Nettie Lee Benson La diputación provinciaL y eL federaLismo mexicano UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE MÉXICO Dr. José Narro Robles Rector Dr. Eduardo Bárzana García Secretario General Lic. Enrique del Val Blanco Secretario Administrativo Dr. Francisco José Trigo Tavera Secretario de Desarrollo Institucional M.C. Miguel Robles Bárcena Secretario de Servicios a la Comunidad Universitaria Lic. Luis Raúl González Pérez Abogado General Lic. Enrique Balp Díaz Director General de Comunicación Social Coordinación de Humanidades Dra. Estela Morales Campos Coordinadora Mtro. Rubén Ruiz Guerra Secretario Académico Dr. Fernando Curiel Defoseé Director de Divulgación de las Humanidades y de las Ciencias Sociales Museo de las Constituciones Mtro. José Gamas Torruco Director La diputación provincial y el federalismo mexicano Nettie Lee Benson EL COLEGIO DE MÉXICO Universidad Nacional Autónoma de México COORDINACIÓN DE HUMANIDADES Museo de las Constituciones 342.72 B474.d 2012 Benson, Nettie Lee La diputación provincial y el federalismo mexicano / Nettie Lee Benson ; Traducción de Mario A. Zamudio Vega; pres. José Gamas Torruco ; pról. Josefina Zoraida Vázquez. -‑ 3a. edición -- México : El Colegio de México : UNAM / Museo de las Constituciones, 2012. 415 p., ils. ; 21cm. ISBN 978-607-02-3641-9 1. Cuerpos legislativos -- México. 2. Gobiernos Estatales -México. 3. Gobierno Federal -- México. Tercera edición en español, 2012 Segunda edición en español, 1994 Primera edición en español, 1955 Derechos de traducción al español cedidos por la Universidad de Texas, 1992 D.R. © El Colegio de México Camino al Ajusco 20 Pedregal de Santa Teresa 10740 México, D.F. D.R. © Universidad Nacional Autónoma de México Coordinación de Humanidades Circuito Cultural Mario de la Cueva Ciudad Universitaria México, D.F. ISBN 978-607-02-3641-9 Impreso en México / Printed in Mexico A mis padres Índice Presentación / José Gamas Torruco 11 Prólogo. Nettie Lee Benson (1905-1993) y sus aportaciones / Josefina Zoraida Vázquez 15 Prefacio19 Introducción21 I. Origen de la diputación provincial II. Establecimiento de las diputaciones provinciales, 1812-1814 III. Incremento de las diputaciones provinciales en México, 1820-1821 IV. Desarrollo de las diputaciones provinciales en México, 1821-1823 V. La asunción de las diputaciones provinciales al poder VI. Actitud de las diputaciones provinciales respecto a un nuevo Congreso VII. Evolución de las legislaturas estatales precursoras VIII. Establecimiento de otras legislaturas estatales Apéndice A. Diputados electos a las diputaciones provinciales mexicanas conforme a la Constitución española de 1812 Apéndice B. Diputados provinciales electos a las diputaciones provinciales de México en 1822-1823 conforme a la ley electoral promulgada en noviembre de 1821 por la Junta Provisional Gubernativa 33 49 77 125 153 199 221 251 301 311 Apéndice C. Diputados provinciales electos a las diputaciones provinciales en septiembre de 1823 de acuerdo con la ley promulgada el 17 de junio de 1823 por el Congreso constituyente restaurado 321 Bibliografía335 Índice onomástico y analítico 351 Índice de mapas 413 Índice de láminas 414 Presentación Para toda una generación de profesores y estudiantes del derecho constitucional la obra La diputación provincial y el federalismo mexicano de Nettie Lee Benson, que hoy se reimprime, abrió nuevos horizontes, al develar hechos pasados que habían conduci­do a la historiografía mexicana —nublada por partidismos, incertidumbres en la identificación nacional y actitudes ideológicas dogmáticas— a la contundente afirmación de que el federalismo mexicano fue una “imitación extralógica” de las instituciones estadounidenses y que el país fue y ha sido centralista por historia y por persistente —casi inevitable— acción política. Benson rescató, con la devoción y el poder de la investigación, el verdadero origen del sistema federal mexicano, el cual se remonta a la Constitución de la monarquía española, promulgada en Cádiz en 1812, y a la rebelión de las provincias mexicanas en contra del Congreso consti­ tuyente de 1822-1823, el primero del México independiente. El libro de Nettie Lee Benson fue publicado por primera vez en 1955, por El Colegio de México. En esa época, las generaciones que tuvimos el privilegio de tomar clase con el maestro Mario de la Cueva escuchábamos, por vez primera, sobre la existencia de una Constitución de Cádiz, que la historia que se enseñaba en las preparatorias no registraba. Años después, en 1964, De la Cueva rescató también del olvido y la indiferencia de cronistas e historiadores a la Constitución de Apatzingán. La complejidad del proceso de independencia de México, sus claroscuros, sus contradicciones y su entraña institucional se nos reveló así de una manera distinta. Para la joven y nueva generación de profesores de derecho 11 José Gamas Torruco Presentación constitucional, la referencia a Cádiz y Apatzingán —dos caminos para liberar a México— fue capítulo obligado y el libro de Benson referencia indispensable. Nettie Lee Benson nació en 1905 en Arcadia, Condado de Galveston, Texas; desde muy joven manifestó interés por México, aprendió español y tomó cursos relacionados con la cultura mexicano-estadounidense en la Universidad de Texas, donde se graduó en 1929. En 1935 obtuvo la maestría en historia y gobierno en América Latina. En esos años enseñó inglés en un instituto privado en la ciudad de Monterrey. En 1942 inició su trabajo en la Biblioteca Latinoamericana, que hoy lleva su nombre, en la misma Universidad de Texas, en Austin, convirtiéndola en una de las más completas del mundo en su materia, y que contiene hoy una asombrosa colección de archivos y documentos mexicanos. Su labor se complementó con periodos de investigación y enseñanza de la historia mexicana en su alma máter, a partir de 1962 y hasta su retiro en 1975, aunque continuó organizando seminarios para graduados hasta 1989. En 1979 México reconoció la devoción de Nettie Lee Benson por el país, su historia, su cultura y su gente, así como su abierto apoyo a los mexicanos residentes en los Estados Unidos; así, le fue conferida la Orden del Águila Azteca, máximo galardón de la república para extranjeros que la honran. Fruto de su intensa investigación, patrocinada por El Colegio de México, fue La diputación provincial y el federalismo mexicano. Además de esta obra, Benson elaboró varios trabajos, muchos de ellos inéditos; destaca entre los conocidos el espléndido ensayo “Texas as viewed from Mexico, 1820-1834”, publicado por el Southwest Historical Quaterly en 1987. Asimismo, resultado de sus seminarios para graduados son los estupendos ensayos escritos, bajo su dirección, por sus estudiantes y recogidos en Mexico and the Spanish Cortes 1820-1824, publicado por la editorial de la Universidad de Texas y traducido en México por la Cámara de Diputados en 1985. La profundización en la historia de la época, el acopio de docu­ mentos en España y México y testimonios escritos, hasta entonces inéditos, revelaron a la investigadora hechos indiscutibles: la asistencia de los diputados de la entonces Nueva España a Cádiz, convocados para formar parte del Congreso Constituyente, las Cortes, fue un hecho trascendente aunque pasado por alto en la historia de México; su participación no sólo fue brillante sino inspirada por un humanismo hispanoamericano en la defensa de las castas, y eficaz en tanto que logró uno de los propósitos más claros para los criollos mexicanos de la época: un grado de autonomía respecto del imperio español que permitiera a las provincias su propio gobierno, enmendando la imposición autoritaria de tres siglos. Lograron así la “diputación provincial” en cada una de las provincias que, aunque limitadas en facultades, actuaban como contrapeso de la autoridad real; su eficacia fue demostrada en los primeros años de la independencia, en los que se mantuvo vigente la Constitución de Cádiz, hasta la asunción plena de la soberanía nacional en 1824. Dicha asunción de la soberanía fue reclamada por las diputaciones que desconocieron al primer Congreso constituyente, convocado en México independiente, antes de que éste terminara su obra por haber favorecido al imperio de Iturbide y sospechar en él intenciones monarquistas. Las diputaciones provinciales se rebelaron, se adhirieron al Plan de Casa Mata, se proclamaron independientes y exigieron, para permanecer en la república, el establecimiento del Estado federal. Habría que desentrañar las razones por las cuales el sistema federal ha sido durante decenios sustituido por un proceso inverso de centralización y, pese a ello, se ha mantenido. Es éste uno de los análisis que historiadores, politólogos y juristas constitucionalistas debemos a la nación. Si regímenes autoritarios no han podido, ni querido, desaparecerlo como institución constitucional, debe haber razones de fondo. El hecho real es que hoy se practica dentro de los lineamientos constitucionales, lo que muestra que siempre estuvo presente en los mexicanos en su diversidad regional y su penoso camino en conquista de sus libertades. La influencia de Cádiz en el constitucionalismo mexicano es evidente para el analista de las constituciones. Dejó vivas y actuan- 12 13 José Gamas Torruco tes las diputaciones que crearon el Estado federal; creó el sistema electoral, que recogieron los insurgentes en la Constitución de Apatzingán y que se mantuvo en constituciones y leyes de la república hasta la promulgación de las leyes liberales más de treinta años después; creó el marco de la Constitución de 1824; influyó en forma determinante en las primeras constituciones de los estados; originó la idea de observar el cumplimiento constitucional por los poderes, y se prolongó hasta hoy en instituciones como la Comisión Permanente del Poder Legislativo, el privilegio parlamentario y el refrendo de los actos del Ejecutivo. La obra de Nettie Lee Benson echó luz sobre el valor de las instituciones gaditanas y difundió la actuación de las diputaciones provinciales, destacando el origen del federalismo mexicano. Sea la reedición de su obra en este año conmemorativo del bicentenario de la Constitución de Cádiz también un reconocimiento, al celebrarse los dos siglos de aquella inmensa explosión del espíritu constitucional, a la obra de una mujer excepcional cuyo legado está hoy, más que nunca, presente, como el sistema federal mismo, a cuyo estudio dedicó las brillantes páginas que siguen. Centro Histórico de la Ciudad de México, agosto de 2012 José Gamas Torruco Director Museo de las Constituciones Coordinación de Humanidades Universidad Nacional Autónoma de México 14 Prólogo Nettie Lee Benson (1905-1993) y sus aportaciones Poco después de incorporarme a El Colegio de México oí la pri­ mera mención de la doctora Benson, aunque no la conocí hasta el verano de 1965 cuando en nuestro paso de Massachussetts a México nos detuvimos en Austin, por entonces una pequeña y tranquila ciudad. No fue, sin embargo, sino hasta 1966, en que obtuve la beca Farmer para una corta estancia en Austin, que inicié una entrañable amistad con Nettie Lee. Famosa por su conocimiento de las fuentes de historia latinoamericana, era un referente obligado para todo estudiante e investigador mexicano. Pronto descubrí que su aparente brusquedad escondía una generosidad inagotable. Volví varias veces a Austin como profesora visitante. La Sala de Libros Raros, fuente riquísima de descubrimientos, ejerció tal atracción que me hizo aprovechar muchos veranos por más de una década, a pesar del insoportable calor texano. Tuve contacto con la doctora Benson y con generaciones de sus alumnos, lo que me permitió percatarme de sus aportaciones a la historia latinoamericana en general y a la mexicana en particular. En primer lugar fue su colaboración y promoción del movimiento revisionista de la historia mexicana. En segundo, su labor para ampliar el acervo de la Universidad de Texas en Austin con sus épicos viajes anuales por todo el continente para completar colecciones de periódicos y adquirir maravillas bibliográficas con su ojo avisor. Esta tarea la hizo no sólo para la universidad, sino para un consorcio de bibliotecas de Estados Unidos. No fue menor su labor de mentora de toda una generación de mexicanistas y de investigadores a los que sugirió fuentes y ángulos para abordar diversos 15 Josefina Zoraida Vázquez Prólogo temas, además de leer borradores. En El Colegio de México era un verdadero mito, razón por la cual se le nominó exitosamente para el Águila Azteca. Quizá la mejor forma de comprender el valor del libro que se imprime hoy por tercera vez, es situarlo dentro de la historiografía de México, que a mediados del siglo xx empezaba a profesionalizarse, pero que todavía era víctima de prejuicios y miopías. México había contado desde los inicios de la nación con buenos historiadores, pero iba a ser la publicación de la gran síntesis nacional México a través de los siglos (1884-1889), redactada bajo la dirección de Vicente Riva Palacio, la que acuñó una interpretación liberal del pasado mexicano que marcaría la historiografía por casi un siglo. Eso no quiere decir que no aparecieran versiones que diferían y hasta la combatían, pero los juicios que había impuesto han sido difíciles de rectificar, ya que la repetición por otros autores y por los libros de texto escolares los convirtieron en verdades. Además, México a través de los siglos inició la división del pasado mexicano en tres etapas, aunque como por entonces los estudios arqueológicos estaban en pañales, el primer libro incluyera la conquista. Por tanto, Riva Palacio dedicó el primer tomo a la historia antigua y de la conquista, el segundo al virreinato y los siguientes tres a la etapa nacional, uno para la Guerra de Independencia, otro para el México independiente (1821-1855) y el tercero para la Reforma. Riva Palacio que redactó el tomo del virreinato, lo hizo con la conciencia de que formaba parte de la monarquía hispánica y por tanto mencionó los cambios que la afectaron: la abdicación de los reyes en 1808, la invasión napoleónica a la península, la crisis en todo el territorio y la reunión de las Cortes. Incluyó en su relato la participación de los novohispanos en los debates y en la redacción de la Constitución de 1812 y las transformaciones que conllevaban. Sin embargo pasó por alto la influencia que tendrían en el constitucionalismo del nuevo Estado mexicano. La guerra de independencia en realidad se historiaba como si hubiera resultado solamente de las desigualdades del virreinato, de la influencia de la independencia de las trece colonias inglesas y de la Revolución Francesa, una interpretación que perduró por casi un siglo al igual que el concepto de las tres etapas históricas de México. Esta cronología, como todas las históricas, fue una convención, pero obstaculizó la explicación del pasado, pues durante los tres siglos novohispanos hubo cambios profundos que darían por resultado una nueva nación. Los historiadores que siguieron esa línea no respetaron el intento de México a través de los siglos de darle relevancia al virreinato, pues subestimaron la etapa y alimentaron una visión simplemente antihispánica. En las síntesis históricas y en los textos escolares, el virreinato convertido en “colonia”, se despachó con una crónica de la epopeya cortesiana y una mención sobre las instituciones que impusieron los españoles, como si hubieran sido permanentes a lo largo de tres siglos. Esto impidió calibrar la madurez del virreinato en el siglo xviii y las reformas establecidas para centralizar su control y modernizar su administración, lo que generó malestar en sus habitantes. El objetivo de convertir a los territorios americanos en verdaderas colonias no se cumplió totalmente por la distancia, el adverso contexto internacional y el creciente debilitamiento de la Corona, impidió su completa vigencia. A pesar de que los americanos que asistieron como diputados a Cortes eran una minoría, su participación fue importante y aunque no lograron la igualdad que les había reconocido la Junta Suprema de Sevilla, ni la autonomía y la libertad de comercio que anhelaban, pusieron en la palestra la problemática americana que se discutió ampliamente. Justamente un novohispano de las provincias internas de Oriente, don Miguel Ramos Arizpe, en la memoria presentada sobre la región que representaba, sugería la necesidad de establecer unas juntas gubernativas que llamó diputaciones provinciales y logró que se aprobaran. El tlaxcalteca José Miguel Guridi y Alcocer llegó a proponer al federalismo como la única forma adecuada para una monarquía heterogénea por estar extendida en tres continentes, algo que combatieron los diputados peninsulares que eran liberales, pero centralistas. El establecimiento de las diputaciones lo interrumpió la vuelta al trono de Fernando VII en 16 17 Josefina Zoraida Vázquez 1814, que suspendió la Constitución. No sería sino en 1820 en que un pronunciamiento militar restableció su funcionamiento. El regionalismo natural de la Nueva España, derivado de la orografía de su territorio, poblado por diversas etnias poco comunicadas, había sido fortalecido por el establecimiento de 12 intendencias, que quedaron aisladas por la amplia ocupación insurgente durante la lucha independentista. Este regionalismo se consolidaría con las diputaciones provinciales. No fue sino hasta la publicación del libro de Nettie Lee Benson, La diputación provincial y el federalismo mexicano en 1955 que se empezó a dar importancia al constitucionalismo liberal español y a sus instituciones. Este enfoque convirtió al estudio en pionero y clásico para la comprensión del federalismo mexicano, aunque todavía hay quienes repiten que nuestro federalismo fue una simple copia del norteamericano. El libro de Benson inició una comprensión más amplia del fenómeno. Los historiadores han descubierto que el poder alcanzado por las elites provinciales durante el virreinato se fortaleció con la ocupación insurgente de grandes territorios que impidió el control de la ciudad de México, tanto que en 1823 el federalismo era la única forma para mantener la integridad del territorio novohispano, evitando que se fragmentara como lo hicieron los virreinatos meridionales. El federalismo mexicano copió al norteamericano la división del Congreso en dos cámaras, pero fue más radical al negarle al gobierno federal toda facultad fiscal sobre los habitantes. La diputación provincial continúa siendo un estudio clásico, esencial para emprender nuevas investigaciones y comprender el constitucionalismo mexicano en una más justa dimensión. Bienvenida pues la reedición cuidadosa que ahora se emprende. Josefina Zoraida Vázquez El Colegio de México 18 Prefacio Cuando México, en el año 1823, adoptó el sistema federal de gobierno, quienes se oponían a él sostuvieron que era por completo ajeno a la cultura institucional