Autoempleo femenino ¿Un medio de empoderamiento o de

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Autoempleo femenino ¿Un medio de empoderamiento o
de precarización para las mujeres?
Female self-employment, does it lead to female
empowerment or for have more insecurity in the labour
market for women?
Maravillas Espín Sáez1
Resumen
El autoempleo femenino se considera en la actualidad como una alternativa al desempleo.
Ahora bien, la forma en que el autoempleo se articule, y en particular, las distintas fórmulas
societarias que pueden adoptar las propuestas de autoempleo colectivo femenino, pueden
contribuir al empoderamiento y autonomía de la mujer (cooperativas de trabajo asociado;
cooperativas de iniciativa social) o, por el contrario, incrementar la situación de precariedad
a la que se halla expuesta (sociedades limitadas, p.ej.). Con esta comunicación pretendo,
analizar los datos de emprendimiento femenino, contribuyendo a diseñar un perfil de mujer
emprendedora; exponer las particularidades que las distintas formas societarias ofrecen
como vía de autoempleo colectivo; examinar en qué línea avanzan, si lo hacen, los planes
de fomento del trabajo autónomo más recientes; para, finalmente, alcanzar determinadas
conclusiones acerca de qué formas societarias pueden garantizar el empoderamiento de la
mujer y cuáles no, y en qué condiciones se encuentra la mujer emprendedora en este
momento para lograr este objetivo.
Palabras clave
Autoempleo femenino; sociedad cooperativa; sociedad de capital; empoderamiento;
Abstract
Currently, female self-employment is considered an alternative to unemployment.
However, the way in which self-employment is articulated, in particular, corporate formulas
1
[email protected]. Prof. Contratada Doctora en Derecho del Trabajo y de la Seguridad Social, en el
Área de Derecho del Trabajo y de la Seguridad Social de la Facultad de Derecho de la Universidad Autónoma
de Madrid.
that can adopt the female collective self-employment proposals, can either contribute to
the empowerment and autonomy of women (associated work cooperatives, social
cooperatives) or, on the opposite, increase their situation of insecurity (limited
partnerships, e.g.). With this communication I intend to, in the first place, analyze the data
of female entrepreneurship, to contribute in the design of a profile of women
entrepreneurs. Also, I will explain the special features offered by different corporate forms
for collective self-employment and I will examine in which way the most recent selfemployment promotion plans present some advances (if they do). All this, to reach certain
conclusions about which corporate forms can ensure the empowerment of women and
which do not, and under what conditions are women entrepreneurs nowadays in order to
achieve this goal.
Keywords
Female self-employment; cooperative; capital company; empowerment
Introducción
En los últimos tiempos, el término emprendedor comienza a sustituir al de
trabajador autónomo o al de autoempleado. Los cambios en los usos de los términos para
referirse al mismo significado tienen un sentido. En este caso, enfatizar la independencia de
quien arriesga iniciar un negocio. Queda eliminada cualquier relación con el empleo o con
el término trabajador, en un intento por dotarle de identidad propia. Sin embargo, se trata
de una palabra cuya definición aparece indeterminada por la variedad de los significados
otorgados en los textos legislativos de los últimos años, generando una confusión relevante
y contraproducente con los fines de promoción de esta alternativa de generación del propio
empleo.
La Real Academia Española, en la 22ª Edición de su Diccionario de la Lengua
Española, define como adjetivo el término emprendedor; adjetivo que se predica de aquel
“que emprende con resolución acciones dificultosas y azarosas”. En efecto, la calificación
de emprendedor se aplica a aquella persona que debe afrontar un proyecto plagado de
dificultades, dejando el menor espacio al azar, para garantizar su mayor éxito. En este
sentido, la mujer emprendedora choca con las dificultades comunes a cualquier
emprendedor, a las que se suman otras por las que se ve especialmente afectada.
En las páginas que siguen, me valdré de los datos estadísticos ofrecidos por
distintas fuentes nacionales e internacionales para diseñar un perfil de mujer emprendedora
y una clasificación que recoja todas sus posibles manifestaciones. En esta labor sería
importante tomar en consideración el perfil propio de la mujer desempleada en nuestro
país; de quien necesita encontrar en el emprendimiento, o mejor, en la generación de su
propio empleo, una salida a una situación que, en muchas ocasiones, roza la exclusión
social, dadas las marcadas desigualdades que se están alcanzando2.
Por otra parte, ¿qué significa empoderamiento? Empleando la misma fuente,
empoderamiento se define como el acto de empoderar. Empoderar es un verbo derivado
del inglés empower, que significa hacer poderoso o fuerte a un individuo o grupo social
desfavorecido. En este sentido, en el Prólogo del Documento de la Organización
Internacional del Trabajo (en adelante, OIT) titulado Género y emprendimiento. Guía de
formación para mujeres empresarias (2011)3, se indica que el emprendimiento promueve el
empoderamiento económico y social de las mujeres en las empresas4 (bien hecha está la
distinción entre ambos empoderamientos, pues el segundo no se produce sin el primero)5.
Esta es la finalidad de mi comunicación, relacionar la generación del propio empleo
a través de fórmulas colectivas y seleccionar aquellas, que por su configuración legal,
fundada en bases democráticas y de defensa de la igualdad, se convierten en vehículos para
lograr el empoderamiento económico y social de este colectivo. Este medio, utilizado
adecuadamente, puede servir para alejar a algunas de estas personas de la exclusión social,
una hendidura cada vez más profunda en nuestra sociedad.
En este punto, quisiera advertir que el emprendimiento, tal y como se está
configurando legalmente, puede convertirse en un mito. Se hace necesario dotarle de
contenido, y ese contenido viene de la mano de un apoyo efectivo al mismo. Por ese
motivo, será objeto de análisis crítico los medios puestos a disposición por la
Administración Europea, Estatal y Autonómica para su promoción.
22 Reveladores son los datos ofrecidos en las páginas de la obra colectiva NAVARRO, V., TORRES LÓPEZ,
J. y GARZÓN ESPINOSA, A. Hay alternativas. Propuestas para crear empleo y bienestar social en España, 10ª Edic. ,
Sequitur, Madrid, 2011, entre muchas otras.
