Documento descargado de http://www.elsevier.es el 21/11/2016. Copia para uso personal, se prohíbe la transmisión de este documento por cualquier medio o formato. Med Clin (Barc). 2012;139(9):398–403 www.elsevier.es/medicinaclinica Nota Clı́nica Enfermedad de Erdheim-Chester: estudio de 12 casos Montserrat Juanós Iborra a, Albert Selva-O’Callaghan a,*, Javier Solanich Moreno b, Antonio Vidaller-Palacin b, Salvador Martı́ c, Josep Maria Grau Junyent d y Miquel Vilardell Tarrés a, en representación del Grupo para estudio de la Enfermedad de Erdheim-Chester^ a Servicio de Medicina Interna, Hospital General Universitario Vall d’Hebron, Departamento de Medicina, Universitat Autònoma de Barcelona, Barcelona, España Servicio de Medicina Interna, Hospital de Bellvitge, IDIBELL, L’Hospitalet de Llobregat, Barcelona, España Servicio de Medicina Interna, Hospital Universitari Germans Trias i Pujol, Badalona, Barcelona, España d Servicio de Medicina Interna, Hospital Clı´nic, IDIBAPS, Universitat de Barcelona, Barcelona. España b c I N F O R M A C I Ó N D E L A R T Í C U L O R E S U M E N Historia del artı´culo: Recibido el 9 de marzo de 2012 Aceptado el 10 de mayo de 2012 On-line el 12 de julio de 2012 Fundamento y objetivo: La enfermedad de Erdheim-Chester (EC) es una histiocitosis de células noLangerhans que cursa con infiltración xantogranulomatosa multiorgánica por histiocitos CD68+/CD1a-. Se recogen las principales caracterı́sticas de 12 pacientes diagnosticados de esta rara enfermedad. Pacientes y método: Se revisaron las historias clı́nicas y los hallazgos anatomopatológicos de 12 casos diagnosticados de enfermedad de EC en 7 hospitales terciarios de la penı́nsula. Se consideró el diagnóstico de esta enfermedad ante un cuadro clı́nico compatible e infiltración tisular por histiocitos CD68+/CD1a-. Resultados: Se incluyó en el estudio a 12 pacientes, 7 varones, con una mediana de seguimiento de 36 meses (rango IQ: 20-84). La mediana de edad al inicio clı́nico de la enfermedad y en el momento del diagnóstico histológico fue de 49 (rango IQ: 28-61) y 56 años (37-62), respectivamente. En 6 casos se realizaron múltiples biopsias para poder llegar al diagnóstico, mientras que en 3 fue la revisión de las mismas piezas anatomopatológicas en un adecuado contexto de sospecha clı́nica lo que permitió el diagnóstico. Las manifestaciones neurológicas presentaron una asociación estadı́sticamente significativa con la mortalidad (p < 0,05). La caracterı́stica afectación ósea en forma de osteoesclerosis metadiafisaria de huesos largos se detectó en 9 casos. Conclusiones: La enfermedad de EC presenta una gran heterogeneidad en sus manifestaciones clı́nicas. Es preciso un alto ı́ndice de sospecha y una estrecha colaboración entre clı́nicos y patólogos para llegar al diagnóstico de esta enfermedad. ß 2012 Elsevier España, S.L. Todos los derechos reservados. Palabras clave: Enfermedad de Erdheim-Chester Histiocitosis de células no-Langerhans Periaortitis Neurohipofisitis Neumopatı́a intersticial Osteoesclerosis metafisaria de huesos largos Orquitis Erdheim-Chester disease: study of 12 cases A B S T R A C T Keywords: Erdheim-Chester disease Non-Langerhans’ cell histiocytosis Periaortitis Neurohypophisitis Interstitial lung disease Osteosclerosis Orchitis Background and objective: Erdheim-Chester disease (EC) is a rare form of non-Langerhans’ cell histiocytosis. It is characterized by the xanthomatous infiltration of tissues with foamy CD68+/CD1ahistiocytes. We report a series of 12 patients diagnosed with EC. Patients and methods: We reviewed the clinical, pathological and therapeutic aspects of 12 cases diagnosed with EC at 7 tertiary teaching hospitals in Spain. Patients were included if tissue infiltration by histiocytes CD68+/CD1a- could be demonstrated in an appropriate clinical setting. Results: Twelve patients (7 male) were included. Median follow-up was 36 months (IQR: 20-84). The median age at the time of clinical onset and pathological diagnosis was 49 (IQR: 28-61) and 56 years (IQR: 37-62), respectively. In 6 cases multiples biopsies were performed (skin, muscle, testicular) previous to diagnosis, which was confirmed in 3 cases after a carefully review of pathological tissues. * Autor para correspondencia. Correo electrónico: [email protected] (A. Selva-O’Callaghan). ^ Los componentes del grupo están relacionados en el anexo. 