Benson Benson - Museo de las Constituciones

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Nettie Lee
Benson
La diputación
provinciaL
y eL federaLismo
mexicano
UNIVERSIDAD NACIONAL
AUTÓNOMA DE MÉXICO
Dr. José Narro Robles
Rector
Dr. Eduardo Bárzana García
Secretario General
Lic. Enrique del Val Blanco
Secretario Administrativo
Dr. Francisco José Trigo Tavera
Secretario de Desarrollo Institucional
M.C. Miguel Robles Bárcena
Secretario de Servicios a la Comunidad Universitaria
Lic. Luis Raúl González Pérez
Abogado General
Lic. Enrique Balp Díaz
Director General de Comunicación Social
Coordinación de Humanidades
Dra. Estela Morales Campos
Coordinadora
Mtro. Rubén Ruiz Guerra
Secretario Académico
Dr. Fernando Curiel Defoseé
Director de Divulgación
de las Humanidades y de las Ciencias Sociales
Museo de las Constituciones
Mtro. José Gamas Torruco
Director
La diputación
provincial
y el federalismo
mexicano
Nettie Lee Benson
EL COLEGIO DE MÉXICO
Universidad Nacional Autónoma de México
COORDINACIÓN DE HUMANIDADES
Museo de las Constituciones
342.72
B474.d
2012
Benson, Nettie Lee
La diputación provincial y el federalismo mexicano / Nettie
Lee Benson ; Traducción de Mario A. Zamudio Vega; pres.
José Gamas Torruco ; pról. Josefina Zoraida Vázquez. -‑ 3a.
edición -- México : El Colegio de México : UNAM / Museo de
las Constituciones, 2012. 415 p., ils. ; 21cm.
ISBN 978-607-02-3641-9
1. Cuerpos legislativos -- México. 2. Gobiernos Estatales -México. 3. Gobierno Federal -- México.
Tercera edición en español, 2012
Segunda edición en español, 1994
Primera edición en español, 1955
Derechos de traducción al español cedidos
por la Universidad de Texas, 1992
D.R. © El Colegio de México
Camino al Ajusco 20
Pedregal de Santa Teresa
10740 México, D.F.
D.R. © Universidad Nacional Autónoma de México
Coordinación de Humanidades
Circuito Cultural Mario de la Cueva
Ciudad Universitaria
México, D.F.
ISBN 978-607-02-3641-9
Impreso en México / Printed in Mexico
A mis padres
Índice
Presentación / José Gamas Torruco
11
Prólogo. Nettie Lee Benson (1905-1993) y sus aportaciones /
Josefina Zoraida Vázquez
15
Prefacio19
Introducción21
I. Origen de la diputación provincial
II. Establecimiento de las diputaciones provinciales,
1812-1814
III. Incremento de las diputaciones provinciales
en México, 1820-1821
IV. Desarrollo de las diputaciones provinciales
en México, 1821-1823
V. La asunción de las diputaciones provinciales
al poder
VI. Actitud de las diputaciones provinciales respecto
a un nuevo Congreso
VII. Evolución de las legislaturas estatales precursoras
VIII. Establecimiento de otras legislaturas estatales
Apéndice A. Diputados electos a las diputaciones
provinciales mexicanas conforme a la Constitución
española de 1812
Apéndice B. Diputados provinciales electos
a las diputaciones provinciales de México
en 1822-1823 conforme a la ley electoral
promulgada en noviembre de 1821 por la Junta
Provisional Gubernativa
33
49
77
125
153
199
221
251
301
311
Apéndice C. Diputados provinciales electos
a las diputaciones provinciales en septiembre
de 1823 de acuerdo con la ley promulgada
el 17 de junio de 1823 por el Congreso
constituyente restaurado
321
Bibliografía335
Índice onomástico y analítico
351
Índice de mapas
413
Índice de láminas
414
Presentación
Para toda una generación de profesores y estudiantes del derecho constitucional la obra La diputación provincial y el federalismo
mexicano de Nettie Lee Benson, que hoy se reimprime, abrió nuevos horizontes, al develar hechos pasados que habían conduci­do a
la historiografía mexicana —nublada por partidismos, incertidumbres en la identificación nacional y actitudes ideológicas dogmáticas— a la contundente afirmación de que el federalismo mexicano
fue una “imitación extralógica” de las instituciones estadounidenses y que el país fue y ha sido centralista por historia y por persistente —casi inevitable— acción política. Benson rescató, con
la devoción y el poder de la investigación, el verdadero origen del
sistema federal mexicano, el cual se remonta a la Constitución
de la monarquía española, promulgada en Cádiz en 1812, y a la rebelión de las provincias mexicanas en contra del Congreso consti­
tuyente de 1822-1823, el primero del México independiente.
El libro de Nettie Lee Benson fue publicado por primera vez en
1955, por El Colegio de México. En esa época, las generaciones
que tuvimos el privilegio de tomar clase con el maestro Mario de
la Cueva escuchábamos, por vez primera, sobre la existencia
de una Constitución de Cádiz, que la historia que se enseñaba en
las preparatorias no registraba. Años después, en 1964, De la Cueva
rescató también del olvido y la indiferencia de cronistas e historiadores a la Constitución de Apatzingán. La complejidad del proceso
de independencia de México, sus claroscuros, sus contradicciones
y su entraña institucional se nos reveló así de una manera distinta. Para la joven y nueva generación de profesores de derecho
11
José Gamas Torruco
Presentación
constitucional, la referencia a Cádiz y Apatzingán —dos caminos
para liberar a México— fue capítulo obligado y el libro de Benson
referencia indispensable.
Nettie Lee Benson nació en 1905 en Arcadia, Condado de
Galveston, Texas; desde muy joven manifestó interés por México, aprendió español y tomó cursos relacionados con la cultura
mexicano-estadounidense en la Universidad de Texas, donde se
graduó en 1929. En 1935 obtuvo la maestría en historia y gobierno en América Latina. En esos años enseñó inglés en un instituto
privado en la ciudad de Monterrey.
En 1942 inició su trabajo en la Biblioteca Latinoamericana, que
hoy lleva su nombre, en la misma Universidad de Texas, en Austin, convirtiéndola en una de las más completas del mundo en su
materia, y que contiene hoy una asombrosa colección de archivos
y documentos mexicanos. Su labor se complementó con periodos
de investigación y enseñanza de la historia mexicana en su alma
máter, a partir de 1962 y hasta su retiro en 1975, aunque continuó
organizando seminarios para graduados hasta 1989.
En 1979 México reconoció la devoción de Nettie Lee Benson
por el país, su historia, su cultura y su gente, así como su abierto
apoyo a los mexicanos residentes en los Estados Unidos; así, le
fue conferida la Orden del Águila Azteca, máximo galardón de la
república para extranjeros que la honran.
Fruto de su intensa investigación, patrocinada por El Colegio de
México, fue La diputación provincial y el federalismo mexicano. Además de esta obra, Benson elaboró varios trabajos, muchos de ellos
inéditos; destaca entre los conocidos el espléndido ensayo “Texas
as viewed from Mexico, 1820-1834”, publicado por el Southwest
Historical Quaterly en 1987. Asimismo, resultado de sus seminarios
para graduados son los estupendos ensayos escritos, bajo su dirección, por sus estudiantes y recogidos en Mexico and the Spanish
Cortes 1820-1824, publicado por la editorial de la Universidad de
Texas y traducido en México por la Cámara de Diputados en 1985.
La profundización en la historia de la época, el acopio de docu­
mentos en España y México y testimonios escritos, hasta entonces
inéditos, revelaron a la investigadora hechos indiscutibles: la asistencia de los diputados de la entonces Nueva España a Cádiz, convocados para formar parte del Congreso Constituyente, las Cortes,
fue un hecho trascendente aunque pasado por alto en la historia de
México; su participación no sólo fue brillante sino inspirada por
un humanismo hispanoamericano en la defensa de las castas, y eficaz en tanto que logró uno de los propósitos más claros para los
criollos mexicanos de la época: un grado de autonomía respecto del
imperio español que permitiera a las provincias su propio gobierno, enmendando la imposición autoritaria de tres siglos. Lograron
así la “diputación provincial” en cada una de las provincias que,
aunque limitadas en facultades, actuaban como contrapeso de la
autoridad real; su eficacia fue demostrada en los primeros años de
la independencia, en los que se mantuvo vigente la Constitución
de Cádiz, hasta la asunción plena de la soberanía nacional en 1824.
Dicha asunción de la soberanía fue reclamada por las diputaciones que desconocieron al primer Congreso constituyente,
convocado en México independiente, antes de que éste terminara
su obra por haber favorecido al imperio de Iturbide y sospechar
en él intenciones monarquistas. Las diputaciones provinciales se
rebelaron, se adhirieron al Plan de Casa Mata, se proclamaron independientes y exigieron, para permanecer en la república, el establecimiento del Estado federal.
Habría que desentrañar las razones por las cuales el sistema
federal ha sido durante decenios sustituido por un proceso inverso
de centralización y, pese a ello, se ha mantenido. Es éste uno de los
análisis que historiadores, politólogos y juristas constitucionalistas debemos a la nación. Si regímenes autoritarios no han podido,
ni querido, desaparecerlo como institución constitucional, debe
haber razones de fondo. El hecho real es que hoy se practica dentro de los lineamientos constitucionales, lo que muestra que siempre estuvo presente en los mexicanos en su diversidad regional y
su penoso camino en conquista de sus libertades.
La influencia de Cádiz en el constitucionalismo mexicano es
evidente para el analista de las constituciones. Dejó vivas y actuan-
12
13
José Gamas Torruco
tes las diputaciones que crearon el Estado federal; creó el sistema
electoral, que recogieron los insurgentes en la Constitución de
Apatzingán y que se mantuvo en constituciones y leyes de la república hasta la promulgación de las leyes liberales más de treinta
años después; creó el marco de la Constitución de 1824; influyó en
forma determinante en las primeras constituciones de los estados;
originó la idea de observar el cumplimiento constitucional por los
poderes, y se prolongó hasta hoy en instituciones como la Comisión Permanente del Poder Legislativo, el privilegio parlamentario
y el refrendo de los actos del Ejecutivo.
La obra de Nettie Lee Benson echó luz sobre el valor de las
instituciones gaditanas y difundió la actuación de las diputaciones
provinciales, destacando el origen del federalismo mexicano. Sea
la reedición de su obra en este año conmemorativo del bicentenario de la Constitución de Cádiz también un reconocimiento, al
celebrarse los dos siglos de aquella inmensa explosión del espíritu
constitucional, a la obra de una mujer excepcional cuyo legado
está hoy, más que nunca, presente, como el sistema federal mismo,
a cuyo estudio dedicó las brillantes páginas que siguen.
Centro Histórico de la Ciudad de México, agosto de 2012
José Gamas Torruco
Director
Museo de las Constituciones
Coordinación de Humanidades
Universidad Nacional Autónoma de México
14
Prólogo
Nettie Lee Benson (1905-1993)
y sus aportaciones
Poco después de incorporarme a El Colegio de México oí la pri­
mera mención de la doctora Benson, aunque no la conocí hasta el
verano de 1965 cuando en nuestro paso de Massachussetts a México nos detuvimos en Austin, por entonces una pequeña y tranquila ciudad. No fue, sin embargo, sino hasta 1966, en que obtuve la
beca Farmer para una corta estancia en Austin, que inicié una entrañable amistad con Nettie Lee. Famosa por su conocimiento de
las fuentes de historia latinoamericana, era un referente obligado
para todo estudiante e investigador mexicano. Pronto descubrí que
su aparente brusquedad escondía una generosidad inagotable. Volví varias veces a Austin como profesora visitante. La Sala de Libros
Raros, fuente riquísima de descubrimientos, ejerció tal atracción
que me hizo aprovechar muchos veranos por más de una década,
a pesar del insoportable calor texano.
Tuve contacto con la doctora Benson y con generaciones de sus
alumnos, lo que me permitió percatarme de sus aportaciones a la
historia latinoamericana en general y a la mexicana en particular.
En primer lugar fue su colaboración y promoción del movimiento
revisionista de la historia mexicana. En segundo, su labor para ampliar el acervo de la Universidad de Texas en Austin con sus épicos
viajes anuales por todo el continente para completar colecciones
de periódicos y adquirir maravillas bibliográficas con su ojo avisor.
Esta tarea la hizo no sólo para la universidad, sino para un consorcio de bibliotecas de Estados Unidos. No fue menor su labor
de mentora de toda una generación de mexicanistas y de investigadores a los que sugirió fuentes y ángulos para abordar diversos
15
Josefina Zoraida Vázquez
Prólogo
temas, además de leer borradores. En El Colegio de México era un
verdadero mito, razón por la cual se le nominó exitosamente para
el Águila Azteca.
Quizá la mejor forma de comprender el valor del libro que se
imprime hoy por tercera vez, es situarlo dentro de la historiografía de México, que a mediados del siglo xx empezaba a profesionalizarse, pero que todavía era víctima de prejuicios y miopías.
México había contado desde los inicios de la nación con buenos
historiadores, pero iba a ser la publicación de la gran síntesis nacional México a través de los siglos (1884-1889), redactada bajo la
dirección de Vicente Riva Palacio, la que acuñó una interpretación
liberal del pasado mexicano que marcaría la historiografía por casi
un siglo. Eso no quiere decir que no aparecieran versiones que
diferían y hasta la combatían, pero los juicios que había impuesto
han sido difíciles de rectificar, ya que la repetición por otros autores y por los libros de texto escolares los convirtieron en verdades.
Además, México a través de los siglos inició la división del pasado
mexicano en tres etapas, aunque como por entonces los estudios
arqueológicos estaban en pañales, el primer libro incluyera la conquista. Por tanto, Riva Palacio dedicó el primer tomo a la historia
antigua y de la conquista, el segundo al virreinato y los siguientes
tres a la etapa nacional, uno para la Guerra de Independencia, otro
para el México independiente (1821-1855) y el tercero para la Reforma. Riva Palacio que redactó el tomo del virreinato, lo hizo con
la conciencia de que formaba parte de la monarquía hispánica y
por tanto mencionó los cambios que la afectaron: la abdicación
de los reyes en 1808, la invasión napoleónica a la península, la
crisis en todo el territorio y la reunión de las Cortes. Incluyó en su
relato la participación de los novohispanos en los debates y en la
redacción de la Constitución de 1812 y las transformaciones que
conllevaban. Sin embargo pasó por alto la influencia que tendrían
en el constitucionalismo del nuevo Estado mexicano.
La guerra de independencia en realidad se historiaba como si
hubiera resultado solamente de las desigualdades del virreinato,
de la influencia de la independencia de las trece colonias inglesas
y de la Revolución Francesa, una interpretación que perduró por
casi un siglo al igual que el concepto de las tres etapas históricas de
México. Esta cronología, como todas las históricas, fue una convención, pero obstaculizó la explicación del pasado, pues durante
los tres siglos novohispanos hubo cambios profundos que darían
por resultado una nueva nación. Los historiadores que siguieron
esa línea no respetaron el intento de México a través de los siglos
de darle relevancia al virreinato, pues subestimaron la etapa y alimentaron una visión simplemente antihispánica. En las síntesis
históricas y en los textos escolares, el virreinato convertido en “colonia”, se despachó con una crónica de la epopeya cortesiana y
una mención sobre las instituciones que impusieron los españoles,
como si hubieran sido permanentes a lo largo de tres siglos. Esto
impidió calibrar la madurez del virreinato en el siglo xviii y las
reformas establecidas para centralizar su control y modernizar su
administración, lo que generó malestar en sus habitantes. El objetivo de convertir a los territorios americanos en verdaderas colonias no se cumplió totalmente por la distancia, el adverso contexto
internacional y el creciente debilitamiento de la Corona, impidió
su completa vigencia.
A pesar de que los americanos que asistieron como diputados
a Cortes eran una minoría, su participación fue importante y aunque no lograron la igualdad que les había reconocido la Junta Suprema de Sevilla, ni la autonomía y la libertad de comercio que anhelaban, pusieron en la palestra la problemática americana que se
discutió ampliamente. Justamente un novohispano de las provincias internas de Oriente, don Miguel Ramos Arizpe, en la memoria
presentada sobre la región que representaba, sugería la necesidad
de establecer unas juntas gubernativas que llamó diputaciones provinciales y logró que se aprobaran. El tlaxcalteca José Miguel Guridi y Alcocer llegó a proponer al federalismo como la única forma
adecuada para una monarquía heterogénea por estar extendida en
tres continentes, algo que combatieron los diputados peninsulares
que eran liberales, pero centralistas. El establecimiento de las diputaciones lo interrumpió la vuelta al trono de Fernando VII en
16
17
Josefina Zoraida Vázquez
1814, que suspendió la Constitución. No sería sino en 1820 en
que un pronunciamiento militar restableció su funcionamiento. El
regionalismo natural de la Nueva España, derivado de la orografía
de su territorio, poblado por diversas etnias poco comunicadas,
había sido fortalecido por el establecimiento de 12 intendencias,
que quedaron aisladas por la amplia ocupación insurgente durante
la lucha independentista. Este regionalismo se consolidaría con las
diputaciones provinciales.
No fue sino hasta la publicación del libro de Nettie Lee Benson,
La diputación provincial y el federalismo mexicano en 1955 que se
empezó a dar importancia al constitucionalismo liberal español y
a sus instituciones. Este enfoque convirtió al estudio en pionero
y clásico para la comprensión del federalismo mexicano, aunque
todavía hay quienes repiten que nuestro federalismo fue una simple copia del norteamericano. El libro de Benson inició una comprensión más amplia del fenómeno. Los historiadores han descubierto que el poder alcanzado por las elites provinciales durante
el virreinato se fortaleció con la ocupación insurgente de grandes
territorios que impidió el control de la ciudad de México, tanto
que en 1823 el federalismo era la única forma para mantener la
integridad del territorio novohispano, evitando que se fragmentara como lo hicieron los virreinatos meridionales. El federalismo
mexicano copió al norteamericano la división del Congreso en dos
cámaras, pero fue más radical al negarle al gobierno federal toda
facultad fiscal sobre los habitantes.
La diputación provincial continúa siendo un estudio clásico,
esencial para emprender nuevas investigaciones y comprender el
constitucionalismo mexicano en una más justa dimensión. Bienvenida pues la reedición cuidadosa que ahora se emprende.
Josefina Zoraida Vázquez
El Colegio de México
18
Prefacio
Cuando México, en el año 1823, adoptó el sistema federal de gobierno, quienes se oponían a él sostuvieron que era por completo
ajeno a la cultura institucional y gubernativa del país y que su
adopción imponía una descentralización artificial de éste. Desde
entonces hasta ahora, casi todos los investigadores de la historia
política mexicana aceptan sin discusión la validez de los argumentos de los enemigos del sistema federal del siglo xix.
Sin embargo, la descentralización no ocurrió bruscamente con
la adopción del sistema federal. Se había ido produciendo de modo
gradual a lo largo del tiempo; se desarrolló aceleradamente bajo la
Constitución española de 1812 por medio del establecimiento de
las diputaciones provinciales. Lucas Alamán, centralista convencido, dijo de ellas que eran el antecedente natural del sistema federal
(Historia de Méjico, v, 739).
Nuestro estudio se propone trazar la historia y el desarrollo de
la diputación provincial de México como antecedente del Estado
federal mexicano.
Nettie Lee Benson
Austin, Texas, junio de 1955
19
Introducción
Cuando Napoleón invadió España en 1808, colocó a su hermano,
José Bonaparte, en el trono español y retuvo como rehenes en Bayona, Francia, a los ex reyes, Carlos IV y su hijo Fernando VII,
por lo que los antiguos reinos españoles (ahora intendencias o
provincias de España) se levantaron en protesta, al igual que los
territorios españoles del Nuevo Mundo. Muchos cambios se habían producido en la administración y las instituciones después
de la conquista de ese territorio de América más tarde conocido
como México y que entonces se conocía como el reino de la Nueva
España. A medida que el territorio de la Nueva España aumentaba
y caía bajo el dominio de España, iba siendo dividido en pequeños
reinos o provincias y, a medida que los diversos conquistadores
ganaban más territorio, cada uno nombraba a menudo la región
conquistada con el nombre de la región de España de la que provenía y contendía con el virrey de la Nueva España, establecido en la
ciudad de México, para gobernar la región recién conquistada. Eso
fue lo que ocurrió con Nueva Galicia, provincia situada al oeste de
la Nueva España que tenía a Guadalajara como capital. Algunos
de los territorios conquistados más tarde fueron Nueva Vizcaya,
cuya capital era Arispe; la Nueva Extremadura, que se convirtió
en Coahuila y tuvo a Monclova como capital; Nuevo León, cuya
capital era Monterrey, y Nuevo Santander, que se convirtió en
Tamaulipas después de la independencia y cuya capital era Aguayo. Algunas de esas regiones fueron divididas en provincias más
pequeñas gobernadas por un gobernador sometido al virrey.
Más tarde, entre 1767 y 1786, algunos de esos reinos o provincias
21
Nettie Lee Benson
Introducción
fueron convertidos en intendencias; sin embargo, el término original de provincia y, más tarde, el de intendencia fueron usados a
menudo indiferentemente.
Hacia 1808, ese territorio mexicano fue dividido en el virreinato de la Nueva España, la Comandancia General de las Provincias
Internas y la Capitanía General de Yucatán, todas sometidas o semisometidas al virrey de México.
La Comandancia General de las Provincias Internas pasó por
varias etapas divisorias que se iniciaron el 16 de mayo de 1776,
se prolongaron hasta 1821 y se entrelazaron con la creación del
sistema de intendencias.1 A la Comandancia General de las Provincias Internas pertenecían las provincias de Texas, Coahuila,
Nuevo León, Nuevo Santander, Durango, Chihuahua, Sonora y
Sinaloa, así como los territorios de Nuevo México y de la Alta
y la Baja Californias. En ocasiones hubo más de una comandancia
general, por ejemplo, la Comandancia General de las Provincias
Internas de Oriente, compuesta por Coahuila, Nuevo León, Nuevo Santander y Texas, y la Comandancia General de las Provincias
Internas de Occidente, establecida por lo general en la ciudad de
Chihuahua, capital de la provincia del mismo nombre, compuesta
por Sonora y Sinaloa, Durango y Chihuahua y, en ocasiones, los
territorios de Nuevo México y las Californias.2 Algunas de esas
provincias eran gobernadas también por intendentes o por gobernadores militares subordinados a la Comandancia General, cuyo
La tesis de Douglas Alan Washburn, “Institutional Change and Political Develop­
ment: The Interior Provinces in Late Colonial New Spain”, tesis de maestría en
artes, Austin: The University of Texas, 1977, es un estudio detallado del establecimiento de esas dos instituciones en dichas provincias.
2
Ibid., pp. 41 y ss.; Lillian Estelle Fisher, Political Administration in the Spanish
American Colonies, Berkeley, Ca.: University of California Press, 1926, pp. 3943, 275 y 299-300; Idem., The Intendent System in Spanish America, Berkeley, Ca.:
University of California Press, 1929; C.H. Haring, The Spanish Empire In America, Nueva York: Oxford University Press, 1947, pp. 144-145 y 176; Luis Navarro
García, Intendencias en Indias, Sevilla: Escuela de Estudios Hispano-Americanos,
1959, pp. 7-16, 24 y ss.
1
22
23
Nettie Lee Benson
Introducción
cuartel general se encontraba en la ciudad de Chihuahua o en la
de Monterrey.
Cuando el sistema de intendencias fue introducido en la Nueva
España entre 1767 y 1790, pero sobre todo después de 1786, abarcaba las provincias de la Capitanía General de Yucatán, que incluía
también las provincias de Tabasco y Campeche y cuya capital era
Mérida, así como la provincia de Puebla, que incluía la de Tlaxcala, la de México, que incluía la región que rodeaba a la ciudad
de Querétaro, la de Nueva Galicia, la de Michoacán, cuya capital
era Valladolid,3 y las provincias de Guanajuato, Oaxaca, Veracruz
y Zacatecas, cuyas capitales eran las ciudades de los mismos nombres, respectivamente. San Luis Potosí planteó un problema especial, pues fue convertida en intendencia con sede en la ciudad de
San Luis Potosí, pero esta ciudad también era el cuartel general
de ese sistema en el caso de varias de las Provincias Internas, aunque el proceso todavía no había terminado hacia 1808. La primera
intendencia establecida fue la de Sonora y Sinaloa, cuya capital era
Arispe, en Sonora. La otra intendencia de la Comandancia General
de las Provincias Internas estaba en Durango, que tenía autoridad
sobre la provincia de Chihuahua. Cada uno de los intendentes actuaba también en gran medida como gobernador de la provincia
en que vivía. Aunque su principal responsabilidad eran los recursos financieros y económicos del territorio que gobernaba también
tenía cierta autoridad eclesiástica, política, militar y judicial. Cada
intendente, incluido el establecido en la ciudad de México, tenía
relaciones con prácticamente todos los individuos de su intendencia; lo nombraba el rey de España y era directamente responsable
ante él.4 En realidad, a partir de la época de creación del sistema
de intendencias, en particular en la Nueva España, el virrey quedó
más alejado de los individuos, por lo que éstos sentían el poder del
rey de España y la lealtad hacia éste más a través del intendente
que a través del virrey o el comandante general que estaba sobre
él, pues el intendente tenía una autoridad sobre su vida cotidiana.5
Por lo general, con excepción de las provincias militares, los
intendentes reemplazaron a los gobernadores militares de las provincias, como fue el caso de Coahuila, Nuevo León, Nuevo Santander, Texas, Nuevo México, Tabasco, las Californias, Chihua­
hua, Sinaloa y posiblemente algunas otras provincias que aún no
habían sido convertidas en intendencias. Se suponía que los intendentes debían conocer o establecer los límites exactos de su
intendencia.
Las noticias de que Napoleón había tomado como rehenes a los
reyes de España y colocado en el trono a su hermano José Bonaparte y sobre el subsecuente levantamiento de las juntas provinciales de España llegaron a mediados de 1808 a la ciudad de México,6
donde los acontecimientos se precipitaron. No es necesario narrar
aquí el conocido pasaje de la destitución del virrey José de Iturrigaray llevada a cabo por la Audiencia de México para sustituirlo
por Pedro de Garibay; sin embargo, sí debemos examinar el acto
de reconocimiento de Garibay del Gobierno Superior de España y
las Indias establecido por las juntas españolas rebeldes para gobernar España y las Indias a través de una Suprema Junta Central de
España y las Indias, con sede en Sevilla. La junta suprema estaba
compuesta por diputados o miembros de las diversas juntas espa­
ñolas que se rebelaron en contra del ejército de Napoleón y su
hermano que ocupaba el reino de España.
Hoy Morelia.
Washburn, op. cit., pp. 20 y ss.; Fisher, op. cit., pp. 97-331; Navarro García, op.
cit., pp. 53-71 y ss.
Ibid.; Fisher, op. cit.; Isabel Gutiérrez del Arroyo, “El nuevo régimen institucional
bajo la real ordenanza de intendentes de la Nueva España (1786)”, Historia Mexicana, xxxix, núm. 1, 153, julio-septiembre de 1989, pp. 89-122.
6
Gabriel H. Lovett, Napoleon and the Birth of Modern Spain, 2 t., Nueva York: New
York University Press, 1965, i, pp. 1-168; Raymond Carr, Spain 1808-1939, Oxford:
Clarendon Press, 1966, pp. 88-91; Timothy E. Anna, Spain and the Loss of America, Lincoln, Neb.: University of Nebraska Press, 1983, pp. 27-40; Hira de Gortari
Rabiela, “Julio-agosto de 1808: la lealtad mexicana”, Historia Mexicana, xxxix,
núm. 1, 153, julio-septiembre de 1989, pp. 181-203.
24
25
3
4
5
Nettie Lee Benson
Introducción
La Suprema Junta Central de España y las Indias promulgó
un decreto en nombre de Fernando VII en el que se estipulaba
que ya no debía pensarse en las colonias de América como tales
sino como partes integrales e iguales del imperio. La junta decretaba que los virreinatos de Nueva España, Perú, Nueva Granada
y Buenos Aires, así como las capitanías generales independientes
de Cuba, Puerto Rico, Guatemala y las provincias de Venezuela
y Filipinas, debían aplicar la resolución mediante la elección de
un diputado que representara a su respectivo distrito ante la Junta Central con sede en Sevilla. En el decreto se explicaba cómo
debían llevarse a cabo las elecciones en cada territorio específico
y se añadía que la Nueva España, incluidas sus Provincias Internas, debían elegir a un diputado a la Junta Central de España y
las Indias.7
El 4 de abril de 1809, Garibay promulgó el llamamiento para
que el Concejo Municipal de la ciudad de México, capital de la
Nueva España, el del partido de la Nueva España y cada capital de
intendencia de ésta y de las provincias internas efectuaran dicha
elección. Las elecciones fueron llevadas a cabo el 4 de octubre de
1809 por 12 concejos municipales de las intendencias existentes
y dos provincias adicionales: la de Querétaro y la de Tlaxcala, que
habían protestado por su omisión. Miguel Larrazábal y Uribe, de
la provincia de Tlaxcala, fue el triunfador en la vuelta final para
representar a la Nueva España y a las Provincias Internas ante la
Junta Central del Gobierno Superior de España y las Indias y tomó
posesión inmediatamente, pues ya se encontraba en Sevilla cuando fue electo.8
A finales de 1809, la Junta Central, que había estado discutiendo la convocatoria de unas Cortes, huyó hacia la isla de León
y Cádiz ante los ejércitos franceses que amenazaban Sevilla. En
febrero de 1810, en medio de una gran confusión y temor, la junta
nombró una regencia de cinco miembros, incluido el conservador
mexicano Miguel Larrazábal, con indicaciones para que convocara a una reunión de las Cortes españolas en septiembre de 1810
en la isla de León, en Cádiz.9 La regencia hizo la convocatoria para
las elecciones en ese mismo mes. El decreto, con las instrucciones
para llevar a cabo las elecciones, llegó a la ciudad de México el 16
de mayo de 1810 y fue publicado en el Diario Oficial el día 18 del
mismo mes y año.10
El procedimiento para la elección era relativamente simple.
Se establecía que cada concejo municipal de cada capital de cada
provincia o intendencia debía reunirse y nombrar a tres hombres,
nativos de la provincia o intendencia mexicana, dotados de integridad, talento y educación. Sus nombres debían ser colocados en
un recipiente del que debía sacarse uno. El hombre cuyo nombre fuese sacado sería el diputado por la provincia mexicana a las
Cortes de España. Entonces, el concejo municipal debía certificar
la elección y dar indicaciones al diputado sobre los asuntos que
presentaría ante las Cortes.11
En mayo de 1810, actuando con la autoridad del virrey, la Audiencia de México ordenó que sin demora alguna efectuaran las
elecciones los concejos municipales de las capitales de las provincias o intendencias de la Nueva España: México, Puebla, Veracruz,
Yucatán, Oaxaca, Michoacán, Guanajuato, San Luis Potosí, Gua-
Gazeta de México, xvi, núm. 49, 15 de abril de 1809, pp. 325-326; el decreto estaba
fechado en Sevilla el 29 de enero de 1809; véase también Nettie Lee Benson, “The
Election of 1809 in New Spain”.
8
Ibid.; véase también Archivo General de la Nación, Sección Historia, tt. 417, 418
y partes del 413.
Timothy Anna, op. cit., pp. 43-63; Charles R. Berry, “The Election of the Mexican
Deputies to the Spanish Cortes: 1810-1822”, en Nettie Lee Benson (ed. y trad.),
Mexico and the Spanish Cortes. Eight Essays, Austin: Institute of Latin American
Studies, The University of Texas Press, 1961, pp. 10-16; véase también la introducción del editor, pp. 1-7.
10
“Concejo de la Regencia, decreto del 14 de febrero de 1810”, Gazeta del gobierno
general de la nación, i, núm. 1, 18 de mayo de 1810, Cádiz, España, pp. 419-420.
11
Ibid., Berry, op. cit., pp. 10-12; Nettie Lee Benson, “La elección de Ramos Arizpe
a las Cortes de Cádiz en 1810”, Historia Mexicana, xxxii, núm. 4, abril-junio de
1984, pp. 515-539.
26
27
7
9
Nettie Lee Benson
Introducción
dalajara, Zacatecas, Tabasco, Querétaro, Tlaxcala, Nuevo León y
Nuevo Santander; y en todas ellas se llevaron a cabo.12
El comandante general, Nemesio Salcedo, recibió el mismo decreto y notificó a las provincias de su jurisdicción que llevaran a
cabo inmediatamente las elecciones, mismas que fueron realizadas
con entusiasmo por las provincias de Coahuila, Sonora y Sinaloa,
Chihuahua, Durango, Nuevo México y Texas.13
Las Cortes españolas se reunieron en septiembre de 1810 y
continuaron hasta 1813, con 22 diputados mexicanos entre ellas,
varios de los cuales ocuparon los puestos de más prestigio, tales
como presidente, vicepresidente y presidentes de comités importantes, y ayudaron a elaborar la Constitución Española de 1812.
Según afirma Charles R. Berry en su estudio “The Mexican Deputies to the Spanish Cortes: 1810-1822”, otros cinco diputados
mexicanos fueron electos, pero no tomaron parte en las Cortes
porque algunos murieron en el trayecto o no lograron llegar a Cádiz. Esos diputados decidieron servir a su país durante una etapa
no sólo de dura lucha por independizar el imperio español del
dominio francés sino también durante su propia lucha para lograr
que los individuos que representaban tuvieran más participación
en el gobierno de sus propias provincias. Para ello, eligieron la
vía legal, antes bien que el camino revolucionario que siguieron
Miguel Hidalgo, José María Morelos y las masas airadas y violentas
que combatieron en México durante el periodo que va de fines
de 1810 a 1814, al mismo tiempo que se debatía y adoptaba la
Constitución. Como veremos, fueron dos los caminos hacia la independencia mexicana.
La diputación provincial del mundo español fue el resultado
de los debates de esas Cortes y fue institucionalizada a través de la
Constitución de 1812. Lo que sigue es la historia de esa institución
Berry, op. cit.
Ibid.; Nettie Lee Benson, “Texas’ Failure to Send a Deputy to the Spanish Cortes”,
Southwestern Historical Quarterly, lxiv, núm. 1, julio de 1960, pp. 1-12; y Benson,
“La elección de Ramos Arizpe a las Cortes de Cádiz en 1810”, op. cit., pp. 515-539.
de corta vida en México y de su introducción en este país. Es la
historia de su breve existencia entre 1812 y 1814 y del restablecimiento forzado que hizo Fernando VII a principios de 1820 de
la Constitución de 1812 y de la propia diputación provincial; la
historia del desarrollo de ésta entre 1820 y 1821 bajo el gobierno
español y, en México, bajo el breve régimen del emperador Agustín de Iturbide; es la historia, en fin, del derrocamiento de éste,
del turbulento año de 1823, en que ocurrió tal derrocamiento,
y del aún más breve gobierno del primer congreso elegido durante
el régimen de Iturbide.
La historia de esa institución de corta vida pero de una extrema
importancia fue ignorada por los historiadores contemporáneos:
Lucas Alamán, Lorenzo de Zavala y José María Luis Mora; todos
los cuales participaron en sus actividades. Lucas Alamán reconoció su existencia y era quizá el mejor preparado para contar toda
su historia en su obra en cinco tomos Historia de Méjico; sin embargo, sólo la mencionó al final del quinto tomo, al afirmar que sus
acciones provocaron el establecimiento de una república federal
en México antes bien que una fuerte monarquía central, la que él
creía que habría sido mejor para su tierra natal. En su Ensayo histórico de las revoluciones de México, desde 1808 hasta 1830, Lorenzo
de Zavala la mencionó de pasada una sola vez y no se extendió
sobre ella. Por su parte, Mora nunca la abordó en su obra sobre las
revoluciones de México.
Carlos María de Bustamante citó algunos documentos relativos
a sus actividades y su papel durante el periodo 1810-1821 en el
primer volumen de su Cuadro histórico de la revolución de la América Mexicana; sin embargo, durante los 23 años más difíciles de su
vida, llevó un diario manuscrito de México en el que registró todo
lo que ocurría en la región de México donde vivía, sobre todo en
la ciudad de México, o lo que aparecía en los periódicos, pliegos
sueltos, panfletos, etc., relacionado con los acontecimientos que
registraba. Ese documento también ha permanecido ampliamente
desconocido y sin usar en los archivos de Zacatecas durante muchos, muchos años. Contiene un material abundante y valioso,
28
29
12
13
Introducción
Agustín de Iturbide, litografía publicada en La Ilustración
mexicana, México, Imprenta de Ignacio Cumplido, 1851-1855.
Biblioteca Nacional de México.
pues lio en cada volumen muchos documentos impresos extremadamente raros de esos años. Lo citaré como su Diario histórico
manuscrito.
Los historiadores posteriores, en México o fuera de él, mexicanos o anglosajones, raramente han mencionado la Diputación
Provincial de México y, cuando lo han hecho, sus afirmaciones
han sido erróneas en una gran medida. Hubert Howe Bancroft, durante mucho tiempo el historiador angloamericano de referencia,
menciona una vez la institución en el cuarto tomo de su obra de
seis, History of Mexico, cuando dice que México pudo haber tenido
muchas diputaciones provinciales, pero que eligió tener una sola.
Afirmación por completo errónea, como se demuestra cabalmente
en esta obra.
En cuanto a los historiadores posteriores, prácticamente ninguno supo de su existencia o, bien, la ignoraron deliberadamente,
junto con su importancia. No obstante, la Diputación Provincial
de México desempeñó un papel importante, pues llevó la autonomía a las provincias de México y contribuyó a la legitimación del
movimiento de independencia de Iturbide con su triunfo final, a
la creación del imperio monárquico mexicano con Iturbide como
emperador hasta la caída de éste y, finalmente, al establecimien­
to de un sistema republicano federal de gobierno con el que se
logró mantener a la nación mexicana como una sola nación y no
como unas 18 naciones diferentes —que fue lo que ocurrió en
América Central—, todo ello en una gran medida como resultado
de su establecimiento en las provincias bajo dominio español.
La diputación provincial provocó en México la creación de un
sistema republicano federal bajo la Constitución de 1824 y, así, la
nación mantuvo unidas todas sus provincias y logró su continuidad hasta hoy en día. Esa Constitución no fue una simple copia de
la de Estados Unidos, como lo afirman Michael Meyer y William J.
Sherman en las tres ediciones recientes de su The Course of Mexican History, en las que simplemente repiten lo que la mayoría de
los demás historiadores afirman cuando analizan la Constitución
mexicana de 1824.
31
Nettie Lee Benson
Ésta, por lo tanto, es la historia documentada de la creación, establecimiento y actuaciones de la Diputación Provincial de México. Se inicia con su nacimiento en 1808, va hasta su legitimación
en España y sigue de cerca su vida hasta el momento en que transfiere sus deberes a las legislaturas estatales mexicanas en 1824.
También es la historia de los actos y de la personalidad de aquellos
que participaron en su creación y establecimiento y la siguieron de
cerca hasta su último logro: las legislaturas estatales, ampliamente
independientes. Es una historia interesante y emotiva de la nación
mexicana que es necesario contar y reconocer.
I. Origen de la diputación
provincial
La diputación provincial fue la institución más interesante, entre
las establecidas por la Constitución española de 1812, desde el
punto de vista del papel que representó en la evolución del Estado
federal mexicano. Su origen se encuentra en las juntas provinciales que surgieron en toda España en 1808 a raíz de la emboscada
napoleónica en que cayeron Carlos IV y Fernando VII, para quedar
cautivos en Francia. Desde aquella fecha hasta que se reunieron las
Cortes en septiembre de 1810, con objeto de dar una constitución
a la monarquía española, las juntas provinciales, por propia iniciativa, gobernaron una gran mayoría de las provincias (antes reinos
o intendencias) de España.
La legalización de las mismas fue una de las primeras proposiciones sometidas a la consideración de las Cortes. La comisión
encargada de formular el “Proyecto de un plan interino de arreglo
y organización de las provincias” cumplió su cometido el 13 de
noviembre del citado año, pero el plan no prosperó; designóse entonces otra comisión, a fin de que presentara un nuevo proyecto
sobre la base de las discusiones anteriores.1
Así lo hizo el 4 de marzo de 1811 y, en razón de la urgencia de
las circunstancias,2 este segundo plan se aprobó después de breve
discusión el 16 de marzo y se publicó in toto con el título de “Reglamento de Provincias” en el Diario de las Cortes del 28 de marzo.
España, Cortes, Diario de las actas y discusiones de las Cortes 1811-1813, ii, 70, 20
de diciembre de 1810, citado en adelante: Diario de las Cortes, 1811-1813.
2
Ibid., iv, 4 de marzo de 1811, pp. 115-116.
1
32
33
Nettie Lee Benson
I. Origen de la diputación provincial
El reglamento estipulaba que en cada provincia habría una junta
superior compuesta del capitán general, el intendente, los cuales serían nombrados por el rey, y nueve vocales elegidos en la provincia.
En las provincias de más de nueve corregimientos o partidos, habría
tantos vocales como corregimientos o partidos hubiere. Cada partido
habría de elegir un miembro o diputado a la junta. Los elegidos deberían tener bienes o arraigo y ser naturales de la provincia o ha­ber
tenido en ella diez años de vecindad y estar adornados de las demás
cualidades requeridas para ser diputados a Cortes. El encargo de
vocal de las juntas provinciales duraría a lo más tres años y su renovación sería por terceras partes cada año. Los vocales habrían
de servir sin sueldo, gratificación, honores ni tratamiento alguno,
sin derecho a usar insignia ni distintivo por razón de su cargo y sin
goce de fuero en las causas civiles; sólo en las causas criminales gozarían del privilegio de no poder ser acusados, salvo en las audiencias
o cancillerías territoriales, mientras ejercieran su cargo de vocales.
El capitán general, si lo hubiere, sería presidente de la junta y
cada junta elegiría de entre sus miembros, por mayoría de votos,
un vicepresidente cuyo encargo duraría un año sin que pudiera
ser reelegido. Cada junta debería nombrar también un secretario,
quien serviría sin sueldo ni gratificación y podría ser reelegido
después de transcurridos tres años de su mandato.
Las juntas serían el conducto por el que el gobierno comunicaría al pueblo las órdenes y cuantas providencias estimase convenientes para la defensa de la patria en contra de los franceses
y habrían de administrar todos los negocios que el gobierno les
confiase. Tendrían que: 1) ayudar a los capitanes generales y demás jefes militares a conseguir suministros y reclutas, correspondiéndoles especialmente el repartimiento entre las tropas de las
recaudaciones de bastimentos; 2) velar por que la recaudación
de los caudales públicos se hiciera en debida forma; 3) poner en
conocimiento de las Cortes las cantidades de caudales, víveres,
dona­tivos, etc., que hubieren exigido y cobrado de los pueblos,
los ayuntamientos y otras corporaciones o personas particulares
para el mantenimiento de las tropas, y el uso que hicieren de los
mismos. Estaban también encargadas de 4) cuidar que los caudales públicos fuesen guardados en una sola tesorería de la hacienda
pública y de 5) publicar y remitir al gobierno central un estado
mensual de las entradas y salidas del erario público y otro a fin de
año con la cuenta general y nota de las partidas que se hubieren reclamado. Además, tenían que: 6) levantar el censo de su población
y la estadística anual de los diversos productos de la agricultura,
industria y comercio de la provincia; 7) fomentar y establecer escuelas de primeras letras para ambos sexos, y 8) comunicar a las
Cortes los empleos y los establecimientos que juzgasen ya inútiles
en las provincias y proponer los que conviniese fomentar o formar
de nuevo. El último artículo declaraba que el reglamento se aplicaría provisionalmente y sólo se observaría mientras que no se fijara
en la Constitución la forma de gobierno de las provincias.3
Ni una ni otra de las comisiones antedichas abrigaba el propósito de extender el ámbito de sus respectivos proyectos fuera de la
península. Durante los debates relativos al primer plan, José Mejía,
diputado americano por el Nuevo Reino de Granada, urgió que se
extendiese también a América;4 y, cuando se propuso la creación de
la segunda comisión, sugirió que, si el plan iba a abarcar a todas las
provincias, figurasen entre sus miembros algunos dipu­tados americanos.5 En aquella ocasión, Agustín Argüelles y Evaristo Pérez de
Castro, miembros de la Comisión de Constitución, advirtieron que
ya se entendía que el plan interino no incluiría a las Américas;6 sin
embargo, Argüelles dijo que la Constitución proveería el gobierno
de las provincias de ultramar. Los diputados americanos, al parecer, aceptaron las declaraciones de Pérez de Castro y Argüelles
como una respuesta decisiva. Ningún diputado americano formó
parte de la comisión y tampoco se volvió a hablar de las Américas
en los debates del plan adoptado más tarde.
34
35
Ibid., 28 de marzo de 1811, pp. 386-394.
Ibid., i, 14 de diciembre de 1810, p. 139.
5
Ibid., ii, 20 de diciembre de 1819, pp. 68-69.
6
Ibid., ii, 20 de diciembre de 1819, pp. 69-70.
3
4
Nettie Lee Benson
Siete días antes de la publicación del Reglamento de Provincias
en el Diario de las Cortes, el diputado de las Provincias Internas de
Oriente, el defensor mexicano más apasionado, acaso, de la autonomía local, se incorporó a las Cortes.
José Miguel Ramos y Arizpe era conocido simplemente como
Ramos Arizpe.7 Tenía entonces 36 años. Nacido en el pueblo de
San Nicolás de la Capellanía el 14 de febrero de 1775, había vivido en el fecundo valle agrícola natal, en la bulliciosa ciudad
comercial de Saltillo, Coahuila, y en los pueblos de Ciudad Victoria, Villagrán, Güemes y Padilla, todos de las Provincias Internas
de Oriente. Buen conocedor de la vida urbana y campestre de
la región que representaba, Ramos Arizpe había pasado también
varios años en el centro cultural que era Guadalajara, asistiendo
a la universidad, donde recibió los grados de bachiller en filosofía, licenciado en leyes y doctor en cánones. No era tampoco un
forastero en la ciudad de México, capital de la Nueva España,
porque allí había recibido las sagradas órdenes del presbiterado
en 1803 y, en 1810, al tiempo de ser elegido diputado a Cortes,
asistía a la Facultad de Leyes de la Real Universidad de México.
Estaba, por lo tanto, bien preparado por experiencia propia y por
educación para representar sus bien amadas Provincias Internas
de Oriente. Leyó con gran interés sin duda el Reglamento de Provincias y empezó inmediatamente a formular una política dirigida
a la obtención de una más amplia libertad política para su tierra
natal. El 23 de octubre de 1811 dio forma a sus ideas en una proposición en que pedía el estable­cimiento en Saltillo, situada en las
Provincias Internas de Oriente, de una junta superior que estaría compuesta de siete miembros, dos vecinos de la provincia de
Coahuila, dos de la de Nuevo León, dos de la de Nuevo Santander
y uno de la de Texas. Al propio tiempo pedía que en las capitales
de cada una de las cuatro provincias se estableciesen juntas subalternas, integradas por un número de vecinos que oscilaría entre
7
Ibid., iv, 21 de marzo de 1811, p. 289.
36
Miguel Ramos Arizpe, José Reyes Meza, 1966, óleo sobre tela.
Museo Nacional de Historia, Conaculta, inah.
Nettie Lee Benson
I. Origen de la diputación provincial
tres y cinco.8 Esta propuesta pasó para su estudio a la Comisión
de Constitución.
Para apresurar el logro de su propósito, el 1 de noviembre de
1811 Ramos Arizpe terminó la redacción de una larga memoria
dirigida a las Cortes en la que describía con detalle las condiciones geográficas, históricas, económicas, políticas y judiciales de
las Provincias Internas de Oriente y exponía los métodos encaminados a remediar los males que padecían. Insistió de nuevo en el
establecimiento de una junta superior ejecutiva de las cuatro Provincias Internas de Oriente, compuesta de siete ciudadanos de las
mismas elegidos en la forma antedicha (la adjudicación de un solo
representante a Texas se fundaba en su escasa población). Asimismo, en que cada provincia contase con una diputación provincial
encargada de su administración.9 Cuando las Cortes recibieron
la memoria, el 7 de noviembre de 1811, la remitieron también a la
Comisión de Constitución para su estudio.
Vale la pena hacer notar que la expresión “diputación provincial”, empleada desde entonces para referirse a esa institución,
aparentemente fue utilizada por primera vez en el documento de
Ramos Arizpe. Con anterioridad sólo se hablaba de “junta provin­
cial”, pero Ramos Arizpe, por su parte, encabezó con el nuevo
nombre el título de la sección 25, y en el texto sugirió que la junta
gubernativa se denominara “diputación provincial”.10
No se ha podido averiguar si la denominación es original de
Ramos Arizpe. Tal vez él empleaba la palabra “diputación” preme­
ditadamente. Las Cortes eran muy celosas de sus facultades legislativas. En los debates sobre el Reglamento de Provincias, va-
rios diputados recalcaron que sólo las Cortes tenían el poder de
legis­lar, y algunos dudaban de la conveniencia de establecer juntas
provinciales, argumentando que casi con seguridad se atribuirían poderes legislativos. Además, el término “junta” connotaba
“congreso”, de ahí que no fuese un vocablo apropiado en aquellas
circunstancias. “Diputación”, por otra parte, no tenía tal conno­
tación, puesto que sólo implicaba la idea de un grupo de diputados
cuyas facultades podrían enumerarse específicamente. Llamando
a este organismo “diputación provincial”, las Cortes descansarían
en la certidumbre de que por lo menos el apelativo no evocaría
precedentes.
El 26 de diciembre de 1811 se dio lectura en las Cortes a la última sección del proyecto de constitución, incluyendo el título vi,
que trataba del gobierno interno de las provincias y municipios, y
poco después se distribuyeron copias impresas a todos los miembros.11 Con este proyecto la expresión “diputación provincial”
apareció por primera vez en el Diario de las Cortes y en adelante
se la usó como nombre de la institución cuya influencia estaba
llamada a ser tan vasta en México.
Con la promesa de que se tendría en cuenta a las Américas
cuando se tratara del asunto del gobierno provincial al formular la
Constitución, los diputados americanos empezaron a prepararse
para esa coyuntura. Bien enterados de las posibilidades de la institución proyectada y viendo en ella la oportunidad de conseguir
mayor independencia política para las provincias, los diputados,
sobre todo los de la América septentrional, concentraron sus esfuerzos en esa parte de la Constitución e hicieron todo lo posible
durante los debates para aumentar el número de diputados y ampliar los poderes de las diputaciones. Al mismo tiempo, lograron
limi­tar la autoridad de los funcionarios nombrados por el rey, el
jefe político y el intendente, privándolos de voz y voto en la diputación provincial y dejándoles como única función la de presidir
las 90 sesiones ordinarias anuales; por lo demás, si en el momento
Ibid., ix, 23 de octubre de 1811, p. 373.
Miguel Ramos Arizpe, Memoria que... presenta a el augusto congreso sobre el estado
natural, político, y civil de su dicha provincia, y las del Nuevo Reyno de León, Nuevo
Santander y los Texas..., pp. 40-41; Miguel Ramos Arizpe, Report that Miguel Ramos
Arizpe... Presents to the August Congress on the Natural, Political and Civil Condition
of the Provinces of Coahuila, Nuevo León, Nuevo Santander, and Texas of the Four
Eastern Interior Provinces..., pp. 35-37.
10
“Una junta gubernativa o llámase ‘diputación provincial’”.
8
9
38
11
Diario de las Cortes, 1811-1813, xi, 5, 26 y 30 de diciembre de 1811, p. 48.
39
Nettie Lee Benson
I. Origen de la diputación provincial
de las sesiones se encontrasen ausentes, éstas serían presididas por
el primer miembro electo.12
Los debates sobre esta sección de la Constitución revelan que,
si bien los diputados americanos veían en la nueva institución una
legislatura provincial en ciernes, representativa de la voluntad de
las provincias, los diputados españoles, en cambio, la consideraban como una mera junta administrativa de carácter consultivo,
sin facultades legislativas.13 Mientras que los americanos procuraban que la diputación provincial representara a cada provincia con
su diputado por cada partido, los españoles objetaban afirmando
que la representación basada en la población, o la representación
de todos en la diputación provincial, era un paso inicial hacia el
federalismo, incompatible, como principio, con una monarquía.
El conde de Toreno dijo con toda perspicacia:
una fórmula que impediría la acusación de favoritismo excluyente,
proponiendo que se estableciesen diputaciones provinciales únicamente en aquellas provincias de ultramar nombradas de un modo
expreso en el artículo 10 del Proyecto de Constitución,16 el cual, en
la enumeración de las divisiones de la nación española, señalaba individualmente a cada provincia peninsular, pero incluía las americanas en grupos mucho más dilatados. Según ese artículo, la América septentrional estaba distribuida en seis regiones o divisiones
—Nueva España, Nueva Galicia, Yucatán, las Provincias Internas
de Oriente, las Provincias Internas de Occidente y Guatemala— y
se le concedían, por lo tanto, seis diputaciones provinciales.
Los diputados americanos no se conformaron con tan reducido
número y sin demora trataron de aumentarlo. Cuando se redactaron y aprobaron los reglamentos relativos al establecimiento de las
diputaciones, ya habían logrado acrecentar su número en dos. Una
de ellas era la de San Luis Potosí, en la Nueva España.17
Se autorizaron para México seis diputaciones provinciales:
dos en la Nueva España —una en la capital (de las provincias o
intendencias de México, Veracruz, Puebla, Oaxaca, Michoacán,
Querétaro y Tlaxcala) y otra en San Luis Potosí (de las provincias
o intendencias de San Luis Potosí y Guanajuato)—; una en Guadalajara, de la Nueva Galicia y Zacatecas; una en Mérida, de las
provincias de Yucatán, Tabasco y Campeche; una en Monterrey, de
las Provincias Internas de Oriente (Nuevo León, Coahuila, Nuevo
Santander y Texas); y una en Durango, de las Provincias Internas
de Occidente (Chihuahua, Sonora, Sinaloa y las Californias).18 La
Lo dilatado de la nación la impele baxo de un sistema liberal al federalismo; y si no lo evitamos se vendría a formar, sobre todo con
las provincias de ultramar, una federación como la de los Estados
Unidos, que insensiblemente pasaría a imitar al más independiente de los antiguos cantones suizos y acabaría por constituir estados separados.14
Argüelles, uno de los dos españoles que habían insistido en
1810 en que el reglamento no se extendiera a América, sostuvo
que “las diputaciones provinciales indudablemente tenderían a
usurpar más facultades de las que la ley les diera, y que, multiplicándose la acción de estos pequeños gobiernos en razón de su
número, no podrían menos que propender a la federación”.15
En sus empeños por limitar en lo posible el establecimiento de
dichas entidades en las Américas, los diputados españoles idearon
Ibid., xi, 12 de enero de 1812, pp. 238-250.
Ibid., xi, 12 de enero de 1812, pp. 239-245.
14
Ibid., xi, 12 de enero de 1812, p. 241.
15
Ibid., xi, 12 de enero de 1812, pp. 245-246.
12
13
40
Ibid., xii, 10 de febrero de 1812, pp. 4-5; 20 de abril de 1812, pp. 66-67.
“En Ultramar habrá una diputación provincial por cada división nombrada en el
artículo 10. Además habrá una en Cuzco del Perú; una en Charcas, de la provincia
de Buenos Aires; una en Quito, en el Nuevo Reino de Granada; una en San Luis
Potosí en la Nueva España, y una en León de Nicaragua; en la provincia de Guatemala.” Este decreto fue aprobado el 1 de mayo de 1813. Ibid., xiii, pp. 161-162.
18
Hubert Howe Bancroft, History of Mexico, iv, p. 503, dice que cada intendencia
pudo haber tenido una diputación provincial, pero que todas se unieron para elegir
representantes a una sola en todo el país.
16
17
41
Nettie Lee Benson
I. Origen de la diputación provincial
Constitución declaró a cada diputación políticamente independiente de las demás.19
Cada provincia (la Constitución no establecía diferencia entre
las provincias de España y las de ultramar, punto fundamental que
los diputados americanos aprovecharían en su continuada lucha
para obtener una diputación en cada una de sus provincias) debía
ser gobernada por un jefe político, un intendente y la diputación
provincial, subordinados directamente al gobierno central español
mediante el jefe político y el ministro de asuntos ultramarinos.
Las facultades provinciales enumeradas en el artículo 335 de la
Constitución eran:
7) levantar el censo y extraer las estadísticas de las provincias;
8) cuidar que las instituciones de beneficencia llevasen a cabo
su respectivo objeto y proponer las reglas y reglamentos para la
corrección de todo abuso;
9) dar parte a las Cortes de toda clase de infracción a la Constitución; y
10) en las provincias de ultramar, velar por la economía, el
orden y los progresos de las misiones para la conversión de los
indios.
1) vigilar y aprobar la distribución entre los pueblos de las contribuciones que hubieren correspondido a la provincia;
2) velar por la buena inversión de los fondos públicos de los
pueblos, y examinar sus cuentas;
3) cuidar de que se establecieran ayuntamientos donde correspondiese que los hubiere y en cada comunidad con mil habitantes;
4) proponer al gobierno los arbitrios más convenientes para
la ejecución de obras nuevas de utilidad común de la provincia o
reparación de las antiguas, a fin de obtener el permiso necesario
de las Cortes (en caso de urgencia de obras públicas en las provincias de ultramar, proceder a financiarlas y proveerlas sin esperar la
aprobación de las Cortes);
5) promover la educación de la juventud y fomentar la agricultura, la industria y el comercio, protegiendo a los inventores en
todos sus empeños;
6) dar parte al gobierno de los abusos que notare en la administración de los fondos públicos;
El artículo 323 subordinaba los ayuntamientos a la diputación
provincial.
Las facultades que acaban de enumerarse fueron definidas con
más detalle en la “Instrucción para los ayuntamientos constitucionales, juntas provinciales, y jefes políticos superiores”, decretada por las Cortes el 23 de junio de 1813. En ese documento la
dipu­tación provincial era declarada corte de última instancia en lo
relativo al repartimiento del cupo de contribuciones, abastos para
las municipalidades y las tropas, reclutamientos de reemplazo para
el ejército (la autoridad militar sólo podría ejercer el derecho de
intervenir en lo relativo a la determinación de la aptitud y robustez
de los individuos). Encargábase también a la diputación provincial
establecer pautas y examinar y dar licencia a los maestros públicos
de la provincia y proponer al gobierno los planes y proyectos que
le parecieren más oportunos para el fomento a la agricultura, la
industria, las artes y el comercio.20
Subsecuentes decretos de las Cortes aumentaron todavía más
las facultades generales de la diputación provincial, a cuyo cuidado quedó la distribución de los terrenos baldíos dentro de sus
Se puede añadir que, de esa manera, la Constitución de 1812 reconoció una
situación que había existido desde hacía muchos años, porque, desde el punto de
vista político y económico, hacía mucho tiempo que las provincias de Nueva Galicia y Yucatán, así como las Provincias Internas de Oriente y de Occidente, habían
sido independientes del virrey, si no en la teoría, en la práctica.
“Instrucción para los ayuntamientos constitucionales, juntas provinciales y gefes
políticos superiores, decretada por las Cortes generales y extraordinarias el 23 de
junio de 1813”, en Juan E. Hernández y Dávalos, Colección de documentos para la
historia de la guerra de independencia de México en 1808 a 1821, v, pp. 572-576; y
Diario de México, del 21 al 28 de marzo de 1814.
42
43
19
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Nettie Lee Benson
respectivas jurisdicciones;21 además se la autorizó para intervenir
en ciertos asuntos judiciales. Las audiencias fueron privadas de
todo conocimiento en asuntos gubernativos o económicos de las
provincias o intendencias y, en cuanto a los pendientes, recibieron
instrucción de pasarlos a las diputaciones provinciales, para que
éstas los examinasen y determinasen si caían dentro de la juris­
dicción de las diputaciones, jefes políticos o ayuntamientos. La
audien­cia, de acuerdo con la diputación provincial respectiva,
estaba autorizada para la formación del arancel de los derechos
que percibirían tanto los jueces de partido como los municipales,
notarios públicos y demás funcionarios de los juzgados. Asimismo, la audiencia, de acuerdo con la diputación, fue encargada de
establecer lo distritos judiciales en sus respectivas provincias y
de proponer a las Cortes el número de subalternos de que debiera
componerse cada juzgado de primera instancia.22
En el nuevo sistema de gobierno que implantaba la Constitución de 1812 no se incluía un virrey. El jefe político era el único
funcionario ejecutivo de toda la provincia o intendencia en que
la diputación provincial tenía jurisdicción y era directamente responsable ante el ministro de asuntos de ultramar, que residía en
España. El jefe político de la ciudad de México, que en efecto reem­
plazó al virrey, carecía de jurisdicción sobre los jefes políticos de
Guadalajara, Mérida, San Luis Potosí, Monterrey y Durango. Por
otra parte, cada provincia gozaba de una independencia completa
con respecto a las demás.23
México, Leyes, Reglamentos, etc., Colección de los decretos y órdenes de las Cortes
de España que se reputan vigentes en la república de los Estados Unidos Mexicanos, pp.
54-58; Hernández y Dávalos, op. cit., v, pp. 582-584; España, Leyes, Reglamentos,
etc., Colección de los decretos y órdenes que han expedido las Cortes ordinarias desde
el 25 de septiembre de 1813..., hasta el 11 de mayo de 1814, pp. 46-47.
22
México, Leyes, Reglamentos, etc., Colección de los decretos y órdenes de las Cortes
de España que se reputan vigentes en la república..., pp. 35-35.
23
Lucas Alamán, Historia de Méjico, v, pp. 33-34; Julio Zárate, La guerra de independencia, en Vicente Riva Palacio (ed.), México a través de los siglos, iii, p. 653.
21
44
Félix María Calleja del Rey, copia anónima del de José Parovani realizada
en 1815, óleo sobre tela. Museo Histórico del Oriente de Morelos, Casa
Morelos, Conaculta, inah.
Nettie Lee Benson
I. Origen de la diputación provincial
Cuando Félix María Calleja asumió el puesto de capitán general de México en 1813, se halló con que así pensaban los otros
jefes políticos y diputaciones provinciales de México. En un intento por conservar los poderes correspondientes a un virrey, el 19
de mayo de 1814 pidió a sus asesores legales que presentaran su
interpretación del asunto.24 Los asesores legales dictaminaron que
tenía jurisdicción sobre las diputaciones con asiento en la ciudad
de México y en San Luis Potosí, pero Calleja deseaba fundamentar jurídicamente su autoridad también sobre las diputaciones con
asiento en Guadalajara, Monterrey, Durango y Mérida, por lo que
pidió a sus asesores una interpretación al respecto.25 Antes de
que los asesores se pronunciaran, recibiose la noticia de que Fernando VII había revocado todos los decretos de las Cortes. Que la
opinión de los asesores de Calleja no era conforme a la Constitución de 1812, se probó en 1821. Al tiempo del nombramiento de
Juan O’Donojú, los 20 consejeros de Fernando VII estuvieron
de acuerdo en que, según la Constitución, no podía haber virrey,
que el jefe político de México tenía jurisdicción únicamente sobre
las provincias representadas en la diputación provincial con asiento en esa ciudad y que las demás diputaciones provinciales y sus
jefes políticos respectivos eran por completo independientes de
él. Por eso O’Donojú fue nombrado jefe político únicamente de la
región que se encontraba bajo la jurisdicción de la diputación provincial con asiento en la ciudad de México.26 Además, cuando en
1820 fue proclamada en México la Constitución de 1812, el virrey
Juan Ruiz de Apodaca dejó de usar ese título y lo sustituyó por el
de jefe político y capitán general.27
Así, como veremos, la génesis del federalismo mexicano puede
rastrearse directamente hasta la Constitución establecida en 1812
para el gobierno de España y sus colonias, Constitución que hizo
provisiones para que cada provincia tuviese un gobierno representativo e independencia política y creó las diputaciones provinciales, de las que se otorgaron seis a México en 1814. Cuando fue
proclamada en 1820 por Fernando VII, la Constitución de 1812
desempeñó una función importante, ya que no sólo concedió una
considerable autonomía a las provincias de México sino que permitió el acceso de este país a la independencia política.
Es muy dudoso que Ramos Arizpe, uno de los diputados americanos liberales sobresalientes, que nunca perdió ocasión en las
Cortes para apoyar los intereses de todas las provincias de América
y, en particular, los de las Provincias Internas de Oriente, haya
propuesto y abogado por la “diputación provincial” como la base
del sistema que habría de cobrar vida en la Constitución mexicana
de 1824, pero es indudable que tal institución fue un factor de
extrema significancia en el origen de dicho sistema, al igual que
Ramos Arizpe.
Félix María Calleja al ministro de gracia y justicia, México, 18 de agosto de 1813,
en Archivo General de Indias, Sevilla, España, estante 90, cajón 1, legajo 19, hoja
9; Rafael Alba (ed.), La Constitución de 1812 en la Nueva España, ii, Publicaciones
del Archivo General de la Nación, v, pp. 61-74. En adelante el Archivo General de
México se citará con las letras agm y sus publicaciones, pagm.
25
Ibid., pp. 74-75.
26
“El Consejo de Estado el 14 de febrero de 1821 manifiesta su parecer sobre el
modo y términos, en que se puede espedir el título de gefe superior político de
Nueva España al capitán general don Juan O’Donojú”, en Archivo General de Indias, Sevilla, España, estante 91, cajón 2, legajo 10. En adelante, el Archivo General
de Indias será indicado con la sigla agi.
24
46
Alamán, Historia de Méjico, v, pp. 33-34; Zárate, La guerra de la independencia,
p. 653.
27
47
II. Establecimiento
de las diputaciones provinciales,
1812-1814
La Constitución de 1812 fue firmada por los diputados a Cortes y
los miembros de la Regencia el 18 de marzo de aquel año. Inme­
diatamente después de su promulgación, las Cortes iniciaron la tarea de formular los reglamentos necesarios para ponerla en vigor;
así, el 23 de mayo se expidió un decreto en el que se convocaba
a la elección de diputados a las primeras Cortes ordinarias, como
lo estipulaba la Constitución. Los artículos i y ii de la “Instrucción conforme a la cual deberán celebrarse en las provincias de
ultramar las elecciones de diputados de para las ordinarias del
año próximo de 1813”, mandaban formar juntas preparatorias en:
1) México, capital de la Nueva España; 2) Guadalajara, capital de
la Nueva Galicia; 3) Mérida, capital de Yucatán; 4) Guatemala,
capital de la provincia del mismo nombre; 5) Monterrey, capital
de Nuevo León —una de las cuatro Provincias Internas de Oriente—, y 6) Durango, capital de Nueva Vizcaya —una de las Provincias Internas de Occidente. Cada junta se compondría del jefe
político, el arzobispo, obispo o quien hiciese sus veces, el intendente, si lo hubiere, el alcalde más antiguo, el regidor decano, el
síndico procurador y dos hombres de buena reputación, vecinos
de la misma provincia, nombrados por las personas antedichas.
El jefe político de Nuevo León habría de presidir la junta prepa­
ratoria de las Provincias Internas de Oriente, que debería celebrarse en Monterrey, y el de Nueva Vizcaya, la de las Provincias
Internas de Occidente, que se celebraría en Durango. Las juntas
deberían constituirse tan pronto como el jefe político recibiera
el decreto de convocatoria y, luego de formadas, éste debería dar
49
Nettie Lee Benson
II. Establecimiento de las diputaciones provinciales
aviso de ello a la Regencia, la que, a su vez, comunicaría el hecho
a las Cortes.1
La reunión de la junta preparatoria se efectuaría sin demora y
sin admitir excusa ni dilación alguna por parte de las per­sonas que
habrían de componerla. Teniendo en cuenta los censos de población más auténticos entre los últimamente levantados o, a falta de
ellos, haciendo el cómputo de la población por los medios más
expeditos y exactos que fuese posible y con base en un diputado
por cada setenta mil habitantes, la junta designaría a los diputados a Cortes, propietarios y suplentes, que correspondieran a su
jurisdicción. Con el objeto de facilitar las elecciones, cada junta
preparatoria haría, para este solo efecto, la división más cómoda
del territorio de su jurisdicción en provincias y en cada una de
ellas designaría la ciudad donde se habrían de reunir los electores
de los partidos para elegir los diputados a Cortes.
Cada junta preparatoria señalaría también a cada una de sus
respectivas provincias el número de diputados del cupo principal
que proporcionalmente correspondiera a su población. Si los partidos de las provincias no hubiesen sido demarcados con anterioridad, la junta preparatoria cuidaría de señalarlos, pero, si ya se
hubiese hecho, se atendería a la división existente, fijando a cada
partido, en uno y otro casos, el número de electores que le correspondieran según la Constitución.2 Además, las juntas preparatorias resolverían breve y sumariamente todas las dudas que se
suscitasen antes de comenzar las elecciones, y lo que resolviesen
se ejecutaría sin recurso; pero las juntas no deberían interferir
en manera alguna una vez que las elecciones se iniciaran en las
parroquias, partidos o en la provincia en general.3
Al día siguiente de la designación de los diputados a Cortes, éstos deberían ser nombrados como electos a la diputación
provincial. En ultramar, las diputaciones provinciales deberían
esta­blecerse en cada una de las provincias expresamente designadas en el artículo 10 de la Constitución, más una adicional en
la Nueva España, la de San Luis Potosí, a la que se agregaba la
de Guana­juato. Hasta que se hiciese en ultramar la nueva división de las provincias, no se establecerían diputaciones provinciales en todas las que eligiesen diputados a Cortes; de ahí que
los miembros de esas diputaciones provinciales tuviesen que ser
electos en las capitales de las provincias que compusieran la
jurisdicción de cada diputación. Si la jurisdicción de una diputación provincial abarcase siete provincias, cada junta electoral
de provincia nombraría a un representante a la diputación. Si
el número de provincias fuese menor que siete, cada provincia
elegiría un diputado y, después, comenzando por la más popu­
losa, cada provincia elegiría uno más, y así sucesivamente, hasta
completar el número requerido. Ahora bien, si el número de provincias fuese mayor que siete, para el primer bienio correspon­dería
elegir a un diputado a las siete provincias con mayor pobla­ción;
en el segundo bienio, correspondería a las que no lo hubiesen
hecho anteriormente, en el orden decreciente de su población, y
así alternarían sucesivamente; teniéndose entendido, no obstante,
que esta regla no regiría con la o las provincias cuyo número de
habitantes excediese, al menos en la mitad, a la de menor población, en cuyo caso, las provincias más pobladas tendrían siempre
el privilegio de elegir a un diputado. Todos los partidos se turnarían en la elección de miembros de la diputación provincial,
excepto en el caso del partido de la capital, que siempre tendría
un diputado en ese cuerpo.4
España, Leyes, Reglamentos, etc., Colección de los decretos y órdenes que han expedido las Cortes generales y extraordinarias (desde el 24 de septiembre hasta el 24 de
[...] de 1812), ii, pp. 217-218; Diario de México, 11 de octubre de 1812.
2
España, Leyes, Reglamentos, etc., Colección de los decretos y órdenes que han expedido las Cortes..., ii, pp. 218-219.
3
Ibid., ii, pp. 219-220; Nettie Lee Benson, “The Contested Mexican Election of
1812”, The Hispanic American Historical Review, xxvi, p. 337; Diario de México, 1112 de octubre de 1812.
4
España, Leyes, Reglamentos, etc., Colección de los decretos y órdenes que han expedido
las Cortes..., ii, pp. 224-226, Diario de México, xvii, 12 de octubre de 1812, pp. 426-428.
50
51
1
Nettie Lee Benson
II. Establecimiento de las diputaciones provinciales
Los dos decretos del 23 de mayo llegaron a la ciudad de México
en septiembre de 1812 y el jefe político, Francisco Xavier Venegas,
los pasó a tres fiscales de la corona para que emitieran una interpretación oficial. En su dictamen del 27 de septiembre, los fiscales
opinaron que Venegas debía enviar ejemplares de dichos decre­
tos a los jefes políticos de la Nueva Galicia, Yucatán y las Provincias Internas de Oriente y de Occidente y proceder a convocar
la junta preparatoria electoral de la Nueva España. Conforme a la
Constitución de 1812, el título de virrey debía ser reemplazado
por el de jefe político y la autoridad civil y política de Venegas restringirse a las seis provincias de la Nueva España. Aunque Vene­gas
se mostraba renuente a aceptar ese hecho, tres días después orde­
nó que se enviasen ejemplares de los decretos a las audiencias de
Guadalajara y México, a los tres fiscales de la corona y a otros
cuerpos reales establecidos en la ciudad de México, a cada uno
de los intendentes, a los gobernadores de Nuevo León, Acapulco,
Tlaxcala, Perote, Yucatán, Tabasco, Nuevo Santander, Alta California, Baja California y Colotlán, y a los obispos de Puebla, Guadalajara, Michoacán, Oaxaca, Yucatán y Nuevo León.5
La primera diputación provincial que habría de establecerse
dentro de los límites actuales de México fue la de Yucatán, en
Mé­rida, cuya jurisdicción incluía el territorio que hoy forman
Yucatán, Campeche y Tabasco. La junta preparatoria electoral fue
instalada en Mérida el 29 de octubre de 1812.6 Como las actas de
las sesiones de esa junta no se han encontrado, nos falta la prueba de que la jurisdicción de los subdelegados fuese reconocida
como la de los partidos electorales, pero, por otra parte, dado
que así se hizo en Nueva España y Nueva Galicia, es probable que
se empleara el mismo procedimiento en Yucatán. Con todo, se
sabe que el proceso de las elecciones se realizó expeditamente,
pues antes de fines de 1812 los municipios ya habían instalado
sus ayuntamientos, electos según la Constitución, y el segundo
domingo de marzo de 1813 se efectuaron las elecciones de diputados a Cortes de acuerdo con los artículos constitucionales 61,
80 y 328.
El día siguiente, 15 de marzo de 1813, Juan José Duarte, de
Mérida, Ignacio Rivas, de Izamal, Diego de Hore, de Valladolid,
José María Ruz, de Tekax, Manuel Pacheco, de Tihosuco, José
María Paula Villegas, de Calkiní, y Andrés de Ibarra, de Cam­
peche, fueron elegidos miembros de la Diputación Provincial de
Yucatán, con José Joaquín Pinto, Francisco Ortiz y José Francisco
de Cicero como suplentes.7 La diputación pidió a los ayuntamientos constitucionales, agentes y soportes principales de esa nueva
institución, que trabajasen por el bienestar del pueblo y prestasen
especial atención a la promoción de la educación pública.8 Poco
tiempo después, esa diputación provincial solicitó a Venegas, limitado ahora en su dominio político únicamente a las provincias
de la Nueva España, que se le remitiesen a la mayor brevedad
posible todos los expedientes relacionados con los asuntos eco­
nómicos, educativos y administrativos de las provincias de Yucatán, Campeche y Tabasco que hubiese en los archivos de la ciudad
de México.9
También en 1813 se estableció la Diputación Provincial de
Nueva Galicia, donde los decretos del 23 de mayo de 1812 fueron
publicados un año después de su proclamación, esto es, el 24 de
mayo de 1813. La junta preparatoria electoral no tardó en iniciar
“Instrucción conforme a la cual deberán celebrarse en las provincias de ultramar
las elecciones de diputados de Cortes para las ordinarias del año próximo de 1813”,
en agm, Ramo de Historia, t. 445, ff. 5-10; “Elecciones para diputados a las Cortes
ordinarias de 1813. Diputaciones provinciales. Ayuntamientos”, en Alba, La constitución de la Nueva España, i, pp. 148-161 y 204-207.
6
“Cosme Antonio Urquiola a Francisco Javier Venegas”, Presidio del Carmen, 30
de noviembre de 1812, en “Instrucción conforme a la cual deberán celebrarse en las
provincias de ultramar...”, en agm, Ramo de Historia, t. 415, ff. 45-46.
5
52
Manuel A. Lanz, Compendio de la historia de Campeche, p. 505.
“Proclama de la diputación provincial de Yucatán a los habitantes de la provincia”,
Mérida, 23 de abril de 1813, en Alba, op. cit., i, pp. 209-211.
9
“La diputación provincial de Yucatán avisa al virrey que se instaló en 23 de abril
de 1813”, ibid., p. 208.
7
8
53
Nettie Lee Benson
II. Establecimiento de las diputaciones provinciales
sus sesiones.10 Con respecto al artículo 10 del decreto, tocante a la
elección de diputados a la diputación provincial, la junta de Nueva Galicia expresó el 19 de junio que, siendo siete los diputados
correspondientes a esa diputación y sólo dos las provincias representadas, la de Zacatecas debía elegir tres diputados en propiedad
y un suplente y la de Nueva Galicia (a la que a menudo se hace
referencia como “la de Guadalajara”), cuatro diputados propietarios y dos suplentes, en una elección que debía realizarse en las
capitales, según la Constitución.11
La junta preparatoria decidió que los electores de los distritos
se presentasen en Guadalajara el 22 de agosto para las elecciones
provinciales. La provincia de Nueva Galicia (mencionada en este
caso como Guadalajara) eligió a José Simeón de Uría, Juan Manuel
Caballero, Tomás Ignacio Villaseñor y José Chafino como diputados propietarios y a Toribio González y Benito Antonio Vélez
como suplentes.12 El 12 de septiembre de 1813, la de Zacatecas
nombró al conde de Santa Rosa, a Jacinto Martínez y a Rafael Riestra como propietarios y, como suplente, a Felipe Chavarino.13
El 20 de septiembre de 1813, José de la Cruz, jefe político de la
Nueva Galicia, comunicó a Venegas (ahora sólo jefe político de
la Nueva España) que ese día quedó formalmente establecida la
Diputación Provincial de la Nueva Galicia. También ese mismo
día, la diputación nombró secretario a Pedro Vélez y empezó a
funcionar inmediatamente, pidiendo al virrey que le dirigiera todos los asuntos pendientes relacionados con su jurisdicción.14
Dado que una mitad de los miembros de cada diputación provincial debía renovarse cada dos años (artículo 327), se convocó a
una elección, aunque tardía, en 1813, y tuvo lugar en la primavera
siguiente. Con el propósito de completar la Diputación Provincial
de Nueva Galicia para el periodo 1814-1815, Guadalajara realizó
su elección provincial del 12 al 24 de marzo de 1814 y el último
día eligió diputados a Toribio González y Juan Coracura para reem­
plazar a los propietarios Tomás Ignacio Villaseñor y José Chafino,
y a Manuel Tuñón y José Crispín Velarde para reemplazar a los
suplentes Benito Antonio Vélez y Toribio González.15
Por su parte, Zacatecas realizó elecciones similares los días 13
a 15 de marzo y el último día eligió a Juan Francisco Calera y
Juan Crisóstomo Dubal como diputados propietarios y a Agustín
de Iriarte como suplente a la Diputación Provincial de la Nueva
Galicia para los años 1814 y 1815.16 Es probable que esos dipu­
tados nunca hayan ocupado sus puestos, pues el decreto publicado por Fernando VII en Valencia el 4 de mayo de 1814, con el que
revocaba la Constitución de 1812 y anulaba todos los actos de las
Cortes desde 1811 hasta 1814, llegó a Guadalajara el 17 de octubre
de aquel año.17
Estaba compuesta por José de la Cruz, jefe político de Nueva Galicia, Juan Cruz
Ruiz de Cabañas, obispo de Guadalajara, Francisco Antonio de Velasco, intendente, José Crispín Velarde, alcalde, Miguel Pacheco, primer regidor, Pedro Vélez de
Zúñiga, fiscal, y Juan José Cambero y Juan Manuel Caballero, los dos ciudadanos
de buena reputación.
11
Nueva Galicia, Jefe Político, Bando de Don José de la Cruz, mariscal de campo de los
ejércitos nacionales, comandante general y gefe político del reyno de Nueva Galicia...;
Guadalajara, 21 de junio de 1813 (pliego suelto del Archivo General de la Secretaría del Ayuntamiento de Guadalajara).
12
Diario de México, 23 de octubre de 1813.
13
“Aviso del resultado de las elecciones de diputados a Cortes y a la diputación
provincial en Zacatecas”, en Alba, op. cit., p. 180.
Libro de actas del ayuntamiento de Guadalajara para el año de 1813, en Archivo
General de la Secretaría del Ayuntamiento de Guadalajara, f. 33, legajo 31 (1813),
ms. en el Archivo General de la Secretaría del Ayuntamiento de Guadalajara; “Aviso
de haberse instalado la diputación provincial de Nueva Galicia”, en Alba, op. cit.,
p. 211; “Félix María Calleja al ministro de Ultramar”, México, 21 de enero de 1814,
ms. en agm, Correspondencia Virreyes, Calleja, vi.
15
Junta electoral, “Actas de la junta electoral de la provincia de Guadalajara”, 12 a
14 de marzo de 1814, ms. en agm, Ramo de Historia, t. 445.
16
Actas de la junta electoral de la provincia de Zacatecas, 13 a 15 de marzo de 1814
ms. en agm, Ramo de Historia, t. 445.
17
Libro de actas del ayuntamiento de Guadalajara, 1814, en Archivo de la Secretaría del Ayuntamiento de Guadalajara, legajo 32, f. 172, ms. en el Archivo General
de la Secretaría del Ayuntamiento de Guadalajara.
54
55
14
10
Nettie Lee Benson
II. Establecimiento de las diputaciones provinciales
La tercera diputación provincial establecida dentro de los límites de México fue la de las Provincias Internas de Oriente, con su
capital en Monterrey.18 Durante el periodo de 1810 a 1814, hubo
en esas provincias repetidos alzamientos revolucionarios, en particular en Nuevo León y Texas, donde las revoluciones sucedían a
las contrarrevoluciones; sin embargo, no debe sorprender el que
a pesar de todo se estableciese la diputación provincial, dado que las
provincias de Nuevo León y Texas estuvieron gobernadas desde el
1 de abril de 1811 hasta el 11 de marzo de 1813 por una junta gubernativa provincial, cuerpo semejante a la diputación provincial
y reminiscencia de las juntas de España precursoras de aquélla.19
Luego de que el virrey nombró a Ramón Díaz Bustamante gobernador provisional de Nuevo León, la junta le entregó el poder
el 11 de marzo de 1813, pero Díaz Bustamante murió antes de
un mes, por lo que Pedro Manuel de Llano, alcalde mayor, lo
sucedió como gobernador en funciones, para pronto dejar el
puesto a Fernando de Uribe, en su calidad de alcalde mayor recién electo.
Mientras estuvo en funciones, Uribe convocó a la junta preparatoria electoral de 1813,20 la cual mandó el 20 de septiembre
a los gobernadores de Nuevo Santander, Coahuila, Texas y Nuevo
León que remitiesen sin demora los censos de sus respectivas provincias para que pudieran terminarse las instrucciones relativas a
las elecciones.21
Debido a que la inquietud y agitación de las provincias dificultó a los gobernadores el levantamiento de los censos,22 la junta,
anhelosa de apresurar los arreglos para las elecciones, elaboró sus
instrucciones y señaló los distritos electorales, basándose en los
últimos censos eclesiásticos del obispo Marín de Porras, de la diócesis de Linares, cuya jurisdicción coincidía con la de las Provincias Internas de Oriente. A Texas, debido a su escasa población,23
le fue asignado solamente un distrito electoral, con su capital en
Béxar, a Nuevo Santander, cinco distritos, a Nuevo León, cuatro, y
a Coahuila, tres. La junta instruyó a los gobernadores de cada provincia para que empezaran con las elecciones parroquiales y las de
partido o de distrito tan pronto como fuese posible, a fin de que los
Ramos Arizpe creía que Saltillo debería ser la sede de tal cuerpo. El 16 de abril de
1814, las Cortes aprobaron su proyecto para establecer en Saltillo la residencia
de la Diputación Provincial de las Provincias Internas de Oriente (España, Cortes,
Actas de las sesiones de la legislatura ordinaria de 1814, p. 255); pero el citado cuerpo continuó celebrando sus sesiones en Monterrey.
19
A fines de marzo de 1811, cuando los insurgentes fueron derrotados en Baján,
Monterrey, y el estado de Nuevo León se encontraba desprovisto de gobernador,
Francisco Antonio Farías, el entonces procurador en funciones, presentó al ayuntamiento de Monterrey un plan con el objeto de hacer frente a la situación que
se presentaba. En ese plan propuso que una junta provincial gubernativa, de seis
miembros y un presidente, tuviese autoridad sobre todos los ramos del gobierno de
la provincia. (“Expediente formado sobre la Instalación de la Junta de govierno
de esta capital y de su provincia por el actual sindico procurador general Don Francisco Antonio Farías, ante el Iltre. ayuntamiento de esta ciudad”, ms. en el Archivo
General del Estado de Nuevo León). Los miembros del ayuntamiento consideraron
que el plan era prudente y lo aceptaron, procediendo a elegir a Blas José Gómez
de Castro, de Linares, como presidente, a Bernardo Ussel y Guimbarda, como vicepresidente, y a José León Lobo Guerrero, José Vivero, José Valera, Melchor Núñez
de Esquivel, Antonio Silverio de Verridi y Francisco Bruno Barrera como miembros. La junta se encargó del gobierno militar y político de Nuevo León el 2 de
abril de 1811, fue reconocida por Félix Calleja como cuerpo gubernativo el 22 del
mismo mes (ibid.) y gobernó Nuevo León hasta el 11 de marzo de 1813, cuando resignó su autoridad en el gobernador nombrado por el virrey; Santiago Roel, Nuevo
León. Apuntes históricos, 1, p. 101.
18
56
Compuesta por el propio Fernando de Uribe, José León Lobo Guerrero, Juan
José de la Garza, Ambrosio María de Aldasoro, José Bernardino Cantú y Joseph
Mier Noriega.
21
“La junta preparatoria de Monterrey al gobernador de la provincia de Texas”,
Monterrey, 20 de septiembre de 1813, en Bexar Archives, Universidad de Texas.
22
“Christóbal Domínguez a la Junta de Monterrey”, Béxar, 13 de octubre de 1813,
en Bexar Archives, Universidad de Texas; “Junta preparatoria de Monterrey a Juan
Fermín de Juanicotena, Gob. de Nuevo Santander”, Monterrey, 30 de diciembre de
1813, en Matamoros Archives, Universidad de Texas, t. 16, pp. 40-41 (fotostáticas).
23
El gobernador Christóbal Domínguez estimaba en octubre de 1813 que la población de Texas no pasaba de cinco mil habitantes. “Domínguez a la junta de Monterrey”, Béxar, 13 de octubre de 1813, ms. en los Bexar Archives.
20
57
Nettie Lee Benson
II. Establecimiento de las diputaciones provinciales
electores estuviesen en Monterrey el 15 de febrero de 1814, fecha
designada para las elecciones de diputados a Cortes.24
Es evidente que las elecciones parroquiales y de distrito no se
desarrollaron tan rápidamente como esperaba la junta. La misma
ciudad de Monterrey no realizó las elecciones de partidos hasta el
20 de febrero de 1814, cinco días después de la fecha fijada para
la reunión en dicha ciudad de los electores de partido de todas las
provincias. Sin embargo, los diputados a la diputación provincial
fueron designados antes del 10 de mayo, cuando la mayoría de los
electores de Coahuila, Nuevo León y Nuevo Santander ya había
llegado. Se decidió que Coahuila, Nuevo León y Nuevo Santander
estuviesen representadas cada una por dos miembros y Texas por
uno; pero como esta última provincia estaba todavía luchando contra los invasores y no había enviado a su elector de distrito, se resolvió que Nuevo León tuviese un tercer diputado para representar
a Texas. Coahuila, Nuevo León y Nuevo Santander debían tener un
suplente cada una. Los diputados propietarios electos fueron los
doctores Bernardino Cantú y José Lobo Guerrero, por Nuevo León;
José Melchor Sánchez Navarro y Francisco Antonio Gutiérrez, por
Coahuila; Ylarión Gutiérrez y Pedro Paredes, por Nuevo Santander,
y Pedro Manuel de Llano como representante de Texas. Los suplentes fueron Juan Isidro Campos, José Grande y el bachiller José
María Gutiérrez de Lara. Después del juramento de José Bernardino
Cantú, José León Lobo Guerrero, Pedro Manuel de Llano y Juan
Isidro Campos, se declaró instalada la Diputación Provincial de las
Provincias Internas de Oriente, la cual empezó a funcionar de inmediato, nombrando como su secretario a Juan Bautista Arizpe.
Ningún intendente habitaba dentro de los límites de esa región; además, el comandante general de la misma, el general bri-
gadier Joaquín Arredondo, quien en su calidad de jefe político y
oficial ejecutivo de la provincia debía estar presente en las sesiones de la junta, se encontraba en Texas combatiendo a los rebeldes, por lo que nunca asistió a dichas sesiones. La Diputación
Provincial de las Provincias Internas de Oriente, que tenían su
capital en Monterrey, Nuevo León, se reunió tres veces por semana desde el 10 de junio de 1814 hasta después del 18 de agosto
del mismo año, cuando recibió un mensaje de Arredondo en el
que le ordenaba que se disolviera. En ocasiones, esa diputación
provincial se había opuesto fuertemente a los préstamos forzados, solicitud de tropas, etc., que le exigía Arredondo; así, en su
reunión del 10 de junio, le escribió una larga carta en la que se
quejaba de que no asistiera a las reuniones. Él le respondió el
17 de junio, también en una larga carta, para acusar a la diputación de no ser un cuerpo legítimo y de interferir con su autoridad
y no respetarla; incluso se quejó ante Calleja de las actividades de
la junta. Fue precisamente el hecho de que Calleja le enviara la
comunicación, el 18 de agosto, de que Fernando VII había abrogado la Constitución de 1812 el 4 de mayo lo que dio a Arredondo el poder para disolver la junta.25
Tal procedimiento era algo irregular, ya que, según la Constitución, los electores
de partido de cada provincia deberían reunirse en la capital de ésta con el fin de elegir diputados tanto a Cortes como a la diputación provincial. En las elecciones que
se efectuaron en el resto de México durante 1813 y 1814 se siguió estrictamente el
procedimiento prescrito por la Constitución.
Actas de la Diputación Provincial de las Provincias Internas de Oriente del 10
de mayo al 28 de junio de 1814, con el título “Oficios y Comunicaciones de la
Diputación provincial desde el día 10 de mayo de 1814”, ms. en el Archivo General del Estado de Nuevo León. También se encontraron otros documentos de esa
diputación provincial, entre ellos la carta de Arredondo a la Diputación Provincial
de Monterrey, fechada en Laredo el 17 de junio de 1814, y la carta de Calleja a
Arredondo, fechada en México el 18 de agosto de 1814, en la que le decía a éste que
disolviera la junta. Libro de actas de las juntas electorales de parroquia, de partido
y de provincia, año de 1814, ms. en el Archivo General del Gobierno del Estado de
Nuevo León, legajo i (1814), núm. 2; Charles M. Harris, A Mexican Family Empire.
The Latifundio of the Sanchez Navarro Family, 1765-1867, Austin: The University of
Texas Press, 1975, pp. 141·142 y 346; Monterrey, 7 de septiembre de 1814, en Pedro Torres Lanzas, Independencia de América. Fuentes para su estudio, 5 t., Madrid:
1912, iv, pp. 10-11; y Monterrey, 17 de agosto de 1814, carta de la Diputación Provincial de Monterrey en la que explica los males que impiden su funcionamiento
adecuado, en Torres Lanzas, op. cit., iii, p. 515.
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Nettie Lee Benson
II. Establecimiento de las diputaciones provinciales
La Diputación Provincial de las Provincias Internas de Occidente debía componerse de diputados de las provincias de Durango, Chihuahua, Sonora y Sinaloa y Nuevo México. Aún no ha sido
encontrada la fecha de su establecimiento, pero puede suponer­
se que fue anterior al 13 de abril, pues el jefe político interino,
Juan José Zambrano, de Nueva Vizcaya, informó a España en esa
fecha que la elección de diputados de esa provincia (no menciona
los nombres) se había llevado a cabo el 15 de marzo. Además, los
dipu­tados que debían representar a Chihuahua y Nuevo México,
Mateo Sánchez Álvarez y Juan Ortiz de Santa Fe, respectivamente, y Francisco Xavier Chávez, suplente de Albuquerque, fueron
elegidos en Paso del Norte el 14 de marzo, mientras que los dipu­
tados por la provincia de Sonora y Sinaloa fueron elegidos en Real
de Álamos el 24 de marzo (no se encontraron los nombres).26
Aunque aún no han sido encontrados documentos que prueben la
fecha de su instalación, es probable que haya sido en abril o mayo
de ese año.
La última diputación provincial de cuyo establecimiento en
México en el periodo comprendido entre 1813 y 1814 se tiene
alguna noticia fue la de la ciudad de México. El 11 de noviembre
de 1812, Francisco Xavier Venegas, en su calidad de jefe político
de la Nueva España, convocó a la junta electoral,27 la cual redactó
las instrucciones necesarias para las elecciones de la Nueva España
y las firmó el 14 de noviembre.28
Fueron declaradas componentes de la Nueva España las provincias de México, Puebla, Valladolid (Michoacán), Guanajuato,
Oaxaca, Veracruz, San Luis Potosí, Tlaxcala y Querétaro.29 Los
electores de las provincias recibieron la orden de reunirse en la
capital de cada una de ellas. Respecto a la división provincial en
distritos, la junta electoral resolvió que:
[...] la distribución actual de las provincias en subdelegaciones sea
y se entienda por división en partidos; de manera que cada subdelegación sea un partido; con las excepciones siguientes:
Que en la provincia de Querétaro, se forme para solo este
efecto un partido distinto en San Juan del Río, compuesto de su
parroquia o curato y los de Santa María Mealco y Tequisquiapan.
Que en la provincia de Guanajuato, se tengan por partidos
distintos en consideración a su numeroso vecindario y la jurisdicción independiente que exercen sus alcaldes ordinarios, la ciudad
de Salvatierra con los pueblos de Yuririapúndaro y Acámbaro y la
Durango, 13 de abril de 1814, en Torres Lanzas, op. cit., iii, pp. 478-479; Richard
V. Baquera, “Paso del Norte y Chihuahua. Revolution and Constitutionalists”, tesis
de maestría en artes, El Paso: The University of Texas, 1977, p. 95; Real de Álamos,
26 de marzo de 1814, carta de la Junta Electoral de la Provincia de Sonora y Sinaloa
con las actas de la elección de diputados a las Cortes y a la Diputación Provincial de
las Provincias Internas de Occidente, en Torres Lanzas, op. cit., iii, p. 473; “Comandante Bernardo Bonavia al Ministro de Asuntos de Ultramar”, Durango, 15 y 16 de
marzo de 1814, en ibid., iii, pp. 470-471. Nota: Francisco R. Almada, en Resumen
de la historia del estado de Chihuahua, México: s.i., 1955, pp. 152-153, dice que la
diputación provincial empezó a funcionar el 22 de enero de 1814 y que Chihuahua
estuvo representada por Francisco Espejo y Juan José Zambrano, pero esto parece
muy poco probable, pues las elecciones de representantes a la Diputación Provincial de las Provincias Internas de Occidente se llevaron a cabo en su mayoría en
marzo de ese año. Por lo demás, no menciona documentación alguna.
“Instrucción conforme a la cual deberán celebrarse en las provincias de ultramar las elecciones de diputados de Cortes para las ordinarias del año próximo de
1813”, ms. en agm, Ramo de Historia, t. 445, ff. 10-11; “Elecciones para diputados
a las Cortes ordinarias de 1813. Diputaciones provinciales...”, en Alba, op. cit., pp,
154-155.
28
Las instrucciones completas, expedidas en forma de orden oficial el 27 de noviembre, fueron publicadas en el Diario de México los días 30 de noviembre y 1 y
2 de diciembre de 1812.
29
Debe hacerse notar que esta división se hizo con base en las intendencias de
México, Puebla, Valladolid, Guanajuato, Oaxaca y Veracruz. Lo mismo puede afirmarse respecto a la de San Luis Potosí, con la excepción de que las mismas Cortes
habían segregado de ella las cuatro Provincias Internas de Oriente, que hasta entonces habían formado parte de la intendencia. Tlaxcala, con su distrito de Huexotzingo, recibió el rango de provincia debido a “sus circunstancias peculiares”, y el
corregimiento de Querétaro, con el distrito de Cadereyta, también fue constituido
en provincia, aun cuando no se dio razón de ello. Ibid., 1 de diciembre de 1812.
