Indicaciones en la cirugía en las infecciones respiratorias F.R. Baquero López Hospital Central de la Defensa. Madrid Las enfermedades supurativas del pulmón, así como la tuberculosis, han sido la base para el desarrollo de la especialidad de cirugía torácica como especialidad médica independiente en la primera mitad del siglo XX. El descubrimiento y posterior desarrollo de los antibióticos ha hecho que progresivamente el tratamiento quirúrgico de estas enfermedades se realice más infrecuentemente. Actualmente, y debido a diversos factores como el aumento de la resistencias a antibióticos, pacientes inmunodeprimidos, el abuso de drogas, el aumento de la edad de la población o el aumento de infecciones nosocomiales, se observa con mayor frecuencia la necesidad de tener que recurrir a la cirugía para el correcto tratamiento de estos pacientes. BRONQUIECTASIAS Definición Se definen como la dilatación anormal y permanente de bronquios subsegmentarios. Tratamiento 1. Médico El tratamiento médico de las bronquiectasias se basa en la adecuada prevención y control de las infecciones, antibioterapia apropiada y drenaje postural. 2. Quirúrgico El tratamiento quirúrgico de las bronquiectasias incluye la resección pulmonar y el transplante pulmonar. Las indicaciones quirúrgicas para la resección pulmonar en las bronquiectasias se basan en tres premisas: a) deben ser segmentarias y unilaterales; b) debe ser posible resecar todas las zonas enfermas; c) la resección completa previene las recurrencias. Atendiendo a estas premisas se indicará la cirugía cuando los síntomas persistan y recurran a pesar de un tratamiento médico adecuado, se produzcan infecciones recurrentes y hemoptisis. El trasplante pulmonar estará indicado en aquellos casos de bronquiectasias difusas con mal control médico y que cumplan los criterios funcionales para el trasplante. ABSCESO DE PULMÓN Etiología Se pueden dividir en congénitas y adquiridas; entre las congénitas las más frecuentes son las derivadas de la fibrosis quística, la hipogammaglobulinemia y el síndrome de Kartagener’s. Entre las adquiridas la causa más frecuente es la derivada de procesos infecciosos pulmonares. Clasificación Existen tres tipos principales: saculares, cilíndricas y varicosas o mixtas. Según la localización anatómica pueden ser localizadas o difusas y uni o bilaterales. Diagnóstico Clínicamente se sospecha la existencia de bronquiectasias en pacientes que presentan episodios repetidos de infección respiratoria que se acompañan de tos y abundantes secreciones mucopurulentas durante meses o años. Otros síntomas son hemoptisis, disnea, sibilancias, etc. En la actualidad la tomografía computarizada de alta resolución (TACAR) es el método diagnóstico de elección para el diagnóstico de las bronquiectasias, habiendo reemplazado en la mayoría de los casos a la broncografía. 386 Definición Se define como una colección de pus localizada, contenida en una cavidad que se ha formado por la destrucción del parénquima pulmonar. Esta definición excluye las infecciones producidas en cavidades preexistentes como bullas, quistes, etc. El absceso suele ser solitario, aunque a veces pueden ser múltiples como consecuencia de una bacteriemia. Antes de la era antibiótica, si no se drenaban, la muerte era prácticamente inevitable. Con los antibióticos la mortalidad disminuyó considerablemente; actualmente y debido al aumento de pacientes inmunodeprimidos y de la neumonía nosocomial el absceso de pulmón sigue siendo una patología que debe ser conocida por los cirujanos torácicos. Etiología La infección por microorganismos anaerobios es lo más frecuente, siendo las infecciones periodontales y la aspiración las causas más frecuentes. Clasificación Primarios: consecuencia de aspiración o bien neumonía. REV PATOL RESPIR 2005; 8(4): 386-389 Secundarios: cuando existe enfermedad pulmonar previa, metástasis de origen extratorácico, obstrucción bronquial por cáncer, cuerpos extraños intrabronquiales, enfisema bulloso, etc. Clínica La mayoría de los pacientes suelen