INVESTIGACIONES HISTORICAS

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NÚMERO 13.
28 DE MAYO DE 1 8 i 3 .
Este periódico, al cual se suscribe en Salamanca á 4 rs. al mes en las librerías de D. Juan José Moran f
D. Domingo Blanco, y 5 rs. fuera franco de porte en las principales del reino, se publicará una vez cada semana.
INVESTIGACIONES HISTORICAS
sobre el origen «le los coiiocimlentos
l&umanosí.
ARTICULO SEGUNDO.
L a filosofía griega no penetró dentro de los
muros de Roma sino después de trascurido largo tiempo. E l pueblo romano , mas aficionado
á la guerra que á las ciencias, despreció á los
filósofos como imbéciles , y sus sistemas como
un juego de niños. E l trato con los pueblos
vencidos del Oriente introdujo el buen gusto
en el Lacio , y bien pronto Leíio , Ático , Cicer ó n y otros hombres de talento renovaron en
Roma los partidos filosóbcos de la Grecia. Los
epicúreos tuvieron por representante á L u c r e cio ; los cstóicos á Séneca , á Epilecto y á Marco Aurelio ; los peripatéticos á Andrónico y á
Cratippo , y los platónicos á Plutarco y á A p u leyo. Cuando la literatura romana iba perdiendo su antiguo esplendor, y la superstición se
entronizaba ayudada del mal gusto y de la i g norancia , la filosofía se asoció á la cabalística,
r los delirios no tuvieron límites ni freno. Soo los padres de la iglesia, que sentían el i n flujo divino de la religión del Salvador del
mundo, tuvieron ideas lijas en aquel caos de
la razón, y enseñaron en aquellos tiempos de
ignorancia una moral mas pura y mas consecuente que la de los antiguos íilósofos de A t e nas. L a lógica empero lejos de ensanchar sus
dominios había retrocedido , y los sistemas
griegos desaparecían y volvían á aparecer bajo
nuevas formas.
Cuando el mundo se hallaba sumido en las
mas densas tinieblas , y cuando el derecho feudal era el único derecho público de Europa,
no era el período mas á propósito para que
Í
desapareciese la animosidad de los partidos ni
el deseo de inquirir lo que no puede llegar á
conocerse. Desde el siglo X I hasta el X V I p o demos fijar la segunda época de la filosofía , en
que los sistemas se encerraron en límites mas
mezquinos y siempre fuera de la órbita de lo
comprensible. E n el siglo X I comenzaron las
célebres disputas que dividieron el mundo científico entre los nominalistas y los realistas: los
primeros sostenían las ideas de Platón y los segundos la de Aristóteles; pero unos y otros
carecían de templanza, y no eran capaces de
penetrar el espíritu de las dos filosofías g r i e gas que por tanto tiempo se han disputado el
imperio del pensamiento. Roscellin fue el p r i mero que sostuvo con energía que las ideas
universales, los géneros y las especies no eran
mas que nombres que designaban las cualidades comunes que observamos en los individuos.
Abelardo, Juan de Salysbury y otros ingenios
de aquel tiempo tomaron parte en tan encarnizada lucha , hasta que por último , aliándose la
doctrina de Aristóteles con la teología , los realistas obtuvieron un triunfo completo en el s i glo X i l l . No contribuyeron poco á la victoria
de los aristotélicos las frecuentes comunicaciones entre los árabes y cristianos. Alfarabi, A vicena y sobre todo Averroes interpretaron y comentaron la doctrina de Aristóteles hasta que
lograron que se hiciera de él una especie de
apoteosis. Lo dijo el maestro , estas palabras
eran bastantes para que los sabios enmudeciesen y no osaran alzar su frente contra los sostenedores del Stagiríta. Guillermo Occara v o l vió á levantar la bandera del nominalismo;
bien pronto innumerables discípulos se alistaron en sus filas , y los realistas sufrieron d e r rotas. Los nominalistas sufrían persecuciones;
pero levantábanse de nuevo y la victoria fluctuaba indecisa.
E n el siglo X Y la toma de Constantinopla
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ftw1 para los sahios una mina inagotable do pre- no fue tan puro en sus creencias roligiosaí.
ciosas riquezas : las obras de los auüguos se Otros muchos filósofos de gran nombre se devieron en loda su pureza , y los partidarios de jaron arrastrar por el genio de Descartes, y c o Aristóteles fueron atacados con armas de m e - mo nuestra alma no puede pet manecer li ja en un
jor temple. Se renovaron los sistemas de los punto, bien pronto el esplritualismo del maesíilósofos griegos, y el aristotelismo cayó de su tro se convirtió en uu misticismo exagerado y
encumbrado trono. Sin embargo , la luz de las entusiasta. No debe pasarse en silencio al gran
ciencias estaba todavía oscurecida con las som- Ma-lebranchc , que fue quien con mas originabras de la ignorancia y de la cabalística. Hallá- lidad desenvolvió las ideas de Descartes r e p r o base reservado al siglo de Bacon el alzar la duciéndolas con las mas claras y animadas
razón bumana al puesto que su dignidad exige: formas.