3 www.oit.or.cr
4 http://www.ilo.org/global/topics/employment-promotion/lang--es/index.htm
5 Sin embargo, el Banco Mundial de la Mujer, sigue apostando por el empleo por cuenta ajena, como fórmula
de empoderamiento. Quizá se deba a que sus estudios se centran en países emergentes, donde se han
trasladado las grandes empresas nacionales y multinacionales para centralizar su producción. Ver Informe
http://www.bancomundial.org/es/news/press-release/2012/10/01/jobsDesarrollo
Económico
2013,
cornerstone-development-says-world-development-report
En definitiva, la hipótesis que mantengo en esta comunicación es doble: en primer
lugar, que la crisis económica, que ha dejado al descubierto los déficits productivos,
convierte al emprendimiento (autoempleo, antes; generación del propio empleo en
terminología, en mi opinión, más ajustada a la realidad) en salida recurrente (aparentemente
la única en la actual situación de bloqueo institucional). A mi juicio, la generación del
propio empleo de forma colectiva, es una fórmula de salida del desempleo, también para la
mujer, quien, sin embargo, se enfrenta a unos retos particulares.
La segunda hipótesis vendría a complementar la anterior. No todas las
manifestaciones de autoempleo colectivo contribuyen al empoderamiento de la mujer.
Algunas fórmulas societarias generan el empoderamiento de un/una solo emprendedor o
grupo de emprendedores propietarios del capital y otras se adaptan especialmente al perfil
de generadora de su propio empleo, favoreciendo su empoderamiento en la sociedad sobre
la base de principios democráticos, de autoayuda e igualdad.
En consecuencia, el autoempleo, en sí mismo, no resuelve los problemas, pues se
puede convertir en un saco de precarización de las condiciones de trabajo. La elección del
vehículo para generar colectivamente el propio empleo, ayuda a alcanzar el
empoderamiento. Sin embargo, son las personas que conducen dicho vehículo quienes
deben creer en ese fin de empoderamiento económico y social, en fin, emancipador.
Los próximos epígrafes están dedicados a contrastar ambas hipótesis.
1. MUJER EMPRENDEDORA. DATOS PARA UN PERFIL
COMPLETO.
1.1.
Fuentes y datos para conformar un perfil
Una fuente de gran interés a los efectos de delimitar el perfil de mujer
emprendedora es el último Informe Ejecutivo. GEM (Observatorio sobre la actividad
emprendedora. Global Interpreneurship Monitor)6 España, basado en los datos recogidos
durante año 2011. Este informe muestra, como en años anteriores, una menor
participación femenina en la creación de empresas, comparada con la participación
masculina. No obstante, se comienza a ver un ligero avance. Se trata de un avance lógico,
en la medida en que la generación del empleo por cuenta ajena se ha visto muy reducida.
6
Informe emitido en el seno de los trabajos elaborados en la Fundación Xavier de Salas. GEM España, bajo
la dirección de R. HERNÁNDEZ.
En el año 2011, la actividad emprendedora registrada en la población masculina de
18-64 años fue de un 7,05% (un 30,5% más que el año anterior). En el caso de la población
femenina en la misma franja de edad, el índice de actividad emprendedora (TEA) fue del
4,54%, un 42,77% más respecto a 2010 (3,8%). Sin duda, la crisis ha marcado la evolución
del autoempleo en ambos colectivos, pues los datos de 2006 y 2007 muestran un índice de
actividad emprendedora masculina del 8,83% y del 9,75% respectivamente; y en el caso de
las mujeres, un 5,70% y un 5,48%, alcanzando un máximo del 5,97% en 20087.
El informe muestra un dato preocupante, pues en el contexto internacional indica
que al igual que durante el 2010, los países con mayor contribución femenina al
emprendimiento seguían siendo los menos desarrollados, constituyendo una de las
motivaciones la necesidad de subsistencia. Nigeria, China y Chile son las naciones con
mayores porcentajes de emprendimiento femenino, mientras que Dinamarca, Eslovenia y
Pakistán (en este último caso por motivos bien diferentes) destacan por lo contrario. Se
trata de un dato preocupante desde la perspectiva española pues nos acerca a países con
índices mayores de desigualdad8.
Resulta llamativa la relación “desarrollo del país-porcentaje de emprendimiento
femenino”, máxime cuando en esta comunicación se defiende el efecto de empoderamiento
de quien emprende. Ambos datos son compatibles en la medida en que una menor
capacidad de absorción de mano de obra por el mercado tradicional del trabajo conduce a
la generación del propio puesto de empleo. Es la calidad de las nuevas condiciones de
empleo autogeneradas y de su contribución a la mejora del contexto económico general lo
que marca la diferencia en unos países y en otros9.
En relación con mi última afirmación, conforme al citado Informe GEM, las
mujeres emprendedoras aspiran a crear más empleo que los hombres emprendedores. Por
tanto, se ajustan más al “ideal” de emprendedor que contribuye a “mantener” (sic) el
7 El total de autoempleo en nuestro país, actualizado a 23 de febrero de 2013 se sitúa en el 16,6%. De este
porcentaje el 20,1% masculino y el 12,3% femenino, sin especificar la forma adoptada para articular este
autoempleo. Fuente: OECD Factbook statistics. 2013, http://dx.doi.org/10.1787/csp-esp-table-2013-1
8 http://www.ilo.org/global/topics/employment-promotion/lang--es/index.htm
9 De la misma manera, la OIT, centra sus programas de ayuda y formación en países del centro y sur de
América. Se fomenta el emprendimiento como forma de empoderamiento económico, así como el
asociacionismo entre pequeñas empresas y, más habitualmente, entre microempresas.
http://www.oit.org.ar/portal/programacea/index.php?option=com_content&view=article&id=290:consolid
acion-del-sistema-nacional-de-innovacion-desarrollo-tecnologico-y-emprendimiento-en-colombiabg&catid=16:documentos-relacionados&Itemid=29 . Insisto, en mi opinión, se trata de una forma de generar
tejido empresarial sólido; un sistema que, dados los resultados nefastos del sistema que cae a pedazos en
nuestro país, se convierte en una buena opción.
sistema como generador de su propio empleo y de empleo para otros. Sin embargo, tal y
como veremos más adelante, este dato no ha sido tenido en absoluto en cuenta en la
confección de los planes específicos de promoción del emprendimiento.
De otra parte, persiste la diferencia en lo que a participación sectorial se refiere,
siendo mayor la concentración en el sector orientado al consumo para la actividad
emprendedora femenina frente a la masculina (62,3% vs. 47,7%). La presencia femenina al
igual que la masculina ha aumentado en el sector extractivo pasando de un 3,9% en el 2010
a un 4,9% en el 2011 y de un 4,6% en el 2010 a un 5,8% en el 2011, respectivamente. Los
otros dos sectores, el de transformación y servicios, han visto una reducción en ambas
tasas, pasando en el primer caso la masculina de un 26% en 2010 a un 22,9% en 2011 y la
femenina de un 12,9% en 2010 a un 10,5% en 2011; y en el segundo caso, la masculina de
un 27% en 2010 a un 23,6% en 2011 y la femenina de un 23,4% en 2010 a un 22,3% en
201110.
