La Adolescencia hoy (un enfoque psicológico). Perdomo, Rita.

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RITA PERDOMO - La adolescencia hoy (enfoque psicológico)
En: La adolescencia. José Portillo, Jorge Martínez, Ma. Luisa Banfi, comp. Montevideo :
EBO, 1993. pp. 77-123
INTRODUCCION
El título de este Panel: ADOLESCENCIA HOY - Enfoques disciplinarios (para los cuales se propone un Médico,
una Psicóloga y un Sociólogo) impone dos desafíos: abordar conceptualmente la Adolescencia en un "HOY", Y
hacerlo desde un enfoque disciplinario, en nuestro caso, el Psicológico.
Empecemos por el segundo.
¿Es posible abordar la adolescencia desde la psicología?
Si entendemos la adolescencia como una etapa de la vida del individuo (ser viviente indivisible) y partimos
del concepto de que los seres humanos somos seres bio-psico-sociales, de estas dos consideraciones se
desprende que:
a) no es posible abordar el fenómeno de la adolescencia desde un enfoque disciplinario aislado.
b) si intentamos analizar predominantemente el aspecto “psico” necesariamente deberemos referido a los
restantes, articulando los aportes específicamente psicológicos con los de otras disciplinas, entre las que se
encontrarían no sólo las aquí presentes, sino también -y por lo menos- la antropología cultural, la historia,
la economía, la lingüística, las ciencias de la educación y de la comunicación.
Hoy más que nunca la temática adolescente impone un abordaje no multidisciplinario, sino inter o
transdisciplinario.
Y aquí nos remitimos al primer desafio: ADOLESCENCIA "HOY".
¿Cómo conceptuar la adolescencia?
Cuando cualquiera de nosotros habla de un o una adolescente, no se confunde. Invariablemente piensa en
un muchacho o muchacha perteneciente a un grupo social que está cambiando su cuerpo, que se expresa, se
viste, sueña, se relaciona o se rebela de una manera determinada.
La adolescencia entonces podría definirse como una etapa evolutiva: particular del ser humano, en la que se
conjugan una serie de aspectos biológicos, psicológicos, sociales y culturales: "un complejo psicosocial
asentado en una base biológica" como lo define el psicoanalista brasilero Luiz Carlos Osorio. (23)
Es interesante destacar que hasta hace un tiempo, el fenómeno de la adolescencia era analizado poniendo
el énfasis en los cambios corporales vinculados a la pubertad (andar desgarbado. aparición de los caracteres
sexuales secundarios) y en algunas características conductuales que perturbaban a los adultos (cambios
bruscos de temperamento, rebeldía, delincuencia juvenil). En las últimas décadas, en cambio, muchos autores (entre ellos Erikson y el mismo Osorio (9 y 23) han hecho hincapié en la adolescencia como período de
crisis, momento crucial del desarrollo del ser humano en el cual se logra un cuerpo adulto apto para la procreación. y se produce la estructuración definitiva de la personalidad. En síntesis. un período en el cual se
consolida la identidad personal.
La preocupación actual por el fenómeno de la adolescencia coincide con una explosión demográfica de
jóvenes en el mundo (nuestro país constituye una excepción en este sentido) con la consolidación progresiva
de un "poder joven", del cual habremos de ocupamos más adelante.
Si bien es cierto que las angustias básicas por las que pasa el adolescente están vinculadas a cambios físicos
que se producen durante la pubertad, también es cierto que si no intentamos comprender las crisis de
valores de los jóvenes, no podremos intentar una aproximación al significado real del tránsito entre la niñez
y la adultez.
Como lo plantea Osorio (23): .. ...el estudio de la adolescencia hoy, extrapola el interés cognitivo sobre una
etapa evolutiva del ser humano para, a través de ella, intentar comprender todo un proceso de adquisiciones y motivaciones de la sociedad en que vivimos".
¿Es posible delimitar cronológicamente la adolescencia?
La Organización Mundial de la Salud (O.M.S.) (22) delimita la adolescencia entre los 10 y los 19 años de
edad. Por consiguiente, sitúa el límite inferior antes de la maduración germinal evidenciada por la menarca
en la niña (11 - 13 años aprox.) y la primer emisión seminal en el varón (13 - 15 años aprox.),
acontecimientos a los que se solía vincular el inicio de la pubertad. Una serie de consideraciones llevan a
que se sitúe más tempranamente el límite inferior, entre ellas algunas de tipo biológico (irrupción de
hormonas masculinas y femeninas antes de la maduración germinal, aparición del vello pubiano) y otras de
tipo sociocultural (reestructuración de la familia, influencia de los Medios Masivos de Difusión), con su
respectiva incidencia a nivel psicológico.
La O.M.S. entiende (22) el período entre los 10 y 14 años como la adolescencia inicial, y el de los 15 a los 19
años como la adolescencia propiamente dicha, o segunda fase (muchos autores han considerado el período
de los lOa los 12 años como pre-adolescencia), señalando que "el período anterior, de los 5 a los 9 años, es
considerado por unos como la edad escolar y por otros como la preadolescencia". (22)
Si tenemos en cuenta además, que dicha Organización delimita la Juventud entre los 15 y 25 años,
definiéndola como aquel período de la vida en que el individuo se prepara para el trabajo y para asumir la
vida adulta con todas sus responsabilidades (incluyendo la inserción en el mercado laboral y la formación de
una nueva familia), veremos que el primer período de la franja etaria propuesta para la adolescencia estaría
vinculado al inicio de la pubertad y el otro al inicio de la juventud. Pese a esta delimitación planteada por
la O.M.S., desde el punto de vista psicológico el tema resulta muy polémico.
En cuanto a cuándo aparecen los fenómenos psicológicos característicos del inicio de la adolescencia,
vinculados a la pérdida del cuerpo Infantil, del rol infantil y de los padres de la infancia, como lo plantea
Aberastury (1), la irrupción de los mismos no siempre coincide con la pubertad: pueden aparecer antes o a
posteriori.
En lo que se refiere a cuándo puede darse por terminado este período del punto de vista psicológico,
consideramos que su finalización está determinada por el logro de las siguientes adquisiciones, de acuerdo
con la síntesis propuesta por Osorio (23)
"- Establecimiento de una identidad sexual y posibilidades de establecer relaciones afectivas
estables.
-Capacidad de establecer compromisos profesionales y mantenerse (independencia económica).
-Adquisición de un sistema de valores personales (moral propia).
-Relación de reciprocidad con la generación precedente (sobre todo con los padres)".
Conceptualmente, entonces, según los criterios de la O.M.S. haríamos coincidir el final de la adolescencia
del punto de vista psicológico, con el fin de la Juventud (25 años para la O.M.S.).
Todo esto determina que desde el punto de vista psicológico no podamos delimitar en forma más o menos
precisa esta etapa del desarrollo en lo que respecta a su inicio, y mucho menos aún en lo que respecta a su
finalización. La adquisición de los logros que determinan esta culminación está fuertemente condicionada
por factores socioeconómicos y culturales, con sus respectivas connotaciones psicológicas. En sectores de la
población donde se hace necesario salir a buscar trabajo desde edades tempranas, la adolescencia puede
terminar abruptamente mucho antes de los 25 años. En los sectores desposeídos, este período de
"moratoria" o preparación para la vida adulta como lo han llamado algunos autores, entre ellos Erikson (9),
constituye un lujo cuando está de por medio la lucha por la subsistencia, o hay que asumir un rol materno
prematuro, ya sea por un embarazo a edad muy temprana, o porque hay que cuidar a los hermanos menores
desde que se tienen 7 u ocho años. Podríamos incluso cuestionamos desde una multiplicidad de consideraciones, si en estos casos realmente podemos hablar de adolescencia en los términos habituales. En un
trabajo anterior realizamos el análisis de algunos aspectos de la psicología del “marginado”. (25)
En otros casos, la adolescencia podría prolongarse mucho más allá de los 25 años cuando no es posible
independizarse económicamente de los padres y se depende de ellos, ya sea porque no se puede acceder a
una vivienda propia, porque el sueldo no alcanza, porque aún se es estudiante y las exigencias curriculares
impiden disponer de un horario para trabajar, o porque la única alternativa para que ambos integrantes de
una pareja puedan trabajar consiste en que los abuelos cuiden a sus hijos. La dependencia económica
necesariamente determina dependencia psicológica.
Además, en el Río de la Plata inciden otros factores socioculturales que exceden el alcance de este trabajo
(tales como el tipo de madre fuertemente dominadora vinculado a nuestra ascendencia italiana y española,
que generan fuertes lazos de dependencia con sus hijos), que pueden determinar una importante
prolongación de una adolescencia, que a veces aparece como interminable.
Pubertad y adolescencia
El planteo precedente respecto a que no es posible establecer una, delimitación cronológica precisa de la
adolescencia del punto de vista psicológico, en contraposición a la propuesta de la O.M.S. de una clara:
demarcación etaria de esta etapa vital, no es arbitrario ni caprichoso, como se habrá comprendido. No
obstante, para comprender mejor la discrepancia, quizás sea necesario discriminar dos conceptos que van
frecuentemente unidos: Pubertad y Adolescencia.
Tradicionalmente se utiliza el término pubertad para hacer referencia a las transformaciones biológicas de
este período, y adolescencia para hacer referencia a los fenómenos psicosociales que la acompañan.
Del punto de vista etimológico, PUBERTAD significa "aparición de pelos". Aparición que comienza a darse
alrededor de los 1O años en la región pubiana, como resultado de la irrupción de hormonas vinculadas al
desarrollo gonadal, que hace exteriormente visible este proceso de maduración biológica, que permitirá
ejercer plenamente las funciones de reproducción.
La culminación de la maduración de las gónadas coincide con la culminación del crecimiento físico alrededor
de los 18-19 años, cuando se sueldan los cartílagos de conjugación de las epífisis de los huesos largos, fin del
crecimiento esquelético.
Estas transformaciones biológicas sí se producen en forma relativamente universal dentro de las márgenes
de edad arriba señaladas. Si hacemos coincidir conceptual mente pubertad y, adolescencia, podremos
ajustar cronológicamente esta etapa de acuerdo con los parámetros etarios de la O.M.S., pero entendemos
que existen diferencias conceptuales entre ambas.
,
Aún en el caso de la Pubertad, de acuerdo con lo que plantea Francoise Dolto (8), podrían haber diferentes
criterios para su "última frontera": "Los neurólogos dirigen la mirada al desarrollo nervioso: 20 años, la edad
en que el tejido cerebral queda totalmente constituido. Los especialistas del crecimiento fijarán la fecha en
los últimos puntos de osificación. Es el final de la osificación de la clavícula, a los 25 años".
Si se reflexiona acerca de cuál sería la tarea específica del punto de vista psicológico durante la
adolescencia, se verá que está vinculada en un extremo a desprenderse progresivamente de la infancia con
las pérdidas que esto implica según lo consignamos anteriormente, y la consiguiente elaboración de los
duelos respectivos: duelo por el cuerpo infantil perdido, duelo por el rol y la identidad infantiles, y duelo
por los padres protectores e idealizados de la infancia, como lo plantean Aberastury y Knobel (1 y 17). En el
otro extremo se sitúa el acceso a la condición adulta, que implica compartir en forma responsable el mundo
con los otros, como individuo autónomo capaz de procrear y aceptar la propia finitud. Entre ambos extremos
por lo tanto, la tarea psicológica consiste en un proceso de desarrollo personal que acompaña al crecimiento
físico, aunque no siempre en forma sincrónica.
- Etimológicamente, ADOLESCENCIA proviene de ad: a, hacia y olescere de olere: crecer. Significa la
condición y el proceso de crecimiento. Implica un proceso de CRISIS vital (del griego krisis: acto o facultad
de distinguir, elegir, decidir y/o resolver) a partir del cual se logrará la identidad personal. De allí que se
afirme que la crisis evolutiva del proceso adolescente constituye una crisis de identidad.
Entendemos por IDENTIDAD la capacidad del individuo de reconocerse a sí mismo en el tiempo y en el
espacio, la conciencia de su "mismidad", que implica poseer una imagen corporal, la posibilidad de
recordarse en el pasado y proyectarse en el futuro, y el vínculo de integración social inicialmente con las
figuras parentales y posteriormente con otro es Grinberg quien introduce el concepto operativo de identidad. (15)
En la medida que el proceso psicológico de la adolescencia acompaña al biológico de la pubertad, como
parte de la identidad personal se irán consolidando la identidad sexual y la identidad de género, que no
siempre se corresponde con el sexo al que pertenece al individuo.