este nombre grande , dotado de un talento prácE n el siglo X V I I I apareció en Alemania otro
tico y observador, no podia satisfacerse con genio sublima, talento enciclopédico que urna á
las mezquinas puerilidades con que se hablan la erudición mas vasta las disposiciones mas b r i entretenido los íilósofos de los siglos anterio- llantes. Lebnitz es el gran filósofo que ha dejares. Fundó el edificio de los conocimientos hu- do una tan honda huella en la historia de las
manos sobre la esperiencia y una inducción r i - ciencias, y que tanto esplendor dió á su patria
gorosa de los hechos observables. Desechó los y á la Europa entera. Lebnitz creyó que todas
sueños de los yisionarios , y presentó un nuevo las ideas necesarias eran innatas; empero su
método de estudiar la naturaleza. A l mismo sueño mas ingenioso es el de las mónades. N o
tiempo restablecía Gassendo las doctrinas de la nos detendremos en analizarle, porque seria
antigua escuela atomística , é intentó defender salimos del círculo que nos hemos trazado ; soel. sistema de Epicuro tan encarnizadamente lo diremos que es un sistema hipotético, c u combatido, llobbes siguió las huellas de este yas pruebas formadas á priori no tienen ni un
con un rigor lógico admirable , y concluyó por solo hecho en el mundo que las sirva de conser materialista. Desechó las hipótesis , y lo re- firmación. E n este sistema todo se obra de una
dujo todo á movimientos y sensaciones. T a m - manera necesaria : Lebnitz consideró como una
bién el escepticismo encontró apologistas; Fran- consecuencia precisa de sus ideas el principium
cisco Sánchez y Francisco de la Mothe le V a - indescirnihilitim; es imposible según él que hayer fueron los órganos de este antiguo sistema ya dos cosas semejantes. E l talento del filósotantas veces combatido y tantas resucitado.
fo aloman acaloró las imaginaciones de los saE n el siglo X V H I apareció en la Francia un bios y la teoría de las mónades tuvo un éxito
hombre eminente, uno de aquellos genios que portentoso. Muchos hombres esclarecidos se
no se presentan con frecuencia en el mundo , y alistaron en sus banderas; entre ellos sobresaque están llamados á ejercer un grande influjo lió Wolfio, mas notable que por su originalisobre su época; tal fue el célebre Descartes. dad , por su espíritu de análisis y de sistema.
Propúsose desvanecer las sombras de la duda, L a Alemania, sombría y religiosa, no entrará
que, según é l , deben preceder á toda verdad fácilmente en el estrecho círculo del sensualisfilosófica. Ego cogito , ergo sum: este es el prin- mo y necesita concepciones mas grandes y pencipio que asentó como base de certidumbre. E l samientos mas sublimes.
alma no lo concibe todo con igual claridad : por
La Inglaterra por el contrario , nación m e r consiguiente es una sustancia imperfecta y fini- cantil y calculista , mas entusiasta por las r i q u e t a ; mas encierra la idea de un ser absoluto y zas metálicas, que deseosa de satisfacer las neperfecto. Dios es este ser infinito; nada se obra cesidades del espíritu, ha sido casi siempre p a r sin el concurso de Dios, y las causas segundas tidaria del sistema de las sensaciones. E l pais
no son mas que causas ocasionales. E l sistema que produjo á Bacon, dió también á luz al c é de las ideas innatas, el ocasionalismo y los lebre Locke, que tanto influjo ejerció en las
vórtices fueron las principales teorías que tendencias que tomaron las ideas filosóficas en el
sostuvo con tanto talento como constancia el siglo X V I I I . Creyendo que la causa de los debacélebre filósofo francés. Estos sistemas for- tes continuos que han sostenido los filósofos era
mados á priori y mas brillantes que sólidos el abuso de las palabras, trató de indagar los
deslumhraron á la Francia dispuesta siempre á medios de fijar su significación, é hizo imporrecibir impresiones nuevas y á abandonarlas tantísimos servicios á las ciencias y especialdespués de haberlas recibido. Espinosa entró mente á la gramática general. P r o c u r ó hallar
con entusiasmo en las miras de Descartes; pero el origen, realidad y límites de nuestros cono—
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cimientos, combatió la teoría de las ideas i n - fos de nombre que le han combatido e n é r g i natas y dcscomjmso los elementos de nuestros camente. Han sobresalido entre estos Herbart
juicios. E l sistema de Locke alcanzó prodigio- y líouterweck; Jacobi es sin embargo el filósos resultados: la Francia olvidó á Descartes y sofo que mas ha llamado la atención por la o r i Mallebranchc y el sabio inglés no conoció ri— ginalidad de su estilo y por su oposición á toda
yales. Los filósofos mas eminentes cedieron á manía sistemática. Jacobi asienta como base del
su prestigio y la legislación y las ciencias m o - saber humano el sentido interno que nos reverales siguieron el impulso dado á la ciencia de la las grandes verdades sin las cuales el munlas ideas. Condillac hizo nuevos adelantos en do seria imposible.