A diferencia del 2010, en el 2011 las iniciativas masculinas presentaron una mayor
proporción de casos innovadores en producto o servicio que las femeninas (14,5% vs.
13,3%) destacando especialmente, el sector orientado al consumo. A mi modo de ver, esta
diferencia, es el resultado de un perfil de emprendedora poco formada, que pierde la
oportunidad abierta por las TIC; no sólo como sector en el que centrar su actividad, sino
como medio para mejorar cualquier actividad a la que dediquen su empresa.
El recrudecimiento de la crisis ha propiciado las diferencias de género entre las
características de las empresas de hombres y mujeres. A diferencia del 2010, el abandono
de negocios –incluso aunque sigan estando en otras manos – ha sido proporcionalmente
mayor por parte de los hombres que de las mujeres, movidos por la falta de rentabilidad del
negocio y de oportunidades para vender, acogiéndose más al traspaso efectivo y menos al
cierre definitivo. Esta diferencia muestra a la emprendedora como sujeto comprometido
con su proyecto empresarial, que busca el rendimiento a largo plazo. Se trata de un
emprendimiento más fiable que el masculino, desde la perspectiva de la generación de
tejido empresarial, tan necesario en el contexto de “espantada general” en el que nos
encontramos.
10
Es previsible, aunque carezco de datos para constatarlo, que estos datos se actualicen en un incremento de
los porcentajes de emprendimiento, en sectores similares, dada la ausencia de formación y orientación
específica en otras direcciones más innovadoras.
1.2.
¿Cuál es el perfil socio-demográfico de la mujer emprendedora?11
1. La edad media se sitúa en los 38 años12, con responsabilidades familiares. Este
dato supone un rejuvenecimiento de la edad media de los emprendedores y
responde a la expulsión de las mujeres en esta franja de edad del mercado de
trabajo. Se trata de una generación de mujeres más formadas que las anteriores
en nuestro país. Sin embargo, esa formación está más dirigida al trabajo por
cuenta ajena que al trabajo por cuenta propia.
2. La media de las emprendedoras vive en un hogar de tamaño medio, ligeramente
superior a los 3 miembros. Este dato es fundamental, bajo el punto de vista de
los retos a los que se ha de enfrentar la mujer emprendedora, dada su
implicación en las responsabilidades del hogar y de la familia. Surge un
problema no sólo de conciliación, sino de gestión de tiempos, que se ha de
abordar necesariamente antes de afrontar el reto de iniciar una actividad por
cuenta propia.
3. El nivel de formación y de acceso a la educación superior es menor en las
emprendedoras que en los emprendedores, lo que se convierte en un obstáculo
específico en el desarrollo de su actividad. El nivel de formación dificulta el
acceso a la información sobre la fórmula a utilizar; sobre la idea de negocio y su
viabilidad. Dificulta igualmente, el control por parte de la emprendedora del
desarrollo de su propia actividad y, por supuesto, hace mella en la
autoconfianza necesaria para iniciar y mantener un proyecto empresarial.
4. El nivel de renta de la mujer emprendedora es menor que el del hombre
emprendedor. En consecuencia, se halla ante el reto de la financiación.
Veremos cómo los planes públicos de fomento del autoempleo no contemplan
estas especialidades, ni prevén planes específicos para este colectivo.
5. En cuanto a la forma en que articulan su proyecto emprendedor, la mayoría
opta por el autoempleo individual, sin adoptar forma jurídica alguna. Se trata
pues de microempresarias que, ocupan entre 1-9 trabajadores como regla
general.
11 Datos obtenidos del Estudio de investigación Impacto de actividad empresarial femenina en la economía española.
Elaborada en el convenio de colaboración entre BANESTO (Fundación Sociedad y Tecnología) y OMEGA
(Organización de Mujeres Empresarias y Gerencia Activa), encargada a DEMÓTICA CONSULTORES S.L.
2009. www. mujeresempresarias.org. Estos datos han sido actualizados y contrastados con los obtenidos de
forma más reciente de otras fuentes como el INE; EUROSTAT Y OCDE.
12 Informe GEM.
6. ¿Cuántas de estas mujeres provienen del desempleo? No he hallado datos
integrados que me permitan contestar a esta cuestión básica de forma rigurosa.
1.3.
Tipos de emprendedora para una muestra global
Una de las cuestiones que dificultan abordar con rigor el tema elegido, es la
heterogeneidad de las fuentes consultadas; la variedad de informes, de orientación muy
diversa, que ofrecen datos, en ocasiones comunes; pero en otros casos, condicionados por
la base asociativa que lo ha encargado13. Por este motivo, considero de interés aportar una
tipología propia de emprendedora que permita observar el sujeto que realmente es
“empoderado” a través de la generación de su propio empleo14. En esta tipología
encontraríamos a:
1. Emprendedoras a la fuerza:
o Mujeres en situación de desempleo a las que se ofrece la posibilidad de
“emprender su propio trabajo” como alternativa, a través de los medios
formales que ofrecen las administraciones públicas -locales, autonómicas y
estatales-. Constituyen la inmensa mayoría del autoempleo femenino.
o Mujeres que han estado apartadas del mercado de trabajo por su dedicación
a la familia y que transitan desde el desempleo al autoempleo.
2. Emprendedoras condicionadas:
o Muchas asalariadas optan por generar su propio empleo cuando, por
motivos de discriminación, se presenta una barrera invisible por encima de
ellas, que imposibilita su promoción profesional.
o Mujeres que han trabajado toda su vida a la sombra de su marido y deciden
montar su propia empresa como fórmula de emancipación, de
visibilización.
3. Emprendedoras en sentido estricto:
o Mujeres con un nivel de estudios alto, que ocupan puestos de trabajo de
responsabilidad y que, por voluntad propia eligen dejar el mundo del
trabajo asalariado para hacer uso de la experiencia adquirida y embarcarse
en un proyecto autónomo.
