UNlveRSJDAD DE VALLADOLID PUBLlCA.CIONES DE LA. SECCION DE ESTUDIOS A.MERICA.NISTA.S .:~ --e-, SERlE PRIMERA., NUMERO V "';1 .•.... 'i.: " " " EL Dr~IMER CONTACTO DE BLANCOS Y GENTES DE COLOR EN AMERICA ESTUDIO SOBRE EL DIARIO DEL PI1IMI::R VIAJE DE CRISTOBAL COLON POR F(~ANC1SCO MALDONADO DE GUEVARA i..,. I- rALLERES TH>OGI~."'rl(O~, «CUESTA. MActA::'> VICAveA. ~ 1E i) ~~~ t ft. M Y 40 C ,J L .: i':~ ::3 l ~\.N fl, ~.~MA~:H0 flqLDAN " C,?~P~!;I~ UNIVERSIDAD PUBLlCA.CIONES DE DE LA. SECCl6N SEIUB DB BSTUDIOS AMBRICANISTAS PRIMBRA., EL Dr~IMER VALLADOLID NUMBRO V CONTACTO DE BLANCOS Y GENTES DE COLOR EN AMERICA E.5TUDIO SOBRE EL DIARIO DEL PRIMeR VIAJE DE CRISTOBAL COLON POR .{,",:: -.'~" ."' ::·1 Fr~ANCL5CO MALDONADO DE GUEVARA •.... r, 1, l'ALLERI:!.S TIVOG~Ar\(O," .CUESTA" MACiAS PICAVBA. 38 Y ~o L-: S R ~ ~ i -' C 0 ~_ Cr·;; S! ~~N A ~,-;",A:GH_gr.OL~~~" ~~c~f'~'-~~~ ,,' L A EGREG10 FATIGABLE MENENDEZ F1L6LOGO, DEL PEREGRINO METODO. DON PIDAL. GUfA, MAESTRO, IN- RAMON NUMEN. ANDANDO EL ANO JUB1LAR, VEINTENO QUINTO DE SU PROFESORADO. EN LA OCASI6N SOLEMNE. EL AUTOR DE ESTO, AGRADECIDO POR CIMA DEL SILENCIO Y LA DIST ANCIA, POR CIMA CIERTO DE LA MUERTE, AMANDO. ADMIRANDO, VENERANDO. HUMILDEMENTE DEDICA. " " " «'Indig~nte Sefior este d mundo, ins eciebte, aloledo por la sed', RdUhdpliLl: como se hd de entender , oh Rdllhapiilo, p al ehr.rs? /ls! hi! dicho e! sentide el de llquestlls . •y Que es In que :}pinlls tli. gren Re y, acerca de esto olro: el pais de Kuru, tu rei no, te cum ple d If h aste Iii dernasie?». «Cierto , R,l1thilp!ilo, el pais de Kuru, hesre le dema'lid" «Y que opines tu, gran Re}', acerca fronter e s de Oeste, \ de las fronteras .illeude el Oceano, hombre de credito mi reino, del Norte. y de las y contianza; y Ilegara abeste nie, populoao , habit.rdo defr1ntes de guara '/ cdbdlleria. picks. mucho oro y pedrerla, puede conquister (on tentas mdgniftcamente de esto otro: si a Iiviniere un hombre de laa tli, oh l'!ran Rey: yo vengo de allende el Oceano! floreciente, me curnple fronter es del Sur, Y de d If y te dijere: 'Sabelo Alii he visto de rnuchos un reino hombres: poderoso, hay all! rnuchos de esulto y tropes de a pie, mucho cerros mMftl y en brute y de tdlld, hay alIi mucha barraganerfal 0 cuantas Iuerzes: oh gran Yee Rey. conqufstalol' Qu~ habtes de hacer entonces?». «Lo conouistarremos «Pues en eso Veedor , el Sallto. dicho: 'Indlgeute a] punto oh R"tthillJalo, oh grim y setioreerternos». Rey, he pense do 131, el Sublime. el Conocedor, el curnplidemente e sta el muudo, Despertedo, lnsucloble , alolado en eso ha pensado cuando el he POf Iii sed', 0610010 Buddho: M'ljjhimdnikAyo. R"tthapalo. (Serrnonario Medio de Buddho: Discurso «Ralthdpalo1». L~ etenclon a le mentalldad primitiva de las pueblas amertcenes, ~ treves de antlguos textos espetioles, espero que preste un nuevo interes el terna, que es de por si de palpitante actualided. Muchos son los que se ocupan de la mentalidad de las sociedades inferiores. Muchos, ecaso los mas, los que han elegido ipor campo de su tnvesttgaci6n America. Pero todos hacen caso omiso de antiguos escritos de los espatioles. Y son precisernente esos documentos las aetas de presencia del primer contacto de blencoe y coloridos en el Nuevo Mundo. Y conservan un picante lnteres y codicteble valor, no ya para espenoles, sino para todos. Es extrarta le ignoraneia casi complete que en cierta literature cienttflca se observa respecto de los textos procedentes de los descubridores, conquistadores, viaieros y misioneros espetioles de los siglos xv y XVI. Y es doloroso que tan brave mina este por explorer a cargo de los soclologos de ciertos poises, cuendo por los hlspentstes, ge6grafos e hlstoriedores, sus cornpatriotas. esta ya beneficiada largamente. Lo cual conflrma en el campo de la Sociologta un fen6meno observado tarnblen en otros campos. EI rnetcrlel primero y principal de estudlo para los soclologos emertcenistes 10 suele proporcioner la convivencia y la observacton directe de las sociedades primitlvas que aun subsisten. Es acertedo el procedlrniento. Pero no serta el metodo mas curnplido y le labor mas fecunda si a la observaci6n actual se agregara la de los primeroe descubridorea, tan viva, tan rica, tan pregnante, segun se nos conserve en los textos eepenoles? Tal he de ser mi trebelo. Reivindicor el valor de los textos espanotes. Descubrir en ellos observeclones, 0 veces tan vlteles y tan exectes como las de los modernos antropologos. Lo iinlco que folta en las releclones de Indlas es la lnrerpretaclon cienttflce. Es 10 unlco que toea hacer al que hoy las estudia. Cosa muy factible; porque las vteias cronices, por su ingenuidad y su realismo, se entregan incondicionalmente como arboles 0 flores: se presren tacilmente a que se aplique sobre elles el saber cientffico moderno, -8Pare 10 cual utillzare los resultados y resperere la termlnologte de dos obras de L. Levy-Bruht: «Las funeiones mentales en las socledades inferiores» y «La mentalidad prtmirtva». Las cueles son como . bitos de los conspicuos que atestiguan y senelen, junto a otras poces, hermanas y parelas suyes, la personalidad y flsonomfa del siglo xx. Y de entre los antiguos exploradores que salieron de Espana, a qUh~n eleglr primero sino al primero de todos ellos, a Cristobal Co16n? De el se conserve el Diario de Navegecion del Primer Viele, a traves de un extracto bastante flel de Las Casas. EI valor del texto ee insuperable. Nos proporclona algo de una caUdad exqutstte: la impresfon mutua, sencillamente expresada y edtvlnede, del primer contacto de espenoles e lndlgenes en America. Cenire mi tnvesngecJ6n a ese solo de los opusculos de Colon, bien que es el mas importante. Todavia mi reree sera grande. Las sugestiones salten a cade paso como caza abundante por entre mates. Se atropellan unes a otras y congestionan el animo del lector. Tal ciimulo de temas susclran y de problemas de universal tnteres, que requlrleran no ye el mfo aventurero, perc todo el saber del mas concienzudo y merodizado de los doctos. Entlendo por mentalidad primitiva aquelle de que disponen las eoctedades mas Inflmas, que se encuenrran en estado informe de barbarie: esredo prernlrologtco, anterior a le fragmentecton de la fnfraconclencia colectiva y de sus representaciones mon6tonas-, lmbutdes de la acci6n omnipotente de las fuerzas ocultas--en creactones mitol6gicas, arrlculades 0 independientes. Y no se tenga que rratamos de postular en las soctedades Inferlores una menralidad extraiia e irreductible a la razon. Nada de eso. Lo que ocurre es que, de los dos hemisferios del humano dlscurso, el sentlmlenro y la conceptuaclon, mens inmote menet, Iecrimee volvuntur Inanes, (Aen. 4, 449) en el primitivo prima absorbentemente el sentimiento colectivo sobre la conceptuacl6n; mlenrres que en el hombre civil se ceracterlza au mente en eer de un modo progreslvo, y nunca ecebado, mas y mas conceptual: en ella el dep6slto de conceptos ertlculados, nunca 'heDchido, cede vez se enriquece con nuevas aportaciones. 81 Individuo conceptual, y aun el emocional civillzedo, cuya sentimentaci6n esre impregnada de conclencla, ee un infectum. La -9conclencla colectiva emocional es un periectum, como todas las tdea$ ..~ especlflces de Natura. Es siempre la misrne, Y sus representacioDQ~ colecttves, de potencial emocional exclusivo, Ie vienen al indlviduo~: el [usto, como hechas de antes, de una vez y sin tanteos. Ni un-a populaci6n moderna tendria mas capacldad de admiraci6n y de espanto ante los venidos de Marte 0 de la Luna, que 108 indios de Guanahani hubieron ante los argonautas de Crist6bal Col6n. De las representaclones sentimentales individuales, matizad88· por la conciencte, nada os he de decir. Ya os habl6 de ello el profesor Torre J~uiz. Querer remover una leve coma de cuanto oe dilo, serta pugnar (segun un encarecimiento antiguo) por arrebatarle a despierto Alcides la clava formidable. Yo me arengo a cuanto ya sabels de el. Mi dlscurso sera untcamente acerca de las representaclones colcctivas con que treflca le infraconciencia de las soctedades inferiores. EI medio en que se mueve le cxpertencla del primitivo, es el de una lnfreconcietcia emotive y motora. Las jerarquias de sentimientos que esteblezcamos proceden del campo nuestro de una conciencia conceptual, que encuentra en la investigaci6n de la infraconciencia prlmltiva la rnisrna resistencia que en le naturaleza y en toda oblenvaci6n intimamente inesequible. Si establecemos leyes y series de conceptos. he de ser umcemente rnedlante el ejercicio del fuero de la exigencia racional: ya Que le pervivencia intima de la mentalidad primitive afecta los caracteres de una esfera-lfrntte inasequible, ni siquiera la de un desideratum. Estudiaremos, pues, fen6menos, en cuanto fen6menos a nuestra observaci6n: 110 infrafen6menos lncepaces de poderse puramente pervlvir () suficientemente convivir. Y de todos los que han sido estudledos en orras partes, 5610 nos atendrernos aqul a los que resaltan en el Dlerio del Primer Vieje de Colon. Lo que da carecter a le mentallded primitiva y sus representaclones es la limitaci6n; no una Iimitaci6n definida por condiciones de ancho elcance, como la raze, la latltud, el mar y sus isles, el continente, etc.: sino por otra condici6n exceslvamente reducida: la del grupo social. Todo en la mentalidad primitiva esta condicionado por la Iimitaci6n del grupo social. La cual es excluyente de una serie rica de predicamentos y norrnas de le raz6n hurnana, y de las condlclones en que la Hurnanidad ha fraguado su historia. Para el prirnlrivo no hay mas mundo que el de su grupo soctel y, todo 10 m.is, el de sus vecinos, cuyos terrninos sagrados no es -10Ifclto traspasar. Ese IImltaci6n vlene egraveda enormemente en las sociedades prlmlrlves habitadoras de Islas oceenlcas, incomunicadas con el conrlnenre, eunque cerceno, como las prlmeras que visit6 Co16n. EI fen6meno que mas exacerbadamente ecuea la IImitaci6n al grupo social ee el de 10 ins6lito en la Iimitaci6n. Ante todo heche Ins61ito, el primer movimiento del prlrnltlvo es de pavor; pero seguldo de una interpretacion a su manera. EI primitivo interprelasiempre 10 que no se expltca. Precede, empero, la interpretaci6n de una mentallded, como la llama Levy-Bruhl, mlstica y preloglca, orientada dlversamente de la conceptual. Es de to do punto impermeeble a Ia experlencia racionalizada de los fenornenos, Tiene su experiencia, la suye, en que las causes de todos los fen6menos de Natura son para ella quetitates ocuttee: las cuales operan en un proceso mrsnco y tendenciosamente magtco. EI sentimiento del grupo social en todos los individuos que 10 componen, condiciona la conducta entera de le mentalidad primitiva en sus relaciones con el medio ffsico y con los indlviduos, aun a costa de las mayores contradicciones. As], pues, toda continuidad - est6 Iimitada por el grupo social. No puede heber, POI' tanto, una eerie progreslva de fen6menos en linea ascendente 0 descendenteregress us in infinitum-, ni una continuidad revolucionaria-revoluflo incessans-a la manera de un retorno incesente, ni un medio continuo y hornogeneo especlal nl temporal. Todos estos concadenamlenros conceptuales rebesan el individuo, el domlcllio, el luger, el h~rmino territorial; rebesen, pues, el grupo social. La mentalidad _prlmitlva no los consiente. EI temor a la contradlccton no hace la menor melle en la mentelldad primitiva. Aceso solo para esto posean una audaeia Increfble, 0, el menos, est se nos aparece; porque prlmtrlvos y conceptueles padecen de una mutua ininterpretaci6n. De la indiferenda del prirnltlvo a la contradicei6n viene el que Levy-Bruhl consldere a su mentalidad como impermeable a la experlencla, ennendese a le experleneta reclonel: le articulada con erreglo al posruledo de la vaJidez absolute del principio de conrredlcclon. EI horror a 10 absurdo-Ia absurdofobia -sefiala los camlnos de le operaci6n conceptual. Nade mas aleno a la mentalidad puramente emocional de los primitivos. En luger del raclonal, rige en los primitivos el prlnciplo que Levy-Bruhl llame de participaclon. Segun este princlplo, la mentaUdad primitiva conslente fntimamente le participaci6n slmultenea de -11predlcedos contradtctortos a un mismo suleto. Los cueles pueden~r ora termlnos loglcos del discurso, ora Indices blologlcos irreductibld..:La eflrrnaclon ebsoluta del grupo social, de una parte, y el prfnciplo . de partlclpaclon, de orra, son los tratarnientos que, como de un resorte indefectible, ha de apltcar el investigador a le interpretacion de le mentalidad prlmitiva. EI sucederse de los tramites del tiempo y el yuxtaponerse de los del espacio, es sentido por los primitivos de un modo distinto del nuestro. Todo para ello es cualided y valor. Los rrzirnltes no son homogeneos, y, por ende, ni el tlernpo ni el espacio son continua nl medio de los fcnornenos. Como cada trernite tiene su calidad y valor-y, por tanto, su dolor-, un trarnite puede ser causa de otro. Y emil? EI mas propincuo, asi en el tiempo como en el espaclo: iuxte hoc. vel post hoc, ergo propter hoc. EI proceso del iuxte hoc, vel post hoc, ergo propter hoc, no se detiene en le formula, sino que requiere un rernete necesarto. Segun el principio de propincuidad (que se reduce (l una verdadera motivecion) de que 10 propincuo en el tiempo yen el espacio opera sobre 10 propincuo, 10 unico que se da de cierto son los dos rerminos: pero no precisemente la mocion de los dos. Pues bien; para le mentalidad del primitivo los terrninos rnovidos son del efecto: el invisible le causa, mediante una operecion rntstica. Es le fuerza oculra que se delate eun en la inmovilidad de la causa. La causa es 01 propio tiempo, mediante su tdenriflceclon con un esplritu, un agente accesible a la motlvacion. Toda esta algarabia aperece a la mentalidad conceptual como una dtslocacton de la causelidad y trastrueque de todas las normae, segiin 10 que resulte, con arreglo a la formula de Hume, «que no importa que puede ser la causa de no irnporte que». Pero, en verdad, el mecenlsmo de le ceuselldad en los prlmitivos consiste slempre, como dice Miss Kingsley, maravillosamente, en la «operaclon de un esptrltu sobre otro esptritu» (1). Por elernplo, si un descuelador es muerto 1I1 ebetlr un arbol que ee Ie vino enclma, la causa de la muerte no es el erbol moviente y visible, sino otro hombre, el mas propincuo el efecto. Un cornpetiero que estaba 0'11 lado, y, a falta de este, un viandante que paso por el lugar un mornento antes 0 un mornento despues. La operaclon fue de un querer, no de una causa mecenlca y rnenos de un accidente. (1) Vide Levy-Bruhl: F. M. Y M. P. -12Junto a tres dimensiones: especlo, rlempo y causlliidad, en la mentalidad primitive] se da una cuarta dimensi6n: el espfritu. Esre, como toda cuarta dimensi6n en to do otro orden, produce una perturbacl6n en las tres a que se anede, moviJizandolas con arreglo a su eenndo: el cual se impone senero en todo el sistema. De donde resulta que la cuarta dimensi6n es la afirmaci6n de ella sola junto al desvaloramiento de las otras. En le mentalidad primitiva, desvalorados tlernpo, espacio y causalidad racionales, result." como pronto veremos, que todo es esplritu. La formula, pues, de causaJidad requlere una modificaci6n: et ante et post vel juxta eliquem, ergo propter eliquem. La asociaci6n cualifativa, irreductible a toda medida, entre causa entre tramtre y trdmlre, posee un potencial tan enorme y seguro, se realiza la asoclecion con tal constancla, que produce la impresi6n de que tales participaciones son como superlores a la espontaneidad individual. Las asociaciones, aun las mas concretes y calificadas, las impone el grupo social, se repiten rnonotonamente en todos los individuos. Por donde sornos llevados a admitir que en las asociaciones y Iigaciones con que discurren los individuos se trata de preligaciones de un potencial normal, en que todo se les da ya hecho, y que radica en el grupo social. EI vehlculo del principio de participaci6n, 10 quelo movlliza, as! como a le limitaci6n del grupo social, es la operaclon mfstica dlfusa, por la eual to do individuo 0 todo cuerpo puede ser suleto de la actuaci6n de las fuerzas ocultas y mfsticas, de un potencial espirltua] excluslvo. y efecto, Se frata de una mentalidad esencialmente mtstlca, para quien no existe el fen6meno tal como 10 enfoca la experiencia reclonal: sino ~610 la operaci6n mletica, arestlguedore de 10 real. EI mismo medio de la naruraleza y de los hombres es para la -experiencla mfstica un complejo de focos irradiadores de fuerzas oculras y de prlncipios activos-spiritus agendi cupidissimi-de que, de un modo incomprensible para nosorros, emene una fuerza equivoca, que la mentalidad conceptual se incline las mas de las veces il conslderar como malefica-spiritus nocendi cupidissimi-«, aun tenlendo en cuenta siempre que beneficio y maleficio, belo la lnfluencla del prlncipio de participaci6n, estan antes del bien y del mal, son terrnlnos equtvocos e indiscernibJes. Las fuerzas oculras, al mlsrno rlernpo fragmentadas y difusas, sin que 10 lIenen redo como un continuum, esran presentee en rodas -1Dlas cosas. Este potencial, que desplerta en to do casu y momento, est que se le provoque, seguro, prevenible, f6cilmente pronostlceble, es cornun a las representaciones colectivas de casi todas las socledades inferiores. En cada una de elias recibe su nornbre, EI que he prevalecldo para el tratamiento cientffico es el de mana, originarlo de las sociedade s inferiores de Melanesia. Mana es un principio energlco (que a la interpretaci6n conceptual se le antoia como nocivo cast slernpre), apliceble a redo 10 lnsollto, a to do 10 rnaleflco, a todo 10 doloroso, a todo 10 cxtraordlnario y aun a todo 10 activo. Un oblero puede ser mana, un eclipse es mana, un hechicero es mana. Ctertos .ndios de America del Norte, cuando se extrenan de algo exclaman, segtin Charlevoix, atrtbuyendolo a un genio superior: «[Es Ull espiritu!» (1); es decir, un mana. Otros indios del mismo Conlinente suelen decir: «iEs weken!»; es decir, es mana. Los Yaos del Africa Central: <<IEs mulungul»; es decir, es mana. Los indios:mtillanos, al vel' a Colon y a los espattoles, decfan: «Son carib»; es decir, son mana. POl' 10 cual, los indios familiarlzados con los espatioles, que llevaba Colon en su nave de una isla para otra, cuando Ilegaban a una nueva isla, y era el casu de aquietar a las pobleclones atacadas de pavor, gritaban, senalendo a los espetioles: «No son carib»; es decir, no poseen un mana nocivo y vitando. Una creacion emotive, derivada forzosamente del sentimiento del mana, es la del hechicero. La afirmaci6n del mana como potencial esplrltunl excluslvo, ya tendta a su antropomorflzaclon. Eso es el hechicero. Es la detenci6n del mana difuso en forma yactividades human as. Todo hombre puede ser hechicero, aun sin saberlo el mlsmo. Y el proceso es el sigulente: La mentalidad primitiva no admite el accidente. Nada se debe al accidente, al aceso. Esto no se opone a la ley de propincuidad. Las causes segundas y ocasionales en el accidenre y fuera de el, son causes propincuas el efecto, ante todo llnale de experlencia. Pero tcdas son causes movientes y vlslbles: es decir, para el primitivo rodas son causes effectae. Y la verdadera causa para el ha de ser un querer invisible y aperentemente inm6vil: ha de ser un hechlcero, en quien, como en su origen, se agota toda ceusecton. (I) Vide Levy-Bruhl: F. M. Y tv!. P. -14Aun 10 ins6lito, pare el primitivo no es casual. Todo ha side> querido destinadamente por alguien. Asf queda explicado el accldente yla manifestaci6n ins6lita. Han sido queridos e irnpuestos mediante el maleficio de los hechiceros. De todo 10 cual resulta que los espeftoles para 108 antillanos eran 10 ins6Iito-carib-y los hechlceros que provoceban 10 ins6lito-carib -: instrumento, causa y agentes a un rlernpo: es decir, los maglcos poderosos y terribles por excelencia. Los hechlceros, segtin las representaeiones colectivas de las socledades inferiores, adem as del cerecrer indefinido de mane, poseen verlos y bien deflnldos atributos. Pero de todos ellos vemos a anotar espectelmente, que importa mueho a nuestro prop6sit6, los irnpuest08 por las relaciones admitidas POl' doquiera entre la hechicerta y el canibalismo. 81 anudamiento de tales relaciones precede de la observaci6n de los fen6menos que ecompanan a la enfermedad, especial mente la consunci6n. Un individuo consunto est a 0 va estendo vaclo de por dentro de todo contenido corporal, y primeramente de las entrenas: s610 conserve la forma, las ltneas y superficies vlsibles del cuerpo, Yahora viene la cuesti6n caracterfstica, que no es le del por que, sino le del quien. Quien le he consumido?-Un hechlcero, C6mo? BI c6mo afecta inmediatamente esta formulaei6n: C6mo he vaciado el contenido?-Sorbiendole POI' las abertures naturales del cuerpo, Las cuales pueden ser cualesqulera de las doce de la ciencia antlgua, homotences a los val ores mlsricos del rnirnero doce; pero principalmente las deslgnadas en los procesos de hechiceria europeos de la Bdad Media y del Renacimiento: el sienso y la natura. EI hechicero es temible y odioso, porque puede hecer el dano: pero el gran dano, pues, el caracteristico, el que marca la inclinaci6n especlflce del hechicero, es que come a los hombres. Ester balo el meleflclo de un hechicero es ester ya comido POI' el, No 10 manlflesta la consunci6n? No importa que el meleflciado viva, que esre rnuriendose. Ya no es el, es su sombre, es su molde, vacto de to do eu contenido. De ahf la recnlca del canibalismo, echeceda a los hechtceros en las sociedades inferiores y a las brulas de la Europa medieval. Vaclar el contenido del cuerpo, chupar la sangre, consumir las enrratlas, esplrlter el cuerpo de los nlfios 0 de los grandes. . A los hechiceros se les atribuye sefiales flsonomlcas caracterfsticas que dicen a sus procedimientos. Son monoculos, 0 ruerros, 0 vtsolos, vehlculos del aholamlento y de la fuerza de la fascinaci6n -16que radica en la mirada. Tienen, ademas, hoclco prolongado de perro, en signEkaci6n de su inclinacl6n a le antropofagia y del procedimiento como la practican. Tales son preclsamente las cerectertsticas de los caribes Que los indios anttllanos anotaban ante Col6n. Los carlbes, declan, es decir, los hechiceros, son hombres de un solo oio, en la frente, y de hocico de perro , La comunidad en la llrnitaclon del grupo social es tan compacta en los prirnltlvos, que niega terminantemente to do desllnde y seperaci6n entre el aquende y el allende, entre los muertos y los vivos, entre las postrlrnerlas y la muerte, entre el nacimiento y la vida. Nada de eluded de los vivos y eluded de los muertos; sino una intima e Indestructible comuni6n. Para fundir los dos terrnlnos irreductibles, la mentalidad primitiva postula con obstinaci6n le no existencle de la muerte como esrado definitivo. Y est se establece una participaci6nwtre el fallecimienlo y el nacimiento. Los que mueren vuelven (I nacer y precisamente los del rnlsmo y en el mismo grupo social. Se trata de una palingenesia limitada por el grupo social, que : no admire en el nacimiento un incremento producldo POI' indivlduos de otras proccdencias. Precisamente los enrepasados son los reclen nacidos. Pero no para aqul la apllcacion del prlnciplo, sino que se alarga, en un irnpulso de audacia estupefaclente, a negar le muerte natural. C6mo explicarse un prtrnitivo que el individuo que, quince dias ha, esteba seno y agil hay a dejado de existir, precisamente en este mornento? Esro, dice Levy-Bruhl, es Incornprenslble para ellos. La solucion del enigma es inesperada yerigida en tests valedera: no existe la muerte natural. Toda muerre es violenta y resulrado de un maleficio. Las consecuencias son fatales: la busca y capture del hechicero que ha producido la muerte; y la aplicaci6n de las resultes, o sea la rnuerte del hechicero culpable para aplacar le venganza del rnuerto. EI muei to adquiere por este proceso un doble carecrer: dos ceres. Por una de elias es el antepesado que pase al pante6n general de los dlfunros que aun no han renacido, y de quien es la tutela y depende la c.onservacion del grupo social. Poria otra cere es algo que esta tocado, aun como vtcrlme, del principio nocivo de la hechiceria. Puede causal' mucho mal si no se Ie apaclgua. Impone teme •. roso respeto y desasosiego. -16Un fen6memo que interpretan los primitivos en los muertos ee el de la palidez cadaverica, la cual se da intensamente en las razes de color. Inmediatamente la relacionan con la palidez, caracterfstica tamblen en las razes de color, de los reclen nacidos; con que se corroboran mas en la interpretaci6n pallngenesica del nacimiento. La palldez cobra el valor-absoluto, como todos los valores primitivos-de caracter tipico de los difuntos, de los eparecldos, que les deparan sus visiones en las alucinaciones y en los suenos. La palidez cadevertca ha Iugado un papel exrreordlnarlo en los fen6menos que provoca la aparici6n de los blancos en medio de las rezas de color. Los blancos han sldo siempre interpretados con el tratamiento de 10 insollto, y de 10 Insoliro mas exorbitante a sus representeelones habituales. De ahi los rnovlrnlentos de pavor y de hufda. Pero, edemas, para colmo de estupefacci6n, los blancos para los colorldos son blancos; es decir, pelidos; ee decir, aparecidos. Son los antepasados que vuelven. Y no en la forma habitual del nacimiento, sino de repente, y-empleando una palebra significativacomo por encanto. Como nacen? C6mo se reproducen? No se sebe, y, por tanto, no nacen ni se reproducen: vuelven. La impresionabilidad de los prlmitlvos es tan irritable, que, sugestlonedos por la palldez, aseguren que los blancos huelen a muerto. Los primitivos, que viven entregados al suefio y a la elucinacion, que los piden y provocan, como a supremo oraculo, estan acostumbrados a ver en suenos a unos §eres extrafios; porque el recuerdo ,-y el sueno modifican los angulos de la vision. Son sus antepasados. En el sueno, pues, ven a sus difuntos; en la vlgll!e, a los blancos que acaban de lleg ar. Inmediatamente asocian los datos de ernbas vislonee y los confunden en una sola: los blancos son los entepasados de los BUenOS. Y abocan a este resulredo con gran fluidez y descanso, sin el menor esfuerzo, porque, como dice Levy-Bruhl, las percepclones en estado de vigilia y de sueno son igualmente mtsncas, y, por tanto, las diferencias que haya entre elias no les importa nada. Cuando un blanco-y el caso se ha repetido muchas veces-que habita entre prirnitlvos, y es tenido por uno de sus antepasados, reacciona contra la interpretacion, y trata, honrada y seriamente, de hacerlos sellr de su error; y para ello aflrma, jura y perjura que es aquella la primera vez que ha ido d aquel pais don de se halla: cllmposiblel-Ie dirzin.s--Pues c6mo habels encontrado el carnlno?». El habito de la participaci6n no se para ante termlnos contradictores. Los blancos son difuntos. Son aparecidos. Son tamblen -17hechlceros. Pronto veremos que son ramblen celtcolas. Todo en una pieza. De ahi IdS moctones contradlctorias, que suscitan a la vez, de terror, de adrnlracion, de devocton, de peligro, de acatamiento. Con todas est as al'ecclones y perturbaclones podemos establecer dos grandes grupos de Ienomenos, que nos han de ser de gran utllldad para 10 sucestvo. Uno de ellos comprendido be]o el epigrafe general de los «Bluncos tuteleres», Y otro halo el de los «Blancos noelvos». Y, curados de espanto, aperclbarnonos Impasibles aver aplicar apaslonadamente predicados contradictorlos