Dado que la tarea de esta etapa consiste en un proceso de individuación que parte de la situación de
dependencia del niño respecto a las figuras parentales para transitar hacia la autonomía del adultd, el
conflicto predominante en la adolescencia es el de dependencia/independencia, y la rebeldía constituye un
fenómeno imprescindible para separarse. "Sin rebeldía y sin protesta no hay adolescencia normal... el
adolescente siempre fue un contestatario, un buscador de nuevas éticas... esta es una etapa tan
consternada como creativa" dirá Osorio. (23) Y Francoise Dolto afirma: "Un individuo joven sale de la
adolescencia cuando la angustia de sus padres no le produce ningún efecto inhibidor". (8)
Inicio, proceso y final de la pubertad: entendida como proceso biológico, es posible aunar criterios respecto
a su delimitación cronológica, a tal punto que es posible establecer cuadros de crecimiento, medir, comparar y predecir (nos remitimos aquí a la exposición del Dr. Pais en este mismo Panel).
Inicio, proceso y terminación de la adolescencia: entendida como un complejo proceso de desarrollo
psicosocial vinculado al desarrollo biológico (no necesariamente sincrónicos), no es posible establecer criterios para una delimitación cronológica precisa.
Síntesis de las características psicológicas de la adolescencia
Transcribimos la síntesis de Osorio (23) ya que entendemos que es muy completa y concisa, planteando si así
correspondiera, alguna discrepancia:
"- Redefinición de la imagen corporal, relacionada a la pérdida del cuerpo infantil y la consiguiente
adquisición del cuerpo adulto.
-Culminación del proceso de separación/individuación y sustitución del vínculo de 4dependencia
simbiótica con los padres de la infancia por relaciones objetales de autonomía plena.
- Elaboración de los duelos referentes a la pérdida de la condición infantil.
- Establecimiento de una escala de valores o código de ética propio. -Búsqueda de pautas de
identificación en el grupo de pares.
- Establecimiento de un patrón de lucha/fuga en relación con la generación precedente.
.
-Aceptación tácita de los ritos de iniciación como condición de ingreso al status adulto". (Aquí
discrepamos con Osorio. Creemos como Francoise Dolto (8) que uno de los problemas de las generaciones
actuales de adolescentes radica en que no enfrentan pruebas colectivas de paso; que los “proyectos”
adolescentes quizás permitan prescindir de las mismas, pero que no las reemplazan. Osorio se refiere en
algunas oportunidades (23) a los exámenes vestibulares -exámenes de ingreso a las universidades- como uno
de los ritos de iniciación actuales. Esto es discutible. Por un lado, no "pasan" por ellos más que los
adolescentes de cierto sector socio..económico-cultural. Por otro, en todo caso marcarían un tránsito
dentro de la misma adolescencia, ya que implican sólo pasar de la enseñanza media a la universitaria, y no
ingresar al status adulto. De todas formas, la situación referida no se da en nuestro país).
"-Asunción de funciones o papeles auto-otorgados, o sea, de acuerdo a inclinaciones personales,
independientes de las expectativas familiares y eventuales, incluso de las imposiciones biológicas del género
al que pertenece el individuo (homosexuales)".
Algunas manifestaciones del proceso psicológico observables en la conducta habitual de los adolescentes
En "LA ADOLESCENCIA NORMAL" de Aberastury y Knobel (17), Mauricio Knobel titula el Cap. 2 "EL
SINDROME DE ADOLESCENCIA NORMAL". Establece: "Pienso que la estabilización de la personalidad no se
logra sin pasar por un cierto grado de conducta "patológica" que, según mi criterio, debemos considerar
inherente a la evolución normal de esta etapa de la vida". Posteriormente agrega: "Anna Freud dice que es
muy difícil señalar el límite entre lo normal y lo patológico en la adolescencia, y considera que, en realidad,
toda la conmoción de este período de la vida debe ser estimada como normal, señalando además que sería
anormal la presencia de un equilibrio estable durante el proceso adolescente". Osorio a su vez plantea (23):
"tratándose de adolescentes, el término síntoma no es necesariamente indicio de anormalidad psíquica y
-como lo sugiere su propia etimología- es lícito usarIo tan sólo en el sentido de «acontecimiento». Muchas
perturbaciones de los adolescentes son apenas reacciones adaptativas normales para las circunstancias y el
momento considerado de su evolución onto-genética”.
¿Normal anormalidad, conmoción, acontecimientos?
Más allá de cómo se les quiera denominar, existen ciertas manifestaciones del proceso psicológico por el que
atraviesa el adolescente que son observables en su conducta habitual, en términos relativamente generales.
Nos ceñiremos a la enumeración de Mauricio Knobel en la obra citada, proporcionando una síntesis de su
planteo en la mayor parte de los casos, o citándolo textualmente en ocasiones. En algunos momentos agregaremos aportes de otros autores:
1) Búsqueda de sí mismo y de la identidad: "El poder llegar a utilizar la genitalidad en la procreación es un
hecho biopsicodinámico que determina una modificación esencial en el proceso del logro de b identidad
adulta y que caracterizan la turbulencia e inestabilidad de la identidad adolescente".
[. . .] "En esta búsqueda de identidad, el adolescente recurre a las situaciones que se presentan como más
favorables en el momento. Una de ellas es la de la uniformidad, que brinda seguridad y estima personal.
Ocurre aquí el proceso de doble identificación masiva, en donde todos se identifican con cada uno, y que
explica, por lo menos en parte, el proceso grupal de que participa el adolescente".
[...] "En ocasiones, la única solución puede ser la de buscar lo que Erikson ha llamado también «una
identidad negativa», basada en identificaciones con figuras negativas pero reales. Es preferible ser alguien,
perverso, indeseable, a no ser nada. Esto constituye una de las bases de las pandillas de delincuentes, los
grupos de homosexuales, los adictos a las drogas, etc.".
Pueden presentarse también identidades transitorias, ocasionales o circunstanciales, adoptadas sucesiva o
simultáneamente por el adolescente, según las circunstancias. Son aspectos de la propia identidad
adolescente. Los cambios corporales, no sólo percibidos exteriormente, sino también como una sensación
general de tipo fisico, son perturbadores también.
2) La tendencia grupal: Se transfiere al grupo gran parte de la dependencia que antes se mantenía con la
familia, y el grupo aparece al mismo tiempo como continentador de las ansiedades de sus integrantes.
3) Necesidad de intelectualizar y fantasear: "Forma típica del pensamiento adolescente. Pueden ser
considerados mecanismos defensivos frente a la imposición de la realidad, de renunciar a los aspectos
infantiles, lo que obliga al adolescente a recurrir al pensamiento para compensar las pérdidas que ocurren
dentro de sí mismo y que no puede evitar. De allí también la necesidad de refugiarse en el mundo interior.
"Un autismo positivo” al decir de Aberastury, "que lleva a la preocupación por principios éticos, filosóficos,
sociales...".
Anna Freud (12) plantea que la intelectualización tendría por función ligar los fenómenos instintivos con
contenidos ideativos, para hacerlos accesibles a la conciencia y fáciles de controlar. Agrega como
mecanismo de defensa característico de la adolescencia el ascetismo. Plantea que los adolescentes parecen
temer más a la cantidad que a la calidad de sus pulsiones, y que por ello optan por establecer las
prohibiciones más estrictas, que pueden extenderse a necesidades físicas cotidianas, evitar contacto con
personas de su edad, música, bailes, indumentaria atractiva, etc. El ascetismo a veces puede cambiarse
súbitamente por una entrega a excesos pulsionales sin restricciones.
4) Las crisis religiosas: El adolescente puede presentarse como un ateo exacerbado, o como un místico
fervoroso, lo cual constituiría las posiciones extremas. También puede aparecer la preocupación metafísica.
5) Desubicación temporal: El adolescente conviene el tiempo en presente y activo, como una forma de
manejarlo. A veces las urgencias son enormes, y otras, las postergaciones son aparentemente irracionales.
Esto desconcierta al adulto. Knobel cita dos ejemplos respectivos de las situaciones extremas planteadas: el
de la muchacha que precisa URGENTE un vestido porque tiene una fiesta tres meses después, y el del
muchacho que descansa plácidamente, porque tiene un examen RECIEN al otro día.
6) Evoluci6n sexual desde el autoerotismo hasta la heterosexualidad:
Oscilación entre la actividad masturbatoria y los comienzos del ejercicio genital. Contacto genital de tipo
exploratorio. Búsqueda de pareja. Caricias cada vez más profundas e íntimas. Enamoramiento apasionado (si
es una figura idealizada, como un ídolo musical, en realidad tiene las características de un sustituto
parental al que el adolescente se vincula con fantasías edípicas). Una serie de actividades lúdicas llevan
también al aprendizaje del otro sexo, tales como los bailes, ciertos juegos, el toqueteo en el
amontonamiento de entrar o salir de la clase en el liceo, etc. La curiosidad sexual se evidencia también en
el interés por las revistas o los video pornográficos. El exhibicionismo y el voyeurismo se manifiestan en el
tipo de vestimenta, el arreglo o desarreglo del cabello, en el tipo de bailes, etc. "Es normal que aparezcan
períodos de predominio de aspectos femeninos en el varón y masculinos en la niña. Es necesario tener
siempre presente el concepto de bisexualidad, y aceptar que la posición heterosexual adulta exige un
proceso de fluctuación y aprendizaje en ambos roles".
La bisexualidad se exterioriza en la masturbación (donde un individuo actúa simultáneamente los dos
géneros), a veces también por prácticas homosexuales que si constituyen episodios aislados no implican
necesariamente homosexualidad. Francoise Dolto plantea (8): "Se dice que hay cada vez más homosexuales,
¡pero eso no es cierto! Se creen homosexuales y viven como tales después de haberse escaldado con un
primer amor. Es una conducta de búsqueda de lo fácil. Una liberación de compromiso. Se han quedado en
ese terreno puesto que nadie les alentó a correr de nuevo un riesgo valorizante. Han perdido su creatividad
después de malograr un primer amor, y nadie les dice: «No te desalientes después de esta experiencia. Te
prepara para otro encuentro más duradero con un ser que tendrá fe en ti». Entonces se vuelven hacia otro
semejante que les devuelve el espejo del narcisismo así como el sentimiento de su valor respecto de gentes
que desprecian al otro sexo".
7) Actitud social reivindicatoria: Ya hablamos de la rebeldía. Según Knobel "sería sin duda una grave
sobresimplificación del problema de la adolescencia, el atribuir todas las características del adolescente a
su cambio psicobiológico, como si en realidad todo esto no estuviera ocurriendo en un ámbito social". Acerca
de la relación entre los adolescentes y el mundo adulto, habremos de referimos al tratar los conflictos
generacionales.
8) Contradicciones sucesivas en todas las manifestaciones de la conducta: "La conducta del adolescente está
dominada por la acción, que constituye la forma de expresión más típica en estos momentos de la vida, en
que hasta el pensamiento necesita hacerse acción para ser controlado".
[...] "El adolescente no puede mantener una línea de conducta rígida, permanente y absoluta, aunque
muchas veces la intenta y la busca". Otro “indicio de normalidad, se observa en la labilidad de su organización defensiva".
9) Separaci6n progresiva de los padres: Constituye una de las tareas básicas, concomitante a la identidad
adolescente. Al reeditarse los elementos edípicos, ahora con posibilidades reales de consumar el incesto, el
adolescente debe desprenderse para salir a buscar su objeto amoroso fuera del ámbito familiar. Las
ansiedades del adolescente tienen su correlato en las ansiedades que despierta en los padres el acceso a la
genitalidad de los hijos. Muchas veces los padres niegan el crecimiento de sus hijos.
10) Constantes fluctuaciones del humor y del estado de ánimo: Estos se relacionan con un sentimiento
básico de ansiedad y depresión vinculado a los duelos. El repliegue autista se manifiesta como sentimiento
de soledad, frustración y desaliento, aburrimiento. Durante este repliegue, el adolescente se prepara para
la acción y elabora constantemente sus vivencias y fracasos. Cuando el adolescente sumergido en la desesperanza más profunda elabora y supera sus duelos, puede proyectarse en una elación a veces desmedida. Si
los intentos de elaboración fallan los cambios de humor pueden aparecer como microcrisis
maníacodepresivas.
