un café que lleva en la mano. MARTINEZ recuerda
cuándo lo ve.
MARTINEZ:
Ah… Hay un chica esperándote en la sala. Por lo de la
entrevista para la asistente.
ENRIQUE:
Ya… Ya. Gracias.
Entrando en su despacho y dejando las cosa
ENRIQUE ha dejado sus cosas y empieza a salir. MARTINEZ hace
un gesto de “de nada”. ENRIQUE pasa junto a él y se empieza a
alejar por el pasillo. De pronto se vuelve y le dice desde la
distancia:
…¿Hace frío aquí o me parece?
7ª ESCENA: Exterior día – Portal de la Oficina.
Vemos al MENSAJERO fumar fuera, frente a la puerta del
edificio. Del edificio de enfrente sale un guardia jurado que
le hace señas para que se acerque. Se conocen. Este cruza la
calle y hablan en la acera de enfrente durante unos segundos.
No paran de moverse debido al frío que hace. Mientras tanto,
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sólo oímos ruidos ambientes, coches de fondo. No podemos oír
lo que dicen, pero el MENSAJERO asiente y está entusiasmado.
Acaban de hablar. El guardia jurado se mete en su portal. El
MENSAJERO vuelve a cruzar la calle, tira el cigarro y entra.
8ª ESCENA: Exterior día – Portal de la oficina.
El MENSAJERO se cruza al entrar con RAMIREZ y CORAL, que
también salen a fumar a la calle. Vienen hablando desde
dentro. Llevan cigarros apagados en la mano. Al salir fuera
los encienden, mientras continúan hablando.
RAMIREZ:
Verborrea es otra cosa... Verborrea es cuando... No es eso.
No. Esto no es... Esto es otra cosa. No es verborrea. Estamos
aquí intentando explicar algo. Estoy intentando explicarte
algo. Ex-pli-car. No se trata sólo de... Ya sabes, si fuera
sólo el cigarrillo. Pero no es sólo el cigarrillo. No, no, no,
no. El cigarrillo es la punta del iceberg. No es eso, es más.
No somos como... En el fondo no somos como ellos. No nos
respetan. Esto es marginación. Marginación pura y dura.
Racismo. (CORAL pone cara “te estás pasando”, a lo cuál
RAMIREZ enfatiza) ...No de piel, no de color, pero racismo.
(Mirando a su alrededor) ¿Cuántos... cuántos grados hace aquí
fuera...?
CORAL:
¿Cuántos grados?
RAMIREZ:
(Ensimismado) Yo es que no me lo puedo creer...
CORAL:
(Frotándose las manos) Hombre, calor no hace...
RAMIREZ:
(Sigue ensimismado) Yo nunca... al menos yo...
CORAL:
(Como olvidándose del clima) Son americanos.
RAMIREZ:
(Volviendo en sí) ¿Qué?
CORAL:
Son yanquis. Americanos.
RAMIREZ:
¿Son americanos? ¿Y? Aquí no somos así. Aquí somos diferentes.
Aquí las cosas funcionan de otra forma. No, mira: hay Mc
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Donalds por todas partes, hay Burgers por todas partes, pero
esto no está bien. Esto es otra cosa. Ya les hemos permitido
demasiado. No hemos parado los Burgers y los Mc Donalds, vale.
Pero esto lo debemos de parar. No se puede atropellar así a la
gente. ¿No crees? Yo creo… Es nuestro derecho. Es… Si yo
quiero morir así es problema mío. (Pausa) Tengo treinta y
cuatro años. Ya no soy un niño. Ya soy bastante mayorcito para
hacer lo que yo quiero. ya tengo edad. Soy bueno en mi
trabajo. Soy un buen contable. Pero soy una persona. Antes de
ser un contable, soy una persona. Primero soy una persona,
después soy contable. (Pausa) ¿Qué es esto? ¿Nuevas
normativas? Nuevas normativas un carajo. Yo llevo tres años
trabajando aquí. Nuevas normativas los cojones. Yo soy más
viejo aquí que las normativas… ¿Y cuando llueve?
CORAL:
Aquí en invierno llueve.
RAMIREZ:
Aquí en invierno llueve. Llue-ve. Estos tienen una idea de
España... Todo sol. Se creen que nosotros no hacemos nada.
Como ellos sólo vienen aquí de vacaciones se creen que
nosotros también estamos siempre de vacaciones. Que no
trabajamos. Que estamos todo el día tirados al sol. Aquí
también llueve. Como en todos lados. No te jode. Como en todos
lados...
9ª ESCENA: Interior día – Oficina – Despacho de ARMERO.
Alguien golpea frenéticamente un aparato de calefacción
situado en la pared. Es ARMERO, el hombre que escuchaba en la
primera conversación del hotel. Después de intentar hacerlo
funcionar infructuosamente, se acerca a la puerta de su
despacho y le pregunta a su secretaria MARTA mientras se frota
las manos y el cuerpo para evitar el frío. Habla con tono de
jefe.
ARMERO:
Marta... perdona, ¿Sabes qué pasa con la calefacción?
10ª ESCENA: Interior día – Oficina – Despacho de PUIG y GOMEZ.
Reanudamos la conversación que tenían sobre el jefe negro,
pero un poco más tarde. Tienen la misma actitud, pero ahora es
PUIG quién está de pie hablando y GOMEZ escucha muy atento,
sentado en su silla.
PUIG:
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...Entonces lo primero, creo que es lo primero que debería
hacer, lo primero que yo hago es darte las gracias. Darte las,
sí, sí... darte las gracias. Por tu sinceridad. Porque es
difícil confesar eso. Porque hay que tener... no sé... gracias
por tu honestidad. Por tu franqueza. Y, y lo segundo...
GOMEZ:
(Interrumpiéndolo) No tienes por...
PUIG:
(Intentando seguir)...Y lo segundo... Lo segundo es decirte:
tranquilo macho. Tranquilo porque es normal. Es...¿te molesta
que haya un tío... un superior tuyo –que aunque está en
estados Unidos, tampoco lo vemos mucho, pero es igual- un
superior tuyo que sea de color? ¿Que sea negro..? Digámoslo:
negro. Porque eso es lo que es: es un negro. Y te incomoda. Te
hace sentir incómodo. Porque piensas: ¿Por qué este negro de
mierda va a ser mi jefe? Indirectamente. Aunque sea
indirectamente. Y yo te digo: es normal, tío. Es simplemente
que tu cerebro está funcionando, tú...
GOMEZ:
¿Tú crees?
PUIG:
...Tú... Oyeme. La... (PUIG se levanta y se acerca a la puerta
de su despacho para cerrarla. Lo hace.) La diferencia. La
diferencia es... Es muy fácil llenarse la boca. Es muy fácil
decir... Escúchame bien esto: Todo el mundo le tiene miedo a
la diferencia. Todo el mundo la rechaza. Todos. Yo también la
rechazo. ¿Te crees que yo no la rechazo? Yo la rechazo. Y que
piensen lo que quieran. Y que...
GOMEZ:
No sé...
PUIG:
Y que piensen lo que quieran.
GOMEZ:
Ya. (Pausa)
PUIG:
Lo que no tiene todo el mundo...
GOMEZ:
¿Perdón?
PUIG:
Lo que... Digo: –Y esto es importante– lo que la mayoría de
gente no tiene...
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GOMEZ:
Ahá.
PUIG:
... son las pelotas para reconocerlo.
10ªBIS ESCENA: Exterior día – Portal de la oficina.
Volvemos a RAMIREZ y CORAL hablando mientras fuman en la
puerta.
CORAL:
Pero ellos pagan. Si te gusta bien, si no...
RAMIREZ:
Ellos pagan, ellos pagan. Nosotros generamos el dinero para
que ellos se lleven lo suyo e incluso para que luego nos
paguen. Ellos pagan. Yo, créeme, yo eso te lo puedo decir.
Ellos pagan. Soy contable aquí. Sé lo que gano yo y sé lo que
ganas tú. Y eso no incluye darles derecho a esto. Mírame. No
se puede hacer una cosa así. Mírame. Deberíamos... No sé.
Nunca hacemos nada. Hay que juntar firmas. No lo sé. Lo
pregunto, ¿hay que juntar firmas? Porque si es eso, lo
hacemos. Nadie está de acuerdo. O muy pocos están de acuerdo.
Los empleados son los dueños... esto es una democracia. (CORAL
pone cara de “tampoco te pases”) Bueno, no... vale, no
exactamente una democracia, pero deberíamos poder decidir
donde trabajar y cómo trabajar. No es difícil. Es fácil. Se le
pregunta a la gente y ya está. Se le pregunta a la gente. No
se viene aquí con un papel diciendo que esta es la normativa
de turno y se pone en práctica. ¿No es verdad? Claro que es
verdad. Es así. Es verdad. No es hablar por hablar. Es así.
Ahora, te digo... Ahora, te digo: nosotros somos unos
gilipollas. Nosotros somos los gilipollas número uno. No
hacemos... no nos hacemos respetar. Viene un tío, nos dice
algo en inglés y nosotros decimos a todo que sí.
RAMIREZ es interrumpido por un vendedor ambulante moro que
vende cosas por la calle, que le dice:
VENDEDOR:
¿Quiere desodorante?
RAMIREZ:
Ehhh… No.
VENDEDOR:
Es bueno ¿eh? Massimo Dutti.
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RAMIREZ:
No. (Siguiendo con su tema) Nos cagamos en los pantalones. ¿O
no? ¿Eh? ¿O no? Da igual si nos dice que nos va a dar por el
culo en inglés. Eso da igual. Nosotros a todo que sí. Pero
esta vez no. Es tan... claro. Es tan... Nos vamos a unir.
Junto firmas. ¿Junto firmas? Junto firmas y lo elevamos a
quien haga falta. A Estados Unidos las mandamos, si hace
falta. Lo llevamos a donde sea. Al Smith de turno. No podemos.
Necesitamos nuestro espacio. Creo que lo necesitamos. ¿Soy yo?
No, lo necesitamos. ¿Hace falta un lugar? Pues que nos lo den.
Nosotros no somos americanos. Somos europeos. Somos españoles.
De España. Del jamón y los toros. De Alfredo Landa. A mucha
honra. Ellos tienen que entenderlo. No digo, creo que eso está
mal, no digo que podamos hacerlo en todas partes. No quiero
molestar a los demás. Vale, cada uno tiene su derecho. Aunque
hasta ahora se podía hacer en todas partes, pero bueno...
Supongamos que ahora la historia ha cambiado. Supongamos que
ahora todos nos hemos sensibilizado y decidimos respetarnos
los unos a los otros. Por mí, perfecto. Es lo que hay que
hacer, se hace. El respeto es lo primero. Sin respeto... Pero
una... un sitio. No es mucho pedir. No muy grande. Un lugar
lógico.
CORAL:
Podemos.
RAMIREZ:
Claro que podemos. Podemos. Claro que podemos. Debemos. Es
cuestión de unirse. Unirse. Nos juntamos y hacemos como ellos.
¿Has visto lo que hacen ellos? Que son una piña. Una puta
piña. Mírame. Todos juntos. Siempre. ¿Que se creen? ¿Que
nosotros no nos podemos juntar? Hacemos lo mismo. Igual. Vas a
ver como... como nos tienen que escuchar. Nos juntamos, nos
escuchan. No es difícil. Nos ponemos de acuerdo. Firmamos. No
somos tantos. Casi todos fumamos, ¿no? Mírame. Joder. Algo
para que podamos fumar sin... mírame. Mírame. Estoy azul.
Yo... Oye, de verdad. necesitamos una sala para fumar.
11ª ESCENA: Interior día – Oficina - Despacho de TREVIÑO.
TREVIÑO habla muy alto. Frente a él, de pie, está el MENSAJERO
con una lista de nombres y un bolígrafo. Pero no lo vamos a
descubrir hasta que empiece a hablar.
TREVIÑO:
Apúntame. Ni me lo preguntes eso. Apúntame. Hijos de puta, van
a ver lo que es bueno. Yo... ¿contra quién jugamos?
MENSAJERO:
19
Hace un rato me llamaron de la oficina de enfrente. Parece que
han formado un equipo...
TREVIÑO:
Ya. Vale. Oye. Pero... óyeme: esta vez yo juego de nueve, ¿eh?
MENSAJERO:
Vale. Lo vemos.
Dándose cuenta que lleva una cinta de vídeo bajo el brazo. Es
un vídeo ‘porno’ lo intuimos por la carátula.
Ahh... me olvidaba.
Pone la cinta de vídeo sobre la mesa de TREVIÑO. Éste la coge
rápidamente y la mete en un cajón del escritorio con una
sonrisa maliciosa.
TREVIÑO:
¿Qué tal, eh?
MENSAJERO:
¿Que te puedo decir?
TREVIÑO:
¿Has visto que elasticidad?
MENSAJERO:
¿Y tu dices que en Estados Unidos conociste a esta tía...?
TREVIÑO:
¿Que si la conocí...? Yo salí con esta tía...
Le guiña un ojo al MENSAJERO, que lo mira impresionado.
12ª ESCENA: Interior día – Zona común – Máquina de cafés.
FERNANDEZ y MARTINEZ ocupan un escritorio toman café y hablan
de manera “filosófica” en una actitud muy poco trabajadora,
pero relajada, como si fuese un acto muy cotidiano.
FERNANDEZ:
Si te metes más profundo...
MARTINEZ:
Más en profundidad.
FERNANDEZ:
Sí, más... si te metes más en profundidad. Sí. El otro día...
es un ejemplo. Te pongo un ejemplo para que veas. El otro
día...(Pausa) Hay señales ¿sabes? Yo creo. Hay, hay, hay
20
signos. Tenemos que estar alerta. Abiertos. Los signos no
son... no significan nada si uno no está abierto.
MARTINEZ:
Preparado.
FERNANDEZ:
Preparado. sí. Ab… Yo más bien diría abierto. Estábamos. El
otro día estábamos… es un ejemplo. Estábamos en un parking.
Salíamos del parking. No había coches casi.
MARTINEZ:
Era tarde.
FERNANDEZ:
No, no, no era… Más o menos. Sí. Más o menos. Pero no había
coches casi. Y entonces pasamos junto a un coche. Pasamos… Iba
con Ana. Pasamos junto a un coche que estaba ahí aparcado.
Pasamos casualmente. Pasamos y vemos un papel en el
parabrisas. Como una…
MARTINEZ:
(Adivinando) ¿Una promoción?
FERNANDEZ:
…Como una… Exacto. Enganchado en el limpia parabrisas. Como si
fuera una promoción. Exacto. Pero no. Bueno, era… Ahora te
cuento. Ana lo coge. Casualmente. De esto que pasas y lo
coges. Lo coge y lo leemos y vemos que pone: “¿Estás sólo?
Llámame.” Y Un teléfono.
MARTINEZ:
Un número de teléfono.
FERNANDEZ:
Y un teléfono. Lo leemos. Estás sólo… Llámame. ¿Qué coño será
esto? Lo íbamos… Algo religioso, pensamos. Será algo
religioso. Lo íbamos a tirar. Lo íbamos a tirar y Ana al
final, en vez de tirarlo ahí en el suelo, lo deja en otro
coche que había más adelante. Lo engancha en otro
limpiaparabrisas…
MARTINEZ:
Ya.
FERNANDEZ:
En otro. Lo pone en otro.
MARTINEZ:
Ya.
FERNANDEZ:
21
¿Lo entiendes?
MARTINEZ:
Sí. Lo puso en otro parabrisas. Lo dejó en otro coche.
FERNANDEZ:
Lo engancha en otro limpiap… lo deja en otro cristal.
MARTINEZ:
Ya, ya.
FERNANDEZ:
(Pausa) ¿Y no te hace pensar?
MARTINEZ:
¿Cómo?
FERNANDEZ:
¿No te hace… pensar?
MARTINEZ:
No entiendo.
FERNANDEZ:
Yo pensé. A mí me hizo pensar. Pensé… acabamos de cambiar el
destino.
MARTINEZ:
(Pausa) Bueno…
FERNANDEZ:
Acabamos de cambiar el destino de una persona.
MARTINEZ:
Lo ves como…
FERNANDEZ:
De dos personas.
MARTINEZ:
Lo ves como un signo.
FERNANDEZ:
Es un signo.
MARTINEZ:
Para ti es como…
FERNANDEZ:
Es una señal. ¿Quién es este tío? Pen… Me pregunté. ¿Por qué?
¿Cómo llegó este papel hasta ahí? Una… ¿y por qué lo cogimos?
¿Por qué lo cogió Ana?, pensé. (Pausa) ¿Te digo lo que pensé?
22
Pensé: ahora aquél tío no va a encontrar nada en su coche. No
va encontrar la ayuda que tal vez necesita.
MARTINEZ:
(Escéptico) O tal vez no.
FERNANDEZ:
O tal vez… Puede ser. Pero puede que no. Puede que… que sí la
necesite, quiero decir…
MARTINEZ:
No sabemos.
FERNANDEZ:
No sabemos… pero… Estás interfiriendo en el destino.
MARTINEZ:
Ya.
FERNANDEZ:
(Pausa) ¿Tiene sentido lo que te estoy diciendo?
13ª ESCENA: Interior día – Oficina – Pasillos.
El MENSAJERO y TREVIÑO andan ahora por un pasillo. Vienen de
buscarse un vaso de agua de la zona común. Seguimos con la
conversación anterior.
MENSAJERO:
¿Y con dos tíos?
TREVIÑO:
Todas se lo hacían con dos tíos.
MENSAJERO:
Ya, pero… alguna que tú hayas visto.
TREVIÑO:
Sí… Claro. Claro que he visto alguna.
MENSAJERO:
¿Y con tres?
TREVIÑO:
Sí. He visto hacerlo con tres… Lo máximo que vi fue una que se
lo hacía con cinco.
MENSAJERO:
¿Con cinco? Joder… (Pausa) ¿Y… Y con un animal?
TREVIÑO:
23
(Descolocado por un segundo) ¿Con un animal?
MENSAJERO:
Con un caballo o algo.
TREVIÑO:
No… Creo que nunca he visto que ninguna se lo hiciera con un
caballo.