a un misrno suleto. EI principio de perttctpacton rige a prueba de todos los escandelos de la razon. La llegada siiblta de los blancos produce en los prlmitlvos,. cuanto a su procedencia, una interpretacion identica en las latitudes mas aleledas entre si. EI medio fisico 10 tienen Iimitado por las Iindes rerritori ales segradas del grupo social, y, todo 10 mas, por el horizonte vi sible. Se figuran el firmamento como una b6veda, 0 como una campana maslve, que descansa en un plano: el alcance de 10 descubierto. La tangencia con el plano es rigida, e impide su penetraci6n. Los que lIegan traspesando la linea del horizonte no lIegan de mas alia, pues que no hay mas alia, sino solo el plano y su b6veda. Y pues que no surgen de un punto del plano, es que surgen de la b6veda; es decir, que vienen del cielo. De aht que en algunes partes hayan lIamado a los blancos «rornpecielos» (1). Los blancos, pues, que ya eran anrepasedos, hechiceros, aparecidos, difuntos son edemas celicolas. Con todas estes prevenclones podemos entrar ya en la materia descriptive que proporclona el diana de Colon. (1) Vide Levy Bruhl, Mentelite Primitive. pag. 407, II A medida que se acercan las naves de Col6n al mar Caribe, mas imponente se nos prenuncia el espectaculo que les eguardaba en aquellas islas como solitarias. Un trozo de mar tenebroso y poblado -de gentes y esptrltus activos separeba las Islas de tierra firme. Cualitativamente, era tan especloso el trozo equel de mar como el mar, tenebroso tarnblen, que se prolongaba hacia Oriente. La catda de los blancos en este medio primitivo, no POI' ser presurnible, POI' las mlsmes andadas, si se volviera a repetir, deja de herirnos, con fuerte y pladosa herlda, para la que ha de haber vagal', aun en medio de le mas helada y cientiflca consideraci6n. Es ley de general validez para los primitivos que todo fen6meno Ins6lito, de cuya interpretaci6n inmediatacarecen, al parecer, en el primer momento, acnle sobre su sensibilided poderosarnente, dando luger a efectos inmediatos, motores, y emotivos. Que mas ins61ito para las sociedades de color que la aparici6n repentlne en medio de elias de los blancos, transportados POl' extrenos, inexpllcables y nunca vlstos artefactos, y portadores de no rnenos extretios lnstrumentos? Acercandose lban las naves, al arnanecer, y los indios, que mlraban, se sentian trebelados de emociones que nosotros llarnertamos contradictorlas, y que, en verdad, eran indlscernibles, bien que se acusaran POI' una diverse entonaclon. Velan extranos y no pequenos monstruos (que a elIas Ies parecian enormes), como cafdos del cielo. Eran «monstruos-rompecielos», que habtan penetrado la linea del horizonte, y, con ella, Ia superficie above dada del firmamento. Descendtan del cielo. Este sentimiento fue el que prevalecto sobre todos, como veremos. AI mismo tiernpo consentfan los indios una represenracton senslslble que nosotros dileramos contraria a la del descenso. Velen acercarse a los extrenos monstruos, y agrandandose: que 10 que primero fue como unas pelrnas que se elevaban poco a poco-los mastlles->, despues fue el soporte de las palmas 0 del bosque de -19palmes: le tierra misma con sus palmerales -los navfos-. tlna tierra que ascer.dia de las aguas, primero apuntando los arboles, despues ostentandose toda ella. Una tierra, un bosque, que se movfa y acercaba. Aun les a~:uardaban mucho mayores las sorpresas. La tierra que nota se ace rca bastanre a tierra. Se derlene. Y destace unas como canoas-los esquifes-tripuladas no POl' indios; es decir, no por hombres; sino por unos seres extranos, tatuados de diversas colores-vestidos--, sernbradas de algodon las caras-barbadosy en las cabezas unos plumales de color-sombreros-. Los seres extranos saltan a tierra. Los indios se congreg an a la marina. Todos van desnudos. Llsen C0l110 un fiequillo haste las ceias, y como una coleta en la cebeza. Se pir tan, 0 rodo el cuerpo, 0 solo la cara, 0 los oios, 0 la neriz , ya de prleto, ya de blanco, yo de colorado. Las muleres han mandado reti: ar, salvo una nina inoeente. Como tolerar que las muleres acoian tarnbien a )0 insoliro y anonadante que les lIega? Ternatia lemeridad no pueden consentir. Las muleres esran rnlstlcamente identiflcadas con la tierra. Reservar a las muieres de los pellgros es preserver a la tierra, no slernpre fecunda. Una nina irnptiber no hace al caso. Aquellos seres exrrenos, inexplicables (inexplieables?), desclenden a tierra. ;::>onhombresl: es decir, son indios. Son palidos, como los muertos. Los indios que van pintados de blanco, color de le muerte, se elleg an mas a ellos, errestredos de un irnpulso mistertoso. El jefe de los pzilidos lleve una vara, la mas alta, en cuyo somo aletee algo que a los indios se los antojara quizzis un papagayo colorado (Colon con la bandera real). Orros dos blancos llevan sendas varas en cuyo sorno aletean sendos papagayos verdes (los Pinzones con banderes verdes). Colon dice en su Dlarlo, hablando de Guanahani: «Ninguna bestia vide, salvo papagayos». La isla de los papeg ayos. Nunca di]o mayor verdad. Si la orgenizecion de aquellas gentes, como es casi de rigor, era totornica, probeblernenre el pepagayo seria e) totem de aquellas gentes. Los Bororos del Brasil, que tenlen el mismo totem, decian a un explorador: «Nosotros sornos ereras», Se trataba de una identlflcaclon mistice con su totem. En el caso de Guanahanl no cabrian muchas dudes al sentir de 108 indigenas. Los palidos eran eparecidos de los suyos, de su mismo totem, preci sarnente. Lo que no lrnag inaha Colon es que el paseba - 20por identifleado con el totem, por un aparecido en el totem y en el grupo. Colon, por congraciarse con los indios, se adelant6 a colocar un bonete sobre la cabeza de uno de ellos, Oh, caso prodiglosol Un objeto magieo ofrendado por el palldo! EI bonete hubo-apurando un poco esta fantasfa-de ser identificado con los plumales de pepagaY08 que usaban los indios en la cabeza. De ahi adelenre en todas partes habfan de ofrecer a Col6n pepagayos. Los hombres de las varas, ademes, lIevaban sembrada la cera de una barba como no heblan visto: esroposa y abundante como algod6n. La representaci6n del algod6n vi no presto a las mlentes de los indios. Las ofrendas a los peltdoe no sQJohablan d,~ser en papagayos; pero edemas en algodon. (Las relaclones de los primitivos no se fundan en necesidad del indivlduo, ni son reducrlbles della; por eiemplo, que los indios no ofrecfan sino 10 que tenian. Son otra cose. Se fundan en necesidad del grupo, el cual afirma su consistencia en virtud de prellgaclones puramente mlstlces). Alguno de aquellos indios se avanz6 a ofrecer algod6n a los hombres palidos. Col6n y I~ suyos 10 acepreron de buen grado. De ahf adelante en todas p~rtes heblen de ofrecerles papagayos y algodon. Colon, en tanto, pesade la primera impresi6n, se recoge sobre sf y empieza aver ya lnterprerar. Lo primero que ve es que los indios son un pueblo uniforme. Observe y acoge cuatro notas: 1) la edad: «todos mancebos»; 2) la esteture: <dodos a una mano de buena estatura»; 3) la brevedad de los vlenrres: «no barriga, salvo muy bien hecha»; 4) las piernas: «piernas dereches todos a una mano». Asf es en verdad, ya eso conduce la selecclon prlmitiva, por dos carnlnos: por le mortalidad infantil, que es enorme; y por la practlca brutal del infanticidio. Todo 10 anormal (ins6Iito) es muerto al nacer, o ast que se maniflesta Ia anormalidad. Lo deforme no se tolera. Un nino epresurera su muerte si apresura la salida de los dientes, por elemplo, 0 sl le salen los de arriba antes que los de ebaio. Y rnucho mas en otros cesos. Es la selecci6n raplde del grupo social. Un indlvlduo no tretera, mediante el esfuerzo, de correglr 0 desvlrtuer su deformidad. EI grupo social, como a tocado de principios mlsticamente noclvos, 10 ellmlnere de plano y sin proceso, EI lefe de la vera mas alta habl6 en una Iengua ininteligib/e con otro de los palldos (el escrlbeno). EI cual perrnenecta callado. EI hllbilidor le enfllabe, le emonesreba, Ie requerte: y el, en tanto, el -21callado, rrazeba unos slguos magicos sobre una hola grande como de tebaco (el pllego). EI jefe heblador, a esto, sac6 del cosrado, donde la tenle misteriosamente oculta (en celada, en acecho: el valor rnaglco aumenta) una vera flexible, reluciente (la espada). Con ella golpe6 repetidamente la tierra y un arbol, a tiempo que repetfa obstlnadamente las rnlsrnas palabras. La causa de los slgnos que trezeba el que perrnanecle callado, esreba tanto en la vara reluciente como en las palebras del hechicero hablador. Ante fen6menos tan extranos, los indios se ponen a perecer. Los indios estan anonededos. No huyen de pavor. Ya ernplearan su rnagla contra los pzilidos, cuando puedan. Ahara no les toea sino admirer estupefactos. EI lefe de los blancos ha repetido par tres veces extretias palerbras: «Dadme fe y testimonio, senor escrlbano, como Yo D. Cristobal Colon, Almirante de le Mar Oceana, por mandado y en nornbre del Rey y Reina de Castilla, nuestros senores, etcetera». Aquellas pelabras rnaglcas ya las saben los indios de memoria, y las replten, como loros, sin cornprenderlas. Se apoderaran de elles. Las emplear.in contra los blancos, y les haran huir cuando le llegue a su rnagie el turno de manifestarse. (Abundan, en efecto, los testimanias de que los indios, con su prodlgiosa memoria, aprendtan, sin entenderlo, cuanto olen, repitiendo al instante frases y plegarlas enteras), Trae les operaciones de magia en que intervinieron ritual mente la espade , el trazado de los slgnos, la palabra del iefe de los palidos, este, seguido de los suyos, avanzo entre los grupos de los indios, a los que hablo en el lenguale propio de los eparecldos, que no hablan, (son sornbr as hlantes), el lenguale de (as series manueles, muy familiar a los Indigenes. Los indios se confirmaron mas en Ja Idea que los espanoles eren aparecidos. Asi que los blancos desculdaban la tension :nagica, volvlan el lenguaie propio de las sombras, al lengueie par senas. Miraba y rernirabe el Almirante entre los grupos, y el fin repar6 en un indio que llevaba un pedazo de oro colgado de la narlz. Aquell6 llam6 su atenci6n y Ie despert6 vlslblemente le codlcla. Por sellas pedla oro, preguntaba d6nde 10 hebia. Para los indios el oro s610 tenia -un valor mistico 'absoluto: era el metal incorruptible que apllcaban c los orificios del cuerpo en los muertos prlnclpelmente, y tarnblen en los vivos. Col6n era el palido, que, consecuentemente con su condici6n, pedta oro. Y al instante, en le asociaci6n capital y prlrnere apllcada a los blancos, quedaron fundidas tres especles: -22pepageyo, algod6n y oro. De eht adelante en todas pertes les habten de ofrecer pepagayos, algod6n y oro. Aun quedaban las grandee sorpreses para los indios, las que mas les habtan de poner a perecer. Los indios, como sus muertos, se adornaban a sf mlsmos con trozos del metal incorruptible, del oro. Los cueles pornan, como colgantes, mediante espiges 0 vdstegoa, en la narlz y en la boca, emisoras del aJiento vital, y en los oreles. Se trata, pues, slernpre de un vasrago 0 un gancho, que se sostiene taladrando la ternilla de Ia nariz, 0 los labios, 0 las oreies. Pero entre los blancos-e-cose insollta y epatante-Mda de estol Bn vez de vestegos 0 espiges ernplean para adornarse hembrillas (collares y anillos), por las que introducen los dedos, 0 le cebeza, sin preocuparse de boca, nariz y orelas. Cosa, vuelvo a repetlr, extraordinaria. 51 jefe de los blancos coloco hembrillas de estes en los dedos de algunos indios (sortllas) y en los pescuezos de otros (collares de cuentas de vidrio). Los indios, ante tan raro espectaculo, se pontan a perecer. Pero la mayor sorpresa sin dude fue la ultima. 51 jefe de los blancos, el gran hechicero, habla escondido la vara ma1?ica Y reluciente (traidoramente, dolosamenre). Volvi6 a sacarla de su costedo: y despidi6 al saJir rayos fulminantes y como slerpes, que van a herir en los olos de los indios. Aun mas. EI jefe blanco convid6 a los indios por sus senas (los aparecldos no hablan: son sombras hiantes) a que se evanzeren a ver de cerca aquel espectaculo que tanto les conmovle. Un indio se acerce mas que otros. EI jefe blanco Ie convida con la vera (J que la yea y toque. 51 indio se decide, pone BU dedo, y ve, oh sorpresal, que no es solo luz y rayos, sino que edemas es resistente y mas que una azagaya de bambu: y, sobre todo, oh terrorl, se produce una como quemadura en el dedo, de que mana sangre (se corte con el filo). De rodas las sorpreses esta es la mayor que les estaba reservada. Ahora sf que los indios se ponen a perecer, Vuelven en sf los indios perecidos. Notan una vacilaci6n y retroceso en los blancos. Ahora es a los indios a quien les llega su vez. Ernplearan sus artes mzigicas que desvanecerdn a los pzilidos, como sornbras que son, y los reduclrdn al seno de los muertos, do proceden. Se adelantan, en efecto, los mzigicos mas conspicuoa de los indios, los hombres-medlcine: maniobran y pronuncian sobre los blancos sus formulas maglcas mas poderoses. -25Y, sobre todo, pronuncian el gran abracadabra que aceben de arrebatar a los blencoe: las palebras que pronunciara y tres veces repitiera su jefe, y que ya son propiedad de los indios. Las saben de memoria. Los hombres-medicina las repiten exactamente, aun sin entenderlas; cue el valor rnaglco esta en el pie de la letra; ni aun eran elltendidils tarnpoco de los blancos, cuyo lenguale es 5610 POl' series. Las palabras surten su efecto. La magi a de los blancos queda venclda POI' otra mas fuerte. Ahora los blancos son los que se ponen a perecer. Poco despues los blancos desaparecen. (Interpretaci6n del reembarque de los espatioles, que hubo de ser, en solo un dta, tan mtstertoso pere los indios como el desembarque). III En el capitulo anterior. destinado a ecuser y concertar las experlencles rnurues de blencoe e indios del primer dle, el desarrollo arbitrarlo del relato se dilat6 harto; pero sin treepeser la Hnea del horizonte para que no deiara, sobre las nociones que tenlamos, de ser visible y comprenslble. Con todo, los datos con que en aquel ceptrulo se trafie6, proceden todos, bastante numerosos y expresivos, del Diorio de Colon y dta 12 de octubre. De aqut adelanre el centmlento a Ja letra de los textos sera muy rlguroso. La primera palabra que oy6 pronunciar el Almirante 1'01' boca de Indio fue la de carib. Y desde aquel punto y hora no delo nl un momente de oirla pronunciar ineesantemente. Carib. Que serla carib? EI Almirante Iemas supo interpretar el vocablo. EI cual, bien que Ie originara muchas y grueeas confusiones, marca, como Indice, la curiosidad documentaria y el esfuerzo mental sostenldo y fracasado de Col6n durante todo su viaje. A duras penes se entendfa el Almirante con los indios. EI lenguaje manual hacle su ofieio. Mediante el se fue enterando poeo a poco de muchas cosas. A los gestos de las menos, a los esgulnces de las facelones de Ja cera, y de la mirada de los indios, acornpanaben ciertas voces. Una era la que se repetia sobre rodes. Carib. Pronto averlguo eJ Almirante varios de los atributos de carib. Diarlo del Primer Vil1je. Nov, 4, Cuba.-EntendI6 temblen que Jefos de alii habia hombres de un oio, y otros eon hod cos de perros, que eormen los hombres, y que, en tom lindo uno, 10 degolleban y bebien su sangre y Ie cortebsn eu natura. Se trata de los atrlbutos definidos del hechlcero, que ya conocemos: hombres de un olo hocico de perro, que com en a los hombres. heben su sangre, etc. La enurneraclon de los etrlburos no Ie sorprendi6 a Col6n. De elgo parecido sabrfa POI' los relatos de fa geograffa e historia fantastica: de Isles solitertas pobladas POI' monstruos de descrlpclon semelente. Pero Col6n nunca supo que los indios hacfan Ia descripci6n tfpica del hechicero. Ni supo elgo mas: que los -25indios le preguntaban sl enos-los espafioles-eran hechiceros, si hebta hechiceros, como en otres comarcas lejanas, en las lejanas de donde procedian. La pregunta, pues, de los indios era esta: sols carib?; es decir, sols hechiceros? La pregunta, que no entendia Col6n, bien que la entendian los indios que, desde San Salvador, lIev6 despues consigo por todo el vleie. Aquello~; indios bien sabten emil era BU misi6n entre los otros indios: gritar Y convencer a las poblaclones aterrades, que hulen, que los blencoe no eran carib; es declr, hechiceros; que no ternleran, que no les hartan deno. Die. 13, Sto, Domingo>: ... como alnrieron ir los crtetienos todos huyeron dejando cuanto tenian la tierra dentro La poblacion era de mil casas y de mas de Ires mil hombres. EI indio que lIevaban los cristianos corri6 tras ellos dando voces, diciendo que no tobiesen rniedo, que los crtetianos no eren de Cariba, mas antes eran del cielo, y que daban rnuchas cosae herrnoses a todos los que hallaban. Tanto les i:nprimi6 10 que les deere que se asegureron y vinieron juntos delloe mas de dos mil, y todo s venten ii los cristianos y les ponlen las manoa en III cebeza, que er.i sefial de gran reverencia y amisted, los cuales esteben todos temblando ... Pero en vano gritaban los indios de las naves, cuya era la mas extrane situaci6n en poder de aquellos hechiceros y meglcos poderosos. Estaban entregadas a ellos, aun sin pacto. Suyos eran, Y esteban a BU mandado. Con rodo, habian descubierto en 105 blencoe, por la conviveneia y buen aeogimiento, una faceta que les tornaba de su pavor a 1<1vida: la de blencos tuteleres, Asl, gritaban a las poblaclones, que hulen, que no eran los blancos carib de los melos, 0 tan malos como carib. Pero en vano, vuelvo a repetir. Los Ienomenos de terror y de hulda se reproducen a carla paso; y 5610, como veremos, en la Espanola, la isla mas poblada y adelentada, fue poslble una comunlcacion algo duradera entre blancos y gentes de color. a Oct. 21, Cabo det lsleo>- ... fuimos una poblacion aquf cerca media legua; y la genre della, como nos slntieron, die ron todos a fugir; y dejaron las cesee, y escondieron SJ ropa, y 10 que tenlan, por el monte. Nov. 6, Cuba.-Vino empero con elias un principal del pueblo, y un au hijo, y un hombre suyo ... penso de traer los is los Reyes, y diz que no supo que se le anroio, parece que de miedo, y de noche escuro quisose ir ii su tierra. Nov. 27. Costa de Cuba, nevegendo -". vi do venir inflnita genre la ribsra de la mer. dando grenrtes voces, todas desnudas, con sus ezagayes en III manO.•. Los indios hideron edemenes de no les dejar saltar en tierra y reeletillos- Y viendo que las bercas se allegaban mas a tierra, y que no les habian miedo, ee epertaron ,de III mar." En fin dieron todos a huir, que ni grande ni chico quedo. a -26Die. 3. Cubl1.-.,. di6 de subito sobre el pueblo y como 10 vleron hombres y muleres dan de huir ... Visto Que no fenian oro ni otra COM oreclosa, Y Que besteba delallos seguros y que rode le comarca era poblade y huidos los demas de miedo; y certttlce el Almirante 6 los Reyes que diez hombres hllglln huir d dfez mll: tan coberdes y rnedrosoe son, que ni traen arrnas, salvo unes varas, l en el cabo de elias un pallllo egudo tostado. Die. 16, Sto. Dom.>- Y creen [dice II los Reyes] questa isla y todes las otres son lI8f suyae como Cestllle. que aquf no fdUd salvo asiento y meudarles hacer 10 que quisteren. porque yo con est a genIe que traigo, que no son muchos, correrla rodee eetes Ialss sin efrenta, que ya he vislo solo tres desros marineros descender en tierra, y haber multitud desroe indios, y todos huir, sin que les qulslesen heeer mal. Die. 26. Sto. Dom.-Agora rengo ordenado le hacer una torre y Iortaleze ..todo muy bien, y una grande cava, no porque erea que haya esto menesier por esta genre, porque tengo dicho que con esta gente que yo traigo sojuz!l'ilrlil toda esta isla, la cual creo Que es mayor que Portugal, y mas gente al doblo; mas son desnudos y sin ermes, y muy cobardes Iuera de rernedio. La primera vez que se anota en el Diario de Colon le creencia de 108 indios de que los esparioles ventan del cielo, corresponde al 14 de octubre, 0 sea dos dlas despues del desembarco en San Salvador. Esta representaci6n colectiva se fue repitiendo Inverteblemente en todas las lsles. Los espenoles, a quienes hablan vlsro venlr en SUB naves de la ultima ltnea del horizonte, venlan del cielo, Quien podia ponerlo en duda? No lleveba le creencia toda la fuerza incontreetable de una representaci6n colectiva? Oct. 14, Sl1n Selvedor.:-: ... ee echeban Ii le mer nedendo y ventan, y entendramas Que nos pregunteban ei erilmos venidos del cielo; y vino uno viejo en el .blltel, dentro, y orroe a voces grandes llameban todos hombres y muleres: venld Ii ver los hombres que vinieron del cielo: treedles de comer y de beber. ! Trataron los espefioles de secer a los indios de BU creencla. Pero en veno, en vano, en vano. Los indios slguleron aferrados a su fe. Ni era poslble trocsrles le mentalidad por otra 0 volversela del reves, ni que deleran de segulr el estimulo irresistible de sus representaciones colectivas. EI Almirante no sella de su asomhro. Por su parte, los Indios aprendieron por aquellos dlas que la pelebra suya «b6veda celeste», que edemas, en virtud de asociaciones, signiflceba orsas casas, tenfa en la lengua de los blancos una equivalencia indudable para ellos: la de «relnos-de-Cesntta». La palabre Castile 0 Cast if hubo de enrranar para ellos un p sthos, al expresarle, que ee habla de repetir invariable y poderoso, -27de ellt en adelente, por todo el Nuevo Mundo, casl desde Alaskll (1) hesre Patagonia, y por todo el Pac1ftco hasta Filipinas. Cestil«, palebra gruesa, palebra henchida de misteriosas calidades. Die. /7, Sto. Dom.-Despues a III tarde vino el Rey a III nao: el Atmirante Ie hizo le honra que debra y le hizo decir como era de los Reyes de Castilla, los cueles eran los meyores Principes del mundo. Mas ni los indios que el Almirante tra(d, que Han los interpretee, cretan n ada, ni el R~y ternpoco, sino cretan que venian del cielo y que los reinos de los Reyes de Cestilla eran en el cielo, y no en este mundo. Die. 21. Sto Dom>- .. ninguna duda Ies queda sino que cretan Que el Almirente y toda SI1 gente heber venido del cielo: 10 mismo crdan loa indloa que constgo el Almirante tra(a de las otrae islas puesro que ya ee les hebla dicho 10 Que debian de tener. En el Dierio de Colon no consra expresamente que los espaftoles paseran ante los indios por antepaeados Y aparecidos. Ni era posible que Colon y sus espatioles interpretaran todos los fen6menos que susciraba entre los indios su presencia. Pero a un olo un poco etento, sobre el Dierio de Colon, no se le escape que, en efecto (y no podia ser de otra rnanera) los espattoles fueron luego tenidos por entepeeados. Aun antes de desembarcar se acercaban las canoes enm1mero infinito a las neos, las cercaban, y desde ellas. surgiendo hombres y mujeres, mostreban a los espattoles de sus ellrnentos, y dectan: Totned, comedl Es declr, eplacaos, oh dlfuntos, y sebed que no desculdamos d debido sagrado alimento. No os lrriteis: tendrels para vuestras sombras el mismo alimento que tuvlsteis en vida. No n08 hagais datio. Pero, sobre rodo, hay en el Diorio una frase tan expreslve de por st, que no hay mas que pedir: «En vel' los cristienos se tentan por bienaventurados». Conviene a saber: se tenfan por confortados en te tutela exczpclonal de sus manes, que volvien a velar por el grupo social. Este mundo, lrnbuido del otro, delataba en esre momento de la catda de los blancos, de un modo crttlco, aquella asociacion indestructible y continua. Nov. 6 Cuba.-Dijeron Que los habion reecebido can gran solemnlded, segun su costumbre, y todos asi hombres como muieres 101'1 venten d vel', y eposentaronloe (1) Deade testimonio. el ArchiphHaa-o de la ~eina Cerlore, POl' 10 menos, sea-un alpn -28en las mefores casas; los cueles los tocaben y les beseban las meuos y los pies, mllravil/6ndose y creyendo Que venran del cielo, y lIsf se 10 deben a entender, Dabllnles de corner 10 que tentan. Dijeron Que en Jlellllndo los lIevltron de brazos 108 mas honrados del pueblo a la cesa principal, y dlerontes dos sill1l8 en que ee asenteron, y ellos todos ee esenteron en el suelo en derredor de ellos. Die. 22, Sto. Dom.-EI Almlrante mand6 dar el Sefior alllllna~ COSllS. y qued6 if y toda 8U gente con gran contentemiento, creyendo verdaderllmente Que habran venldo del c1elo, yen ver los crlstlanos ee ten fan por bienave~turados. Aquietados los primeros movimientos de terror, los espenoles paseben, de ser los blancos nocivos 0 peligrosos, a ser los blencoe o antepasados tutelares de los indios. Todo el aMn de los indios, desde este mornenro, habia de encamlnarse a un solo desrlno: a retener a los blancos consigo, a que se quedaren en el grupo social a que indudablemente pertenecran. Todo, quedendose, hebta de ser prosper! dad y ventura. Aplacados los manes, las coseches serfan abundantes y las muieres fecundas. No faltarfan los buenos temporeles a su tiempo ni los frutos a su saz6n. EI panteon de los dlfuntos se regocijarfa al umsono del regocllo del grupo social vivlenre . . Y, en cambio, si se marchaban, que les esperaba? Si trespasaban, marchandose, los Iinderos del grupo social, que era tembien el suyo, no podia esperarles mas que calamidades y desgraclas. Las poblaciones convecinas les recibirian de mala gana. Las lelenas con hostilldad. Los manes de los otros se trrttartan ante su presencia. No tendrfan quien les sirviera el debido alimenro. Y, si volvlan al cielo, a d6 convertirian sus olos los que quedaban en busca de protecci6n? Die. 21, Sto. Dom.-EI Almirante Ies di6 cuenras de vldrio y sortllea de laton y csscebetes, no porque ellos demandasen algo, sino porque Ies parecta que era rezon , y sabre todo (dice el Almirante) porque los tiene ya por cristienos y por de 108 Reyes de Castilla mas que las gentes de Castilla ... Pertlose de alii el Almirllnte para los nevios, y los indios deban voces, asi hombres como muleres y nlfioa, que no se fuese y ae quedesen con ellos los criatianos. Die. 21, Slo. Dom.-Y antes Que se pertlese vino d III playa tenta genre que era espenro, hombres y muieres y nifioa, dando voces que no se fuese aino que se quedaee con elloa. Los mensaleros del otro Senor, que hllb(a venido d convldar, esteban aguardendo con cenoas porque no se fuese sin ir aver el Senor, y llS( [0 hlzo. Nov. 6, Cubll.-Visto como no tenten recaudo de ciudedes se volvleron, y que si quisierlln der lugar a los que con ellos ae querfen venir, Que eren mas de quinienlos hombres y rnuleres vinieran con ellos, porque penaeban que lie volvlan al cielo. Como a dioses inmortales adoraban los indios a los blancos, como a manes inquietos los egeseteban y servtan. Y al verse abandonedos -29de Col6n y sus companeros, ee sentten tan solos que quisleran tornarse eon ellos ill cielo de donde procedlan. EI prlmitivo concibe el mundo como una catedral reducida a su territorio, 0 como un domo cuya boveda descanse sobre el circulo de su tierra y de su mar. EI cielo, POf tanto, no es el firmamentoinmenso, sino su cielo, el que cobila su territorio. De el venian los blencoe, del seno de susnuertos. Y allt, en un anhelo de ansla y arnor a su terrufio y a su pueblo, alii querian volver a anuder mas los lazes de convivencia y amor con sus familiares y conocidos, nunca desatados por la muerte. «Vlnleran con ellos, dice Colon. porque pensaban que ventan del clelo». Y dlce bien, con la fidelidad posible, adivinando parte del senlimiento de los indios; cuyo cielo no era el cielo, ni cuyo mas alia era el mas alia del Almirante. EI cual habla llevado, soplando en las plumas volucres de sus carabelas, el esplrltu tambien ensonedor y quirnerico de la tierra de los blancos. IV A rafz de la prlrnera eonversaci6n y rrato de Colon con los indios empez6 a trabalerle el animo el enigma de carib; nl pudo desenredarse de la obsesi6n durante todo el viaje. Col6n era hombre sosegado y tenta un aspecto positivo muy lrnportante en su carzicter; pero no era suya toda la culpa de que se Ie hubiera ido engrosando y aflrmando la obsesi6n. Es que los indios no Ie hebleban de otre cosa: que en hablarle de ello concurrian los de rodas las isles: y que los de dialectos notoriamente diferentes ernpleaben para 10 mismo la misma voz radical con llgeras verientes. «Deb en ser genre errlscede», se deere a sf mlsrno ingenuamenfe. Yen otra ocaslon anunclaba a los indios que los reyes de Castilla mandarfan destruir a todos los caribes. Y, como les heblebe POl' eenas, juntaba arnbas las manos para dar a entender que los reyes, sus senores, apreserlan a los ceribes, y, eradas las menos, los suletartan a su poder. Die. 26. Sto Dom.