0025-7753/$ – see front matter ß 2012 Elsevier España, S.L. Todos los derechos reservados. http://dx.doi.org/10.1016/j.medcli.2012.05.001 Documento descargado de http://www.elsevier.es el 21/11/2016. Copia para uso personal, se prohíbe la transmisión de este documento por cualquier medio o formato. M. Juanós Iborra et al / Med Clin (Barc). 2012;139(9):398–403 399 Neurological involvement was independently associated with mortality (P < .05). Characteristic long bone osteosclerosis was detected in 9 patients. Conclusion: EC is a multisystemic and heterogeneous clinicopathological condition. A high index of suspicion and fluent communication between clinicians and pathologists is necessary to achieve a correct diagnosis. ß 2012 Elsevier España, S.L. All rights reserved. Introducción Resultados La enfermedad de Erdheim-Chester (EC) es una dolencia rara, no hereditaria, que forma parte del grupo de histiocitosis sistémicas, y se clasifica como una histiocitosis de células no-Langerhans1,2. Se caracteriza por presentar células histiocitarias espumosas y ricas en grasa en forma de xantogranulomas que se distribuyen infiltrando diferentes tejidos del organismo, comportándose en ocasiones como una enfermedad sistémica3–5. La presencia de los caracterı́sticos marcadores inmunohistoquı́micos (CD68+/CD1a-) y la ausencia de la proteı́na S y de los clásicos gránulos de Birbëck permiten su diferenciación del resto de histiocitosis de células de Langerhans, previamente agrupadas como histiocitosis X, que incluyen entidades tan diversas como el granuloma óseo eosinófilo, la enfermedad de Hand-Schüller-Christian o la forma infantil grave de Letterer-Siwe1. La afectación ósea en forma de lesiones osteosclerosas en las metáfisis de huesos largos es caracterı́stica de la enfermedad, si bien más de la mitad de los casos publicados presentan manifestaciones extraesqueléticas2–5. Su presentación clı́nica es polimorfa y heterogénea, lo que obliga a un alto ı́ndice de sospecha para alcanzar el diagnóstico. En este estudio se recogen las principales manifestaciones clı́nicas y formas de presentación, dificultades diagnósticas y respuesta al tratamiento de una serie de 12 pacientes diagnosticados de esta enfermedad. Caracterı́sticas de los pacientes Pacientes y método Estudio retrospectivo que analiza 12 casos de pacientes diagnosticados de enfermedad de EC a lo largo de los últimos 13 años (marzo de 1999-abril de 2012). La procedencia de estos pacientes corresponde al Hospital de Bellvitge, Barcelona (4 casos), Hospital Vall d’Hebron, Barcelona (3 casos), Hospital de Cabueñes, Gijón (un caso), Hospital La Paz, Madrid (un caso), Hospital de Cruces, Bilbao (un caso), Hospital Germans Trias i Pujol, Badalona (un caso) y Hospital Clı́nic, Barcelona (un caso). El diagnóstico de enfermedad de EC se consideró cuando en un contexto clı́nico adecuado se detectó por métodos histológicos la presencia de un infiltrado de células histiocitarias espumosas, con tinción por inmunohistoquı́mica positiva para CD68 y negativa para CD1a, lo que es tı́pico de la histiocitosis de EC. Se revisaron las historias clı́nicas de todos los pacientes, recogiendo de forma protocolizada datos demográficos, clı́nicos, histológicos y de exploraciones complementarias practicadas durante su estudio y seguimiento. Todos los pacientes fueron atendidos por alguno de los autores del estudio, por lo que la información, aunque retrospectiva, está bien