Nuevo consenso: por un mundo habitable para todos

Anuncio
Nuevo Consenso: por un mundo habitable para todos
La historia nos juzgará severamente si no somos capaces de dar respuesta a
los retos y oportunidades que la crisis global nos plantea. En vez de financiar
con 50.000 millones de dólares la reducción de la pobreza, pactada como uno
de los Objetivos del Milenio, el consenso gobernante ha dedicado 50 veces
más para salvar a los bancos especuladores que “son demasiado grandes para
dejarlos caer”, contradiciendo su propia doctrina neoliberal de que el mercado
se autoregula y que los gobiernos no deben intervenir. Los “rescatadores”
empobrecidos se ven ahora acosados por las instituciones financieras que, a
través de agencias de calificación de dudosa objetividad, llevan la especulación
al máximo. Está clara la necesidad de elaborar un nuevo consenso que
sustituya al fracasado Consenso de Washington, principal causante de la crisis
múltiple (financiera, económica, energética, alimentaria, medioambiental,
política, democrática, ética) que vivimos.
En vez de regular el sistema financiero, eliminar los paraísos fiscales e iniciar
un proceso de desarme propio de una nueva estrategia de defensa, se sigue
permitiendo una economía de especulación y guerra
(4,000 millones de
dólares al día en armas y en gastos militares al tiempo que mueren de hambre
70,000 personas). Es una situación éticamente inadmisible.
Después de las “burbujas” de las TIC en 1993 y de la inmobiliaria en 2007,
ahora resulta que, a pesar de haber “rescatado” con el dinero de todos a las
instituciones financieras, éstas no sólo no conceden créditos sino que continúan
especulando y acosando a los mismos poderes públicos que les han tendido la
mano.
1
La crisis provocada por el actual consenso –por su acción, por su omisión o por
su complicidad- ha incrementado todavía el número de seres humanos que
pasan hambre. Somos cómplices del “homicidio involuntario” de quienes por
inanición y por vivir en condiciones humanamente inadmisibles, forman el
“caldo de cultivo” del que surgen flujos de emigrantes desesperados que tratan
de llegar, a riesgo de la propia vida, a las costas de la abundancia o, en otros
casos, recurren a la violencia armada contra la violencia estructural que sufren.
La pobreza no siempre genera violencia. El hambre sí, con frecuencia, porque
es violencia.
La civilización del carbono está muy arraigada y corremos el riesgo de
continuar viviendo por encima de nuestras posibilidades, despilfarrando la
energía del sol acumulada hace millones de años en forma de carburantes
fósiles (carbón, gas, petróleo). Los mismos países que cambiaron los principios
democráticos por las leyes del mercado y las Naciones Unidas por grupos de
las naciones más ricas y poderosas de la Tierra (G7, G8,…), continúan
pensando que los beneficios de las empresas transnacionales son más
importantes que la vida de la actual población empobrecida o de las
generaciones venideras. Desoyendo reiteradas advertencias, no emprenden
acción alguna para un cambio de cultura de la energía (reducción, eficiencia,
renovables, etc.) ni para moderar el cambio climático que acecha a la
supervivencia de todos, ricos y pobres.
El actual consenso ha conducido a una gravísima situación, en la que el 20%
de la población consume y acumula el 80% de la riqueza mientras que el 80%
malvive, en un gradiente que alcanza situaciones límite, con el 20% de los
recursos.
En el Consenso de Washington, siete grandes consorcios multimedia controlan
la producción cultural, publicitaria e informativa del mundo, influyendo en las
percepciones, emociones, visiones, deseos y decisiones de la ciudadanía, de
2
tal forma que adoptan pautas de consumo y comportamientos que no reflejan
las propias reflexiones sino los “modelos” uniformizantes recibidos.
Ha sido este consenso, incuestionable y hegemónico, el que durante las últimas
décadas ha producido o agravado la crisis global que padecemos. El consenso
gobernante se originó en universidades y grupos de analistas muy
conservadores, en altos círculos del poder público y privado, y se difundió en
los medios de comunicación controlados por unas cuantas empresas, tomando
forma en el llamado “Consenso de Washington”, que recoge el conjunto de
políticas
y
estrategias
preconizadas
por
instituciones
de
la
capital
norteamericana (Fondo Monetario Internacional, Banco Mundial, Departamento
del Tesoro, Reserva Federal, etc.) dirigidos y asesorados por (ex) directivos de
los grandes bancos y especuladores de Wall Street.
Es, pues, evidente, que el Consenso de Washington, que ha orientado las
políticas que nos han llevado a la crisis global con sus funestas consecuencias
para la ciudadanía y para el medioambiente, no puede continuar dirigiendo
nuestro destino ni orientando el mundo. Hay que crear un nuevo consenso
sobre los valores democráticos y reglas de juego políticas, económicas,
financieras, mediáticas, etc. adecuadas a un mundo libre y finito. Pero este
nuevo consenso no puede provenir de los que han generado o se esfuerzan en
mantener el actual a toda costa.
