Cuántas en un hombre

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Record-celares.
Cuántas en un hombre... El cuerpo humano contiene más de 100 billones de células.
... y de qué tamaño. Las células humanas poseen dimensiones que varían entre las 5 y las 20
micras, una medida que corresponde a una milésima de milímetro.
En fila desde el Sol a Plutón. Si cada una de las células humanas tuviera el tamaño de un
huevo de gallina, poniéndolas en fila una tras otras se obtendría una línea que podría llegar
desde el Sol al planeta más lejano, Plutón, que dista unos 7000 millones de km.
Las más grandes en el hombre... Son los megacariocitos, células de la sangre que miden 200
micras, es decir, 1/5 de milímetro. Se localizan en la médula ósea y producen las plaquetas,
corpúsculos celulares importantes para la coagulación.
... las más pequeñas... Entre las células humanas más pequeñas se encuentran algunas células
nerviosas del cerebelo. apenas miden 5 milésimas de milímetro.
... y las más largas. Son algunas células que recogen impulsos sensoriales del aparato
reproductor femenino y los envían al cerebro. Su longitud es igual a la altura del cuerpo.
Usar y tirar. Las células humanas de vida más corta se encuentran en la pared intestinal y son
reemplazadas cada tres días.
La vida más larga. Las células humanas que viven durante más tiempo son las cerebrales, que
son irreemplazables. Algunas duran toda la vida.
No todas poseen núcleo. Los glóbulos rojos de la sangre humana carecen de núcleo.
La velocidad del impulso nervioso. Un estímulo nervioso tarda unas pocas centésimas de
segundo en recorrer toda la pierna. El impulso viaja a una velocidad de 100 m por segundo, esto
es, 360 km/h.
La más grande entre las vegetales. La acetabularia es un alga marina formada por una única
célula que llega a los 5 cm de longitud.
La más grande entre las animales. En la mayor parte de las especies animales la célula más
grande es el huevo, el producto femenino para la reproducción. El huevo de gallina, que todos
conocemos, posee un diámetro de 5 cm.
UNAM, CCH.
Plantel Oriente.
Área de Ciencias Experimentales.
Recurd-celares:
La más grande que ha existido nunca. La célula más grande de la que se tiene conocimiento
es el huevo de un tiranosaurio que vivió hace unos 80 millones de años y que se encontró en
Francia en 1961: tenía un diámetro de 25 cm y una capacidad de unos 3 litros.
Células sencillas... Las bacterias son los organismos más simples que se conocen. Están
formadas por una sola célula carente de núcleo, por lo que se llaman procariotas.
... pero muy diversificadas. Se han clasificado más de 2.500 especies distintas de bacterias,
pero es posible que existan muchas más.
Células complejas. Las plantas, los animales, los hongos y los protistas (pequeños organismos
formados por una sola célula) están formados por células complejas que poseen núcleo y varios
compartimentos y órganos internos formados por un sistema de membranas. Las células de este
tipo se llaman eucariotas.
Como el estómago. Las células poseen vesículas internas que contienen enzimas digestivos:
los lisosomas. Su función se puede comparar con la del estómago.
Células hambrientas. Se ha visto que algunas células llegan a englobar, con la membrana,
material del exterior formando, mediante un proceso llamado endocitosis, hasta 125 vesículas
por minuto.
Un laboratorio en sí misma. Las células vegetales contienen pequeños órganos, los
cloroplastos, capaces de “capturar” la luz solar y de fabricar azúcares partiendo de sustancias
muy simples: el agua y el anhídrido carbónico. Gracias a los cloroplastos las plantas pueden
producir todo el alimento que necesitan sin tomarlo del exterior.
Bacterias como peonzas. Algunas bacterias nadan rotando sus flagelos, largos y delicados
filamentos formados por proteínas. De esta manera, girando muchas veces cada segundo sobre
sí mismas, pueden avanzar en un líquido.
La bacteria más veloz. Se llama Bdellovibrio bacteriovorus: su flagelo gira 100 veces por
segundo y la hace avanzar, en ese mismo tiempo, una distancia igual a 50 veces su propia
longitud.
Más allá de las nubes. La máxima altura a la que se encuentran las bacterias en la atmósfera
ronda los 40 km. El descubrimiento lo hicieron unos investigadores de la NASA en 1967.
Células-breve.
UNAM, CCH.
Plantel Oriente.
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Recurd-celares:
Cuando miramos un mosaico desde lejos solemos captar la imagen del conjunto, que aparece
como un verdadero cuadro. Más de cerca, sin embargo, la figura se divide en tantas pequeñas
partes como piedrecillas lo componen. Por lo tanto, aunque cada mosaico muestra una escena
diferente y ninguno es igual a otro, al mirarlos de cerca se ve que todos tienen una característica
común: están hechos de piezas muy pequeñas.
