ESTRUCTURA INTERNA del texto GARCÍA MÁRQUEZ.TEXTO3, que se inicia: Ángela Vicario era la menor de una familia de recursos escasos y finaliza: muchos pensaron que era una perfidia de forastero. En este fragmento, se describe a la familia de Ángela Vicario. Ésta ocupa un papel central en la novela pues es ella quien desencadena la trama que conducirá al asesinato, por parte de sus hermanos (Pablo y Pedro Vicario), de Santiago Nasar, principal protagonista. En el análisis de la estructura interna, podemos señalar tres partes: 1. Desde la línea 1 a la 10. Es la presentación de la familia Vicario. Empieza destacando que Ángela Vicario era la hija menor de una familia de recursos escasos (línea 1) Éste será el motivo principal de que se acepte la boda con el desconocido Bayardo San Román, forastero y adinerado. Es una familia totalmente conservadora y tradicional; la madre había sido maestra de escuela hasta que se casó para siempre (línea 4), y el padre, orfebre de pobres (línea 2) Con recursos escasos y orfebre de pobres, García Márquez hace hincapié en la situación precaria de esta familia. Respecto a la madre, su aspecto manso y un tanto afligido disimulaba muy bien el rigor de su carácter (línea 5) Es de una apariencia triste, anodina, hasta tal punto que parecía una monja (línea 5) Sin embargo, ella es la mujer que manda en casa, la que dirige los designios de su familia, de ahí el rigor de su carácter (línea 5) Pura Vicario es la típica mujer rural que, de apariencia sumisa y obediente, en su casa exhibe un carácter fuerte e impone un matriarcado a los suyos. Por este motivo, a raíz de la muerte de una de sus hijas, seguían guardando un luto aliviado dentro de la casa, pero riguroso en la calle (líneas 9 y 10); es el temor al que dirán, el guardar las apariencias, actitud típica de una sociedad conservadora. Pero esta mujer, en cuya descripción se centra la primera parte de este fragmento, cumple además con sus deberes matrimoniales: ha engendrado seis hijos. Las dos hijas mayores, que se habían casado muy tarde (línea 8), los gemelos, la hija intermedia que había muerto de fiebres crepusculares (línea 9), y la hija pequeña, Ángela. Ha sido una mujer fecunda que ha dado a luz a una prole numerosa, como es costumbre en los pueblos costeros de Colombia. Pero, por encima de todo, se ha dedicado a la familia: Se consagró con tal espíritu de sacrificio a la atención del esposo y a la crianza de los hijos, que a uno se le olvidaba a veces que seguía existiendo (línea 7. De nuevo, el autor remarca el carácter de esta mujer, no sólo es mansa, sino que dedica su vida a su familia hasta el punto de que parece no existir en el pueblo. Y, a pesar de ello, el narrador ha sugerido ya la fortaleza de su temperamento. 2. Desde la línea 10 hasta la 23. Una vez presentados todos los miembros de la familia Vicario, García Márquez habla de la educación que los hijos han recibido. Una educación que ha corrido principalmente a cargo de la madre, y de ahí el contraste, antes mencionado, de su aspecto manso con la dureza de su carácter. Una antítesis que se ha dejado bien clara hasta este momento. Por eso los hermanos fueron criados para ser hombres. Ellas habían sido educadas para casarse (líneas 10-11) No solamente se les ha enseñado a realizar todas las tareas domésticas, propias de la mujer, sino que todavía poseen más cualidades. La madre ha procurado que fueran mejores y distintas a las muchachas de la época: las cuatro eran maestras en la ciencia antigua de velar a los enfermos, confortar a los moribundos y amortajar a los muertos (líneas 13-16) Son la encarnación de la mujer perfecta que cualquier hombre puede estar orgulloso de tener como esposa: Cualquier hombre será feliz con ellas, porque han sido criadas para sufrir (líneas 1920) Es el destino de la mujer en esa