Sábado Santo - Hijas de la Caridad

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Sábado Santo. Provincia Madrid San Vicente. Pág.1
Sábado Santo
______________________________________________________________________
8,00 Levantarse
8,30 Laudes
9,00 Desayuno y limpieza
9,45 Estudio y presentación del sentido del día:
DESIERTO
14,00 Comida
16,00 Talleres estudio símbolos Vigilia Pascual
18,00 Preparar Vigilia
22,00 Vigilia Pascual
Cena
Oración – Descanso
Sábado Santo. Provincia Madrid San Vicente. Pág.2
LAUDES SÁBADO
MONICIÓN DE ENTRADA
Hoy, Jesús está en el sepulcro. Dios guarda silencio, un silencio que aguarda
esperanza. Hoy es un día de admiración, de contemplación. La Iglesia permanece en
vela esperando la victoria sobre la muerte. María nos acompaña, es la Madre de la
esperanza, vamos a acompañarla en su soledad y juntos esperaremos el regreso de su
Hijo.
Estamos destinados a vivir cada día una pasión, una muerte y una resurrección.
V/ Dios mío, ven en mi auxilio.
R/ Señor, date prisa en socorrerme.
V/Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo.
R/ Como era en el principio,… Amén.
HIMNO
Que bueno es estar aquí en silencio
Sintiendo tu presencia nada más
Saber que yo te miro y tú me miras,
Saber que tú me entiendes sin hablar.
¿Por qué no renunciamos al orgullo
Que cierra nuestras almas ante ti?
Inútil pretensión de hacerlo todo
Si al fin hay que aprender a recibir.
Que bueno es estar mirándote, Señor
Y sólo con mirarte descansar. (Bis)
Que suave la armonía que nos llega
Si abrimos nuestras almas a tu luz,
Si allí donde terminan nuestras fuerzas,
Seguimos recordando que estás tú.
Que bueno es el silencio que nos une,
A todo lo creado y nos da paz,
Así como sintiendo el infinito,
Abrazo original de tu amistad.
MONICIÓN AL SALMO 63
El salmista clama a su Dios como único refugio contra las amenazas de su
terrible enemigo, que pone en peligro su vida. Los enemigos del salmista se consideran
a salvo de toda responsabilidad social, porque sus tramas son ocultas y pasan
Sábado Santo. Provincia Madrid San Vicente. Pág.3
inadvertidas. Pero no caen en la cuenta que para Dios no hay nada oculto, ya que
conoce el interior del ser humano.
Con Cristo resucitado, Dios cumple su gran acción y su grandeza nos llena de
alegría. Porque con Él nos promete a todos la salvación.
Antífona 1.- Acógeme, Dios, en ti encuentro refugio. Señor, Tú me haces feliz.
Salmo 63
Escucha, oh Dios, la voz de mi lamento,
Protege mi vida del terrible enemigo;
Escóndeme de la conjura de los perversos
Y del motín de los malhechores:
Afilan sus lenguas como espadas
Y disparan como flechas palabras venenosas,
Para herir a escondidas al inocente,
Para herirlo por sorpresa y sin riesgo.
Se animan al delito,
Calculan cómo esconder trampas,
Y dicen:”¿quién lo descubrirá?”
Inventan maldades que ocultan sus invenciones,
Porque su mente y su corazón no tienen fondo.
Pero Dios los acribilla a flechazos,
Por sorpresa los cubre de heridas;
Su misma lengua los lleva a la ruina,
Y los que lo ven menean la cabeza.
Todo el mundo se atemoriza,
Proclama la obra de Dios
Y medita sus acciones.
El justo se alegra con el Señor,
Se refugia en Él,
Y se felicitan los rectos de corazón.
Gloria al Padre…
Como era en el principio…
Antífona 1.- Acógeme, Dios, en ti encuentro refugio, Señor, tú me haces feliz.
Sábado Santo. Provincia Madrid San Vicente. Pág.4
MONICIÓN AL CÁNTICO DE ISAÍAS
El profeta parece prestar su voz al Señor, que hoy está en las entrañas de la
tierra. Señor, sal fiador por mi… Con la Iglesia orante nos unimos a Él, que desde el
silencio del sepulcro espera la vida.
Antífona 2.- Sólo Él mi Dios, que me dio la libertad. Sólo Él, mi Dios me librará.
Cántico( Is 38, 10-14. 17-20)
Yo pensé: «En medio de mis días
tengo que marchar hacia las puertas del abismo;
me privan del resto de mis años».
11
Yo pensé: «Ya no veré más al Señor
en la tierra de los vivos,
ya no miraré a los hombres
entre los habitantes del mundo.
12
Levantan y enrollan mi vida
como una tienda de pastores.
Como un tejedor, devanaba yo mi vida,
y me cortan la trama».
Día y noche me estás acabando,
sollozo hasta el amanecer.
Me quiebras los huesos como un león,
día y noche me estás acabando.
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14
Estoy piando como una golondrina,
gimo como una paloma.
Mis ojos mirando al cielo se consumen:
¡Señor, que me oprimen, sal fiador por mí!
Me has curado, me has hecho revivir,
la amargura se me volvió paz
cuando detuviste mi alma ante la tumba vacía
y volviste la espalda a todos mis pecados.
17
18
El abismo no te da gracias,
ni la muerte te alaba,
ni esperan en tu fidelidad
los que bajan a la fosa.
19
Los vivos, los vivos son quienes te alaban:
como yo ahora.
El padre enseña a sus hijos tu fidelidad.
20
Sálvame, Señor, y tocaremos nuestras arpas
todos nuestros días en la casa del Señor.
Antífona 2.- Sólo Él mi Dios, que me dio la libertad. Sólo Él, mi Dios me librará.
Sábado Santo. Provincia Madrid San Vicente. Pág.5
MONICIÓN AL SALMO 150
Este último salmo clama en alabanza y alegría, porque estamos a punto de
celebrar la Pascua del Señor.
Dios ha revelado su grandeza en las obras magníficas que ha ido realizando.