contrastada. Los datos se analizaron mediante el programa SPSS1 (SPSS 12 Inc., Chicago, IL, EE.UU.). Los valores de las variables continuas se expresaron en forma de mediana y rango, y las variables categóricas como porcentaje. La edad de inicio de la enfermedad se definió como la presencia de los primeros sı́ntomas del paciente que pudieran ser atribuidos a su enfermedad. La fecha de diagnóstico de la enfermedad de EC se relacionó con el diagnóstico anatomopatológico. Se obtuvo información de 12 pacientes (7 varones, 5 mujeres), con una mediana de seguimiento de 36 meses (rango IQ: 20-84). La mediana de edad al inicio clı́nico de la enfermedad y en el momento del diagnóstico histológico fue de 49 (rango IQ: 28-61) y 56 años (37-62), respectivamente. Las principales caracterı́sticas de los pacientes estudiados y su comparación con otras series publicadas están representadas en las tablas 1 y 2. Principales sı´ntomas clı´nicos y órganos afectados Entre las manifestaciones generales presentes al inicio o durante el curso de la enfermedad, se detectó la presencia de astenia (8 casos), de adenopatı́as en diferentes territorios (4 casos) con esplenomegalia añadida (un caso) y de fiebre superior a 38 8C junto a la presencia de reactantes de fase aguda elevados (VSG, fibrinógeno, ferritina) en 4 casos. En 3 casos se detectaron fenómenos de autoinmunidad (anticuerpos antinucleares con especificidad anticentrómero en 2 casos, anticoagulante lúpico en 2 casos y anticuerpos antinucleares con especifidad anti-Ro, anti-La, anti-RNP en un único caso). Entre los diferentes órganos o sistemas, el cardiovascular y el endocrino fueron los involucrados con mayor frecuencia, seguidos del sistema nervioso central. Diez casos (83%) presentaron afectación del sistema cardiovascular, 7 como periaortitis, 5 con infiltración pericárdica, 2 con insuficiencia cardiaca, 2 con aneurisma de aorta, uno con afectación valvular y otro con tumoración auricular. Ocho casos (67%) presentaron afectación endocrina, 7 de la hipófisis (5 neurohipofisitis en forma de diabetes insı́pida, 4 adenohipofisitis, 2 como hipogonadismo hipogonadotrópico, uno en forma de insuficiencia suprarrenal por déficit de ACTH, y otra asintomática detectada en la necropsia), tiroidea en 2 casos y gonadal (testicular, hipogonadismo hipergonadotrópico) y suprarrenal (un caso). La afectación neurológica se observó en 6 pacientes (50%) en forma de ictus (3 casos) y afectación menı́ngea (3 casos) como manifestaciones más frecuentes, y epilepsia refractaria al tratamiento en otro. En esta serie de pacientes la afectación neurológica se relacionó de forma independiente y estadı́sticamente significativa con la mortalidad (p < 0,05). Tabla 1 Frecuencia de las principales manifestaciones clı́nicas y hallazgos radiológicos en la enfermedad de Erdheim-Chester Dolor óseo Infiltración periaórtica Afectación pericárdica Exoftalmos Diabetes insı́pida Xantelasmas Riñones «peludos» Afectación del SNC Afectación pulmonar Fallecimiento Bibliografı́a (%)2 Haroche et al. (%)2 Juanós et al. (%) 50 60 45 27 27 19 15-25 22 60 40 66 23 42 25 28 68 51 43 26 72 59 41 33 41 41 50 50 50 33 SNC: sistema nervioso central. Documento descargado de http://www.elsevier.es el 21/11/2016. Copia para uso personal, se prohíbe la transmisión de este documento por cualquier medio o formato. 