El derecho de los pueblos indígenas a la consulta previa María Alejandra Kleber Sierra Estudiante de Derecho de la Universidad del Norte. [email protected];[email protected] Resumen La consulta previa es un derecho fundamental del que gozan las comunidades étnicas del país. Este derecho se ha visto vulnerado en la toma de medidas administrativas, legislativas o decisiones susceptibles de afectar directamente a las comunidades indígenas. Este artículo es producto de la investigación adelantada en la asignatura de Metodología de la Investigación Jurídica y Sociojurídica, impartida en tercer semestre de derecho en la Universidad del Norte11. De la investigación realizada se obtuvo que las voluntades políticas, la posición vulnerable de las comunidades indígenas, vacíos en la ley, entre otros, son, en términos generales, factores que afectan la efectividad de la consulta previa en la toma de decisiones sobre los territorios indígenas. Palabras clave: consulta previa, comunidades indígenas, territorios. 11 La investigación fue realizada conjuntamente por Natalia Alcocer Vergara, María Burgos Anturi, Pedro Campo Guida, Maira Kleber Sierra, Daniel Rodríguez Gómez, Laura Sánchez Coronado, Alexandra Xiques Fernández, quienes diera su autorización para que se publicara en este artículo la información obtenida. 25 U R Í D I C A J C T U A L I D A D Los pueblos indígenas y su derecho fundamental a la consulta previa A Históricamente los pueblos indígenas han sido comunidades objeto de discriminación, olvidadas por las mayorías y no tenidas en cuenta en las prioridades de muchos gobiernos. En Colombia a través de los años la situación ha sido casi la misma, sumando el conflicto armado interno y los diversos fenómenos políticos que ha padecido la nación y que han repercutido en la organización, integridad e incluso existencia de las comunidades que antes de la Conquista habitaban el territorio que hoy constituye nuestro país y de las cuales sobreviven algunas. En virtud de lo expuesto por la Corte Constitucional en la Sentencia C-058/1994 (M.P. Mauricio Gonzales Cuervo), las comunidades indígenas comparten propósitos comunes, mantienen valores propios de su cultura y poseen la capacidad de identificarse con su pasado. Son precisamente la preservación y el respeto por este arraigo cultural y territorial, que conservan la generalidad de las comunidades indígenas, factores determinantes para la integridad e incluso preservación de las mismas. Los pueblos indígenas constituyen una minoría que no solo merece ser reparada, sino además asistida como sujeto vulnerable y de especial protección, por lo cual se hace necesario que cada decisión legislativa, administrativa, política o de cualquier índole capaz de tener incidencia directa sobre la comunidad les sea consultada para considerar sus intereses o posición y que esta consulta pueda incidir en la decisión que se vaya a tomar, pues medidas que afectan de alguna manera u otra a una comunidad indígena generan consecuencias sobre sus prácticas, creencias, estabilidad y organización. La consulta previa resulta, entonces, una forma de salvaguardar la integridad de los pueblos indígenas, debido a que gracias a ella se tiene en cuenta su punto de vista respecto a las medidas o decisiones que pueden repercutir en la comunidad. 26 Frente a la nombrada posición de los pueblos indígenas y la necesidad eminente de protegerlos, la Ley 21 de 1991 aprobó el Convenio 169 de la OIT –cuyo fin principal es garantizar la supervivencia de los pueblos indígenas y preservar sus territorios y cultura–, que establece que los valores, las prácticas sociales, culturales y religiosas deben ser respetadas mediante consultas realizadas a través de procedimientos e instituciones apropiadas, que deberán ser efectuadas de buena fe y siempre que se prevean medidas legislativas o administrativas capaces de afectar a los pueblos indígenas directamente. Así, el Estado tiene la obligación de garantizar la participación, administración y la conservación de los territorios indígenas para preservar los intereses de estas comunidades. También los artículos 2°, 7,40 y 330 de la Constitución Política de Colombia