Todos los seres que han recibido de Dios un aliento de vida se han de ocupar en la
alabanza de Dios. Por eso, con todo nuestro corazón, con todo lo que somos y tenemos
aclamamos al Dios de la vida.
Antífona3.- Bendecid al Señor, todos los pueblos del Señor. Alzad vuestras manos en el
santuario y bendecid al Señor.
Salmo 150
Alabad al Señor en su templo,
alabadlo en su fuerte firmamento.
Alabadlo por sus obras magníficas,
alabadlo por su inmensa grandeza.
Alabadlo tocando trompetas,
alabadlo con arpas y cítaras,
alabadlo con tambores y danzas,
alabadlo con trompas y flautas,
alabadlo con platillos sonoros,
alabadlo con platillos vibrantes.
Todo ser que alienta alabe al Señor.
Antífona3.- Bendecid al Señor, todos los pueblos del Señor. Alzad vuestras manos en el
santuario y bendecid al Señor.
LECTURA BREVE
Así dice el Señor: “En su aflicción madrugarán para buscarme y dirán: vamos
a volver al Señor: Él, que nos despedazó, nos sanará, nos vendará. En dos días nos
sanará; al tercero nos resucitará; y viviremos delante de Él.”
Ant.- Cristo, por nosotros, se sometió incluso a la muerte, y una muerte de cruz. Por eso
Dios lo levantó sobre todo y le concedió el “Nombre sobre todo Nombre.”
Sábado Santo. Provincia Madrid San Vicente. Pág.6
BENEDICTUS
Ant.- Salvador del mundo, sálvanos; tú que con tu cruz y tu sangre nos redimiste,
socórrenos, Dios nuestro.
PRECES
Adoremos a nuestro Redentor, que por nosotros y por todos los hombres quiso morir y
ser sepultado para resucitar de entre los muertos, y supliquémosle diciendo:
SEÑOR, TEN PIEDAD DE NOSOTROS.
1- Oh Señor, que junto a tu cruz y a tu sepulcro, tuviste a tu Madre dolorosa que
participó en tu dolor, haz que tu pueblo sepa también participar en tu Pasión.
2- Señor Jesús, que como grano de trigo caíste en la tierra para morir y dar con ello
fruto abundante, haz que también nosotros sepamos morir al pecado y vivir para
Dios.
3- Oh Pastor de la Iglesia, que quisiste ocultarte en el sepulcro para dar la vida a los
hombres, haz que nosotros sepamos también vivir contigo en Dios.
4- Nuevo Adán, que quisiste bajar al reino de la muerte para librar a los justos que,
desde el origen del mundo, estaban sepultados allí, haz que todos los hombres,
muertos al pecado, escuchen tu voz y vivan.
5- Cristo, Hijo del Dios vivo, que has querido que por el bautismo fuéramos
sepultados contigo en la muerte, haz que siguiéndote a Ti, caminemos también
nosotros en una vida nueva.
PADRE NUESTRO
ORACIÓN
La Pascua está cerca, llega la hora, es tiempo de decisiones y de convicciones
firmes. Jesús convoca al encuentro, llama a seguirlo, abre el camino a la vida nueva.
Jesús , maestro amigo, te queremos seguir. ¡Ayúdanos a dar el paso!, como Pedro,
Andrés, Juan, Santiago… que no dudemos y seamos capaces de dejar todo para
ponernos en camino, tras tus huellas, ofreciendo la vida, dando lo mejor de nosotros
para que todos vivamos mejor. Ayúdanos a dar el paso como María. Que aprendamos a
decir “Aquí estoy Señor, que se haga en mí tu voluntad”. Ayúdanos a ser fieles, cerca de
la cruz, fuertes en la fe, firmes en la esperanza y activos en el amor .Que se cumplan tus
planes, Señor
Sábado Santo. Provincia Madrid San Vicente. Pág.7
SENTIDO DEL DÍA
Jornada de desierto
Querido(a) amigo(a):
Comenzamos un nuevo día: Sábado Santo. Silencio y Espera.
Un día para abrirnos a la Esperanza. Para confiar que es posible algo nuevo.
Sábado Santo: la tierra se enmudece y palidece ante el misterioso silencio que la
envuelve.
Hoy es un día de Desierto. Un día para encontrarte con Él, corazón a corazón...
Busca en el Desierto la huella de Dios en tu vida. Vive la experiencia de la Espera, sin
prisas, sin nervios. Vive el Desierto como un Tiempo de Silencio, un Tiempo de
Soledad, un Tiempo de Encuentro y un Lugar de Reflexión.
El silencio del sepulcro nos lanza a mirar más allá de nosotros mismos: Dios
puede hacer lo que parece imposible.
Seguramente más de una vez te habrás sorprendido a ti mismo porque lograste lo
que parecía imposible. Esta Noche Dios sorprenderá a cielos y tierra haciendo de la
noche Resplandor...
¡Vive con intensidad! el día de hoy, puede darte claves importantes para tu
vida...
Amigo, amiga, tú estás llamado(a) a ser importante porque Dios te hace
importante. Fíjate si eres importante que por ti y por mí se entregó a la muerte... y
¡RESUCITÓ!.
Nada más. Te deseo generosidad, apertura y fuerza interior para dejar que Dios
brille en tu vida.
Un abrazo
Sábado Santo. Provincia Madrid San Vicente. Pág.8
SENTIDO DEL DÍA
“El Sábado Santo la Iglesia permanece junto al sepulcro del Señor meditando su
pasión y muerte, y se abstiene del sacrificio de la misa, quedando por ello desnudo el
altar hasta que, después de la solemne Vigilia o de la expectación nocturna de la
resurrección, pueda alegrarse con gozos pascuales, de cuya abundancia va a vivir
durante cincuenta días”.
Esta nota que aparece en el misal explica el sentido de este día. Hoy es un día de
serena expectación, de preparación orante para la resurrección. Permanece todavía el
dolor, aunque no tenga la misma intensidad que ayer. Los cristianos de los primeros
siglos ayunaban tan estrictamente como el viernes santo, porque este era el tiempo en
que Cristo, el esposo, les había sido quitado.
