la Flora se trata y no podamos ofrecer otra cosa, cantemos con i I inspirado poeta americano Andrés Bello ( i ) su célebre d la Agricultura de la Zona Tórrida, Silva composición que consagró á la exuberante vegetación ecuatoriana, ó lo que es lo mismo, á la Flora de Bogotá ó de Nueva Granada, y que se hizo acreedor, en sentir de Menéndez Pelayo (2), á la justa fama que por entonces gozaba entre los líricos del primer tercio del siglo xix ( 3 ) : « SILVA á la Agricultura de la Zona Tórrida. Salve, fecunda zona, Que al sol enamorado circunscribes El vago curso, y cuanto ser se anima En cada vario clima, ' Acariciada de su luz, concibes! Tú tejes al verano su guirnalda De granadas espigas; tú la uva Das á la herviente cuba: No de purpúrea fruta, ó roja ó gualda, A tus florestas bellas Falta matiz alguno; y bebe en ellas Aromas mil el viento; Y greyes van sin cuento Paciendo tu verdura, desde el llano (1) Nació en Caracas el 29 de Noviembre de 1781. En cuanto á hombre político, gozó de gran influencia en Chile, así como en Colombia fué siempre respetado y mejor interpretado en cuanto á literato; si bien en ambos países, se le estimaba y acataba como maestro por excelencia. (2) Menéndez y Pelayo.—Prólogo á las poesías de D. C. del Collado. (3) Se debe á la respetable y valiosa indicación del Excmo. Sr. D. Honorato Vázquez, catedrático de la Universidad de Cuenca (República del Ecuador), el habernos decidido á insertar dicha «Silva á la agricultura de la zona tórrida», pues á la vez que rendimos culto al arte literario, en íntimo consorcio con la ciencia, procuramos la solidaridad de raza y lengua y estrechamos con frenético entusiasmo las relaciones que reinan y deben reinar entre España y América.