Estética del Derecho

Anuncio
-- - -- - -- - '"
- " -
r
1
I1
:'
1
,11
\'
ESTÉTICA
DEL DERECHO
141
;i
;t
I
,\
Tú, a quien las musas de lQ~
t
chivos
judiciales
las
rosadas
las
extienden
manos;
tú,
bCI1!
sel'v~
de dos señores que SO!1peorc~
11
migas
"
que
Mammon
-j
y Cristo",]
GOE;THEa H. P. SCHLOSSEn,
I
1!
§ 14
I
I1
ESTETICA DEL DERECHO
.
Estética de las formas
del Arte.
~,
:.
de expresiÓn
del Derecho.
El Derecho
El Derecho puede servirse del Arte y el Arte puod.~
lizar el Derecho, como todo fenómeno cultural, necesita ot
recho de medios corpóreos para su expresión: lenguaje, i'
ropaje, símbolos, edificios. De igual modo que CUalqUiG1'
li
IIHl11loestár: Derecho, Usos y Moral, Derecho y Religión, esIHlt'hamente unidos y mutuamente
penetrados,
sino también
I)ol'ucho y Arte. Con relación a estos tiempos cabe rastrear,
nW ]acobo Grimm "la poesía en el derecho", con atto Gierke
".1 humor en el derecho", o con Hirzel, las figuraciones milulogicas de la idea de derecho, Themis y Dike. Con la difeIlmdnción de los distintos dominios de la cultura, derecho y
",1 fI se separan también y hasta se enfrentan hostilmente. El
dCII'~cho, el más rígido de los productos culturales, y el -arte,
1. jorma de expr.~sión más variable del espíritu inquieto del
11111111>0,
viven, pues, en enemistad natural, tal como se manin.uHn en numerosas expresiones de poetas sobre el derecho, y
'11 111reiterada repugnancia de jóvenes artistas por .la profesión
JUl'hllcn (2).
Quizá justamente de esta separación del derecho y el arte
'\111(111
derivarse el valor estético específico del de-recho no detlh1u lIimp1emente a una mezcla con el dominio del arte a él
IJlllo,Lo
cual se constata claramente en el lenguaje, júrídico,
11M(¡lo pudo formarse por la rígida separación del derecho
ull'ol!! dominios culturales, y que cabalmente Bor eso adqui-
.
'
J
1,
lit
l'
medio corpóreo expresivo, está sometida también la expl'
corpórea del derecho a juicios de valor estéticos. Y comO!,
\:~
otro fenómeno puede ser también el Derecho material dol~
penetrando en el propio dominio de la valoración estéticlI. ¡
'
existir,
".
por
tanto,
una
aquí sólo ha existido
En
ración'
.
el alba
Estética
de los pueblos,
y propia
del
en fragmentos
legalidad
Derecho
(1).
POI'O
y anticipaciones.
en donde
se desconoce
'de los dominios
culturale!l,
I
'
In'
110
,,1
'ltl
11,
lit
,./
1)1
'11
1"'
(1) Cf. THEODOR STEMBERG,'IntroducciÓn a la ciencia dI'! d~II'e1to'
ción esp. Labor) y también GEORG MÜLLER, Rrcht 1/, Slaol 111 ,
.
Dichtung
("El
derecho
y el Estado
en nuestra
literatura"),
Das Recht im Bilde ("El derecho en el arte"), 1923;
("El derecho en la Jiteratura"), 1931.
Da.\'
I ()2.1j 11A"'~ ~
1?1'l'ltl
ia tI,'1 111'
estética,
una
particularidad
ciertamente
1'1.,,111n fuerza de muchas renuncias. El lenguaje jurídico es
1,lu l'(H'luncia a todo tono emocional; es áspero: renuncia a toda
,llIvncI6n; es conciso: renuncia a todo adoctrinamiento.
Así
11'1" 111pobreza querida de un estilo lapidario, que sirve para
,n"'Ar de modo insuperable la segura conciencia de poder del
\'1110que ordena, y que en su exactitud precisa pudo servir
¡, IUtu1,10 estilístico a un escritór del rango de Stendha1 (3).
MI .1 lunguaje jurídico es frío y lapidario, en extraño con,..t. 01 lenguaje del luchador por el derecho, del batallador
IUIIIII"nto jurídico, es el de una retórica ardorosa. El senti-
,
!I
IIIlI particularidad
t
1. ,tit
,1r I~AUllltUCH."IntroducciÓn a la ciencia del der:e~ho". Ed. esp. de
i,lfdh U'I'IU6uI, tm Edit. Revista de Derecho PrivcuJo, p. 259.
:' I h 11AItIlIt\1CJ!,loco cit., p, 34 ss.
,
liI
142
11
FILOSOFÍA
,mi.ento
l
jurídico
tr,adictorios:
¡
auna
rídico.Para
en sí dos momentos
la emoción,
concreto-intuible,
DEL DERECHO
que únicamente
con la generalidad
el luchador
ESTÉTICA
aparentement~
abstracta
por el derecho
~Co
suele aplicarse' ~¡:l~
1,
del preceF>J¡~j.
es característica."
114!~
mezcla de frialdad y ardor,
del caso concreto
remonta
dualizadora
que fuhnina al
!lna monstruosidad
única.
de intelectualismo
generaliza(f~~
tIl4
a su principio,
y de pasión¡¡.Uí'<illivJ~
entuerto
que combate como s,i¡i~w.er~
'
La forma expresiva
adecuada ¡mle 1
l"i"
es, pues, la retórica, cuya esencia C&
~
I
lucha por el derecho
1,
en presentar lo general tan intuible y efectivo como ~)!e.¡
eÓft,
creto, mientras que la poesía, al contrario, carga a lo c~ncl!,et~
con la significación simbólica de un' universal.!