La mejor manera de emplear hoy nuestro tiempo es pasar el día en oración y
recogida espera, como nos sugiere la liturgia en el oficio de lecturas que recoge una
antigua homilía:
“Un gran silencio envuelve la tierra; un gran silencio y una gran soledad. Un
gran silencio porque el Rey duerme. La tierra está temerosa y sobrecogida, porque
Dios se ha dormido en la carne y ha despertado a los que dormían desde antiguo”
El misterio específico del Sábado Santo es éste: la ausencia del Señor. Esta
ausencia la percibimos en la liturgia a través de los siguientes elementos:
a) La privación de la Eucaristía. Siempre según esta lógica del misterio, es
imposible la Eucaristía en Sábado Santo, porque el Señor “no está”.
b) Tampoco se proclama la Palabra de Dios en la asamblea Eucarística. No hay
Eucaristía, no hay Palabra en contexto de Eucaristía a diferencia del Viernes
Santo.
c) La experiencia del vacío. Cuando se nos muere un ser querido decimos que
nos ha dejado un vacío que no se puede llenar; la casa está vacía. El Sábado
Santo es el contacto con el vacío. Este vacío, que es sobrecogimiento,
silencio y ayuno, es misterio, y su vivencia es una celebración cultual en lo
hondo.
Hoy te invito a acoger tres símbolos y un acompañante que te pueden ayudar a
vivir esta mañana de quietud meditativa. Que te ellos te guíen para que permanezcas en
paz y sobrecogido ante la ausencia del Señor.
o La arena del desierto o la experiencia de la soledad y el silencio (Texto 1)
Nada nos habla mejor de silencio y soledad que el desierto. Hoy es un
buen día para vivir el desierto: la sed, la prueba, el calor... aunque por
qué no también la experiencia de encuentro con uno mismo, con lo
fundamental, con lo que es esencial. Con el Padre.
Sábado Santo. Provincia Madrid San Vicente. Pág.9
o El agua del bautismo o la experiencia de la serenidad y la expectación gozosa (Texto
2)
En la homilía de la que hemos citado algo antes hay un diálogo entre Cristo y
Adán. Cristo entra en la morada de los muertos y despierta a Adán diciendo:
“Levántate de entre los muertos, pues yo soy la vida de los muertos.
Levántate obra de mis manos; levántate imagen mía, creado a mi
semejanza. Levántate, salgamos de aquí porque tu en mí y tú en mí
formamos una sola e indivisible persona”
Todos participamos de este diálogo y del misterio del sábado santo; san
Pablo nos lo recuerda: “Fuimos sepultados juntamente con él por el bautismo
en la muerte, para que como Cristo fue resucitado de entre los muertos por
la gloria del Padre, así también nosotros caminemos en una vida nueva”
o La piedra del sepulcro o la experiencia de la propia muerte (Texto 3)
Cristo se ha hecho solidario hasta el final con el hombre mortal (¿somos
solidarios como Jesús?). Solidario de su fracaso, de su silencio, de sus
momentos de hundimiento, de los momentos en que parece que ha
triunfado el mal y la muerte (miremos hacia nuestra propia experiencia). El
sepulcro no va a ser la última palabra, pero es muy en serio. “¿Por qué me
has abandonado?.
La bajada al “infierno” forma parte de la dinámica de la Pascua
(¿Identificas tu “infierno”?). Es muerte y liberación, descenso y ascenso en un
movimiento unitario. Cristo rompe el poder de la muerte y nos saca de
“nuestros sepulcros”. Nos toma de la mano (¿te dejas sacar de tus
sepulcros?). La muerte ha sido vencida y sus llaves, desparramadas.
De una manera o de otra, complementariamente, la comunidad
cristiana contempla a Jesús en el sepulcro, en su silencio, en su dolor, en su
fracaso personalizando, frente a Jesús en el sepulcro, nuestro(s) sepulcro(s),
nuestro(s) dolor(es), nuestro(s) fracaso(s). Callamos y oramos. Velamos. Ya
sabemos que resucitará, pero mientras tanto tomemos muy en serio el
sepulcro de aquel que dio su vida por nosotros.
o María, la mujer que conservó la fe.
En todo este caminar del sábado santo alguien nos acompaña y nos guía. María, la
que se mantuvo firme, serena, expectante. Ella ya era experta en guardar las cosas en el
corazón aquel primer sábado santo, cuando todos andaban temerosos y cabizbajos,
cuando todos dudaban y se sentían fracasados.
Ella fue la mujer que vivió en silencio, que se mantuvo pendiente del sepulcro,
que esperaba encontrarlo vacío; ella la que se dejó invadir por el Espíritu, la mujer
creyente será quien nos conduzca en nuestro desierto, nuestro silencio y nuestra gozosa
expectación de hoy.
Sábado Santo. Provincia Madrid San Vicente. Pág.10
TEXTOS PARA EL DESIERTO
Texto para la reflexión 1
“JESÚS FUE EMPUJADO AL DESIERTO POR EL ESPÍRITU”.
La experiencia del “desierto” es un símbolo grandioso que nos habla de desapego, de
austeridad, de soledad, de lucha, de tentación. Todo esto tiene que ver con aquello que nos
prepara para seguir a Jesucristo hasta la Pascua, para vaciarnos de todo lo que no sea de Dios.
Hay muchas clases de desiertos: geográficos, sociales, humanos, espirituales. Todos nos
hablan de marginación y dureza, de dificultad y de lucha; pero también de fe y esperanza, de
oración y compromiso. Y es buena noticia que Jesús fuera al desierto. Quiere decir que estas
experiencias están redimidas y pueden ser redentoras.
Y es buena noticia saber que Jesús fue al desierto no por caprichoso o curiosidad, sino
empujado por el Espíritu Santo. Casi resulta sorprendente. Jesús se sentía dominado
enteramente por es Fuerza de Dios. Y la fuerza se manifestaba con amor. Movido por esta
Fuerza-Amor, sería “enviado a evangelizar a los pobres... a dar libertad a los oprimidos...”.