tener un antecedente de infección pulmonar o neumonía. Los síntomas típicos son tos, fiebre, dolor de tipo pleurítico, disnea. A veces el cuadro tiene un comienzo insidioso predominando en estos casos la pérdida de peso, fiebre intermitente, sudoración nocturna. La aparición de esputo pútrido ocurre entre el 40-75% de los enfermos una vez se produce la cavitación. Ante los síntomas descritos en pacientes con factores predisponentes como infecciones dentales, alcoholismo, inmunosupresión , anestesia general previa, alteraciones de la conciencia, etc hay que sospechar que podamos estar ante un absceso pulmonar. Diagnóstico La radiografía de tórax en la que observaremos una lesión cavitada con un nivel hidroaéreo en su interior suele ser el principal medio diagnóstico inicial. Cuando existan dudas o en pacientes en que no se puede realizar la radiografía de tórax en bipedestación la realización de un TAC torácico nos ayudará a demostrar la presencia de una lesión cavitada, también nos puede ayudar para descartar una lesión endobronquial causante del mismo. La realización de fibrobroncoscopia será también de gran valor ya que nos ayuda en el diagnóstico bacteriológico y nos informa de la existencia o no de obstrucción intrabronquial y de si el absceso está drenando intrabronquialmente. El diagnóstico diferencial de una lesión cavitada pulmonar se hará con un carcinoma de pulmón cavitado, tuberculosis o infección fúngica, absceso de pulmón y empiema con fístula broncopleural. Tratamiento 1. Médico La base del tratamiento es un adecuado régimen de antibióticos, siempre que sea posible basado en el antibiograma del microorganismo causante de la infección, que debe prolongarse en el tiempo de 4 a 8 semanas. Históricamente la penicilina a altas dosis ha sido el antibiótico de elección. Un drenaje adecuado del absceso, fisioterapia respiratoria, soporte nutricional y tratamiento de los factores predisponentes completan el tratamiento médico del absceso pulmonar, obteniendo una respuesta favorable en abscesos provocados por gérmenes aerobios de un 80-90%. 2. Quirúrgico Las indicaciones quirúrgicas son: fallo del tratamiento médico con antibioterapia adecuada, absceso a tensión, aumento del tamaño, contaminación del pulmón contralateral, tamaño mayor de 6 cm, hemoptisis, pioneumotórax, sospecha o diagnóstico de carcinoma cavitado. Las técnicas quirúrgicas de las que disponemos son el drenaje externo percutáneo tras localización por TAC y/o ecografía que se hará con tubo torácico estándar, pig-tail, o el procedimiento de Monaldi que prácticamente sólo se utiliza cuando existe pioneumotórax. El drenaje percutáneo consigue tasas de curación superiores al 80%. La resección pulmonar actualmente está indicada en menos del 10% de los casos, siendo las principales indicaciones la sos- pecha de carcinoma cavitado, hemoptisis masiva y la presencia de pioneumotórax por rotura del absceso en cavidad pleural. La técnica quirúrgica de elección es la lobectomía, con una mortalidad que oscila del 1 al 13%. TUBERCULOSIS Como se ha comentado al principio, la tuberculosis ha sido la principal causa del desarrollo de la cirugía torácica como especialidad independiente en la primera parte del siglo XX. Con la introducción de la colapsoterapia por Forlanini en 1906, se dieron los primeros pasos para un tratamiento curativo de la tuberculosis pulmonar. Mediante el colapso de las cavidades pulmonares se conseguía la deprivación de oxígeno del Micobacterium tuberculoso, y dado que es un germen aerobio estricto, éste moría. Las diferentes técnicas de colapsoterapia incluían la toracoplastia, neumotórax, plombaje, neumoperitoneo, denervación frénica. Con la introducción de la estreptomicina y del ácido paraamino salicílico (PAS) comenzó el tratamiento médico curativo haciendo disminuir drásticamente el número de intervenciones quirúrgicas. En la actualidad y, debido fundamentalmente al aumento de enfermos inmunodeprimidos, bien por el síndrome de inmunodeficiencia humana o por tratamientos de poliquimioterapia, el