MENSAJERO:
Pues yo he visto una peli una vez donde una tía se lo hacía
con un caballo.
TREVIÑO finge impresionarse. Inmediatamente después de esto,
los dos pasan frente a la recepción. El mensajero sigue su
camino hacia otro lado, pero TREVIÑO ve que a un lado del
escritorio de la recepcionista se acumula la correspondencia
para repartir y se detiene. Un sobre le llama poderosamente la
atención. Es un sobre que lleva el membrete de la embajada
americana en España. Sin hacer grandes disimulos, pero
intentando que nadie lo vea, TREVIÑO lo coge y se lo lleva.
14ª ESCENA: Interior día – Oficina – Despacho de TREVIÑO.
TREVIÑO está ahora a salvo en su oficina. Puede echarle un
vistazo a la carta a su antojo. Vemos que, como él suponía, la
carta va dirigida a él: Sr. Santiago Treviño Ramos. TREVIÑO
abre el sobre y comienza a leer. Vemos la carta. Pone:
... Después de haber estudiado sus solicitudes y recursos a la
orden interpuesta el 5 de abril de 1998, el gobierno de los
Estados Unidos de América confirma su decisión de prohibirle
el acceso al país indefinidamente...
TREVIÑO deja la carta a un lado. Se agobia visiblemente. No es
esto lo que esperaba... y hace mucho tiempo que esperaba una
respuesta. Súbitamente TREVIÑO vuelve a cambiar su cara para
fingir encontrarse perfectamente cuando alguien pasa por la
puerta de su despacho y le da los buenos días. Lo logra.
TREVIÑO mira su reloj. Se sienta en su escritorio y marca un
número de teléfono.
TREVIÑO:
Sí.. Perdón. ¿Me puedes poner con un número internacional...?
Sí, es el 00 1 718 332 39 00... Sí, 00. Gracias. Vale.
TREVIÑO cuelga y espera junto al teléfono hasta que éste
suena.
24
¿Sí?... Gracias. (Pausa. Con mucha ansiedad.) ¿Carmen?... Soy
Santiago.... Es... Escúchame, por favor... Car... (Pausa. Se
ha cortado la comunicación.) ¿Carmen...?
TREVIÑO cuelga el teléfono frustrado. Coge la carta que había
quedado sobre el escritorio y la mete en uno de los cajones.
Cierra con llave.
15ª ESCENA: Interior día – Oficina – Despacho de RUBIO.
RUBIO vuelve a su despacho con un café en la mano. Se sienta
en su silla. Mientras RAMIREZ lo está esperando dentro, mira
en un documento encima del escritorio la firma de RUBIO y la
ensaya en el aire, como intentando copiarla en su petición de
firmas.
Durante la escena les van a interrumpir varias veces llamadas
por teléfono de la mujer de RUBIO, las cuales al principio
rehuye, y finalmente decide coger.
Tiene como un escalofrío, a pesar de que está bastante
abrigado. RUBIO le pasa un café a RAMIREZ que aprovecha para
calentarse las manos.
RUBIO:
Perdón.
RAMIREZ:
No pasa nada.
RUBIO:
Estaba...
RAMIREZ:
No pasa nada.
RUBIO:
Perdón. Que... ¿Qué me decías?
RAMIREZ:
Una sala. Para fumar.
RUBIO:
(Sin saber a qué se refiere) Ahá.
RAMIREZ:
Una petición. Estoy juntando firmas. Para que habiliten la
salita donde está la fotocopiadora vieja para fumar. Para que
no nos congelemos fuera. Por la nueva normativa esa de los
cojones. A todos los que fuman… ¿Tú todavía fumas? (Mirando el
paquete de tabaco que hay encima de la mesa)
RUBIO:
25
(Notando que RAMIREZ mira el paquete, lo coge y lo guarda en
un cajón del escritorio) Está llena de mierda.
RAMIREZ:
Sí… Bueno, habría que…
RUBIO:
Papeles, cartones, de todo.
RAMIREZ:
Sí. Habría que limpiarla.
RUBIO:
Ya.
RAMIREZ:
¿Cuento con...
RUBIO:
Ya entiendo.
Empieza a sonar el teléfono. Es el teléfono que está en la
otra mesa, RUBIO tiene que levantarse. Se interrumpe la
conversación, se quita la llamada de encima. Cuando cuelga
reanuda el discurso. Y se dirige otra vez hacia su silla
detrás de la mesa.
RAMIREZ:
¿Cuento contigo?
RUBIO:
¿Eh?
RAMIREZ:
Tu firma. ¿Cuento con tu firma?
RUBIO:
Yo. Ya. Yo... ¿Sabes? Yo fumaba... Ahora sólo fumo medio
paquete por día. Yo fumaba. Llegué a fumar tres paquetes por
día. No sé de donde sacaba el tiempo, la verdad. Tres paquetes
por día. Empeder...
RAMIREZ:
Empedernido.
RUBIO:
Fumador empedernido. Así lo llaman, ¿no? Hice... hice de todo.
Fui a láser. Hice acupuntura. Nada. No podía. No dejar. Al
final, ya ni siquiera pretendía dejar. Al menos, bajar la
cantidad un poco. Ningún logro de esos que salen en los
programas de televisión. Nada de eso. Fumar unos cigarrillos
menos al día. Cinco, cuatro, tres cigarros menos...
26
RAMIREZ:
Fumabas como un loco.
RUBIO:
Nicotina. Eso era a lo que me sabía todo. ¿Sabes lo que te
digo? Nicotina. Me deprimía no poder dejarlo. No tenía...
RAMIREZ:
No todos tenemos fuerza de voluntad.
RUBIO:
Es increíble. Es patético. Es... No se puede, ¿eh? Pero no se
puede. ¿Sabes lo que te digo? No-se-pue-de. No... no sabes...
Tienes claro. Sabes perfectamente que te está haciendo mierda
y dale que dale... y sigues...
RAMIREZ:
¿Ahora fumas menos?
RUBIO:
Mucho, mucho menos.
RAMIREZ:
Bien, ¿no?
RUBIO:
¿Eh?
RAMIREZ:
Bien.
RUBIO:
Mucho mejor.
RAMIREZ:
Ya. Bueno… mmm… ¿Cuento contigo? Me das tu firma…
RUBIO:
(Pausa) Eso es lo que te estaba intentando decir.
RAMIREZ:
¿El qué?
RUBIO:
Eso. Es lo que te estaba intentando decir. Precisamente.
RAMIREZ:
No entiendo.
RUBIO:
Eso.
27
RAMIREZ:
¿Eso qué?
RUBIO:
(Pausa) Me ayuda.
RAMIREZ:
Te ayuda.
RUBIO:
Me ha ayudado, vamos. Esto.
RAMIREZ:
¿El qué te ha ayudado?
RUBIO:
Esto. No… no poder fumar aquí.
RAMIREZ:
¿Te ha ayudado a qué?
RUBIO:
¿A qué va ser? A fumar menos. Me… me ha ayudado a fumar menos.
RAMIREZ:
Eso es una tontería.
RUBIO:
No es una tontería. No es una tontería. Si tú vieras… Si tú
hubieras visto. Mi mujer… Sara estaba… Yo tenía la cara gris.
¿Sabes cuándo tienes todos los dedos amarillos?
RAMIREZ:
Ya, ya… pero no te ha ayudado el que te obligaran a fumar
fuera. Tu fuerza…
RUBIO:
No. Bueno. No sé. Sí. No pienso. Ahora no pienso en ello. Al
principio estaba todo el día pensando: “Dios, un cigarro.”
Estaba todo el día afuera. Ahora… Sí me ha ayudado. Te
acostumbras. Te acostumbras a todo…
RAMIREZ:
Eso es lo terrible…
RUBIO:
(Solapándose a “terrible”) Incluso, incluso ya me he olvidado.
Trabajo. Y ya me he olvidado. Tengo mis breaks, pero nada más.
Salgo un momento. Listo. Pasan dos horas. ¡Dos horas sin
28
fumar! ¿Sabes lo que es eso para mí? Yo encendía un cigarro
con la colilla del otro…
RAMIREZ:
Ya.
RUBIO:
Suena estúpido.
RAMIREZ:
¿Eh?
RUBIO:
Suena estúpido, pero no lo es. De verdad.
RAMIREZ:
Vale, OK. Pero fumas. Sigues fumando. Al menos hazlo por los
demás. Tú firma estaría… sería importante…
RUBIO:
(Pausa) ¿Por qué?
RAMIREZ:
¿Cómo por qué?
RUBIO:
Sí, ¿Por qué?
RAMIREZ:
Porque cuantas más firmas haya, mejor.
RUBIO:
Ya.
RAMIREZ:
(Irónico) Siempre es así. Cuántas más firmas hay, mejor.
RUBIO:
(Sin notar el tono) Ya.
RAMIREZ:
¿Entonces?
RUBIO:
(Pausa) No es el momento.
RAMIREZ:
¿Cómo?
RUBIO:
No es el momento. Ahora no. Justo ahora no.
29
RAMIREZ:
¿A que te ref…
RUBIO:
No lo es. En otro… un mes antes, te decía “perfecto”.
Vamos, yo era el primero que firmaba. Vamos, yo recogía las
firmas… ¿un mes antes? Yo estaba ahí sentado donde tú estás
ahora. Estaba de ese lado del escritorio, no de éste. Pero
ahora no.
RAMIREZ:
¿De qué hablas?
RUBIO:
Ahora no. No justo ahora, que se empiezan a mover las cosas.
No justo ahora que empieza a haber cambios. Esta es una
compañía… ¿Te parece conservadora aquí esta empresa? Muy
conservadora, ¿no? Muy…
RAMIREZ:
Sigo sin ver donde quieres llegar.
RUBIO:
Que justo ahora se empieza a mover. Por una vez. Que justo
ahora hay cambios. Ahí es donde quiero llegar. Cambios.
Reestructuración. Cuando todo está igual, no hay oportunidad.
Cuando todo está igual, el grande sigue siendo grande y el
pequeño tiene que seguir siendo pequeño. Cuando hay cambios…
Ahí es cuando el pequeño tiene una oportunidad. Se mueven los
elementos.
RAMIREZ:
Se mueven los elementos.
RUBIO:
Rotan.
Vuelve a sonar el teléfono.
RAMIREZ:
Rotan.
RUBIO:
Lo que antes estaba aquí abajo, ahora puede estar arriba. Lo
que antes estaba arriba… Puede seguir estando ahí… o… Puede
estar… quedar fuera. Eso nunca se sabe.
RUBIO se levanta ya que la llamada está interrumpiendo su
discurso. RAMIREZ se queda pensando, hasta que RUBIO vuelve a
quitársela de encima.
RAMIREZ:
(Adivinando) ¿Te van a promocionar?
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RUBIO:
No… nada… No es seguro. Por… nada es seguro. Te lo. Además es
muy confidencial. Te lo estoy contando para que entiendas mi
postura. ¿Sabes lo que te digo? Pero no es seguro. Y
precisamente porque no es seguro, es por lo cual… (Pausa) Mi…
mi firma tampoco es vital. Si todo el mundo va a estar de
acuerdo contigo. ¿Qué más te da tener una firma menos? Porque
te falte una firma no te… No va a pasar nada. No cambia nada.
Si todo el mundo odia el que haya que salir fuera para fumar.
Lo odia. Habla… con cualquiera que hables, te lo va a decir.
Está todo el mundo igual. Son unos pesados. ¿Qué crees? ¿Que
no lo sé? ¿Crees que no lo sé?
RAMIREZ:
(Asqueado) Pero te van a ascender y no quieres problemas.
RUBIO:
No… se… No es seguro.
RAMIREZ:
Ya, ya… No es seguro.
RUBIO:
Pero quiero estar ahí.
RAMIREZ:
Quieres estar ahí.
RUBIO:
Quiero estar ahí.
RAMIREZ:
Ya.
RUBIO:
Me lo merezco.
RAMIREZ:
Ya.
RUBIO:
No voy a tirar piedras contra mi propio tejado.
RAMIREZ:
(Irritado) No estás tirando piedras contra tu propio tejado.
RUBIO:
No… pero, ¿Sabes lo que te digo? Tú sabes lo que te estoy
diciendo. No es que me parezca… lo que estás haciendo me
parece perfecto. Está claro que hay que hacerlo. Cien por
31
cien. ¿Ves? Eso sí que es seguro. (Risita) Eso sí es seguro…
Pero cuánto menos se mueva la cosa… Tú ya sabes…
RAMIREZ:
(Frío) No veo la relación.
RUBIO:
¿No ves la relación?
RAMIREZ:
No, no la veo.
RUBIO:
(Frío ahora él) ¿Tú no ves la relación?
RAMIREZ:
Sí, yo no veo la relación.
RUBIO:
Pues cualquiera vería la relación.
16ª ESCENA: Exterior día – Portal de la oficina.
FERNANDEZ y MARTINEZ están fumando fuera. Comparten su
cigarrillo en silencio. Cada uno está pensando en sus cosas.
No pasa nada, nos quedamos fuera hasta que se fuman todo el
cigarro. Tranquilos, en silencio y muertos de frío.
17ª ESCENA: Interior día – Oficina – Despacho de ARMERO.
ARMERO trabaja en su escritorio. De pronto suena un teléfono.
ARMERO lo coge, mira el visor de su móvil y ve el número y
nombre de SOTOMAYOR. Duda. Parece que lo va a coger, pero al
final decide no hacerlo y dejarlo sonar.
Corte a:
SOTOMAYOR está con el teléfono móvil en la oreja esperando,
finalmente cuelga y sigue con su almuerzo. Está en la terraza
de lo que parece un club de deporte o un gimnasio, recién
duchado, con gafas de sol y vestido de ‘sport’.
18ª ESCENA: Interior día – Oficina – Despacho de TREVIÑO.
TREVIÑO está sentado en su escritorio mirando unos papeles de
trabajo. de pronto, mira su reloj. Coge la llave del cajón de
su escritorio, lo abre y va a coger la carta de la embajada
que ha recibido… pero no lo hace. Vuelve a cerrar el cajón
32
indeciso. Vuelve a mirar su reloj. Se levanta y va hasta la
puerta. La cierra.
Vuelve hasta su escritorio y vuelve a marcar el número de
teléfono de la recepción.
TREVIÑO:
Sí… Perdón. ¿Me puedes poner con el número ese…? Sí,
internacional… ¿Lo tienes? Sí… 001718… Gracias. Espero.
Gracias.
TREVIÑO cuelga. Espera unos segundos junto al teléfono. De
pronto, éste suena. Lo coge.
Sí… Gracias. (Pausa) Carmen… Carmen, soy yo. Te pido que no me
cuelgues. Te… Déjame hablar, por favor. (Pausa) ¿Cómo están
los niños? ¿Eh? ¿Que como están los… sé… Escúchame; sé que no
quieres… que todavía no quieres hablar conmigo, pero… Pero no
podía esperar más. (Pausa) Quería… hubiera querido llamarte
con una buena noticia… hubiera querido decirte que todo estaba
arreglado, pero no puedo. (Pausa) Sí que se puede arreglar, no
digas eso… (Pausa) ¿Cómo puedes estar todavía así? ¿Eh? Cuando
yo… Ya. Ya lo sé.
De pronto hay un apagón de luz en la oficina y escuchamos a
los demás trabajadores reírse de desesperación. TREVIÑO sigue
su conversación como sino le afectara para nada la oscuridad.
(Pausa) ¿Y tú te crees que a mí no me dio vergüenza…? ¿Tú
crees que yo no me sentí avergonzado, eh? (Pausa) No, no, ¿Por
qué es tarde, Carmen? (Pausa) Yo no sabía nada de eso.
Escúchame. ¿Cómo te puedo convencer de…? (Pausa) Yo sabía que
era una productora de cine porno. Nada más. (Pausa) Porque sí.
Porque los niños tenían que comer. Los niños tenían que comer,
¿no? ¿Tenían que comer o no? (Pausa) Era un trabajo. Yo lo vi
como un… No, pero eso no. Yo no sabía nada de eso. No sabía
nada de lo otro. (Pausa) Ya… pero, ¿tú te crees que si yo se
que alguien prostituye a niños de la edad de mi hija yo iba a
trabajar con él…? (Pausa) ¿Pero por qué tenemos que volver a
hablar de esto? (Pausa) Por… No. No. No. Me lo han denegado
otra vez. Y… (Pausa) ¿Cómo están Juan y Mariela…? (Pausa) Yo…
es que yo… yo necesito verte y ver a los niños… ¿entiendes,
Carmen? (Pausa) Lo pone en la carta. Yo. No. Pero se
equivocan… Eso da igual. Yo… Por favor, Carmen.
Vuelve la luz y se escuchan grito y silbidos del resto de la
oficina. TREVIÑO sigue concentrado en su conversación.
Necesito veros… (Pausa) Dime al menos que si pudiera ir, me
aceptarías. (En voz muy, muy baja) ¿Ya no me quieres, eh…? ¿Ya
no me quieres?
33
19ª ESCENA: Exterior día – Oficina – Azotea del edificio.
ENRIQUE y RAMIREZ suben la escalera hasta llegar a la salida
de emergencia de la azotea del edificio. ENRIQUE tiene aspecto
de no haber dormido. Está cansado y crispado. RAMIREZ le sigue
como esperando a que el otro le conteste. ENRIQUE se lanza a
hablar en cuánto salen fuera y pueden encenderse un cigarro.
ENRIQUE:
Con una mano en el corazón, ¿Tú te crees que van a hacer algo…
que les va… que eso les va a afectar en algo?
RAMIREZ:
No lo sé, la verdad.
ENRIQUE:
No les va a afectar nada eso. ¿Eso? se van a limpiar el culo
con el papel ese… Los hijos de puta… El CULO se van a limpiar.
RAMIREZ:
(Risueño ante la postura de ENRIQUE) ¿Tienes otra idea?
ENRIQUE:
¿Que si tengo otra idea? ¿Si tengo otra idea? Tengo un montón
de ideas. Tengo millones. Esperemos en la puerta por la noche
a que el hijo de puta ese que tenemos de jefe salga para ir a
su casa y le rompemos la cara hostias. Por ejemplo. ¿Qué te
parece? Esa es un idea. Por ejemplo. Pero hay mil…
RAMIREZ:
(Dándose cuenta que la crispación es real) Oye, ¿qué te pasa?