el sistema de las sensaciones y Bonct, Dalambert
La filosofía alemana estuvo largo tiempo desy por último Destutt-Tracy enlazaron de un mo- conocida en Europa ; pero cuando se oyó la voz
do mas riguroso las consecuencias con el p r i n - del criticismo, la Francia , la Inglaterra , la Itacipio. L a filosofía no se detuvo aqui; el sen- lia , la Holanda y la llusia sintieron su influensualismo abrió las puertas á un materialismo es- cia, y volvió el apagado entusiasmo por las cientúpido y desconsolador y la Francia vió desgar- cias metafísicas y morales.
rado su seno por la impiedad y por el crimen.
Pero ¿ de qué ha servido ese incesante clamo*
De esta manera fueron sucediéndosc sistemas reo? ¿Se ha hallado el principio de los c o n o á sistemas, delirios á delirios, hasta que el cimientos humanos? ¿Habrá algún filósofo tan
alma desfallecida se arrojó en brazos del letar- confiado en sí mismo, que después de la rapidez
go mas espantoso, en el escepticismo.
con que se han sucedido los sistemas, tenga el
Á fines del siglo XVIII apareció en A l e m a - orgullo de afirmar que le ha encontrado ? L a
nia el célebre Kant, hombre religioso y p r o - entusiasta Alemania , que quiso hacer el apoteofundo , que unia á vastísimos conocimientos sis de Kant, se ha rendido ya desfallecida y
uno de los genios mas originales. Después de vuelve á la indiferencia de que consiguió arranhaber recorrido todos los sistemas sustituyó al carla un hombre de genio. A l crear Dios al géescepticismo de Hume una filosofía nueva y nero humano le ha señalado un límite y le ha
grande que produjo una revolución en el pen- dicho: « d e a h i no pasarás.» Nuestro orgullo
samiento y colocó la Alemania al frente de la tasca con impaciencia el freno ; el límite sin emEuropa. Kant conoció que antes de todo era bargo no se pasa. Afortunadamente para la espreciso examinar la posibilidad de los conoci- pecie humana las verdades necesarias no nos
mientos filosóficos; para eso analizó nuestra son desconocidas; hay empero secretos para
facultad de conocer , dividió la razón en pura nuestra alma que en vano intentan esplicar los
y práctica y trató de conciliar los métodos á filósofos confiados en su razón. No seamos sin
p r i o r i j á posieriori; el racionalismo y el em- embargo ingratos con los hombres pensadores
pirismo, la materia y el espíritu.
que tantos trabajos han empleado en penetrar
' La filosofía de Kant no fue comprendida, é los arcanos del espíritu y de la naturaleza: sus
innumerables filósofos se alzaron contra el sa- esfuerzos han sido inútiles; mas entre sus suebio de Koenigsberg. Bien pronto se formó una ños hay verdades importantes para la felicidad
numerosa escuela kantiana y todas las ciencias del género humano. — Santiago Diego M a morales sintieron los efectos de la nueva r e - draza.
volución. Mas los esfuerzos del hombre son
impotentes para alcanzar lo imposible. L a filosofía de Kant no podia fijar las creencias en
un punto delicado y espinoso que se escapa á
la observación. Nuevos sistemas se desenvolvieron á la sombra de esta filosofía, y bien pronto, se apoderaron de ella la confusión y el de— Informe que «lió » la, Academia, de San
sórden. Fichte quiso completar la doctrina de I^ernaiido la escuela de noble.*» artes
Kant poniendo al frente del sistema un solo prin- «fie Sasa lOSoy de esta ciudad acerca de cipio , que sirviera de base á todos nuestros co- los ediíicios vacasates , redactado por
nocimientos. Scheling, partiendo del principio su consiliario de mérito M . Salustiauo i
de Fichte, llegó por fin á la idealidad absoluMuix.
ta de lo sujetivo y de lo objetivo. Este sislonia,
sh ííoi'inoícmr üür.'f ai t*fi'.)ii on EI'JÜ'MÍ) r.l oup
que ha contado en Alemania innumerables parLa real escuela de bellas y nobles artes de
tularios, vió también alzarse en contra íilóso- San Eloy al leer la elocuente y enérgica espo-
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sicion que osa real Academia se ha dignado re- que creyó que ambos han,producido primoreé
mitirle , relativa á pedir á S. M . la conser- y bellezas artísticas, bien que de distinta índole.