13Baste
observar los estudios encargados por las diferentes asociaciones, federaciones y confederaciones de
empresarios y empresarias (Ej. Libro Blanco de la iniciativa emprendedora en España. Fundación Príncipe de
Girona-ESADE, 2010; Mujeres Empresarias en la Economía Española, Cámaras de Comercio. Fundación Incyde,
2007; Impacto de la actividad empresarial femenina en la economía española. Banesto. Fundación Sociedad y
Tecnología-OMEGA; entre otros)
14 Ver, por ejemplo:
https://www.youtube.com/watch?v=QfLtC6JL5pY; también http://www.eigualdad.net/iniciativas/banco-experiencias/creacion-fortalecimiento-empresarial/emprendedoras
o Mujeres formadas, generalmente jóvenes, que contemplan como única
opción para realizarse profesionalmente el trabajo por cuenta propia.
La pertenencia de la emprendedora a uno u otro colectivo va a matizar su perfil y, con
ello, va a condicionar el proceso de constitución, viabilidad y éxito de su proyecto
empresarial.
4. Colectivos con riesgos específicos:
o Mujeres inmigrantes: tienen problemas concretos en formación (por
defecto o por exceso, de acuerdo con la demanda de nuestro mercado de
trabajo); dificultades en el acceso a la información por la falta de
familiaridad con los servicios públicos de tramitación; ausencia de redes de
apoyo familiar y de amistad, etc.
o Mujeres en el entorno rural: con dependencia de la agricultura, ganadería y
ubicadas en zonas de baja densidad de población. Son regiones
especialmente afectadas por la baja tasa de actividad femenina y muy
masculinizadas. La principal salida se está centrando en el comercio, la
artesanía y el turismo rural15.
o Falsas emprendedoras-emprendedoras invisibles: las mujeres que no toman
la iniciativa de generar una actividad empresarial pero colaboran, e incluso
dirigen habitualmente, el negocio financiado por sus compañeros o
familiares masculinos.
1.4.
Grandes retos para el emprendimiento femenino
1. El acceso a la formación y a la información: este reto afecta a todas las categorías
enumeradas; incluso a la de mujeres formadas. En su caso, no hay un déficit de
formación técnica en la actividad que quieren llevar a cabo sino en “cómo ser
empresarias”. Otro déficit formativo importante se refiere al uso de las TIC,
fundamental a la hora de iniciar un pequeño proyecto empresarial independiente
(por tanto, fuente de empoderamiento femenino).
El acceso a la información sobre qué tipos societarios elegir, cuáles se
adaptan más a su proyecto empresarial, también supone un obstáculo. No hay
puntos centralizados de información; no hay formación específica de los
informadores; no se favorece la accesibilidad a la información. Por el contrario, la
15
El movimiento cooperativo, tiene entre sus objetivos visibilizar y empoderar estos colectivos especialmente
sensibles: https://www.youtube.com/watch?v=pfGOFbK1HPw
información se halla dispersa16 y para algunas categorías de mujeres con
problemáticas especiales se convierte en un primer gran obstáculo (ej. mujeres con
edad en torno a los 50 años, que por el discurrir de la historia española se
encuentran especialmente afectadas por la falta de acceso a la formación. Sin
embargo, son mujeres con un gran potencial por su experiencia vital que pueden
atender nichos de empleo fundamentales como la atención domiciliaria, cuidado de
mayores, etc.)17
2. El acceso a la financiación: se trata de un problema común a todo el
emprendimiento en este momento, pero con especial incidencia en el caso
femenino. Ya en el año 2007, previo al “inicio” de la crisis, el Informe del Banco
Mundial de la Mujer sobre el acceso a los microcréditos, ponía en evidencia que existía un
problema real de discriminación por parte de las entidades bancarias que impedía a
las mujeres acceder a la financiación18. Esta situación, atenta claramente contra el
art. 29 de la Ley 20/2007, 11 de julio, por la que se aprueba el Estatuto del Trabajo
Autónomo (LETA), que ordena a los poderes públicos el desarrollo de planes de
apoyo financiero a las iniciativas económicas y, por supuesto, contra el art. 60 de la
Ley Orgánica 3/2007, 22 de marzo, para la igualdad efectiva entre mujeres y
hombres (LOIMH), que establece la igualdad de trato en el acceso a bienes y
servicios de suministro.
3. La gestión de los tiempos: es un problema más amplio que engloba la cuestión de la
conciliación. Problemas, que ciertamente presentan elementos comunes en el
trabajo por cuenta ajena y en el trabajo por cuenta propia femenino. Efectivamente,
las dificultades para gestionar el tiempo dedicado a la empresa y hacerlo compatible
con el tiempo dedicado a la familia constituye uno de los motivos de fracaso de las
pequeñas empresas constituidas por mujeres.
A falta de comprobar los efectos positivos del reconocimiento del derecho a
la conciliación familiar y personal con la actividad profesional a los trabajadores
autónomos por la LETA, la imposibilidad de compatibilizar los distintos roles que
se asignan y que son asumidos por la mujer emprendedora (empresaria,
16
No es inexistente, pero sí es dispersa y provoca el abandono en quienes no tienen habilidades para buscar
esa información, o no pueden realizar la inversión inicial para acceder a una buena información. No hay más
que introducir los términos “guía para emprendedora” en google, para encontrar infinidad de fuentes de
información. Pero ¿quién traduce el lenguaje técnico empleado? ¿quién orienta para adaptar el proyecto
personal a las distintas fórmulas societarias?
17 Véase la experiencia de Ñapas. S. Coop. http://www.ñapas.com.es/
18 El documento se encuentra en http://www.fademur.es/. En él se afirma que las condiciones exigidas a las
mujeres para acceder al crédito son peores que las ofrecidas a los hombres.
empleadora, madre, gestora del hogar, compañera: lo que compone el denominado
“síndrome de la mujer maravilla”); la falta de conocimientos sobre gestión de los
tiempos; la ausencia de una red de apoyo, tanto personal como pública; etc.,
plantean dificultades que obstaculizan la viabilidad y rentabilidad de cualquier
proyecto empresarial.
2. PLANES
DE
AYUDA
Y
FOMENTO
DEL
EMPRENDIMIENTO Y DEL TRABAJO AUTÓNOMO.
DUDAS SOBRE SU EFICACIA.
Los planes de ayuda y fomento del emprendimiento vienen de lejos en el tiempo y en el
territorio. El objetivo de este epígrafe, es observar en qué consisten tales planes y en qué
medida se adaptan al perfil descrito a lo largo de las páginas precedentes.