ENRIQUE:
¿Qué me pasa? ¿Quieres saber qué me pasa? Me pasa que estos
hijos de puta –porque otra cosa no se les puede llamar- me
pasa que estos cabrones me tienen trabajando en una mierda de
informe hasta las dos, tres de la mañana durante… ¿qué se yo
cuánto tiempo? Durante semanas… Y cuand… Vengo aquí, lo hago
todo. Supercomplicado, además. Cuando ya está terminado,
cuando está todo listo, van y me dicen: “No, es que ahora
hemos desestimado la idea”. ¿Entiendes? Ahora los señores han
desestimado la puta idea. Ya pasó. No, gracias. Ya no nos
interesa más. Gracias por hacer el gilipollas durante tres
semanas. Que les den por el culo.
RAMIREZ:
Ya.
ENRIQUE:
Evidentemente, como te imaginarás, tampoco les interesa que
por estar aquí día tras día hasta cualquier hora, la semana
34
pasada mi mujer me cambiara la cerradura de mi casa. Sí, si…
como lo oyes. Lo que oyes. Cambió la… Llego hecho… Supertarde…
Hecho polvo, voy a poner la llave en la puerta y no entra.
Está trabada. Al principio digo: ¿qué coño pasa aquí? Al
principio no me enteraba. No me enteraba de nada. Y luego
caigo. Luego me doy cuenta. Esta hija de puta me cambió la
cerradura. Empiezo a tocar el timbre y a tocar el timbre y
nadie sale. Pero no salir, no. Ni siquiera se asoma. Y
entonces me voy enfrente de mi casa… y había luz, no es que no
había nadie. Yo veía la luz. Y entonces me voy enfrente… que
hay un parque… que hay un parque con una cabina y… a todo
esto, ya son como las tres de la mañana… Y me voy a la cabina
de enfrente y marco el número de mi casa y llama y llama y
llama… y al principio pienso: esta hija de puta cambió también
el número. Y cuando ya iba a llamar a… Ya iba a llamar a la
telefónica… y de pronto, mi mujer se digna a descolgar el
teléfono y dice: “¿Dígame?” No como siempre, ¿entiendes? Dice
“¿Dígame?”… Así con un tono… Y le digo: ¿Se puede saber qué
coño intentas hacer? Y me dice… Va y me contesta: “¿Por qué no
te quedas a dormir con quién estabas?” Te imagin… ¿Por qué no
te quedas a dorm… Y le digo: Estaba en la puta oficina. Ahí es
donde estaba. En la puta oficina de los cojones. Y va y me
cuelga. La muy… Va y me cuelga. Y… No podía más. Y ¿Sabes lo
que me dio ganas de hacer…? No te lo puedo… Me asusté. ¿Alguna
vez te has asustado de ti mismo?
RAMIREZ:
Bueno…
ENRIQUE:
Me asusté de mi mismo. Te lo juro. Porque en ese momento iba y
me la cargaba. Iba, tiraba la puerta abajo y me la cargaba… Y
luego piensas…
RAMIREZ:
Ella tampoco tiene la culpa.
ENRIQUE:
Y luego piensas… No. La culpa la tienen estos hijos de… Estos
mierdas están arruinando mi vida, ¿entiendes? Llevamos una
vida de mierda.
RAMIREZ:
Bueno, ya. Cuando estás así, es mejor no hacer nada…
ENRIQUE:
¿Sí? No sé yo. No sé yo. Porque esto no acaba aquí. Porque el
show no acaba aquí. El culebrón este de los cojones no acab…
Llego al otro día. Más descansado. Un poco… Hecho mierda
igual, pero con las ideas un poco más claras… Más tranquilo.
Llego al otro día y cuando… en la mesa de mi… Llego, un
papelito. Tu jefe. Que quiere verme. Que es urgente. Que por
35
favor lo llame. O vaya a verlo. Y… Y voy a verlo. Esto es
increíble… lo que te voy a contar ahora no te lo vas a poder
creer. Y voy a verlo y… ¿Sabes lo que me dice el cabrón de
mierda? Voy a verlo y me dice… Me dice: “Anoche en la reunión
del consejo se habló de tu idea. Y gustó. Gustó muchísimo.” Me
dice. “Pero con cambios. Con algunos cambios.” Y le digo:
Pensé que la habían desestimado. Y va y me dice: “Sí, al
principio sí. Bueno, la idea original sí. Pero si le hacemos
algunos cambios…” Y… ¿sabes qué? No les gustó un carajo. No
les gustó una mierda la idea original. Estoy trabajando en
una… tengo que hacer un informe nuevo con la idea de ellos.
Que es una mierda. Que no hay quién se la trague. ¿Entiendes?
Hace… En un puto hotel estoy viviendo… Mi mujer no me habla…
RAMIREZ:
Eh, eh, tranquilo. Vete a casa.
ENRIQUE:
No me puedo ir a casa. No me puedo ir a casa. ¿Cómo me voy a
ir a casa? NO puedo. Este lo necesita… Ya sabes como es…
Siempre es lo antes que puedas. Lo necesita ahora. Ya lo
necesita. Ayer… Si pudiese ser ayer, para él mejor. No puedo
irme a mi casa. Además, si me voy a mi casa, no puedo entrar…
Me… Te juro… El otro día estuve pensando…
RAMIREZ:
¿Qué?
ENRIQUE:
El otro día. Lo barajé. De verdad. Como una posibilidad real.
RAMIREZ:
(Entre confundido y muy preocupado) No entiendo.
ENRIQUE:
Como una posibilidad real.
RAMIREZ:
No entiendo.
ENRIQUE:
No como un pensamiento de esos que se te cruzan por la mente.
Como una posibilidad. Real.
RAMIREZ:
¿El qué?
ENRIQUE:
Es… Mi mujer no me quiere ni ver… Estos tíos son lo peor… Ni
les impor…
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RAMIREZ:
No…
ENRIQUE:
Estoy muy mal, ¿entiendes?
RAMIREZ:
Tranquilo.
ENRIQUE:
Estaba ahí en el hotel. Tarde. Era de noche. Serían como las
once o así. Tal vez las doce. Tarde. Y pensaba y pensaba y
pensaba…
RAMIREZ:
¿De qué hablas?
ENRIQUE:
Por primera vez lo pensé de verdad. Lo consideré.
RAMIREZ:
Explícame porque…
ENRIQUE:
Tengo… una vez… Hace años, me regalaron una escopeta de esas
grandes…
RAMIREZ:
(RAMIREZ se revuelve asustado) Para, para, para…
ENRIQUE:
(Ensimismado) …de caza…
RAMIREZ:
(Intentando hacer que el otro vuelva en sí) Ey, espera un
momento…
ENRIQUE:
…de esas que tienen doble cañón.
RAMIREZ:
Espera un momento, espera, espera, espera…
ENRIQUE:
Y pensé… a la mierda con todo. Te lo juro.
RAMIREZ:
¿Qué estás… ey…
ENRIQUE:
(Señalando a RAMIREZ) Os vais todos a la puta mierda.
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RAMIREZ:
(Separando el dedo que apunta a su cara, como si fuera un
arma) ¿Te has vuelto loco?
ENRIQUE:
(Como volviendo en sí) El problema… el problema es que está en
mi casa la… la escopeta y… que está en mi casa y no puedo
entrar.
RAMIREZ:
Tranquilo.
ENRIQUE:
…porque si no…
RAMIREZ:
Tranquilo.
ENRIQUE:
Ni tienes ni idea de por lo que estoy…
RAMIREZ:
Eso no soluciona nada, ¿vale? No soluciona nada.
ENRIQUE:
(Volviendo otra vez con fuerza) Por eso te digo que… que a
estos… ¿qué firmas ni qué pollas? Un… joderlos vivos… eso es
lo que hay que hacer. Hay que joderlos vivos. Como ellos nos
hacer a nosotros. Joderlos vivos…
Corte a.
Misma escena. RAMIREZ está en silencio, ENRIQUE llora apoyado
en la barandilla. RAMIREZ está incómodo. No sabe si tocarlo o
no.
RAMIREZ:
Ey… tranquilo.
ENRIQUE:
(Sollozando) Per… perdona por esto.
RAMIREZ:
No… no pasa nada.
ENRIQUE:
Es… mi mujer también… por culpa de estos…
RAMIREZ:
Hablamos en un momento en que estés más tranquilo, ¿vale?
38
ENRIQUE:
(Lloriqueando) Perdón.
RAMIREZ:
No pasa nada.
ENRIQUE:
Gracias.
RAMIREZ se dispone a “escabullirse”.
RAMIREZ:
Si necesitas algo…
ENRIQUE:
Gracias.
RAMIREZ:
Cualquier cosa…
ENRIQUE:
Te lo agradezco, gracias.
20ª ESCENA: Interior día – Oficina – Servicios de hombres.
El MENSAJERO
Mientras los
su empleado.
a la hora de
está orinando. Junto a él entra en cuadro ARMERO.
dos orinan, el jefe mira rápidamente de reojo a
Éste no lo nota. El MENSAJERO ahora duda un poco
dirigirse a ARMERO, pero finalmente le habla.
MENSAJERO:
Buenas tardes.
ARMERO:
(Con una sonrisa de jefe “enrollado”) Hola.
MENSAJERO:
(Dudando, luego atreviéndose) Nos falta un cuatro, señor.
ARMERO:
¿Perdón?
MENSAJERO:
Dentro de quince días vamos a jugar un partido de fútbol con
los de la oficina de enfrente y… nos falta un cuatro. ¿Se
atreve?
ARMERO:
(Sonriendo) Yo ya no estoy para esas cosas. (Pausa) Gracias
igual por la invitación.
El MENSAJERO se lava las manos.
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(Dudando ahora él) …aunque …si me dijeras que puedo jugar de
nueve…
21ª ESCENA: Interior día – Despacho de FERNANDEZ y MARTINEZ.
Vemos restos de pizzas y latas de bebidas sobre los
escritorios, han tomado el almuerzo en la oficina en vez de
salir. FERNANDEZ está con los pies encima de la mesa de su
compañero. MARTINEZ está mirando a su colega quién está con su
cabeza apoyada encima de una carpeta, como embobado. Los dos
están de un humor más filosófico que nunca. De pronto
FERNANDEZ se larga a hablar.
FERNANDEZ:
A veces pienso. Cuando voy por la calle. Cuando voy andando
por la calle… me suele venir a la mente. Pienso que alguien…
Me pasa mucho. Pienso que alguna de las personas que se me
cruza, que anda en dirección contraria y me cruzo por la calle
va, va a acercarse y va a sacar un puñal… o una navaja o algo
y me la va a clavar en el estómago. (Pausa) Cualquiera. Un tío
cualquiera. (Pausa) No necesita ser… no tiene porqué parecer
sospechoso ni nada. (Pausa) Se me acerca y ¡Chas! (Pausa) ¿Es
anormal eso? Es… ¿qué es normal? ¿Qué es… (Para sí) ¿Qué se yo
qué es eso? (Pausa) O cuando paso por una obra. ¿Has visto que
cuando pasas por una obra…? Esas obras… esos lugares que están
llenos de andamios y que… siempre tienes que esquivar algo.
Siempre hay… cuando paso por un lugar así siempre… Bueno, no
siempre. Pero muchas veces. Muchas veces me imagino que hay
algún alambre colgando o algo así. Pienso que han dejado algo
colgando y que yo voy a ir caminando tan tranquilo y que, de
pronto, me… el alambre… o lo que sea… lo que haya colgando ahí
me va a sacar un ojo. Pero no así sin más. No me va a sacar un
ojo y ya está. Pienso que voy caminando y el alambre se me va
a, a enganchar en el ojo. Me va a frenar. Porque se me queda
enganchado en la… ¿Cómo se dice? En el… en la cavidad del ojo.
Se me engancha y me tira para atrás. Y me lo arranca, claro.
Y… es una fantasía, supongo. Es… Los andamios son peligrosos.
(Pausa) Toda la puta ciudad está en obras. Todo es… (Pausa)
Todos los tipos que trabajan en las obras son… será que no me
fío de esos tipos que trabajan ahí. (Pausa) ¿Y esa carpeta?
MARTINEZ:
(Sorprendido. Mirando la carpeta) Me la regaló Concha.
FERNANDEZ:
(Pausa) Nadie se fía de los tipos que trabajan en una obra.
¿Tú te fías de los tipos que trabajan en las obras? Porque
son… ese trabajo es… No es un trabajo. Es algo temporal. No es
su oficio. Su vocación. (Pausa) Además, ¿Que coño les importa
40
a ellos? Ellos… ¿Tú te crees que ellos tienen alguna
posibilidad de vivir en los edificios que construyen? Yo… Esa
es mi teoría. ¿Ves? A los tíos que te vienen a hacer algo en
tu casa. …Esto lleva justo a mi teoría. A los tíos que te
vienen a arreglar algo… ¿has visto que siempre te lo dejan
así?… Mi teoría es que están resentidos. Porque ellos nunca
van a poder vivir ahí. Nunca van… Ayer pasé por La Mina.
(Pausa) Ese barrio es peligroso.
MARTINEZ:
Ya ves.
FERNANDEZ:
Ese lugar… ese sitio es muy peligroso. (Pausa) Y la
estos tíos vienen de por… vienen de lugares así. Y…
entiendo. Te hacen putaditas. En la casa. Te hacen…
que te arreglen algo y te… sí, te lo arreglan, pero
lo medio joden. (Pausa) Porque les molesta. Les…
mayoría de
yo lo
les pides
también te
MARTINEZ:
¿Les molesta que tú vivas allí?
FERNANDEZ:
Les, les, les… sí. Están resentidos. Están… ¿Hace mucho que no
pasas por la Mina? ¿Hace… Yo, créeme, yo también estaría
resentido. Joder si estaría resentido… (Pausa)
MARTINEZ:
Eso es lo que te hace la ciudad.
FERNANDEZ:
¿El qué?
MARTINEZ:
Eso. Lo del puñal. Lo que decías. Lo de que tienes miedo de
que alguien se te acerque y te clave un puñal.
FERNANDEZ:
O una navaja.
MARTINEZ:
O una navaja. Eso. (Pausa) Eso es lo que te hace la ciudad.
FERNANDEZ:
(Pausa) Ya entiendo lo que dices.
MARTINEZ:
La… Vamos a ver. La ciudad te hace sentir sólo.
FERNANDEZ:
Ya veo por donde vas.
41
MARTINEZ:
La… La ciudad nos vuelve a todos un poco locos.
FERNANDEZ:
Es normal.
MARTINEZ:
Es nor… Sí. Bueno. Hay que ver. Sí. Lo normal es… ¿Es normal
lo que es normal para nosotros?
FERNANDEZ:
Nada es normal.
MARTINEZ:
Exacto. Estamos viviendo en un mundo de locos. (Pausa) Lo
normal no es lo normal.
FERNANDEZ:
Ninguna puta cosa es normal.
MARTINEZ:
Ninguna persona.
FERNANDEZ:
Ninguna put… Ahí lo tienes: los tíos de las obras.
MARTINEZ:
Un ejemplo.
FERNANDEZ:
(Pausa larga) En Amsterdam sólo pueden sacar la basura dos
veces por semana, ¿sabías eso?
22ª ESCENA: Interior día – Restaurante.
Estamos en un típico restaurante de menú a 1000. En general,
el ambiente es de ejecutivos solos o en pareja.
Entra CORAL. Viene sólo directo hacia la mesa, se sienta, saca
su móvil y lo coloca ordenadamente en la mesa, junto a los
cubiertos.
Seguimos por el pasillo del restaurante donde están comiendo
juntos TREVIÑO y RUBIO.
Al otro lado del pasillo están ENRIQUE Y MARTA comiendo
juntos.
Seguimos en paralelo las conversaciones de TREVIÑO-RUBIO y
ENRIQUE-MARTA.
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MARTA:
Esta noche no puedo.
ENRIQUE:
¿Cómo que esta noche no puedes?
MARTA:
Esta noche no puedo. Lo que oyes. Esta noche no.
Cambio.
TREVIÑO:
No mires. Mira. Quiero decir. Mira, pero no mires.
RUBIO espía por el rabillo del ojo, pero no encuentra a nadie.
Hay un tipo sentado de espaldas que se parece a SOTOMAYOR.
A la derecha… a tu… a tu derecha. El del teléfono. El que está
hablando por el teléfono móvil… ¿No es?…
RUBIO:
¿Qué?
TREVIÑO:
Sotomayor.
RUBIO:
¿Sotomayor?
TREVIÑO:
Es ¿no?
RUBIO:
Me parece que no… (Mirando otra vez de reojo) …No es.
Cambio.
ENRIQUE:
Pero ya tenía todo preparado.
MARTA:
Sí, pero esta noche no puedo.
ENRIQUE:
(Malhumorado) Ya.
MARTA:
¿Qué?
ENRIQUE:
Nada.
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MARTA:
Dime, ¿qué?
ENRIQUE:
Nada.
Cambio.
TREVIÑO:
Ese tío sí que vive bien.
RUBIO:
Y en muy pocos años.
TREVIÑO:
En muy… en nada. En muy poco tiempo. Sotomayor no debe llevar
en la empresa ni diez años. Coche, casa…
RUBIO:
Buen sueldo.
TREVIÑO:
Super buen sueldo.
Cambio.
MARTA:
Oye, yo no vivo en un hotel como tú, ¿vale? Yo todavía tengo a
mi “querido” esperándome con la cena cada día y me tengo… ya
no me quedan historias…
ENRIQUE:
Eso no tiene nada que ver.
MARTA:
¿Cómo que no?
ENRIQUE:
Cuando yo no vivía en un hotel… Cuando nos quedábamos aquí, yo
también podía…
MARTA:
Y yo.
ENRIQUE:
Siempre podía. Nunca te fallé.
Cambio.
TREVIÑO:
¿Cómo?
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RUBIO:
Digo que… ¿cuánto?
TREVIÑO:
No sé, pero mucho.