vación de todas las notabilidades pertcnecien- E n las fábricas de arquitectura según el sisteles á las tres nobles artes , sintió profundamen- ma clásico ó bitruviano brillan modestamente
te en su corazón el mismo ardiente entusiasmo un órden muy comprensible , una geometría
artístico , las mismas conmociones melancóli- muy severa , una magestuosa simplicidad ; en
cas y poéticas bajo cuya inspiración la es- las de arquitectura gótica esta oculto un p e n posicion está redactada. Para dar cumplimien- samiento misterioso , profundo ; abundan proto al oficio que la acompaña con la exactitud y fusamente en ornatos, desprecian con arroganpresteza posible , nombró luego de su seno una cía la sencillez. Sin embargo ellas son la arquicomisión que se encargase de estudiar los edi- tectura verdaderamente nacional porque repreficios de noble y grande arquitectura de esta sentan las ideas , las creencias , las costumbres
ciudad. La escuela, á pesar de sus buenos deseos, y las instituciones de los tiempos en que fueconoció lo difícil y embarazoso de su posición ron hechas, asi como constituyen la patria poeal tener que elevar su voz á una corporación sía los romances en que es celebrado el Cid, y
ilustre , que encierra dentro de «í los mas bri- los dramas en que pintó Lope tan bizarramenllantes genios, los mas eminentes y profundos te nuestras costumbres caballerescas, y de ninconocedores en las bellas artes , á una corpo- gún modo las églogas de Garcilaso ó las comeración en cuyos oidos han sonado armónicamen- dias del estilo menandríno. j Qué ridículo,
te tantas graves y sublimes oraciones del i n - pues, no seria en nuestros días un crítico adusmortal Jove-Llanos. Muy luego le ocurrió el be- to y esclusivo que solo hallará bellezas en esllo ideal del modo de desempeñar su misión si la ta y desbarros en aquellos 1 Pero no lo sería
había de llenar completamente y en armonía menos el artista severo é inexorable que solo
con el espíritu y deseos de la Academia, pero encomiara las obras de Berruquete y de H e r no le ha sido asequible tanta perfección. Su plan rera , y que mirara con injusto ceño tantas suhabia debido ser establecer principios genera- blimes iglesias góticas , por no estar modeladas
les acerca del gusto arquitectónico , á la clara según las ideas de estos dos hombres célebres.
luz de ellos examinar crítica y severamente las La escuela , pues , prescindiendo de sistemas,
fábricas de arquitectura de este pueblo , notan- pasa á llenar su misión, que es hacer el c a t á do con exactitud sus bellezas y sus defectos. logo de las preciosidades de arquitectura que
Pero le detuvo primeramente la revolución com- embellecen el suelo de esta ciudad.
deta é increíble que á principios de este siglo
A fines del siglo pasado y á principios de eslan esperimentado la filosofía , la poesía y las te el horizonte de ella pstaba erizado por tobellas artes. ¿Adoptaría respecto del buen gus- das partes de fábricas arquitectónicas agiganto en arquitectura los principios exactos , rígi- tadas en su estatura , inmensas en su volumen,
dos, é inflexibles de regularidad, de sencillez, espléndidas y magníficas en sus portadas, a u y de simetría, que caracterizan el sistema gre- gustas y sublimes en sus recintos; creaciones
co-romano? ¿ ó se decidiría por los principios osadas del genio de la arquitectura inspirado é
metafísicos , místicos y trascendentes de la nue- influido por el genio celestial del cristianismo.
va escuela romántica ? Porque sin duda hay una Pero, doloroso y amargo es recordarlo, muchas
distancia inmensa, incalculable entre el modo de ellas ya no existen , las derrocó y despedade ver en bellas artes de Pons ó Jove-Llanos y zó el torrente devastador de la guerra napoleóelde Yictor-Hugo ó Chateaubriand. Bien conoce nica ; sus miembros dilacerados cubren ahora
la escuela que hasta en nuestra península casi to- de tristes ruinas un vasto espacio de esta poblado el horizonte de las letras y de las artes está ya ción. Hé aqui porque la escuela es tan v i v a cubierto de la sombría y melancólica atmósfe- mente simpática con la Academia en sentimienra del romanticismo ; tampoco le faltan i n c l i - tos conservadores de las bellas artes. Hé aqui
naciones hácia é l ; pero aplicarlo á las moles porque quiere ansiosamente se libren de la dearquitectónicas de esta ciudad exigía una ori- molición aquellos pocos monumentos de ellas
ginalidad profunda en el modo de verlas, una que han podido contrastar los embates destrucerudición amicuaria para esplícarlas y una ins- tores del tiempo y los movimientos aseladores
piración poética para pintarlas; dotes subli— de la guerra. ¡ Qué dolorosa perspectiva ofreque la escuela no tiene la vana presunción de cería este pueblo si fuesen desplomados los
poseer. Por otra parte no quiso adoptar uno de colosos que le dan belleza y esplendor, y que
estos dos sistemas con esclusion del otro, por- son los únicos rastros que le han quedado do
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su antigua opulencia y de su pasada prosperidad!