Partiré del ámbito europeo para ir descendiendo a los niveles territoriales más cercanos
a los problemas reales de naturaleza local. Así, en primer término, es destacable que La
Estrategia de Crecimiento de Europa 202019 se centre en la generación de empleo por cuenta
ajena. De hecho, el “Paquete de Empleo”, aprobado por la Comisión en 2012, se marca como
objetivos prioritarios: la creación de puestos de trabajo; el restablecimiento de la dinámica
de los mercados laborales y la consolidación de la gobernanza de las políticas de Empleo.
Por tanto, a priori, y dejando a salvo iniciativas como el Programa PROGRESS, financiado
por el Fondo Europeo de Adaptación a la Globalización (FEAG), con la finalidad de
formar en la búsqueda de empleo y en la generación del propio empleo; o el Instrumento
Europeo de Microfinanciación Progress, el más indicado para la creación de
microempresas; el empleo por cuenta propia no aparece entre las prioridades europeas20.
Sin embargo, no parece proponerse lo mismo en el Estado Español. Entre los
discursos políticos, institucionales, que se entremezclan en extraña confusión, es fácil ver
reiterada, como si de un “mantra” se tratara, la expresión “fomento del emprendimiento”.
Resultado de esta reiteración es el todavía Real Decreto Ley 4/2013, 22 de febrero (BOE
23 de febrero) de medidas de apoyo al emprendedor y de estímulo del crecimiento y de la
creación de empleo.
Pues bien, tal y como expone el propio legislador, el eje vertebrador del RD-Ley es
la promoción de la cultura emprendedora, haciéndose imprescindible que desde las
19
20
http://ec.europa.eu/europe2020/index_es.htm
http://ec.europa.eu/social/main.jsp?langId=es&catId=86
Administraciones Públicas se potencia y facilite la iniciativa empresarial. Ahora bien, esa
promoción se expresa, en el Título I en el diseño de una “Estrategia de Emprendimiento y
Empleo Joven 2013-2016”, invitando a toda entidad, pública o privada, a participar en la
misma. En consecuencia, se apuesta por el emprendimiento, pero no se define, ni se indica
conforme a qué valores y principios se debe fomentar esa cultura emprendedora. Estas
tareas son, a mi juicio, imprescindibles para que esta propuesta alcance el objetivo de lograr
un sistema productivo “sostenible”21. De otra parte, la apuesta por el emprendimiento es
hacia el sector más afectado por la crisis del empleo por cuenta ajena: el juvenil,
descartando el potencial de otros colectivos como el femenino, con sus propias
particularidades.
En relación con esta última reflexión, las medidas que propone el Gobierno son
puramente superficiales: en el Capítulo I del Título I, se adoptan medidas dirigidas a reducir
el coste inicial de la puesta en marcha de un proyecto empresarial (nada se señala sobre la
necesidad de formación e información)22; en el Capítulo II del mismo Título I, se reforma
el marco fiscal, proponiendo una reducción de la cuota a pagar por el Impuesto de
Sociedades a partir de la obtención de beneficios por valor de 300.000 euros (¿a quién va
dirigida esta medida? Claramente, no a la inmensa mayoría de jóvenes que inician su primer
proyecto empresarial); en el Capítulo III se adoptan algunas medidas, de nuevo, de mero
maquillaje, para incentivar la Economía Social. Por último, resultaría de interés el Capítulo
IV, destinado a la mejora de la intermediación laboral. Sin embargo, deja fuera la necesaria
formación de quienes informan, para que lo hagan de forma coherente con el “eje
vertebral” de la norma.
No es lugar ni momento para analizar en profundidad este RD-Ley, baste con
señalar que no es el resultado de una labor previa e imprescindible de diagnóstico del perfil
del emprendedor, por el contrario, se trata de una norma apresurada. Se habla de la
interlocución con asociaciones de Trabajadores Autónomos y de Economía Social, pero los
21
El art. 2 de la Ley 2/2012, 14 de junio (BOE, 6 de julio), de Medidas Urgentes de Apoyuo a la Iniciativa
Empresarial y los Emprendedores, Microempresas y Pequeñas y Medianas Empresas de la Comunitat
Valenciana, sí incluye su propio concepto de emprendedor «dentro de la Comunitat Valenciana», como
aquella persona física que realice los trámites previos para poder desarrollar una actividad económica, bien sea
como trabajador autónomo, cooperativista, socio de una pequeña y mediana empresa, sociedad laboral o a
través de cualquier forma mercantil admitida en derecho, que tengan su domicilio fiscal en la Comunitat y
siempre que el número de socios no sea superior a cinco. También contempla la especialidad del “joven
emprendedor”, como aquél que reúne los requisito enumerados con una edad inferior a 35 años.
22 Sí se amplían las modalidades de capitalización de la prestación del desempleo, y se admite la
compatibilidad durante un tiempo del cobro de la prestación por desempleo con el ejercicio de una actividad
por cuenta propia. En este sentido, y desde la perspectiva del fomento de la generación del propio empleo
por las mujeres, ha resultado más eficaz y práctica la STSJ-Castilla y León, Sala de lo Social, 31 de enero 2013
La Ley 2506/2013, que reconoce el derecho al desempleo en pago único aunque se desarrolle la actividad en
el domicilio particular, incluso aunque el único cliente sea el marido.
resultados no se adaptan más que a algunas de sus reivindicaciones, insisto, superficiales,
que no abordan adecuadamente las cuestiones de fondo. Y, por supuesto, como ya he
indicado, carece de adecuación a las especialidades del emprendimiento femenino, juvenil o
no.
Cuando se desciende al ámbito territorial autonómico se encuentran propuestas de
mayor interés, pues parten de un diagnóstico local23. Sólo haré mención a algunas de las
iniciativas adoptadas; aquellas que, a mi juicio, tienen un peso directo en el apoyo a la
creación del propio empleo en general por los emprendedores y en algún caso aislado,
específicamente por las emprendedoras.
En este sentido, resulta de interés la Ley 2/2012, 14 de junio (BOE, 6 de julio), de
Medidas Urgentes de Apoyo a la Iniciativa Empresarial y los Emprendedores,
Microempresas y Pequeñas y Medianas Empresas de la Comunitat Valenciana, porque
define la noción de emprendedor, de joven emprendedor, de microempresa, de pequeña y
mediana empresa y el de pequeña empresa innovadora, primera aclaración esencial para
definir a quiénes van dirigidas las medidas contempladas en la norma24. En segundo
término, aborda medidas concretas de simplificación administrativa para iniciar la actividad
empresarial, fundamental para evitar que el proyecto “enferme” en la maraña burocrática25.