400 Tabla 2 Principales caracterı́sticas clı́nicas de los 12 pacientes de esta serie Cardiovascular Neurológica Pulmonar Óseaa Riñones «peludos» Endocrina Oftálmica Cutánea Histológica Fallecimiento 29 Periaortitis. AAA. T. mesentérica AVC Neumopatı́a intersticial No No Neurohipofisitis. Diabetes insı́pida Queratitis (ceguera) Xantelasmas. Exantema macular No 49 51 Periaortitis. Shock cardiogénico AVC. Meningioma Neumopatı́a intersticial No Sı́ Hipogonadismo hipergonadotrópico (infiltración testicular) - Pigmentación pruriginosa M 60 63 Paquimeningitis. HC Neumopatı́a intersticial Sı́ Sı́ - - - Sı́ 4 M 16 24 Periaortitis. D. pericárdico. IC, FA - Queratitis granulomatosab. Biopsia cutánea. Biopsia muscular Orquitis granulomatosab. Biopsia cutánea. Necropsia Necropsia Pancerebritis. Estatus epiléptico - No No - Dermatitis atópica. Paniculitis Biopsia muscular No 5 V 29 59 AAT - - Sı́ No Exoftalmos Xantelasmas Tiroiditis granulomatosab No 6 V 76 77 D. pericárdico. HTAP Meningiomas - Sı́ Sı́ - Xantelasmas Necropsia Sı́ 7 M 28 33 - - Sı́ No Exoftalmos - M 59 61 Periaortitis. D. pericárdico AVC Sı́ No Exoftalmos Xantelasmas 9 V 46 54 Periaortitis - - Sı́ Sı́ Exoftalmos - Biopsia Biopsia Biopsia Biopsia Biopsia Biopsia No 8 Neumopatı́a intersticial - Adenohipofisitis. Insuficiencia suprarrenal secundaria Nódulo tiroideo. Panhipofisitis. Diabetes insı́pida. Hipogonadismo hipogonadotrópico Adenohipofisitis. Insuficiencia suprarrenal secundaria Masa hipofisaria. Diabetes insı́pida - 10 M 50 50 Periaortitis LOES - Sı́ No - - Biopsia ósea No 11 V 61 61 Biopsia renal (perirrenal) Biopsia pleural No Caso Sexo Años Incio Dx 1 V 24 2 V 3 D. pericárdico. Pleuritis Sı́ Sı́ T. auricular Sı́ Sı́ Infiltración Engrosamiento 12 V 72 72 Infiltración Xantelasmas retroorbitaria pleural. pericárdica. asintomática Neumopatı́a Periaortitis. IM sin proptosis intersticial infiltración anillo valvular. Rotura cuerda tendinosa AAA: aneurisma de aorta abdominal; AAT: aneurisma de aorta torácica; AVC: accidente cerebrovascular; D: derrame; Dx: diagnóstico; FA: fibrilación auricular; HC: hidrocefalia; HTAP: insuficiencia cardiaca; IM: insuficiencia mitral; LOES: lesiones ocupantes de espacio; M: mujer; T: trombosis; V: varón. a Osteoesclerosis diafisometafisaria de huesos largos. b Reinterpretación de biopsia previa. Sı́ No No hipertensión de la arteria pulmonar; IC: M. Juanós Iborra et al / Med Clin (Barc). 2012;139(9):398–403 Panhipofisitis. Diabetes insı́pida. Hipogonadismo hipogonadotrópico Neurohipofisitis. Diabetes insı́pida - hipofisaria. de senos ósea. cutánea. orbitaria orbitaria Sı́ Documento descargado de http://www.elsevier.es el 21/11/2016. Copia para uso personal, se prohíbe la transmisión de este documento por cualquier medio o formato. M. Juanós Iborra et al / Med Clin (Barc). 2012;139(9):398–403 401 La principal manifestación cutánea fue la presencia de xantelasmas palpebrales, observada en un 41% de los casos, mientras que la afectación ocular se detectó en cerca de la mitad de los pacientes, en forma de proptosis ocular (4 casos) o de infiltración corneal motivo de ceguera (un caso). La mayorı́a (75%), pero no todos, presentaron esclerosis radiológica o hipercaptación metafisodiafisaria en la gammagrafı́a ósea con 99 Tc, afectación ósea tı́pica de esta enfermedad. Seis pacientes (50%) desarrollaron afectación pulmonar en forma de neumopatı́a intersticial (5 casos) y pleuritis (2 casos). La caracterı́stica afectación perirrenal en forma de riñones desflecados o «peludos» (hairy kidneys) con infiltración de la fascia de Gerota se observó en 6 (50%) casos. Dificultades diagnósticas En algo más de la mitad de los casos (7/12) se llegó al diagnóstico tras la práctica de una biopsia de los tejidos afectados; en el resto de los pacientes se alcanzó el diagnóstico a partir de la reinterpretación, a instancias del clı́nico, de las biopsias ya practicadas (3 casos; 25%), o bien tras el estudio necrópsico (2 casos; 16%). Aproximadamente la mitad de los pacientes recibió inicialmente un diagnóstico erróneo: fibrosis retroperitoneal (2 casos), histiocitosis X (un caso), linfoma (un caso) y sı́ndrome de Sjögren (un caso). El intervalo entre el inicio de la clı́nica y el diagnóstico histopatológico fue de 30 meses (rango IQ: 3-87). Curso clı´nico, evolución y tratamiento Además del seguimiento clı́nico, en un tercio de los pacientes se utilizó la tomografı́a computarizada por emisión de positrones (PET/TC) para evaluar la actividad y extensión