- ... diz quel cornienzo fue sobre habla de los de Cenibs, quellos Haman Ceribes. Que 1011 vienen Ii torner, y tr een ercoa y flechas sin hierro, que todae equellas tierres no habia memoria del y de acero, ni de orro metal, aelvo de oro y de cobre, aunque cobre no hebie visto sino poco el Almirente. EI Almirente Ie dijo por sefiae que los Reyes de Castille mendertan des truir a los cerlbes, y que 0 todos ee los mandertan traer las manos etedes. Mendo 'el A.lmirllnte tirer una lomberda ... Enero 13, Sto Dom.-Dice mos el Alm., Que en las Isills paaedes esteben con gran temor de Cerib, y en elgunes Ie Hamlin Cenib«. peru en la Espefiole Carib,' y que debe de ser gente errlscede, pues anden por todes estes Islas yeomen la wente Que pueden heber. Es muy ameno el relate que hace Col6n de unos pobres indios, armados de ercos y flechas, con quien ropo en la costa de Santo Domingo. Di6 en pensar que aquellos eran los terrlbles caribes. Mand6 traer uno a le nave, el eual se dej6 arrasrrer sin ningun lrnpedimento. Estaba el Almirante tan obseido de su imaginaei6n, que haste supo ver en aquel infeJiz una «disforme acetadura». Lleveba la ·-31care tiznada de carbon. No cable dude: aquel era de los que corntan a los hombres Soltole al fin. Y, ernplumado como tbe la cabeze de plumas de papagayo, y depuestos erco y tleches, rnarchose el indio sosegadernenre. Iinero 13, Costs de le Espalia.-Envi6 III berea a tlerra .. y hallaron clertos hombres COil arc os y flechas , con los cueles ee par aron ti heblar, y los compraron dos arcos con muchas Ilechas , y rogaron d uno de elias que Iuese a hebler 121 Ahnirdllle la c-n abeta; villa. el cual diz Que era muy disforrne en III ecetedura mas que otros que hobiesen visto: tenia el rosrro lodo nznado de carbon, puesto Que en rode s partes acostumbren de ee tefiir' de diver sos colores; Irllia todos los cabellos rnuv IMgOS y encugidos y atedos atr es , y ccspues puestos en una redecill« de pluruos tie Pdj>ilgrtyUS. y el ilsi de snudo como los otros. Juzg6 el Almirante a que debra de ser de 10\3 y Ceribes que comen los hombres Colon escucho y euoto las siguientes voces, emparernadas entre sf y slgniflcatlvas del misrno sentirnlento: cdnib:J-canfbal-- canimacarib-caribe - caritaba. Unas veces entendia que se empleaban como adierivos. Orras como sustantivo y nornbre propio de gente, de olicio, de pais, de isla, de mar, de tierra firme. La mayor amblgtledad reineba en esto. La acepcion que, en efecto, mas prcdomlnaba era de nombre de gentes-los cMibes-que presteban su denominaci6n a determinados petses, y que te nian un modo y estilo de vida propio s610 de ellos, cruel e Inhurnano: 10 mas ceracrerlsrico era que comian a los hombres. Estes notes se articularon en la mente de Col6n en forma de concepto, oscuro e indistinto por 10 incomplete de elias; pero concepto. Colon nunca sinti6 10 de carib, y mucho menos a la menera de los indios, salvo alg-un que otro venial desliz al sentimlenro, como el ya enorado del terrible caribe tiznado de negro. Una de las notes que mas necesitaba para esegurarse en su elaboraci6n mental era la del luger. Hable que dar un soporte a aquellos carlbea., . Donde vivian? Con motive. de fijar un lugar y asentadero para los carlbes, empieza para Colon una aventura conceptual curiosa por demzis. Un vlale aventurero comienza para el concepto sin que el concepto se modificara g'ran cosa. Asi que la nave partie de Guanahani, los indios que alii tornera Colon cautlvos empezaron a temblar. jemes se hablen movido de su terruno, ni podian. Iamas se hebtan aventurado al mar y sus islas-salvo las mas vecinas-, poblado de ceribes, que discurrtan de un lado para otro. Seres fabulosos. segun decian sus -~2leyendas, de un olo en la frente y hocico de perro para comer a los hombres. Ademas, aquellos indios de las naves iban so el poder de unos hechiceros poderosos, mas que otros, porque hebtan podido venir de mas alto 0 de mas lelos. A. las preguntas de Col6n contestarlen los indios de las naves invariablemente: Nos va is a llevar a Caritaba, el pels de los hechiceros; es declr, nos vais a sacar del limite de nuestro grupo social? En la misma llnde del grupo comenzaba para aquellos Indios el poder de los carlbes. Esteban aterrados. Col6n lnterpretaba y respondfa le cuesnon como que las naves habfan puesro las proes hacia la isla 0 las isles de los Antropofegos-Ios Caribes-. La antropofagia en sf de los salvaies no Ie cogta de nuevas. Ya sabla segura mente de ella desde sus viales por el Africa ecuatorial. La primera isla de Caribes fue, pues, para Colon la' prlmera a que aboco, 0 sea, pasando por Samoet y Cabo del - lsleo, la isla de Cuba. EI concepro naeido en Guanahani el dfa en que los indios preguntaben a Colon si el y los espanoles eran carib, fue prlmeramente empujado hacia Cuba. Es esto 10 que llamamos el primer empuie del concepto, De aqut adelante comienza y proslgue un empular constanre del eoncepto, con la particularidad que, a medida que se ernpujeba mas, el sentirnlento correlativo expresado por los indios era mas poderoso, y, por ende, el concepto mas ejecutivo. Porque se daba una evolucion del concepto; que el cerebro se adapta a la htsrorle deviniente con rodas sus intensldades. En efecto; los indios, cuando se dirlgtan a Cuba con Colon, no temblaban como temblaron despues. Cuba debra formar parte, con Samoet, Cabo del Isleo, Guanehanl y otras isles, de una unidad racial lingUlstica y geogrdfica. La violencla del transito a Cuba no deblo de ser tan grande como un poco mas tarde. Pero al poner la proa a Santo Domingo, abandonada Cuba, aqut fue ello. Iban a una isla mas organlzeda y poblada; sobre todo, mas poderosa, y, por tanto, habitada por mas remlbles hechiceros. Cuba dele de ser para Col6n el pals de los Caribes. La Ceritebe por excelencia paso a serlo Haiti 0 Bohlo, que despues se lIam6 La Espanola y Santo Domingo. Como ya se iban acercando, Colon proteste, forrnalrnente, que no cree enreramenre en tales antropofagos y sus cosrumbres: y haste los interpreta mediante una serle Iimpia de concepros. Se rreterta de una tribu guerrera, afanadora de caurlvos por aqueJlos more". AliO, en fln, conceptual, como la trata de esclevos -33que el bien conocie. Con rodo, es sabroso observer el animo de Colon, afectado un poco de la grita y temblor de sus indios. En la llegada a Santo Domingo fllamos 10 que hemos llarnado el segundo empuie del concepto. Nov. 23. Costa de Cuba. nevegendo hecie Haili.- ... y sobre este-cebo encavalga otra tierra 6 cabo que va tambien al Leete, quien aquellos indios Que Ilevabe llerneban Bo/1{,), le cuel decian Que era muy grande y que habra en ella genre Que lenia 1111 ojo en la frenre; y otros que se lIamaban Cernbeles, a quien rnostreben tener gran miedo. Die 5. nsvegendo hecle Sto, Dom;ngo.-Desla genre [de 108 de la Esplliiola) diz Que los de Cuba 0 [uen e y de todes eeotres islas tienen gran rniedo porque diz Que comian los hombres a Llegaron d Santo Domingo. Los indios de las naves estaban y ternan que ester cada vcz mas apeg'ados a los blancos. Se habt an engolfado en los mares de los hechiceros-cerlbes y en poder de oteoe mas peligrosos. Su situacion era extrallrninar. Situaclon grave, sobre todo para volver a su propio pais, del cual habian salido violentamen te, sin los debidos ritos. EI postliminium se da muy leborlosemente entre prlrnllivos. Con rodo, no desrnayaban aquellos indios del inmenso poder de los blancos, aun-cosa extreordlnarla-c-pere volverlos al grupo social del cual estaban mtsticernenre desgalados. Slernpre vivieron, durante redo el viaie, sobre la promesa que les hlzo Colon de relnregrerlos a su isla. En Santo Domingo rrero Colon de buscar a los carlbes. Nada de 10 que vela le elernpllflceba el concepto. Pero sigulo oyendo hablar de caribes, con las misrnas seneles y la Insistencla de slempre. En Santo Domingo exislia una region 0 provincia, Ilamada precisamente Ceritebe en otras relaciones de Indias, y no mencionada .en el Diario de Colon. EI nombre de Ceriteba, apllcado a tal regi6n, procede segurarnente de un malentendido de los blancos. Col6n oirfa hablar de una region Cari!aba; es declr, regi6n perverse y hechicera, que, al decir de los Caciques, no debia dignarse visiter. Colon entenderia que se trataba del pais de los Carlbes, que caia hacia tal 0 cual viento. Ceritabe, pues, despues de haberlo sido Cuba y la Isla entera de Santo Domingo 10 fue una region de la isla. Es esto 10 que hernos llarnado el tercer ernpule del concepro. En Santo Domingo recogi6 informes el Almiranle acerca de una tierra inmense, y tamblen, como todes, tierra Caritaba 0 de cerlbes. Se trataba seguramente del Contineute 0 Tierra Firme, por primera -34vez nombrado por boca de europeo. La Gran Carltaba, pues ee aludfa a una tierra Inmensa y desconocida. En 1,:2 Tierra Flrme de America del Sur estuvo, pues, locallzado 10 que hernos llarnado el cuarto ernpule del concepro. Die. II, Sto. Dom,»- ... y perece dar 6 enlender eer tierre flrme ques aqut delras desta ESPB!folll. a que ellos Hernan Ceritebe, y que e~1CO:~1l infinite. Finalmente, ya a ultima hore, cuando las naves espanoles enfllaban hacla Oriente, de regreso, oy6 hablar el Almirante de una isla, habltada de caribes, que, por la prise, aunque se qued6 con ganes, no pudo visiter: Puerto Rico, la ultima Ceritebe, Hesta alll, en su quinto ernpule, hubo de lIegar el concepto de carib. Y fue sino del Almirante no resolver el enigma durante todo el vla]e. Y que le quedara oprlrniendole, con tal lntensidad, que le vitelidad del enigma, formeda y creclda la leyende, perslstlera despues de el por varios luengos slglos. Aun no hemos terminado las conslderaciones que exlge la lucubraci6n del termlno de carib. Forzoso es que nos ocupemos de una grave compJicaci6n que sufrlo el concepro, fraguada con los proplos recursos, mas bien sentimentales, a pesar de una sollda preparaci6n cientfflca, del Almirante. EI cual, como iba lIeno de las histories que se cuentan en los Iibros de Marco Polo y orros hlsrcrladores y vleieros, y no lIevaba otro norte en aquel viale sino enconrrer con la India, la China y los relnos del Gran Mogol, calentado el cerebro caliglnoso por estes lectures, dl6 en la idea extrafia y iinice, sobre que habfa errtbado a las costas de Asia, de Que estaba tocando a las fronteras rntsrnas del Gran Can, y que este pueblo, poderoso y guerrero, no podia ser otro sino el de los terribles Caribes. Tamblen Colon, en un proceso sentimental muy parecido al que usa la mentalidad primirlva, trataba de compaginar predicados incompatibles entre st a un mismo sulero. Y tan pronto tomaba por carlbes a unos pobres indios tiznados de negro, como se aseguraba ester a las puertes del Gran Can, que era como un Gran Carib. Tan grande era el deseo de lIegar a Asia, y tan grande la apetencia del senuelo Que Ie deparaban sus Iibros. Todo pasion, grande y poderosa, como para hacer 10 que hizo, con asombro de todos los nactdos. Oct. 21. Cabo dellsleo.-Por ende el el tiempo me da luger luego me parlirt~ 6 rodear esta isla heste que yo heye lengue con este Rey y ver ai puedo heber -35d~ eI oro qU2 dijo que tree, y deepues pllrtlr pllrll otra Isla grande mucho, que ereo que debe $er CiPllllf/O. segun las sefias Que me dan estoe indios que yo trlllgo, 4 la cual elias lleman [Cube] en la cuel dlcen que he neos y rnercentes muchos y muy grandes. y de esta isla otra que llernan [Bahia]. Que tambien dicen quia muy grande .. Mils lodrlvia tengo determinado de ir III tierre firme y la eluded de OuisnllY y dar les cartas de vueetres Altezas 1I1arlin Can. y pedlr respueata y venir con ella. Oct. 29. Cuba -Y entendre el Almirllnte que alii venten naoe del Oran Can. y grandee ... Lunes29de Octubre. -Alz61l1s anclas de aquel puerto y naveg6 al Ponlente para ir diz que a III eluded donde Ie parecla que le dectan los indios que estebe equel Rey. Nov. 1.°, Cuba. - Yes cierto, dice el Atrnirente, questa es III nerre flrme, y que estoy, dice el, erne Zeyto y Ouisney, cien leguas poco mas 6 poco menos lelos de )0 uno y de 10 olro. (Esta algarabfa no entiendo yo. afiade Las Cases). Nov 27, CoS!i.I de Cuba. neveeendo hecla Hairi-Toda III genie que hasta hoy h,1 hallado diz que tiene grdndisimo t ernor de los de Ceniba 6 Cenime , y .dtcen que viven en este isla de: Bohio [Haiti], III cual debe de ser muy grande. segun Ie perece, y ereen que ven a tr.mer a aquello s IlUS tierras y cases , como sean muy coberdes y n () saber de ermes, Y a esta causa Ie pareda que aquellos Indios que Irdid no suelen poblarse 1<1costa de III rnar , por ser veclnos esta tierra, loa cueles diz que despues que le vieron torner le vuelte de este tierra no podlan hebler te miendo QU'~los habian de comer. y no les podCII quitar el ternor, y deeten Que no renien sino IJn oio y la cere de perro, y crete el Atrnirante que debtan de ser del sefiorio dod Gran Cen, que los ceptlveben. Die t t .sto Domingo. _.y asf lorna a decir como otres veces dije (dice il). que Canibe no es orre cose slno le gente del Gran Can, que debe ser lIQui muy vecino, y tenia navios y veruen a capnvertos. y como no vuelven creen que los han comido. a a a a Qulsiera rornar los olos, a manera de plaisanterie, a la gente que iba con el Almlrante, sobre todo a la de mas bela y vulgar condlcion y, a los indios. Los cuales no podrian calificar de algarabfa. como Las Casas, el galimatias aquel que berelaba Colon en los nombres de Gran Can, Zayto, Clpango y Guisnay. Y me lrnaglno que el Gran Can 10 figurarian por ventura aquellos hombres como un grande can, y que asociarfan su figura con la de los ceribee dotados de hocico de perro; con que a pies luntlllas concordarfan con su Almirante que el Gran Can no podia ser orro sino el Gran Carib (y esto ya de su propia cosecha), rodeado de sus carlbes, ecuclados todos del ansla canine de devorar a los hombres. Antes de ebandonar 10 de carib, para agotar rodes sus consecuencles, forzoso es que anotemos una febulaclon antillana, no menos interesante , y a todo 10 anterior estrechamente emparentada, Los primitives, no pudiendo excluir al sexo como caregorta ineludible, hecen sujeto de le mayor parte de los sentlmlentos y -36mitos derivados de la hechlcerte el sexo vlril. Los agentes de III hechlcerfa suelen ser hombres-hechiceros-; al contrarlo de 10 que ocurrfa en la Europa medieval, donde soltan ser princlpalmente muleres-ebrulas-«. Ademas, en las fabulaclones de los prlmltlvos la hechlcerfa viril suele estar fliade en un situs determinado y fabuloso: las Islas 0 pafses de 108 hechiceros. Pero Inmedlatamente, 0, rnelor, a) proplo tlempo, surge otra fabulaci6n parelela, en que se busce un .correlate teurglco de la hechicerfa mascullna: las Islas 0 palses de las hechlceras. En la Europa medieval, concretados todos los hechlceros, por sumaclon 0 por subsunci6n en uno solo: el demonlo, le pluralidad qued6 5610 reservada para su correlato: ICl8 brutes. Y las brutes, acrecentando su importancia, representaron en Europa a roda la hechicerfa. En rigor, la fabulaci6n de la hechiceria femenlna es, ante todo, como hemos dicho, un correlate teurgtco de la masculina, surgtdo a le luz y al calor de la representaci6n del sexo: la cual es una consrente que estate junto a rodes las variaciones posibles de Ie fabule. Junto a los Centauros rivalizan slernpre las Amazonas. Los hechiceros suelen ser hombres-monstruos. Las hechiceras no. Y es que el sexo es en 10 femenino una dominante estructurel, en todos los ordenes, que no tolera ninguna modificaci6n en la estructura. La nota extraordinaria que se aplica a las hechiceras es siernpre en su estilo de vivir. La segunda fase que se da en la correlaci6n de ambas fabulas es la del comercio sexual entre hechiceros y hechlcerae. Los hombres van en ciertes epocas del af'io a tener comercio con las rnuleres: las cueles, para mantener el grupo excluslvamente fernenlno, matan 0 expulsan, al nacer, a rodos los varones .. Esto, que es una exigencia peculiar de le fabulaci6n, pudo ester corroborado por la costumbre del lnfantlcidio parcial en las soclededes inferiores, en las cuales se practica secrtflcando con preferencia en unos lugeres a los verones y en orros a las hembras. En el mar Carlbe, y ye a los fines del vlele, aprendio Colon la tabula de la Isla de las muieres. Tenfa su nombre: Matunino. Las mstunlnas, sus habitadoras, eran muleres que vivian soles, sin hombre ninguno en su isla: solo habfan comercio sexual, en una epoca del ano, con los Carlbes, hebitadores de una isla cercana (Isla de Cerib.). Las matuninas, en 16 epoca de la pariclon, expulsaban al nacer a todos los varones. En su conducts estaba su monsrruostded y no en el cuerpo, est como se cuenta de las Amazonas. Las -37 cueles no tertian nlnguna deformidad de nacimiento, pues la mutllaci6n de un pecho que se hacten era algo puramente artificial. Los ... Cenbes, en camblo, segun ya sabernos, eran monsrruos y hechiceros; est como 10:, Centauros, los hombres-medicina; es declr, hechiceres, de las fabulaciones medtterranees. Enero 6. navegando.Leste habra una isla adonde personas Enero Tambien diz Que supo el Almirante que alii hacia £1 no habra sino soles rnuleres, y esto diz que de muchas 10 sabia. 13. COSI,?8ndo Sto. Dom.r--De le isla de Metlnino dijo aquel indio que era toda poblede de muleres sin hombres. Enero 1/5. Coste de Sto. Dom.- .. Y Que de alii se perecia la isla de ell08 [de Carib], Y que lenia deterrninedo de ir a alia (a Carib: Puerto Rico], puee e816 en el camino, y d la de Matinino Que diz Que era poblede rode de muleres, y ver la una y la otra, y tornar diz algunos dellos Bnero 16. navegandD.-- . dlz Que era cierto Que IllS habia [muleres eoles en Mafinino]. y que cierto tiempo de) afio venien los hombres II elias de la dicha lale de Carib, que diz Q!Je estebe dellas diez 6 doce legues, y si perten nifio enviiibanio a III isla de los hombres, y ai nina delabanla consigo En le epoce ell que Colon oyo la fcibula de la Metunines, la Isla de los Carlbes era pard el Puerto Rico, que solo vlo de leios y no pudo visiter. Dz le isla de Matunino no obruvo sino muy vag-as. notlclas. Ya era tarde. EI viaje se habia alargedo y no podia dernorarse mas. Por entre ambos Isles, febuloses para el, paso sin detenerse, con el anhelo que inspira la fzibula sentida. Y como sornbras leblles, que no se puede apresar, se esfumaban para el en el mar tenebroso y luciente, que con tantas emociones Ie habia trabajado. Pero, como ocurre con las irnagenes que dlsetia la fabula, al calor de la emoci6n, sottando, recordando, los contornos del milo se Ie volverfan a destacar y a rornar bulto en sus alucinaciones de hombre entre dos mundos, por su obra; pero tamblen entre dos mentalidades, por eu epoca. v La lmpreston que Ie produce al Almlrante la neturaleza arnertcana, es de deslumbramiento. No halla palabras para describirla; s610 se slente acongojado, y hombre el mas penado del mundo, por no poder conocerlo todo, y dar cuenta y raz6n a los Reyes de todo cuanto ve. Es en el Dierio del Primer viaje donde podernos seborear la primera descripci6n de la naturaleza americana, que tan larga descendencia habfa de tener mas tarde en la bella literature arnerlcanlste de Europa. EI verdor, el aroma de los bosques, el canto de los pajaros. las bandadas de pepageyos que oscurecen el aire, las maneras inflnitas de arboles y frutos, 10 blando y acertctador de los aires ...• le tlenen como transportado. Oct. 21. CBbo dellsleo.-Aqu( [son] unliS grllndes laguna~, y sobre e/llis y Ii la rueda es el arboledo Ii meravilla, Y llqU( Y en toda IIIishl son todos verdes y las yerhes como en Abril en el Andllluc(ll; y eI can tar de los pajaritos que perece que el hombre nunce se querle partir de aqut, y his menedes de los PllPlll1ayOS que oscurecen el sol, y las aves y pa/llritos de tentes maneras y tan dlversas de las nuestrea que es una maravilla; y deapues hll arboles de mil meneras, y todos de su menera fruto, y todos huelen Que es marevllle, Que yo estoy eI mlis pen lido del mundo de no los cognoscer ... Pasados los primeros momentos de impresl6n ofuscadora ante la lngente nerureleza, hece el Almirante una observaci6u de tnteres. En aquelles Islas no ve bestias de cerge ni domestlces de ningune clese. Esto daba una flsonomfa especial a las tlerres descubiertas. No podia eospechar que el caso se habfa de reperlr en el inmenso continente, tarnblen insospechado, a cuyas puertas ecebeba de lIamar. En trueque a las doradas leyendas con que America regelo a Europa, por obra de europeos.v-de Europa fue lIevado a America, en las beetles dornestlcas, y de andar y trabalar, como un ameno, divertldo y moviente ap610go. Col6n no vi6 sino pepagayos. Ovelas y cabras y asnos y caballos y vacunos habtan de poblar equellas tnmensldedes bien pronto; y Col6n contribuy6 no poco a ello. Oct. 16. Fern8ndiml.-BestiliS en tierre no vide ningunll de nlnguna menera, salvo pllpagllYos y Illgartos; un mozo me dilo que vido una grande culebra. Oveles -39nl CDbrDS nl otre mediodfa; mas sl bestie vide; eunque yo he est lido muy poco, hobiese no pudleraerrar de ver algune. ningul\l! IllS que: ell Luego de hablarnos del peisale y papeg ayos , entre a hablemos Colon del patsunale. Lo uno lleva a 10 otro. Colon nos dice, acerca de la meuteltde.l. vlvlenda y vida de los indios, poco, pero valtoso. Es preclso que nos detengamos en ello. haciendo resaltar aun el menor indicio. Hey en el Diorio varies expresiones ingenuas en que el Almirante dice, a su manere, algo que podemos interpretar como directamente si'sniflcativo del estado de mentalidad de los indios. Con avldez buscarnos dos notas esenciales de le mentalidad prlrnltiva: el est ado prernttologlco. cuanto a 10 social, y el preloglsrno, cuanto a la mertalidad primitiva en st. Lo primero 10 indica con una expresi6n definida e invariable. «No les conozco secta ninguna», suele decir Col6n. No tienen secte. Es decir, no habia entre los indios ordenamiento ninguno de representaciones mitol6gicas artlculadas. Esto, con Jig-eras atenuecionee, sobre to do en :::.anto Domingo, se podia decir, en general, de todas aquelles Islas. Colon acogte la observacion con alborozo. En efecto, la formula que entrenabe la observecion: la carencia de sects, habta sido elcanzade en virtud de una interpretaci6n religiosa tnmedlata-. mente erigida el motivaci6n. La carencla de secta no s610 facilitara la predicaci6n del crlstlartlsrno, sino que ani mara y exhortera grandemente a ella. Tell era el programa que presentaba a los reyes. Los indios no tienen secra nlnguna: se rornaran crtstlanos facilmente. Oct. 16. Fernendins.r-Ro les con Oleo secre ninguna, y creo que muy presto lie rornertan cristlenoa, porque ellos son de muy buen entender Cuanto al caracrer proplo y distintivo de la rnentalldad, el caracter prel6gico, 10 de a entender el Almirante mediante una asociaci6n conceptual acerrada, bien slgnlflcatlva de su flnura de observaclon. Por ella llega a una formula exprestve: «fuera de razon». Doqulera que Col6n la ernplea se reflere paladinamente a ese prelogismo que tanto nos preocupa y que nos lleva a buscerlo en rodas las manifestaciones de los primitivos. La asoclaclon a que me refiero es le desnudez, de una parte, la indefensi6n y la timidez de los indios, y, de otra, un deficit sorprendido en su mentalidad conceptual. «Cobardes-dice-y fuera de rezon». Yen otra ocasi6n: «pues eran ermados, serlan gente de razon». EI Almirante veta nebulosamente que el estado conceptual de los pueblos de historia, no podia darse entre gente inerme y desnuda; y -40que el elerclelo pleno de la raz6n no podle darse tampoco sino arranceba de una audacta, como contra natura, lrnpuesta por la neceelded y encauzada por la guerra; que s610 del choque de le guerra podia brotar el progreso; que s610 en medio del debate y Ia collsion podlan dar los hombres en Ie flor y exrrene novedad de explorer a la neturaleza y someterla a leyes que en sf no tiene. EI prlmtrlvo, en realldad de verdad, no conoce la guerra. La tecnica de la guerra ee la tecnica de la caza. No hay guerra. Aquella gente pacifica y escasa (a pesar de las apariencias) que en tierra abundante vivfa en una sobria abastanza, habfa de ser (y nunce especulador clennflco IIeg6 a tal fuerte expreslon) «fuera de razon». Bnero 13. nllveglmdo.-Y Que si no son de los Cerlbes [dice el Almiranle]. al menos deben ser fronteros y de las rntsrnas coeturnbres. y gente sin miedo, no como los otroa de las otras islas. Que son coberdes y fuera de rezon. Oct. 14, OUlInahiwf.-Todas [las leles] son muy llenes , sin montefles y muy firtiles, y rodes pobledes, y ee hecen guerra III una Ii III otra, eunque estoe son muy sfmpllcee y muy IIndos cuerpos de hombres. Nov. 23, nllvegando heci« 810. Dom.- ... la cuel [SIO Dom.] decten que era rnUY grande y Que habia en ella gente Que tenia un ojo en la frenre: y otros que se llemeban Canfbelea, 6 quien moslraban tener gran miedo, Y clesque vieron que lIe'va este camino, diz que no podtan hablar porque los cornfan, y que son gente muy armada. EI Almirante dice Que bien cree que hebte algo dl~1I0.mas que pues eren ermados serf a gente de rezon. EI regimen social de aquella gente era, en efecto, el que corresponde a una tal mentalidad. Era el de la familia extense, a manera de clan, que vlvla en una sola choza, y se mantenfa y perpetueba a base de la comunidad de tierra y de las muieres. En rodo el Diario no hay ni una sola indicaci6n de propledad de la tierra; y una sola-en Santo Domingo-de muler suleta a marldo: que est, al menos, 10 entendieron los espertoles. No habla pueblos grandes, sino pobledoe informes de pocas chozas. Las chozas (que Col6n llama casas) enormes, albergue cada una de rnucha genre. Esto extrano mucho a Col6n. Entendi6 que en cada choza vivfan descendlentes de uno solo. Y hublera entendido casi bien, si hubiera sospechedo la promiscuidad que dentro reinarfa de cierto. En cada choze varlas lurnbres, indicadoras de una divisi6n interior, Y. junto con esto, varies cameres de diffcH interpretaci6n. Nov. 29. Cuba. costeando.-Crey6 el Almiranle que debte de ser de algunos princtpeles del linele, porque equelles cases eran de rnanere que se ecogen en elias mucha g'ente en una sola. y deben aer parlentes descendientes de uno solo. -41Oct. 30. CUb6.