y gubernativa del país y que su adopción imponía una descentralización artificial de éste. Desde entonces hasta ahora, casi todos los investigadores de la historia política mexicana aceptan sin discusión la validez de los argumentos de los enemigos del sistema federal del siglo xix. Sin embargo, la descentralización no ocurrió bruscamente con la adopción del sistema federal. Se había ido produciendo de modo gradual a lo largo del tiempo; se desarrolló aceleradamente bajo la Constitución española de 1812 por medio del establecimiento de las diputaciones provinciales. Lucas Alamán, centralista convencido, dijo de ellas que eran el antecedente natural del sistema federal (Historia de Méjico, v, 739). Nuestro estudio se propone trazar la historia y el desarrollo de la diputación provincial de México como antecedente del Estado federal mexicano. Nettie Lee Benson Austin, Texas, junio de 1955 19 Introducción Cuando Napoleón invadió España en 1808, colocó a su hermano, José Bonaparte, en el trono español y retuvo como rehenes en Bayona, Francia, a los ex reyes, Carlos IV y su hijo Fernando VII, por lo que los antiguos reinos españoles (ahora intendencias o provincias de España) se levantaron en protesta, al igual que los territorios españoles del Nuevo Mundo. Muchos cambios se habían producido en la administración y las instituciones después de la conquista de ese territorio de América más tarde conocido como México y que entonces se conocía como el reino de la Nueva España. A medida que el territorio de la Nueva España aumentaba y caía bajo el dominio de España, iba siendo dividido en pequeños reinos o provincias y, a medida que los diversos conquistadores ganaban más territorio, cada uno nombraba a menudo la región conquistada con el nombre de la región de España de la que provenía y contendía con el virrey de la Nueva España, establecido en la ciudad de México, para gobernar la región recién conquistada. Eso fue lo que ocurrió con Nueva Galicia, provincia situada al oeste de la Nueva España que tenía a Guadalajara como capital. Algunos de los territorios conquistados más tarde fueron Nueva Vizcaya, cuya capital era Arispe; la Nueva Extremadura, que se convirtió en Coahuila y tuvo a Monclova como capital; Nuevo León, cuya capital era Monterrey, y Nuevo Santander, que se convirtió en Tamaulipas después de la independencia y cuya capital era Aguayo. Algunas de esas regiones fueron divididas en provincias más pequeñas gobernadas por un gobernador sometido al virrey. Más tarde, entre 1767 y 1786, algunos de esos reinos o provincias 21 Nettie Lee Benson Introducción fueron convertidos en intendencias; sin embargo, el término original de provincia y, más tarde, el de intendencia fueron usados a menudo indiferentemente. Hacia 1808, ese territorio mexicano fue dividido en el virreinato de la Nueva España, la Comandancia General de las Provincias Internas y la Capitanía General de Yucatán, todas sometidas o semisometidas al virrey de México. La Comandancia General de las Provincias Internas pasó por varias etapas divisorias que se iniciaron el 16 de mayo de 1776, se prolongaron hasta 1821 y se entrelazaron con la creación del sistema de intendencias.1 A la Comandancia General de las Provincias Internas pertenecían las provincias de Texas, Coahuila, Nuevo León, Nuevo Santander, Durango, Chihuahua, Sonora y Sinaloa, así como los territorios de Nuevo México y de la Alta y la Baja Californias. En ocasiones hubo más de una comandancia general, por ejemplo, la Comandancia General de las Provincias Internas de Oriente, compuesta por Coahuila, Nuevo León, Nuevo Santander y Texas, y la Comandancia General de las Provincias Internas de Occidente, establecida por lo general en la ciudad de Chihuahua, capital de la provincia del mismo nombre, compuesta por Sonora y Sinaloa, Durango y Chihuahua y, en ocasiones, los territorios de Nuevo México y las Californias.2 Algunas de esas provincias eran gobernadas también por intendentes o por gobernadores militares subordinados a la Comandancia General, cuyo La tesis de Douglas Alan Washburn, “Institutional Change and Political Develop­ ment: The Interior Provinces in Late Colonial New Spain”, tesis de maestría en artes, Austin: The University of Texas, 1977, es un estudio detallado del establecimiento de esas dos instituciones en dichas provincias. 2 Ibid., pp. 41 y ss.; Lillian Estelle Fisher, Political Administration in the Spanish American Colonies, Berkeley, Ca.: University of California Press, 1926, pp. 3943, 275 y 299-300; Idem., The Intendent System in Spanish America, Berkeley, Ca.: University of California Press, 1929; C.H. Haring, The Spanish Empire In America, Nueva York: Oxford University Press, 1947, pp. 144-145 y 176; Luis Navarro García, Intendencias en Indias, Sevilla: Escuela de Estudios Hispano-Americanos, 1959, pp. 7-16, 24 y ss. 1 22 23 Nettie Lee Benson Introducción cuartel general se encontraba en la ciudad de Chihuahua o en la de Monterrey. Cuando el sistema de intendencias fue introducido en la Nueva España entre 1767 y 1790, pero sobre todo después de 1786, abarcaba las provincias de la Capitanía General de Yucatán, que incluía también las provincias de Tabasco y Campeche y cuya capital era Mérida, así como la provincia de Puebla, que incluía la de Tlaxcala, la de México, que incluía la región que rodeaba a la ciudad de Querétaro, la de Nueva Galicia, la de Michoacán, cuya capital era Valladolid,3 y las provincias de Guanajuato, Oaxaca, Veracruz y Zacatecas, cuyas capitales eran las ciudades de los mismos nombres, respectivamente. San Luis Potosí planteó un problema especial, pues fue convertida en intendencia con sede en la ciudad de San Luis Potosí, pero esta ciudad también era el cuartel general de ese sistema en el caso de varias de las Provincias Internas, aunque el proceso todavía no había terminado hacia 1808. La primera intendencia establecida fue la de Sonora y Sinaloa, cuya capital era Arispe, en Sonora. La otra intendencia de la Comandancia General de las Provincias Internas estaba en Durango, que tenía autoridad sobre la provincia de Chihuahua. Cada uno de los intendentes actuaba también en gran medida como gobernador de la provincia en que vivía. Aunque su principal responsabilidad eran los recursos financieros y económicos del territorio que gobernaba también tenía cierta autoridad eclesiástica, política, militar y judicial. Cada intendente, incluido el establecido en la ciudad de México, tenía relaciones con prácticamente todos los individuos de su intendencia; lo nombraba el rey de España y era directamente responsable ante él.4 En realidad, a partir de la época de creación del sistema de intendencias, en particular en la Nueva España, el virrey quedó más alejado de los individuos, por lo que éstos sentían el poder del rey de España y la lealtad hacia éste más a través del intendente que a través del virrey o el comandante general que estaba sobre él, pues el intendente tenía una autoridad sobre su vida cotidiana.5 Por lo general, con excepción de las provincias militares, los intendentes reemplazaron a los gobernadores militares de las provincias, como fue el caso de Coahuila, Nuevo León, Nuevo Santander, Texas, Nuevo México, Tabasco, las Californias, Chihua­ hua, Sinaloa y posiblemente algunas otras provincias que aún no habían sido convertidas en intendencias. Se suponía que los intendentes debían conocer o establecer los límites exactos de su intendencia. Las noticias de que Napoleón había tomado como rehenes a los reyes de España y colocado en el trono a su hermano José Bonaparte y sobre el subsecuente levantamiento de las juntas provinciales de España llegaron a mediados de 1808 a la ciudad de México,6 donde los acontecimientos se precipitaron. No es necesario narrar aquí el conocido pasaje de la destitución del virrey José de Iturrigaray llevada a cabo por la Audiencia de México para sustituirlo por Pedro de Garibay; sin embargo, sí debemos examinar el acto de reconocimiento de Garibay del Gobierno Superior de España y las Indias establecido por las juntas españolas rebeldes para gobernar España y las Indias a través de una Suprema Junta Central de España y las Indias, con sede en Sevilla. La junta suprema estaba compuesta por diputados o miembros de las diversas juntas espa­ ñolas que se rebelaron en contra del ejército de Napoleón y su hermano que ocupaba el reino de España. Hoy Morelia. Washburn, op. cit., pp. 20 y ss.; Fisher, op. cit., pp. 97-331; Navarro García, op. cit., pp. 53-71 y ss. Ibid.; Fisher, op. cit.; Isabel Gutiérrez del Arroyo, “El nuevo régimen institucional bajo la real ordenanza de intendentes de la Nueva España (1786)”, Historia Mexicana, xxxix, núm. 1, 153, julio-septiembre de 1989, pp. 89-122. 6 Gabriel H. Lovett, Napoleon and the Birth of Modern Spain, 2 t., Nueva York: New York University Press, 1965, i, pp. 1-168; Raymond Carr, Spain 1808-1939, Oxford: Clarendon Press, 1966, pp. 88-91; Timothy E. Anna, Spain and the Loss of America, Lincoln, Neb.: University of Nebraska Press, 1983, pp. 27-40; Hira de Gortari Rabiela, “Julio-agosto de 1808: la lealtad mexicana”, Historia Mexicana, xxxix, núm. 1, 153, julio-septiembre de 1989, pp. 181-203. 24 25 3 4 5 Nettie Lee Benson Introducción La Suprema Junta Central de España y las Indias promulgó un decreto en nombre de Fernando VII en el que se estipulaba que ya no debía pensarse en las colonias de América como tales sino como partes integrales e iguales del imperio. La junta decretaba que los virreinatos de Nueva España, Perú, Nueva Granada y Buenos Aires, así como las capitanías generales independientes de Cuba, Puerto Rico, Guatemala y las provincias de Venezuela y Filipinas, debían aplicar la resolución mediante la elección de un diputado que representara a su respectivo distrito ante la Junta Central con sede en Sevilla. En el decreto se explicaba cómo debían llevarse a cabo las elecciones en cada territorio específico y se añadía que la Nueva España, incluidas sus Provincias Internas, debían elegir a un diputado a la Junta Central de España y las Indias.7 El 4 de abril de 1809, Garibay promulgó el llamamiento para que el Concejo Municipal de la ciudad de México, capital de la Nueva España, el del partido de la Nueva España y cada capital de intendencia de ésta y de las provincias internas efectuaran dicha elección. Las elecciones fueron llevadas a cabo el 4 de octubre de 1809 por 12 concejos municipales de las intendencias existentes y dos provincias adicionales: la de Querétaro y la de Tlaxcala, que habían protestado por su omisión. Miguel Larrazábal y Uribe, de la provincia de Tlaxcala, fue el triunfador en la vuelta final para representar a la Nueva España y a las Provincias Internas ante la Junta Central del Gobierno Superior de España y las Indias y tomó posesión inmediatamente, pues ya se encontraba en Sevilla cuando fue electo.8 A finales de 1809, la Junta Central, que había estado discutiendo la convocatoria de unas Cortes, huyó hacia la isla de León y Cádiz ante los ejércitos franceses que amenazaban Sevilla. En febrero de 1810, en medio de una gran confusión y temor, la junta nombró una regencia de cinco miembros, incluido el conservador mexicano Miguel Larrazábal, con indicaciones para que convocara a una reunión de las Cortes españolas en septiembre de 1810 en la isla de León, en Cádiz.9 La regencia hizo la convocatoria para las elecciones en ese mismo mes. El decreto, con las instrucciones para llevar a cabo las elecciones, llegó a la ciudad de México el 16 de mayo de 1810 y fue publicado en el Diario Oficial el día 18 del mismo mes y año.10 El procedimiento para la elección era relativamente simple. Se establecía que cada concejo municipal de cada capital de cada provincia o intendencia debía reunirse y nombrar a tres hombres, nativos de la provincia o intendencia mexicana, dotados de integridad, talento y educación. Sus nombres debían ser colocados en un recipiente del que debía sacarse uno. El hombre cuyo nombre fuese sacado sería el diputado por la provincia mexicana a las Cortes de España. Entonces, el concejo municipal debía certificar la elección y dar indicaciones al diputado sobre los asuntos que presentaría ante las Cortes.11 En mayo de 1810, actuando con la autoridad del virrey, la Audiencia de México ordenó que sin demora alguna efectuaran las elecciones los concejos municipales de las capitales de las provincias o intendencias de la Nueva España: México, Puebla, Veracruz, Yucatán, Oaxaca, Michoacán, Guanajuato, San Luis Potosí, Gua- Gazeta de México, xvi, núm. 49, 15 de abril de 1809, pp. 325-326; el decreto estaba fechado en Sevilla el 29 de enero de 1809; véase también Nettie Lee Benson, “The Election of 1809 in New Spain”. 8 Ibid.; véase también Archivo General de la Nación, Sección Historia, tt. 417, 418 y partes del 413. Timothy Anna, op. cit., pp. 43-63; Charles R. Berry, “The Election of the Mexican Deputies to the Spanish Cortes: 1810-1822”, en Nettie Lee Benson (ed. y trad.), Mexico and the Spanish Cortes. Eight Essays, Austin: Institute of Latin American Studies, The University of Texas Press, 1961, pp. 10-16; véase también la introducción del editor, pp. 1-7. 10 “Concejo de la Regencia, decreto del 14 de febrero de 1810”, Gazeta del gobierno general de la nación, i, núm. 1, 18 de mayo de 1810, Cádiz, España, pp. 419-420. 11 Ibid., Berry, op. cit., pp. 10-12; Nettie Lee Benson, “La elección de Ramos Arizpe a las Cortes de Cádiz en 1810”, Historia Mexicana, xxxii, núm. 4, abril-junio de 1984, pp. 515-539. 26 27 7 9 Nettie Lee Benson Introducción dalajara, Zacatecas, Tabasco, Querétaro, Tlaxcala, Nuevo León y Nuevo Santander; y en todas ellas se llevaron a cabo.12 El comandante general, Nemesio Salcedo, recibió el mismo decreto y notificó a las provincias de su jurisdicción que llevaran a cabo inmediatamente las elecciones, mismas que fueron realizadas con entusiasmo por las provincias de Coahuila, Sonora y Sinaloa, Chihuahua, Durango, Nuevo México y Texas.13 Las Cortes españolas se reunieron en septiembre de 1810 y continuaron hasta 1813, con 22 diputados mexicanos entre ellas, varios de los cuales ocuparon los puestos de más prestigio, tales como presidente, vicepresidente y presidentes de comités importantes, y ayudaron a elaborar la Constitución Española de 1812. Según afirma Charles R. Berry en su estudio “The Mexican Deputies to the Spanish Cortes: 1810-1822”, otros cinco diputados mexicanos fueron electos, pero no tomaron parte en las Cortes porque algunos murieron en el trayecto o no lograron llegar a Cádiz. Esos diputados decidieron servir a su país durante una etapa no sólo de dura lucha por independizar el imperio español del dominio francés sino también durante su propia lucha para lograr que los individuos que representaban tuvieran más participación en el gobierno de sus propias provincias. Para ello, eligieron la vía legal, antes bien que el camino revolucionario que siguieron Miguel Hidalgo, José María Morelos y las masas airadas y violentas que combatieron en México durante el periodo que va de fines de 1810 a 1814, al mismo tiempo que se debatía y adoptaba la Constitución. Como veremos, fueron dos los caminos hacia la independencia mexicana. La diputación provincial del mundo español fue el resultado de los debates de esas Cortes y fue institucionalizada a través de la Constitución de 1812. Lo que sigue es la historia de esa institución Berry, op. cit. Ibid.; Nettie Lee Benson, “Texas’ Failure to Send a Deputy to the Spanish Cortes”, Southwestern Historical Quarterly, lxiv, núm. 1, julio de 1960, pp. 1-12; y Benson, “La elección de Ramos Arizpe a las Cortes de Cádiz en 1810”, op. cit., pp. 515-539. de corta vida en México y de su introducción en este país. Es la historia de su breve existencia entre 1812 y 1814 y del restablecimiento forzado que hizo Fernando VII a principios de 1820 de la Constitución de 1812 y de la propia diputación provincial; la historia del desarrollo de ésta entre 1820 y 1821 bajo el gobierno español y, en México, bajo el breve régimen del emperador Agustín de Iturbide; es la historia, en fin, del derrocamiento de éste, del turbulento año de 1823, en que ocurrió tal derrocamiento, y del aún más breve gobierno del primer congreso elegido durante el régimen de Iturbide. La historia de esa institución de corta vida pero de una extrema importancia fue ignorada por los historiadores contemporáneos: Lucas Alamán, Lorenzo de Zavala y José María Luis Mora; todos los cuales participaron en sus actividades. Lucas Alamán reconoció su existencia y era quizá el mejor preparado para contar toda su historia en su obra en cinco tomos Historia de Méjico; sin embargo, sólo la mencionó al final del quinto tomo, al afirmar que sus acciones provocaron el establecimiento de una república federal en México antes bien que una fuerte monarquía central, la que él creía que habría sido mejor para su tierra natal. En su Ensayo histórico de las revoluciones de México, desde 1808 hasta 1830, Lorenzo de Zavala la mencionó de pasada una sola vez y no se extendió sobre ella. Por su parte, Mora nunca la abordó en su obra sobre las revoluciones de México. Carlos María de Bustamante citó algunos documentos relativos a sus actividades y su papel durante el periodo 1810-1821 en el primer volumen de su Cuadro histórico de la revolución de la América Mexicana; sin embargo, durante los 23 años más difíciles de su vida, llevó un diario manuscrito de México en el que registró todo lo que ocurría en la región de México donde vivía, sobre todo en la ciudad de México, o lo que aparecía en los periódicos, pliegos sueltos, panfletos, etc., relacionado con los acontecimientos que registraba. Ese documento también ha permanecido ampliamente desconocido y sin usar en los archivos de Zacatecas durante muchos, muchos años. Contiene un material abundante y valioso, 28 29 12 13 Introducción Agustín de Iturbide, litografía publicada en La Ilustración mexicana, México, Imprenta de Ignacio Cumplido, 1851-1855. Biblioteca Nacional de México. pues lio en cada volumen muchos documentos impresos extremadamente raros de esos años. Lo citaré como su Diario histórico manuscrito. Los historiadores posteriores, en México o fuera de él, mexicanos o anglosajones, raramente han mencionado la Diputación Provincial de México y, cuando lo han hecho, sus afirmaciones han sido erróneas en una gran medida. Hubert Howe Bancroft, durante mucho tiempo el historiador angloamericano de referencia, menciona una vez la institución en el cuarto tomo de su obra de seis, History of Mexico, cuando dice que México pudo haber tenido muchas diputaciones provinciales, pero que eligió tener una sola. Afirmación por completo errónea, como se demuestra cabalmente en esta obra. En cuanto a los historiadores posteriores, prácticamente ninguno supo de su existencia o, bien, la ignoraron deliberadamente, junto con su importancia. No obstante, la Diputación Provincial de México desempeñó un papel importante, pues llevó la autonomía a las provincias de México y contribuyó a la legitimación del movimiento de independencia de Iturbide con su triunfo final, a la creación del imperio monárquico mexicano con Iturbide como emperador hasta la caída de éste y, finalmente, al establecimien­ to de un sistema republicano federal de gobierno con el que se logró mantener a la nación mexicana como una sola nación y no como unas 18 naciones diferentes —que fue lo que ocurrió en América Central—, todo ello en una gran medida como resultado de su establecimiento en las provincias bajo dominio español. La diputación provincial provocó en México la creación de un sistema republicano federal bajo la Constitución de 1824 y, así, la nación mantuvo unidas todas sus provincias y logró su continuidad hasta hoy en día. Esa Constitución no fue una simple copia de la de Estados Unidos, como lo afirman Michael Meyer y William J. Sherman en las tres ediciones recientes de su The Course of Mexican History, en las que simplemente repiten lo que la mayoría de los demás historiadores afirman cuando analizan la Constitución mexicana de 1824. 