Además de las manifestaciones planteadas por Knobel, queremos señalar otros aspectos vinculados con las
conductas de alimentación, el aseo, y la ocasional crueldad con los animales: durante la adolescencia no
sólo se reedita la conflictiva edípica, sino que además se da un resurgimiento de tendencias pregenitales,
fundamentalmente en la primera etapa. Según Anna Freud (12), aunque en este período las tendencias
genitales son predominantes, los intereses oral-anales retornan a la superficie y pueden manifestarse en la
aparición de impulsos agresivos, crueldad, aumento del hambre, voracidad, y en el hecho de que los hábitos
de limpieza cedan al placer de la suciedad y el desorden. Las formaciones reactivas desarrolladas antes de
la adolescencia (asco, pudor, vergüenza, compasión) también amenazan derrumbarse, por lo que además de
las tendencias exhibicionistas de las cuales ya se habló, pueden aparecer ocasionalmente la brutalidad y la
crueldad con animales. Anna Freud (13) plantea "que es poco realista por parte de los padres oponerse a la
liberación del vínculo existente con la familia o a la lucha contra los impulsos pregenitales del adolescente".
Normalidad y patología en la adolescencia
"Normal anormalidad", "conmoción" o "acontecimientos". Creemos necesario destacar que:
a) Las conceptualizaciones teóricas acerca de la adolescencia son "adultocéntricas".
b) El hecho de que se haga hincapié en que durante la adolescencia se logra la estructuración de la
identidad personal, no significa que el adolescente no tenga identidad. Posee una identidad adolescente,
caracterizada precisamente por las manifestaciones que se han analizado.
Hechas estas consideraciones acerca de la "normalidad", corresponde referirnos a la patología adolescente.
Knobel (17) expresa que "la mayor o menor anormalidad de este síndrome normal [...] se deberá en gran
parte a los procesos de identificación y de duelo que haya podido realizar el adolescente. En la medida que
haya elaborado los duelos, que son en última instancia los que llevan a la identificación, el adolescente verá
su mundo interno fortificado, y entonces, esta normal anormalidad será menos conflictiva y por lo tanto
menos perturbadora".
Osorio (23) se preguntará: "¿Cómo podemos discriminar en la práctica lo que es normal... de lo que es
patológico?" Plantea la utilización de un esquema referencial teórico "que considera el carácter psicopatológico de los síntomas en la adolescencia, en función de ciertos «módulos o variables», que son:
1) Intensidad
2) Duración
3) Significado regresivo
4) Polimorfismo sintomático".
Ilustra la aplicación del esquema con dos casos clínicos: a) el de un adolescente que ocasionalmente ha
fumado marihuana, conducta que apareció dos meses antes. No ha tenido contacto con traficantes, cumple
con las exigencias del liceo, tiene buen vínculo con la familia, tuvo una novia, y le gusta la música. En este
caso aparece un solo síntoma (uso de marihuana), relativamente reciente, de moderada intensidad y
frecuencia, cuyo significado regresivo es comparable a otros hábitos orales socialmente incorporados a la
sociedad adulta, como fumar cigarrillos de tabaco. Por lo tanto,. el síntoma no sería identificable en un
cuadro psicopatológico, y podría ser considerado (por lo menos en ese momento) como una manifestación de
la crisis adolescente.
b) el de un adolescente que fuma marihuana desde hace un año y medio. Comenzó a hacerlo solo en su
cuarto, cuando estaba angustiado o deprimido. Se abastece con un traficante. Antes fumaba sólo cuando
estaba muy "bajoneado", pero ahora lo hace regularmente. Abandonó el liceo y también el básquetbol, ya no
se reúne con la "barra". Ha usado ácido, justificando esto con que quiere "entrar en una buena". Ha probado
pastillas y también se ha inyectado. No se baña ni se alimenta con regularidad. Ha participado en dos robos
menores. En la casa es agresivo, llama la atención y si no lo logra golpea puertas y muebles, o dice
palabrotas. Actualmente no se relaciona con el sexo opuesto, y su actividad sexual se restringe a encuentros
ocasionales con prostitutas, con las que se limita a practicar felacio o coito anal, generalmente con características sádicas. En este caso se observan marcadas tendencias regresivas: aislamiento, abandono del
estudio y el deporte, desaseo personal, deterioro de la convivencia social y familiar; la intensidad del
síntoma se manifiesta mediante la gradación hacia drogas cada vez más fuertes; la persistencia en el tiempo
es significativa: más de un año; aparece un polimorfismo sintomático, ya que el síntoma principal (drogas)
se encuentra asociado con otros (hurto, conducta agresiva, perversiones sexuales). Estamos frente a un
cuadro definidamente patológico. Osorio lo denomina "síndrome delincuencial".
Entremedio de los dos casos extremos, se situaría una vastísima gama de posibilidades, que se aproximarían
más a uno o al otro. Osorio advierte que el esquema no debe ser tomado como un modelo simplista.
Al hacer referencia a la psicopatología adolescente, suele aparecer una marcada preocupación de padres y
educadores acerca de la homosexualidad, el consumo de drogas, la delincuencia y el suicidio.
Ya hicimos mención a la homosexualidad cuando planteamos el concepto de identidad y nos referimos a la
identidad sexual, y cuando vimos la evolución sexual desde el autoerotismo hasta la heterosexualidad. Habremos de considerar el uso de drogas, el suicidio y la delincuencia juvenil más adelante, ya que
entendemos que previamente es necesario seguir profundizando en otros conceptos.
¿Por qué adolescencia "Hoy" y no adolescencia ''Aqui y Ahora"?
No parece casual que este Panel esté denominado "Adolescencia HOY", que el libro de Osorio que hemos
citado se llame "Adolescente HOY", y que al elaborar un Proyecto de Investigación que estamos llevando
adelante en la Universidad de la República, lo hayamos designado "Los adolescentes Uruguayos - HOY"
(mucho antes de conocer el libro de Osorio).
En 1975, en un documento de circulación interna titulado "El Mundo en Devenir" (28), la UNESCO introduce
el concepto del mundo como un sistema interrelacionado en el que juega un papel trascendental la nueva
tecnología.
En un trabajo anterior, "Nuestros jóvenes y la revolución tecnológica" (26), hemos planteado que a nuestro
entender, los grandes cambios en los modos de producción y consumo connotan profundas formaciones a
nivel socio-cultural, con repercusiones en lo psicológico. Decíamos que priorizamos tres momentos
fundamentales en la Historia: la evolución del neolítico (caracterizada por el cultivo de la tierra y la cría del
rebaño); la revolución industrial (invención de la máquina de vapor y transformación de la industria textil y
la revolución tecnológica (robótica informática e ingeniería genética). Hacíamos hincapié en que pese a que
los países del tercer mundo no están en posesión de los adelantos tecnológicos, de todas formas se
encuentran inmersos en lo que denominamos revolución tecnológica (en tanto transformación de los modos
de producción y consumo), ya que el orden económico vinculado a la misma determina las relaciones de
poder vigentes, y cambios socioculturales que afectan radicalmente la forma de vida de las poblaciones en
general, y en particular de los jóvenes, constituyendo el desempleo juvenil en todo el mundo y la violencia
indiscriminada contra los mismos (razzias, p.ej.) también a nivel mundial, claros ejemplos de esta situación.
Enfatizábamos la importancia de los Medios Masivos de Difusión (MMD), principalmente la TV como aparato
hegemónico de transmisión de la ideología dominante, agente de transnacionalización de la cultura con el
consiguiente proceso de aculturación de cada región. Planteábamos su doble carácter de producto (la
satelización permite que un mismo mensaje llegue al mismo tiempo a todas partes del mundo) de la tecnología, y productor de condiciones necesarias para el sistema vigente, .contribuyendo a limitar la capacidad
creativa y de crítica, imprescindibles para acompañar el desarrollo tecnológico, pero que deben restringirse
a este plano (en este intento de limitar creatividad y criticidad, confluirían los MMD y la represión directa a
los jóvenes). Señalábamos que desde su nacimiento, los adolescentes de todo el mundo han estado
sometidos a los MMD, que imponen una determinada "realidad" (a veces más por lo que no muestran que por
lo que muestran) y modelos identificatorios universales (héroes deshumanizados, violentos, omnipotentes).
Considerábamos que a nuestro entender, estos factores inciden en el aparato psíquico en la formación del
yo y el super-yo.
Osorio (23) plantea para situar a la familia actual, un esquema referencial inspirado en ideas de Margaret
Mead. Según él, esta antropóloga "considera tres tipos de modelos culturales de acuerdo con los cuales el
primero corresponde a las denominadas culturas pós-figurativas que extraen su autoridad del pasado,
basándose en un consenso a-crítico y en una lealtad inequívoca de cada generación a la que le precedió. En
esas culturas los niños y los jóvenes aprenden fundamentalmente de los adultos, y el futuro es visualizado
como una prolongación del pasado, o sea que el pasado de los adultos es el futuro de cada generación. En
esas culturas hay una falta de «conciencia de cambio», y el mito prevalente es el del anciano como fuente
del saber y de los valores que serán preservados y trasmitidos a generaciones futuras. Este es el modelo cultural vigente hasta el advenimiento de la era contemporánea...".
"El segundo de esos modelos es llamado por Margaret Mead <<culturas co- figurativas>> ” ... “existe una
influencia recíproca entre jóvenes y adultos. Por el surgimiento de nuevos adelantos técnicos para los cuales
los más viejos carecen de información, las capas más jóvenes de la población pasan a detentar una
significativa parcela de influencia, proporcionada por el conocimiento. En estas culturas lo que cuenta es el
presente y el mito que prevalece es el del adulto productivo. Es el modelo predominante en el mundo
actual". Modelo que surge, por lo tanto a partir de la revolución industrial.
"Finalmente tenemos el modelo de las culturas pre-figurativas, en las que el futuro ya no es más una simple
prolongación del pasado, sino que tiene su propia (y desconocida) identidad, en donde prevalecen las
expectativas futuras sobre las realizaciones pasadas. En estas culturas hay una exacerbación de los
contenidos revolucionarios y de las tendencias iconoclastas, y podemos encontradas no sólo en naciones que
están sufriendo cambios radicales en su estructura socio-política, sino también en «bolsas» culturales de
países tanto de Occidente como de Oriente. En esas culturas el mito dominante es el del «poder joven»... El
modelo vivencial está suministrado por la generación futura".
Osorio cita también a Fusler, filósofo y teórico de la comunicación, y relaciona la propuesta de éste acerca
de cómo encarar el flujo del tiempo con los modelos culturales de Margaret Mead, que se corresponden históricamente con la vigencia de los cambios introducidos por las tres revoluciones en los modos de
producción y consumo, que nosotros señalamos previamente. Dice Osorio sintetizando la propuesta de
Fusler:
“La sociedad se organizaba inicialmente sobre un modelo «míticomágico», en el cual el tiempo es presente y
el mundo es vivenciado como un escenario dentro del cual el tiempo circula; hace unos 3.000 años fue
evolucionado hacia un modelo organizado a partir de la «conciencia histórica», en el cual hay un tiempo
lineal que corre del pasado hacia el futuro, pasando por un punto imaginario llamado presente. La
conciencia histórica nos remite al pasado en busca de los orígenes de nuestro comportamiento presente y en
él se asientan los fundamentos de la existencia social. Sería equivalente a lo que Margaret Mead llamaba
«sociedades pos-figurativas», en las que el modelo vivencial era suministrado por la generación anterior".
“Según Fusler, hace ISO años comenzó a emerger un nuevo modelo al que por falta de otra denominación
bautizó como «conciencia cibernética». El flujo del tiempo pasa a ser exactamente lo opuesto al tiempo
histórico, pues según esa nueva concepción, el tiempo no puede fluir desde el pasado hacia el futuro, ya
que es el mañana lo que se nos aproxima, y no el ayer. El pasado pasa entonces a ser una dimensión
incorporada al presente, una especie de memoria que sustenta al presente, pero ya no residen en ella las
pautas relacionales conductoras de la evolución social". "Se correspondería con las sociedades «prefigurativas» de Margaret Mead, en las que el modelo vivencial es suministrado por la generación futura". De
ahí la afumación de que "los adultos de hoy son como inmigrantes en el tiempo, así como sus antepasados lo
fueron en el espacio, o sea, estamos en un proceso de cambio hacia un «nuevo mundo» que no se localiza en
otra latitud y sí en nuestra concepción temporal (de ahora en más, las utopías serían por lo tanto,
ucronías...)".
Las vertiginosas transformaciones socio-culturales de nuestra época hacen que, de acuerdo con lo que
afirma Margaret Mead, "seamos hoy como inmigrantes en el extraño territorio que habitan nuestros hijos,
con usos, costumbres, lenguaje y valores tan diferentes de los nuestros, como fueron para los individuos de
décadas anteriores los de sus antípodas".