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Nettie Lee Benson
villa de Salamanca con el valle de Santiago y la congregación de
Irapuato, aunque no sean subdelegaciones distintas.30
El artículo 10 del bando de la junta preparatoria trataba del
establecimiento de la diputación provincial. Autorizaba a la intendencia de San Luis Potosí para que nombrase tres diputados y un
suplente y a la de Guanajuato, por su más numerosa población,
para elegir cuatro diputados y dos suplentes a la Diputación Provincial de San Luis Potosí, que tendría jurisdicción sobre esas dos
provincias. En cuanto a la Diputación Provincial de la Ciudad de
México con jurisdicción sobre las otras provincias, a la que se llamaría en adelante Diputación Provincial de la Nueva España, la
junta resolvió que, en vista de que las provincias eran siete, incluyendo las adicionales de Tlaxcala y Querétaro, cada una elegiría un
diputado, mientras que México, Puebla y Oaxaca elegirían, además, un suplente cada una.31
La Constitución de 1812 prescribió detalladamente el método que se aplicaría para paralizar esas elecciones: serían indirectas, por lo que los ciudadanos de las parroquias debían escoger
electores parroquiales que, juntándose con los otros electores parroquiales, debían elegir a su vez electores de partidos; éstos, en
fin, debían reunirse en la capital de cada provincia para nombrar
los diputados a Cortes y a la diputación provincial.32 Las elecciones parroquiales de la ciudad de México tuvieron lugar el 29 de
noviembre de 1812. En su bando oficial del 27 de noviembre
de 1812, la junta preparatoria fijó el 1 de febrero de 1813 como
fecha de reunión en esa ciudad de los electores de partido de la
provincia de México para elegir diputados a Cortes.33
Según el artículo 328 de la Constitución, el diputado provincial por la provincia de México debía ser electo el 2 de febrero de
Diario de México, 2 de diciembre de 1812; Alba, op. cit., p, 162.
Ibid., pp. 159-160; Diario de México, 3 de diciembre de 1812.
32
Constitución política de la monarquía española, Cádiz, 1812, artículos 35 a 103.
33
Diario de México, 3 de diciembre de 1812.
30
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II. Establecimiento de las diputaciones provinciales
1813; pero no fue así, porque inmediatamente hubo objeciones
contra las elecciones parroquiales realizadas el 29 de noviembre
anterior.34 Por consiguiente, no se dio ningún paso para reunir a
los electores parroquiales mientras Venegas estuvo a la cabeza del
mando en la Nueva España. Venegas siguió publicando los decretos y bandos de las Cortes, pero no hizo nada por obedecerlos,
con lo que, de hecho, suspendió su aplicación;35 un caso más del
famoso “obedezco pero no cumplo”.
Félix Calleja reemplazó a Venegas el 4 de marzo de 1813, cuando los insurgentes tenían todavía la fuerza suficiente como para
do­minar virtualmente toda la provincia de Oaxaca, hostilizar de
manera parcial la mayoría de las provincias centrales y hasta infiltrarse a menudo en los suburbios de la misma ciudad de México.
Por eso Calleja, en un esfuerzo por apaciguar a los descontentos
y a las facciones irresolutas de los realistas, resolvió restablecer la
vigencia de la Constitución de 1812 y dar efectividad a los decretos de las Cortes.36 Para conseguir esto, tenía que proceder a la
elección de diputados, a lo que Venegas se opuso a pesar de las
repetidas instancias de los electores parroquiales.37
Siguiendo el dictamen de los fiscales de la corona, Calleja convocó a una reunión de electores parroquiales para el domingo 4
de abril.38 En ella fueron elegidos los miembros del ayuntamiento,
pero no los electores de partido, a pesar de que el objeto de la
elección, inicialmente anunciado en septiembre de 1812, era el de
elegir diputados a Cortes y a la diputación provincial. Aparentemente, los electores parroquiales fueron destituidos después de la
elección de los miembros del ayuntamiento.
Nettie Lee Benson, “The Contested Mexican Election of 1812”, The Hispanic
American Historical Review, xxvi, pp. 336-350.
35
Alamán, op. cit., iii, pp. 294-297; Niceto de Zamacois, Historia de Méjico, viii, pp.
726-730; Bancroft, op. cit., iv, pp. 465-466.
36
Bancroft, op. cit., iv, p. 502; Alamán, op. cit., pp. 409-411.
37
“Ramón Gutiérrez del Mazo a Venegas”, México, 27 de diciembre de 1812 y 3 de
enero de 1813, en Alba, op. cit., i, pp. 244-246.
38
“Los fiscales a Calleja”, México, 29 de marzo de 1813, en ibid., pp. 250-255.
34
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Nettie Lee Benson
II. Establecimiento de las diputaciones provinciales
En la siguiente reunión de la junta preparatoria, convocada por
Calleja para el 20 de abril de 1813, se resolvió ordenar a los respectivos intendentes de las provincias de Puebla, Veracruz, Oaxaca, Michoacán, Guanajuato, México y San Luis Potosí, así como
a los gobernadores de Tlaxcala y Querétaro, que prosiguieran y
terminaran sin demora las elecciones de diputados a Cortes y a la
diputación provincial. Los diputados a Cortes deberían dirigirse
inmediatamente a Veracruz, donde se embarcarían para España,
mientras que los representantes a la Diputación Provincial de la
Nueva España deberían presentarse en la ciudad de México en un
plazo de dos meses.39
Como todavía no llegaba ninguna respuesta sobre las elecciones de la provincia de Oaxaca, que estaba completamente en poder de los insurgentes, Calleja citó el 23 de abril de 1813 a otra
reunión de la junta preparatoria en la que se decidió que, a falta
del diputado de Oaxaca, la provincia de México elegiría dos representantes a la diputación debido a que su población era la más
numerosa, mientras que, además de su diputado propietario, Michoacán elegiría a un suplente.40 De ese modo, se aseguraría que
la diputación tuviera un número completo de representantes, esto
es, siete diputados propietarios y tres suplentes.
De acuerdo con la instrucción del 20 de abril, las elecciones
parroquiales fueron fijadas para el 4 de julio.41 Los electores parroquiales de la ciudad de México designados en esa fecha se reu­
nieron el 11 de julio y nombraron electores de partido; estos últimos, en unión de los demás electores de partido de la provincia de
México, eligieron diputados a Cortes el 18 de julio y provinciales
al día siguiente. La provincia de México eligió como diputados
propietarios al doctor José Miguel Guridi y Alcocer y a José María
Fagoaga y, como suplente, a José Antonio Cristo y Conde.42
En la provincia de Puebla, las elecciones parroquiales tuvieron lugar el 25 de abril en la ciudad del mismo nombre y las del
partido, el día 1 de mayo; estos dos primeros pasos del proceso
electoral se llevaron a cabo también en los demás distritos de la
provincia que no estaban bajo el dominio de los insurgentes y las
elecciones provinciales se fijaron para el 9 de mayo.43 En respuesta
a una pregunta de José Mariano Marín,44 que había sido elegido
para representar a Puebla ante la Diputación Provincial de la Nueva España, Calleja dijo que había fijado el día 19 de julio como
fecha de instalación de ese cuerpo.45 El 4 de junio de 1813, la
provincia de Querétaro eligió diputado al coronel Pedro Acevedo y
Calderón,46 mientras que Tlaxcala hizo lo propio con el licenciado
Bernardo González Pérez de Angulo.47
Para el 1 de agosto, las provincias de Puebla, Querétaro, México
y Tlaxcala habían elegido a sus representantes a la Diputación Provincial de la Nueva España y reconocido la imposibilidad de efectuar la elección en Oaxaca. Esta última provincia y la de Michoacán,
a la sazón casi totalmente dominada también por los insurgentes,48
se vieron imposibilitadas de realizar las elecciones; por otra parte,
no se ha encontrado ninguna prueba documental de que las elecciones se hayan efectuado en Veracruz en el año de 1813.
Actas de la junta preparatoria electoral, 20 de abril de 1813, ms. en agm, Ramo
de Historia, t. 445, ff. 66-67; “México, 30 de abril”, Gaceta del Gobierno de México,
1 de mayo de 1813.
40
Actas de la junta preparatoria electoral, 23 de abril de 1813, ms. en agm, Ramo
de Historia, t. 445, f. 68.
41
Diario de México, 7 de julio de 1813.
Ibid., 20 de julio de 1813.
“Ciriaco del Llano a Félix María Calleja”, Puebla, 4 de mayo de 1813, ms. en agm,
Ramo de Historia, t. 445.
44
“José Mariano Marín a Félix María Calleja”, Puebla, 24 de junio de 1813, ms. en
agm, Ramo de Historia, t. 447.
45
Ibid., nota al margen, fechada en México el 7 de julio de 1813.
46
“Junta electoral de la provincia de Querétaro a Félix Calleja”, Querétaro, 4 de
junio de 1813, ms. en agm, Ramo de Historia, t. 447, expediente 8.
47
“Agustín González del Campillo a Félix María Calleja”, Tlaxcala, 26 de julio de
1813, ms. en agm, Ramo de Historia, t. 445.
48
Nota núm. 3 al “Acta de la Junta preparatoria de México de 7 de julio de 1814”,
en Alba, op. cit., i, p. 219.
64
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42
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II. Establecimiento de las diputaciones provinciales
Aun aquellas provincias en donde las hubo tuvieron dificul­
tades para incorporar a sus representantes a la diputación. Cuan­
do Bernardo González Pérez de Angulo llegó a la ciudad de Méxi­co
como representante de Tlaxcala, fue apresado en el acto, acusado
de haber participado antes en actos de sedición. A pesar de que
apeló ante Calleja para que le otorgara inmunidad por su cargo, su
detención fue confirmada y su elección declarada nula; asimismo,
se mandó que Tlaxcala volviese a convocar a electores provinciales
para elegir otro diputado.49 Por otra parte, Juan Madrid Quiñones
denunció la elección de Guridi y Alcocer como diputado por la
provincia de México, por lo que, el 23 de julio, Calleja pidió al
intendente un informe completo sobre la elección de los miembros de la Diputación Provincial de la Nueva España y solicitó una
opinión legal sobre la acusación contra Guridi y Alcocer.50 No se
da explicación alguna de esa acusación, pero, dado que Guridi y
Alcocer no era natural de la provincia de México,51 posiblemente
su elección fue impugnada sobre la base de que los miembros de
una diputación provincial debían ser naturales de la provincia que
representaban o haber residido en ella durante siete años.52
Es probable que la causa fundamental de la impugnación fuese su afiliación política, porque los tres ciudadanos elegidos para
representar a la provincia de México ante la diputación provincial
recibían el apoyo de las fuerzas insurgentes a través de la sociedad
llamada “Los Guadalupes”, de la ciudad de México, cuyos miembros informaron a José María Morelos, el caudillo insurgente, que,
a pesar de los esfuerzos conjuntos de Calleja y los obispos, los
candidatos puestos por “Los Guadalupes” para diputados a Cortes
habían resultado victoriosos y que la derrota más severa sufrida
por los realistas había sido la elección a la Diputación Provincial
de la Nueva España de Guridi y Alcocer, ex diputado a Cortes,
y de José María Fagoaga, europeo de nacimiento pero criado y
educado en México y “muy adicto de ideas liberales y hombre de
bien, y ante los ojos de nuestros enemigos, es peor Fagoaga que el
americano más insurgente”; añadían que como diputado suplente
había sido electo José Antonio del Christi y Conde, natural de La
Habana y “sugeto propio para el caso”.53
El año 1813 terminó sin ver la instalación de la Diputación
Provincial de la Nueva España, aunque se continuaron las diligencias para ello. La provincia de Tlaxcala dio aviso el 18 de mayo de
1814 de que había elegido como su diputado al licenciado José
Daza y Artazo, fiscal de la Audiencia de México y miembro ante­
rior del ayuntamiento de Tlaxcala.54 El 15 de marzo de 1814, la de
Veracruz nombró al doctor Antonio Manuel Couto.55 Cumpliendo
con la Constitución,56 el 16 de marzo de 1814, la provincia de
México eligió como nuevos miembros propietarios de la dipu­
tación a José Ángel Gazano y Juan Bautista Lobo, junto con el
licenciado Ignacio García Illueca como suplente.57 Así, para fines
de mayo de 1814, habían sido nombrados seis de los siete diputados propietarios y dos suplentes: Guridi y Alcocer y Fagoaga
“Documentos relativos a las persecuciones de que fue objeto el diputado por la
provincia de Tlaxcala. Se declara nula su elección y se decide que se nombre a otra
persona en su lugar”, en Alba, op. cit., i, pp. 213-217.
50
“Ramón Gutiérrez del Mazo a Calleja”, México, 23 de julio de 1813, ms. en agm,
Ramo de Historia, t. 445.
51
Había nacido en Ixtacuixtla, Tlaxcala, el 26 de diciembre de 1763, y estudió
en el Seminario Palafoxiano de Puebla, en donde posteriormente fue profesor de
filosofía y literatura sacra. El 9 de octubre de 1790 recibió el grado de doctor en
teología por la Universidad de México. Posteriormente fue cura de Tacubaya, y ahí
se encontraba en 1810, cuando fue electo como diputado a Cortes; de inmediato se
dirigió a España, donde permaneció hasta después de la firma de la Constitución,
el 18 de marzo de 1812.
52
Constitución política de la monarquía española, 1812, art. 330.
49
66
“Los Guadalupes a José María Morelos”, México, 5 de agosto de 181 3, ms. en agi,
Sevilla, España, estante 136, cajón 7, legajo 9.
54
“Miguel Sandoval a Calleja”, 18 de mayo de 1814, en Alba, op. cit., i, p. 48.
55
“José de Quevedo, gobernador de la provincia de Veracruz, a Calleja”, Veracruz,
18 de marzo de 1814, ms. en agm, Ramo de Historia, t. 445.
56
De acuerdo con los artículos 108 y 307, los diputados a Cortes y a la diputación
provincial deberían ser elegidos cada dos años, comenzando en 1812.
57
Diario de México, 16 de marzo de 1814.
53
67
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II. Establecimiento de las diputaciones provinciales
por México, Marín por Puebla, Acevedo y Calderón por Querétaro, Daza y Artazo por Tlaxcala y Couto por Veracruz, con Christi
y Conde como suplente por México y Tomás Rodríguez Pontón
como suplente por Puebla.58
Entonces surgió la cuestión de si podría integrarse la dipu­
tación provincial con unos diputados elegidos para los años 1813
a 1814 y otros para el bienio de 1815 a 1816. En una reunión de la
junta preparatoria celebrada el 18 de abril, se resolvió finalmente
que, si la diputación se instalaba antes del 10 de junio de 1814,
debería componerse de los miembros ya elegidos, pero que, en
todo caso, en dicha fecha, el cuerpo debería ser renovado con los
diputados recién electos.59
La diputación no quedó constituida el 1 de junio ni aun el 7
de julio, día en que Calleja citó para otra reunión de la junta preparatoria a fin de resolver si la instalación podría tener lugar sin
la representación de la intendencia de Michoacán. Se resolvió que
la diputación provincial debía ser instalada de inmediato con los
cinco diputados entonces presentes en la ciudad de México —dos
propietarios y un suplente por México y un propietario por Querétaro y otro por Tlaxcala— y que debían enviarse comunicaciones
a los diputados propietarios y suplentes ausentes instruyéndolos
para que se trasladasen inmediatamente a la ciudad de México.
Una vez que los diputados propietarios hubiesen llegado, los suplentes y el segundo diputado por México deberían retirarse.60
En un bando fechado el 11 de julio de 1814, Calleja citó a los
cinco diputados ya presentes en la ciudad de México y al intendente, Ramón Gutiérrez del Mazo, para que compareciesen en el
palacio de gobierno el 13 de julio a fin de prestar juramento como
miembros de la Diputación Provincial de la Nueva España. También
se enviaron instrucciones a los gobernadores e intendentes de Puebla, Veracruz, Oaxaca y Michoacán, con las que se les daba aviso de
que la diputación sería instalada inmediatamente y de que los diputados por aquellas provincias debían ponerse en marcha en seguida
para la ciudad de México a fin de tomar posesión de sus cargos.61
Así pues, más de un año después de la fecha fijada en un princi­
pio, la Diputación Provincial de la Nueva España quedó constituida oficialmente el 13 de julio de 1814.62 Al día siguiente se comunicó el suceso a los ayuntamientos de su jurisdicción.63 El 18 de
julio de 1814, después de anunciar que la Diputación Provincial
de la Nueva España se reuniría en primera sesión aquel día y de
dar los nombres de los miembros, el Diario de México continuaba:
El establecimiento de esta diputación provincial es uno de los
grandes bienes que la augusta Constitución española ha dictado
en favor de los pueblos, que por medio de sus representantes la
han sancionado de conformidad con la ley suprema de las naciones [...]. Sus atribuciones y cargos están bastantemente explicados
en el siguiente artículo del Catecismo de la Constitución, que copiamos a la letra.
Y seguía con dos páginas sobre la diputación provincial, su
composición, sesiones, facultades y obligaciones.64 En su primera
“Lista de los señores vocales de la diputación provincial nombrados por la junta
electoral de esta provincia de la Puebla de los Ángeles, firmada por Ramón Díaz de
Ortega”, Puebla, 18 de junio de 1814, ms. en agm, Ramo de Historia, t. 445.
59
Diario de México, 30 de julio de 1814.
60
“Calleja al Exmo. Señor Ministro de Ultramar”, México, 30 de abril de 1814, ms.
en agm, Correspondencia Virreyes, Calleja, t. 6, carta núm. 178; nota 3 del “Acta de
la junta preparatoria de México de 7 de julio de 1814”, en Alba, op. cit., i, p. 219.
“Acta de la junta preparatoria de México de 7 de julio de 1814”, en ibid., pp.
218-219.
62
Ibid., p. 220; “Calleja al Exmo. Sr. Ministro de la Governación de Ultramar”, ms.
en agm, Correspondencia Virreyes, Calleja, t. 6, carta núm. 189.
63
Los miembros eran Félix María Calleja, jefe político; Ramón Gutiérrez del Mazo,
intendente; José Ángel Gazano, diputado por México; Pedro Acevedo y Calderón,
diputado por Querétaro; José Daza y Artazo, diputado por Tlaxcala; Juan Bautista
Lobo, elegido por la provincia de México para que tomara el lugar del diputado de
Oaxaca; e Ignacio García Illueca, suplente por México, “Certificación de haberse
instalado la diputación provincial de México”, en Alba, op. cit., i, pp. 220-221.
64
Diario de México, 1 de agosto de 1814.
68
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II. Establecimiento de las diputaciones provinciales
reunión, celebrada el 18 de julio de 1814, la Diputación Provincial
de la Nueva España nombró como su secretario a José María Martínez del Campo, pero no ha podido comprobarse si la diputación
ejecutó alguna otra de sus prerrogativas, porque ni en la ciudad de
México ni en Toluca se han encontrado actas de las sesiones que
la Diputación Provincial de la Nueva España pudo haber efectuado durante ese periodo.65 Es probable que nunca hubiese llevado
a cabo otra sesión, porque antes de que transcurriera un mes, el
11 de agosto, se recibió en México el real decreto que derogaba la
Constitución de 1812 y todas las actas de las Cortes desde 1810
hasta 1814.66 Es posible que la diputación no haya sido disuelta de
inmediato, ya que, el 18 de agosto, Calleja expidió un bando en
el que aseguraba que, para no turbar la administración política y
judicial del reino, no se haría cambio gubernativo alguno mientras
no se recibieran nuevas instrucciones del rey.67 Si no fue disuelto
el recién constituido cuerpo provincial, debió gozar de una existencia pasiva hasta el 5 de octubre de 1814, cuando el Diario de
México publicó un decreto real que mandaba que las diputaciones
provinciales de América debían cesar en sus funciones y que los
gobernadores de las respectivas jurisdicciones se hiciesen cargo de
sus archivos.
Aunque las provincias de San Luis Potosí y Guanajuato estaban
autorizadas para establecer una única diputación provincial con
sede en San Luis Potosí, pocos datos se han hallado sobre la posible instalación o sobre las actividades de este cuerpo. En los años
de 1813 y 1814 fueron llevadas a cabo elecciones de diputados y,
si bien no ha sido posible determinar la fecha precisa de la primera
elección, se sabe que ocurrió antes del 1 de octubre, porque, en
esa fecha, uno de los diputados por Guanajuato recibió aviso de
su elección con instrucciones de trasladarse en seguida a San Luis
Actas capitulares del Exmo. ayuntamiento constitucional de la ciudad de México,
año de 1814, f. 158, ms. en el Archivo del Gobierno del Distrito Federal de México.
66
Ibid., 11 de agosto de 1814.
67
Ibid., 18 de agosto de 1814.
65
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II. Establecimiento de las diputaciones provinciales
Potosí;68 por otra parte, el 15 de marzo de 1814, dos de los tres
diputados elegidos por la provincia de San Luis Potosí en el año de
1813 fueron reemplazados por el teniente coronel Miguel Flores,
alcalde mayor de la capital, y Francisco Gordoa.69 Asimismo, el
15 de marzo de 1814, Guanajuato reemplazó sus miembros por
mitad, nombrando al teniente coronel Manuel Marcelino de las
Fuentes como diputado propietario y a Juan José García Castillo
como suplente.70 Una semana más tarde, no obstante, Calleja recibió aviso de que ningún diputado por Guanajuato había llegado a
San Luis Potosí y de que la diputación aún no se había integrado.71
Chiapas, que más tarde llegó a ser uno de los estados de la
República Mexicana bajo la égida de la Constitución de 1824,
formaba parte en ese momento de la Capitanía General de Guatemala. En 1790 había sido erigida en intendencia y su jurisdicción
deslindada para incluir los partidos de Chiapa, Tuxtla y Soconusco, con capital en Ciudad Real.72 Según el decreto del 23 de mayo
de 1812, Chiapas era una de las intendencias que debían tener representación en la Diputación Provincial de Guatemala, de la que
se sabe que fue instalada el 2 de septiembre de 1813, aunque no se
han encontrado detalles sobre la elección de sus componentes ni
sobre sus actividades. Con todo, hasta nosotros han llegado noti-
cias del descontento de Chiapas porque deseaba una diputación
provincial para sí misma. El 18 de mayo de 1813, Mariano Robles
Domínguez, diputado por Chiapas a las Cortes españolas, presentó ante éstas una proposición en la que pedía que se estableciera
en Ciudad Real una diputación provincial para aquella provincia,
separada de la de Guatemala.73
La propuesta de Robles Domínguez pasó a la Comisión de
Constitución,74 y más tarde a la de Asuntos de Ultramar.75 En su
dictamen, rendido el 18 de noviembre de 1813, esta última recomendaba: 1) que el ayuntamiento de Ciudad Real debía obtener el parecer de los principales ayuntamientos de la intendencia
de Chiapas —a saber: los de Santa María Comitán, Tapachula, Tonalá, Tuxtla y Palenque— sobre la necesidad y el beneficio que se
obtendrían con el establecimiento de tal cuerpo y sobre el territorio que se incluiría dentro de su jurisdicción, y 2) que el ayuntamiento de Ciudad Real debía presentar todos estos datos a la
Diputación Provincial de Guatemala para su estudio y recomendación. La Diputación Provincial de Guatemala, por medio de su jefe
político, debía remitir entonces el dictamen, con todos los demás
pareceres, a las Cortes, para que éstas dieran su resolución final.76
Evidentemente, se trataba de una táctica dilatoria para limitar el
número de diputaciones provinciales en América.
En agosto de 1814, se habían instalado cinco de las seis diputaciones provinciales autorizadas dentro de la región mexicana:
en Mérida, la de Yucatán; en Guadalajara, la de Nueva Galicia; en
Monterrey, Nuevo León, la de las Provincias Internas de Oriente;
en Durango, Nueva Vizcaya, la de las Provincias Internas de Occi-
“José Maria de la Canal y Landeta a Fernando Pérez Marañón, intendente de
Guanajuato”, Querétaro, 16 de octubre de 1813, ms. en agm, Ramo de Historia, t.
447, expediente 14.
69
“Joseph Ruiz de Aguirre a Félix Calleja”, San Luis Potosí, 22 de marzo de 1814,
ms. en agm, Ramo de Historia, t. 445.
70
“Pérez Marañón a Félix María Calleja”, San Luis Potosí, 22 de marzo de 1814,
ms. en agm, Ramo de Historia, t. 445; carta de la junta preparatoria de San Luis
Potosí a las Cortes españolas, San Luis Potosí, 7 de mayo de 1814, acompañada del
acta de la elección de diputados a Cortes y a su diputación provincial efectuada los
días 14 y 15 de marzo, en Torres Lanzas, op. cit., iii, p. 485.
71
“Ruiz de Aguirre a Calleja”, San Luis Potosí, 22 de marzo de 1814, ms. en agm,
Ramo de Historia, t. 445.
72
Domingo Juarros, A Statistical and Commercial History of the Kingdom of Guatemala in Spanish America..., p. 13; Flavio Antonio Paniagua, Catecismo elemental de
historia y estadística de Chiapas, p. 442.
68
72
España, Cortes, Actas de las sesiones de la legislatura ordinaria de 1813, p. 442;
Mario Rodríguez, The Cadiz Experiment in Central America 1808-1826, Berkeley,
Ca.: University of California Press, 1978, p. 117.
74
España, Cortes, Actas de las sesiones de la legislatura ordinaria de 1813, p. 258;
Manuel S. Trens, Historia de Chiapas desde los tiempos más remotos hasta el gobierno
del general Carlos A. Vidal, p. 212.
75
España, Cortes, Actas de las sesiones de la legislatura ordinaria de 1813, p. 442.
76
Ibid., p. 458.
73
73
Nettie Lee Benson
II. Establecimiento de las diputaciones provinciales
dente, y en la ciudad de México, la de la Nueva España. Los miembros de la de San Luis Potosí habían sido elegidos, pero, por los
documentos conocidos, puede dudarse de que haya sido instalada.
Chiapas, que en aquel tiempo formaba parte de Guatemala, se
hizo representar ante la Diputación Provincial de Guatema­la, pero
aun entonces estaba reclamando una diputación autónoma. A la
luz de los acontecimientos posteriores, es muy significativo, además, el hecho de que, durante la elección de representantes a las
diputaciones provinciales y a las Cortes y durante los debates de
estas últimas, se había manifestado muy claramente que en el
Nuevo Mundo, particularmente en la América septentrional española, había muchas más provincias e intendencias reconocidas
como tales: en el reino de Nueva Galicia, las de Guadalajara y
Zacatecas; en las Provincias Internas de Occidente, las de Sonora
y Sinaloa, Durango, Chihuahua, Nuevo México y las Californias;
en las Provincias Internas de Oriente, las de Nuevo Santander,
Nuevo León, Coahuila y Texas; y en la de la Nueva España, las de
México, Oaxaca, Puebla, Michoacán, Veracruz y, desde 1809, las
de Querétaro y Tlaxcala. Cada una de esas intendencias y provincias fue reconocida como parte integrante de la nación española;
además, la mayoría contaba con una larga historia como provincia
y se conocían los límites de todas y cada una.
Es cierto que durante el breve periodo —es decir, de 1812 a
1814— en que estuvo en vigor la Constitución de 1812, que estableció la institución de la diputación provincial, esta última llevó una existencia errática, pero también es cierto que, aun en esa
época, muchos mexicanos la reconocieron como un medio para
obtener más autonomía local y provincial. A través de las muchas
elecciones provinciales efectuadas de 1809 a 1814, habían tenido
la ocasión de ejercer su derecho a la expresión política; y, cuando
se les permitió, lo hicieron con entusiasmo.
Cuando Fernando VII volvió al gobierno de España en mayo
de 1814, abrogó la Constitución de 1812 y todos los actos de
las Cortes de 1810 a 1814, junto con las instituciones creadas
por ellas.
El gobierno revirtió la situación a lo que había sido antes de
la invasión de España por Napoleón en 1808; Calleja reasumió
su puesto de virrey de México y fue reemplazado por Juan Ruiz
de Apodaca el 16 de septiembre de 1816; y las provincias e intendencias volvieron al poder de los intendentes y gobernadores
militares, que las habían gobernado durante la mayor parte del
tiempo de las luchas revolucionarias de México. El examen de los
nombres de intendentes y gobernadores listados en un incompleto
pero extenso expediente de Felipe de Zúñiga y Ontiveros, Calendario, manual y guía de los forasteros de México para el año de..., de
los años 1788 a 1821, muestra que muchos de aquellos asignados a cierta intendencia o provincia ocuparon el puesto durante
muchos años. Así fue en los casos de Fernando Pérez Marañón,
de Guanajuato, de 1811 a 1820; Manuel Jacinto Acevedo, de San
Luis Potosí, de 1810 a 1821; José Gallegos, de Zacatecas, de 1816
a 1821; el brigadier Diego García Conde, de Durango, Nueva Viz­
caya, de 1816 a 1821; Francisco Rendón, de Oaxaca, de 1815
a 1821; Miguel de Castro y Araoz, de Mérida, Yucatán, de 1816 a
1821; Antonio Cordero, de Sonora y Sinaloa, de 1816 a 1821; Ciriaco de Llano, de Puebla, de 1816 a 1821, y Ramón Gutiérrez del
Mazo, de México, de 1811 a 1821. En las provincias o intendencias de Valladolid de Michoacán, Veracruz y Nueva Galicia, hubo
más de un cambio de intendente.77
En una publicación más reciente, Ricardo Rees Jones cita en un
apéndice los nombres de los intendentes por fechas e intendencias
y hace comentarios en el texto sobre la obra de cada uno de ellos y
sobre la entusiasta acogida que dieron a ésta numerosos virreyes
y sus súbditos.78
Felipe de Zúñiga y Ontiveros, Calendario, manual y guía de los forasteros de México para el año de 1779 al año de 1822, México, 1779 al año de 1822: 1780, 17901800, 1811-1813 y 1815-1822.
78
Ricardo Rees Jones, El despotismo ilustrado y los intendentes de la Nueva España,
México: Instituto de Investigaciones Históricas, unam, 1979, pp. 211-213, y apéndice 1, pp. 313-317.
74
75
77
Nettie Lee Benson
El significado de lo anterior en relación con la diputación provincial es difícil de establecer, pues el intendente tenía una función
única en esa institución: era el presidente de sus reuniones si el
jefe político no se presentaba. Si ninguno de los dos estaba presente, el decano de los miembros de la diputación presidía la junta.
Ni el intendente ni el jefe político podían votar en lo concerniente
a los asuntos que se dirimían en las juntas, es decir, no podían
influir en los asuntos que manejaba la diputación provincial, pero
debían ejecutar las decisiones de ésta respecto a los asuntos propios de la autoridad de cada uno de ellos. En este capítulo hemos
analizado los orígenes de cuando menos cinco de las seis diputaciones provinciales de México e iniciamos también el estudio de
las actividades de Chiapas, futuro territorio de México, y de la
actitud de las intendencias y provincias en relación con el deseo
de que hubiese más diputaciones provinciales en México. En el
próximo capítulo veremos cuál fue la actitud de las intendencias
y provincias ante el creciente número de diputaciones provinciales
en México, cuando la Constitución de 1812 fue restaurada en el
imperio español en 1820.
III. Incremento
de las diputaciones provinciales
en México, 1820-1821
El despotismo reinó en España y sus colonias desde mediados de
1814 hasta fines de 1819. Durante esos años, Fernando VII logró
sofocar las varias revueltas anuales contra su tiranía, pero es evidente que no las interpretó como demandas de reformas gubernativas.
El descontento se había generalizado tanto por toda España hacia
1820 que todas las ciudades se unieron para exigir la restauración
del gobierno constitucional según las normas de la Constitución de
1812. La insurrección de las tropas mandadas por Rafael del Riego
y Antonio Quiroga dio inicio a un movimiento tan poderoso que,
el 7 de marzo de 1820, el monarca creyó prudente acceder a la
demanda. Dos días más tarde, ante una junta provisional que él
mismo estableció con el propósito de que lo aconsejara hasta que
pudieran reunirse las Cortes, juró guardar la Constitución.1
Las noticias de esos acontecimientos empezaron a llegar a México a finales de abril, pero los que tenían la autoridad se mostraban
renuentes a publicarlas. No obstante, el cabildo de la ciudad de
Campeche, uno de los primeros de México en jurar adhesión a la
reinstaurada Constitución, sí las publicó el 8 de mayo de 1820, y al
día siguiente instaló su ayuntamiento constitucional. Tan sólo cinco días más tarde, el 13 de mayo, Yucatán, la primera provincia en
instalar la diputación provincial, fue la primera en reinstalarla.2 El
Decreto del 9 de marzo de 1820, en Francisco Pi y Margall y Francisco Pi y Arsuaga, Las grandes conmociones políticas del siglo xix en España, i, p. 126.
2
“Ayuntamiento de Campeche al conde del Venadito”, Campeche, 7 de agosto
de 1821, en Alba, op. cit., ii, pagm, v, p. 169; Lanz, op. cit., pp. 166-167 y 507-508.
1
76
77
Nettie Lee Benson
ayuntamiento y el consulado de Veracruz obligaron a José Dávila,
entonces gobernador, a proclamar la Constitución el 25 de mayo.3
En la ciudad de México, el virrey Juan Ruiz de Apodaca, conde
de Venadito, tuvo un acuerdo el 4 de mayo de 1820 por el cual
resolvió aguardar instrucciones oficiales de España antes de tomar
ninguna decisión; pero, cuando el 30 de mayo llegó la noticia de
que la Constitución había sido proclamada en Veracruz, Apodaca
se vio forzado a actuar y, el 31 de mayo, sin esperar órdenes, la
juró él también.4
Apodaca, ya no virrey sino capitán general y jefe político de
Nueva España, obraba no obstante con tal lentitud en cuanto
se refería a poner en vigor las provisiones de la Constitución que
no fue sino hasta el 20 de julio cuando se reinstaló la Diputación
Provincial de la Nueva España, el único cuerpo constitucional que
aún no había sido restablecido. En su segunda sesión se nombró
secretario de ella a José Manuel de la Sierra. Estuvo compuesta
por Apodaca, el jefe político, y Ramón Gutiérrez del Mazo, el intendente, y sus miembros con voto fueron, por la intendencia de
México, el diputado propietario Juan Bautista Lobo y el suplente
José Ignacio García Illueca, jefe militar administrativo retirado; por
la intendencia de Puebla, el doctor Francisco Pablo Vásquez; por la
provincia de Querétaro, el coronel Pedro Acevedo y Calderón; por
la de Tlaxcala, el licenciado José Julián Daza y Artaza; y por la
intendencia de Veracruz, el doctor Manuel Antonio Couto; es
decir, todos los que la componían en 1814, pero los nuevos diputados que resultasen electos en las elecciones convocadas para
septiembre reemplazarían a esos miembros provisionales el día 30
de ese mes.
La Diputación Provincial de la Nueva España sostuvo 21 sesiones en el palacio de gobierno entre el 20 de julio y el 26 de
Alamán, op. cit., v, p. 15; Zárate, op. cit., p. 652. El juramento prestado en Veracruz se encuentra en Alba, op. cit., ii, pp. 170-176.
4
Gaceta del Gobierno de México, 1 de junio de 1820; Alamán, op. cit., v, pp. 16-17;
Zárate, op. cit., pp. 652-653.
3
78
El Exmo. Señor Don Juan Ruiz de Apodaca y Eliza,
anónimo, siglo xix, óleo sobre tela. Museo Nacional
de Historia, Conaculta, inah.
Nettie Lee Benson
III. Incremento de las diputaciones provinciales
septiembre de 1820. Ahora como jefe político, Apodaca presidió
todas esas reuniones, salvo la del 29 de agosto, en la que lo sustituyó el intendente Ramón Gutiérrez del Mazo. En algunas ocasiones, Apodaca sugería los asuntos de que debería ocuparse la
diputación; en otras, ésta le refería aquellos que sus miembros
con derecho a voto creían que no pertenecían a su jurisdicción;
sin embargo, la diputación manejó continuamente todos aquellos
asuntos que le eran referidos por otro cuerpo y los que pensaba
que pertenecían a su jurisdicción. Por lo que puede deducirse de
las actas de sus sesiones, fue muy activa y expedita; y cuando el
final del periodo de Apodaca se aproximaba, éste contribuyó en
gran medida a su buen funcionamiento.5
No se han hallado pruebas de ninguna clase que permitan afirmar el inmediato restablecimiento de las diputaciones provinciales
de las Provincias Internas de Oriente o de Occidente, la de San Luis
Potosí o la de Nueva Galicia o de que los diputados de 1814 volvieran a ocupar sus puestos. Puesto que la orden de reinstalación
de los miembros de 1814 fue aprobada por el rey Fernando VII,
es posible que así haya sido, pero, por otra parte, también es posible que sus jefes políticos y comandantes generales, como Joaquín de Arredondo, de las Provincias Internas de Oriente, y José
de la Cruz, de Nueva Galicia, hayan recibido la orden tan tarde que
consideraran que el periodo comprendido entre la posible reinstalación y las nuevas elecciones fuese demasiado corto como para
garantizar la buena marcha de tal decisión.
Las elecciones en esas circunscripciones políticas, así como en
las de Yucatán, Nueva España y Guatemala, tuvieron lugar en 1820
y en ellas se designaron los diputados correspondientes a las siete
diputaciones provinciales. Las instrucciones relativas a esas elec-
ciones, expedidas por Fernando VII el 24 de marzo, autorizaban
la iniciación del proceso electoral a partir del momento en que los
jefes políticos de México, Guadalajara, Mérida, Guatemala, Monterrey y Durango las recibieran.6
La junta preparatoria electoral de la Nueva España, convocada
por Apodaca, expidió el 11 de julio un bando en el que exponía los
arreglos electorales. El territorio de la jurisdicción de esta junta
fue descrito como el correspondiente a la Audiencia de la Nueva
España, con excepción de la provincia de Yucatán y de las Provincias Internas de Oriente, cada una de las cuales fue autorizada
por las instrucciones reales del 24 de marzo para tener su propia junta preparatoria electoral.7 Las divisiones electorales de la
Nueva España fueron declaradas idénticas a las de 1812 y 1813 y
todos los partidos electorales, con pocas excepciones, tendrían los
mismos límites de los subdelegados o corregimientos. En Oaxaca,
el partido de Jalapa fue rechazado y su elector parroquial recibió
instrucciones de reunirse con los del partido más cercano.
El artículo 8 del mismo bando trataba del nombramiento de
diputados a la diputación provincial. En él se indicaba que serían
restaurados dos de esos cuerpos en la Nueva España y que tendrían su sede, uno, en la ciudad de México y, el otro, en la intendencia de San Luis Potosí; se disponía además que el lunes 18 de
septiembre, una vez terminada la elección de diputados a Cortes,
los electores de partido, reunidos en las capitales de las intendencias de México, Puebla, Oaxaca, Michoacán y Veracruz y de las
provincias de Querétaro y Tlaxcala, debían proceder a nombrar
un diputado (México, Puebla y Oaxaca nombrarían también un
suplente cada una) a la Diputación Provincial de la Nueva España;
y los electores de partido que se reunieran en la capital de la intendencia de San Luis Potosí y los que se reunieran en la capital de la
intendencia de Guanajuato debían nombrar a tres diputados y un
Carlos Herrejón Peredo (intr., sumario y trans.), Actas de la diputación provincial
de Nueva España 1820-1821, México: Instituto de Investigaciones Legislativas, Cámara de Diputados, LII Legislatura, 1985, Serie 4, pp. 27-82, que en adelante será
citado como dp, Actas de la... Nueva España; Gaceta del Gobierno de México, 20 y 25
de julio de 1820; Noticioso General, 18 de enero de 1821.
5
80
6
7
Gaceta del Gobierno de México, 3 y 6 de junio de 1820.
Ibid., 13 de julio de 1820.
81
Nettie Lee Benson
III. Incremento de las diputaciones provinciales
suplente y a cuatro diputados y dos suplentes, respectivamente, a
la Diputación Provincial de San Luis Potosí.8
No se han hallado las instrucciones oficiales de las juntas pre­
paratorias electorales de las intendencias de Nueva Galicia y Yucatán ni las de las provincias de Campeche, Tabasco, Internas de
Oriente, Internas de Occidente ni Guatemala, pero tales juntas
fueron convocadas y sus diputados elegidos a las respectivas dipu­
taciones provinciales. Todos los nombrados en 1820 debían servir
durante el resto del año y por todo el siguiente. Para el 26 de noviembre de 1820, se habían renovado e instalado las seis dipu­
taciones provinciales asignadas a México, como se muestra en el
cuadro de la página siguiente.
En aquel año no sólo fueron establecidas las seis diputaciones
provinciales de México y la de Guatemala sino que también se
dieron los pasos destinados a aumentar su número. Los diputados americanos habían sostenido firmemente en las Cortes que
las provincias del Nuevo Mundo deberían obtener diputaciones
provinciales en las mismas condiciones que las provincias de
España, donde cada una tenía tal cuerpo; y continuaron actuando en tal sentido. El 4 de octubre de 1820, Ramos Arizpe y José
Mariano Michelena9 presentaron a las Cortes una iniciativa en la
que solicitaban: 1) que se estableciera una diputación provincial
en la ciudad de Arispe, capital de la intendencia de Arispe, que
comprendiera las provincias de Sonora y Sinaloa; 2) que dicha diputación provincial tuviera jurisdicción sobre Sonora y Sinaloa y
sobre los territorios de la Alta y la Baja Californias; 3) que la Alta
y la Baja Californias fueran agregadas a la intendencia y al mando
militar y político de Arispe; 4) que se estableciera una diputación
provincial en Valladolid de Michoacán, con jurisdicción sobre esa
intendencia y sobre la de Guanajuato; y 5) que la Diputación Provincial de San Luis Potosí tuviera jurisdicción sobre la provincia e
intendencia de Zacatecas.10
Ibid.
9
José Mariano Michelena nació en Valladolid, Michoacán, en el decenio de 1780.
Su familia era una de las más distinguidas de la provincia. Michelena llegó a ser
teniente del ejército y se asoció con Allende, Aldama y otros. Antes de 1808, Michelena permaneció por algún tiempo en la ciudad de México; en ese año, fue enviado
a Michoacán con el encargo de reclutar un regimiento, pero en lugar de eso resultó
comprometido en un movimiento independentista. Encarcelado por algún tiempo,
posteriormente fue puesto en libertad y destinado a Jalapa a una de las divisiones del ejército. Allí volvió a enredarse en otra conspiración y fue aprehendido de
nuevo. Pasó los años de 1811 a 1813 prisionero en San Juan de Ulúa y luego fue
enviado a España, en donde se unió al ejército que por entonces luchaba contra
los franceses. Permaneció en el ejército español hasta 1820, cuando fue nombrado
diputado suplente de la delegación americana a las Cortes.
8
82
Fechas de elección e instalación
de las diputaciones en 1820*
Diputación
Nueva Galicia
Fecha de la elección
28 de agosto de 1820
Yucatán
Nueva España
Agosto de 1820
18 de septiembre
de 1820
18 de septiembre
de 1820
3 de octubre de 1820
San Luis Potosí
Provincias Internas
de Oriente
Provincias Internas
de Occidente
7 de octubre de 1820
Fecha de instalación
12 de septiembre
de 1820a
Sin indagarb
30 de septiembre
de 1820c
17 de noviembre
de 1820d
20 de noviembre
de 1820e
26 de noviembre
de 1820f
* Véase en los apéndices A, B y C los nombres de los diputados para el periodo
1822-1823.
a
Guadalajara eligió cuatro diputados propietarios y dos suplentes y Zacatecas, tres
propietarios y un suplente. Por la provincia de Guadalajara, los propietarios fueron
el doctor Toribio González, Juan Manuel Caballero, el doctor José Miguel Gordoa
y Matías Vergara y los suplentes, José García y Alfonso Sánchez Leñero; por la de
Zacatecas, los licenciados Rafael Dionisio Riestra, José María García Rojas y Crispín
España, Cortes, Diario de las sesiones de Cortes, Legislatura de 1820, 4 de octubre
de 1820e. En adelante se citará como Diario de las Cortes, 1820.
10
83
Nettie Lee Benson
III. Incremento de las diputaciones provinciales
Velarde, como propietarios, y Agustín de Iriarte, como suplente, Noticioso General,
viii, núm. 738, 20 de septiembre de 1820, pp. 1-2. Al igual que en 1814, cada una
de esas provincias llevó a cabo la elección por separado en su respectivo territorio,
no unidas, como se había hecho en otros lugares, ibid., 28 de septiembre de 1820;
“La Diputación Provincial de Nueva Galicia a la Diputación Provincial de Monterrey”, Guadalajara, 16 de septiembre de 1820, en Archivo General del Gobierno del
Estado de Nuevo León, legajo 1820, carpeta 5.
b
En Yucatán, los electores de partido de las tres provincias de Yucatán, Campeche y Tabasco se reunieron en Mérida y eligieron a Pablo Moreno, Pedro Manuel
de Regil, José Joaquín Torres, Juan Echanova, Juan Francisco Severo, Sebastián
Hernández y Pablo Lanz como diputados propietarios y a Pedro José Guzmán,
Pedro Almeida y Pedro Cicero como suplentes, Semanario Político y Literario, 13
de septiembre de 1820; Juan Francisco Molina Solís, Historia de Yucatán durante la
dominación española, 2a. ed., iii, p. 446; Lanz, op. cit., p. 171.
c
Veracruz eligió a Juan Bautista Lobo, Gaceta del Gobierno de México, 26 de septiembre de 1820; Michoacán, a Juan José Pastor Morales, ibid., 28 de septiembre
de 1820; México, a José Maria Fagoaga como diputado propietario y a José Ignacio Illueca como suplente, ibid., 19 de septiembre de 1820; Oaxaca, al licenciado
Francisco Ignacio Mimiaga como propietario y al doctor José María Amable, como
suplente, Noticioso General, viii, 4 de octubre de 1820, p. 2; Puebla, a Patricio Furlong como propietario y a José Dionisio Leal como suplente, ibid., núm. 739, 22
de septiembre de 1820, p. 2; Querétaro, a los licenciados Juan Nepomuceno Mier
Altamirano como propietario y Juan María Wenceslao Sánchez de Barquera como
suplente, ibid., núm. 740, 23 de septiembre de 1820, p. 1; Tlaxcala, en fin, eligió
como diputado propietario a José Miguel Guridi y Alcocer, ibid., p. 1.
d
Guanajuato eligió a la Diputación Provincial de San Luis Potosí al marqués de
San Juan de Rayas, a Mariano Marmolejo, al licenciado José María Septién y a José
María Núñez de Torre y, como suplentes, a José María Fernández Herrera y Víctor
Márquez, Noticioso General, viii, núm. 741, 27 de septiembre de 1820, p. 2; y San
Luis Potosí eligió a Juan Vicente Arce, al doctor José María Semper y al teniente coronel Manuel Ortiz de Zárate como propietarios y, como suplente, a Andrés Pérez
Soto, ibid., núm. 744, 4 de octubre de 1820, p. 2; Manuel Muro, Historia de San Luis
Potosí, 1, p. 175; “Diputación Provincial de San Luis Potosí a la Diputación de las
Provincias Internas de Oriente”, San Luis Potosí, 3 de diciembre de 1820, en Archivo General del Gobierno del Estado de Nuevo León, legajo del año 1820, carpeta 5.
e
“Aviso de la junta electoral de estas provincias...”, firmado por José Eustaquio
Fernández, elector y secretario, Monterrey, 3 de octubre de 1820, en Archivo General del Gobierno del Estado de Nuevo León, año 1820, carpeta 5. Igual que en
el año 1814, eligieron dos diputados para representar a cada una de las provincias
de Coahuila, Nuevo León y Nuevo Santander y uno para representar a Texas. Por
Coahuila, eligieron a José León Lobo Guerrero y a Mauricio Alcocer; por Nuevo
León, al doctor Fermín de Sada y a Santos de Uribe; por Nuevo Santander, al doctor Eustaquio Fernández y a Manuel de la Torre; y por Texas, a Ambrosio María
de Aldasoro, todos ellos como propietarios; como suplentes, eligieron al teniente
coronel Juan Fermín de Juanicotena, a José Antonio Rodríguez Gómez y a José
Ignacio de Arizpe, respectivamente, Noticioso General, viii, núm. 754, 27 de octubre
de 1820, p. 1. Los electores de las cuatro provincias se reunieron en Monterrey y
unidos eligieron a los diputados, aunque sí designaron a ciertos diputados para
representar a ciertas provincias. Esta acción mancomunada es significativa para los
acontecimientos futuros, “Diputación Provincial de San Luis Potosí a la Diputación
de las Provincias Internas de Oriente”, San Luis Potosí, 3 de diciembre de 1820, en
Archivo General del Gobierno del Estado de Nuevo León.
f
Nueva Vizcaya, que comprendía las provincias de Durango y Chihuahua, actuó
también como una unidad y realizó sus elecciones en Durango. A Nueva Vizcaya
le fueron asignados tres diputados propietarios y un suplente. Las provincias de
Sonora y Sinaloa llevaron a cabo su elección como una unidad y eligieron dos
diputados y un suplente. La decisión de Durango y Chihuahua, por un lado, y de
Sonora y Sinaloa, por el otro, de actuar unidas en esa época y no como cuatro provincias separadas tuvo una gran importancia en lo que después habría de ocurrir
en esas provincias. A Nuevo México le fueron asignados dos diputados propietarios
y un suplente, Gaceta del Gobierno de México, ii, de noviembre y 16 de diciembre
de 1820; “Diputación Provincial de las Provincias Internas de Occidente a la Diputación Provincial de las Provincias Internas de Oriente”, Durango, 4 de diciembre
de 1820, en Archivo General del Gobierno del Estado de Nuevo León, legajo del
año 1820, carpeta 5.
84
85
Ramos Arizpe dijo que el objeto de esos cambios era dar mejor dirección a los asuntos de las intendencias de Zacatecas, San
Luis Potosí y Michoacán y que, fomentando la prosperidad y población de las Californias, se levantaría un muro impenetrable en
contra de otros países. Declaró que el tratado de las Floridas había
abierto las puertas del territorio español a los extranjeros y urgió
a que se tuviera cuidado en impedir que las naciones extranjeras
tomaran posesión de la desembocadura del río Colorado.11 Cuando se leyó por tercera vez la propuesta, el 2 de noviembre de 1820,
las comisiones unidas sobre diputaciones provinciales y asuntos
de ultramar, que habían estudiado el asunto, informaron que no
11
Ibid., 13 de octubre de 1820.
Nettie Lee Benson
III. Incremento de las diputaciones provinciales
habían producido un dictamen sobre los tres primeros puntos
porque carecían del conocimiento topográfico necesario relativo
a la ciudad de Arispe, pero sugirieron que se tomara en conside­
ración la opinión del secretario de asuntos ultramarinos; apoyaban
completamente, no obstante, el establecimiento de una dipu­tación
provincial en Valladolid de Michoacán, con jurisdicción sobre
el territorio de las intendencias de Michoacán y Guanajuato, y el
tras­paso de la intendencia de Zacatecas a la jurisdicción de la Diputación Provincial de San Luis Potosí.12
Ramos Arizpe, que no había podido asistir a las reuniones de
las comisiones a causa de una enfermedad y, por lo tanto, no había podido proporcionarles los informes de que carecían, tomó
la palabra. Después de hacer una breve descripción de Sonora y
Sinaloa, advirtió otra vez del peligro que amenazaba los límites
norteños de la Nueva España a causa del tratado de las Floridas y
pidió una red de colonias al sur del río Colorado. Recordando a las
Cortes que los rusos habían establecido colonias navales a sólo 25
leguas de San Francisco, sostuvo que la mejor manera de combatir
esa amenaza sería establecer la diputación provincial en Arispe,
con jurisdicción sobre Sonora, Sinaloa y las Californias. Ese cuerpo podría fomentar la colonización de toda la región y hacer de
ella el bastión necesario contra los intrusos extranjeros.13
El secretario de asuntos ultramarinos apoyó la Diputación Provincial de Valladolid de Michoacán, porque, como sede de una intendencia y dotada de jefe político, una diputación podía funcionar
allí constitucionalmente en forma inmediata. En el caso de Arispe,
arguyó que el establecimiento de tal cuerpo era imposible de momento, porque sería necesario crear o transferir una intenden­cia y
establecer ahí un jefe político. Al escoger entre Chihuahua, Arispe
o algún otro lugar como capital de Sonora y Sinaloa, él mismo juzgó que Arispe era la más satisfactoria. Coincidió también en que
el establecimiento de una diputación provincial en la región sería
en el mejor de los intereses de ésta y de la nación en su conjunto y
prometió que, si se daban los pasos preliminares necesarios, daría
a la diputación provincial su apoyo completo.14
Ramos Arizpe explicó entonces que la ciudad de Arispe había
sido designada como capital y sede de la intendencia del mismo
nombre, con jurisdicción sobre las provincias de Sonora y Sinaloa,
durante la administración de José de Gálvez, que un jefe político, un comandante militar y un intendente habían continuado en
funciones allí y que sólo la sede del comandante general de las
Provincias Internas de Occidente había sido transferida a Chihua­
hua. Como prueba, ofreció la Guía de forasteros de Nueva España
de Felipe de Zúñiga y Ontiveros para el año 1820, en la cual se
registraba a Arispe como domicilio oficial de Antonio Cordero,
intendente y gobernador político y militar de la intendencia de
las provincias de Sonora y Sinaloa. Como el puesto de intendente
había sido separado apenas recientemente del de gobernador y comandante militar, Ramos Arizpe sostuvo que Arispe reunía todos
los requisitos para ser la sede de una diputación provincial.15
12
13
Ibid., iii, 2037-2038.
Ibid., iii, p. 2038.
86
Ibid., iii, p. 2039.
Ramos Arizpe tenía toda la razón en sus aseveraciones sobre Arispe. Esa ciudad
tenía realmente un intendente y gobernador; reunía las condiciones requeridas,
exactamente como Valladolid de Michoacán o San Luis Potosí y aun más que las
Provincias Internas de Oriente. El artículo 1° de las Reales ordenanzas para el establecimiento e instrucción de intendentes de exército y provincia en el reino de la Nueva
España, p. 3, dice: “Y la otra será aquella [intendencia] que ha sido ya establecida
en la ciudad de Arispe y la cual tiene jurisdicción sobre las dos provincias de Sonora y Sinaloa.” El Calendario manual y guía de forasteros en México, que enumeraba
anualmente las intendencias que había en el país, las capitales de cada una de ellas
y el título del intendente, se refirió a Arispe desde 1800 hasta 1821 como capital de
la intendencia que comprendía las provincias de Sonora y Sinaloa y, al intendente,
como gobernador e intendente, el mismo título que se daba a los intendentes de
Durango, Valladolid, San Luis Potosí, etc. Las Provincias Internas de Oriente, a las
cuales se había concedido una diputación provincial en 1812, carecían de intendente. Por otra parte, aun cuando la intendencia de Saltillo, que comprendía las
Provincias Internas de Oriente, había sido creada en 1812, nunca se estableció de
hecho.
14
15
87
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III. Incremento de las diputaciones provinciales
A pesar de sus esfuerzos, el establecimiento de una diputación
provincial para Sonora y Sinaloa en Arispe no fue autorizada en
aquella hora; al contrario, el dictamen de las comisiones unidas
fue aprobado en su totalidad.16 Cuatro días más tarde, el 6 de noviembre de 1820, México obtuvo su séptima diputación provincial —la que tendría su asiento en Valladolid, como capital de las
intendencias de Michoacán y Guanajuato— y la intendencia de
Zacatecas fue transferida a la jurisdicción de la Diputación Provincial de San Luis Potosí.17
Durante el periodo en que las Cortes no estuvieron reuni­
das, del 10 de noviembre de 1820 al 1 de marzo de 1821, la posición de los diputados americanos fue reforzada por los recién
llegados diputados de la Nueva España y por los memoriales dirigidos a aquéllas por varios cuerpos políticos del Nuevo Mundo.
Aun antes de que la junta preparatoria electoral de Nueva España
fuese proclamada, el 11 de julio, el ayuntamiento de Puebla de los
Ángeles había escrito a Ramos Arizpe pidiéndole que luchara por
el establecimiento de una diputación provincial en esa intendencia18 y, en un manifiesto impreso de siete páginas, había pedido la
revocación del decreto del 23 de mayo de 1812, que concedía solamente una diputación provincial a la Nueva España, la situada
en la ciudad de México.19
En ese documento, el ayuntamiento de Puebla demostraba
que el decreto era inconstitucional conforme al artículo 325 de la
Constitución, pues éste disponía que cada intendencia debía tener
una diputación provincial, mientras que a Veracruz, Michoacán,
Querétaro, Puebla, Oaxaca, México y Tlaxcala no se les había permitido establecer su propia diputación provincial independiente,
a pesar de que todas habían elegido a sus propios diputados a las
Cortes, mismos que habían sido incorporados a ellas como representantes de la provincia que los había elegido, prueba amplia
de que cada una era reconocida como una provincia separada.
Además, decía, los artículos 326 y 328 fueron infringidos cuando
a cada provincia se le permitió elegir solamente un diputado a la
diputación provincial, porque esos artículos declaraban explícitamente que los electores de partido de cada provincia debían elegir siete ciudadanos para integrar su diputación provincial. Hacía
notar, asimismo, que la jurisdicción de una diputación provincial
sobre siete provincias reconocidas no solamente contravenía la
Constitución sino que la convertía en instrumento de injusticia y
no de beneficio público, y señalaba que la provincia de Puebla era
dos veces más grande que la de Madrid y tenía más del doble de
su población.
La Representación atacaba después las razones presentadas
en favor de sujetar las siete provincias a una sola diputación: el
mando aminorado del capitán general y el temor de que las intendencias de Puebla, Veracruz, etc., bajo diputaciones provinciales
separadas, trataran de hacerse independientes de México. Puebla
replicaba que no había más razón para temer que las provincias
mexicanas se hicieran independientes que la que existía para que
las provincias de España, las cuales se gobernaban por sí mismas
Diario de las Cortes, 1820, iii, p. 2040.
España, Leyes, Reglamentos, etc., Colección de los decretos y órdenes generales de
la primera legislatura de las Cortes ordinarias de 1820 y 1821 (desde 6 de julio hasta
9 de noviembre de 1820), vi, p. 295.
18
“Miguel Ramos Arizpe al ayuntamiento de Puebla de los Ángeles”, Madrid, 9 de
julio de 1821, en Archivo General de la Secretaría del Ayuntamiento de Puebla,
encuadernado en el Libro del Cabildo de la muy ilustre ciudad de la Puebla de los
Ángeles, año de 1821, folio 396.
19
Representación que hace a S.M. las Cortes el Ayuntamiento de la Puebla de los Ángeles,
para que en esta ciudad, cabeza de provincia, se establezca diputación provincial, como
lo dispone la Constitución; el manifiesto fue firmado en Puebla de los Ángeles, el
9 de julio de 1820, por Ciriaco del Llano, intendente y gobernador de la provincia, Pablo Escandón, José Ignacio Bravo, Joaquín Haro y Portillo, José María de
Ovando, Patricio Furlong, José Dionisio Leal, Hilario de Olaguíbel, José Domingo
16
17
88
Couto, Carlos de Ávalos y García, Félix Tequamhuei, Vicente de Ezcurdia, José
González, Gregorio Mújica, Manuel Pérez Salazar, Méndez Mont, Rafael Adamo,
Antonio Velarde, Matías García de Huesca, Juan Francisco Alduncín, José Marín,
Francisco Arregui y José Manuel Herrera, y se imprimió en la imprenta del gobierno en Puebla el 13 de julio de 1820.
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III. Incremento de las diputaciones provinciales
en asuntos provinciales, se hicieran independientes del rey, a
quien estaban sujetas directamente. La relación entre las provincias bajo diputaciones provinciales separadas sería la misma que
bajo el sistema de intendencias, la de una independencia recíproca. En fin, el ayuntamiento de Puebla declaraba que la situación
existente era intolerable, pues ningún cuerpo único compuesto de
siete miembros podía atender, en noventa reuniones anuales, los
problemas de 3 485 municipios. La solución correcta, conforme
a la Constitución, era la revocación del decreto del 23 de mayo.
Una semana más tarde, ejemplares de la Representación fueron enviados al ayuntamiento de la capital de cada una de las otras seis
provincias de la Nueva España. Con ellos iba una carta en la que se
pedía que esos cuerpos estudiaran el documento y ofrecieran sugerencias para mejorarlo y se recomendaba que cada ayuntamiento
enviara a las Cortes una protesta semejante.20
La respuesta fue rápida y terminante. El ayuntamiento de la
ciudad de México escuchó el dictamen de sus fiscales: aunque
Puebla se había extralimitado al declarar inconstitucional el decreto del 23 de mayo, dado que se apoyaba en el entendimiento
de que, en América, un reino era una provincia,21 era cierto que en
la Nueva España se necesitaban más diputaciones provinciales. Ese
aumento de diputaciones provinciales no podía ni debía obtenerse
solicitando la revocación del citado decreto por inconstitucional,
sino que debía propugnarse la división nueva y proporcionada de
las provincias del Nuevo Mundo prevista por la Constitución. Los
fiscales tampoco podían ver la razón que impidiese el aumento de
diputaciones provinciales en el temor al federalismo, puesto que
todas, siendo independientes unas de otras, quedarían sujetas al
gobierno supremo, y recomendaron al ayuntamiento de la ciudad
de México que abogara por más diputaciones provinciales.22 El
parecer de los fiscales fue aprobado por el ayuntamiento el 18 de
agosto de 1820 y se ordenó el envío de una copia al de Puebla.23
El ayuntamiento de Valladolid de Michoacán aprobó la Representación de Puebla e instruyó a sus diputados para que tomaran
ese asunto como su primera responsabilidad en las Cortes.24 El
ayuntamiento de Veracruz pidió a Ramos Arizpe su apoyo para obtener diputaciones provinciales adicionales y dirigió a las Cortes
una representación semejante a la de Puebla. Por su parte, Oaxaca
instruyó a sus diputados para que también pidieran diputaciones
provinciales adicionales en la Nueva España.25
El interés de la provincia de Puebla en este asunto fue demostrado también por la acción de su junta preparatoria electoral, que,
en su reunión del 18 de septiembre para elegir diputado a la Diputación Provincial de la Ciudad de México, redactó una memoria
a las Cortes en la que declaró llanamente: “[...] que los veinteun
electores de esta provincia y sus conciudadanos se dirigen a las Cortes a reclamar la instalación en seguida de la diputación provincial
cual según el artículo 325 le pertenece”, para después invocar argumentos semejantes a los ya expuestos. Dicha memoria fue impresa
y difundida extensamente en México y España.26 Algunos de los
electores no creyeron que la memoria hubiera sido lo bastante enérgica. José Nepomuceno Troncoso, uno de los electores provinciales,
Libro de actas de los cabildos de Valladolid de 1816 a 1821, núm. 5, f. 32, en
Archivo del Ayuntamiento de Morelia, Michoacán.
21
Indudablemente, los fiscales de la ciudad de México adoptaron un punto de
vista más político que el del ayuntamiento de Puebla, pero no lograron por cierto
responder al cargo de inconstitucionalidad que hizo Puebla.
Actas ordinarias y extraordinarias del ayuntamiento constitucional de la ciudad
de México de 1820, t. 140, ff. 127-134, mss., en Archivo del Distrito Federal en la
ciudad de México.
23
Ibid., f. 135.
24
Libro de actas de los cabildos de Valladolid de 1816 a 1821, núm. 5, f. 32, en
Archivo del Ayuntamiento de Morelia, Michoacán.
25
España, Cortes, Diario de las sesiones de Cortes, Legislatura de 1821, ii, p. 1358; se citará en adelante como Diario de las sesiones de Cortes, 1821. España, Cortes, Diario de
las actas y discusiones de las Cortes. Legislaturas de los años de 1820 y 1821, xiii, pp. 7-8.
26
Representación que hace al soberano congreso de Cortes la junta electoral de la provincia de Puebla de los Ángeles en Nueva España, para que en ella se establezca la
diputación provincial conforme al artículo 325 de la Constitución, pp. 1-3.
90
91
20
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III. Incremento de las diputaciones provinciales
publicó un aviso en el cual censuraba a la junta por no haber procedido de inmediato a la elección de miembros de la Diputación Provincial de Puebla, como lo autorizaba, según él, la Constitución.27
Hacia el 1 de marzo de 1821, cuando se reunieron las Cortes
generales de 1820-1821 en su segundo periodo de sesiones, los
diputados americanos habían ganado apoyo considerable en favor
de su demanda de más diputaciones provinciales en México. Joaquín Maniau y Pablo de la Llave, de Veracruz, Lorenzo de Zavala
y Juan López Constante, ambos de Yucatán, y Julián Urruela, de
Guatemala, llevaban instrucciones para reclamar más diputaciones provinciales en el Nuevo Mundo. Michelena, suplente en 1820
pero ahora diputado propietario por su provincia natal de Michoacán, también fue instruido a fin de que abogara por más diputaciones provinciales. Ignacio de Mora, de Puebla, con análogas
instrucciones, contribuyó también a la reclamación.28
Además, durante el primer periodo de sesiones de 1820, los
diputados americanos habían ganado una experiencia valiosa y
consiguieron concesiones importantes. La admisión del secretario
de ultramar de que los requisitos para establecer una diputación
provincial eran tener un jefe político y un intendente que ejercieran sus funciones en la capital de la provincia sirvió de base para el
proyecto de ley subsiguiente, en el cual se proponía que, conforme
al artículo 325 de la Constitución, siendo indudable que cada intendencia ultramarina tenía el carácter de una verdadera provincia
y lo era de hecho, se estableciera una diputación provincial en
cada una de las que no la tuvieran y que los electores provinciales
de cada intendencia se reunieran para elegir a los diputados necesarios, conforme al artículo 326, para componer esos cuerpos.29
El 21 de marzo, después de la segunda lectura de la proposición, Ramos Arizpe recalcó el hecho de que las intendencias del
Nuevo Mundo llenaban todos los requisitos para ser provincias
y afirmó que, aunque era verdad que había habido muchas más
provincias en América antes del establecimiento del sistema de
intendencias, estaba dispuesto a aceptar la intendencia como la
división existente más legal, especialmente en la Nueva España
y en la América septentrional. Cada una de esas circunscripciones tenía una población muy numerosa y jurisdicción sobre un
territorio muy extenso y aquellas que no tenían sus diputaciones
provinciales deseaban una, como lo probaban las reclamaciones de
Michoacán, Veracruz y Puebla. Su petición de que la proposición
fuera turnada a las comisiones reunidas de diputaciones provinciales y de ultramar fue aprobada.30
Por medio de su diputado, Patricio López, Oaxaca entró entonces en la liza por más diputaciones provinciales. El citado delegado hizo notar que la intendencia de Oaxaca distaba 108 leguas de
la capital del reino de la Nueva España, se componía de 931 municipalidades, 117 parroquias y más de 510 000 habitantes y, puesto
que, con arreglo al artículo 325 de la Constitución, debía tener
su propia diputación provincial, había recibido instrucciones de
pedir que las Cortes decretasen su instalación. Solicitó igualmente
que la Comisión de Asuntos Ultramarinos, a la cual había pasado
su demanda, diera a conocer a la mayor brevedad su dictamen
sobre el cumplimiento del precepto constitucional en orden al establecimiento de diputaciones provinciales en América.31
El dictamen de las comisiones unidas fue rendido detalladamente el 30 de abril en una sesión nocturna a la que se había
citado por acuerdo formal al secretario de asuntos ultramarinos.
José Nepomuceno Troncoso, Aviso al público, Puebla, 25 de septiembre de 1820.
“Ignacio de Mora al ayuntamiento de Puebla”, Madrid, 1 de mayo de 1821, en
Archivo General de la Secretaría del Ayuntamiento de Puebla, Libro de Cabildo del
Ayuntamiento de Puebla de los Ángeles, año 1821, f. 153.
29
Diario de las sesiones de Cortes, 1821, i, p. 521. El proyecto de ley fue firmado por
Ramos Arizpe, Michelena, López Constante, Zavala, La Llave, Maniau, José María
Fagoaga, Manuel Cortázar, José María Montoya, José María Couto, Nicolás Fer-
nández Piérola, Juan Freyre, José María Arnedo y Julián Urruela, todos diputados
americanos, y su primera lectura tuvo lugar el 17 de marzo de 1821.
30
Ibid., i, p. 590. Ramos Arizpe era miembro de la Comisión de Asuntos Ultramarinos.
31
Ibid., ii, p. 1131. Patricio López, de Oaxaca, y José María Puchet, de Puebla, ocupaban su asiento en Cortes desde el día 15 de abril de 1821.
92
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Nettie Lee Benson
III. Incremento de las diputaciones provinciales
Cuando se le informó que éste no podría asistir a la sesión, Ramos
Arizpe se opuso a que se pospusiera la discusión del proyecto, declaró que su presencia no era necesaria porque los 18 individuos
de las comisiones unidas habían votado con absoluta uniformidad
el dictamen sólo después de haber oído sus opiniones, y se ofreció
a asumir la responsabilidad de responder a todas las preguntas que
pudieran surgir en el transcurso de la discusión. Siguió diciendo:
miembros de esas diputaciones; 3) que, para completar el número
de individuos que según la Constitución debían componer cada
una de las diputaciones provinciales, los electores de partido de
cada una de las intendencias se reunieran en la capital de las mismas el día que señalara el jefe político para nombrar a los propietarios y suplentes necesarios, y 4) que, en los ulteriores bienios,
las elecciones y renovaciones de miembros de las diputaciones
provinciales se hicieren con arreglo a la Constitución y a las leyes
vigentes.33
Después de largos discursos hechos por La Llave, Montoya,
José Moreno Guerra, de Córdoba, Luis Hermosilla y Juan Esteban
Milla, de Guatemala, apoyando el dictamen de las comisiones, éste
fue aprobado en su integridad. El decreto en que se ordenaba la
creación de diputaciones provinciales en todas las intendencias ultramarinas en las que tales cuerpos no hubieran sido establecidos
ya fue expedido el 9 de mayo de 1821.34 Ejemplares impresos del
mismo fueron enviados a los jefes políticos de las provincias ultramarinas y 200 de ellos fueron distribuidos el 17 de mayo entre los
diputados a Cortes.35
Michoacán fue la primera provincia de México que intentó establecer su propia diputación provincial conforme a esas nuevas
estipulaciones. El decreto del 9 de mayo se conoció en México
antes de la llegada de O’Donojú. El 21 de febrero de 1821, el presidente del ayuntamiento de Valladolid manifestó a aquel cuerpo
que, habiendo recibido noticia oficial por medio de la Gazeta del
Gobierno (de Madrid) de haber sido aprobada por las Cortes la
petición de su provincia para el establecimiento en ella de una diputación provincial, debería solicitársele a Apodaca que aplicase el
Nueva España, punto el más importante de la América [...] ha
creído firmemente que en ella, y por el art. 325, tenía un derecho
indisputable para disfrutar del bien que lleva consigo el establecimiento de diputaciones provinciales. Veracruz, Oaxaca, Guanajuato y sobre todo Puebla, han reclamado este derecho con una
energía inexplicable, y ha sido necesario todo el buen juicio de
unos y algún aparato militar de parte de otros para impedir que al
nombrarse diputados de Cortes no se nombrasen también los individuos de las diputaciones provinciales, esperando obtener esta
justicia de las Cortes [...]
El navío de guerra Asia, que conduce al fin al primer empleado
de consideración para la Nueva España, está por salir de un día a
otro, y sería muy oportuno que don Juan O’Donojú, digno sucesor
del respetable señor Apodaca, llevase consigo la orden para establecer diputaciones provinciales en todas las intendencias [...]32
A solicitud de Ramos Arizpe, se resolvió conocer en seguida el
dictamen de las comisiones reunidas. Éstas, convencidas de que
cada intendencia de América era en todo sentido una verdadera
y grande provincia, recomendaron: 1) que se estableciera una diputación provincial por cada una de ellas en la capital de la intendencia, con jurisdicción sobre todo el territorio que comprendiera;
2) que el diputado o diputados electos a la diputación provincial
por las últimas juntas electorales de provincia celebradas dentro
del territorio de cada intendencia continuaran sirviendo como
32
Ibid., ii, p. 1358.
94
Ibid.
España, Leyes, Reglamentos, etc., Colección de los decretos y órdenes generales
expedidos por las Cortes ordinarias de los años de 1820 y 1821, en el segundo periodo
de su diputación que comprende desde 25 de febrero hasta 30 de junio del último año,
vii, pp. 72-73.
35
Diario de las sesiones de Cortes, 1821, ii, p. 1644.
33
34
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III. Incremento de las diputaciones provinciales
decreto inmediatamente en las elecciones que se llevarían a efecto
en marzo.36
El ayuntamiento acordó hacer la solicitud y el 25 de febrero
la envió a Juan José Pastor Morales, diputado por Michoacán a la
Diputación Provincial de la Nueva España, con instrucciones de
entregarla.37
Apodaca refirió el asunto el 10 de marzo de 1821 a la Diputación Provincial de la Nueva España, la cual estuvo de acuerdo
con él en que no podía hacerse nada porque no se había expedido ningún decreto ni instrucciones oficiales.38 El 7 de marzo, no
obstante, el ayuntamiento de Valladolid pidió al intendente jefe
político de Michoacán que, en vista de la necesidad de la dipu­
tación provincial y de que constaba por “Gazetas y papeles oficiales” estar así decretado,39 se sirviera proceder a la elección de
dicha corporación en el día 12 de marzo de 1821. Así se hizo en
esa fecha, al menos en Michoacán, donde se eligió como diputados
propietarios al doctor Manuel de la Bárcena, a don José María Cabrera, al bachiller don Lorenzo Orilla y a don José Ignacio del Río
y, como suplentes, al licenciado Juan José Zimbela y a don Antonio
Diputación Provincial de Nueva España, Actas de la Diputación Provincial de Nueva España, 1820-1821, p. 253, en adelante citadas como DP, Actas de la... de Nueva
España. Juan Ruiz de Apodaca, jefe político de la Nueva España, publicó una proclama en la que convocaba a la elección de diputados a Cortes para el bienio 18221823. En la Nueva España, las elecciones parroquiales deberían celebrarse el 3 de
diciembre de 1820, las elecciones de distritos el 7 de enero de 1821 y las elecciones
provinciales durante los días 11 a 13 de marzo; Gaceta del Gobierno de México, 11
de noviembre de 1820.
37
Libro de actas de los cabildos de Valladolid de 1816 a 1821, núm. 5, ff. 62-65, en
Archivo del Ayuntamiento de Morelia, Michoacán.
38
Ibid., ff. 65-66.
39
Las “Gacetas y papeles oficiales” deben de ser los publicados en España y probablemente enviados de inmediato a Valladolid por Michelena. La información sobre
el acuerdo de las Cortes por el que se concedía a Valladolid una diputación provincial no aparece publicada en los periódicos mexicanos hasta finales de marzo. El
Semanario Político y Literario de la ciudad de México la insertó en su edición del 28
de marzo de 1821 y el decreto el 6 de noviembre de 1820.
36
96
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de la Haya; pero nunca tomaron posesión de sus cargos, porque
el decreto oficial llegó después de que la provincia se uniera al
movimiento de independencia de Iturbide, en mayo de ese año.40
Aparentemente, el diputado por Michoacán a las Cortes, José
Mariano Michelena, supo de las elecciones, pero no que la Diputación Provincial por Valladolid no había sido instalada, porque hizo
dos referencias a ella en su discurso a las Cortes del 4 de junio de
1821, después de que las nuevas de la revuelta de Iturbide hubieran llegado a éstas. Michelena afirmó que había dirigido una carta
a esa diputación el 25 de abril y otra el 23 de mayo.41 Además, el
10 de abril, el diputado por Michoacán a la Diputación Provincial
de la Nueva España, Juan José Pastor Morales, pidió a ese cuerpo
que se le permitiera regresar por un mes a su casa en Michoacán,
y nunca volvió para retomar su asiento. Era conocido como un
pensador muy independiente y ya antes la Inquisición lo había
juzgado por sus ideas sobre la independencia mexicana,42 por lo
que es muy probable que ya estuviese prestando su apoyo al movimiento de Iturbide.
En la provincia de Puebla, que tan insistentemente había solicitado una diputación provincial, el movimiento de Iturbide aceleró
su establecimiento. Puebla había dirigido peticiones a sus diputados y a las Cortes y cartas a las otras provincias y había distribuido
folletos y manifiestos, todo con el fin de hacer conocer sus deseos;
y estuvo pronta a aprovechar la oportunidad para establecer ese
cuerpo.
Iturbide entró triunfante en Puebla el 2 de agosto de 1821.
Cuando, cuatro días más tarde, el ayuntamiento le pidió permiso
para establecer una diputación provincial con jurisdicción sobre
Libro de actas de los cabildos de Valladolid de 1816 a 1821, núm. 5, f. 66, en
Archivo del Ayuntamiento de Morelia, Michoacán.
41
Diario de las Cortes, 1820-1821, 4 de junio de 1821, iii, p. 2046.
42
dp, Actas de la... Nueva España, 2 de abril de 1821, i-ii, p. 291; Pedro de Sánchez,
“Un precursor ideológico de la independencia mexicana”, en Episodios eclesiásticos de México. Contribución a nuestra historia, México: Impresora Berrie, 1948, pp.
145-151; Diccionario Porrúa de historia, biografía y geografía de México, ii, p. 1584.
40
98
Mariano Michelena, litografía de la viuda de Murguía e hijos, siglo xix.
Archivo General de la Nación/Colección Gobernantes de México.
Nettie Lee Benson
III. Incremento de las diputaciones provinciales
la provincia de Puebla, Iturbide dio su autorización.43 No se sabe
si el ayuntamiento hizo depender el reconocimiento de Iturbide
de que éste le concediera el permiso para el establecimiento de la
diputación provincial en Puebla, pero lo cierto es que la petición
y la concesión del permiso respectivo llegaron antes de que Iturbide fuera oficialmente aceptado por el ayuntamiento de Puebla.
Una semana después, Carlos García, intendente y jefe político de
la provincia, mandó imprimir la respuesta de Iturbide y hacerla
circular por toda la provincia.44
Los procesos electorales fueron puestos en movimiento inmediatamente y el 1 de septiembre se eligieron siete diputados a la
diputación provincial; ellos fueron: como propietarios, Joaquín de
Haro, José María Oller, Juan Nepomuceno Troncoso, Juan Wenceslao Gasca, José María Lobato, José Mariano Santa Cruz y José
Vicente Robles y, como suplentes, Matías García, José María Ovando y Juan González.45 La Diputación Provincial de Puebla fue debidamente instalada al poco tiempo y empezó a funcionar con la
aprobación de toda la provincia.46
Al mismo tiempo que toda esa actividad para aumentar el número de diputaciones provinciales se desarrollaba en las Cortes
en España, la Diputación Provincial de la Nueva España ejercía
su autoridad en sus sesiones en la ciudad de México. El cuerpo,
recién instalado el 30 de septiembre de 1820, estaba compuesto de
José María Fagoaga, por México, los licenciados Juan Pastor Morales, por Michoacán, y Francisco Ignacio Mimiaga, por Oaxaca,
don Patricio Furlong, con el doctor José Mariano Amable como su
suplente, por Puebla, el licenciado Juan Wenceslao de la Barquera,
por Querétaro, el doctor José Miguel Guridi y Alcocer, antiguo
diputado a las Cortes españolas y firmante de la Constitución de
1812, por Tlaxcala, y don Juan Bautista Lobo, por Veracruz.
Toda la actividad de la Diputación Provincial de la Nueva España se desarrolló normalmente hasta su sesión 65, del 27 de febrero
de 1821: Apodaca, el jefe político, y Ramón Gutiérrez del Mazo,
el intendente, habían asistido puntualmente a todas las sesiones
previas de ese cuerpo y éste se mantenía muy ocupado atendiendo el funcionamiento interno de sus siete provincias, en especial
los asuntos relacionados con el creciente número de problemas
debidos al también creciente número de municipalidades.47 En
realidad, todo marchó bien entre la diputación provincial y el jefe
político, Apodaca, mientras éste cumplió con los artículos de la
Constitución de 1812.
El 1 de marzo, Apodaca envió un informe a la diputación provincial en el que daba cuenta de la actitud que adoptó con el ayuntamiento de la ciudad de México cuando supo por el arzobispo y el regente de la audiencia sobre el proyecto de Iturbide de independizar
a México de la monarquía española. Apodaca presidió la sesión de la
diputación del 2 de marzo, mientras su informe era leído junto con
los informes del ayuntamiento, el arzobispo, el capítulo eclesiástico
de la diócesis y la audiencia territorial; después se retiró para que
la diputación provincial respondiera a los informes como mejor le
pareciera. La diputación protestó inmediatamente, respondiendo
que, dado que era la primera vez que sabía del plan de Iturbide,
estaba dispuesta a cumplir con sus deberes y ofrecía colaborar con
Apoda­ca en todas las medidas que pudieran garantizar la prosperidad
y seguridad de las provincias; sin embargo, la diputación lamentaba
no haber sido la primera en manifestar esos sentimientos. No hay
43
Carlos María de Bustamante, Cuadro histórico de México, 2a. ed., 5 t., Imprenta de
la calle de los Rebeldes, núm. 2, México, 1846, v, pp. 153-158; William Spence Robertson, Iturbide of Mexico, Durham, N.C: Duke University Press, 1952, pp. 48-93.
44
Bando firmado por Carlos García, Puebla, 13 de agosto de 1821; apareció también en La Abeja Poblana, suplemento del número del 22 de agosto de 1821.
45
La Abeja Poblana, núm. 41, 6 de septiembre de 1821.
46
Ibid., núms. 41 y 48.
100
dp, Actas de la... Nueva España, i-ii, pp. 82-246. Véase también el artículo de re­
ciente aparición de Carlos Herrejón Peredo, “La diputación provincial de Nueva
España”, en Temas de historia mexiquense, Toluca: El Colegio Mexiquense, 1988,
pp. 195-218, dedicado casi por completo a enumerar las actividades de la Diputación Provincial de la Nueva España en relación con los ayuntamientos de su
jurisdicción.
47
101
Nettie Lee Benson
III. Incremento de las diputaciones provinciales
duda de que la Diputación Provincial de la Nueva España era del
parecer de que debió haber sido consultada antes que los otros.
El 5 de marzo, Apodaca envió un nuevo informe a la diputación en el que afirmaba que Iturbide se aproximaba a la ciudad capital y que estaba adoptando todas las precauciones para impedir
su entrada; asimismo, convocaba a ese cuerpo a cumplir con sus
deberes. Después de la lectura de dicho informe ese mismo día, en
la sesión 67, Apodaca se retiró también. La diputación provincial
respondió que colaboraría en todo lo que fuese posible conforme
a la Constitución para mantener la tranquilidad pública y rogó a
Apodaca que pusiera en práctica rápida y adecuadamente las medidas necesarias.48
Casi dos meses pasaron antes de que la Diputación Provincial
de la Nueva España y el jefe político tuvieran un nuevo desacuerdo. El 31 de mayo, después de informar a la diputación que el 29
y 30 de abril Iturbide había impreso en la imprenta de Alejandro
Valdés de la ciudad de México su insidiosa propaganda, que el
comandante de Valladolid se había unido a Iturbide, al igual que
la provincia de Guanajuato, y que no se hacía caso de las medidas
que él había ordenado, Apodaca convocaba a una sesión especial
de la diputación para que ésta se pronunciara respecto de que,
conforme al artículo 170 de la Constitución, la libertad de prensa
podía ser suspendida durante un mes.
Ese mismo día, la diputación provincial le respondió que sabía
que se había abusado de la libertad de prensa, pero que ni el artículo 170 ni ninguno otro otorgaban al rey la facultad de suprimirla,
que la libertad de prensa era uno de los fundamentos de la Constitución y que no podía ser suspendida. Y continuaba diciendo:
En seguida, la diputación provincial recordaba a Apodaca que
su deber era informar inmediatamente al gobierno de España sobre las violaciones a la Constitución; sin embargo, el 5 de junio,
Apodaca ordenó la suspensión de la libertad de prensa. La diputación provincial la aceptó el 16 de junio, día en que redactó la
protesta que debía ser enviada a las Cortes españolas, y envió a
Apodaca una copia de la protesta con el propósito de que él respondiera a las Cortes como lo creyese conveniente.49
A partir de esa fecha, casi no hubo sesión de la diputación
provincial en que ésta no considerara que Apodaca daba órdenes
inconstitucionales. Protestó contra la orden de Apodaca del 7 de
junio para la movilización de todos los hombres entre 16 y 50 años
de edad y contra la anulación de los permisos para viajar a España
y, nuevamente, cuando el 16 de junio requisó armas, caballos y
sillas de montar, pues todos esos actos eran un ataque a la libertad y la propiedad individuales e inconstitucionales. Sin embargo,
Apodaca no consultó a la diputación provincial, cuya autoridad
estaba ignorando, antes de dar ninguna de esas órdenes ni respondió a ninguna de sus protestas, como a menudo se lo recordó
ese cuerpo;50 y tampoco hizo publicar ninguna de las protestas en
la Gaceta del Gobierno de México, diario en el que muy raramente
se mencionó a la Diputación Provincial de la Nueva España. La
diputación provincial notificó sus protestas al ayuntamiento de
la ciudad de México y es muy probable que también lo hiciera a
los ayuntamientos de su jurisdicción, aunque hasta ahora no se ha
encontrado ningún documento que lo pruebe.
El 5 de julio de 1821, con Iturbide haciéndole frente, las instituciones políticas bajo su mando desafiándolo y los militares
Los que abusan de la libertad de prensa deben ser juzgados y castigados, pero la suspensión de un derecho constitucional fundamental no haría sino dar a los disidentes un nuevo argumento
para oponerse al gobierno constitucional.
48
Ibid., pp. 346-348.
102
Ibid., pp. 324-325 y 328-333. Nota: Timothy E. Anna, Fall of the Royal Govern­
ment in Mexico City, Lincoln, Nebraska: University of Nebraska Press, 1979, pp.
214-215, no menciona este acto de la Diputación Provincial de la Nueva España,
únicamente la acción posterior del ayuntamiento de la ciudad de México, sobre el
que la diputación provincial tenía autoridad.
50
dp, Actas de la... Nueva España, i, 344-345; Anna, op. cit., pp. 211 y 217-218.
49
103
Nettie Lee Benson
III. Incremento de las diputaciones provinciales
también bajo su mando presionándolo para que adoptase medidas
más severas, Apodaca, que en 1816 había recibido de Félix María
Calleja el virreinato de la Nueva España, decidió que estaba harto.
Dirigió entonces una carta a la Diputación Provincial de la Nueva
España en la que le notificaba que ese día había acordado con el
mariscal de campo Francisco Novella que, “por el bien de la nación”, había entregado a éste los mandos militar y político de esos
reinos.51
El 6 de julio, mismo día en que el mensaje fue recibido temprano por la mañana, en una sesión especial, la diputación respondió inmediatamente a Apodaca que no tenía autoridad para
hacer lo que había hecho y que su decisión de dar los mandos
militar y político a Novella carecía de valor. Le hacía notar que,
según el artículo 10 de las instrucciones reales y constitucionales
para el gobierno económico y político de las provincias, en caso
de renuncia del jefe político, el intendente debía sucederlo en el
cargo, a me­nos que el gobierno real hubiese nombrado ya a otra
persona. Decía que, si ello había ocurrido, deseaba ver el documento; y agregaba que el asunto del mando militar estaba fuera de
su jurisdicción. Después de haber respondido a Apodaca, la diputación notificó el hecho, y su respuesta a Apodaca, a la audiencia
territorial, al ayuntamiento de la ciudad de México y a los alcaldes
de su jurisdicción.52
Al día siguiente, en una sesión extraordinaria, la diputación
provincial recibió un comunicado de Novella en el que éste notificaba a ese cuerpo que Apodaca le había transferido los mandos
militar y político de los reinos de la Nueva España. La diputación
respondió de inmediato a Novella que, conforme a los principios
de gobierno constitucionales, le enviaban los documentos ya remitidos a Apodaca y a la audiencia territorial relativos a la interpretación que ese cuerpo hacía de la facultad de Apodaca para transferir
su poder político.
Esa misma noche, la diputación recibió otro comunicado
de Novella en el que éste le informaba que juraría el cargo de
comandante político y militar de los reinos ante la Diputación
Provincial de la Nueva España, el ayuntamiento de la ciudad de
México y el oficial militar a las 9:30 horas del día siguiente y que
esperaba que sus miembros estuvieran presentes. Al otro día, en
una sesión especial, la diputación renovó su afirmación de que el
ascenso de Novella al poder era nulo. Con todo, a fin de no crear
confusión y mantener el orden y la tranquilidad en la capital, sus
miembros estuvieron presentes cuando se le tomó el juramento
a Novella.53
Para esa fecha, la comunicación con las otras provincias de la
Nueva España era virtualmente inexistente, por lo que, conforme al artículo 334 de la Constitución de 1812, la diputación provincial decidió no continuar con sus sesiones semanales, y así lo
infor­mó a Novella.54
Cuando, el 17 de julio, Novella invitó a ese cuerpo a estar presente en la catedral para rogar por la ayuda divina en su nuevo
cargo, la diputación provincial, reunida en sesión extraordinaria,
respondió que no asistiría en cuanto tal a esa misa; sin embargo,
los miembros que estuvieren presentes asistirían a título individual para no crear confusión. En esa época, sólo cinco de los siete
miembros asistían a las sesiones extraordinarias.
Mientras todo ello ocurría en la Nueva España, en la metrópoli Fernando VII y en las Cortes los diputados, en particular los
mexicanos, llevaban a cabo otras actividades relacionadas con ese
territorio de ultramar. Entre ellas, el 16 de enero de 1821, el nom­
bra­miento de Juan O’Donojú, primero, como capitán general en
sustitución de Juan Ruiz de Apodaca y, después, el 24 del mismo
mes, como jefe político de la Nueva España. Las instrucciones sobre los deberes que debía llevar a cabo en este segundo cargo, no
51
52
Anna, op. cit., p. 219; dp, Actas de la... Nueva España, i-ii, 344-345.
Actas de la... Nueva España, i-ii, 347-349.
dp,
104
53
54
Ibid., 350.
Ibid., 351-352.
105
III. Incremento de las diputaciones provinciales
obstante, no las recibió hasta el 2 de marzo y no se hizo a la vela
en la fragata Asia sino hasta el 30 de mayo.55
Según Jaime Delgado, en el nombramiento de O’Donojú a ese
cargo influyeron los diputados mexicanos Ramos Arizpe, Michelena, José María Couto, Manuel Cortázar y otros, reputados como
insurgentes; O’Donojú no negó ese hecho, pero dijo que había
aceptado el cargo debido a sus insinuaciones.56
Otra actividad que probablemente se inició a finales de 1820
o, al menos, a principios de 1821 entre algunos de los diputados
mexicanos fue la de proponer un plan no sólo para que las provincias gozaran de una mayor autonomía sino para una forma de reino autónomo en el Nuevo Mundo. Cuándo se inició exactamente
ese plan es algo que se ignora; sin embargo, tuvo su origen entre
los diputados americanos suplentes, en reuniones sostenidas en la
casa del diputado José María Fagoaga. Michelena se refirió al plan
en su alocución a las Cortes el 4 de junio de 1821, cuando se leyó
el informe de Apodaca sobre la revuelta de Iturbide.
Michelena dijo que las ideas que expresaba habían sido redactadas por Ramos Arizpe y entregadas al conde de Toreno como
resultado de algunas propuestas del diputado Felipe Fermín de
Paúl y declaró que él mismo las había enviado a la Diputación
Provincial de Valladolid el 11 de abril de 1821, que habían sido
aprobadas por los diputados recién llegados el 23 de mayo y que
esperaba que las Cortes las aprobarían pronto.57
Jaime Delgado, España y México en el siglo xix, 3 t., Consejo Superior de Investigaciones, Instituto González Fernando de Oviedo, Madrid, 1950, i, pp. 39-55; Pedro
Torres Lanzas, op. cit., v, pp. 182, 186, 191-192, 193-196, 201, 233 y 237; Julio
Zárate, La guerra de la independencia, en Vicente Riva Palacio, México a través de los
siglos, 5 t., Barcelona: Espasa Calpe, s.f., iii, p. 735.
56
Delgado, op. cit., i, p. 55; José Presas, Juicio imparcial sobre las principales causas
de la revolución de la América española, Burdeos: Imprenta de Baume, 1828, pp. 9395; Spence Robertson, op. cit., pp. 102-109; Idea general de la conducta general de
don Miguel Ramos Arizpe, México, 1822, p. 13.
57
España, Cortes, Diario de las Cortes, 4 de junio de 1821, iii, 2041-2046.
55
Juan O’Donoju, anónimo, siglo xix, óleo sobre tela. Museo Nacional
de Historia, Conaculta, inah.
107
Nettie Lee Benson
La idea o plan de Michelena, revisado por Lucas Alamán y fechado el 21 de junio de 1821, fue presentado a las Cortes el día
25 de ese mes. En él se pedía el establecimiento de tres Cortes en
América, una en la ciudad de México, la capital de la Nueva España, para toda la América española septentrional; otra en Santa Fe,
la capital de la Nueva Granada, para toda Nueva Granada y Tierra
Firme, y otra más en Lima, la capital de Perú, para todo el Perú,
Buenos Aires y Chile. Las Cortes deberían reunirse en el mismo
momento que las de España, establecido por la Constitución de
1812, y tendrían la facultad de aprobar leyes para el gobierno interno de las provincias bajo la jurisdicción de cada una, salvo ciertas
leyes relativas a la totalidad del imperio. Debería haber cuatro ministerios de gobierno —el de gobierno, el de hacienda, el de gracia
y justicia y el de guerra y marina— en cada una. Asimismo, cada
una debería tener su propia Corte Suprema compuesta de un presidente, ocho jueces y un fiscal. La autoridad ejecutiva, que podría
recaer en un miembro de la familia real o en una regencia de tres
individuos, debería ser nombrada por Fernando VII y sería responsable ante él del gobierno conforme a la Constitución. Cada una
tendría su propio consejo de estado de siete miembros que asistiría
a la autoridad ejecutiva. El comercio entre la península y las regiones americanas debería considerarse como el que se daba entre las
provincias de la monarquía; consecuentemente, los españoles de
ambos hemisferios disfrutarían de las mismas ventajas. De la misma manera, todo empleo civil estaría abierto a todos los originarios
del imperio, dondequiera que hubieren nacido. La Nueva España y
las otras regiones americanas ayudarían al financiamiento del imperio; la primera enviaría a la península la suma de cien millones de
reales en seis años, a comenzar en enero de 1823 y terminar en 1828,
y otra ayuda económica para los militares y para la protección de la
soberanía del reino. Finalmente, los diputados a esas Cortes, cuando juraran sus cargos, jurarían también cumplir con la Cons­titu­
ción de 1812 y con las leyes que estableciera ese sistema.
Unos cincuenta diputados, la mayoría de México, firmaron la
proposición, entre ellos Ramos Arizpe, quien lo hizo con la con108
Lucas Alamán y Escalada, en Lucas Alamán, Historia de Méjico desde los
primeros movimientos que prepararon la independencia en el año de 1808
hasta la época presente. Méjico, J.M. Lara, 1849-1852. Biblioteca Ernesto
de la Torre Villar, Institucto de Investigaciones Dr. José María Luis Mora.