-LllS CllSIIS diz Que eren YII mas hermoaes que los que hllbfan vlsto, y creta que cuento mas ee Illleglllle a la tierra flrme que serten melores. ErAI' heches A manera de alfaneques. muy grandest y perectan tiendas en real sin conclerto de cetles, sino una l1Cl! Y orre aculla, y de dentro muy barrldas y Iimpiea, y sus aderezos muy comDueslos. Todas son de rernes de pelrna muy hermosea. Nov. 6. Cuber---Y le diieron c6mo hebtan andado doce legulls que hdb!a hasla una poblecion de cineuenta casas. donde diz que hi1bid mil vecinos porque vlven much os en una ceaa Estaa ceses son a menere de llHaneques grandlsimos. Oct 17. Sifn1oef.-Lll gente rode ere una con los orros ya dichos de Ilss mismas condiciones. y as{ desnudos y de le misma esteture. y daben de 10 que tenlan por cuatqulera cose que les diesen: y aquf vide Que unos mozos de los navfos lea trocaron azagdyas por unos pedezuetoe de escudittes rotaa y de vidrio, y los otros que fueron por el ague me dileron c6mo habran estado en sus casas. y que eren de dentro Inuy berridea y limoiee, y sus cernes y paramentos Que son como redes de al~rod6n: elias las ces as son iodas a manera de alfaneques. ettes y buenos ch rneneas (1). mas no vide entre rnuchas poblecionee y muy que yo vide ninguna Que pasase de doce haste Quince casas. Aqur fallaron que les mul~rea cesedes trolon br,lgas de alg odon, IllS rnozes no. salvo algunee que eran YiS de edad de diez y ocho efios. EI regimen de comunidad de la tierra. en las soclededes inferlores, lleve conslgo el de la comunidad de las muteres, por el intermedio del labcreo, por las muleres, de la tierra. 0 a la inverse, que ee 10 rnlsrno. Quiero decir que se trata de dos sistemas de comunidad uniformes y co-relecronedos, en que no se de antes ni despues. Lee muieres, prlncipio de fecundidad, son un tabu humano de fecundidad. Aslmismo la tierra fecunda. La tierra da sus frutos; y la tierra tambten, segun los mitos de los primltlvos, puede dar hombres. Se esrablece tnmcdlatarnente una participaci6n entre ambos tabus del rntsrno genero. S610 10 fecundo obra sobre 10 fecundo. La tierra 5610 podra ser lebrada por las rnuleres. De ehl una divisi6n del trebalo a base del sexo. La cuadrllla de las rnuleres, pertenecientes a un subclan, sale, con sus crlas, a trebelar al campo. Este trabaler ha de entenderse muy sornero, de rnanera que no lrnplique transfarmaci6n de la tierra. Labores de recoger epenes, como las que con otras fciciles slguen perpetuadas en las muleres, en las sociedades agrfcolas modernas: esplgadoras, aradores, escerdedores, epanedoree, etc. Las labores fuerres de descualar y abatir arboles, de alumbrar egues, las hecen los hombres. Las muieres, al volver a la choza se recogen, en CUiSdrilla, a una parte de ella. Tendran su camara aparte. La divisi6n prtmlttve del trabeio exige el trebalo en comun de las muleres y la (1) Coronlllae de pale: no humeros. -42comunidad de las muleres. Los hombres busceren, para ernparetarse, no a una muler determlnada, sino a una cualquiera de las Que se recogen a la recdrnera de las muieres. Las muleres indies usaban el iinico indumento (Que propiamente no 10 era) Que vi6 Col6n entre equellas gentes. Se trataba de un triangulo y zona de algod6n, suleto ala clntura, con que cobllaban los pudenda. No es un triiingulo de pudor, cuya representecton no podtan heber aquellos primitlvos. En tal ceso useren las breges los hombres antes Que las muieres: pues ee sebldo Que las rnuleres se tapan en su natural belleza, y el pudor les es irnpuesro, en las socledades mas evenzades, por clerres represenreclones de origen virll. Se tratabe de un triangulo mlsrlco, Que hacta relaclon a la funci6n del sexo en el grupo social, a la proliferancia del grupo y a le fecundidad de la tierra. Los hombres iniciados se tatuaban 0 pintaban. Las muleres, Que 10 eran, se ponlan las bragas 0 braguetas. Lo Que es dificil de adivlnar es si la imposlclcn del tridngulo de algodon era ocasionado por III menstruaci6n 0 por el perto. Desde luego, nunca por el desflorarniento: fen6meno, mas bien social, que, juntamente con el valor de Ie vlrglnlded, tard6se mucho en haber conciencia de ellos, Tarnpoco el preftado, como menos visible Que el parto, debi6 de influir mucho en III edopclon del distintivo, 0, por 10 menos, tanto. Lo Indudable es que las muchachas impuberes no 10 usaban. Este, como orros dlstlnnvoe de las rnuleres, no slgnlflca proplarnente lnlclecton: la cual no ee da en las rnuleres como en los hombres. Significa, senctllemenre, comlenzo en la funci6n (prlmerlzes, no lniclades). Tal ee, al menos, eJsentido de la circuncisi6n 0 de la subincision entre 108 primitivos; las cueles son operaclones rntsrlco-socleles no realizables sino en los hombres. En la choza no habra lugar para el Iefe del pobledo: el cual, ai tal vez tlene muleres proples, tendril tarnblen su prople choza. Habra, empero, otra lumbre y camera para los hombres iniciados en la organlzeclon roterntce. Son los hombres del grupo social, los que cohabitan con las muleres-trebeledoras, los Que se dedican unlcamente a la caza y a la pesca, y a las labores fuerres e infrecuentes de la corte de rroncos y construcci6n de canoes. Muchos dtes del aftolos dfas nefastos-Ios peseran la barrtge al sol 0 la cebeze a le sornbra, sin hacer nade. A veces se hecen guerra con los de orros grupo, usando la mlsma tecntca Que para la caza. Usan clertes armas rudlmentarias de cane y vare. Van de continuo completernente desnudos. -43Y habra otre camare Y tumbre para los mancebos no iniciad08. Y otra para las rnozes Impuberas; las cuales, como nos dice Col6n repetldamente, no usan de las bregas. Y tal vez los mozos trnpuberes de ambos sexes, delados de las madres, despues de la crlanze, anduvieran juntos. Porque en las socledades prtrnitlves, siendo indeflnidos los ltrnites entre la muzrte, el nacimiento y la vida (10 iinico deflnido es la iniciaci6n, que es para ellos e) verdadero nacimiento), los mozos y mOZdS debian de an dar casi indiferenciados durante algun tlernpo. De donde se deduce que la pubertad debia dcspertarse en medio de aquella inocente promiscuidad de los mas mozos. Y que tal vez fuera el parte el hecho visible que retirara las mozes a la recamare de las muleres. Oct. 28. Cuba.--S/Jltc; el Almirllnfe en III bares y fue 6 tterre, y lIeg6 6 doa CIISIIS Que creyo ser de pescedoree y que can temor se huyeron, en una de Ilia cueles h,,116 un perro que nunce ladr d, y en arnbas ceaes h.,116 r edes de hilo de palma y cordeles. y anzue a de cuerno, y flsges de hueso y otros IIparej08 de pescer , y muchos tuegos dentro, y crey6 Que en cada case ee iunten muchas persones: mando que no se to case en COII/J de todo ello, y asi se htzo. Die. 3. Cuba.-Vide una calla herrnose. no rnuy grande. y de dos puertes, porque nsf son todas, y entre en ellll y vide una obra mereviltose, como cameres heches POl' una cierte manera que no 10 sebrte declr, y eolgado del cielo del/all cerecotas y ofrlls coaes. Die. 21. S10. Dom;-- Son Bsf desnudos como su madre los pari6, asi muleres como hombres. que en las "tras tierras de III [uana, y las otras de las otres islllS, trarlln IllS muleres detente de sf unes COSIIS de algod6n conque cobijon eu nature, Ianto como una breguete de clllzllS de hombre. en especial despues que pesen de zdad de doce i1fios. mas aquf ni moze ni vieia. Oct. 16. Fernandina .. Y aun en este iste [de Fern/Jndinll] vide panos de 1Ilgodon Iechos como mantillou, y III genie mas diepueste. y IllS muieres treen eor delente 5U cuerpo una cosua de algodon Que escesernente lee cobiie su nature. Ella I!S islll muy verde y Hana y :'ertllfsimd. y no pengo dude Que todo el dilo slembran panlzo y cog-en, y IIsf todas otras COSIIS. Las chozas y pequenos poblados extranaron a Colon, y los dele bien anotados en su Disrio, Lo que verdaderamente excite 15U curiosldad, a punto de senaler varies conleturas de explicaci6n, fue el grendor enorme de las chozes, que el lIamaba casas, y la divisi6n interior, «por modo rnarevilloso», en departamentos y fuegos. Nada recordaba parecido en [1 lnguna parte, y adivin6 en ello el regimen de 1.:1 familia exrensa. Ni es esto de 10 menos atinado de 5U Dierio, bien que sea necesario ante 105 vagos lndicios (y no podlan ser de otra manera), apurer bastante la llberrlma interpretacion. VI En las soctedades inferiores ocurre que ICI unica individualidad verdederamente deflnida es la del grupo social. Porque 5i vertos indlvlduos concurren en una acci6n de manera que todos sean causa Inconsciente de un solo efecro, los individuos rodos han de ser conslderedos rnelor como un solo individuo; y eslo, aun para el observedor conceptual. S610 el grupo social, como universal y permanente, alza la mayor parte de las contradieclones de lcs slnguleres prlmltlvos. Fuera del grupo social apenas se dan individuos propiamente dlchos, Son suletos actuantes en un ambiente inrerno de inconsciencia, en que se berelan las participaciones de los irreductibles; los cueles 8610se explican desehogadarnente en el grupo social. el conciliator oppositorum, el verdadero y unico individuo. Porque como la unice representectcn que se da es la colectiva, estl) tiene su centro en el grupo, y s610 en el grupo. Y si Be me replica que no puede heber conciencia sin 6rgano, dire que aqul 10esenclal para le Indlvidualidad colectlva es el caracrer colectivo de le represernecton lnconsclente, por mas Que no pueda predicarse de una verdadera conciencia, y sf &610de una infraconeiencia. EI individuo singular primlrlvo se nos menlfleste como un compuesto en quien se berelan, a su vez, varies individualidades inconscienciales, compeginables 8610 en virlud del principio paral6gico de particlpacl6n. Una de las lndlvldualidedes es la de la persona-ego, hie et nunc-«. Orre es la del entepesado, cuyo nombre lleve, por elemplo, el abuelo. Otra es la del totem. Otre, y la mas diffcil de comprender es, tal vex, el alma selveje, 0 besne errente de la selva, Indeterminada y clerta, con quien se cree identiflcado. La representacton del Yo pare el primitivo lIeva conslgo 16 pertlclpaci6n de la esencia de esas tres 0 cuetro elmes: las cueles no delan de ser dtstintas aunque sean pertlclpentes. Por elemplo, el entepasedo ha reencarnado en el nacido; perc no dele por eso de seguir flgurando entre las animas de los difuntos a quien se lnvoce y teme. EI totem es la esencia mfsnee de una especle animal vegetal: ° ~-45con todo eeo, Y sin delar de serlo, es enteramente participada por el primitivo. La bestia errante por la selva ee a un tiernpo ella y el prlrnltlvo, fulano 0 cltano, que con ella partlclpa, y nace Y muere con ella. Los Bororos del Brasil declan a un zxploredor que ellos eran ersres (papagayos). Otros prlrnltlvos dicen impasiblemente que son nutrias. Otros que son peces. Otros que alguna especie vegetal. Se sienten intirnarnente unidos con su totem. EI totem unico 10 Imponc el grupo fllzindose en una especle conviviente en el medio fisico. La contradicci6n respecto del grupo no es muy grave; porque al fin y al cabo se trera mas que de nada de una confusi6n de oblero y suieto: de una comunlon fntima, con el obieto predominante, por la convlvencie Y porIa necesidad. La contradlccton es solo de primer grado, que va de especle a especie. Cuando nacen las grandes contradicciones es cuando ;I08 indivlduos stngulares Identiflcen su individualidad con la esencla especlflca de su totem (contradiccton de segundo grade), dando acogida, edemas, dentro de su infraconciencia participatoria, a identificaciones con los antepasados, solo viebles en el grupo universal, y a identificaciones con beetles singulares, solo justificables de espe- de a especie. La partlcipacion en el totem no solo se siente de un modo constante e irrevocable, sino que, adernas, se corrobora por determinedes costurnbres y se exalte con ciertas ceremonies. El primitivo que se viste la piel de un animal, se creera convertido en el. Y 10 mismo el que se cine a le cebeza el plurnale de un paiero. Los indios, que prlrnero vi6 Col6n, lIevaban a la cabeza redecllles hechas con plumas de papagayos. Adernes, de la isla de Guanahanf, dice expresamente el Almirante: «Ninguna bestia de ninguna manera vide, salvo papagayos, en esra isla» (12 de octubre. San Salvador). EI totem de aquella isla, como ya hemos apuntado, serf a muy probablernente el papag ayo. Las representaclones colecttves, sugertdas en Guanahenl, respecto de los blancos, tuvieron una importancia declslva durante el resto del vlale. EI vehiculo de ellas fueron los indios de las naves, Las poblactones de otras islas , con quien entraban los espanoles en contacto, verificiibanlo, ante todo, POl' intermedio de los indios guanahaneros; y, naturalmente, se sentlan propicios a aceprar incondlcionadamente, como ya heches, las representaciones de estos acerce de los blancos. Lo lnsollro que les llegaba, lleg aba ya interpretado. -46No se eceprabe le Interpretaci6n en vlrtud de la tendencle economtce a no hecer dos veces 10 Que estef ya hecho, ni cabia tal tendencia: sino que los indios de las naves venian mfsficamente unidos a los blencoe: 10 que decian era puntualmenre aceptado, tanto mas cuanro que 10 declan en un lenguaje y repJ"esentaciones intcJigiblcs para todos los indfgenas. SI los indios de las naves iban grltando, como una buena nueva: eel blanco ha lIegado que desea y pide papagayos», es Que creian que el papegayo era el totem del blanco. Y 51 el blanco Ilego a su grupo social venldo del cielo, es decir, del cielo de su grupo social, es que creten Que el blanco y su totem perrenecren a su grupo social. Probablemente, el atribuir el pepegayo el totem de 105 blancos no _procedia de haber esros manifestado predileccl6n por un ave que ya conocfan-Io tinlco que no podia exrrertertes en el Nuevo Mundo-; sino de que los indios, espontaneamente, atribuyeron su totem a los blancos aparecidos de su totem y de su grupo, Colon IJeg6 facilmente a convencerse de que el papagayo era, en efecto, su ave preferida. Asi debi6 de ser, 0, por 10 menos, Que alguna partlcipaci6n mfstica habrfa entre Col6n y el totem, eso creertan los indios guanahaneros de las naves. Como desembarcaban en otres Isles, el instante daban a entender Que el Almirante deseaba papegeyos; con que de todas partes Ie ecudlen con papilgayos en of rend a: los cuales derten a las naves un aspecto plnroresco, y la algarabia de un canedal. Afiade Colon que se los trafan sin querer nada por ellos. Y es que, celebrando una ceremonia en le of renda, solo hablan valor para ellos las relaciones mtsncas Que por la of rend a se esrableclen. Oct. 12. 811n.81JIvlJdor.-N03 tr/'lilln pIIP!lg-lIyos y hilo de alg-odon en ovlllos y aZlIlfdYdS. Y ofr~s COSdSmuchaa, y nos 11'15 rroceban por olrllS COSdSque nos les dab/'lmos. como cuenteclltas de vidrio y ceecebeles. Die. 1:5. Sto. Dom-Y porque los indio" que trllCIl en el nevto tentan enrendido quel Almirllhte deeeeba tener IIlgun Pllpttlfl'lYo, parece que equel indio que ibll con los crietlenoa dtloles IIlgo deSIO, y IIsf lea treieron papl'lgllyos y deban cuanto lea pedien sin querer nada par ello. Die. 2:5. 810. Dom.-Despues el rey di6 6 ceda uno unoe peftoe de 1I1lfodon que visten IllS muleres Y PIlPlIlfllYOS para el AlmirllIJte y clertos pedezos de oro. No dudo en repetir ehore algunos conceptos vertidos ya en el capitulo segundo, el relater las Impresiones del primer die, de blancos y colorldos, ernpliando algunas noclones de que allf epenas -41dispontamoe. Todo 10 alii turbio, 0 demasiado esprlrnldo, quedara aqut eclerado perfectamente. Segun los Indios de las naves. el pepegayo, como totem de los blancos, serta, en representacion inmediatamente derlvada, su buen auspicio y su buen augurlo, habida cuenta de la si'g'nificaci6n plena de esras pelebres. Si los prlmeros romanos que vleron flotar un patio en la punta de una lanza, creyeron ver que alzte aben sus riguilas, no habian de hacer algo parecido los indios al VH desernbarcer las banderas reales? Eran, pues, las banderas el augurio pulquerrlrno que conducia a los blancos y ensenaba el camino; el ave que los guiabe. Solo por la virtud del buen ave-e1 papagayo-pudieron expllcarse los indios le arrlbada de los blencos. Solo por la aslstencia y la guia del ave pudleron consenlir que acerraren con el camino y pvdieran llegar. Y ya qUE: iban los indios guanahaneros en las naves, como admilir que Colon sigulera su derrota por entre tsles, y fuera de unas para orras, sino oor los conseios del ave que indudablemente lIevaba consigo? De ahl rarnbien el C\fan de aquellos indios, asustados por la derrora maritima y alelernlento de su isla, por henchir las naves de papageyos: las aves tutelares que les habian de asegurar la singladura feliz y el retorno a su grupo social. Que misterlo para un primitivo el de una palara, parde 0 pinta, que silbat 'Que dlra? A donde ira? Por que va delante de mi? Parece que me gule: que me espera, y que, cuando lIego a alcanzarla, salta y ~,igue en cieri a dlreccion como tndlcandorne que la slgu'! Esto sternpre fue para los primltlvos, como el que el ave suria de la derecha 0 de la izquierda, motive de grandes y ercanos rnisrerios. «Tu eres nuestro paiaro, nosotros te seguiremos», dectan los Deyaks del Sarevak a U.\1 explorador. Sue len creer los prlrnltivos, ecerce de los blancos qUE: eiercen entre ellos alguna actlvidad, que los buenos sucesos y resultados que logran, son debldos a un pajaro qUE:les guia. EI pajaro es el aguero del camino. No hay desplezamlento, ni orlentacion sin palaro. De ahl que el blanco que penetra resueltamente direcciones desconocidas, que los prlmitlvos nunea rraspasaran, sea conducido por un palaro. 0 bien que, cuando los prlmltlvos, como los guanahaneros de Colon, se resignan a segulr al blanco por derrotas vedadas y peligrosas , Ie digan resignados: «Ttl eres nuestro palero, nosotros te segulrernos». Colon era, para los indios, no solo el hombre del paiaro, sino rarnblen el hombre del oro. De Guanehenl procedia, no solo la representecion Colon-oro, sino tamblen la asociativa Colon-pelaro-oro. -48f'ueron tarnbten los guanahaneros los que anunciaban a CoJ6n por todas partes como el celfcola que venia en buses de oro. Die. 16. oSlo. Dom.-Uno de loa Indios Que trefll el Almlrente hebl6 con el [con el Rey] le dilo Que c6mo ventan los criatlanoa del clelo, Y Que endebll en . busce de oro. Era Santo Domingo la isla mas adelentada de todes, y con una vente]e, ante to do sobre las isles pequefias, pero aun sobre Cuba, que debfa de ser muy considerable. En Santo Domingo no se debia de conceder el rnlsrno valor a todas las representeclones ecerce de los blancos transportadas desde Guanahanf, y a causa esro, de disfrutar de un sistema distinto de representaclones colectivas. EI totem de Santo Domingo no debra de ser a base de ningun ave, como verernos despues. En esre isla se dio, entre las representaclones asoctatlvas, mas importancia que .:1 nlnguna otra a Ia de Colon-oro. Adernes, en Santo Domingo, como mas abundante en oro debio de delatar el Almirante mas su codicia. Los haitianos hicieron a esta apetencia de oro, y, sobre todo, a su represenrecton esoctetlva y sentimiento un homenele supremo, el cual es de las coses mas extraordinarias que se cuentan en redo el Diorio. Y fue que un cacique se propuso, y est se 10 manifesto al Almirante, hacerle 0 mandarle hacer una estatua de oro tan grande como el, Enero 2, Sto. Dom.-Dijo III Almlrnnte un "rlv~do de aquel Rey, que hebte mandedo hecer una estetue de oro puro ten grande como et Almlrilnle. Y Que dende 6 diu dflls le hebten de traer. Que quiere decir esto de una estetua de oro tan grande como el Almirante? Se trera, a 10 Que yo creo y concibo, nada menos Que de un retrato de Colon, segun 10 Que la mentaIidad primitiva entlende por retrero. Un retraro mlstlco de Colon, 0 de esoclaclon mfstica entre Colon y el bulto. La expreslon «tan grande como», Que entendi6 Colon, hubo de inducirle a un grave error respecto de 10 Que se Ie prepareba. La realidad del rerrero, para los primitivos, participa mfsticamente de la realidad del modele. POI' tanto, el ligamen entre retrato y modelo no puede ester besedo, como ocurre entre nosorros, en una escela de valores relatives y signlflcetivos: perectdo-s-expreston-cgesto-tamafio-postura - colorido, erc., todo ello independiente del material. AI conrrerio, el llgarnen, entre los prtmlrlvos, es excluslvamente -- 49mlstlco, besedo en el valor mlstlco ebsoluto, preclsamente del material. Hubiera sldo curiosa ver el retrato aquel de Col6n: la cosa mas extrane: aceso un pedazo 0 bulto informe de oro, sernelante a los ldolos americanos mas t08COS que se han conservado. Y ello de dOB o tres palmos, a 10 sumo. Pero a traves del oro estarta el rerreto fntimamente Jigado at hombre-oro, a Colon. Un haitiano-el Cacique que ofrecla-hubiera contestado afirmativamente a una serie, to do 10 esttreble que se quislera. de cuestlones expreslvas de val ores relerivos: por la rezon de que consrruirta sus respuestes sobre el supuesto del valor absolute y mlstlco de Colon-oro. Y hublera dieho que equel bulto era Col6n: que tenia su estature-e-su peso-sus facciones, una por una-su eltmenracton-e-su suelio--su sombre, etc. Y, sobre to do hubiera dicho, y con esto 10 decta todo, que aquel bulto de oro poseia el poder mziglco de Colon. Con el totem y la comunidad en el de los individuos del grupo, esr.in relaeionadas cierres costumbres y manufactures de que nos dan alguna noli cia las paginas del Dierio de Colon, Me refiero a 108 tetueies, tlnruras, Idolos y caretules, y practices de la iniciaclon en el totem. La comuni6n en el totem es constante: pero para que 10 sea efectivarnente, y, sobre rodo, para asegurar la perslstencia y reproduccion de la especie animal 0 vegetal cuyo es el totem, se celebran ceremonies especlales de ceracter drernarlco, en que por medlos violent os se logra ecrualizar, enormemente potenclelizeda, la cornuni6n. Los medios violento.s a que me reflero consisten en fomentar la actividad motora de los lndlviduos haste el lnebriamiento y el frenest. La actividad motors se enceuze siempre en le forma de la denze. Los indlvlduos pierden su conclencia. Alcanzan un estado, natureltsirno para el primitivo, en que, desvaneclda toda conclencia individual, s610 queda, flotando vega sobre rodos, la representaci6n eo lee- tiva inconsclente. Los denzedores llevan ceretules mlstlcarnente con su totem. Danzan imitando ciertas especles, ani males cest siernpre, CUYil que les identlflcan los movimientos de reproduccion regular quiere esegurerse. Danzas del blsonte, del ciervo, de la serplente, etcetera. No es de rigor que se coloquen las mascaras en le cera los danzantes. La identiflcaci6n mlstice se da sin que se requiera ese extreme difieil de cumplir por 105 movimientos Y le sofocacion de los 4 -50que danzan. Basterd lIevar las mascaras sobre el cuerpo. en el Diorio de Colon se hable de una mascara colgada a un clnro, en luger de bolsa. Die. 22. Sto, Dom.-Enviole (el cacique] con aquel un clnto que en IUiar de bolsa trata une clIr6tuia que fenfa doe orejes llrllnd,es de oro de merrillo, y la narlz. Los indios de Santo Domingo entregaron elgunas mascaras toremlces a Col6n. La mayor parte de elias se dlstlngulan por tener hechos en oro los 6rganos en que estan los orlflclos de la cebeze: allf donde se colocaban el oro tamblen los hombres: olos, lengua, narlz, oreles. SoHan ser las orelas grandes. Lo eual prueba que las mascaras y cerentones ee referlan el totem de un mamlfero. Oct. 17, Sllmoel.-Y lIhf fallaron uno Que hebta al nariz un pedezo de oro que aerfa como la mitad de un ceeretleno, en el cuel vieron letres: refif yo con ellos porque no ee 10 resgeteron y dieron cuento pedfs, por ver que ere, y cuye este moneda era. Die. 26. Sta, Dom>- Truieron al Almirente UOlI gran ceretule, que rente jJrandea pedazos de oro en las ore IllS y en loa olos l' en otres pertes, la cual Ie di6 con otres ioyas de oro quel mismo Rey hebla puesto al Almiranfe en la cabeze y al pescueeo. Oct. Jo, CubeJ.-HlIllaron muchas eetetues en figura de rnuleres, y much as cabezas en manera de ceretone muy bien Iebredes. ~o se si esto tienen por hermosura 0 adoren en elias. Despues de la carerule, el artificio mas importante para le danza totemlce ee el tatueie 0 la pintura del cuerpo. La pintura era usede generalmente en las Antillas. Doquiera vi6 Col6n hombres pintados de los mas varlos y chillones colores, Es curiosa, 8610 por su fngenuldad, le interpretaci6n de Colon, segun la cual, se plntaban unicemente porque no les dafiara e) sol. Era una interpretacion conceptual err6nea. Los testlrnonlos acerca de las pinturas sobre el cuerpo de los Indios son de los mas ebundanres del Dierio. Oct. 12, Sl1n Sa/vl1dor.-Bllos ee pinten billnco, y delJos de colorado, y dellos de 10 que y dellos todo el cuerpo, y dellos solos los oloe, Die. 24. Sto. Dom.- Verdad es que todos de otra color, y los mcis de colorado. He sebido halll! tanto mal. de prleto ... y dellos ee plntan de fillilln. y dellos se platen lal\ cerse, y delloa solo III narlz. ae tinen, algunos de negro y otros que 10 hacen por el sol que no les -61Hay un fen6meno exrrano, observedo por Colon, y enotado en Ills paglnas del Dierio, que no pudo nunea interpreter, extraviado por la absurdidad con que la expltcaclon de los indios lleg aba haete el. De todos modos, sigue siendo dWell de Interpreter. Mostraronse, en algunas partes, cier.os hombres (precisamente hombres), con algunas partes de su cuerpo descernades 0 mutllades en parte. At preguntar por aquello, los indios deban a en tender que las mermes de aquellos cuerpos habian sldo arrencadas a bocados. Y al misrno tiernpo que accionaban, expllcandose, pronuncieban la palebre carib, Colon qulso entender de tales expllcaclones que aquellos hombres hablan sido descernados, atenazados 0 mutllados a bocados por los Caribes. Claro esta que no pres tab a gran fe a la represenraclon de unos hombres sacendo a bocados pedezos de carne de los miembros de orro. Se daba cuenla de la absurdldad; y manifestaba rerundamente su desconflanza OCI. 12. S"n SalvlJdor.