establecen – respectivamente– como fines del Estado: facilitar la participación de todas aquellas decisiones que afecten la vida de la nación, el deber de reconocer y proteger la diversidad étnica y cultural, la participación ciudadana como derecho político y la facultad de los territorios indígenas para ser entes autónomos, junto con el deber del gobierno de fomentar la participación de los representantes de las comunidades en las decisiones sobre explotación de recursos naturales presentes en territorios indígenas. Asimismo, la Ley 99 de 1993, desarrollada por el Decreto 1320 de 1998, establece que las decisiones en materia de explotación de recursos naturales se tomarán con previa consulta a los representantes de las comunidades asentadas dentro del área de influencia del proyecto que se pretenda realizar. A pesar de la existencia de este marco jurídico sobre el derecho de consulta previa del que gozan las comunidades indígenas, ha sido la Corte Constitucional la que ha venido supliendo algunos vacíos de la ley y estableciendo pautas adicionales necesarias para realizar consultas previas idóneas para las comunidades indígenas12. Así por ejemplo: la Sentencia T-737/2005 (M.P. Álvaro Tafur Galvis), en la que precisó que la consulta previa debería ser realizada a los representantes asignados por los mismos pueblos interesados. La Sentencia C-030/2008 (M.P. Rodrigo Escobar Gil) se pronunció sobre la obligatoriedad de la consulta previa, teniendo en cuenta para esto el nivel de afectación de los pueblos, lo cual propició que el alcance del Decreto 1320 de 1998 se acercara más al Convenio 169 de la OIT. En la misma jurisprudencia establece que el Ministerio de Medio Ambiente deberá realizar un estudio previo antes de la consulta previa para verificar si existe vulneración de los derechos de las minorías y el impacto que se producirá en sus territorios, y precisa al mismo tiempo las decisiones por las cuales la comunidad indígena debe ser consultada y llamada a participar de acuerdo con el Convenio 169 de la OIT13. La real aplicación del derecho de consulta previa a los pueblos indígenas Si bien el derecho de consulta previa a los pueblos indígenas es un derecho fundamental consagra- 12 Véase Corte Constitucional. Sentencias: SC-702/ 2010, M.P. Jorge Ignacio Pretelt Chaljub; SC. 891/ 2002, M.P. Jaime Araújo Rentería; SC. 461/2008, M.P Manuel José Cepeda Espinosa; SC-615/2009 M.P Humberto Antonio Sierra Porto; ST-428 de 1992, M.P. Ciro Angarita Barón; ST-154de 2009, M.P. Nilson Pinilla Pinilla; S T-745 de 2010, M.P. Humberto Antonio Sierra Porto; S T-129 de 2011, M.P Jorge Iván Palacio Palacio. 13 Cabe resaltar que esta jurisprudencia responde a una línea consolidada desde antes. En la Sentencia C- 891/2002 (M.P. Jaime Araújo Rentería). Ya la Corte había consolidado la obligatoriedad de la consulta previa a las comunidades étnicas y triviales, según este apartado jurisprudencia la omisión de la consulta previa en decisiones legislativas afecta la materia más que solo la forma de la ley misma. En esta misma línea, la Sentencia C- 208/2007 (M.P. Rodrigo Escobar Gil) señala que la consulta previa a las comunidades indígenas es una obligación impuesta por el Estado en la que se materializa los artículos 329 y 330 de la Constitución Nacional. Expresa el tribunal que existe un “nexo muy claro entre la consulta como mecanismo de participación y la defensa de la integridad cultural de las comunidades éticas”. do en el Bloque Constitucional14, previsto en disposiciones legales profundizadas por la Corte, su práctica y ejecución desafortunadamente no se ha dado a cabalidad y de forma uniforme. Desde 1991 se han venido presentando casos significativos en los que los proyectos con gran impacto económico dejan de lado el deber de realizar consulta previa a la comunidad directamente afectada. · Caso de la comunidad indígena U’wa A la comunidad U’wa15se le interrumpieron sus prácticas y afectaron sus creencias tradicionales al estar asentada entre los límites de Arauca, Boyacá, Santander y Norte de Santander, zona rica en yacimientos de petróleo. El caso es paradigmático porque si bien se realizaron algunos encuentros entre