31 Nettie Lee Benson Ésta, por lo tanto, es la historia documentada de la creación, establecimiento y actuaciones de la Diputación Provincial de México. Se inicia con su nacimiento en 1808, va hasta su legitimación en España y sigue de cerca su vida hasta el momento en que transfiere sus deberes a las legislaturas estatales mexicanas en 1824. También es la historia de los actos y de la personalidad de aquellos que participaron en su creación y establecimiento y la siguieron de cerca hasta su último logro: las legislaturas estatales, ampliamente independientes. Es una historia interesante y emotiva de la nación mexicana que es necesario contar y reconocer. I. Origen de la diputación provincial La diputación provincial fue la institución más interesante, entre las establecidas por la Constitución española de 1812, desde el punto de vista del papel que representó en la evolución del Estado federal mexicano. Su origen se encuentra en las juntas provinciales que surgieron en toda España en 1808 a raíz de la emboscada napoleónica en que cayeron Carlos IV y Fernando VII, para quedar cautivos en Francia. Desde aquella fecha hasta que se reunieron las Cortes en septiembre de 1810, con objeto de dar una constitución a la monarquía española, las juntas provinciales, por propia iniciativa, gobernaron una gran mayoría de las provincias (antes reinos o intendencias) de España. La legalización de las mismas fue una de las primeras proposiciones sometidas a la consideración de las Cortes. La comisión encargada de formular el “Proyecto de un plan interino de arreglo y organización de las provincias” cumplió su cometido el 13 de noviembre del citado año, pero el plan no prosperó; designóse entonces otra comisión, a fin de que presentara un nuevo proyecto sobre la base de las discusiones anteriores.1 Así lo hizo el 4 de marzo de 1811 y, en razón de la urgencia de las circunstancias,2 este segundo plan se aprobó después de breve discusión el 16 de marzo y se publicó in toto con el título de “Reglamento de Provincias” en el Diario de las Cortes del 28 de marzo. España, Cortes, Diario de las actas y discusiones de las Cortes 1811-1813, ii, 70, 20 de diciembre de 1810, citado en adelante: Diario de las Cortes, 1811-1813. 2 Ibid., iv, 4 de marzo de 1811, pp. 115-116. 1 32 33 Nettie Lee Benson I. Origen de la diputación provincial El reglamento estipulaba que en cada provincia habría una junta superior compuesta del capitán general, el intendente, los cuales serían nombrados por el rey, y nueve vocales elegidos en la provincia. En las provincias de más de nueve corregimientos o partidos, habría tantos vocales como corregimientos o partidos hubiere. Cada partido habría de elegir un miembro o diputado a la junta. Los elegidos deberían tener bienes o arraigo y ser naturales de la provincia o ha­ber tenido en ella diez años de vecindad y estar adornados de las demás cualidades requeridas para ser diputados a Cortes. El encargo de vocal de las juntas provinciales duraría a lo más tres años y su renovación sería por terceras partes cada año. Los vocales habrían de servir sin sueldo, gratificación, honores ni tratamiento alguno, sin derecho a usar insignia ni distintivo por razón de su cargo y sin goce de fuero en las causas civiles; sólo en las causas criminales gozarían del privilegio de no poder ser acusados, salvo en las audiencias o cancillerías territoriales, mientras ejercieran su cargo de vocales. El capitán general, si lo hubiere, sería presidente de la junta y cada junta elegiría de entre sus miembros, por mayoría de votos, un vicepresidente cuyo encargo duraría un año sin que pudiera ser reelegido. Cada junta debería nombrar también un secretario, quien serviría sin sueldo ni gratificación y podría ser reelegido después de transcurridos tres años de su mandato. Las juntas serían el conducto por el que el gobierno comunicaría al pueblo las órdenes y cuantas providencias estimase convenientes para la defensa de la patria en contra de los franceses y habrían de administrar todos los negocios que el gobierno les confiase. Tendrían que: 1) ayudar a los capitanes generales y demás jefes militares a conseguir suministros y reclutas, correspondiéndoles especialmente el repartimiento entre las tropas de las recaudaciones de bastimentos; 2) velar por que la recaudación de los caudales públicos se hiciera en debida forma; 3) poner en conocimiento de las Cortes las cantidades de caudales, víveres, dona­tivos, etc., que hubieren exigido y cobrado de los pueblos, los ayuntamientos y otras corporaciones o personas particulares para el mantenimiento de las tropas, y el uso que hicieren de los mismos. Estaban también encargadas de 4) cuidar que los caudales públicos fuesen guardados en una sola tesorería de la hacienda pública y de 5) publicar y remitir al gobierno central un estado mensual de las entradas y salidas del erario público y otro a fin de año con la cuenta general y nota de las partidas que se hubieren reclamado. Además, tenían que: 6) levantar el censo de su población y la estadística anual de los diversos productos de la agricultura, industria y comercio de la provincia; 7) fomentar y establecer escuelas de primeras letras para ambos sexos, y 8) comunicar a las Cortes los empleos y los establecimientos que juzgasen ya inútiles en las provincias y proponer los que conviniese fomentar o formar de nuevo. El último artículo declaraba que el reglamento se aplicaría provisionalmente y sólo se observaría mientras que no se fijara en la Constitución la forma de gobierno de las provincias.3 Ni una ni otra de las comisiones antedichas abrigaba el propósito de extender el ámbito de sus respectivos proyectos fuera de la península. Durante los debates relativos al primer plan, José Mejía, diputado americano por el Nuevo Reino de Granada, urgió que se extendiese también a América;4 y, cuando se propuso la creación de la segunda comisión, sugirió que, si el plan iba a abarcar a todas las provincias, figurasen entre sus miembros algunos dipu­tados americanos.5 En aquella ocasión, Agustín Argüelles y Evaristo Pérez de Castro, miembros de la Comisión de Constitución, advirtieron que ya se entendía que el plan interino no incluiría a las Américas;6 sin embargo, Argüelles dijo que la Constitución proveería el gobierno de las provincias de ultramar. Los diputados americanos, al parecer, aceptaron las declaraciones de Pérez de Castro y Argüelles como una respuesta decisiva. Ningún diputado americano formó parte de la comisión y tampoco se volvió a hablar de las Américas en los debates del plan adoptado más tarde. 34 35 Ibid., 28 de marzo de 1811, pp. 386-394. Ibid., i, 14 de diciembre de 1810, p. 139. 5 Ibid., ii, 20 de diciembre de 1819, pp. 68-69. 6 Ibid., ii, 20 de diciembre de 1819, pp. 69-70. 3 4 Nettie Lee Benson Siete días antes de la publicación del Reglamento de Provincias en el Diario de las Cortes, el diputado de las Provincias Internas de Oriente, el defensor mexicano más apasionado, acaso, de la autonomía local, se incorporó a las Cortes. José Miguel Ramos y Arizpe era conocido simplemente como Ramos Arizpe.7 Tenía entonces 36 años. Nacido en el pueblo de San Nicolás de la Capellanía el 14 de febrero de 1775, había vivido en el fecundo valle agrícola natal, en la bulliciosa ciudad comercial de Saltillo, Coahuila, y en los pueblos de Ciudad Victoria, Villagrán, Güemes y Padilla, todos de las Provincias Internas de Oriente. Buen conocedor de la vida urbana y campestre de la región que representaba, Ramos Arizpe había pasado también varios años en el centro cultural que era Guadalajara, asistiendo a la universidad, donde recibió los grados de bachiller en filosofía, licenciado en leyes y doctor en cánones. No era tampoco un forastero en la ciudad de México, capital de la Nueva España, porque allí había recibido las sagradas órdenes del presbiterado en 1803 y, en 1810, al tiempo de ser elegido diputado a Cortes, asistía a la Facultad de Leyes de la Real Universidad de México. Estaba, por lo tanto, bien preparado por experiencia propia y por educación para representar sus bien amadas Provincias Internas de Oriente. Leyó con gran interés sin duda el Reglamento de Provincias y empezó inmediatamente a formular una política dirigida a la obtención de una más amplia libertad política para su tierra natal. El 23 de octubre de 1811 dio forma a sus ideas en una proposición en que pedía el estable­cimiento en Saltillo, situada en las Provincias Internas de Oriente, de una junta superior que estaría compuesta de siete miembros, dos vecinos de la provincia de Coahuila, dos de la de Nuevo León, dos de la de Nuevo Santander y uno de la de Texas. Al propio tiempo pedía que en las capitales de cada una de las cuatro provincias se estableciesen juntas subalternas, integradas por un número de vecinos que oscilaría entre 7 Ibid., iv, 21 de marzo de 1811, p. 289. 36 Miguel Ramos Arizpe, José Reyes Meza, 1966, óleo sobre tela. Museo Nacional de Historia, Conaculta, inah. Nettie Lee Benson I. Origen de la diputación provincial tres y cinco.8 Esta propuesta pasó para su estudio a la Comisión de Constitución. Para apresurar el logro de su propósito, el 1 de noviembre de 1811 Ramos Arizpe terminó la redacción de una larga memoria dirigida a las Cortes en la que describía con detalle las condiciones geográficas, históricas, económicas, políticas y judiciales de las Provincias Internas de Oriente y exponía los métodos encaminados a remediar los males que padecían. Insistió de nuevo en el establecimiento de una junta superior ejecutiva de las cuatro Provincias Internas de Oriente, compuesta de siete ciudadanos de las mismas elegidos en la forma antedicha (la adjudicación de un solo representante a Texas se fundaba en su escasa población). Asimismo, en que cada provincia contase con una diputación provincial encargada de su administración.9 Cuando las Cortes recibieron la memoria, el 7 de noviembre de 1811, la remitieron también a la Comisión de Constitución para su estudio. Vale la pena hacer notar que la expresión “diputación provincial”, empleada desde entonces para referirse a esa institución, aparentemente fue utilizada por primera vez en el documento de Ramos Arizpe. Con anterioridad sólo se hablaba de “junta provin­ cial”, pero Ramos Arizpe, por su parte, encabezó con el nuevo nombre el título de la sección 25, y en el texto sugirió que la junta gubernativa se denominara “diputación provincial”.10 No se ha podido averiguar si la denominación es original de Ramos Arizpe. Tal vez él empleaba la palabra “diputación” preme­ ditadamente. Las Cortes eran muy celosas de sus facultades legislativas. En los debates sobre el Reglamento de Provincias, va- rios diputados recalcaron que sólo las Cortes tenían el poder de legis­lar, y algunos dudaban de la conveniencia de establecer juntas provinciales, argumentando que casi con seguridad se atribuirían poderes legislativos. Además, el término “junta” connotaba “congreso”, de ahí que no fuese un vocablo apropiado en aquellas circunstancias. “Diputación”, por otra parte, no tenía tal conno­ tación, puesto que sólo implicaba la idea de un grupo de diputados cuyas facultades podrían enumerarse específicamente. Llamando a este organismo “diputación provincial”, las Cortes descansarían en la certidumbre de que por lo menos el apelativo no evocaría precedentes. El 26 de diciembre de 1811 se dio lectura en las Cortes a la última sección del proyecto de constitución, incluyendo el título vi, que trataba del gobierno interno de las provincias y municipios, y poco después se distribuyeron copias impresas a todos los miembros.11 Con este proyecto la expresión “diputación provincial” apareció por primera vez en el Diario de las Cortes y en adelante se la usó como nombre de la institución cuya influencia estaba llamada a ser tan vasta en México. Con la promesa de que se tendría en cuenta a las Américas cuando se tratara del asunto del gobierno provincial al formular la Constitución, los diputados americanos empezaron a prepararse para esa coyuntura. Bien enterados de las posibilidades de la institución proyectada y viendo en ella la oportunidad de conseguir mayor independencia política para las provincias, los diputados, sobre todo los de la América septentrional, concentraron sus esfuerzos en esa parte de la Constitución e hicieron todo lo posible durante los debates para aumentar el número de diputados y ampliar los poderes de las diputaciones. Al mismo tiempo, lograron limi­tar la autoridad de los funcionarios nombrados por el rey, el jefe político y el intendente, privándolos de voz y voto en la diputación provincial y dejándoles como única función la de presidir las 90 sesiones ordinarias anuales; por lo demás, si en el momento Ibid., ix, 23 de octubre de 1811, p. 373. Miguel Ramos Arizpe, Memoria que... presenta a el augusto congreso sobre el estado natural, político, y civil de su dicha provincia, y las del Nuevo Reyno de León, Nuevo Santander y los Texas..., pp. 40-41; Miguel Ramos Arizpe, Report that Miguel Ramos Arizpe... Presents to the August Congress on the Natural, Political and Civil Condition of the Provinces of Coahuila, Nuevo León, Nuevo Santander, and Texas of the Four Eastern Interior Provinces..., pp. 35-37. 10 “Una junta gubernativa o llámase ‘diputación provincial’”. 8 9 38 11 Diario de las Cortes, 1811-1813, xi, 5, 26 y 30 de diciembre de 1811, p. 48. 39 Nettie Lee Benson I. Origen de la diputación provincial de las sesiones se encontrasen ausentes, éstas serían presididas por el primer miembro electo.12 Los debates sobre esta sección de la Constitución revelan que, si bien los diputados americanos veían en la nueva institución una legislatura provincial en ciernes, representativa de la voluntad de las provincias, los diputados españoles, en cambio, la consideraban como una mera junta administrativa de carácter consultivo, sin facultades legislativas.13 Mientras que los americanos procuraban que la diputación provincial representara a cada provincia con su diputado por cada partido, los españoles objetaban afirmando que la representación basada en la población, o la representación de todos en la diputación provincial, era un paso inicial hacia el federalismo, incompatible, como principio, con una monarquía. El conde de Toreno dijo con toda perspicacia: una fórmula que impediría la acusación de favoritismo excluyente, proponiendo que se estableciesen diputaciones provinciales únicamente en aquellas provincias de ultramar nombradas de un modo expreso en el artículo 10 del Proyecto de Constitución,16 el cual, en la enumeración de las divisiones de la nación española, señalaba individualmente a cada provincia peninsular, pero incluía las americanas en grupos mucho más dilatados. Según ese artículo, la América septentrional estaba distribuida en seis regiones o divisiones —Nueva España, Nueva Galicia, Yucatán, las Provincias Internas de Oriente, las Provincias Internas de Occidente y Guatemala— y se le concedían, por lo tanto, seis diputaciones provinciales. Los diputados americanos no se conformaron con tan reducido número y sin demora trataron de aumentarlo. Cuando se redactaron y aprobaron los reglamentos relativos al establecimiento de las diputaciones, ya habían logrado acrecentar su número en dos. Una de ellas era la de San Luis Potosí, en la Nueva España.17 Se autorizaron para México seis diputaciones provinciales: dos en la Nueva España —una en la capital (de las provincias o intendencias de México, Veracruz, Puebla, Oaxaca, Michoacán, Querétaro y Tlaxcala) y otra en San Luis Potosí (de las provincias o intendencias de San Luis Potosí y Guanajuato)—; una en Guadalajara, de la Nueva Galicia y Zacatecas; una en Mérida, de las provincias de Yucatán, Tabasco y Campeche; una en Monterrey, de las Provincias Internas de Oriente (Nuevo León, Coahuila, Nuevo Santander y Texas); y una en Durango, de las Provincias Internas de Occidente (Chihuahua, Sonora, Sinaloa y las Californias).18 La Lo dilatado de la nación la impele baxo de un sistema liberal al federalismo; y si no lo evitamos se vendría a formar, sobre todo con las provincias de ultramar, una federación como la de los Estados Unidos, que insensiblemente pasaría a imitar al más independiente de los antiguos cantones suizos y acabaría por constituir estados separados.14 Argüelles, uno de los dos españoles que habían insistido en 1810 en que el reglamento no se extendiera a América, sostuvo que “las diputaciones provinciales indudablemente tenderían a usurpar más facultades de las que la ley les diera, y que, multiplicándose la acción de estos pequeños gobiernos en razón de su número, no podrían menos que propender a la federación”.15 En sus empeños por limitar en lo posible el establecimiento de dichas entidades en las Américas, los diputados españoles idearon Ibid., xi, 12 de enero de 1812, pp. 238-250. Ibid., xi, 12 de enero de 1812, pp. 239-245. 14 Ibid., xi, 12 de enero de 1812, p. 241. 15 Ibid., xi, 12 de enero de 1812, pp. 245-246. 12 13 40 Ibid., xii, 10 de febrero de 1812, pp. 4-5; 20 de abril de 1812, pp. 66-67. “En Ultramar habrá una diputación provincial por cada división nombrada en el artículo 10. Además habrá una en Cuzco del Perú; una en Charcas, de la provincia de Buenos Aires; una en Quito, en el Nuevo Reino de Granada; una en San Luis Potosí en la Nueva España, y una en León de Nicaragua; en la provincia de Guatemala.” Este decreto fue aprobado el 1 de mayo de 1813. Ibid., xiii, pp. 161-162. 