abuso de drogas, y el aumento de población inmigrante que se encuentra en una deficiente situación sociosanitaria se ha producido un aumento de la incidencia de casos de tuberculosis. La cirugía sigue desempeñando todavía un papel importante en el tratamiento de la tuberculosis. Por un lado, los cirujanos nos encontramos todavía con enfermos que presentan complicaciones de la cirugía colapsoterápica realizada hace décadas como empiemas tardíos, pulmón destruido. Las indicaciones actuales mas importantes para la cirugía de la tuberculosis son debidas fundamentalmente a la aparición de resistencias bacterianas e incluyen: pulmón destruido, lesiones cavitarias residuales que presenten sobreinfección bacteriana o colonización por hongos, hemoptisis, decorticación, fístulas broncopleurales. Asimismo, la cirugía estará indicada en aquellos casos de nódulos pulmonares de etiología desconocida. INFECCIONES POR HONGOS Las infecciones micóticas primarias son raras en nuestro medio, desarrollándose más frecuentemente en pacientes inmunodeprimidos como infecciones oportunistas. Las principales micosis causantes de lesiones pulmonares son: aspergilosis, mucormicosis, histoplasmosis, blastomicosis, criptococosis, candidiasis y actinomicosis. La aspergilosis y mucormicosis son en nuestro medio las infecciones fúngicas en que con mas frecuencia nos vemos involucrados los cirujanos torácicos. ASPERGILOSIS El Aspergillus es un hongo que se encuentra ampliamente difundido en el suelo y en el aire. Existen tres especies capaces de colonizar en el hombre: A. fumigatus, A. flavus, A. niger, siendo el A. fumigatus el más frecuente. La infección se produce generalmente por la inhalación de las esporas. Clínicamente, la infección se puede presentar de tres formas: aspergiloma, aspergilosis invasiva y aspergilosis alérgica; siendo las dos primeras en las que pueden existir implicaciones quirúrgicas. F.R. Baquero López. Indicaciones de la cirugía en las infecciones respiratorias 387 El aspergiloma está formado por micelios, fibrina, células inflamatorias que forman una bola y que se desarrollan dentro de cavidades pulmonares preexistentes. Siendo la tuberculosis el antecedente más frecuente (hasta el 11% de aspergilomas en cavidades mayores de 2,5 cm “British Tuberculosis Asociation, 1968”). Clínicamente los pacientes con aspergiloma pueden permanecer asintomáticos y las lesiones mantenerse estables durante años. El síntoma mas frecuente es la hemoptisis (hasta el 80%), que variará desde esputos hemoptoicos a hemoptisis masiva. Otros síntomas son tos, fiebre, generalmente por sobreinfección bacteriana, pérdida de peso. El diagnóstico de aspergiloma puede hacerse en un estudio radiológico rutinario en un paciente asintomático o lo que es más frecuente en el estudio de una hemoptisis o seguimiento de enfermedades que dejen cavidades pulmonares residuales fundamentalmente la tuberculosis. La imagen más característica en la radiografía del aspergiloma es una lesión redondeada que ocupa en su mayor parte una cavidad y que está rodeada de aire en su parte superior y que está localizada normalmente en los lóbulos superiores o segmento apical de los lóbulos inferiores. La tomografía convencional y hoy día el TAC suelen confirmar el diagnóstico al identificar con claridad la bola de hongos dentro de la cavidad. El cultivo del hongo en el esputo por sí solo no sirve para confirmar el diagnóstico ya que es posible encontrarlo como saprófito en personas sanas, el lavado broncoalveolar y la punción directa de la cavidad por vía transtorácica o endoscópica aumentan la probabilidad de confirmar el diagnóstico si se obtienen cultivos positivos. El tratamiento del aspergiloma debe ser individualizado a cada paciente en función de la sintomatología y del riesgo quirúrgico que presenten. Medidas de tipo general son: reposo en cama, oxigenoterapia, humidificación, antitusígenos, drenaje postural, antibioterapia. Se debe realizar fibrobroncoscopia para localizar el lugar del sangrado que suele coincidir