Tal es en resumen, y con arreglo á los p r i n ' Por lanío quisiera la escuela fuesen conser- cipios de una justa critica , el catálogo de n o vados , por ser de noble y grande arquileclu— tabilidades de arquitectura, que sobre ser otras
ra, los edilicios siguienlcs : E l de San Este- tantas páginas de oro de la historia de esta s u van , que tiene portada gólica muy bella, blime arle, adornan y engalanan magníficamenmuy poética , es un templo inmenso, de espa- te la superficie de este pueblo. Finalmente la
ciosa nave, de giganlescas bóyedas; «no se escuela quisiera tener la dulce satisfacción de
uede entrar en é l , como dice un escrilor céle- haber llenado los deseos de esa real Academia.
re de nuestros dias , sin esperimentar una especie de temblor religioso y un sentimiento v a go de la divinidad :» el testero del coro lo ocupa una hermosa pintura al fresco de Palomino
(Por II. Julio Janin.)
que representa el triunfo do la religión; en los
clautros hay medallas , cornisamentos del estilo medio ; la escalera principal, la sacristía , la
librería son muy recomendables. E l patio de
— P o c o tienen de estraordinario todos esos
Guadalupe es una notabilidad muy singular, duelos de que habláis, dijo el capitán G — ;
pues aunque los capiteles de sus columnas no son desafíos en tierra firme , en nada parecidos
son ni jónicos ni dóricos ni corintios, tienen á otro en alta mar que yo vi sobre el navio L a
ornatos tan varios , tan delicados y de un t r a - Belle Normande cuando era aspirante de maribajo tan indecible, que admiran sobremanera. na. Ocurrió entre el capitán del buque y ün
E l convento de P P . Bernardos, aunque no es- oficial inglés que se creyó ultrajado hasta el
tá acabado , es de hermosa arquitectura clási- punto de tener derecho á exigir inmediata saca; sobre todo pasma su escalera volada , de la tisfacción: el capitán le prometió dársela á v i s que hacen mención los geógrafos estranjeros. ta del puerto, y un mes hacia que el otro la
De San Agustin solo existe la fachada que es aguardaba cuando el puerto se divisó
superior á todo elogio. E l Carmen calzado es
E n la misma hamaca habían pasado la noel edificio de Salamanca del gusto mas correc- che, un mismo balance los habia cunado en su
to , mas perfecto; resplandecen en él una se- lecho, á semejanza de la cuidadosa madre que
vera sencillez , una exacta simetría , una agra- mece á su niño para dormirle. Nadie, al ver
dable unidad ; tiene dos airosas torres con sus aquellos dos hombres tan cercanos, nadie hubiecúpulas , siete bellas escaleras, cinco elegantes ra dicho que uno de ellos iba en la mañana s i arcos que dan entrada al p ó r t i c o ; baste decir guiente á perder la vida por mano del otro : tal
en su recomendación que es obra del insigne era sin embargo su destino; y apenas el fresco
Herrera, y que es un remedo del Escorial. M e - viento de la mañana y el grito de la Iripuladio claustro del monasterio de los Benitos es cion les anunció la aurora , se precipitaron amUna maravilla; asi lo califica un proverbio que bos disponiéndose á matarse con toda la d i g siempre anda en boca de los de Salamanca. nidad de hombres de honor.
Tiene ademas de notable su fundación mas
Uno de estos hombres era el capitán del n a antigua que la de otro alguno de esta ciudad. vio; lleno de fuerza y de vida, de esa vida del
Es bella la portada de las monjas de Sancti— mar que da á los marinos tanta energía en l a
Spiritus, del estilo medio, con una inscricion pasión, descubríase en sus ojos que no habia
respectiva á una batalla de Fernando 1; en la esperanza para su enemigo si llegaba á sucumiglesia están enterradas personas reales. La nue- bir. Por lo d e m á s , una sonrisa vagaba por sus
va fábrica del colegio del Bey , aunque no c o n - labios ; recorría con sus ojos los menores d e cluida , y aunque sus torres no tengan la esbel- talles del navio ; fue , según costumbre, á esteza y bizarría de las antiguas , todavía hermo- tudiar la b r ú j u l a , interrogar al piloto y dar ó r sea mucho á esta ciudad por la elevada p o s i - denes á su consejo ; ni un marinero quedó sin
ción que ocupa. E l colegio de Calatrava es una que le pasase revista, ni una vela sin que la
mole suntuosa con magníficas escaleras, con hiciese poner en ó r d e n : era siempre el mismo
vasta y espléndida fachada; pero lo mejor de hombre activo, previsor, imperioso, y , no
él es la escalera principal interior , que no es- obstante, antes de una hora iba á jugar á cara
tá apoyada en columna alguna, aunque tiene ó lis la vida ó la muerte.