18 Hubert Howe Bancroft, History of Mexico, iv, p. 503, dice que cada intendencia pudo haber tenido una diputación provincial, pero que todas se unieron para elegir representantes a una sola en todo el país. 16 17 41 Nettie Lee Benson I. Origen de la diputación provincial Constitución declaró a cada diputación políticamente independiente de las demás.19 Cada provincia (la Constitución no establecía diferencia entre las provincias de España y las de ultramar, punto fundamental que los diputados americanos aprovecharían en su continuada lucha para obtener una diputación en cada una de sus provincias) debía ser gobernada por un jefe político, un intendente y la diputación provincial, subordinados directamente al gobierno central español mediante el jefe político y el ministro de asuntos ultramarinos. Las facultades provinciales enumeradas en el artículo 335 de la Constitución eran: 7) levantar el censo y extraer las estadísticas de las provincias; 8) cuidar que las instituciones de beneficencia llevasen a cabo su respectivo objeto y proponer las reglas y reglamentos para la corrección de todo abuso; 9) dar parte a las Cortes de toda clase de infracción a la Constitución; y 10) en las provincias de ultramar, velar por la economía, el orden y los progresos de las misiones para la conversión de los indios. 1) vigilar y aprobar la distribución entre los pueblos de las contribuciones que hubieren correspondido a la provincia; 2) velar por la buena inversión de los fondos públicos de los pueblos, y examinar sus cuentas; 3) cuidar de que se establecieran ayuntamientos donde correspondiese que los hubiere y en cada comunidad con mil habitantes; 4) proponer al gobierno los arbitrios más convenientes para la ejecución de obras nuevas de utilidad común de la provincia o reparación de las antiguas, a fin de obtener el permiso necesario de las Cortes (en caso de urgencia de obras públicas en las provincias de ultramar, proceder a financiarlas y proveerlas sin esperar la aprobación de las Cortes); 5) promover la educación de la juventud y fomentar la agricultura, la industria y el comercio, protegiendo a los inventores en todos sus empeños; 6) dar parte al gobierno de los abusos que notare en la administración de los fondos públicos; El artículo 323 subordinaba los ayuntamientos a la diputación provincial. Las facultades que acaban de enumerarse fueron definidas con más detalle en la “Instrucción para los ayuntamientos constitucionales, juntas provinciales, y jefes políticos superiores”, decretada por las Cortes el 23 de junio de 1813. En ese documento la dipu­tación provincial era declarada corte de última instancia en lo relativo al repartimiento del cupo de contribuciones, abastos para las municipalidades y las tropas, reclutamientos de reemplazo para el ejército (la autoridad militar sólo podría ejercer el derecho de intervenir en lo relativo a la determinación de la aptitud y robustez de los individuos). Encargábase también a la diputación provincial establecer pautas y examinar y dar licencia a los maestros públicos de la provincia y proponer al gobierno los planes y proyectos que le parecieren más oportunos para el fomento a la agricultura, la industria, las artes y el comercio.20 Subsecuentes decretos de las Cortes aumentaron todavía más las facultades generales de la diputación provincial, a cuyo cuidado quedó la distribución de los terrenos baldíos dentro de sus Se puede añadir que, de esa manera, la Constitución de 1812 reconoció una situación que había existido desde hacía muchos años, porque, desde el punto de vista político y económico, hacía mucho tiempo que las provincias de Nueva Galicia y Yucatán, así como las Provincias Internas de Oriente y de Occidente, habían sido independientes del virrey, si no en la teoría, en la práctica. “Instrucción para los ayuntamientos constitucionales, juntas provinciales y gefes políticos superiores, decretada por las Cortes generales y extraordinarias el 23 de junio de 1813”, en Juan E. Hernández y Dávalos, Colección de documentos para la historia de la guerra de independencia de México en 1808 a 1821, v, pp. 572-576; y Diario de México, del 21 al 28 de marzo de 1814. 42 43 19 20 Nettie Lee Benson respectivas jurisdicciones;21 además se la autorizó para intervenir en ciertos asuntos judiciales. Las audiencias fueron privadas de todo conocimiento en asuntos gubernativos o económicos de las provincias o intendencias y, en cuanto a los pendientes, recibieron instrucción de pasarlos a las diputaciones provinciales, para que éstas los examinasen y determinasen si caían dentro de la juris­ dicción de las diputaciones, jefes políticos o ayuntamientos. La audien­cia, de acuerdo con la diputación provincial respectiva, estaba autorizada para la formación del arancel de los derechos que percibirían tanto los jueces de partido como los municipales, notarios públicos y demás funcionarios de los juzgados. Asimismo, la audiencia, de acuerdo con la diputación, fue encargada de establecer lo distritos judiciales en sus respectivas provincias y de proponer a las Cortes el número de subalternos de que debiera componerse cada juzgado de primera instancia.22 En el nuevo sistema de gobierno que implantaba la Constitución de 1812 no se incluía un virrey. El jefe político era el único funcionario ejecutivo de toda la provincia o intendencia en que la diputación provincial tenía jurisdicción y era directamente responsable ante el ministro de asuntos de ultramar, que residía en España. El jefe político de la ciudad de México, que en efecto reem­ plazó al virrey, carecía de jurisdicción sobre los jefes políticos de Guadalajara, Mérida, San Luis Potosí, Monterrey y Durango. Por otra parte, cada provincia gozaba de una independencia completa con respecto a las demás.23 México, Leyes, Reglamentos, etc., Colección de los decretos y órdenes de las Cortes de España que se reputan vigentes en la república de los Estados Unidos Mexicanos, pp. 54-58; Hernández y Dávalos, op. cit., v, pp. 582-584; España, Leyes, Reglamentos, etc., Colección de los decretos y órdenes que han expedido las Cortes ordinarias desde el 25 de septiembre de 1813..., hasta el 11 de mayo de 1814, pp. 46-47. 22 México, Leyes, Reglamentos, etc., Colección de los decretos y órdenes de las Cortes de España que se reputan vigentes en la república..., pp. 35-35. 23 Lucas Alamán, Historia de Méjico, v, pp. 33-34; Julio Zárate, La guerra de independencia, en Vicente Riva Palacio (ed.), México a través de los siglos, iii, p. 653. 21 44 Félix María Calleja del Rey, copia anónima del de José Parovani realizada en 1815, óleo sobre tela. Museo Histórico del Oriente de Morelos, Casa Morelos, Conaculta, inah. Nettie Lee Benson I. Origen de la diputación provincial Cuando Félix María Calleja asumió el puesto de capitán general de México en 1813, se halló con que así pensaban los otros jefes políticos y diputaciones provinciales de México. En un intento por conservar los poderes correspondientes a un virrey, el 19 de mayo de 1814 pidió a sus asesores legales que presentaran su interpretación del asunto.24 Los asesores legales dictaminaron que tenía jurisdicción sobre las diputaciones con asiento en la ciudad de México y en San Luis Potosí, pero Calleja deseaba fundamentar jurídicamente su autoridad también sobre las diputaciones con asiento en Guadalajara, Monterrey, Durango y Mérida, por lo que pidió a sus asesores una interpretación al respecto.25 Antes de que los asesores se pronunciaran, recibiose la noticia de que Fernando VII había revocado todos los decretos de las Cortes. Que la opinión de los asesores de Calleja no era conforme a la Constitución de 1812, se probó en 1821. Al tiempo del nombramiento de Juan O’Donojú, los 20 consejeros de Fernando VII estuvieron de acuerdo en que, según la Constitución, no podía haber virrey, que el jefe político de México tenía jurisdicción únicamente sobre las provincias representadas en la diputación provincial con asiento en esa ciudad y que las demás diputaciones provinciales y sus jefes políticos respectivos eran por completo independientes de él. Por eso O’Donojú fue nombrado jefe político únicamente de la región que se encontraba bajo la jurisdicción de la diputación provincial con asiento en la ciudad de México.26 Además, cuando en 1820 fue proclamada en México la Constitución de 1812, el virrey Juan Ruiz de Apodaca dejó de usar ese título y lo sustituyó por el de jefe político y capitán general.27 Así, como veremos, la génesis del federalismo mexicano puede rastrearse directamente hasta la Constitución establecida en 1812 para el gobierno de España y sus colonias, Constitución que hizo provisiones para que cada provincia tuviese un gobierno representativo e independencia política y creó las diputaciones provinciales, de las que se otorgaron seis a México en 1814. Cuando fue proclamada en 1820 por Fernando VII, la Constitución de 1812 desempeñó una función importante, ya que no sólo concedió una considerable autonomía a las provincias de México sino que permitió el acceso de este país a la independencia política. Es muy dudoso que Ramos Arizpe, uno de los diputados americanos liberales sobresalientes, que nunca perdió ocasión en las Cortes para apoyar los intereses de todas las provincias de América y, en particular, los de las Provincias Internas de Oriente, haya propuesto y abogado por la “diputación provincial” como la base del sistema que habría de cobrar vida en la Constitución mexicana de 1824, pero es indudable que tal institución fue un factor de extrema significancia en el origen de dicho sistema, al igual que Ramos Arizpe. Félix María Calleja al ministro de gracia y justicia, México, 18 de agosto de 1813, en Archivo General de Indias, Sevilla, España, estante 90, cajón 1, legajo 19, hoja 9; Rafael Alba (ed.), La Constitución de 1812 en la Nueva España, ii, Publicaciones del Archivo General de la Nación, v, pp. 61-74. En adelante el Archivo General de México se citará con las letras agm y sus publicaciones, pagm. 25 Ibid., pp. 74-75. 26 “El Consejo de Estado el 14 de febrero de 1821 manifiesta su parecer sobre el modo y términos, en que se puede espedir el título de gefe superior político de Nueva España al capitán general don Juan O’Donojú”, en Archivo General de Indias, Sevilla, España, estante 91, cajón 2, legajo 10. En adelante, el Archivo General de Indias será indicado con la sigla agi. 24 46 Alamán, Historia de Méjico, v, pp. 33-34; Zárate, La guerra de la independencia, p. 653. 27 47 II. Establecimiento de las diputaciones provinciales, 1812-1814 La Constitución de 1812 fue firmada por los diputados a Cortes y los miembros de la Regencia el 18 de marzo de aquel año. Inme­ diatamente después de su promulgación, las Cortes iniciaron la tarea de formular los reglamentos necesarios para ponerla en vigor; así, el 23 de mayo se expidió un decreto en el que se convocaba a la elección de diputados a las primeras Cortes ordinarias, como lo estipulaba la Constitución. Los artículos i y ii de la “Instrucción conforme a la cual deberán celebrarse en las provincias de ultramar las elecciones de diputados de para las ordinarias del año próximo de 1813”, mandaban formar juntas preparatorias en: 1) México, capital de la Nueva España; 2) Guadalajara, capital de la Nueva Galicia; 3) Mérida, capital de Yucatán; 4) Guatemala, capital de la provincia del mismo nombre; 5) Monterrey, capital de Nuevo León —una de las cuatro Provincias Internas de Oriente—, y 6) Durango, capital de Nueva Vizcaya —una de las Provincias Internas de Occidente. Cada junta se compondría del jefe político, el arzobispo, obispo o quien hiciese sus veces, el intendente, si lo hubiere, el alcalde más antiguo, el regidor decano, el síndico procurador y dos hombres de buena reputación, vecinos de la misma provincia, nombrados por las personas antedichas. El jefe político de Nuevo León habría de presidir la junta prepa­ ratoria de las Provincias Internas de Oriente, que debería celebrarse en Monterrey, y el de Nueva Vizcaya, la de las Provincias Internas de Occidente, que se celebraría en Durango. Las juntas deberían constituirse tan pronto como el jefe político recibiera el decreto de convocatoria y, luego de formadas, éste debería dar 49 Nettie Lee Benson II. Establecimiento de las diputaciones provinciales aviso de ello a la Regencia, la que, a su vez, comunicaría el hecho a las Cortes.1 La reunión de la junta preparatoria se efectuaría sin demora y sin admitir excusa ni dilación alguna por parte de las per­sonas que habrían de componerla. Teniendo en cuenta los censos de población más auténticos entre los últimamente levantados o, a falta de ellos, haciendo el cómputo de la población por los medios más expeditos y exactos que fuese posible y con base en un diputado por cada setenta mil habitantes, la junta designaría a los diputados a Cortes, propietarios y suplentes, que correspondieran a su jurisdicción. Con el objeto de facilitar las elecciones, cada junta preparatoria haría, para este solo efecto, la división más cómoda del territorio de su jurisdicción en provincias y en cada una de ellas designaría la ciudad donde se habrían de reunir los electores de los partidos para elegir los diputados a Cortes. Cada junta preparatoria señalaría también a cada una de sus respectivas provincias el número de diputados del cupo principal que proporcionalmente correspondiera a su población. Si los partidos de las provincias no hubiesen sido demarcados con anterioridad, la junta preparatoria cuidaría de señalarlos, pero, si ya se hubiese hecho, se atendería a la división existente, fijando a cada partido, en uno y otro casos, el número de electores que le correspondieran según la Constitución.2 Además, las juntas preparatorias resolverían breve y sumariamente todas las dudas que se suscitasen antes de comenzar las elecciones, y lo que resolviesen se ejecutaría sin recurso; pero las juntas no deberían interferir en manera alguna una vez que las elecciones se iniciaran en las parroquias, partidos o en la provincia en general.3 Al día siguiente de la designación de los diputados a Cortes, éstos deberían ser nombrados como electos a la diputación provincial. En ultramar, las diputaciones provinciales deberían esta­blecerse en cada una de las provincias expresamente designadas en el artículo 10 de la Constitución, más una adicional en la Nueva España, la de San Luis Potosí, a la que se agregaba la de Guana­juato. Hasta que se hiciese en ultramar la nueva división de las provincias, no se establecerían diputaciones provinciales en todas las que eligiesen diputados a Cortes; de ahí que los miembros de esas diputaciones provinciales tuviesen que ser electos en las capitales de las provincias que compusieran la jurisdicción de cada diputación. Si la jurisdicción de una diputación provincial abarcase siete provincias, cada junta electoral de provincia nombraría a un representante a la diputación. Si el número de provincias fuese menor que siete, cada provincia elegiría un diputado y, después, comenzando por la más popu­ losa, cada provincia elegiría uno más, y así sucesivamente, hasta completar el número requerido. Ahora bien, si el número de provincias fuese mayor que siete, para el primer bienio correspon­dería elegir a un diputado a las siete provincias con mayor pobla­ción; en el segundo bienio, correspondería a las que no lo hubiesen hecho anteriormente, en el orden decreciente de su población, y así alternarían sucesivamente; teniéndose entendido, no obstante, que esta regla no regiría con la o las provincias cuyo número de habitantes excediese, al menos en la mitad, a la de menor población, en cuyo caso, las provincias más pobladas tendrían siempre el privilegio de elegir a un diputado. Todos los partidos se turnarían en la elección de miembros de la diputación provincial, excepto en el caso del partido de la capital, que siempre tendría un diputado en ese cuerpo.4 España, Leyes, Reglamentos, etc., Colección de los decretos y órdenes que han expedido las Cortes generales y extraordinarias (desde el 24 de septiembre hasta el 24 de [...] de 1812), ii, pp. 217-218; Diario de México, 11 de octubre de 1812. 2 España, Leyes, Reglamentos, etc., Colección de los decretos y órdenes que han expedido las Cortes..., ii, pp. 218-219. 3 Ibid., ii, pp. 219-220; Nettie Lee Benson, “The Contested Mexican Election of 1812”, The Hispanic American Historical Review, xxvi, p. 337; Diario de México, 1112 de octubre de 1812. 4 España, Leyes, Reglamentos, etc., Colección de los decretos y órdenes que han expedido las Cortes..., ii, pp. 224-226, Diario de México, xvii, 12 de octubre de 1812, pp. 426-428. 50 51 1 Nettie Lee Benson II. Establecimiento de las diputaciones provinciales Los dos decretos del 23 de mayo llegaron a la ciudad de México en septiembre de 1812 y el jefe político, Francisco Xavier Venegas, los pasó a tres fiscales de la corona para que emitieran una interpretación oficial. En su dictamen del 27 de septiembre, los fiscales opinaron que Venegas debía enviar ejemplares de dichos decre­ tos a los jefes políticos de la Nueva Galicia, Yucatán y las Provincias Internas de Oriente y de Occidente y proceder a convocar la junta preparatoria electoral de la Nueva España. Conforme a la Constitución de 1812, el título de virrey debía ser reemplazado por el de jefe político y la autoridad civil y política de Venegas restringirse a las seis provincias de la Nueva España. Aunque Vene­gas se mostraba renuente a aceptar ese hecho, tres días después orde­ nó que se enviasen ejemplares de los decretos a las audiencias de Guadalajara y México, a los tres fiscales de la corona y a otros cuerpos reales establecidos en la ciudad de México, a cada uno de los intendentes, a los gobernadores de Nuevo León, Acapulco, Tlaxcala, Perote, Yucatán, Tabasco, Nuevo Santander, Alta California, Baja California y Colotlán, y a los obispos de Puebla, Guadalajara, Michoacán, Oaxaca, Yucatán y Nuevo León.5 La primera diputación provincial que habría de establecerse dentro de los límites actuales de México fue la de Yucatán, en Mé­rida, cuya jurisdicción incluía el territorio que hoy forman Yucatán, Campeche y Tabasco. La junta preparatoria electoral fue instalada en Mérida el 29 de octubre de 1812.6 Como las actas de las sesiones de esa junta no se han encontrado, nos falta la prueba de que la jurisdicción de los subdelegados fuese reconocida como la de los partidos electorales, pero, por otra parte, dado que así se hizo en Nueva España y Nueva Galicia, es probable que se empleara el mismo procedimiento en Yucatán. Con todo, se sabe que el proceso de las elecciones se realizó expeditamente, pues antes de fines de 1812 los municipios ya habían instalado sus ayuntamientos, electos según la Constitución, y el segundo domingo de marzo de 1813 se efectuaron las elecciones de diputados a Cortes de acuerdo con los artículos constitucionales 61, 80 y 328. El día siguiente, 15 de marzo de 1813, Juan José Duarte, de Mérida, Ignacio Rivas, de Izamal, Diego de Hore, de Valladolid, José María Ruz, de Tekax, Manuel Pacheco, de Tihosuco, José María Paula Villegas, de Calkiní, y Andrés de Ibarra, de Cam­ peche, fueron elegidos miembros de la Diputación Provincial de Yucatán, con José Joaquín Pinto, Francisco Ortiz y José Francisco de Cicero como suplentes.7 La diputación pidió a los ayuntamientos constitucionales, agentes y soportes principales de esa nueva institución, que trabajasen por el bienestar del pueblo y prestasen especial atención a la promoción de la educación pública.8 Poco tiempo después, esa diputación provincial solicitó a Venegas, limitado ahora en su dominio político únicamente a las provincias de la Nueva España, que se le remitiesen a la mayor brevedad posible todos los expedientes relacionados con los asuntos eco­ nómicos, educativos y administrativos de las provincias de Yucatán, Campeche y Tabasco que hubiese en los archivos de la ciudad de México.9 También en 1813 se estableció la Diputación Provincial de Nueva Galicia, donde los decretos del 23 de mayo de 1812 fueron publicados un año después de su proclamación, esto es, el 24 de mayo de 1813. La junta preparatoria electoral no tardó en iniciar “Instrucción conforme a la cual deberán celebrarse en las provincias de ultramar las elecciones de diputados de Cortes para las ordinarias del año próximo de 1813”, en agm, Ramo de Historia, t. 445, ff. 5-10; “Elecciones para diputados a las Cortes ordinarias de 1813. Diputaciones provinciales. Ayuntamientos”, en Alba, La constitución de la Nueva España, i, pp. 148-161 y 204-207. 