Nettie Lee Benson
III. Incremento de las diputaciones provinciales
dición de que se le permitiera presentar un plan ligeramente diferente al día siguiente.58
Al otro día, Ramos Arizpe presentó su plan, fechado el 24 de junio y firmado únicamente por él y por José María Couto. La diferencia con el plan anterior era que proponía que sólo hubiera Cortes
en México y no se refería a las posesiones españolas del hemisferio
meridional. Proponía, además, que al menos cinco de los diputados
electos a las Cortes mexicanas lo fueran también a las Cortes generales establecidas en Madrid y que las Cortes mexicanas decidieran
en su primera sesión sobre el número de sus diputados y el modo de
su designación. Asimismo, respecto a la elección de la persona que
debería gobernar en México, Fernando VII no debía nombrar a un
“miembro de la familia real para garantizar la integridad de la monarquía y los derechos constitucionales” del monarca.59 A este res­pecto,
seguramente Ramos Arizpe y Couto sabían que, por la razón anterior,
Fernando VII había rechazado un plan que el ministro de asuntos
ultramarinos le propuso a mediados de mayo para que los tres reinos
de América fuesen gobernados por tres príncipes que respon­dieran
ante él.60 Las Cortes no volvieron a tener ninguna actividad relacionada con el plan leído el 25 de junio ni con el de Ramos Arizpe.
La idea de establecer reinos en el Nuevo Mundo gobernados
por príncipes españoles contaba con una larga existencia, ya sea
que se piense o no en el supuesto plan del conde de Aranda, pues
durante la época de Manuel de Godoy y Carlos IV se preparó un
gran número de esos planes. Por ejemplo: Godoy propuso el reino de la Luisiana en 1797, con un príncipe español en el trono;
asimismo, la propuesta de Godoy de 1804 de establecer príncipes
españoles como regentes era similar en muchos aspectos a la proposición americana. El 7 de octubre de 1806, Carlos IV propuso
establecer virreinatos o reinos hereditarios gobernados por príncipes españoles en Nueva España, Nueva Granada, Perú, La Plata,
etc. En octubre de 1807, se redactó el plan para un tratado de
Fontainbleu, con Carlos IV como emperador de España, Portugal
y la América española. Después, en 1811, el diputado mexicano
Ignacio Beye de Cisneros presentó un plan ante las Cortes españolas para formar juntas de gobierno independientes en las Américas
adonde el rey de España podría huir y adoptar el título de emperador en caso de que los franceses ocuparan toda España.61
Por lo demás, a mediados de mayo de 1821, en una sesión presidida por el ministro de asuntos ultramarinos y compuesta de
antiguos virreyes, capitanes generales e inspectores, entonces residentes en Madrid, se consideró un proyecto para el gobierno en
ultramar en el que se recomendaba a Fernando VII la división de
América en tres reinos: uno en América septentrional y dos en
América meridional, gobernados conforme al sistema constitucional por príncipes o, a falta de éstos, por regentes; al aprobarse el
Ibid., 25 de junio de 1821, iii, 2471-2477.
Ibid., 26 de junio de 1821, iii, 2496-2497; Delgado, op. cit., i, pp. 103-108; Carlos
A. Villanueva, La monarquía en América. Fernando VII y los nuevos estados, París:
Librería Paul Ollendorff, pp. 61-69.
60
Ibid.; Delgado, op. cit., i, p. 103.
A propósito de esos planes, véanse Ramón Esquerra, “La crítica española de la
situación de América en el siglo xviii”, Revista de Indias, núms. 87-88, pp. 159-287;
Charles E. Chapman, A History of Spain, Nueva York: The MacMillan Co., 1938;
Carlos Seaco Serrano (ed. y estudio preliminar), Manuel de Godoy, Memorias, 2
t., Madrid: Gráfico Orbe, Biblioteca de Autores Españoles, 11 t., 1956, pp. 88-89;
Boleslao Lewis, Los movimientos de emancipación en Hispanoamérica y la independencia de los Estados Unidos, Buenos Aires: Editorial Raigal, 1952; Elijah Wilson
Lyon, Louisiana in French Diplomacy 1759-1804, Norman: University of Oklahoma
Press, 1954; Manuel de Vadillo, Apuntes sobre los principales sucesos que han influido
en el actual estado de la America del Sud, Cádiz: Librería de Feros, 1836; Demetrio
Ramos, “Los proyectos de independencia para América preparados por el Rey Carlos IV”, Revista de Indias, xxviii, núms. 111-112, enero-junio de 1968, pp. 85-123;
Delgado, op. cit., i, p. 103; Villanueva, La monarquía en América. Bolívar y el general
San Martín, París: Librería de Paul Ollendorff; William Woodrow Anderson, “Reform As a Means to Quell Revolution”, en Nettie Lee Benson (ed.), Mexico and the
Spanish Cortes, Austin: The University of Texas Press, 1966, pp. 191-207; Timothy
E. Anna, Spain and the Loss of America, Lincoln, Nebraska: University of Nebraska
Press, 1963, pp. 83-84; idem; The Fall of the Royal Government in Mexico City, Lincoln, Nebraska: University of Nebraska Press, 1957, pp. 101-102.
110
111
58
59
61
Nettie Lee Benson
III. Incremento de las diputaciones provinciales
plan, México asumiría la responsabilidad de una parte de la deuda
española. Fernando VII rechazó la propuesta, como ya lo dijimos
antes. Finalmente, acaso deba mencionarse la carta que Fernan­
do VII dirigió el 24 de diciembre de 1820 al conde de Venadito,
don Juan Ruiz de Apodaca, en la que le comunicaba su idea de
huir de España para refugiarse en México, donde creía que sería
bien recibido y desde donde podría gobernar el imperio conforme
a su derecho divino como mejor le pareciese.62
Aún no ha podido verificarse cuándo llegó a México la noticia
del nombramiento de O’Donojú como jefe político y capitán general de la Nueva España. La primera mención que se hace de dicho
nombramiento en las Actas de la Diputación Provincial de Nueva
España tiene fecha del 2 de junio de 1821 y se hizo a raíz de la
petición de información que el 22 de mayo hizo el ayuntamiento
de Puebla a la Diputación Provincial de la Nueva España respecto
a si debía recibirse a O’Donojú como jefe político o como capitán
general y cuál debería ser el costo de la recepción en uno u otro
caso. La diputación provincial respondió que debería recibírsele
conforme a las leyes y a las pasadas prácticas.63
O’Donojú llegó al puerto de Veracruz el 30 de julio, a la 1:15
de la tarde, y casi inmediatamente se trasladó al castillo de San
Juan de Ulúa. Veracruz estaba todavía en manos del gobierno español; sin embargo, se encontraba sitiado desde el 7 de julio y
toda comunicación con el interior había sido cortada. Cuando se
le dio el nombramiento del cargo, se le dijo que, felizmente, en
las provincias que se le asignaban sólo había unos cuantos lugares
donde continuaba la insurrección.64 Sin más fuerzas militares que
las todavía leales encontradas en San Juan de Ulúa y Veracruz y
una pequeña fuerza de la ciudad de México, descubrió que la verdad era muy otra.65
En esa situación, el 3 de agosto expidió en Veracruz una proclama dirigida a los habitantes de la Nueva España en la que les
decía que había venido para traer la tranquilidad y la paz y para dar
término a las guerras desastrosas. Los convocaba a permitirle alcanzar pacíficamente su destino, la ciudad de México, con el fin de
hacerse cargo del puesto para el que había sido nombrado y repetía
que estaba solo y sin fuerzas que provocaran hostilidad. Prome­
tía que, si los mexicanos no llegaban a considerarlo un dirigente
justo que mereciera su aprobación general, él mismo permitiría
que el pueblo eligiera a su propio dirigente.66
Al día siguiente, O’Donojú expidió una segunda proclama, dirigida a los valiosos militares y heroicos habitantes de Veracruz,
en la que alababa a la ciudad y a las fuerzas militares por la enérgica defensa que habían presentado al enemigo, pero, al mismo
tiempo, hablaba de la necesidad de paz y tranquilidad para todo
el territorio. Según Carlos María de Bustamante, quien reprodujo
completas ambas proclamas, los veracruzanos leales decían en esa
época que O’Donojú se había vendido a los americanos.67
En la Latin American Collection, de la Universidad de Texas, se encuentra un
manuscrito firmado simplemente Fernando, sin su rúbrica. Está escrito en papel
que tiene la misma filigrana que el de otras órdenes autentificadas firmadas por
Fernando VII. Algunos escritores impugnan la autenticidad de dicha carta, pero los
escritores que la han reproducido completa, como Carlos María de Bustamante, en
El nuevo Bernal Díaz del Castillo o sea historia de la invasión de los anglo-americanos
en México, 2 t., México: Secretaría de Educación Pública, 1949, i, pp. 135-136, la
consideran auténtica. Otros que la han citado o impreso completa son: Anastasio
Zerecero, Memorias para la historia de las revoluciones en México, México: Imprenta del Gobierno en Palacio, 1869, pp. 349-351; Presas, Juicio sobre las principales
causas de la revolución de la América española, pp. 82-85, quien la cree auténtica;
Zamacois, Historia de Méjico desde los tiempos más remotos hasta nuestros días, ix,
nota 1, pp. 565-566, quien la considera apócrifa, y Villanueva, quien la cita tanto
en La monarquía en América. Bolívar y el general San Martín como en La monarquía
en América. Fernando VII y los nuevos estados, pp. 210 y 56-57, respectivamente.
63
Delgado, op. cit., i, p. 103; Villanueva, La monarquía en América. Fernando VII y
los nuevos estados, pp. 66-69.
62
112
dp, Actas de la... Nueva España, ii, 326.
Delgado, op. cit., i, pp. 54-55; Arrangoiz, México desde 1808 hasta 1867, i, pp. 60-61.
66
Arrangoiz, op. cit., v, pp. 223-226; véase también Delgado, op. cit., i, pp. 55-60.
67
Roberto Olagaray (ed.), Colección de documentos históricos mexicanos, México:
Antigua Imprenta de Murguía, 4 t., 1924, ii, pp. 47-58 y 73-77.
64
65
113
Nettie Lee Benson
III. Incremento de las diputaciones provinciales
O’Donojú debió de estar enterado, antes de abandonar Madrid
con rumbo a México, del Plan de Iguala, de 23 artículos, expedido
por Iturbide y Vicente Guerrero el 24 de febrero de 1821, pues
Iturbide lo había enviado a Fernando VII y a las Cortes españolas desde el 16 de marzo; y también, al día siguiente, le envió a
Juan Gómez de Navarrete, diputado mexicano a las Cortes, una
copia del plan, junto con los nombres de los miembros que proponía para la Junta de Gobierno de México. En el Plan de Iguala,
Iturbide y Guerrero invitaban a Fernando VII a venir a México
a gobernarlo como emperador.68 No obstante, en el mensaje que
O’Donojú envió a Iturbide desde Veracruz el 6 de agosto, le señala
que supo que sus ideas le habían sido comunicadas a Apodaca a
través del periódico México Independiente núm. 4 y del Boletín Militar núm. 6 de junio de 1821. O’Donojú añade que había sostenido
correspondencia y tenía relaciones de amistad con los americanos
más distinguidos del imperio y que a las insinuaciones y estímulos
de éstos se había debido el que aceptara el cargo en primer lugar.
Su corazón, decía, estaba lleno de gozo de que Iturbide no hubiese demorado su proclama, enviada a Apodaca el 18 de marzo,
pues coincidía con sus propias ideas de llevar paz y tranquilidad a
México. O’Donojú terminaba su carta diciendo a Iturbide que estaba en las manos de éste el que pudiera llegar a salvo a la ciudad de
México para hacerse cargo de su puesto y lograr la conciliación.69
Iturbide, que entonces se encontraba en Puebla, aprovechó inmediatamente la oportunidad para legalizar su movimiento. Respondió a O’Donojú el 11 de agosto y arregló una reunión con él
en Córdoba, donde el 24 de agosto firmaron el tratado que lleva el
nombre de esa ciudad. En los 17 artículos del tratado se reconocía
a México como una nación independiente y soberana que debía ser
gobernada por un sistema monárquico constitucional moderado,
encabezado de preferencia por Fernando VII o, si éste renunciaba
a ello, por uno de los príncipes españoles. Incluía la mayoría de
las cláusulas del Plan de Iguala y disponía el establecimiento inmediato de una junta de gobierno provisional, de la que O’Donojú
sería miembro, o una regencia que ejerciera el Poder Ejecutivo hasta la llegada de Fernando VII o de uno de los príncipes.
O’Donojú prometió valerse de su cargo y autoridad para ver que
las tropas que tenían el dominio de la ciudad de México salieran
de la capital sin que hubiese un derramamiento de sangre innecesario, para después permitir el establecimiento del nuevo gobierno
provisional.70
Mediante la firma del tratado, O’Donojú logró abrirse paso, al
menos por el momento, a través de la región de México que se
encontraba bajo el dominio de las fuerzas independentistas. Ahora
tendría que sortear aquella que dominaba Novella. Pudo haberlo
logrado con la ayuda de las instituciones constitucionales establecidas en la ciudad de México, en particular la Diputación Provincial de la Nueva España y el ayuntamiento de la ciudad, pues
ninguno de esos cuerpos reconocía la autoridad de Novella para
ejercer el gobierno político y estaban ansiosos por colaborar con
O’Donojú, la autoridad nombrada por el rey.
En febrero de 1821, Iturbide también había sugerido los nombres de tres diputados a la Diputación Provincial de la Nueva España —a saber: José Miguel Guridi y Alcocer, José María Fagoaga
y Juan Bautista Lobo— para formar parte de los nueve miembros
de la propuesta junta de gobierno provisional de México, así como
a José Pastor Morales como uno de los cuatro suplentes de dicha
junta. Igualmente, había sugerido a Juan Francisco Azcárate, concejal del ayuntamiento, como diputado propietario a la junta, y al
primer regidor, Francisco Sánchez de Tagle, como suplente.71
Ibid., ii, pp. 52-62 y 73-76; Bustamante, Cuadro histórico, v, pp. 139-144.
Ibid., v, pp. 223-229; Olagaray, op. cit., ii, pp. 159-161; Delgado, op. cit., i, pp.
61-65.
Bustamante, Cuadro histórico, v, pp. 232-234; Olagaray, op. cit., ii, pp. 165-171;
Delgado, op. cit., i, pp. 67-90; Robertson, op. cit., pp. 112-118; Noticioso general,
suplemento del núm. 219 del 3 de octubre de 1821.
71
“Junta Guvernativa a que se refiere el Plan de Iguala”, en Olagaray, op. cit., ii, pp.
34-35; Bustamante, op. cit., v, pp. 118-119.
114
115
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69
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Nettie Lee Benson
III. Incremento de las diputaciones provinciales
Cuando la junta se reunió el 22 de septiembre, estaban presentes los tres propuestos por Iturbide, Guridi y Alcocer, Fagoaga y
Lobo, junto con José Ignacio García Illueca, de la diputación provincial, Azcárate y Sánchez de Tagle,72 todos los cuales habrían de
desempeñar un papel determinante para que se les dejara el paso
libre a O’Donojú e Iturbide hasta la ciudad de México.
Según parece, la primera noticia que tuvo Novella de la llegada
de O’Donojú a Veracruz fue el 12 de agosto, cuando dos diferentes
mensajeros enviados por Iturbide llegaron a la ciudad de México.
El primero llevaba la primera proclama expedida por O’Donojú,
mientras que el segundo llevaba esa misma proclama, publicada en
Puebla, y la noticia adicional de que Iturbide había enviado mensajeros a O’Donojú para sugerirle que se trasladara a Córdoba, un
lugar más saludable y cómodo, donde podrían echar los cimientos
de la independencia de México. Dos días más tarde, el cura Pedro
Fernández, enviado por Iturbide, llegó de Puebla a la ciudad de
México con un paquete de cartas de O’Donojú para Novella en
las que le anunciaba su llegada a Veracruz y sus actividades en ese
lugar, incluidas las cartas enviadas a Iturbide. Ese mismo día, el
teniente Domingo Noriega, también enviado por Iturbide con otro
paquete de cartas, éstas enviadas por él a Novella, fue maltratado
por las fuerzas de este último.73
Novella no quería creer lo que se le enviaba y decía de O’Do­
nojú, pero, dado que los mensajeros seguían llegando a la ciudad
de México, la noche del 14 de agosto dirigió una carta a Iturbide
en la que le pedía permiso para enviar sus propios mensajeros
a Veracruz a fin de que éstos vieran y consultaran a O’Donojú y
verificaran que realmente había llegado a Veracruz. Iturbide otorgó su permiso y Novella envió finalmente a tres comisionados,
pero Iturbide les impidió cruzar sus líneas alegando que Nove-
lla no había establecido un cese al fuego.74 Cada día que pasaba,
las fuerzas de Iturbide se acercaban un poco más a la ciudad de
México y, mientras tanto, como antes se dijo, Iturbide y O’Donojú
firmaron el Tratado de Córdoba.
El 27 de agosto apareció en el periódico Noticioso General
(núm. 3, 21 de agosto de 1821) de la ciudad de México un largo
artículo titulado “Un patriota mexicano a aquellos que quieren la
independencia”, en el que se preguntaba por qué a O’Donojú, que
había sido nombrado por el gobierno liberal español y aceptado
lo que Iturbide había propuesto a Apodaca, no se le permitía la
entrada a México. Alababa los hechos de O’Donojú y pedía que
fuera admitido en la ciudad de México y reconocido como capitán
general y jefe político.
Novella, aparentemente, recibió una copia del Tratado de Córdoba temprano por la mañana del 30 de agosto y en seguida pidió
a todos los cuerpos gubernamentales, eclesiásticos y militares que
enviaran a dos de sus miembros a una reunión para esa tarde a fin
de que le aconsejaran qué hacer en las circunstancias. La dipu­
tación provincial se reunió de inmediato y votó unánimemente enviar a Guridi y Alcocer y a Lobo a la reunión, en el entendimiento
de que no tendrían poder para votar por ningún acuerdo.75
En la reunión, todos los representantes de dichas corporaciones, la diputación provincial, el ayuntamiento, la audiencia y el
concejo eclesiástico, se abstuvieron de votar. Isidro Yáñez, de la
audiencia, dijo que, en cuanto individuo, creía que O’Donojú tenía
facultades para tratar con el jefe de las fuerzas independentistas;
a lo que añadió que O’Donojú había sido “autorizado por el rey
para ser capitán general y jefe político de estos dominios”. Por su
parte, el arzobispo dijo que, como ciudadano, “creía que la presencia de O’Donojú en la capital era necesaria para alejar toda duda
sobre su posición y sus actos”, mientras que el general Pascual
Linán sostuvo que hasta que O’Donojú estuviese presente en la
Ibid., v, pp. 324-325.
Bustamante, op. cit., v, pp. 281-282; “De Novella a Iturbide”, México, 14 y 16 de
agosto de 1821, en Olagaray, op. cit., ii, pp. 239-241.
72
73
116
74
75
Bustamante, op. cit., v, pp. 281-286.
Actas de la... Nueva España, ii, 361-363; Olagaray, op. cit., ii, pp. 204-205.
dp,
117
Nettie Lee Benson
III. Incremento de las diputaciones provinciales
ciudad de México, nada podía resolverse. Guridi y Alcacer, representante de la diputación provincial, dijo, hablando como par­
ticular, que “aprobaba lo que fuere que O’Donojú hubiere hecho,
porque había actuado según las instrucciones que había recibido
del gobierno español”. En ese momento, el ruido de disparos de
cañón terminó con la junta.76
Al día siguiente, la Diputación Provincial de Nueva España dirigió dos cartas a O’Donojú; una en la que le daba la bienvenida al
país y otra en la que le informaba de su reunión y de la convocada
por Novella. O’Donojú respondió el 5 de septiembre desde Puebla
con dos cartas también en las que daba las gracias a la diputación
provincial por sus actos y por la copia de la reunión con Novella.77
Novella, por su parte, respondió a O’Donojú para decirle que
tenía la idea de que el Tratado de Córdoba había sido firmado por
él porque, encontrándose en territorio enemigo, se había visto
forzado a hacerlo y de que no habría hecho lo mismo si hubiere estado en territorio bajo el dominio del gobierno español. O’Donojú,
dirigiéndose a Novella simplemente como mariscal de campo, subinspector de artillería y comandante de las tropas mexicanas, le
respondió el 4 de septiembre, también desde Puebla, que había
informado a los mensajeros de Novella lo que esperaba de él, y
éstos así se lo dijeron.78
El 9 de septiembre, Novella convocó a otra reunión de los representantes de las diversas autoridades de la ciudad de México
para preguntarles cómo debía responder a la sugerencia de entrevistarse con O’Donojú e Iturbide y con qué título debería asistir a
tal entrevista. Novella había estado usando el título de virrey y jefe
político y quería que los reunidos confirmaran sus títulos. Todos
estuvieron de acuerdo en que la entrevista se llevase a cabo y se
eligió a Guridi y Alcocer y al coronel Blas del Castillo Luna para
que llevaran una copia del acta de la reunión a O’Donojú79 y lo
pusieran al tanto de lo tratado.80
La Diputación Provincial de la Nueva España escribió a O’Do­
nojú el 9 de septiembre para decirle que estaba lejos de creer que
éste aprobaba los sucesos del 5 de julio (el reemplazo de Apodaca
por Novella), que lo apoyaba firmemente, así como el Tratado de
Córdoba, y que había explicado su posición a Guridi y Alcocer,
quien había sido elegido por la junta de Novella para negociar el
problema con O’Donojú.81
A ello, O’Donojú respondió el 12 de septiembre que Guridi y
Alcocer le había explicado los “escandalosos” sucesos de la ciudad
de México y que él, a su vez, había afirmado a Guridi y Alcocer que
nunca reconocería a Novella como capitán general y jefe político
legítimo y que le propondría a este último una reunión entre ambos
únicamente como militares.82 Ese mismo día, O’Donojú escribió a
Novella para decirle que la única persona en la ciudad de México
con autoridad para transmitirle el mando era Apodaca, si antes era
restituido en el puesto, que el cargo de virrey ya no existía según
la Constitución y que Novella había infringido muchos preceptos
constitucionales y leyes militares a partir de julio. Después de citar
los artículos constitucionales y militares infringidos por Novella,
O’Donojú le decía que, a menos que recibiera de él una respuesta
satisfactoria en un término de 24 horas, informaría al gobierno
español de todos los actos criminales de Novella y sus partidarios
“Acta de la Junta de Autoridades de México”, México, 30 de agosto de 1821, en
Olagaray, op. cit., ii, pp. 221-224.
77
Dos comunicados “De la Diputación provincial de Nueva España a O’Donojú”,
31 de agosto de 1821, en Olagaray, op. cit., ii, pp, 201-202.
78
“De Novella a O’Donojú”, México, 31 de agosto de 1821, y “De O’Donojú a Novella”, 4 de septiembre de 1821, en Olagaray, op. cit., ii, pp. 172-176.
“De Novella a O’Donojú”, México, 11 de septiembre de 1821, en Olagaray, op.
cit., ii, pp. 183-184.
80
“Acta de la Junta de Autoridades de México”, México 9 de septiembre de 1821,
en Olagaray, op. cit., ii, pp. 224-229.
81
“De la Diputación Provincial de Nueva España a O’Donojú”, México, 9 de septiembre de 1821, en Olagaray, op. cit., ii, pp. 204-205.
82
“De O’Donojú a la Diputación Provincial de Nueva España”, Convento de San
Joaquín, 12 de septiembre de 1821, en Olagaray, op. cit., ii, pp. 205-207.
118
119
79
76
Nettie Lee Benson
III. Incremento de las diputaciones provinciales
y que uno y otros sufrirían las consecuencias; asimismo, le decía
que, si cooperaba con él, podría pasar por alto su ilegal conducta.83
La entrevista de O’Donojú y Novella se efectuó el 13 de septiembre y éste aceptó hacer todo lo que el otro le recomendó. Al
día siguiente, en una sesión de la diputación provincial y el ayuntamiento, Novella les anunció que había aceptado obedecer las
órdenes de O’Donojú, el capitán general y jefe político de Nueva
España.84
Un día después, el 15 de septiembre, apareció en el suplemento del número 111 del Noticioso General, diario de la ciudad de
México, un bando firmado por Novella ese mismo día y dirigido al
ejército y el público; en él decía que, como resultado de su entrevista con O’Donojú el día anterior, había reconocido oficialmente a
éste como capitán general y jefe político de la Nueva España y que,
hasta la llegada de O’Donojú a la ciudad de México, el mariscal de
campo Pascual de Liñán tomaría el mando del ejército y el intendente Ramón Gutiérrez del Mazo actuaría como jefe político. En
la misma página del suplemento, Liñán publicó también un bando
en el que ordenaba al ejército mantener la paz y reconocer a Juan
O’Donojú como capitán general y jefe político.
En la última página del suplemento, aparecieron tres avisos al
público firmados por Ramón Gutiérrez del Mazo el mismo día y en
el mismo lugar. En el primero anunciaba que el día anterior había
recibido el nombramiento de jefe político interino de la ciudad
de México del capitán general y jefe político superior don Juan
O’Donojú hasta la llegada de éste a la ciudad. Gutiérrez del Mazo
prometía obedecer la Constitución de 1812 y las leyes de las Cortes para la conservación de la paz pública. Mediante los otros dos
avisos, anulaba el requisito del pasaporte para entrar en la ciudad
de México o salir de ella y el del permiso para montar a caballo
dentro de la ciudad.85
En seguida, ya en Tacubaya, O’Donojú se dirigió el 17 de septiembre a los “Habitantes del reino de Nueva España” con el propósito de informar que los mexicanos de todas las provincias del
vasto imperio debían la libertad civil de que ahora disfrutaban a
uno de sus hijos más valiosos y él deseaba ser el primero en hacerles saber que la guerra había terminado. Decía que tenía ya completamente en sus manos los mandos militar y político del reino
como su capitán general y jefe político superior nombrado por Su
Majestad y reconocido por las autoridades y corporaciones de la
ciudad y que el ejército que la defendía estaba bajo su mando.
Una vez instalado, el gobierno acordado en el Tratado de Córdoba,
conocido de todos, será la autoridad legítima. Seré el primero en
ofrecer mis respetos a la representación pública. Mi cargo se reduce a representar al gobierno español, ocupando un puesto en el
vuestro en conformidad con el dicho Tratado de Córdoba, para ser
útil en todo lo que pueda a los americanos, y gustoso me sacrificaré en todo lo que sea posible por los mexicanos y los españoles.86
“De O’Donojú a Novella”, Convento de Carmelitas de San Joaquín, 12 de septiembre de 1821, y “De Novella a O’Donojú”, México, 12 de septiembre de 1821, en
Olagaray, op. cit., ii, pp. 189-196. Véase también “De O’Donojú a los señores Alcocer
y Luna Castillo, comisionados de la Junta de Autoridades de México”, San Joaquín,
Convenio de Carmelitas, 11 de septiembre de 1821, ibid., ii, pp. 197-200. Debe
hacerse notar que Novella capituló como se lo exigió O’Donojú en la ciudad de
México el 12 de septiembre de 1821 y no el 13, como lo afirma Anna, Fall of the Royal Government in Mexico City, p. 222, aunque sólo anunció su capitulación en esa
ciudad dos días después, en una “Orden al Ejército y Plaza” firmada por él en México el 15(?) de septiembre y publicada en un suplemento del Noticioso General, viii,
núm. 111, que, obviamente, fue impreso el mismo día.
84
“De la diputación provincial a O’Donojú”, México, 14 de septiembre de 1821, en
Olagaray, op. cit., ii, pp. 207-208.
Este último lo publicó también la Gaceta del Gobierno de México, xii, núm. 125,
15 de septiembre de 1821, pp. 976-980.
86
“Habitantes de Nueva España”, firmado en Tacubaya el 17 de septiembre de 1821
por O’Donojú, Noticioso General, viii, núm. 114, 21 de septiembre de 1821, p. 4; y
Gaceta del Gobierno de México, xv, núm. 128, México, 22 de septiembre de 1821,
pp. 994-995; Robertson, Iturbide de México, p. 127.
120
121
83
85
Nettie Lee Benson
III. Incremento de las diputaciones provinciales
Después, también desde Tacubaya, O’Donojú escribió el 25
de septiembre una carta a la Diputación Provincial de la Nueva
España para informarle que había cumplido con el artículo 17 del
Tratado de Córdoba, el cual exigía la salida de las tropas españo­
las de la capital. Decía que saldría de Tacubaya a las cuatro de la
tarde del día siguiente para entrar en la ciudad de México como
capitán general del reino nombrado por Su Majestad.87 Entró en la
ciudad a las cinco de la tarde y fue recibido como capitán general
por salvas de artillería y el tañer de campanas, de manera similar
a como se hacía con los virreyes, según Bustamante. El ayuntamiento de la ciudad de México lo agasajó con una cena en la que
corrió el vino, la diputación provincial y otras corporaciones lo
felicitaron como colaborador a la independencia mexicana y fue
hospedado en la casa del conde de Berrio.88
Al día siguiente, el capitán general Juan O’Donojú y los miembros de la Diputación Provincial de la Nueva España dieron la bienvenida a Agustín de Iturbide al antiguo palacio virreinal de la ciudad de México, donde fue recibido con gran entusiasmo. Después
de un Te Deum en la cercana catedral, Iturbide y sus huéspedes
volvieron a palacio, donde fueron agasajados por el ayuntamiento
de la ciudad. Durante el festejo, don Francisco Sánchez de Tagle,
en una larga oda a la ocasión, dijo “el sobrehumano O’Donojú nos
asegura la paz”.89
México se hizo independiente en ese momento no sólo gracias
a Iturbide, al Plan de Iguala y a la unión de aquél con las primeras fuerzas independentistas representadas por Vicente Guerrero,
Nicolás Bravo, etc., sino también gracias a los esfuerzos de los
diputados mexicanos que contribuyeron a dar forma al marco de
la Constitución de 1812 (la creación de las diputaciones provinciales y de los ayuntamientos de elección popular), a los actos de
las Cortes de 1820-1821 que lo hicieron posible y al nombramiento de Juan O’Donojú como capitán general y jefe político superior
de Nueva España. En lo sucesivo, la Constitución de 1812 y las leyes hasta entonces promulgadas de las Cortes españolas que la hicieron posible, junto con sus instituciones y todos los individuos
que durante tantos años lucharon en el terreno legislativo o en el
militar por la autonomía tanto provincial como nacional o por la
independencia de México, desempeñarían un papel significativo
en el establecimiento del gobierno independiente mexicano.
“De O’Donojú a la diputación provincial”, Tacubaya, 25 de septiembre de 1821,
en Olagaray, op. cit.; ii, p. 208: Bustamante, op. cit., v, p. 327; Robertson, op. cit., p.
127. Cf. Anna, op. cit., pp. 222-223, quien afirma que O’Donojú entró en la ciudad
de México el 24 de septiembre y quien aparentemente malinterpretó su afirmación
del 17 de septiembre de 1821.
88
Bustamante, op. cit., v, p. 327.
89
Bustamante, op. cit., v, pp. 327-331; Robertson, op. cit., pp. 131-132; Anna, op.
cit., pp. 223-224.
87
122
123
IV. Desarrollo de las diputaciones
provinciales en México,
1821-1823
La Soberana Junta Provisional Gubernativa que había prometido
Iturbide fue reunida al día siguiente de la entrada de éste a la ciudad de México con el propósito de iniciar sus sesiones para organizar el gobierno interino. Ahora bien, dado que cuatro miembros de
la Diputación Provincial de la Nueva España formaban parte de la
Junta Provisional Gubernativa, un día después, el 29 de septiembre
de 1821, se vio la necesidad de reemplazarlos de alguna manera en
la diputación provincial, por lo que ese mismo día la Junta Provisional Gubernativa formó con los cuatro diputados —José Miguel
Guridi y Alcocer, José María Fagoaga, Juan Bautista Lobo e Ignacio
García Illueca— una comisión que recomendara cómo debía llevarse a cabo su reemplazo hasta que pudieran efectuarse nuevas
elecciones populares.1 Dicha comisión hizo sus recomendaciones
en la sesión del 4 de octubre de la Junta Provisional Gubernativa
y propuso varios nombres para llenar los puestos vacantes en la
diputación provincial; las personas electas fueron: el coronel Pedro Acevedo y Calderón, los licenciados José Mariano Fernández
Arteaga, José Ignacio Espinosa y Mariano Primo de Rivera y el
capitán Pedro Pablo Vélez.2
México, Junta Provisional Gubernativa, Diario de la Soberana Junta Provisional
Gubernativa del Imperio mexicano, instalada según previenen el Plan de Iguala y tratados de la Villa de Córdoba, México: Imprenta de Alejandro Valdés, 1821, p. 13,
citado en adelante como Diario de la Soberana Junta Provisional Gubernativa.
2
Ibid., pp. 23-24; Charles Macune, hijo, El estado de México y la Federación mexicana, México: Fondo de Cultura Económica, 1978, p. 193.
1
125
Nettie Lee Benson
IV. Desarrollo de las diputaciones provinciales
Así, hacia octubre de 1821 había ya en México al menos ocho
diputaciones provinciales en funciones; a saber: la de Guadalajara,
las de las Provincias Internas de Oriente y las Provincias Internas
de Occidente y las de México, San Luis Potosí, Yucatán, Puebla y
Chiapas. Según el decreto español del 8 de mayo de 1821, otras
seis intendencias, la de Arispe, por las provincias de Sonora y Sinaloa, y las de Guanajuato, Michoacán, Oaxaca, Veracruz y Zacatecas, tenían derecho a establecer sus propias diputaciones provinciales; y no se demoraron en hacerlo, lo que elevó el total a catorce.
Como ya se hizo notar, Iturbide había reconocido el derecho
a que tal institución existiera cuando autorizó su creación en la
provincia de Puebla en agosto de 1821.
Chiapas fue la siguiente provincia que dio ese paso. En agosto
de 1821, Chiapas formaba parte de la Audiencia de Guatemala;
sin embargo, como era intendencia, su derecho a establecer una
diputación provincial fue autorizado por el decreto del 8 de mayo
de 1821, que se publicó el 7 de agosto en El Amigo de la Patria de
Guatemala. Pero el 28 de agosto, antes de que pudiera iniciarse
la aplicación del decreto, el ayuntamiento de Comitán declaró su
independencia y, el 3 de septiembre, la provincia de Chiapas
se declaró asimismo independiente, no sólo de España sino también de Guatemala.3
Entonces los acontecimientos se precipitaron rápidamente.
Chia­pas eligió a Juan Nepomuceno Batres, José Anselmo de Lara,
Pedro José de Solórzano, Lino García, Manuel Ignacio Escarra, Jo­
sé Vives y Francisco Antonio Guillén como diputados a su propia
diputación provincial, la cual fue instalada el 19 de octubre de
1821.4 La diputación, que “representaba los sentimientos de la
provincia”, empezó inmediatamente no sólo a tomar medidas para
asegurar su independencia completa de la provincia de Guatemala
sino también para realizar su unión con México.5 Diez días después de su instalación, la diputación nombró a Pedro José Solórzano para conferenciar con Iturbide sobre este importante asunto.6
En el Tratado de Córdoba se convino que las leyes y decretos
vigentes se observarían en México hasta que pudiera convocarse
a unas cortes que elaboraran la Constitución del Estado. El 24 de
septiembre de 1821, Iturbide proclamó los nombres de 38 personas designadas para componer la Soberana Junta Provisional
Gubernativa,7 que asumiría todos los poderes antes ejercidos por
las Cortes de España, si dichos poderes no estaban en contradicción con el Tratado de Córdoba.8 El propósito fundamental de la
junta era redactar las instrucciones necesarias para llevar a cabo
las elecciones de diputados a las Cortes constituyentes o Congreso
para el México independiente.
Dos días después de iniciar sus sesiones regulares, el 28 de
septiembre de 1821, la junta provisional nombró una comisión
encargada de elaborar el procedimiento electoral para constituir
el primer Congreso mexicano. Las discusiones sobre el informe
de la comisión comenzaron el 10 de noviembre de 1821; al día
siguiente, José Mariano Almanza, de Veracruz, propuso que se
arreglara el asunto concerniente a la elección de diputaciones provinciales, que de acuerdo con la Constitución española debería
celebrarse al otro día de las elecciones de diputados a Cortes. José
María Fagoaga protestó al respecto, sosteniendo que la división de
las provincias era urgente, lo que implicaba que este asunto debía
abordarse antes que el de las elecciones, mientras que José Mariano Sandaneta marqués de Rayas, de Guanajuato, expresó a su vez
Matías Romero, Bosquejo histórico de la agregación a México de Chiapas y Soconusco..., pp. 50-53.
4
Gazeta Imperial de México, 1, núm. 41, 20 de diciembre de 1821, pp. 337-339;
Incorporación de Chiapas a México. Discursos leídos en la velada que se verificó en
la Cámara de Diputados en celebración del LXXVIII aniversario de la federación de
Chiapas a la república de México, p. 13; Romero, op. cit., pp. 56-57; Luis Espinosa,
Independencia de la provincia de las Chiapas y su unión a México, p. 10.
3
126
Gazeta Imperial de México, 20 de diciembre de 1821.
Las actas de la sesión de la diputación provincial del 28 de octubre de 1821 y las
instrucciones a Solórzano se hallan en Romero, op. cit., pp. 56-57.
7
Noticioso General, México, 10 de octubre de 1821.
8
Diario de la Soberana Junta Provisional Gubernativa, p. 4.
5
6
127
Nettie Lee Benson
IV. Desarrollo de las diputaciones provinciales
que las provincias que aún no poseían diputaciones las estaban reclamando con ahínco. Tras larga discusión, se adoptaron medidas
concernientes a la elección de representantes a las diputaciones
provinciales.9
La regencia expidió instrucciones completas para la elección
de miembros del nuevo Congreso el 18 de noviembre de 1821. En
el artículo 14 de esas instrucciones se disponía que las diputaciones provinciales ya existentes continuasen en el ejercicio de sus
funciones, que se estableciesen inmediatamente nuevas diputaciones en las intendencias que todavía no lo hubiesen hecho así y que
el futuro Congreso designara las demás que pudieren considerarse
necesarias para el bienestar del país. En el artículo 15 se ordenaba
que los miembros de las diputaciones provinciales ya establecidas
fueran renovados por completo en el periodo de elecciones; sin
embargo, la mitad de los antiguos podrían ser reelegidos, a condición de que pertenecieran a la provincia que los reeligiese.10 En
el artículo 16 se establecía que los miembros de cada diputación
provincial recién creada debían ser ciudadanos de la misma provincia. Por último, en el artículo 17 se disponía que la elección de
diputados a los cuerpos provinciales tuviese lugar en la capital
de la provincia respectiva al día siguiente de la elección de dipu­
tados al Congreso.11
Por lo tanto, de acuerdo con el anterior decreto, los diputados
provinciales de Chiapas, las Provincias Internas de Oriente, Guadalajara, Guanajuato, México, Michoacán, Nueva Vizcaya, Oaxaca, Puebla, San Luis Potosí, Sonora y Sinaloa, Veracruz, Yucatán y
Zacatecas deberían ser elegidos el 29 de enero de 1822.
Al parecer, no hay duda de que se esperaba que Tlaxcala instalara una diputación provincial, aun cuando no se mencionaba en
el citado decreto ni se ha hallado prueba alguna sobre el origen de
su derecho a hacerlo. En realidad, Tlaxcala no era una intendencia. La llamada provincia de Tlaxcala fue establecida en 1812. La
junta preparatoria electoral de la Nueva España, en sus instrucciones del 27 de noviembre de aquel año relativas a las primeras
elecciones bajo la Constitución de 1812, dividía la Nueva España
en nueve provincias; a saber: México, Puebla, Oaxaca, Michoacán,
Guanajuato, Veracruz, San Luis Potosí, Tlaxcala y Querétaro.12 Todas ellas, con excepción de Tlaxcala y Querétaro, tenían el rango
de intendencias, que en aquella época también eran llamadas provincias; sin embargo, la provincia de Tlaxcala, que comprendía
el gobierno de la ciudad de Tlaxcala más la alcaldía o distrito de
Huexotzingo, fue separada de la intendencia de Puebla y convertida en provincia con el único propósito de que eligiera diputados a
Cortes y a la Diputación Provincial de la Nueva España.13 En todas
las elecciones subsiguientes, Tlaxcala continuó siendo designada
como una de las siete provincias sujetas a la Diputación Provincial
Ibid., p. 88.
Con arreglo a las disposiciones de la Constitución española, la mitad de los
miembros de la diputación provincial debía renovarse cada vez, mientras que la
otra mitad continuaba sirviendo hasta las elecciones siguientes, cuando era reemplazada por nuevos miembros.
Como ya se ha dicho, los días 11, 12 y 13 de marzo de 1821 se celebraron
las elecciones para el nombramiento de diputados a las Cortes de 1822-1823 y
de dipu­tados a las diputaciones provinciales para el bienio de 1822-1823. El 13 de
marzo, los cuerpos electorales provinciales de la Nueva España eligieron a los dipu­
tados que reemplazarían a la mitad de los miembros de la diputación provincial.
México eligió a Manuel de Sotarriba (Gazeta del Gobierno de México, 15 de marzo
de 1821); Oaxaca, a José Mariano Fernández Arteaga (ibid., 3 de abril de 1821);
Guadalajara, a Esteban Huerta, Juan Cayetano Portugal y Manuel García Quevedo
(ibid., XII, p. 291); Zacatecas, a Mariano Iriarte, José Celedonio de Murguía y Juan
María Vélez (ibid., p. 546); San Luis Potosí, a Carlos Flores, José Ildefonso Díaz
de León y Manuel Francisco de Arbide (ibid., pp. 313-314); Sonora y Sinaloa, a
Juan Gándara y José Subieta (ibid., p. 522), y las Provincias Internas de Oriente,
a Bernardino Cantú, José Melchor Sánchez Navarro, José Antonio Gutiérrez de
Lara y José Vivero (Aviso al Público, Monterrey, 13 de marzo de 1821, suscrito por
Juan Francisco Gutiérrez elector-secretario; hay un ejemplar de este volante en los
archivos de la Universidad de Texas).
9
10
128
Gazeta Imperial Extraordinaria de México, 27 de noviembre de 1821, 1, p. 228.
Benson, “The Contested Mexican Election of 1812”, The Hispanic American Historical Review, xxvi, p. 337.
13
Diario de México, 1 de diciembre de 1812.
11
12
129
Nettie Lee Benson
IV. Desarrollo de las diputaciones provinciales
de la Nueva España y, por ende, siguió eligiendo su diputado a ese
cuerpo.
Cuando, el 30 de abril de 1821, las Cortes concedieron a cada
intendencia del Nuevo Mundo el derecho de establecer una diputación provincial, Tlaxcala, basándose principalmente en el hecho
de que había venido siendo considerada como provincia al efecto de
elegir delegados a las Cortes y a la Diputación Provincial de la Nue­
va España, pidió enseguida la autorización necesaria para crear
también una diputación propia.14 Las Cortes, hasta donde se sabe,
jamás accedieron a tal petición. Es probable que Iturbide concediese
a Tlaxcala una diputación provincial en la misma forma que lo hizo
con Puebla. Cualquiera que hubiere sido la razón, no obstante, el
derecho de Tlaxcala a una diputación provincial no fue puesto en
tela de juicio, de tal suerte que la citada provincia tuvo su propio
cuerpo al mismo tiempo que las demás intendencias de México. Este
hecho elevó a quince el número total de diputaciones provinciales.
Otra provincia estaba tan firmemente convencida de su derecho a poseer una diputación provincial que decidió elegir a sus
diputados sin siquiera solicitar autorización para ello. Nuevo Santander, una de las Provincias Internas de Oriente, eligió a siete diputados a la Diputación Provincial de Nuevo Santander en marzo
de 1822, al día siguiente de la elección de su diputado al Congreso
nacional, y así lo comunicó oficialmente al gobierno central, al
mismo tiempo que informaba sobre la elección de su diputado
al Congreso.15 Yendo aun más lejos, la citada provincia dio posesión de sus cargos a los diputados electos y elevó una petición al
Congreso para que éste legalizara lo que había hecho.16 La solicitud de Nuevo Santander, que llegó al Congreso el 22 de marzo de
1822, fue tratada con especial lentitud; no obstante, el 21 de junio
se aprobó el proyecto de ley y José María Gutiérrez de Lara, diputado de la provincia, informó el 26 de agosto que la decimosexta
Diario de las Cortes, 1821, ii, 1358.
El Sol, 2 de marzo de 1822; Noticioso General, 6 de marzo de 1822.
16
México, Congreso, Actas del Congreso constituyente mexicano, i, 89.
14
15
130
131
Nettie Lee Benson
IV. Desarrollo de las diputaciones provinciales
diputación provincial de México, es decir, la de Nuevo Santander,
había quedado legalmente establecida.17
El gobierno mexicano ya había recibido otra petición para establecer una diputación provincial aun antes de las elecciones de
enero de 1822. Querétaro, al igual que Tlaxcala, fue creada como
provincia de la Nueva España por medio de la ley del 27 de noviembre de 1809 de la junta preparatoria electoral. Comprendía el
corregimiento de Querétaro y las alcaldías de Cadereyta y Zacanela y había sido desmembrada de la intendencia de México. Esa
provincia, pues, fue creada de tal modo que pudiera tener el derecho a elegir diputados a Cortes y a la Diputación Provincial de la
Nueva España18 y en todas las subsiguientes elecciones anteriores
a 1822 continuó siendo designada como provincia; sin embargo, el
hecho de que la Soberana Junta Provisional de Gobierno omitiera
mencionar a Querétaro al expedir el decreto para que se llevaran a
cabo las elecciones de noviembre de 1821 la privó de ese rango.19
Sus protestas y peticiones sobre su derecho a tener una diputación
provincial fueron desatendidas por la junta20 la cual decidió dejar
el caso para que éste fuera zanjado por las futuras Cortes o Congreso; hasta entonces, su situación legal quedó determinada por el
decreto de la regencia del 18 de noviembre de 1821.21
Poco después de que el Congreso iniciara sus sesiones, Querétaro renovó sus demandas de una diputación provincial por me-
dio de una petición que envió a la comisión constitucional, donde
fue leída el 12 de marzo de 1822.22 En ella permaneció hasta el 7
de junio, fecha en que el asunto fue puesto de nuevo sobre el tapete debido a que Iturbide ordenó al mariscal de campo Luis Quintanar que fuera a prestar sus servicios a Guadalajara. Dado que
Quintanar era el representante de Querétaro ante la Diputación
Provincial de México, su traslado dejó a esa provincia sin representación ante el citado cuerpo. Tras otro infructuoso intento por
obtener su propia diputación provincial,23 Querétaro la demandó
alegando finalmente la falta de representación ante el cuerpo de la
ciudad de México; su demanda fue leída el 1 de agosto de 1822.24
Veintiún días después, la Comisión de Gobernación del Congreso
recomendó que Querétaro debería tener su propia diputación provincial y que los correspondientes diputados deberían ser elegidos
inmediatamente por los mismos electores que habían nombrado a
sus representantes ante el Congreso reunido entonces en sesión; el
proyecto de ley fue aprobado en esos términos.25 No se ha podido
averiguar cuándo fue establecida la Diputación Provincial de Querétaro ni quiénes fueron sus miembros, pero no hay duda de que
debió de ser muy poco tiempo después.
Para noviembre de 1822, por lo tanto, 17 diputaciones provinciales habían sido ya autorizadas en México y 18 estaban establecidas. La única aún no autorizada era la de Nuevo México, cuyos
miembros fueron elegidos a principios de 1822 y llevaron a cabo su
primera sesión en Santa Fe el 25 de abril de dicho año. Sus diputados
propietarios fueron Francisco X. Chaves, Pedro Ignacio Gallegos,
Juan Bautista Vigil, Juan Estevan Pino, Agapito Alba y Manuel Rubí,
y sus suplentes, Juan Rafael Ortiz y el capitán Bartolomé Baca.26
El asunto fue discutido los días 15 y 22 de abril y 20 de junio de 1822; ibid., i, 37
y 77, ii, 83 y 89, iii, 106.
18
Diario de México, 1 de diciembre de 1812.
19
Artículo 11 del decreto electoral del 18 de noviembre de 1821, Gazeta Imperial
Extraordinaria de México, 27 de noviembre de 1821; Noticioso General, 28 de noviembre de 1821.
20
México, Junta Provisional Gubernativa, 1821-1822, Diario de las sesiones de la
Soberana Junta Provisional Gubernativa..., 20 de diciembre de 1821, p. 168; 19 de
enero de 1822, p. 241.
21
México, Colección de los decretos y órdenes que ha expedido la Soberana Junta Provisional Gubernativa del Imperio Mexicano, desde su instalación en 28 de septiembre
de 1821, hasta 24 de febrero de 1822, p. 183.
17
132
México, Congreso, Actas del Congreso constituyente mexicano, i, p. 64.
Ibid., ii, p. 69.
24
Ibid., ii, p. 357.
25
Ibid., iii, p. 69.
26
Benjamin M. Read, Illustrated History of New Mexico, p. 366; Ralph Emerson
Twitchell, The Leading Facts of Mexican History, i, p. 10.
22
23
133
Nettie Lee Benson
IV. Desarrollo de las diputaciones provinciales
Según los informes de que disponemos, al igual que Nuevo Santander, Nuevo México procedió a establecer sin más su diputación
provincial en 1822, en la creencia de que, puesto que era provincia, tenía el derecho de hacerlo así. Una petición del ayuntamiento
de Santa Fe encaminada a obtener autorización para el establecimiento legal de ese cuerpo fue leída en el Congreso el 21 de marzo
de 1822 y enviada en seguida a una comisión,27 pero no existen
pruebas de que la petición haya sido aprobada. Más aún, cuando se
menciona a Nuevo México en las Actas del Congreso constituyente
mexicano, se hace siempre refiriéndose a él como parte integrante,
junto con Durango y Chihuahua, de la Diputación Provincial de
Nueva Vizcaya; sin embargo, la Diputación Provincial de Nuevo
México fue establecida y funcionó normalmente durante 1822,28
al parecer sin ser reconocida, pero tampoco molestada, por el gobierno nacional. Las felicitaciones de la Diputación Provincial de
Nuevo México al Congreso con motivo del establecimiento de éste
fueron recibidas y leídas el 4 de junio; el 2 de julio, el Congreso
escuchó la petición presentada por esa diputación con respecto a la
libertad de comercio entre Nuevo México y los Estados Unidos y
la remitió a estudio de la Comisión de Comercio y Finanzas.29
Antes de terminar el año de 1822, el Congreso recibió peticiones para el establecimiento de diputaciones provinciales en
las provincias de Tabasco, Sinaloa, Sonora, Durango, Chihuahua,
Nuevo México, Nuevo León, Coahuila y Texas.
Tabasco había permanecido durante muchos años bajo la jurisdicción de Yucatán y por lo tanto no había contado con una representación propia en el Congreso. El 22 de agosto de 1822, Manuel
Crescencio Rejón, diputado yucateco, presentó una propuesta que
comprendía la creación de la provincia de Tabasco, el nombramiento de un jefe político y el establecimiento de una diputación
provincial en San José Bautista de Villahermosa.30 Su propuesta
fue leída por segunda vez el 9 de septiembre y pasada a la Comi­
sión de Gobernación; sin embargo, no aparece nueva mención del
asunto en las subsiguientes Actas del Congreso constituyente mexicano, antes de que éste fuera disuelto por Iturbide a finales de 1822.
Ahora bien, aun cuando Rejón, hablando ante el Congreso constituyente mexicano restaurado un año después, afirmó que la Junta
Nacional Instituyente había dictado el decreto mediante el cual se
creaba la provincia de Tabasco31 y a pesar de que la diputación provincial de esa provincia estaba funcionando por los últimos días
de abril de 1823 y sus miembros eran José Antonio Rincón, jefe
político, Antonio Serra, Lorenzo Ortega, José Puich, Nicanor Hernández Bayona, Pedro López, José María Cabral e Ignacio Prado,
diputados propietarios, y Juan Esteban Campos, secretario,32 no
se ha podido encontrar información concerniente a la fecha de tal
decreto ni a la elección de los miembros de la diputación.
Sinaloa, Sonora, Durango, Chihuahua y Nuevo México eran las
cinco provincias que estuvieron bajo la jurisdicción de la Dipu­
tación Provincial de las Provincias Internas de Occidente, con capital en Durango, hasta 1821, fecha en que Sinaloa y Sonora obtuvieron una diputación provincial, con capital en Arispe, y Durango,
Chihuahua y Nuevo México, otra más (la de Nueva Vizcaya), con
su capital en Durango. En 1822, después de que Nuevo México había ya establecido la suya sin ninguna autorización, comenzó cierta
agitación en favor del establecimiento de diputaciones provinciales
en cada una de las demás provincias citadas. Juan Miguel Riesgo,
Salvador Porras, Francisco Velasco y Manuel José de Zuloaga, todos ellos diputados al primer Congreso constituyente mexicano,
redactaron una comunicación informal de 62 páginas en la que
describían las condiciones existentes en las Provincias Internas de
27
México, Congreso, Actas del Congreso constituyente mexicano, i, p. 94.
Véanse los datos de la diputación provincial en la oficina del Surveyor General
de Santa Fe, Nuevo México.
29
México, Congreso, Actas del Congreso constituyente mexicano, i, p. 94.
30
28
31
134
Ibid., iii, p. 72.
Manuel Crecencio Rejón, Discursos parlamentarios (1822 a 1847), pp. 72-73.
32
Gaceta del Gobierno Supremo de México, 3 de junio de 1823; Manuel Mestre Ghiz­
liazza, Documentos y datos sobre la historia de Tabasco, i, pp. 124 y 134-135.
135
Nettie Lee Benson
IV. Desarrollo de las diputaciones provinciales
Occidente y sugerían algunos cambios. Insistían particularmente
en la necesidad de dividir el gobierno de cada provincia de la región citada y de establecer diputaciones provinciales e intendencias
en cada una de ellas. El voluminoso documento impreso, firmado
por los antedichos diputados el 22 de julio de 182233 y puesto en
circulación ese mismo año, parece haber sido redactado como una
comunicación informal al Congreso, que se hallaba reunido en ese
momento; sin embargo, las actas del Congreso no contienen mención alguna sobre él. Las primeras pruebas de los esfuerzos tendentes al establecimiento de más diputaciones provinciales en las
Provincias Internas de Occidente aparecen durante los debates que
se llevaron a cabo en la Junta Nacional Instituyente el 22 de febrero
de 1823, cuando Carlos Espinosa de los Monteros, diputado por la
provincia de Sonora y Sinaloa, afirmó que no todas las provincias
gozaban de diputaciones provinciales y Salvador Porras dijo que
la separación de Chihuahua y Durango se encontraba pendiente.34
Una semana más tarde, Espinosa de los Monteros publicó e
hizo circular un documento de 44 páginas en el que describía detalladamente las condiciones que imperaban en Sonora y Sinaloa y,
entre las propuestas tendentes a su remedio, decía que era urgente
la separación de las dos provincias y el inmediato establecimiento
en ellas de sendas diputaciones provinciales.35 En otra representación referente a esas provincias, presentada el 5 de mayo de 1823
al Congreso constituyente mexicano ya restaurado,36 Manuel Terán de Escalante, Simón Elías González, Juan Miguel Riesgo, Manuel Ximénez de Bailo y Antonio de Iriarte se oponían a algunas de
las propuestas de la exposición del 1 de julio de 1822 y pedían la
creación de una sola diputación provincial dotada de poderes más
amplios.37 Esta propuesta fue trasladada a una comisión especial
encargada de los asuntos de las provincias internas38 la cual rindió
su informe rápidamente, pues, cuando por fin comenzó la discusión, unas seis semanas después, Lorenzo de Zavala afirmó que ese
informe había sido escrito bastante antes que el proyecto de ley
electoral.39 Al parecer, la urgente atención que requerían algunos
otros asuntos demoró la entrega del informe para su discusión.
Entre los más urgentes de tales asuntos se encontraba el concerniente a la ley electoral con arreglo a la cual se habría de convocar a un nuevo Congreso constituyente. El Plan de Casa Mata establecía que debía convocarse a un nuevo Congreso,40 pero, después
de que Iturbide hubiera convocado otra vez a los miembros del
primer Congreso constituyente, éstos se habían mostrado renuentes a redactar la nueva convocatoria a elecciones y sólo la presión
de las provincias hizo que el 21 de mayo de 1823 acordaran hacer
dicha convocatoria.41 Una comisión especial dio inmediatamente
comienzo a la tarea de preparar la nueva ley electoral.
Apenas había empezado la discusión sobre la ley propuesta,
cuando se presentó el asunto de las nuevas diputaciones provinciales. Francisco Velasco demandó la separación de Chihuahua y
Durango y fue secundado en su intento por Florentino Martínez.42
Juan Miguel Riesgo et al., Memoria sobre las proporciones naturales de las provincias internas occidentales, causas de que han provenido sus atrasos, providencias
tomadas con el fin de lograr su remedio y los que por ahora se consideran oportunos
para mejorar su estadio, y ir proporcionando su futura felicidad.
34
Diario de la junta nacional instituyente..., i, p. 426.
35
Carlos Espinosa de los Monteros, Esposición que sobre las provincias de Sonora y
Sinaloa escribió su diputado, 29 de febrero de 1823, pp. 16-36.
36
Actas del Congreso constituyente mexicano, iv, p. 417. Este t. de las Actas se intitula
Diario de las sesiones del Congreso constituyente mexicano.
Manuel Terán de Escalante et al., Esposición hecha al soberano Congreso constituyente mexicano sobre las provincias de Sonora y Sinaloa, por el Señor Coronel D.
Manuel Terán y la mayoría de los representantes de dichas provincias que la suscribe.
38
Actas del Congreso constituyente mexicano, iv, p. 417.
39
La Águila Mexicana, 2 de junio de 1823; El Sol, 23 de junio de 1823.
40
Nettie Lee Benson, “The Plan of Casa Mata”, The Hispanic American Historical
Review, xxv, pp. 49-50. El plan y sus consecuencias serán expuestos en los capítulos siguientes.
41
Ibid.; La Águila Mexicana, 23 de mayo de 1823; Juan A. Mateos, Historia parlamentaria de los congresos mexicanos de 1821 a 1857, ii, p. 374.
42
Actas de la sesión del 12 de junio de 1823, en La Águila Mexicana, 13 de junio de
1823, y El Sol, 16 de junio de 1823.
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Nettie Lee Benson
IV. Desarrollo de las diputaciones provinciales
Espinosa de los Monteros solicitó una adición al artículo 10,43 con
arreglo a la cual Durango debería ser dividido en dos partes para
efectos electorales. La primera de esas partes abarcaría el territorio
comprendido entre el Paso del Norte y el Río Florido, con su capital en Chihuahua, y la segunda quedaría constituida por el resto
del territorio original, con la ciudad de Durango como su capital.44
En el curso de la discusión sobre la ley electoral, Espinosa de
los Monteros y los demás diputados de las Provincias Internas
de Occidente insistieron en la separación de tales provincias. El
15 de junio, cuando el Congreso llegó a los artículos 84 y 85 del
capítulo vii, referentes a la elección de miembros de las diputaciones provinciales, Espinosa preguntó inmediatamente qué camino
deberían seguir las provincias que no contaban con tales cuerpos y
demandó con firmeza que se adoptara una resolución que viniera
a definir de una vez por todas la situación legal de esas provincias. Los dos artículos citados pasaron nuevamente a estudio de
las comisiones y la discusión sobre la ley continuó. Cuando se
llegó al artículo 88, en el cual se establecía que las diputaciones
provinciales deberían asumir las funciones de juntas electorales
preparatorias, Espinosa aprovechó la oportunidad para insistir en
que el artículo en cuestión confirmaba la necesidad del establecimiento de diputaciones provinciales en todas las provincias que
aún careciesen de tales cuerpos; así, en la lectura de cada uno de
los artículos subsiguientes, encontró oportunidad para ofrecerlos
como prueba para sus argumentos. Finalmente, como reforma al
artículo 92, propuso que, en las provincias que en él se citaban
separadamente,45 se creasen diputaciones provinciales separadas,
las cuales funcionarían de acuerdo con las disposiciones de la
Constitución española de 1812 hasta que el futuro Congreso determinase cómo habría de resolverse el asunto.46 La iniciativa fue
turnada a la comisión electoral. La recomendación de la comisión,
en el sentido de que se llevase a cabo la propuesta división de
las provincias de Nueva Vizcaya en dos partes —la primera que
comprendiese el territorio entre el Paso del Norte y el Río Florido,
con capital en Chihuahua, y la segunda formada por el resto del
territorio, con capital en Durango— y, por lo tanto, que ambas
eligiesen sus respectivos diputados de acuerdo con el artículo 8 de
la ley electoral,47 fue aprobada por el Congreso y se convirtió en el
articulo 86 de la ley electoral el 17 de junio de 1823.48
Aunque el Congreso había aprobado primeramente las recomendaciones de la comisión en el sentido de que la separación de
Chihuahua y Durango y la de Sinaloa y Sonora y, por lo tanto, la
concesión de diputaciones provinciales para cada una de ellas fuese
pospuesta y que la reforma al artículo 92 —en el cual se pedía una
diputación provincial para cada una de las provincias nombradas
en el 10—, se trasladara a la Comisión de Gobernación,49 después
de una larga discusión que duró desde el 18 de junio hasta el 12 de
julio, finalmente el Congreso autorizó a cada una de ellas la creación de su propia diputación provincial.50 El establecimiento de la
El artículo 10 designaba las siguientes provincias mexicanas: México, Querétaro, Guadalajara, Puebla, Veracruz, Yucatán, Tabasco, Oaxaca, Guanajuato, Nuevo
León, Nuevo Santander, Coahuila, Michoacán, San Luis Potosí, Zacatecas, Texas,
Durango, Sonora, Sinaloa, Nuevo México, Antigua California y Nueva California;
Mateos, Historia parlamentaria..., ii, p. 396.
44
La Águila Mexicana, 13 de junio de 1823; El Sol, 16 de junio de 1823.
45
Se refería a las provincias especificadas en el artículo 10; véase supra, nota 91.
El Sol, 21 de junio de 1823; La Águila Mexicana, 18 de junio de 1823.
La Águila Mexicana, 20 de junio de 1823; El Sol, 23 de junio de 1823; Mateos,
op. cit., ii, p. 411.
48
Ibid., ii, p. 411; México, Colección de órdenes y decretos de la soberana junta provisional gubernativa y soberanos congresos generales de la nación mexicana, 2a. ed.,
ii, p. 184.
49
Mateos, op. cit., ii, p. 411; La Águila Mexicana, 20 de junio de 1823; El Sol, 23 de
junio de 1823.
50
Artículo 1. Las provincias de Sonora y Sinaloa, divididas en la forma en que lo
han sido por derecho por el antiguo gobierno y las bases constitucionales presentadas al Congreso, serán gobernadas por dos diputaciones provinciales, cada una de
ellas compuesta por el número de miembros previstos en la Constitución española
y elegidos de acuerdo con las leyes vigentes. Sesión del Congreso del 18 de junio
de 1823, El Sol, 23 de junio de 1823; La Águila Mexicana, 21 de junio de 1823; y
Mateos, op. cit., ii, p. 413.
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Nettie Lee Benson
IV. Desarrollo de las diputaciones provinciales
capital de Sinaloa en Culiacán y de la de Sonora en Ures, aunque se
preveía que ambas podrían ser cambiadas de lugar, fue aprobado el
18 de junio, al igual que el artículo 10, en el cual se establecía que
Nuevo México tuviera una diputación provincial dotada de los mismos poderes que la de Sonora.51 Después, el 14 de julio, el Congreso aprobó el establecimiento de una diputación provincial en cada
una de las capitales de las provincias de Durango y Chihuahua.52
Durango eligió a Gaspar Pereira, Diego García Celis, Estevan
del Campo, Juan Mansonera, Vicente Elizalde, José Ignacio Iturrivarría y Juan José Escovar como diputados propietarios y a Miguel
Molina, Miguel Alcalde y Santiago Sada y Ortiz, como suplentes.
Nuevo México eligió a Antonio Ortiz, Pedro García, Bartolomé
Baca, Mariano de la Peña, Jesús Francisco Ortiz, Pedro Jesús Perea
y Jesús García de la Mora como diputados propietarios y a Jesús
Antonio Chaves, Pedro Bautista Pino, Matías Ortiz, Juan Estevan
Terrazas, Juan Bautista Pino y Juan Rafael Ortiz, como suplentes.
No se ha podido determinar cuáles eran los nombres de los diputados a la Diputación Provincial de Sonora, pero de que fueron
elegidos y de que se les dio posesión de su cargo da testimonio la
correspondencia de ese cuerpo con el Congreso. Chihuahua, cuya
diputación provincial inició sus funciones el 4 de octubre de 1823,
eligió a José Ignacio Urquidi, José Ignacio Ochoa, Mariano Horcasitas, Mariano del Prado, Estevan Aguirre, Francisco Loya y José
María Echevarría como diputados propietarios y a José María Irigoyen, Joaquín José Escárcega y José Miguel Salas Valdez, como
suplentes. Tampoco ha sido posible determinar los nombres de los
diputados de la provincia de Sinaloa, pero fueron elegidos y se les
dio posesión de sus cargos en Culiacán el 8 de octubre.53
Sesión del Congreso del 11 de julio de 1823, El Sol, 12 de julio de 1823; y La
Águila Mexicana, 13 de julio de 1823.
52
El Sol, 15 de junio de 1823; La Águila Mexicana, 15 y 16 de junio de 1823; Mateos, op. cit., ii, p. 443.
53
Gazeta del Gobierno Supremo de México, 30 de septiembre de 1823, ii, p. 213; ibid.,
ii, p. 213; Francisco R. Almada, Resumen de historia. Estado de Chihuahua, México,
1955, pp. 172-173; Twitchell, op. cit., ii, p. 10.
En el seno de las Provincias Internas de Oriente se daba entonces una gran oposición que debía ser superada. Cuando las diputaciones provinciales se establecieron por primera vez conforme a la
Constitución de 1812, habían obtenido uno de tales cuerpos, cuya
capital se hallaba en Monterrey. La primera provincia en separarse fue Nuevo Santander, que estableció su propia diputación provincial a principios de 1822. Esa separación fue causa de grandes
problemas para las provincias restantes: Nuevo León, Coahuila y
Texas. Desde hacía mucho tiempo, existía una gran competencia
entre Monterrey, la capital de Nuevo León, y Saltillo, la principal ciudad de Coahuila, porque cada una de esas ciudades quería
convertirse en el centro de actividades de todo el grupo. Después
de obtener Monterrey la sede del obispado de Linares, Saltillo no
cesó en sus esfuerzos tendentes a lograr que la sede episcopal se
estableciera en ella. Ramos Arizpe no sólo pidió formalmente a
las Cortes que la sede del obispado de Linares fuese trasladada
a Saltillo sino que presentó e hizo aprobar una ley en la cual se
disponía el establecimiento de una intendencia de las Provincias
Internas de Oriente con capital en esa última ciudad; sin embargo,
esa ley jamás fue puesta en práctica. Ya desde la época de legalización de las diputaciones provinciales, Ramos Arizpe había insistido en que el cuerpo radicara en Saltillo —y, en realidad, debió
estar allí, puesto que la ciudad había sido designada como capital
de la intendencia—, pero, cuando se estableció la Diputación Provincial de las Provincias Internas de Oriente, la capital se fijó en
Monterrey y, aun después de que Ramos Arizpe convenciera a las
Cortes de trasladarla a Saltillo, la diputación continuó asentada en
Monterrey.
Además, la Diputación Provincial de las Provincias Internas de
Oriente debía contender con Joaquín Arredondo, el comandante
general a cargo de las cuatro provincias. Arredondo se sentía agraviado por tener que tratar con la nueva institución y ello hizo que
nunca presidiera ninguna de sus reuniones ni alentara ninguna
de sus actividades durante la breve existencia de ese cuerpo en
1814; sin embargo, permitió su restablecimiento en 1820, después
140
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51
Nettie Lee Benson
IV. Desarrollo de las diputaciones provinciales
de haber sido proclamada de nuevo la Constitución de 1812. Los
miembros elegidos a la diputación provincial en noviembre de
1820 deberían servir durante el periodo 1820-1821. Una vez que
hubieron servido durante el tiempo para el cual se les designó,
los diputados informaron al entonces jefe político, Gaspar López
—quien en agosto de 1821 había sido nombrado también provisionalmente como comandante general en reemplazo de Arredondo y, muy a disgusto de los regiomontanos, había establecido sus
oficinas generales en Saltillo—54 que, puesto que su término había
expirado, le entregaban los archivos de la diputación.55
Siete miembros de la diputación provincial, uno por Texas y dos
por cada una de las demás provincias, fueron elegidos el 22 de enero de 1822 para el bienio 1822-1823; sin embargo, ya antes de esa
fecha empezaron a llegar a la Soberana Junta Provisional Gubernativa algunas peticiones en las que se demandaban cambios de importancia. En su sesión del 10 de enero, la junta remitió a la consideración del ministro de asuntos interiores y exteriores la petición de
que se cambiara la residencia de la diputación provincial a Saltillo.56
Gaspar López recomendó a su vez, por medio de una comunicación que fue leída el 29 de enero, no sólo que la diputación
provincial en cuestión no fuese establecida en Saltillo sino que
se la descartara por completo.57 La petición del ayuntamiento de
Saltillo, en el sentido de que la diputación se estableciese en esa
ciudad, fue leída el 6 de febrero de 1822 y enviada a las comisiones reunidas por la Convocatoria al Congreso y de Relaciones
Interiores,58 mismas que el 20 de marzo recibieron la petición de
Nuevo Santander referente a la aceptación y reconocimiento legal
de sus siete diputados propietarios y tres suplentes, que habían
sido elegidos sin autorización el 29 de enero de 1822, para constituir su diputación provincial. Durante todo ese tiempo, Gaspar
López no participó en las sesiones de la diputación provincial con
sede en Monterrey ni tomó medida alguna tendente a dar posesión a los miembros elegidos en enero de 1822 y, dado que ni el
Congreso ni la Junta Instituyente resolvieron nada sobre las varias
proposiciones presentadas en relación con el citado cuerpo, sin
duda alguna López consideró que era justificado el no instalarlo.
Como José Antonio Gutiérrez de Lara, de Nuevo Santander,
continuara haciendo presión para que se reconociera la ya elegida
diputación de su provincia, José Bautista Arizpe, diputado al Congreso por Nuevo León, presentó una propuesta formal en la que
solicitaba la creación de diputaciones provinciales en cada una de
las otras tres Provincias Internas de Oriente.59 Aparentemente, el
citado Arizpe cambió de opinión poco después, ya que más tarde
se mostró favorable a la recomendación de la Comisión de Gobernación en el sentido de que únicamente se autorizara la diputación
ya existente en Monterrey y que los dos diputados elegidos por
Nuevo Santander pasaran a formar parte del mismo cuerpo y empezasen a servir sus cargos.60 Dicha recomendación fue aprobada
por el Congreso el 20 de junio de 1822.61
“Ayuntamiento de Monterrey a Servando Teresa de Mier”, Monterrey, 21 de junio de
1822, en Mier Papers de la García Collection, Biblioteca de la Universidad de Texas.
55
“Gaspar López a Agustín Iturbide”, Monterrey, 29 de enero de 1822, ms. intitulado “Minutas de las comunicaciones dirigidas a la diputación de esta ciudad”, en
Archivo General del Estado de Nuevo León, año de 1821, carpeta 4.
56
Diario de la Soberana Junta Provisional Gubernativa, p. 214.
57
Ibid., p 269.
58
Ibid., pp. 281 y 289.
México, Congreso, Actas del Congreso constituyente mexicano, ii, 83; “Servando
Teresa de Mier al ayuntamiento de Monterrey”, México, 21 de agosto de 1822, en
José Servando Teresa de Mier Noriega y Guerra, Diez cartas hasta hoy inéditas de
fray Servando Teresa de Mier, p. 33.
60
Nuevo Santander eligió siete diputados y tres suplentes a su diputación provincial e informó de ello al gobierno central. El Sol, 2 de marzo de 1822; Noticioso General, 6 de marzo de 1822. José Servando Teresa de Mier Noriega y Guerra (citado
en adelante solamente por el nombre de Mier) dice que los dos diputados elegidos
por primera vez a la Diputación Provincial de Nuevo Santander fueron los que,
según el dictamen de la comisión, deberían ir a formar parte de la Diputación Provincial de Monterrey; “Mier al ayuntamiento de Monterrey”, México, 21 de agosto
de 1822, en Mier, op. cit., p. 33.
61
México, Congreso, Actas del Congreso constituyente mexicano, ii, p. 83.
142
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IV. Desarrollo de las diputaciones provinciales
Fray Servando Teresa de Mier, en México através de los siglos, t. III,
Ballesca y Compañía, 1887-1889. Biblioteca Ernesto de la Torre Villar,
Institucto de Investigaciones Dr. José María Luis Mora.
Gutiérrez de Lara, que ese día se encontraba ausente, supo
posteriormente que el dictamen de la comisión acerca de la Diputación Provincial de Nuevo Santander había sido aprobado por
el Congreso. Arizpe explicó entonces que las Provincias Internas
de Oriente continuaban sufriendo a causa de la demora en el establecimiento de una diputación provincial en Monterrey. Añadió
que él jamás se había opuesto al establecimiento de un cuerpo
similar para Nuevo Santander, sino que tan sólo había objetado el
desmembramiento del de Monterrey que resultaría de tal acuerdo. Por su parte, consideraba muy conveniente que se estableciese
inmediatamente una sola diputación para las cuatro provincias a
fin de evitar mayores demoras y que, de manera gradual, se fuesen creando diputaciones separadas en cada una de las provincias
citadas. Cuando el vicepresidente del Congreso hizo notar que las
dificultades a que se había referido Arizpe podían ser resueltas de
modo satisfactorio, el asunto de las diputaciones provinciales para
las tres restantes provincias fue remitido a estudio de la Comisión
de Gobernación.62
Con todo, cuando el asunto de la continua demora en el establecimiento de la diputación de Monterrey fue mencionado nuevamente el 22 de julio, una vez más fue simplemente remitido a
la consideración de la Comisión de Gobernación, tal como había sucedido en todas las demás oportunidades en que había sido
mencionado ante el Congreso.63 El 21 de agosto, José San Martín
propuso que el gobierno nombrara un intendente y un jefe político para Monterrey, se estableciera la diputación provincial, se
reemplazara a López como comandante general y se investigaran
los cargos presentados en contra de su secretario Padilla; después
de una segunda lectura el 12 de septiembre, su propuesta fue enviada a la Comisión de Gobernación.64
Ibid., ii, pp. 89-90.
Ibid., p. 251.
64
Ibid., iii, pp. 73-74 y 306.
62
63
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Nettie Lee Benson
IV. Desarrollo de las diputaciones provinciales
Por fin, el 7 de octubre de 1822, las comisiones reunidas de
Constitución y gobernación ordenaron que se cumplieran los
decretos de 20 y 21 de junio concernientes a las diputaciones
provinciales de las Provincias Internas de Oriente. Recomendaron igualmente que en la ciudad de San Carlos se estableciera una
diputación provincial compuesta por los miembros elegidos por
la provincia de Nuevo Santander,65 que se instalara en Monterrey
otra diputación provincial, que formarían los diputados elegidos
en Nuevo León, Coahuila y Texas, y que se proveyeran las vacantes causadas por el retiro de Nuevo Santander con dos de los diputados suplentes de las tres provincias.66 El respectivo decreto fue
sancionado el 14 de octubre de 182267 y publicado en la Gazeta del
Gobierno Imperial de México el 5 de febrero de 1823, apenas cuatro
días después de la proclamación del Plan de Casa Mata.
Desde agosto de 1821, Nuevo León, Coahuila y Texas no conocían otra forma de gobierno que las órdenes del comandante
general Gaspar López, hasta que en febrero de 1823 llegaron a
Monterrey las noticias acerca del citado plan. Bajo la dirección de
Ramos Arizpe, algunos miembros del ayuntamiento, funcionarios
eclesiásticos y oficiales militares y varios ciudadanos de Monterrey
votaron el 6 de marzo su adhesión al plan y, a falta de diputación
provincial, decidieron nombrar una Junta Provisional Gubernativa
que asumiera la administración política y económica de la provincia. La junta fue nombrada en seguida; la integraron Ramos Ariz­
pe, como presidente, José León Lobo Guerrero, como vicepresidente, José Vivero, Rafael González, Julián de Arrese, José Antonio
Rodríguez, Francisco Eusebio de Arizpe y José Rafael de Llano,
este último como secretario, y todos tomaron posesión de sus car-
gos el mismo día. La junta debería estar en funciones hasta que el
Congreso reclamado en el Plan de Casa Mata se instalase y dictase
las normas por las que se regiría el gobierno de esas provincias.68
Algunos ciudadanos no aprobaron enteramente el establecimiento de la junta gubernativa provisional. El ayuntamiento de
Monterrey, que a menudo había estado en desacuerdo con la anterior Diputación Provincial de las Provincias Internas de Oriente, se negó a recibir órdenes del recién instalado cuerpo.69 Más
aún, envió una comunicación a Mier, su diputado ante el reunido
Congreso nacional, pidiéndole que la nueva junta fuese disuelta. Inmediatamente (el 2 de abril), Mier propuso que el Congreso orde­nase la pronta instalación de la Diputación Provincial de
Monterrey, integrada por los miembros que habían sido elegidos
en enero de 1822, de acuerdo con lo previsto por el decreto del 14
de octubre de 1822.70 Mientras este asunto descansaba en manos de
la Comisión de Gobernación,71 la junta gubernativa provisional
de Monterrey, después de llevar a cabo las diligencias necesarias
en los últimos días de marzo, instaló el l de abril la diputación
provincial con los miembros que especificaba el decreto del 11 de
octubre de 1822 y le entregó por completo la administración de
las Provincias Internas de Oriente, de conformidad con el Plan de
Casa Mata.72
Paradójicamente, el posterior desmembramiento de las Provincias Internas de Oriente resultó de los esfuerzos de Mier. Éste
La diputación provincial se había instalado formalmente mucho tiempo antes y
Gutiérrez de Lara así lo había informado al Congreso el 26 de agosto de 1822; Actas
del Congreso constituyente mexicano, iii, p. 89.
66
Mateos, op. cit., i, p. 1005.
67
Ibid., i, p. 1011; Colección de órdenes y decretos de la soberana junta provisional gubernativa y soberanos congresos generales de la nación mexicana, 2a. ed., ii, pp. 85-86.
Un ejemplar completo de las actas de la reunión del 6 de marzo de 1823 obra en
el Archivo General del Estado de Coahuila, Saltillo, Coahuila.
69
Libro de actas del cabildo que comenzó el día 17 de octubre del año de 1822,
ff. 24-25, en Archivo del Ayuntamiento de Monterrey, Nuevo León.
70
Mier, Diez cartas hasta hoy inéditas..., pp. 5-6.
71
Actas del Congreso constituyente mexicano, iv, 133.
72
Documentos de la Junta Provisional Gubernativa de Monterrey, Monterrey, 26 de
marzo de 1823, firmado por Miguel Ramos Arizpe, y 29 de marzo de 1823, firmado
por José León Lobo y José Antonio Rodríguez, y actas de la sesión del 10 de abril de
1823, todos con acotaciones manuscritas de Ramos Arizpe. Estos documentos se encuentran en el Archivo General del Estado de Nuevo León, Monterrey, Nuevo León.
146
147
65
68
Nettie Lee Benson
IV. Desarrollo de las diputaciones provinciales
había censurado a Juan Bautista Arizpe por pedir una diputación
provincial para cada una de las provincias en junio de 182273 y,
sin embargo, el 5 de julio de 1823 él mismo propuso la creación
de una diputación provincial en cada una de las provincias con la
única excepción de Texas, la cual, debido a su escasa población, se
anexionaría a la de Nuevo León, con capital en Monterrey.74
Los acontecimientos que tuvieron lugar en esa región durante
los meses de mayo y junio hicieron que Mier apresurara la presentación de su propuesta. Después de haber instalado la diputación
provincial el 1 de abril, Ramos Arizpe continuaba dirigiendo los
asuntos políticos del territorio, para gran disgusto de Mier, y en
los últimos días de mayo y los primeros de junio la diputación provincial y los ayuntamientos de esas provincias no sólo se habían
declarado partidarios de una república federal sino que empezaron
a promover la creación de un estado federal centralizado que abarcara sus provincias. Tales hechos llenaron de alarma al gobierno
central de México y a Mier; y este último propuso el 5 de julio que
se llevara a cabo la separación de esas provincias a fin de salir al
paso del movimiento hacia un “estado centralizado de las Provincias Internas de Oriente”.75 Como de costumbre, la propuesta fue
turnada a la Comisión de Gobernación.
Nueve días después, durante la discusión acerca del gobierno
de las Provincias Internas de Occidente, la iniciativa de Mier fue
admitida como una adición al artículo 18 de la ley electoral que
se estaba discutiendo y remitida para su estudio a la Comisión de
Gobernación.76 Ésta recomendó que se establecieran diputaciones
en las provincias de Nuevo León, Coahuila y Texas; su recomenda“Mier al ayuntamiento de Monterrey”, 21 de agosto de 1822, en Mier, Diez cartas
hasta hoy inéditas..., p. 33.
74
Sesión del 5 de julio de 1823, El Sol, 7 de julio de 1823; La Águila Mexicana,
8 de julio de 1823.
75
“Mier a Bernardino Cantú”, México, 5 de julio de 1823, en David A. Cossío,
Historia de Nuevo León, v, pp. 43-44.
76
Sesión del Congreso del 14 de julio de 1823, en La Águila Mexicana, 16 de julio
de 1823, y Mateos, op. cit., ii, p. 444.
73
148
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Nettie Lee Benson
IV. Desarrollo de las diputaciones provinciales
ción fue aprobada por el Congreso y el decreto que debía ponerla
en ejecución se expidió de inmediato.
En el tomo dos de su Historia parlamentaria de los congresos
mexicanos de 1821 a 1857, Juan A. Mateos dice que el informe de la
comisión fue rechazado. Evidentemente, se trata de un error, pues
tanto El Sol como La Águila Mexicana publicaron lo tratado en la
sesión del Congreso efectuada el 18 de agosto de 1823; ambos
periódicos informaron acerca de la aprobación dos días más tarde.
Además, el decreto correspondiente fue promulgado ese mismo
día y las diputaciones quedaron establecidas.77
Cada una de las provincias eligió a sus respectivos diputados durante las elecciones que tuvieron lugar el 8 de septiembre de 1823.
Nuevo León eligió a Eusebio Gutiérrez, Andrés Sobrevilla, Juan
José de la Garza, Bernardino Guimbarda, Joaquín García, Pedro de
la Garza y Pedro González, como diputados propietarios, y a Francisco Mier, José María Cárdenas y Pablo Cabazos, como suplentes.78
Coahuila eligió a Rafael Eça y Múzquiz, Francisco Fuentes, Juan
Vicente Campos, Félix Malo, Melchor Sánchez Navarro, Agustín
de la Garza y José María Viezca, como diputados propietarios, y a
Víctor Blanco, Joaquín de Arze y Mariano Varela, como suplentes.79
Texas eligió como diputados propietarios a José Antonio Saucedo,
José María Zambrano, Ramón Múzquiz, Juan José Hernández, Miguel Arciega, Barón de Bastrop y Mariano Rodríguez y, como suplentes, a José Salinas, Juan Veramendi y Gaspar Flores.80
El diputado primeramente electo a cada diputación provincial
fue nombrado para ejercer las funciones de jefe político de su pro-
vincia. Texas instaló su diputación en Béxar el 31 de octubre de
1823, con José Antonio Saucedo como su jefe político.81 La instalación de la de Coahuila tuvo lugar el 3 de diciembre de 1823, con
Rafael Eça y Múzquiz como jefe político.82 No se ha comprobado
la fecha exacta de instalación de los miembros de la de Nuevo
León, pero se sabe que tuvo lugar en la primera quincena del mes
de noviembre de 1823.83
De esa manera, en diciembre de 1823 habían sido autorizadas
e instaladas diputaciones provinciales en 23 provincias de México, que eran Chiapas, Chihuahua, Coahuila, Durango, Guadalajara
(que para ese momento había cambiado su nombre a Xalisco), Guanajuato, México, Michoacán, Nuevo León, Nuevo México, Nue­vo
Santander (más tarde Tamaulipas), Oaxaca, Puebla, Querétaro, San
Luis Potosí, Sinaloa, Sonora, Tabasco, Texas, Tlaxcala, Veracruz,
Yucatán y Zacatecas (en el apéndice B se da una lista de los dipu­
tados electos a cada una de las diputaciones provinciales). Desde su
instauración como parte de las instituciones creadas por la Constitución de 1812, las diputaciones provinciales habían ido ampliando
sus poderes y, ahora, incluso algunas de ellas habían ido más lejos
en sus atribuciones, asumiendo plenos poderes como gobierno local autónomo.
Sesión del Congreso del 18 de agosto de 1823, en El Sol, 20 de agosto de 1823, y
La Águila Mexicana, 20 de agosto de 1823. Mateos, op. cit., ii, p. 478; Colección de
órdenes y decretos de la soberana junta provisional gubernativa y soberanos congresos
generales de la nación mexicana, 2a. ed., i, p. 159.
78
El Sol, 28 de septiembre de 1823.
79
El Sol, 28 de septiembre de 1823; La Águila Mexicana, 5 de octubre de 1823. Las
actas oficiales de las elecciones, fechadas el 8 de septiembre de 1823, están en el
Archivo del Municipio de la Ciudad de Saltillo, Coahuila.
80
La Águila Mexicana, 13 de noviembre de 1823.
77
150
Carlos Eduardo Castañeda, A Report on the Spanish Archives in San Antonio Texas,
p. 129.
82
Libro de actas de la excma. Diputación provincial de Coahuila, año de 1823,
copia fotostática, Universidad de Texas, ff. 122-123.
83
Cossío, op. cit., v, pp. 22 y 97.
81
151
V. La asunción de las diputaciones
provinciales al poder
Antes de que podamos examinar más en detalle la actividad de las
diputaciones provinciales que ya habían sido establecidas hacia
finales de 1823, es necesario contemplar el panorama que ofrecía
el pensamiento político mexicano. Por la época de la independencia, existían por lo menos tres corrientes políticas distintas:
1) los partidarios de una monarquía encabezada por un príncipe europeo; 2) los partidarios de una monarquía encabezada por
un americano, y 3) aquellos cuyos esfuerzos estaban específicamente dirigidos hacia el establecimiento de una república, grupo
que incluía a muchos de los antiguos insurgentes. Cada uno de
esos grupos trataba de influir sobre la opinión pública a través
de libros, folletos y otras publicaciones sobre el arte de gobernar.
Tal fue el propósito declarado del Semanario Político y Literario1
y de El Conductor Eléctrico, éste de José Joaquín Fernández de
Lizardi.
Entre las publicaciones de este tipo que elogiaban particularmente el sistema republicano de gobierno de Estados Unidos de
América, figuraba la Abispa de Chilpantzingo, que editaba Carlos
María de Bustamante, gran admirador de Jorge Washington, y
El Hombre Libre, periódico que apoyaba las ideas republicanas.2 El
J. Lloyd Mecham, “The Origins of Federalism in Mexico”, The Hispanic American
Historical Review, xviii, p. 165.
2
Nettie Lee Benson, “Washington: Symbol of the United States in Mexico, 1800 to
1823”, en The Library Chronicle of the University of Texas, ii, pp. 175-179.
1
153
Nettie Lee Benson
Se­manario Político y Literario publicó traducciones de varios documentos políticos estadunidenses, incluso la Declaración de Independencia, los Artículos de Confederación, la Constitución de los
Estados Unidos y la Declaración de Derechos.3
Mier contribuyó activamente a esta clase de literatura con su
Memoria Instructiva, publicada en Filadelfia en 1821 y enviada
a México para su distribución.4 Una segunda edición salió a la
venta en México en junio de 1822.5 Las ideas propuestas por
Mier en esa obra suscitaron una gran controversia. En su edición
del 15 de junio, la revista Sabatina Universal trató de defender a
Iturbide y responder a los argumentos de Mier en contra de cualquier clase de monarquía en México,6 pero al hacerlo dio más
publicidad a los puntos de vista defendidos por Mier. El Noticioso General contribuyó también en este sentido al comentar tanto
el artículo de la Sabatina Universal sobre la oposición de Mier a
las formas monárquicas de gobierno como su vehemente llamado
a los líderes mexicanos para que estudiasen las ideas y prácticas
políticas de los Estados Unidos.7 En la obra Ideas necesarias a todo
pueblo americano independiente, que quiera ser libre, publicada en
Filadelfia en 1822, Vicente Rocafuerte proponía la organización
política de los Estados Unidos como modelo para las nacientes
repúblicas latinoamericanas e incluía la traducción de numerosos
documentos de importancia. La gran popularidad que ese escrito
alcanzó en México hizo necesaria una segunda edición, esta vez
impresa en Puebla en el año de 1823. En otro libro, titulado Bosquejo ligerísimo de la revolución de Mégico..., Rocafuerte examinaba
los acontecimientos que condujeron a la coronación de Iturbide
Semanario Político y Literario, 12 y 19 de diciembre de 1821.
Servando Teresa de Mier Noriega y Guerra, Memoria instructiva enviada desde
Filadelfia en agosto de 1821 a los gefes independientes del Anáhuac, llamado por los
españoles Nueva España.
5
Noticioso General, 5 de junio de 1822.
6
Sabatina Universal, 15 de junio de 1822, pp. 8-14.
7
Noticioso General, 17 de junio de 1822.
3
4
154
Carlos María de Bustamante, copia de Odilón Ríos Farías, 1977, óleo
sobre tela. Museo Nacional de Historia, Conaculta, inah.
Nettie Lee Benson
como emperador en 1822 y hacía una denuncia de su doble juego
desde 1810.8
Indudablemente, esa literatura destinada a exaltar los senti­
mientos republicanos ayudó a incitar la oposición al gobierno
auto­crático de Iturbide, oposición que aumentó grandemente por
la supresión de los periódicos El Sol, partidario de una monarquía
encabezada por un príncipe europeo, y El Hombre Libre, en el cual
se defendían las ideas republicanas.9
Por ese tiempo empezaba a madurar la idea de una revolución
en contra del recién coronado emperador. En Michoacán se había
hecho abortar oportunamente una conspiración republicana, pero
el descubrimiento de otra, fomentada por el mismo grupo en otro
lugar aún más próximo a la capital, llevó al arresto los días 26 y 27
de agosto de 1822 de cincuenta diputados, incluidos Mier y Carlos
María de Bustamante.10 Cuando Iturbide desatendió una petición
del Congreso en pro de la liberación de los diputados, el resentimiento público creció todavía más.
Como resultado de todos esos factores, en la provincia de Nuevo Santander estalló una rebelión abierta encabezada por Felipe de
la Garza, jefe político de esa provincia, quien contaba con el apoyo
de la diputación provincial, del ayuntamiento de Soto la Marina
y de los electores provinciales. Desde ese lugar, el 26 de septiembre
de 1822 le fue enviada a Iturbide una representación que firmaban
De la Garza, los miembros de la diputación provincial, los electores provinciales, los sacerdotes de las respectivas parroquias, los
oficiales del ejército y prominentes ciudadanos.11
Vicente Rocafuerte, Bosquejo ligerísimo de la revolución de Mégico, desde el grito
de Iguala hasta la proclamación imperial de Iturbide, por un verdadero americano,
Philadelphia, 1822.
9
Bancroft, op. cit., iv, p. 78.
10
Ibid., iv, pp. 781-782.
11
Como se verá, éste fue el modelo que se siguió en casi todas las capitales de
provincia que se adhirieron al Plan de Casa Mata en los primeros meses de 1823.
8
156
José Antonio Echávarri, en México através de los siglos, t. III,
Ballesca y Compañía, 1887-1889. Biblioteca Ernesto de la Torre
Villar, Institucto de Investigaciones Dr. José María Luis Mora.
Nettie Lee Benson
La citada representación llegó a la ciudad de México el 6 de
octubre de 1822.12 Clara y enérgica, pedía a Iturbide: 1) que pusiera inmediatamente en libertad a los diputados prisioneros; 2) que
instalara el Congreso en el lugar que éste designara y en donde
pudiera deliberar con la más absoluta libertad; 3) que depusiera
a los miembros del ministerio de entonces y los sujetara a juicio
de acuerdo con la ley; 4) que suprimiera los tribunales militares de
seguridad pública en todos los lugares en donde se encontrasen establecidos; 5) que pusiera en libertad a todos los demás presos por
mera sospecha tanto en la ciudad de México como en las provincias, de acuerdo con las estipulaciones de la circular emitida por
el secretario de Estado el 27 de agosto; 6) que sometiera a proceso
a todos aquellos de quienes se supiere que hubiesen cometido crímenes, y finalmente 7) que guardase las leyes fundamentales que
habían sido adoptadas de manera provisional.13
Al ministerio,14 acusado de ejercer poderes nocivos tanto para
Iturbide como para la nación, se le consideraba totalmente responsable de la violación criminal de las libertades políticas del país.
A Iturbide, que fue exonerado de culpa por los acontecimientos
anteriores, se le advertía, en cambio, que se le haría responder de
los acontecimientos futuros. Nuevo Santander informó al emperador que no permitiría al coronel Pedro José Lanuza, nombrado por
Iturbide, ni a ningún otro tomar el mando de la provincia y que no
consentiría en la entrada de tropas a la misma. Cualquier intento
de esta naturaleza sería repelido por la fuerza.15
Agustín de Iturbide, Manifiesto del general d. Agustín de Iturbide, libertador de
México, p. 109.
13
Gaceta del Gobierno Imperial de México, ii, pp. 671-672.
14
El ministerio de aquel tiempo lo formaban José Manuel Herrera, José Domínguez
Manso, Manuel de la Sota Riva y Antonio Medina.
15
Iturbide, op. cit., pp. 104-105; José María Bocanegra, Memorias para la historia
de México independiente 1822 a 1846, i, pp. 151-155; Enrique Olavarría y Ferrari,
México independiente 1821 a 1855, en Vicente Riva Palacio (ed.), México a través de
los siglos, iv, pp. 83-84.
12
158
Guadalupe Victoria, primer presidente de la república en traje de gala.
Tarjeta postal dibujada por R. Ussel, lit. en El Buen Tono, S.A., ca. 1910.
Archivo General de la Nación.
Nettie Lee Benson
V. La asunción de las diputaciones provinciales
Haciendo caso omiso de la advertencia, Iturbide despachó
inmediatamente tropas destinadas a suprimir la revuelta; De la
Garza, por su parte, al no encontrar apoyo en las demás provincias, tuvo que rendirse rápidamente. Hacia el 19 de octubre, todo
parecía hallarse en perfecta calma en las provincias; sin embargo,
la revuelta de Nuevo Santander fue un presagio del futuro.
La siguiente sedición se produjo, no por motivos políticos,
sino por diferencias personales entre dos de los oficiales de Iturbide. José Antonio Echávarri y Antonio López de Santa Anna,
comandantes imperiales de las tropas en Veracruz, empezaron a
sospechar el uno del otro. Echávarri, creyendo que su compañero
de armas había tratado de entregarlo en manos del enemigo, acusó
a Santa Anna de doblez en una carta que escribió a Iturbide. Éste,
en un esfuerzo por remover a Santa Anna, le pidió que viniera a la
ciudad de México para entrevistarse con él.
Lejos de obedecerlo, Santa Anna se apresuró a trasladarse de Jalapa a Veracruz y, el 2 de diciembre de 1822, publicó una proclama
en la que denunciaba como arbitraria la disolución del Congreso
por Iturbide. El astuto rebelde declaró que, puesto que las provincias se habían proclamado en favor de una república cuyo gobierno
fuese conferido al pueblo y no a una sola autoridad absoluta, él
personalmente favorecía tal forma de gobierno y, con el apoyo de
la Diputación Provincial de Veracruz, había adoptado provisionalmente todas las medidas necesarias para la seguridad de la ciudad.16
Según Santa Anna, se preparaba un levantamiento para 1823, pero
las órdenes que recibió de presentarse en México lo decidieron a
declararse de una vez por la libertad o la muerte.17 Su movimiento
recibió casi inmediatamente el apoyó de Guadalupe Victoria, quien
se había estado ocultando cerca de Veracruz, y de muchos de los
republicanos que habían huido de la ciudad de México.