En esta misma dirección apunta, la previsión de un Consejo Valenciano del Emprendedor,
que centralice y coordine las políticas de apoyo a los emprendedores. Una de sus primeras
tareas es crear la Plataforma del Emprendedor, que permitirá el acceso rápido y fácil a la
información básica para constituir un proyecto emprendedor. Sin embargo, adolece de un
diagnóstico previo del desempleo y potencial emprendedor en el territorio al que se
pretende aplicar, y con ello, de la previsión de medidas específicas adaptadas a cada
colectivo.
23
Resolución 27 de febrero de 2013, del Director Gerente del Instituto aragonés de Empleo, por la que se
convocan para el año 2013 las subvenciones del Programa ARINSER, para la integración socio-laboral de
personas en situación o riesgo de exclusión a través de empresas de inserción (relacionar con cooperativas y
sectores de emprendimiento de la mujer). Queda comprendido en la “Estrategia Aragonesa de competitividad
y crecimiento”
24 En un sentido muy similar lo define la Ley 15/2011, de 15 de diciembre (BOE 27 de marzo de 2012), de
Emprendedores, Autónomo y Pyme de la Comunidad Autónoma de Castilla-la Mancha. Llama la atención
que entre los objetivos de esta ley, esté el de “dignificar” el término empresario, y que la mayoría de la
medidas previstas afecten a la educación introduciendo en todos los ámbitos la “cultura emprendedora”. Lo
mimo hace la Ley Foral 12/2013, de 12 de marzo, de apoyo a los emprendedores y al trabajo autónomo en
Navarra (BO-Navarra 53—18 de marzo), en sus arts. 1 y 2.
25 En la misma dirección apuntan los arts. 10 y ss. de la previamente citada Ley 15/2011, de Castilla-la
Mancha.
Otra medida interesante, en este caso adoptado en Castilla-la Mancha, es la de
promoción de la tutela a emprendedores a través del asociacionismo de los diferentes
sectores empresariales representativos26.
Quizá sea la Ley Foral 12/2013, de 12 de marzo, de apoyo a los emprendedores y al
trabajo autónomo en Navarra (BO-Navarra 53—18 de marzo), la que más ha llamado mi
atención, por su coherencia interna y, con ello, por su viabilidad. Expresión clara de esa
coherencia es que el objetivo que se impone la norma es «marcar una hoja de ruta
completa… en aras de potenciar este ámbito económico cada vez más importante». La
norma apuesta desde el principio por la Economía Social, por el cooperativismo, como
instrumento útil para la dinamización del tejido empresarial, por los resultados aportados
antes y durante la crisis. He aquí un fundamento fáctico de interés, que nuevamente dota de
coherencia a la norma.
Además, se opta por una vía de financiación asimismo coherente con la realidad
microempresarial, cual es la microfinanciación y los microcréditos sociales. Igualmente, se
crean figuras específicas como el de intermediario financiero, especialista en trabajo
autónomo y apoyo a emprendedores, como fórmula de formación e información adaptada
a cada proyecto y se adentra, de forma detallada y concreta, por tanto, eficaz, en el papel de
formación, inserción y orientación en el ámbito del empleo autónomo del Servicio Navarro
de Empleo27.
Esta norma es la única, entre las consultadas, que contiene entre sus principios
informadores la perspectiva de género en el diseño, planificación, ejecución y evaluación de
las acciones que se desarrollen en el marco de la Ley, garantizando la igualdad de
oportunidades entre mujeres y hombres. De hecho, en su art. 8 contempla entre los
beneficiarios de las políticas activas para el autoempleo, a las mujeres, junto a los parados
de larga duración, las personas con discapacidad o en situación de exclusión social e
inmigrantes.
A través de este recorrido, se puede observar cómo del ámbito territorial más
amplio al más local se observan importantes diferencias de efectividad, hasta el punto en
26
Arts. 29 y ss. Ley 15/2011, de Castilla-la Mancha.
La Orden 11 de marzo de 2013, del consejero de Economía y Empleo, por la que se convocan para el año
2013 las subvenciones reguladas en el Decreto 111/2012, de 24 de abril, del Gobierno de Aragón por el que
se aprueba el Programa de Emprendedores y se establecen las bases reguladoras parra la concesión de las
subvenciones contempladas en el mismo para la promoción del empleo de aquellos emprendedores que se
establezcan como trabajadores autónomos o constituyan microempresas en la Comunidad Autónoma de
Aragón, es un paso adelante en la concreción de este tipo de medidas. La financiación es el carburante que
mueve toda la maquinaria. Estos medios de financiación se encuentran igualmente, en el ámbito local, véase
como ejemplo la Convocatoria de ayudas destinadas al Fomento del Emprendizaje y el Desarrollo
Empresarial en el municipio de Santander para el año 2013, publicada en el Boletín Oficial de Cantabria, 26
de marzo de 2013.
27
que, en mi opinión, son las apuestas estrictamente locales, apoyadas en las estrategias
autonómicas las que pueden dar frutos en el apoyo a la generación del propio empleo. No
obstante, salvo en el caso de Navarra, se observa un claro déficit en la aplicación de la
perspectiva de género, fundamental para contribuir al empoderamiento de las mujeres
emprendedoras.
3. FÓRMULAS DE AUTOEMPLEO COLECTIVO
Aunque, como ya se ha indicado, la mayoría de las mujeres optan por el trabajo
autónomo o por las microempresas; esto es, el emprendimiento individual con pocos
trabajadores a su cargo, una tendencia a fortalecer (y así lo evidencian algunas de las
normas a las que he hecho alusión en el epígrafe anterior) es la del autoempleo colectivo; es
decir, la asunción colectiva de un proyecto empresarial con sus riesgos y sus beneficios.
Pues bien, son muy variadas las fórmulas sobre las que se puede construir ese
proyecto colectivo, pero no todas ellas propician el empoderamiento de quienes desean
liderar dicho proyecto, objeto de esta comunicación.
No daría tiempo aquí a describir la estructura y funcionamiento interno de cada una
de las formas empresariales que ofrece nuestro ordenamiento para funcionar en el mercado
económico. Por ese motivo, me detendré a sintetizar aquellos aspectos que pueden poner
de manifiesto qué fórmulas se adaptan en mayor medida al objeto del empoderamiento de
las mujeres. En este caso, la forma sí importa.
Dejaré de lado las sociedades personalistas (sociedades civiles, sociedades colectivas
y comanditarias) por no ser muy utilizadas en el tráfico jurídico. Me centraré por tanto en
dos grupos o categorías de empresas: las sociedades de capital (sociedades anónimas,
sociedades limitadas, etc.) y las sociedades de economía social (sociedades cooperativas y
sociedades laborales).