varios cuerpos y es de una gallardía y lujo a r Su adversario no tenia el mismo aspecto do
quitectónico admirable.
hombre aguerrido; el minucioso esmero de su
E
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vestido 1c daba trazas de un joven inglés ó paE n el momento que desnudaron las espadas
risiense mas habituado á las diarias liestas cor- conoció el jóven que no estaba en tierra firme;
tesanas que al imponente y monótono espectá- el movimiento del navio hacia temblar su macuío de un baje! que rueda por el mar. Tenia no , y era hombre perdido s i , conociendo el
cierto aire de tristeza, pero no era en realidad capitán la desventaja, no hubiera arrojado al
mas que fastidio; y melancólicamente sentado mar su espada pidiendo las pistolas. Apenas se
sobre el puente, contemplaba todavía con una hubo decidido á quién tocaba disparar p r i m e mirada que podia ser la última aquel cielo bru- ro , cuando sonó un tiro , débil y perdido entre
moso entrecortado de nubes, aquellas olas de el ruido de las olas: sin embargo bajo aquel
un blanco verdoso, de cuyo seno parecia levan- tiro acababa [de sucumbir el capitán; habia
tarse el s o l , aquel movimiento activo y silen- muerto lo mismo que si estuviese desempeñancioso de un ejército de marineros que, encar- do un acto ordinario de la vida.
celados en los ílancos del navio, no tienen ins¿ Y qué fue de su matador? A l menos cuando
tinto mas que para obedecer á la voz de un so- os halláis bajo las risueñas sombras del bosque
lo hombre.
de Bolonia, asi que vuestro enemigo ha muerLuego que el capitán acabó de dar sus órde- to , y habéis vengado vuestro honor, os sepanes , se dirigió á buscar á su contrario , que se ran de aquel campo funesto , evitáis aquel olor
puso en pie á la primera señal, y aunque de de sangre, y dejais á los padrinos de la victima
menor estatura que su enemigo , traslucíase el cuidado de levantar su cadáver, y anunciar
que tenia alientos , y que también habia com- á su madre ó á su desolada esposa que ya no les
prendido que la vida es una amarga ironía, un queda en la tierra mas que lágrimas que v e r frivolo juguete con que puede el hombre á su ter. Pero á bordo de un navio, circuidos de
gusto divertirse. Y luego , ¿qué mas da que el cielo y agua, tenéis que ver morir lentamente
juguete se rompa por el amor de una bella, ó á vuestra víctima , tenéis que escuchar aquel úlpor los furores de la ambición, ó por los p l a - timo rumor de la muerte que nada puede c o n ceres de la mesa, ó por las deliciosas é inquie- tener , tenéis que asistir á las últimas palpitatas emociones del duelo?
ciones de un cuerpo que con pesar desaloja la
Una completa calma acababa justamente de vida , tenéis que escuchar los últimos esfuerzos'
detener el navio; los primeros rayos del sol de aquella horrible agonía ; y luego , cuando ya*
naciente hablan encadenado los vientos: enton- no hay pulso, ni corazón, ni aliento, cuando1
ces la vela se habia plegado contra el mástil, sobre aquel rostro juvenil solo queda la i n d e como un vestido de gasa en torno al delicado finible espresion de una venganza engañada , entalle de una virgen. Todo el navio quería pre- tonces tenéis que asistir personalmente á los f u - '
senciar aquellos juegos ; amontonados sobre el nerales del marino, tenéis que agarrar un cabo
puente se veian los mas ancianos marinos, h i - del lienzo que le sirve de mortaja, tenéis que
jos verdaderos del mar , respetables por sus hacer fuerza para arrojar al mar aquel h o m años y sus viajes á lejanas tierras , y tras de bre que poco antes sobre su velero navio manellos se agrupaban los jóvenes aspirantes , de daba á los vientos y á la mar. ¡ Cuánto t o r m é n - ;
cuerpos frágiles , no endurecidos aun por el to debió padecer el desdichado jóven cuando*
trabajo, y de rostro descolorido , pero v i v a - vió entreabrirse la complaciente sepultura de
mente animado por negros y centelleantes ojos. las olas y tragar el tibio cadáver que se las
E l estado mayor se hallaba al lado de su capitán arrojaba, y oyó el cañón y los lastimeros g r i como para servirle de testigo en tan graves c i r - tos de la tripulación que daban al muerto el
cunstancias : y si se levantaba la cabeza se veia adiós postrero, y vió al navio emprender de ;
en lo alto de los palos á los grumetes, que con nuevo su carrera trazando sobre las olas un
el cuerpo inclinado, y próximos á precipitarse surco que tan pronto se borra , y se halló solo !
en los abismos, consideraban con espanto el pri- en medio de un terrible silencio, de un general '
mer duelo de que habían oído hablar.
luto que él habia causado y tenia que soportar! '
Asi habló el capitán , y la relación de un dueE l jóven mientras tanto estaba solo : no h a bia un voló para é l , ni un latido de corazón en lo tan singular causó á todos una viva emoción.
favor suyo , ni una sombra de duda respecto
á su suerte ; tan persuadidos se hallaban todos
de que era un acto de locura querer batirse el
que no era marino con el capitán de un navio
del csl^lo.
lOSTs o creyeron los reyes de la tierra ,
N i el mundo todo que poder humano,
de las I^amcutacloncs de Jeremías.