las partes, en ellos solo se informó a la comunidad las acciones que se iban a tomar con el proyecto, no se encargaron de dar información veraz, suficiente y comprensible para la comunidad, ni de buscar respuestas conciliadoras en las que fuera posible determinar, bajo el consentimiento de la comunidad afectada, si era posible proceder o si, por el contrario, dichas acciones ocasionaban perjuicios al pueblo U’wa. Bajo esa falacia de consulta previa le fue expedida la licencia ambiental a la sociedad para que efectuara las excavaciones de yacimientos de petróleo en la zona. 14 El Bloque constitucional es definido por la Corte Constitucional en la SC- 067/2003 (M.P. Marco Gerardo Monrroy Cabra) “Como aquella unidad jurídica compuesta por (…) normas y principios que, sin aparecer formalmente en el articulado del texto constitucional, son utilizados como parámetros del control de constitucionalidad de las leyes, por cuanto han sido normativamente integrados a la Constitución, por diversas vías y por mandato de la propia Constitución. Son pues verdaderos principios y reglas de valor constitucional, esto es, son normas situadas en el nivel constitucional”. Es por vía prevalencia que se integra a la Constitución Nacional el derecho a la consulta previa para las comunidades étnicas del país. 15 Son conocidos también como tunebos, descubiertos aproximadamente en el siglo XVI, habitan en el Arauca en un pueblo que ellos mismos llamaron San José de Patute. Este pueblo concibe su territorio como esencia de la vida, y su forma de controlar el medio ambiente explica sus creencias y costumbres. 27 U R Í D I C A J C T U A L I D A D Respecto a este caso la Corte Constitucional se pronunció en los siguientes términos: A El procedimiento para la expedición de la licencia ambiental se cumplió en forma irregular y con desconocimiento del derecho fundamental de la comunidad U’wa, en relación con la consulta que formal y sustancialmente ha debido hacérsele. Consecuencialmente, resultan vulnerados no sólo los derechos de participación, y a la integridad de la comunidad U’wa, sino el derecho al debido proceso. (Sentencia U- 039/1997, M.P. Antonio Barrera Carbonell) · Caso río Ranchería Otro caso es el expuesto en la Sentencia T-154/09 (M.P. Nilson Pinilla Pinilla). Los hechos se remontan a la presentación de un proyecto multipropósito que buscaba crear sistema de riegos, abastecer el acueducto de 9 municipios de La Guajira y desarrollar un sistema de energía eléctrica. Tal proyecto fue declarado en el documento CONPES 3362 como de “importancia estratégica para el país”, y le fue adjudicado a la Unión Temporal Guajira (UTG). Lo paradigmático es que el desarrollo del proyecto tenía influencia directa sobre los resguardos indígenas Kogui, Kankuano, Arhuaco y Wiwa de la Sierra Nevada de Santa Martha, y a pesar de que se realizó la consulta a las comunidades nombradas, con excepción de los pueblos Wiwa y Kogui16, la licencia ambiental que se expidió para realizar el proyecto omitió muchas de las cuestiones que fueron acordadas en las convocaciones que se realizaron para la consulta previa. Además argumentan los demandantes (es decir, los cabildos gobernadores de los resguardos en cuestión) que no se siguió el proceso según lo establecido en el Convenio de la OIT, la jurisprudencia de la Corte Interamericana 16 Estos pueblos fueron convocados a consulta, pero no emitieron posición alguna por considerar que no tenían poder de decisión. Pero se comprometieron a que la CTC (Confederación de Trabajadores de Colombia), que es la entidad que los representa, emitiría en el menor tiempo posible la opinión. Sin embargo, la licencia ambiental se otorgó sin esperar dicha consideración. 