- YO vide lligunos que tenian sefielee de Ieridas en /lUS cuerpos. y res hice lleiid5. que \TII equello, y ellos me emostreron como alii ventsn genIe de orras istas que esteb. n cerce y los querlen tomar y ee defendtan. Die. 17. SIO. Dom.r-- .. tr,'ljeronles ciertaa flechas de los de Cariba 6 de los Ceurbetes, y son de las espigtls de cefias , y exlgteronles unos palillcs lost ados y egudos, y son muy largos. Mostreronlee dos hombres Que les Ialteben IIlgunoa ped.szos de carne de su cuerpo, Y hicieronlee enlender Que los centbeles los hebi'an comido a bocados: el Atrnirente no 10 crey6. Acaso se tretara (pues que solo eran varones los observados por CoI6n), de los estigmas que los prirnitlvos se producen en las prectlcas de la iniciaci6n toternica. Los noviclos que nacen a le vida totemica, la unlca vida verdadera, sufren una larga serie de pruebas terribles, cuya flnalidad conslste en derles como muertos, a raiz de bruteles penitencias, para que despues tenga mas imponencia la realldad del nacimiento. No sc trara de un renacimiento en el individuo, sino de un nacimiento. LO~1 individuos, antes de la iniciaci6n, no se coneldera que realmente hun vivido. Han sido hasta entonces como muleres, sin el estigma de la virilidad y de los destines totemlcos. Nacen con una nueva alma; la cual no sale puriflcada, sino que sale recien nacida de entre las tortures de la iniciaclon. l::ntre las pruebas y torrnentos que son utllizados, se cuenre los letlgezos, inclslones, circuncislones, sublncielones, suspension de gdrfios hincados en la carne, erenazemtentos, golpes de meza, etc., 5/;I-.I'·:...C ~,L BLlLlGTEu: l, LU:~ .A: ... CA\ tT {'" -Mverlos de los cuales pueden dar e) especro de arrancamiento de rrozos de miembros. Ni se si son estes practlcaa las Queprovocaron las experienclas de Col6n. Los novlcios suelen entrar en le terrible cuaresrne plntados de blanco, el color de le muerte. Las aluslones a la tintura de blanco usada por los indios, en el Diorio de Colon, son, en cernbio, mas segures y de mas tacil Interpretacion. Siendo doquiera, entre primitivos, el blanco el color de le muerte, y slendo le Iniclaci6n el exorro de la vida de en medio la muerte, es mas que probable que cuando Col6n hable a menudo de indios plnredos de blanco, se trate sencillamente de los mozos que se preperan para le Inlclaci6n toternica. VII La relacion entre sentimiento exprimible y palabre es contlngente respecto a los grupos sociales: es decir, que un grupo forja unas voces y otro otras; pero es necesarla respecto de los individuos; es decir, que, dentro del grupo, todos caen forzosernente en el mlsmo sonido poria rnisrna relacion. Ternbien puede heber influfdo para la contlngencle que los sentlmlenros de un grupo no tienen por que ser ldertlcos a los de 011'0.Pero todavia, aunque se irate de sentlmientos identlcos, Ia diversidad de lengua]e puede expllcerse porque la rranslcion de senti mien to a voz 110es inmediata; sino que requiere un largo camino en que se dan tnterferencias de operaclones y causes concurrentes, las cueles hacen variar el progreso. EI lenguale vocal, en efecto, no surge inmediatamente de la necesidad sentimental; pero rras la existencia aisleda y, mas tarde, en la convivencia del len- guale de los gestos. EI lenguale de gesros ha de ser manual y facial a un tiempo. Las sociedades inferiores 10 practlcan, y en ella mano eierce una funci6n capital y preferente. En etecto, la meno-e-la facci6n mas expresivaes I.) iinico que en la poslcion natural del hombre queda completemente Iibre. Lo cual no se puede decir, comiendo 0 bebiendo, de nlnguna faccion de 1.:1cera, sino s610 de la meno, a quien ayude tam bien su calidad de organa doble. POl' un gesto de la rnano ee ecote un terrene. Con Ie mano aparta un jefe una rnuier. Con la mana se settele a un hechlcero. Con la mana se detiene una morche. Con la mano se irnlta el paso eceleredo de una flera 0 el paso tarde de un rurniante. Con la mana ee lmita el salter de un pziiaro y se Ie llama a la memo. Y con le mano, en resumen, exprirneel prmltivo todas sus necesldades elementales y sentimientos colecttvos. La mana es le facci6n mas expresiva del hombre. EI lengueie manual, en los prirnitlvos, va muy ligado al lenguale oral. A Cushing (1), investigedor de las rezas inferiores ernerlcanes, (1) Vide Levy-Bruhl: f 1\1. -54ee debe el termlno muy ecertado de «conceptos menueles». Segun Cushing, las manos en el primitivo van tan Iigadas el intelecto, que este no puede funclonar sin ellas, como st formaran parte integrante de eJ. 81 prlmltlvo, que no hable sin manos, dice Levy-Bruhl, no plensa sin elles. La cogitaci6n del prlmitivo ee expresa slempre en una forma, 0 en un giro reductlble a un esquema de movimiento manual. Todos los afectos del animo proplo, y las imitaciones de todos los movimientos alenos son exprtrnlbles por las rnanos, y (I su expresi6n va subordinada la expresi6n oral; la eual no es nada sin que la aeompafie la manual. La movilidad de las manos es tanto mas natural y energlca cuanto que 10 que expresa el primitivo son siernpre sentimientos proplos respecto de los cueles no puede mantenerse en posicion de frlaldad 0 de obletlvldad. La mano es lafacci6n mas expresiva del hombre. La translcl6n del lenguele manual al vocal no puede ser directa. Requlere el rramtre slmultaneo del lenguaje facial, tarnbien muy acusedo en los primitivos. Bien 10 sebte Angel Ganivet, a quien se debe un tratamiento ir6nico y magistral de este lengueje en LCl Conquista de pro Cid, obra genial en medio de las arideces de aquel tiempo en que vlvl6. Hecha esta debida conmernoracton, digamos como las manos, hablando, arrastran en sus movimientos a varias facclones de la cara: a los lablos, a la parte movible de la narlz, a los parpados, a las celas, aJ ceno y a la mirada en su riqutslma gredaclon. En el lenguaje por sefias lntervlenen, pues, con las manos rodas estes facciones; pero su funci6n es muy propia y delieada y verdaderamente provocadora, como ahora verernos, del lenguale oral. Los movimientos muy vivos, expresivos de fuertes sentimientos reellzedos por las fecclones de la care, producen dos clases de sonldos, conviene a saber: 1) sonldos necesariamente derivados del movimiento de los labios y tosas nasales: y 2) sonldos reflelos, de orden psicol6gico, que surgen en el interior de la boca, interviniendo en ellos, prlncipalmente, la lengua y el velo del paladar. Si en una esemblea de sordornudos, y durante una delfbereclon en su lenguele serneslologico, Junto al cuel se de, necesariamente, una algarebte de sontdos derlvedos y reflelos con que ecompenan a las manos, ocurrlera que reclbieran, todos ft una, la facultad de oir-nacerfa al punto un lenguele oral, propio de aquel grupo humano creador, tmpregnado de esencles manualee y faelales. -55 Die. 24.310. Dom.r-» . y con l!Ieftorio en todos como juez 6 setter dellos, y todoa le obedecen que es meravilla, y todos estos senores son de POClIS palobraa y muy llndes eostumbres. y au mando es lo mas con hacer sefias con luego es enlendido que ell mer eville>. Todas SOil pelebras del Almirante. III rneno, y EI lenguele oral adquiere para el prlmlrlvo un valor sagrado. Es un tabu. Es algo que emana del propio cuerpo (el eual es la propia personalidad) como la sombre. Es tan sagredo como la sombre. Los niveles de lenguale que han cuaiado en nerrectonee y leyendas, se lee respeta y conserve lntactos, aun cuando dejen de ser inteligibles, haciendo prodigios de memoria. Pero, sobre todo, 10 mas grave y respetable es el sacramento del nombre. La realidad del nombre se identiftea mtstlcarnenle con let del que 10 lIeva. EI nombre de 105 Jefes pase a veces a ser el del STUPO; Y en un caso 0 en el otro apenas se puede pronunciar. E saberlo equivaldrfa a poseer el nombre y la persona; como posee: un retrato equtveldrte a disponer de un poder sobre el modelo. Relacionada con le cuestion del lenguale este le de le lecture y escritura, de mucho lnreres en estes estudlos, y que podemos ebordar en torno a un solo testimonio curioso de Colon. La escritura es para el primitivo una operaci6n magica, poria que se entre en posesi6n de la realidad del nornbre, de le conversaci6n y de la conducta ajena. Que espanto el vel' que uno, que no esra en autos, lee un nombre 0 un relata escrito POI' otrol La escritura habla por una operaci6n megice que sabe escuchar y utilize el hechicero que lee. La escritura es, edemas, un Instrurnento de adivinaci6n irresistible. Los blencoe pueden adivlnar, pre~;untando a sus escrltos, cuanto los coloridos heblan y hacen. Una carte es un instrumento magico, de tal poder, que puede relater al destlnatarlo cuanto el portedor hace por el camino. Las cartes, los llbros, hablan, averiguan y delatan. En el Diorio de Colon se cuente de un indio que cit6 al Almirante los nombres de seis regiones de Santo Domingo. Esto hebta ocurrido muchas veces: y no habfa pasado nada. Pero est a vez el Almirante saco una llbreta del sene 0 de la escarcela y apunto en ella uno POl' uno los seis nombres. Los indios vieron, con sorpresa, que el Almirante esta vez veneta tcdes las diflculradee de otres veces para repetir nombres indlgenas, en virtud de que el !ibro y apuntaclon, hablando con el, se los decta. La sorprese debi6 de ser enorme en todos: pero, POl' 8U celidad, mucho mayor y mezclade de terror. en In hermano del Rey que presenciaba la escene. PorIa indicaci6n de -56equel indio, vasallo suyo 0 de eu hermano, quedaban en poder del blanco sets rezlones 0 ceclcezgos de sels regulos de Ja mlsme isla. EI ceso era muy grave y una verdadera cuestlen de Estado que a el, como hermano del Rey, Ie arenta directamente. A:d que se fue Col6n, rin6 el cacique al indio que habta indieado los nombres. Col6n se enter6, despues, de todo. Como i1ustraci6n a la eita en que consta este suceeo, dire que las seis Islas mencionadas no es poslble que sean lsles, aunque asf 10 entendiera Col6n; sino reglones de Ia Espanola. De ser Islas no hubieran interesado al hermano del Rey; es decir, a uno de 108 Iefes del grupo social, tanto como las reglones collndanres, que en efecto eran. Die. 29, Slo. Dom.-- ... y ast aquel mencebo le dijo que 4 cuetro lornedes hllbtll una isla al Leete Que ee llerneba Guerionet, y otres que ee 1I11mllblinMllcorix y Mayonlc y Fume y Cibeo y Corday, en cuales hllbfa inflnito oro, los cueles nombres escrlbio el Almirllnte. Y supo esto Que Ie hllblll dicho [el mancebo al Almlrante] un hermano del Rey, e riM con el seg-un el Almirante enteudio. 81 ceracter mlstico es aplicado a todo nombre. A veces es ese ceracrer tan deflnido, que puede convertirse en tabti, como en el ceso del nombre del Rey 0 del nombre oculro del grupo social, s610 sebldo de los iniciados. Una cuesti6n de plcante interes se presenta ehora, y es la sigulenre: 51 caracter mlstlco, se extlende ternblen a los nombres de mlmero? La cuesnon, planteada en sus proplos termlnos, es esra: es posfble aplicar a las exprestones de Ie cantidad pura (los mimeros) la categorta de la cualidad pura (los velores mtsticos)? La soluci6n ha de ser rotunda mente negativa, planteada en tales terminos; pero ocurre que para los primltlvos los mimeros son orre cos a distinta que para nosotros. Los rnimeros no son tales mimeros, ni aun nombres de numero cast. Son nombres de partes del cuerpo, 0, melor dicho, partes del cuerpo utllizadas como sistema y puntos de referencia para contar. 81 contar para los prlmltivos es como una nemotecnta. Conslste en referir una serie de eventos 0 de obletos a las diferentes partes del cuerpo consagredes para la operaclon. Se esreblece un Ilgernen estrecho entre cada tramlte de una serte y un miembro correspondiente; por elemplo, los dedos de las manes; despues los de los pies; despues el antebrazo y el codo, e) brazo, el hombro, etc. Lo que hace el primitivo al contar es recorder. Asf que ee le agotan los miernbros de referencia, se terminanlos sistemas de numeraci6n: no paean -57de aht, De aht edelente lIaman a 108 grupos y conjuntos, lndefectl- blemente, los innumerabks. Un individuo conceptual conoce su edad sin esfuerzo de memoria, mediante una simple operaclon rnaternetlca. Resta de le cifra eno presente la cifra del eno en que naci6. EI esfuerzo de memoria se reduce a recorder el eno en que nacio. Pero esto no es nada comparado con la operaci6n mernortstice del primitivo. EI primitivo, en primer luger, nunca puede saber su edad exacta: nl Ie interesa. De ahi en gran parte la desvaloracion de la muerte y la negaci6n de le muerre natural. Puede, to do 10 mas, referir las estaclones del eno en enos sucestvos, POI' eleruplo, las estaeiones brurnarlas, a los numeros de su sistema, 0 sea a miembros de su cuerpo. EI primer brumarlo que recuerda (que nunca es el de su nacimiento) 10 recuerda referido a un punto de repero: una parte de BU cuerpo. Lo recuerda vlviendolo en rode su di. ataclon, con sus dolores, ezeres y buenos sucesos. EI segundo brunario Ie refiere a otra parte de su cuerpo, y 10 vive y revive y reconstruye. Y est slguiendo. De la manera como une rnuler de nuestro sociedad repara los eventos de su localidad COil los nacimientos de sus hlios y las muertes de sus deudos. Todo es memoria y su esfuerzo Es curioso el metodo que usaban anteno las mujeres de Castilla para flier la cifra de sus enos. Era un merodo de refereneia a le mcneda. Cad a eno un real. Veinte enos velnte reales. Una vlela de ochenra enos decta que tenia cuatro duros. Era una referenda muy pareclde a la de las partes del cuerpo; porque al decir, POl' eiemplo, cuatro duros tenlan presente los reales que los cornponen, cede uno de POI' st, como el prtrnlrivo tiene presente las partes de su cuerpo al center, y las toea con la mano. La base de todo el mecanisrno es la memoria. La eual ee la principal facultad del primitivo. Carecen de imaginaei6n y de dlscurso conceptual. POI' 10 tanto, desconocen el tropo y le metzifora de un lado, y de otro, la ecue.cion loglca. Si dicen de un Camino que esM muerto, es que realmente he rnuerto, y nadie 10 trenslta, pOI'que no ee llclto tocar a los muertos, Si dicen que una cose es lgual a otra, ee que las conslderen misticamente como una sola reelidad. No queda mas que el ejercicio Iibre e incontenido de la memoria. POl' ella conservan los niveles de lenguale perdldos. POl' ella el sistema compllcado de creencies y leyendas a que ebocan, como a su sazon y eflorescencia, las representaciones colectlvas. No nos exrrenere, pues, vel' a los indios de (;016n elercltando este Iacultad, y a Col6n -Manotandola en eu Dierio; confundtendola a veces con el lngenlo; y stempre, pues que era real mente portentosa, hablando de ella, con muestras lnequtvocas de admlraci6n. Oct. 12. Siln Silll'lJdor.-Ellos deben ser buenos servldores y de buen ina-enlo, que veo que muy presto dicen todo 10 que tes decfa, y creo que IIgerllmente ee harfan erlatienos, que me pllreci6 que ninguna eecta renf.m. Die. 26. Sto, Dom.-Mas creen Vueetres AllezM que entre sf tlenen costumbres muy buenes, yel Rey muy mllrllvilloso estedo, de una cierte menere , ten contlnente, quee placer de verlo todo, y la memoria que tienen. La cuestlon plenteada anterlormente requiere, pues, orra formulacion. Los nombres de rnirnero de los prlmltlvos escapan cuanto -pueden al sentido de la cantidad. Son mas que nada nombres de coses, y de cosas lien as de misteriosas calidades, como el mirnero 4, afecto a las calidades de los vientos, 0 el mimero 6, a las de los dedos de la rnano, 0 el rnirnero 3, afecto casl slempre a tres calldades, conviene a saber: la del totem, Ja del lndlvlduo, le de los antepesados. Ya no nos exrrenerd la existencia de ternas, cuadernas y qulnas mfsticas, elenas cast por complete al senti do puro de la cantlded. En nade como en la numeraci6n tenia que estar Colon, aunque no se diera cuenta, mas extrano a Ja mentalidad de los indios. No era posfble que se entendiesen nunca. Asf, rodes las nociones numeficas que acogi6 de los indios deben ser puestes en cuarentena. Por tanto, que fe podernos dar a 10 que dice de la extension de las coates de Cuba, y al nurnero de rlos de la isla, segun referencias dadas por senae por los indios de Guanahanf? Oct. 28. Cuba.-Llena es [Cuba] de muches lIr.Ull~, seglin pudo entender de los lndtos que consigo lleve, que romo en le Islll de Guenehent, los cuetes Ie dlcen por seftas que hay diu rtoe grllndes. y que con sus cenoea no 18 pueden cercar en velnle dldS. Mas interesante es 10 que se vislumbra de otro paseje. Pregunrebe a los indios por muchas Islas (islotes, escollos y cayos) que veta en su camino de unas Islas a orres. Los indios dijeron al punto que innumerables. En efecto, la categorfa de 10 innumerable esta siempre pronta lJ ser utilizada por todo primitivo. As! que pesan de los mimerOB de que conste fa base numerlca en uso, 0 de alguna combinaci6n simple sobre la base, y poces veces pasando mas alia de varlas decenes, de todo dicen que es innumerable. Pero CoJ6n les instaba y -- 59apureba. Y entonces los indios utUizaron, para sattsfacerle, un recurso muy natural. Era a base de memoria. Conslslio en nombrar mas de den lslotes. Huyendo del nurnero, que se les celaba por III represenraci6n caliginosa de 10 innumerable, dieron en los nornbres, que para ell os eran simplemente los nornbres y para Col6n mas de ciento. Oct. 1'4- Y vide rantes islllS que yo no slIblll determinllr Ii cUIIl irfll primero. y aquellos hombre!! [los slete indios] que yo lenla tomtldo me decfan por sefias que eren tanta5 y tentes que no hllbla mimero, Y enombreron por IlU nornbre mas de clento. En la mentalidad popular de los pueblos modernos, mucho queda de la valoraclon del rnimero como nornbre, y de ello podrla referir varios cases. En un regimiento colonial, en que predominaban los negros, se concedlo a todos los individucs derecho al uso del tratamiento de Don. Tomaba lista de un pcloton un soldedo primero; el eual tenta, como es de rigor, el mirnero 1. Empez6 a nurnerar, como de costumbre, introduciendo aquel dta la novedad del nuevo honor y dereeho. «Don Dos, Don Tres, Don Cuatro», iba dlciendo. Y Ie contestaban todos a su vez: «Presente, Don Uno». Pas~andome un dla por el Canal de Cestllla, me acerque a un hero decabres que se careaba zor alii, desde las cuestas de la Maruquesa haste la estela de la Madre orba, «-Cuantas cebras goblernas?», pregunte al pastor. muchacho como de unos diez 0 doce anos. «--Veinte». «-Entonces eres pastor de veinte cabres?». «De veinte cabras soy pastor». ·(-Estas seguro?», torne a decirle. «-Veinte-me reiter6 rnuy afil'mativo-, velnte que es haste donde se conrar». «-Y si no sebes contar sino haste veinte, c6mo sebes que son velnte, y c6mo vas a contarles cuando te encarguen de mzis?». Y el rapaz: «-Pues entonces aprendere hasra donde me haga Ielta» . Aquel rnuchacho senelabe il sus cebras por nombres y por numeros; pero con ntimeros que llevaben mucho de 16 celidad de los nombres. Si alguna cabra nueva se Ie ellegere 01 hatalo, bien sebte que vendria con su nornbre y con su mirnero, la Estrellada 0 la Pinta, por elernplo, que adem as se llernase la Ventiuna. La expreslon marematlce de la personalidad es, en efecro, un mimero. Todo individuo es, en efecto, una cifra, la suya. Es tnconfundible. Pero no Ie envfa al grupo social, ni dice nada respecto del -60grupo. Lo que consrrtne al lndlvlduo if ccnstdererse en el grupo no es el mimero, sino el nombre: Sancho Perez: hllo de Perot nieto de Sancho. EI que se replta este cicio de abuelo a nleto ee elgo esenclel. De tres en tres genera clones se repite: esto qui ere decir que la esencle familiar se repite fntimamente llgada al ritmo ternario de los nombres, EI que la clfra de un hombre se replta, en cambro, no qulere decir que se repita el hombre. EI repetirse aqut ya no es esenclal. Haste puede no reperlrse nunca, anacliendo un rnirnero a cada cifra, et sic in infinitum. En nada, segtin hemos dlcho, como en la cuesti6n de los nameros, se ecuse mas el contraste de las dos mentalidades. Y tomando pie de esto anotare ahora un fen6meno que da el contraste mlsrno en cualqulera de sus gredectones, EI contraste, en efecto, egrto, egudo y haste agreslvo, a veces, de dos terminos tan opuestos, no s610 ee una aceptaci6n logtce utilizada por los que 10 estudian e lnvesttgan. Es, ademas, un fen6meno, 0, melor dicho, el contraste provoca slempre un fen6meno energico Que 10 delate empfricamente. Y este fenomeno, que, provocado, se pJ'Oduceindefecliblemente, es la rlsa. La risa correlativa de los dos indivlduos frente a frente, dotados de dos mentaIidades. Cuando el suleto conceptual se convierte en observedor, cesa su risa; pero la del prlmltlvo brtlle siempre. Es algo parecido a la rise y a la ironfa nistica de nuestros campesinos. Todo al primltivo Ie hace risa, sobre todo el mecenisrno de la concepfuaci6n racional y le conducte del blanco. EI cuel es para ellos, cuando no estan etacados del pavor del lnflulo de las fuerzas oculras, una crletura inexperta que no sebe 10 que hece. Dic.1}5. Sto. Dom>« ... y tienen un heble le m6s dulce del mundo y mensa, y siempre con risl! La conducta de los blancos produce 0 regocllo 0 panlco. No hay termino medio. Lo mtsmo ocurre en nuestros medlos populares. De uno, por elernplo, que recite versos solo en un bosque, 0 que mira a les estrellas: 0 suponen que hay en E:1/0 un misterlo pellgroso, 0 se rlen de el, Entre nuesrros rust/cos el extranlero es el mas euspecro y oceslonado a que se Ie trate con uno de los dos criterios. LJeg6 un ing-Ies a un pueblo de Andalucfa. Tenta luenge melena ruble y ollllos ezules con que miraba el sol. Le preguntaron mas que con curiosldad -nunca los interes6 saber de donde venia-con cierte indignade preocupaci6n, a que venfa. Respondl6 el Ingles lngenuamente: «Vengo -61POI' el sol». Alborot6se el pueblo. Y hubo de sallr del lugar aquel l2 de caballo. No podia falter la menclon, aunque leve, de le rlse primitiva en el Diorio de Colon. La risa no puede feltar nunce asi entre prirnltivoe como entre intelectuales; que POI' ella se delatan hombres. Si en las fuerzas naturales se diera un nlvel de criptoconciencia, serla, cierto alga mas leleno de la concepruecton. Y de las leyes naturales que descubre. que de la sentimentacion; perc serta roralmente alene (l Unll la risa. VIII Bs punto de capital tnteres en la colonlzaclon amertcana, que ee puede estudler algo detenidamente en el Diario de Colon, el de las represenraclones colectivas de los' indios acerca de las relaeiones entre los blancos y las rnuleres Indlgenes. Punto de antiguo deberldo, y ocaslonedo a ser interpretado legendarlemente. La tesis de la mentalidad primitiva, de sus representaciones y normas peculleres, hani carnblar de aspecto y totalmente a la cuesnon. Las repreaentectones colectivas de los indios les lmpontan una conducts respecto de sus muleres para con los blancos equfvoca y contradictoria. Como slempre, son dos dtrccclones opuestes las de su conducta respecto a un mlsmo fenorneno, YCI vimos como el12 de octubre no consintieron que muler nlnguna ecoglese le lIegada de los blencoe. La lnsolencla del fenorneno les hecta esconder 10 mas precloso para la subslstencta del grupo. Asf como a las mujeres,la mlsma tierra hubieran escondido de buena gana. Esra eusencla de rnuleres, muy repetlda, la interpretaba Col6n muy extranamente-diriamos-; pero, en realidad, de verdad de un modo muy natural; achacebale 1I los celos de los hombres. Y no podia hacer uso de otra lnrerpretaci6n. Para un europeo la experlencla del ocultamiento de las muleres habta de traerle, como por la mano, la representaclon de la motiveci6n de los celos, Otras veces, en cambio, las muleres se mostraban confiadamente e los blancos. En la mlsma isla de San Sil1vador ocurri6 esto dos dtas despues de la hulda y ocultarnlenro general de las muleres. Las muleres se acercaban a las ceremonias generales del acatamiento, aderezedes con alguna novedad: levenraban las manos al cielo eomo ante 108 que acababan de caer de el, y les entregaban las of rend as consebldes. Sus dloses 0 enrepesedos a quien rendian homenaje«dar gracias a Dios»-eran, en efecto, los blancos. Oct. 14. Stln Stl/vildor.-Vlnieron muchee y much 115muJtrea, clldll una con lIl~o. dando IlrllclllS 6 Dios, echandoee III auelo, y leventeban Ills menos III clelo. -65Ole. 21. 310. Dom - .. y en los otros IUlrares todos los hombres hecten esconder sus rnuieres de 1011 eristillnOIl por celos. mas allf no. y hey muy lindoe cuerpos de muieres, y elias las pr imeres que venten a dar gracilis al cielo y traer euanto rentan ... No menos diz Que hecten IdS muleres en las otres partes antes que se ascondteeen En le conducta de ies muieres para con los blencoe influyeron decisivamente las representadones colectivas ecerce del acto-generacion, de la prefiez y del nacimiento. Entre los primitivos de las sociededes mas inferiores se da una cierta desvaloraci6n del acto-generaci6n. Procede de no relad:marlo con el prefiado ni con el parto. En el tegimen de anarquta de las causae en que se mueve la mentaIidad primitive, como relacioner el parto con una causa tan remota como ra copula? Las sociede des primitivas necesitaron una evoluci6n muy larga y muy curnplide para atar, como de causa a efecto, los dos cabos de la gestacton. No siendo la copula la causa ser? Un movimiento espasrnodico tarnente desvalorado en cuanto a de absolute inocencia, el cual no construcciones-postulados, ni en de la pretiez, que es 10 que podia como otros, y, por tanto, cornple10 que es. Este primitivo estado es alcenzaron ni sospecharon en sus sus fabulaciones, las antiguas cos- rnogontes. En las sociedades un poco mas evanzadas la copula desernpetla un clerto papel, aunque siernpre supcditado al de la menstruaci6n. Es esre un fen6meno de mas cal .dad y mas impresionante para los primltivos. EI regimen de la copula depende de todo en to do de la mensrruaclon. Por la menstruaci6n y no por le copula se susclto le prlmera representaclon de la lmpurez a, y despues del pecado. Si la causa del prenado no es la copula, cuel ha de ser? La respueste ha de ser forzosamenre Ia de siernpre. La causa ee una causa esplritual. La causa es un espiritu. Las muleres quedan enclntas por obra de un esplrltu; es declr, de un antepesado. Los esplrltus que forman el panteon de los dlfuntos esperan anslosos le renacencie . Asl que nallen ocasion reencarnan en una rnuler de su grupo social, y, dentro de este, en \~Iclan () subclan que Ie corresponde. Se trara, pues, de una tnterterencle de dos representaciones. De un lado la ceusalldad esplritual, y de otro lado la representacicn palingenesice. EI esplrltu suele ser no solo la causa primera, en quien se egota rode ceuseclon, de la prenez. Adernas puede ser la causa ocestonel. Esto ocurre mediante la intervencion de un suetio. Bien entendldo, -64el sueno no tiene ceracter alguno sexual. Suefta la muler con un espfrltu que no Ie propene le copula, sino le reencarnacl6n. EI espfritu Ie anuncia que reencarnara en ella. EJla respondera con una palabra de reslgneclon y acatamiento expreslva de que se considera muler del misrno clan 0 subclan del esptrltu y que, por tanto, este y he de ester a su mandado. En clertes socledades inferiores, entre los Aruntas, por elernplo, las muleres que no quieren quedar enclnras suelen pasar por el sltio don de esta ubicado el pante6n de los espfritus sin detenerse y a rode prlse. Temen Que elguno de los espfritus se alole en su seno, En las sociedades primitivas mas adelantadas asf que se conoce el papel de la copula cese la comunidad de muleres y tiende a cesar IlJ de la tierra. La ceusaclon espiritual afecta otra forma. La causa del hijo ee el padre vlvlenre, no un espfritu. Pero, y sl el padre, rnuriendo, se convierte en espfritu? Ah, enronces las relaclones sexuales no se lnterrumpen, Las viudes se erroleran ella huese 0 a la hoguera del difunto, 0 guerdaren perpetua vludez. El matrimonio es indlsoluble. La viuda esre slernpre en presencia de au difunto, y muy a menudo de au aparecido. Con la propiedad de le muler nace err le mujer el senrlmlenro del pudor, yen el poseedor la conciencia del himeneo y de le virginidad. Entonces eperece por vez primera el desflorernlenro; el cuel se consldera como una menstrueclon, una impureza provocada y egravade. Nace el pecado, ya definido. Ante los olos de esre mentalidad, hostigada ya de la sed del tuyo y mlo, )' de la codicia, eparece la anterior de la comunidad, como un medio en que el nacimiento surgte de la vtrginidad. Las leyendas primitivas dan fe de todo esto y de la translci6n. Como las muleres de los Aruntes, que pesen de prlsa por el otero de los antepasedos para no concebir, asf tembien en varios iugeres se escondtan de los eepanoles las muleres. No querfan conceblr. No querfan que aquellos esplritus y eperecidos encernasen en elles, y se escondfan. EI peligro para ellas era grande. Las miradas de los blencoe tomarfan carne y sangre en su seno, Y si era para algunae la epoca del parto, el peligro aun mayor. Aquellos eeplrtrus, civldos de encarner, les provocertan el aborto. No se trataba, pues, de celos de los verones. No podta heber celoe en un regimen comunlste. No celos. No amor. No galanfas. Ni eros el divino habfa abandonado aun la tibieza de sus olas y de sus plumas, ni la esletencte de le dlosa, entre las tlerras, para poserse -65en aquellos mares eblertos y encendidos. Ni llevaban el esptrttu de Don Juan aquellos espal'ioles indigentes de oro. Llegamos al paseie, a mi vel', mas importante del Diorio de Colon. Es Ull pasale impresionante. Lleg aron los espenoles, en Cuba, a una choza inmense, habitaci6n de un subclen: 10 que los rreducrores de Artstoteles llarnaron vlcus 0 familia exrensa: pero reducida a una sola vivicnda. Fueron recibidos los espenoles primero POI' los varones. Hicieroriles sentar en el centro de le choza circular, y, en cuclillas , y a la redondo se colocaron los indios. Miraron y remiraron a los ergonautes con la solernnided de un rito. Despues, solemnemente se retiraron, que no que do uno solo. Luego entraron las muieres y rodearon a los espanoles. Los cuales permaneclan sentedos, Las muleres, en cuclillas, perrnanecieron en aquell» posture largo rato. Les mlraban embobedas. Les besaban las manes y los pies. Y ocurrio que a la hora solemne, que ya que ria cerrar el dia, aquellas rnuieres se sintieron herldas en sus ernranas de IdS rniradas de los blancos. Y supieron rnisteriosamente que los antepasados habian encarnado en elias. Los blan cos qulsleron irse. Pero ellas no les delaban, Se habta verlflcedo Ull misterio extraordinario. Alii esteban elias soles para vivirlo. Los hombres se habfan ausentado para Iacilitarlo. Y los blancos se querien ir. Elias pedlan que se quedasen alg'un did mas; con todo, mercheronse. Elias, en sus suerios, sizuleron, sin duda, asistidas de sus visitas. Alg una hebrla sotiado con los difuntos antes de verlos; y la vi slra no Ie produio nlnguna sorpresa. Si aquetlas muieres hubieran renido la representaclon de la nieve, hubiere n sonado aceso con un paisa]e nevado: todo blanco, como vlsionan el panteon de los difuntos. Y al levantarse de las hamacas y recontar el sueno, repusierales el Iefe del pobledo, como el Patrierce de un poema de Eugenio de Castro: como fue, como fue , poderoso Senor, que cay6 tanta nieve, hablendo tal calor? Nov senteronse pies, 6. Cuba.