¿Cuáles son los rasgos tipológicos que definen a las sociedades de capital? Pues
básicamente, son sociedades que se levantan sobre el protagonismo del capital social y de
las funciones que le son atribuidas por la ley. A ello se suma un régimen de responsabilidad
social limitada a las aportaciones realizadas al capital por cada socio y una enorme
flexibilidad y capacidad de adaptación28.
28
FERNÁNDEZ DE LA GÁNDARA, L., La atipicidad en derecho de sociedades, Zaragoza (Pórtico), 1977, p. 34.
El protagonismo del capital social hace que el poder de influencia sobre la vida
societaria por cada socio venga condicionado por la cantidad aportada por él mismo o en
asociación con otros socios con los que mantenga vínculos familiares o de otro tipo. Por
tanto, son fórmulas que permiten el control efectivo de la sociedad por una minoría con
mayoría de participación en el capital social. Se excluye el trabajo como objeto de
aportación, si bien se admiten las prestaciones accesorias. Esto significa que quien sólo
tiene su trabajo como medio de aportación a la empresa común, se ve alejado de la
condición de socio y con ello, de la participación en la adopción de decisiones de gestión
empresarial. Otra posibilidad es que acceda a la condición de socio, económicamente
minoritario, y además trabajador, arrastrando la precariedad de ambas condiciones. Es
necesario tomar en consideración, que en estas entidades las decisiones se adoptan por
mayoría de capital social, hasta el punto que la voluntad societaria se confunde con la
voluntad de aquel o aquellos que poseen la mayor parte del capital social; voluntad que se
impone a los socios minoritarios.
De otra parte ¿cuáles son las características de las entidades de Economía Social? El
elemento común a sociedades laborales y a sociedades cooperativas es que en su filosofía
prima la persona sobre el capital. Esta primacía se manifiesta de forma más expresa en las
cooperativas, por lo que me centraré en ellas.
Las cooperativas, sea cual sea su objeto, incluidas las cooperativas de trabajo asociado o
las cooperativas de iniciativa social, se rigen por leyes que han asumido los principios y
valores
cooperativos
declarados
por
la
ALIANZA
COOPERATIVA
INTERNACIONAL29. Entre estos principios y valores se encuentran, y así se hallan
recogidos en la ley nacional y en las normas autonómicas que regulan esta fórmula
empresarial30, el principio de adhesión voluntaria y abierta (en igualdad de condiciones, sin
causas de exclusión que den lugar a discriminación alguna); el de gestión democrática por
parte de sus socios (se traduce en la regla “un socio-un voto”, con independencia del
capital social aportado; el principio de participación económica de los socios (destinada a la
financiación de la empresa, a la alimentación de fondos de reserva no repartibles como el
fondo de educación y formación, o el fondo de reserva, cuya función es cubrir necesidades
económicas de la entidad en caso de crisis económica, a fin de mantener los empleos de los
socios); el principio de autonomía e independencia, de tal forma que ningún socio, sea cual
29
www.ica.coop.es
Resulta ilustrativo el número 65 de la REVISTA DE ESTUDIOS COOPERATIVOS (REVESCO), 1995,
en el que, monográficamente, varios autores analizaron “La identidad cooperativa”.
30
sea su aportación económica al capital social, pueda imponer su voluntad a la voluntad
mayoritaria de los socios; el de educación, formación e información, que garantiza la
mejora de la formación de los propios socios en su trabajo, como administradores o
gestores empresariales o como parte del movimiento cooperativo; el principio de
cooperación entre cooperativas, que fomenta el asociacionismo entre cooperativas, de
modo que se forman redes de ayuda mutua que garantizan la viabilidad del proyecto
empresarial; y finalmente, el principio de interés por la comunidad, que sitúa a las
cooperativas en el ámbito local en el que inician su actividad, favoreciendo la consolidación
de tejido tanto empresarial como social.
Así pues, y a pesar de la necesaria síntesis, ambas categorías empresariales muestran
distintos caracteres tipológicos, unos más favorables al empoderamiento de las mujeres que
otros. Así, mientras en las sociedades de capital no es difícil encontrar a un socio inversor
mayoritario, que se asocia con un socio minoritario que además aporta su trabajo, sin
efecto emancipador; en la experiencia cooperativa, es fácil encontrar la puesta en práctica
de proyectos emancipadores por mujeres, que consiguen alcanzar una dinámica de
cooperación y apoyo mutuo y garantizar la viabilidad de su proyecto común.
De nuevo quiero insistir en que no son las empresas las que reúnen la cualidad de
cooperativas, sino las personas que las conforman. Por ese motivo, la cooperativa se ha de
observar como un mero instrumento, que por su fisonomía, contribuye a conducir un
proyecto cooperativo, en condiciones de igualdad y democracia, lo que contribuye a su vez
al empoderamiento de quienes optan por esta vía.
4. AUTOEMPLEO FEMENINO Y EMPODERAMIENTO: A
MODO DE CONCLUSIÓN.
1- El autoempleo como alternativa31 no es en absoluto una novedad. Sin embargo,
cuando el autoempleo se une a los cambios que la mujer está experimentando en su
propia concepción y en la concepción de su lugar en la sociedad, adquiere unos tintes
especiales. Trasciende los meros efectos ocupacionales, para convertirse en una vía de
31
Así lo define expresamente la Ley Foral 12/2013, de 12 de marzo, de apoyo a los emprendedores y al
trabajo autónomo en Navarra, BO Navarra 53, 18 de marzo, en su exposición de Motivos, para seguir
señalando que «El autoempleo se configura efectivamente como respuesta a una situación difícil a la que por
desgracia tan sólo se aplican medidas de ajuste cuando se ha mostrado que esos ajustes por sí solos conducen
a una espiral de destrucción mayor de empleo, de falta de capacidad de consumo y por tanto, a más recisión».
Esta Ley Foral ofrece un compromiso real y efectivo de la Administración Foral de Navarra con los
emprendedores.
emancipación de la mujer y en un instrumento que le permite transitar del ámbito
privado a la conquista del ámbito público.
2- Actualmente, en nuestro país, la creación del propio puesto de trabajo, se está
convirtiendo en “la opción”. No obstante, las medidas adoptadas en los distintos
niveles territoriales para favorecer su elección no parecen lo suficientemente profundas
como para garantizar la viabilidad de la misma. Es más, salvo honrosas excepciones, la
perspectiva de género no aparece contemplada en estas medidas legales y de
financiación pública, lo que va claramente en contra de la legislación vigente en materia
de trabajo autónomo y de igualdad.