RUBIO:
Ya.
Corte a.
Ahora estamos en la recepción de la oficina, está vacía, es la
hora de comer. El MENSAJERO con un bocadillo envuelto en papel
albal, busca alguna revista con la que entretenerse mientras
toma su almuerzo. No encuentra nada. De pronto decide ir al
despacho de TREVIÑO y retomar prestado el vídeo porno. Se
dirige a la sala de reuniones, cierra la puerta, prepara el
vídeo, le da al ‘play’ y se dispone con los pies encima de la
mesa a comerse el ‘bocata’ y a disfrutar un rato. Sólo oiremos
el audio de la cinta, mientras vemos su cara embobada justo
antes de dar un mordisco al bocata.
Corte a.
MARTA:
(Pausa) Es sólo por esta noche, ¿vale? No quiero forzar las
cosas.
ENRIQUE:
Ya, pero…
MARTA:
Nos hemos estado viendo casi todas las noches durante las
últimas semanas…
ENRIQUE:
¿Y?
MARTA:
Es una sola noche…
Cambio.
TREVIÑO:
Y es un buen tío.
RUBIO:
¿Es?
TREVIÑO:
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¿Cómo? Sí. Es un buen tío. No es mal tío. Podría ser un tío…
Pero no. Es un tío legal.
RUBIO:
¿Lo conoces?
TREVIÑO:
(Con la comida en la boca) ¿Mmm?
RUBIO:
¿Lo conoces?
TREVIÑO:
Lo veo. Lo saludo.
RUBIO:
Lo saludas.
Cambio.
MARTA:
(Cariñosamente) ¿Puedes estar sin mí una noche?
ENRIQUE:
Si no es eso.
MARTA:
Veeeenga…
ENRIQUE:
Ya.
MARTA le pellizca la mejilla y ENRIQUE le aparta la cara.
Cambio.
TREVIÑO:
Lo saludo en la entrada y me parece bueno tío. Tiene cara de
buen tío.
RUBIO:
Pero sólo lo saludas.
TREVIÑO:
(Pausa) No sólo lo he saludado una vez, ¿eh? Muchas veces lo
he saludado.
Ahora seguimos hasta la mesa
sólo. De pronto, un teléfono
se sabe bien de donde viene,
ver si es el suyo. No lo es.
de CORAL. Este está comiendo
móvil suena en el restaurante. No
y Coral chequea rápidamente para
Un hombre a un par de mesas
46
empieza a hablar. CORAL vuelve a su comida con cierta
decepción.
23ª ESCENA: Exterior día – Portal de la oficina
Una mujer camina por la acera. No es muy guapa, pero está
buena. Va vestida muy provocadora y lo sabe. Se para en una
tienda a mirar algo. Sigue. Su caminata dura unos 30 segundos.
De pronto, para a arreglarse un tacón. En ese momento entra en
cuadro la entrada de la oficina, está parada enfrente. En la
puerta hay dos hombres fumando un cigarro y están muy
pendientes de la mujer. Son PUIG y GOMEZ. Ambos la siguen con
la mirada cuando pasa. Una vez ha pasado, nos quedamos con
ellos mientras la siguen mirando cómo se aleja.
PUIG:
(Sonriendo maliciosamente, mientras se pega golpecitos en el
cuerpo para entrar en calor)
No está tan mal esto de tener que salir a fumar fuera, ¿eh?
GOMEZ:
(Sonriendo cómplice) La verdad es que no.
24ª ESCENA: Interior día – Exterior despacho de ARMERO/Calle.
MARTA, la secretaria, está sentada en un escritorio, pasando
cosas al ordenador, junto a la puerta de entrada del despacho.
La puerta está cerrada. Oímos a través de la puerta que hay
una reunión dentro. De pronto suena el teléfono, y MARTA pone
cara de resignación por tener que interrumpir su picado.
MARTA:
¿Sí, dime?
SOTOMAYOR está con el teléfono móvil en la oreja. Está sentado
en el interior de un buen coche en medio de la calle.
SOTOMAYOR:
¿Todavía está reunido?
MARTA:
(Sigue picando sin prestar atención) Puff, pues sí, la verdad.
SOTOMAYOR:
(Impaciente) Pero lleva reunido todo el día.
MARTA:
(Asintiendo risueña) Y lo que le queda…
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SOTOMAYOR:
Tienes idea de… ¿Sabes cuando va a estar libre?
MARTA:
Está con el consejo. Puede ser una hora como… no se sabe. La
semana pasada mismo estuvo reunido casi… (Dejamos de escuchar)
Por el pasillo que sale del despacho de ARMERO oímos a
ENRIQUE, que como de costumbre, está muy nervioso y crispado.
Le vemos como se cruza con MARTINEZ, le pregunta. Le seguimos.
ENRIQUE:
¿Dónde está?
MARTINEZ:
En tu despacho. A la décima va a la vencida…
ENRIQUE:
Ya, ya… A ver si consigo una asistenta de una vez.
25ª ESCENA: Interior día – Oficina – Despacho de TREVIÑO.
TREVIÑO está sentado en su escritorio. Curiosamente, parece
que está trabajando. Está concentrado mirando unos papeles. De
pronto, suena el teléfono. Lo coge.
TREVIÑO:
¿Sí…? Ah. Sí. (Nervioso) Pásamela. Pásame… Gracias. (Pausa)
¿Carmen... eres tú? Car… (Muy agobiado) No llores, por favor.
No llores. (Pausa) Yo también te quiero. (Pausa) Yo… yo no
puedo. ¿Por qué no venís vosotros…? Sabes que yo no puedo ir.
No me hagas esto…
26ª ESCENA: Interior día – Oficina – Sala de reuniones
pequeña.
ENRIQUE está sentado en una sala que pretende
que es. Una CHICA bastante formalita y no muy
sentada del otro lado de la mesa. ENRIQUE con
decepción va haciendo gestos de desaprobación
Hay cierta tensión.
ser mejor de lo
guapa que está
cara de
con la cabeza.
ENRIQUE:
(Mirando el currículum) Tienes experiencia como secretaria…
Tienes experiencia de administración…
ENRIQUE le alarga un formulario, que la CHICA recoge.
¿Has trabajado alguna vez con este tipo de documentos?
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CHICA:
Sí, era de los que usaba en la empresa anterior.
ENRIQUE:
Ya. (Pausa) ¿Idiomas?
CHICA:
Inglés, francés, un poco de alemán… pero muy poco.
ENRIQUE hace un gesto como de “qué pena”.
ENRIQUE:
O sea que mientras estudiabas, también trabajabas…
CHICA:
Correcto.
ENRIQUE:
(Como haciendo un chiste) ¿No habrás descuidado tus estudios
por eso, no?
CHICA:
(Sin notar la broma, que en realidad no existe) Tiene mis
calificaciones en el otro folio, detrás del currículum.
Pasa un folio del currículum. Lo mira impresionado.
ENRIQUE:
Ah, ya, ya… No… No las había visto. (Pausa larga)
La CHICA nerviosa por el escrutinio al que está siendo
sometida, saca un paquete de cigarros del bolso y se dispone a
llevarse un cigarrillo a la boca. ENRIQUE la ve y le dice
severo:
ENRIQUE:
Oye… Aquí no se puede fumar, ¿eh?
27ª ESCENA: Interior día – Oficina – Lavabos.
Cara a pantalla entera de TREVIÑO aspirando ansiosamente un
cigarro. De repente escucha algo. Se le corta la calada cuando
iba a expulsar el humo, se levanta tira el cigarro en el water
y mueve las manos frenéticamente para evitar el humo.
SONIDOS DE PASOS OFF. SONIDO DEL GRIFO QUE SE ABRE OFF.
TREVIÑO escucha. De pronto, alguien más entra.
SONIDO DE MÁS PASOS OFF.
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Finalmente TREVIÑO escucha la voz de SOTOMAYOR. Hay cierta
tensión en la voz. Aunque al principio no se dice nada
importante, el discurso es raro. Mitad la culpa, mitad la
curiosidad hace que instintivamente él no haga ningún
movimiento y se quede callado.
SOTOMAYOR OFF:
Las cosas no van a estar calientes siempre, Armero…
ARMERO OFF:
Este no es el lugar…
SOTOMAYOR OFF:
Las cosas… las cosas no esperan.
ARMERO OFF:
Este no es el…
SOTOMAYOR OFF:
(Interrumpiéndolo con cierta violencia.) No me jodas con eso,
¿eh? no me jodas con eso.
Ahora TREVIÑO está totalmente expectante. Se sienta en el
water y levanta las piernas lentamente para que no le vean por
debajo de la puerta del water.
¿Cuánto tiempo te vas a tomar para decidir, eh? (Pausa) A ver
si resulta que no eres la persona… A ver si resulta que me he
equivocado de puta persona…
ARMERO OFF:
Baja la voz.
SOTOMAYOR OFF:
(En voz más baja) Es ahora o nunca, Armero, ¿eh?
ARMERO OFF:
Ya lo sé.
SOTOMAYOR OFF:
¿Entonces? (Pausa) Si no me lo dices pronto, te vas a la
mierda y me busco a otro.
ARMERO OFF:
Suéltame el brazo.
SOTOMAYOR OFF:
¿Ok?
ARMERO OFF:
50
Suéltame el brazo…
SOTOMAYOR OFF:
¿Sí o no?
ARMERO OFF:
¿Me puedes soltar…? (Pausa) …Me tengo que cubrir. Tú te vas,
pero yo me quedo…
PASOS OFF. SONIDO DE PUERTA OFF. SILENCIO.
TREVIÑO se relaja un poco. Cree que los dos se han ido. Sin
embargo, por primera vez salimos de cubículo para descubrir
que SOTOMAYOR todavía está ahí, en silencio, mirándose al
espejo.
De vuelta a cubículo, cuando TREVIÑO empieza a bajar sus
piernas otra vez, es sorprendido por un susto de muerte por la
voz de SOTOMAYOR, que esta vez habla para sí en voz muy alta.
SOTOMAYOR OFF:
¡Perfeccionismo suena a parálisis, Armero! (Para sí, ahora más
bajo) Creo que lo dijo Churchill eso…
SOTOMAYOR sale del baño.
SONIDOS DE PASOS OFF. PUERTA OFF. SILENCIO.
TREVIÑO se levanta rápidamente. Está muy nervioso. Tira de la
cadena. Se va. Vemos que el cigarro se queda en el fondo del
water. Y al salir del cubículo, vemos que el tirador de la
cadena ha quedado levantado, con lo cual el agua sigue
corriendo.
27ª BIS ESCENA: Interior día – Oficina – Pasillo.
Se abre la puerta del ascensor. Con cierto trabajo, RUBIO sale
de él con lo que parece ser una lámpara de pie aún envuelta en
el papel. Pasa por delante de la recepción y lo seguiremos
hasta su despacho.
Interior día – Oficina – Despacho de Rubio.
RUBIO deja el paquete en el suelo. Se quita la chaqueta
cuidadosamente y la deja colgada o apoyada en algún sitio. Se
dirige al envoltorio y empieza a quitar papel. Oímos el ruido
del papel que se desenvuelve con cierta ansiedad; RUBIO parece
contento con su compra. De hecho, una vez que la ha
desenvuelto sitúa la lámpara en una esquina de su despacho y
analiza todo el conjunto.
La voz de FERNANDEZ le interrumpe.
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FERNANDEZ:
Mmm… Lámpara nueva… Director de Recursos Humanos nuevo…
La cara de RUBIO se ilumina… pero sólo durante un segundo. De
pronto, se da cuenta de que FERNANDEZ trae consigo a un
hombre. Se lo presenta.
FERNANDEZ:
Rubio… Estévez. (Hablando con RUBIO) El nuevo director de
Recursos Humanos.
A pesar de que RUBIO se ha quedado petrificado éste es el
cargo que él esperaba, se controla y lo saluda cortésmente.
RUBIO:
Bienvenido.
FERNANDEZ:
Esta lámpara… ¿A que has comprado esta lámpara en una tienda
sólo de lámparas? Para mí, las lámparas se deberían vender en
las tiendas en las que hay muebles, así puedes saber cómo va a
quedar. El problema de las tiendas de lámparas es que sólo hay
lámparas alrededor… ¿Quién tiene lámparas alrededor de las
lámparas…?
El nuevo suelta una risita ahogada.
RUBIO:
Ya.
FERNANDEZ:
Es muy alta para este despacho. Se hace pequeño… (Al nuevo)
¿No se hace pequeño este despacho con una lámpara asÍ?
NUEVO:
No sé… no quiero opinar yo…
Los dos empiezan a salir.
FERNANDEZ:
¿Por qué no? Rubio, otro que se escaquea nada más llegar…
NUEVO:
(Risita) Bueno, si me preguntan… Hay cierto problema de
perspectiva, sí. Cierta desproporción.
La cara de RUBIO a toda pantalla.
RUBIO:
Cierta desproporción, sí… Puede ser.
52
28ª ESCENA: Interior día – Oficina – Despacho de TREVIÑO.
RAMIREZ está sentado frente a él. TREVIÑO está bastante
nervioso y se comporta de forma distraída. RAMIREZ sigue
totalmente involucrado en su historia. Su pasión contrasta con
el desinterés de TREVIÑO, traducido en mover papeles sobre su
escritorio.
RAMIREZ:
...Y esto de fumar fuera es... es lo mismo. Es más de lo
mismo. Cuando colonizas... ¿Qué es lo que se hace cuando se
coloniza un país? Llevar tus costumbres. Es lo primero. Esto
es... son sus costumbres. Para... Mata la individualidad. De
eso se trata. Homogeneizar. A eso responde. Homogeneizar a la
gente. Todos iguales. Ese sería su ideal... (Pausa) Por eso es
lo de las firmas...
TREVIÑO:
(Enganchándose sólo superficialmente) Pero... No hay que darle
más importancia de la que merece.
RAMIREZ:
Lo de las firmas es para demostrar que no estamos de
acuerdo...
TREVIÑO:
(Queriendo quitarse el tema de encima) No hay que darle más
importancia de la que tiene.
RAMIREZ:
(Enfrascado)... Porque lo del cigarro... No es lo del cigarro.
Son otras cosas. No es sólo eso. Son tantas cosas... es... Es
lo que tú decías. Es... Es que te quieren imponer una norma.
Quieren... Tienen un concepto equivocado de nosotros.
TREVIÑO:
Ya, pero... yo no voy a firmar.
RAMIREZ:
(Sin escuchar)... Creen que somos todos... no lo sé. Si hay
que unirse para que nos escuchen, nos unimos.
TREVIÑO:
No voy a firmar.
RAMIREZ:
(Pausa. Por fin escuchando) ¿Eh?
TREVIÑO:
En el papel. La petición. No voy a firmar.
53
29ª ESCENA: Interior día – Oficina – Lavabos.
En uno de los cubículos con water, PUIG se alivia
tranquilamente. Al finalizar, se limpia, sube los pantalones y
ve que la cadena está levantada. El tira de ella, pero no
parece quedar agua. Habría que esperar un rato a que el
depósito se llene otra vez.
PUIG maldice y se medio agobia, mirando hacia el interior del
water. Parece que no sabe qué hacer: si esperar o irse y dejar
su regalo donde está. Opta por lo más fácil. Lentamente,
intentando no hacer ruido, baja la tapa del water con cara de
asco y lo deja tapado. Acto seguido, abre sigilosamente la
puerta y chequea que no haya nadie en el baño viéndolo salir.
No hay moros en la costa. PUIG sale y se va.
30ª ESCENA: Interior día – Oficina – Despacho de ENRIQUE.
ENRIQUE mira unos currículums que tiene encima de la mesa para
el puesto de asistente. Da la impresión de que se fija
principalmente en las fotos que acompañan los folios. Está
totalmente enfrascado en la contemplación de una de ellas: una
chica tipo modelo, muy buena, con un currículum notablemente
corto.
ENRIQUE levanta la foto para poder ver el teléfono. Lo deja
encima de la mesa y coge el auricular para disponerse a
llamar. De pronto, en el umbral de la puerta aparece MARTA,
muy amigable.
MARTA:
Hola...
ENRIQUE:
(Sorprendido) Ho... hola.
MARTA:
(Cómplice) ¿Qué haces después del trabajo?
ENRIQUE:
Tengo... hoy... hoy no voy a poder.
MARTA:
(Decepcionada) Hoy no puedes.
ENRIQUE:
Hoy... no. Hoy no puedo.
MARTA:
Vale.
54
ENRIQUE:
Lo siento.
MARTA:
No, no pasa nada.
ENRIQUE:
Lo siento. (Pausa) Te... me puedes cerrar la puerta al salir,
por favor?
MARTA sale, cierra la puerta y se va. Antes de que la puerta
acabe de cerrarse totalmente, vemos a ENRIQUE marcando
ávidamente un número de teléfono.
31ª ESCENA: Interior día – Oficina – Despacho de PUIG y GOMEZ.
PUIG y GOMEZ están marcando unos número en unos listados
enormes. Uno parece que va diciéndole al otro un número y el
otro lo marca. De pronto, PUIG se distrae mirando por la
cristalera. Ve a RAMIREZ que habla con otro empleado. RAMIREZ
tiene en sus manos la petición para que la gente de la empresa
firme; el otro empleado no parece muy entusiasmado con el
tema.
GOMEZ mira a PUIG, que parece enfrascado en la escena.
GOMEZ:
Hace ya días que está con eso...
PUIG:
(Distraído) ¿Eh? (Volviendo en sí) Ah, ya... No sé que vamos a
conseguir con eso, la verdad.
GOMEZ:
(Optimista) Si nos unimos...
PUIG:
(Pesimista) Para unirte, te tienen que importar los demás. Y
aquí eso...
Pausa. Parece que vuelven a los números pero, de pronto, PUIG
levanta la cabeza y habla indignado.
PUIG:
¿Tú sabes que en esta oficina hay gente que ni siquiera tira
la cadena cuando va a cagar...?
55
32ª ESCENA: Interior día –FERNANDEZ y MARTINEZ pasillos/Sala.
Los dos comparten el café de la mañana. Hay cierta excitación
en el ambiente, a pesar de ser temprano. Andan por los
pasillos hasta que se meten en la sala de reuniones.