-Despues de 1<1 etentendotos esruvlesen alii COli misma rnenere selieronse los hombres en derre dor dellos y entr eron las muieres y las manos y los ettos. Rogabcmles Que se besandoles si er an de carne y de hueso como ellos al menos por cinco dias. No es Eros, como hemos dicho, quien anda enredando entre los blancos y lets Indies, ni quien matiza y afirma sus relaciones. Es -66neceserlo bus car por otra parte el medio de Interpreter el ceso corriente de que las indias en poder de los espenoles, se entregeban a ellos enteramente: eran sus melores euxlllares para sus debates con los Indigenes, y con un desinteres y una lealtad emocionante y a toda prueba. Para enfocar bien la sltuaclon de las lndias cautivas en una nave esperiole, hay que desecher nuesrros conceptos hebltuales de origen militar, de-'prision'-'mujeres cautivas'-'ansia de llbereclon', etc. La clave de todo esta solo en considerar, mas que a un cautivo, a un -culredo en poder de unos hechiceros y rnaglcos poderoscs. Sentado esto, la aclaraci6n complete viene como por la meno. DIe. 12, Sto. Domingo. - Y finalmente tomaren una mujer. H(zolll el Almlrtlnte vestlr y diole cuentes de vidrio y cascabeles y sortilas de lata, y tornola envier a tierra muy honradamente,., Los merineros que iban en la berea, cuando la llevaben 6 tierra. diieron al Almirante que ye no quisiere salir de III nao, sino quedarse con olras muleres indies que habra hecho torner en el puerto de Mares de III lele Iuane [de Cuba]. Las muleres en poder de los hechiceros esraban entregades a ellos. EI concepto, a nuestro alcence y de nuestro uso, de la entrega, ee la clave de la interpretacion. Colon creyo que una de las cautivas no querla ser Iibertada por no perder le compafiia de orras cautlvas, desconocidas para ella y hesre de orra isla. Nada de eso. La cautiva que no querla marcherse a su tierra, se consideraba en la sifuaci6n mtsrlce y, meglcemente declslva y deflnida, de etttregada. LCI entrege, que meior dirtamos entregemlenro, es el estado inmodificable en que se encuentra el que esta en contacto, y, por eso s610, balo el influio de las artes de un hechicero 0 de un esptritu. Es un estado, definitivo y transcendental, que entrafia una transformaci6n del ser anterior. Quien se considera entregado (y entre los primltivos sin formula de pacto) se slente esclndido y separado de su condici6n anterior. La entrege le separa de su grupo social y de su auxllio. Le serte peligroso volver al grupo, 0 que, estando en el grupo, se supiera que esrabe entregado. Al ver escindidas todas sus anteriores relecionee, siente que las sustituye y cornpensa con la nueva relecion. A. estel, pues, pide todo 10 que las orras delan de servirle, Y 10 pide Imperativamente. Pi de el nuevo auxilio en sustitucion del antiguo. EI hechicero, au nuevo senor, no puede abandonarle. Tiene que eslstlrle y hesra halagerle: para e50 est a entregado con la renunclaclon que esro supone. -61Los medicos pasan ante los prlmltivos por magicos. Las ertes de 16 cirugfa son artes magicas. Un paciente es un entregado a las arres megtcas del ciruiano. AI verse curado, Iamas sentlra agradecimiento hecla el. AI contrarlo, exigira de el que Ie estlme y Ie regale: para eso se Ie entreg6 y pudo el medico ejercer sobre el sus ertes magtces, y aun darse el placer y satlefacer el apetlto de elercerles. AI verse curedo, 10 primero que pedirzi al medico sera un regalo. Las Indies que llberteba Colon no querlan ser libertedas. Esteban enrreg ades. Como el hechicero les negeba su asistencia? Temtan, edemas, la vuelta a su poblado, No sebian que le intluencia del blanco habte de Ilegar aJ poblado, en beneficio suyo, por el vehiculo de los obietos y luguetes de los blancos que llevaba sobre st, y que esteban tocados del rnaglco poder de su procedencia. IX Despues de la celda de los blancos, 10 que mas impresiona a los ~:prlrnltivos son los obletos que consigo llevan. Y parece natural que Uras la persona 10 que mas les atraiga sea 10 que la persona lIeva f' r->SQbre sl; maxlme cuando entre ambos dos terminos SI;: del una com~::pleta intimidad; pues los primltivos, en efecto, no distinguen bien -entre las personas y los obletos posetdos, en cuanto a las relaclones que con unos y otros se les impone por la via mtstlca. Los artefactos, los utenstllos, los transportes y vehlculos, las 'lI1anufacturas, los vestldos, y, en general, los obleros de los blencoe, c. no son ni pueden ser producto de la industria humane, como una .cenoe primitiva, por elemplo, 0 como una choza. Porque-s-se dirzin-> : nosorros fabricamos algunos productos. Pero, y los aperecidos? Los ~jlparecidos no hablen sino por senas, no com en de 10 nuestro, vienen .transportadoe por los vlentos, no tienen un euerpo como nosorros Jes decir, no van desnudos); por que, pues, han de febricer?" - Ademas-diran-como fabricar obieros colosales, eomo los barcos, -que son bosques flotantes? (nosorros no febrlcarnos bosques), Sobre ,.todo, los obieros de los blancos son de una insolencia y extratieza, fque ante ellos, no admiren sino el estupor mas grande, sin eaer, ni .por esomo, en le aceptacion de que puedan ser fabricados por :.hombres. Todo esto aparte de que, aun sus propias munufacturas, son _para los primitivos de maglca instltuclon. Como dillmos anteriormente, junto a la represernaclon de la :cafda del cielo de los blencos, los primitivos eonsienten la represen,tacion arbitraria del ascenso del fondo de las aguas. Ambas las combinan con las representaciones que tienen de los blencos y de sus obletos en forma de conslderar a los blancos como caldos del cielo: . y a sus obletos como extraldos del fondo del mar. Los obietos de los blancos no son construldos. EI fondo del mar es un deposito inmenso : de tales obleros. Una legion de genlos y de esplrltus los custodian. Allf descienden los blancos a buscarlos y recibirlos de manos de los i .. ·. genios. -69Los obletos de los blancos estzin tocados de un poder rnaglco concreto; el cual morlvere siempre, manelado POl' los blancos, y a veces POl' sl solo, la conducra de los primitivos. Los prlmitlvos, ante los obietos, y, sobre todo: en posesion de elias, sentirzin marcada la direccion de su activided. De todos los obietos los que mas les afecten serzin los que meniflcsten una cierta automovilidod, como las arrnas de fuego 0 la bruiula. De que grandes destinos 110 fue instrumento , y para los indios dgente, la bruiul« de Hernan Cortes? Otro tanto ocurre con los obieos que producen sonido (cescabeles, reloIes, etc.). Y no menos e quellos que producen una vision ecerceda a refleia (telescopios, espelos). Los indios se seritirrin domlnados por las fuerzas mtstlcas que ernanan de tales obleros, y unicdmente por elias. Las errnas no les dominerdn como instrumento de una fuerzn bellca superior, 0 de una fuerza rnecanice irresistible; sino como aqentes de Iuerzes misticas y oculras. Pero siendo el potencial mistlco enorme , sus efectos seran proporcionados y fai)uloscllnente superadores de los hechos de la tzictice guerrere , de 1.1 fuerza brute y del poder meceinico y destructor de IdS arrnas de fuego. Los pedruscos que arroia una lombarda de un navlo de Colon no pueden inutilizar d media docena de hombres. La fuerza rntsrlc a, ernpero, que de ella emane, rumba POl' tierra a miles de indios desvanecidos. Los blencoe son hechiceros que se valen de sus ertes magicas y de sus objeros mzig lcoe para ante los indtgenas. Quien los reslstlre? Probablernente €~Iblanco no es llevado de interes nlnguno; sino sob del insnnto. natural ,wei, y del placer de megizar. EI blanco acr Ia rnegtcarnente en todo momenta; ni here otra COSCI, como las eves que no hecen sino volar. Pero es Irreslstible, y sus ertes superan a rode comprensi6n. Existiendo una particlpaclon esencial entre el poseedor y 10 poseldo, los primitivos hail de considerar a todos [as obietos de los ble ncos como dot ados del poder rnagico de sus duerios. No ee exnario, pues, que en las poblaciones, en medio de las cueles cale unci de sus propios individuos, adornado con ciertas prendas de los blencoe, fuera ensalzedo y honrado inmediatamente. Las leyendes que acebaban de surgir acerca de los blancos cobraban intenstdad. Se repetian. Se af'ervoreban. En aquellos obieros rnagicos se creta reconocer la esencia rnisrne de los magos, de los blancos. El hombre. o 1.:1 muter que los llevaba era, como quien dice, puesto sabre el paves. 0 bien, sl un Rey era regalado can varies regales par el -70Almirante, hacta lleverlos, de vuelta a su tierra, como procestonelmente, cada uno de ellos a cargo de un hombre principal. Ole. 13, Sto. Dom.-AI tlernpo que toda lIqueUa gente estllba Junta can los crlstianos vteron venir una gran blltlllhl 6 mullitud de gente can el marldo de la maier que hllb(1I el Almlrante honrsdo y enviado, IIIcU1I1trll(lIn cebellere sobre 8U8 hombros, y venlen a dar Ills llrllcills a los cnsnenos ... Die. 18, Sto. Dom.-Dijo un merinero que I~ habia topedo [1I1Rey] en el camino y vlsto Que todas Ills COSIISQue le habell dado el Almirllnte. y cada una de elias llevebe delante del Rey un hombre. Ii 10 que ~'lIreChl. de los mas honredos. Los indios se pereclen, como hemos visto, por los enlllos y collares. Pues, y por los guantes? Los guantes habfan de ser de una extrafHsima insolencia. Mas que los zepetcs. Los dedos de los pies no hablan: los de las manos sf. Los guantes serfan como una cerarule dentro de la que se formarfa, como con sonora y misteriosa oquedad, la expreslon del lenguale manual. Un Iefe enguantado intimaria con sus dedos ordenes magicas y elecutlvas. EI ver pasar un anillo por los dedos les lIenarfa de esombro. Pero los dediles de un guente, uno por cada dedo, mucho mas. E,I Almirante regalo a un cacique una camisa y unos guantes. La cemlsa fue, a buen seguro, como una camisa magica, una camisa de fuerza sobre todos los vasallos. Pero, y los guantes? Los guantes mucho mas, porque tocaban de su oculto poder a la mano, el 6rgano de expresi6n y mando por excelencia. Cada uno de los dedos revest/dos de un dedil, fue sin dude, al punto, intimando gestos y ademenes. como una lengua, como un decreto. Die. 30. Sto. Dom.-Y Ie puso [el Aim. III Rey] en el dedo un grllnde anillo de plata.. porque hebfan dicho Que vieron une eortiie de pilltll a un marinero, y que habra hecho mucho por ella. Die. 26, Sto, Dom.-BI Seflor ya trll(1I camlsa y gUlInJes quel Almlrante Ie hllbCIIdildo, y par los guenree hizo mayor fiesta Que par calla que Ie di6. De los obietos de los blancos, los prlrnitlvos se impresionan, especlalmenre, por los que estdn hechos para sonar, como esqullas, cascabeles y carnpanes. Estos instrumentos hablan. Que dicen? Oh que mtstertoso sonar en la soledad de los campos el de una campanat Nuestro lenguale castellano, en virtud de una representacion t6pica, rarnblen cree y dice que la campana hebla, y al badalo llama lengua de hierro. Una vaca provlsta de un cencerro, sola por el campo, serta para los primltivos como una vaca fentasma, -71La representaci6n del sonido de los artefactos son adores no 5610 la asoclen los prlrntnvos eon la del lenguele: sino tamblen con la de 1<\5senores ternpestadee t , El sonar de una campana puede atraer las tempestades 0 puede ahuyentarlas; porque es indiferente a las repr,~sentaciones colecttvee- el polarlzarse en un sentido 0 en otro. Se establece una prelig aclcn entre el sonar de una esquila y el rrepldar de un trueno. Un prtrnitivo, en poder de una esquile 0 cascabel, seguro es que, baio el poder de la preligacion esquild-Irueno, ante el tron.do de una nube heg a sonar su esquila como para exorcizar un sonido con 011'0. Los indios de Santo Domingo se volvlan locos por los cescabeles de que iba ben proveido el Almirante. Y bien dernuestra esro 10 bien que le navegaclon precolornbine, y en especial la portuguese en torno a Afri,:a, tenia tornado el pulso a los caprichos de lei menlalidad prlrnitiva. Die, 26. Sto Dom - Vino otr a cano a de otro lug ar que Irilla ciertos pedllzos de oro, los cu ale s querfa der por un cM'Cclbel. porque otr" c- -Scit"nto no degeaban como cescabeles. Que aun no lleJa lil canna a boroo cueno« ll"rnclb.-;n y m,,~lrdban los pedazos de oro diciendo chuq chuq por caseabelcs. que e,.,lan loco-, (lor enos. Despues de heber visto esto , y partiendose esta» canoas Que er an de los otroa lug eres, lIamaron al Almirilnte y le rog eron que les IlltlnddSe guarder un cascabel haste otro dla, porque tr aerte ell stru pedazos de oro tan grandes como Id mano, No menos que 10 anterior debi6 impresionar a los Indigenes III religi6n de los blencos, rn anifestada en algunCls palabras, actos y adernanes externos: pleg ariaa, genuf)exiones, crucisig nados, rnenos supinas, cruces, imi1genes, etc. Los indios, apoyados de su prodlgiosa memoria, repetirtan en latin, al pie de la Ietra, el Ave Marfa y la Salve. Y se signartan y perslgnartan con un exacro remedo del adernan de los blancos. Pero de la devocion manifleste de los blancos, 10 que mas hubo de lrnpreelonarlos, fueron las grandes cruces que Col6n hacte enclevar en la marina de las lslas antes de abandonar los puertos naturales, celas y ensenades donde estebe surto. Veten los indios elegir a Colon los mas valienres troncos de sus floresras. Transportarlos a un ciertc luger. Alii, intervenir a los aserradores y carpinteros de los barcos. Despues hacer con los maderos un cierto artificio. Y, finalmente, enderezar le cruz y deierla enclavada, descollando sobre todo el elcence. Los blancos, a contlnuacion adoreben. Los indios les imitaban monas. Los blancos se marchaban se colocaban en derredor y en todos sus adernanes, como satisfechos de su piedad, y allf -72quedaba le cruz, foco de poder magico, poderoso, a reslstlr todas las evenrdes de los tlernpos. Cruces como equellas, entre los pueblos salvajes, suelen quedar para siernpre. Se dice haberse encontrado cruces normandas medievales en Groenlendte. Los navegantes espanoles del XVI soltan encontrar enhlestes las cruces que colocaben unos yotros. Nov. 1.°, Cuba. - Esfll gente, dice el A/mirilnte. es de III mlsrna ce lided y coatumbre de los ofros helledos , sin ningune secte Que yo conozce, Que raslll hoy equestos que traigo no he visto hecer ningun a oracion, antes dicen la Salve y el Ave MarilJ con las manos II) cielo como Ie amuestran, y hacen III sefiel de III cruz. e Nov. 12. costeendo Cube,»- V( conozgo (dice el Almirante) questa gente no tiene secte ningune. ni son Idolatraa, selvo muy mensos , y sin Silber que sea mill, ni mlllllr ;j orros. ni prender, y sin errnes, y fan ternerosos Que Ii una persona de los nuestros fuven cientos dellos. eunque burien con e1l05. y credulos y cognoscedorea que hay Dios en el cieto. y flrrnes Que noson-os hebernos venido del cielo, y muy [prestos] cualquier oracion Que nos (es dig amos Que digen, y hecen la sefial de la cruz a Die. 18. Slo equelie orecion Dom.-Puso una cruz muy poderose en rnedio de le plaza de poblecion, a 10 cual eyuderon los indios mucho, y hicieron, diz, Que y la edoreron, y por II! muestra que hen espere en nuestro Sefior el Almi- rente que todes aquelles istas han de eer crietlanea. De entre los grupos de obleros de los blencoe que excitan la impresionabilidad de los prlmltlvos, hay que desracer el lntegrado par las arrnas, est blancas como de fuego. Los primitivos no conocen nlngun metal industrial, porque suelen vivir en un esrado anterior al del bronce. Los indios de America no conoclan sino el oro, con el cual no fabricaban utensilio ninguno. Solo utilizaban para sus menesreres madera, arcille, pedernel y flbras vegeteles. Celculese, si es que puede calcularse, la irnpresion que lrnpondrla a los indios un metal, tan aieno a sus representaciones, como el acero de fila! Realmente es muy diflcil, sl no impos'ble, que nos pong-amos en su caso. Tengase en cuenta que las fleehas de los antillenos eran de vara y cana. Que no tenian la mas leve idea de las ermes de acero y sus eplicectones, Que, par tanto, una pequefiita herida de espade, producida a un indio, hebta de hacer que quinientos huyeran ante cinco. Temo mueho no poder ser expllclto para ponderar -el animo perturbado de los indios ante el ecero, Su efecto tengo yo que serta tan grande como el de los caballos y canones. Y can esto creo haber dicho cuanto se puede eucarecer. -73Die. 3. Cube> e hizo Uno de elias se adelanto en el do junto a la papa de le berea, una grande platicil que el Almirante de cuando en cuenco alzeben sdb" el Aimirclllte indio y rnatar, indios, no ente ndia, s elvo que los otros III cielo y deben una grdnde cue 10 dsegurablln Y que II's plada tra{a demudarse la card y ernorillo que conaigo rnucho. diciendo las rnanos por sendS quel Almirdnte llegose dln y enh'ndi() eri stiano 1'1 Almir,wle de su venide; como armada. que Ins d"efd que los Pen- pero vida III la cere , y ternbleba se Iues e ru~ra del do, que ten{d una batleste indios VOl. que los querfan a y moslrola rnetarfen todos, los porque aque l!» h"llet.t'l nr abo leios y rnateb a. Ternbien torno una esneda y Iii SilCO de In diciendo 10 rni smo , In cuel oido por ellos dieron todos is huir er en muy muchos, todos tefiidos de colorMlo y desnudos como su madre los perio, y cligunos dellos con penacho s en Iii cabeza Y otr ss plumas. Enero t,), Sto Dom.-Vil~ndolos venir corriendo ii ellos, estendo los crletlanos i1perciblcns .. arremetieron los cr istianos d elloa , y dieron Ii un indio una gran vain a, IlInstr,~ndnseld cuchillade visro en lilS lIal~"s. y a que podf<1n g'ilndr poco cincueuta y i.mtos. otro por los pechos hir ierou de una sael<'l; 10 cUIlI eunque no eran los cristianos uieron Ii huir que no cuedo sino ninguno , dejando siete y ellos uno aquf IllS flechas y otr o <'llii los ercos lin calion, para los prirnrlvos, es un disparador de proyectlles de carecter prineipalmente mistlco; y, por tanto, de un poder mucho mayor del que r ealrnente tiene para el ertlllero europeo que 10 menele. EI prirnitlvo confunde el desvenecirnlento con la muerte. De uno que se desmaya suelen decir que pereee. EI dlsparo de una selva de carton les atlerra desvenecidos a una gran muchedumbre; la cual, en su lenguale, despevorida, muere y perece , Tales eran los efeetos que a cede paso provocaban las lomberdes inocenres ce la Pinta y de la Nina. Y es grecloso que Colon ceta en le cuente de hacer los alardes, asl que Ie hebleban los indios de los Ceribes. Como Ie rnentaban la palabre, al punto saceba a relucir todo el poder de los Reyes de Castilla; con que los indios, cuya pliifica era solo ecerca de los hechiceros, se veian respoudidos en adecuada y congruente conversecion, viendo que el Almirante prevenla una mag ia CO(I otra mayor. 0 entendlendo tal vez que el Almirante respondla que si: queios espenoles eran carib, como iban a vel' por las muesues. Die 26, Sto Dom. rnano]o de flechas. yel " y el Almiranle Almlr enre hizo tirer envi6 por un area turquesco Ii un hombre de su cornuefiie, y un que si'lbf" detlo; y 1'1 ,senor. como no sepa que seen arrnas. nor que no las lien en ni las usan. Ie nerecio gr en COSiI .. Manda el Alrnirente gilrdd, lIado. tirar una lornberda y una espin- y viendo e ef<,CIOque su fuerza hacian y 10 Que penetraben, Y cuendo S.l gente oyo los tiros ceveron lodos en tierra. qued6 merevl- -74Enero 2, Sto. Dom. -SlI1i6 de mllftana en tierra para despedirse del Rey Guscan!lg'ari, e pertirse en el nombre del Senor, e dlole une cernlse suye, y mostrole la fuerzlI Que tenlan y efecto que heclan las lombardas ... porque vino 6 prop611ito de platlcar sobre los cerfbes, con quien tienen guerra, En clerra ocaslon Colon, por haleger a un regulo de Santo Domingo, orden6 una escaremuza sobre sus naves. Los pdlidos y eparecldos de los prirnitivos no suelen danzer. Los blancos no habtan dado a los indios el espectaculo de una danze. La escararnuza era una danze. Tal vez una danza macabre: pero una danze. La danza, entre los prirnirivos, es un preludio dramartco de caza, con que se prevlene el buen suceso para con las bestias, cuyos movimlentos se imlta. Una representaci6n dramzitica. Lo misrno aquelle escerernuza de los marineros. Y si ecaso les vieron encerarnados a los rnzistiles, cierto que no dudaran, sino que remedeban una ceze propia de gateadores sobre los arboles de un bosque. x EI sentimie:nto de la propiedad afecta entre los primitivos caracteres muy pecu.iares. Aun en medio de la comunidad de la tierra y de las mujeres, el primitivo siente la inalienabilidad de su cuerpo, de las partes y excrecwcias del cuerpo, como el cabello y las utias, y de los instrumentos de guerra y de trabalo, como arco y flechas 0 pedernal para dolar la madera. De vestidos no hablemos. Pero este tnallenabllidad, que es UII valor absoluto, como todos los prlmitlvos, no es una propiedad, de cuyo senti do carece. Una propiedad absolute; no afectada de la llbertad de transmitir ni de tester: que ha de ir a la sepultura; que no se sabe distinguir de los miembros del cuerpo, no es propieded. La propiedad solo existe, por definicion, como valor relativo, movilizado por el senti do de la libertad. El sentimiento de le inalienabilidad es rntstico. Los objetos son lntransmisibles. Su transmisi6n tmpllcarta una entrega de la personalldad. Enrreger un cabello 0 un erco, vale como entregar un retrato (prlmitivo), como entregar la sombre (a medio die, cuando mas se reduce); es decir, equivale a entregar la personalidad. De ahi el temor a los hechiceros, los cuales se apoderan de la personalidad. Una vez apoderedos de ella, que no es sino el individuo, que haran sino comersele? No concibe otra cos a el primitivo. EI miedo a que Ie posean es mledo a que S(~ Ie cornan. A pesar del antiguo temor, una vez que se conslderan poseldos, ya no huiriin; procuran sacar los beneflclos postbles del pcseedor; perc ni huiran, ni duderzin del derecho a comersele. EI hechicero no puede hacer sino comer, que es el unico titulo (absolute) de propiedad. Identificar a le victima con su propia esencla mediante el alimento. Trocarlo, venderlo, no puede: no existen velores reletivos. No hay sino comerlo. Se rreta, pues, de una rnistlcofegla, Iamas provocada por el estado de necesidad. No podernos, pues, heber idea de 10 que en realidad es. Los primitivos se sienten como individuos que se mueven en el medio de las muleres, de quien nacen, y de la tierra, de qui en se alimentan. Ambos no son sino uno solo y mismo medio y principio -76femenino. EI medio es 10 iinlco que en clerto modo no forma parte de la personCllidad. Su aprovechamiento es cormin. EI escnipulo para entregar unas panochas de metz, 0 unas riarnes, 0 una rnuler, 0 algodon, 0 papagayos, u oro, sera mucho menor que el que sentlren, de seguro, el entregar un arco 0 un negro de una. A 10 que en cierto modo equivale el canibalismo primitivo ea, en la menrelldad conceptual, al derecho de servidurnbre sobre un esclavo, 0 al derecho de presraclon de serviclns. Un conceptual que se apodera de la necesldad de un hombre, Ie convierte primero en esclavo: mas tarde Ie ofrece un contrato de serviclos, con eperiencia de libertad. Un primitivo que vlve en la ebundancla (la necesidad es . del grupo) se 10 come. Entre los conceptueles la explotaclon del seme-> jante supone la necesidad. Entre los primitivos se da 15610la absorci6n mlstlca, POI' el alimento, de le personelidad de los sernelantes. Ni es necessitas, ni ambitio, ni libido efectiva. Es slrnplernente un lrnperattvo del grupo mediante ciertas preligaciones que imponen las presentaciones colecrives, como verernos en otro luger. La afrenta tradicional de los blencoe, que conslste en llarnar a un semelante servikin 0 esc/avo, no puede existir entre primitivos. Agrtwio 0 Insulto primitivo equivalente, 10 fue aquel de un indfgena de la Guinea Alemana; el cual, segtin soltamos oil' de un misionero aleman, increpaba a un otro: «Mi padre-Ie decfa-se cornlo a tu padre». Nada mas atroz han inventado los blancos que tampoco inventaron un nuevo pecado capital. Bien es verdad que, si en la conciencia del indfgena tenfa cabida el egravlo, serte por ester su mentalidad rnodiflcada POl' el contacto de los blencoe. entre los prlmltlvos no puede heber inrercarnblo de productos. No puede darse entre ellos-dicho a manera de absoluto-e-ningun triHko mercantil ni nade que se Ie perezca. Desconocen la moneda. Desconocen la perm uta de productos y de obieros. Sl trocaban obleros con los espefioles, el trueco, como ahora verernos, no ruvo ni POI' 1':lS sernelas, el mes leve caracter de mercantil. Colon, que, como es natural, treflcabe para Interpreter a los indios, s610 con conceptos, aplico ill hecho del intercarnbio, durante todo el vleie, una serie de concepros mercantiles. Hasra lIeg6 a esperar, bien que una sola vez, la lIegada de mercaderes a la costa, para venderles los producros que lleveba de Espana. En orra oceslon penso que el oro de Santo Domingo procedla del rreflco con orras Islas, cast conslderandolo como rnoneda. Y haste en otra crey6 vel' en UriOS isle nos clerta habilldad para debatlr y regeteer el pago del -77oro que daban a los espattoles. Pero, clare esta, -ni creo que en ello debe insistir-no hebla nada de esto. Lo unlco que pudlera llevar a confusion en el Diorio de Colon es el uso de ciertes palebras lmproplas, como pego 0 pagamento, regatear, rescetar, mercaderes, oro par dinero, etc.: las cuales deben ser desechadas de todo punto. Noviembre 1 ". Cuba --Dijeron (los indios] por seties que anles de Ires dias vernten muchos m ercederes de Id tierra denrro a comprar de las cos as que alii \levan 105 cri~lianos. y darlan nuevas del R.:y de aquelta tierra, aegun se pudo entender por Ids se nes que deban, queataba de ailf cuerro [ornudas. porque ellos hebien enviado rnuchos por toda le tierr e a Ie hacer saber del Almiranle. Die 17,5(0 f)om.