28 de Derechos Humanos y la Corte Constitucional Colombiana. A pesar de que los pueblos indígenas tenían la esperanza de protección por medio de la acción de tutela presentada, la Corte la denegó debido a que ya habían pasado dos años desde que se expidió la licencia ambiental, y una vez estudiadas las posibles razones de la demora para presentar la acción, la Corte no encontró razones que la argumentaran; fue por eso que confirmó la sentencia proferida por el Consejo Superior de la Judicatura, pues de no ser así se incumpliría el principio de inmediatez. En casos como los anteriores el Gobierno y los entes encargados omiten el deber de consulta a los pueblos indígenas directamente afectados, no toman en consideración la posición de estos grupos sobre la situación que se negocia, se limitan simplemente a informar a la comunidad sobre las acciones que se proyectan u omiten aclarar sus alcances y consecuencias, lo cual resulta altamente preocupante, pues no solo es el derecho a la consulta previa el que se viola con estas acciones, sino que junto con él se vulneran derechos como al debido proceso, a la autodeterminación, a las minorías étnicas, a la propiedad colectiva, derechos territoriales, entre otros, lo cual afecta a los pueblos indígenas17. Sin embargo, no se puede desestimar que el derecho de consulta previa a los pueblos indígenas ha resultado efectivo en ciertas ocasiones, sobre todo en la toma de medidas legislativas, como resultó con la 17 Otros casos paradigmáticos que se han presentado son: Caso Cristiana (ST-428 /92, M.P. Angarita Ciro): Omisión del ministerio de Transporte al realizar consulta previa para la construcción de una calzada. Caso comunidad Emberá (tomado del libro Compilación y selección de fallos y decisiones de la jurisdicción especial indígena 1980-2006,pp. 297-326): en el que para expedir por segunda vez la licencia ambiental a CORELCA no se realizó consulta previa. Situación que trajo consecuencias nefastas para la comunidad, debido a que el relleno de la represa afectó los recursos naturales pertenecientes a la comunidad indígena y, por lo tanto, sus mecanismos de subsistencia y el bienestar colectivo: “Los cultivos solo podrían ser utilizados temporalmente cuando el nivel de embalse eventualmente esté por debajo de lo previsto para el funcionamiento normal de la hidroeléctrica” (resoluciones del 20 febrero de 1998 y 18 de diciembre de 1992). reforma del Código de Minas o el Plan Nacional de Desarrollo. En los casos que han sido planteados en este artículo, este derecho fundamental solo resulta parcialmente efectivo, pues varios son los casos en los que ha sido ignorado o vulnerado; pero también se han realizado consultas que pretendieron negociaciones de buena fe, y aunque pocas, algunas medidas han sido tomadas considerando la posición o punto de vista de los pueblos indígenas. Factores que intervienen en la realización de consultas previas Es entonces menester enunciar bajo qué circunstancias podría no resultar efectivo el derecho de consulta previa y qué posibles factores intervienen en el cumplimiento a cabalidad del mismo. En el proceso de la investigación realizada, tal objeto fue posible gracias a la utilización de fuentes primarias y segundarias capaces de proporcionar tal información18. Uno de los factores que puede influir en la adecuada realización de la consulta previa radica en la legitimidad que le dan los pueblos indígenas a la legislación que regula tal procedimiento, debido a que no se realizó una consulta a las comunidades indígenas antes de la promulgación de las leyes referentes a la realización de consultas. Si bien no existe precepto constitucional o legal alguno que obligue al legislador a consultar sobre las leyes que expide –en virtud de que es el órgano representativo por excelencia y, por ende, ahí se encuentra manifestada la voluntad del pueblo–, no se debe olvidar que desde una perspectiva étnica la visión es diferente, pues la representación de las comunidades indígenas en el Congreso es bastante res- 18 Se realizó análisis documental y entrevistas a expertos conocedores del tema, como Viridiana Molinares Hassan, Juan pablo Sarmiento Erazo, Jairo Silva y Fernando Rivera. Asimismo, fue posible obtener la opinión del representante y miembro de comunidad indígena Roberto Daza Salabata. También se tomó como referencia distintos aportes doctrinales y jurisprudenciales. tringida: tan solo 2 representantes en el Senado y 4 en la Cámara, número que incluye a todos los grupos étnicos y las minorías políticas (Rodríguez, 2012, pp. 54 y 57). Otro factor que se ve reflejado en la efectividad del derecho de