de la enfermedad. La causa del fallecimiento fue de origen cardiovascular en un caso (shock cardiogénico), neurológico en 2 y por insuficiencia respiratoria irreversible en el último. El comportamiento clı́nico y la respuesta al tratamiento de los pacientes fueron también extremadamente heterogéneos. El tratamiento con glucocorticoides (1 mg/kg/d) se administró a 9 pacientes, con escasa respuesta clı́nica (solamente 3 respondieron de forma parcial, requiriendo tratamiento adicional con inmunodepresores). Cuatro pacientes fueron tratados con interferón a (3-6 millones sc/d, 3 veces por semana), de los cuales 3 respondieron inicialmente al tratamiento, aunque esta respuesta no se mantuvo en el tiempo; el cuarto tuvo que suspenderse debido a la mala tolerancia y citopenias graves atribuidas al fármaco. Otros medicamentos inmunodepresores, como el metotrexato, la ciclosporina o la azatioprina, se administraron ante la refractariedad del cuadro, con escaso éxito. Finalmente, la administración de pentostatina (4 mg/kg quincenalmente) en 3 pacientes se acompañó de una respuesta parcial en un caso. Los 4 fallecimientos ocurridos durante el seguimiento se produjeron en los 6 primeros años. La supervivencia a 6 años fue de un 67%. Figura 1. Biopsia testicular (hematoxilina-eosina, 100). Túbulos atróficos con infiltrado inflamatorio intersticial granulomatoso, con histiocitos y céulas gigantes (tipo Touton, flecha). Tinción con inmunohistoquı́mica (CD68/CD1a). caracterı́sticas de una serie de 12 pacientes estudiados en España durante la última década. Del análisis de los resultados de esta serie, destaca la gran heterogeneidad de las manifestaciones clı́nicas y radiológicas, ası́ como la dificultad en el diagnóstico. Cualquier órgano o tejido puede afectarse. Algunas manifestaciones clı́nicas o hallazgos radiológicos pueden sugerir el diagnóstico. La fibrosis periaórtica (fig. 2), que en ocasiones puede afectar a la aorta en toda su longitud, envolviéndola como si de un «manguito» se tratara (coated aorta), o la infiltración y desflecamiento de la fascia de Gerota perirrenal, dando el aspecto de «riñones peludos» (fig. 3), son manifestaciones radiológicas caracterı́sticas de esta enfermedad. La captación de 99Tc en la gammagrafı́a ósea de las zonas metadiafisarias de los huesos largos (fig. 4), en especial en miembros inferiores, o la presencia de osteoesclerosis en la radiografı́a ósea simple, se ha considerado tan caracterı́stica de la enfermedad de EC, que ante su ausencia se deberı́a de dudar del diagnóstico; sin embargo, y en nuestra opinión, si bien la presencia Discusión La enfermedad de EC afecta a pacientes de todas las edades, sin preferencia de sexo, y su expresividad clı́nica oscila desde lesiones óseas asintomáticas hasta la muerte como consecuencia de complicaciones sistémicas. El sustrato anatomopatológico, tanto de las lesiones óseas como de las manifestaciones extraesqueléticas, es la infiltración de los tejidos por células gigantes multinucleadas (células de Touton) e histiocitos cargados de lı́pidos en cuya membrana se detecta el antı́geno CD 68, pero que, a diferencia de las células de Langerhans, no expresan el antı́geno CD1a (fig. 1). En este estudio se recogen y analizan las Figura 2. Engrosamiento periaórtico (flechas) caracterı́stico de la enfermedad de Erdheim-Chester. Documento descargado de http://www.elsevier.es el 21/11/2016. Copia para uso personal, se prohíbe la transmisión de este documento por cualquier medio o formato. 402 M. Juanós Iborra et al / Med Clin (Barc). 