Movido por esta Fuerza-Amor, expulsaría a los demonios y devolvería la salud a los enfermos.
Movido por esta Fuerza-Amor, denunciaría la injusticia y entregaría su vida. Movido por esta
Fuerza-Amor, se marcharía al desierto.
Esta permanencia de Jesús en el desierto es, por lo tanto, una respuesta de amor. Entra
el en desierto para dejarse envolver más por el amor del Padre, para meditar y saborear la
palabra que ha escuchado, para estar a solas con Dios.
Todas las experiencias del desierto, escogidas o forzadas, deben ser experiencias de
amor. A través de ellas, de un modo o de otro, Dios te prepara para un encuentro con Él con
profundidad, para llevarte a una mayor libertad, y de ahí, probablemente, a un mayor
compromiso. Que quede claro, el desierto no tiene por qué ser un lugar terrible; aunque no lo
parezca, el desierto es un lugar de amor. Así se expresa Dios mismo: “Voy a seducirle, le llevaré
al desierto y le hablaré al corazón”(Os 2, 16-18). “Lo encontró en el desierto... y lo cubrió, lo
alimentó, lo cuidó como a la niña de tus ojos. Como un águila incita a su nidada, revolotea sobre
sus polluelos, así extendió sus alas y lo tomó y lo llevó sobre sus plumas” (Dt 32, 10-11). Te
conviene un poco de desierto, para que sientas el cuidado y el cariño del Señor.
Pero el desierto también es lugar de prueba. No es lugar de turismo, sino de combate. Se
entiende. La sequedad, la soledad, el despojo, los recuerdos, las dudas... no tienes ningún
colchón donde descansar. Y surgirá la tentación. Irremediablemente surgirá: sobre ti mismo,
sobre tu misión, sobre tu obra, sobre tu imagen, sobre tu fe; y sobre los demás, pero sobre todo,
sobre Dios.
Así pues, el desierto es lugar de amor, lugar de prueba, lugar de decisión. El desierto es
lugar de despojo y anonadamiento, pero por eso mismo lugar de encuentro con Todo, con la
Zarza ardiendo de Amor. El desierto es también lugar de soledad, de silencio, pero también de
búsqueda. Al final puede ser lugar de respuesta, lugar de luz, lugar de encuentro.
Es preciso recordar que habéis ido al desierto para lo siguiente:
Para ayunar.
Para vivir en silencio.
Para orar, de tal manera que os sea posible entrar en vosotros mismos más
rápidamente, y así Cristo pueda crecer en vuestro interior más aprisa. Muriendo,
también podréis dar más vida al mundo... ese mundo que tiene tanta sed en Él.
Para orar por la humanidad.
Sábado Santo. Provincia Madrid San Vicente. Pág.11
Para orar por los pobres.
Para orar por la paz.
Para orar por las misiones.
Para seguir a Cristo.
Para aprender con más rapidez el abandono total en manos de Dios Padre.
Preguntas que pueden ayudarte para la reflexión
¿Identifico en mi vida algo que me impide vivir esta jornada de desierto? ¿Pereza, desgana... en
definitiva miedos para tomarme en serio el seguimiento a Jesús resucitado?
¿Cuáles son mis tentaciones más grandes?
¿Cuáles son esos apegos que no me dejan crecer, ser adulto, que no me dejan ser?
¿Qué cosas mueven mi vida? ¿Identifico que es la Fuerza-Amor de Dios? O ¿Son más bien, los
miedos, prejuicios, amiguismos, la propia imagen, el orgullo...? ¿Me atrevería a identificar que
es aquello que mueve mi vida?
¿Puedo decir que he tenido experiencia de encuentro con Dios en algún momento de mi vida?
¿Busco tener experiencia de Dios sin haber tenido experiencia conmigo mismo?
¿Tengo miedo a la soledad, al silencio, al encuentro con mismo, al encuentro con Dios? ¿Porqué
tengo miedo, a qué tengo miedo?
Textos que pueden ayudarte en la reflexión personal y que ponen de manifiesto que la vida
y la muerte de Jesús son signos de amor supremo.
Jn 15, 9-13; 17, 23
1Jn 3, 16; 4, 10
Rm 5, 8; 8, 32-35
2 Cor. 5, 14-15
Gál 2, 20
Ef 3, 19; 5, 2
Texto para la reflexión 2
TIEMPO PROPICIA PARA RENOVAR NUESTRO BAUTISMO
I.
Bautizados en su muerte
Hemos sido bautizados en la muerte de Cristo. Quiere decir que el bautizado, si no es un
“hombre muerto”, sí debe entrar en un dinamismo de muerte.
Dinamismo de muerte significa, despojo, desapego, renuncia de sí, no querer vivir para
sí. Dinamismo de muerte significa aceptar el dolor y el fracaso, toda la parte de cruz que me
toque en el reparto cristiano-pascual. Dinamismo de muerte significa el sufrimiento del
hermano, el sufrimiento del mundo, en el que Cristo prolonga su Redención.
Sábado Santo. Provincia Madrid San Vicente. Pág.12
¿Quién puede decir que ha muerto con Cristo? Se puede decir de tantas personas
admirables, liberadas ya de todo orgullo, de toda violencia, de todo apego, de todo egoísmo. Es
el ideal evangélico, “no guardar la vida para sí, sino entregarla”.
Para reconocer la propia inmadurez cristiana, hemos de ser capaces de identificar los
obstáculos para el desarrollo. Vamos a ponerlo todo a los pies de Cristo crucificado y sepultado,
para clavarlos y sepultarlos allí, en el cruz y el sepulcro, para clavarnos y sepultarnos con
Cristo.
1. Orgullos y ambiciones, protagonismo y competitividades, incredulidad, dudas,
autosuficiencia.
2. Codicias y consumismo, caprichos y todo tipo de apegos y seguridades.
Alienaciones y las dependencias del placer.
3. Conformismos y comodidades, miedos e irresponsabilidades, insolidaridad y
pacifismo barato.