Por mas que hostilizase en cruda guerra,
Las puertas de Salem hallar ufano
Pudiese. Empero su recinto encierra
CAPITULO IV.
L a sangre derramada , que no en vano
Clamó al señor contra los desafueros
¡ Cómo se ha deslucido el oro puro!
De sacerdotes y profetas fieros.
¡ Cómo ha perdido el rojo centellante!
Cruzan las plazas ciegos y sin tino
¿Y del santuario rueda el mármol duro
Con el vestido todo ensangrentado,
E n pedazos las calles adelante?
Y embarazado el paso en el camino
Él noble de Sion, el que seguro
Con los muertos , llévanlo enfaldado
Se ufanaba con ropa rozagante
Por no los tropezar; el que vecino
De brocado , aviltado es cual puchero
Á ellos iba: «retirad á un lado,
Ahumado frágil obra de alfarero?
»No me toquéis , andad , inmundos ,
E l monstruo mas feroz franquea el pecho
«Lejos de aqui: y altercan furibundos.»
A sus cachorros que á mamar convida:
» Ya se vociferaba en las naciones,
Cruel la hija de mi pueblo ha hecho,
» Que entre ellos Jehová no moraria;
Como hace el avestruz , que nunca cuida
» Que con rostro ceñudo en pelotones
De los huevos que puso en yermo lecho.
» Los esparciera , y se desdeñaría
De sed al paladar la lengua asida
»Dc mirarlos ya mas ; porque razones
Tiene el infante : ni hay quien el sustento
«Para ello le sobraban, pues no habia
Dé al parvulillo que le pide hambriento.
» Quien á los sacerdotes respetase ,
, Los que en provista y delicada mesa
»Ni á la canosa ancianidad honrase.»
Su apetilo insaciable regalaban,
Estando aun nuestro imperio floreciente
Dte hambre mortal son por las calles presa.
Puesta tuvimos nuestra confianza
Los blandos lechos en que se acostaban
E n el socorro de estranjera gente,
De p ú r p u r a , se truecan en espesa
Mirando del camino á cuanto alcanza
H e z , que las culpas de Sion se agravan
L a vida : ya cansados , imprudente
Sobre las de Sodoma, que hecha p i r a ,
Conocimos alfinser la esperanza
No mano de hombres á asaltar la aspira.
De que salir pudiéramos triunfantes
Eran aun mas que el ampo de la nieve
Con tropas que á auxiliar no eran bastantes.
Blancos los nazareos , mas lustruosos
E n nuestras plazas mismas nuestra planta
Que la cuajada leche; ni se atreve
Enredada resbala mal su grado:
A estar á par de sus esplendorosos
Que el término prescrito se adelanta:
Rostros marfil antiguo que en sí embebe
Cumplieron nuestros dias , y llegado
E l purpureo color ; ojos hermosos
E lfines ya de nuestra ciudad santa.
Los suyos eran mas que azul zafiro:
Mas que águila altanera arrebatado
Hoy carbón me parecen, si los miro.
A rechazarnos vuela del abrigo
L a piel pegada tienen á los huesos,
D e l monte y del desierto el enemigo.
Árida como tronco carcomido
Aquel que nos infunde aliento y vida
j Cuánto mas venturosos, si sus gruesos
E l ungido , el Señor , con cuyo amparo
Cuerpos al fatal golpe de bruñido
Nuestra nación vivia protegida
P u ñ a l cayeran, que quedando ilesos
Entre todas las otras , ni reparo
Del hambre el voraz diente haber sufrido!
Tenia en blasfemar de su acogida ;
No hay muerte mas cruel que á paso lento
Este por su contrario con descaro
Desfallecer por falta de alimento.
Preso fue; y maltratado cruelmente
De la hija de Sion tan espantosa
P o r los pecados propios de su gente.
Fue la tribulación, que al hijo tierno
Hija de E d o n , que en el pais habitas
Cocido devoró con hambre ansiosa
De Hus , alégrate : gozo y contento
La que antes cariñosa su materno
T u corazón rebose: que en m i l cuitas
Pecho le prodigara. Poderosa
Desastres y horroroso asolamiento
A su colmo la saña del Eterno
Con esa tu altivez te precipitas.
Llegó , en Sion un fuego derramando ,
Apurarán tus labios del sangriento
Que fue hasta los cimientos abrasando.