Creemos interesante destacar que desde hace un tiempo venimos planteando lo siguiente:
En el análisis de ciertas situaciones de inmigración y exilio, se pone de manifiesto el surgimiento de
importantes conflictos a nivel familiar. En general (y en forma muy sintética), los adultos enfrentan serios
problemas para integrarse a las nuevas culturas, entre otros motivos, porque les resulta muy difícil el
cambio de costumbres y la adquisición del idioma. Esto los lleva en muchos casos a aislarse dentro del
núcleo familiar, con sentimientos de desvalorización, depresión y angustia. Los niños en cambio, por su edad
y por concurrir a centros de enseñanza, aprenden fácilmente el idioma y se integran mejor al medio social.
De esta manera, pasan a ser quienes introducen a los adultos en la nueva cultura. Se invierte el patrón
tradicional de la educación: son los niños quienes enseñan a sus padres, y no a la inversa. Este es uno de los
factores que concurren a una pérdida de autoridad parental, constituyendo una de las bases de los
conflictos familiares a los que hacíamos referencia.
Analicemos ahora la relación entre niños, jóvenes y adultos en lo que respecta al avance tecnológico: los
niños hacen un uso de la tecnología que a los adultos les resulta sorprendente, ya que aprenden rápidamente su "lenguaje". Se convierten así en quienes introducen a sus padres en la nueva" cultura
tecnológica", muchas veces rechazada por éstos; rechazo vinculado a una desvalorización con la
consiguiente depresión y angustia, ya que les resulta muy difícil adaptarse a las nuevas exigencias que
impone la tecnología en el ámbito laboral, por ejemplo. Pensamos que éste, junto con otros, constituye uno
de los factores que determinan la actual crisis de autoridad parental. En esta situación también se invierte
el patrón tradicional de la educación: los menores son quienes enseñan a los mayores y no a la inversa,
como sucedía en las generaciones anteriores. Basta con recordar una propaganda televisiva de
computadoras, en la cual un niño muy serio y formal plantea que debe enseñarle el manejo del computador
a su hermana menor, y si le queda tiempo... "¡debería seguir con papá!", dicho esto en forma despectiva.
Este planteo acerca de la situación de "inmigración o exilio cultural" que implica la revolución tecnológica
para los adultos, coincidiría por lo tanto con los planteo s de Margaret Mead y de Fusler, de acuerdo con la
síntesis de Osorio. Más adelante nos ocuparemos del proceso de “aculturación tecnológica”. Para proseguir
con la temática adolescente, creemos pertinente ahondar en algunos aspectos generales de este “hoy”.
Del principio de autoridad al de eficiencia
Retomando el planteo anterior, nos centraremos en la sustitución del principio de autoridad (principio
ordenador tradicional de las relaciones sociales) por el principio de eficiencia (¿principio "desordenador" de
las relaciones sociales vigentes?)
Para el análisis de estos factores hemos tomado fundamentalmente los aportes de Gerard Mendel. (21) Este
autor también hace hincapié en la mundialización, señalando que' 'hoy el mundo es uno, sobre todo por la
extensión de los intercambios económicos a todo el planeta” planteando cómo esto incide tanto en los
países de centro como en los de periferia, por una agudización de la división internacional del trabajo:
-"En los países industriales avanzados, la competición más encarnizada y la búsqueda de una rentabilidad
máxima, única que hará posible la continuación de las inversiones a fin de luchar contra la competencia,
provocan unos avances tecnológicos cada vez más rápidos" (escalada tecnológica)
"En los países sub-desarrollados, a fin de intensificar las exportaciones [...] se da una explotación sin tregua
de las materias primas o el monocultivo en grandes extensiones".
En un trabajo anterior ya citado (26) planteábamos además de estos, otros cambios introducidos en los
países del tercer mundo por la división internacional del trabajo: traslado de diversas fases del proceso
productivo de los países de centro a los de periferia en busca de ventajas económicas como mano de obra
barata, beneficios fiscales y arancelarios, mayor facilidad para la represión policial, o leyes de protección
ambiental menos severas (el tema de la polución y la protección del medio ambiente cobra cada vez más
importancia en los países de centro). Todo esto contribuye a la des población del campo y a la
concentración urbana, con el fortalecimiento de los respectivos cinturones de miseria.
A punto de partida de que la revolución tecnológica no hace más que llevar a sus últimas consecuencias la
revolución industrial que le precedió, Mendel resume la situación diciendo que "en todo o casi todo el
planeta, los intercambios económicos han impuesto las reglas básicas de la era industrial: búsqueda del
rendimiento máximo; eficacia técnica; concentración de la mano de obra; mezcla y movilidad de la
población; trastorno del medio ambiente y de las costumbres de vida; debilitamiento de la autoridad
tradicional, debido a que la primacía ya no se otorga a la experiencia de vida o a la edad, sino a la
competencia técnica que no tiene nada que ver con los modelos tradicionales". [...] "El orden del fenómeno
del desarrollo tecnológico, no puede compararse más que con el orden biológico, jugando el elemento
competitivo el papel de la selección natural en biología".
[...] "Mientras que el principio de autoridad respeta un cierto orden específico humano en la medida que
representa la extensión generalizada de la relación de dependencia casi biológica y después psicoafectiva
del niño con su familia, el principio de eficiencia, rige las relaciones funcionales y competitivas al interior
de la esfera de la producción a la que deben adaptarse el hombre y la sociedad". "El principio de eficiencia
no supone una manipulación de la esfera psicoafectiva, de la culpabilidad, sino la imposición de nuevos
valores".
El ideal humano pasa a ser "el Robot o, a un nivel intelectual más diferenciado, el tecnócrata". En relación a
esto, nos parece interesante reflexionar acerca de cómo también los intelectuales y científicos, cada vez
más -incluso dentro de las Universidades-, ven condicionada su subsistencia a la elaboración de "Proyectos"
que serán financiados de acuerdo con su nivel de "excelencia” y ellos mismos, a su vez, serán evaluados por
la eficiencia en la gestión: manejo del financiamiento, cumplimiento de cronogramas, "excelencia" de los
"productos".
El ideal tecnológico, el principio de eficiencia, tienden a imponerse al hombre, produciendo lo que Mendel
llama verdadera "aculturación tecnológica" .
Aculturación tecnológica
Mendel plantea que "esta disgregación cultural afecta tanto a la herencia sociocultural, como a aquel de
quien se hereda (el adulto), al modo de trasmisión de la herencia (ritos de iniciación o de entrada) y al heredero (el niño y el adolescente).
a) La herencia
"Las tradiciones, la herencia sociocultural, han perdido su carácter «sagrado» [...] y su valor se decide en
función de su utilidad inmediata [. . .]. La mayor parte de los principios heredados del pasado se encuentran
hoy en día caducos debido a su “ineficacia””. P.ej.: a causa de la inflación (pérdida muy regular del valor
adquisitivo). hoy resulta más racional endeudarse que ahorrar; el principio de la sabiduría financiera de las
generaciones anteriores era "el ahorro es la base de la fortuna". Otro ejemplo, especialmente vinculado a la
temática adolescente, lo constituye el hecho de que ya no resulta posible formarse de por vida en una
profesión u oficio; parece más razonable diversificar la formación, dada la movilidad del empleo (y en
nuestro país la necesidad del multiempleo).
b) El adulto
Los adultos han sufrido una importante' 'movida de piso":
-Han cambiado las condiciones de vida y trabajo, y el medio ambiente natural y urbano. Las ciudades, o
bien crecen vertiginosamente, o bien sufren un proceso de deterioro (aunque en muchos casos aparentemente no se da un cambio edilicio) que modifica sus características urbanas.
-Ha cambiado el marco cultural. En nuestro país, por ejemplo, podríamos señalar la escasa difusión de
autores nacionales, y la generalización de la TV y el video con un doble efecto: por un lado, la reducción de
la actividad cultural interna (cierre de cines, menor concurrencia a teatros y otros espectáculos nacionales)
y por otro. la ampliación del horizonte cultural más allá de nuestras fronteras (invasión cultural proveniente
no sólo de países de centro, sino también de otras naciones latinoamericanas). Mattelart, refiriéndose a las
transformaciones culturales vertiginosas que han sufrido algunas regiones del tercer mundo, con una rica
tradición propia, hablará de "etnocidio", denominando así lo que describe como' 'verdaderos Hiroshimas
culturales" (Rambo, Tortugas Ninja, etc, mediante). (*)
-Los adultos deben, además, enfrentar la caída de los mitos, de las ideologías, la crisis de los valores.
Para muchos adultos el mundo se hace añicos. Su pasividad, su sentimiento de impotencia, su mentalidad de
espectadores y consumidores, da cuenta de un profundo desasosiego. Según Mendel "esta aculturación de los
adultos explica la multiplicidad de enfermedades psicosomáticas, de depresiones, de neurosis y de psicosis"
actuales.
Nos parece necesario agregar que esto último se da en relación dinámica con una oferta permanente de
psicofármacos, bebidas alcohólicas y cigarrillos. Se hace hincapié en el problema de drogadicción de los
jóvenes; ¿qué sucede con las conductas adictivas de los adultos?
(*) Mattelart (18) citado por Enrique Guinsberg en "Control de los Medios, control del Hombre'.. (14)
c) Trasmisión de la herencia
Según Francoise Dolto, (8) los adolescentes de hoy carecen de ritos de paso donde los adultos decreten: "A
partir de ahora cuentas; eres una persona de valor". Mendel (21) coincide también en este planteo,
aportando un elemento a destacar: "antes de la última guerra (2a. guerra mundial), las pruebas finales de
estudios (agregaríamos para sectores socioeconómico medio y alto) podrían ser comparadas con los ritos de
iniciación [...]. Durante estos últimos años, para la multitud informe, anónima y solitaria de los estudiantes
perdidos en la masa de sus condiscípulos" el examen final ya no tiene la misma significación. Hoy, el obtener
un título implica solamente "que se está apto para el trabajo", pero no significa el término de una
formación. Agregaríamos que la obtención del título ni siquiera implica necesariamente la posibilidad de acceder a la práctica profesional, ya que su ejercicio está condicionado a las posibilidades reales que presenta
el mercado de trabajo, al cual podrán acceder sólo los más competitivos y los que tengan mejores vinculaciones (padres o familiares con clínicas, consultorios, estudios, etc.).
d) Las jóvenes generaciones
Según Mendel, para la nueva generación las consecuencias de la destrucción de las instituciones socioculturales tradicionales por el principio de eficiencia son dobles, y esta acción por primera vez en la Historia
es directa y no mediatizada (es decir, trasmitida por los adultos).
La primer consecuencia sería de tipo psicológico: "la nueva generación ya no ve a la sociedad de los adultos
como algo que la protege y le da seguridad, sino como algo peligroso". En el momento de la edición de su
libro, la amenaza omnipresente era la de la bomba atómica. Hoy la humanidad ha enfrentado una Tercera
Guerra Mundial (la del Golfo Pérsico), primera guerra eminentemente tecnológica, en la que la satelización
de la información jugó un papel fundamental. Recordemos quiénes fueron enviados a matar-morir (jóvenes e
integrantes de minorías étnicas y raciales).
La segunda consecuencia es de orden sociológico: la prolongada escolarización, y la agrupación masiva de
jóvenes en el sistema educativo (en todo el mundo se eleva la edad para la enseñanza media obligatoria, y
se produce la masificación estudiantil en las universidades).
El conflicto generacional
Según Osorio (23) "el conflicto generacional proviene de un «defasaje» en el sistema de valores de dos
generaciones sucesivas. Será proporcional a la intensidad de los cambios socio-culturales que se están
procesando en una determinada época, razón por la cual en las últimas décadas ha asumido proporciones
nunca antes verificadas en la historia de la civilización occidental".
[...] "En el fondo del abismo que se fue cavando entre los jóvenes y sus padres está la lucha por el poder
que caracteriza a la sociedad competitiva de nuestros días. Los adultos temen la amenaza representada por
el creciente «poder joven» cada vez mas reivindicativo y dispuesto a anticipar la hora de sustituir a los más
viejos en el comando de los destinos de la humanidad. La sociedad regida por los adultos se empeña, entonces, en prolongar lo más posible su inevitable sustitución, prolongando la moratoria adolescente con la
exigencia de largos períodos de estudios académicos, servicio militar, exigencias cada vez mayores de
capacitación técnica para el ejercicio profesional, baja remuneración a quienes no poseen un nivel superior
de instrucción", todo lo cual produce un retardo en la adquisición de autonomía financiera de los
adolescentes. Al no contar ya con la autoridad moral, los padres recurren al manejo económico para limitar
la libertad de los adolescentes.