-Dijo el Almirdnte que creta que en aquetle Isla Espafiole ni en la Tortuga hrbtese mines de oro, sino que 10 rraren de Beneque, Y Que traen poco, poroue no nenen aquellos Que dar por ello. Oct. 16. Fernandina .. Este genre (de la Fern andin a] es sernelante ii aquelle de las dichas isIM .. y Ulld f'1blil Y un es costumbres , salvo questos yd me parecen algun tento mas d>meslicd genie. y de tr acto, y mas sotlles. porque yeo que seben rneior refe[r]tdr el ;lagamenl0 que no hacian Ius otros A menudo le entrega de productos por los indios no afecta caracter de intercarnbio. Antes de desernbarcar los espefioles llegeban a las naves los indios en sus canoes, 0 nadando. Y a tiernpo que mostraban 10 que tretan, grltaban: «Tomad, tornad». En esto no hay nada que dige a intercambio. Y ya en 011'0 lugar de este trebelo queda explicac.o como of rend a y obsequia debida a los aparecldos del cielo. Es de notal' que el misrno Colon, junto a la descripcion de cuelquier intercambio , sue le epuntar la representacion india de la caida del dele de los blancos; como si los indios relaclonaran can ella los cernbios que efectuaban. Die. 2:5. Sto, Dom.-·Dice [el Almiranle] Que aquella horn cree heber venido Ii III nao mas de mil pereonas . y que tod.rs Iraidn dlgou de 10 que poseen; y antes que lleguen a menos vinierun la neo, con rnedio tiro de barlesta, 10 que tr.ien diciendo a Ii'! n co nadendo e Tomad, se levanten en sus canoes tornad •. Tarnbien par no tener canoes. Y esl·,bd y tornen en las cree Que mas de quinientos surra cerce de media legua. 5i le conducta natural de los indios y sus productos respecto de los blancos era solo la de ofrendar la obsequia y el bodigo, sin exigtr a cambio nada, como se explica el Ienorneno solido durante todo el viaje del cambio de obietos y productos? Los aparecidos en los suenos no suelen enrregar nada a los prirnitivos. Exigen, en cambro, lnexorablernente, devoclon y ellmento, y la aporracion de orras coses y elecuclon cie ciertos menesteres. Lo que dan de sl, a cambia de todo -78esro, es la prorecclon y auxilio en las cultas del grupo 0 de Ja familia: 10 cual no se maniflesta en la entrega inmediata de nlngtin obleto, C6mo, pues, si los blancos cumplfan con 10 suyo asegurando su protecclon y su tutela, exigirles, edemas, la entrega de obletos a camblo de las ofrend as? Los indios codiciaban loeamente las chucherlas que lIevaban los espanoles: pero nunea las hubieran pedido, porque lgnoreban la meceinlca del intercambio. Abandonados a sf rnlsrnos, se hubieran quedado sin elias. Se hubleran Jimitado a ofrecer a los blancos 10 que tenlan, y, de su parte, a contentarse con tocerles los vesridos y eJ cuerpo para eerciorarse de que eran esplritua, como solian hacer. Y digo cerciorarse porque el regimen de BU dlscurso, no siendo puramente conceptual, no podia ser, cuento al resultedo de la prueba, proximarnente asl: los vesridos y cuerpos de los blancos son reststenres: luego no son espfritus. Sino este otro: 'ofrecen resrsrencte, y, sin embargo, son espfritu'; en que se epllcan a la vez dos predicados contradictorios. La mecanlca del intercambio (y esto es esencial) se 1(1 ensefiaron e irnpusieron los espanoles. Una vez aprendida apareclo una morlvaci6n nueva en que antes no habian cafdo: la de enrregar sus productos, no ya como ofrenda, sino como medio de adquirir 10 que tanto codiciaban y nunca antes habian son ado adquirir. 0 bien que Ja codicia les naciera como veien que se reaJizaba la adquislcton. Con la primer adquislclon nacio la primer codicia actual y la poslbilidad de rodas las restentes. Colon 10 de a entender paladinamente: «por la gana de haber de nuestres coses, y teniendo que no se Ies ha de dar sin que den algo». La sed de oro de Colon puso en movimiento, que no habia parer, la nueva mecanlca del intercambio-gran aprendizaje-y el heblto de desear vehementemente. Pero aun no queda explicada la extrafia mortvaclon, Por que deseaban locamente, haste perecerse por elias, las chuchertas de las naves, y haste toda suerre de coslllas y fragmentos despreciables? Tamblen esto 10 reflele paladinamente Colon. Porque las cosllles espanolae, aun las mas vlles, dice en una ocaslon, «las ten Ian a gran maravtlla». Y en otra ocaslon dice, en una expresion mas signiflcativa, «porque las tenian por rellqutas». En verdad que todo 10 que les daban los espatioles 10 ternan por reliqulas: ee decir, 10 constderaban henehido de un valor rnfsrlco absolute, y mediante una representacton participatoria del mlsmo -79valor que los blancos eran. Se trata de una participaci6n de las acostumbradas en les representaciones colectives de los primitlvos. Todas las reliquias estaban tocadas del valor mistico de los blancos, Y, por tanto, todo podrIa ser reliquia: todo, sin excepclon, 10 que de alguna manera hubiera participado, por contacto a por novedad e insolencia, de la esencia mtstica de los blancos. Por tanto, no s610 eran rellquias codiclebles los dties, avalorios, cuentas de vidrlo, anillos de hoiu de leta, ca.scabeles. collates, etc.; no solo eran reliqulas los pedezos de IdS escudilles y pucheros rotos: sino tarnbien, por eiernplo, los pedazos de la piel de una tortuga, rnuerta precisarnente por los blancos ante 105 o]os de los lndtgenas. Die. 23. Sto . Dom.-Daban tambien los populares de los rnismos pefioa, y otr as coses de sm. ces es a los meriueros. por pequefie COSil que les deban , la cual segun III recibien pareda que le estimeban por reliquias. Yd a la tarde. queriendo des pe dir , "I R.:y es rogdh<l que agudrdasen hosld otr o did; 10 rnisrno todo el pue hlo , Oct. 22 Cabo del Is/eo -Algunos dellos tretan algunos pedezos de oro colg ados ill n eriz. el cuel de buena gilnll deban par un cascabel destos de pie de giwilol\o y par cue ntecille s de vidrio; mas es tan poco [el vidrio y cascabeles] que no es nada: que es verdad Que cualquiere COS<lque se les de ellos ternbien tenten Ii gran rner evitle , Y cretan que er ernos venidos del cielo. Die. 3. Cuba. -Los marinero s habian rnuerto una tortuga y le cescare esteba en le berea en pee ezos. y los grurnetes dabenles deile como la una, y tos indios les deben un meno]o de aZdgllyall. Como se ve, en to do )0 anterior no hay ni sombre de intercambio rncrcantil de productos. La motivaci6n, pues, no era de carecter mercantil; sino exclusivamente mlsrice. Aun la rnlsrna motlvacion era un valor absolute, y, por tanto, inmesurable. Y pues 10 era, ternbien era inmesurable Ia mecanlca misma del intercambio. No habla transacci6n propiarneute dicha, ni permute estimada, ni medida alguna para medir los obletos cambiados. Estarnos en una esfera alene a la medida. Lo daban todo, rodo, POI' una arlsta de un pedazo de un s6rdido puchero. Como dice Colon, dan 10 que se les pide sin declr que es poco. Los que pedtan eren los blancos, Y su medida iba en la estlmaci6n de 10 que pedian; que era slernpre esto 0 10 otro. Die. 3. Cuba. - Ellos son genre como los orros Quehe haJiado (dice el Almirente), y de la rnisme creencie, y cretan que veniarnos del cielo, y de 10 que lienen luego 10 den cor c.uelquiera cosa que les den. sin decir quell poco, y creo que lIS( harfen de especerie y de oro si 10 tuviesen. -80Die. 21. Sto Dom - Y no ae dign que, porque 10 que dnbl," vnl(n poco, por eeo 10 deben llberelrnente, dice el Almirnnte, porque 10 rnisrno hectan, y Ian liberalmente, los que deben pedezos de oro como los que deben celeb ezas de agUll. Oct. 13, San Salvador.-Y todo deben por cUlllquier cosa que ee les diese . . . . . . . . . . . . . . . . . Yestll gente harto manSll, y por III ganil de heber de que no ee les he de dar sin que den algo y no 10 tienen, echen luego a nadar; mas lodo 10 que tienen 10 dan den; Que hastn los pedezos de Ies escudilfes y de las ceteban, nues'tra~ C~S~/'I,' y 'te~ie~d~ loman 10 que pueden y se par cuetqutera cos e que Ies tazas de vidrio rotas res- Solamente un Jefe (el progreso posible de los prirnitivos radica slempre en los jefes) creo genialmente una suerte de medida. Die. 17, Sto. Dom. -- Vier on a uno que aquelle provlncle, que Hamlin Cacique, un nquella hole de oro, y pareda que In querfe los otros quedaron en III pleze, [playa?] y el trayendo cede vez un pedezuelo resgetabeto. I~I se hubiera contentado tuvo el Almiranle por gobernedor pedazo tan porilnde como la mano resgiltar; el cuet se fue d su caae, hacte pedezuetos de equelle pieza, de de y y con una sardine 0 con un cascabel. Pero Ia responsebllidad de su situaci6n era grande. De tener la mlsrna reliquia que rodos, 0 en Ia misma cantidad, su prestigio hubiera padecido, seguramente. Necesitaba tener mas que nadie. Necestraba aceparar. Y aquf de un prodlgio de ingenio, de los mayores, sino el mayor que en anima de indio se revela en todo e) Diario. Tenia el Cacique un pedazo grande de oro. Lo hubiera entregado entero, como cualquiera de los ruines del grupo. Pero era Jere. Di6 en 10 siguienle. Se fue a su case: 10 hizo pedazos chlcos. Y a cada pedazo hizo un vlale a la playa a rescatar de las reliquias de los blancos. En 10 tinlco que no esruvo acertado fue en no ehorrar tanto lr y venir. Pero ya era mucho pedir. EI esfuerzo POI' la medida en aquel barbaro es admirable. La voluntad porIa medida y por el poder Ie desperro una conciencia y un lngenlo. Yen el fondo no es esto otra COM sino 10 misrno que hizo grandes a los medlterraneos: los cuales surgtan a la civilidad, conservando muchos resablos prlrnttlvos, de en medio de la prirnitlva mentelldad que un dia hizo verdaderamente iguales y esnipidos a rodos los hombres. Xl La ernpresa reallzada por Colon implica una volunrad lrnponente, cuyo solo espectaculo es de los mas esornbrosos que heya presenciado la Hurnanidad. Pero este querer imponente, para no ser informe y no ser nada, hebla menester de un contenido conscienclal adecuado y cle ro. Un contenldo callflcador en orden a su destino: quiero decir un contenido cientlflco suflciente. Colon pudo realizer BU ernpresa gracias a su preparacion cientifica, logracla y apurada cuanto podia ser en BU tiempo. Sus conocirnlenros eran extreordinarios en cosmografia, cartografta, estronemla, etc. Dero adernas dab a su temperamento cebida a un telento positlvo e invesligador, muy notable, para entender y buscar en los fenornenos de la Naturaleza; y buena prueba son de ello sus descubrimientos ecerca de las variaciones de la aguja rnagnetlca. La ciencia antlgua y le ciencla nueva, que apuntaba, sezonaban en el y se rernozabau. Arlstoreles y Ptolorneo, y le decantaclon de sus seberes a traves de los slglos, hallaban en Colon un nuevo y firme nivel. Haste Arlstoteles hay que ascender, para encontrar una de las fuerzas decisivas que acabaron 10 empresa de Colon. Pero si presclndirnos del con ten ida cientifico y nos atenemos solo a aquel querer primero, nos encontramos con elgo puramenre presentetlvo, heroico y volucre, que rambien posee, ernpero, sus determinaciones. Son principal mente ernorivas y poetlcas. Platen, con sus fabulacic nes cosrnogonicas, su edad de oro y sus isles beatisirnas, se clerne sobre el querer puro de Colon y 10 matiza esplendldamente. De S(:neca rarnblen supo Colon, como en profecia, que Thule no serla la ultima de las tierras. Y de la rnlsma manera que hubo que ascender haste Arlstoteles, por una de las vertientes, para explicar el fenorneno Colon, por la otra habra que ascender haste Platen. Y sera bien dicho ascender; porque 10 es hasta la region en que se forman la luz y las sornbras, y los contrastes de arnbas, y adonde aspiran los suenos, 6 -82Los lazos Que etaban en grupo compecro y emprendedor a los que iban en las naves camino de 10 Nuevo, eren principalmente sentimentales. Asegurada peseleramente la subslstencla de aquella gente sobrla, que sino una emoclon les lrnpulseba? Durante todo el camino, Col6n no tuvo que atender sino a los terrores, las supersticiones y los anhelos de su genre, que, por ir rnuy apegados en breve reclnto, se los comunicaban aceleradamente unos a otros. Pedlen seneles equellos hombres con que tramitar los grados de su emoci6n. Col6n les hecta reparar, potenciellzdndoles, en todas las que habfa a mano: palaros, rornplentes, maderos por el mar, etc. Y aquel viento contrario, que bien que Ie sirvi6 a Col6n para sus Onesl Un viento contrario; pero que, slendo la senel de que los volverfll a Espana, les fue a todos favorable. 22 septlembre.-Mucho me fue neceeerio este vlento contrerlc, porque mi ~nte andeben muy eslimulados que penseben que no venteban eetos mares para volver 6 Espaftll. Se de a veces en la leyenda y en la historiograffa de Colon una grosera contradlcclon. De sus tratos y contratos con los Reyes Catollcos, de su goblerno en las isles descublertas, y del trato que apllceba a los esperioles y a los indios, ha po dido inferlrse que el m6vil de su conducta era iinlcamente la codicia de poder y de oro. Y a esta codicia, como valor relatlvo que no rebasa los Ifmites y los intereses del indivlduo, se ha querido caractertzer, al mismo tiempo, de impulso suflclente a la gran empresa. Esto no es poslble. Veamos primeramente que era el oro para Col6n. EI oro, como valor popular, sobre todo para las clases que han vlvldo al compes de un ritmo casi tinlco y monotone, enlre el trabelo y eJvivir, por no heber alcanzado una valoracion relative de equlvalencta entre el trabelo y el dinero-el oro ha sido siempre un valor ebscluto, dotado de calidades indistintas de azar y de magte. EI oro, en tales condiciones, aun en los parses en que de antiguo se utiliza COInO patron general representativo de valor mercantil, y como instrumento de contraracion, ha mantenido ciertas calidades mlsterlosas que Ie esemelen algo a un mana de los primlrlvos. Estes condiciones obraron misteriosamente durante la Edad Media, en que la escesez de oro lIeg6 a ser mayor aun 0 tan grande como en la Antigiiedad. EI oro que buscaba Colon era un valor casi absolute: no un valor mercantil como el que hoy conocemos y traficamos. Esto hay que tenerlo muy en cuenta para interpretar a Colon. La definicion mas -83adecuada que creo Clue pueda hacerse del oro de Col6n serfa esta: un valor casi absoluto 0 absolutlzante, susceptible de servlr de lnsrrumento a un valor e ideal absolute. Cual era este ideal? Col6n manlflesra a cada paso, paladinamente, cuel era su ideal. En esto no cabe discusion, ni es lfcito poner en duda la sinceridad de su requerimiento. En orden a los ideales sentidos, no cabe que haya adornos y ter~~iversaciones; como en la heraldlca de una epoca propiamente heraldice no se dan adornos superfluos en los escudos, en que todo tiene ui sentido. En Col6n, suieto de ideales (si n6, no se Ie explica), no cabe el adorno de la reticencia 0 de le mentira. Su ideal era de eonquista y reedifieaci6n de la Santa Casa de Ierusalen. Se Ireta de un ideal hist6rico de actividad human", senrido a rnanera de absoluro. Colon agotaba todo el proceso de su ser y de su hecer en aquel ~.Il ideal. Despues de el, el rnundo 110 Ie presenraba ningun enigma. No necesttabe saber, no neceslrube querer mas sino aquello. Era su su eno y su cielo. 1:1 valor ciez o, ahsoluto, presenreba sus ceracteres, rnetizeindolo cnerglcemente, (1 SIl instrumento iinico , que era el oro que iba a buscar a las lndias. Para Colon, va en camino de America, el oro cobra todos sus derechos, EI instrurnento 10 es todo. Y parcce como que se esfurna el ideal. Pero el ideal persiste slempre, dan do razon del instrumento, y esta delante de el. aunque no se Yea, como la meiqulna proyectora delante de la pantalla. EI oro, pero el oro irnpregnado de mistlcas calldades, es el que nos va a explicar fa conducta de Col6n y el sentido perrnenente ique dio Colon a la colonlzacion de America. La influeneia de Colon se agranda y extiende par estes consideraciones enorrnernenre. EI oro era para Colon, como para los antlguos, el hiio unigenito del 501, engendredo por el en 10 profunda de fa tierra. El 501, con sus eclipses, el cotidiano naeer y morir, sus carninos, es mana, agente de mlsterios. A ciertas zonas del mundo envta sus rayos predllectos: alii, en la zona t6rrida, nace el oro. Colon en su viale va huyendo del frio: en busca del calor: en busca del oro. Asi, ayudado edemas de las corrlenres, abandono, al punto de partir, la latitud de la peninsula y zona templada, y se engolfo en los rroplcos, hesta que se vi6 detenido en las Antillas. Nov. ;}9, Costa de Cuba, neveeendo.s-uo» e ste calor que 1I11i et Almirante dice que padecta, arguve QU'~ en estas lndlas, y por alii donde endaba, debia de heber mucho oro. -8488tO tuvo una transcendencta inmensa. Di6 un giro Inmodlflceble a la colonlzaci6n espanole. La cual fue, merced a Colon, coloniseci6n eminentemente tropical, a diferencia de la Inglese, que se flj6 en America precisamente entre los mlsrnos paralelos en que esta slta la peninsula iberica. Los destines de Espana quedaron fliados definifivamente merced a los prelulclos y velores absolutos que llevaban a Col6n. La expansi6n de Espana afect6 la forma de la plantaci6n y la minena: no propiamente la de la colonia. En el libro de D. Joaquin Maldonado Macaner, £1 Arte de la colonizacion, se distingue entre la plantaci6n y la colonia. La primera la imponen los tr6picos: en ellos se cultivan las especles, el aziicer, el cafe, el tabaco y se produce el inocente chocolate. Los europeos encuentran alii condiciones extranes a su raza y a los producros de su clima. Tienen que modiflcarse y perder su manera de ser, Tienen que respetar y abandonarse a las razes de color, y mezclarse con ellas, La ernlgracion a tales zonas no suscite las reacciones que provocan, al mlsmo tiempo, el aumento de la poblaci6n en le colonia y en la Mefr6poli. La colonia, de antlgua tradlcion, veri fica su emigrecion como por un instinto natural, a la manera de un eniambre. No por una exaltaci6n caltda de ideas y picante de especles de valores. Es un instinto civil y humano. Los colonos eporten, con su trlgo, sus penates a los nuevos parses. Allf 10 siembran y 10 recogen al calor de los rnlsrnos hogares de la perrla. Aportan tamblen la rustic a vid, cuyo hijo es poderoso. Las poblaclones primitivas desaparecen, naturalmente, vfctimas incruentas y forzosas del contraste de dos mentalldades. Los colonos no se mezclan con los indfgenas. Pero, como por un milagro, la colonizaci6n espafiola, que estaba orlentada por Col6n a la plantacton y a la mlnerte, evanzando hecla el Sur, pasando a otros cielos y a otros mares, y, entrando en escena la gran figura de Magallanes, se propago hasta la zona ternplada austral. En las reglones mas australes de America naci6, modestamente-tanto imperaba el prlrnero movimiento-, una nueva colonizaci6n, que 10 era, y que es y sera el asidero mas flrrne, y el cable mas redo que la viela Espana ha lanzado hecla el porvenir. Oh que coloquios los que Col6n tiene con BU Dios y con su Oro, a soles! Nada tan emocionante como esto en su libra. No es posible que un rnero valor mercantil produzca tales intimaciones y tales intimidades. Quien ponga en duda mi tests y esto que digo, lealo y vera. La celida deprecaclon bastara a convertir el oro en un rio -85f1uyente que manase, como una fuente de gracla, de las manes del Senor a quien 10 pide. Tanto apura las rices y ocultas calidades del metal en su plegarla, y 10 depura de todo 10 que haya en el de valor mercenario y de cantldad! Die. 23. 810. Oom.r--Y lorna a decir [el Alrnirente] que cree que debe heber mucho, porque en Ires dfall que hebia questeba en aquel puerto habfa habido buenos pedazos de oro, y no puede creer que alii 10 IraiR'dn de otre lierra Nuestro Setior, que tiene en las monos todes las casas. vea de me remedier y dar eomo Iuere su servicio: estes son palebras del Almirante.. Nuestro Setior me ederece por su pieded que Jralle este oro. digo su mine, que hartos tengo equ! que dicen que la saben: estes son ptllabras (del Alrnir ante]. Colon, hombre enteramente devoto a su ideal, uso (y el caso no es tinico) un nombre de empresa, altamenre stgnlflcativo de ella: Chrisrophorus: el que lleva a Cristo. Se trata de un nomen votivum o nomen sacrum. Cesi como si dijeramos: Deum pertibus Indlee inferens. Constenternente Ie acompeno y alenro esre nombre en sus vieles. POl' el fUi~, 0 el ilustre todo 10 que Colon hizo. Y para nosotros es indlferente que Cristobal fuera el nornbre de plla, potenciallzado con el sacramento del voto, 0 que fuera un nombre adaptado POl' el como un ernblerna 0 ernpresa, a la manera de 10 que hacran otros hombres del Renacimiento. Lo esencial es que Colon 10 usaba expresarnenre COil ceracter votivo. Colon en ~n llrrna y rubrica escribia su nornbre traducido el latin: Xpo. Ferens. Pero edemas usaba, junto a el, una leyenda de iniciales grieg'as, en las que, iunrarnente con el nombre de Cristo, habie cablda pan el de Maria. lnstltucion de meyorezgo neche par Colon en Sevilla en 22 de Febrero de 1498..• de mi firma Iii cual agora ecosturnbro que es una X con una .s encima y una M con una A romene encirne , y encima de ella une S, y despues una Y griegll con un, S enclrna, CI)lJ sus reyes y vtrgulas, como yo a~ora fago, .5 . . s . A. s. X : Xpo. A mi enrender, M y Ferens. para interpreter la leyenda de IdS lerres griegas, -86hay que leerla no en tres ltneas, sino en tres columnae: de las cuales, y no de las lineas, son tndicadoras los puntos. 1.a ,5' Columna: A Es una palabre indieada por su prlmera y ultima letra, 2./1 Columna: Es una enagrerne de rres letras: las dos cebales, y las dos semlcabeles de la palebre: iguales estes y representadas por un s610 slgno, De le a dice el Almirante que ha de ser romans: la cual yo entiendo que ha de ser mirniscula y representativa de dos (1. De la s no dice nada partieularmente, eceso por le semelanze de signo en ambos alfabetos (s-~). 3. /I ·s· Columna: y Palabra indicada por sus dos letras cebales. ,5' A ·5· Y Leyenda euya tradhccion latina viene a valer pr6ximatnente como -87otra que 801fa Colon utilizar para prober le plume: sit nobis in via. Jesus cum Maria Tal era la leyenda de la nibrica de Colon, con que suscrlbla escritos y documenros. En ella expresaba su devoclon mariana, ingenue y scncl.Ia. En los encabezamientos, empero, expreseba le invocaci6n de la Santisima Trinidad, en cuyo nombre salta a naveger y descubrir. Nonbre que llevaba tamblen, en parte, en su nombre propio, por quien se aventuraba a rentas ernpresas y fatlg as. Mucho se he dicho del e.pellldo de Colon. EI nornbre era 10 que el avalorabe y Ie valta. XII AI hablar del intercambio de obietos y productos entre blancos e indios, omitimos de prop6sito el hablar entre aquellos productos de los alimenros de los blancos; porque con el cormin del pueblo s610 se entrecambiaron berattlas. S610 los lefes probaron de los allmenros de los blancos. Adernas, resulta que la alimentaci6n de los blencoe cobra su valor especialfsimo prectsamente para los Iefes. Todo 10 eual hace que, al detenernos en esre punto, tengamos que dedicar alguna atenci6n a los Iefes prirnlrivos, estudlendo su condici6n social en medio de sus gentes. Conocldas, en todo 0 en parte, las normas por que se rige la mentalldad primitiva, y constat ada la existencia doquiera de )05 Jefes prlmltivos, como una nueva norma y de genera) validez, la cuesti6n se impone por sf sola y con subido lnreres: que son 108Iefes primitivos, y que papel elercen en las socledades inferiores? En medio de la infraconciencia del grupo social prirnltivo, emil es e) ntvel de conciencia de los Iefes? oLasugesti6n de que los Iefes representen 0 de que constituyan la conciencia central del grupo es muy Iicita; por 10 menos a la primera impresi6n. Pero st reparernos en ello, veremos que e) primer caso, el de que los Iefee representen la conciencia central, como supuesto, es absurdo. La representaci6n central de la conciencia colectiva 8610 puede darse en las sociedades informadas de una culture conceptual. En elias los orgenos directivos asumen la representaclon de la conciencia colectiva. Se rrata de un subrogado de las conclenclas lndlviduales mediante la representaci6n de los dlrlgentes, sean estos cualesquiera, EI campo en que todo esro se mueve es el de la conciencia conceptual. Nada mas aleno a el que el campo de la infraconciencia de las aocledades inferiores que ahora nos ocupa. Mayor atenci6n requiere el supuesro de que los Iefes constituyan la conciencia central del grupo. Pero esto ternblen es absurdo. No es posible que sean una conciencia central, si la colectividad de que son centro vlven en un estado de infraconciencia. -89Un Jefe, conceptual mente consciente, no puede darse en medic de un grupo primitivo. lmpltcerte el que se diese Ia extstencia de dos sistemas absolutamente atslados: uno primitivo y otro conceptual, sin puente de comunicaci6n posible entre ellos. Un tal Jefe equivaldria a un europeo vlviendo en medio de una tribu salvele y dirigiendo sus destlnos: un Pio Cid entre los Mayas. Pero este europeo, que seria un meglco prodigloso, que treerla sugestionada a la tribu, serla un determinante externo del grupo, no un 6rgano central. Los [efes, puce, no pueden ser nada de eso. En la atomizaclon, en individr.os uniformes, de la infraconciencia colectlva de los prlrnltlvos, se dan verdaderos centra etomlce, 0 apoyos de la energla del grupo social, en que tom a arranque para sus rnovimlentos. Eso son Ins jefes: centres de la infraconciencia colectlva. As! quedan recionalmente expllcados. Ya no estan desg aiados de su grupo par una tncomuntcacion absolute: ya no [rnpllca su existencia un absurdo para la raz6n. Los ,iefes est an identificados misrlcarnente con su grupo. EI grupo no tiene nombre peculiar suyo. Lleva el nombre rnlstlco del [efe, que, a veces, no conocen mas que ciertos iniciados. Nadie 10 puede pronunciar. Hay el temor de que, cazando el nombre del Iefe, se entre en posesi6n de toda su esencla mfstica; la cual es una en el Jefe y en el grupo. EI Jere no es el gobierno 0 regimiento del grupo: es, por decirlo asi, el mismo grupo. Y no decirnos el Estado, porque el senlimiento de [efe no lleva aperelada representaci6n pohtlca alguna. Verdaderamente, un jefe puede declr sin hlperbole: le grupe c' est moi. Los [efes son el grupo verdaderamente por identificacl6n. Pero como, relanvarnente al otro terrnino de la identificaci6n, que es un collectivum: el grupo, el otro terrnlno es individual: el jefe-, results que el lndivlduo-Iefe se siente misticamente una omnitudo complexus, la cual se extiende no s610 el grupo humane, sino el suelo, al vuelo y al cielo: a las plantas, arboles y bestlas, y al allende. Esta sltuacion exacerbada de su condlcion, hace que la identificaci6n deslice a convertirse en maximaci6n de todas las energies del grupo. Y mas tarde la maxlmacion se convierte en sublimaci6n, con un desperter primero posible de le conclencia. Adernas, en los [efes, como centres de la infraconciencia colective, radtcan los eles de movimiento de los grupos. Esre dinamismo y eeta tendencia a evolucionar a la conciencia, hece que los Iefes sean los unicos agenres posibles de progreso en el grupo. -90A los jefes ee debe la creeclon de le propleded de la muler. Asf que ee relaciona el concublro con el parto-el Iefe, para garantfa y eseguremlenro de le proliferancia en todo el grupo, toma y posee mas muleres que nadie. De la propiedad de la muler nace la propiedad de la tierra; porque los Iefes extienden sus derechos de propiedad, no s610 a sus muleres, sino a los pagos de tierra labrados por elias. No dandose en la jefatura primitiva la responsabilidad proplemente dicha, la identifleacion del Jere con su grupo provoce una espede de exaltaclon primitiva que impone al jefe una conducta excepclonaLEI Jefe slente que de su conducta depende el blenestar, la vide y la muerte del grupo. Hablerd poco, para evitar que por la palabra y eJ nombre, que son tab tis , se derramen las esenclas constituyentes del grupo. Corners solo de Jos alimentos probados y conocidos, cuyes esenclas especfflces, vegeteles y ani males, sean rnfstlcarnente particfpatorias del totem. Y, sobre rodo, cumpllrd escrupulosemenre todos los ritos y ceremonies. Esta responeebtltdad, que proplamenre es una exaltaci6n, le desliza ramblen aJ proceso de maximaci6n y subllmaclon posibilitadoras del progreso. La conciencia s610 arranca de le necesldad individual. La necesldad ee, en efecto, como una gravltaclon a la que no puede escaper ninglin mortal. La mentalidad primltiva deriva la necesidad al grupo. Los Iefes estan identiflcados individualmente con el grupo y BU neceslded. POI' ese camino results que los jefes son los unlcos indfvfduos que se enceran directamente con la necesidad colectiva; 10cual invite a un desperrer primero de la conciencia, desperezante y sonoltenro, ea verdad: pero un desperrar que toea a veces, aunque sea por azar, elgunas interferencias con la conciencia y necesldad individuales. 