donde apenas empezaba a ser yo

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ADÁN DE MARÍASS
DONDE APENAS EMPEZABA A SER YO
POESÍA
© ADÁN DE MARÍASS
© DONDE APENAS EMPEZABA A SER YO
Hecho el Depósito legal en la Biblioteca Nacional del Perú - BNP
Depósito Legal Nº 2005-3134
Ilustración © Eduardo Zapata Colán
Lima, Perú 2012
[2]
«Libro
de
poemas
escritos
con
ruidosa
desesperación, con muchísimo amor que enajena,
con inocultable rabia por la proximidad de la
muerte, con la ternura de quien no alcanza y se
esquina, con la abusiva frustración de quien no se
siente reconocido por la vida misma».
[3]
A mi familia
A mis amigos que no son muchos
A los poetas que son pocos
y apenas sobreviven
[4]
[5]
Continuidad
Madre presentías renacer
conmigo
cuando respirabas dolor
y
procreabas mi imaginación
en
el espacio ilimitado de la vida
donde apenas empezaba a ser yo
tu pequeño inmenso
el que corre intentando atrapar sueños
el que juega con la ingravidez de la ilusión
mis primeros pasos
mis primeros años
se los llevó la fiesta de tu memoria
al destino irrepetible
donde sonríe tímidamente el fundamento de mi amor
a medianoche febrilmente concebido
bajo la lluviosa inspiración de una canción de abril:
donde la sublime letra fue escrita por mi padre
y la música inolvidable la compuso Dios
[6]
Detrás de la página en blanco
intento salir de mis ojos
que me ofrecen la mezquina visión
de las imágenes repetidas
admitir que se contraen los días
cuando la tensión actúa insoportable
el cómplice silencio de la página en blanco
me mira detenidamente
hay cierta tibieza en el papel
cuando presiente mis pulsiones
y su densidad atrae lo que va a ser escrito
hasta que se desequilibra el instante
donde urge la absorción de las ideas
la esperada inspiración asoma irresistible
cuando abre las ventanas del poema
ensimismado preciso las palabras
como si la eternidad estuviera dispuesta a escucharme
[7]
Del nudo al nido
uno nace anudado
a las circunstancias de un destino provisional
años primeros de entusiasmada fábula
cuando aún no se descascaraba mi pequeña realidad
de pronto carraspeaba la noche
para que no salgan las estrellas
mientras el señor del miedo al tartamudear
provocaba la oscilación de la luz
preocupada mamá venía corriendo para abrazar
mi comprensible nerviosismo
se despierta la curiosidad de querer conocerme
cuando un día bajo los espasmos del asombro
me veo reflejado en los espejos de agua
donde mi rostro apenas puede salir del fondo
aquella multitud de danzarinas letras
abrieron una senda hacia el nido
donde me esperaban sentadas y sonrientes
las conversadoras ilusiones
[8]
los años + los sueños se me fueron acumulando
como quien las dejaba caer
desde el cielo vaporoso de los presentimientos
aquel deseado tren de la niñez
regalo navideño de mi siempre recordado padre
era importado y la envidia del barrio
hasta que lo perdí de vista
otras veces me iba a jugar con mis amiguitos invisibles
soldaditos de plástico que siempre morían
en las incontables batallas de mi infancia
no olvido el azucarado reino de mi ansiedad
donde me regodeaba comiendo casi todos los chocolates
que mi queridísima abuela Guillermina mientras dormitaba
dejaba a propósito sobre la mesa cubierta con nuevo hule
para que se acercara de puntillas mi salivada tentación
y ante los enloquecidos vientos de aquel atardecer
imaginaba que el sol se ocultaba en el bolsillo de Dios
tiempos aquellos donde me desnudaban
las rencorosas pesadillas
[9]
y me arropaban tiernamente los cuidados de mis padres
aún no me sentía entre versos y hojas de papel bond
atrapado por la obsesiva mirada de esas fotografías
como pequeños espejos del recuerdo
derretidas por la pureza lacrimal de la desbordante emoción
hasta que empecé a deletrear
las promesas del futuro
como un niño enamorado de la vida
[10]
La vida en off
para Arístides el personaje ribeyriano de una aventura nocturna
tengo
nada en los bolsillos
y una desilusionada sonrisa
que aprieta
hasta incomodar mis labios
deleznable amanecer
herida por una celosa neblina
que la va silenciando
hasta hacerla caer como un sucio pañuelo
sobre los ojos enrojecidos
de la enferma ciudad
apenas suspira
el cansancio de mi cuerpo
mis palabras se caen
como si mi voz se estuviera deshojando
la claridad de mis pies se despiden
y se dejan ir oscuramente
el ventarrón existencial
[11]
abre un resignado paréntesis
donde empieza mi vida a girar
lentamente
sin música
[12]
Soleadas expresiones de amor
a Diane Lane por Bajo el Sol de Toscana
es tu amor que no se evapora
tan persistente como aquella luz
que sale desde el fondo del mar
asciende hasta expandirse
como si su amor se derramara
para ampliar los inquietos espacios de mi corazón
donde se desquicia la intensidad
y a veces se me caen los besos
cuando apresuro la plenitud del amor
bailamos una música que está dentro de nosotros
y cuando se involucran los sonidos del alma
no sabemos qué hacer con la respiración
[13]
Las palabras tienen alas
se desordenan las palabras
cuando se enamoran entre ellas
y son tan celosas que
no dejan ver ni las alas de su inspiración
otras veces miran cautelosas
por un resquicio de la boca semántica
cuando la repugnante censura intenta callarlas
ya la protesta se desliza desde el último aliento
hasta la reseca punta de la lengua que empieza a extenderse
y sale con toda la fuerza que estuvo contenida
como quien abre las ansiosas ventanas del habla
para que salga aleteando rápidamente como un mágico torrente verbal
el poderoso sol de la voz
intento cuidarlas siempre
pero muchas veces la tolerancia permite que
hasta las malas palabras expresen sus demonios gramaticales
otras veces se van enmudecidas
entre los puntos suspensivos de la desesperanza
[14]
porque ha caído estrepitosamente la razón
pero mi Dios piadosamente las eleva
cuando intentan ser arrastradas
por la insensatez de quien las expresa
mis compañeras palabras son los pasos de mi imaginación
[15]
Modulaciones
sí
frenesí
rimando todo el amor
te quiero así
desnudando mis ganas
comprometiendo tu respiración
cuando deshilo
suavemente
tu punto de rocío
para que llueva todo el amor
[16]
♦
Libro escrito en la Ciudad de Lima en el año 2005
♦
[17]
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