Carta, creencia, navío, autoridad, salvaje, fuente, oro, centro

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Carta, creencia, navío, autoridad, salvaje, fuente, oro, centro, nombre, viaje,
nativo, moderno, sitio, exterminio, visión, tribu, registro, imperio, contacto,
réplica. Aproximarse al trabajo de Lothar Baumgarten implica que las palabras
se resisten a encontrar un lugar estable. Las palabras tiemblan, vibran.
Cada nueva intervención del artista, ya sea en relación a un lugar, a un
contexto arquitectónico o a una publicación, es el resultado de una profunda
reflexión que dispara el sentido en múltiples direcciones. De este modo cuando
nos situamos frente a él nuestro propio lugar como espectadores queda desestabilizado.
El trabajo de LB es un rastro elusivo que se extiende entre la percepción y la
memoria, entre la naturaleza y la cultura, entre el lenguaje y el mundo.
“Dado que las prácticas de los capitanes no sólo se basan en el delirio y en
la fascinación motivacional, sino también en competencias geográficas irrecusables y en rutinas naúticas realmente elaboradas, los delirantes proyectos neoeuropeos tuvieron oportunidad de verificarse ocasionalmente. Sólo
así, del miedo pudo surgir el éxtasis en los océanos. Sólo así, protocolos de
éxtasis se convierten en libros de viajes; y sólo así, las bodegas se llenan de
tesoros. Todo barco en mar abierto encarna una psicosis que ha levantado
velas; cada uno de ellos es también un capital flotante. Como tal, participa en
la gran obra de la Modernidad: desarrollar la substancia como flujo”
Peter Sloterdijk En el mundo interior del capital 1
La sonoridad y el color de los nombres nativos de los ríos del Escudo de Guayana
y de la Gran Sabana venezolana – VENTUARI – IKABARÚ – MOMURÁN –
CARONÍ – IWAIPA – CUYUNÍ – KAPÍN – delimitan el área y circundan a los
modelos reducidos a escala 1:20 de las naves de Colón, en el nuevo proyecto de
LB, Los Aristócratas de la Selva y la Reina de Castilla, concebido para su presentación en la Fundación Botín. Mediante la articulación de imagen, texto y sonido
el artista construye un paisaje en el que resuenan voces del Viejo y del Nuevo
Mundo.
Las maquetas de navíos constituyen uno de los centros de esta presentación
específica. Junto a las dos carabelas: La Pinta, La Niña, la nave: Santa María y
la coca, barco de origen medieval muy popular en el Mediterráneo durante el
siglo xv. Según Ignasi Colomer “la palabra coca designa un tipo especial de
embarcación nórdica (Kogge), adaptada mucho antes de los tiempos medievales
a la fórmula catalana As-Dos-Tres, que designa la altura, anchura y longitud”. 2
La coca está considerada por los expertos el precedente directo de la Nao Santa
María. 3
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Durante las numerosas visitas a lo largo de los años a Santa María del Mar,
Baumgarten conoce el exvoto (Coca de Mataró) que preside el altar mayor de
esta iglesia de Barcelona. Esta experiencia impulsa su visión y se convierte en el
detonante del actual proyecto. La misma palabra coca remite simultáneamente a
los contextos de ambos continentes, a la embarcación europea, pero también a la
planta consustancial a muchas de las culturas autóctonas de América.
La presencia de las naves convoca así mismo a la figura de Juan de la Cosa,
navegante y cartógrafo cántabro, propietario de la Santa María y acompañante de
Colón en su primer viaje. Tras su tercera travesía (c.a. 1500) De la Cosa realiza a
petición de los Reyes Católicos una carta de marear. En este mapa, el más antiguo
que se conserva del Nuevo Mundo, se representan algunos ríos y la mayoría de los
topónimos están escritos en castellano. No obstante, como indica Brian Harley,
hay que tener presente que el mapa de Juan de la Cosa y buena parte de las representaciones cartográficas posteriores que los europeos realizaron del continente
americano “esconden un estrato oculto de conocimientos geográficos indios”.4
“También estoy interesado en los estratos del tiempo, la observación permite
a los hechos históricos de un sitio crear una química de conocimiento acerca
de un lugar o un sujeto”
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Lothar Baumgarten en conversación con la autora
Fotografías, grabaciones sonoras, proyecciones, mapas, películas, objetos, textos, dibujos y una biblioteca portátil de grabados etnográficos antiguos conforman un sendero intrincado en el que se conjugan tiempos y espacios distintos.