6 “Cosme Antonio Urquiola a Francisco Javier Venegas”, Presidio del Carmen, 30 de noviembre de 1812, en “Instrucción conforme a la cual deberán celebrarse en las provincias de ultramar...”, en agm, Ramo de Historia, t. 415, ff. 45-46. 5 52 Manuel A. Lanz, Compendio de la historia de Campeche, p. 505. “Proclama de la diputación provincial de Yucatán a los habitantes de la provincia”, Mérida, 23 de abril de 1813, en Alba, op. cit., i, pp. 209-211. 9 “La diputación provincial de Yucatán avisa al virrey que se instaló en 23 de abril de 1813”, ibid., p. 208. 7 8 53 Nettie Lee Benson II. Establecimiento de las diputaciones provinciales sus sesiones.10 Con respecto al artículo 10 del decreto, tocante a la elección de diputados a la diputación provincial, la junta de Nueva Galicia expresó el 19 de junio que, siendo siete los diputados correspondientes a esa diputación y sólo dos las provincias representadas, la de Zacatecas debía elegir tres diputados en propiedad y un suplente y la de Nueva Galicia (a la que a menudo se hace referencia como “la de Guadalajara”), cuatro diputados propietarios y dos suplentes, en una elección que debía realizarse en las capitales, según la Constitución.11 La junta preparatoria decidió que los electores de los distritos se presentasen en Guadalajara el 22 de agosto para las elecciones provinciales. La provincia de Nueva Galicia (mencionada en este caso como Guadalajara) eligió a José Simeón de Uría, Juan Manuel Caballero, Tomás Ignacio Villaseñor y José Chafino como diputados propietarios y a Toribio González y Benito Antonio Vélez como suplentes.12 El 12 de septiembre de 1813, la de Zacatecas nombró al conde de Santa Rosa, a Jacinto Martínez y a Rafael Riestra como propietarios y, como suplente, a Felipe Chavarino.13 El 20 de septiembre de 1813, José de la Cruz, jefe político de la Nueva Galicia, comunicó a Venegas (ahora sólo jefe político de la Nueva España) que ese día quedó formalmente establecida la Diputación Provincial de la Nueva Galicia. También ese mismo día, la diputación nombró secretario a Pedro Vélez y empezó a funcionar inmediatamente, pidiendo al virrey que le dirigiera todos los asuntos pendientes relacionados con su jurisdicción.14 Dado que una mitad de los miembros de cada diputación provincial debía renovarse cada dos años (artículo 327), se convocó a una elección, aunque tardía, en 1813, y tuvo lugar en la primavera siguiente. Con el propósito de completar la Diputación Provincial de Nueva Galicia para el periodo 1814-1815, Guadalajara realizó su elección provincial del 12 al 24 de marzo de 1814 y el último día eligió diputados a Toribio González y Juan Coracura para reem­ plazar a los propietarios Tomás Ignacio Villaseñor y José Chafino, y a Manuel Tuñón y José Crispín Velarde para reemplazar a los suplentes Benito Antonio Vélez y Toribio González.15 Por su parte, Zacatecas realizó elecciones similares los días 13 a 15 de marzo y el último día eligió a Juan Francisco Calera y Juan Crisóstomo Dubal como diputados propietarios y a Agustín de Iriarte como suplente a la Diputación Provincial de la Nueva Galicia para los años 1814 y 1815.16 Es probable que esos dipu­ tados nunca hayan ocupado sus puestos, pues el decreto publicado por Fernando VII en Valencia el 4 de mayo de 1814, con el que revocaba la Constitución de 1812 y anulaba todos los actos de las Cortes desde 1811 hasta 1814, llegó a Guadalajara el 17 de octubre de aquel año.17 Estaba compuesta por José de la Cruz, jefe político de Nueva Galicia, Juan Cruz Ruiz de Cabañas, obispo de Guadalajara, Francisco Antonio de Velasco, intendente, José Crispín Velarde, alcalde, Miguel Pacheco, primer regidor, Pedro Vélez de Zúñiga, fiscal, y Juan José Cambero y Juan Manuel Caballero, los dos ciudadanos de buena reputación. 11 Nueva Galicia, Jefe Político, Bando de Don José de la Cruz, mariscal de campo de los ejércitos nacionales, comandante general y gefe político del reyno de Nueva Galicia...; Guadalajara, 21 de junio de 1813 (pliego suelto del Archivo General de la Secretaría del Ayuntamiento de Guadalajara). 12 Diario de México, 23 de octubre de 1813. 13 “Aviso del resultado de las elecciones de diputados a Cortes y a la diputación provincial en Zacatecas”, en Alba, op. cit., p. 180. Libro de actas del ayuntamiento de Guadalajara para el año de 1813, en Archivo General de la Secretaría del Ayuntamiento de Guadalajara, f. 33, legajo 31 (1813), ms. en el Archivo General de la Secretaría del Ayuntamiento de Guadalajara; “Aviso de haberse instalado la diputación provincial de Nueva Galicia”, en Alba, op. cit., p. 211; “Félix María Calleja al ministro de Ultramar”, México, 21 de enero de 1814, ms. en agm, Correspondencia Virreyes, Calleja, vi. 15 Junta electoral, “Actas de la junta electoral de la provincia de Guadalajara”, 12 a 14 de marzo de 1814, ms. en agm, Ramo de Historia, t. 445. 16 Actas de la junta electoral de la provincia de Zacatecas, 13 a 15 de marzo de 1814 ms. en agm, Ramo de Historia, t. 445. 17 Libro de actas del ayuntamiento de Guadalajara, 1814, en Archivo de la Secretaría del Ayuntamiento de Guadalajara, legajo 32, f. 172, ms. en el Archivo General de la Secretaría del Ayuntamiento de Guadalajara. 54 55 14 10 Nettie Lee Benson II. Establecimiento de las diputaciones provinciales La tercera diputación provincial establecida dentro de los límites de México fue la de las Provincias Internas de Oriente, con su capital en Monterrey.18 Durante el periodo de 1810 a 1814, hubo en esas provincias repetidos alzamientos revolucionarios, en particular en Nuevo León y Texas, donde las revoluciones sucedían a las contrarrevoluciones; sin embargo, no debe sorprender el que a pesar de todo se estableciese la diputación provincial, dado que las provincias de Nuevo León y Texas estuvieron gobernadas desde el 1 de abril de 1811 hasta el 11 de marzo de 1813 por una junta gubernativa provincial, cuerpo semejante a la diputación provincial y reminiscencia de las juntas de España precursoras de aquélla.19 Luego de que el virrey nombró a Ramón Díaz Bustamante gobernador provisional de Nuevo León, la junta le entregó el poder el 11 de marzo de 1813, pero Díaz Bustamante murió antes de un mes, por lo que Pedro Manuel de Llano, alcalde mayor, lo sucedió como gobernador en funciones, para pronto dejar el puesto a Fernando de Uribe, en su calidad de alcalde mayor recién electo. Mientras estuvo en funciones, Uribe convocó a la junta preparatoria electoral de 1813,20 la cual mandó el 20 de septiembre a los gobernadores de Nuevo Santander, Coahuila, Texas y Nuevo León que remitiesen sin demora los censos de sus respectivas provincias para que pudieran terminarse las instrucciones relativas a las elecciones.21 Debido a que la inquietud y agitación de las provincias dificultó a los gobernadores el levantamiento de los censos,22 la junta, anhelosa de apresurar los arreglos para las elecciones, elaboró sus instrucciones y señaló los distritos electorales, basándose en los últimos censos eclesiásticos del obispo Marín de Porras, de la diócesis de Linares, cuya jurisdicción coincidía con la de las Provincias Internas de Oriente. A Texas, debido a su escasa población,23 le fue asignado solamente un distrito electoral, con su capital en Béxar, a Nuevo Santander, cinco distritos, a Nuevo León, cuatro, y a Coahuila, tres. La junta instruyó a los gobernadores de cada provincia para que empezaran con las elecciones parroquiales y las de partido o de distrito tan pronto como fuese posible, a fin de que los Ramos Arizpe creía que Saltillo debería ser la sede de tal cuerpo. El 16 de abril de 1814, las Cortes aprobaron su proyecto para establecer en Saltillo la residencia de la Diputación Provincial de las Provincias Internas de Oriente (España, Cortes, Actas de las sesiones de la legislatura ordinaria de 1814, p. 255); pero el citado cuerpo continuó celebrando sus sesiones en Monterrey. 19 A fines de marzo de 1811, cuando los insurgentes fueron derrotados en Baján, Monterrey, y el estado de Nuevo León se encontraba desprovisto de gobernador, Francisco Antonio Farías, el entonces procurador en funciones, presentó al ayuntamiento de Monterrey un plan con el objeto de hacer frente a la situación que se presentaba. En ese plan propuso que una junta provincial gubernativa, de seis miembros y un presidente, tuviese autoridad sobre todos los ramos del gobierno de la provincia. (“Expediente formado sobre la Instalación de la Junta de govierno de esta capital y de su provincia por el actual sindico procurador general Don Francisco Antonio Farías, ante el Iltre. ayuntamiento de esta ciudad”, ms. en el Archivo General del Estado de Nuevo León). Los miembros del ayuntamiento consideraron que el plan era prudente y lo aceptaron, procediendo a elegir a Blas José Gómez de Castro, de Linares, como presidente, a Bernardo Ussel y Guimbarda, como vicepresidente, y a José León Lobo Guerrero, José Vivero, José Valera, Melchor Núñez de Esquivel, Antonio Silverio de Verridi y Francisco Bruno Barrera como miembros. La junta se encargó del gobierno militar y político de Nuevo León el 2 de abril de 1811, fue reconocida por Félix Calleja como cuerpo gubernativo el 22 del mismo mes (ibid.) y gobernó Nuevo León hasta el 11 de marzo de 1813, cuando resignó su autoridad en el gobernador nombrado por el virrey; Santiago Roel, Nuevo León. Apuntes históricos, 1, p. 101. 18 56 Compuesta por el propio Fernando de Uribe, José León Lobo Guerrero, Juan José de la Garza, Ambrosio María de Aldasoro, José Bernardino Cantú y Joseph Mier Noriega. 21 “La junta preparatoria de Monterrey al gobernador de la provincia de Texas”, Monterrey, 20 de septiembre de 1813, en Bexar Archives, Universidad de Texas. 22 “Christóbal Domínguez a la Junta de Monterrey”, Béxar, 13 de octubre de 1813, en Bexar Archives, Universidad de Texas; “Junta preparatoria de Monterrey a Juan Fermín de Juanicotena, Gob. de Nuevo Santander”, Monterrey, 30 de diciembre de 1813, en Matamoros Archives, Universidad de Texas, t. 16, pp. 40-41 (fotostáticas). 23 El gobernador Christóbal Domínguez estimaba en octubre de 1813 que la población de Texas no pasaba de cinco mil habitantes. “Domínguez a la junta de Monterrey”, Béxar, 13 de octubre de 1813, ms. en los Bexar Archives. 20 57 Nettie Lee Benson II. Establecimiento de las diputaciones provinciales electores estuviesen en Monterrey el 15 de febrero de 1814, fecha designada para las elecciones de diputados a Cortes.24 Es evidente que las elecciones parroquiales y de distrito no se desarrollaron tan rápidamente como esperaba la junta. La misma ciudad de Monterrey no realizó las elecciones de partidos hasta el 20 de febrero de 1814, cinco días después de la fecha fijada para la reunión en dicha ciudad de los electores de partido de todas las provincias. Sin embargo, los diputados a la diputación provincial fueron designados antes del 10 de mayo, cuando la mayoría de los electores de Coahuila, Nuevo León y Nuevo Santander ya había llegado. Se decidió que Coahuila, Nuevo León y Nuevo Santander estuviesen representadas cada una por dos miembros y Texas por uno; pero como esta última provincia estaba todavía luchando contra los invasores y no había enviado a su elector de distrito, se resolvió que Nuevo León tuviese un tercer diputado para representar a Texas. Coahuila, Nuevo León y Nuevo Santander debían tener un suplente cada una. Los diputados propietarios electos fueron los doctores Bernardino Cantú y José Lobo Guerrero, por Nuevo León; José Melchor Sánchez Navarro y Francisco Antonio Gutiérrez, por Coahuila; Ylarión Gutiérrez y Pedro Paredes, por Nuevo Santander, y Pedro Manuel de Llano como representante de Texas. Los suplentes fueron Juan Isidro Campos, José Grande y el bachiller José María Gutiérrez de Lara. Después del juramento de José Bernardino Cantú, José León Lobo Guerrero, Pedro Manuel de Llano y Juan Isidro Campos, se declaró instalada la Diputación Provincial de las Provincias Internas de Oriente, la cual empezó a funcionar de inmediato, nombrando como su secretario a Juan Bautista Arizpe. Ningún intendente habitaba dentro de los límites de esa región; además, el comandante general de la misma, el general bri- gadier Joaquín Arredondo, quien en su calidad de jefe político y oficial ejecutivo de la provincia debía estar presente en las sesiones de la junta, se encontraba en Texas combatiendo a los rebeldes, por lo que nunca asistió a dichas sesiones. La Diputación Provincial de las Provincias Internas de Oriente, que tenían su capital en Monterrey, Nuevo León, se reunió tres veces por semana desde el 10 de junio de 1814 hasta después del 18 de agosto del mismo año, cuando recibió un mensaje de Arredondo en el que le ordenaba que se disolviera. En ocasiones, esa diputación provincial se había opuesto fuertemente a los préstamos forzados, solicitud de tropas, etc., que le exigía Arredondo; así, en su reunión del 10 de junio, le escribió una larga carta en la que se quejaba de que no asistiera a las reuniones. Él le respondió el 17 de junio, también en una larga carta, para acusar a la diputación de no ser un cuerpo legítimo y de interferir con su autoridad y no respetarla; incluso se quejó ante Calleja de las actividades de la junta. Fue precisamente el hecho de que Calleja le enviara la comunicación, el 18 de agosto, de que Fernando VII había abrogado la Constitución de 1812 el 4 de mayo lo que dio a Arredondo el poder para disolver la junta.25 Tal procedimiento era algo irregular, ya que, según la Constitución, los electores de partido de cada provincia deberían reunirse en la capital de ésta con el fin de elegir diputados tanto a Cortes como a la diputación provincial. En las elecciones que se efectuaron en el resto de México durante 1813 y 1814 se siguió estrictamente el procedimiento prescrito por la Constitución. Actas de la Diputación Provincial de las Provincias Internas de Oriente del 10 de mayo al 28 de junio de 1814, con el título “Oficios y Comunicaciones de la Diputación provincial desde el día 10 de mayo de 1814”, ms. en el Archivo General del Estado de Nuevo León. También se encontraron otros documentos de esa diputación provincial, entre ellos la carta de Arredondo a la Diputación Provincial de Monterrey, fechada en Laredo el 17 de junio de 1814, y la carta de Calleja a Arredondo, fechada en México el 18 de agosto de 1814, en la que le decía a éste que disolviera la junta. Libro de actas de las juntas electorales de parroquia, de partido y de provincia, año de 1814, ms. en el Archivo General del Gobierno del Estado de Nuevo León, legajo i (1814), núm. 2; Charles M. Harris, A Mexican Family Empire. The Latifundio of the Sanchez Navarro Family, 1765-1867, Austin: The University of Texas Press, 1975, pp. 141·142 y 346; Monterrey, 7 de septiembre de 1814, en Pedro Torres Lanzas, Independencia de América. Fuentes para su estudio, 5 t., Madrid: 1912, iv, pp. 10-11; y Monterrey, 17 de agosto de 1814, carta de la Diputación Provincial de Monterrey en la que explica los males que impiden su funcionamiento adecuado, en Torres Lanzas, op. cit., iii, p. 515. 58 59 24 25 Nettie Lee Benson II. Establecimiento de las diputaciones provinciales La Diputación Provincial de las Provincias Internas de Occidente debía componerse de diputados de las provincias de Durango, Chihuahua, Sonora y Sinaloa y Nuevo México. Aún no ha sido encontrada la fecha de su establecimiento, pero puede suponer­ se que fue anterior al 13 de abril, pues el jefe político interino, Juan José Zambrano, de Nueva Vizcaya, informó a España en esa fecha que la elección de diputados de esa provincia (no menciona los nombres) se había llevado a cabo el 15 de marzo. Además, los dipu­tados que debían representar a Chihuahua y Nuevo México, Mateo Sánchez Álvarez y Juan Ortiz de Santa Fe, respectivamente, y Francisco Xavier Chávez, suplente de Albuquerque, fueron elegidos en Paso del Norte el 14 de marzo, mientras que los dipu­ tados por la provincia de Sonora y Sinaloa fueron elegidos en Real de Álamos el 24 de marzo (no se encontraron los nombres).26 Aunque aún no han sido encontrados documentos que prueben la fecha de su instalación, es probable que haya sido en abril o mayo de ese año. La última diputación provincial de cuyo establecimiento en México en el periodo comprendido entre 1813 y 1814 se tiene alguna noticia fue la de la ciudad de México. El 11 de noviembre de 1812, Francisco Xavier Venegas, en su calidad de jefe político de la Nueva España, convocó a la junta electoral,27 la cual redactó las instrucciones necesarias para las elecciones de la Nueva España y las firmó el 14 de noviembre.28 Fueron declaradas componentes de la Nueva España las provincias de México, Puebla, Valladolid (Michoacán), Guanajuato, Oaxaca, Veracruz, San Luis Potosí, Tlaxcala y Querétaro.29 Los electores de las provincias recibieron la orden de reunirse en la capital de cada una de ellas. Respecto a la división provincial en distritos, la junta electoral resolvió que: [...] la distribución actual de las provincias en subdelegaciones sea y se entienda por división en partidos; de manera que cada subdelegación sea un partido; con las excepciones siguientes: Que en la provincia de Querétaro, se forme para solo este efecto un partido distinto en San Juan del Río, compuesto de su parroquia o curato y los de Santa María Mealco y Tequisquiapan. Que en la provincia de Guanajuato, se tengan por partidos distintos en consideración a su numeroso vecindario y la jurisdicción independiente que exercen sus alcaldes ordinarios, la ciudad de Salvatierra con los pueblos de Yuririapúndaro y Acámbaro y la Durango, 13 de abril de 1814, en Torres Lanzas, op. cit., iii, pp. 478-479; Richard V. Baquera, “Paso del Norte y Chihuahua. Revolution and Constitutionalists”, tesis de maestría en artes, El Paso: The University of Texas, 1977, p. 95; Real de Álamos, 26 de marzo de 1814, carta de la Junta Electoral de la Provincia de Sonora y Sinaloa con las actas de la elección de diputados a las Cortes y a la Diputación Provincial de las Provincias Internas de Occidente, en Torres Lanzas, op. cit., iii, p. 473; “Comandante Bernardo Bonavia al Ministro de Asuntos de Ultramar”, Durango, 15 y 16 de marzo de 1814, en ibid., iii, pp. 470-471. Nota: Francisco R. Almada, en Resumen de la historia del estado de Chihuahua, México: s.i., 1955, pp. 152-153, dice que la diputación provincial empezó a funcionar el 22 de enero de 1814 y que Chihuahua estuvo representada por Francisco Espejo y Juan José Zambrano, pero esto parece muy poco probable, pues las elecciones de representantes a la Diputación Provincial de las Provincias Internas de Occidente se llevaron a cabo en su mayoría en marzo de ese año. Por lo demás, no menciona documentación alguna. “Instrucción conforme a la cual deberán celebrarse en las provincias de ultramar las elecciones de diputados de Cortes para las ordinarias del año próximo de 1813”, ms. en agm, Ramo de Historia, t. 445, ff. 10-11; “Elecciones para diputados a las Cortes ordinarias de 1813. Diputaciones provinciales...”, en Alba, op. cit., pp, 154-155. 