4. Odios, resentimientos, envidias, violencias, mezquindades, intolerancias, rechazos,
infidelidades y rupturas, todas las faltas de acogida y amor.
II.
“Bautizados en su Resurrección”
Si hemos muerto con Cristo, ahora viviremos en él; ya no viviremos para nosotros
mismos, sino para Dios y para los demás. Ya no guardaremos la vida, sino la entregamos. “En
toda ocasión y por todas partes llevamos en el cuerpo la muerte de Jesús, para que también la
vida de Jesús se manifieste en nuestro cuerpo” (2 Co 4, 10).
1. Si hemos crucificado y sepultado nuestros orgullos, seremos humildes, servidores.
Aprenderemos a lavar los pies a los hermanos.
2. Si hemos crucificado y sepultado nuestra autosuficiencia, seremos personas de fe,
de oración, abiertos a la superación y la trascendencia. Aprenderemos el significado
del Abba.
3. Si hemos crucificado y sepultado las codicias, seremos generosos, austeros, justos y
solidarios, aprenderemos lo que significa partir el pan.
4. Si hemos crucificado y sepultado nuestros conformismos, seremos comprometidos,
testigos, constructores de paz. Aprenderemos a ser profetas.
5. Si hemos crucificado y sepultado nuestros odios, seremos compasivos, amistosos,
cercanos, abiertos. Aprenderemos a vivir la comunión.
Texto para la reflexión 3
Sábado Santo. Provincia Madrid San Vicente. Pág.13
“YO MISMO ABRIRÉ VUESTROS SEPULCROS” (Ez 37, 12-14)
El profeta está hablando de una manera metafórica. Pero anuncia el cumplimiento de la
mayor esperanza humana, la victoria sobre la muerte. El Dios que nos sacó de la nada nos puede
también sacar de la tumba. Es la fuerza de su amor, la fuerza de su Espíritu, que todo lo crea y
todo lo recrea. Podemos cantar el himno de victoria más importante. Ya nadie va a morir del
todo, porque Dios puede abrir nuestros sepulcros
NUESTROS SEPULCROS
No debemos pensar sólo en la muerte biológica, Hay muchas maneras de morir antes de
esa muerte. Cada uno puede conocer su sepulcro o la parte de sepulcro que está preparando.
Porque en estas muertes se pueden dar grados. Hay vivos tocados de muerte, los hay casi
muertos, los hay más muertos que vivos. Hay muertos que viven, aún se mueven, aún respiran.
Hay vivos que viven en sepulcros y sombras de muerte. Hay “vivos” que se fingen muertos.
Hay muertos que se fingen vivos.
El sepulcro del egoísmo: El ego es nuestro principal sepulcro. Todo lo que significa
culto al yo, todo tipo de egolatría, narcisismo e individualismo. Es la incapacidad para la
relación abierta y generosa. Es el corazón solitario, “que no es un corazón”. El que se encierra
en sí mismo, se asfixia, se muere. En el fondo es el sepulcro del no-amor. Lo sabemos: todo el
que no ama está muerto. El que no ama, no vive, no es.
El sepulcro de la rutina: fácilmente nos acostumbramos a lo de siempre, empezamos a
ser conservadores, porque resulta más cómodo. Empezamos a perder fuerza, capacidad de
renovación, de conquista. La tibieza. Es la esclerosis. Terminas por perder la ilusión y
esperanza. Es la muerte.
El sepulcro del miedo: Ya no te fías. Quizá has sufrido muchos desengaños y no pocos
fracasos. Has perdido confianza en la vida, en la gente, en ti mismo. Empiezas a ser pesimista y
ver siempre los aspectos negativos de todo. Tienes miedo a cambiar, de iniciar una nueva
relación, un nuevo proyecto, una nueva conquista. En el fondo estás perdiendo la fe. Fe en ti
mismo, fe en los otros, fe en la vida, fe en Dios. Y si expulsamos la fe de casa, por la puerta que
sale se nos cuela el miedo.
El sepulcro de la tristeza: la tristeza viste el alma de crespones negros. Si nos
contagiamos de tristeza, palidece la vida, empieza el otoño. Si se apodera la tristeza, perdemos
la comunión con la vida. La vida no es un placer, se convierte en una carga, una losa
insuperable. Es la muerte.
Tantos sepulcros: Podríamos referirnos a los sepulcros del vicio, de la esclavitudes
íntimas, del consumismo desenfrenado, de la ignorancia, del paro, de la cárcel, de otras faltas de
libertades. De enfermedades crónicas. Podríamos referirnos, también, al sepulcro gigantesco y
vergonzoso de la miseria, provocada por la injusticia y la insolidaridad.
Todos los sepulcros que construyen nuestros pecados. ¿Quién nos librará de nuestros
sepulcros? “¡Pobre de mí! ¿Quién me librará de este cuerpo que me lleva a la muerte? ¡Gracias
sean dadas a Dios por Jesucristo nuestro Señor” (Rm 7, 24-25)
¿Cómo celebrar la Pascua del Señor en mi vida si no quiero salir de mi sepulcro? ¿Por
qué no quiero salir de mi(s) sepulcro(s)? ¿Es que no soy capaz de identificar cual(es) es(son)
mi(s) sepulcro(s)? Si estoy creado para Vivir y realizar de mi vida algo hermoso ¿qué espero
para salir de mis sepulcros?
Sábado Santo. Provincia Madrid San Vicente. Pág.14
Talleres Vigilia Pascual
La noche más significativa del año
Después de un día de silencio, de oración y de ayuno, nos disponemos a celebrar la
Pascua, el paso, la Resurrección del Señor. La Vigilia Pascual es la Pascua del Señor y la
Pascua de la Iglesia, origen y raíz de todo el año litúrgico.
En esta celebración de la Vigilia reciben su consagración pascual las palabras, las
oraciones, los sacramentos y los símbolos de la Iglesia, que son prolongación e irradiaciones de
la Pascua.