2012;139(9):398–403 Figura 3. Infiltración perirrenal (flechas) de la fascia de Gerota («riñones peludos»), con su correspondiente hallazgo patológico. de esta alteración radiológica o gammagráfica es muy sugestiva, los hallazgos en algunos de los pacientes aquı́ comunicados, ası́ como de otros publicados2, permiten afirmar que en ocasiones este signo radiológico falta y su ausencia no descarta el diagnóstico de la enfermedad. Otro de los órganos diana a partir del cual se puede sospechar el diagnóstico es el pulmón6,7, de tal manera que ante un paciente con un patrón intersticial no filiado, la posibilidad de que pueda tratarse de una enfermedad de EC, aun siendo poco probable hay que tenerla en cuenta, sobre todo si el clı́nico detecta otros datos aparentemente inconexos de la anamnesis o de la exploración fı́sica8, como puedan ser la presencia de xantelasmas, exoftalmos o trastornos endocrinológicos asociados, especialmente de la neurohipófisis, como la diabetes insı́pida. Es bien conocida la afectación del intersticio pulmonar en otras formas de histiocitosis, como por ejemplo en la de células de Langerhans, sin embargo la afectación de lóbulos superiores, la presencia de neumotórax de repetición y de gránulos de Birbëk o de macrófagos con el marcador monoclonal OKT6 frente al antı́geno CD1a, tı́pico de las células de Langerhans, permiten la distinción entre ambas entidades en la mayorı́a de los casos1.Dos Figura 4. Osteoesclerosis diafisometafisaria (flecha), captación gammagráfica (99Tc) tı́pica de la enfermedad de Erdheim-Chester. parecen ser las manifestaciones mayores o más importantes, o al menos con una mayor influencia en la supervivencia de los pacientes con este trastorno, la cardiovascular y la neurológica9–12. En un estudio reciente, Haroche et al.9 revisan las manifestaciones cardiovasculares en pacientes con enfermedad de EC, encontrando que la afectación de la aorta en forma de fibrosis periaórtica (coated aorta) aparece en más de la mitad de los pacientes, y que incluso puede extenderse envolviendo a las ramas arteriales que emergen de la aorta, generando sı́ntomas isquémicos del territorio afectado. La fibrosis retroperitoneal o periaortitis crónica y la enfermedad de Takayasu son entidades que hay que tener en cuenta en el diagnóstico diferencial de esta forma de presentación de la enfermedad13,14. Otras estructuras cardiacas, como el endocardio (aparato valvular), el pericardio o el miocardio (tumor auricular, isquemia miocárdica), pueden estar infiltradas por esta proliferación histiocitaria, aunque con menor frecuencia, datos superponibles a los presentados en este estudio. La resonancia magnética o la TC son excelentes exploraciones para objetivar la afectación de estas estructuras10. Un tercio de los pacientes estudiados que fallecieron lo hicieron de forma secundaria a la afectación cardiovascular. La infiltración arterial perivascular puede ser responsable de manifestaciones vasculares neurológicas que se presentan clı́nicamente en forma de ictus isquémicos. También las meninges pueden verse afectadas y generar sintomatologı́a, como hidrocefalia o crisis comiciales2,11. Se describen 3 patrones de afectación neurológica: infiltración perivascular e isquemia, afectación menı́ngea con tumores similares a meningiomas, y un patrón mixto. Todos ellos pueden observarse en distintos sujetos de esta serie. La afectación neurológica, sea del tipo que sea, comporta un mal pronóstico2,12. El desconocimiento de esta entidad dificulta sobremanera su diagnóstico. La mayorı́a de los pacientes aquı́ presentados tardaron años en diagnosticarse, siendo necesaria la práctica de numerosas biopsias para poder llegar al diagnóstico. En algunos casos las biopsias ya practicadas, inicialmente inespecı́ficas, al ser reevaluadas por los patólogos en un adecuado contexto clı́nico y tras los correspondientes estudios de inmunohistoquı́mica, permitieron alcanzar el diagnóstico correcto. Aun cuando algunos autores han sugerido unos criterios diagnósticos9 entre los que se encuentra la afectación ósea en forma de osteoesclerosis metadiafisaria, creemos que este requisito diagnóstico no es imprescindible. De hecho, en varios de los pacientes de esta serie, algunos con estudio necrópsico posterior, no se encontró esta caracterı́stica afectación ósea. La enfermedad diseminada es, en general, refractaria al tratamiento con glucocorticoides, por lo que se recurre a terapia inmunodepresora coadyuvante (azatioprina, ciclosporina) e, incluso, dada la falta de respuesta en la mayorı́a de los casos, a Documento descargado de http://www.elsevier.es el 21/11/2016. Copia para uso personal, se prohíbe la transmisión de este documento por cualquier medio o formato. M. Juanós Iborra et al / Med Clin (Barc). 