MARTINEZ:
¿Es esa en la que ella muere?
FERNANDEZ:
No. Esa es la tres. La... en la que ella muere es la tres.
Esta es la cuatro. En esta ella ha resucitado... Bueno, no es
que haya resucitado... es un... han hecho un clon de ella.
Unos científicos han hecho un clon de ella y por eso vuelve a
estar. O sea que no es ella, pero es idéntica. Pero no es la
misma. Ahora tiene poderes.
MARTINEZ:
¿Tiene poderes?
FERNANDEZ:
Tiene poderes. Porque el clon... porque ella ahora es como
ellos también. Porque cuando murió tenía el alien dentro.
Entonces, ahora ella también es un poco como ellos,
¿entiendes? Por ejemplo, en vez de sangre tiene ácido... como
ellos. Todo lo que toca con la sangre, se quema...
MARTINEZ:
Uau.
FERNANDEZ:
Sí, se... se disuelve. Todo lo que toca. Y además puede ver...
a esto es lo que voy... ella... como ella tiene poderes, puede
ver quién tiene el alien dentro y quién no.
MARTINEZ:
Por los poderes.
FERNANDEZ:
Por los poderes, ella se da cuenta –porque has visto que por
fuera no se nota si alguien tiene el bicho dentro- ella se da
cuenta de quién tiene el alien dentro y quién no.
MARTINEZ:
Ya.
FERNANDEZ:
(Pausa) Pero nosotros no tenemos poderes.
MARTINEZ:
¿A qué te refieres?
56
FERNANDEZ:
Nosotros... Te pongo el ejemplo este de alien para que veas...
Por lo que estábamos hablando. De saber. Nosotros no tenemos
poderes para saber quién tiene el alien dentro y quién no.
MARTINEZ:
No te entiendo.
FERNANDEZ:
Nosotros sólo vemos lo de afuera de las personas. Es lo que te
intento decir. Lo que te intento decir es que sólo sabemos lo
que nos cuentan. No sabemos qué hay detrás. Qué más hay. Lo
único que podemos hacer es tener cuidado de quién nos fiamos.
No fiarnos de todo el mundo... No fiarnos de cualquiera. Tener
cuidado.
MARTINEZ:
Ya. Ya sé a lo que te refieres.
FERNANDEZ:
Porque yo quiero... porque a mí me parecería perfecto
participar en algo así. Quiero decir, me parece muy bien poner
mi... ¿Hay que poner la cara? Pongo la cara. Yo no tengo
problema. (Pausa) Mira, todo el mundo se queja por los
pasillos. Pero la verdad es que al final nadie se queja.
Realmente. Nadie. Lo que es quejarse. Yo me comprom... a mí me
gusta comprometerme. Me... ¿Qué es un tipo que no lucha por lo
que quiere, eh? Un mierda. Eso es lo que es. Un mierda. Yo
quiero ir a mi casa y dormir cuando apoyo la cabeza en la
almohada. Quiero andar por la calle con la frente alta.
Pero... (Pausa) De lo que estamos hablando es de que
simplemente tienes que tener cuidado, ¿entiendes? Tienes que
tener cuidado de con quién te metes. Con quién te
involucras... Porque te preguntas... Vamos, yo me lo
pregunto...
MARTINEZ:
Qué gana.
FERNANDEZ:
¿Cómo?
MARTINEZ:
El. Qué gana él.
FERNANDEZ:
Exacto. Te preguntas... Exacto. ¿Qué gana este tío con esto?
¿Por qué lo hace? Porque de buen samaritano te puedo asegurar
que no lo hace. Nadie hace nada de buen samaritano hoy en día.
Los buenos samaritanos dejaron de existir hace ya tiempo. Hace
57
años que dejaron de... Para mí te has apresurado demasiado en
firmar.(Pausa. Esperando una reacción.) ¿No? ¿Tú qué crees...?
MARTINEZ:
Bueno...
FERNANDEZ:
Yo no conozco a esa persona. ¿Tú conoces a esa persona? Yo no
la conozco.
MARTINEZ:
Ramírez...
FERNANDEZ:
Me refiero a conocer. Conocer de verdad. Me refiero a... ¿Yo
que sé realmente lo que busca? Yo que... Podría querer
utilizarte como un instrumento. Podría estar usándote para
otra cosa. No conocemos a nadie. Nos olvidamos. A veces
creemos que “sí, como es amigo del trabajo, lo conozco”. No.
No conocemos a na-die.
MARTINEZ:
Puede ser.
FERNANDEZ:
Es.
MARTINEZ:
Puede ser, sí.
FERNANDEZ:
Créeme.
MARTINEZ:
Tal vez.
FERNANDEZ:
(Pausa) Por ejemplo... es un ejemplo. Por ejemplo, tú y yo,
¿cuánto hace que trabajamos juntos tú y yo?
MARTINEZ:
Muchos años.
FERNANDEZ:
Muchos años. Hace un montón que trabajamos juntos, ¿no?
MARTINEZ:
Sí.
FERNANDEZ:
Pues yo no te conozco a ti.
58
MARTINEZ:
(Pausa) ¿Cómo no me va a cono...
FERNANDEZ:
(Interrumpiéndolo) Yo no sé quién eres tú.
MARTINEZ:
(Indignado) ¿Cómo no vas a saber quién soy?
FERNANDEZ:
Conocer, conocer, lo que es conocer de verdad. Yo no te
conozco.
MARTINEZ:
¿Cómo...?
FERNANDEZ:
Te veo aquí, sí. Trabajo contigo y tal, vale. Hace mucho
tiempo...
MARTINEZ:
Nueve años.
FERNANDEZ:
... Vale, lo que sea. Da igual. Pero eso no es conocerte. Eso
no es a lo que yo me refiero cuando hablo de conocer a
alguien. ¿Yo qué sé si tú no eres un violador cuándo tú sales
de aquí? Por ejemplo. Es un ejemplo. ¿Yo qué se si tú no
tienes otra personalidad fuera de las horas que estás aquí?
MARTINEZ:
No tengo.
FERNANDEZ:
Eso lo dices tú.
MARTINEZ:
Te lo digo porque es así.
FERNANDEZ:
Vale. Eso lo dices tú.
MARTINEZ:
Tú me has visto a veces fuera adem...
FERNANDEZ:
(Interrumpiéndolo) Me refiero... Hay gente... Hay gente que
vive años con... ¿Cuántas mujeres de esos asesinos en serie
que hay por ahí dicen luego “no, porque era muy bueno con los
niños... No, porque era buen padre...” Casi siempre es así. No
conocen a la persona con la que viven. No conocen a la persona
con la que se han casa... No conocen a la persona a la que se
59
están follando todos los días. (Mirando fuera, en dirección a
la oficina en general.) Nadie conoce a nadie aquí.
MARTINEZ:
¿Tienes alguna razón para...?
FERNANDEZ:
No, no tengo ninguna razón. No hace falta ninguna razón.
Desconfías. Ya está. Desconfías. No te fías. Es algo que
sientes. Llámale cuestión de piel, llámale olfato... Pero no
te fías. Y piensas... -porque te lo piensas- ¿qué busca esta
persona realmente? ¿Qué es lo que quiere?
MARTINEZ:
Una sala para fumar.
FERNANDEZ:
Volvemos a lo de antes. Volvemos a lo... Eso es lo que dice.
Eso es lo que él dice.
MARTINEZ:
Pero puede querer otra cosa...
FERNANDEZ:
Pero puede querer otra cosa.
MARTINEZ:
¿Cómo qué?
FERNANDEZ:
Puede querer otra cosa.
MARTINEZ:
¿Qué otra cosa?
FERNANDEZ:
No lo sé. No sé que otra cosa. No sé específicamente qué otra
cosa. Pero podría ser que en realidad quiere montar un pollo
por otra razón. Podría haber algo... Otra cosa... Yo que sé.
Podría haber algo... Yo no digo que lo haya... Pero podría
haber algo... malo. Hay que tener mucho cuidado con este tipo
de cosas, porque podría... Yo no digo que sea, pero podría
ser. Podría esconder algo... ya sabes...
MARTINEZ:
(Rápido) Un alien.
FERNANDEZ:
(Chasqueando los dedos satisfecho) Exacto.
60
33ª ESCENA: Interior día – Oficina – Despacho de ARMERO.
Este despacho es un poco mejor que los otros, se nota porque
el mobiliario es un poco mejor. Pero sigue siendo cutre.
Primero vemos a MARTA que le habla a su jefe. Luego vemos a
ARMERO. Está sentado en un sillón bastante grande. RAMIREZ
está del otro lado de su escritorio.
MARTA:
¿Ni café ni nada?
ARMERO:
Yo no, gracias. (A RAMIREZ) ¿Tú quieres algo?
RAMIREZ:
Estoy bien gracias.
ARMERO:
(A MARTA) Nada, Marta. Gracias.
MARTA sale y cierra la puerta.
(Mirando a RAMIREZ) ¿Sabes por qué te he llamado?
RAMIREZ:
No.
ARMERO:
No sabes.
RAMIREZ:
No.
ARMERO:
No sabes por qué te he llamado.
RAMIREZ:
No. Ni idea.
ARMERO:
Vale. (Pausa) Te he llamado por el smoking room.
RAMIREZ:
(Risueño y perplejo) ¿El qué?
ARMERO:
(Serio) El smoking room. ¿No quieres tú tener un smoking room
en la compañía?
RAMIREZ:
(Sigue un poco perplejo) Una sala para fumar.
61
ARMERO:
Una sala para fumar. Sí, un smoking room.
RAMIREZ:
Ah. Una sala para fumar.
ARMERO:
Estás montando un poco de revuelo con eso, ¿no?
RAMIREZ:
No estoy montando ningún revuelo.
ARMERO:
Un poco.
RAMIREZ:
No. Sólo quiero juntar firmas para... para que vean que todos
estamos de acuerdo....
ARMERO:
Todos estamos de acuerdo.
RAMIREZ:
Por eso.
ARMERO:
(Pausa) ¿Y?
RAMIREZ:
¿Y qué?
ARMERO:
¿Y eso qué tiene que ver?
RAMIREZ:
(Confundido. Otra vez aparece un poco de sonrisa.) ¿Cómo qué
tiene que ver?
ARMERO:
(Pausa larga. Suspiro.) No es sólo eso, ¿verdad?
RAMIREZ:
(Poniéndose serio) ¿Cómo?
ARMERO:
No es sólo eso: el smoking room.
RAMIREZ:
La sala para fumar.
ARMERO:
(Impaciente) La sala para fumar. No es sólo eso, ¿no?
62
RAMIREZ:
¿A qué te refieres?
ARMERO:
Estás... ¿no estás contento? ¿Quieres un aumento? En abril
vamos a revisar los sueldos y estoy seguro de que...
RAMIREZ:
(Interrumpiéndolo) No es eso.
ARMERO:
¿Ah no?
RAMIREZ:
No.
ARMERO:
Sólo es esto: la sala. Para fumar.
RAMIREZ:
Es nuestro derecho. ¿Es tan increíble? En invierno tenemos que
salir a fumar fuera. Fumar fuera del edificio en el que
estamos trabajando. ¿Lo entiendes? Es... Piénsalo. Es
increíble.
ARMERO:
Pero estás montando demasiado lío.
RAMIREZ:
¿Qué?
ARMERO:
Si sólo es por eso.
RAMIREZ:
No entiendo.
ARMERO:
Si sólo es por eso, estás montando demasiado lío. La gente se
pone nerviosa.
RAMIREZ:
¿Por?
ARMERO:
Porque sí. Porque sí. Porque empieza a haber bandos... la
empresa... divisiones...
RAMIREZ:
¿Qué bandos? Sólo quiero juntar unas firmas para conseguir una
sala para poder fumarme un cigarro sin congelarme.
63
ARMERO:
Ya, ya. Esa es tu intención.
RAMIREZ:
Claro.
ARMERO:
Pero algunos lo pueden utilizar para otra cosa.
RAMIREZ:
¿Para qué otra cosa lo van a utilizar? Es sólo...
ARMERO:
Y tienes razón.
RAMIREZ:
(Pausa) ¿Lo ves? Tú también estás de acuerdo.
ARMERO:
Por supuesto.
RAMIREZ:
¿Lo ves?
ARMERO:
¿Cómo no voy a estar de acuerdo?
RAMIREZ:
Eso digo yo.
ARMERO:
Los putos americanos me tocan más los cojones a mí que a ti.
Eso te lo puedo asegurar.
RAMIREZ:
Me imagino.
ARMERO:
... Pero no les gustan ese tipo de desafíos.
RAMIREZ:
¿Qué?
ARMERO:
Que los desafíen. No les gusta.
RAMIREZ:
Yo no los desafío.
ARMERO:
Pero ellos creen que los estás desafiando.
64
RAMIREZ:
Pues se equivocan.
ARMERO:
... Y no les gusta que yo permita que los desafíen.
RAMIREZ:
¿Y tú que tienes que ver?
ARMERO:
Yo tengo que ver.
RAMIREZ:
¿Por?
ARMERO:
Yo estoy al mando.
RAMIREZ:
(Mostrándose un poco irrespetuoso) ¿Y?
ARMERO:
(Aguantando) Y no quieren líos. Y no quieren líos.
RAMIREZ:
Esto... Por Dios. Esto no es ningún lío. Sólo... sólo es...
ARMERO:
(Pausa.) Quiero que lo dejes.
RAMIREZ:
¿Qué?
ARMERO:
Que lo dejes.
RAMIREZ:
¿El qué?
ARMERO:
El rollo ese de las firmas. El smoking room... la... la sala
para fumar. Olvídate, ¿vale? Déjalo.
RAMIREZ:
¿Por qué?
ARMERO:
Porque te lo pido.
RAMIREZ:
Por...
65
ARMERO:
(Impaciente) Te lo estoy pidiendo bien. De buen rollo. (Pausa)
Te pido de buen rollo que no te compliques. Y que no me
compliques a mí. Que lo dejes. (Quitándole hierro) Joder,
tampoco te vas a morir por tener que salir fuera a fumar un
cigarro de vez en cuando.
RAMIREZ:
No es eso.
ARMERO:
(Comprensivo) Ya lo sé.
RAMIREZ:
¿Entonces?
ARMERO:
Ya lo sé. Pero, mira, trabajas aquí. Ellos lo ven así. Ellos
piensan: si no quieres... si no te gusta, te vas a trabajar a
otro lado.
RAMIREZ:
Genial.
ARMERO:
Yo te lo estoy pidiendo. No tengo porqué pedírtelo, pero te lo
pido. Bien. De. Buen. Rollo.
RAMIREZ:
(Pausa. Tenso ante la imagen amable del otro.) No lo voy a
dejar.
ARMERO:
¿Cómo?
RAMIREZ:
No lo voy a dejar. Voy a juntar firmas y las voy a elevar a
quién coño sea que haya que elevarlas.
ARMERO:
(Tenso ahora él) Yo te estoy hablando bien.
RAMIREZ:
Yo también.
ARMERO:
(Pausa larga) Déjalo, ¿vale?
RAMIREZ:
No lo voy a dejar.
66
ARMERO:
Déjalo. Asunto terminado.
RAMIREZ:
Asunto nada. No lo voy a dejar.
ARMERO:
(Pausa. Amenazador) Te buscas problemas.
RAMIREZ:
¿Qué?
ARMERO:
Te buscas problemas.
RAMIREZ:
¿Me amenazas?
ARMERO:
(Dando un poco de marcha atrás) Yo no te amenazo.
RAMIREZ:
¿Quién entonces?
ARMERO:
Yo no te amenazo.
RAMIREZ:
¿Quién me amenaza entonces...?
ARMERO:
Yo no soy nadie.
RAMIREZ:
Ya, ya.
ARMERO:
Yo...
RAMIREZ:
No voy a parar.
ARMERO:
Ellos tampoco.
RAMIREZ:
No me lo puedo... sólo porque estoy...
ARMERO:
¡Porque los estás desafiando, joder!
67
RAMIREZ:
(Pausa) Y... ¿hasta dónde no van a parar?
ARMERO:
¿A qué te refieres?
RAMIREZ:
Sabes a los que me refiero. ¿Me... me van a...?
ARMERO:
Bueno...
RAMIREZ:
No me pueden despedir por esto.
ARMERO:
Tienes razón.
RAMIREZ:
No me pueden despedir por defender mis derechos.
ARMERO:
Tienes razón.
RAMIREZ:
Me despiden por eso... Dios, es increíble que estemos
hablando... de... Me despiden por esto y están jodidos.
ARMERO:
(Frío) No te van a despedir por esto.
RAMIREZ:
No, te decía... No lo sé. Como esto está llegando tan lejos.
ARMERO:
(Superponiéndose a “lejos”) Te van a despedir por otra cosa.
RAMIREZ:
¿Perdón?
ARMERO:
Por cualquier otra cosa.
RAMIREZ:
¿Por qué otra cosa? Siempre han estado contentos conmigo aquí.
Siempre me han dicho que...
ARMERO:
(Cínico) Aquí sí.
68
RAMIREZ:
¿De qué hablas?
ARMERO:
(Dándose cuenta de que ha estado muy frío y volviéndose
evasivo) Ya sabes cómo son estos tíos...
RAMIREZ:
¿Qué? No... no entiendo.
ARMERO:
Ya sabes como son. ¿No los conoces todavía?
RAMIREZ:
(Sinceramente confundido) No entiendo.
ARMERO:
Que averiguan... que buscan. ¿No sabes cómo son?
RAMIREZ:
¿A qué te refieres?
ARMERO:
Lo... lo de... Sobral y compañía...
RAMIREZ:
(Desencajado) ... De... ¿que?... ¿De qué estás... Tú...
¿Cómo sabes...?
ARMERO:
(Notando el daño e intentando parecer cómplice) Yo no sé nada.
Yo no sé nada. Pero ellos lo saben todo. Ellos lo saben todo.
Siempre lo saben todo. Ellos saben los calzoncillos que llevo
puestos ahora mismo. Nos vigilan. Ya sabes cómo son. Lo sabes.