El 6 de diciembre, a fin de formalizar el movimiento, Santa
Anna expidió el Plan de Veracruz, en el cual se fijaba el programa
de los rebeldes.18 El documento, mal compuesto, desmesuradamente largo y verboso, constaba de 17 artículos principales y 22
adicionales, preparados por Miguel Santa María, y en él se describía un programa político destinado a atraer partidarios. Era una
confusa mezcla del Plan de Iguala, la Representación de De la Garza
y la proclama de Santa Anna del 2 de diciembre. Los dos primeros de los artículos principales fueron copiados casi literalmente
del Plan de Iguala; en el vigesimoprimero de los adicionales se
ci­taba y ordenaba que se observaran las disposiciones adoptadas
por Santa Anna con el consentimiento de la Diputación Provincial
de Veracruz; del tercero al decimoséptimo de los principales, se
trataba de Iturbide y el Congreso: todos los actos de éste, incluida
la coronación de Iturbide y sus decretos, fueron declarados nulos
y sin valor alguno por haber sido dictados en una época en que la
libertad no existía. Al igual que la Representación de De la Garza,
el Plan de Veracruz pedía la reinstalación de todos los miembros
del antiguo Congreso en el lugar que ellos escogieran a fin de asegurar deliberaciones enteramente libres y la designación de un
consejo de regencia que ejerciese el Poder Ejecutivo hasta que las
condiciones permitieran expedir una constitución.19
Aunque se pensaba que también esa revuelta sería de muy corta vida, aparentemente ganó más apoyo. Vicente Guerrero y Nicolás Bravo huyeron de la ciudad de México hacia el sur, donde
reunieron algunos partidarios, secundaron el Plan de Veracruz y,
“Proclama de Santa Anna, Veracruz, 2 de diciembre de 1822”, en Carlos María de
Bustamante, Diario histórico de México, i, pp. 17-18.
17
Antonio López de Santa Anna, Manifiesto de Antonio López de Santana a sus conciudadanos, pp. 8-9.
Para comprender la confusión de este plan con el de Casa Mata, véase Nettie Lee
Benson, “The Plan of Casa Mata”, The Hispanic American Historical Review, xxv,
pp. 45-46.
19
Ibid., xxv, pp. 45-48; Olavarría y Ferrari, op. cit., p. 86; Emilio del Castillo Negrete, México en el siglo xix, xv, pp. 334-343; Carlos María de Bustamante, Continuación
del cuadro histórico. Historia del emperador d. Agustín Iturbide, pp. 64-71 (esta última obra es considerada a veces como el t. vi de su Cuadro histórico de la revolución
de la América mexicana; será citada en adelante como Bustamante, Historia del emperador d. Agustín Iturbide).
160
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16
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Nettie Lee Benson
V. La asunción de las diputaciones provinciales
el 13 de enero de 1823, distribuyeron desde Chilapa ejemplares
impresos de su adhesión.20 Las tropas enviadas por Iturbide derrotaron rápidamente a los rebeldes. Santa Anna, entonces en Jalapa,
se retiró precipitadamente a Veracruz; de Guerrero se creyó que
había sido muerto y, por su parte, Bravo se ocultó. Para fines de
enero, la revuelta había quedado reducida a la región de Veracruz,
donde Guadalupe Victoria y Santa Anna eran asediados tan de cerca por Echávarri21 que Santa Anna estaba preparando su fuga a
Estados Unidos.
Mientras Iturbide esperaba la noticia de que la revuelta había
sido dominada por completo, se presentó un acontecimiento que
cambió del todo la situación. El 1 de febrero de 1823, tuvo lugar la firma del Plan de Casa Mata, en el estado de Veracruz, no
por Santa Anna y Guadalupe Victoria, como se suele afirmar, si­
no por Echávarri y sus oficiales, en circunstancias que han sido
largamente debatidas.22 El plan fue redactado por el coronel Gregorio Arana,23 secretario y guarda de honor de Echávarri; sin embargo, se afirma que las bases habían venido siendo elaboradas en
las logias masónicas del país por hombres como Ramos Arizpe
y Michelena, de quienes Echávarri y sus oficiales eran tan sólo
portavoces.24 Aun cuando no existe ninguna prueba documental
sobre la verdad de tal afirmación, puede creerse en su relativa
exactitud porque Carlos María de Bustamante y Lorenzo de Zavala, los primeros que la hicieron, vivieron en la época y el segundo
de ellos era miembro muy activo de una de las logias masónicas.
El hecho de que Ramos Arizpe y Michelena dirigieran el posterior
desarrollo de los acontecimientos tiende a confirmar su participación en los principios y el origen del plan.
Puede probarse, sin embargo, que Santa Anna y Guadalupe Victoria no tuvieron participación en los orígenes del Plan de Casa
Mata, aun cuando todos los comprometidos esperaban su apoyo.
De conformidad con el artículo 8, en el cual se preveía que una
delegación llevase una copia a Veracruz con la esperanza de asegurarse la aprobación del plan por parte del gobernador y las instituciones oficiales,25 Echávarri envió de inmediato a Luis Cortázar
como su representante ante Santa Anna con una copia del plan y
una carta en la que lo invitaba a unirse a éste para evitar los desastres que amenazaban al país.26 Al mismo tiempo, Echávarri despachó al teniente coronel Manuel María Hernández con el objeto
de entregar otra copia al ayuntamiento de Veracruz, lo mismo que
una carta similar a la enviada a Santa Anna; ambas fueron publicadas al día siguiente en un número extraordinario por el Diario
de Veracruz.27 El 2 de febrero, Santa Anna y sus oficiales firmaron
un documento dirigido a Echávarri en el que le prometían su adhesión al plan,28 de la misma manera que el ayuntamiento de Veracruz y otros cuerpos oficiales, pero con algunas modificaciones
que deberían hacerse en forma de adiciones.29 En una de ellas se
estipulaba que, mientras no se reuniese el Congreso, se observa-
Bustamante, Diario histórico de México, p. 102.
Alamán, op. cit., v, pp. 695-700.
22
Para un estudio detallado de este error, véase Nettie Lee Benson, “The Plan of
Casa Mata”, op. cit., xxv, pp. 45-50.
23
Alamán, op. cit., v, p. 833; Francisco Banegas Galván, Historia de México, ii,
p. 271.
24
Alamán, op. cit., v, p. 711; Lorenzo de Zavala, Ensayo histórico de las revoluciones
de México, i, pp. 139 y 215; Bustamante, Historia del emperador d. Agustín Iturbide,
p. 89; Banegas Galván, op. cit., ii, p. 270; William Forest Sprague, Vicente Guerrero,
Mexican Liberator, p. 54.
Benson, “The Plan of Casa Mata”, The Hispanic American Historical Review, xxv,
p. 50.
26
“José Antonio de Echávarri a Antonio López de Santa Anna”, Cuartel de Casa
Mata, 1 de febrero de 1823, en Egército de operaciones, circular impresa por Priani
y Socio.
27
“Echávarri al Exmo. ayuntamiento de la ciudad de Veracruz”, Cuartel de Casa
Mata, 10 de febrero de 1823, en Bustamante, Diario histórico de México, i, p. 170.
En el plan impreso en el Diario de Veracruz se omitió el artículo 7 del plan original
y se dividió el 11 en dos distintos.
28
“Santa Anna et al. a Echávarri”, Veracruz, 2 de febrero de 1823, en Egército de
operaciones.
29
Bustamante, Diario histórico de México, p. 172.
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V. La asunción de las diputaciones provinciales
rían estrictamente la Constitución española de 1812 y los decretos
de las Cortes.30 Al día siguiente, 3 de febrero, los cuerpos oficiales
de Veracruz enviaron una delegación a Casa Mata con el fin de escoltar a Echávarri hasta la ciudad para que presidiera una asamblea
conjunta de la diputación provincial y el ayuntamiento de Veracruz. El entusiasta recibimiento que se le tributó a su llegada fue
algo “fuera de este mundo”.31 Tres días más tarde, el 6 de febrero,
Echávarri y Guadalupe Victoria sostuvieron una conferencia en El
Puente y llegaron a un acuerdo.32 Guadalupe Vic­toria pidió que,
si hubiese necesidad de efectuar algunos cambios al plan original
expedido en Casa Mata, debería reunirse un consejo de guerra,
formado por todos los comandantes y oficiales de las fuerzas unidas, incluidos los generales Vicente Guerrero y Nicolás Bravo y sus
oficiales respectivos, para considerar el asunto.33 A su regreso de
la reunión, Echávarri escribió al general José María Lobato para
decirle que ahora podía anunciar, con el mayor placer, que ya contaban con el apoyo de las fuerzas de Veracruz.34 El mismo día en
que Echávarri envió copias del Plan de Casa Mata a Veracruz, lo
difundió también entre todas las demás diputaciones provinciales
de México, los ayuntamientos de las capitales de cada provincia y
los jefes militares de todo el país. La rapidez con que las copias fueron entregadas y la inmediata adhesión al plan tienden a confirmar
la idea de que el trabajo fundamental había sido bien preparado.35
Bravo aceptó el plan el 7 de febrero de 1823 y entró en Oaxaca sin
hacer un solo disparo.36 Tanto la diputación provincial como el
ayuntamiento de Oaxaca lo adoptaron en seguida y empezaron a
tomar las medidas tendentes al gobierno de la provincia.
Algunos rumores alarmantes sobre el Plan de Casa Mata llegaron rápidamente a Puebla y empezaron a despertar tal número
de actitudes dispares entre el pueblo que el comandante general,
José María Morán, marqués de Vivanco, expidió el día 8 de febrero
de 1823 una proclama en la que comunicaba que Echávarri y todo
su ejército estaban de acuerdo en que el Congreso debería reunirse
lo más pronto posible, en que la convocatoria respectiva se haría
sobre las mismas bases de las primeras elecciones a las Cortes españolas y en que las provincias tendrían el derecho de reelegir a
los miembros del disuelto Congreso anterior que lo mereciesen y
de reemplazar a los demás. El emperador, de quien se suponía que
favorecía a la representación nacional, estaría libre de todo daño
o perjuicio personal. Morán insistió en que tales eran los hechos,
los cuales habían sido deformados por algunas personas en un intento por causar la desgracia del país. Insistió asimismo en que se
esperara tranquilamente la respuesta de Iturbide.37
El mismo Morán, en cambio, expidió tres días después un
bando dirigido a los habitantes de la provincia de Puebla en el
Esta adición fue hecha al artículo 5 del Plan original de Casa Mata “Libertad
de Yucatán”, Gaceta del Gobierno Supremo de México, 12 de abril de 1823, 1, pp.
184-186. No se ha logrado encontrar la copia completa del plan adoptado por el
ayuntamiento de Veracruz.
31
“Echávarri a José María Lobato”, Cuartel de Casa Mata, 3 de febrero de 1823, en
Bustamante, Diario histórico de México, p. 206.
32
En ese lugar, situado en la zona baja de Jalapa, había un estratégico puente que
unía el camino entre la ciudad de México y la de Veracruz y ahí era donde Guadalupe Victoria se había fortificado contra las tropas enviadas por Iturbide para
reprimirlos a él y a Santa Anna.
33
“Convenios que en lo reservado y con previo conocimiento del Gral. Sta. Anna
hicieron en El Puente los Generales D. José Antonio Echávarri y D. Guadalupe Victoria”, ms. N-1-1-9 en la Subdirección de la Biblioteca Nacional de México, México. El ms. lleva la firma de Guadalupe Victoria y la fecha de 6 de febrero de 1823.
34
“Echávarri a Lobato”, Casa Mata, 8 de febrero de 1823, en Bustamante, Diario
histórico de México, p. 206.
30
164
Alamán, op. cit., v, p. 711; Zavala, op. cit., i, pp. 139 y 215; Bustamante, Historia
del emperador d. Agustín Iturbide, p. 89; Banegas Galván, op. cit., ii, p. 270.
36
Aviso al público, Oaxaca liberal, impreso suelto firmado en Puebla el 15 de febrero
de 1823 por el marqués de Vivanco y publicado en el mismo lugar por Pedro de la
Rosa; reimpreso en Bustamante, Diario histórico de México, pp. 204-205. Castillo
Negrete, op. cit., xv, p. 348, dice que Bravo entró en Oaxaca el día 9 de febrero.
37
“Proclama del marqués de Vivanco, dando vista que las fuerzas del gral. Echávarri han proclamado el Plan de Casa Mata”, Puebla, 8 de febrero de 1823, ms. en
Hernández y Dávalos Papers, Latin American Collection, Universidad de Texas,
citado en adelante como Hernández y Dávalos Papers.
35
165
Nettie Lee Benson
V. La asunción de las diputaciones provinciales
que dejaba establecido que tanto él como la diputación provincial y el ayuntamiento de Puebla se adherían al Plan de Casa
Mata.38 Daba asimismo su propia interpretación del artículo 10,
en el cual se disponía que la Diputación Provincial de Veracruz
manejara los asuntos administrativos, en el sentido de que, a
medida que cada provincia fuese aceptando el plan, su respectiva diputación provincial recobraría la jurisdicción sobre sus
asuntos administrativos. En Puebla, todas las medidas adopta­
das por el jefe político fueron sancionadas primero por la diputación provincial.39
La aceptación del Plan de Casa Mata ganaba cada vez más fuerza. Tras tres días de consultas entre las fuerzas de Luis Quinta­
nar, jefe político y capitán general, y la diputación provincial, la
provincia de Nueva Galicia lo adoptó el 26 de febrero y al día siguiente expidió la proclama correspondiente.40
No se ha encontrado el acta de adhesión de la provincia de
Guanajuato ni tampoco se ha logrado establecer la fecha exacta
en que lo hizo. De todas maneras, tal acto debió tener lugar entre
el 23 y el 26 de febrero,41 puesto que, en la fecha primeramente
citada, el secretario de la Diputación Provincial de Guadalajara
informó a Quintanar que Guanajuato se encontraba listo para adherirse al plan y, tres días más tarde, el jefe político informó que
Guanajuato ya se había adherido.42
Querétaro supo desde muy temprano de las resoluciones de
Echávarri y de la rapidez con que el país había seguido sus indicaciones, pero esperó tranquilamente a que el emperador salvara
una vez más al país mediante la pronta instalación del Congreso.
Cuando, el 25 de febrero, su diputación provincial tuvo noticias
de la actitud tomada por la Diputación Provincial de Puebla, inmediatamente se hizo cargo del asunto y, aun cuando se propuso que
otros cuerpos e individuos fuesen llamados a consulta, determinó
no hacer públicas las noticias; sin embargo, los hechos llegaron
a conocimiento del público y al día siguiente se llevó a cabo la
reunión conjunta que había sido propuesta. Por unanimidad se
acordó anunciar que la provincia había adoptado el Plan de Casa
Mata y que, en consecuencia, la administración de la provincia
quedaba a cargo de la diputación provincial hasta que el Congreso
se reuniera. El acta oficial fue firmada el 26 de febrero por el jefe
político, Juan José García, todos los miembros de la diputación
provincial y un representante de la ciudad, otro del clero y otro
del ejército.43
Cuatro días más tarde, a las tres de la mañana, un grupo de oficiales del ejército de Zacatecas y Querétaro proclamó su adhesión
solemne al Plan de Casa Mata y pidió al comandante general y jefe
político de Zacatecas, Mariano González Laris, que se colocara a la
cabeza del movimiento. Como éste no aceptara, los partida­rios del
plan pidieron al coronel Pedro de Iriarte que tomara el mando, pero
éste, al igual que González Laris, insistió en que Zacatecas debía
esperar a conocer la actitud de México o Guadalajara antes de comprometerse. José Antonio de Saldaña, quien por entonces estaba a
la cabeza del movimiento, junto con una comisión nombrada para
ayudarlo a coordinar y unificar la ciudad y la provincia, pidió a la
diputación provincial y a todos los cuerpos oficiales de la ciudad su
adhesión al plan. El 1 de marzo, la dipu­tación provincial decidió
Este impreso suelto, publicado en Puebla por Pedro de la Rosa, fue reimpreso por
Bustamante en su Diario histórico de México, pp. 214-215.
39
Impresos sueltos o bandos de don José Morán, Puebla, 11, 15 y 18 de febrero y
14 de marzo de 1823.
40
Luis Quintanar, Bando, Guadalajara, 27 de febrero de 1823; Manifiesto de los gefes
que dieron el fausto grito de libertad en Guadalajara, pp. 2-6; Bustamante, Diario
histórico de México, pp. 293-294; Luis Pérez Verdía, Historia particular del estado
de Jalisco, ii, p. 203.
41
Luis Marmolejo, Efemérides guanajuatenses, o datos para formar la historia de la
ciudad de Guanajuato, iii, p. 1777, da el 23 de febrero como la fecha de la adhesión
pero no aporta más datos sobre ella.
42
Manifiesto de los gefes que dieron el fausto grito de libertad en Guadalajara, pp. 2-6.
38
166
Querétaro libre, folleto impreso, en Hernández y Dávalos Papers; Manifiesto que al
supremo poder ejecutivo, hace de sus operaciones la diputación provincial de Querétaro
por el tiempo que tuvo el gobierno administrativo de su provincia, p. 1.
43
167
Nettie Lee Benson
V. La asunción de las diputaciones provinciales
esperar, por lo que Saldaña y sus secuaces continuaron la campaña en favor del Plan de Casa Mata y enviaron un informe sobre
su actitud a Aguascalientes, Guanajuato y varias poblaciones de
Zacatecas, exhortándolas a que se unieran a ellos. Cuando el 2
de marzo se tuvo conocimiento de que la Diputación Provincial de
Guadalajara y los demás cuerpos de Nueva Galicia habían aceptado el plan, la diputación fue convocada sin pérdida de tiempo.
Los comunicados de Guadalajara fueron leídos a los miembros de
todos los cuerpos oficiales de la ciudad y todos ellos decidieron
adherirse al plan.44
Ese mismo día, la diputación provincial, el ayuntamiento y la
guarnición de San Luis Potosí aceptaron el plan y destituyeron al
entonces jefe político, general Juan José Zenón Fernández, cuando
éste se opuso a ellos. De conformidad con el artículo 10 del Plan
de Casa Mata, la diputación provincial se hizo cargo de la administración de la provincia y el 4 de marzo nombró a Ildefonso Díaz de
León como jefe político.45
La Diputación Provincial de Michoacán y el ejército acantonado en Valladolid aceptaron el plan el 1 de marzo; dos días después,
la diputación provincial comunicó la decisión al cabildo metropolitano de la catedral y le hizo saber que, en su calidad de autoridad suprema, había tomado a su cargo el control de la provincia.46
Carlos María de Bustamante informó el mismo día, esto es, el 3 de
marzo, que una copia de la adhesión de Valladolid, firmada por los
miembros de la diputación provincial, había llegado a México;47 y,
el 4 de marzo, Francisco Argandar, diputado por Valladolid, leyó
a la Junta Nacional Instituyente un manifiesto impreso de la Diputación Provincial de Valladolid en el que ésta proclamaba su
adhesión al Plan de Casa Mata.48
El mismo 4 de marzo, la Diputación Provincial de Yucatán decidió unánimemente adoptar el Plan de Casa Mata, con la reforma hecha al artículo 5 por el ayuntamiento de Mérida, y luego se
reunió con el ayuntamiento y las autoridades civiles, eclesiásticas
y militares a fin de celebrar la decisión adoptada.49 Tres días más
tarde, el jefe político declaró nulos todos los decretos dictados por
la Junta Nacional Instituyente.50
Durango se adhirió al plan el 5 de marzo. Antonio Cordero,
entonces comandante general, se hallaba demasiado enfermo para
participar en los negocios públicos; por ello, el jefe político, brigadier Ignacio del Corral, trató de evitar la adhesión; pero la dipu­
tación provincial, el ayuntamiento, el clero y los demás funcio­narios
públicos votaron en favor de la adopción del plan. En vista de ello,
Corral renunció y la diputación nombró como jefe político de la
Nueva Vizcaya al intendente Juan Navarro y, como comandante militar, al coronel Gaspar de Ochoa. Cuando al día siguiente llegaron
a Durango las noticias de que Guadalajara, Guanajuato y Zacatecas
habían adoptado el plan, Corral prometió su adhesión y pidió ser
repuesto, pero la diputación provincial se rehusó a hacerlo.51
44
Acta general de la comisión militar nombrada por la guarnición de esta plaza, para
los usos que adentro se expresan, Zacatecas, 3 de marzo de 1823. Este documento
contiene una información completa de todos los acuerdos oficiales tomados por
varios cuerpos oficiales de Zacatecas en los días 1 y 2 de marzo de 1823. Elías Amador, Bosquejo histórico de Zacatecas, ii, p. 277; Banegas Galván, op. cit., ii, p. 302.
45
“Acta de San Luis Potosí”, 2 de marzo de 1823, en Muro, Historia de San Luis
Potosí, i, pp. 340-343; Bustamante, Diario histórico de México, pp. 294-295.
46
“La diputación provincial al presidente del cabildo de la catedral”, Valladolid,
3 de marzo de 1823, en Banegas Galván, op. cit., ii, nota a la p. 539.
47
Bustamante, Diario histórico de México, p. 280.
México, Imperio, 1821 a 1823, Junta Nacional Instituyente, Diario de la junta
nacional instituyente del imperio mexicano, i, p. 440, citado en adelante como Diario
de la junta nacional instituyente.
49
“Libertad de Yucatán”, Gaceta del Gobierno Supremo de México, 12 de abril de
1823. El acta fue firmada por Melchor Álvarez, jefe político, Pedro Bolio, intendente, Pedro Almeida, José Joaquín Torres, Pedro José Guzmán, Basilio María Argais,
Juan José Espeso, Pablo Moreno, Pedro Pablo de Paz y otros.
50
Gaceta del Gobierno Supremo de México, 15 de abril de 1823.
51
“La Diputación Provincial de Durango a José Antonio de Echávarri”, Durango, 10 de marzo de 1823, Noticioso General, 7 de abril de 1823; este documento
fue firmado por Juan Navarro, jefe político e intendente, Felipe Ramos, Simón de
Ochoa, José Francisco del Fierro, José Agustín Gamis, José Miguel de Escontría,
168
169
48
Nettie Lee Benson
V. La asunción de las diputaciones provinciales
En las Provincias Internas de Oriente, donde la diputación
provincial aún no había sido instalada por López, su comandante
general y jefe político, Ramos Arizpe encabezó el movimiento en
favor del Plan de Casa Mata y se hizo cargo personalmente de todos los asuntos. Había permanecido en la región desde agosto de
1822, pero se sabe muy poco sobre sus actividades durante esos
meses, salvo por el periodo en que estuvo implicado en la revuelta
de De la Garza.52 La generalidad de los historiadores concuerda,
no obstante, en que estuvo muy ocupado en la preparación de un
levantamiento en esas provincias, y los acontecimientos de marzo
de 1823 tienden a dar apoyo a tal aserción.53
El 6 de marzo, Ramos Arizpe se encontraba en Monterrey presidiendo una reunión del ayuntamiento de la ciudad, el cabildo
eclesiástico, el gobernador provisional de la provincia, funciona­
rios públicos y prominentes ciudadanos, los cuales acordaron
adop­tar el Plan de Casa Mata con dos artículos adicionales.54 A
falta de una diputación provincial, se resolvió establecer una junta
gubernativa provisional compuesta por siete miembros, para que
gobernara hasta la instalación del Congreso demandado por el
mismo plan. Los miembros de la junta fueron elegidos en seguida,
juraron sus cargos inmediatamente y empezaron a tomar medidas tendentes a la unificación de las cuatro provincias en apoyo
del plan.55 La junta despachó a todas las poblaciones de la región
copias de la decisión adoptada en Monterrey y les pidió que pro-
Miguel Pérez Gavilán y Miguel de Zubiria, el secretario. Bustamante escribió el
19 de marzo que la noticia de la adhesión de Durango al Plan de Casa Mata había
llegado a la ciudad de México el día 18; Bustamante, Diario histórico de México, 19
de marzo de 1823, p. 319.
52
En ese entonces, Ramos Arizpe tenía el puesto de deán de la catedral de Puebla
y lo había perturbado mucho el que Iturbide se hubiese proclamado emperador.
Aproximadamente en la misma época, él y Joaquín Leño, de Jalapa, empezaron a
consultarse acerca de en cuáles provincias sería más fácil encender el fuego de la
libertad. Cuando Iturbide le ofreció la Cruz de Honor de Guadalupe, se negó a recibirla, y en agosto de 1822 salió de Puebla hacia Saltillo, donde dedicó sus esfuerzos
a la tarea de devolver a la nación los poderes usurpados por Iturbide. Se dice que él
fue el autor intelectual de la revuelta de De la Garza (La verdad destruye a la calumnia, pp. 1-5). A pesar del fracaso de dicha revuelta, Ramos Arizpe siguió buscando
la oportunidad de derrocar el régimen del usurpador; el 16 de noviembre de 1882,
desde San Nicolás de la Capellanía, Coahuila, lugar donde había nacido, escribió al
cabildo eclesiástico de la catedral de Puebla para pedir que se le concediera un permiso para ausentarse cuatro meses debido a una dolencia (Libro de actas del cabildo
eclesiástico de Puebla, años 1821-1824, en Archivos de la Catedral de Puebla); en ese
mismo mes, según José Antonio Mejía, capitán de caballería y ayudante de campo
del general Nicolás Bravo, había convenido con el teniente Castillón que éste lo
mantuviera informado acerca de las condiciones en la ciudad y las provincias de
los alrededores para restablecer la libertad en el país y deshacerse del déspota. Mejía también se convirtió en otro de los informantes de Ramos Arizpe y, a través de
Castillón, le envió el Plan de Veracruz proclamado por Guadalupe Victoria y Santa
Anna y la versión del plan proclamada en Chilapa por Nicolás Bravo y Vicente Guerrero, así como un sinnúmero de otros papeles y proclamas (“José Antonio Mejía
a Manuel Rosales”, Tulancingo, 16 de abril de 1823; una copia manuscrita de esta
carta, hecha en Monterrey por Manuel Rosales el 12 de mayo de 1824, se encuentra
en los Bexar Archives, Universidad de Texas).
170
La verdad destruye a la calumnia, p. 3. Alamán, op. cit., v, p. 462, dice que Ramos
Arizpe, montado en una mula con un trabuco en una de las alforjas, iba de un lado
a otro, arengando a la gente con palabras y ademanes de lo más violentos.
54
1) Sean cuales fueren las bases para convocar al Congreso, todos las juntas electorales deben tener la libertad de instruir a sus electores y diputados como lo crean
conveniente, sin más limitaciones que las de apoyar y defender la independencia
absoluta del país, la religión católica apostólica romana, con exclusión de todas las
demás, la unión del país y la libertad de la representación nacional; 2) dentro de los
ocho días siguientes a su instalación, el Congreso deberá revisar cabalmente el plan
de convocatoria conforme al cual fue convocado y reorganizar la representación
nacional con arreglo a los incontrovertibles principios del derecho natural y público (Acta del juramento solemne de adhesión al Plan de Casa Mata, bajo la fórmula
que en ella se contiene con las modificaciones que van a su fin por la Villa del Saltillo,
Saltillo, 1823, f. 3).
55
La junta estuvo integrada por Ramos Arizpe, presidente, José León Lobo Guerrero, vicepresidente, José Vivero, Rafael González, Julián de Arrese, José Antonio
Rodríguez y Francisco Eusebio de Arizpe, y actuó como secretario José Rafael de
Llano. El ms. original está en el Archivo General del Estado de Coahuila, Saltillo,
Coahuila. Otro ejemplar, con el título “Junta Gubernativa de provincia al ayuntamiento de Saltillo”, Monterrey, 7 de marzo de 1823, está en el Archivo General del
Estado de Nuevo León, Monterrey, Nuevo León.
53
171
Nettie Lee Benson
V. La asunción de las diputaciones provinciales
clamaran su aceptación al plan, lo cual hizo inmediatamente la
mayoría de ellas.56
En Saltillo, mientras tanto, surgió un serio problema, debido a
que López, fervoroso defensor de Iturbide, tenía allí sus cuarteles
generales. Al día siguiente de la adhesión de Monterrey, empezaron a llegar a Saltillo diversos rumores al respecto. López convocó
la consabida junta de militares, dignatarios eclesiásticos y municipales y prominentes ciudadanos. Ante ellos declaró que tenía conocimiento de los rumores por los cuales se sabía que Monterrey
había adoptado el Plan de Casa Mata, pero que carecía de detalles
fidedignos sobre el particular y que solicitaba la más completa información, en caso de que alguien la poseyera. Como nadie respondiera, los reunidos decidieron enviar al doctor Rafael Ramos
y Valdés, primo de Ramos Arizpe, a San Nicolás de la Capellanía
en busca de noticias más detalladas. Al día siguiente, la junta de
Saltillo escuchó su informe y recibió comunicaciones oficiales provenientes de la recién instalada Junta Provincial de Nuevo León
en las que ésta pedía a Saltillo que proclamara su adhesión a los
acuerdos tomados tanto en Casa Mata como en Monterrey. Una
comisión especial de nueve miembros nombrada para estudiar el
asunto recomendó que Saltillo se adhiriese al Plan de Casa Mata y
apoyase la actitud de Monterrey, lo cual fue aprobado.57 Igualmente, se acordó invitar a la comisión ofrecida por la junta gubernativa
provisional de Nuevo León a fin de que conferenciase con ellos
acerca de las medidas que habrían de adoptarse para unificar y
fortalecer la opinión pública en las dos provincias.
Por esas actuaciones, parecería que Saltillo iba a unirse al movimiento en forma pacífica y tranquila; López, sin embargo, no
estaba dispuesto a abandonar sin más a su amigo Iturbide. A pesar
de haber firmado los acuerdos del 6 y el 7 de marzo y de ofrecer su
renuncia y anunciar su propósito de abandonar inmediatamente
la provincia, aún era comandante de las tropas y, junto con éstas,
juró reconocimiento a Iturbide y ordenó al destacamento militar
de Monclova que enviara refuerzos a Saltillo. Las personas designadas por la junta de Nuevo León, que ya se hallaban en camino a
Saltillo, supieron de esa actitud en Rinconada.58
La junta de Nuevo León se había dado cuenta desde el principio de que era probable que López ofreciera resistencia, por lo
que previsoramente había despachado al teniente coronel Pedro
Lemus con tropas para que ofreciese ayuda a los de Saltillo en el
caso de que llegasen a necesitarla, pero le ordenó regresar al saber
que López había aceptado el movimiento. En Rinconada, Lemus se
enteró de la resistencia de López y, con el refuerzo de 35 hombres
de Santa Catarina y Pesquería,59 continuó su marcha hacia Saltillo
y llegó a San Nicolás de la Capellanía el 11 de marzo de 1823.60
En el mismo día, los representantes del ayuntamiento dieron la
bienvenida a Ramos Arizpe y Llano en las proximidades de Saltillo. Con esa escolta de honor y en medio de grandes aplausos, se
dirigieron hacia los aposentos de López, en donde se reunieron
con éste y un grupo de ciudadanos nombrados para tratar acerca
de las dificultades que habían surgido a partir de la reunión del
7 de marzo. Ramos Arizpe habló largamente sobre la necesidad de
adoptar el Plan de Casa Mata y de prestar inmediatamente el respectivo juramento de adhesión. Asimismo, solicitó la pronta salida
de López y sus fuerzas de las Provincias Internas de Oriente. López
En el Archivo General del Estado de Nuevo León, Monterrey, Nuevo León, están
las contestaciones originales de varias poblaciones del estado dirigidas a la junta
y fechadas entre el 7 y 16 de marzo; la mayoría de ellas en los días 7, 8, 9 y 10 de
marzo.
57
Una copia certificada el 10 de marzo de 1823 por Joaquín Palou, secretario del
comandante general, en la que se incluyen todas la actas de la junta de Saltillo con
las firmas de los miembros, se encuentra en la Universidad de Texas.
“Ramos Arizpe y Llano a la junta gubernativa de la provincia de Nuevo León”,
Rinconada, 10 de marzo de 1823, ms. en el Archivo General del Gobierno del Estado de Nuevo León, año 1823, legajo 7, carpeta 2.
59
“Pedro Lemus al presidente y miembros de la junta de Nuevo León”, Hacienda
de Santa María, 11 de marzo de 1823, y Valle de la Capellanía, misma fecha, ms.
en el Archivo General del Gobierno del Estado de Nuevo León, año 1823, legajo 7,
carpeta 2, documentos 17 y 21.
60
Idem.
172
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58
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Nettie Lee Benson
V. La asunción de las diputaciones provinciales
preguntó si la provincia de Nuevo León lo reconocería como comandante general, a lo cual Ramos Arizpe contestó que la junta
de Nuevo León había asumido en todos sus aspectos la autoridad
económica, política y militar y en manera alguna lo reconocería.
López dijo entonces que estaba dispuesto a marcharse, pero que
ciertos asuntos relativos a la entrega del mando deberían arreglarse en otras conferencias.61
Sus actos subsiguientes, no obstante, traicionaron sus palabras,
pues, al otro día, uno de los regidores de la ciudad fue herido por
un oficial de López y tres personas fueron arrestadas sin ningún
procedimiento legal. Ramos Arizpe ordenó entonces a Lemus y a
sus fuerzas que tomaran posiciones en las afueras de Saltillo y
estu­vieran preparados para venir inmediatamente en auxilio de la
ciudad;62 informó en seguida al ayuntamiento sobre esta orden y
notificó a López su intención de alejarse, junto con Llano, hasta que el orden hubiese sido restablecido y los culpables de los
ataques contra los ciudadanos de Saltillo hubiesen sido aprehendidos y castigados.63
Desde los molinos de Arizpe, en donde Lemus y sus fuerzas
habían tomado posiciones, Ramos Arizpe envió una nueva carta a
López en la que le reprochaba su actitud y le exigía que convocara
a una reunión de la comisión elegida por la junta los días 6 y 7 de
marzo junto con los miembros del ayuntamiento y que partiera
de inmediato.64 López hizo como se le sugería y el ayuntamiento informó a Ramos Arizpe y Llano que López había prometido
iniciar su partida a las tres de la tarde de aquel día.65 Así lo hizo
en efecto y, a la invitación del ayuntamiento, Lemus y sus tropas
entraron a la ciudad.66
Al día siguiente, 14 de marzo de 1823, se celebró en Saltillo
una asamblea en la cual los habitantes y los dignatarios municipales, eclesiásticos y militares juraron su adhesión al Plan de Casa
Mata. Los dos artículos adicionales añadidos en Monterrey también fueron adoptados por Saltillo.67
Nuevo Santander se adhirió al Plan de Casa Mata el 9 de abril,
cuando su diputación provincial declaró que actuaría como suprema
junta gubernativa de la provincia hasta que el Congreso nacional
pudiera reunirse.68 El mismo día, Tabasco, por medio de su jefe político, José Antonio Rincón, anunció también su adhesión al plan.69
Hacia el 9 de abril, las Provincias Internas de Oriente, con la
única excepción de Texas, se habían unido en favor del Plan de
Casa Mata. El 10 de marzo, López había enviado al gobernador,
en San Antonio, un mensajero especial con una copia de su ad-
“Ramos Arizpe y Llano al vicepresidente de la junta de Nuevo León”, Saltillo, 11
de marzo de 1823, en Archivo General del Gobierno del Estado de Nuevo León,
año 1823, legajo 7, carpeta 2, documento 12.
62
“Ramos Arizpe a Lemus”, Saltillo, 13 de marzo de 1823, en Archivo General del
Gobierno del Estado de Nuevo León, año 1823, legajo 7, carpeta 2, documento 20.
63
Idem.
64
“Ramos Arizpe a López”, Campo de los Molinos de Arizpe sobre Saltillo, 13 de
marzo de 1823, en Archivo General del Gobierno del Estado de Nuevo León, año
1823, legajo 7, carpeta 2, documento 20.
“Ayuntamiento de Saltillo a los Sres. comisionados por la junta gubernativa del
N.R. de L.”, Saltillo, 13 de marzo de 1823, en Archivo General del Gobierno del
Estado de Nuevo León, año 1823, legajo 7, carpeta 2, documento 20.
66
“Ayuntamiento de Saltillo a los Sres. Comisionados por la junta gubernativa del
N.R. de L.”, Saltillo, 12 de marzo de 1823, y “Pedro Lemus al presidente y miembros de la junta gubernativa de Nuevo León”, Saltillo, 15 de marzo de 1823, en Archivo General del Gobierno del Estado de Nuevo León, año 1823, legajo 7, carpeta
2, documento 24.
67
Acta del juramento solemne de adhesión al plan de Casa Mata, bajo la fórmula que
en ella se contiene con las modificaciones que van a su fin por la villa de Saltillo, f. 3.
68
Las actas de las sesiones de las diputaciones provinciales se encuentran en el Libro de Asiento de Órdenes y Decretos circulados por el govierno en este año de 1823 en
esta Congregación del Refugio, ff. 82-83, en Alejandro Prieto Papers, Universidad de
Texas. Los miembros de la diputación provincial de Nuevo Santander eran en esa
época José María Gutiérrez de Lara, Pedro Paredes y Serna, José Manuel de Zozaya,
Juan Francisco Gutiérrez, Ignacio Peña, Juan Bautista de la Garza y Lucas de la
Garza, propietarios, con José Antonio Guzmán y Joaquín Benites, suplentes; Juan
de Echandía era el jefe político de la provincia.
69
Manuel Gil y Sáenz, Compendio histórico, geográfico y estadístico del estado de
Tabasco, edición de 1872, p. 167.
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Nettie Lee Benson
hesión al plan y de los acuerdos tomados en Monterrey, Saltillo y
Monclova.70 Cuando el gobernador recibió la comunicación, el 21
de marzo, el ayuntamiento, los dignatarios eclesiásticos, los jefes
del ejército, etc., se reunieron y reafirmaron su reconocimiento a
Iturbide.71 La Bahía del Espíritu Santo adoptó la misma actitud. Según la junta gubernativa de Texas, veintitantos días más tarde llegaron a San Antonio varios documentos oficiales que permitieron
al ayuntamiento hacerse una mejor idea sobre la situación políti­
ca del país y lo hicieron adherirse al Plan de Casa Mata el 15 de
abril, de acuerdo con las medidas adoptadas y transmitidas a la
entidad por la Diputación Provincial de Puebla.72
Difícilmente se podía esperar que la Diputación Provincial de
México, establecida en la capital del imperio, acordara de manera
declarada su adhesión al Plan de Casa Mata, pero sí tomó algunas
medidas para apoyarlo al recibir una copia junto con una carta de
Echávarri fechada el 1 de febrero de 1823. La razón para la promulgación del plan se explicaba en la siguiente forma:
V. La asunción de las diputaciones provinciales
Excma. Diputación, no dudando que todo será de su aprobación
y que coadyuvará al pronto establecimiento del Congreso para
constituirnos de una vez bajo de unas leyes sabias que hagan feliz
a la patria. Dígnese V.E. tener la bondad de contestarme, para mi
conocimiento y ulteriores determinaciones.73
No se sabe exactamente cuándo fue entregada esa carta a la Diputación Provincial de México, pero es probable que hubiese sido
recibida el 8 de febrero, porque en esa fecha uno de los oficiales de
Echávarri, José Infamón, entregó el Plan de Casa Mata a Iturbide,74
por lo que es lógico suponer que él o alguien que lo acompañaba
hizo llegar la carta a la diputación provincial. No pudo ser después
del 15 de febrero, puesto que en ese día la diputación provincial
la envió al ministro de asuntos interiores y exteriores para que la
transmitiera a Iturbide.75
“Circular manuscrita firmada por Gaspar López”, Saltillo, 10 de marzo de 1823,
en Bexar Archives, Universidad de Texas.
71
“Junta Gubernativa de Texas al Supremo Poder Ejecutivo”, San Fernando de Béjar,
11 de junio de 1823. El documento fue firmado por el Barón de Bastrop, como vicepresidente, Erasmo Seguín, Juan de Castañeda, José Antonio Navarro y José Antonio
Saucedo, como secretario. Se publicó en La Águila Mexicana, 18 y 19 de julio de
1823, con el título de “Oficio dirigido al Supremo Poder Ejecutivo a consecuencias
del que con fecha 28 de abril remitió al Exmo. Sr. secretario de estado Don José
Ignacio García Illueca a la Exma. Diputación Provincial del Nuevo Reyno de León”.
72
“Junta Gubernativa de Texas al Supremo Poder Ejecutivo”, San Fernando de
Béjar, 11 de junio de 1823, en La Águila Mexicana, 19 de julio de 1823.
“José Antonio de Echávarri a la Diputación Provincial de México”, Casa Mata,
1 de febrero de 1823, en Informe oficial de la Diputación provincial de México del 6
de marzo de 1823, México: Alejandro Valdés, p. 5. Este informe oficial consta de
seis páginas; también es mencionado con el título “Manifiesto de la diputación
provincial de México sobre la conducta que observa para lograr el restablecimiento
del Congreso constituyente”, en José María Luis Mora, Obras completas. José María
Luis Mora, 6 t., México: Instituto de Investigaciones Dr. José María Luis Mora, Secretaría de Educación Pública, 1986-1987, ii, Obra política, pp. 19-29; se citará en
adelante como Mora, Obras completas; Obra política, ii.
74
Bustamante, Diario histórico de México, p. 165. Iturbide criticó a Echávarri y a sus
partidarios por haber enviado solamente un oficial con el plan, diciendo que al actuar
así Echávarri no cumplió el artículo 7, que preveía el nombramiento de una comisión
para llevar el plan a Iturbide. Él interpretó esto como que debió enviarse a más de una
persona con el mensaje. También dijo que, para cuando el comisionado llegó con él,
Echávarri y sus fuerzas ya habían tomado todos los puntos estratégicos en lugar de
esperar a saber lo que él, Iturbide, pensaba sobre el plan; Agustín de Iturbide, Manifiesto del general D. Agustín de Iturbide libertador de México, edición de 1871, p. 54.
Es de hacerse notar que Echávarri y sus partidarios sólo enviaron un comisionado a
Santa Anna y uno a cada individuo o cuerpo a los que mandaron el plan.
75
“Diputación provincial de México al Ministro de Relaciones Interiores y Exteriores”, México, 26 de febrero de 1823, en Informe oficial de la diputación provincial de
México, p. 6; y Mora, Obras completas; Obra política, ii, p. 26.
176
177
La Patria que con pasos agigantados caminaba a su ruina por la
falta de representación nacional, llamó mi atención, y la de los
señores gefes y oficiales de este Ejército. Para evitar en la parte
posible males de tanto tamaño, discutimos extensamente sobre el
medio mejor de salvarla, y unánimes acordamos lo que manifiesta
la adjunta copia de la acta que tengo el honor de acompañar a esa
70
73
Nettie Lee Benson
V. La asunción de las diputaciones provinciales
Las noticias sobre el plan habían llegado ya a la ciudad de
México. Rumores relativos a él circulaban desde el 2 de febrero,
cuando Bustamante escribió en su diario: “Son muy lisonjeras las
noticias que corren de Echávarri, pues se asegura haberse convenido con el Gobierno de Veracruz, de reconocer en lo substancial
el Plan de Santa Ana.”76
El 8 de febrero, varios ejemplares del suplemento del Diario de
Veracruz correspondiente al 2 de febrero, que insertaba la carta
de Echávarri en la que se transmitía el plan al ayuntamiento local,
así como una versión modificada del Plan de Casa Mata, llegaron a
la ciudad de México.77 Las noticias sorprendieron a Iturbide cuando se encontraba en camino para asistir a una de las corridas de
toros que tardíamente se celebraban en honor de su coronación.78
Al día siguiente, 9 de febrero, el emperador canceló sus planes de
dirigirse a Puebla a fin de tomar el mando del ejército; en vez de
ello, la Junta Nacional Instituyente se reunió en sesión especial por
la tarde para escuchar la lectura del plan enviado por Echávarri.79
Iturbide dio seguridades a la junta sobre la prontitud y eficacia de
las medidas que adoptaría y sobre el apoyo de todos los miembros
del ejército, con excepción de unos dos mil. Algunos de los miembros de la junta deseaban discutir el plan y actuar de inmediato,
pero Iturbide recomendó el nombramiento de una comisión que
deliberase antes de proponer acción alguna. Mariano Mendiola,
Toribio González, el marqués de Rayas, Francisco Argandar y Juan
Nepomuceno Mier y Altamirano fueron designados como miembros de la comisión.80
Ese mismo día, Iturbide expidió un manifiesto al pueblo en el
que hacía una confusa descripción de los sucesos de Casa Mata;
afirmaba que la comisión que, según el artículo 7, debería ser
despachada inmediatamente para poner el plan en sus manos no
había llegado todavía;81 y reiteraba su promesa de actuar solamente para el bien del país y de no utilizar más que métodos pacíficos
para cal­mar y recuperar a los miembros del ejército que, según él,
se halla­ban equivocados y malamente informados. El documento fue expedido el 10 de febrero y apareció en la Gaceta del día
siguiente.82
El día 10, Iturbide decidió enviar una comisión que negociara con Echávarri; a ese efecto, nombró a Pedro Celestino Negrete, Mariano Nicolás Robles, Juan José Espinosa de los Monteros,
Bustamante, Diario histórico de México, p. 138.
Ibid., pp. 164-165. Banegas Galván, op. cit., ii, p. 278. La versión modificada del
plan se encuentra en Bustamante, op. cit., pp. 170-172, y en Olavarría y Ferrara, op.
cit., p. 88. El plan completo se encuentra en Miguel M. Lerdo de Tejada, Apuntes
de la heroica ciudad de Vera Cruz, ii, pp. 262-263; Zavala, op. cit., i, pp. 164-165;
Zamacois, op. cit., xi, pp. 449-450; Diario de la junta nacional instituyente del imperio
mexicano, i, pp. 377-379; Iturbide, op. cit., pp. 113-116; Breve diseño crítico de la
emancipación y libertad de la nación mexicana..., pp. 118-121; y en una traducción
al inglés de Benson, “The Plan of Casa Mata”, The Hispanic American Historical
Review, xxv, pp. 49-40. Veracruz había adoptado el plan que llevaba el nombre de
esa ciudad y que había sido enérgicamente rechazado por Iturbide, por lo que no
debe sorprender el que en la versión promulgada por el ayuntamiento del puerto
se haya omitido el artículo que establecía que una comisión debía llevar copias del
Plan de Casa Mata a la ciudad de México para ponerlas en manos de su majestad,
el emperador.
78
Alamán, op. cit., v, p. 715.
79
La Junta Nacional Instituyente fue creada en noviembre de 1822. El 31 de octubre de ese año, Iturbide disolvió el primer Congreso constituyente y declaró
que, hasta que pudiese convocarse un nuevo Congreso, la representación nacional
76
77
178
recaería en una junta compuesta de dos diputados por cada provincia con representación amplia en el cuerpo disuelto y un diputado por cada provincia con una
representación reducida; y él sería quien designara a esos diputados; Gaceta del Gobierno Imperial de México, 5 de noviembre de 1822. Iturbide nombró a 45 diputados
propietarios y ocho suplentes y la junta inició sus sesiones el 2 de noviembre; ibid.,
7 de noviembre de 1822.
80
Diario de la junta nacional instituyente..., i, pp. 377 y 380.
81
Parece ser que Iturbide creía que Echávarri y sus fuerzas debieron sentarse con
las manos cruzadas a esperar su respuesta mientras los comisionados negociaban
con él.
82
Gaceta del Gobierno Imperial de México, 11 de febrero de 1823; Bustamante, Diario histórico..., p. 175.
179
Nettie Lee Benson
Ramón Esteban Martínez de los Ríos y Carlos García,83 quienes
llegaron a Jalapa el 17 de febrero.84
En la ciudad de México, mientras tanto, la comisión nombrada
por Iturbide con objeto de emitir su opinión acerca del Plan de
Casa Mata lo había denunciado con gran amargura. Algunos de los
diputados presentes en la sesión de la Junta Nacional Instituyente
creyeron conveniente reformar el texto del informe, suavizándolo
en algo, y uno de ellos llegó a sugerir que se reinstalara el disuelto
Congreso, pero la mayoría decidió aceptar el informe de la comisión, tal como se publicó en la Gaceta del Gobierno Imperial de
México.85
No mucho tiempo después de haber enviado a Iturbide la comunicación de Echávarri, la Diputación Provincial de México recibió una carta en la que se le anunciaba que Puebla había adoptado
el Plan de Casa Mata en su totalidad y envió a Iturbide esa nueva
comunicación junto con su respuesta, concebida en los siguientes
términos:
A nombre de la humanidad esta Diputación da a V.E. [la Diputación Provincial de Puebla] las debidas gracias por el celoso esmero
con que procura evitar los males consiguientes a la guerra civil, y
la desunión de los miembros de la sociedad. Puede V.E. estar segura de que el deseo constante de esta Diputación y de la mayoría de
los individuos que componen su provincia se dirige a la reunión
de un Congreso Nacional electo con toda libertad, y conforme
a los sanos y reconocidos principios del derecho público, y que
V. La asunción de las diputaciones provinciales
para conseguirla [la reunión del Congreso] procurará valerse de
los medios que dicte la prudencia y permitan las leyes. México,
26 de Febrero de 1823. [Firmado] Lic. José Benito Guerra, José
Alejo Alegría, Dr. José María Mora, Lic. José Florentino Conejo,
Francisco Javier de Heras.86
A Echávarri se le envió una breve nota en la que se le decía que,
del contenido de la comunicación a la Diputación Provincial de Puebla, podría deducir los sentimientos e inclinaciones de la de México.
En ninguna de esas comunicaciones se decía nada que pudiese
ofender a Iturbide o a su gobierno; las cartas simplemente repetían los sentimientos que Iturbide había declarado con insistencia
como los suyos propios. El 1 de marzo, no obstante, la diputación
provincial le dirigió una carta en la cual lo exhortaba, como el
único remedio posible para la situación, a la reinstalación inmediata del disuelto Congreso a fin de que éste pudiera redactar una
nue­va Constitución o convocar a una nueva asamblea que se encargara de ello;87 y, en otra comunicación, se oponía “a la orden de
Iturbide de armar al populacho de la ciudad” y le advertía que “a él
mismo se le consideraría responsable por la anarquía y el tumulto
que seguramente resultarían de tal medida”.88
Así, con la adopción del Plan de Casa Mata por casi todas las
provincias en un periodo no mayor de seis semanas,89 México
quedó dividido en provincias o estados independientes. Al tiempo
que cada una de ellas prestaba su adhesión al plan, su diputación
Banegas Galván, op. cit., ii, p. 281; Bustamante, op. cit., pp. 170-178. Este último
autor dice que, no obstante, antes de la partida del grupo, el 11 de febrero, José
Demetrio Moreno fue nombrado como reemplazante de Robles, pero en todos los
documentos que han sido encontrados expedidos por esa comisión se encuentra el
nombre de Robles como uno de los firmantes.
84
Manuel Rivera, Historia antigua y moderna de Jalapa y de los revolucionarios del
estado de Veracruz, ii, p. 289.
85
Diario de la junta nacional instituyente, i, pp. 381-391; Gaceta del Gobierno Imperial de México, 20 y 22 de febrero de 1823.
Informe oficial de la Diputación Provincial de México, 6 de marzo de 1823, p. 5;
Mora, Obras completas; Obra política, ii, pp. 24-25.
87
Ibid., pp. 5-6.
88
Bustamante, Diario histórico de México, p. 275.
89
Chiapas nunca se adhirió al plan. Cuando fue presentado por primera vez a
aquella provincia, fue rechazado. Más tarde, cuando Vicente Filisola propuso que
Chiapas se uniera a Guatemala, aquélla rechazó también esa propuesta y empezó a
establecer un gobierno independiente de México y Guatemala. Trens, op. cit., pp.
229-231. No se han podido hallar las actas de las diputaciones provinciales de las
provincias de Sonora y Sinaloa, Nuevo México y Tlaxcala.
180
181
86
83
Nettie Lee Benson
V. La asunción de las diputaciones provinciales
provincial asumía el dominio absoluto sobre sus propios asuntos
provinciales y se declaraba a sí misma independiente del aún existente gobierno central de Iturbide. Sin embargo, tales resoluciones
no significaban que las provincias hubiesen intentado constituirse
en naciones soberanas e independientes; por el contrario, todas
reconocían formar parte de la nación mexicana. Pero en el Plan de
Casa Mata no se había previsto el establecimiento de un gobierno
nacional, tal vez porque sus autores no consideraron esa necesidad o porque creyeron que una determinación de tal naturaleza
era claramente incompatible con el artículo 11, que establecía que
la situación del emperador debería ser determinada por la repre­
sentación nacional. Sea cual fuere la razón, como resultado de la
aceptación del plan, México se enfrentó pronto con el problema de
no tener un gobierno nacional reconocido. Las provincias rebeldes
se dieron perfecta cuenta de la situación y empezaron a dar los
pasos necesarios para ponerle remedio.
La Diputación Provincial de Michoacán nombró a José Mariano Michelena como su representante con el propósito de que consultara con los de las provincias de Guanajuato y Querétaro acerca
de un gobierno nacional compuesto de diputados procedentes de
todas las provincias.90
La de Puebla tomó medidas similares. Ya para el día 4 de marzo
había enviado a las diputaciones provinciales y ayuntamientos de
todo México comunicaciones en las que les proponía que enviaran
representantes a Puebla con objeto de conferenciar sobre el problema de constituir un gobierno nacional provisional y también
sobre el restablecimiento del antiguo Congreso o la convocación
de uno nuevo.91 Los oficiales del ejército que ya se encontraban en
Puebla en esa fecha estuvieron de acuerdo con el proyecto de que
cada provincia enviara a Puebla dos representantes, los cuales deberían considerar los medios para establecer un gobierno nacional
provisional y un Congreso.92
Las propuestas de Puebla causaron cierta confusión en las provincias de Michoacán, Querétaro, Guanajuato y San Luis Potosí,
pero sólo por breve tiempo. Esas intendencias estaban procediendo
de acuerdo con las sugerencias de Michoacán, cuando la propues­
ta de Puebla planteó el problema de si los representantes deberían
desplazarse a esa ciudad o reunirse en algún otro lugar dentro de sus
propias fronteras.93 Para el 12 de marzo, Michelena recomendó que
los representantes de esas cuatro provincias se reunieran en Querétaro con el fin de decidir si iban a Puebla.94 La Diputación Provincial
de Guanajuato había elegido a sus representantes a la reunión de
Querétaro,95 pero parece ser que recibió una comunicación de las
Provincias Internas de Oriente, pues resolvió enviar allá sus representantes. Temiendo que este cambio del lugar de la reunión causara
demoras innecesarias, Michelena urgió a la Diputación Provincial
de Querétaro a que enviara mensajes a las de Michoacán, Guanajuato, San Luis Potosí, las Provincias Internas de Oriente, etc., para pedirles que convinieran en considerar a Querétaro como el lugar de
la reunión, al menos provisionalmente. Mientras tanto, él se dirigía
a Puebla con el propósito de informarse sobre lo que ocurría allá.96
Sin leyes no hay libertad ni hay leyes si no se observan o sea manifiesto que hace la
Diputación Provincial Gubernativa de Michoacán a sus habitantes sobre los acontecimientos de estos últimos días, pp. 6-7. Este manifiesto lo firmaron los miembros de
la Diputación Provincial de Michoacán el 8 de marzo de 1823.
91
Acta de Toluca sobre la remisión de un diputado a Puebla, f. 3; “Diputación Provincial de Guanajuato a la Diputación Provincial de Querétaro”, Guanajuato, 10 de
marzo de 1823, ms. en la Hernández y Dávalos Collection, Universidad de Texas.
Ibid.
“Diputación Provincial de Querétaro a Mariano Michelena”, Querétaro, 13 de
marzo de 1823; “Diputación Provincial de Querétaro a la Diputación Provincial de
Michoacán”, Querétaro, 13 de marzo de 1823; “Diputación Provincial de Querétaro a Mariano Michelena”, Querétaro, 12 de marzo de 1823, ms. en Hernández y
Dávalos Collection, Universidad de Texas.
94
“Diputación Provincial de Guanajuato al jefe político de la provincia de Querétaro”, Guanajuato, 14 de marzo de 1823, ms. en Hernández y Dávalos Collection,
Universidad de Texas.
95
Ibid.
96
“Michelena al jefe político de la provincia de Querétaro”, San Juan del Río, 12 de
marzo de 1823. Una copia de esta carta fue enviada por la Diputación Provincial
182
183
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92
93
Nettie Lee Benson
Diez días más tarde, Michelena supo que no se había llevado a
cabo ninguna reunión. La carta que recibió con posterioridad da
idea de la confusión existente.97 Michelena, nombrado como uno
de los representantes de Michoacán a la reunión de Querétaro, había ido a tomar parte en las conferencias que se reunían en Puebla,
en las que participaban oficiales del ejército, antiguos diputados
pertenecientes al ya disuelto Congreso y representantes nombrados por varias diputaciones provinciales, de conformidad con la
propuesta poblana del 4 de marzo. Como parece haberse suscitado
alguna dificultad en cuanto a la presencia en esas reu­niones de representantes de las diputaciones provinciales, Michelena presentó
su renuncia como tal y dio a conocer en esa carta que él había sido
uno de los primeros en proponer la reunión de representantes provinciales que adoptaran las medidas conducentes al restablecimiento de un gobierno nacional; sin embargo, la Diputación Provincial
de Michoacán se negó a aceptar su renuncia y le pidió la mantuviera
informada de todos los acontecimientos y progresos.98 La ambigüedad latente del Plan de Casa Mata confundió también a Iturbide. Parece ser que, al principio, el emperador no creía que el plan estaba
directamente dirigido en su contra y envió una comisión destina­da
a conferenciar con los jefes de la revuelta. Por su parte, parece ser
que los miembros de la Junta Nacional Instituyente adoptaron una
actitud mucho más realista con respecto al plan, pues aconsejaron
tomar medidas enérgicas, pero el emperador decidió esperar.
Los comisionados de Iturbide llegaron a Puebla el 13 de febrero y desde allí enviaron una comunicación a Echávarri en la que
le informaban de su propósito de manifestar a los jefes del Plan de
Casa Mata:
de Querétaro a la de las Provincias Internas de Oriente; se encuentra en los Bexar
Archives, Universidad de Texas.
97
“Juan José García a Michelena”, Querétaro, 22 de marzo de 1822, en Hernández
y Dávalos Collection, Universidad de Texas.
98
“José María Ortiz, secretario a la Diputación Provincial de Michoacán, a Michelena”, Valladolid, 28 de marzo de 1823, en Hernández y Dávalos Collection,
Universidad de Texas.
184
V. La asunción de las diputaciones provinciales
[...] la invariable resolución en que S.M. había estado y perma­
necía, de que el Gobierno fuera monarquía moderada constitucional y que se expidiera con toda la brevedad posible la convocatoria correspondiente para la reunión del Congreso Nacional
Instituyente.
Al mismo tiempo, la comisión hacía notar que los sentimientos
benéficos de Su Majestad estaban de acuerdo con los principios
liberales e ilustrados que se creía habían determinado la proclamación del Plan de Casa Mata.99
Los comisionados recibieron en Tepeyahualco la respuesta de
Echávarri; en ella éste les informaba que, el 15 de febrero, una
reunión de los representantes del ejército había unánimemente
designado una delegación de generales y otros oficiales para conferenciar con los comisionados en Perote; sin embargo, la decisión
fue revocada al día siguiente y se aconsejó a los comisionados que
se dirigieran a Jalapa con el fin de tratar directamente con los portavoces del ejército.
La comisión llegó a Jalapa el 17 de febrero e inmediatamente
se reunió con la junta general de guerra para conferenciar. En la
reunión se leyó el Plan de Casa Mata, y Negrete, portavoz de los
comisionados, dijo que el emperador se hallaba totalmente de
acuerdo con la instalación del soberano Congreso y que se podría
llegar rápidamente a un acuerdo si la junta se mostraba dispuesta
a iniciar una discusión de los artículos del plan con el propósito de modificar las partes que pudieran parecer perjudiciales para
la nación, particularmente las que se referían a la convocatoria
del Congreso. Gregorio Arana se opuso inmediatamente a cualquier reforma al plan sin contar primero con la presencia de repre­
sentantes de las fuerzas de Guadalupe Victoria acantonadas en El
Puente y de las de Santa Anna, en Veracruz. Manuel E. Hernández se opuso también a “todo lo que no fuese oír la voz de la
“Comunicación de los comisionados a Echávarri”, Puebla, 13 de febrero de 1823,
en Banegas Galván, op. cit., ii, pp. 288-289.
99
185
Nettie Lee Benson
V. La asunción de las diputaciones provinciales
nación por medio de las diputaciones provinciales”. Después de
una prolongada discusión, la mayoría decidió esperar la llegada
de representantes de los cuerpos de El Puente y de la Diputación
Provincial de Veracruz.100
Al día siguiente, no obstante, la junta de guerra decidió que
Echávarri y parte de sus fuerzas deberían dirigirse a Puebla. Ante
tal decisión, los comisionados urgieron entonces la reunión de una
nueva conferencia a fin de llegar a alguna decisión sobre los puntos de mayor importancia, aun cuando los representantes de El
Puente y Veracruz no hubiesen llegado todavía. En una conferencia celebrada el 20 de febrero, surgió nuevamente la oposición a
todo cambio; José M. Portillo afirmó que:
artículo de ese convenio, en el sentido de que los cuatro precedentes permanecerían vigentes hasta que Iturbide hubiese hecho
conocer su adhesión al Plan de Casa Mata, mostraba claramente que los comisionados no habían conseguido llegar a ningún
compromiso en relación con el plan.102 El 26 de febrero, Iturbide
convocó a una sesión secreta extraordinaria de la Junta Nacional
Instituyente, a cuyos miembros dio a conocer el informe de sus comisionados y les pidió sus opiniones. Les informó igualmente que
el ejército rebelde de Casa Mata exigía un Congreso convocado
según las normas de la Constitución española, además de desear
que el ejército fuese pagado por el tesoro nacional y que se llevara
a cabo la demarcación de una línea que no deberían traspasar ni
las tropas rebeldes ni las del gobierno. Según Bustamante, Iturbide
aseguró a la junta que sus comisionados habían hecho un convenio con las fuerzas de Echávarri en el sentido de que el Congreso debería ser convocado conforme a la Constitución española y
que debería tener entera libertad para decidir la forma de gobier­
no que le pluguiera. Iturbide añadió que, en cuanto a él y su
dinastía, no habría problema, pues renunciaba a todos sus derechos; pero que sí se opondría al establecimiento de una república,
porque en su opinión una monarquía moderada habría de exigirse
siempre.103 El asunto pasó a una comisión compuesta por Mariano Mendiola, Miguel Guridi y Alcocer, Manuel López de la Plata,
José María Bocanegra, José Vicente Orantes, Antonio José Valdés y
Agustín Iriarte, la cual informó ese mismo día que:
1) El plan para la convocatoria del Congreso expedido por la
Junta Nacional Instituyente debería ser enviado por medio de comisionados a la Junta General de Guerra de las fuerzas revolucionarias a fin de que sus jefes pudieran darse cuenta de que las
bases del plan de elecciones ya expedido eran más liberales que
las establecidas por la Constitución española y por la Soberana
Junta Gubernativa y de que ninguna persona o grupo tenía mejor
Puesto que la Junta de Guerra no podía dictar leyes para los pueblos, era necesario esperar la concurrencia de todas las diputaciones provinciales que se habían adherido al plan para que se conociera la opinión pública, que era la que el ejército debía sostener.
Otros encontraron peligrosa la sugerencia de Portillo. Arana
se opuso una vez más a que se tomara cualquier resolución. Finalmente, se estableció un convenio, según el cual: 1) si el país
lo creía mejor, la convocatoria debería hacerse con arreglo a la
práctica en España; 2) la línea limítrofe que se conservaría entre
las fuerzas de Echávarri e Iturbide se determinaría en Puebla, y
3) una vez que el emperador aprobara esta decisión, el gobierno
debería pagar los gastos del ejército, los caminos serían abiertos
al comercio y se dejaría libre la comunicación con la metrópoli.101
Conforme a la segunda resolución aprobada, el 25 de febrero se
llegó a un acuerdo sobre la línea de demarcación entre las fuerzas
de Iturbide y las de Echávarri; sin embargo, el quinto y último
Banegas Galván, op. cit., ii, pp. 289-290. Este autor cita las actas de la reunión
del 17 de febrero de 1823 en Jalapa, que encontró en el Archivo General de la
Nación, México.
101
Banegas Galván, op. cit., ii, p. 293, cita el convenio en su totalidad.
100
186
102
103
“Convenio”, Gaceta del Gobierno Imperial de México, 6 de marzo de 1823.
Bustamante, Diario histórico de México, pp. 251-252.
187
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V. La asunción de las diputaciones provinciales
derecho para afirmar que era la voz de las provincias que la misma
Junta Nacional Instituyente, la cual estaba compuesta por personas que merecían la confianza de ellas.
2) En caso de que la Junta General de Guerra presentase objeciones que los comisionados no estuvieren en condiciones de
resolver la Junta de Guerra debería nombrar a sus propios comisionados con el fin de que explicasen las objeciones a la Junta Nacional Instituyente y participaran en su discusión, de manera que
se salvaguardaran los intereses de la nación mediante la adopción
de la ley de elecciones que establecía la Constitución española o de
una redactada por la Junta Nacional Instituyente o por la Soberana
Junta Gubernativa Provisional o de una combinación de las tres.
3) La cuestión de la línea de demarcación debería dejarse a la
prudencia y discreción del emperador.
4) Todos los demás asuntos, como el pago de los haberes del
ejército, las disposiciones sobre la libertad de comercio y comunicación con la capital y la administración de los impuestos, consecuencia todo del estado de guerra, y la manera como el país
debería ser gobernado hasta la instalación del Congreso deberían
posponerse hasta después de que se hubiere expedido la convocatoria a elecciones.
El informe de la comisión fue aprobado.104 El 27 de febrero, un
día después de que, con excepción de Negrete y García, regresaran
a la capital los comisionados de Iturbide, éstos presentaron dos
informes al emperador. En uno de ellos le hacían la relación de las
conferencias oficiales y de los acuerdos a que se había llegado y,
en el otro, de las conclusiones a que habían llegado ellos mismos
a partir de tales sesiones y de las conversaciones extraoficiales que
mantuvieron con Echávarri y sus lugartenientes. En el segundo
informe, los comisionados explicaban por qué habían dejado de
presionar en lo referente a la modificación del artículo 2 del Plan
de Casa Mata, que era el que Iturbide más objetaba y del que par­
ticularmente deberían haber conseguido su reforma, conforme a
las instrucciones que recibieron.105 Iturbide había insistido repetidas veces en que se hallaba de acuerdo con el plan, ya que éste
se refería a la pronta instalación del Congreso, y en que la Junta
Nacional Instituyente, instruida por él para preparar el proyecto
de convocatoria a tal asamblea, se había apresurado a completarlo
y él mismo había ordenado su publicación el día 23 de febrero.106
Martínez de los Ríos, uno de los comisionados, había propuesto en las discusiones con Echávarri y sus partidarios que, con el
propósito de hacer aceptable el artículo 2, se adoptase en su lugar
el sistema español para la elección de diputados, con la simple
modificación de elegir un diputado por cada treinta mil habitantes.107 Al sugerir la modificación, Martínez de los Ríos había hecho
notar que tal cambio había sido ya considerado por la comisión
de la Junta Nacional Instituyente que se hallaba trabajando en el
proyecto y, de esa manera, había dado a conocer el hecho de que la
Junta Nacional Instituyente ya poseía un proyecto de convocatoria
al Congreso. Tras comprender que Echávarri y sus consejeros se
mostraban poco favorables a ese cambio, los comisionados decidieron no insistir en ello, lo cual se deduce de su informe extraoficial a Iturbide, en el que le decían:
Como nuestro objeto principal fue que la junta [de Echávarri y
sus consejeros] se convenciese de ellos [los gravísimos defectos
de la convocatoria al primer Congreso y propuestos en el artículo
2 del Plan de Casa Mata], nos pareció no deber exceder de esta
Sesión del 26 de febrero de 1823, en Diario de la junta nacional instituyente del
imperio mexicano, i, pp. 433 y 435-436.
No se ha podido encontrar ningún documento con las instrucciones que Iturbide dio a sus comisionados, pero el informe de éstos fue publicado en la Gaceta del
Gobierno Imperial de México del 15 de marzo de 1823; y, por otra parte, la descripción de las conferencias que hace Banegas Galván, op. cit., ii, pp. 288-294, demuestra que la modificación del artículo 2 del Plan de Casa Mata, que establecía que la
convocatoria del Congreso debería hacerse sobre la base prescrita para el primero,
era la primera preocupación de Iturbide.
106
Gaceta del Gobierno Imperial de México, 25 de febrero de 1823.
107
Banegas Galván, op. cit., ii, p. 292.
188
189
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105
Nettie Lee Benson
línea luego que observamos la deferencia de la junta a que se variase aquel artículo si los pueblos, encontraban por más justo que
se adoptase la convocatoria que sirve en España; y siempre nos
propusimos hacer todo esto presente a V.M.I. para que informado
del espíritu con que obró el ejército para templar la opinión de los
que insistían en la reinstalación del Congreso, pudiese resolver
lo que conceptuase más directo, a fin de salir de una vez del desvelo en que ha tenido a V.M.I. la conservación del sistema representativo y su más pronta organización.
Los comisionados propusieron entonces la reinstalación del
disuelto Congreso como la más rápida y efectiva solución del pro­
blema. Como se imponía una decisión inmediata, el volver a convocar al antiguo Congreso evitaría la inevitable demora que se
causaría en caso de seguirse el sistema español, lo mismo que la
oposición que pudiera presentarse a cualquier otro sistema y la no
remota divergencia de opinión que pudiera darse entre provincias
que deseasen una u otra forma. Los comisionados aconsejaron a
Iturbide que, resolviéndolo así, se vería libre de la acusación de
haber presionado en el asunto y, aun cuando pudiera acusársele
por haber disuelto el antiguo Congreso o tachársele de débil por
restablecerlo, ellos creían que el emperador no permitiría que tales
críticas pudieran impedirle hacer lo que fuera mejor para el país.108
El 1 de marzo, la Diputación Provincial de México también recomendó que Iturbide instalara de nuevo el antiguo Congreso a fin
de que o bien pudiera completar las labores para las cuales había
sido anteriormente convocado o convocara a uno nuevo, mientras
provisionalmente ejercía las funciones legislativas en los casos más
urgentes. La diputación advirtió a Iturbide que sólo tal medida
de su parte podría salvar al país de la anarquía total.109 Iturbide, de
acuerdo con su Consejo de Estado, convocó al Congreso el 4
de marzo. En la respectiva proclama, el emperador afirmó que él
108
109
Gaceta del Gobierno Imperial de México, 15 de marzo de 1823.
Ibid.; Mora, Obras completas; Obra política, ii, pp. 26-28.
190
V. La asunción de las diputaciones provinciales
se había dedicado a trabajar en la reforma del Congreso, creyendo
que tal era la voluntad del pueblo, pero que, puesto que éste deseaba que la antigua asamblea deliberante reasumiera sus funciones,
así lo decretaba.110
Gracias a esta medida, Iturbide hizo abortar el Plan de Casa
Mata, que pedía claramente la elección de diputados a un nuevo
Congreso y no la restauración del disuelto. Ahora bien, las intendencias y diputaciones provinciales se habrían dado por satisfechas si el Congreso restaurado se hubiese dedicado de inmediato
a la convocatoria de elecciones a un nuevo Congreso, como lo
propuso el Plan de Casa Mata; sin embargo, el Congreso restaurado no inició la redacción de la ley electoral inmediatamente; por
el contrario, como se verá en el siguiente capítulo, el antiguo Congreso restaurado hizo todo lo posible por mantenerse en el poder.
La primera reunión del Congreso, llamado por Bustamante
Junta Nacional Instituyente111 porque la mayoría de los 53 diputados que asistieron habían sido miembros de tal cuerpo, se llevó a
cabo el 7 de marzo. Tomás Alamán112 hizo notar que la autori­dad
del Congreso estaba en tela de juicio, que muchos de los dipu­
tados entonces presentes habían compuesto la Junta Nacional
Instituyente, entidad que no gozaba del apoyo nacional, y que su
provincia de Guanajuato había adoptado el Plan de Casa Mata, en
el cual se establecía que un nuevo Congreso sería convocado. Por
lo tanto, arguyó, era necesario esperar al menos la llegada de la
mayoría de los diputados y la respuesta de las provincias al decreto
que convocaba al antiguo Congreso constituyente a que volviera
a reunirse.113 Lorenzo de Zavala, José Antonio Valdés, Fernández
Gaceta Extraordinaria del Gobierno Imperial de México, 5 de marzo de 1823.
Bustamante, Diario histórico de México, p. 290.
112
Tomás Alamán era tío de Lucas Alamán.
113
Actas del Congreso constituyente de México, iv, p. 5. El argumento de Alamán sorprende grandemente cuando se piensa que Lucas Alamán (Historia de México, v, p.
739) acusa a Michelena de haber iniciado el federalismo en México en la junta de
Puebla del 15 de marzo de 1823 y lo condena por haber hablado, supuestamente,
en favor de que se oyera a las provincias antes de reconocer al Congreso, ocho días
110
111
191
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V. La asunción de las diputaciones provinciales
de Córdova y José Joaquín Herrera estuvieron de acuerdo con Alamán en que el número de diputados presentes a la sazón no era
suficiente para que el Congreso pudiera reasumir sus funciones.
José Valle, recientemente nombrado por Iturbide para desempeñar el cargo de ministro de asuntos interiores y exteriores,
expre­só que el argumento de Alamán se hallaba fuera de lugar,
que únicamente eran necesarios cuarenta o cincuenta miembros
y que las sesiones deberían iniciarse en seguida. Con todo, a pesar de que el mismo Iturbide solicitó una resolución inmediata, el
cuerpo esperó hasta el siguiente día.
Pero no fue sino hasta casi tres semanas más tarde, es decir,
el 29 de marzo, cuando el cuerpo legislativo se declaró en sesión.
Durante ese tiempo, se llevaron a cabo muchos intentos para declarar abierto el Congreso, pero siempre hubo diputados que se
levantaron para poner en tela de juicio la autoridad de la asamblea.
El 10 de marzo, Miguel Muñoz dijo a los diputados presentes:
vocatoria de éste.114 Bustamante, Valle y otros mantuvieron que
el Congreso podía declararse a sí mismo legalmente instalado y
que su restablecimiento era lo que deseaba el pueblo, no estando
tampoco esto en oposición al Plan de Casa Mata; sin embargo, los
diputados seguían sin lograr ponerse de acuerdo.
Mientras tanto, la proclama con que Iturbide convocaba de
nuevo al antiguo Congreso había llegado a las provincias. Los jefes
de las fuerzas rebeldes se encontraban aún en Puebla y, ahí, una
junta —compuesta por representantes del ejército, el jefe político
de Puebla, miembros de su diputación provincial, diputados al disuelto Congreso que a la sazón se encontraban allí, tres párrocos y
tres representantes del ayuntamiento— expidió el 7 de marzo un
manifiesto en el que se desconocía al recién reinstalado Congreso,
por no gozar éste de completa libertad, y se pedía a las otras diputaciones provinciales que enviaran dos representantes a Puebla
con objeto de determinar la mejor manera de restablecer la representación nacional.115
Dos días más tarde, la misma junta resolvió informar al gobierno titular de México, lo mismo que al de cada una de las
provincias, que no reconocería ni obedecería al llamado Congreso por no ser éste nacional; no era tampoco, ni podía ser, enteramente libre bajo el gobierno que lo había convocado de nuevo
y, además, incluía diputados que habían sido proscritos por la
nación por no haber demostrado verdadera firmeza de carácter.
El gobierno de Iturbide debería evacuar la capital a fin de que pu­
diera establecerse un Congreso verdaderamente libre o, en caso
contrario, permitir a los diputados que se reunieran donde lo tuvieran a bien.116 El día 3 de marzo, los diputados al Congreso
Por las actas que se han celebrado en las provincias, se ve que hay
una total adhesión al plan del general Echávarri; por ésto se vé
que no se quiere a este Congreso, sino que se haga una nueva convocatoria según las bases de la Junta Gubernativa. Por tanto, no
debemos tomar ninguna providencia porque no hay diputados en
virtud de estar anulados sus poderes, según aquella declaración,
aunque los actuales pueden ser reelegidos; y por consiguiente no
hay Congreso.
Y, el mismo día, Melchor Múzquiz afirmó que, puesto que las
provincias que se habían retirado de la obediencia al gobierno central querían un nuevo Congreso, los diputados del antiguo que se
habían reunido de nuevo deberían ocuparse únicamente de la con-
después de que Tomás Alamán hubiese argumentado en el seno del Congreso restaurado que no se podía hacer nada sin antes oír la opinión de las provincias (para
más detalles acerca de este asunto, véase infra, nota 118).
Actas del Congreso constituyente mexicano, iv, pp. 15 y 20.
Ibid., pp. 44-55.
116
Acta de la Junta de Puebla sobre la reinstalación del Congreso mexicano, p. 4. Las
actas de esa junta fueron impresas en Puebla en un folleto de dos páginas sin título
ni lugar de impresión y reimpresas en México con el título citado. Hay ejemplares
de los dos impresos en los Bexar Archives, Universidad de Texas.
192
193
114
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V. La asunción de las diputaciones provinciales
restaurado escucharon el informe de una comisión que nombraran diez días antes para que estudiara la correspondencia entre
el gobierno y las fuerzas rebeldes, lo mismo que con las provincias que habían adoptado el Plan de Casa Mata, y recomendara la
actitud que debería adoptar el Congreso. La comisión afirmaba
en su informe que: 1) el Congreso constituyente no había sido
legalmente disuelto y, por lo tanto, era tan legítimo como lo había sido el día en que se reunió por primera vez; 2) cuando los
diputados nombrados para integrarlo fueron reunidos de nuevo,
tenían la autoridad necesaria para tomar acuerdos legislativos
y, por ende, podían ejercer la función legislativa; 3) solamente
tal cuerpo tenía el derecho de convocar a un nuevo Congreso, y
4) una comisión debería ser enviada a Puebla para hacer saber
a los jefes del ejército y a las autoridades allí reunidas lo que el
Congreso y el gobierno habían hecho e intentaban hacer y para
convencerlos de que el Congreso podía funcionar con entera libertad y de que su reconocimiento y apoyo constituían la única
manera de salvar de la anarquía al país.
Con respecto a los tres primeros puntos, los diputados decidieron que no era necesario ningún acuerdo; el cuarto fue aprobado
en la forma de una proposición en el sentido de que se pidiera a
la Diputación Provincial de México que nombrara a uno de sus
miembros para acompañar a la comisión del Congreso, pues tal
representante daría mayor importancia a la delegación. Rafael
Mangino y Manuel Sánchez de Tagle fueron nombrados para representar al Congreso y José Florentino Conejo fue designado
representante de la diputación provincial.117 A su llegada a Puebla
con Bravo y Negrete, a quienes habían encontrado en el camino,
se convocó a una junta compuesta por quienes habían integrado
las antiguas juntas de Puebla; pero ni Michelena ni ningún representante de las otras diputaciones provinciales se hallaban presen­
tes, contrariamente a lo que dicen Lucas Alamán, Bustamante y
Banegas Galván.118 En esa reunión del 15 de marzo, los comisionados explicaron que, puesto que la autoridad del Congreso restablecido era indiscutible, su único propósito al venir a Puebla era
hacer saber a los jefes militares y a los cuerpos gubernativos de
Puebla que el cuerpo legislativo representado por ellos gozaba
de completa libertad. Insistieron igualmente en que, si era el ca­
so de llamar a un nuevo Congreso, el antiguo era el único cuerpo
dotado de suficiente autoridad para decidir la respectiva convocatoria. Tras prolongada discusión, la junta resolvió que, si se reunía
el número necesario de diputados, el ejército y la junta reconocerían y obedecerían al Congreso que había sido ilegalmente disuel-
117
Actas del Congreso constituyente mexicano, iv, pp. 45-52.
194
Alamán, Bustamante y Banegas Galván afirman que la idea del federalismo principió con esta junta de Puebla; y todos dicen que asistieron a ella representantes
de otras diputaciones provinciales y que Michelena, representando a la Diputación
Provincial de Michoacán, propuso en esa junta del 15 de marzo la federación de las
provincias. Alamán, op. cit., v, p. 739; Bustamante, Historia del emperador d. Agustín
de Iturbide, p. 111; Carlos María de Bustamante, El honor y patriotismo del general
Nicolás Bravo, p. 35; Banegas Galván, op. cit., ii, p. 323. Parece ser que Alamán
basa su afirmación en la declaración de Bustamante; afirma que Michelena y los
representantes de las diputaciones provinciales participaron en la junta y que “se
decía” que Michelena propuso en ella la federación de las provincias. Pero las actas
de la junta fueron impresas y en ellas se nombra específicamente a los asistentes
a la reunión y lo que fue dicho por cada uno de ellos. Los nombres de todos los
presentes fueron registrados. El propio Bustamante conservó para nosotros, en el
t. manuscrito de su Diario histórico de México, 1822-1823, las actas impresas de la
junta, que fueron intituladas Firmeza de los poblanos con la comisión de México, y
no aparecen en ellas ni el nombre de Michelena ni los de representantes de otras
diputaciones. Toda la discusión trató de si se reconocería o no al Congreso restaurado, y, aunque varias personas criticaron muy severamente a Iturbide, no se hizo
ninguna mención a la federación o las diputaciones provinciales.
Es muy dudoso que Michelena hubiese llegado a Puebla por aquella fecha. A
las nueve y media de la noche del 12 de marzo, estaba escribiendo una carta en San
Juan del Río, en la provincia de Querétaro. Para ir de allí a Puebla habría tenido
que hacer un largo y tortuoso viaje por las montañas, en especial porque Iturbide
había ordenado su aprehensión y las fuerzas del déspota, que aún tenían el dominio
de la ciudad de México, ocupaban los caminos entre San Juan del Río y Puebla. Si
Michelena estaba en Puebla el 15 de marzo a la hora de la reunión, ello significa
que tuvo que hacer el viaje, a caballo o en coche, en menos de cuarenta y seis horas.
118
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V. La asunción de las diputaciones provinciales
to, siempre y cuando los convencieran de la completa libertad de
dicho cuerpo.
Cuando los comisionados preguntaron qué medidas o condiciones constituirían prueba de tal libertad, algunos sugirieron
que el Congreso abandonase la ciudad de México; otros, que el
Poder Ejecutivo fuese constituido en regencia; sin embargo, no
se logró acuerdo alguno sobre el particular.119 El 16 de marzo, los
comisionados hicieron saber su fracaso en convencer a la junta de
Puebla de que el Congreso gozaba de entera libertad de acción,
pero hicieron notar asimismo que se celebraría una nueva reunión
ese mismo día, sobre la cual informarían posteriormente.120 No
obstante, en las Actas del Congreso no se encuentra mención alguna posterior a los comisionados. Mangino y Sánchez de Tagle
volvieron a ocupar sus asientos en ese cuerpo, pero no se hace
ninguna referencia ulterior a la junta de Puebla.
Los esfuerzos para mantener al Congreso en sesión fueron
continuos e infructuosos. Ni siquiera comenzó a actuar cuando
Iturbide abdicó el 19 de marzo, dejando a su cargo la designación
de un Poder Ejecutivo, pues algunos de los diputados, entre ellos
Bustamante, argüían que aún no se había logrado completar el número necesario de diputados. Bustamante afirmó también que, según las leyes de las Cortes (que aún se hallaban vigentes), en caso
de ausen­cia del jefe político o el intendente, los miembros de las
diputaciones provinciales, por su orden de elección, deberían asumir el Poder Ejecutivo, tal como se había hecho en las provincias
que ya no reconocían a Iturbide, y que la de México podía y debía
hacer lo mismo. Otros diputados estuvieron también de acuerdo
en sostener que, puesto que Iturbide en realidad estaba gobernan-
do únicamente la Intendencia de México, la administración de
ésta debía pasar, después de la dimisión de aquél, a las manos del
jefe político de México o, en su defecto, de su suplente.121
Todas estas discusiones revelan el hecho de que México se hallaba dividido en intendencias o provincias independientes, cada
una de las cuales había tomado por completo el cuidado de su
administración dentro de sus propias fronteras. El jefe político se
había convertido en el ejecutivo provincial y la diputación provincial, o una junta creada por ella, había asumido las funciones legislativas del gobierno de las provincias, y esto en casi todas ellas,
puesto que para mediados de marzo de 1823 eran muy pocas las
excepciones a este respecto. Y aunque la provincia de México no
lo había llevado a cabo, debido únicamente a la presencia de Iturbide, sus diputados estaban recomendando que se diera ese paso.
En realidad, tal como lo dijo Sánchez de Tagle, en ese momento
ya no había un verdadero gobierno central.122 El ejército de liberación entró a la ciudad de México el 26 de marzo y con él llegaron
muchos de los antiguos diputados al Congreso Constituyente. El
29 de marzo, estando presentes 103 diputados, el Congreso se declaró constituido en sesión legítima, reconoció la terminación del
Poder Ejecutivo bajo el imperio, lo mismo que la nulidad del Plan
de Iguala y el Tratado de Córdoba, y nombró una comisión que
habría de designar un gobierno ejecutivo provisional.
La desintegración del gobierno central de México se hizo más
evidente aún en el curso de los debates relativos a la publicación y
puesta en circulación de una proclama para anunciar el restablecimiento del Congreso. Cuando se propuso que el jefe político de la
provincia de México expidiera tal proclama, se objetó que su autoridad se hallaba circunscrita a su provincia y por lo tanto no tenía
facultades para hacer circular en toda la nación un manifiesto del
Congreso. Manuel Mier y Terán afirmó que únicamente el gobierno nacional debería hacer circular tal documento, pero en aquel
119
Firmeza de los poblanos con la comisión de México. Al comentar la reunión en su
diario el día 22 de marzo, Bustamante dice: “La acta de Puebla del 15 de este mes ha
sido publicada también en la ciudad de México con el título Firmeza de los poblanos, con la comisión de México. Vale la pena transcribir ese documento en nuestras
crónicas, por lo que añadimos el impreso a estas notas históricas”, Diario histórico
de México, pp. 326-327.
120
Actas del Congreso constituyente mexicano, iv, p. 55.
196
121
122
Ibid., iv, pp. 66-68.
Ibid., p. 68.
197
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entonces no había ninguna clase de Poder Ejecutivo nacional y las
provincias no reconocían otro que el de su propio jefe político.123
En realidad, desde esa fecha hasta la promulgación de la Constitución de 1824, la mayoría de las provincias de México mantuvo su
propio gobierno independiente y tan sólo obedecieron los decretos
del gobierno central por libre consentimiento de cada una de ellas.
El gobierno central no tenía ya poder para obligar a las provincias
o intendencias a que aceptaran sus decretos.
123
VI. Actitud de las diputaciones
provinciales respecto
a un nuevo Congreso
El restablecimiento del Congreso no puso fin al confuso problema
del gobierno central de México. Al principio pareció constituir una
feliz solución y muchas provincias enviaron sus congratulaciones
tanto al Congreso como al cuerpo ejecutivo por él establecido.
Puesto que en el Plan de Casa Mata se estipulaba la convocatoria a
un nuevo Congreso, la mayoría de las intendencias y diputaciones
provinciales esperaban verlo constituido rápidamente; además, en
vista de que 53 miembros del Congreso habían perdido la confianza y se habían ganado la animadversión de las provincias por haber formado parte de la Junta Nacional Instituyente de Iturbide, al
paso que otros habían participado activamente en la proclamación
de éste como emperador y, en general, todos los componentes del
primer Congreso constituyente habían sido elegidos conforme a
una ley nada satisfactoria para muchas de las provincias, el pueblo
deseaba nuevos representantes.
A pesar de ello, los diputados del antiguo Congreso estaban divididos acerca de la convocatoria a uno nuevo. Unos sostenían que
habían sido elegidos para expedir una constitución y que por ende
sus términos no expirarían hasta no haber cumplido tal misión,
al paso que otros estaban de acuerdo con las provincias en que se
convocase a un nuevo Congreso. Esta oposición entre el Congreso
y las provincias ahondó aún más la desintegración del gobier­no nacional y fue totalmente propicia a los partidarios del establecimiento de un régimen federal en México.
La proposición de Valentín Gómez Farías para que se convocase a un nuevo Congreso y se nombrase una comisión encargada
Ibid., pp. 96-97.
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VI. Actitud de las diputaciones provinciales
de preparar y presentar la ley electoral en un término de ocho
días, presentada el 2 de abril de 1823, fue apoyada por Melchor
Múzquiz. Se nombró en seguida una comisión, compuesta por
Ma­riano Herrera, Javier y Carlos María de Bustamante, Francisco
Sánchez de Tagle, Toribio González, Tomás Beltranena y Valentín
Gómez Farías, con el encargo de estudiar la iniciativa y dictaminar
sobre ella.1
Por ese entonces se encontraban presentes en la ciudad de
México representantes de las diputaciones provinciales de Oaxaca, Zacatecas, San Luis Potosí, Guanajuato, Michoacán, Guadalajara y Querétaro, a quienes se había comisionado de acuerdo con
la convocatoria que Puebla envió en marzo, pero que se habían
trasladado a la capital cuando el Congreso fue reunido de nuevo a
fin de mantener a sus diputaciones provinciales permanentemente
informadas de todos los acontecimientos. La noche del 4 de abril,
todos ellos rindieron su testimonio ante la Comisión de Convocatoria del Congreso.2 Una gran mayoría era favorable a una nueva
convocatoria e insistieron en que las provincias representadas por
ellos querían otro Congreso.3 Gómez Farías fue aún más explícito, pues afirmó que, visto que cinco de los siete miembros de la
comisión estaban en favor de una nueva asamblea y los comisio-
nados la demandaban de manera unánime, él esperaba un informe
favorable.4
Para sorpresa suya, cuando el 14 de abril presentó su dictamen
la comisión, ésta se había dejado ganar a tal punto por los argumentos de Sánchez de Tagle y Carlos María de Bustamante que en
cambio recomendó: 1) que por ahora no se convocase a un nuevo
Congreso para constituir la nación; 2) que el que entonces existía, mientras la comisión constitucional preparaba un proyecto de
constitución, debería proceder a la organización de la hacienda,
el ejército, la administración de justicia, etc., y 3) que, cuando se
presentase el proyecto constitucional completo para su discusión,
se decidiese en primer lugar acerca de si su ratificación debería
quedar a cargo de un nuevo Congreso.5
Herrera, Sánchez de Tagle y Javier y Carlos María de Bustamante fueron los únicos miembros de la comisión que firmaron
el informe sin reserva. Beltranena y González dijeron que ellos lo
suscribían a condición de que el artículo 3 especificara que, una
vez elaborado el proyecto de nueva Constitución y aprobado lo
concerniente a la ley electoral para convocar a un nuevo Congre­
so con la facultad para aprobar la Constitución, el nuevo Congreso
debería ser convocado inmediatamente; González añadió en un
postscriptum que ofrecería comentarios más extensos durante los
debates del Congreso, pero que sus representados deseaban una
nueva asamblea.6
Aunque había firmado el informe sin reservas, Carlos María
de Bustamante preparó y leyó su voto personal sobre el asunto.
Aun cuando lo había escrito para presentarlo en la reunión de la
comisión del 4 de abril y la mayor parte de sus argumentos habían
Mateos, op. cit., ii, p. 188.
Según su propio informe, los comisionados fueron invitados a asistir a la reunión.
Véase la “Representación de los comisionados de las provincias, al soberano Congreso”, La Águila Mexicana, 5 de mayo de 1823. Bustamante dice que se presentaron ellos mismos, pidiendo un Congreso nuevo. Después continúa: “Esto es una
facción de Demagogos, que pretenden colocar a gran porción de clérigos y serviles
en la Legislatura, que se prometen formar, pues saben que en la actual, no tienen
lugar sus desatinadas pretensiones. Ellos se explican con el furor de unos energúmenos, y desoyen toda razón que les muestra su temeridad. Tenemos en solo estos
hombres, el germen de una espantosa revolución, que el Congreso podrá cortar
en su origen, desengañando a las provincias sorprendidas con buenos escritos, y
abriendo una lid literaria en que triunfe la razón. Esta América va a ser un teatro de
discordias, excitadas por el Clero y corporaciones de aristócratas”, en Bustamante,
Diario histórico de México, p. 367.
3
La Águila Mexicana, 5 de mayo de 1823.
1
2
200
Va1entín Gómez Farías, Voto particular del Sr. Gómez Farías como individuo de la
comisión especial nombrada por el congreso, para examinar la cuestión, de si debe o no
convocar un nuevo congreso, p. 1.
5
Este dictamen, firmado el 12 de abril de 1823 y presentado al Congreso dos días
más tarde, fue publicado completo en La Águila Mexicana, 11 al 20 de mayo de
1823.
6
Dictamen de la comisión especial de convocatoria para un nuevo congreso, p. 22.
4
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VI. Actitud de las diputaciones provinciales
sido consignados en el informe oficial de la comisión, concluía
pidiendo: 1) que el Congreso esperase la reacción de las provincias al informe; 2) que se pidiese a aquéllas que instruyeran a sus
diputados ausentes para que ocuparan sus puestos en el Congreso restablecido; 3) que las provincias aumentaran los poderes de
sus diputados incluyendo en ellos el de preparar y expedir una
nueva Constitución; 4) que las provincias aceptasen la renuncia
presentada por los diputados cuyas opiniones políticas los habían
llevado a discrepar de la voluntad de sus electores, si bien cada
uno de ellos debería conservar el derecho de defender su caso ante
el Congreso; 5) que en las elecciones que se llevasen a cabo para
llenar las vacantes que en consecuencia se produjesen se observara por completo la letra y el espíritu de la primera ley electoral,
y finalmente 6) que el informe de la comisión y las opiniones de
Bustamante fuesen impresos y distribuidos y se permitiera a los
periodistas expresar su opinión antes de que el Congreso pasara
a la discusión de las recomendaciones de la citada comisión.7 Gómez Farías no firmó el informe, pero ofreció presentar su opinión
en fecha próxima.
Por su parte, el Congreso no llegó a ninguna decisión, aparte
de ordenar que se imprimiera y distribuyera el informe de la comisión antes de proceder a discutir sus recomendaciones.8
Parece ser que algunos de los diputados, con la esperanza de
que ese informe arreglaría el problema de las provincias extravia­
das, conduciría al triunfo de la razón y obtendría una reacción
favorable por parte de las provincias con respecto a sus recomen­
daciones,9 enviaron copias a las organizaciones más importantes
de las provincias pidiéndoles su opinión al respecto. El 23 de abril,
Mier envió un ejemplar del “elocuente” informe al ayuntamiento
de Monterrey, con instrucciones de que se permitiera a todo el
mundo su lectura.10 El 2 de junio, en una carta a su amigo José
Bernardino Cantú, se mostraba sorprendido ante el hecho de que
el citado Cantú no ofreciese ningún comentario acerca del “bien
fundado” informe enviado al ayuntamiento con instrucciones de
pasarlo a la diputación provincial.11
Juan Ignacio Godoy informó que, como representante especial
de la Diputación Provincial de Guanajuato, al igual que en su calidad de diputado al Congreso, había informado a su diputación
sobre los acuerdos tomados, le había enviado una copia del informe y había solicitado más instrucciones al respecto.12 Godoy, que
se mostraba claramente favorable a la convocatoria de un nuevo
Congreso, afirmó que era muy fácil prever que la circulación del
informe entre las provincias era un acto cuyas terribles consecuencias recaerían sobre sus propios autores, y añadió: “eso es exactamente lo que ha sucedido”.13
Algunas diputaciones provinciales, cuyos diputados habían solicitado instrucciones aun antes de que se pusiera en circulación el
“Voto particular del Lic. D. Carlos María de Bustamante, sobre la ninguna necesidad que hay de formar una nueva convocatoria de congreso”, Suplemento a la
Abispa de Chilpantzingo, 19 de abril de 1823, pp. 2-16. Este documento fue escrito
el 4 de abril o antes porque lleva la fecha de ese día. Dado que el Congreso no logró
ponerse de acuerdo para hacerlo publicar y circular, como hizo con el Voto Particular... de Gómez Farías, Bustamante mismo publicó el suyo.