Cáliz hasta las heces , y embriagada
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del mencionado vicio, ascenderían reunidas al
enorme total de 94 millones y medio de duros.
Los efectos de semejante vicio son desastrosos en aquel país. E n el condado de Portsmotuh,
en un solo año , hizo perecer 21 personas; en
el de Salem, sobre 181 muertes ha p r o d u cido 20 , en el de New-Haven la proporción ha
sido de 30 por 100 y mas aun en el de N e w Brunswich; en Filadelfia, sobre 4,292 fallecidos , se contaban mas de 700 por la bebida ; de
77 personas halladas muertas en diversos distritos , en 1831 , 67 lo habian sido por efectos
del mismo vicio ; y en 781 dementes admitidos
en los distintos hospicios de los Estados-Unidos,
E n los Estados-Unidos el vicio de la bebida 392 perdieron el juicio por la misma causa , seha llegado á ser tan general en las ciases indus- gún declaración de sus familias.
triales , que ha hecho temer á los hombres fiBajo el punto de vista especial de la indigenlantrópicos gravísimas consecuencias en la exis- cia , en el condado de Washington había antes
tencia individual, la de la inslrucion y de la i n - de 1832, sobre 334 pobres, 290 por causa de
dustria , la de la religión y de todas las institu- la bebida ; en el de Oneida , 246 en 253 ; en el
ciones civiles y políticas. En 1828 se calculaba de Cumberlan , 48 en 50; en Baltimore , 1,059
aíli ser de mas de 300 millones de cuartillos en 1,134. E n fin , en los 1,969 indigentes recoel consumo anual de licores espirituosos. M r . gidos en los diversos depósitos, 1,790 lo habian
Cranch apreció esta cantidad en un valor de sido por la misma.
48 millones de duros; el número de borrachos
E n Inglaterra los médicos consultados por el
en 375,000 y en 100 los dias perdidos de su parlamento fueron de dictamen que la bebida
trabajo , lo que constituye una suma de 15 m i - de licores espirituosos era la causa mas fecunllones de duros pérdida para el estado , supo- da de las enfermedades, y el origen de la i n - ,
niendo solo de 40 centavos de duro el jornal moralidad del pueblo. E n un solo año fueron
de cada uno. E l mismo autor calculó que mo- conducidos ante los magistrados de la capital
rían anualmente 37,500 borrachos, cuya vida 30,000 individuos hallados borrachos por las
había abreviado el vicio en diez años, lo qne calles. Cuatro quintos de los crímenes cometihace otra pérdida para el estado , de 18.750,000 dos en la Inglaterra y el país de Galles , las tres
duros, ai miniimm de 50 duros al año , sin com- cuartas partes de los casos de indigencia y la m i prender su alimento. Ademas , como las tres tad de ios de locura se atribuyen á este vicio.
cuartas partes de los crímenes cometidos en M r . Buckingham obtuvo del parlamento, hace
aquel país deben su origen á efectos de la be- algunos años, que se nombrase una comisión
bida , hay que atribuirle también 6 millones y encargada de averiguar los motivos del progremedio de duros , que es la fracción correspon- so de la embriaguez en el Reino-Unido, y con
diente de los gastos generales de la justicia c r i - motivo de ajpoyar su proposición, citó que en
minal. Hay que agregar igualmente tres c u a r - 100 dementes admitidos en el hospicio de H a n tas partes de la suma que cuesta el sosteni- vvell, había 72 por efectos de la bebida; que
miento de los pobres en los depósitos de men- en una sola taberna de Lóndres, vió entrar en
dicidad , ó sean 2.850 ,000 duros , pues el v i - un solo dia 2,800 hombres, 1,853 mugeres y
cio indicado envía á ellos un número semejan- 299 niños; asegurándole el taberñero que el dote al de criminales á las prisiones; las carida- mingo concurrían doble número , y que en seis
des particulares hechas anualmente á los pobres meses despachaba bebida á cerca de 269,450
víctimas de la misma causa, que no pueden hombres, 108,590 mugeres y 143,450 niños.
ser apreciados en menos de otro tanto; y por
último , las tres cuartas partes del trabajo habitual que producirían los presos en las c á r c e les, pues dicho número es conducido á ellas
SALAMANCA:
por el vicio de la bebida, y que ascendería á
450 ,000 duros al minimun. Todas estas sumas,
IMPRENTA DE MORAN.
perdidas y gastadas por el estado por causa
Desnuda te has de ver y despreciada.
Enmendado , ó Salem , tu desmán queda
Con vara que cabal mide el castigo,
N i temas que arrastrarte otra vez pueda
A duro cautiverio tu enemigo:
Jehová {tara siempre se lo veda,
Y á t i , idomea , te dará tu amigo
La justa paga de tu inicuo celo ,
A tus maldades arrancando el velo*
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