¿Tengo... tengo que decírtelo? Dirán que... que se acaban de
enterar... Mira. Yo. Mira, esto es una tontería. No es algo
importante. Es... Una gilipollez, eso es lo que es. Déjalo
y...
RAMIREZ:
(Aturdido) No me lo puedo creer.
ARMERO:
Lo... lo único que tienes que hacer es dejarlo...
RAMIREZ:
(Acusando mucho el golpe) Fue un error. Un puto error de
contabilidad. No hay... No hubo nada probado. ¿Entiendes? Un
error. Ya... ya he pagado por eso en su momento...
ARMERO:
(Tranquilizador) Yo ya lo sé. Yo ya lo sé.
69
RAMIREZ:
... he pagado con dinero y...
ARMERO:
A mí no me lo tienes que explicar.
RAMIREZ:
... y con mi puesto de trabajo.
ARMERO:
A mí no me tienes que explicar nada. Tranquilo. Oye. A mí ni
me importa... Óyeme... Yo. No soy. ¿Entiendes? Yo creo en la
segunda oportunidad. Yo creo que nadie es culpab...
¿Entiendes? Hasta que se demuestra lo contrario, nadie es
culpable. Pero yo. Tú lo sabes. Yo soy tu jefe, sí. Pero yo no
soy el capo aquí. Yo no soy el mandamás. (RAMIREZ se revuelve
incómodo en su asiento) Aunque... escúchame... aunque...
escúchame, aunque lo parezca. ¿Yo estoy a cargo? ¿Qué mierda
significa eso? Si a ellos se les mete algo entre ceja y ceja
no... no significa una mierda. Yo te cuento. Yo te lo digo. Te
aviso. Esta es la expresión. Yo te aviso. Pero, oye. Óyeme. No
pasa nada. No pasa nada. ¿Lo dejas? Ya está. A nadie le
importa nada. No pasa nada. Olvidado. Ey... yo... ey, yo estoy
contigo. Todo el mundo está contigo. Pero no te compli...
RAMIREZ:
(Explotando histérico) ¡No! ¡Nadie está conmigo! ¡Nadie!
ARMERO:
(Pausa. Volviéndose frío otra vez) No te compliques. Es una
tontería. Por una tont... No te compliques por una tontería
como ésta.
RAMIREZ:
Es tan...
ARMERO:
Horrible.
RAMIREZ:
... injusto.
ARMERO:
Es injusto. Claro que es injusto.
RAMIREZ:
¿Por qué?
ARMERO:
70
Por qué. Por qué. ¿Y yo qué mierda sé por qué? La vida es así.
¿Qué le vas a hacer? (Pausa) No te amargues por eso. No tiene
sentido.
RAMIREZ:
(Pausa. Muy dolido, pero con firmeza.) No voy a dejarlo.
ARMERO:
Estás... vas a jugar...
RAMIREZ:
No pienso dejarlo.
ARMERO:
Estás jugando con fuego.
RAMIREZ:
(Determinado) Me da igual.
ARMERO:
Te estoy avisando.
RAMIREZ:
¿Tú me estás avisando?
ARMERO:
Claro...
RAMIREZ:
Tú eres el peor.
ARMERO:
¿Eh?... ¿Yo...? ¿Por qué me atacas a mí ahora?
RAMIREZ:
Tú eres peor que ellos.
ARMERO:
(Irritado, pero sin tiempo para responder) ¿Por...
RAMIREZ:
Tú eres peor porque lo único que quieres es salvar tu culo.
Siempre. Es lo único...
ARMERO:
Eso no es verdad.
RAMIREZ:
Es lo único que te importa.
ARMERO:
Pero...
71
RAMIREZ:
Es lo único que te importa.
ARMERO:
(Pausa. Tomándose su tiempo para cabrearse.) Tú tienes un
problema de actitud, ¿sabes? Tú tienes un jodido problema de
actitud. De verdad. ¿Cómo quieres que la gente...? Por eso la
gente no está contigo, por eso. No estamos hablando de mi
culo, estamos hablando de tú culo. ¿No te das cuenta? Intento
decírtelo bien. Avisarte. Y mira con lo que me sales. Mira...
RAMIREZ se levanta y abre la puerta del despacho para
marcharse.
RAMIREZ:
(Irónico) Gracias.
ARMERO:
(Conciliador) Oye, ven aquí...
RAMIREZ:
(Irónico) Te agradezco.
ARMERO:
Oye, siéntate... ven...
RAMIREZ:
(Irónico) Gracias...
ARMERO:
Oye... ¿qué te ha dado con esto...?
RAMIREZ:
... por ser tan bueno conmigo.
RAMIREZ sale y pega un portazo. ARMERO se queda serio,
apretando las mandíbulas y mirando la puerta cerrada.
34ª ESCENA: Exterior noche – Portal de la oficina.
Es tarde. La puerta está cerrada y sólo queda algún luz en
alguna planta del edificio. Sólo se escucha el sonido de los
coches pasar.
35ª ESCENA: Interior noche – Oficina – Lavabos.
RUBIO habla al espejo del baño, en una conversación consigo
mismo. Está cansado y desencajado. No es habitual para nada en
él verlo así.
72
RUBIO:
...Al menos, haberme dicho que tenías en mente poner a alguien
de fuera. (Pausa) Creo que era entendible que yo aspirara a...
aspirara a ser nombrado... (Corte) Hijo de puta. Hijo de puta.
Hijo. De. Puta. (Corte) Tantos años de no mear fuera del
tiesto... Tantos años de no mear fuera del tiesto nunca.
Se mueve violentamente hacia los orinales que están en la
pared.
Ahora voy a mear fuera del tiesto...
Empieza a desabrocharse el pantalón.
Ahora... si da igual...
Orina contra la pared y en el suelo. Empieza a moverse por el
baño mientras orina por el suelo.
Ahora meo fuera del tiesto... ¿Y? ¿Qué pasa? Nada pasa. No
pasa nada... (Corte)
RUBIO intenta encenderse un cigarro en el baño, se lo saca se
lo mete en la boca pero no tiene fuego, no encuentra mechero y
se desespera.
Sentado ahora en la taza del water.
Estoy aquí, en el baño, en la taza. Aquí sentado en la taza
del water... sin la promoción. Que me merecía. Que me
correspondía... (Corte) Sara, Sara, Sara... si tú no entiendes
nada... Nada entiendes tú. (Corte) Esto requiere algún acto
fuera de lo normal... algún... ¿Cuando vas a hacer algo
inesperado, ¿eh? Algo... algo fuera de lo... ¿Cuándo me vas a
sorprender? (Corte) Tengo ideas. Tengo ideas que me -¿cómo se
dice?- ideas que me rondan. Hace tiempo que me rondan la
cabeza. Podría llevarlas a cabo. Puedo hacerlo. Convéncete.
Di: puedes hacerlo. Di: Puedes hacerlo. Gente con menos
cojones que yo lo hace. Hay gente con menos cojones que lo
haría. Hay gente que tiene menos cojones que yo que tiene más
cojones que yo. Es la ironía eso. Eso es lo que es la... La
paradoja. La paradoja de la vida...
36ª ESCENA: Exterior día - Portal de la oficina.
Vemos dos hombres que están fumando fuera. Uno de ellos es
SOTOMAYOR. Está en un rincón con gesto preocupado, fumando y
pensando en sus propios asuntos. En el otro lado, vemos a
CORAL.
73
Mientras fuma, CORAL parece mirar a SOTOMAYOR para ver cuál es
el momento ideal para decirle algo, para hacerle la pelota. En
silencio, vemos como los dos van acabándose los cigarrillos.
Pasan coches. Pasan personas.
Finalmente, arrojan las colillas a la calle, CORAL se acerca
un poco a SOTOMAYOR y está a punto de hablarle. Cuando lo va a
hacer, suena un teléfono móvil. Esta vez sí es el suyo.
SONIDO DE MOVIL.
CORAL:
¿Sí..?
SOTOMAYOR lo mira –no lo ve- y luego se mete dentro. CORAL se
queda atrás, con cara de decepción pendiente de la llamada.
...No.. No. Estás... Se ha equivocado.
37ª ESCENA: Interior día – Oficina – Despacho de TREVIÑO.
TREVIÑO está en su despacho mirando hacia el exterior a través
de los cristales. Desde allí, divisa perfectamente la puerta
del despacho de ARMERO.
De pronto, la puerta se abre: sale MARTA.
TREVIÑO espera a que se vaya. Ahora el corazón le late
fuertemente. Los nervios se traducen en algo de sudor en la
frente. TREVIÑO saca de uno de sus bolsillos la llave del
cajón de su escritorio y lo abre. La carta de la embajada está
ahí. TREVIÑO la coge, la dobla y se la mete en el bolsillo.
Una vez que ha hecho esto, se levanta, se acomoda la corbata e
intenta medio peinarse. Respira profundamente y sale del
despacho.
38ª ESCENA: Interior día – Oficina – Despacho de ARMERO.
Desde el interior del despacho vemos la puerta. ARMERO trabaja
o parece estar trabajando. Alguien golpea.
ARMERO:
Adelante.
La puerta se abre. Detrás de ella, aparece la cara de TREVIÑO.
Intenta ser afable, pero está muy nervioso.
... Santiago. Pasa, pasa...
74
TREVIÑO se acerca hasta una de las butacas que hay frente al
escritorio. Se sienta. ARMERO no tiene ni idea de qué va a ir
la conversación. De hecho, parece relajado y contrasta con
TREVIÑO, aunque no nota el tremendo nerviosismo de éste.
Señala unos papeles encima de la mesa.
ARMERO:
El puto inventario... ¿No parece que hicimos ayer el puto
inventario? Pues ya estamos otra vez... Dime.
TREVIÑO le devuelve una sonrisa forzada, suspira profundamente
y empieza a hablar.
TREVIÑO:
Quería comentarte... Resulta que –no viene al caso cómo, eso
da igual ahora mismo- pero me... resulta que me enterado de
una cosa...
ARMERO lo mira confundido y medio risueño.
...Este no es el lugar para hablar de ello... No creo que haga
falta... De todos modos, éste no es el sitio... Pero me he
enterado de... de lo de... De lo que vais... Sí, vamos a
ponerlo así: De lo que vais a hacer Sotomayor y tú...
La cara de ARMERO se congela en un rictus. Todo ha cambiado.
El aire se puede cortar. Lentamente ARMERO se levanta y se
dirige hacia la puerta. Está cerrada, pero decide trabarla.
TREVIÑO siente que lo que ha dicho ha causado un gran efecto.
Se la está jugando pero, por ahora, las cosas van como
pensaba. ARMERO vuelve y se sienta sobre el escritorio, frente
TREVIÑO. Sus ojos son como dos rendijas. No emite ni un
sonido.
TREVIÑO:
Todos... Nadie juzga a nadie aquí... Yo... Nadie quiere nada
que no le corresponda, tampoco, ¿me entiendes? Yo... cada
uno... Tú me conoces...
ARMERO sigue congelado. A TREVIÑO le cuesta mirarle a la cara.
... No queremos cosas, pero necesitamos cosas. Y esa es la
putada. Uno no quiere cosas, necesita... No es un... A mí me
da igual... que cada uno haga lo que quiera... Pero cuando
necesitas algo. Algo simple. Algo que está en la mano de la
persona a la que... de la persona a la que se lo estás
pidiendo...
ARMERO habla por primera vez, lentamente. Sin abandonar su
expresión y sin quitarle los ojos de encima a TREVIÑO.
ARMERO:
75
¿Qué... necesitas?
TREVIÑO rebusca en sus bolsillos muy nervioso. Saca la carta.
La despliega y se la pasa a ARMERO. Este la coge lentamente.
La empieza a leer.
TREVIÑO:
(Atropelladamente) Necesito que la empresa responda por mí.
Necesito que la empresa responda por mí y me traslade con un
trabajo a los estados unidos. Es lo que necesito... Yo... Yo
sólo no puedo hacerlo... Y... Y yo consigo esto que necesito
–demás está decirlo- yo consigo esto y todo lo demás me da
igual, ¿entiendes? Yo tengo esto y lo demás...
ARMERO acaba de leer la carta y se fija en TREVIÑO. Lo mira
entre sorprendido y sospechoso.
39ª ESCENA: Interior día – Oficina – Despacho de FERNANDEZ.
El MENSAJERO está sentado en un escritorio. A pesar de que
está dentro de la oficina, durante toda la conversación lleva
puesto el casco de su moto, sólo que en vez de llevarlo
cerrado, lleva la visera delantera abierta. Esto no parece
llamar la atención de FERNANDEZ, que está sentado delante de
él.
MENSAJERO:
Sobran números nueve.
FERNANDEZ:
¿Cómo que sobran...?
MENSAJERO:
Nueves. Todo el mundo quiere jugar de nueve.
FERNANDEZ:
Ya. (Pausa) ¿Quiénes quieren jugar de nueve?
MENSAJERO:
Treviño. Gomez...
FERNANDEZ:
Ahá.
MENSAJERO:
...Armero...
FERNANDEZ:
Ar... Bueno, ya sabes quién juega de nueve, ¿no?
MENSAJERO:
76
¿Cómo?
FERNANDEZ:
Que ya sabes quién juega de nueve.
MENSAJERO:
(Entendiendo el mensaje del otro y apuntando en su lista.)
Armero de nueve, vale. Pero todavía sobran seis tíos más.
FERNANDEZ:
Suplentes.
MENSAJERO:
Suplentes.
FERNANDEZ:
Al banquillo.
MENSAJERO:
(Pausa) Vale.
FERNANDEZ:
Yo no, ¿eh? No me pongas en el banquillo a mí...
40ª ESCENA: Interior día - Despacho de TREVIÑO.
TREVIÑO se encuentra detrás de su escritorio, intentando
concentrarse al estar revisando unos listados impresos, parece
que le cuesta fijar la mirada en el papel, como si estuviese
pendiente de otra cosa. A través de los cristales, vemos como
ARMERO y SOTOMAYOR están mirando hacia su despacho. El también
lo ve, se incomoda ostensiblemente y se refugia de nuevo en
los listados.
De pronto, vuelve a levantar la mirada y vemos que SOTOMAYOR
viene directo. Entra en el despacho de TREVIÑO, cierra la
puerta y gira la persiana de modo que no les vean desde el
exterior. TREVIÑO levanta la cabeza como si no se hubiese dado
cuenta de que había entrado alguien. Está muy nervioso.
SOTOMAYOR se sienta frente a TREVIÑO con los brazos cruzados y
actitud desafiante.
SOTOMAYOR:
¿Qué?
TREVIÑO lo mira interrogante.
... ¿Qué?
TREVIÑO sigue sin contestar. Aumenta su gesto de duda. Casi
aparece una sonrisa en su cara.
77
...¿Qué...? ¿Qué?
TREVIÑO mueve sus brazos impotente.
TREVIÑO:
...¿Qué de qué?
SOTOMAYOR:
¿Qué?... ¿Qué?... ¿Qué? ¿Qué? ...¿Qué? ¿Qué? ¿Qué? ¿Qué?
¿Qué?...
Los dos se quedan en silencio como esperando a que el otro
diga algo, pasan unos segundos, más de lo normal. SOTOMAYOR le
aguanta la mirada fija, como quien busca la verdad en alguien,
y TREVIÑO ya no sabe donde mirar. Está muy nervioso pero sabe
que tiene que aguantar el tipo.
TREVIÑO:
... Estoy muy liado ahora...
SOTOMAYOR lo sigue mirando. Sonríe. Deja pasar unos segundos
que parecen eternos. De pronto, señala a TREVIÑO.
SOTOMAYOR:
¿Sabes que yo tengo una camisa igual que ésa?
TREVIÑO se mira.
TREVIÑO:
(Desconcertado) Ya...
SOTOMAYOR:
Me la trajo un amigo de Estados Unidos (Pausa larga) Porque yo
conozco gente en Estados Unidos...
TREVIÑO:
(Comprendiendo y asustándose. Con un hilo de voz.) Ya...
Ahora SOTOMAYOR se pone totalmente serio. Mira a TREVIÑO
profunda y largamente. Amenazador.
SOTOMAYOR:
¿Queda claro?
TREVIÑO sube y baja la cabeza rápidamente, asintiendo.
SOTOMAYOR se levanta tranquilamente y se va. TREVIÑO se queda
mirando la puerta cuando se cierra de un portazo.
78
41ª ESCENA: Interior día – Oficina – Sala de reuniones.
RAMIREZ está sentado en la mesa de la sala. Los otros cuatro
hombres están de pie, como quién está sin querer estar. Uno de
ellos es el ejecutivo del teléfono móvil, CORAL, los otros son
GOMEZ, MARTINEZ y PUIG. A RAMIREZ se le ve bastante cansado.
Los otros hombres se van sentando.
RAMIREZ:
Bueno, pues... tenemos cinco firmas.
GOMEZ:
Increíble.
RAMIREZ:
Cinco firmas. Nuestras cinco firmas.
MARTINEZ:
Increíble, ¿no?
RAMIREZ:
Ya, pero bueno, somos unos cuarenta los que fumamos....
Tampoco es tan poco.
PUIG:
(Pausa) Venga...
RAMIREZ:
¿Qué?
PUIG:
Venga. No vamos a ninguna parte con cinco firmas.
RAMIREZ:
Vamos donde querramos. ¿Cómo que no? Si no conseguimos nada,
al menos dejamos constancia de que no estamos de acuerdo.
PUIG:
¿Y eso para qué sirve? ¿Qué ganamos?
RAMIREZ:
Ganamos... nos sirve. A mí me sirve. A nosotros... al menos...
PUIG:
(Frío) No sirve para nada eso.
RAMIREZ:
No estoy de acuerdo.
PUIG:
(Pausa) A ti te llamó Armero a su despacho, ¿no?
79
RAMIREZ:
(Cogido por sorpresa) ¿eh?
PUIG:
Te llamó por este tema.
RAMIREZ:
Si me...
PUIG:
Te amenazó con despedirte.
RAMIREZ:
(Aclarando) No me amenazó.
PUIG:
(Como mirando a los demás mientras habla) Te amenazó con
echarte.