8
La Águila Mexicana, 15 de abril de 1823; Actas del Congreso constituyente mexicano, iv, p. 277.
Bustamante, Diario histórico de México, p. 367.
“Mier al ayuntamiento de Monterrey”, México, 23 de abril de 1823, en Mier, Diez
cartas hasta hoy inéditas, p. 12.
11
“Mier a Cantú”, México, 2 de junio de 1823, en Cossío, Historia de Nuevo León,
v, p. 36. Cantú era miembro del ayuntamiento de Monterrey.
12
Mateos, op. cit., ii, p. 369.
13
Ibid., ii, p. 369. Godoy hizo estas declaraciones durante la sesión del 14 de mayo.
En esa fecha, José María Bustamante, uno de los diputados de la provincia de Guanajuato, dijo que quería asegurar al Congreso de que él no tenía la responsabilidad
de la reunión que verificó la Diputación Provincial de Guanajuato el 30 de abril
para decidir si el Congreso reunido debía constituir la nación o convocar otro.
Afirmó que, según la noticia que apareció en El Anunciador Mexicano, núm. 11, la
reunión se celebró a solicitud de los diputados de Guanajuato. Godoy se levantó
inmediatamente para decir que había sido él quien escribiera a la diputación pidiéndole su opinión sobre el asunto.
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VI. Actitud de las diputaciones provinciales
informe de la comisión, actuaron rápidamente. La de Nuevo León,
Coahuila y Texas, que el 10 de abril había nombrado a Mier y a
Múzquiz como sus representantes ante la junta de Puebla, con instrucciones de que votaran por la convocatoria de un nuevo Congreso y el establecimiento de un gobierno central provisional,14
recibió el 12 de abril una comunicación en la que le informaban
que ambos habían tomado sus asientos en el Congreso, que Múzquiz había secundado la proposición de Gómez Farías del 2 de
abril sobre la convocatoria de una nueva asamblea y el nombramiento de una comisión que expidiese una ley electoral y que
ambos sugerían el reconocimiento provisional del Congreso hasta
que se pudiese convocar uno nuevo; y pedían más instrucciones.
Dos días después, en una junta general compuesta por la diputación provincial, el ayuntamiento de Monterrey, el comandante
en funciones, los funcionarios municipales, miembros del clero y
prominentes ciudadanos y destinada a considerar el asunto, fueron leídos el Plan de Casa Mata, tal como había sido adoptado por
Monterrey el 6 de marzo, y las instrucciones enviadas a sus comisionados. Ramos Arizpe recomendó entonces que, aun cuando la
aceptación del antiguo Congreso era contraria al programa trazado
en tales documentos, se aprobara su reconocimiento, limitado a su
funcionamiento únicamente como cuerpo destinado a la convocatoria de un nuevo Congreso. Después de que él y otros hicieron
un examen de los acontecimientos que tuvieron lugar antes de la
convocatoria al Congreso existente y explicaron las deficiencias de
la ley electoral conforme a la cual había sido elegido, se aprobó el
reconocimiento provisional y limitado tanto del Congreso como
del Supremo Poder Ejecutivo.15
Cuando el informe de la comisión del Congreso fue hecho público el 14 de abril, los comisionados provinciales que habían tomado sus asientos como diputados o que habían permanecido en
la capital con el objeto de mantener informadas a sus diputaciones
sobre el curso de los acontecimientos hicieron algo más que expresar su sorpresa: el día 18 dirigieron al Congreso una enérgica
declaración en la que, como representantes de las intendencias y
provincias de Guadalajara, Michoacán, Oaxaca, Zacatecas, Guanajuato, Querétaro y San Luis Potosí, exigían la convocatoria de
un nuevo Congreso que redactase la Constitución, hacían notar
la flaqueza de la ley electoral a la que debían su nombramiento
los diputados que integraban el Congreso vuelto a reunir y sostenían que el cambio de condiciones en el país demandaba también el cambio de instrucciones. Los comisionados hacían patente
asimismo que, únicamente en el entendimiento de que el viejo
Congreso limitaría sus esfuerzos a la expedición de una nueva ley
de convocatoria que estuviese de acuerdo con las cambiantes condiciones del país, habían enviado sus provincias felicitaciones a
ese cuerpo.16
Manuscrito sin firma, fechado el 1 de abril de 1823, en el que se da noticia de
la instalación en esa fecha de la Diputación Provincial de Nuevo León, Coahuila y
Texas. Las notas interlineadas son de mano de Ramos Arizpe. El manuscrito está
en el legajo 7, carpeta 2 del Archivo General del Estado de Nuevo León. Las instrucciones de la diputación a sus diputados están en otro manuscrito, fechado el 4
de abril de 1823 y firmado por Juan Nepomuceno de la Peña y José María Parras
y Ballesteros, que se encuentra en los Bexar Archives del Barker History Center,
Universidad de Texas.
Una copia manuscrita de las actas de esta reunión está en los Bexar Archives,
Universidad de Texas. El documento lleva las firmas de José Bernardino Cantú,
José Antonio Rodríguez, Juan Nepomuceno de la Peña, Julián de Arrete, José María
Parras y Rafael de Llano, este último como secretario. Fue fechado en Saltillo el 23
de abril de 1823. Aparentemente, ésa es la fecha en que el documento fue recibido
en Saltillo. En la reunión de Monterrey se resolvió hacer circular copias de las actas
en todas las provincias.
16
“Representación de los comisionados de las provincias al soberano congreso”,
suscrita el 18 de abril de 1823 por Martín García, por Michoacán, Tomás Vargas y
Víctor Rafael Márquez, por San Luis Potosí, Anastasio Ochoa, por Querétaro, Prisciliano Sánchez y Juan Cayetano Portugal, por Guadalajara, Francisco de Arrieta
y Santos Vélez, por Zacatecas, Juan Ignacio Godoy, por Guanajuato, y Vicente
Manero Embides, por Oaxaca, publicada en La Águila Mexicana, 5 y 6 de mayo
de 1823.
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VI. Actitud de las diputaciones provinciales
En un documento similar, fechado el 23 de abril de 1823, la
Diputación Provincial de Puebla hizo notar que había desaprobado repetidamente el edicto de convocatoria del 17 de noviembre
de 1821, por medio del cual el Congreso constituyente había sido
reducido a un cuerpo encargado de expedir nuevos reglamentos, y
que el prorrateo de diputados se había basado, no en la población
de las provincias, sino en el número de partidos de cada una de
ellas. Ahora, conforme al Plan de Casa Mata, todas las provincias,
cada una de ellas por su propia autoridad y sin reconocer ninguna
otra superior, esperaban la convocatoria de un nuevo Congreso
y al mismo tiempo se reservaban los derechos indisputables de
1) examinar, revisar y ratificar o no la Constitución y 2) retirar a
sus diputados si éstos no conseguían que se tuviese en cuenta la
voluntad de la provincia. La unión de las provincias únicamente
podría ser lograda mediante la elección de nuevos diputados por
cada provincia, cuyo número determinaría cada una de ellas.17
En su calidad de miembro de la comisión de convocatoria del
Congreso, Gómez Farías, en su informe minoritario, leído el 19
de abril, recordó a los diputados que la rapidez con que las diputaciones provinciales y ayuntamientos, cuerpos éstos que mejor
representaban al pueblo, habían aceptado el Plan de Casa Mata, en
el que se exigía la convocatoria de un nuevo Congreso, indicaba
claramente cuál era el deseo de la mayoría del pueblo. Hizo notar
además que, en 1820, en circunstancias similares, España había
convocado nuevas Cortes, en vez de reunir a las disueltas en 1814;
glosó extensamente grandes citas de Francisco Martínez Marina,
el distinguido tratadista político español, para mostrar cómo los
poderes de los diputados no eran absolutos ni irrevocables, y pidió
a sus compañeros del Congreso que atendieran la voz de la nación
y optasen por convocar a una nueva asamblea constituyente.18
El Congreso ordenó la impresión y amplia distribución del informe de Gómez Farías, pero no tomó ninguna medida ni en favor
de la convocatoria de una nueva asamblea ni del nombramiento
de una comisión que redactara el proyecto de constitución. Ambos
asuntos, sin embargo, estuvieron constantemente ante la atención
del Congreso, si bien las repetidas proposiciones para que se nombrase una comisión encargada de redactar la Constitución eran
sencillamente remitidas a estudio de comisiones diversas.19
Cuando Bocanegra pidió el 14 de mayo que fueran prontamente preparados y publicados los principios constitucionales que se
sabía constituían la voluntad del pueblo, se nombró una nueva
comisión para estudiar el asunto. La integraron Valle, Mier, José
María Jiménez, Juan de Dios Mayorga, Francisco María Lombardo
y García, José Mariano Marín, Lorenzo de Zavala, Javier Bustamante, Bocanegra y Gómez Farías.20
Según Mier, todos ellos habían sido escogidos por él mismo de
antemano para preparar una constitución y estaban trabajando en
tal proyecto desde el 28 de abril.21 El Congreso votó el 21 de mayo
Representación que la Diputación Provincial de Puebla dirige al soberano Congreso pidiéndole se sirva a expedir nueva convocatoria, pp. 7-11. El 16 de noviembre
de 1821, la Diputación Provincial de Puebla había informado a la Soberana Junta
Gubernativa Provisional que Puebla era partidaria de la elección de diputados al
Congreso con arreglo a la ley electoral de la Constitución española de 1812 y desaprobaba tenazmente la elección de diputados basada en las clases, que la junta
estaba considerando por entonces.
Gómez Farías, op. cit.
Mateos, op. cit., ii, pp. 317, 327 y 334; La Águila Mexicana, 6 y 20 de mayo de
1823. Bustamante en su Diario histórico de México, p. 389, dice que el 2 de mayo
fue designada una comisión para redactar un proyecto de constitución; pero evidentemente se equivoca porque Mateos y La Águila Mexicana, al dar noticia de las
actas de la sesión de aquel día, coincidieron en que la comisión fue encargada tan
sólo de estudiar la iniciativa de que se redactara un proyecto.
20
Mateos, op. cit., ii, p. 369, no cita los nombres de Bocanegra y Gómez Farías, pero
La Águila Mexicana del 16 de mayo de 1823, en su reportaje sobre esa sesión del
Congreso, sí los incluyó entre los demás; por su parte, Mier en su “Voto particular
del Doctor Mier”, en Plan de constitución política de la nación mexicana, p. 66, afirma que fueron miembros de la comisión.
21
Nettie Lee Benson, “Servando Teresa de Mier. Federalist”, The Hispanic American Historical Review, xxviii, pp. 515-516; José Eleuterio González, Biografía del
benemérito mexicano d. Servando Teresa de Mier Noriega y Guerra, p. 351; Edmundo
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VI. Actitud de las diputaciones provinciales
que se convocase a una asamblea inmediatamente y que se publicase y se difundiese inmediatamente el plan o Bases de la República Federativa, que se había encomendado a la comisión de Mier.22
Mier afirmó que las bases no fueron discutidas porque: “[...]
la impaciente gritería [de las provincias...] no nos ha dejado discutirla y sancionarla. Nos han disputado los poderes y nos hemos
tenido que ocupar de la convocatoria.”23
Se ha demostrado, no obstante, que mucho antes del 16 de
mayo las provincias estaban diciéndole al Congreso, y no precisamente en términos inciertos, que éste no poseía tal autoridad; y
continuaron sosteniendo tal opinión y desconociendo su autoridad de manera activa.
La llegada a Guadalajara del informe de la comisión del Congreso en el que se recomendaba posponer la reunión de una
nueva asamblea legislativa impelió a entrar en acción a su diputación provincial. El 9 de mayo, en una sesión extraordinaria de
la diputación,24 después de dar lectura al decreto del 23 de abril
relativo al reconocimiento del gobierno existente,25 la diputación
provincial decidió suspender su ejecución, exigir la reunión de
una nueva asamblea constituyente y hacer público el hecho de que
Guadalajara no reconocía al antiguo Congreso sino como provisional y destinado a convocar una nueva asamblea. En la sesión ex-
traordinaria del 12 de mayo, estando presentes los representantes
del ayuntamiento de Guadalajara, la diputación provincial aprobó
el envío de sus puntos de vista tanto al Congreso como al Supremo Poder Ejecutivo, además de hacerlos imprimir y difundir.26 Al
mismo tiempo decidió que, hasta que recibiera una respuesta, todos los decretos de uno u otro serían suspendidos y que ella, la
dipu­tación provincial, sería la máxima autoridad en la provincia y
la última corte de apelación.27 Un largo manifiesto, en el que se incluían todos los puntos discutidos y una mordaz respuesta al informe de la comisión del Congreso, fue expedido inmediatamente.28
Los comisionados de Zacatecas, Arrieta y Vélez, se hallaban
presentes en la junta del Congreso restaurado del 4 de abril y
ha­bían firmado la representación de protesta del día 18 de abril
con­
tra el informe de la comisión de convocatoria. La Dipu­
tación Provincial de Zacatecas confirmó más adelante el deseo
que esa pro­vincia tenía de un nuevo Congreso, pues aprobó el
informe minoritario de Gómez Farías y dirigió al Congreso un
comunicado en el que hacía constar su conformidad con dicho
informe.29 Luego, al igual que Guadalajara, se decidió a actuar
mediante la expedición, el 18 de junio, de una declaración en la
que asentaba que, en lo sucesivo, la provincia reconocía el Congreso en ejercicio únicamente en su calidad de cuerpo convocante
y que, por lo tanto, las órdenes emanadas tanto de éste como del
Supremo Poder Ejecutivo estarían sujetas primero a la aprobación
de la Diputación Provincial de Zacatecas.30
O’Gorman, Fr. Servando Teresa de Mier, p. 126; Bustamante, Historia del emperador
d. Agustín de Iturbide, p. 201.
22
Mateos, op. cit., ii, p. 372; La Águila Mexicana, 23 de mayo de 1823; Gaceta del gobierno supremo de México, 24 de mayo de 1823. Las Bases de la República Federativa
fueron completadas y firmadas el 16 de mayo de 1823 por la comisión que según
Mier eligió él mismo. Gómez Farías y Javier Bustamante no firmaron el proyecto.
Véase el Plan de constitución política de la nación mexicana, pp. 64-65.
23
“Mier a Cantú”, México, 25 de junio de 1823, en Cossío, op. cit., v, p. 41.
24
La componían Luis Quintanar, jefe político, Antonio Basilio Gutiérrez y Ulloa,
intendente, Juan Cayetano Portugal, José Casal y Blanco, José de Jesús Huerta, Urbano Sanromán, Domingo González Maxemin y Pedro Vélez, éste como secretario.
25
El decreto daba instrucciones a todos los cuerpos gubernativos sobre la manera
como debía hacerse el juramento de adhesión al gobierno.
208
“Resoluciones de la provincia de Guadalajara, y sucesos ocurridos en la misma”,
La Águila Mexicana, 22 de mayo de 1823.
27
“Resolución de la provincia de Guadalajara, y sucesos ocurridos en la misma”,
Actas de la sesión extraordinaria del 12 de mayo de 1823 de la Diputación Provincial de Guadalajara, La Águila Mexicana, 22 de mayo de 1823.
28
Disolución del Congreso mexicano por el voto de los pueblos y manifiesto de la junta
provincial de Nueva Galicia, pp. 1-8.
29
“Sesión del Congreso del 28 de mayo de 1823”, La Águila Mexicana, 1 de junio
de 1823; Mateos, op. cit., ii, p. 382.
30
“Acta de Zacatecas”, La Águila Mexicana, 3 y 4 de julio de 1823.
26
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Nettie Lee Benson
VI. Actitud de las diputaciones provinciales
Las noticias sobre el restablecimiento del disuelto Congreso y la
creación del Supremo Poder Ejecutivo llegaron a Mérida, Yucatán,
a finales de abril y, el 25 de ese mes, su diputación provincial empezó a deliberar sobre el reconocimiento de ambos cuerpos. Después de un prolongado debate, se decidió reconocer el go­bierno
central, pero sólo con tres condiciones: 1) la pronta convocatoria de un nuevo Congreso y la inmediata disolución del antiguo;
2) que Bravo, Victoria y Negrete continuasen siendo miembros del
Poder Ejecutivo, y 3) que el gobierno central no interviniese en los
nombramientos para cargos públicos hasta que fuese redactada la
Constitución.31
Yucatán nunca modificó su resolución. Tanto la diputación
provincial como la misma provincia consideraban a Yucatán como
una jurisdicción independiente y procedieron a organizar su propio gobierno sin esperar instrucciones de México.
No se ha llegado a saber lo que sucedió en la provincia de
Oaxaca a fines de abril y durante el mes de mayo. Su comisionado,
después de participar en la sesión del 4 de abril y firmar la protesta
del 18, regresó a Oaxaca. Hacia el 1 de junio, la provincia había
llegado a desconfiar tanto del gobierno central que Oaxaca declaró
su completa independencia de la de México y de inmediato empezó a organizar un gobierno provincial independiente.
Michoacán se había anticipado a tomar las medidas conducentes al establecimiento de un gobierno central al convocar, para que
se reunieran en esa provincia, a los representantes de Michoacán,
Guanajuato, Querétaro y San Luis Potosí y nombrar a Michelena
y Martín García para que asistiesen a la reunión. Michelena fue
nombrado posteriormente suplente en el Supremo Poder Ejecutivo, pero García continuó representando a Michoacán y, en tal
carácter, tomó parte en la junta de la comisión de convocatoria del
Congreso del 4 de abril y firmó también la protesta del 18.
Cuando algunos diputados de Michoacán32 le pidieron a su diputación provincial nuevas instrucciones sobre la convocatoria de
otro Congreso, ésta les contestó el 7 de mayo que la voluntad
del pueblo había sido repetidamente demostrada en los más claros
y positivos términos y que había hecho conocer su propia posición
al Congreso mediante su comisionado, quien, junto con los de seis
provincias más, había expresado clara y enérgicamente su decisión
de que la convocatoria de una nueva asamblea era imperativa. La
diputación provincial hizo notar que, desde el 25 de febrero, había
expedido una proclama pidiendo un Congreso constituyente dotado de plena autoridad, que el 8 de marzo, en un manifiesto, había
reiterado tal demanda y explicado la razón de su necesidad y que,
al promover la formación de un gobierno central, había instruido
a sus comisionados, al igual que a los enviados a Puebla, en el
sentido de que exigieran la pronta convocatoria de un nuevo Congreso. El pueblo de la intendencia de Michoacán, bien enterado de
todos esos actos, había hecho patente su completa aprobación y su
actitud se demostró también con claridad al llegar la noticia de la
reinstalación del viejo Congreso. Cuando la diputación provincial
decidió que no reconocería a ningún cuerpo que no contara con
la más completa libertad para deliberar, no estuviese formado por
miembros merecedores de la confianza de la provincia y no tuviese
plena autoridad para actuar, tal actitud había sido aprobada no
sólo por toda la provincia sino también por otros cuerpos análogos
que habían expedido parecidas instrucciones a sus comisionados.
Por todo ello, la Diputación Provincial de Michoacán no dudaba
de que el deseo de todo el país era que se estableciera un nuevo Congreso. Advirtió asimismo a sus diputados que el fracaso
31
Eligio Ancona, Historia de Yucatán, iii, p. 269; Albino Acereto, “Historia política desde el descubrimiento europeo hasta 1920”, en Enciclopedia yucatanense, iii,
p. 177.
Sus diputados propietarios eran Francisco Argandar, Juan Nepomuceno Foncerrado y Soravilla, Antonio Castro, Agustín Tapia, Francisco Manuel Sánchez de
Tagle, José María Cabrera, Camilo Camacho, José María Abarca, Mariano Anzoreña, Antonio Cumplido, Rudecindo Villanueva, Antonio Águila, Ignacio Izazaga y
Mariano Tercero y, los suplentes, José Ignacio del Río y José Manuel Galván, El Sol,
2 de febrero de 1822. La Diputación Provincial de Michoacán, como algunas otras,
creía que tantos diputados eran un gravamen innecesario para la provincia.
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Nettie Lee Benson
VI. Actitud de las diputaciones provinciales
en cumplir la voluntad expresa de la provincia sólo traería males
al país y les informó de las tres resoluciones que había adoptado
últimamente: 1) reclamar un nuevo Congreso dotado de plenos
poderes para constituir a la nación; 2) aprobar y apoyar las declaraciones de sus propios comisionados y de otros presentadas
ante el Congreso el 4 de abril y en la protesta escrita del día 18 del
mismo mes, y 3) dar instrucciones a sus comisionados para que
hicieran saber al Congreso restaurado la bien fundada sospecha
de que ese cuerpo no sería reconocido como apto para dar al país
una constitución.33
La Diputación Provincial de Guanajuato adoptó acuerdos semejantes. Después de recibir informes sobre las resoluciones del
Congreso relativas a la convocatoria de otro nuevo y la solicitud de
nuevas instrucciones, celebró una sesión el 30 de abril con objeto
de decidir si el Congreso restaurado podía convocar una nueva
asamblea, pero no ha sido encontrada el acta de la sesión.34 Las
declaraciones subsiguientes dan a entender que la idea de convocar un nuevo Congreso era la más favorecida. En respuesta a
una comunicación de Lucas Alamán, ministro de relaciones interiores, fechada el 10 de mayo, en la que solicitaba informes sobre
la opinión que el público tenía acerca de este asunto, Domingo
Chico, jefe político de la provincia, le informó que, salvo dos, las
respuestas de todos los ayuntamientos de la provincia mostraban
mayoría en pro del nuevo Congreso.35 Alrededor del 22 de mayo,
en una junta general compuesta por la diputación provincial y
otras entidades oficiales, se resolvió informar al Congreso sobre
el grave riesgo que correría la intendencia de Guanajuato si el
decreto sobre la convocatoria del nuevo Congreso se demoraba
excesivamente.36 Por su parte, Pedro Otero, comandante general,
escribió el 23 de mayo a Morán, comandante en jefe del ejército de
liberación, para decirle que la opinión pública demandaba unánimemente la formación de un nuevo Congreso; asimismo, le exigía
instruir al supremo gobierno que asegurara la pronta expedición
de la respectiva convocatoria para así calmar la agitación pública.37
Las noticias sobre la promulgación del decreto del Congreso
fechado el 21 de mayo,38 en el que éste afirmaba que promulgaría
el de convocatoria tan rápidamente como fuese posible, llegaron
a Guanajuato por el correo ordinario el sábado 24 de mayo y sirvieron para calmar la inquietud y preservar la paz y la unidad de
la provincia.39
En su informe del 30 de mayo sobre los disturbios ocurridos en
las provincias de Guanajuato, Querétaro y Michoacán durante ese
mes, Alamán afirmaba que la paz había sido restablecida en todas
partes, pero que el Congreso restaurado debería expedir la nueva
ley electoral inmediatamente para que el pueblo se persuadiera de
que su promesa había sido hecha de buena fe.40
No han sido hallados los detalles completos sobre las medidas adoptadas por la Diputación Provincial de Querétaro, pero
la citada entidad también se hizo sentir a este respecto. Su co-
No se sabe si la carta llegó a manos de los diputados en la ciudad de México, pero
fue enviada a los editores de La Águila Mexicana para su publicación y apareció en
dicho periódico el 20 de mayo de 1823.
34
José María Bustamante hizo saber al Congreso el 14 de mayo que la relación
detallada de la reunión había sido publicada en el núm. 11 de El Anunciador Mexicano. Mateos, Historia parlamentaria, ii, p. 369. No hemos podido encontrar El
Anunciador Mexicano.
35
“Chico a Alamán”, Guanajuato, 26 de mayo de 1823, Gaceta del Gobierno Supremo de México, 3 de junio de 1823.
“José Miguel Llorente a editores de La Águila Mexicana”, Guanajuato, 26 de mayo
de 1823, La Águila Mexicana, 1 de junio de 1823.
37
“Otero al marqués de Vivanco”, Guanajuato, 23 de mayo de 1823. El original de
la carta está en Hernández y Dávalos Collection, Universidad de Texas.
38
Cuatro de los diputados de Guanajuato (Francisco Uraga, Juan Ignacio Godoy,
Miguel Septién y José Ignacio Espinosa) votaron el 21 de mayo a favor de la inmediata declaración de convocatoria de un nuevo Congreso; sólo José María Bustamante votó en contra, Mateos, op. cit., ii, p. 374.
39
“Chico a Alamán”, Guanajuato, 26 de mayo de 1823, Gaceta del Gobierno Supremo
de México, 3 de junio de 1823; “José Miguel Llorente a Editores de La Águila Mexicana”, Guanajuato, 26 de mayo de 1823, La Águila Mexicana, 1 de junio de 1823.
40
Mateos, op. cit., ii, p. 384; La Águila Mexicana, 3 de junio de 1823.
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Nettie Lee Benson
VI. Actitud de las diputaciones provinciales
misionado, Anastasio Ochoa, participó en los actos realizados en
la ciudad de México los días 4 y 18 de abril y, el 16 de mayo, la
pro­pia diputación pidió que se le dieran a conocer los puntos de
vista de los ayuntamientos en cuanto al informe del 12 de abril
de la comisión de convocatoria. Mediante extensos documentos,
Querétaro desaprobó el informe y también el voto particular de
Bustamante.41 Es claro que la Diputación Provincial de Querétaro
reclamó la integración de un nuevo Congreso, según se desprende
de las instrucciones que envió a su diputado, el doctor Félix de
Osores, para que se mostrase favorable a su convocatoria, pero en
términos que no fuesen irrespetuosos para el que se encontraba
en ejercicio.42 En ambas comunicaciones se prometía guardar respeto por las autoridades constituidas.
Ahora bien, poco antes del 11 de junio, la Diputación Provincial de Querétaro, en respuesta a una sugerencia de la de Valladolid, nombró un comisionado que debía reunirse en la ciudad
de Querétaro con otros procedentes de Michoacán, Guanajuato y
San Luis Potosí con el propósito de discutir qué acciones comunes
podrían emprender esas provincias para el establecimiento de un
nuevo Congreso y de una república federal.43 Severamente puesta a
prueba su paciencia por la demora del Congreso en convocar uno
nuevo, la Diputación Provincial de Querétaro celebró durante los
días 11 y 12 de junio una reunión conjunta con el ayuntamiento de
Querétaro y el comandante general con el objeto de deliberar sobre
la anarquía que amenazaba al país, la cual podía imputarse directamente a esa demora. De las diez resoluciones adoptadas, en tres
se hacía énfasis en la necesidad urgente de un nuevo Congreso.44
Después de que sus comisionados intervinieron en la junta de
la comisión de convocatoria del Congreso celebrada el 4 de abril,
firmaron la protesta del 18 del mismo mes y regresaron, la Diputación Provincial de San Luis Potosí también empezó a adoptar
algunas medidas.45 Subsecuentemente, dicha diputación debió de
haber respondido al informe del Congreso, ya que, el 15 de junio,
La Águila Mexicana publicó un aviso de la librería de Alejandro
Valdés que ofrecía para la venta ejemplares impresos del Voto de la
provincia de San Luis Potosí sobre la necesidad de una nueva convocatoria en que se deshacen las muchas equivocaciones en que incurrió
la comisión del Soberano Congreso cuando trató de fundar su dictamen en contrario.46 Durante el mes de mayo, tanto la Diputación
Provincial de San Luis Potosí como su jefe político, José Ildefonso Díaz de León, habían recibido comunicaciones de Guadalajara en las que esta provincia invitaba a aquélla a unírsele con el
propósito de apoyar y promover abiertamente el establecimiento
de una república federal. El día 25, los miembros de la diputación
provincial, el ayuntamiento, el clero y la hacienda y gran número
“Ayuntamiento de Querétaro a la Diputación Provincial de Querétaro”, 17 de
mayo de 1823, en Contestación que dio el ayuntamiento constitucional de Querétaro a la Excma. diputación provincial, manifestando su opinión sobre nueva
convocatoria.
42
“La Diputación Provincial de Querétaro a Osores”, Querétaro, 20 de mayo de
1823, Gaceta Extraordinaria del Gobierno Supremo de México, 28 de mayo de 1823.
El 24 de mayo, Juan José García, jefe político de Querétaro, envió una copia de esta
carta a Alamán, ministro de asuntos interiores, en respuesta a su carta del 21 de
mayo sobre lo ocurrido en Guadalajara.
43
“Actas de la sesión de la Diputación Provincial de Querétaro, el ayuntamiento
de Querétaro y Luis Cortázar, comandante general de la provincia”, Querétaro,
12 de junio de 1823, La Águila Mexicana, 20 de junio de 1823.
“1) Que se haga entender al Soberano Congreso por medio del Gobierno de
México, que la morosidad en espedir la convocatoria, ha originado los males en que
nos vemos envueltos. 2) Que éstos nos han obligado a tomar providencias que demandan ejecutarse prontamente para precavernos de cualesquiera agresión y evitar
al mismo tiempo la anarquía. 3) No se reconoce al Soberano Congreso más que
con el carácter de convocante; sin embargo, se obedecerán las órdenes que emanen
de él y del Supremo Poder Ejecutivo, cuando a juicio de la provincia resulten en
su felicidad. 4) Se dará conocimiento a las Exmas. Diputaciones de Guanajuato y
Valladolid, invitándolas con la unión y ofreciéndolas a conservar su tranquilidad
con el ejército.”
45
“Triunfo de la razón en la junta promovida por el general Santana en S. Luis
Potosí”, La Águila Mexicana, 8 de junio de 1823.
46
La Águila Mexicana, 15 de junio de 1823. El Voto... citado no se publicó en La
Águila Mexicana ni se ha podido hallar un ejemplar de él.
214
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44
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Nettie Lee Benson
de más o menos prominentes ciudadanos, así como el doctor Tomás Vargas y Antonio López de Santa Anna,47 se reunieron con el
objeto de considerar qué actitud debería adoptarse. Santa Anna
declaró que se encontraba dispuesto a proteger la provincia con la
división a su mando y que apoyaría cualquier programa que ésta
adoptase. Junto con Vargas, el licenciado Víctor Rafael Márquez,
Por órdenes de Guadalupe Victoria, el 19 de marzo de 1823, Santa Anna se
embarcó en Veracruz, vía Tampico, hacia las Provincias Internas de Oriente con el
propósito de consolidar allí la opinión en favor de la revuelta contra Iturbide (Santa
Anna, Manifiesto de Santa Anna a su conciudadanos, p. 11; Muro, op. cit., i, p. 348;
Lerdo de Tejada, op. cit., ii, p. 263; Wilfrid Hardy Callcott, Santa Anna, p. 48). En
marzo de 1823, desde Altamira, al norte de Tampico, Santa Anna hizo circular una
proclama dirigida a los habitantes de las Provincias Internas de Oriente y Occidente en la que los exhortaba a que se adhirieran al Plan de Casa Mata (Santa Anna,
op. cit., pp. 21-22; cf. Callcott, op. cit., p. 49, quien dice que llegó a Tampico el 1
de abril). De Altamira marchó a Tula, donde recibió la noticia de la restauración
del disuelto Congreso y del establecimiento del Supremo Poder Ejecutivo. Desde
allí, el 23 de abril, felicitó a ese cuerpo y le informó que se había enterado de que
las provincias internas estaban de completo acuerdo con la revolución. Dijo que
volvería a la ciudad de México, vía San Luis Potosí, a menos que recibiera órdenes
en contrario del gobierno nacional (“Santa Anna al Poder Ejecutivo”, Tula, 23 de
abril de 1823, en su Manifiesto..., pp. 24-28). El gobierno central le contestó el 7
de mayo de 1823 y le otorgó su permiso para volver a la ciudad de México, si su
presencia no era necesaria en Texas, donde había habido alguna oposición a la
abdicación de Iturbide (“García Illueca a Santa Anna”, México, 7 de mayo de 1823,
en ibid., pp. 23-24). Por esa fecha, Santa Anna ya había llegado a San Luis Potosí.
Cuando recibió la contestación del gobierno, señaló su salida hacia la ciudad de
México con las tropas que mandaba para el 30 de mayo, pero antes de esta fecha se
produjeron nuevos acontecimientos que lo hicieron cambiar sus planes. En primer
lugar, llegó a San Luis Potosí casi sin provisiones y con muchos de sus soldados enfermos y, en segundo lugar, encontró mucha dificultad en obtener abastecimientos
para su marcha a través del país. La diputación provincial se mostró bien dispuesta
a cooperar con él para ayudarlo a obtener provisiones, pero le dijo que no podía
proveerlo con los abastecimientos que él había pedido. Además de la falta de provisiones, se produjo la insubordinación de sus tropas y las disputas fatales entre la
infantería y la caballería. Por lo demás, a las gentes de San Luis Potosí les disgustaba la mala conducta de sus tropas. En ese estado de cosas, llegaron las noticias de lo
que pasaba en Guadalajara y, a instancias de Santa Anna, se convocó a una reunión
para considerar el asunto.
47
216
Antonio López de Santa Anna, Historia de Méjico desde los primeros
movimientos que prepararon la independencia en el año de 1808 hasta
la época presente. Méjico, J.M. Lara, 1849-1852. Biblioteca Ernesto
de la Torre Villar, Institucto de Investigaciones Dr. José María Luis Mora.
Nettie Lee Benson
VI. Actitud de las diputaciones provinciales
el teniente coronel Pedro Valdés y el teniente Tomás Requena, en
representación de los ciudadanos, se acordó presentar al Congreso
una enérgica petición en favor de la convocatoria de nueva asamblea, pero, mientras se esperaba respuesta del gobierno central,
San Luis Potosí no seguiría a Guadalajara en cuanto se tratase de
desobedecerlo. Cuando, tres días más tarde, llegó el decreto del
Congreso del 21 de mayo, se decidió publicar entonces las actas
de la reunión junto con la aseveración de que la llegada del decreto
confirmaba la prudencia del acuerdo adoptado.48
La actitud de las provincias y las medidas adoptadas por ellas
habían hecho que el Congreso expidiese el decreto del 21 de mayo,
y la votación al respecto reveló los sentimientos de las provincias
hacia dicho cuerpo. Setenta y uno de los miembros votaron en
favor de la convocatoria y 33 en contra. Seis de los nueve repre­
sentantes de Michoacán que se hallaban presentes votaron a favor y todos los representantes presentes de Veracruz, Guadalajara,
Zacatecas, Querétaro y San Luis Potosí votaron también a favor, al
paso que, de los de Guanajuato, cuatro votaron a favor y uno
en contra. La tercera parte de los votos negativos fueron de la provincia de México.49
El Congreso nombró ese mismo día una comisión compuesta
por Bonifacio Fernández, José Valle, Carlos María de Bustamante,
Prisciliano Sánchez y Francisco García a fin de que elaborasen los
planes electorales,50 pero sólo fue el 9 de junio cuando se hizo
la primera lectura del proyecto de ley de convocatoria al nuevo
Congreso. Mientras tanto, las provincias se impacientaban cada
vez más, especialmente porque el mismo día el Congreso había
acordado que las Bases de una República Federal, preparadas por
una comisión extraoficial del propio Congreso,51 fuesen impresas y distribuidas de inmediato. Tal decisión tuvo como efecto el
aumen­to de la creciente irritación de las provincias contra el Congreso restaurado, así como el estímulo de la también creciente sospecha de su mala fe, porque muchas de las provincias se oponían
irreductiblemente a que el antiguo Congreso tuviese algo que ver
con la elaboración de la Constitución.52
Durante el periodo en que el Congreso restaurado fracasó en
su intento por dar solución al tema de la convocatoria a uno nuevo, como lo estipulaba el Plan de Casa Mata, la cuestión había
Las actas fueron firmadas por los miembros de la diputación provincial y el ayuntamiento de San Luis Potosí y por Santa Anna y los dos comisionados, Vargas y
Márquez. “Triunfo de la razón...”, La Águila Mexicana, 8 de junio de 1823.
49
Mateos, op. cit., ii, p. 374. Bustamante, Diario histórico de México, p. 402, dice que
algunos diputados de la provincia de México se irritaron tanto que amenazaron con
retirarse del Congreso.
50
Bustamante, op. cit., p. 407.
Benson, “Fray Servando Teresa de Mier, Federalist”, The Hispanic American Historical Review, xxviii, p. 516.
52
El hecho de que La Águila Mexicana, en su información sobre la sesión del 21
de mayo, omitiese la palabra “inmediatamente” del artículo referente a la convocatoria del nuevo Congreso y relatase que se había resuelto que “el Congreso actual
formase las bases de la Constitución futura de la nación mandándolas imprimir y
circular”, sirvió sin duda para confirmar la falta de confianza (La Águila Mexicana,
23 de mayo de 1823). La redacción aparente del precepto era: “Que se imprima
y circule inmediatamente el proyecto de ‘Bases de República federativa’, de que
estaba encargada una comisión de su seno” (Mateos, op. cit., p. 374; Gaceta del
Gobierno Imperial de México, 24 de mayo de 1823). En el artículo, en realidad, no se
declaraba que el proyecto serviría de base a la futura Constitución, aunque parece
seguro que algunos diputados así lo entendían y esperaban, como lo prueban los
testimonios de Bustamante, Mier y Bocanegra, todos ellos miembros de la comisión. El día 28 de mayo, Bustamante escribía en su Diario histórico, p. 412: “Se han
leído hoy las bases de la futura Constitución, para una República Federal[ ]”. El
14 de mayo de 1823, Mier escribía a Ramos Arizpe: “La semana que entra saldrán
a luz las bases liberales de una República representativa federal con su Congreso
general, su Senado y su Congreso en cada provincia y cuanto vd. puede apetecer,
todo discutido en mi casa. Después se seguirá la convocatoria y tendrán vdes.[ ]
su nuevo suspirado Congreso[ ]” (Cossío, op. cit., v, p. 85). Bocanegra, razonando
su oposición a la convocatoria de un nuevo Congreso, dijo: “[ ] ya el 16 de mayo,
la comisión nombrada al efecto, había presentado ‘su plan de constitución política
a la nación mexicana bajo las bases de república federal’” (Bocanegra, op. cit., i,
p. 219.) Como Bocanegra mismo declarara, el Congreso, al mismo tiempo que
había votado por la convocatoria, acordó que, hasta que se reuniera el nuevo, el
actual continuase arreglando la hacienda, el ejército y la administración de justicia,
lo que es prerrogativa de un cuerpo constituyente.
218
219
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pasado a ser un problema respecto al poder de cada provincia
de que ahora estaban investidas las diputaciones provinciales y
respecto al poder nacional, poder que estuvo en manos, primero,
del emperador, después, del Supremo Poder Ejecutivo, creación del
Congreso restaurado, y, en fin, lo que era aún más importante,
del propio Congreso constituyente restaurado, el cual no satisfizo
ni a los monarquistas ni a los republicanos de México.
VII. Evolución de las legislaturas
estatales precursoras
Mientras el Congreso perdía el tiempo durante la primavera de
1823, varias de las provincias —a saber: Nueva Galicia, cuya capital era la ciudad de Guadalajara y que a menudo es citada como
la provincia de Guadalajara, Oaxaca, Yucatán y Zacatecas— empezaron a adoptar las disposiciones conducentes al establecimiento
de gobiernos estatales independientes y otras expresaron su intención de hacerlo así. Una de las primeras en establecer su propio
gobierno estatal fue precisamente Nueva Galicia, que mantuvo a
Guadalajara como su capital. Ya desde abril se estaba discutiendo
sobre el establecimiento de un Congreso provincial y, el 6 de ese
mes, en un manifiesto firmado por “El Cuerpo de Liberales” de
Guadalajara, Nueva Galicia recomendaba la pronta “instalación
de nuestro Congreso provincial”, la estrecha alianza con las demás
provincias en asuntos exteriores y la independencia absoluta del
resto del país en cuanto a asuntos provinciales se refería.1 La diputación provincial, que había informado al Congreso constituyente
restaurado que Guadalajara apoyaba el establecimiento de un nuevo cuerpo, sostuvo el 9 de mayo una reunión en la que resolvió
informar al gobierno central que se había decidido por la forma de
gobierno representativo federado.2
Después, durante una sesión extraordinaria celebrada el 12
de mayo, la diputación provincial deliberó sobre las medidas que
Manifiesto de los liberales de Guadalajara, a sus conciudadanos, pp. 1-2.
“Resoluciones de la provincia de Guadalajara y sucesos ocurridos en la misma”,
La Águila Mexicana, 22 de mayo de 1823.
1
2
220
221
Nettie Lee Benson
deberían adoptarse para proclamar la república federada en ca­
so de que el Congreso no convocase uno nuevo, suspendió temporalmente el cumplimiento de todos los decretos y órdenes que
expi­diera el gobierno central, se constituyó, junto con tres miembros del ayuntamiento, como la suprema autoridad y última corte
de apelación en la provincia y, en fin, resolvió publicar sus acuerdos en forma de un bando oficial para la ciudad de Guadalajara
y la provincia de Nueva Galicia.3 Asimismo, decidió informar a
todas las demás diputaciones provinciales del país sobre las medidas que había adoptado y las incitó a que se unieran para el
establecimiento de una federación general. Ese mismo día expidió
un extenso manifiesto en el que declaraba que Nueva Galicia favorecía una confederación de provincias similar a la de Nueva Jersey,
Pensilvania, Nueva York, etc., en la que cada una gozase de un
gobierno representativo popular.4
Quintanar, su jefe político, expidió por su parte una declaración dirigida a los jefes políticos y gobernadores de las otras provincias en la que hacía notar que el desprecio del Congreso para
con la opinión pública había obligado a la diputación provincial
de Guadalajara a exigir con apremio la elección de un nuevo Congreso y el establecimiento de un gobierno federal. Agregaba que,
para impedir cualquier intento de agresión externa que pudiese
resultar de esta actitud, había ordenado a sus tropas custodiar las
fronteras de la provincia, pero que deseaba hacer conocer la posición de Guadalajara a fin de prevenir cualquier intento que se
realizase con el propósito de dar informaciones erróneas a los jefes
y habitantes de las demás provincias.5
Actas de la sesión extraordinaria del 12 de mayo de la Diputación Provincial de
Guadalajara, en “Resoluciones de la provincia de Guadalajara, y sucesos ocurridos
en la misma”, La Águila Mexicana, 22 de mayo de 1823.
4
Disolución del Congreso mexicano por el voto de los pueblos y manifiesto de la junta
provincial de Nueva Galicia, pp. 1-8.
5
Quintanar al gobernador de Texas, Guadalajara, 12 de mayo de 1823, impreso
suelto en los Bexar Archives, Universidad de Texas.
3
222
General Luis Quintanar
Nettie Lee Benson
VII. Evolución de las legislaturas estatales
También el 12 de mayo, Quintanar informó al Supremo Poder
Ejecutivo sobre la resolución de la provincia de Guadalajara, sobre
la intención que él tenía de poner en ejecución dicha resolución,
sobre la orden que había dado de enviar tropas a las fronteras con
el objeto de impedir cualquier agresión y sobre su resolución de
suspender el envío de fondos a México; y en seguida informó al
pueblo de la provincia acerca de las decisiones que había adop­
tado.6 Además, en una circular dirigida al parecer a los jefes políticos de las municipalidades y provincias, Quintanar explicaba
las ventajas que el sistema federado de gobierno poseía sobre el
centralista; la circular concluía con la afirmación de que, en caso
de que el lector, de acuerdo con la comunidad que representase,
considerase adecuado el declararse por la forma federada de gobierno como la más perfecta que el discurso de los políticos hubiese podido concebir, debería hacerlo sin temor a violencia alguna
por parte del actual Congreso nacional.7
La diputación provincial continuó esforzándose por el establecimiento de un gobierno federal. Sus resoluciones, así como las
proclamas expedidas tanto por ella como por su jefe político, fueron distribuidas en forma impresa por todos los rincones del país,
como lo demuestra la existencia de muchas de ellas en los archivos
estatales y municipales a través de todo México. El mismo Quinta­
nar convirtió en una costumbre enviar por lo menos dos copias de
cada documento concerniente a los acontecimientos ocurridos en
Guadalajara a los ayuntamientos más importantes y a todos los
jefes políticos y diputaciones provinciales.8
Después de más discusiones, los días 27 y 30 de mayo, sobre el
establecimiento de un gobierno federal en México, la Diputación
Provincial de Guadalajara expidió el 5 de junio una declaración
de principios, respecto de los cuales se había cerciorado mientras tanto que eran completamente conformes a los de las demás
provincias de la nación; expresaba su pesar, no obstante, por el
hecho de que los periódicos de la ciudad de México hubiesen interpretado su actuación como contraria al bienestar general del
país. Consecuentemente, la diputación provincial había resuelto
que: 1) En la actualidad y hasta que se reúna el Congreso general de los estados federados, la capital de México será reconocida
como centro de unión de todos ellos; 2) de manera similar, el actual Congreso y el Supremo Poder Ejecutivo serán reconocidos,
entendiéndose que el Congreso tiene únicamente el carácter de
cuerpo convocante; 3) la ley de convocatoria y todas las demás que
puedan ser expedidas por el Congreso como “simples reglamentaciones” serán puntualmente obedecidas; 4) todas las órdenes del
Supremo Poder Ejecutivo que sean dirigidas al bienestar general
de los estados de la nación mexicana serán también obedecidas;
5) aquellas órdenes que se refieran únicamente al estado de Jalisco
serán suspendidas de no ser aceptables para el estado; 6) todos
los actuales funcionarios de este estado cualquiera que fuere su
clase o rango continuarán en sus empleos, siempre y cuando sean
merecedores de ellos a juicio del estado; 7) ningún puesto nuevo
será creado en este estado ni serán cubiertos por el Supremo Poder
Ejecutivo los puestos vacantes, sino por nombramiento del propio
estado; 8) los nombramientos se restringirán únicamente a los naturales del estado y a quienes lleven siete años o más de residencia
en el estado y deberán hacerse de acuerdo con los reglamentos
“Proclama del Sr. Quintanar a los habitantes de Nueva Galicia sobre la separación
del Congreso mexicano”, La Águila Mexicana, 23 de mayo de 1823.
7
“Gobierno político superior de Nueva Galicia. Circular”, firmada por Luis Quintanar, 13 de mayo de 1823, La Águila Mexicana, 23 de mayo de 1823.
8
Luis Quintanar al ayuntamiento de Béxar, 23 de junio de 1823, impreso suelto
en los Bexar Archives, Universidad de Texas. Desde su adhesión al Plan de Casa
Mata todas las diputaciones provinciales de México habían adoptado la práctica
de informar a todas las demás de cada paso que daban. Esa correspondencia y
comunicación entre las diputaciones provinciales de México en la época recuerda
las cartas circulares de los gobernadores de un periodo más temprano de la historia
de Estados Unidos. En los Bexar Archives se pueden hallar comunicaciones de esa
época de las diputaciones provinciales de todo México. Cuando ocurría un suceso
importante o alguno de esos cuerpos tomaba una decisión grave, se publicaba un
informe completo y se distribuían ejemplares por todo el país.
224
225
6
Nettie Lee Benson
para el gobierno provisional del estado, que serán publicados tan
pronto como sea posible, y 9) estas medidas serán comunicadas al
Congreso nacional y al gobierno de la ciudad de México y serán
impresas y distribuidas a los demás estados de la nación y a todas
las poblaciones del estado de Jalisco.9
Al día siguiente, Quintanar envió seis ejemplares del documento al ministro de relaciones interiores y exteriores a fin de
que el Supremo Poder Ejecutivo supiese que la Diputación Provincial de Guadalajara de la provincia de Nueva Galicia estaba
actuando con intenciones justas y honestas y tratando de evitar
un rompimiento por su parte y que la diputación provincial no
tenía propósitos egoístas, tal como se había afirmado en la ciudad
de México.10
La diputación provincial, convencida de que al fin era llegada
la hora de gobernarse a sí mismos y, por lo tanto, de establecer un
gobierno estatal, en sesión extraordinaria del 16 de junio, adoptó
e hizo del conocimiento de los “habitantes del estado libre de Jalisco” un plan de gobierno provisional para el “nuevo estado”. Los
veinte artículos del plan decían:
1) La provincia conocida en el presente como Guadalajara será
lla­mada en adelante el estado libre de Jalisco.
2) Al presente, su territorio está formado por los 28 distritos
que formaban la intendencia de Nueva Galicia: Guadalajara,
Acapo­
neta, Ahuacatlán, Autlán, Barca, Colima, Cuquío, Compostela, Colotlán, junto con el de Nayarit y el corregimiento de
Bolaños, Etzatlán, Hostotipaquillo, Lagos, Mascota, Real de San
Sebastián, San Blas, Santa María del Oro, Sayula, Sentispac, ToActas de la sesión de la Diputación Provincial de Guadalajara del 5 de junio
de 1823, Gaceta del Gobierno Supremo de México, 14 de junio de 1823; El Sol, 15 de
junio de 1823; y Pérez Verdía, op. cit., ii, pp. 206-207. También en forma de folleto
impreso, con pie de imprenta de Guadalajara, en los Bexar Archives, Universidad
de Texas.
10
“Quintanar al ministro de Relaciones Interiores y Exteriores”, Guadalajara, 6 de
junio de 1823, Gaceta del Gobierno Supremo de México, 14 de junio de 1823.
9
226
VII. Evolución de las legislaturas estatales
matlán, Tala, Tepatitlán, Tepic, Tlajomu1co, Tequila, Tonalán,
Tuzcacuesco, Zapotlán el Grande y Zapopan.
3) El estado de Jalisco es libre, independiente y soberano dentro de sí mismo, y no reconocerá relación con los otros estados o
provincias distintas de la de hermandad y confederación.
4) Su religión será como siempre la Religión católica apostólica romana, sin tolerancia de ninguna otra.
5) Su gobierno será popular y representativo.
6) Consecuentemente, el estado tiene el derecho de redactar
su propia Constitución y de forjar, junto con los demás estados
que se confederen a él, las relaciones generales entre todos.
7) Todos los habitantes del estado tienen el derecho de votar
en las elecciones para los representantes que constituirán el Congreso constituyente provincial.
8) Todos los habitantes del estado gozan de los derechos inalienables de libertad, seguridad, igualdad y propiedad y el estado
está obligado a garantizarlos.
9) A su vez, los habitantes del estado están obligados a respetar y obedecer a las autoridades establecidas y a contribuir al
mantenimiento del estado en la época y forma en que éste ordene.
10) En este estado los tres poderes, legislativo, ejecutivo y judicial, nunca podrán coincidir en una misma persona o cuerpo ni
dos poderes podrán estar combinados.
11) Hasta que el Congreso constituyente provincial sea establecido, el poder legislativo estará depositado en la diputación
provincial.
12) Sus funciones se restringirán a la preparación de la convocatoria del Congreso constituyente provincial y a dictar los reglamentos provinciales que pueda requerir la observancia de las
leyes vigentes.
13) El poder ejecutivo del estado residirá en el jefe político en
funciones, quien en lo futuro se llamará gobernador del estado
de Jalisco.
14) El poder ejecutivo conservará el orden interno y externo
en el estado y tendrá el mando del ejército.
227
Nettie Lee Benson
15) Al poder ejecutivo, de acuerdo con la diputación provincial, corresponde el nombramiento de los empleados del estado de
que se habla en el artículo del bando oficial de 5 de junio, el cual
será observado en todas sus partes.
16) El poder judicial en el estado será ejercido por las autoridades actualmente establecidas y la audiencia será la corte de más
alta apelación.
17) Los ayuntamientos y otros cuerpos y autoridades, tanto
civiles como militares y eclesiásticas, continuarán en el ejercicio
de las funciones que les fueron delegadas.
18) El estado será gobernado por la Constitución Española y
las leyes existentes, en todo lo que no se contradiga con el presente plan.
19) Se comunicará este plan de gobierno provincial a todas las
autoridades y corporaciones del estado para que se proceda a su
difusión y observancia.
20) Todo dignatario o persona de cualquier rango que se niegue a observar este plan deberá solicitar, a más tardar tres días
contados después de su promulgación, su pasaporte para salir del
estado en el tiempo que el gobierno señale.11
El acta de esa sesión extraordinaria fue publicada en forma de
bando oficial el día 21 de junio junto con una extensa proclama
de Quintanar, en la que éste pasaba revista a los acontecimientos
políticos sucedidos desde 1821. Afirmaba que el pueblo mexicano
había deseado el establecimiento de una república desde el comienzo mismo de la independencia, pero que la realización de sus
deseos se había visto impedida primero por el Plan de Iguala y
luego por el deseo de Iturbide de ser emperador. Habiendo comprendido rápidamente la usurpación de sus derechos naturales,
el pueblo había derrocado al tirano; después, las provincias ha-
VII. Evolución de las legislaturas estatales
bían tenido que oponerse a las órdenes de un segundo tirano, el
Congreso nacional restablecido. Como resultado lógico de ello, no
había Congreso nacional, pues la autoridad de los diputados había
sido anulada por sus representados. Por ende, no había gobierno
nacional en México, la nación había vuelto a su estado natural y,
consecuentemente, las respectivas diputaciones provinciales, cuyos miembros fueron elegidos por el pueblo, estaban plenamente
autorizadas por el pueblo mismo para señalar el camino que debía
seguirse. La Diputación Provincial de Guadalajara, actuando según estos principios y deseando que el pueblo eligiera sus propios
representantes al Congreso constituyente provincial, limitaría por
lo tanto sus actividades a la expedición de la convocatoria a elecciones y a la promulgación de aquellos reglamentos que no admitiesen demora.12
Con este manifiesto y el acta de la sesión del 16 de junio de
la diputación provincial, el 23 del mismo mes Quintanar envió
a todas las diputaciones provinciales de México y a los ayuntamientos de cada capital de provincia varias circulares que con­tenían el
plan de gobierno provisional del estado de Jalisco, gobierno que
había sido solemnemente instalado el 22 de junio de 1823. Añadía
que el deseo de Jalisco no era otro que el de unirse mediante los
lazos más estrechos de la hermandad y la confederación con
los nuevos estados que pudiesen formar otras provincias y pedía
que los dirigentes políticos hicieran saber a sus electores que el
gobierno provisional del estado de Jalisco se hallaba actuando.13
Las órdenes y decretos que el gobierno central de México continuó enviando a Quintanar y a la Diputación Provincial de Guadalajara fueron ora aceptados, ora rechazados, ora modificados
por ese cuerpo. Cuando, el 25 de junio, llegó el decreto que el
Actas de la sesión extraordinaria de la diputación provincial de Guadalajara del 16
de junio, 1823, pp. 7-9. Estas actas fueron impresas en Guadalajara por Urbano
Sanromán en un folleto de once páginas sin título.
Manifiesto del capitán general a los habitantes del estado libre de Xalisco, firmado
en Guadalajara el 21 de junio de 1823 por Luis Quintanar.
13
“Quintanar al ayuntamiento de San Fernando de Béjar, Texas”, firmado en Guadalajara el 23 de junio de 1823 por Luis Quintanar, circular impresa intitulada Gobernación del Estado libre de Xalisco, en los Bexar Archives, Universidad de Texas.
228
229
11
12
Nettie Lee Benson
VII. Evolución de las legislaturas estatales
Congreso restaurado expidió el día 17 para promulgar la ley electoral que gobernaría la elección del Congreso nacional constituyente, dicho decreto fue turnado a la comisión que anteriormente
había nombrado la diputación provincial con el propósito de que
redactara, cosa que ya había hecho, la ley electoral para convocar
al Congreso constituyente provincial. El 27 de junio, la comisión
recomendó que la ley nacional fuese fielmente obedecida, pero en
el entendimiento específico de que la nación mexicana debería tener un gobierno popular, representativo y federal, de acuerdo con
la voluntad general manifestada por Jalisco el 5 de junio. La recomendación proseguía así:
Art. 1. Los diputados que serán nombrados en este estado al Congreso general constituyente mexicano constituirán a la grande Nación del Anáhuac bajo el sistema de República Federal conforme
a la voluntad uniforme y general del país.
Art. 2. Consecuentemente, procederán inmediatamente a sentar las bases de la federación general de los estados mexicanos y a
formar la Constitución general de todos ellos. A este objeto únicamente se han de limitar los poderes que se les otorgan.
Art. 3. Las bases de la federación y la Constitución general de los
estados federados no serán promulgadas como ley hasta que sean
ratificadas por los Congresos provinciales de los propios estados.
Art. 4. Visto que en un sistema de gobierno federativo cada
estado federado no puede tener más que un voto en el Congreso
federado, para evitar gastos inútiles a este estado, sólo se elegirán
en él tres diputados en propiedad y otros tantos suplentes para el
Congreso general constituyente mexicano.
Art. 5. Los poderes de estos diputados serán revocables a juicio del Congreso provincial en los términos que él determinare
luego que se haya instalado.
Art. 6. Al día siguiente de la elección de diputados al Congreso
general constituyente mexicano se nombrará a los individuos que
han de formar el Congreso provincial constituyente de este estado, que deberán ser quince propietarios y cinco suplentes.
230
Art. 7. Los individuos de este Congreso provincial deben ser
mayores de 25 años, nacidos en el estado o avecindados en él con
residencia de siete años, ya sean del estado seglar, ya del eclesiásti­
co secular, pero no podrán ser nombrados más que tres eclesiás­
ticos en la clase de propietarios y uno en la de suplentes.
Art. 8. Luego que se verifique la elección de los individuos del
Congreso provincial constituyente, se les pasarán los correspondientes avisos para que a la mayor brevedad posible se trasladen a
esta capital, a fin de que se proceda a la instalación del Congreso.
Art. 9. Ésta se hará en el momento en que estén reunidas las
dos terceras partes de los individuos del Congreso en los términos
que disponga un decreto particular relativo a este punto.
Art. 10. Verificada que sea la instalación del Congreso, se
disolverá la diputación provincial actual, y el mismo Congreso
determinará lo que estime conveniente en cuanto a la autoridad
que deba desempeñar las funciones que están cometidas a la diputación.
Art. 11. El Congreso constituyente provincial se encargará
principalmente de formar la Constitución particular del estado
bajo el sistema de gobierno popular, representativo, federado que
ha sido pronunciado con tanta decisión como firmeza por todos
los pueblos del mismo estado.
Art. 12. A todos los individuos del Congreso provincial se les
abonará por razón de viático, un peso por cada legua de venida
y vuelta y por razón de dietas se abonarán 150 pesos mensuales a todos los que no sean empleados, ya civiles, ya militares, ya
eclesiásticos, y si estos empleados tuvieren de renta una cantidad
menor que la expresada, se les completará lo que falte.
La recomendación de la comisión fue aprobada íntegramente
por la diputación provincial y enviada al gobernador Quintanar
para su publicación.14
El bando impreso de 12 pp., firmado por Quintanar en Guadalajara el 1 de julio de 1823 y rotulado El ciudadano Luis Quintanar. Gobernador del estado libre de
14
231
Nettie Lee Benson
VII. Evolución de las legislaturas estatales
A fin de que todos supieran lo que estaba haciendo el estado de
Jalisco, el día 1 de julio de 1823 Quintanar ordenó la publicación
y circulación de un bando oficial que incluía el acta completa de
la reunión y la ley electoral nacional, junto con una orden en el
sentido de que se siguieran estrictamente las interpretaciones que
de esta última hacía la diputación provincial.15
El 3 de septiembre, la diputación provincial adoptó y publicó
un programa referente a la instalación del Congreso constituyente
de Jalisco.16 Para el 10 de septiembre ya estaba terminado el proceso electoral y habían sido elegidos los respectivos diputados.17
El 14 de septiembre, en fin, día señalado para la fecha de su instalación, el Congreso de Jalisco fue legalmente constituido y Quintanar tuvo a su cargo el discurso de recepción. Los días 14, 15 y
16 se destinaron a celebrar tan esperado acontecimiento y durante
ellos fueron cerrados todos los establecimientos comerciales y la
ciudad decorada e iluminada; por las tardes se celebraron desfiles
y conciertos y por las noches una serenata en la plaza principal.18
Las sesiones regulares del Congreso estatal de Jalisco empezaron el
día 18 y el primer decreto fue el correspondiente a la disolución de
la antigua diputación provincial, cuyas funciones pasaban a ser las
del Congreso, al cual fueron transferidos los archivos de aquélla y
el dinero existente en sus arcas.19 De esta manera inició su existencia la primera legislatura del estado de Jalisco.
Así como Guadalajara fue la primera provincia de México cuya
diputación provincial declaró su intención de establecer un Congreso provincial, Oaxaca fue la primera que se convirtió en un
estado federal. El proceso para ello se inició poco después de la
adopción del Plan de Casa Mata. El 24 de febrero de 1823, en
una sesión conjunta de la diputación provincial y el ayuntamiento
de la ciudad de Oaxaca presidida por Nicolás Bravo, fueron elegidos los 19 miembros destinados a formar la Junta Gubernativa
Provisional. Instalada diez días más tarde con el mayor regocijo,
la junta asumió el gobierno de la provincia de Oaxaca y, durante
cierto tiempo, tomó el lugar de la diputación provincial.20 El establecimiento de un cuerpo de tal naturaleza, aunque sólo fuese
provisional, tendía a la creación de una república federal, para la
cual no se encontraba listo el país, en opinión de Carlos María de
Bustamante.21 Su existencia fue efímera, pues en algún momen-
Xalisco, se encuentra en los Bexar Archives, Universidad de Texas. Las actas de la
sesión del 27 de junio fueron publicadas en La Águila Mexicana, los días 14 y 15
de julio de 1823. Bocanegra, op. cit., i, pp. 266-267, trae las resoluciones aprobadas
en aquella reunión.
15
“Luis Quintanar al ayuntamiento de San Fernando de Béjar, Texas”, firmada en
Guadalajara el 1 de julio de 1823, circular impresa sin título en los Bexar Archives,
Universidad de Texas.
16
“Bando publicado el 11 del corriente en la ciudad de Guadalajara”, La Águila
Mexicana, 21 de septiembre de 1823.
17
Fueron elegidos como propietarios Prisciliano Sánchez, Pedro Vélez, el doctor
José María Gil, Antonio Méndez, Anastasio Bustamante, José Miguel Gordoa, Este­
van Huerta, José María Castillo Portugal, Juan Nepomuceno Cumplido, Urbano
Sanromán, Vicente Ríos, Manuel Cervantes, Santiago Guzmán e Ignacio Navarrete.
Los suplentes fueron el doctor Diego Aranda, José Ignacio Cañedo, Justo Corro,
Es­tevan Aréchiga y Rafael Mendoza, La Águila Mexicana, 19 de septiembre de 1823.
Es interesante hacer notar que siete de los diputados electos al primer Congreso
constituyente de Jalisco habían servido anteriormente en cuerpos legislativos: José
Miguel Gordoa, en las Cortes españolas, Sánchez, Cañedo y Castillo Portugal, en
el Congreso mexicano, y VéIez, Gil y Sanromán, en la diputación provincial. Dos
miembros de ésta, Jesús Huerta y Juan Cayetano Portugal, resultaron electos al
Congreso constituyente nacional en esa misma ocasión; en el caso de Zacatecas,
asimismo, Gómez Farías y Covarrubias fueron reelectos al Congreso nacional y de
nueva elección fueron Juan de Dios Cañedo, José María Castro, Rafael Alderete,
Juan José Romero, José Miguel Ramírez y el doctor Antonio Montenegro.
232
“Manifestación del gobernador del estado al congreso provincial en su instalación”, La Águila Mexicana, 4 de octubre de 1823; “Proclama del ciudadano Luis
Quintanar a los habitantes de Jalisco”, La Águila Mexicana, 25 de septiembre de
1823; “Noticias nacionales”, La Águila Mexicana, 21 de septiembre de 1823.
19
“Congreso constituyente del estado de Jalisco”, La Águila Mexicana, 15 de octubre de 1823.
20
Bustamante, El honor y patriotismo del general D. Nicolás Bravo, p. 31; Castillo
Negrete, op. cit., xv, pp. 348-349.
21
Bustamante, Diario histórico de México, p. 303.
18
233
Nettie Lee Benson
VII. Evolución de las legislaturas estatales
to de abril fue disuelto y restablecida la diputación provincial.22
No se conocen detalles sobre las actividades de la diputación provincial una vez restablecida;23 y tampoco se conoce el contenido
de sus resoluciones, pero parece ser que causaron cierta agitación
en Oaxaca en contra del Congreso nacional restaurado.24 En sus
comentarios sobre las diputaciones provinciales de México, Bustamante escribió el 2 de mayo que éstas, al igual que la de Oaxaca,
estaban convirtiéndose en madrastras de la nación, en vez de constituir su apoyo, pues, siendo incapaces de gobernar sus propias
provincias, deseaban regir todo el país.25
No son muy claros los detalles conocidos sobre los acontecimientos que tuvieron lugar en Oaxaca en la segunda quincena de
abril y durante el mes de mayo. Al parecer, la provincia no se hallaba conforme con las actuaciones del Congreso nacional restaurado
y trataba de ejercer presión sobre él. Hacia el 1 de junio, la confian­
za había declinado a tal extremo que la diputación provincial decidió declarar su completa independencia del gobierno central
de México. Ese día, en una reunión de la diputación, Antonio León,
el jefe político, dijo que en la última reunión se había acordado que
debía convocarse a una sesión extraordinaria cuando fuere necesario y que tal ocasión ya había llegado.26 Una comisión del ayuntamiento de la ciudad de Oaxaca informó que el pueblo deseaba
una república federal y que una gran mayoría de quienes se habían
reunido en la ciudad se mostraba favorable a separarse del gobierno
central de México y a la consiguiente creación de un estado federado. Después de consultar con los altos funcionarios municipales
y militares, la diputación, junto con los representantes de otros
cuerpos locales, votó unánimemente por declarar la separación total del gobierno central con sede en la ciudad de México.
Una comisión compuesta por representantes de la diputación
provincial, el ayuntamiento y el ejército presentó al día siguiente
un proyecto para el establecimiento de un gobierno provisional
para la provincia de Oaxaca.27 De acuerdo con el proyecto, Oaxaca profesaría una sola religión, la de la Iglesia católica romana; la
soberanía sería ejercida únicamente por la provincia, en el seno de
un sistema federal, mediante un Congreso provincial establecido
sobre las bases de libertad, igualdad, propiedad y seguridad; los
miembros del Congreso serían designados en elecciones de partido en la forma que había sido establecida en la convocatoria; hasta
que se reuniera el Congreso, el mando del ejército lo ejercería el
comandante general de la provincia, y todos los demás asuntos
serían de la competencia de la Junta Superior Gubernativa.28 Este
cuerpo se limitaría a aprobar los reglamentos y acuerdos esenciales
y no efectuaría nombramientos ni cubriría cargos públicos, salvo,
provisionalmente, en los casos más urgentes. Tan pronto como se
reuniese la mitad más uno de los diputados, el Congreso comenzaría a actuar y, por consiguiente, la junta sería disuelta. Todas las
leyes existentes que no fuesen contrarias al sistema de gobierno
federal continuarían vigentes hasta que el Congreso acordase otra
cosa. Las órdenes procedentes del gobierno central de la ciudad
de México no serían reconocidas y los diputados de Oaxaca al
Congreso nacional debían volver a la provincia. La Junta Superior
Gubernativa adoptaría las medidas necesarias en caso de acontecimientos extraordinarios.
Banegas Galván, Historia de México, ii, p. 404, dice que la junta fue disuelta a
principios de abril; Bustamante, Diario histórico de México, p. 381, que fue disuelta
antes del 24 de abril y que la diputación provincial reasumió sus funciones.
23
Ibid., p. 381.
24
Banegas Galván, op. cit., ii, p. 404.
25
Bustamante, Diario histórico de México, p. 388.
26
Bustamante, op. cit., p. 425, dice que la sesión fue convocada inmediatamente
después de la llegada a Oaxaca del correo que llevaba el decreto del 21 de mayo.
27
22
234
“Acta de la ciudad de Oajaca”, La Águila Mexicana, 22, 23 y 24 de junio de 1823.
Se invitó al clero a participar en la junta, pero aquél difirió su actuación hasta más
tarde y entonces envió una protesta al gobierno central. “Oaxaca”, Gaceta del Gobierno Supremo de México, 3 de julio de 1823.
28
En el plan no se mencionaba cómo debía establecerse la Junta Superior Gubernativa. La creada por Bravo se componía de miembros escogidos por la diputación
provincial, el ayuntamiento y los funcionarios militares y eclesiásticos. Probablemente la junta a que se hace mención haya estado formada de manera similar.
235
Nettie Lee Benson
VII. Evolución de las legislaturas estatales
Se constituiría un consejo de guerra provincial, nombrado por
la junta y compuesto por tres oficiales militares que no fuesen a su
vez miembros de ésta. El comandante general no debería adoptar
ninguna clase de acuerdos sin contar con la aprobación mayoritaria del consejo de guerra provincial, el cual debería mantener
informada a la Junta Superior Gubernativa acerca de las decisiones
de carácter militar. La provincia, que no tenía ambiciones territoriales, limitaría su fuerza militar a la que fuese suficiente, en
opinión del consejo de guerra, para mantener el orden dentro de la
provincia y para resistir cualquier agresión del exterior. No se preveía que aquellas provincias que aún no se pronunciaban por el
sistema federal de gobierno cometieran actos de hostilidad contra
Oaxaca, pero, en caso de que ello sucediese, la provincia que lo
hiciere sería considerada como enemiga. Ante un acto de tal naturaleza, la provincia de Oaxaca se reservaba todos sus derechos
y los exigiría siempre en el Congreso general de la nación. Finalmente, quienes fuesen declarados culpables de enemistad declarada contra el sistema federal de gobierno serían expulsados de la
provincia.29
El plan fue adoptado de inmediato, la convocatoria para elecciones expedida poco después y, como podía suponerse, las elecciones se verificaron pronto.30 El 6 de julio, el Congreso provincial
del estado libre de Oaxaca quedó debidamente instalado. Sus primeros acuerdos fueron decretar la supresión de la Junta Provincial
Gubernativa y asumir las responsabilidades de la antigua dipu­
tación provincial.31 La conversión de ese cuerpo, de consejo asesor
como era, en un Congreso provincial se había consumado así en
Oaxaca.32
“Bases provinciales con que se emancipó la provincia de Oaxaca”, La Águila Mexicana, 11 de junio de 1823; también fueron publicadas en Oaxaca en forma de pliego
suelto, reimpreso en Puebla, con el título La provincia de Oaxaca independiente de
México. Lucas Alamán, ministro de relaciones interiores, informó al Congreso de lo
ocurrido en Oaxaca en una sesión secreta celebrada el 10 de junio. Ese mismo día,
Bustamante dijo al Congreso que Oaxaca había perdido la razón y que debería ser
tratada como un demente o un niño. Pidió que no se adoptasen medidas enérgicas
en contra de la provincia, sino que se la tolerase hasta que su fiebre federal hubiese
cedido, su vértigo pasado y hubiese recuperado la razón. Bustamante, Diario histórico de México, p. 426; en esa misma fecha, no obstante, escribió una fuerte réplica a la
proclama de independencia de Oaxaca, la hizo publicar con el título de Examen crítico sobre la federación de las provincias y envió copias de ella a Oaxaca, ibid., p. 427.
30
No se ha hallado la convocatoria de las elecciones ni ha podido determinarse la
fecha en que se verificaron. El 18 de junio de 1823, Bustamante escribió en su Dia-
rio histórico de México, p. 440, que Oaxaca ya había expedido la convocatoria para
las elecciones de su Congreso provincial, que debía instalarse el 1 de julio. En esa
época, se necesitaban cerca de 10 días para la llegada a México de noticias de Oaxaca; por lo tanto, es probable que la convocatoria fuese expedida más o menos el
8 de junio. Como el Congreso se instaló el 6 de julio, probablemente las elecciones
se celebraron durante las últimas dos semanas de junio. Banegas Galván, Historia
de México, ii, p. 419, dice que el último acto electoral se verificó el 1 de julio, pero
no se apoya en autoridad alguna.
31
“Bando publicado en Oajaca”, La Águila Mexicana, 15 y 19 de julio de 1823; Bustamante, Diario histórico de México, pp. 481-482; Victoriano D. Báez, Compendio de
historia de Oaxaca, p. 114; Francisco Belmar, Breve reseña histórica y geográfica del
estado de Oaxaca, p. 26.
32
El tercer decreto expedido por el Congreso de Oaxaca, el 28 de julio de 1823,
establecía el plan de gobierno para la provincia hasta la “proclamación de la Constitución general de la nación y la de la provincia misma”. El artículo 2 decía que el
territorio conocido hasta entonces como el de Oaxaca se llamaría en adelante
el “estado libre de Oaxaca” y el artículo 3 establecía que el estado de Oaxaca se
compondría de los veinte distritos que formaban la antigua intendencia de Oaxaca
y los enumeraba. Los artículos 4, 5, 6, 7 y 10 manifestaban la intención del estado
de Oaxaca de continuar formando parte de la nación mexicana. Oaxaca reconocía
al gobierno nacional en funciones como centro de unión de los estados mexicanos
federados hasta que se reuniera el nuevo Congreso nacional, reconocía asimismo al
actual Congreso sólo con el carácter de convocante de uno nuevo y se reservaba
el derecho de obedecer o rechazar todas las leyes y órdenes que contradijeran las
de Oaxaca, restricción que cesaría luego que estuviera instalado el nuevo Congreso
nacional; todas las leyes y órdenes no contrarias al sistema federal eran reconocidas
como válidas y Oaxaca no proclamaría su Constitución estatal antes de la aprobación de la del gobierno nacional. Tanto “Noticias nacionales” (La Águila Mexicana,
13 de agosto de 1823) como “Oficio con que el congreso provincial de Oajaca da
parte de su Instalación al Supremo Poder Ejecutivo de la Nación” (ibid., 19 de julio
de 1823) y Bustamante (Diario histórico de México, pp. 481-482) explican la actitud
de Oaxaca hacia el gobierno nacional.
236
237
29
Nettie Lee Benson
VII. Evolución de las legislaturas estatales
Yucatán fue la segunda provincia que estableció un Congreso
constituyente después de su adhesión al Plan de Casa Mata. El 4 de
marzo de 1823, la diputación provincial de Yucatán había asumido
el gobierno completo de esa intendencia. Como algunos de sus
miembros no creían que ese cuerpo debía tener la autoridad ejecutiva y militar, además de las funciones legislativas,33 se decidió
establecer un cuerpo electoral provisional de cinco miembros, elegidos por sufragio popular, cuyas funciones serían determinadas
por la propia diputación provincial junto con representantes del
ayuntamiento de Mérida, el clero y el ejército, y se ordenó que
las elecciones correspondientes se iniciaran el 27 de abril en las
parroquias y se completaran en la capital de la provincia el 18
de mayo.34
Una vez que el general Melchor Álvarez, capitán general y jefe
político nombrado por Iturbide, se retiró a Champotón, pues no
deseaba verse envuelto en los acontecimientos de entonces, Pedro
Bolio y Torrecilla se convirtió en jefe político, de acuerdo con la
Constitución española de 1812, y la diputación provincial empezó
a considerar el problema de proveer el cargo de comandante de la
provincia. En realidad, desde la época de su adhesión al Plan de
Casa Mata, la Diputación Provincial de Yucatán había estado dirigiendo todos los asuntos de la provincia, dado que la consideraba
libre. Después de nombrar a José Segundo Carvajal como capitán
general el 26 de mayo, Álvarez informó a ese cuerpo de su deseo
de reasumir sus deberes, pero se le respondió que debería apelar
ante la Junta Provisional Administrativa, que iba a ser instalada
en breve.35
Hacia fines de mayo, la diputación provincial estaba dando los
pasos definitivos para transformar la provincia en estado federal.
En una sesión extraordinaria celebrada el 29 de mayo, escuchó las
peticiones de un gran número de ciudadanos, dignatarios y soldados en el sentido de que Yucatán debería proclamar su intención
de formar parte de la nación mexicana únicamente en el marco de
un sistema federal que le permitiese expedir su propia Constitución y las leyes que ella misma considerase adecuadas para el bienestar de la provincia. En el gobierno nacional se delegaría el poder
de hacer tratados, declarar la guerra y dirigir los asuntos de interés
para la nación considerada en su conjunto, así como el nombrar
el cuerpo diplomático, los oficiales del ejército, desde brigadieres,
y los dignatarios superiores de la Iglesia, desde obispos. La designación de todas las demás autoridades provinciales se reservaba al
“Senado” de Yucatán y la responsabilidad de proveer con su parte
a los gastos nacionales se delegaba en el gobierno estatal.36 A fin
de conocer el sentir de la opinión pública a este respecto, la diputación provincial reunió a representantes de las autoridades municipales y eclesiásticas, del ejército y a todos los electores provinciales escogidos para elegir a los miembros de la Junta Provisional
Administrativa, muchos de los cuales se encontraban en Mérida en
esa época. Todos estuvieron de acuerdo en aprobar las medidas establecidas en las peticiones, así como en elegir la junta provisional
o cuerpo ejecutivo compuesto de cinco miembros que gobernaría
la provincia yucateca hasta que se eligiese e instalase el Congreso constituyente del estado. A este efecto, Tiburcio López, Pablo
Lanz, Francisco Facio, Simón Ortega y Raymundo Pérez fueron
nombrados inmediatamente para integrar la junta.37
La Diputación Provincial de Yucatán, los electores provinciales
y los representantes de las varias entidades provinciales y municipales de Mérida dieron a la junta las siguientes instrucciones:
1) que ejerciese las funciones ejecutivas antiguamente ejercidas
Ancona, op. cit., iii, p. 265.
Un manifiesto hecho por la comisión, las recomendaciones de la misma y las
actas de la diputación provincial fueron publicados en La Águila Mexicana, 13, 14
y 15 de mayo de 1823.
35
Ibid.; Ancona, op. cit., iii, pp. 272-273.
33
34
238
Ibid., iii, pp. 274-275; “Viva la república federada de Yucatán”, La Águila Mexicana, 20 de junio de 1823.
37
Manuel León, Pablo Moreno, Perfecto Barranda, José María Meneses y Benito
Aznar fueron nombrados suplentes, ibid.; Ancona, op. cit., iii, pp. 275-276.
36
239
Nettie Lee Benson
VII. Evolución de las legislaturas estatales
por la diputación provincial conforme a la Constitución española
de 1812 y los decretos de las Cortes, siempre y cuando éstos no
fueran contrarios a la forma republicana de gobierno y estuviesen
de acuerdo con las necesidades de la provincia; 2) que convocase
a una elección popular para designar a los electores, los cuales, a
su vez, elegirían a los diputados al Congreso provincial sobre la
base de un diputado por cada 25 mil habitantes (los electores provinciales designados deberían reunirse en Mérida el 1 de agosto
de 1823 a fin de nombrar a los diputados respectivos), y 3) que se
disolviera inmediatamente después de que el Congreso provincial
quedase constituido.38
Los miembros de la junta tomaron posesión de sus cargos el 30
de mayo y una relación del suceso fue distribuida ampliamente en
la provincia, toda la cual aprobó las resoluciones. Incluso Campeche, que había estado objetando las actividades de la diputación
provincial, sancionó el plan federal.39 El 6 de junio de 1823, la junta convocó a elecciones de diputados al Congreso provincial constituyente.40 Las elecciones municipales se realizaron el 29 de junio,
las de distritos, el 13 de julio y las provinciales, el 27 de julio.41
El 20 de agosto, el Congreso constituyente de Yucatán quedó constituido en medio de gran regocijo;42 e inmediatamente
empezó a redactar leyes y una constitución para el estado de
Yucatán.43
Zacatecas fue la cuarta intendencia que se declaró estado “libre”. Una de las voces más fuertes e insistentes que se escucharon en el restaurado Congreso nacional, en cuanto se refería a la
convocatoria de un nuevo cuerpo legislativo y a la concesión de
una mayor autonomía provincial, fue la del diputado por Zacatecas Valentín Gómez Farías. En su Voto particular... del 19 de
abril, había propuesto la conversión de las diputaciones provinciales en verdaderos congresos estatales y expresado el deseo de
“Viva la república federada de Yucatán”, La Águila Mexicana, 20 de junio de 1823,
la cual reproduce en su totalidad las actas de las sesiones de los días 29 y 30 de
mayo. Véase también Ancona, op. cit., iii, pp. 277-278; Acereto, “Historia política
desde el descubrimiento europeo hasta 1920”, en Enciclopedia yucatanense, iii, pp.
179-180.
39
Ibid.; Ancona, op. cit., iii, pp. 278-279; “Viva la unión del estado yucateco”, firmado en Campeche el 31 de mayo de 1823, La Águila Mexicana, 15 de julio de 1823.
40
“La junta provincial de la república de Yucatán a sus habitantes”, La Águila Mexicana, 16 de julio de 1823.
41
“La honorable junta provisional gubernativa de la república...”, El Sol, 14 de
julio de 1823.
42
Los diputados fueron Francisco Genaro Cícero, Eusebio Villamil, Pedro José
Guzmán, José Ignacio Cervera, Perfecto Baranda, Manuel Milanés, Juan de Dios
Coshaya, Pedro Manuel Regil, Agustín López de Llergo, Pedro Almeida, Miguel
Errasquín, Manuel Jiménez, Pedro Sousa, Juan Nepomuceno Rivas, Juan Evange-
lista Echanova, José Antonio García, José María Quiñones, Joaquín García Rejón,
Manuel León, Pablo Moreno y Tiburcio López Constante, “Instalación y apertura
del congreso constituyente del estado yucateco, verificada el día 20 de agosto de
1823”, El Sol, 24 de septiembre de 1823, y Ancona, op. cit., iii, p. 279.
43
Alamán, ministro de relaciones interiores, reprendió a Yucatán por haber proclamado una república federal y calificó esa acción de prematura y anárquica: Acereto,
“Historia política desde el descubrimiento europeo hasta 1920”, en Enciclopedia
yucatanense, iii, p. 180; “Oficio dirigido al diputado d. Manuel Crescencio Rejón
por el secretario del H.P.E. de Yucatán”, La Águila Mexicana, 25 de octubre de 1823.
El Congreso constituyente de Yucatán respondió el 27 de septiembre, negando que
Yucatán tuviera intención alguna de retirarse de la nación mexicana, pero sosteniendo el derecho de formar su propia Constitución estatal y de que lo mismo hiciera cada provincia o estado. Para explicar más su actitud con respecto al gobierno
central, el Congreso yucateco incluía el decreto del 27 de agosto, que establecía los
principios o bases del estado federal yucateco. En el decreto se declaraba: 1) que
el estado de Yucatán era soberano e independiente de la dominación de cualquier
otro, fuere el que fuere; 2) que la soberanía residía en los habitantes del estado
y a ellos solos tocaba exclusivamente el derecho de dirigir su régimen interior y
acordar y redactar la Constitución y las leyes de la provincia; 3) que era la voluntad
del estado confederarse sobre bases de equidad y con pactos de absoluta justicia
con los demás estados independientes que componían la nación mexicana para
formar una república federal; 4) que el ejercicio del poder supremo del estado se
conservaría dividido, para no confundirse jamás, en legislativo, ejecutivo y judicial;
5) que el gobierno del estado sería popular, representativo y federal; 6) que todos
los funcionarios públicos eran delegados y agentes del pueblo y, como tales, sujetos
en todo tiempo a justa responsabilidad, y 7) que el territorio del estado era un asilo
inviolable para las personas y propiedades de toda clase pertenecientes a extranjeros; ibid.; Ancona, op. cit., iii, pp. 280-283; Acereto, op. cit., pp. 180-181 y 440-441.
240
241
38
Nettie Lee Benson
VII. Evolución de las legislaturas estatales
las provincias de gozar de autonomía en lo referente a los asuntos
provinciales;44 en otras palabras, defendía los “derechos de los estados”. Que Gómez Farías hablaba en nombre de su provincia lo
confirma el hecho de que la Diputación Provincial de Zacatecas,
una vez que recibió un ejemplar del Voto particular..., no sólo lo
aprobó sino que dirigió al Congreso nacional una comunicación
en ese mismo sentido.45 Al igual que su vecina, la provincia de
Nueva Galicia, Zacatecas se cansó al fin de importunar al renuente Congreso restaurado. La diputación provincial, con asistencia
de dos miembros del ayuntamiento de la ciudad de Zacatecas,
llegó el 18 de junio a un acuerdo sobre un plan provisional de
gobierno,46 y el 12 de julio expidió las órdenes para la convocatoria al Congreso constituyente del estado y para la consti­
tución de un gobierno provincial del estado libre de Zacatecas,
el cual actuaría hasta que se reuniese el Congreso constituyente estatal. Tanto el plan provisional de gobierno, expedido el 18
de junio, como el de convocatoria al Congreso estatal contenían
sus­tancialmente las mismas previsiones que los planes de Nueva
Galicia, expedidos en Guadalajara los días 5 y 16 de junio. Vale
la pena hacer notar, no obstante, tres puntos del plan de Zacatecas: 1) el estado de Zacatecas comprendía ocho distritos; a saber: Aguascalientes, Fresnillo, Juchipila, Mazapil, Nieves, Pinos,
Sombrerete y Zacatecas; 2) el mantenimiento del orden interno
y las relaciones externas del estado, lo mismo que otras funcio-
nes propias del Poder Ejecutivo serían competencia de una junta
provisional de gobierno formada por el jefe político en funciones,
Domingo Velázquez, el comandante general, Pedro Iriarte, y el
comandante local, Juan Paredo, con Pedro Ramírez y Manuel de
Abreu como sus suplentes, cuando fuere necesario, y 3) a pesar
de las órdenes contenidas en el artículo 16 de la ley del 17 de junio, expedida por el Congreso nacional restaurado reunido en la
ciudad de México y relativa a la convocatoria de otra nueva asamblea legislativa, la Diputación Provincial de Zacatecas no se renovaría en las próximas elecciones, sino que continuaría ejerciendo sus funciones hasta la instalación del Congreso constituyente
provincial, el cual resolvería sobre el futuro de la diputación.47
Como era de suponerse, la acción independiente de las provincias de Nueva Galicia y Zacatecas a través de sus diputaciones
provinciales establecidas en las respectivas capitales, las ciudades
de Guadalajara y Zacatecas, conmovió grandemente al Congreso
nacional. Ya en el mes de mayo, este último había sostenido discusiones acerca del envío de tropas al mando del general Pedro
Celestino Negrete con el propósito de someter Guadalajara.48 El
gobierno central resolvió al cabo enviar tanto al general Negrete
como al general Nicolás Bravo con la misión de someter las dos
provincias citadas por haber negado su obediencia a los decretos
del 17 de junio relativos a la convocatoria de un nuevo Congreso
constituyente nacional.49 Las tropas se pusieron en camino rumbo
a Guadalajara, Nueva Galicia, el 5 de julio de 1823.50
Tanto Zacatecas como Guadalajara habían hecho saber que no
consentirían agresión externa de ninguna clase y ambas estaban
Gómez Farias. op. cit., pp. 3-4.
“Sesión del Congreso del 28 de mayo de 1823”, La Águila Mexicana, 1 de junio
de 1823; Mateos, Historia parlamentaria..., ii, p. 382.
46
“Acta de Zacatecas”, La Águila Mexicana, 3 y 4 de julio de 1823. Este documento
lo firmaron en la provincia libre de Zacatecas, el 18 de junio de 1823, Domingo
Velázquez, Manuel de Orive y Novales, Mariano de Iriarte, Juan José Román, José
Francisco Arrieta y Santos Vélez. Fue publicado como “Bando oficial a la provincia
de Zacatecas” el 22 de junio. Dos días antes habían sido enviados ejemplares de él
con una nota aclaratoria a todas las diputaciones provinciales de México. “Oficio
de la Excma. Diputación Provincial de Zacatecas a la de Durango”, La Águila Mexicana, 2 de agosto de 1823.
44
45
242
Una copia manuscrita de los planes firmados en Zacatecas, el 12 de julio de 1823,
por Domingo Velázquez, jefe político, y Marcos de Esparza, secretario, se encuentra
en Hernández y Dávalos Collection, Universidad de Texas.
48
Banegas Galván, op. cit., ii, p. 430; Bustamante, Diario histórico de México, p. 402.
49
Banegas Galván, op. cit., ii, p. 430. Bocanegra, op. cit., i, p. 225, asegura que se
informó que Negrete y Bravo iban a San Luis Potosí, pero que su verdadero destino
no era otro que Guadalajara, como lo probaron los acontecimientos posteriores.
50
Banegas Galván, op. cit., ii, p. 431.
47
243
Nettie Lee Benson
VII. Evolución de las legislaturas estatales
perfectamente informadas sobre las fuerzas que se enviaban en
su contra; consecuentemente, elaboraron planes conjuntos para
llevar a cabo la resistencia. Al recibir orden del Supremo Poder
Ejecutivo de que se prestase toda la ayuda posible a las tropas de
Negrete y Bravo, cuyo objeto, “se decía”, era proteger a la provincia de San Luis Potosí, el intendente de Zacatecas informó acto
seguido a la diputación provincial, la cual hizo saber inmediatamente a ambos generales que el movimiento de tropas nacionales
no sólo era innecesario sino que la provincia no permitiría que
cruzara sus fronteras ni un solo soldado nacional. La diputación
provincial recordó también a Bravo que éste había dicho a su salida de la ciudad de México que el propósito de su expedición era
eliminar la oposición al sistema federal que algunas provincias habían adoptado; siendo así, continuaba, en la provincia de Zacatecas no existía tal clase de oposición, pues la promulgación del sistema federal de gobierno había sido recibida con grandes muestras
de pública aprobación. Por lo tanto, la provincia de Zacatecas no
necesitaba tropas exteriores de ninguna clase para la conservación
del orden ni para dominar las fuerzas de oposición ni tampoco
poseía los medios para ayudar a un ejército que no necesitaba ni
deseaba en modo alguno.51
Una copia de la comunicación dirigida a los dos generales fue
enviada en seguida a la Diputación Provincial de Guadalajara,
acompañada de una declaración en la que se decía que las causas
de los dos estados libres no eran sino una sola y la misma y que por
lo tanto ambos deberían operar conjuntamente y ayudarse uno a
otro con todos los medios a su alcance. Zacatecas daba las gracias
a Guadalajara por el envío de la copia de su plan sobre el gobierno
estatal provisional y por los cambios que había introducido en la
ley electoral nacional y le comunicaba que a su vez había adoptado
también casi idénticas medidas.52
Las dos provincias se prepararon entonces para ofrecer resistencia mediante la fuerza, si era necesario, a las tropas nacionales
que se acercaban. Por fortuna, el choque de las armas logró evitarse, gracias a que Bravo acampó con sus tropas en Irapuato y acordó conferenciar en Lagos con los representantes de ambas provincias. La Diputación Provincial de Guadalajara nombró a Luis
Quintanar, Pedro Vélez y Juan Cayetano Portugal para representar
al estado y, el 18 de julio, el primero de ellos expidió un manifiesto dirigido al “Estado libre de Xalisco”, en el que informaba al
pueblo sobre la proyectada reunión.53 Por su parte, la Diputación
Provincial de Zacatecas nombró como sus representantes a Pedro
de Iriarte, Juan José Román y Santos Vélez. Bravo no asistió a las
reuniones, sino que nombró a José Domínguez y Mariano Villaurrutia para que lo representaran; más tarde, envió a Juan Domínguez con el fin de que se uniera a las conferencias.54
Cuando, el 8 de agosto de 1823, dieron principio las conversaciones, los comisionados de Bravo declararon que, aun cuando los
estados de Jalisco y Zacatecas habían reconocido tanto al Congreso
como al Supremo Poder Ejecutivo en su calidad de centros de unión
para el país y habían ofrecido obedecer las órdenes que emanaran
de los dos cuerpos en todo cuanto tales órdenes contribuyeran al
bienestar general de la nación, ninguno de los dos había cumplido
con las órdenes emanadas del gobierno nacional, sino que, por el
contrario, habían realizado tales cambios en la ley electoral que la
habían vuelto totalmente inservible. Si los dos estados no querían
obstruir la reunión del Congreso recientemente convocado ni llevar
“La Diputación Provincial de Zacatecas a los generales Pedro Celestino Negrete
y Nicolás Bravo”, Zacatecas, 15 de julio de 1823, en “Oficio dirigido a la Exma.
Diputación Provincial del estado de Xalisco por la de Zacatecas”, La Águila Mexicana, 31 de julio de 1823, y Gaceta del Gobierno de Guadalajara, 22 de julio de 1823;
Banegas Galván, op. cit., ii, pp. 431-432.
“La Diputación Provincial de Zacatecas a la Diputación Provincial de Guadalajara”, Zacatecas, 15 de julio de 1823, en “Oficio dirigido...”, La Águila Mexicana, 31
de julio de 1823, y Gaceta del Gobierno de Guadalajara, 22 de julio de 1823.
53
“Manifiesto del gobernador del estado libre de Xalisco a los habitantes del mismo”, Gaceta del Gobierno de Guadalajara, 22 de julio de 1823.
54
“Bravo a Quintanar”, Irapuato, 7 de agosto de 1823, en Sesiones celebradas en la
Villa de Lagos, pp. 1-2.
244
245
52
51
Nettie Lee Benson
VII. Evolución de las legislaturas estatales
al país a la peor forma de anarquía, deberían cumplir íntegramente
los preceptos de la ley electoral y obedecer las órdenes del gobierno
nacional. Los representantes de Jalisco y Zacatecas respondieron
que, puesto que los dos estados se habían declarado en favor del
federalismo antes de su promesa de obedecer la ley electoral, no
podían sujetarse a ninguna cláusula de ella que fuese contraria al
sistema federal. Mantuvieron que, al igual que las adiciones que
habían introducido en la ley electoral se referían únicamente a sus
propios estados, nada tenían que ver con la nación considerada en
su conjunto y, en consecuencia, no impedían la reunión del nuevo
Congreso. Además, los comisionados afirmaron que todas las órdenes expedidas por el gobierno central en favor de la nación habían
sido obedecidas con puntualidad y exactitud. La reunión fue diferida para el día siguiente a fin de que los comisionados de Bravo
pudieran informarle claramente y recibir nuevas instrucciones.
Durante la segunda conferencia, los representantes de los estados de Jalisco y Zacatecas reafirmaron su voluntad de reconocer y
obedecer al gobierno central en todo lo que se refiriera al bienestar
de la nación en su totalidad, de contribuir en proporción a los gastos nacionales y de utilizar sus recursos y fuerzas para mantener su
independencia y libertad; sin embargo, los delegados insistieron
en su derecho de votar en contra de cualquier orden que fuese
contraria a sus respectivos estados o que se refiriera únicamente a
sus asuntos internos. Defendieron igualmente su derecho a mantener el Congreso del estado, el cual ya había sido convocado, y
a instruir en la forma que les pareciere adecuada a sus delegados
al Congreso nacional. Más aún, los comisionados afirmaron que
los gobiernos provisionales nombrados por el estado de Jalisco el
18 de junio y por el de Zacatecas el 12 de julio continuarían en
el ejercicio de sus funciones hasta que tal situación fuese modificada por el Congreso de cada estado o por el recientemente
convocado Congreso nacional. Todos los que participaron en
las con­ferencias estuvieron conformes con los puntos arriba mencionados, los cuales fueron dispuestos en doce artículos que recibieron la aprobación y firma de los presentes.
Cuando el documento llegó a Bravo, éste eliminó todo lo que
Zacatecas y Jalisco demandaban como sus derechos, exigió el
cumplimiento de todas las órdenes que habían sido dictadas por
el gobierno central o que lo fueren en adelante y lo devolvió a sus
comisionados el 12 de agosto. El 14, éstos se reunieron con los
representantes de Jalisco y Zacatecas, que se negaron a aceptar
todo cambio de importancia que hubiese sido realizado por Bravo.
Los comisionados de éste le informaron entonces que ellos habían
hecho todo cuanto estaba a su alcance para obtener la adopción de
sus revisiones, admitieron que Zacatecas y Jalisco poseían algunas
bases firmes para su conducta y le recomendaron que aceptase el
acuerdo tal como quedó al fin revisado, con muy ligeras diferencias con respecto al del 9 de agosto. Bravo debió haber comprendido que cualquier conferencia ulterior sería en vano, pues el 18
de agosto informó a sus comisionados que él no podía aprobar
el acuerdo, pero que lo había remitido al gobierno central, que
así lo comunicaran a los representantes de los dos estados y que
regresaran en seguida a Irapuato para esperar nuevas órdenes de
la ciudad de México.55
El despliegue de fuerzas del gobierno central destinado a someter a Jalisco y Zacatecas había despertado considerable agitación en todo el país. Prisciliano Sánchez, diputado por Guadalajara, Valentín Gómez Farías y Francisco García habían protestado
por tal acción ante el Congreso nacional restaurado y hecho notar
que tanto Oaxaca como Yucatán habían ido mucho más allá en
el establecimiento de gobiernos estatales. Tal actitud por parte del
gobierno nacional daría como resultado, afirmaron, que las provincias se armaran para proceder a su propia defensa.56 José María
Covarrubias, hablando ante el Congreso el 1 de agosto, advirtió
también que una acción armada en contra de Guadalajara iniciaría
246
247
Ibid., pp. 1-15; El Sol, 1 de septiembre de 1823.