Podríamos complementar lo anterior citando a Knobel (17): "La saciedad, aún manejada de diferente
manera y con diferentes criterios sociales, impone restricciones a la vida del adolescente. Este, con su
pujanza, con su actividad, con la fuerza reestructuradora de su personalidad, trata de modificar la
sociedad, que por otra parte, está viviendo constantemente modificaciones intensas. Teniendo conciencia
de la traspolación que significa 10 que afirmo, es posible decir que se crea un malestar de tipo paranoide en
el mundo adulto que se siente amenazado por los jóvenes que van a ocupar su lugar y que, por lo tanto, son
reactivamente desplazados. El adulto proyecta en el joven su propia incapacidad para controlar 10 que está
ocurriendo socio-políticamente a su alrededor y trata entonces de desubicar al adolescente".
¿Por qué los jóvenes se rebelan frente al mundo de los adultos? ¿Por qué los adultos tienden a negar
su lugar a los adolescentes?
. Podríamos decir a grandes rasgos, que en el conflicto generacional se interactúan dos envidias:
- La envidia que los adolescentes sienten por el poder que detentan los adultos (hoy por hoy, pese a todos
los cambios que señalamos, la sociedad sigue siendo una sociedad gerontocrática).
- La envidia que sienten los adultos por ese "poder joven" que se está gestando vinculado a la era
tecnológica, y relacionado con un fenómeno cuantitativo (aumento de la población juvenil en el mundo) y
otro cualitativo (facilidad de los jóvenes para adquirir el "lenguaje tecnológico"; agrupamiento de los
adolescentes porque la sociedad debe prolongar la escolaridad obligatoria).
Del punto de vista intrapsíquico, nos parece necesario recordar antes que nada, lo que plantean
reiteradamente Aberastury y Knobel (1 y 17), distintos trabajos del libro de Mercedes Freire e Irene Maggi
(11), y Osorio (23) entre otros. Los duelos de los adolescentes tienen su correlato en los duelos que deben
enfrentar sus padres: duelo por la pérdida de sus hijos niños, por la pérdida de su rol de padres de niños, y
por la pérdida de su condición de adultos jóvenes. De la elaboración de estos duelos por parte de los
adultos, también dependerá en buena medida la convivencia de las generaciones. La aceptación de la
condición de adolescentes y jóvenes de sus hijos implica para los padres, la aceptación de su propia finitud,
con la paulatina pérdida concomitante de su potencial sexual y de su cuerpo de adultos jóvenes.
Además, podríamos decir que no sólo en los adolescentes se da una reedición de la conflictiva edípica;
también se da en sus padres, estando el comportamiento de éstos determinado básicamente por el grado de
resolución de sus propios conflictos edípicos. Es decir, el comportamiento de los padres está condicionado, a
su vez, por la relación que tuvieron con sus propios progenitores. Según Osorio (23), "tanto el rechazo sistemático como la identificación patológica de algunos padres con sus hijos adolescentes (de quienes copian
hábitos o pautas de conducta) tienen su origen en una situación edípica mal resuelta y posteriormente
reeditada". .
Osorio señala también que: "mientras que los hijos se proyectan en dirección al futuro donde habitan sus
expectativas existenciales, los padres se agarran al pasado, en la vana tentativa de eternizar una juventud
evanescente".
Creemos necesario plantear por último (aunque existiría un sinnúmero de otros factores a tener en cuenta
en relación a este tema), que en el conflicto generacional se ponen en juego tendencias filicidas y
parricidas. La Historia (relato adultocéntrico) ha destacado siempre estas últimas negando las primeras son
los jóvenes los enviados a morir en la guerra, la mayoría de los torturados en las cárceles políticas, la
mayoría de los desaparecIdos).
Según Osorio (23). "entre las manifestaciones filicidas que atraviesan los tiempos, además del estatuto
marcial que ordena que las naciones sacrifiquen a sus jóvenes en los campos de batalla, encontramos la
practica de la circuncisión, los castigos corporales a los que se somete a los hijos, los sufrimientos físicos y
psíquicos que señalan los ritos de iniciación en las civilizaciones primitivas, y las torturas a las que las gerontocracias totalitarias someten a sus prisioneros políticos, generalmente
jóvenes" .
Podríamos decir que las tendencias filicidas preceden, incluso, a las parricidas.
Dado que como ya se señaló, en la adolescencia se da una reedición de la conflictiva edípica, estructurante
de la personalidad, tomemos como punto de partida el propio mito de Edipo para analizar el planteo que
acabamos de realizar.
Victoria Paliant (24) nos recuerda que "antes de matar a Layo, mucho antes, Edipo ha sido condenado a
muerte por él. Layo ordena deliberadamente la muerte de Edipo. Este en cambio, no sabe que el hombre a
quien ha matado es su padre. [...] La negación de las tendencias filicidas, la visión parcial y la acentuación
del parricidio, se convierten a su vez en otra actuación filicida. ¿Por qué? Porque cuando se habla de pulsión
parricida, cuando se acepta el complejo de Edipo como inherente a la estructura de la personalidad del ser
humano, aparece un culpable: el hijo, que asume el papel, transformando en autoacusaciones todos los
actos terribles que cometen los padres. Por eso se hace necesario equilibrar la balanza: Layo ordena matar a
Edipo. La pulsión filicida TAMBIEN existe y forma parte de la estructura de la personalidad del ser humano.
Lo grave es que es negada deliberadamente, y en esa negación reside su fuerza, su posibilidad de seguir
siendo. De seguir condicionando una estructura social, una forma de poder".
Volveremos al tema del conflicto generacional, cuando tratemos la delincuencia y la drogadicción.
La moda, el "look", la cultura juvenil
Hoy se invierte otro patrón tradicional aparte de los ya señalados: en las últimas décadas se invierte el
proceso de identificación. Francoise Dolto (8) afirma: "lo que más hace sufrir a los adolescentes es ver que
los padres tratan de vivir a imagen de sus hijos, y quieren hacerles la competencia. Es el mundo al revés.
Los padres tienen ahora amiguitas de la edad de sus hijas, y a las mujeres les gusta' hoy agradar a los compañeros de sus hijos, porque precisamente ellas no vivieron su adolescencia. Están presas en la
identificación con sus hijas".
Hoy los adolescentes no quieren parecerse a sus padres, no se identifican con ellos como sucedía
tradicionalmente. Heredan de los adultos un mundo peligroso que amenaza autodestruirse, destruyéndolos.
Los adultos, en cambio, se identifican con los jóvenes, buscando prolongar su propia juventud. Los
muchachos y las chicas no aspiran ya a copiar la moda de sus padres, sino por el contrario, estos serán los
que adopten los jeans, las calcas, las camperas, el peinado, el calzado de los jóvenes, y con ellos sus
costumbres y su lenguaje. El fenómeno del "look" es un fenómeno contemporáneo. Podríamos caracterizarlo
como una "gestalt joven". A su servicio se pone la tecnología. Nunca antes estuvo tan vigente el mito
fáustico. Los medios masivos de difusión se hacen cargo de la oferta de elixires, O pactos diabólicos:
cosméticos, gimnasios que garantizan cuerpos perfectos, cirugía plástica, dietas milagrosas. Se suman a
estos los ejercicios más o menos violentos al aire libre. Muchos hombres y mujeres maduros sucumben a los
mismos, ya que no contemplan sus capacidades orgánicas reales. Lo que es peor aún, este mito (y rito)
contemporáneo del "look" empuja a muchos adolescentes "imperfectos" a serias perturbaciones fisicas y
psíquicas: trastornos orgánicos severos, anorexia, bulimia, que conducen muchas veces a la muerte. Lo que
resulta patético en los adultos maduros, se vuelve trágico en los adolescentes.
Cabría preguntarse, de todos modos, hasta qué punto la moda y la cultura juveniles, son realmente de los
jóvenes.
Nos referimos a la "cultura juvenil de masas" en un sentido amplio. ¿Quiénes la producen (vestimenta,
discos, cassettes, accesorios, etc.) y la impulsan a través de la publicidad? ¿Quienes obtienen ganancias de
ella?
Por un lado, esta "cultura" y esta "moda" son adoptadas por los jóvenes de todo el mundo, como búsqueda de
una "uniformidad" que pueda brindar seguridad y autoestima. Por otro, los adultos también la adoptan,
identificándose con ellos en un intento de vivir una "eterna juventud" (¿expresión de su envidia por quienes
detentan una juventud real, por el poder potencial de sus hijos?). Son también quienes la industrializan. La
juventud “vende”. Paradoja posmoderna: la cultura juvenil en un sentido amplio, es cosa de adultos.
¿Cómo y por qué, expresiones juveniles "contraculturales" se convierten en productos de consumo?
Si bien existe un sinnúmero de hipótesis posibles, habría dos que se situarían en los extremos:
a) Porque estas expresiones, en definitiva, no cuestionan realmente al sistema, no constituyen verdaderas
oposiciones al mismo.
b) Porque constituyen una oposición real o potencialmente peligrosa, por lo cual el sistema debe conferirles
status para neutralizarlas. Victoria PailIant (24) plantea: "Así la pregunta era: ¿Cuál es el proceso que lleva a
los «malditos» a convertirse en pósters? Pues bien, la respuesta es que la gerontocracia los deglute, los
asimila, transforma el gesto heroico en una mueca, se da el lujo de permitirles crecer para incorporarlos y
luego [...] neutralizarlos", (¿Saturno devorándose a sus hijos?).
Para Basilio Muñoz (2), "la cultura subterránea está destinada o bien a agotarse en sí misma, o bien a
organizarse en estructuras «visibles», ésto es, a transformarse en overground". ¿Qué sucede entonces? Tomemos algunos ejemplos citados en el artículo de Muñoz en JOVENES:
"...el público bailaba entre las filas de butacas, rompía los asientos, se pegaba y destrozaba cuanto caía en
sus manos. En un instante, cristalizó toda la rebelión rock... Por vez primera el concepto de teen-ager (los
diez y pico) fue utilizado como noticia, como excelente argumento para vender y, de pronto, todos se
subieron al carro para aprovecharse de él".
[...] "En el 56 la cosa explota con Elvis Presley. Elvis fue el primer ídolo del rock, primero jugando con la
provocación y el erotismo y luego cada vez más inocuo y almibarado. Se termina confirmando el peso económico de los adolescentes y Presley termina siendo aceptado por los padres. La censura de la TV a sus
movimientos de cadera no duró mucho".
[...] "Salgan y saquen sus propios fanzines o lleven sus críticas a la prensa del sistema; vamos a ponerles los
pelos de punta y a inundar el mercado con la escritura punk! Los fanzines serán entonces la expresión
discursiva de lo no dicho hasta entonces. La explosión definitiva es la presentación en TV de los Sex Pistols,
Siouxie y algunos punks, a las 5 de la tarde. Por primera vez en Inglaterra, Rotten dice "fuck" en cámaras.
Escándalo y propaganda. Anarquía en el Reino Unido (disco de los Pistols) vende 10.000 copias por día".
De todas formas, permanentemente en todo el mundo, aparecen expresiones contraculturales de los
jóvenes: en videos, en música, en revistas, en graffitis... En todo el mundo también, se reprime a los
jóvenes contestatarios... (¿Impulsos filicidas versus impulsos parricidas?).
Adolescencia, familia y sociedad
En relación a este tema, dada la amplitud del mismo, haremos una breve referencia a algunos aspectos
puntuales:
a) Por múltiples razones, expuestas en los apartados anteriores, en nuestra época la familia ha modificado
su papel de intermediación entre el adolescente y la sociedad. También aquí se ha revertido el patrón tradicional; son los jóvenes quienes aparecen como intermediarios entre su familia y la nueva sociedad.
b) En la pérdida de autoridad parental, y en las dificultades para un diálogo generacional, concluyen además
de otros factores, entre los que figuran algunos ya señalados, los siguientes:
-Los adultos han sido condicionados durante su infancia, en un universo relacional diferente al de los
actuales adolescentes (sometidos desde su nacimiento a la TV, y en contacto permanente con la
computadora y los juegos electrónicos).
-La mujer se integra al mercado laboral, no por una necesidad de realización personal, sino porque debe
aportar junto con su marido para el mantenimiento del núcleo familiar (cuando no debe hacer frente sola a
la crianza de sus hijos). Esto determina que los niños sean depositados en guarderías y escolarizados desde
edades muy .tempranas, con las consiguientes vivencias de abandono por parte de estos, y de culpa por
parte de sus padres (fundamentalmente de la madre). Los padres permanecen poco tiempo en su hogar, y
cuando se encuentran en él, están tan cansados que no tienen deseos de jugar o hablar con sus hijos.
-Los padres proyectan en sus hijos frustraciones múltiples. El no haber podido llegar a una realización
individual, lleva a que vean a sus hijos como una prolongación de sí mismos, pretendiendo realizarse a
través de ellos, con todo lo que esto significa para los jóvenes, en cuanto a poder separarse y discriminarse,
como factor imprescindible de su crecimiento Y desarrollo. A esto se suma, en la mayor parte de los casos,
la frustración concreta de no poder acceder a la demanda de los hijos en cuanto al consumismo (de juguetes
industriales en la infancia, de prendas de vestir con grifas promocionadas en la adolescencia).