Estos grandes símbolos son: la asamblea santa, que es siempre la Esposa y la comunidad
del Resucitado. El tiempo nuevo, que es siempre, de noche y de día, tiempo pascual insertado ya
en nuestro hoy que es Cristo. El fuego nuevo, que recuerda la columna de fuego y el fuego del
Espíritu encendido por el Resucitado en los corazones de los fieles. El agua regeneradora,
signo de la vida nueva en Cristo, fuente de vida. El crisma santo de la unción espiritual de los
bautizados. El banquete nupcial de la Iglesia: en el pan y el vino de la Eucaristía tenemos la
comida del Resucitado y con el Resucitado. El canto nuevo del aleluya pascual, himno de los
redimidos, cantar de los peregrinos en camino hacia la patria.
Todos los otros símbolos son pascuales: la cruz, el altar, el ambón, el libro. Sobre todo,
por la importancia ritual de la Vigilia, el Cirio pascual, signo de Cristo que ilumina con su
presencia a la asamblea.
La estructura de la Vigilia Pascual es interpretada de la siguiente manera:
Lucernario: pascua cósmica.
Liturgia de la Palabra: Pascua de la historia.
Ritos bautismales: Pascua de los neófitos.
Liturgia Eucarística: Pascua de los fieles.
El lucernario con la liturgia del fuego y de la luz. Con la bendición del fuego nuevo para
encender la nueva luz, se recuerda que estamos en la noche donde todo se renueva en aquél que
hace nuevas todas las cosas. El cirio es bendecido y adornado porque es símbolo de Cristo Luz.
La procesión de la tinieblas a la luz, la peregrinación de la Iglesia, nuevo Pueblo de Dios, guiada
por la columna de fuego, iluminación bautismal que cada uno recibe de Cristo para ser siempre
hijo de la luz.
La liturgia de la Palabra. La proclamación de la Palabra de Dios se hace simbólicamente
a la luz de Cristo Resucitado, centro del cosmos y de la historia. Son lecturas progresivas de la
historia de la salvación; tienen un carácter cristológico; poseen una estrecha relación con el
bautismo. A continuación, la oración de la Iglesia expresa el sentido de la lectura.
La liturgia Bautismal. Sigue la liturgia bautismal con la invocación de los santos, la
bendición de la pila bautismal y todos los otros ritos del bautismo y de la confirmación cuando
hay adultos para bautizar. Si no hay bautismos, se pasa en seguida a la bendición del agua, a las
renuncias y promesas del bautismo, con la aspersión del agua. Es el recuerdo memorial de la
Pascua y del bautismo. Termina con la oración universal o de los fieles.
La liturgia Eucarística. Encuentro con el Cristo resucitado en un sacrificio pascual, en la
comunión con Él. La celebración se cierra con la invitación pascual al final de la misa para
llevar a todos el anuncio del Cristo Resucitado.
Cristo, resucitando, ha vencido a la muerte. Este es en verdad el día del Señor. El
fundamento de nuestra fe. La experiencia decisiva que la Iglesia, como Esposa unida al Esposo,
recuerda y vive cada año, renovando su comunión con Él, en la Palabra y en los Sacramentos de
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esta noche. El nacimiento de Cristo a la Vida Nueva quiere producir el renacimiento de su
comunidad, y de cada uno de nosotros, a esa misma Vida Nueva.
Para profundizar en cada una de las partes de la Vigilia Pascual vamos a desarrollar un
pequeño taller sobre ellas. Si el grupo no es muy grande se puede hacer todos juntos. Si es
numeroso se hacen cuatro subgrupos y simultaneando los cuatro talleres a la vez se va rotando.
1. Lucernario. Destacamos el símbolo de la luz.
En esta noche vamos a percibir a Jesús resucitado como luz, en el fuego, en el
Cirio Pascual. Vamos a recibir su luz y a transmitirla hasta que nuestras
pequeñas luces rasguen la oscuridad de la noche. Para preparar este
momento te invito a pensar:
o Lugares que hoy en nuestro mundo necesitan la luz de Cristo
o Personas de tu entorno que se encuentran en tinieblas.
o Recuerda a todos los que para ti han sido transmisores de luz.
o Acuérdate también de aquellos a quienes transmites la luz de Cristo o al menos te
esfuerzas por transmitírsela.
(Se deja un tiempo breve de reflexión con música de fondo y se pueden proyectar imágenes de
velas encendidas que ayuden a centrarse en el tema)
Al final se puede compartir: ¿cuál va a ser mi oración en esta noche en el momento del
lucernario? ¿Qué voy a pedir a Jesús resucitado que ilumine? Podemos plasmarlo en una
pegatina que cada uno pondrá en la vela que utilizará esta noche.
2. Liturgia de la Palabra:
Vamos a identificar en nuestra propia historia la Historia de la salvación. Repasaremos nuestra
“creación”, “liberación”, “experiencia del amor de Dios”...
Se entregará un folleto con las lecturas y un espacio para plasmar en paralelo
nuestra historia de la salvación.
3. Liturgia Bautismal.
Vamos a renovar una promesa. Para hacernos conscientes de ello firmaremos un “pacto de
renovación de las promesas bautismales” y nos haremos un D.U.I.C. (Documento Universal de
Identidad del Creyente)
4. Liturgia Eucarística.
Se trata del “banquete de bodas”. La asamblea de los creyentes somos la Esposa y Cristo
resucitado el Esposo. La mesa está servida ¡vamos a arreglarnos para la fiesta! ¡Vamos a vestir a
la novia!
Al comulgar nos unimos a Cristo, le recibimos, pero también experimentamos la comunión con
toda la Iglesia. Estamos en el año de la Eucaristía, vamos a procurar ser muy conscientes de este
momento. Os invito a que nos demos cuenta de que la novia, la Iglesia, está “guapa”.
Viste a la novia, adórnala con joyas. Piensa el color, el modelo... ¿qué cosas ponen hoy guapa a
la Iglesia? ¿Cómo la vestimos?
(Se pueden hacer joyas, un velo, el traje de forma simbólica y que sirvan para compartir todo lo
bueno que percibimos en la Iglesia hoy, la presencia de Cristo resucitado en el partir el pan
cotidiano.
