El error de algunas personas que confunden el miedo y el

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El error de algunas personas que confunden el miedo y el pesimismo con una cualidad o virtud. - FIAT - M
Escrito por Lorenzo Scupoli
Martes 02 de Febrero de 2010 16:17 - Ultima actualización Martes 02 de Febrero de 2010 17:39
Hay un error muy común y consiste en creer que es virtud y buena cualidad el desanimarse y
desalentarse y dejarse vencer por la tristeza y el pesimismo cuando se comete alguna falta.
Del capítulo 5 del libro El Combate Espiritual de Lorenzo Scupoli.
Pues en estos casos casi siempre sucede que la amargura que se siente por haber pecado no
proviene mayormente del dolor de ha ver ofendido y disgustado a Dios, sino de que el orgullo
ha quedado herido al constatarse la propia miseria y debilidad, y de que la confianza que se
tenía en las propias fuerzas y capacidades para resistir al mal, falló totalmente.
Peligro propio de gente orgullosa. Ordinariamente las almas presuntuosas que se creen más
capaces de ser buenas de lo que en realidad lo son, no les dan la debida importancia a los
peligros que les van a llegar y a las tentaciones que les pueden venir, y luego al caer en
alguna y conocer por amarga experiencia cuán grandes son su miseria y su debilidad, se
maravillan y se afanan por su caída como si se tratara de cosa nueva y rara porque ven
derrumbado por el suelo el ídolo del amor propio y de la falsa confianza en sí mismas en lo
cual imprudentemente habían puesto su esperanza, y demostrando que son almas que más
ponían la confianza en sus propias fuerzas que en la ayuda de Dios, se dejan llevar por la
tristeza y el desánimo y hasta pueden llegar a la desesperación.
Algo que no sucede a los humildes.
Esto no sucede a las almas verdaderamente humildes que no ponen su confianza en las
propias fuerzas o capacidades para resistir al mal, sino únicamente en la ayuda y en la bondad
de Dios, porque cuando caen en alguna falta, aunque sienten gran dolor de haber ofendido al
buen Dios y haber manchado su alma y haber hecho daño a los demás, no se maravillan, ni se
inquietan, ni se desaniman, pues muy bien conocen que su caída es un efecto natural de su
espantosa debilidad y de la impresionante inclinación que su naturaleza siente hacia el mal.
Estas almas repiten lo que decía aquella santa antigua: “Todo lo temo de mi malicia, de mi
debilidad y de mi inclinación al mal. Todo lo espero de la bondad y de la misericordia de Dios”.
Cada día constatamos el combate entre la debilidad humana y la omnipotencia de Dios.
En verdad que se cumple lo que dicen los santos: “la humildad produce tranquilidad”. De lo
único propio de lo cual el humilde está seguro es de su debilidad. Pero se conserva alegre si al
mismo tiempo vive seguro de que la bondad de Dios nunca lo abandonará.. “Yo nunca te
abandonaré” dice el Señor varias veces en la Sagrada Escritura.
Con razón un director espiritual le dijo a alguien que le pedía un consejo: No eres más santo
porque no eres más humilde”
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El error de algunas personas que confunden el miedo y el pesimismo con una cualidad o virtud. - FIAT - M
Escrito por Lorenzo Scupoli
Martes 02 de Febrero de 2010 16:17 - Ultima actualización Martes 02 de Febrero de 2010 17:39
Como los tres jóvenes en el horno (de los cuales habla el profeta Daniel), tenemos que decir:
“Señor: hemos pecado. Por eso con toda justicia nos han llegado tantas humillaciones”.
San Agustín cuando recordaba los terribles y tan numerosos pecados de su vida no se
dedicaba a lamentarse o desanimarse sino a proclamar la maravillosa bondad de Dios que lo
supo perdonar. Joomla SEO powered by JoomSEF
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