LA ARMADA DURANTE EL PERIODO ALFARISTA... (1895-1916) El 1 de marzo de 1913 la Escuela Naval reinició sus actividades bajo la dirección del coronel Ricardo Garzón, de tal forma que un oficial del Ejército se encargó de la formación de oficiales de la Armada; terminando de esta manera, el período de fructífera labor de la Misión Naval de Chile en el Ecuador, que oficialmente se extiende desde el año 1905 hasta 1912, pero que sin embargo permaneció hasta 1916. Los nombres de los oficiales chilenos que integraron la Misión Naval entre otros son: Rubén Morales, Oscar Ferrari y Carlos Fuensalida, quienes se ganaron con justicia un sitial dentro de la historia de la Marina de Guerra por su trabajo, ya sea en el buque escuela “Marañón” y “Libertador Bolívar”, así como en la Escuela Naval de Quito, formando oficiales profesionales que posteriormente fueron los forjadores de la Armada del Ecuador. Cabe destacar que aún cuando la Misión Naval chilena ya había finalizado su labor en Ecuador, los marinos ecuatorianos siguen hasta la actualidad viajando a Chile para continuar sus estudios navales, lo que constituye hitos que han forjado verdaderos lazos de amistad entre ambas instituciones que han perdurado inalterables en el tiempo. Participación de la Armada en la campaña de Esmeraldas Edison Macías en su libro “Historia General del Ejército Ecuatoriano” manifiesta que “La revolución alfarista que tuvo trágico episodio con el holocausto de su líder principal y otros importantes caudillos, generó sentimientos encontrados: arrancó una sonrisa siniestra de labios amoratados por el odio y el rencor, pero hizo también verter lágrimas de impotencia y despecho de las almas agradecidas de la revolución… El coronel Carlos Concha Torres, partidario y protagonista de la Revolución Liberal, decidió vengar la sangre mártir de sus superiores y compañeros, y proseguir la lucha que había quedado inconclusa en las abrasadoras llamas de una espeluznante pira”. Estas frases encierran el clima de descontento que sintió el pueblo ecuatoriano y su desaprobación por el Gobierno del general Leonidas Plaza Gutiérrez y, en especial, el pueblo esmeraldeño que esperaba el cumplimiento de todos sus principios y objetivos de esta revolución. Los acontecimientos se inician el 24 de septiembre de 1913 cuando el coronel Carlos Concha Torres a la cabeza de un grupo de 30 personas, atacó el cuartel de policía de la ciudad de Esmeraldas, apoderándose de una cantidad de armamento con el cual intentaron tomarse el cuartel del batallón “Manabí”, con el apoyo de personal de tropa de ese batallón, que lo conformaba en su mayoría gente esmeraldeña. Los revolucionarios del coronel Concha no lograron su objetivo ya que un grupo de marinos del crucero “Cotopaxi” (posteriormente BAE “Calderón”) lo impidió. El contralmirante Monteverde en su obra “La Marina de Guerra en la Campaña de Esmeraldas 1913-1916” dice: “La intervención oportuna y decidida de la marinería que tenía como parte de su armamento dos ametralladoras Colt, determinó la derrota de los atacantes al cuartel, que se vieron obligados a replegarse hacia el interior de la selva, para continuar la guerra de guerrillas, utilizando el armamento que habían logrado obtener del cuartel de Policía. Los revolucionarios tuvieron en 171