28 Las instrucciones completas, expedidas en forma de orden oficial el 27 de noviembre, fueron publicadas en el Diario de México los días 30 de noviembre y 1 y 2 de diciembre de 1812. 29 Debe hacerse notar que esta división se hizo con base en las intendencias de México, Puebla, Valladolid, Guanajuato, Oaxaca y Veracruz. Lo mismo puede afirmarse respecto a la de San Luis Potosí, con la excepción de que las mismas Cortes habían segregado de ella las cuatro Provincias Internas de Oriente, que hasta entonces habían formado parte de la intendencia. Tlaxcala, con su distrito de Huexotzingo, recibió el rango de provincia debido a “sus circunstancias peculiares”, y el corregimiento de Querétaro, con el distrito de Cadereyta, también fue constituido en provincia, aun cuando no se dio razón de ello. Ibid., 1 de diciembre de 1812. 60 61 27 26 Nettie Lee Benson villa de Salamanca con el valle de Santiago y la congregación de Irapuato, aunque no sean subdelegaciones distintas.30 El artículo 10 del bando de la junta preparatoria trataba del establecimiento de la diputación provincial. Autorizaba a la intendencia de San Luis Potosí para que nombrase tres diputados y un suplente y a la de Guanajuato, por su más numerosa población, para elegir cuatro diputados y dos suplentes a la Diputación Provincial de San Luis Potosí, que tendría jurisdicción sobre esas dos provincias. En cuanto a la Diputación Provincial de la Ciudad de México con jurisdicción sobre las otras provincias, a la que se llamaría en adelante Diputación Provincial de la Nueva España, la junta resolvió que, en vista de que las provincias eran siete, incluyendo las adicionales de Tlaxcala y Querétaro, cada una elegiría un diputado, mientras que México, Puebla y Oaxaca elegirían, además, un suplente cada una.31 La Constitución de 1812 prescribió detalladamente el método que se aplicaría para paralizar esas elecciones: serían indirectas, por lo que los ciudadanos de las parroquias debían escoger electores parroquiales que, juntándose con los otros electores parroquiales, debían elegir a su vez electores de partidos; éstos, en fin, debían reunirse en la capital de cada provincia para nombrar los diputados a Cortes y a la diputación provincial.32 Las elecciones parroquiales de la ciudad de México tuvieron lugar el 29 de noviembre de 1812. En su bando oficial del 27 de noviembre de 1812, la junta preparatoria fijó el 1 de febrero de 1813 como fecha de reunión en esa ciudad de los electores de partido de la provincia de México para elegir diputados a Cortes.33 Según el artículo 328 de la Constitución, el diputado provincial por la provincia de México debía ser electo el 2 de febrero de Diario de México, 2 de diciembre de 1812; Alba, op. cit., p, 162. Ibid., pp. 159-160; Diario de México, 3 de diciembre de 1812. 32 Constitución política de la monarquía española, Cádiz, 1812, artículos 35 a 103. 33 Diario de México, 3 de diciembre de 1812. 30 31 62 II. Establecimiento de las diputaciones provinciales 1813; pero no fue así, porque inmediatamente hubo objeciones contra las elecciones parroquiales realizadas el 29 de noviembre anterior.34 Por consiguiente, no se dio ningún paso para reunir a los electores parroquiales mientras Venegas estuvo a la cabeza del mando en la Nueva España. Venegas siguió publicando los decretos y bandos de las Cortes, pero no hizo nada por obedecerlos, con lo que, de hecho, suspendió su aplicación;35 un caso más del famoso “obedezco pero no cumplo”. Félix Calleja reemplazó a Venegas el 4 de marzo de 1813, cuando los insurgentes tenían todavía la fuerza suficiente como para do­minar virtualmente toda la provincia de Oaxaca, hostilizar de manera parcial la mayoría de las provincias centrales y hasta infiltrarse a menudo en los suburbios de la misma ciudad de México. Por eso Calleja, en un esfuerzo por apaciguar a los descontentos y a las facciones irresolutas de los realistas, resolvió restablecer la vigencia de la Constitución de 1812 y dar efectividad a los decretos de las Cortes.36 Para conseguir esto, tenía que proceder a la elección de diputados, a lo que Venegas se opuso a pesar de las repetidas instancias de los electores parroquiales.37 Siguiendo el dictamen de los fiscales de la corona, Calleja convocó a una reunión de electores parroquiales para el domingo 4 de abril.38 En ella fueron elegidos los miembros del ayuntamiento, pero no los electores de partido, a pesar de que el objeto de la elección, inicialmente anunciado en septiembre de 1812, era el de elegir diputados a Cortes y a la diputación provincial. Aparentemente, los electores parroquiales fueron destituidos después de la elección de los miembros del ayuntamiento. Nettie Lee Benson, “The Contested Mexican Election of 1812”, The Hispanic American Historical Review, xxvi, pp. 336-350. 35 Alamán, op. cit., iii, pp. 294-297; Niceto de Zamacois, Historia de Méjico, viii, pp. 726-730; Bancroft, op. cit., iv, pp. 465-466. 36 Bancroft, op. cit., iv, p. 502; Alamán, op. cit., pp. 409-411. 37 “Ramón Gutiérrez del Mazo a Venegas”, México, 27 de diciembre de 1812 y 3 de enero de 1813, en Alba, op. cit., i, pp. 244-246. 38 “Los fiscales a Calleja”, México, 29 de marzo de 1813, en ibid., pp. 250-255. 34 63 Nettie Lee Benson II. Establecimiento de las diputaciones provinciales En la siguiente reunión de la junta preparatoria, convocada por Calleja para el 20 de abril de 1813, se resolvió ordenar a los respectivos intendentes de las provincias de Puebla, Veracruz, Oaxaca, Michoacán, Guanajuato, México y San Luis Potosí, así como a los gobernadores de Tlaxcala y Querétaro, que prosiguieran y terminaran sin demora las elecciones de diputados a Cortes y a la diputación provincial. Los diputados a Cortes deberían dirigirse inmediatamente a Veracruz, donde se embarcarían para España, mientras que los representantes a la Diputación Provincial de la Nueva España deberían presentarse en la ciudad de México en un plazo de dos meses.39 Como todavía no llegaba ninguna respuesta sobre las elecciones de la provincia de Oaxaca, que estaba completamente en poder de los insurgentes, Calleja citó el 23 de abril de 1813 a otra reunión de la junta preparatoria en la que se decidió que, a falta del diputado de Oaxaca, la provincia de México elegiría dos representantes a la diputación debido a que su población era la más numerosa, mientras que, además de su diputado propietario, Michoacán elegiría a un suplente.40 De ese modo, se aseguraría que la diputación tuviera un número completo de representantes, esto es, siete diputados propietarios y tres suplentes. De acuerdo con la instrucción del 20 de abril, las elecciones parroquiales fueron fijadas para el 4 de julio.41 Los electores parroquiales de la ciudad de México designados en esa fecha se reu­ nieron el 11 de julio y nombraron electores de partido; estos últimos, en unión de los demás electores de partido de la provincia de México, eligieron diputados a Cortes el 18 de julio y provinciales al día siguiente. La provincia de México eligió como diputados propietarios al doctor José Miguel Guridi y Alcocer y a José María Fagoaga y, como suplente, a José Antonio Cristo y Conde.42 En la provincia de Puebla, las elecciones parroquiales tuvieron lugar el 25 de abril en la ciudad del mismo nombre y las del partido, el día 1 de mayo; estos dos primeros pasos del proceso electoral se llevaron a cabo también en los demás distritos de la provincia que no estaban bajo el dominio de los insurgentes y las elecciones provinciales se fijaron para el 9 de mayo.43 En respuesta a una pregunta de José Mariano Marín,44 que había sido elegido para representar a Puebla ante la Diputación Provincial de la Nueva España, Calleja dijo que había fijado el día 19 de julio como fecha de instalación de ese cuerpo.45 El 4 de junio de 1813, la provincia de Querétaro eligió diputado al coronel Pedro Acevedo y Calderón,46 mientras que Tlaxcala hizo lo propio con el licenciado Bernardo González Pérez de Angulo.47 Para el 1 de agosto, las provincias de Puebla, Querétaro, México y Tlaxcala habían elegido a sus representantes a la Diputación Provincial de la Nueva España y reconocido la imposibilidad de efectuar la elección en Oaxaca. Esta última provincia y la de Michoacán, a la sazón casi totalmente dominada también por los insurgentes,48 se vieron imposibilitadas de realizar las elecciones; por otra parte, no se ha encontrado ninguna prueba documental de que las elecciones se hayan efectuado en Veracruz en el año de 1813. Actas de la junta preparatoria electoral, 20 de abril de 1813, ms. en agm, Ramo de Historia, t. 445, ff. 66-67; “México, 30 de abril”, Gaceta del Gobierno de México, 1 de mayo de 1813. 40 Actas de la junta preparatoria electoral, 23 de abril de 1813, ms. en agm, Ramo de Historia, t. 445, f. 68. 41 Diario de México, 7 de julio de 1813. Ibid., 20 de julio de 1813. “Ciriaco del Llano a Félix María Calleja”, Puebla, 4 de mayo de 1813, ms. en agm, Ramo de Historia, t. 445. 44 “José Mariano Marín a Félix María Calleja”, Puebla, 24 de junio de 1813, ms. en agm, Ramo de Historia, t. 447. 45 Ibid., nota al margen, fechada en México el 7 de julio de 1813. 46 “Junta electoral de la provincia de Querétaro a Félix Calleja”, Querétaro, 4 de junio de 1813, ms. en agm, Ramo de Historia, t. 447, expediente 8. 47 “Agustín González del Campillo a Félix María Calleja”, Tlaxcala, 26 de julio de 1813, ms. en agm, Ramo de Historia, t. 445. 48 Nota núm. 3 al “Acta de la Junta preparatoria de México de 7 de julio de 1814”, en Alba, op. cit., i, p. 219. 64 65 39 42 43 Nettie Lee Benson II. Establecimiento de las diputaciones provinciales Aun aquellas provincias en donde las hubo tuvieron dificul­ tades para incorporar a sus representantes a la diputación. Cuan­ do Bernardo González Pérez de Angulo llegó a la ciudad de Méxi­co como representante de Tlaxcala, fue apresado en el acto, acusado de haber participado antes en actos de sedición. A pesar de que apeló ante Calleja para que le otorgara inmunidad por su cargo, su detención fue confirmada y su elección declarada nula; asimismo, se mandó que Tlaxcala volviese a convocar a electores provinciales para elegir otro diputado.49 Por otra parte, Juan Madrid Quiñones denunció la elección de Guridi y Alcocer como diputado por la provincia de México, por lo que, el 23 de julio, Calleja pidió al intendente un informe completo sobre la elección de los miembros de la Diputación Provincial de la Nueva España y solicitó una opinión legal sobre la acusación contra Guridi y Alcocer.50 No se da explicación alguna de esa acusación, pero, dado que Guridi y Alcocer no era natural de la provincia de México,51 posiblemente su elección fue impugnada sobre la base de que los miembros de una diputación provincial debían ser naturales de la provincia que representaban o haber residido en ella durante siete años.52 Es probable que la causa fundamental de la impugnación fuese su afiliación política, porque los tres ciudadanos elegidos para representar a la provincia de México ante la diputación provincial recibían el apoyo de las fuerzas insurgentes a través de la sociedad llamada “Los Guadalupes”, de la ciudad de México, cuyos miembros informaron a José María Morelos, el caudillo insurgente, que, a pesar de los esfuerzos conjuntos de Calleja y los obispos, los candidatos puestos por “Los Guadalupes” para diputados a Cortes habían resultado victoriosos y que la derrota más severa sufrida por los realistas había sido la elección a la Diputación Provincial de la Nueva España de Guridi y Alcocer, ex diputado a Cortes, y de José María Fagoaga, europeo de nacimiento pero criado y educado en México y “muy adicto de ideas liberales y hombre de bien, y ante los ojos de nuestros enemigos, es peor Fagoaga que el americano más insurgente”; añadían que como diputado suplente había sido electo José Antonio del Christi y Conde, natural de La Habana y “sugeto propio para el caso”.53 El año 1813 terminó sin ver la instalación de la Diputación Provincial de la Nueva España, aunque se continuaron las diligencias para ello. La provincia de Tlaxcala dio aviso el 18 de mayo de 1814 de que había elegido como su diputado al licenciado José Daza y Artazo, fiscal de la Audiencia de México y miembro ante­ rior del ayuntamiento de Tlaxcala.54 El 15 de marzo de 1814, la de Veracruz nombró al doctor Antonio Manuel Couto.55 Cumpliendo con la Constitución,56 el 16 de marzo de 1814, la provincia de México eligió como nuevos miembros propietarios de la dipu­ tación a José Ángel Gazano y Juan Bautista Lobo, junto con el licenciado Ignacio García Illueca como suplente.57 Así, para fines de mayo de 1814, habían sido nombrados seis de los siete diputados propietarios y dos suplentes: Guridi y Alcocer y Fagoaga “Documentos relativos a las persecuciones de que fue objeto el diputado por la provincia de Tlaxcala. Se declara nula su elección y se decide que se nombre a otra persona en su lugar”, en Alba, op. cit., i, pp. 213-217. 50 “Ramón Gutiérrez del Mazo a Calleja”, México, 23 de julio de 1813, ms. en agm, Ramo de Historia, t. 445. 51 Había nacido en Ixtacuixtla, Tlaxcala, el 26 de diciembre de 1763, y estudió en el Seminario Palafoxiano de Puebla, en donde posteriormente fue profesor de filosofía y literatura sacra. El 9 de octubre de 1790 recibió el grado de doctor en teología por la Universidad de México. Posteriormente fue cura de Tacubaya, y ahí se encontraba en 1810, cuando fue electo como diputado a Cortes; de inmediato se dirigió a España, donde permaneció hasta después de la firma de la Constitución, el 18 de marzo de 1812. 52 Constitución política de la monarquía española, 1812, art. 330. 49 66 “Los Guadalupes a José María Morelos”, México, 5 de agosto de 181 3, ms. en agi, Sevilla, España, estante 136, cajón 7, legajo 9. 54 “Miguel Sandoval a Calleja”, 18 de mayo de 1814, en Alba, op. cit., i, p. 48. 55 “José de Quevedo, gobernador de la provincia de Veracruz, a Calleja”, Veracruz, 18 de marzo de 1814, ms. en agm, Ramo de Historia, t. 445. 56 De acuerdo con los artículos 108 y 307, los diputados a Cortes y a la diputación provincial deberían ser elegidos cada dos años, comenzando en 1812. 57 Diario de México, 16 de marzo de 1814. 53 67 Nettie Lee Benson II. Establecimiento de las diputaciones provinciales por México, Marín por Puebla, Acevedo y Calderón por Querétaro, Daza y Artazo por Tlaxcala y Couto por Veracruz, con Christi y Conde como suplente por México y Tomás Rodríguez Pontón como suplente por Puebla.58 Entonces surgió la cuestión de si podría integrarse la dipu­ tación provincial con unos diputados elegidos para los años 1813 a 1814 y otros para el bienio de 1815 a 1816. En una reunión de la junta preparatoria celebrada el 18 de abril, se resolvió finalmente que, si la diputación se instalaba antes del 10 de junio de 1814, debería componerse de los miembros ya elegidos, pero que, en todo caso, en dicha fecha, el cuerpo debería ser renovado con los diputados recién electos.59 La diputación no quedó constituida el 1 de junio ni aun el 7 de julio, día en que Calleja citó para otra reunión de la junta preparatoria a fin de resolver si la instalación podría tener lugar sin la representación de la intendencia de Michoacán. Se resolvió que la diputación provincial debía ser instalada de inmediato con los cinco diputados entonces presentes en la ciudad de México —dos propietarios y un suplente por México y un propietario por Querétaro y otro por Tlaxcala— y que debían enviarse comunicaciones a los diputados propietarios y suplentes ausentes instruyéndolos para que se trasladasen inmediatamente a la ciudad de México. Una vez que los diputados propietarios hubiesen llegado, los suplentes y el segundo diputado por México deberían retirarse.60 En un bando fechado el 11 de julio de 1814, Calleja citó a los cinco diputados ya presentes en la ciudad de México y al intendente, Ramón Gutiérrez del Mazo, para que compareciesen en el palacio de gobierno el 13 de julio a fin de prestar juramento como miembros de la Diputación Provincial de la Nueva España. También se enviaron instrucciones a los gobernadores e intendentes de Puebla, Veracruz, Oaxaca y Michoacán, con las que se les daba aviso de que la diputación sería instalada inmediatamente y de que los diputados por aquellas provincias debían ponerse en marcha en seguida para la ciudad de México a fin de tomar posesión de sus cargos.61 Así pues, más de un año después de la fecha fijada en un princi­ pio, la Diputación Provincial de la Nueva España quedó constituida oficialmente el 13 de julio de 1814.62 Al día siguiente se comunicó el suceso a los ayuntamientos de su jurisdicción.63 El 18 de julio de 1814, después de anunciar que la Diputación Provincial de la Nueva España se reuniría en primera sesión aquel día y de dar los nombres de los miembros, el Diario de México continuaba: El establecimiento de esta diputación provincial es uno de los grandes bienes que la augusta Constitución española ha dictado en favor de los pueblos, que por medio de sus representantes la han sancionado de conformidad con la ley suprema de las naciones [...]. Sus atribuciones y cargos están bastantemente explicados en el siguiente artículo del Catecismo de la Constitución, que copiamos a la letra. Y seguía con dos páginas sobre la diputación provincial, su composición, sesiones, facultades y obligaciones.64 En su primera “Lista de los señores vocales de la diputación provincial nombrados por la junta electoral de esta provincia de la Puebla de los Ángeles, firmada por Ramón Díaz de Ortega”, Puebla, 18 de junio de 1814, ms. en agm, Ramo de Historia, t. 445. 