LB incorpora en cada intervención elementos preexistentes que crean una nueva
sintaxis y proveen nuevos significados. “El arte, dice Lévi-Strauss, se inserta,
a mitad de camino, entre el conocimiento científico y el pensamiento mítico o
mágico; pues todo el mundo sabe que el artista, a la vez, tiene algo del sabio y
del bricoleur: con medios artesanales, confecciona un objeto material que es al
mismo tiempo objeto de conocimiento”.5
Entre 1978 y 1980 Baumgarten convive dieciocho meses con el pueblo yãnomãmi– en la Amazonia venezolana. Esta experiencia es central en el desarrollo
posterior de su trabajo, pues desde entonces está en la base de su crítica cultural
y de su interés persistente por las Américas y por el status quo político de sus poblaciones autóctonas. Si bien, su discurso puede interpretarse como una “autoetnografía” 6, un deseo de recolección de sí mismo a través de la pérdida de la propia
conciencia en los otros. En este sentido, como Michel Eyquem de Montaigne, un
autor a quien admira el artista, LB podría decir: “No cito a los demás sino para
mejor expresarme a mí mismo”.7 Esto es algo que se vislumbra en sus películas,
que se distinguen de los documentales etnográficos al uso ya que LB capta directa-
mente con su cámara Arriflex, sin arreglos previos, la vida cotidiana del poblado:
las ceremonias funerarias, las fiestas y luchas con grupos vecinos, la construcción
de un shapono, los rituales de los chamanes, la fabricación de embarcaciones …
“Así pues, ‘descubrimientos’ es, en principio, un nombre sumario de procedimientos de captación y registro de tipo geotécnico, hidrotécnico, etnotécnico
y biotécnico, por muy rudimentarios y dependientes del azar que aparezcan
al comienzo. Cuando la reina española exhorta a su emisario Colón, en un
escrito a mano, a traerle la mayor cantidad posible de ejemplares de especies
desconocidas de pájaros del Nuevo Mundo ya intervienen ahí, ocultos bajo
la máscara de un plaisir real, el impulso técnico y la inquietud registradora”
Peter Sloterdijk En el mundo interior del capital 8
En 2011 el artista presenta una gran exhibición, Abend der Zeit – Señores
Naturales, Yãnomãmi–, en el Museo Folkwang de Essen. Esta compleja presentación – realizada en colaboracion con el arquitecto Lorenzo Piqueras – cuestiona
las convenciones museográficas y la historiografía occidentales a través de la
presencia de un gran conjunto de artefactos amazónicos, tales como puntas de
flecha, cestas, trabajos con plumas y 500 dibujos sobre papel realizados por nativos. Esta declaración de crítica institucional está ya presente en su obra temprana de los años sesenta. Así, en Unsettled Objects (1968) Baumgarten interviene en la sección etnográfica del Pitt-Rivers Museum de Oxford, identificando
el lugar en el que se escenifica la representación del otro a través de fotografías de piezas de la colección, a las que yuxtapone palabras como ‘politizado’,
‘simulado’, ‘clasificado’, ‘reinventado’, ‘neutralizado’, ‘confinado’, ‘coleccionado’, ‘intercambiado’, ‘perdido’ o ‘ignorado’.
Estos términos remiten a la construcción del hombre salvaje, un mito omnipresente en la cultura occidental, desarrollado en clave literaria, entre otros, por
el escritor cántabro Fray Antonio de Guevara, cuya obra influye en Montaigne.
En Relox de Príncipes (1529) Guevara crea un personaje, el villano del Danubio,
una de las imágenes literarias más antiguas del buen salvaje, que se expresa así:
“En las palabras grosseras que digo y en las vestiduras monstruosas que traygo
podréys bien adevinar que soy un muy rústico villano, pero con todo esso no
dexo de conocer quién es en lo que tiene justo y quién es en lo que possee tyrano;
porque los rústicos de mi professión, aunque no sabemos dezir lo que queremos
por buen estilo, no por esso dexamos de conocer quál se ha de aprovar por bueno
y quál se ha de condenar por malo”. 9
La leyenda de El Dorado tiene una presencia reiterada en la reflexión de LB
sobre las proyecciones de la mente europea en el continente americano, que
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se refleja en obras como las fotografías de las series Montaigne (1977–85),
trípticos impresos en gelatina de plata, presentes en esta exposición. La región
del Alto Orinoco y la Gran Sabana, en la frontera entre Venezuela y Brasil,
donde el artista vivió uno de los momentos decisivos de su existencia, fue uno
de los territorios en los que, a partir de la segunda década del siglo xvi , los
conquistadores buscaron con más avidez este lugar mítico en el que se creía que
el oro era tan abundante que sus habitantes no lo valoraban. Ninguna expedición halló nunca aquel lugar nacido de la imaginación europea. El brillo de esta
riqueza fabulosa, pese a todo, atraviesa los siglos e impulsa la construcción de la
imagen dominante de América sobre un fondo de desmemoria e invención. Una
imagen que trabajos como el de Lothar Baumgarten contribuyen a repensar.
Alicia Chillida
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1 Peter Sloterdijk, En el mundo interior del capital, Siruela, Madrid, 2007, p. 107.
2Mn. Colomer, Sant Elm i la coca de Calella, Museu-Arxiu Municipal de Calella,
1989, p. 12.
3Agradezco esta información a Enric García Domingo, responsable del Centro
de Documentación del Museu Marítim de Barcelona.
4J. B. Harley, La nueva naturaleza de los mapas, Fondo de Cultura Económica,
México, 2005, p. 212.
5Claude Lévi-Strauss, El pensamiento salvaje, Fondo de Cultura Económica,
México, 1984, p. 43.
6Tomo el término “autoetnografía” del antropólogo James Clifford, que lo
emplea en su análisis sobre El África fantasmal de Michel Leiris, Dilemas de la
cultura, Gedisa, Barcelona, 1995, p. 208.
7 Michel de Montaigne, “De la educación de los hijos”, Ensayos, Cátedra,
Madrid, 2010, vol. 1, p. 201.
8 Peter Sloterdijk, Op. cit., p. 122.
9Antonio de Guevara, Relox de Príncipes, en Obras Completas, tomo ii,
Fundación José Antonio de Castro, Madrid 1994, edición digital.
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