con la lesión radiológica; el uso de suero frío o incluso el taponamiento con balón de Fogarty puede detener temporalmente el sangrado. La embolización de las arterias bronquiales consigue detener el sangrado en la mayoría de los casos aunque suele ser temporal ya que éste recidiva en más del 50% de los casos. El tratamiento quirúrgico está indicado cuando existe hemoptisis de repetición, hemoptisis masiva, sintomatología general acompañada de tos crónica, progresión de la enfermedad pulmonar alrededor del aspergiloma y cuando se presenta como masa pulmonar de etiología desconocida. El riesgo quirúrgico y la supervivencia dependerán de la selección de los pacientes, Daly et al. comunicaron en 1986 una mortalidad global del 23%, variando de un 34% en pacientes con aspergilomas complejos a un 5% en aspergilomas simples. Igualmente ocurre con la morbilidad, que varía de un 78% en aspergilomas complejos a un 33% en los simples. Al-Kattan et al. (2001) han referido que los aspergilomas postuberculosos están asociados a un mayor riesgo quirúrgico que los que se producen en enfermos inmunosuprimidos. El tratamiento quirúrgico debe ir encaminado a resecar todo el tejido enfermo. En los aspergilomas complejos, la cirugía suele ser muy dificultosa debido a la fibrosis y adherencias que existen, al aumento de la vascularización bronquial, y en el posoperatorio provocan que el pulmón no se reexpanda adecuadamente por lo que hay que realizar todos los esfuerzos posibles para que no queden cavidades pleurales residuales realizando decortica388 ción pulmonar, tiendas pleurales, neumoperitoneo,etc. Por otro lado el refuerzo del muñón bronquial con tejido sano es aconsejable para minimizar el riesgo de fístula broncopleural. La aspergilosis invasiva es una grave complicación que ocurre en pacientes inmunodeprimidos y que se caracteriza por una bronconeumonía necrotizante e invasión de los vasos pulmonares provocando trombosis y hemorragia y que suele tener una evolución fatal a pesar de la instauración precoz de tratamiento antifúngico. En los últimos años han aparecido algunas publicaciones en las cuales la cirugía, resecando la región pulmonar afectada, parece tener buenos resultados, para lo cual la lesión debe ser localizada y no haber evidencia de diseminación de la enfermedad. MUCORMICOSIS El mucor es un hongo saprófito de la clase Zigomicetes, que produce esporas que pueden ser inhaladas. Aunque normalmente no es patógeno para el hombre, en pacientes inmunodeprimidos puede producir infecciones que muchas veces son letales. En el pulmón la infección se caracteriza por el tropismo que tiene por las estructuras vasculares, las cuales invade provocando trombosis e infarto con formación de cavidades por destrucción del parénquima pulmonar. La mucormicosis se da especialmente en pacientes diabéticos mal controlados con episodios de cetoacidosis, también en afectados de leucemias, tratamientos de poliquimioterapia, trasplantados y tratamientos con corticoesteroides. El tratamiento de la mucormicosis se basa en antifúngicos, fundamentalmente anfotericina B y, siempre que sea posible, la resección quirúrgica de la lesión, con una mortalidad, según Tedder y colaboradores (1994), del 11% frente al 68% de los tratados sólo con antifúngicos. BIBLIOGRAFÍA – Millar JI, Jr. Bacterial Infections of the lungs and bronchial compressive disorders. En: Thomas W. Shields et al. eds. General Thoracic Surgery. 6ª ed. Lippincott Williams & Wilkins; 2004. p. 1219-32. – Marvin Pomerantz. Surgery for the management of mycobacterium tuberculosis and nontuberculous mycobacterial infections of the lung En: Shields TW, et al. eds. General Thoracic Surgery. 6ª ed. Lippincott Williams & Wilkins; 2004. p 1251-61. – Lucke J.C. Thoracic mycotic and actinomycotic infections of the lung. En: Shields TW, et al. eds. General Thoracic Surgery. 6ª ed. Lippincott Williams & Wilkins; 2004. p. 1262-89. – Darling G, Downey GP, Herridge MS. Bacterial infections of the lung. 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