-Ante la natural rebeldía del adolescente, los adultos de hoy suelen reaccionar con autoritarismo (represión
desmedida, abuso de poder que puede incluir castigos corporales" prohibiciones excesivas), o con una
incapacidad absoluta para poner límites. Dado que el conflicto predominante durante la adolescencia es el
de dependencia-independencia, cualquiera de estas dos alternativas resulta perjudicial. El autoritarismo
mutila. La falta de límites es vivida como abandono, ya que los límites resultan imprescindibles para crecer.
La autoridad bien entendida, en cambio, implica al mismo tiempo respeto y colocación de límites.
Recordemos el principio básico que debiera regir la convivencia social: la libertad de cada uno termina
donde comienzan los derechos de los demás.
-Un capítulo aparte debería abrirse para la temática de adolescencia, familia y sociedad en América Latina,
dadas las vicisitudes sufridas por nuestros países en relación a las dictaduras militares (represión, cárcel-liberación, exilio-desexilio). Las Ciencias Sociales, incluyendo la Psicología, se encuentran investigando este
fenómeno, al cual dedicaremos especial importancia en un próximo trabajo. Algunos puntos que consideramos que deben ser tomados en cuenta para esto, son los siguientes:
-la incidencia de las dictaduras sobre las instituciones en general, y en particular sobre la familia y la
enseñanza.
-la incidencia de las dictaduras sobre los modelos identificatorios que ofrecen hoy nuestras sociedades
(docentes, líderes políticos, gobernantes, artistas, etc.).
-las vicisitudes sufridas por los padres de los actuales adolescentes y por otras figuras de identificación
vinculadas directamente con ellos.
-la superposición de los duelos propios de la adolescencia con los duelos aún no elaborados por nuestras
sociedades, en relación a las dictaduras.
Educaci6n, elección vocacional, trabajo
Algunos factores a tener en cuenta:
- La necesidad del sistema de fomentar el espíritu crítico y la creatividad en la educación, ya que estos
resultan imprescindibles para lograr la eficiencia, y paralelamente, la necesidad de limitar esa criticidad y
esa creatividad a lo técnico, sustituyendo la autoridad tradicional (ya caduca) por una neomaquinaria
policíaca, e ideologizando (¿idiotizando?) desde los medios masivos de difusión (otra forma de educación).
- La prolongación del período obligatorio en que los adolescentes deberían permanecer en el sistema
educativo (en nuestro país, hasta finalizar el 1er. ciclo de enseñanza media, tercer año de liceo, edad aproximada: 15 años).
-Aunque la enseñanza media es hoy obligatoria en casi todo el mundo hasta los 15-16 años, no todos los
jóvenes la culminarán. Y no sólo en el Tercer Mundo. Según Francoise Dolto (8). "en los países industrializados, cerca del 10% de los jóvenes fracasan o se encuentran marginados antes de haber terminado su
escolaridad obligatoria. Los más afectados son los de las clases más desfavorecidas, o los pertenecientes a
minorías étcnicas". [oo.] "En la mayor parte de 10$ países industrializados, más de los 2/3 de los
adolescentes de 17 años están en el sistema educativo. A los 19 años, sólo hay entre 30 y 50%".
- La exigencia actual en todo el mundo de que se generen cambios profundos en la enseñanza. que
acompañen a los cambios en los modos de producción.
- La necesidad de flexibilizar el curriculum, y de educación continua.
- La inadecuación de nuestro sistema educativo a los cambios en los modos de producción y consumo y en
los servicios.
-La masificación estudiantil en las Universidades.
-El elevado porcentaje de deserción en las Universidades.
-Frecuentes cambios de carrera universitaria, verdaderos periplos por las Universidades o las Facultades.
-En caso de obtener un título universitario, escasas posibilidades de ejercer la profesión.
-En la década de los '60, en nuestro país se produce una "fuga de cerebros"; hoy, la formación recibida en el
país no habilita para competir en el mercado profesional fuera de fronteras.
-Movilidad en el empleo y multiempleo (cuando se consigue trabajo).
- Los jóvenes uruguayos emigran.
-Desocupación juvenil masiva en todo el mundo.
Otros factores a tener en cuenta:
-A comienzos de 1987, la UNESCO (datos suministrados al inicio del Seminario' "'Educación para los Medios" Universidad de la República, marzo de 1987) consideraba que hasta dos años antes (1985), el TOTAL de los
conocimientos producidos por la humanidad (desde sus inicios) se duplicaba cada 12 años; en ese momento,
ya. el TOTAL de los conocimientos se duplicaba cada 10 años (¿cada cuánto se duplican hoy?). En ciertas
áreas específicas, tales como la biogenética, ese organismo consideraba que el TOTAL de los conocimientos
producidos por la humanidad se duplicaba ¡cada 9 meses!
-En 1989, la UNESCO (datos proporcionados por la prensa oral y escrita durante ese año) consideraba que
aún se desconocían 200 profesiones que existirán en el año 2000.
-Los Objetivos del aprendizaje (no siempre manifiestos) que define la UNESCO (3): aprender-a-hacer;
aprender-a-aprender, y aprender-a-ser, pasibles de ser interpretados de diferentes maneras, desde el
sistema se leen:
aprender-a-hacer: aprender las destrezas y habilidades necesarias para llevar a cabo en forma efectiva el
trabajo (sea cual fuere).
aprender-a-aprender: Mantener una capacidad de re-formarse y reprogramarse permanentemente, ya que
sin este requisito no es posible acompañar el proceso productivo, condición indispensable para la
supervivencia del sistema,
aprender-a-ser: aprender a integrarse al aparato productivo en forma eficiente; aprender a ser un engranaje
más dentro de una sociedad funcional, una gran maquinaria.
Y aún más:
-Muchos, muchísimos niños y adolescentes en el Tercer Mundo, nunca tendrán acceso a la educación, o no
podrán completar una formación mínima que los habilite a acceder a un empleo digno.
-Muchos, muchísimos adolescentes en el Tercer Mundo, nunca accederán a un empleo.
-Muchos, muchísimos adolescentes en el Tercer Mundo, "apenas" sobrevivirán.
“¿Qué decir de ese inmenso contingente de jóvenes del Tercer Mundo, para los cuales «el día siguiente» (*)
se anticipó en un «hoy» donde el fantasma de las consecuencias de una hecatombe nuclear se materializa en
la realidad brutal del hambre que corroe las entrañas, en la postración física que abate el ánimo, y en la
desesperanza de no tener asegurada la existencia?", se pregunta
(*) Referencia al filme "El Día siguiente": día siguiente a una hecatombe nuclear.
Osorio(23), y agrega: "Tenemos hoy (1989) en el Brasil, aproximadamente 30 millones de adolescentes, de
los cuales los 2/3, o sea, 20 millones, viven en condiciones infrahumanas en las zonas rurales o en la
periferia de las grandes ciudades. Su dilema existencial se resume en sobrevivir. Sobrevivir [...] al día de
hoy, en que la miseria no es una suposición sino una certeza, y donde la violencia y el crimen aparecen
como únicas alternativas para nivelar privilegios". Para estos jóvenes, la delincuencia será su trabajo. Para
otros el trabajo al que podrán acceder consistirá en situaciones de subempleo infrahumano, que "apenas" les
permitirán subsistir.
Desconocemos las cifras de jóvenes ubicados en niveles críticos de pobreza en nuestro país, pero el proceso
de pauperización de la población se agudiza rápidamente. Respecto a las características de ocupación y la
distribución urbana de la población juvenil de Montevideo en niveles críticos de pobreza, nos remitimos a los
datos aportados por el Sociólogo Alvaro Portillo en este Panel, provenientes de una investigación que se
lleva a cabo en la Facultad de Arquitectura.
Pero en el dilema laboral de los jóvenes no sólo están de por medio factores socio-económicos, como hemos
visto. Aún aquel adolescente que pueda completar la formación básica obligatoria, hoy, con 15 años de
edad, debe optar por un bachillerato diversificado, sin saber cuáles serán las opciones laborales en el mundo
cuando tenga 25 años. Deberá estar dispuesto a re-programarse y reformarse de por vida, deberá competir
duramente para insertarse en el medio profesional si culmina estudios superiores, y si no lo hace, tendrá
menos posibilidades de insertarse en el mercado laboral. Deberá transformarse en un ser eficiente, porque
si no lo hace correrá el riesgo de perder su trabajo, y si tiene trabajo, tendrá que pensar que deberá
cambiar de empleo más de una vez a lo largo de su vida, o lo que es peor, quizás deba tener varios empleos
simultáneos.
Elección vocacional: ¿Asistimos a la caída de otro mito?
Los jóvenes de hoy, además, se enfrentan a que determinadas profesiones ofrecen aparentes posibilidades
de ascenso social o seguridad económica. Esto les generará expectativas, o generará expectativas en sus
padres, que ejercerán una presión velada o abierta sobre ellos, forzándolos a realizar los estudios aunque no
tengan especiales aptitudes o inquietudes para ello. Pero esas posibilidades son sólo aparentes, ya que para
ejercer esas profesiones en forma redituable deberán tener vinculaciones sociales previas, o deberán estar
verdaderamente capacitados para competir, lo cual implica que posean las aptitudes e inclinaciones de las
cuales carecían. Muchos jóvenes se guiarán por estas “quimeras del oro”, o serán incapaces de rebelarse
contra las presiones de sus padres; obtendrán un título y no ejercerán nunca la profesión, o lo harán en
forma marginal. Otros percibirán la situación durante la formación, o fracasarán en los estudios.
Abandonarán la Universidad, o realizarán uno o varios cambios de carrera.
En otros casos, concurrirán a la Universidad porque no pueden acceder al trabajo o a otras instancias válidas
de socialización. Muy probablemente, también fracasen.
.
En la insatisfacción vocacional de los jóvenes, confluyen factores intrapsíquicos (tales como la resolución
insatisfactoria de conflictos con las figuras parentales que dificultan la adquisición de la identidad y por
consiguiente afectan la elección) y fuertes presiones sociales.
Hoy, para los jóvenes el futuro ya no es previsible (ni siquiera en lo que respecta a las opciones laborales) y
quizás tampoco sea posible (por la amenaza permanente de una guerra tecnológica, o por la situación de
pobreza extrema). En un mundo violento, muchos jóvenes aprenderán que la violencia es la única forma de
nivelar privilegios.
"El futuro factible no permite abrir demasiadas expectativas, en cuanto a posibles cambios radicales en el
espíritu y la ética del NO FUTURE”, dice Luis Eduardo Morás (2) en JOVENES.
Los jóvenes uruguayos emigran: se exilian, o se inxilian. "La gran diferencia radica en que ya no existe una
quimera del oro en el exterior, para las nuevas generaciones. Los jóvenes del 90, viven dentro de fronteras
con un sentimiento de exterioridad, extraños en su propia tierra, que reproduce modelos de exclusión
alimentando nuevas formas de marginalidad socio-cultural. Algo así como vivir ausente, sin haberse ido. Es
el tiempo del exilio interior", dice Morás. (2)
"Pobres los viejos, las pelotas; pobres nosotros los jóvenes" dice Bruno (un adolescente) en MAMA ERA PUNK,
video de CEMA producido en Montevideo en diciembre de 1988.
Alteraciones conductuales: delincuencia y drogadicción
Según Osorio (23), "como perversión de esa lucha por la afirmación en el medio de la sociedad, surge la
delincuencia juvenil, que es estigmatizada como una de las plagas sociales de nuestra época, omitiéndose
que los mayores delitos continúan siendo cometidos por los adultos. ¿No tenemos ante nosotros las guerras,
promovidas por los adultos para sacrificio de la juventud? ¿No constituyen ellas la expresión institucionalizada del filicidio practicado por quienes se arrogan la patria potestad de los hijos de las naciones
beligerantes?"
[...] "La delincuencia, como nos recuerda Blos, es un término sociológico con referencias conductuales y
psicológicas aún mal definidas. Blos compara la delincuencia con la «fiebre» en el campo clínico, sin que los
datos disponibles permitan por sí solos señalar una causa específica, o caracterizar una entidad nosológica
precisa. Todo lo que podemos inferir de la delincuencia, es que el individuo y el ambiente se encuentran en
estado de violenta discordancia".
En la actualidad los medios masivos de difusión ponen especial énfasis en la gravedad del problema de la
delincuencia juvenil en nuestro país. Aún reconociendo la existencia real de conductas delictivas en algunos
adolescentes, cabría preguntarse cuál es la verdadera dimensión del problema, y por qué, desde los medios
se hace tanto hincapié en el mismo.
