No bajes la guardia, sigue adelante: Una vez, estando cansado de buscar salidas en medio de mi camino espiritual, me puse en contacto con un joven sacerdote Misionero del Espíritu Santo, pues ya no aguantaba seguir así. Le conté lo que hacía como parte de la Iglesia y, al mismo tiempo, le hable del desgaste que estaba sintiendo, de hecho, el sacerdote me puso toda su atención, y me dijo algo que nunca olvidaré: “haz lo que haces”, es decir, continúa con lo que vienes trabajando, pues vale la pena. Me dijo que, aunque a veces me sintiera cansado de luchar, valía la pena seguir haciendo mi trabajo, lo cual, me confirmó en mi tarea y, desde ahí, por acción del Espíritu Santo, logré “recargar baterías”, quitando mi visión pesimista y cargada de agotamiento. Quise comentar lo anterior, pues vale la pena, seguir adelante en nuestro camino tras las huellas de Cristo Sacerdote y Víctima, ya que está en nuestras manos la posibilidad de transformar positivamente la realidad que nos rodea. Muchas veces, en medio de los disgustos de la vida, podemos desanimarnos y creer que seguir a Cristo ya no vale la pena, sin embargo, tenemos que abrir los ojos, para descubrir que, aunque las personas no siempre agradezcan lo que hacemos, vale la pena continuar desarrollando la tarea encomendada, pues estamos llamados a ser testigos del Espíritu Santo en el mundo de hoy.