(Visita a los talleres). Los materiales se entregarán en cada taller
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VIGILIA PASCUAL
I. LITURGIA DE LA LUZ
* MONICIÓN
Esta noche es noche de vela ante el Señor. Ante el gran acontecimiento esperamos
al Señor despiertos, con las lámparas encendidas. Por ello, nos hemos reunido esta noche
en torno al fuego. Este fuego destruye las tinieblas de la noche para dar vida a cuantos
celebramos en todo el mundo la alegría de la Resurrección.
Con esta gran luz anunciamos el triunfo de Jesús sobre la muerte, Cristo resucita
para ser luz del mundo. La tierra ha de vibrar de entusiasmo y gozo porque en medio de
sus desesperanzas, Dios abre una grieta de esperanza en el corazón de cada creyente. Lo
más inimaginable ha ocurrido: ¡Jesús ha resucitado!, ¡La cruz se ha hecho vida!
Por tanto, comencemos esta celebración en torno a la hoguera. Que de este fuego
purificador surja la luz, como signo gozoso de la llegada del Señor resucitado y de su
Reino. Que al encender nuestras velas, la luz del Resucitado ilumine toda nuestra vida.
* Bendición del fuego
¡Oh Dios!, que por medio de tu Hijo has dado a tus fieles el fuego de tu luz: santifica este
fuego y concédenos que la celebración de estas fiestas pascuales enciendan en nosotros
deseos tan santos que podamos llegar con corazón limpio a las fiestas de la eterna luz.
Por Jesucristo nuestro Señor.
* Signado y encendido del Cirio Pascual.
* Procesión hasta la Iglesia.
( Tras la segunda aclamación: " ¡ Luz de Cristo ! ", se encienden las velas del
Cirio Pascual que porta el sacerdote).
( La Iglesia debe estar a oscuras, excepto una luz mínima en el Ambón).
* MONICIÓN AL PREGÓN PASCUAL
Cristo es la LUZ de los hombres. Con el Pregón Pascual la Iglesia proclama un
futuro abierto a la esperanza a pesar del dolor, la incomprensión y la soledad. Cristo ha
vencido a la muerte y nos regala la vida.
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II. LITURGIA DE LA PALABRA.
* MONICIÓN
Entramos en la segunda parte de esta Celebración. Escuchemos la Palabra de
Dios que guió a su pueblo desde la creación hasta la resurrección. El misterio de Jesús es la
clave y la luz para entender nuestro pasado como una Historia de Salvación.
En primer lugar, con la lectura del Génesis, meditaremos el proyecto inicial de
Dios sobre el mundo y sobre nosotros. Con la lectura del libro del Éxodo recordaremos el
paso del Mar Rojo que significó la nueva Pascua: la puerta abierta a la nueva tierra, el paso
de Cristo de la muerte a la vida, el paso del nuevo pueblo de la esclavitud a la libertad, del
pecado a la gracia, del desamor y la injusticia al amor y la fraternidad. El profeta Isaías
anunciará, aún de manera oscura, el estilo de vida del nuevo pueblo de Dios, fruto de la
Pascua.
Recordaremos también cómo en el avance continuo de la Historia de la
Salvación, al llegar a los últimos tiempos, envió al mundo a su Hijo, para que con su
muerte y resurrección salvara a todos los hombres.
En este camino de vida Dios no se cansa de nosotros, y siempre permanece fiel.
Permanece a nuestro lado como amigo leal y como compañero y nos promete una
esperanza. Nos enseñó a llamar a Dios Padre y a recuperar la plena libertad viviendo como
hermanos los unos de los otros.
Mientras contemplamos la gran trayectoria de esta Historia santa, oremos
intensamente, para que el designio de salvación universal que Dios inició con Israel, llegue
a su plenitud y alcance a toda la humanidad por medio de le resurrección de Jesucristo.
* Primera Lectura.
- Génesis 1, 1-2,2.
- Salmo 32, 4-5. 6-7. 12-13. 20 y 22. La misericordia del Señor llena la tierra
- Oración del sacerdote:
Oh Dios todopoderoso y eterno, admirable en todo lo que haces. Que todos
comprendamos cómo la creación del mundo no fue obra más grande que el sacrificio
pascual de tu Hijo en la plenitud de los tiempos. Por JNS. AMÉN
* Segunda Lectura.
- Exodo 14, 15-15, 1
- Salmo. Ex 15 1-2.3-4.5-6. 17-18. Cantaré al Señor sublime es su victoria
- Oración:
Oh Dios, también ahora vemos brillar tus antiguas maravillas, y lo mismo que en otro
tiempo manifestaste tu poder al librar a Israel de la persecución del Faraón, hoy aseguras
la salvación de todos los hombres, haciéndolos renacer por las aguas del bautismo. Te
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pedimos que los hombres del mundo entero lleguen a formar parte del nuevo pueblo
adquirido por la sangre de tu Hijo, que vive y reina por los siglos de los siglos.
* Tercera Lectura.
- Isaias 55, 1-11
- Salmo. Is 12 2-3, 4bcd 5-6. Sacaréis aguas con gozo de las fuentes de la salvación.
- Oración:
Dios todopoderoso y eterno, multiplica, fiel a tu Palabra, la descendencia que aseguraste
a la fe de nuestro Padre, y aumenta con tu adopción los hijos de la promesa, para que tu
Iglesia vea en qué medida se ha cumplido ya cuanto los patriarcas creyeron y esperaron.
Por JNS. AMÉN
* MONICIÓN AL GLORIA
Hemos escuchado las lecturas del Antiguo Testamento, la Historia que nos
prepara para la vida nueva de Jesucristo. Ahora, antes de escuchar el anuncio de esta vida
nueva, cantemos y alabemos a nuestro Dios, y a Jesucristo, el único camino, la única
verdad, el único Señor.
* Lectura de la Epístola.
- Romanos 6, 3-11
- Salmo 117. 1-2. 16ab-17. 22-23. Dad gracias al Señor porque es bueno
* Aleluya.
* Lectura del Evangelio.
* Homilía.