Proposición hecha al soberano congreso por los diputados que subscriben, pliego
suelto firmado el 1 de agosto de 1823 por Sánchez, Gómez Farías y García Bustamante, Diario histórico de México, pp. 502-505.
55
56
Nettie Lee Benson
VII. Evolución de las legislaturas estatales
una conflagración demasiado grande para poder apagarla y pedía
que se reconsiderase el decreto que otorgaba al gobierno la facultad de utilizar las fuerzas armadas.57 El 4 de agosto, Bustamante
escribió en su diario que los diputados de Jalisco, al hacer publicar
y distribuir sus proposiciones aun antes de que fuesen admitidas
para su discusión, estaban tratando de minar el plan del gobierno
en contra de esa provincia.58 El 15 de agosto, el Congreso se reu­
nió en sesión extraordinaria a petición expresa del Supremo Poder Ejecutivo. Cuatro de los ministros estuvieron presentes en la
sesión, en la que Lucas Alamán informó sobre la conferencia de Lagos y la insistencia de Jalisco y Zacatecas en sus viejas peticiones.
Naturalmente, se discutió acerca de qué procedimiento debería
seguirse. Bustamante indicó que el gobierno debería expresar primero su parecer acerca del asunto, el cual, a su vez, debería turnarse a una comisión del Congreso que haría las recomendaciones del
caso directamente al cuerpo legislativo. Éste, no obstante, acordó
pasar el asunto directamente a una comisión especial, la cual dictaminó al día siguiente en el sentido de que, dado que todavía no
se podía adoptar ninguna decisión acerca del caso de Jalisco, se
autorizara al gobierno a resolverlo y se aprobase la petición de la
Diputación Provincial de Guadalajara de olvidar el pasado.59
Poco tiempo después, Bravo, de acuerdo con las instrucciones
recibidas del gobierno, retiraba sus fuerzas a Celaya y, más tarde,
Quintanar volvió a Guadalajara. Las provincias de Nueva Galicia
y Zacatecas prosiguieron con el establecimiento de sus gobiernos
estatales: Jalisco, como ya se ha dicho, instaló su Congreso el 14 de
septiembre, mientras que Zacatecas, el cuarto estado en hacerlo,
instaló el suyo el 19 de octubre de 1823;60 en esa fecha, su diputación provincial dejó de existir.
Esas cuatro provincias, Oaxaca, Yucatán, Nueva Galicia —cuya
diputación provincial tenía su sede en Guadalajara y a la que con
frecuencia se hacía referencia como la provincia de Guadalajara—
y Zacatecas fueron las precursoras en el establecimiento de gobiernos estatales. A través de sus diputaciones provinciales, osaron
enfrentarse al antiguo Congreso constituyente nacional restaurado
y al gobierno central de México, tal como se había estipulado en
el Plan de Casa Mata el 1 de febrero de 1823, declararon su independencia total en lo referente a sus asuntos internos y eligieron
y establecieron sus propios congresos estatales mientras aún se
encontraba en vigor la Constitución española de 1812.
José María Covarrubias, Esposición hecha al soberano congreso por el sr. diputado
José María Covarrubias, firmada el 2 de agosto de 1823; Mateos, op. cit., ii, p. 460.
Bustamante, Diario histórico de México, pp. 504-505.
58
Ibid.
59
Mateos, op. cit., ii, pp. 475-476; La Águila Mexicana, 17 de agosto de 1823; Bustamante, Diario histórico de México, pp. 517-518. En esa sesión, Bustamante pidió
que la amnistía se hiciera extensiva también a Oaxaca.
57
248
Sus diputados propietarios fueron Domínguez Velázquez, el doctor Juan José
Román, el licenciado Ignacio Gutiérrez de Velasco, José Miguel Díaz de León, Juan
Bautista de la Torre, Juan Bautista Martínez, José María Herrera y el licenciado
Miguel Laureano Tobar, con Domingo del Castillo, Eusebio Gutiérrez, José María
García Rojas y Antonio Eugenio Gordoa como suplentes, La Águila Mexicana, 17
de septiembre y 8 de noviembre de 1823.
60
249
VIII. Establecimiento de otras
legislaturas estatales
La política que siguió Guadalajara de difundir cada suceso ocurri­
do en esa provincia mediante la impresión de proclamas, circu­
lares, bandos oficiales y actas de las reuniones de su diputación
provincial, copias de todo lo cual eran enviadas con gran prontitud a todos los rincones de México, soliviantó pronto a los ciudadanos de las otras provincias, si es que no lo habían hecho antes.
Ya para el 23 de mayo de 1823, cuando escribía desde Guanajuato
al marqués de Vivanco acerca de la influencia de ese material impreso, Pedro Otero afirmaba que Quintanar estaba apremiando a
Guanajuato para que siguiera los pasos de Guadalajara, que las
publicaciones estaban en manos de todo el mundo y que sus convincentes argumentos habían aumentado el deseo de reformar la
representación nacional en la provincia de Guanajuato. Muchos
de los habitantes, continuaba, habrían tomado ya el camino que
indicaba Guadalajara si no reconocieran que Otero estaba manejando el asunto más juiciosamente.1
A partir de la fecha de su adhesión al Plan de Casa Mata, aparentemente la mayoría de las provincias de México se conside­raban
como provincias o estados independientes. Sentían la ne­cesidad de
un gobierno central y lo deseaban, pero al mismo tiempo creían
poseer el derecho inalienable de unirse a él o, si no se ajustaba
a sus deseos y necesidades, de mantenerse alejadas. En otras palabras, dado que se consideraban independientes, las provincias
“Pedro Otero al marqués de Vivanco”, Guanajuato, 23 de mayo de 1823, en Hernández y Dávalos Collection, Universidad de Texas.
1
251
Nettie Lee Benson
VIII. Establecimiento de otras legislaturas
estaban en la creencia de que el gobierno central debería tener en
cuenta sus ideas, en lugar de ser ellas las que se conformaran con
el pensamiento del Congreso restaurado, cuerpo al que sólo reconocían un carácter meramente provisional.
La casi espontánea reacción de las provincias tras de recibir el
informe de la comisión del Congreso sobre la convocatoria de un
nuevo cuerpo indica la unanimidad de opinión que existía entre
todas ellas. Parece ser que Guadalajara fue la primera en llevar a
cabo un movimiento franco, pero la rapidez con que las demás
provincias tomaron medidas similares indica que se hallaban trabajando en una ideología semejante aun antes de conocer la actitud de Guadalajara. La correspondencia de los hombres de la
época apoya esta creencia. El 17 de abril de 1823, Carlos María de
Bustamante escribía que algunos vendedores ofrecían en las calles de la ciudad de México un impreso titulado La República de
Guadalajara. Cuatro días más tarde, escribió que en Monterrey se
había constituido una junta compuesta por miembros de Coahuila, Texas, Nuevo Santander y Nuevo León y que aparentemente
esas cuatro provincias estaban aspirando a una “federación con
México”.2
El 23 de abril, Mier, en carta dirigida al ayuntamiento de la
ciudad de Monterrey, se refería también al deseo de las cuatro Provincias Internas de Oriente de llegar a ser “un estado confederado
soberano de la República Mexicana”. Añadía que las medidas tomadas por las provincias conducirían inevitablemente a ese resultado, pero que él esperaba que eso no sucedería al menos en diez
años, pues sólo entonces las provincias poseerían los requisitos
necesarios a los estados soberanos.3
Stephen F. Austin, al escribir desde Saltillo, Coahuila, el 10 de
mayo, afirmaba que Ramos Arizpe, quien a la sazón se encontraba
en esa ciudad, le había informado que las principales provincias
de la nación, entre ellas Oaxaca, Guadalajara, Guatemala, Guanajuato y las Provincias Internas de Oriente, se habían declarado
en favor de una república confederada, muy similar a los Estados
Unidos, y que se atrevía a pensar que la mayoría de los miembros
del Congreso apoyaba tal idea.4
El 12 de mayo, Bustamante escribió que Guadalajara se hallaba
cada día más agitada debido a que hombres sin escrúpulos habían
convencido a esas buenas gentes de que deberían ser gobernadas
bajo un sistema de república federa1.5 Cinco días más tarde, el
mismo Bustamante hizo notar que Alamán, ministro de relaciones
interiores, había leído ante el Congreso un plan de república federada impreso en Guadalajara.6
Se hace entonces evidente que, ya para mayo de 1823, la idea
de la república federal estaba circulando por todo el país y que era
discutida aun por los diputados del restaurado Congreso, si bien
algunos de ellos eran muy reacios a tal forma de gobierno y otros,
que no eran contrarios a la idea, opinaban que su introducción en
México debería ser demorada. Como ya se hizo notar, un grupo
de diputados —José Valle, Servando Teresa de Mier, José Mariano
Marín, Lorenzo de Zavala, Javier Bustamante, José María García,
José María Bocanegra y Valentín Gómez Farías— había comenza-
Bustamante, Diario histórico de México, pp. 376-379.
“Mier al ayuntamiento de Monterrey”, Monterrey, 23 de abril de 1823, en Diez
cartas hasta hoy inéditas..., p. 9.
“Stephen F. Austin a J.E.B. Austin”, Saltillo, 10 de mayo de 1823, en Eugene C.
Barker (ed.), The Austin Papers, i, p. 639. Es interesante hacer notar que Austin
redactó un proyecto de república centralista para México el 29 de marzo de 1823
(ibid., pp. 601-627) y que, antes de hablar con Ramos Arizpe, entre el 8 y el 10 de
mayo, ni una sola vez había mencionado una república federada para México. Solamente después de esa entrevista con Ramos Arizpe, habló Austin de una república
federal, mientras que la correspondencia de Mier, la de la diputación provincial y
la de los ayuntamientos de Monterrey y Saltillo dan testimonio de que Ramos Ariz­
pe había estado trabajando por la realización de los principios de una república
federal, es decir, la división de poderes entre el gobierno central y los provinciales,
mucho antes de marzo de 1823.
5
Bustamante, Diario histórico de México, p. 399.
6
Ibid., p. 402. El plan, impreso primero en Guadalajara, se reimprimió en la ciudad
de México con el título de Separación de la Nueva Galicia de todas las provincias de
América.
252
253
2
3
4
Nettie Lee Benson
VIII. Establecimiento de otras legislaturas
do a trabajar a finales de abril en la redacción de un proyecto de
constitución y el 19 de abril Mier informaba al Congreso que las
Provincias Internas de Oriente habían creado una junta suprema
que se había declarado a sí misma soberana e indicaba que esas
provincias deseaban confederarse con México,7 mientras que Melchor Múzquiz señalaba que Oaxaca había hecho lo mismo.8 Ramos
Arizpe, quien capitaneó a las Provincias Internas de Oriente para
que adoptasen el Plan de Casa Mata y lo nombrasen como cabeza
de la Junta Provisional Gubernativa, había continuado dirigiendo
los asuntos de aquellas provincias aun después de renunciar a su
cargo como presidente de la junta el 1 de abril, fecha en que la diputación provincial había sido formalmente restablecida. El ayuntamiento de la ciudad de Monterrey escribió a Mier que el día 30
de abril había sido necesario el empleo de la fuerza pública a fin de
evitar que la ciudad se separase del gobierno central, que Ramos
Arizpe había constituido una nueva junta, de la cual era presidente, y que estaba tratando de obligar al ayuntamiento a que adoptase sus ideas.9
Hasta ahora no ha sido posible hallar datos completos sobre los
acontecimientos que tuvieron lugar en las Provincias Internas de
Oriente durante el periodo comprendido entre los días 1 de abril
y 28 de mayo. Con todo, es evidente que Ramos Arizpe trabajaba
sin descanso por el establecimiento de alguna clase de junta. El
10 de abril, el ayuntamiento de Saltillo envió instrucciones a los
otros ayuntamientos de la provincia con la invitación a que eligieran a un representante ante la junta del distrito. El 30 de abril,
el ayuntamiento de San Nicolás de la Capellanía eligió a Ramos
Arizpe como su representante.10 Cuatro días más tarde, la junta
fue instalada en la ciudad de Saltillo; la integraron Ramos Arizpe,
en calidad de presidente, Agustín de la Viezca, Jesús Ramos y Rafael Eça y Múzquiz, cada uno de los cuales había sido nombrado
por un ayuntamiento del distrito. El propósito de esa junta era
unificar la opinión del distrito con la que prevalecía en Monclova
y Monterrey y lograr que los representantes de Coahuila se dirigiesen a esta última ciudad. La junta sostuvo sus sesiones (diez
en total) hasta el 23 de mayo de 1823, fecha en la que se dio por
terminada su labor porque “el propósito del organismo ya había
sido cumplido”.11
El 11 de mayo de 1823, Stephen F. Austin escribía desde Saltillo:
Benson, “Servando Teresa de Mier, Federalist”, The Hispanic American Historical
Review, xxviii, p. 518; Mateos, op. cit., ii, p. 382, La Águila Mexicana, 1 de junio de
1823.
8
“Sesión del Congreso del 19 de abril de 1823”, La Águila Mexicana, 22 de abril de
1823; Mateos, op. cit., ii, pp. 285-286. Es útil recordar que Mier y Múzquiz fueron
los dos comisionados nombrados por las Provincias Internas de Oriente, por lo que
es de presumir que su información procediese directamente de esas provincias. Se
sabe, además, que Mier estaba constantemente informado de lo que pasaba en las
Provincias Internas de Oriente por medio de la diputación provincial y el ayuntamiento de Monterrey y que Ramos Arizpe dirigía los acontecimientos que se
sucedían en esas provincias.
9
“Informe del ayuntamiento de Monterrey a Servando Mier y Noriega”, Monterrey,
9 de mayo de 1823, en Actas del cabildo de Monterrey, ms. en el Archivo del Ayuntamiento de Monterrey, Nuevo León, México, libro de 1823, f. 32.
En esta comarca ha habido algunas discrepancias, pero están por
terminarse. El Congreso ha sido reconocido y el nuevo sistema
adoptado completamente, con la condición de que estas cuatro
provincias desean una república confederada [...] Todavía quedan algunas diferencias de menor importancia entre este lugar y
Monterrey, pero todos se unirán para sostener el congreso y un
gobierno libera1.12
7
254
“Ayuntamiento de Sn. Nicolás de la Capellanía al ayuntamiento de Saltillo”, San
Nicolás de la Capellanía, 30 de abril de 1823, ms. en el Archivo del Ayuntamiento
de Saltillo.
11
“Quaderno de actas de la junta de este partido del Saltillo, formada para consolidar la opinión de la provincia”, 1823, ms. en el Archivo del Ayuntamiento de
Saltillo.
12
“Stephen F. Austin al general James Wilkinson”, Saltillo, 11 de mayo de 1823,
original en la Durret Collection, Universidad de Chicago, y copia fotostática en el
Barker History Center, Universidad de Texas. Austin llegó a Saltillo el 8 de mayo de
1823 y allí se encontró con Ramos Arizpe por primera vez.
10
255
Nettie Lee Benson
VIII. Establecimiento de otras legislaturas
A la medianoche del día 26 de mayo de 1823, el ayuntamiento de Saltillo se reunió en sesión extraordinaria para escuchar a
algunos ciudadanos de la comunidad que deseaban expresar sus
ideas acerca de la forma de gobierno que México debía adoptar.
A la sesión fueron invitados también los funcionarios municipales
y prominentes ciudadanos y hubo una gran cantidad de público.
Fue evidente que todos los presentes eran partidarios de la república federal, pero se decidió que lo más conveniente sería celebrar
al día siguiente otra reunión, a la que se invitaría a un número más
considerable aún de ciudadanos, incluidos el clero, funcionarios
públicos, ciudadanos prominentes y el ayuntamiento de San Esteban de Tlaxcala. En la sesión del 27 de mayo fueron leídas las
actas de la asamblea previa; después, José León Lobo Guerrero
hizo notar que, además de declararse por una república federal,
los reunidos debían también llamar la atención hacia el hecho de
que la provincia de Coahuila no tenía un diputado en el Congreso que hablase por ella. Esta sugerencia fue aprobada unánimemen­
te, así como las siete resoluciones siguientes: 1) el jefe del Supremo Poder Ejecutivo de la nación no podrá ejercer su cargo de por
vida ni ser sucedido por ninguno de sus herederos; por el contrario, el cargo deberá ser de duración limitada y su provisión se
realizará mediante elecciones nacionales; 2) el jefe del Ejecutivo
será responsable de sus actos ante al país; 3) el gobierno de la
nación se ejercerá bajo la forma de una república federada, siendo
independiente cada provincia en todo aquello que se relacione con
su gobierno y economía interiores; 4) las cuatro Provincias Internas de Oriente formarán un solo estado en la nación mexicana;
5) estas proposiciones se enviarán a los demás ayuntamientos y al
jefe político para que las comunique al Supremo Poder Ejecutivo
y al Congreso; 6) se espera que el jefe político haga circular este
manifiesto por todos los ayuntamientos de las demás Provincias
Internas de Oriente; 7) esta acta, así como la aprobada la noche anterior, deberán considerarse como la expresión de la voluntad del
pueblo de Saltillo y deberán ser enviadas a la Junta Provincial
Gubernativa de Coahuila, a Parras y a los demás lugares de la
provincia. El acta fue firmada por los presentes, incluidos Ramos
Ariz­pe y José León Lobo Guerrero.13
No satisfecho todavía con aquella expresión pública en favor
de una república confederada, Ramos Arizpe continuó sus esfuerzos para asegurar una declaración aún más enérgica. El ayuntamiento de Saltillo llevó a cabo varias reuniones a este propósito.
El 4 de junio celebró una reunión conjunta a la que convocó al
pueblo de su jurisdicción y al de San Esteban de Tlaxcala. La presidió José Miguel González, alcalde de Saltillo, y en ella se resolvió
que, puesto que el restaurado Congreso olvidaba la razón por
la que se lo toleraba y se estaba ocupando de asuntos que concernían exclusivamente a los congresos provinciales, era absolutamente necesario que cada provincia estableciera su propio gobierno de manera permanente. Cada una debería, por consiguiente,
adoptar las medidas para ver por su propia seguridad, encargarse
de su independencia y establecer su autonomía interna. En consecuencia, fueron aprobadas por unanimidad las siete resoluciones siguientes: 1) todos los habitantes de Saltillo y San Esteban de
Tlaxcala son partidarios de la unión de todas las provincias mexicanas y reconocen al Supremo Poder Ejecutivo y al restau­rado
Congreso como un cuerpo destinado a expedir la convocatoria
de la nueva asamblea deliberante que se encargará de preparar la
Constitución general del país; 2) se reconoce a todas las autori­
dades legalmente establecidas en las cuatro provincias, mismas
que deberán continuar en sus cargos de acuerdo con las leyes;
3) deberá concederse que estas cuatro provincias posean un gobierno interno, independiente de las demás en todos los asuntos
económicos y territoriales, pero unido al de ellas en lo referente
a asuntos generales y relaciones exteriores; 4) Felipe de la Garza
encabezará el gobierno de la provincia, y 5) ejercerá el Poder Ejecutivo con el título de gobernador general de las cuatro provincias
256
Actas de las reuniones, Saltillo, 25 al 27 de mayo de 1823, firmadas por los miembros del ayuntamiento, Ramos Arizpe y otros, ms. en los Bexar Archives, Universidad de Texas.
13
257
Nettie Lee Benson
VIII. Establecimiento de otras legislaturas
hasta la reunión del Congreso provincial; 6) se autoriza al mismo De la Garza para convocar sin pérdida de tiempo a un Congreso compuesto por diputados de las cuatro Provincias Internas
de Oriente con el encargo de preparar una constitución para un
solo estado formado por la reunión de todas ellas, y 7) la adopción
de estas proposiciones deberá comunicarse a De la Garza, en su calidad de jefe político de las provincias, y a la Junta Gubernativa de
Coahuila, de la cual se espera que cooperará activa y eficazmente
para lograr su pronto cumplimiento.14 Al referirse a las medidas
adoptadas por Saltillo, Mier afirmó que todo era obra de Ramos
Arizpe y añadió que las provincias de Coahuila y Nuevo Santander, al igual que las poblaciones de Pilón y Cerralvo, también las
habían aprobado.15
Aun cuando Nuevo León no adoptó un programa tan radical
como el de Coahuila, tampoco dejó de mostrarse partidario de la
república federativa. El 5 de junio, la diputación provincial, presidida por Felipe de la Garza,16 el jefe político, se reunió en cabildo abierto con la presencia de los miembros del ayuntamiento de
Monterrey, del cabildo catedralicio, el rector y los profesores de la
universidad, funcionarios públicos y prominentes ciudadanos. El
propósito de la reunión era examinar, a la vista de los acontecimientos de Nueva Galicia, el decreto del 21 de mayo, que acababa
de recibirse, y la cuestión del nuevo Congreso. Más aún, en vista de que los pronunciamientos de Saltillo, Pilón y Cerralvo y la
agitación existente en otros lugares podrían producir fricciones
y disturbios, era muy deseable que se expidiese una declaración
oficial sobre la forma de gobierno y los métodos más aconsejables
para conseguir su establecimiento a fin de unificar la opinión en
las cuatro provincias. Después de prolongada discusión, los presentes votaron en favor de una república federal y de informar al
gobierno central sobre tal decisión.17
El 8 de junio de 1823, al responder a la propuesta de Saltillo
de que se hiciese cargo del Poder Ejecutivo de las Provincias Internas de Oriente, De la Garza informó que, en la reunión celebrada
tres días antes, la diputación provincial había resuelto declarar formalmente que dichas provincias: 1) adoptaban la forma federal de
gobierno, bajo la cual formarían uno o más estados libres, soberanos e independientes, tal como ellas lo decidieran, e integrarían
con las demás provincias la nación mexicana de acuerdo con la
Constitución federal que estaba entonces en preparación; 2) reconocían al Congreso en funciones tan sólo en su calidad de cuerpo destinado a convocar otro nuevo y a desempeñar únicamente
aquellas funciones que no se encontraran en oposición con el sistema federal; 3) reconocían al Supremo Poder Ejecutivo, bajo las
mismas condiciones, como el gobierno provisional de la nación, y
4) determinaban que, puesto que el bienestar de las cuatro provincias exigía medidas prontas y eficaces, su gobierno se dedicaría por
ahora exclusivamente a tal objeto. De la Garza añadió que aquel
mismo día se celebraría una nueva reunión de la diputación provincial destinada a tratar del último punto, que en tal ocasión se
considerarían las proposiciones de Saltillo y que, cualesquiera que
fuesen los acuerdos adoptados, estaba seguro de que se obtendría
para ellos el apoyo de todas las provincias.18
No se ha encontrado el acta de la reunión ni la relación de los
acuerdos aprobados por la diputación provincial el 8 de junio. Se
sabe, no obstante, que una junta legislativa de las tres provincias
recibió autorización para actuar como cuerpo soberano encarga-
“Acta de la Villa de Saltillo”, La Águila Mexicana, 1 y 2 de julio de 1823.
“Mier a la Diputación Provincial de Monterrey”, México, 5 de julio de 1823, en
Cossío, op. cit., v, pp. 89-90.
16
De la Garza acababa de llegar de la ciudad de México a Monterrey el 22 de
mayo de 1823. Fue nombrado jefe político por recomendación de Mier, pues éste
esperaba que De la Garza compensara la influencia de Ramos Arizpe en aquellas
provincias, pero, lejos de ello, De la Garza se unió a Ramos Arizpe para ayudarle
a realizar sus ideas.
14
15
258
“Acta de Monterrey”, Monterrey, 5 de junio de 1823, El Sol, 3 de julio de 1823, y
Gaceta del Gobierno Supremo de México, 3 de julio de 1823.
18
“De la Garza al ayuntamiento de Saltillo”, Monterrey, 8 de junio de 1823, La
Águila Mexicana, 4 de julio de 1823.
17
259
Nettie Lee Benson
VIII. Establecimiento de otras legislaturas
do de dictar las leyes para las provincias y que se delegó en el
Congreso nacional la facultad para aprobar solamente las leyes de
interés general. Una circular en este sentido fue enviada a las tres
provincias,19 al igual que el Plan sobre las nuevas bases de la constitución de aquellas provincias; este plan fue redactado en Topo, y De
la Garza ordenó que se imprimiera urgentemente.20 La diputación
provincial nombró a De la Garza también como jefe político de
aquellas provincias.
La provincia de Nuevo Santander empezó a considerar una declaración pública en favor del federalismo el 7 de junio; diez días
después, su diputación provincial votó formalmente en favor de la
república federal.21 Mier informó que esa provincia se había declarado soberana y que ni siquiera se había dignado informar de su
resolución al gobierno nacional.22
Las actividades de las Provincias Internas de Oriente, que Mier
y Bustamante atribuyen a la influencia de Ramos Arizpe,23 tuvieron un pronunciado efecto sobre el Congreso nacional. Mier propuso que se estableciesen inmediatamente congresos provinciales
dotados de los más amplios poderes de acuerdo con el proyecto de
constitución cuya publicación ya se había resuelto. En una sesión
secreta celebrada el 25 de junio, el ministro de justicia y asuntos
eclesiásticos propuso que el Congreso adoptara un pacto federal
provisional entre el gobierno nacional y las provincias; el Congreso, con el propósito de hacer desaparecer la influencia que ejercía
Ramos Arizpe sobre esas provincias, votó, como ya se dijo, por el
establecimiento de una diputación provincial en cada una de las
Provincias Internas de Oriente.24
Esas cuatro provincias nunca declararon su intención de separarse de la nación mexicana; por el contrario, en todas sus comu­
nicaciones insistieron siempre en que la apoyarían por todos los
medios posibles. Simplemente, se proponían proseguir con el esta­
blecimiento de un gobierno provincial o estatal, como parte de la
república federal; pero cuando recibieron el decreto del 19 de junio,
con el que se convocaba a un nuevo Congreso, anunciaron que las
medidas tendentes al establecimiento del gobierno estatal que­
daban en suspenso y que en consecuencia esperarían a conocer la
actuación del futuro Congreso.25
En cambio, la Diputación Provincial de Querétaro no fue, ni
mucho menos, tan específica. En una carta dirigida el 20 de mayo
“Mier al ayuntamiento de Monterrey”, México, 19 de julio de 1823, en Mier,
Diez cartas..., p. 14. Mier dice que, el 18 de julio, el ministro de asuntos internos
informó que las cuatro Provincias Internas de Oriente estaban estableciendo una
Suprema Junta General Gubernativa. Véase también “Mier a la Diputación Provincial de las Provincias Internas de Oriente”, México, 5 de julio de 1823, en Cossío,
op. cit., v, pp. 80-90.
20
“Mier a la Diputación Provincial de las Provincias Internas de Oriente”, México 5
de julio de 1823, en Cossío, op. cit., v, pp. 89-90; “Mier a Cantú”, México, 5 de ju­lio
de 1823, ibid., pp. 43-45. El proyecto de constitución que se cita no ha sido identificado. Mier dice que él había recibido un ejemplar y que así lo había notificado al
Congreso. Stephen F. Austin, que estaba en Monterrey el 22 de mayo, cuando De la
Garza llegó a esa ciudad, redactó apresuradamente un “Plan de gobierno fede­ral”
entre el 5 y el 12 de junio (la fecha que se le atribuye, mayo de 1823, no pue­de ser
correcta, porque, en su proyecto, Austin hace referencia al decreto del 21 de ma­
yo, que no llegó a Monterrey antes del 4 del mes siguiente). El plan de Austin fue
redactado como una constitución, no para las Provincias Internas de Oriente, sino
para la nación mexicana en su conjunto; sin embargo, es posible que Mier se refiriera al plan elaborado por Austin, porque durante aquel caótico periodo eran muy
frecuentes las referencias inexactas y las malas interpretaciones.
21
Actas de la Diputación Provincial de Nuevo Santander, San Carlos, 9 de junio de
1823, en Archivo del Estado de Coahuila, Saltillo.
22
“Mier al ayuntamiento de Monterrey”, México, 19 de julio de 1823, en Diez
cartas..., p. 14.
19
260
23
“Mier a Cantú”, México, 25 de junio y 5 de julio de 1823, en Cossío, op. cit., v,
pp. 38-39 y 43-45; “Mier al ayuntamiento de Monterrey”, México, 19 de julio de
1823, en Diez cartas..., p. 14; Bustamante, Diario histórico de México, p. 449.
24
“Mier a Cantú”, México, 25 de junio y 13 y 30 de julio de 1823, en Cossío, op.
cit., v, pp. 41 y 50-53; Bustamante, Diario histórico de México, p. 450; Mateos,
op. cit., ii, pp. 419-420.
25
“Oficios dirigidos por los sres. don Ramón de la Garza y José Antonio Rodríguez
al sr. ministro de Relaciones”, El Sol, 5 de septiembre de 1823; “Felipe de la Garza a
Alamán”, San Carlos, 16 de agosto de 1823, Gaceta del Gobierno Supremo de México,
6 de septiembre de 1823.
261
Nettie Lee Benson
VIII. Establecimiento de otras legislaturas
a su diputado, Félix de Osores, nuevamente le daba instrucciones
para que, por todos los medios posibles, tratara de que la provincia obtuviera todo el territorio que le pertenecía, “porque así lo
requiere el sistema federal”.26 Es del todo evidente, por lo tanto,
que esa provincia consideraba el establecimiento de una república federal en México como un resultado inevitable. Más aún, su
diputación provincial dejó establecido en las actas de sus sesiones del 11 y 12 de junio que todo el pueblo había manifestado su
preferencia por una república federal y que aun el Congreso en
funciones se había adherido al sistema federal por ser esa la volun­
tad declarada del pueblo; que, en vista de que su demora en convocar al nuevo Congreso había llevado al país a las puertas de la
anarquía, la Diputación Provincial de Querétaro resolvía no reco­
nocer al actual Congreso sino en su calidad de encargado de la
convocatoria y que aprobaba el pronunciamiento de Celaya y San
Miguel el Grande en favor de una república federal, así como el
nombramiento que habían hecho en favor del brigadier Miguel
Barragán como comandante en jefe y del brigadier Luis Cortázar
como subcomandante de las fuerzas armadas de la provincia, las
cuales serían puestas a disposición de las diputaciones provinciales de Guanajuato y Michoacán en caso de que las necesitasen para
la conservación del orden. El ejército sería sostenido por las tres
provincias en cuestión y a los escuadrones del sexto regimiento,
estacionado en aquella época en Querétaro pero perteneciente a
la provincia de México, se les permitiría escoger entre quedarse
donde estaban o regresar a la ciudad de México. Tales acuerdos no
entrarían en vigor hasta que fuesen aprobados por las diputaciones provinciales de Guanajuato y Michoacán.27
El decreto de convocatoria al nuevo Congreso del 17 de junio
fue recibido en Querétaro con gran regocijo y sus disposiciones
aceptadas plenamente. Con ese decreto en su poder, la diputación
provincial esperaba mantener en calma a la provincia;28 sin embargo, no le agradaron las reprimendas que recibió del ministro de
relaciones interiores en las comunicaciones fechadas los días 18 y
27 de junio con respecto a los acuerdos adoptados por Querétaro
los días 11 y 12 y, en respuesta, expidió un extenso manifiesto en
el que acusaba al Congreso de ser el responsable de los disturbios
que habían acaecido. Las provincias, decía el manifiesto, después
de utilizar en vano todos los medios posibles a fin de convencer
al Congreso de la necesidad de convocar otro nuevo, habían decidido conseguir a cualquier precio el objeto de sus demandas.
Convencidas de su fuerza, las provincias de Guadalajara, Nuevo
León, Coahuila, Oaxaca, Campeche, Zacatecas y otras se habían
retirado entonces del gobierno central y comenzado a trabajar en
pro del establecimiento de una república federal. Mientras aún había la esperanza de que una nueva convocatoria pondría fin a la
anarquía ya tan extendida, la diputación provincial de Michoacán
había invitado a la de Querétaro a enviar comisionados que se reu­
nieran con los de su propia provincia y los de Guanajuato y San
Luis Potosí con el propósito de ponerse de acuerdo sobre las medidas precautorias que se considerasen más prudentes y sobre el
método más eficaz para obligar al Congreso en funciones a que
convocase a otro nuevo prontamente. Los comisionados habían
sido nombrados, y las esperanzas depositadas en la efectividad de
los resultados de tal conferencia eran muchas, cuando se recibieron las noticias acerca del inesperado pronunciamiento de Santa
Anna y de la actuación de las guarniciones de Celaya y San Miguel
el Grande. En tales circunstancias, la única solución posible había
sido que la diputación provincial encabezara el movimiento con el
“Diputación Provincial de Querétaro a Félix de Osores”, Querétaro, 20 de mayo
de 1823, Gaceta Extraordinaria del Gobierno Supremo de México, 28 de mayo de
1823.
27
Actas de la sesión de la Diputación Provincial de Querétaro de los días 11 y 12 de
junio de 1823, La Águila Mexicana, 28 de junio de 1823; Castillo Negrete, op. cit.,
iv, p. 462.
26
262
“Juan José García al ministro de Relaciones Interiores”, Querétaro, 28 de junio
de 1823, El Sol, 9 de julio de 1823, y Gaceta Extraordinaria del Gobierno Supremo
de México, 2 de julio de 1823.
28
263
Nettie Lee Benson
VIII. Establecimiento de otras legislaturas
objeto de encauzar pacífica y útilmente sus energías y, así, desarmar a los enemigos del país que trataban de utilizar para sus propios propósitos el grito de “libertad y federalismo”. La Diputación
Provincial de Querétaro concluía con la afirmación de que todo
lo que había hecho había sido por el bien del país en su conjunto y
que estimaba, por lo tanto, que su actos serían reconocidos.29 A una
comunicación similar dirigida al Supremo Poder Ejecutivo el 15
de julio, Alamán replicó que el gobierno nacional reconocía que
Querétaro había trabajado por el bien del país.30
La provincia de Guanajuato también se mostraba favorable a
una república federal. Así lo manifestó Otero, el comandante, el 23
de mayo de 1823, al informar a Morán sobre las comunicaciones
recibidas de la provincia de Guadalajara. Él, no obstante, había
logrado mantener en calma la provincia después de la recepción
del decreto del Congreso del 21 de mayo;31 por su parte, Cortázar,
el jefe político, había contestado a Guadalajara que no había razón
para temer que el gobierno central de México se decidiera por una
forma de gobierno que no fuese la federal.32
Cuando el decreto del 17 de junio llegó a Guanajuato, llevado
por un correo especial la noche del 22, recibió una espontánea
bienvenida acompañada por el fuerte repicar de las campanas de
las iglesias y la lectura de un manifiesto dirigido al pueblo por
Cortázar. Éste expresó que, como todos, estaba convencido de que
la república federal promovería la felicidad de la provincia, pero
que el esfuerzo de establecer sus bases debía reservarse al Congreso recién convocado. Como medio de unificar las ideas y los sentimientos de la provincia, había ordenado, de acuerdo con Otero,
que el santo y seña en contestación al “¿Quién vive?” sería “¡La
república federal!”33
Entre el 7 de mayo y los primeros días de junio de ese año,
Michoacán había decidido sobre la conveniencia de celebrar una
conferencia entre los comisionados de la diputación provincial
de esa provincia y los de las de Guanajuato, San Luis Potosí y Querétaro y, con ese fin, se procedió al correspondiente intercambio
de mensajes. El propósito principal era elaborar un programa uniforme que pudieran seguir las cuatro provincias para su protección mutua contra los peligros que se temían debido a la actitud
dilatoria del Congreso. Ya hemos dicho que uno de los comisiona­
dos de San Luis Potosí se había reunido con la Diputación Provincial de Michoacán el 7 de mayo y es muy posible que la idea
sobre una acción conjunta surgiera en tal reunión; sin embargo, la
actuación conjunta no era una idea nueva para las cuatro provincias. Ya la habían buscado desde su adhesión al Plan de Casa Mata
y había sido práctica común de sus diputaciones provinciales el
mantenerse perfectamente informadas entre sí de las actividades
que llevaban a cabo unas y otras.
Los acontecimientos que se sucedieron en la provincia de San
Luis Potosí demoraron un poco la propuesta conferencia, pero,
en opinión de las cuatro provincias, aumentaron la necesidad de
llevarla a la práctica. Como ya lo dijimos también, Santa Anna
había llegado a San Luis Potosí en circunstancias muy difíciles; y
sus dificultades aumentaron cuando Díaz de León, el jefe político,
le informó que le sería imposible suministrarle los caballos y mulas que sus tropas necesitaban. El jefe político se quejó asimismo
de que los arbitrarios métodos empleados por Santa Anna para
la confiscación de equipo le estaban acarreando (al propio Santa
Anna) la enemistad de todas las provincias y exigió la devolución
de los vagones de policía prestados por el ayuntamiento. Santa
Anna replicó mediante un informe a la diputación provincial en
“Manifiesto de la Diputación Provincial de Querétaro”, Querétaro, 15 de julio de
1823, La Águila Mexicana, 10 y 15 de agosto de 1823.
30
“Exposición que al Supremo Executivo hizo la Diputación Provincial de Querétaro”, Querétaro, 15 de julio de 1823, La Águila Mexicana, 14 de agosto de 1823.
31
“Otero a Morán”, Guanajuato, 23 de mayo de 1823, ms. en la Colección Hernández y Dávalos, Universidad de Texas.
32
“Llorente a los editores de La Águila Mexicana”, Guanajuato, 26 de mayo de
1823, La Águila Mexicana, 10 de junio de 1823.
29
264
“Manuel Cortázar a los ciudadanos de Guanajuato”, Guanajuato, 22 de junio
de 1823, La Águila Mexicana, 29 de junio de 1823, y El Sol, 30 de junio de 1823.
33
265
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VIII. Establecimiento de otras legislaturas
el sentido de que la falta de energía del jefe político era la única
causa de que no se le hubiera suministrado el equipo necesario;
pero el cuerpo provincial defendió al jefe político. Las tropas de
Santa Anna continuaron alborotando al pueblo y uno de sus oficiales intentó levantarlo a fin de que proclamara la república federal.
Aunque el jefe político, la diputación provincial y otras entidades
oficiales eran partidarios de dicha forma de gobierno, todos creían
que una proclama de esa naturaleza no era necesaria ni aconsejable en aquel momento, y así lo informó Díaz de León a Santa
Anna, a quien nuevamente exigió, el 3 de junio, la devolución de
los vagones prestados.34
Ese mismo día, las tropas de Santa Anna, con su equipo de
campaña, marcharon hacia la plaza principal, en donde un oficial ordenó que se diese lectura al manifiesto en que Santa Anna
proclamaba su adhesión a la república federal. El oficial se dirigió
entonces a los barracones donde se albergaba la guarnición provincial y pidió a ésta que formase filas para escuchar la proclama. Después de escucharla, la guarnición entera rehusó unirse al
movimiento, tomó posiciones en las torres de dos iglesias y en el
techo de un convento y declaró que rechazaría cualquier intento
de agresión por parte de Santa Anna. Toda la ciudad se hallaba
en estado de alarma; muchas familias abandonaron sus hogares y
se dirigieron a regiones más seguras. La gente de las poblaciones
vecinas se armó lo mejor posible y se unió a la guarnición al grito
de: “¡Muerte a Santa Anna y sus tropas!” Santa Anna se dirigió en
persona a la guarnición en un vano intento por ganarla para su
causa. Hacia el anochecer, Santa Anna hizo circular un plan conforme al cual se declaraba, junto con su ejército, “protector de la
federación de las provincias”.35
Ninguno de los cuerpos gubernativos oficiales de la provincia
le prestó el menor apoyo. Un residente de San Luis Potosí escribía
el 11 de junio que la diputación provincial, el ayuntamiento y los
ciudadanos de la provincia se habían negado a tomar parte en el
movimiento y que Santa Anna había expulsado de la provincia a
Santa Anna, Manifiesto..., pp. 28-29.
En el plan declaraba que había resuelto: 1) formar a la mayor brevedad un ejército que se denominaría “Protector de la libertad mexicana”; 2) cuyo deber sería sostener inviolablemente la religión católica, apostólica, romana, garantizar y proteger
a sus dignos ministros y observar exactamente las otras garantías juradas desde el
plan de Iguala [...]; 3) solicitar que se activase la nueva convocatoria; 4) sostener y
garantizar por la fuerza a las provincias que por su espontánea voluntad tuvieran
a bien pronunciarse por la república federada; 5) proteger a las provincias (que
quieran ser independientes), en su derecho a ser gobernadas por sus diputaciones
provinciales, “durante se reúnan” (sic por “mientras”) los nuevos convocados al
Congreso para constituir la nación; 6) emplazando el ejército donde mejor conviniera a su objeto y sin mezclarse para nada en ninguna operación hostil, sólo le
sería lícito repeler la fuerza con la fuerza, en caso de ser atacado, o de que osara
atentar contra la sagrada libertad de los pueblos; 7) comunicar inmediatamente al
soberano congreso actual y al supremo gobierno interino copias de este plan pidiéndoles que tuvieran a bien no dictar órdenes que tendieran a oprimir a aquellos
que quisieran gobernarse como se ha dicho, no contra este ejército, que no tiene
otra mira ni se propone otra cosa que contribuir a la completa felicidad de sus conciudadanos y evitar los desastres que pudieran causarse por los que se opusieran a
nuestra libertad; 8) siempre que alguna fuerza armada se dirigiese a Guadalajara o
a otro punto que desease ser libre, se le comunicaría al jefe copia de este plan, haciéndolo responsable ante Dios y los hombres de los males que pudieran suscitarse
de persistir en su designio; 9) se pasarían asimismo copias de este plan a todas las
provincias de la nación; 10) serían considerados como reos de atentado contra la
libertad, aquellos que, desoyendo la voz de la justicia, intentaran hostilizar a los
pueblos libres, y a su tiempo serían juzgados por las autoridades respectivas; 11) el
ejército se complacía en dar este nuevo testimonio de sus ideas liberales, y sostendría a toda costa cuanto encierran estos artículos; 12) los cuerpos que compusieran
el ejército regresarían a sus provincias luego que la nación se hallara constituida
según la voluntad de los pueblos; 13) a todos aquellos que, olvidándose de lo que
debían a su patria, trabajaran contra las ideas de este plan, ya fuese con las armas
o ya con la sedición, se les formaría causa, y serían juzgados como atentados de
lesa nación; 14) los empleados de todas clases que estuvieran comprendidos en el
anterior artículo serían separados de sus destinos por las diputaciones provinciales respectivas, previo la correspondiente sumaria; Santa Anna, op. cit., pp. 39-44.
Bustamante, Diario histórico de México, p. 499, opina que Santa Anna llevaba el
camino de Iturbide; no quería tomar la denominación de “monarca”, imitando así
a Cromwell, y tomaba el título de “protector”, porque en esa palabra cabe todo y
mucho más de lo que es un monarca.
266
267
34
35
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VIII. Establecimiento de otras legislaturas
todos los oficiales del ejército renuentes a apoyarlo.36 Los editores
de La Águila Mexicana informaron que, según fuentes dignas de
crédito, las autoridades de San Luis Potosí no habían aceptado la
subversión, pero se habían mantenido en silencio por temor a las
fuerzas al mando de Santa Anna.37 Las resoluciones posteriores de
la diputación provincial tienden también a confirmar que ésta no
aprobó el plan ni ninguno de los actos de Santa Anna.
El gobierno central, preocupado por los disturbios ocurridos
en San Luis Potosí a causa de la actitud de las tropas de Santa
Anna, nombró comandante de la provincia al brigadier Gabriel de
Armijo,38 quien salió de la ciudad de México el 31 de mayo con
rumbo al interior.39 Cuando Santa Anna supo que Armijo se apro­
ximaba, le envió una copia de su plan del 5 de junio y le advirtió
que no debía entrar a la provincia hasta en tanto no probara satisfactoriamente su adhesión al plan.40 Armijo respondió que ni
él ni ninguno de sus hombres podían negarse a obedecer a las
autoridades legalmente constituidas, que había enviado al gobierno central la comunicación de Santa Anna y que se reservaba todo
comentario hasta haber recibido una respuesta.41
Poco después, con una comisión formada por el párroco del
Valle de San Francisco, el coronel José Martínez Chavarro y Francisco Antonio de los Reyes, Armijo envió a Santa Anna cinco
proposiciones, junto con la recomendación de que las aceptara.42
Desoyendo el exhorto, el general Santa Anna rechazó las proposiciones e intentó obtener una entrevista personal con Armijo.43 En
la tarde del 15 de junio, Santa Anna y Armijo conferenciaron por
espacio de tres horas, mas no pudieron llegar a ningún acuerdo.
Al día siguiente, Armijo informó a Santa Anna de su intención de
marchar a la hacienda de Pardo. Cuando Armijo llegó al rancho, a
eso de la medianoche, las fuerzas de Santa Anna abrieron el fuego.
Para evitar el derramamiento de sangre, Armijo se retiró a una corta distancia e informó de todo lo ocurrido al ministro de relaciones
interiores.
Santa Anna regresó entonces a San Luis Potosí y, el 19 de junio,
explicó a la diputación provincial y al ayuntamiento la causa por
la que se había retirado. Les aseguró que poseía un ejército mucho
más numeroso, pero que Armijo estaba reclutando ciudadanos que
desconocían sus verdaderos propósitos y que, a menos que se lo
disuadiera, la guerra civil era inevitable. Santa Anna propuso que
la diputación provincial tomara las medidas tendentes a evitar el
rompimiento de las hostilidades. Ignacio Rayón sugirió exigir a
Armijo que se retirara de la provincia y revocara las órdenes que
había expedido, pero la mayoría de los diputados provinciales
que hicieron uso de la palabra recomendaron que fuese Santa
“Noticias nacionales”, La Águila Mexicana, 18 de junio de 1823. Según Bustamante, Historia del emperador d. Agustín de Iturbide, pp. 154-157, muchos de los
oficiales del ejército se negaron a unirse a Santa Anna en su plan y uno de ellos,
el teniente Tomás Requeña, dijo francamente que la federación no necesitaba la
protección de Santa Anna.
37
“Noticias nacionales”, La Águila Mexicana, 15 de junio de 1823.
38
“San Luis Potosí”, Gaceta del Gobierno Supremo de México, 1 de junio de 1823, y
El Sol, 1 de junio de 1823.
39
Bustamante, Diario histórico, p. 416, afirma que a Armijo se le había enviado al
interior con el doble propósito de que estuviera cerca de Nueva Galicia para contener cualquier agresión por parte de Guadalajara y de “refrenar el tumulto” creado
por Santa Anna, hombre de una disposición antagónica.
40
“Santa Anna a Armijo”, San Luis Potosí, 6 de junio de 1823, El Sol, 15 de junio
de 1823.
41
“Armijo a Santa Anna”, Valle de San Francisco, 8 de junio de 1823, El Sol, 15 de
junio de 1823.
36
268
“San Luis Potosí”, Gaceta del Gobierno Supremo de México, 1 de julio de 1823;
“Armijo al ministro de Relaciones Interiores”, Gogorrón, 22 de junio de 1823, ibid.;
y El Sol, 2 de julio de 1823.
43
Al menos así lo informó Santa Anna a la Diputación Provincial de San Luis Potosí, Gaceta del Gobierno Supremo de México, 1 de julio de 1823. Sin embargo, Armijo
dio una interpretación diferente de la conducta de Santa Anna, de quien dijo que
salió de San Luis Potosí con 400 soldados de infantería, dos cañones y otras armas,
lo que obligó a aquél a internarse dos leguas en la provincia de Guanajuato para
evitar el rompimiento de las hostilidades; “Armijo a Alamán”, Gogorrón, 22 de
junio de 1823, ibid., y en El Sol, 2 de julio de 1823.
42
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Nettie Lee Benson
VIII. Establecimiento de otras legislaturas
Anna quien se retirara y que, en cambio, se permitiera a Armijo ejercer las funciones de comandante que le había conferido el
gobierno central. Con el fin de evitar las inminentes hostilidades,
varios miembros sugirieron que una comisión de la diputación
provincial y del ayuntamiento actuara como mediadora entre los
dos comandantes.
La actitud de esos dos cuerpos con respecto a Santa Anna fue
claramente expuesta durante la reunión. Apolinario Aspeitia decla­
ró que, si Santa Anna reconocía al gobierno central, no había ninguna razón para las diferencias entre él y Armijo y, si no reconocía
a las autoridades centrales o a la diputación provincial, era sin duda
alguna un enemigo de la libertad. José Joaquín Gárate censuró también a Santa Anna por no haber reconocido ninguna autoridad,
dijo que sus actividades en la provincia no habían sido nunca bien
vistas y recomendó que se retirase. A todo ello, Santa Anna respondió que el hecho de no haber reconocido a ninguna autoridad
se debía a la premura con que había preparado su plan, que en
realidad había reconocido al gobierno central mediante la carta
con que se lo había transmitido para que lo aprobara y, finalmente,
se ofreció a aceptar la decisión de los comisionados de las cuatro
provincias y a servir bajo las órdenes de cualquier persona que fuese designada para mandar el ejército de las provincias.
Ante esto, la diputación provincial nombró a Rafael Villalobos
y José Antonio Becerra como comisionados para transmitir a Armijo la propuesta siguiente: 1) mientras no recibiera una respuesta
de las provincias que trataban de formar la federación y del Supremo Poder Ejecutivo, podía ocupar la posición que escogiese;
2) Santa Anna y sus tropas permanecerían en la ciudad de San Luis
Potosí, pero, tan pronto como Armijo aceptara estas proposiciones, Santa Anna lo reconocería públicamente como comandante
general cuyas órdenes deberían ser obedecidas; 3) ninguno de los
dos comandantes abriría las hostilidades sin antes informar a la
diputación provincial, y 4) la diputación provincial enviaría comisionados a una reunión de las cuatro provincias con el propósito de discutir los esfuerzos conjuntos en favor del federalismo y
el nombramiento de un jefe de las fuerzas armadas de las cuatro
provincias, a quien Santa Anna había prometido obediencia. Éste
firmó las citadas proposiciones junto con todos los presentes.44
Armijo manifestó el 21 de junio que estaba de acuerdo en aceptar las propuestas con siete condiciones: 1) hasta que los representantes de las provincias y los generales convocados para reu­nirse
en Celaya hubiesen adoptado un plan de acción, ningún ciudadano de San Luis Potosí podría ser detenido ni juzgado sino por
las autoridades legítimamente constituidas; 2) las tropas de Santa
Anna podrían permanecer temporalmente bajo su mando o unirse
a las de Armijo, pero, en todo caso, Armijo debería ser reconocido por todos como el comandante general; 3) sus propias tropas
serían preferidas en el uso de los caudales públicos; 4) sus futuras órdenes, destinadas a obtener el reconocimiento y el apoyo de
la provincia entera, serían enérgicamente ejecutadas, pero Santa
Anna no debería considerarlas hostiles, y todos los detalles del
acuerdo serían observados fielmente; 5) Armijo mantendría sus
tropas en la región comprendida entre el Real de los Pozos y la Hacienda de Zavala; 6) todas las medidas tendrían carácter provisional y comprometerían a ambos por igual a aceptar las decisiones
de la junta de Celaya, y 7) se harían copias de las propuestas de la
diputación provincial y de estas condiciones para ser firmadas por
la diputación provincial, el jefe político y los generales Armijo y
Santa Anna y sus secretarios, y cada uno de los generales conservaría una copia.45
El 25 de junio, Santa Anna notificó a la diputación provincial
que no aceptaba las condiciones de Armijo y que ya había notificado a este último que se retirara de la provincia en el término de
24 horas o sufriese las consecuencias. Armijo podría permanecer
en Querétaro o en cualquier otra parte hasta en tanto se hubie-
270
271
Gaceta del Gobierno Supremo de México, 10 de julio de 1823, y El Sol, 1 de julio
de 1823.
45
Las actas de la junta en que se tomó esta decisión aparecen en la Gaceta del Gobierno Supremo de México, 1 de julio de 1823.
44
Nettie Lee Benson
VIII. Establecimiento de otras legislaturas
ren ultimado los convenios de federación de las cuatro provincias.
Cuando se hubiere elegido al general que comandaría las tropas de
las cuatro provincias, Santa Anna obedecería con gusto las órdenes de Armijo, tal como ya lo había prometido, o se retiraría con
sus tropas al punto que considerase más conveniente. Santa Anna
concluía con la afirmación de que, si Armijo no abandonaba la
provincia de inmediato, se vería obligado a usar contra él todos los
recursos de que disponía.46
La diputación provincial replicó con energía a Santa Anna que
estaba quebrantando su promesa de aguardar las decisiones de la
conferencia de Celaya y que la acción que se proponía emprender,
lejos de conducir a un fin útil, constituía un desafío al gobierno
central, al cual la provincia reconocía. Asimismo, le informó que la
ley electoral con la que se convocaba a un nuevo Congreso había
llegado con un correo especial la noche anterior y que creía que
tal hecho lo llevaría a aceptar que continuara la mediación de la
diputación provincial, que ésta le ofrecía. En el caso de que Santa Anna no rectificase, la diputación provincial guardaría silencio
mientras no pudiera hablar otra vez invocando la razón y la justicia y ser debidamente escuchada. La diputación provincial envió
también a Armijo una petición similar para que aceptara nuevos
esfuerzos de mediación.47
Santa Anna no atendió en lo más mínimo la respuesta de la
diputación provincial. Lejos de hacerlo, ese mismo día, el 24 de
junio, salió de la ciudad con el evidente propósito de sorprender
a Armijo, quien, no obstante, lo eludió y se aproximó a San Luis
Potosí desde una dirección diferente. El 27 de junio, Armijo se
detuvo a corta distancia e informó a la diputación provincial que
entraría a la ciudad si ese cuerpo lo consideraba prudente. Como
la diputación deseaba evitar la lucha dentro de los límites de la
ciudad y, no sin razón, temía la venganza de Santa Anna por haber
admitido a Armijo, recomendó a este último que tomara posiciones en Los Ranchos, a una legua de distancia, lo cual aceptó el jefe
militar. Santa Anna pasó por San Luis Potosí el día 28 en persecución de Armijo, pero éste lo eludió nuevamente. Cuando Santa
Anna regresó a San Luis Potosí, la diputación huyó a San Miguel
de Mesquitic, población situada a aproximadamente tres leguas de
distancia, y desde allí hizo lo que pudo en auxilio de la provincia
y la ciudad.48 Según una carta que dirigió un habitante de la ciudad
de San Luis Potosí a los editores de La Águila Mexicana, los sol­
dados de Santa Anna comenzaron a robar, insultar y asesinar a voluntad. A la protesta que elevó ante él el ayuntamiento de San Luis
Potosí, Santa Anna respondió que la actitud abusiva e insultante
del pueblo hacia él y sus soldados los había obligado a emprender
tales acciones.49
La reunión de los generales representantes de las cuatro provincias se llevó a cabo en Celaya el 1 de julio de 1823. En ella
estuvieron presentes Otero, comandante de Guanajuato, Luis
Cortázar, comandante de Querétaro, José María del Toro, representante de Santa Anna, Barragán, comandante de Michoacán y
representante de Armijo, y José María Márquez, de San Luis Potosí, quien desempeñó el cargo de secretario. Las sesiones fueron
presididas por Barragán y todos los presentes adoptaron y firmaron cuatro resoluciones; a saber: 1) se reconocía al Supremo Poder
Ejecutivo como la más alta autoridad de la nación; 2) las tropas en
su conjunto apoyarían las resoluciones que se adoptasen; 3) los
comisionados de las cuatro diputaciones provinciales deberían ser
“Santa Anna a la Diputación Provincial de San Luis Potosí”, San Luis Potosí, 23
de junio de 1823, Gaceta del Gobierno Supremo de México, 9 de julio de 1823.
47
“La Diputación Provincial de San Luis Potosí a Santa Anna”, San Luis Potosí,
24 de junio de 1823, Gaceta del Gobierno Supremo de México, 9 de julio de 1823.
Bustamante, Diario histórico..., p. 470, escribió que la diputación provincial huyó
después de que las tropas de Santa Anna habían matado a dos de los regidores de
la ciudad de San Luis Potosí.
49
Muro, Historia de San Luis Potosí, i, pp. 362-365; Santa Anna, Manifiesto..., pp.
16-17; “San Luis Potosí”, 28 de junio de 1823, La Águila Mexicana, 5 de julio de
1823; “Secretaría de la Diputación provincial de S. Luis Potosí”, S. Miguel Misquitic, 30 de junio de 1823, La Águila Mexicana, 10 de julio de 1823; “Comunicación”,
San Luis Potosí, 2 de julio de 1823, La Águila Mexicana, 11 de julio de 1823.
272
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46
48
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VIII. Establecimiento de otras legislaturas
informados de todo a fin de que pudiesen comenzar sus sesiones
inmediatamente, y 4) se designaba a Barragán para ocupar el cargo
de comandante en jefe de las tropas residentes en las cuatro provincias en cuestión.50
Santa Anna comprendió que la actitud que había estado mostrando en San Luis Potosí lo había llevado al borde del desastre y
optó por intentar una escapada lo más airosa posible. El 1 de julio
informó al Congreso restaurado y al Supremo Poder Ejecutivo que
los disturbios que habían tenido lugar en aquellas provincias, al
igual que los siniestros informes que sobre el particular habían
sido esparcidos, lo obligaron a demorar su marcha hacia la ciudad
de México y a proclamar su plan del 5 de junio. Desde entonces,
continuaba, ya el tiempo se había encargado de justificar al Congreso, pues éste había lanzado al fin la convocatoria de nuevas
elecciones y se encontraba trabajando en el plan destinado a la
creación de una república federal. Consecuentemente, no quería
dejar transcurrir un solo instante sin hacer saber al Congreso que
tanto él como sus soldados estaban por completo satisfechos. Asimismo, Santa Anna daba a entender que, si el Congreso deseaba
un mayor regocijo para el país, debería aprobar las proposiciones
que presentaron los seis diputados el 12 de junio.51 Y terminaba
afirmando que el tiempo justificaría sus actos.52 En su comunicado al Supremo Poder Ejecutivo, Santa Anna afirmaba que había
recibido con placer la noticia de la expedición de la tan largamente deseada convocatoria a la elección de diputados a un nuevo
Congreso, así como de la suspensión de las hostilidades contra
Guadalajara, y de que el Congreso estaba estudiando las bases
para el establecimiento de la república federal. Él y sus hombres,
continuaba Santa Anna, regocijados de ver realizados sus deseos y
cumplidos los propósitos del plan del 5 de junio, habían suspendido de manera inmediata las operaciones militares y todos ellos
habían decidido, por su propia voluntad, manifestar a la nación
que, estando satisfechos con las honestas intenciones del Supremo
Poder Ejecutivo, habían desistido gustosamente de llevar a cabo el
citado plan, desmintiendo así a quienes maliciosamente lo habían
informado de lo contrario. Como una prueba de su respeto y sumisión al Congreso, Santa Anna licenciaría su ejército tan pronto
como lo ordenase el gobierno central y procedería hasta la ciudad
de México únicamente con las tropas pertenecientes a la guarnición de Veracruz.53
Santa Anna abandonó San Luis Potosí el 10 de julio de 1823.54
Poco después, Armijo hizo su entrada a la ciudad, al igual que la
diputación provincial y las demás personas que habían huido de
ella. Durante su permanencia en San Miguel Mesquitic, la dipu­
“Acta de la villa de Celaya”, La Águila Mexicana, 12 de julio de 1823.
García, Gómez Farías, Antonio J. Valdés, Covarrubias, Rejón y Sánchez habían
propuesto al Congreso 1) que se estableciesen inmediatamente en las provincias
congresos o legislaturas provinciales conforme a un procedimiento que habría de
proponerse y que debería aprobar el Congreso, y 2) que el déficit en los gastos generales de la nación fuese cubierto mediante un impuesto proporcional sobre las provincias. Mateos, op. cit., ii, pp. 397-398; La Águila Mexicana, 13 de junio de 1823.
52
“Santa Anna al Congreso”, San Luis Potosí, 3 de julio de 1823, en Santa Anna, op.
cit., pp. 68-69, y El Sol, 13 de julio de 1823.
“Santa Anna al Supremo Poder Ejecutivo”, San Luis Potosí, 3 de julio de 1823,
en Santa Anna, op. cit., pp. 68-73, y Gaceta Extraordinaria del Gobierno Supremo de
México, 10 de julio de 1823.
54
Según Bustamante, Historia del emperador d. Agustín de Iturbide, p. 157, Santa
Anna trató en vano de justificar sus actos yendo a Guanajuato, pero el jefe político
de la provincia le negó la entrada. Santa Anna llegó a la ciudad de México con una
escolta de dragones el 27 de julio; según Callcott, op. cit., p. 51, el general había
dejado sus tropas en Querétaro mientras se trasladaba a la capital para defenderse
de las acusaciones que pesaban en su contra; por otra parte, el 10 de agosto expidió
el Manifiesto... a sus conciudadanos. Así, a la luz de los hechos mencionados, es muy
difícil comprender cómo “los actos de Santa Anna forjaron una opinión común en
todos los bandos”, como dice Callcott, op. cit., p. 51, de lo que se infiere que los
actos de Santa Anna forjaron la opinión en favor de la república federal, cuando, en
realidad, las provincias rechazaron casi unánimemente los intentos de Santa Anna
de erigirse en “protector de la república federal”. La opinión en favor del federalismo ya había adquirido forma a tal grado que, para el 21 de mayo, el Congreso
había votado que se imprimiese e hiciese circular inmediatamente el “Plan de una
república federal” de Mier.
274
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VIII. Establecimiento de otras legislaturas
tación provincial había proseguido sus labores y, junto con el
ayunta­miento de San Luis Potosí, había designado a los comisionados, Vargas y Juan José Domínguez, que habrían de reunirse en
Celaya con los de las otras tres diputaciones provinciales con el
propósito de discutir el procedimiento más adecuado para prevenir futuros desórdenes y restablecer la tranquilidad pública.
Los comisionados de San Luis Potosí, en unión de Martín García de Carrasquedo, de Michoacán, Joaquín de Oteyza y Vicente
Lino Sotelo, de Querétaro, y Benigno Bustamante, de Guanajuato,
dieron principio a las conferencias en Celaya el 10 de julio con el
objeto de consolidar la opinión pública y así prevenir la inminente
anarquía. Puesto que el gobierno había expedido la convocatoria
a elecciones, no podía oponer objeciones a la reunión, en especial porque Barragán, al igual que las diputaciones provinciales de
Querétaro y Michoacán y posiblemente las de las otras dos provincias, había informado al gobierno central que su propósito no era
la unión de las cuatro provincias ni su separación del gobierno nacional, sino, por el contrario, la reunión de sus fuerzas y recursos
para el bienestar del país en su conjunto.
Durante la segunda sesión, los comisionados adoptaron siete
resoluciones: 1) el reconocimiento del Supremo Poder Ejecutivo;
2) la aprobación del establecimiento de una república federal; 3) la
adhesión al decreto por el cual se había convocado un nuevo Congreso; 4) la revalidación de los artículos aprobados en la reunión
de los generales del 1 de julio en Celaya; 5) el reconocimiento de
Barragán como comandante general de las cuatro provincias, sujeto al gobierno central; 6) el reconocimiento del celo patriótico
de Barragán, y 7) la suspensión de las medidas dictadas para la
pacificación de San Luis Potosí a fin de evitar interferencias con las
órdenes expedidas por el gobierno central.55
Por su parte, desde que tuvo conocimiento de la reunión de
Celaya, el gobierno nacional la había considerado desfavorable-
mente y así lo hizo saber a su iniciadora, la Diputación Provincial
de Michoacán.56 El 5 de julio, el Supremo Poder Ejecutivo ordenó
que se hiciera volver a los comisionados y se disolviera la junta, lo
cual se hizo el 11 de julio.57
Las provincias de Veracruz, México y Tabasco no apelaron ante
el Congreso en relación con la creación de un cuerpo que lo sucediera, pero, en cambio, Veracruz y México se expresaron desde
luego en favor de la república federal. La Diputación Provincial
de Veracruz recibió con satisfacción las noticias sobre el restablecimiento del “augusto congreso constituyente” y así lo expresó en
una proclama dirigida a los pueblos de su jurisdicción.58 Así que
tuvo conocimiento de la actitud tomada por Santa Anna en San
Luis Potosí, hizo saber al gobierno central que podía contar con su
completa confianza y apoyo y expidió una circular a este respecto
dirigida a todos los ciudadanos de la provincia.59
Después de que el Congreso designó una comisión que estudiara el asunto de formar otra encargada de redactar las bases
con arreglo a las cuales debería constituirse la república federal,
la Dipu­tación Provincial de Veracruz informó a sus representados
el 20 de junio de 1823 que, aun cuando el asunto debería dejarse
“Actas de las sesiones del 10 de julio en Celaya”, El Sol, 24 de julio de 1823, y La
Águila Mexicana, 23 de julio de 1823.
La fecha exacta de los primeros pasos dados por Michoacán en ese sentido no ha
podido determinarse. Puesto que la reunión fue resultado de la demora del Congreso restaurado en convocar a uno nuevo, probablemente Michoacán comenzó a
preparar la reunión de Celaya durante los últimos días de abril, después de que el
día 12 de ese mes fue hecho público el informe de la comisión al Congreso.
57
“Sesiones celebradas en la ciudad de Celaya por los comisionados provinciales de
Valladolid, San Luis Potosí, Guanajuato y Querétaro”, El Sol, 24 de julio de 1823;
“Acta de la junta celebrada el día 8 de julio en la ciudad de Guanajuato”, El Sol, 18
de julio de 1823.
58
Manifiesto de la Diputación Provincial de Veracruz a los pueblos de su distrito, impreso suelto, fechado el 13 de abril de 1823; también fue publicado en La Águila
Mexicana, 10 de mayo de 1823.
59
“Eulogio de Villaurrutia a Alamán”, Veracruz, 21 de junio de 1823, La Águila
Mexicana, 30 de junio de 1823, y El Sol, 29 de junio de 1823; “Circular de la Diputación Provincial de Veracruz”, Veracruz, 30 de junio de 1823, La Águila Mexicana,
4 y 5 de julio de 1823.
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VIII. Establecimiento de otras legislaturas
a la discreción del nuevo cuerpo legislativo, la diputación recono­
cía las ventajas del sistema federal y estaba de acuerdo con el país
en que ése era el mejor sistema. Confiando sin reservas en el gobierno central, la Diputación Provincial de Veracruz esperaría y
obedecería las resoluciones del Congreso a ese respecto.60
El 16 de agosto de 1823, en una extensa contestación al oficio
del 18 de julio de la Diputación Provincial de Guadalajara sobre
su pronunciamiento por una república federada, la veracruzana
afirmó que, antes bien que considerarse a sí misma como independiente, cada provincia debería pensar en el bienestar de la nación
entera. ¿Qué conseguirían las provincias declarándose independientes para formar federaciones con otras? ¿No representaría este
hecho el inicio de la discordia? Nadie negaba el derecho de las
provincias a decidir qué forma de gobierno contribuiría mejor a
su prosperidad y bienestar; amparándose en tal derecho, todas habían manifestado públicamente su aceptación a la forma federal de
gobierno; pero sólo algunas, desafortunadamente, se habían apresurado demasiado al establecer gobiernos federados sin consultar
primero con el gobierno nacional ni esperar a que éste actuara.61
El 19 de julio de 1823, la provincia de México respondió también a las comunicaciones dirigidas por Guadalajara los días 24 de
junio y 1 de julio para hacerle saber que la Diputación Provincial
de México era partidaria del sistema federal. La situación geográfica de la nación mexicana, la gran extensión de sus provincias,
las dificultades para la comunicación y la diversidad de sus climas
y productos eran todos factores que imponían el establecimiento
de la federación. La experiencia había demostrado la necesidad de
congresos provinciales y una más exacta y uniforme distribución
de las funciones gubernamentales; sin embargo, la idea de federa­
lismo no excluía necesariamente la de centralismo; las dos podrían
coexistir en el mismo país en la más perfecta armonía. Los asuntos
enteramente provinciales deberían dirigirlos las mismas provincias por intermedio de sus ejecutivos, congresos y cortes, mientras que los intereses nacionales deberían quedar al cuidado del
gobierno central. La diferencia entre repúblicas centralistas y federalistas consistía en la división de los poderes del gobierno: en
una república centralista, todo el poder estaba reservado a la autoridad central, mientras que, en una república federal, tan sólo los
asuntos de interés nacional eran confiados a los poderes supremos
y los intereses provinciales se reservaban a los gobiernos provin­
ciales. Con respecto a todos estos puntos, la Diputación Provincial
de México se hallaba de completo acuerdo con la de Guadalajara,
pero disentía en lo referente a las medidas tomadas por ésta tendentes al establecimiento del gobierno estatal y el nacional, ya que
la esencia misma del federalismo consistía en que los asuntos nacionales fuesen manejados por el Congreso nacional y únicamente
los provinciales estuviesen al cuidado de manos locales. México
se opuso asimismo a la propuesta de Guadalajara de que cada
estado eligiera únicamente un diputado al Congreso nacional,
diputado que podría ser objeto de revocación siempre que el estado así lo juzgara conveniente, y a la opinión referente a que la
Constitución nacional no entrara en vigor hasta en tanto no hubiese sido ratificada en debida forma por los congresos estatales. En
lugar de ello, la provincia de México exhortaba a la de Guadalajara
a que aceptase el decreto de convocatoria, eligiese diputados confiables y, a través de éstos, trabajase por el beneficio de la nación.62
Cuando, el día 17 de junio, el Congreso expidió finalmente
la ley electoral mediante la cual se convocaba al nuevo Congreso
constituyente, la mayoría de las provincias la aceptaron en su totalidad y se dispusieron a efectuar los preparativos para las elecciones respectivas. Todas estaban dispuestas a esperar a que el nuevo
Congreso expidiera el proyecto de constitución de la república fe-
Ibid.
“Contestación de la Diputación Provincial de Veracruz a la Excma. de Guadalajara”, Veracruz, 16 de agosto de 1823, Gaceta del Gobierno Supremo de México, 28 de
agosto de 1823, y El Sol, 27 de agosto de 1823.
60
61
278
“Contestación que ha dado la Diputación Provincial de México a la de Guadalajara”, México, 19 de julio de 1823, La Águila Mexicana, 6 y 7 de agosto de 1823.
62
279
Nettie Lee Benson
VIII. Establecimiento de otras legislaturas
deral antes de proceder al establecimiento de gobiernos propios
y a la redacción de constituciones estatales, con excepción de las
provincias de Guadalajara (ahora ya con el nombre de Jalisco),
Zacatecas, Oaxaca y Yucatán. Estas últimas rehusaron abolir sus
respectivos gobiernos estatales, pero informaron al gobierno central que no aprobarían sus constituciones respectivas hasta después de que el nuevo Congreso hubiere fijado los principios fundamentales del gobierno nacional federal.
Para entonces, las provincias habían comprendido que ya no
tenían nada que temer del gobierno central. Ahora podrían enviar
al Congreso hombres que propugnasen por el establecimiento de
la república federal y a ellos se les encargaría la misión de expedir
una constitución federal, pues ya era un hecho generalmente reconocido, incluso por el Congreso restaurado, que sólo esa forma
de gobierno mantendría la unidad del país y evitaría que cayese en
la anarquía.
Una prueba más de que el gobierno central reconocía la exigencia de que se estableciese una forma de gobierno federal salió
a la luz el día 25 de junio de 1823 en una sesión secreta del Congreso, cuando el ministro de justicia le informó que el gobierno
—convencido de que, en el sistema federal, hacia el cual tendían
manifiestamente todos los estados, cada uno de ellos gozaría, hasta donde fuese posible, de iguales organizaciones y deberes— le
recomendaba que considerase el establecimiento en cada una
de las provincias de una legislatura o Congreso provincial; dicha legislatura o Congreso provincial estaría compuesto por trece miembros elegidos por mayoría de votos de la junta electoral
que debería nombrar los diputados al futuro Congreso nacional.
Hasta entonces, las legislaturas provinciales estarían formadas por
los miembros actuales de las diputaciones provinciales, más los
miembros que fuesen necesarios para completar el total de trece,
y estos últimos serían nombrados por las antiguas juntas electorales, las cuales deberían ser reunidas de nuevo para tal efecto en las
capitales de las provincias. El presidente de cada legislatura provincial sería elegido cada mes por mayoría de votos y las funciones
de tales cuerpos serían: 1) fiscalizar escrupulosamente la administración de los fondos públicos, ejerciendo la facultad de suspender a los funcionarios ineptos; 2) ejercer todas las funciones
correspondientes a las diputaciones provinciales, según las leyes
vigentes, y 3) presentar al ejecutivo las listas de candidatos a todos
los cargos políticos, hacendarios y judiciales, con excepción de las
audiencias, y remover a los funcionarios de sus cargos únicamente
por los medios que en cada caso determinase la ley.63
Dado que Mier había propuesto una semana antes que se instalaran inmediatamente los respectivos congresos provinciales dotados de los más amplios poderes de acuerdo con las bases, un plan
que, según su propia opinión, favorecían muchos de los diputados
y la administración en general, es de comprender su satisfacción
cuando fue presentada la anterior recomendación. Incluso Bustamante apoyó la idea, diciendo que, cuando una revolución se
hacía inevitable, el gobierno mismo debía dirigirla.64
Aunque la comisión a cuyo dictamen se confió este asunto
recomendó que se aumentase el número de miembros de las diputaciones provinciales existentes y se ampliasen sus poderes de
acuerdo con las sugerencias presentadas, el Congreso acordó, por
medio del decreto del 11 de julio, que se continuase utilizando
la denominación “diputación provincial” y se incrementasen sus
poderes, pero se negó a aconsejar que se aumentara el número
de miembros de la misma.65 Bustamante declaró entonces que el
Congreso, encontrándose en espera de ser sucedido por uno nuevo y limitadas como estaban sus facultades a la convocatoria de
una nueva asamblea, sin que poseyese, por lo tanto, la autori-
280
281
“Apéndice a la sesión pública [del congreso nacional] de junio 23, 1823”, El Sol,
27 de junio de 1823, y en Mateos, op. cit., ii, p. 490.
64
“Mier a Cantú”, México, 25 de junio de 1823, en Cossío, op. cit., v, p. 41; Bustamante, Diario histórico de México, p. 450.
65
Mateos, op. cit., ii, p. 433; Colección de órdenes y decretos de la soberana junta
provisional gubernativa y soberanos congresos generales de la nación mexicana, 2a.
ed., ii, p. 146.
63
Nettie Lee Benson
VIII. Establecimiento de otras legislaturas
dad para ejercer las funciones que correspondían tan sólo a una
asamblea constituyente, se encontraba en serias dificultades en lo
concerniente a la ampliación de los poderes de las diputaciones
provinciales para convertirlas en congresos provinciales, en particular porque éstas habían abusado de las atribuciones que les
había conferido la Constitución española.66
De acuerdo con la ley electoral del 17 de junio de 1823, los
miembros de las diputaciones provinciales deberían ser renovados
en su totalidad, si bien los diputados en funciones eran reelegibles, y había que elegir diputados a las diputaciones provinciales
de Chiapas, Chihuahua, Coahuila, Durango, Jalisco, Guanajuato,
México, Michoacán, Nuevo León, Nuevo México, Nuevo Santander, Oaxaca, Puebla, Querétaro, San Luis Potosí, Sinaloa, Sonora,
Tabasco, Texas, Tlaxcala, Veracruz, Yucatán y Zacatecas. Casi todas
esas provincias eligieron diputados a sus cuerpos respectivos;
las excepciones fueron Jalisco, Zacatecas, Yucatán, Oaxaca y Chiapas. De estas últimas, las cuatro que ya habían transformado sus
diputaciones en legislaturas estatales no vieron la necesidad de
elegir diputados a un cuerpo que ya había dejado de existir.
La provincia de Chiapas, por su parte, presentaba un problema
especial. Hasta 1821 había formado parte de la Capitanía General de Guatemala, pero luego se había declarado independiente
de ésta y más tarde se había unido al imperio mexicano, como lo
hizo la misma Guatemala. Después de la aprobación del Plan de
Casa Mata, Guatemala se separó de la nación mexicana, con la
aprobación del Congreso restaurado. Aunque para el día 17 de
junio aún no se había separado, se admitió la posibilidad de que
lo hiciera, pues en el artículo 10 del decreto de esa fecha se establecía que, si las provincias de Guatemala continuaban formando
parte de México, deberían utilizar los censos más recientes para
llevar a cabo las elecciones; y, en el artículo 11, en el que se hacía
la enumeración de las provincias de Guatemala, se incluía Chiapas
como una de ellas.67 Finalmente, la separación de Guatemala fue
reconocida de manera oficial por el Congreso mexicano el 1 de
julio de 1823.68
Por entonces, Mier advirtió al Congreso que los argumentos
utilizados en el curso de los debates y las razones invocadas para
el reconocimiento de la independencia de Guatemala eran peligrosos, pues otras provincias de México podrían creerse con derecho
a hacer lo mismo. También hizo notar que todas las provincias
internas habían gozado alguna vez de un gobierno separado del
de México.69
Chiapas resultó ser la provincia que se consideró independiente y libre de decidir la actitud que habría de adoptar. Cuando Filisola la invitó a unirse a la Guatemala independiente y Bravo, por
su parte, la instó a continuar formando parte de México y a unirse a las provincias que apoyaban el Plan de Casa Mata, Chiapas
decidió adoptar una actitud expectante. Cuando el 5 de abril se
conoció allí la abdicación de Iturbide, el ayuntamiento de Tuxtla
pidió al comandante Farrera que convocase a una junta de representantes de la provincia. Por su parte, el jefe político, Luis Antonio García, convocó a una reunión de la diputación provincial,
el ayuntamiento, los principales ciudadanos de la capital y otros
funcionarios para el 8 de abril.70
Durante la reunión, se decidió que cada uno de los doce distritos de la provincia eligiera a un diputado que lo representara ante
66
Bustamante, Diario histórico de México, p. 470.
282
67
Colección de órdenes y decretos de la soberana junta provisional gubernativa y soberanos congresos generales de la nación mexicana, 2a. ed., ii, p. 126.
68
Mateos, op. cit., ii, p. 428. El artículo 1 del citado decreto decía: “El Congreso
Mexicano aprueba la medida de convocar a un Congreso de Guatemala.” Alamán
propuso que el Congreso debería poner a consideración el hecho de que, puesto
que el pueblo de Guatemala era libre de constituir su país como lo juzgase conveniente, las tropas mexicanas debían salir de ese país.
69
“Mier a los editores de El Sol”, 4 de julio de 1823, El Sol, 14 de julio de 1823.
70
Trens, op. cit., pp. 229-231; “La junta suprema provisional de Chiapas a los habitantes de su distrito”, La Águila Mexicana, 5 de septiembre de 1823.
283
Nettie Lee Benson
VIII. Establecimiento de otras legislaturas
la junta provincial.71 Las elecciones fueron celebradas y, el 4 de
junio, con diez diputados presentes, el jefe político declaró constituida oficialmente la junta, cuya autoridad fue reconocida por
toda la provincia. En sus sesiones de los días 7 y 9 de junio decidió
transformarse en Junta Suprema Provisional y declaró la independencia de la provincia, no sólo de México, sino también de Guatemala. En el mismo acuerdo de secesión, no obstante, dejó franca
una puerta a México al establecer que, si éste volvía a adoptar el
Plan de Iguala, Chiapas se consideraría parte integrante del país.72
Al acusar recibo de la declaración de la junta de Chiapas sobre su
derecho a constituirse en estado independiente o a unirse a México o Guatemala, Alamán afirmó, en comunicación fechada el 9 de
julio de 1823, que México vería con agrado la decisión por parte
de Chiapas de continuar como miembro de la nación mexicana.73
Desde entonces hasta septiembre de 1824, Chiapas se mantuvo
indecisa entre permanecer como estado independiente, unirse a
Guatemala o unirse a México. Al principio, la junta se inclinaba
por Guatemala, al paso que la diputación provincial lo hacía por
México. En consecuencia, esta última disolvió la junta, tan sólo
para convocarla nuevamente más tarde. En ocasiones, la junta
ejercía una autoridad completa en la Chiapas libre; en otras, los
funcionarios enviados por Guatemala o México actuaban como
jefes políticos de la provincia; y ambos países emplearon la fuerza
y los medios diplomáticos para tratar de ganársela. Finalmente,
el 16 de diciembre de 1823, la Suprema Junta Gubernativa expidió una convocatoria dirigida a cada uno de los distritos para que
votaran sobre la anexión a Guatemala o a México. Algunos de los
distritos votaron e informaron de los resultados, otros no. El 24 de
marzo de 1824, la junta pidió que se votase de nuevo, pero sólo
fue en septiembre cuando anunció oficialmente una mayoría de
tres a uno en favor de la anexión a México.74 Dos días más tarde,
el “estado libre” de Chiapas expidió una solemne proclama para
anunciar su federación con la nación mexicana.75
Aun después de esa declaración, algunos partidarios de la
anexión a Guatemala mostraron su descontento, pero la resistencia desapareció hacia mediados de noviembre de 1824 con la llegada de la Constitución mexicana del 4 de octubre de ese año,
en la cual se enumeraba a Chiapas como uno de los estados de
la confederación mexicana. El 25 de octubre, la junta informó al
Congreso mexicano que se había convocado a elecciones de diputados tanto al Congreso nacional como a la asamblea constituyente
del estado.76 El 5 de enero de 1825, quedó formalmente instalado
el Congreso constituyente del estado de Chiapas, cuyos miembros
fueron Eustaquio Zebadúa, Joaquín Gutiérrez de Arce, Juan María
Balboa, Francisco Guillén, Juan José Domínguez, Manuel Saturnino Osuna, Cayetano Blanco, Pedro Corona, Manuel Escandón,
Juan Crisóstomo Robles y Mariano Rojas.77 Una vez constituido el
Congreso estatal, la junta de Chiapas dejó de existir.
Entretanto, el nuevo Congreso constituyente de México había
sido instalado el 7 de noviembre de 1823 y, en él, Ramos Arizpe,
representante de la provincia de Coahuila, era uno de los miembros más influyentes. Ya el 1 de noviembre de 1823, Bustamante
había declarado que las sesiones preparatorias del Congreso no
prometían nada bueno, porque Ramos Arizpe y Jesús Huerta, este
último representante de Guadalajara, habían sido nombrados para
revisar y aprobar las credenciales de los diputados, y los dos eran
conocidos como federalistas intransigentes.78 Igualmente, ambos
diputados, junto con Manuel Argüelles, Rafael Mangino y Tomás
Ibid.; Romero, op. cit., i, pp. 265-268.
Ibid., pp. 270-271.
73
“Alamán a la junta gubernativa provisional de Chiapas”, México, 9 de julio de
1823, ibid., pp. 271-272.
Ibid., pp. 445-446.
Ibid., p. 446. Todos los documentos sobre este asunto correspondientes al periodo 1823 a 1824 se encuentran en ibid., pp. 289-446.
76
Ibid., pp. 460-461.
77
Trens, op. cit., p. 295.
78
Bustamante, Diario histórico de México, pp. 605 y 615.
284
285
74
75
71
72
Nettie Lee Benson
VIII. Establecimiento de otras legislaturas
Vargas, fueron nombrados el 10 de noviembre para formar parte
de la comisión que debía redactar el proyecto de constitución que
sería sometido a la consideración del Congreso,79 comisión cuyo
presidente fue el propio Ramos Arizpe.
Cuando, el 14 de noviembre de 1823, Pablo de la Llave, ministro de justicia, exhortó al Congreso a expresarse sobre el sistema
de gobierno que debería establecerse, Ramos Arizpe, en su cali­
dad de presidente de la Comisión de Constitución, prometió que
el proyecto estaría listo para el día 17.
Eugene C. Barker y William Archibald Whatley llegaron a la
conclusión de que el Acta Constitucional de Ramos Arizpe, presentada el 20 de noviembre, fue influida por el proyecto de constitución federal de Stephen F. Austin.80 Ramos Arizpe se encontró
por primera vez con Austin en Saltillo, entre el 8 y el 10 de mayo
de 1823. Austin salió de Saltillo hacia Monterrey en la mañana del
día 11, mientras que Ramos Arizpe permaneció en aquella ciudad
hasta después del 5 de junio.81 Así, es muy probable que los dos
hombres hayan discutido el asunto de la república federal, pues
era un tema del que se hablaba en todo México; y es posible que
Austin haya concebido entonces la idea de redactar el “Plan for a
Federal Constitution”, cuyo borrador mostró a Ramos Arizpe para
que éste le hiciera sus comentarios la próxima vez que se vieran;
y también es cierto que Ramos Arizpe escribió sus comentarios en
el documento y recomendó que fuese publicado; sin embargo, no
debe darse mucha importancia a este hecho, pues, tanto en Guadalajara como en Oaxaca y otras provincias, se alentaba a la gente
a redactar y publicar proyectos de una república federal como un
medio para promover su establecimiento. Es difícil creer que, a
los 48 años, con sus antecedentes, experiencia y convicciones y
habiendo participado activamente en la redacción de la Constitución española de 1812, Ramos Arizpe hubiese sido grandemente
influido por Austin, que a la sazón tenía 38 años.82
Mateos, op. cit., ii, p. 578; La Águila Mexicana, 12 de noviembre de 1823.
Cf. Eugene C. Barker, The Life of Stephen F. Austin, pp. 84-85 (75-76 en la 2a.
ed.), donde el autor dice: “Pero la relación de Austin con el Acta constitucional, la
primera forma de la constitución republicana federal, es muy estrecha. [...] A finales de mayo, Austin sometió a Ramos Arizpe un esbozo de gobierno federal. [...]
Arizpe estaba muy impresionado; hizo cambios y correcciones en la copia que se
preserva en los Austin Papers, recomendó que se imprimiera y dijo que la enviaría
a sus amigos. [...] Arizpe fue elegido al nuevo Congreso en septiembre y, el 14 de
noviembre, pocos días después de su instalación, ofreció, con el auxilio de una
comisión capaz, preparar en tres días un proyecto provisional de Constitución. Se
le tomó la palabra y fue nombrado presidente de la comisión de Constitución, que
presentó el Acta constitucional el 20 de noviembre. [...] La similitud escrita [del
acta] con el plan de Austin no es evidente, puesto que se trata de dos documentos
redactados de manera independiente a partir de una fuente común, pero, en sustancia, son muy parecidos. Arizpe era un personaje demasiado seguro de sí mismo
como para aceptar plan alguno sin someterlo a su propio análisis y es evidente que
el borrador de Austin estaba compenetrado y asimilado a su propio estudio de la
Constitución de los Estados Unidos, la Constitución española y la historia política
de México, pero era inevitable que dicho plan habría de influir en Ramos Arizpe.”
William Archibald Whatley escribió una tesis de maestría, titulada The Formation of
the Mexican Constitution of 1824, bajo la dirección de Barker y, en la época en que
lo hizo, era ayudante de investigación de este último, quien cita la tesis como una
de sus fuentes para los comentarios antes mencionados. En las pp. 70-72, Whatley
afirma que el hecho de que Ramos Arizpe hizo uso de “ese plan [el de Austin] en la
79
80
286
redacción del proyecto de Acta constitucional es aparentemente cierto por la similitud
en el lenguaje que en ocasiones puede ser detectada [...] la promesa de Arizpe de
terminar un primer borrador del acta en tres días podría servir de apoyo para argumentar que ya tenía un plan en estado de preparación, mismo que, con toda probabilidad, pudo haber sido el de Austin. [...] En una nota agregada a la copia del documento que él conservó, el propio Austin escribió que el hecho de que Ramos Arizpe
y su comisión de Constitución fueron influidos por su plan de una manera general,
aun cuando no lo hubieren adoptado enteramente, lo revelaban las analogías como
la antes mostrada” (véase en la nota 85 la analogía a que se hace referencia).
81
Ramos Arizpe participó en diversas actividades en Saltillo durante todo el mes de
mayo y hasta el 5 de junio, pues su firma aparece en los documentos que relatan la
serie de acontecimientos ahí acaecidos durante ese periodo.
82
No existen pruebas concluyentes de que Ramos Arizpe haya siquiera conservado
una copia del proyecto de Austin, pues, aunque éste afirma que le dio el plan a
aquél, la copia que Ramos Arizpe corrigió y comentó permaneció en poder de Austin. Además, el nombre de Ramos Arizpe no aparece entre los de aquellos a quienes
Austin dice que dio copias de su proyecto. Véase Barker, 2a. ed., p. 75, nota 81.
287
Nettie Lee Benson
VIII. Establecimiento de otras legislaturas
Las pruebas ofrecidas para indicar que el Acta constitucional de
Ramos Arizpe se asemeja al plan de Austin son aún menos aceptables. Dicho plan era una mezcla mal organizada de la Constitución
española de 1812 y de la Constitución de Estados Unidos, mientras
que el acta de Ramos Arizpe era una bien ordenada propuesta, basada en la Constitución española, que sólo se diferenciaba de esta última cuando “la idea de la república federal obligaba al cambio”.83 La
semejanza entre la Constitución española y el acta de Ramos Arizpe
es clara artículo tras artículo, pues Ramos Arizpe no sólo estampa
las mismas ideas sino que emplea también las mismas palabras.84
En realidad, varios artículos completos fueron copiados palabra por
palabra, lo cual no es sorprendente, de la Constitución española.85
Dado que Whatley no cita ningún otro artículo, aparentemente
llegó a la conclusión de que éste era el ejemplo más perfecto de
similitud. El que el artículo fue tomado enteramente de la Constitución española es evidente; además, era de esperarse que Ramos
Arizpe empleara los artículos de una constitución que él mismo
había ayudado activamente a redactar.
Por lo demás, Ramos Arizpe estaba bien familiarizado con la
Constitución de Estados Unidos mucho antes de conocer a Austin.86 Un análisis cuidadoso de su acta revela la diferencia en orga­ni­
zación, terminología y sintaxis con dicha Constitución; asimismo,
el acta contenía cierto número de artículos e ideas que no aparecen
ni en la Constitución española ni en la de Estados Unidos, artículos
inspirados por problemas propios de México en la época.
Como antes dijimos, Ramos Arizpe presentó el acta al Congreso
el 20 de noviembre de 1823.87 En ella se establecía que los estados de
James Q. Dealey, “The Spanish Source of the Mexican Constitution of 1824”, en
Texas State Historical Quarterly, iii, p. 162.
84
Ibid., pp. 163-164. Lo que Dealey afirma respecto a la Constitución mexicana de
1824 es igualmente aplicable al plan de Ramos Arizpe.
85
Analogías entre el borrador de Austin, el de Ramos Arizpe y la Constitución
española de 1812:
83
Borrador de Austin
Borrador de Ramos Arizpe Constitución de 1812
Para proveer con más seguridad a la defensa, prosperidad y bien común las
provincias se unen mutuamente por el más estrecho
vínculo de unión y fraternidad bajo el sistema de
República federada, para
formar una grande nación,
cuya religión dominante es
y será precisamente la Católyca, Apostólyca Romana
sin que Estado alguno pueda proclamar otra, y todos
y cada uno de por sí se obligan a protegerla por medio
de leyes sabias y justas.
La religión de la nación
mexicana es y será perpetuamente la Católica,
Apostólica, Romana, única verdadera. La Nación
la protege por leyes sabias
y justas y prohíbe el ejercicio de cualquiera otra.
288
La religión de la Nación
Española es y será per­
petuamente la Católica,
Apos­tólica, Romana, única ver­dadera. La Nación la
pro­tege por leyes sabias y
justas y prohíbe el ejercicio de cualquiera otra.
Ese hecho lo revelan tanto las Cortes como la Carta a un americano sobre la forma
de gobierno que para hacer practicable la constitución y las leyes, conviene establecer
en Nueva España atendida su actual situación, carta impresa escrita por Ramos Arizpe a su hermano en 1821. Además, no hay razones para suponer que Ramos Arizpe
necesitara recurrir a Austin en busca de información respecto a la Constitución de
Estados Unidos, pues esta última había sido impresa en español en varias ocasiones
desde 1812 y podía encontrarse fácilmente. Véase Benson, “Washington, Symbol of
the United States of Mexico, 1800-1821”, en The Library Chronicle of the University
of Texas, ii, pp. 175-179.
87
Se ha dicho más de la brevedad del periodo en que el Acta fue redactada que
lo que los hechos justifican. Se ha dado a entender que Ramos Arizpe y los otros
miembros de la Comisión de Constitución ni siquiera habían comenzado a trabajar
antes del 14 de noviembre, pero no existen documentos que demuestren que tal
fue el caso. La Comisión de Constitución fue nombrada el 10 de noviembre, según
Mateos, op. cit., ii, p. 578, y La Águila Mexicana, núm. 212, 12 de noviembre de
1823, p. 4. Además, aun cuando hubiese sido nombrada el 14 de noviembre (la
fecha errónea dada por varios autores, incluido Whatley), ello no excluiría la posibilidad de que Ramos Arizpe y otros hubiesen estado trabajando en un proyecto de
constitución desde el día en que fueron electos diputados, o aun antes.
Como ejemplo de otros autores que afirman que la Constitución mexicana de
1824 se basó ampliamente en la de Estados Unidos, véase: Charles Curtis Cumberland, Mexico: the Strugglefor Modernity, Nueva York: Oxford University Press,
86
289
Nettie Lee Benson
VIII. Establecimiento de otras legislaturas
la federación eran: 1) Chiapas, 2) Guanajuato, 3) el Estado Interno
de Occidente, compuesto por las provincias de Sonora, Sinaloa y
las dos Californias, 4) el Estado Interno del Norte, compuesto por
las provincias de Chihuahua, Durango y Nuevo México, 5) el Estado Interno de Oriente, compuesto por las provincias de Coa­huila,
Nuevo León, Texas y Nuevo Santander, 6) México, 7) Michoacán,
8) Oaxaca, 9) Puebla de los Ángeles, con Tlaxcala, 10) Que­rétaro,
11) San Luis Potosí, 12) Tabasco, 13) Veracruz, 14) Jalisco, 15) Yucatán y 16) Zacatecas.88 Parece ser que la designa­ción de los estados
en el artículo 7°, excepto en el caso de Querétaro y Tabasco, se hizo
tomando como base las antiguas intendencias y que coincidía con
el plan que Ramos Arizpe y Michelena propusieron en 1820 y 1821
en España, en el que pedían el establecimiento de diputaciones provinciales en cada intendencia de México y, específicamente, tres en
las provincias internas: una en Arispe para las de Sonora, Sinaloa
y las Californias, otra en Durango para las de Chihuahua, Durango y
Nuevo México y una más para las Provincias Internas de Oriente.
Como se ha demostrado, el establecimiento de las diputaciones provinciales en cada una de las provincias internas no ocurrió hasta los
años de 1822 y 1823. Entonces las tuvieron Coahuila, Texas, Nuevo
León, Sonora, Sinaloa, Chihuahua y Durango y las diputaciones provinciales se establecieron por primera vez después de las elecciones
1968; James Aloysius Magner, Men of Mexico, Milwaukee: The Bruce Publishing
Co., 1942 y 1964, p. 284; George E. Nelson y Mary B. Nelson, Mexico A-Z, an
Encyclopedic Dictionary, Centro para Retirados, Cuernavaca, 1975, bajo el nombre
de Miguel Ramos Arizpe; Donald C. Briggs y Marvin Alisky, Historical Dictionary of
Mexico, Metchuen: The Scarecrow Press, 1981, pp. 186-187; Rodolfo Reyes, prólogo a Emilio Rabasa. La organización política de México, reproducido en Andrés Serra
Rojas, Antología de Emilio Rabasa, 2 t., México: Ediciones Oasis, 1969, i, p. 271;
Herbert Ingram Priestley, The Mexican Nation, Nueva York: The MacMillan Co.,
1938, p. 262; Carlos González Salas, Miguel Ramos Arizpe: Cumbre y camino, México: Manuel Porrúa, 1978, p. 106; Lucas Alamán, Historia de Méjico, v, pp. 717-719;
y Meyer y Sherman, The Course of Mexican History, pp. 313-314.