RAMIREZ:
Me dijo... No puede hacer eso, no puede amenazarme por
estar... Por defender mis derechos... Intentó asustarme, para
que me dejara de... ya sabes... Para que no los molestáramos.
GOMEZ:
(Con más tacto que PUIG) Hemos escuchado que te van a
despedir.
RAMIREZ:
¿Qué?
GOMEZ:
Eso es lo que hemos escuchado.
RAMIREZ:
(Perdiendo un poco la paciencia) ¿De qué hablas?
MARTINEZ:
Eso es lo que se dice.
RAMIREZ:
¿Quién lo dice?
MARTINEZ:
La gente.
RAMIREZ:
¿Qué gente?
MARTINEZ:
La gente, ¿qué más da?
80
RAMIREZ:
Pues... si me quieren despedir, que me despidan.
Todos, excepto PUIG, se revuelven incómodos ante la
afirmación. PUIG sigue frío. Lo mira y le dice:
PUIG:
Por una sala para fumar.
RAMIREZ:
Que me despidan por lo que ellos quieran. Si ellos creen que
es lo correcto...
PUIG:
Por una puta sala para fumar.
RAMIREZ:
Si ellos...
PUIG:
Por una habitación vas a hacer que te despidan. Por una
habitación para fumarte un cigarro. Por fumarte un cigarro vas
a hacer que te despidan.
RAMIREZ:
Yo no voy a hacer que me despidan.
PUIG:
Si sigues así...
RAMIREZ:
¿Qué quieres decir?
PUIG:
Que si sigues así... insistiendo, insistiendo...
RAMIREZ:
Es mi derecho quejarme.
PUIG:
Ya.
RAMIREZ:
(Buscando complicidad en los demás) Es nuestro derecho.
PUIG:
Ya.
RAMIREZ:
(Ahora a PUIG) ¿No?
81
PUIG:
(No tomándolo en serio) Ya... seguro.
RAMIREZ:
¿Entonces?
PUIG:
Ya. Bueno, veo que tu estás en tu... en tu idea.
RAMIREZ:
Es la idea de todos los que hemos firmado.
PUIG:
(Calentándose) Ya.
RAMIREZ:
Incluso es la idea de los que no firmaron.
PUIG:
(Impaciente) Eso no cuenta.
RAMIREZ:
¿No cuenta?
PUIG:
Porque no firmaron.
RAMIREZ:
No se quieren mojar.
PUIG:
(Intentando que RAMIREZ piense) ¿Y por qué no se quieren
mojar?
RAMIREZ:
(Reaccionando a la estratagema del otro) Y yo que sé por qué
no se quieren mojar.
PUIG:
(Insistiendo) ¿Te lo has preguntado?
RAMIREZ:
Me da igual.
PUIG:
Yo me lo he preguntado.
RAMIREZ:
(Irónico) Oh, ¿de verdad?
PUIG:
82
(Sin notarlo) Sí.
RAMIREZ:
(Sigue irónico) Oh...
GOMEZ:
(Intentando calmar los ánimos) Mira Ramírez, lo que pasa es
que hemos estado hablando y...
PUIG:
(Que no ha dejado de mirar a RAMIREZ) No quiero figurar ahí.
RAMIREZ:
¿Eh?
PUIG:
No quiero figurar. Mi firma. Quiero que la quites de ese
papel.
RAMIREZ:
(Provocativo) ¿No tendrás miedo?
PUIG:
(Dejando pasar el tono) Quiero que la quites.
RAMIREZ:
(Mostrándole el papel con su firma) Un poco tarde, ¿no?
(Risita maliciosa)
PUIG:
No estoy...
RAMIREZ:
¿Qué pasa?
PUIG:
No estoy bromeando.
RAMIREZ:
Venga, venga, igual nos hacen caso y todo...
PUIG:
No es eso.
RAMIREZ:
Pero si tú estás de acuerdo. Pero si tú quieres un lugar para
fumar.
PUIG:
No es eso.
RAMIREZ:
83
¿Qué es?
PUIG:
No es la sala para fumar.
RAMIREZ:
¿Entonces?
PUIG:
No quiero figurar.
RAMIREZ:
Pues ya figuras.
PUIG:
Pues por eso te estoy pidiendo que me quites.
RAMIREZ:
No voy a quitarte. ¿Cómo te voy a quitar?
PUIG:
Sí vas a quitarme. (Pausa) Ya no queremos figurar en la lista,
no tenemos suficiente apoyo.
RAMIREZ:
¿Qué importan los demás?
MARTINEZ:
(Intentando quitar hierro) Venga...
RAMIREZ:
(Reaccionando) No.
GOMEZ:
¿Cómo no van a importar? Importan...
RAMIREZ:
(Agresivo) ¿Ah, sí?
PUIG:
(Manteniéndose siempre frío, bajo control) Sólo quiero que me
quites de ahí.
CORAL:
(Atreviéndose) Y a mi también.
RAMIREZ:
(Cansado) ¿Por qué os echáis atrás? Somos... somos
bastantes...
MARTINEZ:
84
(Pesimista) No vamos a conseguir nada.
RAMIREZ:
Eso no lo sabremos hasta que...
PUIG:
No vamos a conseguir nada.
RAMIREZ:
Deberíamos intentarlo. Todos los que estamos en esta sala
pensamos que...
PUIG:
(Interrumpiendo) Ya no importa lo que creamos nosotros.
RAMIREZ:
Sí que... a mí me importa.
PUIG:
Tú no eres el jefe. Si fueses el jefe no tendrías que juntar
firmas para tener una salita en la que poder fumar.
RAMIREZ:
¿Eso que tiene que ver?
GOMEZ:
Mira, no queremos presentar nuestras firmas. Si tú quieres
presentar la tuya, vale. Pero nosotros no queremos presentar
las nuestras. No nos vamos a morir por salir cinco minutos
afuera cada vez que querramos fumar.
RAMIREZ:
(Harto de explicar siempre lo mismo) No es eso. Sabéis que no
es eso.
PUIG:
(Sin escuchar ningún argumento. Decidido.) Quítanos del papel.
RAMIREZ:
Pero...
PUIG:
Bórranos.
RAMIREZ:
(Pausa. RAMIREZ piensa en un segundo todas las conversaciones
que ha ido manteniendo por este tema) No.
PUIG:
Quítanos.
RAMIREZ:
85
(Firme. Monocorde.) No voy a quitaros. Voy a elevar esta
petición por pequeña que sea.
PUIG:
(Harto) Dame ese papel.
RAMIREZ:
¿Qué?
PUIG:
Dámelo.
RAMIREZ:
No, no os lo voy a dar.
Todo el mundo en la sala está muy nervioso. El aire está
cargado.
PUIG:
No puedes presentar algo en contra de nuestra voluntad. Algo
que nosotros...
RAMIREZ:
Vosotros queréis una sala para fumar tanto como yo.
PUIG:
Dame el puto papel.
RAMIREZ:
¿Me estás amenazando?
PUIG:
Dame el puto papel.
RAMIREZ:
(En general) Esto es una locura...
PUIG:
Dame el puto papel.
RAMIREZ:
¿Qué vais a hacer? ¿Me vais a pegar?
CORAL:
¿Por qué lo complicas todo?
RAMIREZ:
Yo no complico nada.
PUIG:
Dámelo.
86
RAMIREZ:
Quítamelo.
GOMEZ:
Dánoslo.
PUIG:
Podemos quitártelo...
RAMIREZ:
(Reaccionando violentamente a lo que ha dicho PUIG) ¿Qué has
dicho?
CORAL:
(En general) Venga, hombre...
MARTINEZ:
Venga, dánoslo.
RAMIREZ:
Sois unos cobardes.
PUIG:
(Ahora supercaliente) Ten cuidado con lo que dices. Y danos
ese papel.
RAMIREZ:
Unos cobardes de mierda... eso es lo que sois...
GOMEZ:
Ey, ey, ey...
CORAL:
Tranquilos, tíos...
PUIG:
Dame...
RAMIREZ:
(Interrumpiéndolo) No te voy a dar el “puto” papel.
MARTINEZ:
Ramírez...
GOMEZ:
Ey... por favor...
CORAL:
Danos el papel y listo. Rómpelo...
RAMIREZ:
87
No lo voy a romper. No te lo voy a dar. ¿Entiendes lo que digo
o no?
PUIG:
(Pausa) Da-nos el pa-pel.
RAMIREZ:
(Escondiendo el papel detrás de su espalda y con voz burlona)
¿Qué papel...? Yo no tengo ningún papel...
PUIG sonríe. De pronto, se levanta bruscamente y lo coge por
los brazos, poniéndole el suyo detrás del cuello. Todo se
sucede terriblemente rápido. Aunque todos en la sala parecen
saber exactamente qué es lo que tienen que hacer.
PUIG:
(A CORAL) Cierra la puerta.
CORAL corre hasta la puerta, la cierra y se queda junto a
ella.
RAMIREZ forcejea con PUIG, mientras MARTINEZ Y GOMEZ se
acercan para sujetarlo también.
RAMIREZ:
¡Cobardes...! Gallinas de mierda...
GOMEZ:
Cógelo...
MARTINEZ:
No puedo.
RAMIREZ:
Cobar... suéltame hijo de puta... sois...
PUIG:
(Forcejeando) Deja ya el puto papel. ¡Suéltalo!
RAMIREZ:
Hijo de put... ¡Quítamelo...!
Ahora GOMEZ y MARTINEZ lo tienen bien sujeto. PUIG queda
frente a él, intenta quitarle el papel de las manos, pero
RAMIREZ se mueve frenéticamente. En medio del forcejeo le dan
un golpe a la torre de AV y se dispara el vídeo y la tele. La
peli ‘porno’ que estaba viendo el mensajero se pone en marcha.
PUIG:
Claro que te lo vamos a quitar, capullo... Claro que te lo
vamos a quitar...
88
RAMIREZ:
Hijo de...
PUIG se descontrola. Le pega una hostia a RAMIREZ en toda la
cara. Evidentemente, se pasa muchísimo. RAMIREZ empieza a
sangrar. Cuando los demás lo ven, lo sueltan y cae al suelo.
PUIG:
(Vicioso y sudoroso) Dime otra vez hijo de puta, ¿eh? ¿A ver
como me lo dices otra vez...?
RAMIREZ:
(Balbuceando) Hijo de puta...
PUIG ahora le pega una patada a RAMIREZ y lo deja totalmente
tendido en el suelo. El papel se le va de las manos y queda en
el suelo también. PUIG lo recoge.
PUIG:
(Blandiendo el papel) ¿Lo ves...? No era tan difícil, ¿no?
gilipollas...
PUIG rompe el papel en pedazos. Todos miran atónitos a RAMIREZ
que tiene toda la cara ensangrentada. Sin embargo, nadie hace
nada. En cuanto PUIG rompe el papel, sale de la habitación y
los demás salen detrás de él. RAMIREZ queda tendido en el
suelo.
RAMIREZ llora, mientras de fondo oímos un pedazo del diálogo
estúpido de la peli ‘porno’.
42ª ESCENA: Exterior noche – Calle.
Unos pies salen de una casa y la puerta se cierra detrás de
ellos.
Vemos una persona de la cintura para abajo. Un hombre. En una
de las manos lleva un bidón blanco.
Los pies llegan hasta la parte de atrás de un coche.
Desde dentro del maletero vemos como alguien a contra luz,
acomoda el bidón dentro.
Los pies avanzan hasta la puerta del coche, se abre la puerta
y desaparecen detrás de ella.
Ahora vemos el coche desde la acera de enfrente. No podemos
ver el conductor desde allí. Se pone en marcha. Las luces se
encienden. Sale.
89
Cortamos y estamos en el interior de la oficina. Es de noche y
vemos la maqueta que hay en el Hall.
Nos acercamos a la maqueta hasta hacer un macro de un coche de
cartón situado en una de las calles.
La cámara inicia un movimiento de trayecto por las calles,
recorriendo la maqueta.
SONIDO DE TELEFONO SONANDO OFF
ARMERO (a través de teléfono OFF):
¿Sí?
La cámara sigue su recorrido por las calles de la maqueta. Lo
va a hacer durante toda la conversación.
SOTOMAYOR (a través de teléfono OFF):
¿Armero...?
ARMERO TEL. OFF:
¿Que...? (Baja la voz) ¿Que haces llamándome a casa?
SOTOMAYOR TEL. OFF:
Oye, necesito una respuesta...
ARMERO TEL OFF:
Estoy... Estoy pensando...
SOTOMAYOR TEL OFF:
No tenemos toda la vida. Esto tiene que ser ahora. Lo que te
preocupaba ya está, ¿no? El hijo de puta de ese ya tiene su
traslado... (Pausa) Dime, ¿hasta cuándo crees que puedo
aguantar esto?
ARMERO TEL OFF:
Ya, ya...
SOTOMAYOR TEL OFF:
(Suspiro) Armero, dímelo ahora. ¿Me estoy equivocando de
persona?
ARMERO TEL OFF:
¿Cómo?
SOTOMAYOR TEL OFF:
(Violento) ¿Cómo qué?
ARMERO TEL OFF:
Que...
90
SOTOMAYOR TEL OFF:
(Tenso) Armero, ¿me estoy equivocando de persona o no?
Necesito que me lo digas ahora...
SILENCIO.
La cámara que viaja por la maqueta se detiene un momento.
...Armero...
La cámara vuelve al movimiento.
ARMERO TEL OFF:
¿Qué...?
SOTOMAYOR TEL OFF:
No me has contestado.
ARMERO TEL OFF:
Eehh... no. No te equivocas.
SOTOMAYOR TEL OFF:
Eso es lo que quería oír.
SE CORTA. SONIDO DE TONO.
Nos detenemos en el momento de cortar la comunicación en el
edificio de oficinas en el que estamos, representado en la
maqueta. Vemos que en la puerta de la oficina uno de los
pequeños personajes de cartón parece llevar también un bidón
blanco.
Esperamos unos segundos. En ese momento suena el ascensor y se
abre la puerta dejando entrar la luz en la oficina.
A contraluz vemos que es el personaje del bidón.
Unos pies ahora atraviesan la oficina a oscuras.
Vemos un cuerpo reflejado en algunos de los cristales y la luz
de una linterna creando sombras en los diferentes despachos
que hemos visto antes.
La luz roja que la máquina de Coca irradia se extiende por
parte de la planta.
Los pies llegan hasta una pequeña puerta de una salita.
Una mano abre la puerta. Los pies entran.
Una mano destapa el bidón y empieza a rociarlo todo. Todas las
cosas que hay en la pequeña habitación: las paredes, los
91
papeles, los cartones y una vieja fotocopiadora medio
desmontada.
RAMIREZ OFF:
(Agitado) Si no es para fumar, no es para nada... Si no es
para fumar, no va a ser para nada...
A pesar de la oscuridad, ahora vemos la silueta de RAMIREZ que
acaba de rociar todo el contenido del bidón y lo tira contra
la fotocopiadora.
Se acerca hasta la puerta de la sala. Una vez en el umbral,
saca un paquete de cigarros del bolsillo. Saca un cigarro y lo
enciende. Al hacerlo, la cerilla le ilumina perfectamente su
cara. Tiene un ojo magullado, una venda en la nariz y está
sudando. Parece desencajado y sus ojos brillan como los de un
loco.
Se mete el cigarro en la boca y le da una calada larga y
profunda. El cigarrillo tiene un rojo rabioso.
RAMIREZ se quita el cigarro de la boca, le echa un vistazo y
luego le echa un vistazo a la habitación.
RAMIREZ:
(A todo pulmón) ¡Si no es para fumar...!
RAMIREZ lanza el cigarro encendido en mitad de la sala y
cierra la puerta detrás de él. Todo se convierte en fuego en
un segundo. Vemos como los cartones se consumen y como el
bidón y la fotocopiadora empiezan a retorcerse. Una cortina
coge fuego. Todo es un infierno. Estalla el cristal de una
pequeña ventanilla que hay y activa una alarma.
SONIDO DE ALARMA.
Funde a blanco.
43ª ESCENA: Interior día – Baño de casa señorial.
De blanco fundimos lentamente a un baño blanco muy grande. Una
pareja de dos señores entre 50 y 60 años, se encuentra
conversando. A pesar de que hablan en voz relativamente baja,
los sonidos retumban.
SEÑOR A:
(Pausa) ¿Pero?
SEÑOR B:
¿Pero qué?
92
SEÑOR A:
Pero... digo. Eso digo yo. Pero qué. (Pausa) ¿Cual es el pero?
SEÑOR B:
Oye, no me pongas como un...
SEÑOR A:
No, no, no...
SEÑOR B:
Yo no soy aquí un censor...
SEÑOR A:
... de buen rollo te lo pregunto.
SEÑOR B:
No quiero ser el aguafiestas yo aquí.
SEÑOR A:
Te lo decía... No. Te pregunto bien.
SEÑOR B:
(Pausa) Bueno...
SEÑOR A:
Para ti...? Ya sé que...
SEÑOR B:
Bueno... no tengo que... ¿Tengo que...?
SEÑOR A:
Ya.
SEÑOR B:
(Pausa) Tú sabes.
SEÑOR A:
Pero no es tan c...
SEÑOR B:
Tú lo sabes.
SEÑOR A:
No es tan caro...
SEÑOR B:
Bueno... No. No se trata de eso. De que sea caro o no sea...
El piso está de puta madre. El... Probablemente lo vale.
SEÑOR A:
O más.
93
SEÑOR B:
Probablemente vale más... Eso es lo que te quiero decir... No
es eso. Es... ¿Cuánto tenemos nosotros para gastar?
SEÑOR A:
Ya.
SEÑOR B:
(Pausa) Tenemos un presupuesto nosotros.
SEÑOR A:
Ya, ya, ya...
SEÑOR B:
Pusimos ese presupuesto para que no nos... No deberíamos haber
venido a verlo. Pusimos ese presupuesto para ver pisos dentro
de ese presupuesto. (Pausa) Para eso se ponen los
presupuestos.
SEÑOR A:
(Pausa) La vitrina es espectacular.
SEÑOR B:
Es un piso antiguo.
SEÑOR A:
Enorme...