El nuevo consenso debe realizarse con nuevos actores: con quienes han
advertido que no íbamos por el buen camino, con quienes han propuesto
alternativas, con quienes viven los efectos más destructores de la globalización
neo-liberal, guiados principalmente por intereses a corto plazo. Unas pocas
personas elaboraron el Consenso de Washington, en su inmensa mayoría
hombres del Norte, gobernantes, empresarios y financieros.
El nuevo consenso debe ser elaborado por actores muy diversos: hombres y
3
mujeres de todas las regiones del mundo, procedentes de diferentes sectores
de la sociedad
civil, que garanticen distintas formas de pensar pero que
busquen el interés común, que proporcionen elementos para orientar las
políticas públicas hacia un planeta habitable para todas las personas. Es difícil,
pero no imposible: “Ningún desafío se halla fuera del alcance de la capacidad
creadora de la especie humana”, proclamó el
Presidente John Fitzgerald
Kennedy en 1963, pocos meses antes de ser asesinado.
Ya no es momento de más estudios y análisis: es momento de concertar una
acción urgente. Un grupo de Organizacionesi con un Consejo Asesor
Internacionalii, que podrá llegar a constar de 20 mujeres y 20 hombres de todos
los continentes, ha empezado un proceso para intentar crear un consenso
sobre alternativas concretas al consenso “globalizador” basado en el
mercado. Aprovechando las posibilidades de comunicación y deliberación que
ofrece el ciberespacio, invita a colaborar a 300 personasiii, mitad hombres y
mitad mujeres. Las personas participantes en el “núcleo” del nuevo consenso
serán proporcionales a la población de cada región del mundo (180 de Asia, 46
de África, 42 de América, 32 de Europa y 2 de Oceanía) y pertenecerán a
diferentes
sectores
sociales
como
movimientos,
asociaciones,
ONGs,
sindicatos, sector económico, financiero, comunidad cultural y científica,
universidades,
foros
sociales,
ex
responsables
de
gobiernos
y
de
organizaciones internacionales… .
Con un conocimiento riguroso de la realidad –para su transformación profundaestos primeros participantes están aportando soluciones para hacer frente a los
grandes poderes actuales a escala mundial: militar, energético, económico y
mediático (el “gran dominio”). Algunas de las soluciones propuestas en
aspectos clave son: 1) en el
militar: el desarme nuclear
y la adaptación
tecnológica de la defensa a la naturaleza de los conflictos presentes,
disminuyendo de forma sucesiva la imposición de armamento propio de
confrontaciones pretéritas; 2) en el
energético: reducción del consumo de
4
carburantes fósiles con producción de gases de efecto invernadero,
particularmente CO2, sustituyéndolo –especialmente en el consumo urbanopor fuentes renovables de energía (solar, eólica, geotérmica, ciclo “virtuoso”
del metano, etc.); 3) en el económico: transición desde una economía basada
en la especulación, la deslocalización productiva y la guerra a una economía de
desarrollo global sostenible, con regulación de los mercados y eliminación de
los paraísos fiscales, al tiempo que se promueve un mejor abastecimiento de
alimentos por agricultura, acuicultura y biotecnología, así como la recogida,
gestión y producción de agua; 4) en el mediático: asegurar la independencia de
expresión y el acceso a información veraz combatiendo la concentración de
medios de comunicación en muy pocas manos, por los graves riesgos de
uniformización cultural ciudadana, especialmente por la desmesurada industria
del entretenimiento, y la capacidad de desestabilizar
democracias que
privilegian la función social de la política y no la función política del mercado.
Junto a estas medidas, se propone una auténtica refundación, según
establezca un gran pacto global, de un Sistema de Naciones Unidas fuerte,
dotado de los medios personales, técnicos y financieros necesarios, de tal
modo que desaparezca el actual sistema plutocrático y se fortalezca un sistema
multilateral, que siga el diseño del Presidente Franklin Delano Roosevelt; una
estructura que permita una acción bien coordinada y rápida en el caso de
catástrofes naturales, disponiendo de los artificios tecnológicos adecuados y el
personal preparado para hacer frente a terremotos, inundaciones, incendios…. ;
que promocione financiaciones alternativas, en especial las procedentes de las
transacciones electrónicas, cuyo estudio de factibilidad ha demostrado su plena
procedencia; una vez comprobado que su coste no tiene el menor efecto
disuasorio en el consumo, que se consiga la “normalización” del precio de las
drogas, con el fin de procurar eliminar en breve plazo la desestabilización
producida por la violencia, así como los desgarros sociales que el narcotráfico
representa; el tráfico de armas, capitales y, sobre todo, de personas no se
detendrá mientras siga imperando una total impunidad a escala supranacional.