Ya habíamos hablado "del malestar de tipo paranoide en el mundo adulto que se siente amenazado por los
jóvenes que van a ocupar su lugar". De cómo "el adulto proyecta en el joven su propia incapacidad por
controlar lo que está ocurriendo socio-políticamente a su alrededor y trata entonces de desubicar al
adolescente", según Knobel. (17)
Para comprender mejor el problema, y teniendo en cuenta el planteo de Blos acerca de las dificultades
vinculadas al término delincuencia, nos parece necesario recurrir al aporte de la Sociología. Morás (2)
plantea que una sociedad con tendencia a digerir en forma acrítica visiones totalizadoras y tranquilizantes,
encuentra en «el joven desviado», al mejor exponente para reflejar temores e seguridades propias y
ajenas”. Cita a Merton: "El desarrollo de una particular forma de interpretar los acontecimientos ha ido
delineando una lógica social donde lo importante no es lo que efectivamente pasa, sino lo que la gente cree
que pasa. Cuando se definen determinadas situaciones como reales, éstas comienzan a ser reales en sus
consecuencias, aunque la definición no se corresponda con la realidad".
Más adelante Morás plantea también que" la apelación a una presunta ola delictiva, en sus dos posibles
interpretaciones -dato empírico de la crisis y exigencia de mecanismos de control más firmes- estimula la
emergencia de un imaginario colectivo formalizado en una figura estigmatizada: la del menor infractor".
[...] "Se asimila un joven que se encuentra en esa edad difusa ubicada entre el pasaje de la infancia a la
adolescencia, con un sujeto al que conviene aislar del cuerpo social por el mayor tiempo posible".
[...] "los jóvenes infractores de normas legales se reconocen en una marginalidad que no es sólo económica.
Más allá del probable, pero aún indemostrado, avance de las conductas delictivas en los menores, los enunciados sobre el «auge delictivo» llegan a ser «funcionales» para los actores que lo vinculan en forma
absoluta al aspecto económico [...], y también para quienes promueven el aumento de las medidas
represivas como un aspecto imprescindible del «orden»".
Creemos importante destacar otro aspecto señalado por Morás:
Los medios masivos de difusión, muy frecuentemente vinculan la imagen del delincuente con la del
drogadicto, a lo cual se agrega cada vez más la sospecha de que sea portador del SIDA. Se estereotipa la
imagen del joven portador de estas" enfermedades modernas", lo cual contribuye a dificultar su reinserción
social. Estas" enfermedades modernas", por otra parte, no son nuevas, lo que varían son los hábitos y la
referencia a los enfermedades de transmisión sexual. Ayer se asimilaban delincuencia-alcohol y sífilis.
Nos parece interesante destacar que en cuatro entrevistas grupales realizadas a cuatro grupos de jóvenes de
diferente nivel socioeconómico en la Investigación "Los adolescentes Uruguayos - Hoy" (17), se observa cómo
los mismos adolescentes se hacen cargo de la lógica social imperante. Los jóvenes pertenecientes al grupo
de ingresos elevados, inician la entrevista haciendo referencia a las conductas antisociales: robos drogas, e
inmediatamente, "los jóvenes no piensan más que en sexo":
En un grupo entrevistado en La Teja, de nivel socioeconómico medio y bajo, también al inicio de la
entrevista surge el tema de la droga, en este caso asociado con la homosexualidad. Por último, 'en el grupo
de jóvenes "marginales" entrevistado en la Ciudad Vieja, se asocian la droga y "vicios" (cigarrillos y alcohol),
con la homosexualidad y las "jodas" (conductas antisociales tales como robos, homicidio, etc.).
Por estos motivos es que en este apartado no hemos separado delincuencia y drogas. Aunque las entrevistas
aludidas no habilitan para realizar generalizaciones, nos parece significativo que en las mismas,
delincuencia-drogas-homosexuaIidad, aparecen planteadas como una ecuación: si se cae en uno de los
términos, también se puede caer en los demás.
Así como lo hicimos respecto a la delincuencia, nos
parece conveniente realizar también algunas puntuaIizaciones respecto a las drogas.
En primer lugar nos parece necesario desmitificar algunos aspectos vinculados al tema.
Osorio (23) plantea que la problemática del uso de drogas por parte de los adolescentes de hoy, se inserta
en el contexto del conflicto generacional.
"Creemos que existen dos grandes equívocos en cuanto al uso de tóxicos por parte de los adolescentes de
hoy: 1. POR PARTE DE LOS ADOLESCENTES, la ilusión de que las drogas «liberan», cuando lo cierto es que
«someten» o «esclavizan». Para escapar al yugo de los padres o al de los «valores burgueses de la sociedad
de consumo» como pregonan, se dejan dominar por los tóxicos y acaban manipulados por los intereses
espúreos de los traficantes. [...] La dependencia en los jóvenes se vincula a un patrón patológico de
sumisión y no de rebeldía". Complementariamente, Francoise Dolto (8) alerta acerca de que la droga
"blanda" somete a los jóvenes a la apatía y a la indiferencia: "Los adolescentes que se orientan hacia la
droga blanda tienden a huir refugiándose en lo imaginario y en la camaradería de las palabras, en lugar de
actuar. Hay que decides que la droga les vuelve mucho más pasivos frente a los obstáculos, que alimenta su
apatía, su indiferencia".
Volvamos a Osorio: "2. POR PARTE DE LOS PAD,RES, el correspondiente engaño de que con las drogas, sus
hijos están desafiando la moral doméstica y «protestando» contra sus hábitos de vida, cuando de hecho lo
están imitando. ¿Con qué autoridad puede censurar a su hijo que se está intoxicando con marihuana, un
padre que fuma habitualmente, o una madre que consume sistemáticamente tranquilizantes o somníferos?"
"Cuando los jóvenes se drogan imitan la conducta drogadictiva de los adultos y de la sociedad en general,
adoptando drogas diferentes a las usadas por sus padres". Francoise Dolto coincide con este planteo. (8)
Según Osorio, los jóvenes se drogan "porque la humanidad siempre usó tóxicos para aliviar sus ansiedades o
para proporcionar se una gratificación compensatoria en situaciones de frustración intensa. Si en la actualidad se incrementó el uso de las drogas, no existe otra razón, sino el aumento significativo de los índices
de angustia (y sus equivalentes depresivos) en la población en general. Por eso, toda la política de represión
al uso de tóxicos está llamada a fracasar. Está dirigida a las consecuencias y no a las causas. Estas son
complejas, de naturaleza intrapsíquica y socioeconómica, lo que no nos autoriza a adoptar la postura del
avestruz, pensando que estamos solucionando el problema de la drogadicción tan sólo con algunas medidas
paliativas, combatiendo el tráfico, o esclareciendo a los eventuales usuarios acerca de los inconvenientes de
su uso". En otra parte del libro, Osorio plantea que sólo reprimir el uso de droga, sería hacer como aquel
marido engañado, que cuando se enteró que su mujer lo traicionaba en el sofá de la sala, se limitó a sacar
el sofá.
Nos parece de importancia agregar que no reprimir el uso de drogas, no significa no reprimir a los
traficantes; y que despenalizar el uso de las drogas, no significa legalizarlas.
Volviendo a Osorio, éste plantea que para encaminarnos hacia una solución del problema, necesitamos
comprender antes qué es lo que conduce al individuo a no consumir drogas.
"¿Quiénes son los jóvenes que no se drogan? ¿Por qué no lo hacen? ¿Cuáles son los sectores sociales que no
utilizan tóxicos o que lo hacen a una escala reducida? ¿Cuál es el perfil psicosocial del no drogadicto?"
"NO PENSEMOS IATROGENICAMENTE. Reflexionemos acerca de aquello que protege al individuo de los
rituales destructivos de la drogadicción. Investiguemos qué tipo de familia o de sociedad prescinde de la
conducta drogadictiva. Y entonces nos estaremos aproximando a las soluciones buscadas".
Podríamos decir que la propuesta de Osorio apunta hacia una estrategia de PROMOCION DE SALUD, en tanto
que otras acciones tales como el esclarecimiento de los efectos de las drogas, apuntan a la PREVENCION. Es
decir, la primer propuesta tiene como eje la salud, en tanto que la segunda se centra en la enfermedad. No
obstante, entendemos que ambas no son contradictorias, sino complementarias. La drogadicción constituye
hoy una grave enfermedad social que debe ser erradicada, al mismo tiempo que se realicen acciones
tendientes a promocionar los aspectos sanos de esa misma sociedad. Y no nos referimos sólo a la marihuana,
la cocaína, los pegamentos, las anfetaminas, etc., nos referimos también al alcohol y al tabaco. .
Osorio plantea que "del punto de vista intrapsíquico, el padrón drogadictivo está marcado por una
significativa tendencia regresiva, esto es, ante la emergencia de situaciones de angustia o depresión, se
produce una búsqueda de alivio o de protección recurriendo a los modelos primitivos dé sustitución psíquica,
tales como aquéllos vigentes en el período posnatal, e incluso en el fetal. Esto explica, por consiguiente, la
preferencia de los drogadictos por aquéllos efectos que los sustraen de la realidad circundante como se da
en la condición psíquica del recién nacido, o que los remiten a un estado mental «fetalizado», como sucede
con los usuarios de las llamadas drogas pesadas. En cuanto a las condiciones ambientales, sabemos que las
drogas son consumidas indistintamente en todos los estratos socioeconómicos, pero es notoria su mayor
incidencia en los grandes centros urbanos". Osorio concluye que "los individuos más expuestos al uso de
drogas son los que disponen de una precaria estructura del ego para hacer frente a la carga ansiógena de la
vida urbana, organizada bajo la égida de la falta de respeto hacia lo humano, en favor del producto material
de su actividad, en una flagrante inversión tanática de valores, que conduce a la praxis suicida de una
sociedad que violenta las leyes naturales y, por lo tanto, predispone al uso de sustancias que en lugar de
alimentamos nos envenenan".
"El dilema tóxico de los adolescentes consiste, por lo tanto, en renunciar al placer sustitutivo proporcionado
por las drogas, en una sociedad que induce a su consumo".
Partiendo de la precisión de que existen DROGAS LICITAS (el tabaco y el alcohol) y DROGAS ILICITAS
(marihuanas, anfetaminas, pegamentos, cocaína, barbitúricos, etc.), correspondería que nos preguntáramos
si podemos hablar (como lo hacen permanentemente los medios masivos de difusión) de un problema real de
consumo de drogas ilícitas en nuestra población adolescente.
En primer lugar, debemos aclarar que la distinción entre drogas lícitas e ilícitas se hace sin tener en cuenta
la dependencia que puedan generar, ni el daño que causan a la salud. El alcohol y el tabaco producen
dependencia y son perjudiciales para la salud. No es posible afirmar con ligereza, en cambio, que todas las
drogas ilícitas generan adicción y pueden llevar a la muerte. Según Gabriela Del Signore (2) en JOVENES, "la
cannabis sativa (marihuana) y la cannabis índica (hashish) con sus derivados -las cuales no producen
síndrome de abstinencia- en algunos casos son recomendadas por su acción terapéutica, y en todos son destacadas como menos nocivas que el tabaco y el alcohol. Otro muy distinto es el caso de estos últimos,
además del de los barbitúricos, anfetaminas y pegamentos, en cuanto a la dependencia y nocividad".
También habría que señalar que no todas las drogas producen efectos similares, y que s610 algunas pueden
producir conductas violentas, entre ellas el alcohol, que es una de las drogas lícitas. Según Françoise Dolto
(8) "el tabaco y el alcohol pueden hacer más daño que la marihuana tanto en el plano del sistema nervioso
central del individuo, que es más o menos sensible al alcohol o al tabaco, como en el campo de los
accidentes", donde el alcohol aparece en primer lugar como causante de los mismos, a veces asociado con
drogas ilícitas.
En segundo lugar, se debe tener en cuenta la periodicidad del consumo. Ya hablamos de que si un
adolescente consume un porro ocasionalmente, y esta conducta no va asociada con otros síntomas, si no
tiene contacto con traficantes, y ese consumo ocasional no data de mucho tiempo atrás, no podemos
adjudicar a la situación otra, significación que la de formar parte de la propia crisis adolescente. El
significado regresivo de la conducta sería comparable al de otros hábitos orales socialmente incorporados a
la sociedad adulta, tales como el consumo de cigarrillos de tabaco. Del Signore (2) plantea: "Existe quien
consume ocasionalmente (sí, una vez probé uno en Brasil), esporádicamente (y, si pinta, pero no estoy ni ahí
de salir a buscar; compro a veces), o habitualmente (siempre que puedo tengo; fumo cuando tengo ganas;
en algunos períodos mas, en otros menos, pero siempre algo). Y por supuesto existirían casos extremos, pero
no son los centrales".