59 Diario de México, 30 de julio de 1814. 60 “Calleja al Exmo. Señor Ministro de Ultramar”, México, 30 de abril de 1814, ms. en agm, Correspondencia Virreyes, Calleja, t. 6, carta núm. 178; nota 3 del “Acta de la junta preparatoria de México de 7 de julio de 1814”, en Alba, op. cit., i, p. 219. “Acta de la junta preparatoria de México de 7 de julio de 1814”, en ibid., pp. 218-219. 62 Ibid., p. 220; “Calleja al Exmo. Sr. Ministro de la Governación de Ultramar”, ms. en agm, Correspondencia Virreyes, Calleja, t. 6, carta núm. 189. 63 Los miembros eran Félix María Calleja, jefe político; Ramón Gutiérrez del Mazo, intendente; José Ángel Gazano, diputado por México; Pedro Acevedo y Calderón, diputado por Querétaro; José Daza y Artazo, diputado por Tlaxcala; Juan Bautista Lobo, elegido por la provincia de México para que tomara el lugar del diputado de Oaxaca; e Ignacio García Illueca, suplente por México, “Certificación de haberse instalado la diputación provincial de México”, en Alba, op. cit., i, pp. 220-221. 64 Diario de México, 1 de agosto de 1814. 68 69 58 61 Nettie Lee Benson II. Establecimiento de las diputaciones provinciales reunión, celebrada el 18 de julio de 1814, la Diputación Provincial de la Nueva España nombró como su secretario a José María Martínez del Campo, pero no ha podido comprobarse si la diputación ejecutó alguna otra de sus prerrogativas, porque ni en la ciudad de México ni en Toluca se han encontrado actas de las sesiones que la Diputación Provincial de la Nueva España pudo haber efectuado durante ese periodo.65 Es probable que nunca hubiese llevado a cabo otra sesión, porque antes de que transcurriera un mes, el 11 de agosto, se recibió en México el real decreto que derogaba la Constitución de 1812 y todas las actas de las Cortes desde 1810 hasta 1814.66 Es posible que la diputación no haya sido disuelta de inmediato, ya que, el 18 de agosto, Calleja expidió un bando en el que aseguraba que, para no turbar la administración política y judicial del reino, no se haría cambio gubernativo alguno mientras no se recibieran nuevas instrucciones del rey.67 Si no fue disuelto el recién constituido cuerpo provincial, debió gozar de una existencia pasiva hasta el 5 de octubre de 1814, cuando el Diario de México publicó un decreto real que mandaba que las diputaciones provinciales de América debían cesar en sus funciones y que los gobernadores de las respectivas jurisdicciones se hiciesen cargo de sus archivos. Aunque las provincias de San Luis Potosí y Guanajuato estaban autorizadas para establecer una única diputación provincial con sede en San Luis Potosí, pocos datos se han hallado sobre la posible instalación o sobre las actividades de este cuerpo. En los años de 1813 y 1814 fueron llevadas a cabo elecciones de diputados y, si bien no ha sido posible determinar la fecha precisa de la primera elección, se sabe que ocurrió antes del 1 de octubre, porque, en esa fecha, uno de los diputados por Guanajuato recibió aviso de su elección con instrucciones de trasladarse en seguida a San Luis Actas capitulares del Exmo. ayuntamiento constitucional de la ciudad de México, año de 1814, f. 158, ms. en el Archivo del Gobierno del Distrito Federal de México. 66 Ibid., 11 de agosto de 1814. 67 Ibid., 18 de agosto de 1814. 65 70 71 Nettie Lee Benson II. Establecimiento de las diputaciones provinciales Potosí;68 por otra parte, el 15 de marzo de 1814, dos de los tres diputados elegidos por la provincia de San Luis Potosí en el año de 1813 fueron reemplazados por el teniente coronel Miguel Flores, alcalde mayor de la capital, y Francisco Gordoa.69 Asimismo, el 15 de marzo de 1814, Guanajuato reemplazó sus miembros por mitad, nombrando al teniente coronel Manuel Marcelino de las Fuentes como diputado propietario y a Juan José García Castillo como suplente.70 Una semana más tarde, no obstante, Calleja recibió aviso de que ningún diputado por Guanajuato había llegado a San Luis Potosí y de que la diputación aún no se había integrado.71 Chiapas, que más tarde llegó a ser uno de los estados de la República Mexicana bajo la égida de la Constitución de 1824, formaba parte en ese momento de la Capitanía General de Guatemala. En 1790 había sido erigida en intendencia y su jurisdicción deslindada para incluir los partidos de Chiapa, Tuxtla y Soconusco, con capital en Ciudad Real.72 Según el decreto del 23 de mayo de 1812, Chiapas era una de las intendencias que debían tener representación en la Diputación Provincial de Guatemala, de la que se sabe que fue instalada el 2 de septiembre de 1813, aunque no se han encontrado detalles sobre la elección de sus componentes ni sobre sus actividades. Con todo, hasta nosotros han llegado noti- cias del descontento de Chiapas porque deseaba una diputación provincial para sí misma. El 18 de mayo de 1813, Mariano Robles Domínguez, diputado por Chiapas a las Cortes españolas, presentó ante éstas una proposición en la que pedía que se estableciera en Ciudad Real una diputación provincial para aquella provincia, separada de la de Guatemala.73 La propuesta de Robles Domínguez pasó a la Comisión de Constitución,74 y más tarde a la de Asuntos de Ultramar.75 En su dictamen, rendido el 18 de noviembre de 1813, esta última recomendaba: 1) que el ayuntamiento de Ciudad Real debía obtener el parecer de los principales ayuntamientos de la intendencia de Chiapas —a saber: los de Santa María Comitán, Tapachula, Tonalá, Tuxtla y Palenque— sobre la necesidad y el beneficio que se obtendrían con el establecimiento de tal cuerpo y sobre el territorio que se incluiría dentro de su jurisdicción, y 2) que el ayuntamiento de Ciudad Real debía presentar todos estos datos a la Diputación Provincial de Guatemala para su estudio y recomendación. La Diputación Provincial de Guatemala, por medio de su jefe político, debía remitir entonces el dictamen, con todos los demás pareceres, a las Cortes, para que éstas dieran su resolución final.76 Evidentemente, se trataba de una táctica dilatoria para limitar el número de diputaciones provinciales en América. En agosto de 1814, se habían instalado cinco de las seis diputaciones provinciales autorizadas dentro de la región mexicana: en Mérida, la de Yucatán; en Guadalajara, la de Nueva Galicia; en Monterrey, Nuevo León, la de las Provincias Internas de Oriente; en Durango, Nueva Vizcaya, la de las Provincias Internas de Occi- “José Maria de la Canal y Landeta a Fernando Pérez Marañón, intendente de Guanajuato”, Querétaro, 16 de octubre de 1813, ms. en agm, Ramo de Historia, t. 447, expediente 14. 69 “Joseph Ruiz de Aguirre a Félix Calleja”, San Luis Potosí, 22 de marzo de 1814, ms. en agm, Ramo de Historia, t. 445. 70 “Pérez Marañón a Félix María Calleja”, San Luis Potosí, 22 de marzo de 1814, ms. en agm, Ramo de Historia, t. 445; carta de la junta preparatoria de San Luis Potosí a las Cortes españolas, San Luis Potosí, 7 de mayo de 1814, acompañada del acta de la elección de diputados a Cortes y a su diputación provincial efectuada los días 14 y 15 de marzo, en Torres Lanzas, op. cit., iii, p. 485. 71 “Ruiz de Aguirre a Calleja”, San Luis Potosí, 22 de marzo de 1814, ms. en agm, Ramo de Historia, t. 445. 72 Domingo Juarros, A Statistical and Commercial History of the Kingdom of Guatemala in Spanish America..., p. 13; Flavio Antonio Paniagua, Catecismo elemental de historia y estadística de Chiapas, p. 442. 68 72 España, Cortes, Actas de las sesiones de la legislatura ordinaria de 1813, p. 442; Mario Rodríguez, The Cadiz Experiment in Central America 1808-1826, Berkeley, Ca.: University of California Press, 1978, p. 117. 74 España, Cortes, Actas de las sesiones de la legislatura ordinaria de 1813, p. 258; Manuel S. Trens, Historia de Chiapas desde los tiempos más remotos hasta el gobierno del general Carlos A. Vidal, p. 212. 75 España, Cortes, Actas de las sesiones de la legislatura ordinaria de 1813, p. 442. 76 Ibid., p. 458. 73 73 Nettie Lee Benson II. Establecimiento de las diputaciones provinciales dente, y en la ciudad de México, la de la Nueva España. Los miembros de la de San Luis Potosí habían sido elegidos, pero, por los documentos conocidos, puede dudarse de que haya sido instalada. Chiapas, que en aquel tiempo formaba parte de Guatemala, se hizo representar ante la Diputación Provincial de Guatema­la, pero aun entonces estaba reclamando una diputación autónoma. A la luz de los acontecimientos posteriores, es muy significativo, además, el hecho de que, durante la elección de representantes a las diputaciones provinciales y a las Cortes y durante los debates de estas últimas, se había manifestado muy claramente que en el Nuevo Mundo, particularmente en la América septentrional española, había muchas más provincias e intendencias reconocidas como tales: en el reino de Nueva Galicia, las de Guadalajara y Zacatecas; en las Provincias Internas de Occidente, las de Sonora y Sinaloa, Durango, Chihuahua, Nuevo México y las Californias; en las Provincias Internas de Oriente, las de Nuevo Santander, Nuevo León, Coahuila y Texas; y en la de la Nueva España, las de México, Oaxaca, Puebla, Michoacán, Veracruz y, desde 1809, las de Querétaro y Tlaxcala. Cada una de esas intendencias y provincias fue reconocida como parte integrante de la nación española; además, la mayoría contaba con una larga historia como provincia y se conocían los límites de todas y cada una. Es cierto que durante el breve periodo —es decir, de 1812 a 1814— en que estuvo en vigor la Constitución de 1812, que estableció la institución de la diputación provincial, esta última llevó una existencia errática, pero también es cierto que, aun en esa época, muchos mexicanos la reconocieron como un medio para obtener más autonomía local y provincial. A través de las muchas elecciones provinciales efectuadas de 1809 a 1814, habían tenido la ocasión de ejercer su derecho a la expresión política; y, cuando se les permitió, lo hicieron con entusiasmo. Cuando Fernando VII volvió al gobierno de España en mayo de 1814, abrogó la Constitución de 1812 y todos los actos de las Cortes de 1810 a 1814, junto con las instituciones creadas por ellas. El gobierno revirtió la situación a lo que había sido antes de la invasión de España por Napoleón en 1808; Calleja reasumió su puesto de virrey de México y fue reemplazado por Juan Ruiz de Apodaca el 16 de septiembre de 1816; y las provincias e intendencias volvieron al poder de los intendentes y gobernadores militares, que las habían gobernado durante la mayor parte del tiempo de las luchas revolucionarias de México. El examen de los nombres de intendentes y gobernadores listados en un incompleto pero extenso expediente de Felipe de Zúñiga y Ontiveros, Calendario, manual y guía de los forasteros de México para el año de..., de los años 1788 a 1821, muestra que muchos de aquellos asignados a cierta intendencia o provincia ocuparon el puesto durante muchos años. Así fue en los casos de Fernando Pérez Marañón, de Guanajuato, de 1811 a 1820; Manuel Jacinto Acevedo, de San Luis Potosí, de 1810 a 1821; José Gallegos, de Zacatecas, de 1816 a 1821; el brigadier Diego García Conde, de Durango, Nueva Viz­ caya, de 1816 a 1821; Francisco Rendón, de Oaxaca, de 1815 a 1821; Miguel de Castro y Araoz, de Mérida, Yucatán, de 1816 a 1821; Antonio Cordero, de Sonora y Sinaloa, de 1816 a 1821; Ciriaco de Llano, de Puebla, de 1816 a 1821, y Ramón Gutiérrez del Mazo, de México, de 1811 a 1821. En las provincias o intendencias de Valladolid de Michoacán, Veracruz y Nueva Galicia, hubo más de un cambio de intendente.77 En una publicación más reciente, Ricardo Rees Jones cita en un apéndice los nombres de los intendentes por fechas e intendencias y hace comentarios en el texto sobre la obra de cada uno de ellos y sobre la entusiasta acogida que dieron a ésta numerosos virreyes y sus súbditos.78 Felipe de Zúñiga y Ontiveros, Calendario, manual y guía de los forasteros de México para el año de 1779 al año de 1822, México, 1779 al año de 1822: 1780, 17901800, 1811-1813 y 1815-1822. 78 Ricardo Rees Jones, El despotismo ilustrado y los intendentes de la Nueva España, México: Instituto de Investigaciones Históricas, unam, 1979, pp. 211-213, y apéndice 1, pp. 313-317. 74 75 77 Nettie Lee Benson El significado de lo anterior en relación con la diputación provincial es difícil de establecer, pues el intendente tenía una función única en esa institución: era el presidente de sus reuniones si el jefe político no se presentaba. Si ninguno de los dos estaba presente, el decano de los miembros de la diputación presidía la junta. Ni el intendente ni el jefe político podían votar en lo concerniente a los asuntos que se dirimían en las juntas, es decir, no podían influir en los asuntos que manejaba la diputación provincial, pero debían ejecutar las decisiones de ésta respecto a los asuntos propios de la autoridad de cada uno de ellos. En este capítulo hemos analizado los orígenes de cuando menos cinco de las seis diputaciones provinciales de México e iniciamos también el estudio de las actividades de Chiapas, futuro territorio de México, y de la actitud de las intendencias y provincias en relación con el deseo de que hubiese más diputaciones provinciales en México. En el próximo capítulo veremos cuál fue la actitud de las intendencias y provincias ante el creciente número de diputaciones provinciales en México, cuando la Constitución de 1812 fue restaurada en el imperio español en 1820. III. Incremento de las diputaciones provinciales en México, 1820-1821 El despotismo reinó en España y sus colonias desde mediados de 1814 hasta fines de 1819. Durante esos años, Fernando VII logró sofocar las varias revueltas anuales contra su tiranía, pero es evidente que no las interpretó como demandas de reformas gubernativas. El descontento se había generalizado tanto por toda España hacia 1820 que todas las ciudades se unieron para exigir la restauración del gobierno constitucional según las normas de la Constitución de 1812. La insurrección de las tropas mandadas por Rafael del Riego y Antonio Quiroga dio inicio a un movimiento tan poderoso que, el 7 de marzo de 1820, el monarca creyó prudente acceder a la demanda. Dos días más tarde, ante una junta provisional que él mismo estableció con el propósito de que lo aconsejara hasta que pudieran reunirse las Cortes, juró guardar la Constitución.1 Las noticias de esos acontecimientos empezaron a llegar a México a finales de abril, pero los que tenían la autoridad se mostraban renuentes a publicarlas. No obstante, el cabildo de la ciudad de Campeche, uno de los primeros de México en jurar adhesión a la reinstaurada Constitución, sí las publicó el 8 de mayo de 1820, y al día siguiente instaló su ayuntamiento constitucional. Tan sólo cinco días más tarde, el 13 de mayo, Yucatán, la primera provincia en instalar la diputación provincial, fue la primera en reinstalarla.2 El Decreto del 9 de marzo de 1820, en Francisco Pi y Margall y Francisco Pi y Arsuaga, Las grandes conmociones políticas del siglo xix en España, i, p. 126. 2 “Ayuntamiento de Campeche al conde del Venadito”, Campeche, 7 de agosto de 1821, en Alba, op. cit., ii, pagm, v, p. 169; Lanz, op. cit., pp. 166-167 y 507-508. 1 76 77 Nettie Lee Benson ayuntamiento y el consulado de Veracruz obligaron a José Dávila, entonces gobernador, a proclamar la Constitución el 25 de mayo.3 En la ciudad de México, el virrey Juan Ruiz de Apodaca, conde de Venadito, tuvo un acuerdo el 4 de mayo de 1820 por el cual resolvió aguardar instrucciones oficiales de España antes de tomar ninguna decisión; pero, cuando el 30 de mayo llegó la noticia de que la Constitución había sido proclamada en Veracruz, Apodaca se vio forzado a actuar y, el 31 de mayo, sin esperar órdenes, la juró él también.4 Apodaca, ya no virrey sino capitán general y jefe político de Nueva España, obraba no obstante con tal lentitud en cuanto se refería a poner en vigor las provisiones de la Constitución que no fue sino hasta el 20 de julio cuando se reinstaló la Diputación Provincial de la Nueva España, el único cuerpo constitucional que aún no había sido restablecido. En su segunda sesión se nombró secretario de ella a José Manuel de la Sierra. Estuvo compuesta por Apodaca, el jefe político, y Ramón Gutiérrez del Mazo, el intendente, y sus miembros con voto fueron, por la intendencia de México, el diputado propietario Juan Bautista Lobo y el suplente José Ignacio García Illueca, jefe militar administrativo retirado; por la intendencia de Puebla, el doctor Francisco Pablo Vásquez; por la provincia de Querétaro, el coronel Pedro Acevedo y Calderón; por la de Tlaxcala, el licenciado José Julián Daza y Artaza; y por la intendencia de Veracruz, el doctor Manuel Antonio Couto; es decir, todos los que la componían en 1814, pero los nuevos diputados que resultasen electos en las elecciones convocadas para septiembre reemplazarían a esos miembros provisionales el día 30 de ese mes. La Diputación Provincial de la Nueva España sostuvo 21 sesiones en el palacio de gobierno entre el 20 de julio y el 26 de Alamán, op. cit., v, p. 15; Zárate, op. cit., p. 652. El juramento prestado en Veracruz se encuentra en Alba, op. cit., ii, pp. 170-176. 4 Gaceta del Gobierno de México, 1 de junio de 1820; Alamán, op. cit., v, pp. 16-17; Zárate, op. cit., pp. 652-653. 