1:1 tabt! de la palabra es tan decisivo para los Iefes, que, siendo el lenguaie oral un progreso respecto del manual, suelen emplear este con preferencla. Lo cuaJ no qulere decir, ni mucho menos, que G los Iefes les sea el oral menos connatural que el lenguele de las rnanos, 0 que mas Ie desconozcan. Los Iefes, como suletos de progreso poslble en el grupo, poslblllren eJ avance hecla la conclencle, epoyados en les nuevas representactones que suscita el lenguale oral narurelmenre. Die. 15.810. Dom.-Vldo tambien que! dicho Reyeetabll en la playa, que todos le hactan acetamlento. Enviole un eresente el Almirante, el cual dlz que rescibl6 con mucho estedo, y que serra rnozo de heate velnte y un alios, y que len(a un IIYo vlelo Y otros conseteroe que Ie econseleben y respondien, y quel hablaba muy pocee plllllbrlls. -91Los Jefes acogen 10 Ins6lito, y, en el caso que nos lnteresa, la tnsolencla de los blanc os con mas recelo que nadie. Esto cesi se repite stempre, Y a ello contribuyen el [efe y todos los individuos del grupo. En ciertas tribus de Africa los presentes que de antemano, antes de llegar :l la comarca, enviaban unos misioneros al [efe, no llegaron james a su destino. Se temfa que, toea do 10 insollto por el [efe, sucedieren grandes males a to do el grupo. Sa bid a es la reststencia de Moctezuma (I ponerse en contacto con Hernan Cortes; y eso que em [efe de une socledad muy adelentade. Pero, de 10 lnsolito de los blancos, 10 que acogen con mas recelo que nada son los alirnentos. Comer es partlcipar misticamente del altmento, de la esencia mfstica de ciertas especies vegetales y animales. Como dice Levy-Bruhl, las dos substancias, la del alimento y le del que 10 consume, se identifican, se hacen una sola. Lo que mas trabajosamente aceptare un Jefe de los blancos es el alimento. LOB blancos son aperecldos: pero la suspicacia y el temor del prlrnltlvo vaclla siempre entre considerarlos como tutelares 0 como nocivos. Quien sabe si seran tutelares; es decir, del mismo totem 0 no? Todas las preceuciones para cerciorarse son pocas. Un Jere, invitado a comer por un blanco, cornera poco, 10 lndlspensable para setlsfecer a su temor, 0 reputando que 10 esencial de la ceremonia de comunion con el blanco y su alirnento, se ha verificado completamente con la mere probadura. Los que Ie rodean estan pendientes de 10 que come y como come. Yo creo, que al decir Colon de cierto regulo que los indios que Ie veian comer, sobre le nave, esteban pendiente.s de 5U boca, el giro «mirarle a la boca» se ha de entender no en el sentido de «ester a su rnandado», pero tarnblen en el sentido directo de mlrar con curlosidad a le boca mientras comta. La transcendencia de aquella com union era inrnensa. Comido un bocado por el rey, la comuni6n entre los dos grupos, el de los blencoe y el de los indios, era perfects. Die. 18.810. Dom.-Y de las viendes Que yo le puse [el Rey) delante, tomeba de cede una tanto como se tom a para hacer III selve, y despues luego 10 demas envlebelo ii los suyoe- y todos comien della, y as! hizo en el beber, Que solemente lIegaba la boce Y despues asl 10 debe <1los orros. to do con un est ado meravi1I0so, y con muy pocas palebras. y aquellas Quel deere, segun yo podia entender, eran muy asentedes y de seso, y aquellos dos Ie miraban a la boca y hebleban par el y con el, y con mucho acetemlenro ... Y Ie rnostre les handeras reales y las otrae de la cruz, de QU~ tuvo en mucho; Y Que grandes senores sertan vuestres Allezes, deere el contra sus conseleros, pues de tan lejos y del cielo me habian enviado haste aquf sin miedo a y el -92Die. 16, Sto. Dom.-Pusieronle de comer al Rey de las eosee de Castilla, y el comta un bocado y deseues dabelo todo 6 sus coneeleros y III eyo, y Ii los demos que meti6 conslgo. Despues de comer un primltlvo con un blanco, a peser de la ceremonia de comuni6n perfects ya verlflcade, trerara de purificarse mediante abluciones; porque la ceremonia, sin delar de ser perfecta, es a un tiempo condicional. EI primitivo no siente esra contradicclon. Necesita salvar rodos los escnipulos. Se lavera, pues, al terminar, mucho las manos y se enluegara la boca. 0, sin necesidad de esro, se fregara con ciertas yerbas poseedoras de mayor fuerza purlflcadora. Y esro aunque, siendo el primitivo el invitante, los elirnentos no sean ins6litos. Basta con que hayan sido rocados de la presencia 0 del contacto de los blancos. Eso hizo un Rey de Santo Domingo despues de invlrer a comer a Col6n en su rancho. Colon creyo que el fregarse las manos con unes yerbas requerfa como complemento de la operaci6n un lavarorio. Hizo Col6n que Ie dieren eguarnenos. Para el regulo aquel no era menester el maniluvio. Las yerbes habian cumpJido enrerarnente su mieion. Die. 26, Sto. Dam. -En su comer [el cacique] con su honesnded y hermosa manera de lirnpieze se mostrebe bien ser de lineje, Despues de heber comido [slendo il el lnvitante], que tard6 buen rato en ester 0 le mese, trujeron clertes yerbes con que se rreg6 mucho les manos: crey6 el Almirante que 10 hacre para eblenderles, y dieronle eguemenos. XIII Es menester que nos detengamos algo ante 10 que pudo heber de antro(:'ofagia efectiva entre aquellas gentes, y ante las releclonee entre la cariberia (hechiceria) Y la antropofagia; las cuales parieron le voz de universal renombre de canibalh,mo: pelabre le mas afortunada (mas aun que la de cacique), de todas las que tralo Col6n carg eda su nave en el viaje de vuelta al viejo Continente. Las soctedades primitivas suelen practical' la antropofagia. Los pueblos antillanos que trato Colon seguramente no hacta excepci6n a esta regia, que aceso sea general. EI origen de la antropofagia efectiva hay que buscarlo mediante una hipotesls en el sentimiento de la hechiceria. Los hechtceros comen a los hombres. Esra antropofagia fabulosa cs real y experimental, suiera a una constante comprobacion. Todos los enfermos que se consurnen Y enmagrecen es que estan siendo cornidos por los hechiceros. Aqul interviene la noclon de la grasa y de la manteca, nociones teurgicas que aun persisten en nuestro idioma popular castellano. Los hechiceros consumen a los hombres comtendoles 0 chupandoles las mantecas. La antropofagia de los hechiceros (seres fabulosos) esta comprobada experimentalmente. Ahora viene, indefectible, junto al vitalismo del sentlmlento, la reparaclon social efective, provocada POI' el, La reparaci6n he de ser execta. Un hechicero descubierto puede ser sometido a le antrapofagia por las mismas andades que ella cornetlo. Gener,:rlmente, la reparaci6n social contra Ia hechiceria efecta mas que Iii forma de telion, expuesto solo hlpoteticamente, la de ordalia POl' el veneno, y la de resultes. De la ordalia par el veneno no hay nlngun testimonio en el Dierio de Colon, De la practice de las resulras hay un indicio notable. Segun el sentimiento de las resultes, no hace falta meter al hechlcero: d cual acaso es inaprehensible: basta con matar a un inocente que mtsticarnente Ie represente, y, en el caso de un jete Iallecldo, a varios inocentes. EI signo visible de la reparacion consumada es la cabeza del muerto , conservada como trofeo. En las socledades primitivas modernas se da mucho la przictica de las resultas en le -94forma de boffn de cabezas. Los familiares de un fallecldo selen en busca de cabezas para aplacar los manes de su deudo. En Cuba encontro Col6n repetldamenre varias de estes cabezas. Noy.29. Coste de Cuba, navegando.-Hallaron tambien los marineros en unll caae una cabeze de hombre dentro en un ceatillo, cubierto con otro cestllto, y colglldo de un peste de la ceee, y de le mlsme menera hallaron otro en olrll pobleclon, Si la htporeets expuesta anteriormenfe es razoneble, le de la ordalia y de las resulras, como posterior, invalida antropofagia directa contra los hechlceros, La antropofagia probablemente se practicaril en las Antillas, debi6, pues, pracrlca la de la que muy de rener otro ceracter, Tuvo, en efecto, otro careicter. Pero, entrando en materia, distlngamos prlmero entre la antropofagia necesitada, practicada slempre POl' 108 pueblos civiles, y le mlstica 0 prlrnltiva, EI hombre civil, como individuo, obedece, en cuanro hece, a la necesldad; la cuel es, segun ya hemos dlcho, como una universal gravitaci6n de la historia. EI coeflciente de lntenslded de la necesidad varia mucho, y tanto, que a veces engafia. Y perece Que al ser unos esrados de necesidad muy diferentes de orros, no 10 son propiamente de necestdad: y que el individuo que disfrute de ciertos de ellos menores en grado, se halla mas bien en estado de segurldad. Pero todo es i1usI6n; que en verdad que s610 se trata de intensidades de Iii vida civil necesitada. AI estado de segurldad, cuyo sentido es transcendental, no se lIega nunca hist6ricamente. La lntensidad puede afectar una potencia enorme, y correr tan acelereda, que eflolados todos vinculos de la vida civil, y, relelade la tension que la misma impcne, el individuo recelga ineluctable en esredo de maxima necesidad, 0 sea de necesidad-inconsciencia, como piedra que cae sorda en un pozo donde se nlega a le luz. Ese estado de necesidad-inconsciencia, en que la conciencia pierde las brides de le neceeldad, y ni las sofrena, ni las temple, ni se anima con elias, es proplamente un estedo-naturaleza, en que las leyes de la necesidad obran como naturales, sin que haya sufrir correcci6n alguna. Un fen6meno que produce el estado de naturaleza-necesidad, es el de le antropofagia necesarla. Todos los pueblos culros la han practlcado elguna vez. famoso es el ceso, muy estudlado por los penalisres del naufragio de La Mignonette,' cuyo relate soltamos escuchar de leblos del profesor Jimenez Asua. Despues de varies dies de luchar -96contra el hambre y Ie sed, sobre un bote perdido en la inmensidad del Oceano, rres hombres, de cuatro que sobrevivleron el naufragio, decldieron sacrlflcar al cuarto, a un grumete, el cual iba enfermo y desfallecldo. Sacrificaronlo; y se arrolaron avtdos sobre la sangre del infeliz. La inconsciencia de que se trata en este caso es ebsoluta, como 10 fisiol6gicamente tnconsclo, POl' quien el feto se alimenta de la sangre en el claustro maternal. Con esta diferencia: que la sangre que bebtan aquellos desgraciados les torneba, por sus pesos, con el alimento, a la conciencia r al horror del espectaculo. En la linde que separa la conciencia de su allende, se desarrolleba, y la vetan, su situaci6n equivoca de hombres y bestias. Lo vital era el hecho atroz, y la conciencia 10 pasivo que les helaba y sobrecogia sobre la sangrla vadeante. Lo mas caracterletico de la sltuaclon provocaba la paradoln de que 10 no sebldo (inconscito) haya dado tanto que saber y comentar; y teng a, en fin, estaoo hist6rico. La entropofegle de los primitivos es otra cose. Cierto que no escapan a le necesldad, ':0010 gravltaclon universal que es de roda la vida. Pero entre los primitivos, la necesidad que se siente intensamente es la colectiva. Los individuos viven, en una sobrla abastanza, en medio de una natureleza abundante. Esa es la expresion y la formula. EI grupo es quien slenre la necesidad de mantenerse lncolurne: para 10 cual es el quien sacriflca al nacer a todos los individuos sobranres. Los Indivlduos, dotados de la extrema sobriedad de las sociedades comunistes-e-v a menudo vegetarianos - viven aseguredos, contra le necesidad individual y la necesidad de la anrropofegia neceseria, mucho mas que los civilizados. La antropofagia de los prlrnltlvos ha de ser, pues, otra cose. No es necesaria: es mlsrica. Algun grande imperativo de ceractel' mtstico, y formulado en sus representaciones colectivas, he de ser quien les fuerce a practlcarla. El primitive es rnucho rnenos sanguinario que el hombre c ivil. Suele ser vegetariano, como los indios de las Antillas, que, edemas eran pescadores, Y, POl' tanto, menos avezados a la sangre y a la mortandad. En caso de necesldad, un europeo, perdido en alia mar con tres indios, como cuando «La Mignonette», el europeo se hubiera basta do para dar buena raz6n, el solo, de todos los primitives. En caso de pura necesldad, un grupo de primltlvos probablemente se deja ria perecer, sin recaer en la antropofagia, de no concurrir ninguna represenraclon colectiva que concretamente se 10 lrnpuslera. Que representaciones son estes? -96Aquf intervienen varlas representaciones colecrlves, le mas. dectsiva de las cuales es la del naufragio. En virtud de ella se consldera que todo naufragio, como todo accldenre, ee querido e lmpuesro deliberadamente por las potenctas oculres, a quien no es llclro contradecir. Las potencies ocultas-bien 10 han demostrado en el hecho del accidente-han querido que haya vfctimas: no ntiufragos de selvac16n; que para e50 han producido el naufragio. Los nziufragos que arriban a la oriJIa, ya van condenedos y entregedos. No deben selverse. Los que esran a la orilla no 10 perrnitlrzin. AJIf se yen padres y hermanos que a sus propios hilos y herrnanos ayuden a perecer. Espectaculo horrendo e inocentel Con un remo 0 con un madero los hunden mas 0 les nlegan el asidero. Apedreenlos. Les prlvan 0 burIan la tabla de salvaci6n. No podrfan contradecir a 10 mandado aun en favor de sus deudos. Se comprornererte, de otro modo el bienester del grupo. Y, sobre todo, que se adelanterte? Los entregados eetan ya escindidos del grupo social y aun de la vida. Algun nziufrago arriba a la orilla sin ser sentido. De alguno, que ya esra en tierra, se averigua, mas tarde, que he sido neiufrego. Que hacer con ellos? Matarlos, pues que estan ya entregedos y condenados. Y ahora interviene otra extrafia representaci6n colectiva: la de la sal. La sal ha sugerido, de slernpre, notables y valiosas represenre, clones colectivas. Entre nosorros, eJ latin y el casrelleno Jo siguen atestiguando con sus proverbios. La sal es el aliciente de la comida. Su representaci6n asocle, pues, la del comer. Un naufrago puede sallr del egua dulce: entonces se cumple con las consecuencias del accidente con s610 matarle. Pero, y si sale del egua salada? Entonces Burgira un imperativo mlsrlco ineludible, ocasionado por la interferencia de verlas represeuteclones colectivas. Habra que comerlo. En nuestro vulgar castellano vlve un equlvoco refrdn, en quien se asoclen represenractonee de la sal, le antropofagia y la embriogenia, al menos en una de sus ecepclones. «Qui en come-a sf es como reza-un huevo sin sal, se come a su padre y a su madre». «Tiene ague salada». Esro entre primitivos, qui ere decir: 'debe ser comido'. Y a qulen Ie acusen de «agua salade», para comprobarlo, Ie pasan, afanosamente, los dedos por los olos. Le cerce la genre. Prueban los cetadores los dedos en la lengua. RepUen la prueba. Y, cuando se cercioran de ello, en el acto 10 sacrlflcan. La antropofagia primitiva no ee de, pues, en medlo del estado de necesidad, sino en medio de le abundancla, 0 de un lulo de fuerzes, -97para obedecer soseg adarnente a los requerlmientos de los tmperetlvos mtstlcos. Nede mas aleno a la expllcacion dada por Arlstoteles de la antropofagia por la perversion del estornago, en virtud de los elementos hurnedos y callcios, desproporcionadas, en el cuerpo hurnano. La necesided de un hombre civil se da en media de un temeroso silencio y rapi.lez. Pasa a la inconsciencia, que es su destine, sin atraveser por ningune morada de la infraconciencia sentimental. De la manere como Cristo, sernelante 01 halcon que entra derecho por el agujero de la caverna. baja al inflerno de los padres, sin derenerse, al baler, en nlnguna rnorada. EI capitan de La Mignonette manifesto escrupulos para sacriflcar al grumete. La con:iencia aun imperaba. A vista de la sangre fluyente, cayo avido sobre ella en estado de inconsciencia, sin transtclon ninguna. Los primitivos practlcan la antropofagia, en medio de una gran algezare, cumpller.do un rlto , y en el mismo estado de infraconciencia de slernpre, sin varleclon nlnguna. En el Diorio de Colon hay dos indicios muy notables que dicen relacion, a mi vel', a le antropofagia primitiva Por uno de ellos vemos a un Cacique interpretar le practice del naufragio. Llego a su playa una canoe ocupada por hombres de otre isla. Descendieron enlutos a Ia orilla. Fueron recibidos por los naturales pacificamente. No habta habldo agua salada; es decir, naufragio. Enronces el Cacique, valiendos e de la presencia de los esparioles, intento converlir, mediante lin snnbolo 0 ceremonla, aquel desernbarco normal en naufragio. Pa,-tl cl prirnltivo prernlrologlco no existe, como habemos dicho. el signo , el stmbolo ni la metafora. Para los isletios aquellos no hebia habldo naufragio. Pero el Cacique, por conveniencia de 8U grupo de que orros grupos no entrarcn en relaciones con los blancos, quiso que 10 hublera. Primeramente hizo embercar, con amenazas, a los de la cenoa. Despues cornenzo a echarles «ague salada». Mas tarde, cuando no les lIegaba el agua salade, a tlrarles piedras; pero no pard que lcs dieran de lleno: sino para que, dando en el egue, les selpicese el agJa salede de las piedras. finalmente, para mayor autorided, quiso que un alguacil del Almirante repitlese la operaci6n. Die. 18. Sto. Dom.-En III tarde vino ellf una canoe de la Isla de la Tortuga con bien cuerenta hombres. y en llegando a la playn todd Ie gente del pueblo questeba iunte se asentaron todos en sefial de paz, y algunos de la canoe, y cuesi todos descendieron en tierra. EI Cecique se levento solo y con palebras que parecten de ernenezen los hizo volver a la canoe, y tes echeba ague, y tomeba 7 -98de la playa y las echaba en el lISOUlI,y deepues que ya todos con rnucha y ernberceron en III canoe, tl fom6 una piedra y III puso en III mana 4 mi alguacil pllrll que les tiraae III cual yo hebte envledo 4 tlerra .. y e alg'UlIcll no Ills qulso tlrar. Alii mostrd mucho aquel Cacique que ee fllvorecla de Almlrllnfe. piedras obedlencia se pualeron Oh Cacique extraordinario y creador! EI simbolo aquel y ley del encele, adaptada a la necesldad de! momento, creaci6n tuya fue, que no pudo caber en cabeza de ningtin ruin de la tribu; sino en la tuya unlca de Cacique! No de otro modo los senores franceses y alemanes de la Edad Media sollen simular el naufragio sobre sus costas para aprovecharse de bienes alenos: y, en otros cesos, a pro- vocerlo. La necesidad, como hemos dicho, es sentida directamente por el grupo. Y, siendo los Iefes centros de la infraconciencia primitiva, concreci6n vital y summa por exaltaci6n de todo el grupo, dicho se esre que son los unicos que estan a punta de alcanzar eI sentido de la necesidad, si bien siempre de le colectiva; la cual, por una ldenriflcaci6n mfstica, refieren a sf mlsmos. Esto, que es fundamental del carrieter de jefe, Ie hace apto a la nota posible de progresivo, que afecta, a veces, de un modo excepctonal: pues el impedimento, con que sternpre encuentra, es que realmente no lIega nunce al sentido de la necesidad sino a traves del grupo. EI despertar de la conclencle individual es sonollento y trebaloso. Pero ocurre que la actividad y movilidad que manifiestan los jefes en ares de la necesidad colectiva marca un ritmo y haste una recntca parecida a la que provoca Iii necesidad del indivlduo: con que nos aventurararnos a decir que la actuaci6n de jefe y Cacique es una pedagogfa para la vida civil. Pero casi nos arrepentimos de haberlo dicho 0 amagado; porque no es posible el paso de la jefatura a le civilidad sino mediante el fen6meno de la escisi6n del grupo y desdoblamiento de la jefatura. El grupo primitivo casi no progresa ni se mueve de su lugar en condiciones normales. Esta y queda enclevado en su sitio, como el musgo sobre la pene. Tal ha de ser el caso de las sociedades infe.riores que habitan las isles oceanlcas 0 el de las Islas enormes, como Australia. Si n6, no se conceblrla la existencia actual de sociedades inferiores e fnfimas. EI salvete siente horror a moverse de su sitio. S610 la necesidad, surgiendo, puede carnblar el estado de las cosas. La dura necesidad emite los prirneros albores de la condencia. Sus efectos son de desplazamiento: desgajamiento de fracciones de un grupo prirnitlvo y movilidad, cada vez mas consciente, de los -99indlvlduos que se desprenden. La trashumancia es el fen6meno y gran perturbador del prtmltivlsmo estrlcto. Que audacla la de traspasar los hitos eternos y penetrar resueltamente en 10 desconocidol La trashumancla ya no es un fenomeno primitivo. Es un fenomeno civil. EI [ee de la fraccion trashumante ya no es un Jere prlrnitivo. Es un heroc. Es el mas fuerre. Es el mas vallente. Manda sobre hombres que llev an el instinto de la ernlgracion. el cual es el senti do de la Iiberlacl y de la esclavitud. Iran haciendo esclavos por el camino. Si los dos Jeres pudleran encararse en el momento de la separaci6n, . el Iefe prirnltivo hablaria POl' un edernan: el otro, el civilizando, solo hablaria POl' una nueva palabra. Pero este encerarse no es postulable. Entre ambos sistemas, el primilivo y el civil, no hay puente de comprension. La generacion esclslpare se propaga solo con el sentido de la lncornunlcaclon. No era la ceremonia de la salpicadura la unica sorpresa con que nos habian de salir al paso los Caciques de Santo Domingo. Nos queda la sorprese mas grave, relacionada con la practlca del naufragio, y a costa, no de una eanoa y de un os pobres indios, sino a costa de una nave de Colon y de los espanoles. Porque, en efecto, la nave de Colon encallo a vista de los indios. Esto tuvo para ellos toda la transcendencia de un neufraglo salado, y a costa de los blancos inmortales. Que situacion la de los indios tan extrafia y grave, Y solicitade POl' los mas conrrarlos imperativosl Que hacer? Los blancos quedaban incursos en la ley del accidente y del naufreg io. ltebta, pues, que sacriflcarlos. Pero, a la par, eran los magtcos prodiglosos. Serian ellos, hechlceros, la causa del accidente? Respondzrfan a cualquier intento de los indios con algun prodigio inesperado? Atin, en la nave encallada, estaban las maquinas infernales. Con rodo, serlan orras fuerzas, ocultas como los blencoe, mas poderosas que ellos, la causa del accidente? La situaci6n de perplelidad es intereeante eomo pocas. A quien hay que considerar, en este caso como en todos, es el Cacique. Que estirnulos y que motlvaciones no pasarfan POl' BU mente de primltivo excepcional y de Cacique! Como siernpre, este Cacique nos sorprende POl' una conducta exrraordinerta. Ataear a aquellos hechiceros no podia: con sus espadas, con sus bombardas, hubieran producido un terror panico y magico, lnvencible, entre su gente. Opto POI' socorrerles y consolerles, Aquel socorro tiene todo el aspecto, si no de una slrnulacion, sf 18 de un mendecium necessarium, en bien del grupo, por supueato. La -100necesidad, mientras los blancos fueran los duenos de I~s actos de los indios, Ie obllgeba a mentir en estado de necesidad colectiva. Ademas di6 en llorar. Aquel llorar no era una conmtserecron, sino simplemente un duelo, sin reticencia ninguna. Un duelo como el que hacen las lIoronas, profesionales 0 no, como van acompaflando a un enrlerro. Lloro, sencillamente, por duelo. La afecci6n era social mas que Intima. Lloro el Cacique e, ipso facto, lloraron rodos los vesallos. Un pueblo de Ilorones. Como cuando esra para llover, que una gota de agua parece que arrastra a un torrente de todas las demzis, Die. CoMn] 25. dicen y muchee plIrienfes Sto. Dom-EI Que lloro 1I dCBcargar III Alrnirante cual [el !?t>y] como 10 aupo (Ia varadura y envi6 toda IIU genfe de 1<2 villa con cenoes de III nao de muy grendes rodo 10 de la neo .. De cuando en cuando envieba uno de sus Ilorando a 10 consolar .. EI, con lodo el pueblo lIoraban tanto. Pero aquel Cacique y aquel pueblo compaginaban perfectamente, sin notar conrredtccion nlnguna, la omisi6n de la prdctlca del naufragio con el elerclclo slrnultaneo de la mlsrna. En medio de su acrlvidad presenre, no delaban de sentir, no ya el impulso; pero aun la realizaci6n del naufragio sobre los espanoles y sus bienes. Las cosas se compllcaron mucho. Colon ebandono alii nave. Con resros de ella construyo alii un fuerte guarnecido por unos cuarenta espenoles. Colon, el gran mago y raumerurgo, se rnarcho delando allf, a la vista - de los indios, todo aquello, testimonio viviente del naufragio: la nave trastornada: cuarenta «nziufragos» lndefensos, al menos, de la ayuda del Gran Mego. Por que los ahandono? No abonaba con su ida la prectlca del naufragio sobre los abandonados? De un modo, no muy distinto, calculo que sentirfan el Cacique y sus indios. Colon seguta camino de Espana, preocupado solo de su gran hezerta, y de dar cuenta de ella al Mundo y a los Reyes. Y pensendo aUD en los Ceribes, que comlan a los hombres. No pudo sospechar nunca que la unlca antropofagia (de que el no habre visto ningun elernplo durante todo el vieie) pudiera darse, aceso, a costa de la guarnlclon que deiara junto a la nave; y que podrla darse en vista de condiciones que el, preclsernenre, aunque lnconsciente, acababa de establecer. No se 10 que pesarta despues. Calculo que las disputes entre espanolee e indios comenzarian en seguide. Cualquier contrarlernpo sera fatal para los espattoles. La sombre mlsrlca del naufraglo se clerne sobre ellos. Ni yo darte, lIegados a tal sazon, ni un solo ochavo por sus vidas. anterior esrudlo sobre el DlARIO DE CRlST(:>BAL COL6N, esta forrnado COil notes EI de catedra, orras. pOCO lig-adas, rnuchas veces, unas a Fue leldo, con el necesario la Llnlversidad matriculados de Valladolid, en le Secclon mes de Mayo de 1924. cornenro, en ante )05 alurnnos Arnericanista, en el FE DE ERRATAS I'ltll'lnll 9 9 1b 14 15 ,) dl individuo. III [usto , ee mana II oropoaito propoeito seneisible sensible tot6mica toternica un oio y hoclco de perro - cenima->. 19 26 M 35 15 UI1 ojo hocico de perro -canimil- 50 condicion 0 aun 12 confusion y, confusion y exratlce 10 16 b7 17 17 106 en reulidad , de verdad 70 74 14 sonora 14 no duderan, 'in 21 b,~ Guinea lee en realidad de verdad, efectos hechos sorda sino Alcmana treflcuba condici6n. dun Ie 76 61 iusto. un mana 14 24 69 al individuo desideratum desideratum 25 29 M ,;9 45 '67 60 62 [Jig" Dlce Line" no dud eruu sino Nueva Guinee treflcebe, Alemllnll