5
En resumen, los participantes están presentando propuestas para decidir cómo
abordar adecuadamente cinco grandes cuestiones: partiendo del mundo que
queremos (sistema de valores), que nos ubiquen en el mundo finito que
tenemos (sistema ecológico), para ver cómo queremos organizarnos (sistema
político), cómo queremos administrarnos (en lo económico) y cómo queremos
comunicarnos (sistema comunicativo). Estas propuestas, enviadas por correo
electrónico al Secretariado, serán analizadas, clasificadas y traducidas en
inglés, español, francés, árabe y chino y serán sometidas, finalmente, a
deliberación en una plataforma informática, de tal modo que se pueda conocer
el grado de acuerdo alcanzado.
El 31 de enero de 2011 se habrá elaborado un borrador de Declaración, que
será presentado al Foro Social Mundial que tendrá lugar en Dakar del 7 al 11de
febrero de 2011 y posteriormente se aprobará, por Internet, el nuevo Consenso
de Barcelona.
La versión 1.0 del “Consenso de Barcelona” orientará a los diferentes sectores
y países sobre cómo sustituir el actual Consenso de Washington por un nuevo
consenso que permita, en pocos años, ir forjando un mundo habitable y pacífico
para todos. Será el primer fruto de una naciente comunidad intercultural e
intersectorial, que considera que ha llegado el momento de una gran
movilización cívica a escala planetaria. Deberá ampliarse y fortalecerse para ir
avanzando en consensos de valores, de reglas de juego políticas, económicas,
comunicativas, ecológicas…
que aseguren una cobertura sostenible de las
necesidades humanas básicas de toda la población mundial en un mundo finito.
El proceso se halla abierto, por ello, a las aportaciones de la sociedad civil
mundial. Esperamos que el Consenso de Barcelona, contribuya a articular los
nuevos puntos de referencia que el mundo necesita para redimensionar la
dinámica global y delinear nuestro bien más preciado: el porvenir.
6
Federico Mayor, Presidente de la Fundación Cultura de Paz
Martí Olivella, Director de Nova – Centro de Innovación Social
Roberto Savio, Presidente emérito de IPS
i
Alliance for Freedom and Dignity (Barcelona, España), Ubuntu - Fòrum Mundial de Xarxes de la Societat Civil
(Barcelona, España), IDHC - Institut de Drets Humans de Catalunya (Barcelona, España), Fundació Alfons Comín
(Barcelona, España), Centre d'Estudis sobre Moviments Socials, UPF (Barcelona, España), Illacrua (Barcelona, España),
Fundació Cultura de Pau (Madrid, España), Patrir - Peace Action, Training and Research Institute of Romania (Cluj,
Romania), CRID - Centre de Recherche et d'Information pour le Developpement (París, Francia), Association européenne
pour la défense des Droits de l'Homme (Brusselas, Bélgica), ALOP - Asociación Latinoamericana de Orgs. de Promoción al
Desarrollo (Ciudad de México, México), IBASE - Instituto Brasileiro de Análises Sociais e Econômicas (Rio de Janeiro,
Brasil), CAD - Coalition des Alternatives Africaines Dette et Developpement (Bamako, Mali), Palestinian Medical Relief
Society (Ramallah, Palestina), CETRI - Centre Tricontinental (Lovain-la-Neuve, Bélgica), Demos (México).
ii
Adolfo Pérez Esquivel (Argentina), Ahmed Rahmani (Francia – Marruecos), Aminata Traoré Barry (Mali), Anwarul
Chowdhury (Bangladesh), Ana Esther Ceceña (México), Aung San Suu Kyi (Birmania), Boaventura de Sousa Santos
(Portugal), Cândido Grzybowski (Brasil), Cynthia McKinney (EE UU), Fatma Alloo (Tanzania), Federico Mayor (España),
François Houtart (Bélgica), Gertrude Mongella (Tanzania), Hazel Henderson (EE UU), Ibrahim Coulibaly (Mali), Ioanna
Kuçuradi (Turquía), Lau Kin Chi (China), Luisa Morgantini (Italia), Mustafa Barghoutti (Palestina), Pan Guang (China), Pierre
Beaudet (Canadá), Ruth Bamela Engo-Tjega (Camerún), Anaisabel Prera (Guatemala), P. V. Rajagopal (Índia), Samir Amin
(Egipto - Senegal), Shirin Ebadi (Irán), Sultan Bakarat (Reino Unido – Jordania), Susan George (EE UU - Francia), Vandana
Shiva (Índia), Virginia Vargas (Perú), Walden Bello (Filipinas)...
iii
El proceso está abierto a la contribución de todas las personas y organizaciones que compartan el Manifiesto
2010: por un mundo habitable para todos. Son bienvenidas las propuestas de candidaturas al grupo de las 300
personas participantes, pero la organización sólo puede invitar aquellas personas que permitan ir manteniendo los
equilibrios de género, de procedencia geocultural y de conocimientos temáticos propios del proyecto. Información:
www.barcelonaconsensus.org.
7
Descargar