.
~'
También otros valores estéticos son propios de los fa!lI¡esj
~Sohm alababa en Celso la capacidad; "de. desarrollar
1,
j'
'
:
..
diciales y de la ciencia del derecho. Nos contentamo~, desl
luego, con una solución justa de un problema juríd.li:eot IpIU
sólo nos .entusiasma una solución elegante. Cuando ;R0doH
1
'
concreto
alada,
'
,
,
Q~
4.
11
la regla
general,
la cual 'concebIda
e~i.\é'II.c.'I
'
e iluminaba
.
como
lo hace
:J
en una cen'l!mla!fod
,
roa de lenguaje, elevaba con la fuerza impulsiva de upa
'
!
J\
~F>aI1\tbl
...
el raye;> en la lejaníad'e
\t
paisaje", expresaba su alegría estética por una particuit'aIt'id.
científica que en forma extI;.flOrdinaria poseyó de propi.!(¡),moq
el maestro incomparable.
:.
,
d!e
eXPI:
Aquella elegancia en las soluciones jurídicas puie
.
J'é!rse con esta, fórmula:
"simplex
sigilfhm veri";
em¡p.eEo¡
O"I.
significa que a la belleza -se 'la contempla
como índke cI!efa,1\f.
,
,
11
.
,dad, que como medida d~ un valor lógico se erpp1'ea!!N'Ra<fmeCU
"i
1~
estética.
.'
i,
'/
y claros,
de palabras
143:
sencillas
'Y de eUos
Con esto hemos realizaoo ya el tránsito de la expresión
.rltística del derecho, al derecho como materia del Arte. La
!)I'o.piedad que hace tan atractivo al derecho como materia de
.u'te, estriba en la multipÚcid'ad de antítesis que en él residen
t1. un modo esencial: oposición entre ser y deber ser, entre
,1QI'ccho positivo y natural, legítimo y revolucionario,
Liber-'
UI<'1y Orden, Justicia y equidad, derecho y gracia, etc. Las
"
,,
I
;
101ilfallos unívocos
Inesperados.
DEL DERECHO
.
¡
De esta alegría
de. los intrincados
y satisfacción
y al.- parecer
por las solttciones
insolugles
nud0s
elegaft~'
J
jju;¡;í'Gi'COB,'
ve~ y están llenas todas las historias
de j~eces sa,1í>ros:erop{.)
.de las literaturas
'de tód'oslos,
!])1:1e131l0s.'
~]m'presi(!)nan pot'
sorpresa
que. produce
~i ver
sur'gir,c~me;>
,'P0t¡' enéam:tbmiouUI
(Mmas artísticas, cuya esencia consiste en la representació!1
111110 antitético, especialmente
el drama, se adueñan del deImoho con especial placer desde la "Antígona",
de Sófoc1es,.
IIJlJlta el "Mercader de Venecia" y "Medida por medida", de
Ihllkespeare. Jorge Jellinek (4), mostró cómo en el drama antllluo se enaltecía la santidad e inviolabilidad
del derecho ob~
hulvo, mientras .que la simpatía del drama moderno está de
JlIII'te de la sublevación del sentimiento subjetivo del derecho
NJl1tra el orden jurídico. El derecho positivo en el arte actual/!Ipl'1I'oce,o como el destino fatal contra el que el individuo se
""!'fi1«la, o como el poder duro contra el que se erige la ban-.
11.1'11rebelde de una justicia superior, y quizá también simpleInonte como la rutina burocrática, de la que con chistes burlarsetHHInlegría.
Con esto quedan ya aludidas las otras formas que son tamhl(ll singu.larmente apropiadas para la expresión de la antitéUnt elel 'd'crecho: dentro de la literatura,
la sátira, y dentro
dl/J nrte ,pMstico, la caricatura. Un buen jurista dejaría de serh~,
111
en todo momento de su vida profesional no fuera cons-
(,I~ntfl de ¡la necesidad y al par de la profunda fragilidad
an proresión. Por eso, aun el más serio jurista contempla
desin
11) "1~SC1\itos y. dísc1Jrsos escogidos" (A1.isgew Schritfen u Reden), t. 1,..
11111, p. 208 ss., tamb~,én RADBRUCH, "Mecllida por medida", LÜbeckische
.'/-1111'1dl'1 6 SQp. J93!1" ('~Escríto-homenaje
a los juristas de Lübeck"),
~;
1
'tí
I
~
144
FILOSOFÍA
DEL DERECHO
disgusto a a~uellos hombres que al margen de sus Códigos
dibujan toda suerte de interrogaciones
irónicas y de signos
.admirativos, tal, por ejemplo, un Anatole France; pero todavía mira con mayor afecto a todos los poetas cavilosos que coro
humana duda remueven los fundamentos de 'la justicia, a un'
Tolstoi, a un Dostoiewski, o a un Daumier, el más grande de
los caricaturistas de la justicia, pensador y humorista al mismo,
'tiempo. Solamente el rastacuero se siente sin dudas en' cada'
.caso respecto a su utilidad social. El zapatero de Sócrates sabía para qué estaba en el mundo: para hacer zapatos a Sócrates
y a los demás. Sócrates sólo sabía que él no sabía nada. A nosotr,os los juristas se nos ha impuesto la más difícil de las ta~
reas: tener fe en la profesión de nuestra vida y, al mismo
tiempo, dudar de ella continuamente
en alguna de las
más profundas de nuestro ser.
1
Descargar