88
Artículo vii del Acta constitucional presentada al soberano congreso constituyente
por su comisión el día 20 de noviembre de 1823.
290
291
Nettie Lee Benson
VIII. Establecimiento de otras legislaturas
de septiembre de 1823. La división de las provincias internas en tres
grandes estados políticos o provincias había sido desde hacía mucho
tiempo uno de los más acariciados sueños de Ramos Ariz­pe. No es
de extrañar, pues, que tratase de hacerlo realidad en la Constitución.
El artículo 5° del acta constitucional, en el que se declaraba
que las partes integrantes de la República Mexicana eran estados
libres, independientes y soberanos,89 fue aprobado el 19 de diciembre. Únicamente siete diputados votaron en contra de la parte
en que se declaraba libres e independientes a los estados; de esos
siete, cinco eran de la provincia de México, uno de Veracruz y otro
de Puebla. Veintiocho de los diputados votaron en contra de la
declaración de la soberanía de los estados; de los 28, doce eran de
México, seis de Puebla, dos de Michoacán y uno de cada una de las
provincias de Veracruz, Chihuahua, Sinaloa, Querétaro y Sonora.90
El 20 de diciembre se inició la discusión sobre el artículo 7° y
se acordó posponer la discusión de los casos de Chiapas, Tabasco
y las Provincias Internas de Oriente y Occidente. El mismo día, el
Congreso concedió la calidad de estados a Guanajuato, México y
Michoacán y, al siguiente, tomó igual determinación con respecto
a Oaxaca y Puebla, pero no se llegó a ninguna decisión sobre si
Tlaxcala formaría o no parte del estado de Puebla. El problema de
Tlaxcala fue devuelto a la Comisión de Constitución. Durante los
dos días siguientes, recibieron su aprobación los siguientes estados:
Querétaro, San Luis Potosí, Veracruz, Jalisco, Yucatán y Zacatecas.91
Aunque desde el principio de las sesiones del nuevo Congreso constituyente se llamó congresos provinciales a las diputaciones
provinciales,92 éstas no habían recibido de manera oficial tal deno-
minación y sus poderes aún se hallaban limitados oficialmente a los
que les concedían la Constitución española y los decretos del pasado Congreso mexicano. Las provincias deseaban poderes más amplios y habían dado instrucciones en tal sentido a sus delegados. El
26 de diciembre, Santos Vélez, de Zacatecas, propuso que se ordenara a la comisión Constitucional presentar lo más pronto posible el
proyecto de ley a que se hacía mención en el artículo 27 a fin de que
las provincias declaradas estados pudieran proceder de inmediato
a instalar sus propias legislaturas, si aún no lo habían hecho así.93
El 29 de diciembre, Bustamante propuso que se declarara a los
estados en libertad de establecer sus congresos provinciales y que
se ordenara la impresión y distribución del nuevo proyecto para
su formación, tal como fue presentado por la comisión constitucional.94 La discusión del proyecto se inició el mismo día, pero fue
remitido nuevamente a la comisión.
Ya revisado el proyecto, la comisión lo presentó otra vez al
Congreso el 5 de enero de 1824 y su discusión continuó hasta
el día 8. En los debates naufragó el intento de declarar nulas y
sin valor las ya establecidas legislaturas de Oaxaca, Yucatán, Zacatecas y Jalisco. El proyecto, tal como fue aprobado finalmente,
establecía que los estados de Guanajuato, México, Michoacán,
Puebla, Querétaro, San Luis Potosí y Veracruz debían proceder al
establecimiento de sus respectivas legislaturas estatales, las cuales
deberían estar formadas por un número de diputados que podría
variar entre 11 y 21; la diputación provincial de cada estado determinaría el número de diputados propietarios y suplentes que
debería elegirse; y las elecciones deberían efectuarse de acuerdo
con la ley electoral del 17 de junio de 1823.95 Las elecciones tuvie-
Véase un examen detallado del artículo 5° y de la votación sobre el mismo en
Benson, “Servando Teresa de Mier, Federalist”, The Hispanic American Historical
Review, xxviii, pp. 514-525.
90
Mateos, op. cit., ii, p. 620.
91
Ibid., pp. 622-623.
92
El 8 de diciembre, Espinosa de los Monteros, Lombardo y García y Zavala pidieron que el Congreso declarase qué fuerza y validez debían tener los mandatos
imperativos que los congresos provinciales habían dado a sus diputados actuales.
Mateos, op. cit., ii, p. 610. Antes y después de aquel día, muchos asuntos presentados al Congreso nacional fueron declarados fuera de su jurisdicción y remitidos a
los congresos provinciales para su resolución final.
93
Ibid., p. 627.
94
Ibid., p. 630.
95
Ibid., pp. 636-641; Colección de órdenes y decretos de la soberana junta provisional gubernativa y soberanos congresos generales de la nación mexicana, 2a. ed., iii, pp. 12-14.
292
293
89
Nettie Lee Benson
VIII. Establecimiento de otras legislaturas
ron lugar rápidamente en los estados de México, San Luis Potosí,
Guanajuato, Michoacán, Puebla, Veracruz y Querétaro. La noticia
concerniente a la instalación de la legislatura de este último, verificada el 17 de febrero de 1824, se leyó en el Congreso el 23 del
mismo mes.96 México informó sobre la instalación de la suya el 2
de marzo y Guanajuato hizo lo propio el 25 del mismo mes.97 La
legislatura constituyente de Puebla llevó a cabo su primera sesión
el 19 de marzo de 1824; el 13 de abril se leyó en el Congreso el
informe de la instalación de la legislatura de Michoacán, que tuvo
lugar el 6 de abril; la legislatura de San Luis Potosí fue constituida
y expidió su primer decreto el 21 de abril; y la de Veracruz fue
instalada el 9 de mayo.98
Mientras tanto, continuaba en el Congreso la discusión respec­
to a las demás provincias que deberían ser elevadas a la categoría
de estados. La creación del Estado Interno de Occidente (compues­to
de Sonora y Sinaloa) y el Estado Interno del Norte (compuesto por
Chihuahua, Durango y Nuevo México) fue aprobada el 10 de enero
de 1824.99 Por su parte, Tlaxcala fue declarada estado el 20 de enero.100 Nueve días más tarde, Tabasco y Nuevo Santander, esta última ya con el nombre de Tamaulipas, recibieron la misma distinción,
mientras que Nuevo León, Coahuila y Texas fueron declaradas como
un solo estado que debería denominarse Estado Interno de Oriente.101
Las instrucciones dirigidas a los nuevos estados con el propósito de que realizaran las elecciones para formar sus legislaturas constituyentes fueron aprobadas poco después. Las relativas a
los Estados Internos de Oriente, del Norte y de Occidente fueron
aprobadas el 4 de febrero y las relativas a Tabasco, Tamaulipas y
Tlaxcala, el 7 de febrero.102
Dos de los recién declarados estados, Tabasco y Tamaulipas,
procedieron a celebrar en seguida sus elecciones y a instalar sus
legislaturas; Tabasco, el 3 de mayo, y Tamaulipas, el 7 de julio.103
Casi inmediatamente se hicieron patentes fuertes protestas con
respecto a las medidas adoptadas a propósito de las provincias
internas. De los debates respectivos, parece ser que tales estados
fueron erigidos sobre la base de la primera división de carácter militar, político y económico que se hizo de la región en tres comandancias: de las Provincias Internas de Oriente, de Occidente y del
Norte, y de las intendencias de Arispe, Durango y Saltillo.104 Sin
duda alguna, tal división habría sido aceptable en 1814 o incluso
en los años de 1820 y 1821, pero ya no lo era en 1824, después de
la experiencia adquirida por dichas provincias en el despacho
de sus propios asuntos por medio de sus diputaciones provinciales. Aun en 1824, no obstante, el Estado Interno de Oriente habría
podido subsistir si Tamaulipas no hubiese demandado y obtenido
La Águila Mexicana, 27 de febrero de 1824, y Mateos, op. cit., p. 698.
Ibid., pp. 703, 731 y 744; Gaceta del Gobierno Supremo de la Federación Mexicana,
4 de marzo de 1824 y 2 de marzo de 1824.
98
Mateos, op. cit., pp. 745, 749 y 779; El Caduceo de Puebla, 1 de abril de 1824; La
Águila Mexicana, 20 de marzo de 1824; Recopilación de leyes, decretos, reglamentos
y circulares expedidos en el estado de Michoacán, i, pp. 11-12; Gaceta del Gobierno
Supremo de la Federación Mexicana, 4 y 22 de mayo de 1824; Muro, Historia de San
Luis Potosí, i, p. 213.
99
Mateos, op. cit., p. 646.
100
Ibid., p. 656.
101
La Águila Mexicana, 30 de enero de 1824; Mateos, op. cit., p. 663. El nombre de
Nuevo Santander fue cambiado por el de Tamaulipas a petición de la provincia, La
Águila Mexicana, 31 de enero de 1824.
Mateos, op. cit., pp. 668-669 y 672; Colección de órdenes y decretos de la soberana
junta provisional gubernativa y soberanos congresos generales de la nación mexicana,
2a. ed., iii, p. 25.
103
Mateos, op. cit., pp. 818 y 853.
104
Aunque creada oficialmente, la intendencia de Saltillo, que debía tener jurisdicción sobre las Provincias Internas de Oriente, nunca llegó a establecerse, a pesar de
que en 1814 fue nombrado para el cargo un intendente. Antes de que éste tomara posesión, Fernando VII ya había revocado los decretos de las Cortes y, después de que
fueron restaurados en 1820, la independencia de México y la confusión consiguiente
impidieron el establecimiento real de la intendencia de Saltillo. Desde mucho tiempo
antes, Ramos Arizpe había estado tratando de conseguir que la región septentrional
de México fuese dividida en tres grandes entidades militares, políticas y económicas
y, al parecer, la Comisión de Constitución se mostró de acuerdo con él en este punto.
294
295
96
97
102
Nettie Lee Benson
VIII. Establecimiento de otras legislaturas
igual categoría administrativa y política, pero, tan pronto como se
produjo este hecho, Nuevo León empezó a exigir un trato similar.
El 29 de enero, Mier propuso que, si las cuatro Provincias Internas de Oriente no habrían de formar un solo estado, Nuevo
León fuera declarado estado a su vez y Coahuila y Texas formaran
uno o dos estados, como ellas prefiriesen.105 Aunque la propuesta
no prosperó entonces, el mismo Mier insistió en ella y fue secundado en su empeño por el jefe político, la diputación provincial y
otros cuerpos gubernamentales de Nuevo León.106 Como resultado, el 7 de mayo de 1824 Nuevo León fue declarado estado y se le
dieron las respectivas instrucciones para convocar su legislatura.
Instalación de los congresos constituyentes estatales en México
Denominación
Oaxaca
Yucatán
Jalisco
Zacatecas
Querétaro
México
Puebla
Guanajuato
Michoacán
San Luis Potosí
Tabasco
Tamaulipas
Veracruz
Nuevo León
Coahuila y Texas
Chihuahua
Durango
Estado Interno
de Occidente
Chiapas
105
106
296
Fecha de instalación
1 de julio de 1823
20 de agosto de 1823
14 de septiembre de 1823
19 de octubre de 1823
17 de febrero de 1824
2 de marzo de 1824
19 de marzo de 1824
25 de marzo de 1825
6 de abril de 1824
21 de abril de 1824
3 de mayo de 1824
7 de mayo de 1824
9 de mayo de 1824
1 de agosto de 1824
15 de agosto de 1824
8 de septiembre de 1824
8 de septiembre de 1824
Fecha de la erección en estado
21 de diciembre de 1823
23 de diciembre de 1823
23 de diciembre de 1823
23 de diciembre de 1823
23 de diciembre de 1823
20 de diciembre de 1823
21 de diciembre de 1823
20 de diciembre de 1823
22 de diciembre de 1823
22 de diciembre de 1823
7 de febrero de 1824
7 de febrero de 1824
22 de diciembre de 1823
7 de mayo de 1824
7 de mayo de 1824
6 de julio de 1824
22 de mayo de 1824
12 de septiembre de 1824
5 de enero de 1825
10 de enero de 1824
Septiembre de 1824
La Águila Mexicana, 31 de enero de 1824.
Mateos, op. cit., pp. 698, 708, 729 y 737; La Águila Mexicana, 24 de febrero de 1824.
297
Nettie Lee Benson
VIII. Establecimiento de otras legislaturas
El estado de Coahuila y Texas debería hacer otro tanto, sobre­
entendiéndose que, tan pronto como Texas se considerase apta
para formar un estado separado, debería hacerlo saber al gobierno
nacional.107
Análoga oposición encontró desde muy pronto la creación del
Estado Interno del Norte. Francisco Antonio de Elorriaga, uno de
los diputados de Durango, propuso el 23 de febrero de 1824 que la
provincia de Durango fuese declarada estado. La iniciativa recibió el
apoyo de varias autoridades gubernamentales de la provincia.108 Convencido por los argumentos esgrimidos, el Congreso votó el 22 de
mayo por declarar a Durango como estado libre e independiente.109
Surgió después la cuestión de si sería o no conveniente unir
a Chihuahua y Nuevo México en un solo estado. El 5 de julio de
1824, el Congreso la resolvió finalmente acordando que Chihua­
hua fuese un estado y Nuevo México un territorio, y el decreto
respectivo fue aprobado al día siguiente.110
Aunque Tlaxcala ya había sido declarada estado y había recibido las necesarias instrucciones para formar su legislatura estatal,
aún no lo había hecho porque algunas de las municipalidades y
funcionarios de la provincia querían que fuese un estado independiente, otros deseaban que se uniese a Puebla y aun otros preferían
que constituyese un territorio. El Congreso, abrumado de peticiones y proposiciones procedentes de cada una de esas facciones,
votó al fin, el 24 de noviembre de 1824, que Tlaxcala tuviese la
categoría de territorio dentro de la federación mexicana.111
Habiendo adquirido finalmente la condición de estado, las diputaciones provinciales de cada provincia se dieron a la tarea de
preparar las elecciones y la instalación de las legislaturas constituyentes. El 30 de junio de 1824 quedó constituida la legislatura de
Durango;112 la de Nuevo León, el 1 de agosto;113 la de Coahuila y
Texas, el 15 de agosto;114 la de Chihuahua, el 8 de septiembre;115 la
del Estado Interno de Occidente, el 12 de septiembre de 1824;116
y, como ya se ha dicho, Chiapas se convirtió en estado de la República Mexicana en septiembre de 1824 e instaló su legislatura el 5
de enero de 1825.
Con la instalación de las legislaturas estatales, las diputaciones
provinciales entregaron sus archivos a aquéllas, sus sucesoras, y
así terminaron su existencia. Ya habían cumplido su propósito:
habían sentado las bases para el establecimiento de un gobierno
estatal; las fronteras entre las provincias habían quedado casi definitivamente establecidas; se había compilado una amplia información estadística sobre las provincias; los distritos políticos habían
sido establecidos; los variados problemas y recursos de los estados
habían sido llevados al primer plano de la atención pública; como
miembros de las diputaciones provinciales, muchos hombres habían sido entrenados para entender y dirigir los asuntos del estado; el pueblo había comprendido las ventajas de la ciudadanía a
través de las numerosas elecciones celebradas anualmente en las
parroquias para nombrar diputados a diversos puestos en las municipalidades, las cortes o las diputaciones provinciales y había
recibido una gran ilustración política como preparación para el
nuevo sistema; y las provincias, principalmente por intermedio de
Mateos, op. cit., p. 770.
La Águila Mexicana, 25 de febrero de 1824; Mateos, op. cit., ii, pp. 710, 751,
760 y 761; “Manifiesto de la Diputación Provincial de Durango a los habitantes
de su comprehensión”, Durango, 21 de febrero de 1824, en Observaciones que la
Diputación Provincial de Chihuahua hace sobre el manifiesto que en el 21 de febrero del
presente año publicó la Excma. de Durango, pp. 3-9.
109
Mateos, op. cit., p. 786.
110
Ibid., pp. 815 y 828-830.
111
Ibid., pp. 649, 659, 678, 700, 708, 713, 723, 733, 748, 750, 755, 764-766, 808,
810, 813, 842, 867, 884, 886, 906, 911, 914, 970, 972 y 1024; Colección de órdenes y
107
108
298
decretos de la soberana junta provisional gubernativa y soberanos congresos generales
de la nación mexicana, 2a. ed., iii, p. 125.
112
Carlos Hernández, Durango Gráfico, p. 62.
113
Cossío, op. cit., i, pp. 110-115; Roel, op. cit., i, p. 119.
114
Alessio Robles, op. cit., i, pp. 190-191; Mateos, op. cit., ii, p. 899.
115
José M. Ponce de León, Reseñas históricas del estado de Chihuahua, 2a. ed., i, pp.
155-156.
116
Mateos, op. cit., p. 966.
299
Nettie Lee Benson
sus diputaciones provinciales, habían demandado la condición
de estados para cada una de ellas, así como el establecimiento de
un gobierno federal para el conjunto de la nación mexicana, y lo
habían logrado. Pero lo más importante es que, al convertirse en
estados, las provincias mexicanas habían conservado su deseo y
voluntad de luchar por un gobierno nacional unificado, antes bien
que convertirse cada una en una pequeña nación, como ocurrió
con las Provincias Unidas de América del Centro.
Más aún, la lucha por la autonomía provincial —que se inició
al menos con la creación de las juntas provinciales de España a
raíz de la invasión napoleónica de 1808 y creció con la propuesta
de autonomía provincial que las regiones de la América virreinal
española hicieran en los periodos de 1808 a 1814 y 1820 a 1821
ante las Cortes españolas, al igual que los diputados mexicanos
en funciones en ellas— hizo posible que la diputación provincial
restaurada de la Nueva España desempeñara un papel de capital
importancia en el rápido triunfo del movimiento de independencia bajo el Plan de Iguala y el derrocamiento del imperio de Iturbide bajo el Plan de Casa Mata, plan este último que, a su vez, hizo
posible que las intendencias y provincias adquirieran el dominio
de sus regiones a través de sus diputaciones provinciales y establecieran un nuevo sistema de gobierno en México. La misión de las
diputaciones provinciales había quedado cumplida, y ¡ciertamente
bien cumplida!
Apéndice A
Diputados electos a las diputaciones
provinciales mexicanas conforme
a la Constitución española de 1812
Elecciones efectuadas para el periodo
1813-1814
Diputación Provincial de las Provincias Internas de Oriente
Capital: Monterrey, Nuevo León
Instalada el 21 de marzo de 1814
Nombres de los diputados
Bernardino Cantú
Dr. José Lobo Guerrero
Melchor Sánchez Navarro
Francisco Antonio Gutiérrez
Ylarión Gutiérrez
Pedro Paredes
Pedro Manuel del Llano
Provincia representada
Nuevo León
Nuevo León
Coahuila
Coahuila
Nuevo Santander
Nuevo Santander
Texas
Fuente: Libro de actas de las juntas electorales de parroquia, de partido y de provincia, año de 1814, ms. en Archivo General del Gobierno del Estado de Nuevo León,
núm. 2, legajo núm. 1.
300
301
Nettie Lee Benson
Apéndice A
Diputación Provincial de Guatemala
Diputación Provincial de Nueva España
Capital: Ciudad de Guatemala
Instalada el 2 de septiembre de 1813
Capital: ciudad de México
Instalada el 13 de julio de 1814
Nombres de los diputados
Eulogio Correa
Manuel José Pavón
Mariano García Reyes
José María Pérez
Bruno Medina
Dr. José María Delgado
Dr. José Simeón Cañas
Provincia representada
Chiapas
Guatemala
Guatemala
Guatemala
Honduras
El Salvador
El Salvador
Fuente: Mario Rodríguez, The Cádiz Experiment in Central America, 1808 to 1826,
Berkeley, Ca.: University of California Press, 1978, p. 117.
Diputación Provincial de Nueva Galicia
Capital: Guadalajara
Instalada el 20 de septiembre de 1813
Nombres de los diputados
José Simeón de Uría
Juan Manuel Caballero
Tomás Ignacio Villaseñor
José Chafino
Conde de Santa Ana
Jacinto Martínez
Rafael Riestra
Suplentes
Toribio González
Benito Antonio Vélez
Felipe Chavarina
Provincia representada
Guadalajara
Guadalajara
Guadalajara
Guadalajara
Zacatecas
Zacatecas
Zacatecas
Guadalajara
Guadalajara
Zacatecas
Nombres de los diputados
Provincia representada
José Ángel Gazano
Juan Bautista Lobo
(No se halló prueba de la elección)
(No se halló prueba de la elección)
Dr. Francisco Pablo Vázquez
Coronel Pedro Azevedo Calderón
Lic. José Daza y Artazo
Dr. Antonio Manuel Couto y Ibea
Suplentes
Lic. Ignacio García Illueca
Juan Nepomuceno de Otero
México
Puebla
Fuentes: Diario de México, 16 de marzo de 1814; “Lista de los señores vocales de
la diputación provincial nombrados por la junta electoral de esta provincia de la
Puebla de los Ángeles, firmada por Ramón Díaz de Ortega, Puebla, 18 de junio
de 1814”, ms. en agm, Ramo de Historia, vol. 445; “Miguel Sandoval a Calleja”,
18 de mayo de 1814, en Alba, La Constitución de 1812 en la Nueva España, i, p. 48;
“José de Quevedo, gobernador de la provincia de Veracruz a Calleja”, Veracruz, 18
de marzo de 1814, ms. en agm, Ramo de Historia, vol. 445.
Diputación Provincial de San Luis Potosí
Capital: San Luis Potosí
Se dice que fue instalada, pero resultó infructuosa una intensa
búsqueda de los nombres de los diputados o de los actos de la
diputación provincial.
Fuentes: Diario de México, 23 de octubre de 1813; “Aviso del resultado de las elecciones de diputados a Cortes y a la Diputación Provincial en Zacatecas”, en Alba,
La Constitución de 1812 en la Nueva España, i, p. 180.
302
México
México
Michoacán
Oaxaca
Puebla
Querétaro
Tlaxcala
Veracruz
303
Nettie Lee Benson
Diputación Provincial de las Provincias Internas de Occidente
Capital: Durango
Se dice que fue instalada, pero una intensa búsqueda de datos ha
resultado infructuosa hasta ahora.
Diputación Provincial de Yucatán
Capital: Mérida
Instalada el 23 de abril de 1813
Apéndice A
Capital: Ciudad Real
Elegida e instalada a mediados de 1821
Diputados electos
José Lino García
Juan Nepomuceno Batres
José Vives
Manuel Ignacio Escarra
Pedro José Solórzano
José Anselmo de Lara
Francisco Guillén
Suplentes (no se indican los nombres)
Fuente: Manuel B. Trens, Historia de Chiapas desde los tiempos más remotos hasta el
gobierno del general Carlos A. Vidal, México, 1942, p. 215.
Nombres de los diputados
Provincia representada
Yucatán
Yucatán
Yucatán
Yucatán
Yucatán
Tihosuco
Campeche
Campeche
Juan José Duarte
Ignacio Rivas
Diego de Hore
Manuel Pacheco
José María Ruz
Manuel Pacheco
Francisco de Paula Villegas
Andrés de Ibarra
Suplentes
José Joaquín Pinto
Francisco Ortiz
José Francisco de Cicero
Fuente: Manuel A. Lanz, Compendio de la historia de Campeche, p. 505.
Diputados a las diputaciones provinciales mexicanas
Elecciones efectuadas para el periodo 1820-1821
Diputación Provincial de Chiapas
Diputación Provincial de las Provincias Internas de Oriente
Capital: Monterrey, Nuevo León
Elegida el 2 de octubre de 1820
Instalada en 1820
Nombres de los diputados
Dr. José León Lobo Guerrero
Mauricio Alcocer
Dr. Fermín de Sada
Santos de Urive
Dr. Eustaquio Fernández de Lara
Manuel de la Torre
Ambrosio María de Aldasoro
Suplentes
Teniente coronel Juan Fermín de Juanicotena
José Antonio Rodríguez Gómez
José Antonio de Arizpe
Provincia representada
Coahuila
Coahuila
Nuevo León
Nuevo León
Nuevo Santander
Nuevo Santander
Texas
Coahuila
Nuevo Santander
Nuevo León
Fuente: Noticioso General, vii, núm. 754, 27 de octubre de 1820, p. 1.
Había declarado su independencia de Guatemala y España y todavía no se había unido a México.
304
Después fueron elegidos a la Diputación Provincial de las Provincias Internas de Oriente, el 13 de marzo de 1821:
305
Nettie Lee Benson
Nombres de los diputados
Apéndice A
Diputación Provincial de Nueva España
Provincia representada
Nuevo León
Coahuila
Nuevo Santander
Texas
Dr. Bernardino Cantú
José Melchor Sánchez Navarro
Dr. José María Gutiérrez de Lara
Dr. José Vivero
Suplentes
Cura José Ignacio Sánchez Navarro
Capitán José Antonio Quintero
Capital: ciudad de México
Instalada el 20 de julio de 1820
Nombres de los diputados
Dr. José Miguel Guridi y Alcocer
José María Fagoaga
Juan Bautista Lobo
Lic. Juan Wenceslao de la Barquera
Patricio Furlong (instalado el 17
de octubre de 1820)
Lic. Francisco Ignacio Mimiaga
(instalado el 7 de octubre de 1820)
Lic. Juan Pastor Morales (instalado
el 25 de noviembre de 1820)
Suplentes
José García Illueca
José Dionisio Leal
Dr. José Mariano Amable y Urbina
Capitán general y jefe político:
Juan Ruiz de Apodaca
Intendente: Ramón Gutiérrez del Mazo
Coahuila
Nuevo Santander
Fuente: Noticioso General, viii, núm. 50, 25 de abril de 1821.
Diputación Provincial de Nueva Galicia
Capital: Guadalajara
Elegida el 28 de agosto de 1820
Instalada el 12 de septiembre de 1820
Nombres de los diputados
Provincia representada
Dr. Toribio González
Juan Manuel Caballero
Dr. José Miguel Gordoa
Matías Vergara
Lic. Rafael Dionisio Riestra
Lic. José María García Rojas
Lic. Crispín Velarde
Suplentes
José García
Alfonso Sánchez Leñero
Agustín de Iriarte, cura de Totachie
Guadalajara
Guadalajara
Guadalajara
Guadalajara
Zacatecas
Zacatecas
Zacatecas
306
Tlaxcala
México
Veracruz
Querétaro
Puebla
Oaxaca
Michoacán
México
Puebla
Oaxaca
Fuente: dp, Actas de ... Nueva España, i, pp. 83-84, 86, 93-94 y 128.
Diputación Provincial de San Luis Potosí
Guadalajara
Guadalajara
Zacatecas
Fuentes: Noticioso General, vii, núm. 738, 20 de septiembre de 1820, pp. 1-2;
Actas de... Nueva España, i, p. 157.
Provincia representada
dp,
Capital: San Luis Potosí
Instalada el 17 de noviembre de 1820
307
Nettie Lee Benson
Nombres de los diputados
Apéndice A
Provincia representada
Marqués de San Juan de Rayas
Mariano Marmolejo
Lic. José María Semper [¿o Septién?]
José María Núñez de la Torre
(Hasta ahora no se ha hallado el nombre)
(Hasta ahora no se ha hallado el nombre)
Suplentes
José María Fernández Herrera
Andrés Pérez Soto
Lic. Víctor Rafael Márquez
Intendente: Fernando Pérez Marañón,
presidente
Guanajuato
Guanajuato
Guanajuato
Guanajuato
San Luis Potosí
San Luis Potosí
Guanajuato
Guanajuato
San Luis Potosí
Fuentes: “San Luis Potosí, 23 de diciembre 1821”, Noticioso General, vii, núm. 741,
27 de septiembre de 1820, p. 2.
Diputación Provincial de las Provincias Internas de Occidente
Capital: Durango
Elegida en septiembre de 1820
Instalada el 4 de diciembre de 1820
Nombres de los diputados
Provincia representada
Durango
Durango
Chihuahua
Chihuahua
Nuevo México
Nuevo México
Nombre no hallado
Nombre no hallado
Nombre no hallado
Nombre no hallado
Juan José Ruiz de Bustamante
Lorenzo Gutiérrez
Suplentes
Santiago Ortiz
Nuevo México
Fuente: Noticioso General, vii, núm. 761, 13 de noviembre de 1820, p. 2.
308
Diputación Provincial de Sonora y Sinaloa
Se afirma que había sido instalada y se encontraba en funciones,
pero no se indican nombres, Noticioso General, ix, núm. 161, 6 de
febrero de 1822, p. 80.
Diputación Provincial de México
Capital: ciudad de México y más tarde Toluca
Nombres de los diputados
Provincia representada
México
México
México
México
México
México
Querétaro
Manuel de Heras Soto
José María Valdivielso
Lic. Benito José Guerra
Dr. José Luis María Mora
Lic. José Florentino Consejo
Francisco Xavier de Heras
Mariscal de campo Luis Quintanar
Suplentes
Antonio Icaza
Dr. José Vicente Sánchez
Lic. Mariano Tamariz
Fuentes: Noticioso General, ix, núm. 13, 30 de enero de 1822, p. 3; a pliego suelto
titulado: Lista de los señores diputados para las Cortes constituyentes de este imperio
mexicano que se han nombrado en las provincias de Veracruz, Querétaro y Tlaxcala;
Gaceta Imperial de México, i, núm. 63, 7 de febrero de 1822, p. 492; El Sol, i, núm.
20, 9 de febrero de 1822, p. 4; Charles W. Macune, hijo, El estado de México y la federación mexicana, 1823-1835, México: Fondo de Cultura Económica, 1978, p. 193.
En realidad, la diputación provincial de las provincias de México y Querétaro sirvió del 5 de marzo de 1822 al 3 de agosto de
1823, pero, dada la reducción de sus miembros debido al retiro en
1823 de José María Valdivielso, el marqués de San Miguel de Aguayo, el mariscal de campo Luis Quintanar, Manuel de Heras Soto,
conde de Casa Heras, y el doctor José Vicente Sánchez, ya sea por
309
Nettie Lee Benson
enfermedad o ascensos que los hicieron salir de México, se hizo
necesario su reemplazo. Una junta compuesta de los miembros
restantes de la diputación provincial más algunos miembros del
ayuntamiento de la ciudad de México los reemplazó con Francisco
Fagoaga, marqués del Apartado, el brigadier general Manuel Gómez Pedraza y Jacobo de Villaurrutia y eligió como suplente a un
licenciado José María, cuyo apellido no se menciona.
Fuente: dp, Actas de ... Nueva España, i, p. 157.
Diputación Provincial de Yucatán
Capital: Mérida
Elegida probablemente en septiembre de 1820
Instalada en octubre de 1820
Nombres de los diputados
Fray Miguel de Castro y Araoz,
presidente
Diego de Hore
José María Ruz
Francisco de Paula Villegas
Vicente María Velázquez
José Eduardo Peña
Apéndice B
Diputados provinciales electos
a las diputaciones provinciales
de México en 1822-1823
conforme a la ley electoral
promulgada en noviembre
de 1821 por la Junta Provisional
Gubernativa
Provincia representada
No se menciona,
pero probablemente por Yucatán
No se menciona,
pero probablemente por Yucatán
No se menciona,
pero probablemente por Yucatán
No se menciona,
pero probablemente por Yucatán
No se menciona,
pero probablemente por Yucatán
No se menciona,
pero probablemente por Yucatán
Secretario: Lorenzo de Zavala
Fuente: Noticioso General, vii, núm. 746, 9 de octubre de 1820.
310
Elecciones efectuadas en febrero de 1822
para el periodo 1822-1823
Diputación Provincial de Chiapas
Capital: Ciudad Real
Durante este periodo, Chiapas se mantuvo independiente de
Guatemala y de México.
Diputación Provincial de las Provincias Internas de Oriente
Aparentemente no instaló su diputación provincial por las razones
explicadas en el capítulo iv.
311
Nettie Lee Benson
Diputación Provincial de Guadalajara (Nueva Galicia)
Apéndice B
Diputación Provincial de Michoacán (mencionada en ocasiones
como Valladolid de Michoacán)
Capital: Guadalajara
Nombres de los diputados
Dr. Juan Cayetano Portugal, cura
Dr. Pedro Vélez
de Zapopan
José Chafino
Dr. Jesús Huerta, cura de Atotonilco José Casal
Teniente José María Narváez
Dr. José María Gil
Suplentes
Domingo González Maxemin
Urbano S. Ramón
Presbítero Buenaventura Guareña
Fuente: Gaceta Imperial de México, i, núm. 63, 7 de febrero de 1822, p. 495; El Sol, i,
núm. 21, 13 de febrero de 1822, p. 4; Noticioso General, ix, núm. 17, 17 de febrero
de 1822, p. 3.
Capital: Valladolid (hoy Morelia)
Instalada el 1 de febrero de 1822
Nombres de los diputados
Lic. José María Ortiz Izquierdo
Dr. José Díaz de Hortega
Dr. Juan José de Michelena
Juan de Lejarza
Lic. Manuel Diego Solórzano
Capitán Francisco Amarillo
Sargento primero Pedro Villaseñor
Secretario: Juan de Lejarza
Intendente y jefe político: Ramón Huarte
Fuente: Xavier Tavera Alfaro (ed.), Actas de la Diputación Provincial de Michoacán
1822-1823, Morelia: Taller de Salvador Ginori y Sucs., p. 12.
Diputación Provincial de Guanajuato
Diputación Provincial de Nuevo México
Capital: Guanajuato
Aunque no se le había concedido una diputación provincial, la
eligió e instaló hacia abril de 1822 e informó al Congreso de sus
actuaciones. El Congreso aprobó que la tuviera el 18 de junio de
1823. Véase el capítulo iv.
Capital: Santa Fe
Elegida en 1822
Instalada en 1822
Nombres de los diputados
Marqués de San Juan de Rayas (José Coronel Domingo Chico
Teniente coronel Salvador Conde
Mariano Sardanete)
José María Herrera
Lic. José María Bezzanilla
Matías López Arias
Lic. Carlos Montes de Oca
Suplentes
Bachiller Ignacio Obregón
Francisco Tresguerras
Lic. Ignacio Ayala
Fuentes: Pliego suelto titulado Lista de los señores diputados por la provincia de Guanajuato para las Cortes Constituyentes de México, México: Imprenta de Mariano Ontiveros, 1822; Gaceta Imperial de México, i, núm. 62, 5 de febrero de 1822, p. 489;
El Sol, i, núm. 19, 6 de febrero de 1822, p. 80; Jáuregui. Sirvieron, junto con los que
habían sido electos en enero de 1822, del 4 de agosto de 1822 al 22 de septiembre
de 1823. Macune, El Estado de México y la federación mexicana, p. 194.
312
Nombres de los diputados
Francisco X. Chaves
Juan Bautista Virgil
Agapito Alba
Juan Rafael Ortiz
Pedro Ignacio Gallegos
Juan Estevan Pino
Manuel Rubí
Suplentes
Capitán Bartolomé Baca
Fuentes: Actas de la diputación provincial en la Surveyors General Office, en Santa
Fe, Nuevo México.
313
Nettie Lee Benson
Apéndice B
Diputación Provincial de Nuevo Santander
Diputación Provincial de Puebla
Capital: osciló entre Aguayo y San Carlos
Capital: Puebla de los Ángeles
Nombres de los diputados
Cura Dr. José María Gutiérrez de Lara Pedro Paredes
Capitán retirado José Manuel Zozaya Juan Francisco Gutiérrez
Juan Bautista de la Garza
Ignacio Peña
Lucas de la Garza
Suplentes
Rafael Quintero
Capitán José Antonio Guzmán
Joaquín Benítez
Fuente: Noticioso General, ix, núm. 28, 6 de marzo de 1822, p. 4; El Sol, i, núm. 22,
2 de marzo de 1822, pp. 111-112.
Diputación Provincial de Oaxaca
Capital: Antequera de Oaxaca
Nombres de los diputados
Dr. José María Oyer (en ocasiones Cura de Tlacotepec
Joaquín Furlong, R.P.P. del Oratorio
escrito Oller)
Lic. José María Morón
Coronel Miguel del Campo
Capitán Rafael Adorno
Manuel Ticier
Suplentes
Pedro Barroso
Manuel Pineda
Teniente coronel Juan González
Fuentes: Pliego suelto titulado Lista de los señores diputados por Puebla, México: D.
Alejandro Valdés, Impresor de Cámara del Imperio, 1822; Gaceta Imperial de México, i, núm. 60, 31 de enero de 1822; El Sol, i, núm. 18, 2 de febrero de 1822, p. 76;
Noticioso General, ix, núm. 14, 1 de febrero de 1822.
Diputación Provincial de San Luis Potosí
Nombres de los diputados
Brigadier Manuel Lucas Almogavar Lic. Manuel Nicolás de Bustamante
Coronel Manuel de Solar Campero
Mariano Flores
Lic. Luis Castellanos
Nicolás Fernández del Campo
Cura Manuel Domínguez
Suplentes
Brigadier Lucas Morales Ibáñez
Coronel José López Ortigosa
José María Ideaquez, prepósito de
San Felipe
Fuentes: Pliego suelto titulado Lista de los señores diputados de Antequera en el Valle
de Oaxaca para..., México: Imprenta de Mariano Ontiveros, 1822; Gaceta imperial
de México, i, núm. 62, 5 de febrero de 1822, p. 488; El Sol, núm. 19, 6 de febrero de
1822, p. 80; Noticioso General, ix, núm. 16, 6 de febrero de 1822, p. 3.
314
Capital: San Luis Potosí
Nombre de los diputados
Capitán José Pulgar
Brigadier Mariano Azpeitia
Lic. I1defonso Díaz
Eufrasio Ramos
Cura José Antonio Becerra
Francisco Reyes
Brigadier José María Guillén
Francisco García
Capitán Luis Barragán
Suplentes
Rafael Delgado
Fuentes: Pliego suelto titulado Lista de los señores diputados nombrados por la provincia de San Luis Potosí, México: D. Alejandro Valdés, Impresor de Cámara del
Imperio, 1822; Noticioso General, ix, núm. 20, 15 de febrero de 1822, p. 4; El Sol, i,
núm. 22, 16 de febrero de 1822, p. 92.
315
Nettie Lee Benson
Apéndice B
Diputación Provincial de Sonora y Sinaloa
Capital: Arispe
Elegida: antes del 5 de abril de 1822
Nombres de los diputados
Obispo fray Bernardo del Espíritu Teniente coronel Antonio Narvana
Presbítero Manuel Íñigo Ruiz
Santo
Manuel Gómez de Herrán
Rafael Morales
Antonio Almada
Presbítero Salvador Julián Moreno
Suplentes
Presbítero José Santiago Domínguez Presbítero Juan Elías González
Escobosa
Presbítero Salvador Salido
Fuente: Noticioso General, ix, núm. 41, 5 de abril de 1822, p. 4.
Diputación Provincial de Tabasco
No se ha encontrado información respecto a la fecha exacta en
que se le concedió el derecho de convertirse en provincia, pero ya
en agosto de 1822 se había presentado en el Congreso la propuesta para su creación, aunque nada fue decidido antes de la propia
creación, a finales de 1822, de la Junta Nacional Instituyente, la
cual pudo haber aprobado la propuesta. Se encontraba en funciones a finales de abril de 1823.
Capital: San Juan Bautista de Villahermosa
316
Nombres de los diputados
José Antonio Rincón (jefe político),
presidente
Lorenzo Ortega
Nicanor Hernández Bayona
José María Cabral
Juan Esteban Campos, secretario
Antonio Serra
José Puich
Pedro López
Ignacio Prado
Fuentes: Gaceta del Gobierno Supremo de México, 3 de junio de 1823; Manuel Mestre
Ghizliazza, Documentos y datos para la historia de Tabasco, i, pp. 124 y 134-135.
Diputación Provincial de Tlaxcala
Capital: Tlaxcala
Nombres de los diputados
Pedro Celada y Gómez
Juan Bautista Blázquez
Lorenzo Pozo
Juan Nepomuceno Aragón
Antonio Casal
José Vicente Grajales
Mariano Romero
Juan José Iturbe
Manuel Bernal
Suplentes
Francisco Muñoz
Fuentes: Lista de los señores diputados para las cortes constituyentes de este imperio
mexicano, que se ha nombrado en las provincias de Veracruz, Querétaro, y Tlaxcala,
México: D. Alejandro Valdés, Impresor de Cámara del Imperio, 1822; Gaceta Imperial de México, i, núm. 63, 7 de febrero de 1822, p. 494; El Sol, i, núm. 21, 13 de
febrero de 1822, pp. 3-4; Noticioso General, ix, núm. 17, 8 de febrero de 1822, p. 2.
317
Nettie Lee Benson
Apéndice B
Diputación Provincial de Veracruz
Diputación Provincial de Yucatán
Capital: Veracruz
Capital: Mérida
Elegida en: (no se halló la fecha, pero probablemente en febrero
de 1822)
Instalada en: (no se halló la fecha, pero probablemente en febrero
de 1822)
Nombres de los diputados
Manuel Antonio Cabada
Francisco Arrillaga
José María Quiroz
Manuel López de Sobreviñas
José Antonio Sastre, cura de Veracruz José María Aguilar
José Xavier Olazábal
Suplentes
Pedro del Paso y Troncoso
Lic. José María Serrano
Manuel Mendoza
Fuentes: Pliego suelto titulado Lista de los señores diputados para las cortes constituyentes de este imperio mexicano, que se ha nombrado, en las provincias de Veracruz.
Querétaro y Tlaxcala, op. cit.; Gaceta Imperial de México, i, núm. 63, 7 de febrero de
1822, pp. 493-494; El Sol, i, núm. 20, 9 de febrero de 1822, p. 84; Noticioso General,
ix, núm. 16, 6 de febrero de 1822, p. 4.
Diputación Provincial de las Provincias Internas de Occidente
(Nueva Vizcaya, que incluía Durango, Chihuahua y Nuevo México)
Capital: Durango
Elegida en: (no se halló la fecha)
Instalada en: (no se halló la fecha)
Nombres de los diputados
Simón de Ochoa
Felipe Ramos
José Agustín Gamia
José Francisco del Fierro
Miguel Pérez Gavilán
José Miguel de Escontria
Miguel de Zubiría, secretario
Juan Navarro, jefe político e intendente
Suplentes: no se mencionan los nombres
Nombres de los diputados
Pedro Almeida
Pedro José Guzmán
Juan José Espeso
Pedro Pablo de Paz
Melchor Álvarez, jefe político
José Joaquín Torres
Basilio María Argaiz
Pablo Moreno
Pedro Bolio, intendente
Fuente: “Libertad de Yucatán”, Gaceta del Gobierno de México, i, núm. 49, 12 de
abril de 1823, pp. 184-186.
Diputación Provincial de Zacatecas
Capital: Zacatecas
Nombres de los diputados
Lic. Domingo Velásquez
Juan Vélez
Dr. Luis Gordoa
José María Elías
Presbítero José María Berreuco
Juan Bautista Martínez
Dr. Mariano de Iriarte
Ignacio Miranda
Dr. Juan José Román
Suplentes
Francisco Arrieta
Fuente: “Diputación Provincial de Durango a José Antonio Echávarri”, Durango,
10 de marzo de 1823, Noticioso General, x, núm. 42, 7 de abril de 1823, pp. 1-2.
Fuentes: El Ayuntamiento de Zacatecas acompaña a su oficio de 29 de enero último las
listas de los individuos electos diputados a Cortes, y vocales para la Diputación provincial, México: Alejandro Valdés, Impresor de Cámara del Imperio, México, 1822;
Noticioso General, ix, núm. 20, 15 de febrero de 1822, p. 1; El Sol, i, núm. 22, 16
de febrero de 1822, p. 95.
318
319
Apéndice C
Diputados provinciales electos
a las diputaciones provinciales
en septiembre de 1823
de acuerdo con la ley promulgada
el 17 de junio de 1823
por el Congreso constituyente
restaurado
Elecciones efectuadas en septiembre de 1823
Diputación Provincial de Chiapas
Capital: Ciudad Real
Elegida e instalada alrededor del 18 de septiembre de 1823
Nombres de los diputados
José Manuel López
Luis Antonio García
Juan de Velasco y Martínez
Mariano José Suárez
Mariano Montes de Oca
Gregorio Suasnavar
No se menciona el nombre del séptimo miembro ni los de los suplentes
Fuente: Manuel B. Trens, Historia de Chiapas desde los tiempos más remotos hasta el
gobierno del general Carlos A. Vidal, pp. 252-253.
321
Nettie Lee Benson
Apéndice C
Diputación Provincial de Chihuahua
Diputación Provincial de Durango
Capital: Chihuahua
Capital: Durango
Nombres de los diputados
José Ignacio Ochoa
Mariano del Prado
Francisco Loya
Coronel José Ignacio Urquidi
Mariano Horcasitas
Estevan Aguirre
José María Echavarría
Suplentes
Joaquín José Escársega
José María Irigoyen
José Miguel Salas Valdés
Fuente: Gaceta del Gobierno Supremo de México, ii, núm. 47, 30 de septiembre de
1823, p. 213.
Diputación Provincial de Coahuila, autorizada por el Congreso
el 18 de agosto de 1823
Capital: Saltillo
Elegida el 8 de octubre de 1823
Nombres de los diputados
Gaspar Pereira
Estevan del Campo
Brigadier Vicente Elejalde
Lic. Juan José Escovar
Lic. Miguel Molina
Santiago Baca y Ortiz
Brigadier Francisco Fuentes
Capitán Félix Malo
Agustín de la Garza
Suplentes
Víctor Blanco
Joaquín de Arce
Teniente coronel Mariano Varela
Fuentes: Gaceta del Gobierno Supremo de México, ii, núm. 47, 30 de septiembre de
1823, p. 213; La Águila Mexicana, núm. 174, 5 de octubre de 1823, p. 627; El Sol,
núm. 106, 28 de septiembre de 1823, p. 624.
Suplentes
Miguel Alcalde
Fuentes: Gaceta del Gobierno Supremo de México, ii, 30 de septiembre de 1823, p. 213.
Estado de Xalisco
Guadalajara ya había cambiado oficialmente su nombre al de Estado de Xalisco o Jalisco y elegido un Congreso constituyente estatal
que redactara su Constitución.
Capital: Guadalajara
Nombres de los diputados
Lic. Rafael Eça Múzquiz
Lic. Juan Vicente Campos
Melchor Sánchez Navarro
Capitán José María Viezca
Brigadier Diego García Celis
Brigadier Juan Mansanera
Magistrado José Ignacio Iturrivarría
Nombres de los diputados electos
Prisciliano Sánchez
Dr. José María Gil
Mariscal de campo Anastasio Bustamante
Dr. Esteban Huerta
Dr. Juan Nepomuceno Cumplido
Lic. Vicente Ríos
Santiago Guzmán
Suplentes
Pedro Vélez
Lic. Antonio Méndez
Dr. José Miguel Gordoa
José María Castillo Portugal
Urbano San Román
Manuel Cervantes
Ignacio Navarrete
Dr. Diego Aranda
Justo Corro
Lic. Rafael Mendoza
José Ignacio Cañedo
Esteban Aréchiga
Fuente: La Águila Mexicana, núm. 158, 19 de septiembre de 1823, p. 578.
322
323
Nettie Lee Benson
Apéndice C
Diputación Provincial de Guanajuato
Diputación Provincial de Michoacán
Capital: Guanajuato
Elegida en septiembre de 1823
Capital: Valladolid
Nombres de los diputados
Nombres de los diputados
Presbítero José Joaquín Azpilqueta
Lic. José María Esquivel y Savago
Luis Gonzaga de la Canal
Presbítero Manuel Onda
Manuel Ruiz de Chávez
Suplentes
Ignacio Gutiérrez
José María Hidalgo y Castilla
Miguel González Núñez
Fuentes: La Águila Mexicana, núm. 151, 12 de septiembre de 1823; Gaceta del Gobierno Supremo de México, ii, núm. 45, 27 de septiembre de 1823, p. 210; El Sol,
núm. 91, 12 de septiembre de 1823, p. 354.
Juan José Martínez de Lejarza
Lic. Francisco Menocal
Lic. José Antonio Castro
Manuel Chaves
Lic. Isidro Huarte
Joaquín Paulín
Dr. Ángel Mariano Morales
Basilio Velasco
Antonio Manzo de Cevallos
Suplentes
Juan Pastor Morales
Fuentes: Gaceta del Gobierno Supremo de México, ii, núm. 43, 23 de septiembre de
1823, p. 200; La Águila Mexicana, núm. 152, 13 de septiembre de 1823, p. 562; El
Sol, núm. 92, 14 de septiembre de 1823, p. 368.
Diputación Provincial de Nuevo México
Diputación Provincial de México
Capital: ciudad de México
Nombres de los diputados
Sargento primero de ingenieros
Ignacio Echandía
Dr. José Francisco Guerra
Antonio Velasco de la Torre
Suplentes
José María Ballesteros López
Coronel José Joaquín Calvo
Ejercieron sus cargos del 23 de septiembre al 31 de diciembre de 1823.
José Ignacio Álvarez
Lic. Benito José Guerra
Lic. Pedro Martínez de Castro
Lic. Pedro Verdigo
Fuentes: Gaceta del Gobierno Supremo de México, ii, núm. 35, 9 de septiembre de
1823, p. 160; El Sol, núm. 87, 9 de septiembre de 1823, p. 348; Macune, El Estado
de México y la federación mexicana, p. 194.
324
Capital: Santa Fe
Elegida: (no se encontraron datos)
Instalada: (no se encontraron datos)
Nombres de los diputados
Pedro García
Mariano de la Peña
Pedro Jesús Perea
Antonio Ortiz
Jesús Francisco Baca
Jesús Francisco Ortiz
Jesús García de la Mora
Jesús Antonio Chaves
Juan Rafael Ortiz
Suplentes
Pedro Bautista Pino
Fuente: Richard V. Baquero, “Paso del Norte y Chihuahua: revolución y constitucionalismo”, tesis de maestría, Universidad de Texas, El Paso, Tex.
325
Nettie Lee Benson
Diputación Provincial del Nuevo Reyno de León, autorizada
por el Congreso el 18 de agosto de 1823
Capital: Monterrey
Nombres de los diputados
Andrés Sobrevilla
Bernardo Güimbarda
Pedro de la Garza
Eusebio Gutiérrez
Juan José de la Garza
Joaquín García
Pedro González
Suplentes
José María Cárdenas
Francisco Mier
Pablo Calabazos
Fuentes: La Águila Mexicana, núm. 174, 5 de octubre de 1823, p. 637; El Sol, núm.
106, 28 de septiembre de 1823, p. 637, y núm. 108, 30 de septiembre de 1823, p. 432.
Diputación Provincial de Nuevo Santander
Apéndice C
Estado de Oaxaca
Oaxaca no eligió a su diputación provincial, pues ya había elegido
un Congreso constituyente estatal que redactara su Constitución.
Capital: Oaxaca
Elegido en julio de 1823
Instalado probablemente en agosto de 1823
Nombres de los diputados electos
Pedro José de la Vega
Manuel Megía
Ignacio de Goytia
Francisco Matey
Juan Ferra
Florencio Castillo
José López Ortigosa
José Esperón
Manuel Sáenz de Enciso
Manuel Francisco Domínguez
José Mariano González
Joaquín Guerrero
José Manuel Ordono
Fuente: Colección de constituciones de los Estados Unidos Mexicanos, 3 t., México,
1828, ii, p. 249.
Capital: osciló entre San Carlos y Aguayo durante este periodo
Diputación Provincial de Puebla
Nombres de los diputados
José Lino Perea
Lucas Fernández de Aguayo
Juan Espiridión Polito
Juan Francisco Gutiérrez
Ignacio Peña
Pedro Rodríguez
Cayetano Girón
Suplentes
José Honorato de la Garza (también Feliciano Ortiz Rodríguez
mencionado como Galarza)
Fuentes: La Águila Mexicana, núm. 174, 5 de octubre de 1823, p. 637; El Sol, núm.
105, 27 de septiembre de 1823, p. 420.
Capital: Puebla de los Ángeles
Nombres de los diputados
Cura de Talcotepec
José Doncel de la Torre
Sebastián Mier
José de Oller
Hilario Olaguíbel
Manuel Romero
Antonio Vera
Capitán Juan Osio
Coronel Antonio Flon
Suplentes
Isidro Pérez Toledano
Fuente: Gaceta del Gobierno Supremo de México, ii, núm. 37, 13 de septiembre de
1823, p. 170.
326
327
Nettie Lee Benson
Apéndice C
Diputación Provincial de Querétaro, autorizada por el Congreso
después del 1 de agosto de 1822
Diputación Provincial de Sinaloa, autorizada por el Congreso
el 18 de junio de 1823
Capital: Querétaro
Capital: Culiacán
Los diputados fueron electos, pero no se informó de sus nombres
a los periódicos; la búsqueda intensa en otras fuentes resultó infructuosa.
Nombres de los diputados
Tomás López de Ecala
Dr. Joaquín de Oteyza
Teniente coronel Manuel Samaniego Lic. Martín Rodríguez García
Ramón Cevallos
Ramón Cobarrubias
Teniente coronel Juan Pastor
Suplentes
Bachiller Felipe Ochoa
Teniente coronel Mariano Zubieta
Eusebio Camacho
Fuentes: Gaceta del Gobierno Supremo de México, ii, núm. 45, 25 de septiembre de
1823, p. 206; La Águila Mexicana, núm. 152, 13 de septiembre de 1823, p. 562; El
Sol, núm. 92, 14 de septiembre de 1823, p. 368.
Diputación Provincial de Sonora, autorizada por el Congreso
el 18 de junio de 1823
Capital: Ures
Los diputados fueron electos y la diputación funcionó en 1823 y
1824 durante algún tiempo, pero la búsqueda de los nombres ha
sido infructuosa.
Diputación Provincial de Tabasco
Diputación Provincial de San Luis Potosí
Capital: San Luis Potosí
Nombres de los diputados
Lic. Ignacio Lozano
Eufrasio Ramos
Macario Guerrero
Marcelino Martínez
Lorenzo Obregón
Manuel Ortiz de Zárate
Capital: San Juan Bautista de Villahermosa
Se afirma que fue autorizada a principios de 1823; recibió la
auto­rización y estuvo en funciones, pero los nombres no fueron
encon­trados.
Juan García Diego
José María Guillén
Mariano Escandón
Suplentes
Rafael Maldonado
Fuentes: Gaceta del Gobierno Supremo de México, ii, núm. 13, 23 de septiembre de
1823, p. 186; La Águila Mexicana, núm. 159, 20 de septiembre de 1823, p. 581; El
Sol, núm. 106, 28 de septiembre de 1823, p. 624.
328
329
Nettie Lee Benson
Diputación Provincial de Texas, autorizada por el Congreso
el 18 de agosto de 1823
Apéndice C
Diputación Provincial de Veracruz
Capital: Veracruz
Capital: San Antonio de Béxar
Nombres de los diputados
Nombres de los diputados
José María Zambrano
Juan José Hernández
Barón de Bastrop
José Antonio Saucedo
Ramón Múzquiz
Miguel Arciega
Mariano Rodríguez
Suplentes
Juan Veramundi
José Salinas
Gaspar Flores
Fuente: La Águila Mexicana, núm. 223, 23 de noviembre de 1823, p. 2.
Diputación Provincial de Tlaxcala
Nombres de los diputados
José Mariano García
Juan Evangelista Alvarado
Fuentes: Gaceta del Gobierno Supremo de México, ii, núm. 40, 16 de septiembre de
1823, p. 186; La Águila Mexicana, núm. 156, 17 de septiembre de 1823, p. 572; El
Sol, núm. 92, 14 de septiembre de 1823, p. 368.
Estado de Yucatán
Capital: Tlaxcala
Juan Bautista Blázquez
José Mariano Romero
Lic. Ignacio Amador
Gabriel Illesca
Manuel López de Sobreviñas
Pedro del Paso y Troncoso
Lic. José María Serrano
Sebastián Camacho
Manuel Elguero
Pedro José Echeverría y Mignoni
Joaquín de Oropesa
Suplentes
Manuel Serapio Calvo
Luis Galinié
Lic. Rafael Argüelles
José Antonio Varela
Manuel Bernal
José Vicente González de la Cruz
Yucatán ya se había declarado estado para esa época, por lo que no
eligió diputación provincial sino el Congreso constituyente de la
República de Yucatán para que redactara su Constitución estatal.
Capital: Mérida
Elección de diputados: 28 de julio de 1823
Instalación: 20 de agosto de 1823
Suplentes
Presbítero Antonio Reyes
Fuentes: Gaceta del Gobierno Supremo de México, ii, núm. 37, 13 de septiembre de
1823, p. 170.
330
331
Nettie Lee Benson
Apéndice C
Nombres de los diputados
Nombres de los diputados electos
Francisco Genaro de Cicero
José Felipe Estrada
Pedro José Guzmán
Perfecto Baranda
Pablo Moreno
Pedro Manuel de Regil
Pedro Almeida
José Ignacio Cáceres
Manuel Jiménez
Juan Nepomuceno Rivas
José Antonio García
Joaquín García Rejón
José Francisco de Cicero
Benito Aznar
Pablo Oreza
Joaquín Ruiz de León
José Tiburcio López
Eusebio Antonio Villamil
José Ignacio Cervera
Manuel Milanés
Juan de Dios Cosgaya
Agustín López de Llergo
Miguel Manuel Errasquín
Juan E. Echánove
Pedro José Sousa
Manuel León
José María Quiñones
Miguel Duque Estrada
Suplentes
José Felipe Capetillo
Nicolás Carvallo
Juan de Dios Henríquez
Juan Pablo Talavera
Dr. Juan José Román
Lic. Domingo Velázquez
Juan Bautista de la Torre
Lic. José Miguel Díaz de León
Pedro Ramírez
Juan Bautista Martínez
Presbítero Mariano Fuentes
José Francisco de Arrieta
de Sierra
José María Herrera
Lic. Miguel Laureano Tobar
Lic. Ignacio Gutiérrez de Velasco
Suplentes
Domingo del Castillo
Eusebio Gutiérrez de Velasco
Lic. José María García Rojas
Antonio Eugenio Gordoa
Fuente: Gaceta del Gobierno Supremo de México, ii, núm. 40, 16 de septiembre de
1823, p. 186; La Águila Mexicana, núm. 156, 17 de septiembre de 1823, p. 567; El
Sol, núm. 96, 18 de septiembre de 1823, p. 384.
Fuentes: La Águila Mexicana, núm. 159, 20 de septiembre de 1823, p. 581; El Sol,
2a. época, i, 27 de septiembre de 1823, p. 407; Francisco Molina Solís, Historia de
Yucatán desde la independencia de España hasta la época, 2 t., Mérida, 1921, i, pp.
15-16.
Estado de Zacatecas
Zacatecas no eligió la diputación en septiembre, pues, como las
provincias de Guadalajara [Jalisco], Oaxaca, Yucatán y otras, ya
había elegido once diputados y cuatro suplentes a su Congreso
provincial o estatal para que redactara su propia Constitución.
Capital: Zacatecas
332
333
Bibliografía
1. Fuentes primarias
1. Manuscritos
Actas capitulares del excmo. ayuntamiento constitucional de la ciudad
de México, año de 1814, en Archivo del Gobierno del Distrito Federal,
México.
Actas de la Diputación Provincial de Nuevo Santander, San Carlos, el 9
de junio de 1823, en Archivo General del Estado de Coahuila, Saltillo,
Coahuila, México.
Actas de la instalación de la Diputación Provincial de Nuevo León,
Coahuila y Texas, el 1 de abril de 1823, en Archivo General del Estado
de Nuevo León, Monterrey, Nuevo León, México.
Actas de la junta de Monterrey del 5 de marzo de 1823, en Archivo General del Estado de Coahuila, Saltillo, Coahuila, México.
Actas ordinarias y extraordinarias del ayuntamiento constitucional de la
ciudad de México de 1820, en Archivo del Gobierno del Distrito Federal, México.
Actas y correspondencia de la junta provisional gubernativa de Nuevo
León (1823).
Archivo General del Estado de Nuevo León, Monterrey, Nuevo León,
México.
Austin Papers, Texas History Center, en Biblioteca de la Universidad de
Texas, Austin, Texas.
Ayuntamiento de Matamoros Archives. Copias fotostáticas en la Biblioteca de la Universidad de Texas, Austin, Texas.
Ayuntamiento del Valle de San Nicolás de la Capellanía, carta dirigida al
ayuntamiento de Saltillo, Valle de San Nicolás de la Capellanía, 30 de
335
Nettie Lee Benson
Bibliografía
abril de 1823, en Archivo del Ayuntamiento de la Ciudad de Saltillo,
Coahuila, México.
Bexar Archives, Texas History Center, Biblioteca de la Universidad de
Texas, Austin, Texas.
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350
Índice onomástico y analítico
Abarca, José María, 211n
Abreu, Manuel de, 243
Acámbaro; pueblo, 61
Acaponeta, 226
Acapulco, 52
Acereto, Albino, 210n, 240n, 241n
Acevedo y Calderón, Pedro, 65, 68,
69n, 78, 125
Acevedo, Manuel Jacinto, 75
Acta Constitucional; véase Ramos
Arizpe, José Miguel, 286, 405
Actas de la diputación provincial de
Nueva España, 80n
Actas del Congreso Constituyente
mexicano, 134, 135, 196
Adamo, Rafael, 89n
Aguascalientes, 168, 242
Aguayo; ciudad; capital de Nue­
vo Santander, 21, 309, 314,
326
Águila, Antonio, 211n
Aguirre, Estevan, 140, 322
Ahuacatlán, 226
Alamán, Lucas, 19, 29, 108, 171n,
191n, 192, 194, 195n, 264,
283n, 284
informe, conferencia de Lagos,
248
informe, disturbios ocurridos
en las provincias de Guanajuato, Querétaro y Michoacán, 213
ministro de relaciones interiores, 212, 214n, 236n, 241n,
253
Alamán, Tomás, 191 y n, 192n
Alba, Agapito, 133, 313
Alba, Rafael, 46n
Albuquerque, 60
Alcalde, Miguel, 140, 323
Alcocer, Mauricio, 84n, 305
Aldama, Ignacio, 82n
Aldasoro, Ambrosio María de, 57n,
85n, 305
Alderete, Rafael, 232n
Alduncín, Juan Francisco, 89n
Alegría, José Alejo, 181
Allende, Ignacio de, 82n
Almada, Francisco R., 60n
Almanza, José Mariano, 127
Almeida, Pedro, 84n, 169n, 240n,
319, 332
Alta California; provincia o intendencia, 52
territorio, 22, 83
Altamira, 216n
351
Nettie Lee Benson
Álvarez, Melchor, 169n, 238, 319
Amable, José María (Mariano), 84,
100, 307
Amador, Elías, 168n
América Central, 31
América del Centro; Provincias
Unidas; véase Provincias Unidas de América del Centro
América española septentrional,
39, 74, 93, 108, 111
concesión de diputaciones provinciales, 39
distribución, 41
América virreinal, regiones; propuesta a las Cortes de España,
300
América, 21, 35, 40, 90, 108, 111,
200
colonias, 26, 47, 93-94, 110
diputaciones provinciales en,
70, 73, 93
proyecto de división en reinos,
110-111
Ancona, Eligio, 210n, 238n, 239n,
240n, 241n
Anderson, William Woodrow, 111n
Anna, Timothy, 25n, 27n, 103n,
104n, 111n, 120n, 122n
Anzoreña, Mariano, 211n
Apodaca, Juan Ruiz de; véase Ruiz
de Apodaca Juan
Arana, Gregorio, 185-186
redactor del Plan de Casa Mata,
162
Aranda, conde de, 110
Aranda, Diego, 232n, 323
Arbide, Manuel Francisco de, 128n
Arce, Juan Vicente, 84n
Arciega, Miguel, 150
Aréchiga, Esteban (Estevan), 232n,
323
Argais, Basilio María, 169n
Argandar, Francisco, 179; diputado
por Valladolid, 169, 211n
Argüelles, Agustín, 35, 40
Argüelles, Manuel, 285
Arizpe,
ciudad, 86, 87n
capital de la Diputación
Pro­
vincial de Sonora
y Sinaloa, 86-88, 135,
290, 316
capital de la intendencia de
Arizpe, 83, 87, 126
capital de Nueva Vizcaya,
21
jurisdicción sobre Sonora y
Sinaloa, 87y n
intendencia, 83, 126, 295
jurisdicción, 83
Arizpe, Francisco Eusebio de, 146,
171n
Arizpe, José (Juan) Bautista, 58,
148; diputado al Congreso por
Nuevo León, 143, 145
Arizpe, José Ignacio de, 85
Armijo, Gabriel de y Santa Anna,
entrevista, 268 y ss
Armijo, Gabriel de, 268 y n, 270271
comisionados, 269
informe al ministro de relaciones interiores, 269
proposiciones a Santa Anna,
269
Arnedo, José María, 93n
352
índice onomástico y analítico
Arrangoiz y Berzábal, Francisco de
Paula, 113n
Arredondo, Joaquín,
disolución de la junta gubernativa de las Provincias Internas de Oriente, 59
jefe político y comandante general de las Provincias Internas de Oriente, 59, 80,
141-142
Arregui, Francisco, 89n
Arrese (o Arrete), Julián de, 146,
171n
Arrieta, (José) Francisco de, 205n,
209, 242n, 319, 333
Arze, Joaquín de, 150
Asia, navío de guerra, 94, 107
Aspeitia, Apolinario, 270
Audiencia de Guadalajara, 52
Audiencia de Guatemala, 126
Audiencia de la Nueva España, 81
Audiencia de México, 25, 27, 52,
67
audiencia territorial, 101, 104
audiencias, 44, 281
facultades, 44
Austin, J.E.B., 253n
Austin, Stephen F., 252, 253n, 255,
287
analogías entre su borrador, el
de Ramos Arizpe y la Constitución española de 1812,
287 y n, 288n, 289 y n
borrador, 287 y n
esbozo de gobierno federal,
286n
plan de gobierno federal, 260n,
288
Plan for a Federal Constitution, 287
proyecto de constitución federal, 286 y n
proyecto de república centralista para México, 253n
Austin, Stephen F., y José Miguel
Ramos Arizpe, encuentro, 286
y n-287 y n
Autlán, 226
Ávalos y García, Carlos de, 89n
Azcárate, Juan Francisco, 115-116
Aznar, Benito, 239n, 332
Baca, Bartolomé, 133, 140, 313
Báez, Victoriano D., 237n
Bahía del Espíritu Santo, 176
Baja California
provincia o intendencia, 52, 83
territorio, 22, 83
Baján, Monterrey, 46n
Balboa, Juan María, 285
Bancroft, Hubert Howe, 31, 41n,
63n, 156n
Banegas Galván, Francisco, 162n,
165n, 168n, 178n, 180n, 185n186n, 189n, 195 y n, 234n,
237n, 243n-244n
Baquera, Richard V., 60n
Baranda (o Barranda), Perfecto,
239n-240n, 332
Barca, distrito, 226
Bárcena, Manuel de la, 97
Barker, Eugene C., 253n, 286 y n287n
Barquera, Juan Wenceslao, 100,
307, 353
Barragán, Miguel, 276
353
Nettie Lee Benson
comandante de Michoacán y
representante de Gabriel de
Armijo, 273
comandante en jefe del ejército
de Querétaro, 262
informe al gobierno central,
276
nombramiento de comandante
en jefe del ejército de las
provincias de San Luis Potosí, Guanajuato, Querétaro y Michoacán, 274, 276
Barrera, Francisco Bruno, 56n
Bastrop, barón de (Felipe Enrique
Neri), 150, 176n, 330
Batres, Juan Nepomuceno, 126,
305
Bayona, Francia, 21
Becerra, José Antonio, 270, 315
Belmar, Francisco, 237n
Beltranena, Tomás, 200-201
Benites, Joaquín, 175n
Benson, Nettie Lee, 11-12, 14-15,
18
Berrio, casa del conde de, 122
Berry, Charles R., 27n, 28 y n
Béxar (Béjar); ciudad, 176n
ayuntamiento, 229n, 232n
capital de la Diputación Provincial de Texas, 57, 151,
330
Beye de Cisneros, Ignacio
plan para formar juntas de gobierno independientes, 111
Blanco, Cayetano, 285
Blanco, Víctor, 322
Bocanegra, José María, 158n, 187,
207 y n, 219n, 232n, 243n, 253
Bolaños; corregimiento, 226
Bolio y Torrecilla, Pedro, 169n,
238, 319
Bonaparte, José, 21, 25
Bonaparte, Napoleón; véase Napoleón
Bonavia, Bernardo, 60n
Bosquejo ligerísimo de la revolución
de Mégico..., 154, 156n
Bravo, José Ignacio, 88n
Bravo, Nicolás, 122, 161-162, 164,
170n, 194, 195n, 210, 233 y n,
235n, 243 y n, 244 y n, 245248
aceptación del Plan de Casa
Mata, 283
comisionados, 245-246
entrada en Oaxaca, 165 y n
invitación a Chiapas a unirse a
las provincias que apoyaban el Plan de Casa Mata,
283
Briggs, Donald C., y Marvin Alisky,
290n
Buenos Aires, provincia, virreinato,
26, 41n, 108
Bustamante, Anastasio, 232n, 323
Bustamante, Benigno, comisionado
de Guanajuato, 276
Bustamante, Carlos María de,
112n-113, 122, 153, 156, 162,
168, 170n, 187, 191, 193-194,
195n, 196 y n, 200 y n, 201202, 207n, 218, 219n, 233234, 236n-237n, 248, 252-253,
261, 268n, 273n, 275n, 285
apoyo a la idea de Mier, 281
354
índice onomástico y analítico
Cuadro histórico de la revolución
de la América Mexicana, 29
diario manuscrito, 178
proposición para permitir a los
estados establecer sus congresos provinciales, 293
versión modificada del Plan de
Casa Mata, 178n
Voto particular, 202n, 214
voto personal, 201
Bustamante, Javier, 207, 208n,
212n-213n, 253
Bustamante, José María, 203n
Caballero, Juan Manuel, 54 y n,
83n, 302, 306
Cabazos, Pablo, 150
Cabildo eclesiástico de la Catedral
de Puebla, 170
Cabral, José María, 135, 317
Cabrera, José María, 97, 211n
Cadereyta, 61n; alcaldía, 132
Cádiz, 11-13, 27-28
Calendario manual y guía de forasteros en México, 87n
Calera, Juan Francisco, 55
California
Antigua, 138n
Nueva, 138n
Californias, 22, 25, 41, 74, 83, 86
población, 85
parte del Estado Interno de Occidente, 290
Calkiní, 53
Callcott, Wilfrid Hardy, 216n, 275n
Calleja, Félix María, 56n, 59 y n,
63, 65-68, 69n, 72, 75, 104
asesores legales, 46
bando, 70
capitán general de México, 46
convocación a reunión de electores parroquiales, 63-64
fiscales, 63
jurisdicción, 46
restablecimiento de la Constitución de 1812 y aplicación
de los decretos de las Cortes de España, 63
Camacho, Camilo, 211n
Cambero, Juan José, 54n
Campeche, 52-53, 240, 304
ciudad, 77
cabildo, 77
instalación del ayuntamiento
constitucional, 77
provincia o intendencia, 24,
41, 82
elecciones de diputados,
84n
elecciones; diputados a la
Diputación Provincial
de Yucatán, 53
retiro del gobierno central,
263
Campo, Estevan del, 140, 323
Campos, Juan Esteban, 135, 317
Campos, Juan Vicente (Isidro), 58,
150, 322
Canal y Landeta, José María de la,
72n
Cantú (José), Bernardino, 57n, 58,
128n, 203 y n, 205n, 301, 306
Cañedo, José Ignacio (Juan de
Dios), 232n, 323
Cárdenas, José María, 150, 326
Carlos IV, 21, 33, 110-111
355
Nettie Lee Benson
Carr, Raymond, 25n
Carvajal Segundo, José, 238
Casa Mata, ejército rebelde, 187
Casal y Blanco, José, 208n, 312
Castañeda, Carlos Eduardo, 151n
Castañeda, Juan de, 176
Castillo Luna, Blas del, 119
Castillo Negrete, Emilio del, 161n,
165n, 233n, 262n
Castillo Portugal, José María,
232n, 323
Castillo, Domingo del, 249n, 333
Castillón, teniente, 170n
Castro y Áraoz, Miguel de, 75, 310
Castro, Antonio, 211n
Castro, José María, 232n
Celaya, 248
conferencia, 272
conferencias, 276
conferencias, resoluciones, 273
guarnición, 263
junta, 271
pronunciamiento en favor de
una república federal, 262
reunión, 271, 273, 276, 277n
reunión, reconocimiento del
Supremo Poder Ejecutivo,
276
villa; Acta de la, 274n
censos de población, 50
Cerralvo, Pilón y Saltillo, pronunciamientos, 258
Cerralvo, pueblo, 258
Cervantes, Manuel, 232n, 323
Cervera, José Ignacio, 240n, 332
Chafino, José, 54-55, 302, 312
Champotón, 238
Chapman, Charles E., 111n
Charcas, 41n
Chavarino, Felipe, 54
Chaves, Jesús Antonio, 140, 325
Chávez (Chaves), Francisco Xavier, 60, 133, 313
Chiapa, partido, 72
Chiapas, 72-74, 76, 181n, 284, 292
anexión a México, 282-285
derecho a establecer una diputación provincial, 126
diputación provincial, 73, 126,
151, 282, 304, 311, 321
creación, 126
elecciones, diputados, 126,
129, 282
instalación, 126
elecciones, diputados provinciales, 126, 129
establecimiento de un gobierno independiente de México y Guatemala, 181n
estado libre; proclama para
anunciar su federación con
la nación mexicana, 285
estado
Congreso constituyente,
instalación, miembros,
72, 285, 290, 299
incluido en la Constitución
de 1824 como uno de
los estados de la confederación mexicana, 72
legislatura estatal, instalación, 285, 297
futuro territorio de México,
76
independencia, 127
356
índice onomástico y analítico
intendencia, ayuntamientos, 72-73
parte de la Capitanía General
de Guatemala, 72, 282
representación en la Dipu­
tación Provincial de
Guatemala, 72-74
Junta Gubernativa Provisional,
284n
junta provincial, constitución
oficial, 284
transformación en Suprema Junta Gubernativa
Provisional, 284-285
Junta Suprema Provisional,
283n, 284
llegada de la Constitución de
1824, 72
provincia, 126, 151, 282
declaración de independen­
cia, 126
incluida en la ley electoral como provincia de
Guatemala, 72, 126,
282-283
llegada de la noticia de la
abdicación de Agustín
de Iturbide, 283
representación ante la Diputación Provincial de Guatemala, 72-74, 302
Suprema Junta Gubernativa
Provisional, 284 y n
convocatoria a votar sobre
la anexión a México o
Guatemala, 284
declaración de independen­
cia, 284
disolución, 284
nueva convocatoria a votar sobre la anexión a
México o Guatemala,
284
Chico, Domingo, jefe político de la
provincia de Guanajuato, 212,
312
Chihuahua y Durango
provincias, aprobación de su
separación, 139
elecciones, diputados a la Diputación Provincial de las
Provincias Internas de Occidente, 290
separación, 136-137
Chihuahua, 22, 25, 41, 86-87, 134137, 308, 318, 322
ciudad, 22, 24
capital de la primera división de Nueva Vizcaya,
138-139
diputación provincial, elecciones, diputados, 60, 134135, 140, 282, 290, 298n,
322
establecimiento, 60
inicio de funciones, 60
estado, legislatura estatal, instalación, 297-299
obtención de la calidad de
estado, 292
parte integral de la Diputación Provincial de Nueva Vizcaya, 134
provincia, 22, 24, 28, 74, 85,
134-135, 139-140, 151,
282, 290, 292, 294
357
Nettie Lee Benson
Chilapa, 162, 170n
Chile, 108
Christi (Cristo) y Conde, José Antonio del, 67-68
Cícero, Francisco Genaro, 240n,
332
Cícero, José Francisco, 53, 304,
332
Cicero, Pedro, 84n
Ciudad Real
ayuntamiento, 73
capital de Chiapas, 72, 305,
311, 321
Ciudad Victoria, pueblo, 36
Coahuila y Texas, estado, 297-298;
convocatoria a la legislatura estatal, 297
legislatura estatal; instalación,
297, 299
Coahuila, 21, 252
asignación de distritos electorales a, 57
diputación provincial, elecciones, diputados, 28, 41, 58,
134, 146, 148, 150, 282,
290, 299, 301, 305-306,
322
instalación, 150, 204n
estado, 294, 297-298
Junta Provincial Gubernativa,
57, 256, 258
parte del Estado Interno de
Oriente, 290, 294
provincia, 22, 25, 36, 74, 84n,
138n, 141, 151, 256, 258,
263
elecciones, diputados a la
Diputación Provincial
de las Provincias Internas de Oriente, 58
representante ante el nuevo
Congreso constituyente de México, 285
retiro del gobierno central,
263
representación, 58, 84n, 204,
255, 285
Coahuila, Nuevo León y Texas; véa­se
Nuevo León, Coahuila y Texas
Colima, 226
colonias navales establecidas por
los rusos, 86
Colorado, río, 85-86
Colotlán, 52, 226
Comandancia general de las Provincias Internas de Occidente;
composición, 22
Comandancia general de las Provincias Internas de Oriente;
composición, 22
Comandancia general de las Provincias Internas, 22
división, 22
intendencia, 24
Comandancia general, 22
Comisión constitucional, 133, 201
proyecto de instalación de las
legislaturas estatales, 293
Comisión de Asuntos de Ultramar
(Ultramarinos), 44, 73, 93 y n,
85
Comisión de Comercio y Finanzas,
134
Comisión de Constitución, 35, 38,
73, 286 y n, 287n, 289n, 292,
295n
358
índice onomástico y analítico
Comisión de Convocatoria del
Congreso, 200, 206, 210, 215
informe, 200, 209, 214
Comisión de Gobernación del
Congreso; recomendación para
que Querétaro tuviera su diputación provincial, 133
Comisión de Gobernación, 135,
139, 143, 147-148
Comisión del Congreso para estudiar los principios constitucionales que constituían la voluntad del pueblo, 207
Comisión del Congreso; informe,
205, 208-209, 252
comisión electoral, 139
Comisión especial del Congreso
para preparar la nueva ley electoral, 137
Comisión para redactar las bases
de constitución de la república
federal, 218-219 y n
Comisiones reunidas de Constitución y gobernación, 146
Comisiones reunidas de diputaciones provinciales y de ultramar,
93
Comisiones reunidas por la Convocatoria al Congreso y de Relaciones Interiores, 142
comisiones reunidas; dictamen, 94
Comisiones unidas sobre diputaciones provinciales y asuntos
de ultramar, 85
Comitán, ayuntamiento, 73; declaración de independencia del,
126
Compostela, 226
Conde de Toreno, 40, 107
Conejo, José Florentino, 181, 194
Congreso constituyente de México; instalación, 285
Congreso constituyente, 135, 137,
199, 232n
disolución del primer, 13, 178n
reducido a cuerpo encargado
de expedir reglamentos,
206
restablecimiento, 177n, 182,
193, 197, 199, 210, 277
Congreso federado, 230
Congreso general constituyente
mexicano, 230
Congreso general de la nación, 236
Congreso general de los estados federados, 225
Congreso mexicano, 232n, 285,
293
procedimiento electoral para
constituirlo, 127
reconocimiento oficial de la
separación de Guatemala,
283 y n
Congreso nacional constituyente;
convocatoria, 230
Congreso nacional restablecido,
229
Congreso nacional, 180, 185, 229;
elección del, 230; jurisdicción,
293n; nuevo, 237n
Congreso restaurado, 191-192n,
209, 212, 220, 229, 234, 241242, 252, 274, 277n, 280, 282
diputados, 191
fracaso en convocar a uno nuevo, 219
359
Nettie Lee Benson
irritación de las provincias en
su contra, 219
ley electoral, decreto de promulgación, 191, 213, 230
oposición a que elaborase la
Constitución, 219
reconocimiento, 195
Congreso soberano; véase Con­
greso
Congreso, 18, 39, 127, 132, 134 y
ss, 183 y ss, 202 y ss, 225 y ss
acuerdo para imprimir y distribuir las Bases de una República Federal, 218
antiguo, diputados, 161, 182,
190-191, 193, 199, 204,
208, 219, 249
apertura, 241n
reinstalación, 161, 181, 190,
193n, 211
aprobación de la separación
de Chihuahua y Durango,
136-137, 139
aprobación de las instrucciones
a los estados para efectuar
elecciones a sus legislaturas constituyentes, 295
aprobación de los diputados
elegidos por Nuevo Santander, 145
aprobación del establecimiento de diputaciones en las
provincias de Nuevo León,
Coahuila y Texas, 134, 146
aprobación del establecimien­
to de una diputación provincial en cada una de las
capitales de las provincias
360
de Durango y Chihuahua,
140
aprobación del proyecto de instalación de las legislaturas
estatales, 293, 299
aprobación para publicar y difundir las Bases de la República Federativa, 208 y n
autoridad, 191, 195
bases para convocarlo, 171n
capacidad para declararse legalmente instalado, 193
Comisión
de estudio y dictaminación­
de la iniciativa de Va­
len­
tín Gómez Farías
de convocar un nuevo
Congreso, 199-200
de planes electorales, 218
extraoficial para preparar
las Bases de una República Federal, 219
comisionados, 212, 215
constituyente, primer, 13, 29,
127, 135, 137, 178n, 189,
199, 232n
convocatoria, 142, 171n, 185187, 189 y n, 190, 200,
227, 235, 242, 262, 279,
284
convocatoria a elecciones, 137,
188, 229, 236, 237n, 274,
276
convocatoria del nuevo, 191,
195, 199 y ss, 218-219,
241, 243, 252, 257, 263,
281
índice onomástico y analítico
declaración de constitución,
197
declaración de nulidad de la
coronación de Agustín de
Iturbide y sus decretos, 161
decretos; aprobación de la separación de Guatemala; artículo 1, 283 y n
decretos; convocatoria a uno
nuevo, 199, 219
del 11 de julio, acuerdo
de continuar utilizando la denominación de
diputación provincial,
281
del 11 de octubre de 1822,
147
del 7 de octubre de 1822,
146
del 21 de mayo, 218, 219n,
234n, 258, 260n, 264
del 21 de mayo, promulgación, 218
demora en convocar a uno
nuevo, 262
derecho de reelección de sus
miembros, 165
desconocimiento de su autoridad, 13, 193, 208
discusión para unir Chihuahua
y Nuevo México, 298
expedición de la ley de convocatoria al nuevo Congreso
constituyente, 218, 263
impedido para reasumir sus
fundones, 192
insistencia en su reinstalación,
181, 190
361
instalación, 147, 158, 161, 167,
171 y n, 180-181, 185, 188190, 193, 221, 230-232,
237n, 281, 285, 286n
nueva reunión, 196
oposición con las provincias,
259
petición en pro de la liberación
de los diputados, 156
peticiones para el establecimiento de diputaciones
provinciales en las provincias de Tabasco, Sinaloa,
Sonora, Durango, Chihuahua, Nuevo México, Nuevo León, Coahuila y Texas,
134
plan para su convocatoria, 187
primer, convocatoria, 137, 189
proyecto de Constitución, comisión de redacción, 207
yn
proyecto de convocatoria, 189
reconocimiento, 204, 210
reconocimiento provisional y
limitado del, 205
resoluciones, 212, 215
restablecimiento, 135
sesión secreta, 280
Soberano; Representación de
los comisionados de las
provincias, 185, 200n,
205n, 215 y n, 267n
votación de la convocatoria de
uno nuevo, 218
voto por el establecimiento de
una diputación provincial
en cada una de las Provin-
Nettie Lee Benson
cias Internas de Oriente,
261
Congreso, primer; elegido durante
el régimen de Agustín de Iturbide, 29
Congresos provinciales, 230, 278,
282, 292
instalación, propuesta, 261,
281, 293
Consejo de guerra, 236
Constitución de 1812, 16, 46, 52,
62, 101, 108, 121, 123, 129,
141, 288n
analogías con el borrador de
Austin y el de Ramos Ariz­
pe, 286n, 288n
artículo 10, gobierno económico y político de las provincias, 41n, 51, 104, 138n,
140, 166
artículo 61, 53
artículo 80, 53
artículo 108, 67n
artículo 307, 67n
artículo 325, 89, 91 y n, 92-94
artículo 326, 89, 92
artículo 328, 53, 62, 89
artículo 334, 105
artículo 335, facultades de las
diputaciones provinciales,
42
declaración de independencia
política de las diputaciones
provinciales, 39, 47
decreto del 23 de mayo, 88,
90
firma y promulgación, 49
ley electoral, 206n
método para realizar elecciones en las provincias de la
Nueva España, 49-50, 54,
58n, 62
miembros previstos para las
diputaciones provinciales,
51, 53, 55, 66-69, 95, 105
periodo de vigor, 74
procedimiento para la elección
de diputados a Cortes y a la
diputación provincial,
proclamación, 53
proclamación en México, 47;
revocación, 55, 59, 70, 74
restablecimiento, 29, 76-77
restablecimiento en México,
63, 142, 151
sistema de gobierno que implantó, 28, 42 y n, 44
Constitución de 1821
artículo 170, 102
artículo 325, 89, 91 y n, 9293
división prevista de las provincias del Nuevo Mundo, 90
proclamación en Veracruz, 78
Constitución de 1824, 14
llegada a Chiapas, 72
promulgación, 198
Constitución española de 1812,
139, 164, 206n, 238, 240, 249,
288, 301
elaboración, 287
instituciones establecidas, 19,
33
Constitución española, 69, 127128n, 187-188, 228, 282,
286n, 288-289, 293
362
índice onomástico y analítico
artículo 325, 89, 91 y n, 92-93
artículos 326 y 328, 62, 92
Constitución federal; preparación,
259
Constitución general del país; preparación, 230, 237n, 257
Constitución mexicana de 1824,
47
Constitución nacional, 279
Constitución republicana federal;
primera forma, 286n
Constitución restaurada; adhesión
a la, 77
Constitución, 11, 28, 33, 35 y ss,
90 y ss, 103, 161, 181, 199,
201-202, 205-207, 210, 212,
219, 227, 230 y ss, 239, 241n,
254, 257 y ss, 279-280, 286 y ss
bases, 139n, 219n, 260
proyecto, 39, 41, 201, 207 y n,
254, 260n, 261, 279, 286,
289n
artículo 10, 51
comisión para redactarla, 38,
207
título de la sección 25, 38
título VI, 39
Coracura, Juan, 55
Cordero, Antonio, 87
comandante general de Nueva
Vizcaya, 169
intendente y gobernador político y militar de la intendencia de las provincias de
Sonora y Sinaloa, 75
Córdoba, ciudad, 95, 116
reunión de Agustín de Iturbide
y Juan O’Donojú, 114
Córdova, Fernández de, 191-192
Corona, Pedro, 285
Corral, Ignacio del; jefe político de
Nueva Vizcaya, 169; renuncia,
169
Corro, Justo, 232n, 323
Cortázar, Luis, 163, 262,
comandante de Querétaro, 273
jefe político de Guanajuato,
264
comandante del ejército de
Que­rétaro, 214n
Cortázar, Manuel, 92n, 107, 264,
265n
Cortes constituyentes o Congreso
del México independiente; instrucciones para llevar a cabo
las elecciones de diputados,
127
Cortes de España, 16, 27, 33 y ss,
49, 74, 82n, 91, 94, 98, 100,
103, 107, 110-111, 121, 123,
130, 132, 141, 165, 196, 206,
232n, 300
aprobación para el establecimiento de una diputación
provincial en Valladolid,
83, 86, 97n
concesión a las intendencias
del Nuevo Mundo del derecho de establecer una diputación provincial, 130
convocatoria a la elección de
diputados para el bienio
1822-1823, 97n
decretos, 43, 46, 63, 164, 240
de revocación de sus actos,
55
363
Nettie Lee Benson
del 9 de mayo de 1821, conocimiento en México,
95
del 9 de mayo de 1821,
creación de diputaciones provinciales, 95
del 23 de mayo de 1812,
49, 88; llegada a México, 52; publicación en
Nueva Galicia, 53; revocación, 90
del 1 de mayo de 1813 por
el que se otorgan las
dipu­taciones provincia­
les de ultramar, 41n
aplicación en México, 63
revocación, 46
diputados, 13, 27-28, 50-51,
53, 58 y ss, 67 y n, 72n-73,
81-82, 89, 94-95, 105, 108,
110, 127-129, 132
discusión de la convocatoria
a, 26
generales y extraordinarias;
instrucción para los ayuntamientos constitucionales,
juntas provinciales y gefes
políticos superiores, 43n
Junta Provisional Gubernativa
que asumiría sus poderes,
125, 127
legislatura ordinaria de 1813,
73n
ordinarias de 1813; elecciones
de diputados a las diputaciones provinciales, 49,
52n, 61n; véase Alba, Rafael
poderes, 38-39, 127
reunión, 27-28, 33, 77, 88, 92,
108
revocación de sus decretos, 46,
55, 70, 295n
Cortes generales de España de
1820-1821, 92, 110
segundo periodo de sesiones,
92
Coshaya, Juan de Dios, 240n
Cossío, David A., 148n, 151n, 203n,
208n, 219n, 258n, 260n, 261n,
281n, 299n
Couto, Antonio Manuel (Manuel
Antonio), 67-68, 78, 303
Couto, José Domingo, 88n-89n
Couto, José María, 92n, 107, 110
Covarrubias, José María, 232n,
247, 248n, 274n
Cromwell, Oliverio, 267n
Cruz de Honor de Guadalupe,
170n
Cruz, José de la; jefe político de
Nueva Galicia, 54 y n, 80
mariscal de campo de los ejércitos nacionales, comandante general y gefe político del reyno de Nueva
Galicia, Bando, 54n
Cuba, Capitanía General independiente, 26
Cuerpo de Liberales, El, 221
Cuerpo ejecutivo; establecimiento,
199, 239
Culiacán; ciudad, capital de Si­
naloa, establecimiento, 140,
329
Cumberland, Charles Curtis, 289n
Cumplido, Antonio, 211n
364
índice onomástico y analítico
Cumplido, Juan Nepomuceno,
232n, 323
Cuquío, 226
Cuzco del Perú, 41n
Dávila, José, 78
Daza y Artazo, José (Julián), 68,
69n, 78, 303; fiscal de la Audiencia de México, 67
Dealey, James Q., 288n
Declaración al Congreso de los re­
presentantes de las intendencias
y provincias de Guadalajara,
Mi­choacán, Oaxaca, Zacatecas,
Guanajuato, Querétaro y San
Luis Potosí, 205
Decreto del 8 de mayo de 1821,
126
Delgado, Jaime, 107 y n, 110n115n
Diario de las Cortes, 33 y n, 36, 39
y n, 83n, 88n, 98n, 107n, 130n
Diario de México, 43n, 50n-51n,
54n, 61n-62n, 64n, 67n-68n,
69-70, 129n, 132n, 302n-303n
Diario de Veracruz, 163 y n, 178
Diario histórico manuscrito, 31,
195n
Diario Oficial, 27
Díaz Bustamante, Ramón; gobernador provisional de Nuevo
León, 56-57
Díaz de León, José Ildefonso, 128n
jefe político de la Diputación
Provincial de San Luis Potosí, 215
Díaz de León, José Miguel, 249n,
265-266, 333
Díaz de Ortega, Ramón, 68n, 303
diputación provincial, 19, 29, 3132, 38, 40 y ss, 56, 58n, 62, 66,
69-70, 73-74, 76, 80, 82, 85, 89
y ss, 100 y ss, 103, 112, 117,
123, 125 y ss, 135 y ss, 150 y
ss, 171, 175n, 182, 186, 191,
197, 199, 203, 209, 220, 224,
229, 233, 237 y ss, 263, 281,
300
autoridad, 39-40, 43
corte de última instancia, 43
facultades de los partidos en la
elección de miembros, 51,
55
facultades generales, 42-44,
138, 168, 196, 293
intendencias con derecho a establecer una, 126, 130
junta administrativa de carácter consultivo, 40
jurisdicción, 44, 46, 86, 88, 166
legislatura provincial en ciernes, 40
nombramiento de diputados a
la, 51, 54, 62-63, 67n, 68,
81, 150
origen, 33 y ss
papel en la evolución del Estado federal mexicano, 31
primera aparición del término
en el Diario de las Cortes,
39
primera vez que se utilizó la
expresión, 39
proyecto de ley para su establecimiento en las provincias
que no la tenían, 92 y n
365
Nettie Lee Benson
renovación de sus miembros,
55, 95, 282
requisitos para su establecimiento, 92
restablecimiento, 80, 141, 234
sugerencia para denominar así
a la junta gubernativa, 38
yn
Diputaciones provinciales de América; tácticas dilatorias para limitar su número, 73
diputación provincial del mundo
español, 28
diputaciones provinciales, 17-19,
31, 44, 70, 74, 85, 90, 95, 128,
137-138, 153 y ss, 199 y ss,
234, 241, 249, 267, 273, 280282, 292, 299-300
autorizadas e instaladas, 41,
133, 151
asunción de las funciones de
juntas electorales preparatorias, 138
aumento, 90-93, 100
creación, 47, 95, 123, 143
elección e instalación en 1820,
29, 77, 82-83, 127
elecciones; véase Alba, Rafael
en funciones en México en octubre de 1821, 126
enfrentamiento con el Congreso restaurado y el gobierno
central, 249
establecimiento, 49 y ss, 93-94,
134 y ss, 290
establecimiento en las provincias internas, 41
facultades, 40
independencia, 13, 46-47
instalación de cinco de las seis
autorizadas dentro de la región mexicana, 73, 76
limitación de su establecimiento, 51, 73
miembros previstos en la Constitución española; véase
Constitución española
reclamo de más, en el Nuevo
Mundo, 76, 92
reglamentos relativos al establecimiento de, 49
renovación e instalación de las
seis asignadas a México,
82-83
restauración en la Nueva España, 300
diputados al Congreso; arresto, 156
diputados americanos a las Cortes
de España, 35, 39-40, 42, 47,
82, 88, 92
diputados americanos suplentes,
107
diputados de la América septentrional, 39
diputados españoles, 40
diputados mexicanos ante las Cortes de España, 28, 300; plan de
mayor autonomía para las provincias y de un reino autónomo en el Nuevo Mundo, 107;
puestos, 28
diputados mexicanos que no tomaron parte en las Cortes de
España, 28
Domínguez Manso, José, 158n
Domínguez, Christóbal, 57n
366
índice onomástico y analítico
Domínguez, José, 245
Domínguez, Juan José, 285; comisionado de San Luis Potosí a la
reunión de Celaya, 276
Domínguez, Juan, 245
Duarte, Juan José, 53, 304
Dubal, Juan Crisóstomo, 55