2012;139(9):398–403 citostáticos como alcaloides de la vinca (vinblastina), antimetabolitos (metotrexato) o etopósido, aislados o en combinación. Estudios recientes sugieren que la administración de interferón a podrı́a ser útil en el control de estas formas más agresivas de la enfermedad12,15, donde probablemente subyace un trastorno de las citocinas16, una base inmunológica y, quizás en algunos casos, un comportamiento clonal3,4. Sin embargo, aunque escasa, nuestra experiencia en 3 pacientes no es favorable, quizás por tratarse de formas multisistémicas y agresivas de la enfermedad. Formas localizadas en la piel o estructuras óseas aconsejan una conducta expectante, aunque si los sı́ntomas obligan a un tratamiento activo podrı́a plantearse radioterapia a bajas dosis, glucocorticoides intralesionales o biopsia excisional. Parece que la práctica de una PET/TC podrı́a ser una buena herramienta en el seguimiento clı́nico y de respuesta terapéutica de los órganos afectados17. Nuestra experiencia se limita a 4 pacientes, en los que la práctica de una PET/TC ayudó a valorar la extensión de la enfermedad, y en 2 casos permitió también objetivar la evolución del paciente de forma morfológica y funcional. La propia naturaleza de la enfermedad y su heterogeneidad clı́nica, ası́ como el retraso diagnóstico, hacen difı́cil sacar conclusiones al respecto. Es probable que un mejor conocimiento de esta entidad favorezca el diagnóstico precoz y en un mayor número de casos, haciendo posible la implementación de estudios multicéntricos controlados que permitan establecer la pauta terapéutica más eficaz en los pacientes afectados de esta enfermedad. Conflicto de intereses Los autores declaran no tener ningún conflicto de intereses. Agradecimientos A Jordi Pérez López (Coordinador del Grupo de Enfermedades Minoritarias, Sociedad Española de Medicina Interna; Servicio de Medicina Interna, Hospital Vall d’Hebron, Barcelona, España). Anexo Componentes del Grupo para estudio de la Enfermedad de Erdheim-Chester: Andrés López Hernández (Servicio de Hematologı́a, Hospital Vall d’Hebron, Barcelona, España); Inés de Torres (Departamento de Anatomı́a Patológica, Hospital Vall d’Hebron, Barcelona, España); Xavier Martı́nez Gómez (Departamento de Medicina Preventiva y Epidemiologı́a, Hospital Vall d’Hebron, Barcelona, España); Ramón Pujol Farriols, Francesca Mitjavila Villeró (Servicio de Medicina Interna, Hospital de Bellvitge, IDIBELL, Barcelona, España); Maria José Paules Villar (Departamento de Anatomı́a Patológica, Hospital de Bellvitge, IDIBELL, Barcelona, España); Carlos Villabona Artero, Manuel Perez Maraver (Sección de Endocrinologı́a, Hospital de Bellvitge, IDIBELL, Barcelona, España); Xenia Acebes Roldan (Servicio de Oftalmologı́a, Hospital de Bellvitge, IDIBELL, Barcelona, España); Jose Antonio 403 Narvaez Garcia, Susana Margarita Rossi Seoane (Servicio de Radiodiagnóstico, Hospital de Bellvitge, IDIBELL, Barcelona, España); Elisa Ester Rodriguez Ávila, Silvino Rubio Barbón, Eva Fonseca Aizpuru (Servicio de Medicina Interna, Hospital de Cabueñes, Gijón, España); Araceli Canovas Fernandez (Servicio de Medicina Interna, Hospital de Cruces, Bilbao, España); Gerard Espinosa (Servicio de Medicina Interna, Hospital Clı́nic, IDIBAPS, Barcelona, España); Jesús Casado (Servicio de Medicina Interna, Hospital Universitario La Paz, Madrid, España). 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