consulta previa son los intereses creados en aquellos proyectos de gran impacto económico. Las partes pueden llegar a interpretar la legislación de la manera que más beneficiosa les parezca según sus intereses propios, lo cual genera que los procesos de consulta no cumplan con el objetivo que idóneamente deberían cumplir. Sin embargo, en este aspecto la Corte Constitucional ha venido jugando un papel fundamental, interpretando los preceptos legales y las circunstancias fácticas de cada caso para garantizar el cumplimiento de este derecho fundamental. A pesar de que no existe uniformidad en la totalidad de sus providencias, tal hecho no es razón para desestimar el papel tanto integrador e incluso normativo que ha realizado la Corte. Asimismo, a lo explicado debe sumarse la grave situación en derechos humanos, alfabetización y pobreza por la que atraviesa la mayoría de los miembros de las comunidades indígenas en el país, lo que dificulta la toma de una decisión consensuada en el seno de las mismas, haciendo entonces que resulte menos sencillo, e incluso poco factible, realizar una consulta. Aunado a esto, no existen disposiciones legales concretas en lo que respecta a designación y salarios de asesores para las comunidades indígenas. En el listado de factores que intervienen en la efectividad de la consulta previa a las comunidades indígenas no se puede dejar por fuera los vacíos en la legislación. La ley no estipula parámetro alguno para establecer en qué medida una decisión es susceptible de afectar a una comunidad indígena; la disposición existente estipula que la consulta debe ser realizada cuando la incidencia de la decisión que se vaya a tomar sea directa sobre la comunidad, pero no establece mecanismos para medir cuándo la afectación sobre la comunidad es directa 29 U R Í D I C A J C T U A L I D A D o indirecta, o bajo qué parámetros, en los casos de afectación indirecta, también se debe consultar a las comunidades indígenas. A Un elemento esencial a la hora de realizar la consulta previa es la información, cuyo flujo al momento de las negociaciones se dificulta debido a la diversidad de lenguas indígenas existentes. Este factor puede mermar la comunicación a la hora de realizar las negociaciones entre el Estado y los grupos indígenas, pues no siempre los representantes de la comunidad indígena tienen la capacidad de dirigirse a la colectividad de forma eficaz y oportuna y traducir de manera cabal las pretensiones de ambas partes. No solo por parte de los indígenas sino también en la tarea del Estado la información es elemento primordial, pues es menester, y además dispuesto por el Convenio 169 de la OIT, que se tengan base de datos actualizadas. Ello facilitará tener conocimiento preciso de los lugares donde se encuentran asentadas las comunidades indígenas, y al mismo tiempo, identificar aquellos espacios territoriales donde ciertas comunidades ejercen sus prácticas, los usan como rutas de tránsito o hacen parte de su cosmovisión, para así determinar con certeza la incidencia de un proyecto sobre una comunidad indígena del país, y por ende, determinar la necesidad de realizar consulta previa. La carencia de una base de datos actualizada es, entonces, un factor que incide en la omisión de las consultas a comunidades que puedan verse afectadas por una decisión o medida que se pretende tomar. 30 Factores como los nombrados no solo contribuyen que las consultas sean obstaculizadas sino que además los costos de la mismas se eleven o sea fácil desviarse del sentido de la negociación realizando un intercambio de intereses, pues tampoco se puede dejar de lado el hecho de que en diversas situaciones las pretensiones de las comunidades indígenas son elevadas, y en un proceso demorado con varios intereses encontrados la consulta se puede llegar a convertir en un intercambio de favores. Por otro lado, se debe tener en cuenta que no siempre los conductos que según disposiciones legales y jurisprudenciales deben surtirse se cumplen a cabalidad, debido a que cada proceso de consulta es distinto, incluso para la misma comunidad étnica, porque cada pueblo conserva sus costumbres, creencias y organización particular