III. LITURGIA BAUTISMAL
* MONICIÓN
Cuando nuestros pueblos están en sequía nos falta algo esencial: el agua que da
vida. También nosotros muchas veces estamos secos, tenemos muchas cosas pero
seguimos insatisfechos, tenemos sed de algo más que el tener.
El agua es signo de vida. El día de nuestro bautismo, se derramó por nosotros.
Agua que simbolizaba nuestra nueva vida como cristianos. Ahora recordemos con la
bendición del agua aquel momento. Que esta agua se derrame sobre nosotros con la misma
fuerza que entonces.
* Bendición del agua:
Invoquemos, queridos hermanos, a Dios Padre todopoderoso, para que bendiga esta
agua, que va a ser derramada por nosotros en memoria de nuestro Bautismo, y pidámosle
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que nos renueve interiormente para que permanezcamos fieles al espíritu que hemos
recibido.
Señor, Dios nuestro, escucha las oraciones de su pueblo que vela en esta noche santa, en
que celebramos la acción maravillosa de nuestra creación y la maravilla aún más grande
de nuestra redención; dígnate bendecir esta agua(+).
La creaste para hacer fecunda la tierra y para favorecer nuestros cuerpos con el frescor y
la limpieza. La hiciste también instrumento de misericordia al librar a tu pueblo de la
esclavitud y al apagar con ella su sed en el desierto; por los profetas la revelaste como
signo de la Nueva Alianza que quisiste sellar con los hombres. Y cuando Cristo descendió
a ella en el Jordán, renovaste nuestra naturaleza pecadora en el baño del nuevo
nacimiento.
Que esta agua, Señor, avive en nosotros el recuerdo de nuestro bautismo y nos haga
participar en el gozo de nuestros hermanos bautizados en la Pascua. Por JNS
* Renovación de las promesas bautismales.
Hermanos: Por el misterio pascual hemos sido sepultados con Cristo en el bautismo,
para que vivamos una vida nueva. Por tanto, terminado el ejercicio de la Cuaresma,
renovemos las promesas del santo bautismo, con las que en otro tiempo renunciamos a
Satanás y a sus obras y prometimos servir fielmente a Dios en la Santa Iglesia Católica.
Así pues, ¿renunciáis a Satanás, esto es: al pecado, como negación de Dios; al mal,
como signo del pecado en el mundo; al error, como ofuscación de la verdad; a la
violencia, como contraria a la caridad; al egoísmo, como falta de testimonio en el
amor?
¿Renunciáis a sus obras que son: la envidia y el odio; la pereza e indiferencia; la
cobardía y los complejos; la tristeza y desconfianza; la injusticia y los favoritismos; el
materialismo y la sensualidad, la falta de fe, de esperanza y de caridad?
¿Renunciáis a todas sus seducciones, como pueden ser: el creeros los mejores; el veros
superiores; el estar muy seguros de vosotros mismos; el creer que ya estáis convertidos
del todo; el quedaros en las cosas, medios, instituciones, métodos, reglamentos, y no ir
a Dios?
¿Creéis en Dios, Padre todopoderoso, Creador del cielo y de la tierra?
¿Creéis en Jesucristo, su único Hijo, nuestro Señor, que nació de Santa María Virgen,
murió, fue sepultado, resucitó de entre los muertos y está sentado a la derecha del
Padre?
¿Creéis en el Espíritu Santo, en la Santa Iglesia Católica, en la comunión de los
santos, en el perdón de los pecados, en la resurrección de la carne y en la vida eterna?
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Que Dios todopoderoso, Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos regeneró por el
agua y el Espíritu Santo y que nos concedió la remisión de los pecados, nos guarde en
su gracia, en el mismo Jesucristo nuestro Señor, para la vida eterna.
* ORACIÓN DE LOS FIELES.
*. – Para que la Iglesia y todos los cristianos seamos renovados con la gracia de la Pascua.
Roguemos al Señor
*. - Por todos aquellos que siguen anclados en sus cruces de desesperanza, por su
enfermedad, por su miseria, por cualquier dificultad, para que descubran la luz de Cristo
que se ha encendido en vida y puede liberarles.
Roguemos al Señor
*. - Por todos nosotros, renacidos del agua y del espíritu, para que sepamos quemar todo
aquello que nos impide seguir u camino, que es luz, y mantengamos la alegría de la
Resurrección en el centro de nuestras vidas.
Roguemos al Señor
*. – Para que los cristianos sepamos ponernos a favor de los pobres, de los débiles y de los
que son víctimas de la injusticia.
Roguemos al Señor
*. - Por la gente que sufre la guerra, la persecución, la violencia, para que sepan encontrar
en Jesús un camino de esperanza.
Roguemos al Señor
IV. LITURGIA EUCARISTICA
* MONICIÓN
Iniciamos ahora, la última parte de la celebración, la más importante, en la cual
podremos participar de Cristo, el Cordero Pascual, que se transforma en Pan de vida y
Copa de salvación.
* OFRENDAS
Tenemos que preparar la mesa del banquete de la Eucaristía. Extendamos el mantel,
nadie está excluido de esta comida de hermanos. (Se extiende el mantel)
Que no falten las flores, símbolo de la alegría de la resurrección. (Se presentan las
flores)
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Que tampoco falten las velas como signo de la luz, luz que nos va a acompañar en este
itinerario de la vida. (Se presentan las velas)
Y por último ofrecemos el pan y el vino, que son los signos más claros de la entrega, del
amor y de la victoria de la vida sobre la muerte. Son, en definitiva, signos de la
resurrección que hoy tan significativamente celebramos. Junto a ellos te presentamos
nuestra vida, nuestras inquietudes y esperanzas, nuestras alegrías y tristezas. Tú dijiste
venid a mi todos los que estáis cansados y agobiados, que yo os aliviaré. Por ello,
queremos que en este momento, pases por ellas y nos enseñes que sólo una cosa es
importante.
* Santo.
* Paz.
* Comunión.
* Acción de gracias
¡CONTAGIA LA NOTICIA!
¡CRISTO VIVE!
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