En tercer lugar debemos tener en cuenta todos los factores enunciados respecto a la delincuencia juvenil,
ya que delincuencia y drogas participan ambas de la lógica social a la que nos habíamos referido.
No poseemos aún cifras respecto al consumo de drogas (lícitas o ilícitas) entre los jóvenes de nuestro país.
Lo estamos investigando desde distintas disciplinas. Sospechamos que nuestra población juvenil, en términos
generales, no consume mayormente drogas ilícitas en forma habitual, y que un consumo de este tipo se da
fundamentalmente en sectores que podríamos definir como sectores de ingresos económicos "altos" y
sectores con graves carencias socioeconómicas, constituyendo en ambos casos, conductas que podríamos
denominar como conductas "sociopáticas". Creemos en cambio, que en términos generales, entre nuestros
adolescentes adquiere mayores proporciones el consumo de drogas lícitas como el alcohol y el tabaco. Estas
hipótesis deberán ser confirmadas. Pensamos que en un plazo relativamente breve contaremos con los datos
necesarios. Poseemos en cambio, datos de dos investigaciones realizadas en Brasil por Baptista Neto (4 y 5),
que coinciden con parte de nuestras hipótesis.
La primer investigación tuvo como objetivo la elaboración del perfil psicosocial del adolescente de
Florianópolis, capital del estado de Santa Catarina, y punto de convergencia de la mayoría de los jóvenes en
busca de estudio y empleo, según su autor. (4) Fue realizada en 1979, con una muestra de estudiantes
secundarios de entre 14 y 19 años de edad, de clase media. En el perfil elaborado, respecto al uso de
drogas, se establece que normalmente no hacen uso de las mismas.
La segunda investigación, con el mismo objetivo de la primera, fue realizada en todo el Estado de Santa
Catarina (5) en noviembre de 1989, con una muestra representativa de estudiantes de 10, 20 Y 3er. grado de
liceos públicos y privados y centros de atención al menor - 2045 adolescentes de áreas rurales y urbanas con
edades comprendidas entre los 12 y los 24 años-. Transcribimos el perfil obtenido en cuanto al uso de
drogas:
"-La mayoría ya ha hecho uso de bebidas alcohólicas. El consumo tuvo lugar por primera vez antes de los 14
años de edad, por diversos motivos (principalmente por curiosidad).
-Hacen uso de bebidas alcohólicas por diversos motivos: «influencia de amigos, para olvidar problemas y
para salir de la tristeza». Las bebidas son consumidas generalmente en grupo.
-No acostumbran hacer uso de medicamentos, y cuando lo hacen es por indicación médica o por iniciativa
propia. Son usados medicamentos «para abrir el apetito o para la memoria».
-No hacen uso de drogas ilícitas (en términos generales).
-Los adolescentes que ya usaron drogas, lo hicieron por primera vez antes de los 16 años de edad, por
razones de curiosidad y por influencia de los amigos.
-Los adolescentes que hacen uso de drogas actualmente, lo hacen por influencia de amigos, para olvidar
problemas y para sentir placer.
-Las drogas más usadas son la maconha (marihuana) y el «lançaperfume» .
-Creen tener información suficiente acerca de los efectos de las drogas en el organismo.
-No fuman.
- Los padres no consumen en términos generales sustancias tóxicas; entre aquéllos que consumen, el padre
consume tabaco y alcohol, la madre tabaco y somníferos.
-Los familiares en general no consumen con frecuencia alcohol, drogas o tranquilizantes; los familiares
identificados como usuarios son tío/a y hermano/a".
Kalina (16), en los comentarios a la investigación de Florianópolis, plantea: "Los resultados son tan
sorprendentes como interesantes, pues nos enfrentan, como, dice Baptista Neto, a nuestras opiniones
prejuiciosas respecto al uso de drogas y la homosexualidad entre los jóvenes, por ejemplo. Creo que esto
nos muestra que nosotros también estamos influenciados por la propaganda inescrupulosa de ciertos grupos
de nuestra sociedad que, a través de los medios de comunicación de masas, inducen tanto conductas tóxicas
y promiscuas entre los jóvenes con fines comerciales, como amplían el problema para llevarlo, por su
difusión, a la categoría de fenómenos normales. En otras palabras, lo que es tan general, pasa a ser norma
(léase: lo normal)".
“¿Porqué nosotros también nos dejamos influenciar? Creo que la razón más profunda radica en la envidia
que provocan en la población adulta, la belleza y la cualidad de vida de los adolescentes de las clases
sociales media y alta y su potencial futuro, pues son ellos los que hipotéticamente disfrutarán de la
revolución tecnológica que ya estamos viviendo".
Una vez desmitificados o cuestionados distintos aspectos en lo que respecta a dos de las alteraciones
conductuales que más "conmocionan" a los adultos de hoy, la delincuencia juvenil y la drogadicción,
creemos necesario referimos globalmente a las alteraciones conductuales que efectivamente podrían
incluirse en un cuadro psicopatológico, de acuerdo con lo que planteamos en NORMALIDAD Y PATOLOGIA DE
LA ADOLESCENCIA. Transcribimos la síntesis planteada por Osorio (23): "La psicopatología peculiar del grupo
etario adolescente se caracteriza fundamentalmente en el área del comportamiento, en la que el
adolescente ante la imposibilidad de superar sus conflictos con el mundo que lo rodea, protesta contra la
forma en que éste está estructurado [...] El conflicto yo-mundo externo derivado de la propia necesidad
evolutiva de diferenciar-se e individuar-se del adolescente, cuando se encuentra exacerbado, da origen a
disturbios de conducta".
El suicidio
No nos extenderemos en este punto, pero queremos destacar que en estos momentos, la tasa de mortalidad
decrece en el mundo en todas las franjas etarias excepto en la adolescencia, donde ha aumentado. Este aumento de la mortalidad se produce por accidentes y suicidios. ¿Se trata de un mismo fenómeno?
Así como la sociedad adulta proyecta en los adolescentes su incapacidad de controlar un mundo que se ha
vuelto peligroso, generando mitos que estigmatizan a los jóvenes, oculta la epidemia de suicidios protagonizados por éstos en todo el mundo. Las posibles razones, por lo que hemos visto, son múltiples. No
obstante, del punto de vista psicológico nos interesa destacar en términos generales algunos factores que
plantea Francoise Dolto (8):
“Ningún joven puede franquear la adolescencia sin tener ideas de muerte, ya que es preciso que muera a un
modo de relaciones infantiles. El vive el fantasma en forma metafórica de suicidio. Es entonces cuando
tiene necesidad de alguien que le ayude a sublimar dicho fantasma, dándole representaciones que figuren
en lo social. «Si no pudieras confesarlo, no pasarías por esta fase». Hay que pensar la muerte del cuerpo
para poder acceder a otro nivel, el del objeto de su deseo, que no es sólo cuerpo, sino corazón y mente;
pero el adolescente lo ignora. Necesita hablar con un adulto que no sienta inquietud por abordar el tema de
la muerte”.
Más adelante, la autora plantea: "El número de niños depresivos que quieren morir es más considerable de lo
que se piensa, pues jamás tienen ocasión de decirlo. Sólo pueden manifestarlo por la negativa a autoestimarse: el sujeto se desprecia, y desprecia a la persona que se ocupa de él puesto que él es
despreciable".
La adolescencia "es la muerte de todo lo que se ha sido antes... Los adultos como se dice, «evacúan» la
muerte de los otros, no la muestran, y menos hablan de ella... La disfrazan, enmascaran la verdad. Cuando
ha sucedido un drama, cuando evidentemente el joven buscaba matarse, los padres se niegan a creer en
otra cosa que en un accidente. En realidad, aunque el gesto no estuviera claramente premeditado, formaba
parte del deseo inconsciente de suicidio en un intento de que el exterior se adapte a la fantasía".
[...] "La falta de estructuras es lo propio de la adolescencia: es sano. No hay estructuras en el feto del
primer día. Hay que ayudarle; sin ello moriría. Hay que darle calor, cubrirlo, asistirlo. El recién nacido,
dejado sobre una mesa se moriría. Al adolescente la sociedad lo deja de lado; no es nada en relación a lo
que era antes. [...] Los padres ya no pueden hacer nada, están en situación de mate como dicen los
jugadores de ajedrez, sin salida".
"Pero es la sociedad que les rodea quien puede actuar. Los primos, las madrinas, tíos, tías. La cosa va muy
bien con los adolescentes cuando los que intervienen son personas diferentes de los padres".
[...] "Es muy importante que (el adolescente) sepa que la tía, la madrina, observan una absoluta discreción.
O la abuela. [...] Estos chicos necesitan de una abuela que no vaya a chismorrear. Tienen necesidad de un
oído discreto que no les eche en cara sus palabras, y que les haga comprender que los ama y entiende su
sufrimiento, porque están en una edad de sufrimiento a causa de la mutación. [...] El recién nacido ha
muerto a algo para renacer a otra cosa. El adolescente también, ha muerto a la infancia”.
En "La causa de los adolescentes"(8), Francoise Dolto aporta datos estadísticos de diferentes partes del
mundo en relación a los suicidios, posibles causas según los países, y medidas adoptadas por los mismos.
Intentando poner un punto en un texto inabarcable e interminable
Es más lo que queda por decir de la adolescencia desde un enfoque psicológico, que lo que se ha dicho.
Por ejemplo, si bien en algunos apartados hemos considerado aspectos vinculados a los grupos de pares y a
la sexualidad adolescente, no hemos profundizado en estos temas consciente y deliberadamente. Se trata
de temáticas muy amplias, imposibles de abarcar en un texto de estas características. En relación a la
sexualidad de los adolescentes, habría también mucho a desmitificar, no sólo en lo que respecta a la
homosexualidad, sino también en cuanto a los embarazos juveniles y la capacidad de maternaje de las
jóvenes.
Nuestro objetivo no ha sido proporcionar una información que dé una explicación última de este período
vital desde el aporte de la psicología, sino suministrar elementos de análisis que promuevan inquietudes e
interrogantes que contribuyan a desestigmatizar a los adolescentes, contribuyendo al derrocamiento de
algunos mitos generados defensivamente por la sociedad de los adultos.
No ha sido nuestra intención tampoco, proporcionar una visión apocalíptica del presente y el futuro. La
situación de crisis por la que atravesamos, implica que enfrentamos un momento crucial pero indispensable
para el desarrollo de la humanidad. Los jóvenes siguen teniendo en sus manos la posibilidad de transformar
el mundo.
Una última interrogante: ¿Por qué los ADULTOS-HOY nos interesamos tanto en la temática adolescente?
Posiblemente acudan rápidamente a la superficie una serie de respuestas muy "claras", satisfactorias y
evidentemente válidas: promoción de salud, prevención, educación liberadora, etc. Pero si vamos a lo profundo, en zonas más "oscuras", quizás descubramos que conocer mejor a los adolescentes, implica también
la posibilidad de controlarlos mejor, de defender mejor nuestro poder adulto, hoy tambaleante. Aunque
resulte difícil admitir esta posibilidad, creemos que es imprescindible tomar conciencia de la misma. El
conflicto generacional es inevitable e imprescindible para el desarrollo de la Humanidad. No obstante, no
debiera tratarse de un enfrentamiento tendiente a mantener o revertir situaciones de dominación, sino de
una interacción dinámica que permitiera re-construir un mundo amenazado por las guerras tecnológicas, los
desastres ecológicos, la distribución injusta de la riqueza, y la perversión de todos los valores. Deberíamos
comprometemos junto a los jóvenes en esa tarea.
Para ello será necesario que tomemos conciencia de la envidia que sentimos de nuestros hijos, y que
paralelamente, ellos puedan tomar conciencia de la envidia que sienten por el poder que detentan los
adultos, atenuando sus tendencias impulsivas con una actitud reflexiva acerca de las propuestas positivas de
sus padres.
El reconocimiento y la aceptación de un espacio adolescente por parte de los adultos, no implica que
estos carezcan de un espacio propio. Es más, los adolescentes necesitan a los adultos para crecer.
Mercedes Freire de Garbarino relataba en una conferencia sobre la adolescencia, que en una oportunidad un
adolescente había realizado un dibujo que consistía en un sendero bordeado de pequeñas piedras. Cuando
se le preguntó qué había dibujado, dijo que el sendero era la vida, y las piedras los padres. Estos no debían
estar en el medio para no interferir, pero resultaban imprescindibles a los costados, para mostrar el camino
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