3- De los datos examinados se obtiene un perfil de mujer emprendedora muy
particular, diferenciado del masculino. En general, existe una menor iniciativa
emprendedora en la mujer, pero, cuando se produce, tiene una vocación de continuidad
superior a la del emprendedor masculino. Además, opta por la generación de empleo y
no tanto por la generación de beneficio inmediato, lo que contribuye a conformar un
tejido empresarial y productivo más sostenible.
Dentro de este perfil, he realizado una categorización de mujeres emprendedoras
con la finalidad de mostrar cómo el empoderamiento de determinados colectivos mujeres emprendedoras a la fuerza, y mujeres pertenecientes a colectivos con
dificultades adicionales-, es más difícil que el de otros. Para estos últimos es para los
que la fórmula cooperativa puede suponer una buena estructura de “flotación”.
4- El empoderamiento, viene, a mi juicio, de la mano de la igualdad, de la democracia,
de la autoayuda y de la autorresponsabilidad; todos ellos valores que rigen el
movimiento cooperativo. Por este motivo vinculo esta finalidad emancipadora al medio
cooperativo.
5- Sin embargo, el movimiento cooperativo por sí solo no garantiza que la mujer que
genera su propio empleo de forma colectiva pueda superar los grandes retos a los que
se enfrenta. En mi opinión es en el asociacionismo cooperativo y, particularmente, en el
asociacionismo cooperativo femenino, donde la mujer puede encontrar el mayor apoyo
para imponerse a esas desventajas.
6- En primer término, el reto del acceso a la formación. El hecho de que en las
cooperativas sea obligatoria la creación y contribución económica anual a un fondo de
formación, asegura la mejora de la formación de las socias. Esa formación puede ser
básica, y favorecer además su autoestima y auto-concepción, y progresar hacia su
formación como gestora de una entidad de economía social, contribuyendo a hacer su
proyecto más eficaz y productivo. Igualmente, puede mejorar su especialización, su
acceso a nuevas tecnologías, todo ello, asegurando la viabilidad de la empresa.
7- En segundo lugar, las dificultades en el acceso a la financiación: se ha podido ver que
las Administraciones Públicas ofrecen algunas medidas de financiación, comunes a
todos los colectivos, salvo en el caso de los jóvenes, colectivo este último prioritario.
Sin embargo, los datos muestran que las mujeres emprendedoras deben acudir a
mecanismos más flexibles y prácticos como son los microcréditos y la banca ética.
Dentro de la banca ética son muchas las cooperativas de crédito que tienen como parte
de su objeto social favorecer la creación de cooperativas y además, seleccionar a sus
clientes con una perspectiva distinta, basada en el género, en la igualdad, en la
innovación, etc.
8- Por último, el gran reto es el de la gestión de los tiempos, tan difícil de superar en
todos los ámbitos, por el contexto en el que nos encontramos. Sin embargo, veo en la
cooperación entre cooperativas una solución. Por ejemplo, la idea de una cooperativa
de enseñanza que acoja a los hijos de otras cooperativistas en horarios adaptados a la
actividad de éstas es una opción, que además generaría empleo.
No obstante, considero que la mejor opción es aprender a gestionar los tiempos
dentro de la propia cooperativa y, en la medida en que las decisiones son adoptadas por
todas las socias trabajadoras, adaptar los turnos de trabajo, aplicar las nuevas
tecnologías, generar nuevos puestos de trabajo, etc., que, permitan poco a poco dedicar
más tiempo al ocio o a la familia. Esta sería una decisión adoptada democráticamente
por las socias entre la opción A –incremento de los beneficios- y la opción B –
reducción del tiempo de trabajo-, que en otro tipo de empresas no se podría si quiera
soñar.
9- En consecuencia, considero que una vía para alcanzar el empoderamiento por la
mujer, es la generación de su propio puesto de trabajo, pero bajo una fórmula que le
permita controlar cómo y cuándo ha de desarrollarlo, de forma eficaz y viable32.
10- La opción cooperativa, tal y como ha sido configurada a lo largo de su historia, con
los derechos y obligaciones que exige, puede ser un buen medio emancipador. Las
sociedades de capital, también pueden serlo, pero para un perfil de emprendedora muy
concreto. Entiendo que el caso de la emprendedora que opta por la sociedad de capital,
pueden darse en dos contextos: el primero, aquel en el que hay un proceso previo de
empoderamiento –económico, social y/o formativo- que conduce a esa elección; y un
segundo, la ausencia de opción, la incorporación a un proyecto iniciado por otra
persona o grupo de personas, o junto a una persona o grupo de personas de las que
depende. Esa dependencia se suma en muchos casos a su exclusión del ámbito de
protección del Derecho del Trabajo.
Por el contrario, por las experiencias analizadas y citadas en la comunicación, el
cooperativismo es, en muchos casos, un vehículo emancipador, fundamentalmente de
ese colectivo de emprendedoras que denominaba “a la fuerza”.
BIBLIOGRAFÍA Y OTRAS FUENTES DE INFORMACIÓN
http://epp.eurostat.ec.europa.eu/portal/page/portal/statistics/themes
http://www.ine.es
http://www.oecd.org
http://www.aseme.es/
http://www.mujeresempresarias.org/
http://www.fmujeresprogresistas.org
http://www.femenp.es
32 Me ha llamado la atención el trabajo de ESTEBAN SALVADOR, Mº L., “¿Son las cooperativas más
favorables a la presencia de mujeres en los consejos que otras entidades?”, publicada en REVESCO, núm.
110, Primer Cuatrimestre 2013. En su artículo concluye que son sociedades cooperativas con un número
importante de mujeres en sus órganos de dirección y gestión, las que mayor rentabilidad económica han
tenido en los últimos años.
http://www.fidem.es
http://www.itaong.org
http://www.secot.org
http://www.mujeresempresarias.org.
http://www.coceta.coop
http://www.celem.org
www.oit.or.cr
http://www.gemconsortium.org/docs/download/2262
AA.VV., “La identidad cooperativa”, REVESCO, núm. 65, monográfico, 1995.
FERNÁNDEZ DE LA GÁNDARA, L., La atipicidad en derecho de sociedades, Zaragoza
(Pórtico), 1977, p. 34
NAVARRO, V., TORRES LÓPEZ, J. y GARZÓN ESPINOSA, A. Hay alternativas.
Propuestas para crear empleo y bienestar social en España, 10ª Edic. , Sequitur, Madrid, 2011.
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