Durango y Chihuahua
aprobación de su separación,
140
provincias, elecciones, diputados a la Diputación Provincial de las Provincias
Internas de Occidente, 22,
85, 134
Durango, 24, 44, 49, 75, 81, 140,
169, 170n, 297
autorización de una diputación
provincial para, 139, 151
Chihuahua y Nuevo México,
obtención de una dipu­
tación provincial con capital en Durango, 135
ciudad, 138
capital de la Diputación
Provincial de Nueva
Vizcaya, 135, 138
capital de la segunda división de Nueva Vizcaya,
139
capital de las Provincias
Internas de Occidente,
135, 304, 308
capital de Nueva Vizcaya,
49
diputación provincial, 46, 73,
134, 169n, 282, 290, 298n,
318n, 323
elecciones, diputados, 298
establecimiento, 134
manifiesto, 298n
división, 138
estado, legislatura estatal, instalación, 297, 299
intendencia, 87n, 295
obtención de la calidad de estado, 298
parte integral de la Diputación
Provincial de Nueva Vizcaya, 134
provincia, 22, 28, 41, 60, 74,
85n, 135, 138n, 294, 298
autoridad sobre la provincia de Chihuahua, 24
Eça y Múzquiz, Rafael, 150-151,
255
Echandía, Juan de, 175n
Echanova, Juan (Evangelista), 84n,
240n-241n
Echávarri, José Antonio, 162-165,
167, 176-181, 184-189, 192, 322
comandante imperial, 160
oficiales, 160, 177
plan, adhesión total de las provincias, 163
Echávarri, José Antonio, y Agustín de Iturbide; véase Iturbide,
Agustín de Echevarría, José
María,
Edicto de convocatoria del 17 de
noviembre de 1821; desaprobación, 206
Ejército, delegación de generales y
otros oficiales; véase Junta General de Guerra
367
Nettie Lee Benson
El Amigo de la Patria, de Guatemala, 126
El Anunciador Mexicano, 203n,
212n
El Caduceo de Puebla, 294n
El Conductor Eléctrico, 153
El Hombre Libre, 153, 156
El Sol, 150, 156
elección de diputados a las Cortes de España, véase Constitución de 1812
elecciones de distritos, 97n
elecciones en México, Guadalajara,
Mérida, Guatemala, Monterrey y
Durango; instrucciones de Fernando VII para efectuarlas, 81
elecciones para el nombramiento de diputados a las Cortes
de España de 1822, 1823 y de
dipu­
tados a las diputaciones
provinciales para el bienio de
1822-1823, 128n
elecciones parroquiales, 57-58, 6265, 97
elecciones provinciales, 54, 65, 74,
97n
electores de partido, 58 y n, 62-64,
81, 84n, 89, 95
electores provinciales, 66, 91-92,
156, 239-240
Elizalde, Vicente, 140
Elorriaga, Francisco Antonio de;
proposición para que la provincia de Durango fuese declarada
estado, 298
Errasquín, Miguel, 240n, 332
Escandón, Manuel, 285
Escandón, Pablo, 88n
Escárcega, Joaquín José, 140
Escarra, Manuel Ignacio, 126, 305
Escontría, José Miguel de, 169n,
318
Escovar, Juan José, 140, 323
España, 56, 60, 75, 77-78, 91, 103,
186, 190, 290
Gobierno, 25, 47, 74, 103
intendencias o provincias, 33
provincias, 21, 42, 82, 89
Esparza, Marcos de, 243n
Espejo, Francisco, 60n
Espeso, Juan José, 169n, 319
Espinosa de los Monteros, Carlos,
136 y n, 138
representación al Congreso por
la provincia de Sonora y Sinaloa, 136
Espinosa de los Monteros, Juan
José, 179, 292n
Espinosa, José Ignacio, 125, 213n
Espinosa, Luis, 126n
Esquerra, Ramón, 111n
Estado federal mexicano; la diputación provincial en su evolución, 19, 33
Estado Interno de Occidente; creación, aprobación, legislatura
constituyente, elecciones, autorización, 290, 294-295
legislatura estatal, instalación,
297, 299
Estado Interno de Oriente (compuesto por Nuevo León, Coa­
huila y Texas); creación, aprobación, 290, 294-295 y n
legislatura constituyente, elecciones, autorización, 295
368
índice onomástico y analítico
Estado Interno del Norte (compuesto por Chihuahua, Durango y Nuevo México), 290, 294
bases de la federación y la
Constitución general, 230
creación, aprobación, 298
estados federados
legislatura constituyente, elecciones, autorización, 225,
230
Estados mexicanos
Constitución general, 230,
237, 257
federación general, 230, 237
Estados Unidos, 12, 15, 31, 40,
134, 162, 225n, 253
Artículos de Confederación,
154
Constitución, 154, 286n, 288289 y n
Declaración de Derechos, 154
Declaración de Independencia,
154
ideas y prácticas políticas, 154
organización política, 154
sistema republicano de gobierno, 153
Etzatlán, 226
Ezcurdia, Vicente de, 89n
Facio, Francisco, 239
Facultad de Leyes de la Real Universidad de México, 36
Fagoaga, José María, 65, 67, 84n,
92n, 100, 107, 115-116, 125,
127, 307, 310
Farías, Francisco Antonio, 56n
Farrera, comandante, 283
Federación de las provincias, 195n,
236n, 266
Fernández (José), Eustaquio, 84n85n, 305
Fernández Arteaga, José Mariano,
125, 128n
Fernández de Lizardi, José Joaquín, 153
Fernández Herrera, José María,
84n, 308
Fernández Piérola, Nicolás, 92n93n
Fernández, Bonifacio, 218
Fernández, Pedro; enviado de
Agustín de Iturbide, 116
Fernando VII, 17, 21, 33, 47, 77,
80, 105, 108, 110-112 y n, 114
consejeros, 46
decretos, cese de funciones
de las diputaciones provin­
ciales de América, 26
revocación de la Constitución de 1812 y anulación de los actos de las
Cortes de España, 55,
59, 74
revocación de los decretos
de las Cortes de España, 46, 295n
instrucciones relativas a las elec­
ciones en México, Guadalajara, Mérida, Guatemala,
Monterrey y Durango, 81
llegada a la ciudad de México,
115
orden de reinstalación de los
miembros de las diputaciones provinciales de 1814, 80
369
Nettie Lee Benson
restablecimiento de la Constitución de 1812 y de la
dipu­tación provincial, 29
Fierro, José Francisco del, 169n,
318
Filadelfia, 154
Filipinas; provincia, 26
Filisola, Vicente; invitación a Chiapas a unirse a la Guatemala independiente, 181n, 283
fiscales de la corona, 52; dictamen,
52, 63
Fisher, Lillian Estelle, 22n, 24n,
25n
Flores, Carlos, 128n
Flores, Gaspar, 150, 330
Flores, Miguel, 72
Floridas, tratado de las, 85-86
Foncerrado y Soravilla, Juan Nepomuceno, 211n
Fontainbleu, tratado de, 111
Forma federal de gobierno, 259,
278
Francia, 21, 33
Fresnillo, 242
Freyre, Juan, 93n
Fuentes, Francisco, 150, 322
Fuentes, Manuel Marcelino de las,
72
fuerzas independentistas, 115, 117,
122
funcionarios nombrados por el rey,
39
Furlong, Patricio, 84n, 88n, 100,
307
Gaceta (Gazeta) de México (Madrid), 26n
Gaceta (Gazeta) del Gobierno (de)
Madrid, 95
Gaceta (Gazeta) del Gobierno de
México, 64n, 78n, 80n, 81n,
84n-85n, 97n, 103n, 121n,
128n, 319n
Gaceta (Gazeta) del gobierno general de la nación (Cádiz), 27n
Gaceta del Gobierno de Guadalajara, 244n-245n
Gaceta del Gobierno Imperial de
México, 146, 158, 179n, 180 y
n, 187n, 189n-190n, 219n
Gaceta del Gobierno Supremo de la
Federación Mexicana, 294n
Gaceta del Gobierno Supremo de
México, 135n, 140n, 164n,
169n, 208n, 212n, 213n, 226n,
235n, 259n, 261n, 268n-269n,
271n-272n, 278n, 317n, 322n325n, 327n-328n, 330n-331n,
333n
Gallegos, José, 75
Gallegos, Pedro Ignacio, 133, 313
Galván, José Manuel, 211n
Gálvez, José de, 87
Gamis, José Agustín, 169n
Gándara, Juan, 128n
Gárate, José Joaquín, 270
García Castillo, Juan José, 72
García Celis, Diego, 140, 323
García Conde, Diego, 75
García de Carrasquedo, Martín; comisionado de Michoacán, 276
García de Huesca, Matías, 89n
García de la Mora, Jesús, 140, 325
García Illueca, José Ignacio, 67,
69n, 78, 116, 125, 303, 307
370
índice onomástico y analítico
García Quevedo, Manuel, 128n
García Rejón, Joaquín, 241n, 332
García Rojas, José María, 83n,
249n, 306, 333
García, Carlos, 100, 180; bando,
100n
García, Carlos, intendente y jefe
político de la provincia de Puebla, 100 , 180; bando, 100n
García, Francisco, 218, 247, 315
García, Joaquín, 150, 326
García, José Antonio, 241n, 332
García, José María, 253
García, José, 83n, 306
García, Juan José, 167, 214n
García, Lino, 126, 305
García, Luis Antonio; jefe político
de Chiapas, 283, 321
García, Martín, 205n, 210, 276
García, Matías, 89n, 100
García, Pedro, 140, 325
Garibay, Pedro de, 25
llamamiento a elecciones, 26
reconocimiento al Gobierno
Su­
perior de España y las
Indias, 25
Garza, Agustín de la, 150, 322
Garza, Felipe de la, 160, 258-260
yn
jefe político de las Provincias
Internas de Oriente, 258n
jefe político de Nuevo León,
propuesto por Saltillo co­
mo gobernador general de
las Provincias Internas de
Oriente, 156, 257, 260
representación, 161
revuelta, 170 y n
Garza, Juan Bautista de la, 175n,
314
Garza, Juan José de la, 57n, 150,
326
Garza, Lucas de la, 175n, 314
Garza, Pedro de la, 150, 326
Garza, Ramón de la, 261n
Gasca, Juan Wenceslao, 100
Gazano, José Ángel, 67, 69n, 303
Ghizliazza, Manuel Mestre, 135n,
317
Gil y Sáenz, Manuel, 175n
Gil, José María, 232n, 312, 323
gobernadores militares, 22, 25, 75
gobierno central español; jurisdicción, 42
gobierno central, 35, 42, 130,
143n, 148, 182, 192, 198199, 204, 210-211, 216n, 218,
221-222, 229, 234-235, 243,
246-247, 249, 251-254, 259,
263-264, 268, 270, 272, 275276-280
desintegración, 197
reconocimiento de la exigencia
de establecer una forma,
280
gobierno de España, 47, 74, 103
gobierno en ultramar; proyecto,
111
gobierno nacional, 134, 182, 197,
216n, 229, 237n, 239, 245247, 260-261, 264, 276, 278,
280, 298, 300
consultas sobre uno compuesto de diputados de todas las
provincias, 182-184
desintegración, 199
371
Nettie Lee Benson
gobierno provincial, 39, 210, 228,
242, 261
Gobierno Superior de España y las
Indias, 25-26
gobiernos estatales, 280; establecimiento, 221, 247-248
provincias precursoras, 249
Godoy, Juan Ignacio, 203 y n,
213n; representante especial
de la Diputación Provincial de
Guanajuato, 205n
Godoy, Manuel de; propuesta,
110
Gogorrón, 269n
Gómez de Castro, Blas José, 56n
Gómez de Navarrete, Juan; diputado mexicano a las Cortes de
España, 114
Gómez Farías, Valentín, 200, 202,
207 y n, 208n, 232n, 247, 253,
274n
diputado por Zacatecas, 241242
impresión y distribución de su
informe, 207
informe minoritario, 206-207,
209
proposición para convocar a
un nuevo Congreso, 199,
204, 206
proposición de reconocimiento
provisional del Congreso,
204-205
Voto particular..., 201n, 202n,
241-242
González del Campillo, Agustín,
65n
González Laris, Mariano; coman-
dante general y jefe político de
Zacatecas, 167
González Maxemin, Domingo,
208n, 312
González Pérez de Angulo, Bernardo, 65-66
González Salas, Carlos, 290n
González, José Eleuterio, 207n
González, José Miguel; alcalde de
Saltillo, 257
González, José, 89n
González, Juan, 100, 315
González, Rafael, 146, 171n
González, Simón Elías, 136
González, Toribio, 54-55, 83n,
179, 200, 302, 306
González. Pedro, 150, 326
Gordoa, Antonio Eugenio, 249n,
333
Gordoa, Francisco, 72
Gordoa, José Miguel, 83n, 232n,
306, 323
Gortari Rabiela, Hira de, 25n
Grande, José, 58
Guadalajara, 36, 44, 52, 54-55, 74,
81, 133, 167, 208, 216n, 218,
222, 242, 247, 251-253, 267n,
268n, 275, 287, 302, 306, 323,
332
apoyo a un nuevo Congreso,
221
autorización de la diputación
provincial para, 41
ayuntamiento, 55n, 209
ciudad, 221-222
capital de Nueva Galicia, 21,
49, 221
comunicaciones, 215, 264, 278
372
índice onomástico y analítico
comunicados, 168
decisión por un gobierno representativo federado, 221
diputación provincial, 41, 46,
73, 126, 166, 168, 200, 222,
225-226, 229, 243-245,
248-249, 278-279, 312
comisionados a la reunión de
Puebla, 205
comisión para redactar la
ley electoral de convocatoria al Congreso
constituyente provincial, 205
declaración de principios,
225
disolución, 233
pronunciamiento por una
república federada, 278
resoluciones, 209n, 221n,
222n
elecciones provinciales, 54-55
provincia, 138n, 151, 205, 221,
224, 233, 253, 263-264,
280
(ahora ya con el nombre de Jalisco), 280
declaración en favor de una república confederada, 253,
257
elecciones, diputados a la Diputación Provincial de
Nueva Galicia, 54-55, 83n,
129, 302, 306
proposiciones para el establecimiento de una república
federal, 215
propuesta, 279
representante ante el nuevo
Con­greso constituyente de
México, 209, 218, 285
Resoluciones, 224
retiro del gobierno central, 218,
221-222, 229, 243, 280
véase también Nueva Galicia,
reconocimiento limitado del
Congreso, 209
respuesta al informe de la comisión del Congreso, 209
Guanajuato y San Luis Potosí, provincias; autorizadas para establecer una diputación provincial en San Luis Potosí, 62
Guanajuato, 72, 75, 127, 166, 168169, 203, 205n, 210, 214, 218,
251, 263-264, 273, 275n, 276
diputación provincial, 84n, 94,
126, 151, 183, 200, 203 y
n, 212, 215n, 262, 265,
282, 312, 324
comisionados a la junta de
Puebla, 200, 203
elecciones, diputados, representantes a la reu­
nión de Querétaro, 183
elecciones, diputados provinciales, 70
estado, legislatura estatal, elecciones, 290, 292-294
legislatura estatal, instalación,
294, 297
intendencia, 61n, 62, 81, 83,
86, 88, 205, 213
elecciones de diputados a la
Dipu­
tación Provincial de
San Luis Potosí, 62, 82, 84n
373
Nettie Lee Benson
obtención de la calidad de estado, 292
parte de la Diputación Provincial de San Luis Potosí, 41,
51, 70
provincia, 24, 27, 61, 64, 102,
129, 138n, 166, 182-183,
191, 213, 251, 253, 269n,
308
comisionados; de la Nueva España, 265, 276
declaración en favor de una
república confederada,
264
diputados, 72, 129, 203n,
213n
elecciones, diputados a la
Diputación Provincial
de San Luis Potosí, 62,
81-82
favorable a una república
federal, 264
recepción del decreto del
21 de mayo del Congreso, 218
santo y seña, 265
Guatemala, 41, 74, 80-82, 92, 95,
126-127, 181n, 283n, 284-285,
304, 311
Audiencia de, 126
Capitanía General, 26, 72, 282
ciudad, capital de la provincia
de Guatemala, 302
Congreso; convocatoria, 283
decreto de aprobación de su separación; artículo I, 283 y n
diputación provincial, 41, 82,
302
instalación, 72-74
independencia, 283
provincia, 41n, 253
declaración en favor de una
república confederada,
253
elecciones de diputados, 49
provincias, 282
separación, reconocimiento, 73,
282-283
Güemes, pueblo, 36
Guerra, José Benito, 181, 309, 324
Guerrero, Vicente y Agustín de
Itur­
bide; expedición del Plan
de Iguala, 114
Guerrero, Vicente, 114, 122, 161162, 164, 170n
Guillén, Francisco (Antonio), 126,
285, 305
Guimbarda, Bernardino, 150
Guridi y Alcocer, José Miguel, 17,
65-67, 84n, 100, 115-117, 119,
125, 187, 307
firmante de la Constitución de
1812, 100-101
Gutiérrez de Arce, Joaquín, 285
Gutiérrez de Lara, José Antonio,
diputado al Congreso por Nuevo Santander, 128n, 143, 145,
146n
Gutiérrez de Lara, José María, 58,
130, 175n, 306, 314
Gutiérrez de Velasco, Ignacio,
249n, 333
Gutiérrez del Arroyo, Isabel, 25n
Gutiérrez del Mazo, Ramón, 63n,
66n, 68, 69n, 75, 78, 80, 101,
307
374
índice onomástico y analítico
jefe político interino de la ciudad de México, 120-121
Gutiérrez y Ulloa, Antonio Basilio,
208n
Gutiérrez, Eusebio, 150, 249n,
326, 333
Gutiérrez, Francisco Antonio, 58,
301
Gutiérrez, Juan Francisco, 128n,
175n, 314, 326
Gutiérrez, Ylarión, 58, 301
Guzmán, José Antonio, 175n, 314
Guzmán, Pedro José, 84n, 169n,
240n, 319, 332
Guzmán, Santiago, 232n, 323
Habana, La, 67
Haring, C.H., 22n
Haro y Portillo, Joaquín, 88n
Haro, Joaquín de, 100
Harris, Charles M., 59n
Haya, Antonio de la, 97-98
Heras, Francisco Javier de, 181
Hermosilla, Luis, 95
Hernández Bayona, Nicanor, 135,
317
Hernández y Dávalos, Juan E.,
43n-44n, 165n, 167n, 182n184n, 213n, 243n, 251n
Hernández, Carlos, 299n
Hernández, Juan José, 150, 330
Hernández, Manuel María, 163
Hernández, Sebastián, 84n
Herrejón Peredo, Carlos, 80n, 101n
Herrera, José Joaquín, 192
Herrera, José Manuel, 89n, 158n
Herrera, José María, 249n, 312,
333
Herrera, Mariano, 200-201
Hidalgo, Miguel, 28, 324
Horcasitas, Mariano, 140, 322
Hore, Diego de, 53, 304, 310
Hostotipaquillo, 226
Huerta, Esteban (o Estevan), 128n,
232n, 323
Huerta, José de Jesús, 208n, 232n,
285n
Huexotzingo; alcaldía o distrito,
61n, 129
Ibarra, Andrés de, 53
Ideas necesarias a todo pueblo
americano independiente que
quiera ser libre, 154; véase Rocafuerte, Vicente
Imperio español; lucha por la independencia, 13, 28
Imperio monárquico mexicano;
creación, 31
Independencia mexicana, 11, 13,
28, 31, 47, 98, 116-117, 122123, 171n, 228, 295n, 300
Infamón, José, 177
Inquisición, 98
Instrucción conforme a la cual deberán celebrarse en las provincias de ultramar las elecciones
de diputados de Cortes para las
ordinarias del año próximo de
1813; véase Alba, Rafael
Instrucción para los ayuntamientos constitucionales, juntas
pro­
vinciales y jefes políticos
superiores, 43 y n
intendencias y provincias; elecciones en las, 26-27
375
Nettie Lee Benson
intendencias; conversión de los
reinos o provincias en, 22, 25,
33
elecciones en los concejos municipales, 26-27
intendente; funciones, 24-25, 76
intendentes y gobernadores; vuelta
al poder de las provincias e intendencias, 75
intendentes, 22, 25, 52, 75; autoridad, 24
reemplazo de los gobernadores
militares de las provincias
por, 25
Irapuato, 245, 247
congregación, 62
Iriarte, Agustín (de), 55, 84n, 187,
306
Iriarte, Antonio de, 136
Iriarte, Mariano de, 128n, 242n,
319
Iriarte, Pedro (de), 167, 243, 245
Irigoyen, José María, 140, 322
Iturbide, Agustín (de), 13, 102103, 114-118, 122, 125 y ss,
154 y ss, 170n, 172-173, 176 y
ss, 228, 238, 267n
abdicación, 216n, 283
aceptación oficial por el ayuntamiento de Puebla, 100
autorización para el establecimiento de la Diputación
Provincial de Puebla, 100,
180
comisionados, 184-190; informe, 187-189
Consejo de Estado, 190
coronación, 154, 161, 178
376
derrocamiento, 29, 300
disolución del Congreso, 160,
178n
entrada triunfal en Puebla, 98
fuerzas, 117, 186
gobierno, 193
gobierno central, 182
Junta Nacional Instituyente,
creación, 178n
legitimación del movimiento
de independencia, 31
manifiesto al pueblo, 179
mensajeros, 116
movimiento, legalización, 98
nueva convocatoria de los
miembros del primer Congreso constituyente, 137
oficiales imperiales, 160
oposición a su abdicación,
216n
orden de armar al populacho,
181
plan, 101
primer congreso elegido durante su régimen, 29, 137
proclama, convocatoria al Congreso, 193
proclamación de los componentes de la Junta Provisional Gubernativa, 127
proyecto para independizar a
México de la monarquía española, 101
régimen, 29
revuelta, 98, 107
revuelta contra, 216n
tropas, 158, 160, 162, 164n,
173
índice onomástico y analítico
Iturbide, Agustín de, y José Antonio Echávarri; línea limítrofe
entre sus fuerzas, 186
Iturbide, Agustín de, y Vicente
Gue­rrero; expedición del Plan
de Iguala, 114
Iturrigaray, José de; destitución,
25
Iturrivarría, José Ignacio, 140, 323
Ixtacuixtla, Tlaxcala, 66n
Izamal, 53
Izazaga, Ignacio, 211n
Jalapa, 82n, 160, 162, 164n, 170n,
180, 185
partido, 81
reunión, 185, 186n
Jalisco, 225-226, 232, 248, 280
Congreso, constitución, 232
diputados, 248
estado libre, 226-227, 245
Congreso, 232-2333
Congreso constituyente pro­
vincial, 232
Congreso constituyente,
ins­talación, 232 y n
Constitución, redacción,
227
diputados electos al primer
Congreso constituyente, 232n
gobernador, 227
gobierno provisional, 229,
246
plan de gobierno provincial, 228
plan de gobierno provisional, 229
poder ejecutivo, 227-228
primera legislatura, 233
representantes, 246-247
obtención de la calidad de estado, 292
jefe político de Durango; independencia, 44
jefe político de Guadalajara; independencia, 44
jefe político de la ciudad de México, 44
jefe político de Mérida; independencia, 44
jefe político de México; jurisdicción, 44, 46
jefe político de Monterrey; independencia, 44
jefe político de San Luis Potosí; independencia, 44
jefe político; autoridad sobre las
provincias, 49, 92, 95, 196
funcionario ejecutivo de la provincia o intendencia, 42,
44,46
funciones, 76, 150, 197, 227
limitación de su autoridad, 39
reemplazo del título de virrey
por el de, 44, 47, 52
Jiménez, José María, 207
Jiménez, Manuel, 240n, 332
Juanicotena, Juan Fermín de, 57n,
85, 305
Juarros, Domingo, 72n
Juchipila, 242
Junta Central del Gobierno Superior de España y las Indias, 26
nombramiento de una regencia, 27
377
Nettie Lee Benson
Junta General de Guerra de las
fuerzas revolucionarias, 185,
187-188
Junta Gubernativa de provincia, o
‘diputación provincial’, 38 y n
sugerencia para denominarla
diputación provincial, 3839
Junta Gubernativa estipulada en el
Plan de Iguala, 115 y n, 125n
Junta Gubernativa Provisional de
Monterrey, 147
Junta Nacional Instituyente o Congreso Restaurado, 135-136, 169,
178n, 184, 189, 199, 316
comisión, 189
informe, 180
comisionados, 187-189
primera reunión del Congreso
restaurado, 191
proyecto de convocatoria al
Congreso, 189
sesión especial, 178, 180; sesión secreta, 187
junta provincial, 38, 56n
Junta Provisional de Gobierno o
Gubernativa (Soberana), 125,
127, 132, 142, 146, 237, 243,
254
decretos, 132n, 139n, 146n,
150n, 281n, 283n, 293n,
295n, 299n
junta superior provincial; composición, 34, 36, 38
juntas electorales, 94, 138, 171n,
280
juntas preparatorias; composición,
49, 52, 82
facultades, 50
reunión, 50
juntas provinciales de España, 33,
43, 300
gobierno, 34
levantamiento, 25
origen de la diputación provincial, 33
juntas provinciales, 33, 39, 43
legalización, 33
vocales, 34
juzgados de primera instancia;
composición, 44
La Abeja Poblana, 100n
La Abispa de Chilpantzingo, 153,
202n
La Águila Mexicana, 137n-140n,
148n, 150 y n, 176, 200 y ss,
268, 273
La República de Guadalajara, impreso, 252
Lagos, 226; conferencia, 245, 248
Lanuza, Pedro José, 158
Lanz, Manuel A., 53n, 77n, 84n,
304n
Lanz, Pablo, 84, 239
Lara, José Anselmo de, 126, 305
Larrazábal y Uribe, Miguel; representante de Tlaxcala, Nueva
España y las Provincias Internas ante la Junta Central del
Gobierno Superior de España,
26-27
Leal, José Dionisio, 84n, 88n, 307
Legislaturas estatales mexicanas, 32,
221; elecciones, estados en que
se llevaron a cabo, 293-295, 299
378
índice onomástico y analítico
estados autorizados a establecerlas, 293
instalación, aprobación, 274n,
280
proyecto de ley para su instalación, 293
Legislaturas provinciales; composición, 274n, 280
Lemus, Pedro, 173-175
Leño, Joaquín, 170n
León de Nicaragua, 41n
León, Antonio, 234
León, isla, 26-27
León, Manuel, 239n, 241n, 332
Lerdo de Tejada, Miguel M., 178n,
216n
Lewis, Boleslao, 111n
ley de convocatoria al nuevo Congreso; proyecto, primera lectura, 218
ley de convocatoria, 205, 218, 225
ley electoral del 17 de junio de
1823, 279, 282, 293, 321
artículo 10, 282
artículo 11, enumeración de las
provincias de Guatemala,
282
ley electoral para convocar a un
nuevo Congreso con la facultad para aprobar la Constitución, 201
ley electoral para convocar a un
nuevo Congreso constituyente,
137-139
ley electoral, 137
artículo 1°; división de las provincias de Sonora y Sinaloa, 139n
artículo 8, 139
artículo 10, 138 y n, 140
artículo 18, 148
artículo 86, 139
artículo 88, 138
artículo 92; reforma, 138-139
capítulo VII, artículos 84 y 85,
138
comisión encargada de su preparación y presentación,
137-139
primera, 202
libertad de prensa; fundamento de
la Constitución, 102-103
Lima, 108
Liñán (o Linan), Pascual de, 117,
120; reconocimiento oficial de
Juan O’Donojú, 120
Linares, 56n, 57; sede del obispado
de, 141
Linares, diócesis de, 56n, 141; jurisdicción, 57
Llano, Ciriaco del, 75, 88n
Llano, José Rafael de, 146, 171n,
173 y n, 174, 205n
Llano, Pedro Manuel de, 57-58,
301
Llave, Pablo de la, 92 y n, 95; ministro de justicia, 286
Llorente, José Miguel, 213n, 264n
Lobato, José María, 100, 164
Lobo Guerrero, José León, 56n57n, 58, 146, 147n, 171n, 256257, 301, 305
Lobo, Juan Bautista, 67, 69n, 78,
84n, 101, 115-117, 125, 303,
307
379
Nettie Lee Benson
Lombardo y García, Francisco María, 207, 292n
López Constante, Juan (Tiburcio),
92 y n, 239, 241n
López de la Plata, Manuel, 187
López de Llergo, Agustín, 240n,
332
López de Santa Anna, Antonio,
véase Santa Anna
López, Gaspar, 142-143, 145-146,
172-175
jefe político interino de las Provincias Internas de Oriente,
142, 170
López, Patricio, 93 y n
López, Pedro, 135, 317
Los Guadalupes, 67; candidatos a
diputados a las Cortes de España, 67
Los Ranchos, 273
Lovett, Gabriel H., 25n
Loya, Francisco, 140, 322
Luisiana; reino de la, 110
Lyon, Elijah Wilson, 111n
Macune, Charles, hijo, 125n, 309n,
312n, 324n
Madrid Quiñones, Juan, 66
Madrid; provincia, 89, 95, 110111, 114
Magner, James Aloysius, 290n
Malo, Félix, 150, 322
Manero Embides, Vicente, 205n
Mangino, Rafael, 194, 196, 285
Maniau, Joaquín, 92 y n
Mansonera, Juan, 140
Marin de Porras; obispo de Linares,
57
Marín, José Mariano, 207, 253;
re­
presentante de Puebla ante
la Diputación Provincial de la
Nueva España, 65, 68, 89n
Marmolejo, Luis, 166n
Marmolejo, Mariano, 84, 308
Márquez, José María; representante
de San Luis Potosí y secretario
de la reunión de Celaya, 273
Márquez, Víctor Rafael, 84n, 205n,
216, 218n, 308
Martínez Chavarro, José; comisionado de Gabriel de Armijo, 269
Martínez de los Ríos, Ramón Esteban, 180, 189
Martínez del Campo, José María,
70
Martínez Marina, Francisco, 206
Martínez, Florentino, 137
Martínez, Jacinto, 54, 302
Martínez, Juan Bautista, 249n, 319,
333
Mascota, 226
Mateos, Juan A., 137n, 150, 207n
Mayorga, Juan de Dios, 207
Mazapil, 242
Mecham, Lloyd J., 153n
Medina, Antonio, 158n
Mejía, José Antonio, 170n
Mejía, José, 35
Memoria Instructiva, 154 y n
Méndez Mont, 89n
Méndez, Antonio, 232n, 323
Mendiola, Mariano, 179, 187
Mendoza, Rafael, 232n, 323
Meneses, José María, 239n
Mérida, 44, 46, 53, 75, 81, 84, 210,
239-240
380
índice onomástico y analítico
autorización de la diputación
provincial para, 41, 52, 73,
304, 310, 319, 331
ayuntamiento, 169, 238
ciudad, capital de Yucatán, 24,
49
México independiente, periódico,
114
México
ayuntamiento de la ciudad de,
90, 101, 103 y n, 104-105,
122, 310
cimientos de la independencia
de, 116
ciudad, 18, 21, 24-27, 29, 36,
44, 46, 52-53, 60, 62-64,
66-70, 74, 78, 81-82, 88,
90-91, 97, 100-105, 108,
113-122, 125, 133, 158,
160-161, 164, 170, 178,
180, 195n, 196-197, 200,
212, 214, 216, 225-226,
235, 243-244, 247, 252253, 258, 262, 268, 274275, 303, 307, 309-310,
324
arribo de la noticia del nombramiento de Juan O’Donojú
como jefe político y capitán
general de la Nueva España, 112
ayuntamiento, elección de
miem­
bros, 90, 101, 103105, 122, 310
capital de la Nueva España, 26,
36, 49, 108
concejo municipal, 26
381
diputación provincial, 19, 3132, 132-133, 176-177, 180,
190, 194, 278-279, 324
jurisdicción, 62, 101n, 104
instalación, 69n, 309
elecciones
parroquiales,
62-64
fiscales, 52, 63, 90-91
gobierno, 226
junta preparatoria, 65n,
68n-69n
jurisdicción del jefe político, 46, 197
periódicos, 225
recepción del Decreto real
que derogaba la Constitución de 1812 y todas
las actas de las Cortes
de España, 70
última diputación provincial en establecerse en
México, 60
diputación provincial
creación, establecimiento y
actuaciones, 32
elecciones, diputados, 91
manifiesto, 177n
partidaria del sistema federal, 278
recomendación a Iturbide
para reinstalar el antiguo Congreso o convocar a uno nuevo, 190
elecciones, diputados provinciales, 311 y ss
gobierno central, 148, 197,
199, 229, 234, 249, 264
Nettie Lee Benson
gobierno nacional, 134, 182184, 197, 199, 216n, 229,
237n, 239, 245-247, 260261, 264, 276, 278, 280,
298, 300
gobierno titular, 193
independencia, 11, 43n, 116,
123, 295n
intendencia, 78, 132, 197, 290
elección de diputados a la Diputación Provincial de la
Nueva España, 65, 67, 81,
130, 132
Junta de Autoridades, 118n120n
Junta de Gobierno, 114
junta de gobierno provisional,
115
obtención de la calidad de estado, 292
provincia, 24, 27, 64, 66, 69n,
197
elecciones, 66
elecciones, diputados a la
Diputación Provincial
de la Nueva España,
64, 67, 218n, 262, 278279, 292
elecciones, diputados a las
Cortes de España, 62,
64
elecciones, representantes
la Diputación Provincial de la Nueva España, 66
junta preparatoria electoral, 52-53, 57, 81, 88,
91, 129, 132
provincia de la Nueva España,
132
Meyer, Michael, 31, 290n
Michelena, José Mariano, 82 y n,
92 y n, 97 y n, 98, 162-163,
182-184, 191n, 194, 195n,
210, 290
diputado por Michoacán a las
Cortes de España, 98
discurso del 4 de junio de 1821
a las Cortes de España, 98,
107
plan, 108
renuncia como representante
de la Diputación Provincial
de Michoacán, 184
representante de Michoacán a
la reunión de Querétaro,
184
Michelena, José Mariano, y José
Mi­guel Ramos Arizpe; iniciativa a las Cortes de España, véase
Ramos Arizpe, Miguel
Michoacán, 52, 69, 82n, 86, 87n,
89, 92-93, 97-98, 100, 156,
183-184, 195n, 205n, 213,
218, 273, 276
diputación provincial, 83, 86,
97, 168, 182, 184, 200,
262-263, 265
conferencia con otras, 265
elección de diputados a la,
282
informe al gobierno central, 276
invitación a otras para obligar a convocar un nuevo Congreso, 211
382
índice onomástico y analítico
miembros, 182n
diputados, 64, 129, 211 y n
estado, legislatura estatal, elecciones, 290, 293-294
intendencia, 88, 211,
junta preparatoria electoral
obtención de la calidad de estado, 292
promoción de un gobierno
central, 210-211
provincia, 24, 27, 41, 61, 64-65,
126, 129, 138n, 151, 183
elecciones, diputado a la
Diputación Provincial
de la Nueva España,
97-98
elecciones, imposibilitada
para efectuarlas, 65
primera provincia de México que intentó establecer su propia diputación
provincial, 95
unión al movimiento de independencia de Agustín de Iturbide, 98
provincia o intendencia, 68,
74-75, 81, 85
reunión, representantes de Michoacán, Guanajuato, Querétaro y San Luis Potosí,
210
Mier Noriega, Joseph, 57n
Mier y Altamirano, Juan Nepomuceno, 84n, 179
Mier y Terán, Manuel, 197
Mier, Francisco, 150, 326
Mier, Servando Teresa de; véase Teresa de Mier
Milanés, Manuel, 240n, 332
Milla, Juan Esteban, 95
Mimiaga, Francisco Ignacio, 84n,
100, 307
ministro de asuntos de ultramar,
44, 60n
ministro de asuntos interiores y exteriores, 142, 177, 192
ministro de asuntos interiores,
214n
ministro de asuntos internos, 260n
ministro de asuntos ultramarinos,
42
plan de gobierno para los reinos de América, 110-111
ministro de gracia y justicia, 46n
ministro de justicia y asuntos eclesiásticos; proposición de pacto
federal provisional, 261
ministro de justicia
informe al Congreso, 286
recomendación para establecer
una legislatura o congreso
provincial en cada una de
las provincias, 280
ministro de la gobernación (governación) de ultramar, 69n
ministro de relaciones interiores y
exteriores, 177n, 226 y n
ministro de relaciones interiores,
263, 269; Lucas Alamán, 212,
236n, 241n, 253
ministro de ultramar, 55n, 68n
Molina Solís, Juan Francisco, 84n,
322n
Molina, Miguel, 140, 323
Molinos de Arizpe, 174 y n
Monarquía central, 29
383
Nettie Lee Benson
Monarquía moderada constitucional, 185
Monclova, 176, 255
ciudad, capital de Nueva Extremadura, 21
destacamento militar, 173
Montenegro, Antonio, 232n
Monterrey, 23, 44, 56n, 57n, 81,
85n, 141, 145-146, 170n, 171172, 175-176, 204, 252, 255,
260n, 287, 301, 305, 326
autorización de la diputación
provincial para, 41
Acta, 259n
ayuntamiento, ciudad, 12, 56,
58, 142n-143n, 147 y n,
148n, 203 y n, 204, 252n254 y n, 258, 260n, 261n
capital de la Diputación Provincial de las Provincias In­
ternas de Oriente, 41, 56 y
n, 59, 73
capital de las Provincias Internas de Oriente, 41,
56, 59, 141
capital de Nuevo León, 21,
49, 141, 148
creación de la Junta Suprema de las Provincias Internas de Oriente, 254
elecciones de partidos, 58
sede del obispado de Linares, 141
diputación provincial, 46, 59n,
84n, 143 y n, 145-147,
258n
establecimiento, 145
instalación, 146-147
sede, 143
junta gubernativa provisional,
147, 171-172
junta preparatoria, 49-50, 57n
junta provisional de gobierno,
véase Monterrey, junta gubernativa provisional,
junta provincial gubernativa,
56n
provincia; Junta Provisional
Gu­bernativa, 146, 147n
reunión, 205n
sede de la Diputación Provincial de las Provincias Internas de Oriente, 59
Monterrey, Saltillo y Monclova;
acuerdos, 176
Montoya, José María, 92n, 95
Mora, Ignacio de; diputado propietario a las Cortes de España por
la provincia de Puebla, 92
Mora, José María Luis, 29, 177n,
181, 309
Morán, José María, marqués de Vivanco, 166n, 264
bando, a los habitantes de la
provincia de Puebla, 165
proclama, 165
comandante en jefe del ejército
de liberación, 213
Morelos, José María, 28, 67 y n
Moreno Guerra, José, 95
Moreno, José Demetrio, 180n
Moreno, Pablo, 84n, 169n, 239n,
241n, 319, 332
Mújica, Gregorio, 89n
Muñoz, Miguel, 192
Murguía, José Celedonio de, 128n
384
índice onomástico y analítico
Muro, Manuel, 84n, 168n, 216n,
273n, 294n
Múzquiz, Melchor, 192, 200, 204,
254 y n
Múzquiz, Ramón, 150
Nación del Anáhuac, 230
Nación española; divisiones, 41
Nación mexicana, 182, 230, 278
Napoleón, 21, 25, 75
Navarrete, Ignacio, 232n, 323
Navarro García, Luis, 22n, 24n
Navarro, José Antonio, 176n
Navarro, Juan; jefe político de
Nueva Vizcaya, 169 y n, 318
Nayarit, 226
Negrete, Pedro Celestino, 179, 185,
188, 194, 210, 243 y n-244 y n
Nelson, George E., y Mary B. Nelson, 290n
Nieves, 242
Noriega, Domingo; enviado de
Agustín de Iturbide, 116
Noticioso General, periódico, 117,
120, 154, 309
Novella, Francisco, 104-105, 115120
capitulación, 120n
junta, 118-120
mensajeros, 116, 118
reconocimiento oficial de Juan
O’Donojú, 120
Novella, Francisco, y Juan O’Do­
nojú; entrevista, 118-120
Nueva España, 21, 26, 36, 41, 5354, 61, 63, 78, 90-91, 94, 98,
105, 108, 112-113, 120, 123,
132
385
autorización de diputaciones
provinciales para, 41
bando de Juan O’Donojú a
los habitantes; véase Juan
O’Donojú
capital, véase México, ciudad
creación del sistema de intendencias en la, 22, 24
cuerpos electorales provinciales, 128n
decreto que le concedía solamente una diputación provincial, 88
diputación provincial, 51, 62,
64-67, 69-70, 74, 78, 80n,
81, 83, 88, 97 y n, 100-105,
112, 115, 118 y n-119, 122,
129-130, 303, 307
composición, 69, 78
constitución oficial, 52n
diputados, 13, 88, 115, 129
elecciones, 61, 80, 97
elecciones de diputados a
la, 80-81, 130
establecimiento, 69
instalación, 83
jurisdicción, 62, 69, 80,
101n, 103-104
miembros, 66, 69, 122, 125
miembros con voto, 78
reinstalación, 78
restauración, 300
sesiones, 39-40, 69-70, 78,
80, 100-101, 105
diputados, 88
división en reinos o provincias,
21, 104, 111, 129
divisiones electorales, 81, 128n
Nettie Lee Benson
elecciones en los concejos municipales de las capitales de
las provincias o intendencias, 26-27
elecciones, diputados a las Cortes de España y a la dipu­
tación provincial, 26, 132
instrucciones para las elecciones, 27, 57, 61 y n, 80-81,
127-129, 295
intendencia, 93
junta preparatoria electoral,
52, 81, 88, 129
bando, 81
convocación, 81
instrucciones relativas a las
primeras elecciones, 129
jurisdicción, 81
ley del 27 de noviembre de
1809, 132
límites norteños, 86
partido, 26
provincia, elecciones, 61
junta electoral, 61, 280
provincias, 52-53, 61, 90, 105
provincias o intendencias, 27,
52
provincias, división en distritos, 26
reino, 21, 87n, 93, 121
artículo 1° de las Reales or­
denanzas para el esta­
ble­
cimiento e instrucción de intendentes de
exército y provincia en,
87n
restauración de las diputaciones provinciales, 82
solicitud de Oaxaca de diputaciones provinciales adicionales, 91
territorio, 18, 21
virreinato, 16-18, 22, 26, 104,
111
virrey, 21-22, 24-25, 27, 42n,
44, 46-47, 52, 55-56, 75,
78, 111, 118-119, 122
Nueva Extremadura; provincia,
21
Nueva Galicia, 41, 52-53, 80, 168,
226, 243, 258, 268n; véase
también Guadalajara
diputación provincial, 41, 5355, 243, 302, 306, 312;
véa­se también Guadalajara,
diputación provincial
discusión de medidas para
pro­clamar la república
federada, 222
elecciones, convocación,
55, 83
esfuerzos por el establecimiento de un gobierno
federal, 222
instalación, 55n, 73, 83
manifiesto, 222, 229
restablecimiento, 80
Gobierno político superior,
224n
intendencia, 226
junta preparatoria electoral, 49, 53-54 y n, 82
planes, 242
provincia, 21, 24, 42n, 54, 166,
221-222, 242, 248-249
386
índice onomástico y analítico
Congreso provincial, propo­
sición de establecimiento, 221
elecciones, 54
gobierno estatal, establecimiento, 221
plan de separación de todas
las provincias de América, 253 y n
provincia o intendencia, 75
provincia o intendencia, cambios de intendente, 75
publicación de los decretos del
23 de mayo de 1812, 53
reino, 74
Nueva Granada, 108
virreinato, 26, 111
Nueva Jersey, 222
Nueva Vizcaya, 21, 49, 75, 139,
169
diputación provincial, composición, 85, 134
creación, 49
elecciones, diputados provinciales, 60, 85, 129, 139
intendencia, elecciones, diputados a la Diputación Provincial de las Provincias
Internas de Occidente, 60, 73,
135, 318
provincia, 49, 60, 139
provincias, división, 85
Nueva York, 222
Nuevo León y Texas; Junta Gubernativa Provincial, 56
Nuevo León, 21, 49, 52, 57-59,
141, 143, 146, 258, 301, 305306
387
asignación de distritos electorales a, 57
diputación provincial, 73, 134,
148, 204, 290, 297
elecciones, diputados, 146,
150, 282
instalación, 151, 204n
estado, 56, 290, 294, 297; convocatoria a la legislatura
estatal, 297
legislatura estatal, instalación, 297, 299
junta, 252
Junta Gubernativa Provisional,
56n, 147, 171-174
Junta provincial, 172
obtención de la calidad de estado, 294
parte del Estado Interno de
Oriente, junto con Coahuila y Texas, 290, 294, 296297
propuesta de Servando Teresa
de Mier para convertirlo en
estado, 148
provincia, 22, 25, 28, 36, 41,
56-57, 84n, 138n, 141,
151, 174, 263
elecciones, diputados a la
Diputación Provincial
de las Provincias Internas de Oriente, 150
pronunciamiento en favor
de la república federal,
258-259
retiro del gobierno central,
263
provincia o intendencia, 74
Nettie Lee Benson
representación de Texas, 58
Nuevo León, Coahuila y Texas
diputación provincial, 74, 204
instrucciones a sus diputados, 146
instalación, 134, 204n
estado, 294
Nuevo México, 294, 298
declarado territorio, 22
diputación provincial, 133,
181n, 313, 318, 325
elecciones, diputados, 60,
140, 282
establecimiento, 134-135
felicitaciones al Congreso,
134
legalización, 140, 151
petición al Congreso de
libertad de comercio
entre esa provincia y
Estados Unidos, 134
elecciones, 28
elecciones, diputados, 85
parte integral de la Diputación
Provincial de Nueva Vizcaya, 134
provincia, 25, 60, 74, 138, 290,
308; elecciones, diputados
a la Diputación Provincial
de las Provincias Internas
de Occidente, 60 y n, 135
territorio, 22
Nuevo Mundo; territorios españoles, 21, 110
Nuevo Reino (o Reyno) de León,
véase Nuevo León
Nuevo Reino de Granada, 35, 41n
Nuevo Santander (ya con el nombre de Tamaulipas); obtención
de la calidad de estado, 294
Nuevo Santander, 22, 36, 52, 57,
314, 326
asignación de distritos electorales a, 57
cambio de nombre por el de
Tamaulipas, 21, 294n
diputación provincial, aprobación del dictamen de su
reconocimiento, 41
elecciones, diputados, 5758, 74, 84n-85n, 130,
142-143 y n, 282
establecimiento, 132, 134;
miembros, 146, 175n
solicitud al congreso de su
legalización, 130, 145
voto en favor de la república federal, 252, 258,
260
petición de reconocimiento de
sus diputados, 142-143
primera provincia en separarse
de las Provincias Internas
de Oriente, 141
provincia, 290
elecciones, diputados a la
Diputación Provincial
de las Provincias Inter­
nas de Oriente, 301,
305-306
rebelión, 156
Suprema Junta Gubernativa,
175
provincia o intendencia, 22,
25, 28, 138, 151
388
índice onomástico y analítico
revuelta, 156, 160
Núñez de Esquivel, Melchor, 56
Núñez de Torre, José María, 84,
308
O’Donojú, Juan, 94-95, 113-123
bando a los habitantes de Nueva España, 121
capitán general y, después, jefe
político de la Nueva España, 105, 107
entrada en la ciudad de México, 122 y n
jurisdicción como jefe político,
105
nombramiento como capitán
general y jefe político superior de Nueva España, 46 y
n, 112, 121, 123
primera proclama, a los habitantes de la Nueva España,
113
reconocimiento oficial como
capitán general y jefe político de la Nueva España,
117
segunda proclama, a los militares y habitantes de Veracruz, 113
O’Donojú, Juan, y Francisco NoveIla; entrevista, 118-120
O’Gorman, Edmundo, 207n-208n
Oajaca, véase Oaxaca
Oaxaca, 52, 69, 75, 81, 84n, 93,
100, 128n, 233 y ss, 247
amnistía a, 248n
ayuntamiento, 165, 234
bando, 237n
389
ciudad, 233-234; entrada de
Nicolás Bravo, 165 y n
conversión en estado federal,
233
congreso; decreto, 237n
desconfianza hacia el gobierno
central, 210
diputación provincial, 89, 91,
94, 200, 233-234
comisionados a la reunión
de Puebla, 200, 205n,
210
restablecimiento, 234
separación, 234-235
elecciones, diputados provinciales, 64-65, 81, 129
estado libre, Congreso, instalación, 233-234, 236-237 y n
proclamación, 237n
estado, 234
Congreso provincial, 235236, 237 y n
convocatoria a elecciones, 235-237 y n
Junta Provincial Gubernati­
va, 237; supresión, 237
intendencia, 61n, 93, 205,
237n
elección de diputados a la
Diputación Provincial
de la Nueva España,
129
Junta Gubernativa Provisional,
233; disolución, 234
Junta Superior Gubernativa,
235 y n, 236
obtención de la calidad de estado, 237
Nettie Lee Benson
organización del gobierno provincial independiente, 210
proclama de independencia,
234, 236n
provincia, 63, 74, 126, 129,
138n, 151, 210, 221, 233,
235-236
bases con que se emancipó,
236n
declaración de independen­
cia, 210, 236n
declaración en favor de una
república confederada,
253
elecciones, 64
elecciones, diputados, 62
en dominio de los insurgentes, 63-65
Junta Gubernativa Provisional, 233
plan de gobierno, 235
proyecto para establecer un gobierno provisional o Junta
Superior Gubernativa, 235
retiro del gobierno central, 263
provincia de la Nueva España,
24, 61
provincia o intendencia, 27, 41
solicitud de diputaciones provinciales adicionales en la
Nueva España, 91
obispado de Linares; sede, 141
Ochoa, Anastasio, 205n, 214
Ochoa, Gaspar de; comandante militar de Nueva Vizcaya, 169
Ochoa, José Ignacio, 140, 322
Ochoa, Simón de, 169n, 318
Olagaray, Roberto, 113n-120n, 122n
Olaguíbel, Hilario de, 88n, 327
Olavarría y Ferrara (o Ferrari), Enrique, 158, 161n, 178n
Oller (Oyer), José María, 100, 315
Orantes, José Vicente, 187
Orilla, Lorenzo, 97
Orive y Novales, Manuel de, 242n
Ortega, Lorenzo, 135, 317
Ortega, Simón, 239
Ortiz de Zárate, Manuel, 84n, 328
Ortiz, Antonio, 140, 325
Ortiz, Francisco, 53, 304
Ortiz, Jesús Francisco, 140
Ortiz, José María, 184n
Ortiz, Juan Rafael, 133, 140, 313,
325
Ortiz, Juan, 60
Ortiz, Matías, 140
Osores, Félix de, 214, 262
Osuna, Manuel Saturnino, 285
Otero, Pedro, 251, 264
comandante general de Guanajuato, 213, 273
Oteyza, Joaquín de; comisionado
de Querétaro, 276, 328
Ovando, José María, 88n, 100
Pacheco, Manuel, 53, 304
Pacheco, Miguel, 54n
Padilla; secretario de Gaspar López, 145; pueblo, 36
palacio virreinal de la ciudad de
México, 122
Palenque; ayuntamiento, 73
Palou, Joaquín, 172n
Paniagua, Flavio Antonio, 72n
Pardo, hacienda, 269
Paredes y Serna, Pedro, 175n
390
índice onomástico y analítico
Paredo, Juan, 243
Parras y Ballesteros, José María,
204n, 205n
Parras, Coahuila, 256
partido de la capital, 51
partidos de las provincias, 34; demarcación, 50; facultades en la
elección de miembros de la diputación provincial, 34, 51
Paso del Norte y Río Florido; territorio entre, 138-139
Paso del Norte, 60
Pastor Morales, Juan José, 97-98,
100, 115, 307, 325, 328
apoyo al movimiento de Agustín de Iturbide, 98
diputado por Michoacán a la
Diputación Provincial de la
Nueva España, 84n
Paúl, Felipe Fermín de, 107
Paula Villegas, José María, 53
Paz, Pedro Pablo de, 169n, 319
Peña, Ignacio, 175n, 314, 326
Peña, Juan Nepomuceno de la,
204n, 205n
Peña, Mariano de la, 140, 325
Pensilvania, 222
Perea, Pedro Jesús, 140, 325
Pereira, Gaspar, 140, 323
Pérez de Castro, Evaristo, 35
Pérez Gavilán, Miguel, 170n, 318
Pérez Marañón, Fernando, 72n,
75, 308
Pérez Salazar, Manuel, 89n
Pérez Soto, Andrés, 84n, 308
Pérez Verdía, Luis, 166n, 226n
Pérez, Raymundo, 239
Perote, 52, 185
Perú, 41n, 108; virreinato, 26, 111
Pesquería, 173
Pi y Arsuaga, Francisco, 77n
Pi y Margall, Francisco, 77n
Pilón, Cerralvo y Saltillo; pronunciamientos, 258; pueblo, 258
Pino, Juan Bautista, 140
Pino, Juan Estevan, 133, 313
Pino, Pedro Bautista, 140, 325
Pinos, 242
Pinto, José Joaquín, 53, 304
Plan de Casa Mata, 137, 147, 163165, 169, 177, 178n, 181-182,
184-185, 191, 193-194, 199,
206, 219, 249, 282-283, 300
adhesión al, 13, 156n, 173,
181, 224n, 251
anuncio en México de la
adhesión de Puebla,
180-181
de Chiapas, 181n
de la Diputación Provincial, el ayuntamiento,
el clero y demás funcionarios públicos de
Durango, 170n
de la Diputación Provincial, el ayuntamiento
y la guarnición de San
Luis Potosí, 168
de la Diputación Provincial
de Guadalajara, 168
de la Diputación Provincial
de Oaxaca, 233
de la Diputación Provincial
de Puebla, 166, 180
de la Diputación Provincial
de Yucatán, 169, 238
391
Nettie Lee Benson
de la provincia de Guanajuato, 191
de la provincia de Nueva
Galicia, 166
de las Provincias Internas
de Occidente, 216
de las Provincias Internas
de Oriente, 216, 254
de las Provincias Internas
de Oriente, con excepción de Texas, 175
de los cuerpos oficiales de
Zacatecas, 167-168
de los oficiales del ejército
de Zacatecas y Querétaro, 167
de Monterrey, 171-172
de Nueva Galicia, 168
de Nuevo Santander, 175
de Oaxaca, 233
de Querétaro, 167
de Saltillo, 171n, 172, 175
yn
de San Antonio, 176
de Tabasco, 175
de Valladolid, 169, 265
del ayuntamiento de Texas,
176
del ayuntamiento de Veracruz, 163
de la Diputación Provincial
de México, 176
promesa de Antonio López
de Santa Anna y sus oficiales, 163
resultado, 182
ambigüedad, 184
artículo 2, 188-189 y n
modificación, 178
reforma al artículo 5, 164n, 169
artículo 10, 168
campaña en favor del, 168
confusión con el Plan de Veracruz, 161 y n
firma, 162
impresión en el Diario de Veracruz de una versión, 178
imprevisión de un gobierno nacional, 182
jefes, 184
modificaciones, 163, 171n, 175n
movimiento en pro, 170
oposición a su reforma, 193
original, 163n, 164 y n
partidarios, 167
previsión para la convocatoria de un nuevo Congreso
constituyente, 137
principios y origen, 163
promulgación en la ciudad de
México, 146
unificación de las Provincias
Internas de Oriente en pro,
170
versión adoptada por Monterrey, 204
versión proclamada en Chilapa, 170n; véase también
Bustamante, Carlos María
de
Plan de Iguala, 114-115, 122, 161,
197, 228, 284, 300; junta guvernativa (gubernativa) a que
se refiere, 115n, 125n
Plan de República Federativa, 208
y n, 218, 219n, 230
392
índice onomástico y analítico
Plan de Santa Anna; reconocimiento, 178
Plan de Veracruz, 161
adopción, 161-162
confusión con el Plan de Casa
Mata, 161 y n
expedición, 161
proclamación, 170n
Plata, La, 111
Poder Ejecutivo, 115, 161, 196,
227-228, 243, 257, 259
inexistencia, 197-198
miembros, 210
Ponce de León, José M., 299n
Porras, Salvador, 135-136
Portillo, José M., 186
Portugal, Juan Cayetano, 128n,
205n, 208n, 232n, 245, 312
Prado, Ignacio, 135, 317
Prado, Mariano del, 140, 322
Presas, José, 107n, 112n
Priestley, Herbert Ingram, 290n
Primo de Rivera, Mariano, 125
provincia peninsular, 41
provincias de América, 47
plan de separación de la provincia de Nueva Galicia,
253n; véase Nueva Galicia
provincias de España (antes reinos
o intendencias), 21, 42, 82, 89
provincias de México, 151, 198,
251, 283; autonomía, 47
provincias de ultramar, 40, 43
financiamiento de obras públicas, 42
gobierno, 35
instrucción para las elecciones
de diputados de Cortes,
artículos I y II, 49, 52n,
61n
nombradas de un modo ex­
preso en el artículo 10 del
Proyecto de Constitución,
41
provincias e intendencias
reconocimiento como parte de
la nación española en la
América Septentrional, 74
vuelta al poder de los intendentes y gobernadores militares, 75
Provincias Internas de Occidente,
41, 49, 74, 87, 136
autorización de la diputación
provincial para las, 41
comandancia, 295
Comandancia general, véase
Co­
mandancia General de
las Provincias Internas
de Occidente
comandante general, transferencia de la sede, 87
diputación provincial, 41, 83,
126, 304, 308, 318
composición, 60
instalación, 83
jurisdicción, 135
restablecimiento, 80
diputados, 60n, 138
elección de diputados a las
Cortes y a la diputación
provincial, 83
gobierno, 148
junta preparatoria, 49
Provincias Internas de Oriente, 17,
36, 38, 41, 47, 52, 57, 61n, 74,
393
Nettie Lee Benson
80, 87, 141, 145, 173, 175, 183,
216 y n, 254, 256, 292, 297
comandancia, 295
Comandancia general, véase
Comandancia general de
las Provincias Internas de
Oriente
comisionados, 254n
Congreso provincial, convocatoria, 258
declaración en favor de una república confederada, 253
deseo de formar una federación
con México, 252
deseo de ser un estado confederado soberano de la República Mexicana, 252, 256
desmembramiento, 147
diputación provincial, 41, 56 y
n, 59 y n, 83, 87, 126, 143,
146-147, 170, 301, 305,
311
diputados, 129
elecciones, diputados, 128n130, 305
establecimiento, 141, 261,
290
instalación, 58, 73, 83
jefe político, nombramiento, 256, 258 y n, 260
restablecimiento, 80
tercera establecida dentro
de los límites de México, 56
elecciones, diputados, 58, 80-83
establecimiento de una diputación provincial en cada
una, 148, 261
gobierno provincial o estatal,
establecimiento, 261
intendencia, ley para su establecimiento, 141
junta gubernativa provincial,
56
junta legislativa, 259
junta preparatoria electoral,
49, 81
junta provisional gubernativa,
254
Junta superior, 38
Junta Suprema, 254
creación, 254
plan de constitución, 260n
poder ejecutivo, 259
promoción de la creación de un
estado federal centralizado,
148
reconocimiento del Congreso
en funciones, 262
reconocimiento del Supremo
Poder Ejecutivo como gobierno provisional, 205
suprema junta general guberna­
tiva; establecimiento, 260n
Provincias Internas del Norte; comandancia, 295
provincias Internas, 22, 24, 26,
216, 283, 295
Comandancia general, véase
Comandancia general de
las provincias Internas
comisión especial encargada
de sus asuntos, 33, 137
diputaciones provinciales, establecimiento, 31, 290
división, 22, 292
394
índice onomástico y analítico
provincias militares, 25
provincias precursoras en el establecimiento de gobiernos estatales,
declaración de independencia,
221, 249
Provincias Unidas de América del
Centro, 300
provincias y municipios; gobierno
interno, 39
provincias
autoridades, 239; conversión
en intendencias, 21-22;
for­
ma de gobierno, 278;
gobierno económico y político, 104
independencia política, 39, 47
nueva división en ultramar, 51
Proyecto de plan interino de
arreglo y organización, 33
Puchet, José María, 93n
Puebla de los Ángeles, 88n, 315,
327; véase también Puebla
ayuntamiento, 88
estado, 290
provincia, 68n, 303n
junta electoral, 68n, 91n
Representación, 88n, 89, 90-91
Puebla, 52, 68-69, 93, 98, 114,
116, 118, 154, 165, 170n, 178,
180, 183-184, 186, 193-194,
200, 298; véase también Puebla
de los Ángeles
ayuntamiento, 88-91, 112, 166
aceptación oficial de Agustín de Iturbide, 100
solicitud de autorización
a Agustín de Iturbide
395
para el establecimiento
de la diputación provincial, 100, 130
declaración de inconstitucionalidad del decreto del 23
de mayo, 88, 90
diputación provincial, 88 y n,
92, 94, 98, 100, 130, 151,
167, 176, 180, 206, 315, 327
comunicaciones, 181
creación, 126
elecciones, diputados, 52n,
64, 81, 84n, 129, 282
establecimiento, 100
instalación, 100
Representación al Congreso,
91, 206n
estado, legislatura estatal, elecciones, 290, 292-294
legislatura estatal, instalación,
294, 297
intendencia, 61n, 74, 78, 81,
89, 129
elección de diputados a la
Diputación Provincial
de la Nueva España, 62,
65, 69, 81
separación de Tlaxcala, 129
junta, 191n, 193n, 195n, 196,
204
manifiesto, desconocimien­
to al Congreso recién
reinstalado, 193
juntas, 194, 195n
memoria a las Cortes de España, 91
obtención de la calidad de estado, 292-294
Nettie Lee Benson
propuestas, 183
provincia, 24, 27, 61-62, 6465, 89, 91, 98, 100, 126,
129, 138n, 165, 182, 303,
307
elecciones parroquiales, 65
elecciones provinciales, 27
elección de diputado a la
Diputación Provincial
de la Ciudad de México, 62, 91
junta preparatoria electoral, 91
provincia o intendencia,
41, 75
representante ante la Diputación Provincial de la Nueva
España, 65-66
comisionados, 211
solicitud de revocación del decreto del 23 de mayo, 88,
90
Puente, El, 164 y n, 185
representantes de los cuerpos
en, 186
Puerto Rico; Capitanía General independiente, 26
Puich, José, 135, 317
Querétaro, 64, 68, 69n, 84, 100,
133, 167, 183, 205, 210, 214,
218, 262-264, 271, 273, 275n
acuerdos, 263
ayuntamiento, 214 y n, 215
ciudad, 24, 214
corregimiento, 61n, 132
creación como provincia de la
Nueva España, 132
desaprobación del informe de
la Comisión de Convocatoria y del voto particular de
Carlos María Bustamante,
214
desmembramiento de la intendencia de México, 132
diputación provincial, 41, 89,
133, 151, 183, 200, 213214, 261-265, 276, 309, 328
establecimiento, 132-133
exposición al Supremo
Exe­cutivo, 264n
informe al gobierno central, 276
manifiesto, 167n
petición a la Comisión cons­
titucional para su establecimiento, 132-133
reclamación de integración
de un nuevo Congreso,
205, 214
reconocimiento limitado del
Congreso, 205
elecciones, omisión en el decreto para llevar a cabo las
de noviembre de 1821, 132
estado, 293-294
legislatura estatal, instalación, 297
obtención de la calidad de
estado, 290, 292
provincia
comisionados, 276
elecciones, diputados a la
Diputación Provincial
de la Nueva España,
81, 282
396
índice onomástico y analítico
elecciones, 28
elecciones, representantes
a la Diputación Provincial de la Nueva España, 65
jefe político, 214n
junta electoral, 65n
provincia de la Nueva España,
132
provincia o intendencia, 26, 6162, 65, 78, 81, 129, 138n,
182-183, 195n, 213, 292,
303, 307, 309, 317, 318
recepción del decreto de convocatoria al nuevo Congreso, 263
reunión, 183-184
Quevedo, José de, 67n, 303n
Quiñones, José María, 241n, 332
Quintanar, Luis, 133, 226, 229,
232 y n, 248, 251, 309
bando, 231 y n-232
jefe político de Nueva Galicia,
166 y n, 208n, 222 y n, 224
declaración, 222
manifiesto, 229, 245
proclama, 224 y n, 228, 233n
representante de Querétaro ante
la Diputación Provincial de
México, 133
Quiroga, Antonio, y Rafael del Riego; insurrección, 77
Quito, 41n
Ramírez, José Miguel, 232n
Ramírez, Pedro, 243, 333
Ramos Arizpe, José Miguel, 36, 47,
56n, 82, 85-88, 91-94, 107397
108, 141, 146-148, 162-163,
170-174, 204 y n, 252-258,
261, 285-286, 292, 295n
Acta Constitucional, 286 y n,
287n, 288-290n, 292
analogías entre su borrador, el de Austin y la
Constitución española
de 1812, 287 y n, 288n
artículo 5°, aprobación,
292 y n
artículo VII (7°), discusión,
290n, 292
estados de la federación incluidos, 289-290
proyecto, 287n
presentación al Congreso,
286
descripción de las Provincias
Internas de Oriente, 38
diputado de las Provincias Internas de Oriente, incorporación a las Cortes de
España, 36
memoria dirigida a las Cortes
de España, 17, 38
plan, 288
presidente de la comisión de
re­dacción del proyecto de
Constitución, 286
proposición para el establecimiento de una junta superior en Saltillo y juntas
subalternas, 254-255
proposición para el establecimiento y composición de
una junta superior ejecutiva de las Provincias Inter-
Nettie Lee Benson
nas de Oriente, 254
representante de la provincia
de Coahuila ante el nuevo
Congreso constituyente de
México, 285
Ramos Arizpe, José Miguel, y José
Mariano Michelena; iniciativa
a las Cortes de España,
Ramos Arizpe, José Miguel, y Stephen F. Austin; encuentro, 252253n, 286-287
Ramos y Valdés, Rafael, 172
Ramos, Demetrio, 111n
Ramos, Felipe, 169n, 318
Ramos, Jesús, 255
Rayas, marqués de San Juan de,
84n, 127, 179, 308, 312
Rayón, Ignacio, 269
Read, Benjamin M., 133n
Real de Álamos, 60 y n
Real de los Pozos, 271
Real de San Sebastián, 226
Reales ordenanzas para el establecimiento e instrucción de
intendentes de exército y provincia en el reino de la Nueva
España; artículo 1°, 87n
Rees Jones, Ricardo, 75 y n
Regencia, 27, 49-50
composición, 27
decretos; convocatoria para las
elecciones a las Cortes de
España, 27
del 18 de noviembre de
1821, 128, 132
instrucciones completas para la
elección de miembros del
nuevo Congreso, 128
Regil, Pedro Manuel de, 84n, 240n,
332
régimen federal; partidarios de su
establecimiento en México, 199
Reglamento de Provincias, 36, 38
publicación, 33, 36
Reino de España, 25; véase España
reinos españoles, 21
Rejón, Manuel Crescencio, 135n,
241n, 274; propuesta para la
creación de la provincia de Tabasco, 134-135
religión católica apostólica romana, 171n, 227, 266n
Rendón, Francisco, 75
república centralista, 253, 279
república confederada, 255, 257
declaración de algunas provincias
en pro, 253
república federal, 230, 233-234,
241 y n, 253n, 259-261, 264265, 274, 279
Bases, acuerdo del Congreso
para su impresión y distribución, 218, 219n
establecimiento en México, 29,
214-215, 266, 276, 280,
287
establecimiento inevitable en
México, 262
idea que circulaba en todo el
país, 262, 275 y n, 288
partidarios, 148, 256, 277
principios, 277
proyectos, 287
sistema, 262, 278, 280, 288
tendencia a su creación, 253,
256, 275
398
índice onomástico y analítico
trabajo en pro de su establecimiento, 263
república federativa, 258; Bases,
208 y n;
proyecto de bases, 219n
República Mexicana, 72, 299; deseo
de las Provincias Internas de
Oriente de ser un estado confederado soberano de la, 252
partes integrantes, 292
Requena (o Requeña), Tomás, 218,
268n
rey de España, 24, 111
reyes de España, 25
Reyes, Francisco Antonio de los;
comisionado de Gabriel de Armijo, 269
Reyes, Rodolfo, 290n
Riego, Rafael del, y Antonio Quiroga; insurrección, 77
Riesgo, Juan Miguel, 135-136 y n
Riestra, Rafael Dionisio, 54, 83n,
302, 306
Rincón, José Antonio; jefe político
de Tabasco, 135, 175, 317
Rinconada, 173 y n
Río Florido, 138-139
Río, José Ignacio del, 97, 211n
Ríos, Vicente, 232n, 323
Riva Palacio, Vicente, 16, 44n,
107n, 158n
Rivas, Ignacio, 53, 304
Rivas, Juan Nepomuceno, 240n,
332
Rivera, Manuel, 180n
Robertson, William Spence, 100n,
107n, 115n, 121n-122n
Robles Domínguez, Mariano; diputado por Chiapas a las Cortes de España, 73; proposición
para establecer en Ciudad Real
la Diputación Provincial de
Chiapas, 73
Robles, Alessio, 299n
Robles, José Vicente, 100
Robles, Juan Crisóstomo, 285
Robles, Mariano Nicolás, 179-180n
Rocafuerte, Vicente, 154, 156n
Rodríguez Gómez, José Antonio,
85n, 146, 147n, 171n, 205n,
261n, 305
Rodríguez Pontón, Tomás, 68
Rodríguez, Mariano, 150, 330
Rodríguez, Mario, 73n, 302n
Roel, Santiago, 56n, 299n
Rojas, Mariano, 285
Román, Juan José, 242n, 245,
249n, 319, 333
Romero, Juan José, 232n
Romero, Matías, 126n-127n, 284n
Rosa, Pedro de la, 165n-166n
Rosales, Manuel, 170n
Rubí, Manuel, 133, 313
Ruiz de Aguirre, Joseph, 72n
Ruiz de Apodaca, Juan, conde del
Venadito, 75, 78, 97, 104, 112,
114, 117, 119
anulación de permisos para
viajar a España, 103
capitán general y jefe político
de Nueva España, 47, 78,
80, 101, 307
convocatoria a la junta preparatoria electoral de la Nueva España, 81, 97n
399
Nettie Lee Benson
informe sobre la revuelta de
Agustín de Iturbide, 102,
107
movilización de los hombres
entre 16 y 50 años, 103
suspensión de la libertad de
prensa, 102-103
sustitución del título de virrey,
47
sustitución por Juan O’Donojú,
94, 105
Ruiz de Cabañas, Juan Cruz, obispo de Guadalajara, 54n
rusos; establecimiento de colonias
navales, 86
Ruz, José María, 53, 304, 310
Sabatina Universal, 154 y n
Sada y Ortiz, Santiago, 140
Sada, Fermín de, 85n, 305
Salamanca, villa, 62
Salas Valdez, José Miguel, 140, 322
Salcedo, Nemesio; comandante general de la Nueva España, jurisdicción, 28
Saldaña, José Antonio de, 167-168
Salinas, José, 150, 330
Saltillo, 142, 170n, 172-176, 205n,
252, 257-258, 322
ayuntamiento, 142, 173, 253n,
255-257
petición para establecer en Saltillo la capital de la Diputación Provincial de las Provincias Internas de Oriente,
56n, 141-142
ciudad, 36, 255
principal de Coahuila, 141
propuesta, 141
intendencia, 141, 295 y n
jurisdicción, 87n
junta, 36, 172 y n
partido del, 255n
proposiciones, 259
propuesta como sede de la Diputación Provincial de las
Provincias Internas de
Oriente, 141-142, 259
reunión de José Miguel Ramos
Arizpe y Stephen F. Austin,
286 y n-287 y n
villa; acta, 258n
Saltillo, Pilón y Cerralvo; pronunciamientos, 258
Salvatierra, ciudad, 61
San Antonio, 175-176, 330
San Blas, 226
San Carlos, ciudad, 146, 260n,
261n, 314, 326
San Esteban de Tlaxcala, 257,
ayuntamiento, 256
San Fernando de Béjar; véase Béxar
San Francisco, 86
San Juan de Rayas, marqués de;
véase Rayas, marqués de
San Juan de Ulúa, 82n, 113; castillo, 113
San Juan del Río, 195n; partido,
61; composición, 61
San Luis Potosí y Guanajuato, provincias; autorizadas para establecer una Diputación Provincial en San Luis Potosí, 41, 70
San Luis Potosí, 75, 215-216n,
218, 243n, 265, 268-277
acta, 168n
400
índice onomástico y analítico
autoridades, 268
autorización de la diputación
provincial para, 41, 151
ayuntamiento, 218n, 273, 276
ciudad, 24, 270, 273 y n
cuartel general de algunas
intendencias de las Provincias Internas, 24
residente, 267
comisionados, 265, 276
conversión en intendencia,
diputación provincial, 41n, 46,
51, 62, 70, 73, 80, 82-86,
126, 168, 183, 200, 215,
269n, 282, 303, 307, 315,
328
comisionados a la junta de
Puebla, 210, 214, 218,
263, 265, 276
elecciones de diputados a
la, 62, 72, 128n, 129
establecimiento de una república federal, 215,
huida, 273 y n
jurisdicción, 88
resoluciones, 273, 276
restablecimiento, 80
traspaso de la intendencia
de Zacatecas a su jurisdicción, 83, 86, 88
elección de diputados a las
Cor­tes de España y a su diputación provincial, 61 y n
estado, legislatura estatal, elecciones, 290, 292, 294
legislatura estatal, instalación, 293, 297
intendencia, 24
elecciones de diputados a
la Diputación Provincial de San Luis Potosí,
62, 82, 84n
obtención de la calidad de estado, 294
provincia
comisionados, 205n
junta preparatoria, 72n
provincia o intendencia, 27,
41, 44, 61-62, 64, 70, 72,
81, 85, 129, 138n, 183,
205, 244, 265
Voto de la provincia de..., 215
San Martín, José, 145
San Miguel de Mesquitic, 273
San Miguel el Grande
guarnición, 263
pronunciamiento en favor de
una república federal, 262
San Nicolás de la Capellanía, 36,
170n, 172-173
ayuntamiento, 255 y n
Sánchez Álvarez, Mateo, 60
Sánchez de Barquera, Juan María
Wenceslao, 84n
Sánchez de Tagle, Francisco Manuel, 115-116, 122, 194, 196197, 200-201, 211n
Sánchez Leñero, Alfonso, 83n, 306
Sánchez Navarro, José Melchor,
58, 59n, 128n, 150, 301, 306,
322
Sánchez, Pedro de, 98n
Sánchez, Prisciliano, diputado por
Guadalajara, 205n, 218, 232n,
247, 323
401
Nettie Lee Benson
Sandaneta, José Mariano, marqués
de Rayas, 127; véase Rayas,
marqués de San Juan de
Sandoval, Miguel, 67n, 303n
Sanromán, Urbano, 208n, 228n,
232n
Santa Anna, Antonio López de,
160-164, 177n, 185, 216 y n,
218n, 265-277
comandante imperial, 160
expedición del Plan de Veracruz, 161
informe al Congreso restaurado y al Supremo Poder Ejecutivo, 274
manifiesto de adhesión a la república federal, 266
Manifiesto... a sus conciudadanos, 160n, 275n
plan, 163, 170n, , 178
proclama, 160 y n, 161
promesa de adhesión al Plan de
Casa Mata, 163
pronunciamiento, 263
protector de la federación de
las provincias, 266
Protector de la libertad mexicana, 266n
tropas, 266, 268, 271, 273n
Santa Anna, y Gabriel de Armijo;
conferencia, 269
Santa Catarina, 173
Santa Cruz, José Mariano, 100
Santa Fe, 60, 133, 313, 325
ayuntamiento, petición para el
establecimiento legal de la
Diputación Provincial de
Nuevo México, 108, 134
Santa María Comitán; véase Co­
mitán
Santa María del Oro, 226
Santa María Mealco, 61
Santa María, Miguel, 161
Santa Rosa, conde de, 54
Saucedo, José Antonio, 150-151,
176n, 330
Sayula, 226
Seaco Serrano, Carlos, 111n
secretario de asuntos ultramarinos,
86, 93
secretario de Estado, 158, 176n
secretario de ultramar, 92
Seguín, Erasmo, 176n
Semanario Político y Literario de la
ciudad de México, 97n
Seminario Palafoxiano de Puebla,
66n
Semper, José María, 84n, 308
Sentispac, 226
Septién, José María, 84n, 308
Septién, Miguel, 213n
Serra Rojas, Andrés, 290n
Serra, Antonio, 135, 317
Severo, Juan Francisco, 84n
Sevilla, 17, 25-26 y n, 27
Sherman, William J., 31, 290n
Sierra, José Manuel de la, 78
Sinaloa y Sonora, 22, 41, 86, 134135, 138n, 151, 282, 290
aprobación de su separación,
139
diputación provincial, 139
obtención de una diputación
provincial con capital en
Arizpe, 135
provincia, elecciones, 60
402
índice onomástico y analítico
provincias; división; véase ley
electoral
elecciones, diputados a la Diputación Provincial de las
Provincias Internas de Occidente, 60n
Sinaloa, 75, 86, 140
diputación provincial, elecciones de diputados, 41, 60,
128n, 129, 135-136, 140,
181n, 282, 290, 329
establecimiento, 88, 134
provincia, 22, 25, 83, 85n, 87 y
n, 126, 135, 138, 151, 290,
292, 294; elecciones, diputados, 28
provincia o intendencia, 24, 74
sistema de gobierno federativo,
230
sistema de intendencias, 24, 90,
93; creación, 22, 24
sistema español para la elección de
diputados, 189
sistema federado de gobierno; ventajas, 224
sistema federal de gobierno, 19,
236; promulgación, 244
sistema federal, 11, 13-14, 19, 235237, 239, 244, 246, 259, 262,
278, 280
sistema monárquico constitucional
moderado, 114
sistema republicano federal de go­
bierno; creación y establecimiento, 31
Soberana Junta Gubernativa Provisional, 188
decreto electoral del 16 de no-
viembre de 1821, artículo
11, 206n
Sobrevilla, Andrés, 150, 326
Soconusco; partido, 72
Solórzano, Pedro José de, 126-127
y n, 305
Sombrerete, 242
Sonora y Sinaloa, 22, 75, 83, 86-87,
136, 294
aprobación de su separación,
139
diputación provincial, 88,
181n, 309, 316
elección entre Chihuahua y
Arizpe como capital, 86
elecciones, diputados provinciales, 129
primera intendencia establecida, 24
provincia e intendencia, 22, 60,
74, 83, 87 y n, 126, 136,
139n
elecciones, 28
junta electoral, 60n
división; véase ley electoral, sometidas a la jurisdicción de la ciudad
de Arizpe, 87 y n
Sonora, 86
diputación provincial, diputados, 134, 140, 282, 329
provincia, 22, 41, 85n, 87 y n,
135, 138n, 140, 151, 290,
292, 294
provincia o intendencia, 87
Sotarriba (Sota Riva), Manuel de,
128n, 158n
403
Nettie Lee Benson
Sotelo, Vicente Lino; comisionado
de Querétaro, 276
Soto la Marina; ayuntamiento, 156
Sousa, Pedro, 240n, 332
Sprague, William Forest, 162n
subdelegados; jurisdicción, 52, 81
Subieta, José, 128n
Suprema Junta Central de España y
las Indias, 25-26; composición,
25; decretos, 26; elección de diputados a la, 17
supremo gobierno, 213, 267n
Supremo Poder Ejecutivo, 167n,
176n, 209-210, 215n, 224-226,
244, 248, 256, 264, 270, 275,
277
Congreso restaurado, 220, 274
creación, 210
establecimiento, 216n
reconocimiento, 225, 245, 257,
259, 273, 276
reconocimiento provisional y
limitado del, 205
Tabasco, 52
adhesión al Plan de Casa Mata,
175
diputación provincial, 134, 151,
282, 316, 329
elecciones, diputados, 52 y
n, 53
estado, 290, 292, 294
legislatura constituyente,
295, 297
legislatura estatal, elecciones, instalación, 295
obtención de la calidad de
estado, 294
provincia
decreto de creación, 294
elecciones de diputados,
282
elecciones, autorización,
27-28
propuesta para su creación,
134
provincia o intendencia, 2425, 27, 41, 52-53, 82, 84n,
138n, 277
territorio, jurisdicción de la intendencia de Yucatán, 134
Tacubaya, 66n, 121-122
Tala, 227
Tamaulipas, 21
cambio de nombre de Nuevo
Santander; véase Nuevo San­
tander
estado, 294-295, 297
legislatura constituyente,
elec­ciones,
autorización, 295
legislatura estatal, elecciones,
instalación, 295, 297
provincia, 151
véase también Nuevo Santander
Tampico, 216n
Tapachula; ayuntamiento, 73
Tapia, Agustín, 211n
Tekax, 53
Tepatitlán, 227
Tepeyahualco, 185
Tepic, 227
Tequamhuei, Félix, 89n
Tequila, 227
Tequisquiapan, 61
404
índice onomástico y analítico
Terán de Escalante, Manuel; representación al Congreso, 136,
137n
Tercero, Mariano, 211n
Teresa de Mier, Servando, 143n,
154, 156, 203-204, 207, 253 y
n, 258 y n, 260 y n-261, 283
Plan de una república federal,
148, 208 y n, 219n, 252,
254 y n, 275n
propuesta de instalación de la
Diputación Provincial de
Monterrey, 147; los congresos provinciales, 148, 261,
281
propuesta para crear el estado
de Nuevo León, 297
Voto particular, 207n
Terrazas, Juan Estevan, 140
territorio mexicano; división, 22
Texas y Coahuila, estado; convo­
catoria a la legislatura estatal,
299
Texas, 12, 56-59, 175, 216, 297,
299
anexión a la Diputación Provincial de Nuevo León, 148
diputación provincial, elecciones, 134, 142, 148, 204,
282, 330
diputados, 58, 84n, 85n,
146, 150-151
instalación, 204n
estado, 294, 297-298
gobernador, 57, 222n
Junta Gubernativa, 176 y n,
252
junta superior, 36
oposición a la abdicación de
Agustín de Iturbide, 216
parte del Estado Interno de
Oriente, junto con Nuevo
León y Coahuila, 38, 41,
290, 294
provincia, 22, 25, 28, 56, 74,
138, 141, 151, 290, 301,
305-306
elecciones, diputados a la
Diputación Provincial
de las Provincias Internas de Oriente, 28
Texas, Coahuila y Nuevo León;
véase Nuevo León, Coahuila y
Texas
Tierra Firme, 108
Tihosuco, 53, 304
Tlajomulco, 227
Tlaxcala, 52, 66, 295
ayuntamiento, 67, 256-257
ciudad, 129, 317, 330
declarada territorio, 298
derecho a una diputación provincial, 129
diputación provincial, 41, 151,
181n, 282, 317, 330
elecciones, diputados, 26,
28, 64-65
instalación de una dipu­
tación provincial, 129
estado, legislatura constituyen­
te, elecciones, autorización,
298
indecisión entre ser estado,
unirse a Puebla o ser territorio, 292, 298
405
Nettie Lee Benson
obtención de la calidad de estado, 294, 298
provincia, 129-130, 132, 290,
303, 307
elecciones, representante a
la Diputación Provincial de la Nueva España, 62, 64-65, 67, 81
sujeta a la Diputación Provincial de la Nueva España, 67
provincia o intendencia, 24, 41,
61 y n, 62
separación de la intendencia de
Puebla, 129
Tobar, Miguel Laureano, 249n, 333
Toluca, ciudad, 70, 309
Tomatlán, 226-227
Tonalá, ayuntamiento, 73
Tonalán, 227
Topo, 260
Toreno, conde de, 40, 107
Toro, José María del; representante
de Santa Anna, 273
Torre, Juan Bautista de la, 249n,
333
Torre, Manuel de la, 85n, 305
Torres Lanzas, Pedro, 59n-60n,
72n, 107n
Torres, José Joaquín, 84n, 169n,
319
Tratado de Córdoba, 119, 121, 197
artículo 17, 122; Constitución
del Estado prevista en el,
127
firma, 117-118
Trens, Manuel S., 73n, 181n, 283n,
285, 305n, 321n
Tribunales militares de seguridad
pública, 158
Troncoso, José Nepomuceno, 91,
92n, 100
Tula, 216n
Tuñón, Manuel, 55
Tuxtla; ayuntamiento, 73, 283
partido, 72
Tuzcacuesco, 227
Twitchell, Ralph Emerson, 133n,
140n
Universidad de México, 36
Uraga, Francisco, 213n
Ures, ciudad; capital de Sonora, establecimiento, 140, 329
Uría, José Simeón de, 54, 302
Uribe, Fernando de, 57 y n
Uribe, Santos de, 85n
Urquidi, José Ignacio, 140, 322
Urquiola, Cosme Antonio,
Urruela, Julián, 92, 93n
Ussel y Guimbarda, Bernardo, 56n
Vadillo, Manuel de, 111n
Valdés, Alejandro, 102, 125n, 177n,
215, 315n, 317n, 319n
Valdés, Antonio José, 187, 274n
Valdés, José Antonio, 191
Valdés, Pedro, 218
Valera, José, 56n
Valladolid de Michoacán, 53, 82n,
90n, 91n, 97n, 98n, 168
acuerdo por el que se le concedía una diputación provincial, 86
ayuntamiento, 91, 95, 97
ciudad, 313, 325
406
índice onomástico y analítico
capital de las intendencias
de Michoacán y Gua­
na­juato, séptima dipu­
tación provincial obtenida por México, 24,
88n, 98, 107, 169, 214,
215n, 277n, 313
comandante, 102
diputación provincial, 83, 87n
aprobación de las Cortes de
España para su establecimiento, 41, 86
manifiesto, 169, 182n
establecimiento de una dipu­
tación provincial con juris­
dic­
ción sobre el territorio
de las intendencias de Michoacán y Guanajuato, 86,
88
intendencia, 61n, 75, 87n
provincia, 61
comisionados, 205 y n, 211212, 263, 265, 270, 273,
276-277 y n
provincia o intendencia, cambios de intendente, 75
véase también Michoacán
Valle de San Francisco, párroco
del; comisionado de Gabriel de
Armijo, 269
Valle de Santiago, 62
Valle, José, 218, 253; ministro de
asuntos interiores y exteriores
nombrado por Iturbide, 192
Varela, Mariano, 150, 322
Vargas, Tomás, 205n, 216, 218n,
285-286; comisionado de San
Luis Potosí a la reunión de Celaya, 276
Vásquez, Francisco Pablo, 78
Velarde, Antonio, 89n
Velarde, José Crispín, 54n, 55, 8384, 306
Velasco, Francisco Antonio de,
54n, 135, 137
Velázquez, Domingo, 242n, 243 y
n, 249n, 333
Vélez de Zúñiga, Pedro, 54 y n,
208n, 209, 232n, 245, 312, 323
Vélez, Benito Antonio, 54-55, 302
Vélez, Juan María (Santos), representante de Zacatecas, 128n,
205n, 242n, 245, 293, 319
Vélez, Pedro Pablo, 125
Venadito, conde del; véase Ruiz de
Apodaca, Juan
Venegas, Francisco Xavier, 63; jefe
político de la Nueva España,
52, 54, 60; publicación de los
decretos y bandos de las Cortes
de España, 63; restricción de su
autoridad civil y política, 52-53
Venezuela, provincia, 26
Veracruz, 68, 78n, 92-94, 101, 114,
116, 127, 160, 162-164, 185186, 216n, 218, 292, 303, 307
ayuntamiento, 91, 163-164 y n
representación, 89
ciudad, 113, 164n
consulado, 78
delegación de los cuerpos oficiales, 164
diputación provincial, 89, 151,
160-161, 166, 186, 277278, 318, 331
407
Nettie Lee Benson
circular, 277n
elecciones, diputados, 67,
282
manifiesto a los pueblos de
su distrito, 277n
pronunciamiento por el
sistema federal, 278
elecciones, diputados provinciales, 27, 65, 84n
estado, 162, 290, 292-294
legislatura estatal, elecciones, 294
legislatura estatal, instalación, 294, 297
fuerzas, 164, 275
gobierno, 178
intendencia, 41, 61n, 64, 69
elección de diputados a la
Diputación Provincial
de la Nueva España, 129
obtención de la calidad de estado, 290, 292-294
proclamación de la Constitución de 1821, 78
provincia, 24, 61, 67, 74-75,
126, 129, 138n, 277
elecciones, diputado a la
Diputación Provincial
de la Nueva España, 81
elecciones, representantes
a la Diputación Provincial de la Nueva España, 64
provincia de la Nueva España,
provincia o intendencia,
78, 81, 89, 292
cambios de intendente, 75
puerto, 113
tropas, 160
véase también Plan de Veracruz
Veramendi, Juan, 150
Vergara, Matías, 83n, 306
Verridi, Antonio Silverio de, 56n
Victoria, Guadalupe, 160, 162-164
y n, 170n, 185, 216n
Viezca, Agustín de la, 255
Viezca, José María, 150, 322
Vigil, Juan Bautista, 133
Villagrán, pueblo, 36
Villahermosa, San José Bautista de,
135, 316, 329
Villalobos, Rafael, 270
Villamil, Eusebio, 240n, 332
Villanueva, Carlos A., 110n, 111n,
112n
Villanueva, Rudecindo, 211n
Villaseñor, Tomás Ignacio, 54-55,
302
Villaurrutia, Eulogio de, 277n
Villaurrutia, Jacobo de, 310
Villaurrutia, Mariano, 245
Virrey de Nueva España, 21-22,
24-25, 27, 44, 46-47, 119; jurisdicción, 42n; reemplazo, 25,
44, 52
Vivanco, marqués de; véase Morán,
José María
Vivero, José, 56n, 128n, 146, 171n,
306
Vives, José, 126, 305
Vocales de las juntas provinciales,
34
Voto de la provincia de San Luis
Potosí sobre la necesidad de
una nueva convocatoria al
Congreso, 215
408
índice onomástico y analítico
Washburn, Douglas Alan, 22n, 24n
Whatley, William Archibald, 286 y
n, 289 y n
Wilkinson, James, 255n
Xalisco, Estado libre, 245, 323;
dipu­
tación provincial, 151;
véa­se también Jalisco
Ximénez de Bailo, Manuel, 136
Yáñez, Isidro, 117
Yucatán, 41, 49, 52-53, 75, 92, 210,
239, 247
Capitanía General, 22, 24
diputación provincial, 52-53,
73, 126, 151, 169, 238,
282, 304, 310, 319
instalación, 52, 83
miembros, 53, 129
primera establecida dentro
de los límites actuales
de México, 52, 77
proclama a los habitantes
de la provincia, 53n
elecciones, diputados a las
Cortes de España, 52n
elecciones, diputados provinciales, 80, 239
estado, 241, 290, 292, 331
Congreso constituyente,
238
Congreso constituyente;
dipu­tados al, 238
Congreso constituyente;
ins­
talación y apertura,
239, 241n
Constitución, 241
Poder Ejecutivo, 239
409
estado federal; principios o bases, 238, 241n
intendencia, 238
elecciones de diputados,
240 y n
jurisdicción, 134, 210
junta preparatoria electoral,
instalación, 52, 82
obtención de la calidad de estado, 238-241 y n
partidos electorales, jurisdicción, 84n, 134
provincia, 42n, 53, 81, 84n,
138n, 221, 238, 249, 280,
332
Congreso constituyente,
cons­titución, 240, 293,
297
Congreso constituyente,
con­vocatoria, 240
elecciones, diputados a la
Diputación Provincial
de Yucatán, 53, 239
junta preparatoria electoral, 52
junta provisional administrativa, 238
junta provisional administrativa, elección, 239
jurisdicción, 210
manifiesto, 238n
primera en instalar la diputación provincial y primera en reinstalarla, 77
provincia o intendencia, 27,
238
reconocimiento condicionado
del gobierno central, 210
Nettie Lee Benson
república; junta provincial,
239n, 240n, 331
Junta Provisional Gubernativa,
240n
república federada, 239n-240n
república federal; proclamación, 239, 241n
Senado, 239
Yuririapúndaro, pueblo, 61
Zacanela, alcaldía, 132
Zacatecas, 29, 167, 168 y n, 247248, 293
Acta, 209n, 242n
aprobación del informe minoritario de Valentín Gómez
Farías, 209
ayuntamiento, 242
ciudad, 242-243, 319, 332
Congreso constituyente, 242243, 297
cuerpos oficiales, acuerdos,
168n
diputación provincial, 41, 200,
209, 242-243, 245, 282
comisionados a la reunión de
Puebla, 200, 218
disolución, 233
elecciones provinciales, 243,
306
elecciones de diputados provinciales, 54n, 302n
estado libre, gobierno provincial, constitución, 241-242,
245-246, 292, 332
estado
diputados al Congreso, 232n,
241
410
representantes, 209, 218, 246247
intendencia, 83, 86, 88, 241,
244
cuarta en declararse estado
libre, 292
junta provisional de gobierno,
54, 246-247
transferencia a la jurisdicción
de la Diputación Provincial
de San Luis Potosí, 83, 86,
88
plan provisional de gobierno,
242
planes firmados en, 242 y n,
243n
provincia
elecciones, diputados a la
Diputación Provincial
de Nueva Galicia, 55,
306
gobierno estatal, establecimiento, 221, 244
junta electoral, 55n
retiro del gobierno central,
247, 249, 263, 280
provincia libre, 242n
provincia o intendencia, 24,
28, 54-55 y n, 74-75, 83n,
85-86, 88, 126, 128n, 129,
138n, 151, 169, 205 y n,
221, 242-244, 248-249,
263, 280, 290, 302, 306,
319
representación de protesta contra el informe de la 200,
209
índice onomástico y analítico
Zamacois, Niceto de, 63n, 112n,
178n
Zambrano, Juan José (María), 150,
330; jefe político interino de
Nueva Vizcaya, 60
Zapopan, 227
Zapotlán el Grande, 227
Zárate, Julio, 44n, 47n, 78n, 107n
Zavala, Hacienda, 271
Zavala, Lorenzo de, 29, 92 y n,
137, 162 y n, 165n, 178n, 191,
207, 253, 292n, 310
Zebadúa, Eustaquio, 285
Zenón Fernández, Juan José, 168
Zerecero, Anastasio, 112n
Zimbela, Juan José, 97
Zozaya, José Manuel de, 175n, 314
Zubiria, Miguel de, 170n, 318
Zuloaga, Manuel José de, 135
Zúñiga y Ontiveros, Felipe de, 75
y n, 87
411
Índice de mapas
Nota importante: Es necesario aclarar que tanto las fronteras exteriores como los límites entre provincias indicados en los mapas no
pretenden ser exactos. Sólo desean dar al lector una idea aproximada de la situación geográfica de las provincias mexicanas en las
diferentes etapas históricas estudiadas en la presente obra.
Nota del editor: Para evitar confusiones, en esta edición se han eliminado los nombres de las ciudades y capitales, y se ha corregido
el título del mapa 3.
l. Comandancia general (1817-1821)
2. Diputaciones provinciales en 1814
3. Diputaciones provinciales en 1821
4. Diputaciones provinciales en México, noviembre de 1822
5. Diputaciones provinciales en México, diciembre de 1823
6. Estados mexicanos según el Acta Constitucional
de Ramos Arizpe
7. Diputaciones provinciales en México, diciembre de 1823
413
23
71
96
131
149
291
296
Nettie Lee Benson
Índice de láminas
Agustín de Iturbide
José Miguel Ramos Arizpe
Félix María Calleja
Juan Ruiz de Apodaca
Mariano Michelena
Juan O’Donojú
Lucas Alamán
José Servando Teresa de Mier Noriega
Carlos María de Bustamante
José Antonio Echávarri
Guadalupe Victoria
Antonio López de Santa Anna
General Luis Quintanar
414
30
37
45
79
99
106
109
144
155
157
159
217
223
La diputación provincial y el federalismo
mexicano, de la serie Temas de la Historia
Constitucional de México, se terminó
de imprimir en los talleres de Formación
Gráfica, S.A. de C.V., Matamoros 112,
Nezahualcóyotl; 57630, Estado de
México, en mes de octubre de 2012.
Tiraje: 1 000 ejemplares.
Nettie Lee Benson
La diputación provinciaL
y eL federaLismo mexicano
Para toda una generación de profesores y estudiantes del
derecho constitucional, la obra de Nettie Lee Benson abrió
nuevos horizontes al develar hechos pasados que habían
conducido a la historia mexicana —nublada por partidismos, incertidumbres en la identificación nacional y actitudes ideológicas dogmáticas— a la contundente afirmación de que el federalismo mexicano fue una “imitación
extralógica” de las instituciones estadounidenses y que el
país ha sido y es centralista por historia y por persistente
—casi inevitable— acción política.
El libro de Benson, publicado por primera vez en 1955
por El Colegio de México, rescató el valor de las instituciones gaditanas y difundió la actuación de las diputaciones provinciales destacando el origen del federalismo
mexicano.
Sea la reedición de su obra en este año conmemorativo del bicentenario de la Constitución de Cádiz también
un reconocimiento, al celebrarse los dos siglos de aquella
inmensa explosión del espíritu constitucional, a la labor
de una mujer excepcional cuya legado está hoy, más que
nunca, presente como el sistema federal mismo, a cuyo
estudio dedicó estas brillantes páginas.
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