en medio de las instituciones facultadas. Conclusión En Colombia no en todos los casos en los que se toma una decisión administrativa, legislativa y, en general, de influencia directa sobre las comunidades indígenas ha sido realizada una consulta previa. Por otro lado, no se puede desmeritar la existencia de una legislación que regula de antemano el derecho de consulta previa a las comunidades indígenas, pero no deja de ser controvertido el tema de la legitimidad de la misma; aunque aceptada por muchos, otros consideran que debió ser consultada, puesto que regula la forma en que le van a consultar a las comunidades étnicas. La legislación existente es poco amplia, pues presenta vacíos en aspectos fundamentales que deben ser previstos. Sin embargo, el tema no es tan preocupante gracias a la Corte Constitucional, que ha venido supliendo vacíos y aclarando controversias producto de los intereses que tergiversan su interpretación, al mismo tiempo que ha esclarecido los roles del Gobierno, las entidades encargadas de realizar la consulta y los pueblos indígenas. A pesar de que los adelantos de la tecnología y modernización hagan difícil asimilar que el significado del territorio para la comunidad indígena es algo que va mucho más allá de lo físico, es necesario entenderlo y respetarlo, pues la lógica indígena sobre el espacio y, en general, sobre su cultura es capaz de influir fuertemente en las decisiones de los individuos para su construcción social. Razón que fundamenta la necesidad de hacer cumplir el derecho de consulta previa, pues al considerar las opiniones de las comunidades indígenas es posible preservarlas, proporcionándoles un mecanismo de protección que al mismo tiempo fortalece la conservación de la identidad nacional. Sugerencias Después de obtener los resultados se considera que el Estado debe procurar tener bases de datos actualizadas, que las partes en consulta lleguen a negociar bajo el respetado principio de buena fe, de tal manera que se proporcione información veraz y completa en tanto se informe sobre el alcance de las medidas que se van a tomar y, al mismo tiempo, la posición de las comunidades influya en la misma, sin necesidad de que alguna de las partes vaya predispuesta respecto a la posición de la otra. También resulta primordial que el Gobierno se encargue de capacitar a los representantes de los pueblos indígenas, para que la información entre estos y la comunidad resulte adecuada y fluida, sean capaces de entender las pretensiones de la otra parte y dar a conocer las suyas. Asimismo, es necesario ampliar las mesas de concertación, garantizando, de esta forma, la participación activa de los representantes indígenas. Se propone someramente la creación de un programa llamado “Tejiendo información”, el cual constará de traductores e intérpretes de lenguas indígenas, con el fin de que el Gobierno no solo tenga contacto con los cabildos gobernadores o representantes de las comunidades indígenas, sino que también sea posible las negociaciones en el seno de la comunidad; así, cada parte conocerá de primera mano las necesidades, intereses o posiciones de la otra. El programa también velará por obtener la información completa y veraz sobre el alcance de los proyectos o decisiones que se quieran tomar, y mostrárselas de manera transparente a los pueblos indígenas. Los fondos para tal proyecto deberán provenir del Gobierno nacional o de aquel privado que sea beneficiario del proyecto. Se exhorta a que se legisle sobre los vacíos en la legislación que son fundamentales para concretar los procesos de consulta; también para que se haga buen uso de los preceptos constitucionales y legales existentes, para que así no se vulneren los derechos de los pueblos indígenas ni se atrase “la modernización” del país. 31 U R Í D I C A J C T U A L I D A D A Referencias Obras Arriza, L. (s.f.). Derecho, saber e identidad indígena. Bogotá, D.C.: Siglo del Hombre Editores, Universidad de los Andes, Pontificia Universidad Javeriana- Instituto Pensar. Rodríguez, L. (2012). Estructura del poder público en Colombia. Bogotá, D.C.: Temis. Bonilla, D. (s.f.). 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