En los seres vivos sucede un poco lo mismo. Pese a que a simple vista un elefante, un topo, una
ballena, una flor o un árbol tienen poco en común, si los observamos de cerca con la ayuda de un
microscopio descubrimos que no están hechos de una sola pieza, sino que en realidad están
formados por muchísimas “piedrecillas”: las células.
La diferencia respecto al mosaico, sin embargo, está en que estas “piedrecillas” tienen unas
características comunes con la planta o el animal al que pertenecen: respiran, se alimentan,
crecen, responden a estímulos y pueden reproducirse. Las células no son otra cosa que
minúsculas unidades vivas: la complejidad y la variedad de las funciones que son capaces de
llevar a cabo es tal que algunos organismos microscópicos están formados por una sola de estas
células, y por eso se los llama unicelulares. Los organismos más grandes y complejos están
formados por un enorme número de “piedrecillas”, por lo que se los denomina pluricelulares. La
célula constituye, en consecuencia, el componente básico de los seres vivos y es, en sí misma,
una unidad viva. Está viva la única célula de un microbio, y también están vivas las
numerosísimas células que constituyen el cuerpo de un animal o el billón de células que forman
un ser humano. Pero, ¿qué hace diferente nuestro ojo del ala de un águila, o la trompa de un
elefante de un diente? Ante todo, el hecho de que están formados por células distintas unas de
otras. Las de la piel son planas, las de los músculos, alargadas, las células del cerebro tienen una
prolongación finísima que, como un hilo eléctrico, transporta las señales que mueven los
músculos.
A pesar de estas diferencias, todas las células de las plantas y los animales tienen
sustancialmente la misma estructura. Todas tienen un revestimiento externo, la membrana
celular, y una partícula muy pequeña en el interior, el núcleo, incluida en una sustancia gelatinosa
que es el citoplasma. El núcleo contiene el “programa de la vida”, todas las informaciones que
determinan la estructura de la célula y dirigen las diversas funciones. En el momento de la
reproducción celular las instrucciones contenidas en el núcleo se duplican, y de esta manera las
células hijas heredan el mismo patrimonio de informaciones necesarias para la vida. En el
citoplasma se desarrolla la actividad química de la célula. Desde el exterior llegan continuamente
nuevas sustancias, muchas de las cuales, una vez dentro, son transformadas. Además, en el
citoplasma se acumulan los productos de reserva y las materias necesarias para desarrollar
determinadas funciones, por ejemplo, la hemoglobina en los glóbulos rojos.
La membrana celular, finalmente, separa el interior celular del exterior, pero no funciona como un
simple envase. La membrana participa de forma activa en la vida de la célula y controla lo que
entra y sale de ella. Es impermeable para muchas sustancias, mientras que, gracias a
mecanismos especiales de transporte hace que lo que resulte útil a la célula sea transportado al
interior.
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Recurd-celares:
Pero, ¿cómo se llegó a todo esto? Un coche se mueve consumiendo gasolina, y cuando se le
acaba se para de golpe. ¿Qué “gasolina” consume la célula, por ejemplo, para moverse o para
transportar materiales de una parte a otra? Realmente, también la célula consume un
combustible especial: la glucosa, un azúcar que no se utiliza como tal sino que sufre algunas
transformaciones. Las responsables de las reacciones que aportan la energía a la célula a partir
de la glucosa son las mitocondrias, orgánulos localizados en el citoplasma y que se puede
equiparar a microscópicas centrales energéticas. Las células de las plantas hacen todavía más.
Gracias a los cloroplastos, unos orgánulos localizados en el citoplasma, fabrican ellas mismas la
glucosa aprovechando la luz solar y algunas sustancias simples. Las mitocondrias y los
cloroplastos son sólo algunos de los órganos en miniatura de los que disponen las células para
desarrollar su actividad. La arquitectura de una célula y las funciones que la caracterizan
dependen del número, la disposición y la variedad de estos orgánulos que, en gran parte, son
comunes a las células de los animales y de las plantas. Sólo las bacterias tienen una
organización más sencilla, y carecen tanto de orgánulos citoplasmáticos como de núcleo. Su
capacidad, no obstante, es enorme: las bacterias son los organismos más numerosos y
abundantes en el planeta y los primeros que lo poblaron. Y eso no es todo: según los científicos,
bacterias muy antiguas, que vivieron en la Tierra hace cientos y cientos de millones de años,
habrían dado origen mediante asociaciones, a las células más complejas, dotadas de núcleo y
orgánulos, que caracterizan a todas las plantas y los animales superiores.
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