sociedad rural y estrecha de miras: sufrir ella, para hacer feliz al hombre. Su destino en la vida no es otro que el de estar supeditada al marido, claro reflejo de la sociedad machista de esos lugares. Pero a pesar de las buenas intenciones de su madre, las dos hijas mayores siempre iban juntas a todas partes, organizaban bailes de mujeres solas, estaban predispuestas a encontrar segundas intenciones en los designios de los hombres(líneas 20-23) Encontramos, por tanto, una clara ironía por parte del autor: las hijas no han salido perfectas ni al parecer saben hacer felices a sus maridos (a los que se casaron con las dos mayores les fue difícil romper el cerco (líneas 20-21)) La madre ha creado un vínculo tan estrecho y cerrado que, una vez emancipadas las hijas, no saben vivir la una sin la otra. Es más, son mal pensadas y desconfían de los hombres. En el fondo, es lo que Pura Vicario les ha inculcado. Es una clarísima crítica contra esa clase de educación de los hijos en las comunidades rurales sudamericanas. 3. Desde la línea 24 a la 34. Es el segundo párrafo de este fragmento. Aquí la descripción se centra en Ángela Vicario, la causante indirecta de la muerte de Santiago Nasar. El autor dice que era la más bella de las cuatro (línea 24) Pero (línea 26) (¡Atención a esta conjunción adversativa! –el autor nos predispone ante una antítesis) tenía un aire desamparado y una pobreza de espíritu que le auguraban un porvenir incierto (líneas 26-27) Su físico es hermoso, su interior es mezquino. Será por este motivo por lo que el narrador, luego en la historia, nos sembrará la duda acerca de si Ángela dijo o no la verdad sobre el causante de la pérdida de su virginidad. El lector se queda, cuando termina el libro, con la sospecha de que la pequeña Vicario ha mentido. ¿Es una mujer hipócrita, de espíritu mezquino y vengador? ¿Tiene tan poco carácter, tanto temor a sus progenitores que no se atreve a confesar la verdad? ¿Quiere, en realidad, proteger a una tercera persona que es de la que verdaderamente se ha enamorado y a la que ha consentido su desfloración? Son una serie de preguntas abiertas que quedan sin contestación en la historia. Pero para aumentar más esta duda, esta sospecha, conocemos la opinión que Santiago Nasar tiene sobre Ángela: Ya está de colgar en un alambre [...] tu prima la boba (líneas 29-30) El mismo autor lo remarca diciendo que parece cada vez más desvalida (línea 28) ¿Qué ha ocurrido de verdad entre Santiago Nasar y Ángela Vicario? ¿Ha podido él, un joven atractivo, rico y seductor, tener un desliz con una mujer a la que parece despreciar? Sin embargo, de pronto, Ángela parece sufrir una transformación según opinión del propio autor: Antes del luto de la hermana, la encontré en la calle por primera vez, vestida de mujer y con el cabello rizado, y apenas si pude creer que fuera la misma (líneas 30-32) Pero García Márquez no deja que caigamos en esa falsa ilusión, rápidamente nos devuelve a la realidad: Fue una visión momentánea: su penuria de espíritu se agravaba con los años (líneas 32-33) No es cierto, pues, que haya cambiado. Sigue siendo la misma persona estrecha de miras, insignificante y desgraciada que nos ha presentado al principio. Y por eso el asombro del pueblo al conocer la noticia de su boda con Bayardo San Román: pensaron que era una perfidia de forastero (línea 34) Nuevamente nos encontramos con la envidia de esa sociedad que no perdona el cambio de suerte de los demás, y en el centro, un personaje que participa con ellos en esta actitud y en esta forma de pensar, un personaje que, al no poder conseguir su propia felicidad, arrastrará en su desgracia a un posible inocente: Santiago Nasar. García Márquez realiza, en muy pocas líneas, una crítica demoledora de una sociedad y unas personas que desconocen la palabra perdón.