SEÑOR B:
Bien cuidado.
SEÑOR A:
... Para plantas. Es ideal para poner plantas.
SEÑOR B:
El piso es un señor piso. Un... Eso no se discute.
SEÑOR A:
(Pausa) Pero ya sé lo que dices...
SEÑOR B:
Eso no tiene discusión.
SEÑOR A:
... Y tienes razón.
Hay una pausa larga. La pareja está en silencio pensativa. De
pronto, la puerta del baño en el que están se entreabre para
dejar ver la cara de SOTOMAYOR. Por detrás de él, entrevemos
un gran piso, vacío completamente.
94
La pareja mira hacia él, como pidiendo disculpas, y abandonan
las posiciones relajadas que tenían.
SOTOMAYOR:
Perdón...
SEÑOR A:
Sí, sí... por favor....
SOTOMAYOR:
¿Ya habéis deliberado?
El joven piensa un segundo, mira a la SEÑOR B y le dirige una
sonrisa. Habla a SOTOMAYOR, sin dejar de mirarla a ella.
SEÑOR B:
Bueno... el piso nos interesa.
El SEÑOR A le devuelve una amplia sonrisa. SEÑOR B sigue
hablando:
…Pero bueno… como… como usted necesita venderlo con tanta
prisa…
SOTOMAYOR:
Lo que os comentaba, me tengo que ir de viaje y...
EL:
Tal vez podamos discutir un poco más acerca del precio...?
44ª ESCENA: Interior día – Oficina – Zona común – Tablón.
Es primera hora de la mañana y todo parece normal.
En un tablón de anuncios de la empresa hay diferentes recortes
y otros memos y avisos al personal. Lo recorremos hasta llegar
a un listado. Es el listado para el partido de fútbol. Vemos
que el nombre de RAMIREZ aparece tachado con un rotulador.
Seguimos el viaje por el tablón. Junto al papel anterior hay
otro que pone: “Despedida del compañero TREVIÑO el martes 9 a
las diez de la noche. Restaurante La Leyenda.”
45ª ESCENA: Interior día – Oficina – Recepción
Una chica despampanante, tipo modelo, con aspecto de imbécil
entra en la oficina y se cruza con unos operarios que sacan
restos del incendio. Llega hasta la recepción. Da la
casualidad que quién está ahí ahora mismo es MARTA.
95
CHICA:
Vengo a ver al señor Enrique...
MARTA la mira de arriba a abajo sin responder, mientras la
CHICA mantiene su sonrisa estúpida.
CHICA:
Me llamo Marina García... soy su nueva asistente.
MARTA la mira con una sonrisa amargada y, sin contestarle, se
da media vuelta y se va. La chica se queda sola en la
recepción. Ya no sonríe. Mira a su alrededor incómoda.
46ª ESCENA: Interior día – Oficina – Máquina de Coca Cola
En la sala adjunta junto a la fotocopiadora, todo ha quedado
ennegrecido y sucio con el fuego. Dos operarios juntan mierda
junto a la máquina que, increíblemente, se encuentra en
perfecto estado. Los operarios se sorprenden.
OPERARIO 1:
Pero si es de plástico...
OPERARIO 2:
Será algún plástico especial.
OPERARIO 1:
(Golpeándola) Es un plástico común y corriente.
OPERARIO 2:
¿Y yo que sé por qué no se quemó?
OPERARIO 1:
(Mientras se rasca la cabeza) Que hija de puta...
El OPERARIO 2 se dispone a no darle más importancia al tema y
a seguir trabajando.
OPERARIO 2:
Eh... oye, ayúdame con esto.
47ª ESCENA: Interior día - Oficina - Recepción.
Un hombre con mono entra en la recepción. Lleva un maletín con
herramientas, y en la mano, un busca.
HOMBRE:
96
Perdón... Habían llamado a alguien para que arregle la
calefacción.
48ª ESCENA: Exterior día – Entrada de la oficina – Calle.
Parece que no hubiera pasado nada. Todo se ve apacible. Hay
una camioneta aparcada frente a la oficina. De pronto dos
obreros salen por la puerta, con lo que parece ser una madera
grande quemada, completamente negra.
49ª ESCENA: Interior día – Oficina – Despacho de TREVIÑO.
TREVIÑO está metiendo cosas en cajas. Abandona su despacho.
Las paredes si antes tenían algo colgado en ellas ahora están
vacías.. TREVIÑO mete algún libro en alguna de las cajas que
están más cerca de la pared. De pronto una especie de contrachapado que hay en la pared, casi a la altura del zócalo, le
llama la atención.
TREVIÑO busca el inicio de esta especie de tapa de madera y
tira de ella. Al ver que la tapa cede, se anima y tira
fuertemente. La tapa, de aproximadamente un metro de ancho por
unos treinta centímetros de alto, sale finalmente y deja al
descubierto una especie de tragaluz casi a la altura del
suelo. TREVIÑO se sorprende y echa un vistazo a través de él.
Mientras lo está haciendo RUBIO entra en su despacho.
RUBIO:
¿Ya tienes las maletas listas…? Venía a felicitarte…
TREVIÑO se incorpora, sin parecer escuchar lo que el otro le
ha dicho.
TREVIÑO:
Hay una ventana aquí… ¿Tú sabías que había una ventana?
RUBIO se asoma por el tragaluz y ve a los obreros limpiando la
oficina.
RUBIO:
Hace ya tres días que están sacando mierda…
TREVIÑO:
Si yo hubiera sabido que había una ventana, la habría
destapado… Vete a saber si no hay otras ventanas en esta
oficina que estén tapadas.
RUBIO sigue mirando por la ventana, de pronto se incorpora.
RUBIO:
Vaya loco.
97
Por primera vez TREVIÑO se engancha a su conversación.
TREVIÑO:
Te refieres a…
RUBIO:
Vaya, vaya, vaya… chalado.
TREVIÑO:
La verdad es que es increíble…
RUBIO:
Se venía venir.
TREVIÑO:
Bueno…
RUBIO:
Se… se le notaba.
TREVIÑO:
¿Se le notaba?
RUBIO:
¿Tenía problemas personales o algo?
TREVIÑO:
Ni idea.
RUBIO:
Ahora los tiene.
TREVIÑO:
Todo por…
RUBIO:
Ahora sí que tiene problemas.
TREVIÑO:
Todo por esa gilipollez.
RUBIO:
Se obsesionó.
TREVIÑO:
Se… Sí. ¿Qué le dio?
RUBIO:
¿Quién sabe?
TREVIÑO:
Nadie sabe eso…
98
RUBIO:
Nadie.
TREVIÑO:
Vete tú a sa…
RUBIO:
(Interrumpiéndolo mientras se acerca a la puerta del despacho
para cerrarla) Bueno, algo se sabe.
TREVIÑO:
(Sin darse cuenta) ¿Quién va a saber…?
RUBIO:
Algo se sabe.
TREVIÑO:
(Pausa. Enterándose) ¿Qué quieres decir?
RUBIO:
Algo. Se sabe algo. (Pausa) Parece que ya había tenido
problemas antes.
TREVIÑO:
¿Antes?
RUBIO:
Antes de venir aquí. En la empresa en la que trabajaba antes
de venir aquí.
TREVIÑO:
¿…?
RUBIO:
Había metido la mano…
TREVIÑO:
¿Perdón?
RUBIO:
Había metido la mano.
TREVIÑO:
¿Había robado?
RUBIO:
¿Cómo te crees que encontraron lo de ahora?
TREVIÑO:
(Totalmente perdido) ¿El que?
99
RUBIO:
(Pausa. Excitado al ver que el otro no sabe de que le habla.)
Uuuyyy. Esto es buenísimo. Esto del fuego no es nada. (Pausa.
TREVIÑO intenta comprender pero no puede.) ¿Esto? ¿Lo del
fuego? Esto no es nada.
TREVIÑO:
No te entiendo…
RUBIO:
(Baja la voz) A raíz de todo este lío…
TREVIÑO:
Ahá.
RUBIO:
…A raíz de todo este lío, Armero le echó un vistazo a los
libros…
Al escuchar la palabra ‘Armero’, una parte de TREVIÑO sigue en
la conversación y otra parte de él se ausenta. Empieza a
comprender.
TREVIÑO:
Ahá.
RUBIO:
Parece que encontraron algo.
TREVIÑO intenta no parecer descortés, pero vuelve a dedicarse
a meter cosas en las cajas mientras escucha, cómo quien no
quiere escuchar.
TREVIÑO:
Ya.
RUBIO:
Un agujero… pero un agujero… (RUBIO se acerca a TREVIÑO para
gesticular con la boca y no decir la palabra) Doscientos
cincuenta kilos…
TREVIÑO:
(Sorprendido fríamente) No jodas.
RUBIO:
(Gesticulando esta vez con los dedos.) Doscientos cincuenta.
TREVIÑO:
Joder.
RUBIO:
Yo pensaba que lo sabías…
100
TREVIÑO:
Es… no…
RUBIO:
El que la ha hecho un vez… (Pausa. RUBIO habla para sí.TREVIÑO
sigue poniendo cosas en cajas.) Es.. incre… Es cierto ¿eh? Es
una regla…
De pronto, impaciente, TREVIÑO levanta la cabeza de su tarea.
TREVIÑO:
¿Pero están seguros de que fue él?
RUBIO:
(Decidido) ¿Quién llevaba los libros?
TREVIÑO:
No, ya, pero…
RUBIO:
¿Quién tuvo el mismo problema en la otra empresa en la que
trabajó?
TREVIÑO:
(Abandonando y volviendo a lo suyo.) Ya.
RUBIO:
(Para sí) Por no hablar de la re-decoración de la oficina.
(Pausa. A TREVIÑO.) Ahora, nosotros estábamos todo el día con
él y… no te das cuenta ¿eh?
TREVIÑO:
Ya.
RUBIO:
No te das cuenta de nada… no conocemos…
TREVIÑO:
(Sin dejar sus cosas) …A nadie.
RUBIO:
A nadie. (Pausa) Qué fuerte…
TREVIÑO:
En fin…
RUBIO:
Increíble… Increíble. (Pausa) Yo también me quedé cuando me lo
contaron. A mi me pasó igual. Pero, pero yo pensaba que tú ya
lo sabías…
101
TREVIÑO:
(Incómodo) Ni idea.
RUBIO:
No sé porqué pensaba que tú…
TREVIÑO:
No.
RUBIO:
Como tú siempre…
TREVIÑO:
(Molesto) ¿Siempre qué?
RUBIO:
No sé.
TREVIÑO:
No, no tenía ni idea.
RUBIO:
(Pausa larga. Para sí.) Vete a saber quién ponen ahora…
Tendrán que buscar a alguien para el puesto… Alguien de fuera
tendrá que ser. Seguro que tendrá que ser alguien de fuera
porque…
De pronto TREVIÑO lo interrumpe.
TREVIÑO:
¿Te apetece un café?
RUBIO:
¿Eh?
TREVIÑO:
¿Un café?
RUBIO:
Un caf… no, gracias.
TREVIÑO:
¿No quier
RUBIO:
No, no, te lo agradezco.
TREVIÑO sale del despacho hacia la máquina de café.
TREVIÑO (OFF):
Anda, tómate un cafecito.
102
RUBIO:
No, de verdad, te lo agradezco.
RUBIO sale detrás de TREVIÑO.
Porqué si me tomo un café me dan ganas de fumar…
Escuchamos en OFF mientras nos quedamos en el despacho.
…Y como en esta oficina de mierda no se puede fumar ni un puto
cigarro…
50ª ESCENA: Exterior día – Campo de fútbol.
Partimos de un cielo azul refulgente. Finalmente, estamos al
aire libre. Se ven árboles, se escuchan pájaros. Detrás de
ellos, comienzan a escucharse voces que gritan y ríen.
En un campo de fútbol improvisado, sobre un hermoso césped de
color verde, todos los empleados de la oficina –excepto
RAMIREZ, SOTOMAYOR y ARMERO- corren de un lado para otro.
Patean con entusiasmo la pelota, y parecen funcionar muy
efectivamente como un equipo conjuntado.
Vemos diferentes cuadros simpáticos: TREVIÑO tiene que parar
de correr porque está cansado. FERNANDEZ luce una amplia
sonrisa cuando consigue driblar a un hombre del otro equipo.
RUBIO está pendiente desde la portería. Todo es alegría.
PUIG marca un gol. Todos corren a abrazarlo entre risas y
chillidos.
Corte a Negro y Créditos de FINAL.
103
ANEXO 1: Personajes.
ARMERO: Tiene entre 55 y 60 años, está a punto de jubilarse.
Ocupa el cargo de director general y es el que más tiempo
lleva en la empresa. Ha ido ascendiendo no por méritos
propios, sino más bien por casualidad. Siempre ha sido un
hombre de paja para los americanos, que son los que mandan en
realidad. Es muy conservador, y tiene una familia tradicional,
mujer y dos hijas, que ya van a la universidad. No es que esté
disconforme con su carrera, pero no puede evitar tener la
sensación de que nunca ha hecho nada importante.
SOTOMAYOR: Ronda la misma edad que ARMERO, pero vivida de
manera totalmente diferente. Es un hombre de mundo,
sofisticado, que nació en Latino América y ha viajado mucho
siempre. Esto lo ha hecho ser más hábil y por eso piensa tres
o cuatro horas por delante del resto. Tiene un puesto de
consejero, pero gana más y al final tiene más poder real
frente a los americanos, lo trasladaron directamente de la
central. Se cuida mucho, está divorciado y se ha acostumbrado
a vivir bien, pero de otra manera. Tiene un físico imponente,
alto, que contrasta con la media en general.
RAMIREZ: Tiene unos 35 años. Lleva mucho tiempo viviendo en la
ciudad, pero sus orígenes del campo le hacen mantener un
espíritu más idealista que el resto. Tiene un concepto de
justicia muy exagerado, pero de forma personal, no puede
entender porque el mundo funciona así. En el fondo es muy
‘naïve’, sencillo y sincero. No hay mucho más detrás de él que
lo que ves. Vive solo y destina toda su energía al trabajo.
TREVIÑO: Es un tipo de unos 40-45 años. Tiene un carácter
exagerado –que se refleja en su forma de vestir-, ruidoso y
bastante extrovertido. Se debe a la apariencia, pero en el
fondo es un desgraciado: sin escrúpulos, mentiroso y sin una
opinión formada sobre las cosas. Lo que pasa es que es un
producto típico de la ciudad, siempre llenándose la boca de
opiniones que no comprometen. Es bastante ignorante y por eso
se jacta de “saber” acerca de todo.
RUBIO: Está en la misma edad que TREVIÑO. Es un tipo muy
metódico que siempre se preocupa por hacer bien su trabajo. El
problema es que no es nada brillante en lo que hace. Su
respeto exagerado por el sistema lo hace ser leal con la gente
equivocada. Es inseguro y nunca le ha dado valor a la
individualidad. Es el “chivato de la clase”. Su mujer tiene
mucho poder sobre él, y a él le afecta esta presión.
ENRIQUE: Está en los 35-40. Es una especie de SOTOMAYOR de
segunda clase, en su aspecto físico. Se intenta cuidar, pero
104
no tiene ningún encanto. Tiene graves problemas personales con
su mujer, y en su relación con las demás mujeres es muy
inmaduro. Va a la oficina a cobrar el sueldo y a “intentar”
ligar. Nunca puede enfrentarse a un conflicto, haría cualquier
cosa para tratar de evadirlo.
MARTA: Es una mujer de unos 40, no muy guapa. Lleva toda la
vida ‘currando’ y se le nota en la forma de vestir, va más
exagerada de lo que debería por su edad. Está acostumbrada a
trabajar con hombres, con todo lo que eso significa. Está
casada, pero ha tenido la mala suerte de enamorarse de uno que
trabaja con ella: ENRIQUE. No es la primera vez que le pasa.
Como casi todas las mujeres de nuestro tiempo, está
confundida.
PUIG: Tiene 40. Es un ejecutivo amargado. Tenía unas
aspiraciones que no ha conseguido, con lo cual está enfadado
con el mundo. Es el clásico pesimista, que no tiene escrúpulos
y que siempre quiere echarlo todo para abajo. No tiene
ideales. Es un hombre práctico que reacciona de manera básica
a los problemas, y todo son problemas para él.
GOMEZ: Es el segundo de PUIG, que confunde su amargura con
“sabiduría”. Es un poco más joven (36-38 años). Y como es
inseguro, a PUIG le viene bien para tener un frontón al cual
darle golpes de raqueta.
CORAL: Es un ‘ejecutivillo’ mas joven que el resto. Tiene unos
30 años, y está intentando ver por donde van los tiros. Es
capaz de hacer todo lo necesario para conseguir que su carrera
tire para adelante.
FERNANDEZ: Es el más excéntrico de la oficina. El único que, a
su manera, tiene otras preocupaciones, fuera del mundo
laboral. Desde luego el trabajo no es lo más importante para
él. Por la forma de hablar, y en sus discursos vemos que puede
llegar a ser manipulador. Quiere esconderse detrás de todo lo
que habla, sencillamente para cubrirse el culo.
MARTINEZ: Es bastante más ‘cortito’ que el otro. Aunque los
dos tienen la misma edad (unos 30 años). Admira a su compañero
de despacho, a pesar de que muchas veces no entiende lo que
quiere decir. Posiblemente porque el otro tampoco se explica
bien.
MENSAJERO: Es un chaval de 25 años, sencillo y sin estudios.
Pretende formar parte de este cúmulo de gente algún día, pero
sin conocer mucho de que va. En el fondo, ahora mismo lo único
que le importa son las marchas con sus amigos, fumar porros y
las tías.
105
SECUNDARIOS:
- Señor Bajito Karaoke
- Tía Karaoke
- Señor Mayor Karaoke
- Tío que canta Karaoke
- Guardia jurado
- Recepcionista
- Vendedor moro
- Chica formal entrevista
- Tía buena calle
- Nuevo gerente RRHH
- Asistente buena
- Operario 1
- Operario 2
- Hombre de la calefacción
- Señor Gay 1 Baño
- Señor Gay 2 Baño
106
ANEXO 2: Plano de la Oficina.
107
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