3 78 El Exmo. Señor Don Juan Ruiz de Apodaca y Eliza, anónimo, siglo xix, óleo sobre tela. Museo Nacional de Historia, Conaculta, inah. Nettie Lee Benson III. Incremento de las diputaciones provinciales septiembre de 1820. Ahora como jefe político, Apodaca presidió todas esas reuniones, salvo la del 29 de agosto, en la que lo sustituyó el intendente Ramón Gutiérrez del Mazo. En algunas ocasiones, Apodaca sugería los asuntos de que debería ocuparse la diputación; en otras, ésta le refería aquellos que sus miembros con derecho a voto creían que no pertenecían a su jurisdicción; sin embargo, la diputación manejó continuamente todos aquellos asuntos que le eran referidos por otro cuerpo y los que pensaba que pertenecían a su jurisdicción. Por lo que puede deducirse de las actas de sus sesiones, fue muy activa y expedita; y cuando el final del periodo de Apodaca se aproximaba, éste contribuyó en gran medida a su buen funcionamiento.5 No se han hallado pruebas de ninguna clase que permitan afirmar el inmediato restablecimiento de las diputaciones provinciales de las Provincias Internas de Oriente o de Occidente, la de San Luis Potosí o la de Nueva Galicia o de que los diputados de 1814 volvieran a ocupar sus puestos. Puesto que la orden de reinstalación de los miembros de 1814 fue aprobada por el rey Fernando VII, es posible que así haya sido, pero, por otra parte, también es posible que sus jefes políticos y comandantes generales, como Joaquín de Arredondo, de las Provincias Internas de Oriente, y José de la Cruz, de Nueva Galicia, hayan recibido la orden tan tarde que consideraran que el periodo comprendido entre la posible reinstalación y las nuevas elecciones fuese demasiado corto como para garantizar la buena marcha de tal decisión. Las elecciones en esas circunscripciones políticas, así como en las de Yucatán, Nueva España y Guatemala, tuvieron lugar en 1820 y en ellas se designaron los diputados correspondientes a las siete diputaciones provinciales. Las instrucciones relativas a esas elec- ciones, expedidas por Fernando VII el 24 de marzo, autorizaban la iniciación del proceso electoral a partir del momento en que los jefes políticos de México, Guadalajara, Mérida, Guatemala, Monterrey y Durango las recibieran.6 La junta preparatoria electoral de la Nueva España, convocada por Apodaca, expidió el 11 de julio un bando en el que exponía los arreglos electorales. El territorio de la jurisdicción de esta junta fue descrito como el correspondiente a la Audiencia de la Nueva España, con excepción de la provincia de Yucatán y de las Provincias Internas de Oriente, cada una de las cuales fue autorizada por las instrucciones reales del 24 de marzo para tener su propia junta preparatoria electoral.7 Las divisiones electorales de la Nueva España fueron declaradas idénticas a las de 1812 y 1813 y todos los partidos electorales, con pocas excepciones, tendrían los mismos límites de los subdelegados o corregimientos. En Oaxaca, el partido de Jalapa fue rechazado y su elector parroquial recibió instrucciones de reunirse con los del partido más cercano. El artículo 8 del mismo bando trataba del nombramiento de diputados a la diputación provincial. En él se indicaba que serían restaurados dos de esos cuerpos en la Nueva España y que tendrían su sede, uno, en la ciudad de México y, el otro, en la intendencia de San Luis Potosí; se disponía además que el lunes 18 de septiembre, una vez terminada la elección de diputados a Cortes, los electores de partido, reunidos en las capitales de las intendencias de México, Puebla, Oaxaca, Michoacán y Veracruz y de las provincias de Querétaro y Tlaxcala, debían proceder a nombrar un diputado (México, Puebla y Oaxaca nombrarían también un suplente cada una) a la Diputación Provincial de la Nueva España; y los electores de partido que se reunieran en la capital de la intendencia de San Luis Potosí y los que se reunieran en la capital de la intendencia de Guanajuato debían nombrar a tres diputados y un Carlos Herrejón Peredo (intr., sumario y trans.), Actas de la diputación provincial de Nueva España 1820-1821, México: Instituto de Investigaciones Legislativas, Cámara de Diputados, LII Legislatura, 1985, Serie 4, pp. 27-82, que en adelante será citado como dp, Actas de la... Nueva España; Gaceta del Gobierno de México, 20 y 25 de julio de 1820; Noticioso General, 18 de enero de 1821. 5 80 6 7 Gaceta del Gobierno de México, 3 y 6 de junio de 1820. Ibid., 13 de julio de 1820. 81 Nettie Lee Benson III. Incremento de las diputaciones provinciales suplente y a cuatro diputados y dos suplentes, respectivamente, a la Diputación Provincial de San Luis Potosí.8 No se han hallado las instrucciones oficiales de las juntas pre­ paratorias electorales de las intendencias de Nueva Galicia y Yucatán ni las de las provincias de Campeche, Tabasco, Internas de Oriente, Internas de Occidente ni Guatemala, pero tales juntas fueron convocadas y sus diputados elegidos a las respectivas dipu­ taciones provinciales. Todos los nombrados en 1820 debían servir durante el resto del año y por todo el siguiente. Para el 26 de noviembre de 1820, se habían renovado e instalado las seis dipu­ taciones provinciales asignadas a México, como se muestra en el cuadro de la página siguiente. En aquel año no sólo fueron establecidas las seis diputaciones provinciales de México y la de Guatemala sino que también se dieron los pasos destinados a aumentar su número. Los diputados americanos habían sostenido firmemente en las Cortes que las provincias del Nuevo Mundo deberían obtener diputaciones provinciales en las mismas condiciones que las provincias de España, donde cada una tenía tal cuerpo; y continuaron actuando en tal sentido. El 4 de octubre de 1820, Ramos Arizpe y José Mariano Michelena9 presentaron a las Cortes una iniciativa en la que solicitaban: 1) que se estableciera una diputación provincial en la ciudad de Arispe, capital de la intendencia de Arispe, que comprendiera las provincias de Sonora y Sinaloa; 2) que dicha diputación provincial tuviera jurisdicción sobre Sonora y Sinaloa y sobre los territorios de la Alta y la Baja Californias; 3) que la Alta y la Baja Californias fueran agregadas a la intendencia y al mando militar y político de Arispe; 4) que se estableciera una diputación provincial en Valladolid de Michoacán, con jurisdicción sobre esa intendencia y sobre la de Guanajuato; y 5) que la Diputación Provincial de San Luis Potosí tuviera jurisdicción sobre la provincia e intendencia de Zacatecas.10 Ibid. 9 José Mariano Michelena nació en Valladolid, Michoacán, en el decenio de 1780. Su familia era una de las más distinguidas de la provincia. Michelena llegó a ser teniente del ejército y se asoció con Allende, Aldama y otros. Antes de 1808, Michelena permaneció por algún tiempo en la ciudad de México; en ese año, fue enviado a Michoacán con el encargo de reclutar un regimiento, pero en lugar de eso resultó comprometido en un movimiento independentista. Encarcelado por algún tiempo, posteriormente fue puesto en libertad y destinado a Jalapa a una de las divisiones del ejército. Allí volvió a enredarse en otra conspiración y fue aprehendido de nuevo. Pasó los años de 1811 a 1813 prisionero en San Juan de Ulúa y luego fue enviado a España, en donde se unió al ejército que por entonces luchaba contra los franceses. Permaneció en el ejército español hasta 1820, cuando fue nombrado diputado suplente de la delegación americana a las Cortes. 8 82 Fechas de elección e instalación de las diputaciones en 1820* Diputación Nueva Galicia Fecha de la elección 28 de agosto de 1820 Yucatán Nueva España Agosto de 1820 18 de septiembre de 1820 18 de septiembre de 1820 3 de octubre de 1820 San Luis Potosí Provincias Internas de Oriente Provincias Internas de Occidente 7 de octubre de 1820 Fecha de instalación 12 de septiembre de 1820a Sin indagarb 30 de septiembre de 1820c 17 de noviembre de 1820d 20 de noviembre de 1820e 26 de noviembre de 1820f * Véase en los apéndices A, B y C los nombres de los diputados para el periodo 1822-1823. a Guadalajara eligió cuatro diputados propietarios y dos suplentes y Zacatecas, tres propietarios y un suplente. Por la provincia de Guadalajara, los propietarios fueron el doctor Toribio González, Juan Manuel Caballero, el doctor José Miguel Gordoa y Matías Vergara y los suplentes, José García y Alfonso Sánchez Leñero; por la de Zacatecas, los licenciados Rafael Dionisio Riestra, José María García Rojas y Crispín España, Cortes, Diario de las sesiones de Cortes, Legislatura de 1820, 4 de octubre de 1820e. En adelante se citará como Diario de las Cortes, 1820. 10 83 Nettie Lee Benson III. Incremento de las diputaciones provinciales Velarde, como propietarios, y Agustín de Iriarte, como suplente, Noticioso General, viii, núm. 738, 20 de septiembre de 1820, pp. 1-2. Al igual que en 1814, cada una de esas provincias llevó a cabo la elección por separado en su respectivo territorio, no unidas, como se había hecho en otros lugares, ibid., 28 de septiembre de 1820; “La Diputación Provincial de Nueva Galicia a la Diputación Provincial de Monterrey”, Guadalajara, 16 de septiembre de 1820, en Archivo General del Gobierno del Estado de Nuevo León, legajo 1820, carpeta 5. b En Yucatán, los electores de partido de las tres provincias de Yucatán, Campeche y Tabasco se reunieron en Mérida y eligieron a Pablo Moreno, Pedro Manuel de Regil, José Joaquín Torres, Juan Echanova, Juan Francisco Severo, Sebastián Hernández y Pablo Lanz como diputados propietarios y a Pedro José Guzmán, Pedro Almeida y Pedro Cicero como suplentes, Semanario Político y Literario, 13 de septiembre de 1820; Juan Francisco Molina Solís, Historia de Yucatán durante la dominación española, 2a. ed., iii, p. 446; Lanz, op. cit., p. 171. c Veracruz eligió a Juan Bautista Lobo, Gaceta del Gobierno de México, 26 de septiembre de 1820; Michoacán, a Juan José Pastor Morales, ibid., 28 de septiembre de 1820; México, a José Maria Fagoaga como diputado propietario y a José Ignacio Illueca como suplente, ibid., 19 de septiembre de 1820; Oaxaca, al licenciado Francisco Ignacio Mimiaga como propietario y al doctor José María Amable, como suplente, Noticioso General, viii, 4 de octubre de 1820, p. 2; Puebla, a Patricio Furlong como propietario y a José Dionisio Leal como suplente, ibid., núm. 739, 22 de septiembre de 1820, p. 2; Querétaro, a los licenciados Juan Nepomuceno Mier Altamirano como propietario y Juan María Wenceslao Sánchez de Barquera como suplente, ibid., núm. 740, 23 de septiembre de 1820, p. 1; Tlaxcala, en fin, eligió como diputado propietario a José Miguel Guridi y Alcocer, ibid., p. 1. d Guanajuato eligió a la Diputación Provincial de San Luis Potosí al marqués de San Juan de Rayas, a Mariano Marmolejo, al licenciado José María Septién y a José María Núñez de Torre y, como suplentes, a José María Fernández Herrera y Víctor Márquez, Noticioso General, viii, núm. 741, 27 de septiembre de 1820, p. 2; y San Luis Potosí eligió a Juan Vicente Arce, al doctor José María Semper y al teniente coronel Manuel Ortiz de Zárate como propietarios y, como suplente, a Andrés Pérez Soto, ibid., núm. 744, 4 de octubre de 1820, p. 2; Manuel Muro, Historia de San Luis Potosí, 1, p. 175; “Diputación Provincial de San Luis Potosí a la Diputación de las Provincias Internas de Oriente”, San Luis Potosí, 3 de diciembre de 1820, en Archivo General del Gobierno del Estado de Nuevo León, legajo del año 1820, carpeta 5. e “Aviso de la junta electoral de estas provincias...”, firmado por José Eustaquio Fernández, elector y secretario, Monterrey, 3 de octubre de 1820, en Archivo General del Gobierno del Estado de Nuevo León, año 1820, carpeta 5. Igual que en el año 1814, eligieron dos diputados para representar a cada una de las provincias de Coahuila, Nuevo León y Nuevo Santander y uno para representar a Texas. Por Coahuila, eligieron a José León Lobo Guerrero y a Mauricio Alcocer; por Nuevo León, al doctor Fermín de Sada y a Santos de Uribe; por Nuevo Santander, al doctor Eustaquio Fernández y a Manuel de la Torre; y por Texas, a Ambrosio María de Aldasoro, todos ellos como propietarios; como suplentes, eligieron al teniente coronel Juan Fermín de Juanicotena, a José Antonio Rodríguez Gómez y a José Ignacio de Arizpe, respectivamente, Noticioso General, viii, núm. 754, 27 de octubre de 1820, p. 1. Los electores de las cuatro provincias se reunieron en Monterrey y unidos eligieron a los diputados, aunque sí designaron a ciertos diputados para representar a ciertas provincias. Esta acción mancomunada es significativa para los acontecimientos futuros, “Diputación Provincial de San Luis Potosí a la Diputación de las Provincias Internas de Oriente”, San Luis Potosí, 3 de diciembre de 1820, en Archivo General del Gobierno del Estado de Nuevo León. f Nueva Vizcaya, que comprendía las provincias de Durango y Chihuahua, actuó también como una unidad y realizó sus elecciones en Durango. A Nueva Vizcaya le fueron asignados tres diputados propietarios y un suplente. Las provincias de Sonora y Sinaloa llevaron a cabo su elección como una unidad y eligieron dos diputados y un suplente. La decisión de Durango y Chihuahua, por un lado, y de Sonora y Sinaloa, por el otro, de actuar unidas en esa época y no como cuatro provincias separadas tuvo una gran importancia en lo que después habría de ocurrir en esas provincias. A Nuevo México le fueron asignados dos diputados propietarios y un suplente, Gaceta del Gobierno de México, ii, de noviembre y 16 de diciembre de 1820; “Diputación Provincial de las Provincias Internas de Occidente a la Diputación Provincial de las Provincias Internas de Oriente”, Durango, 4 de diciembre de 1820, en Archivo General del Gobierno del Estado de Nuevo León, legajo del año 1820, carpeta 5. 84 85 Ramos Arizpe dijo que el objeto de esos cambios era dar mejor dirección a los asuntos de las intendencias de Zacatecas, San Luis Potosí y Michoacán y que, fomentando la prosperidad y población de las Californias, se levantaría un muro impenetrable en contra de otros países. Declaró que el tratado de las Floridas había abierto las puertas del territorio español a los extranjeros y urgió a que se tuviera cuidado en impedir que las naciones extranjeras tomaran posesión de la desembocadura del río Colorado.11 Cuando se leyó por tercera vez la propuesta, el 2 de noviembre de 1820, las comisiones unidas sobre diputaciones provinciales y asuntos de ultramar, que habían estudiado el asunto, informaron que no 11 Ibid., 13 de octubre de 1820. Nettie Lee Benson III. Incremento de las diputaciones provinciales habían producido un dictamen sobre los tres primeros puntos porque carecían del conocimiento topográfico necesario relativo a la ciudad de Arispe, pero sugirieron que se tomara en conside­ ración la opinión del secretario de asuntos ultramarinos; apoyaban completamente, no obstante, el establecimiento de una dipu­tación provincial en Valladolid de Michoacán, con jurisdicción sobre el territorio de las intendencias de Michoacán y Guanajuato, y el tras­paso de la intendencia de Zacatecas a la jurisdicción de la Diputación Provincial de San Luis Potosí.12 Ramos Arizpe, que no había podido asistir a las reuniones de las comisiones a causa de una enfermedad y, por lo tanto, no había podido proporcionarles los informes de que carecían, tomó la palabra. Después de hacer una breve descripción de Sonora y Sinaloa, advirtió otra vez del peligro que amenazaba los límites norteños de la Nueva España a causa del tratado de las Floridas y pidió una red de colonias al sur del río Colorado. Recordando a las Cortes que los rusos habían establecido colonias navales a sólo 25 leguas de San Francisco, sostuvo que la mejor manera de combatir esa amenaza sería establecer la diputación provincial en Arispe, con jurisdicción sobre Sonora, Sinaloa y las Californias. Ese cuerpo podría fomentar la colonización de toda la región y hacer de ella el bastión necesario contra los intrusos extranjeros.13 El secretario de asuntos ultramarinos apoyó la Diputación Provincial de Valladolid de Michoacán, porque, como sede de una intendencia y dotada de jefe político, una diputación podía funcionar allí constitucionalmente en forma inmediata. En el caso de Arispe, arguyó que el establecimiento de tal cuerpo era imposible de momento, porque sería necesario crear o transferir una intenden­cia y establecer ahí un jefe político. Al escoger entre Chihuahua, Arispe o algún otro lugar como capital de Sonora y Sinaloa, él mismo juzgó que Arispe era la más satisfactoria. Coincidió también en que el establecimiento de una diputación provincial en la región sería en el mejor de los intereses de ésta y de la nación en su conjunto y prometió que, si se daban los pasos preliminares necesarios, daría a la diputación provincial su apoyo completo.14 Ramos Arizpe explicó entonces que la ciudad de Arispe había sido designada como capital y sede de la intendencia del mismo nombre, con jurisdicción sobre las provincias de Sonora y Sinaloa, durante la administración de José de Gálvez, que un jefe político, un comandante militar y un intendente habían continuado en funciones allí y que sólo la sede del comandante general de las Provincias Internas de Occidente había sido transferida a Chihua­ hua. Como prueba, ofreció la Guía de forasteros de Nueva España de Felipe de Zúñiga y Ontiveros para el año 1820, en la cual se registraba a Arispe como domicilio oficial de Antonio Cordero, intendente y gobernador político y militar de la intendencia de las provincias de Sonora y Sinaloa. Como el puesto de intendente había sido separado apenas recientemente del de gobernador y comandante militar, Ramos Arizpe sostuvo que Arispe reunía todos los requisitos para ser la sede de una diputación provincial.15 12 13 Ibid., iii, 2037-2038. Ibid., iii, p. 2038. 86 Ibid., iii, p. 2039. Ramos Arizpe tenía toda la razón en sus aseveraciones sobre Arispe. Esa ciudad tenía realmente un intendente y gobernador; reunía las condiciones requeridas, exactamente como Valladolid de Michoacán o San Luis Potosí y aun más que las Provincias Internas de Oriente. El artículo 1° de las Reales ordenanzas para el establecimiento e instrucción de intendentes de exército y provincia en el reino de la Nueva España, p. 3, dice: “Y la otra será aquella [intendencia] que ha sido ya establecida en la ciudad de Arispe y la cual tiene jurisdicción sobre las dos provincias de Sonora y Sinaloa.” El Calendario manual y guía de forasteros en México, que enumeraba anualmente las intendencias que había en el país, las capitales de cada una de ellas y el título del intendente, se refirió a Arispe desde 1800 hasta 1821 como capital de la intendencia que comprendía las provincias de Sonora y Sinaloa y, al intendente, como gobernador e intendente, el mismo título que se daba a los intendentes de Durango, Valladolid, San Luis Potosí, etc. Las Provincias Internas de Oriente, a las cuales se había concedido una diputación provincial en 1812, carecían de intendente. Por otra parte, aun cuando la intendencia de Saltillo, que comprendía las Provincias Internas de Oriente, había sido creada en 1812, nunca se estableció de hecho. 14 15 87 Nettie Lee Benson III. Incremento de las diputaciones provinciales A pesar de sus esfuerzos, el establecimiento de una diputación provincial para Sonora y Sinaloa en Arispe no fue autorizada en aquella hora; al contrario, el dictamen de las comisiones unidas fue aprobado en su totalidad.16 Cuatro días más tarde, el 6 de noviembre de 1820, México obtuvo su séptima diputación provincial —la que tendría su asiento en Valladolid, como capital de las intendencias de Michoacán y Guanajuato— y la intendencia de Zacatecas fue transferida a la jurisdicción de la Diputación Provincial de San Luis Potosí.17 Durante el periodo en que las Cortes no estuvieron reuni­ das, del 10 de noviembre de 1820 al 1 de marzo de 1821, la posición de los diputados americanos fue reforzada por los recién llegados diputados de la Nueva España y por los memoriales dirigidos a aquéllas por varios cuerpos políticos del Nuevo Mundo. Aun antes de que la junta preparatoria electoral de Nueva España fuese proclamada, el 11 de julio, el ayuntamiento de Puebla de los Ángeles había escrito a Ramos Arizpe pidiéndole que luchara por el establecimiento de una diputación provincial en esa intendencia18 y, en un manifiesto impreso de siete páginas, había pedido la revocación del decreto del 23 de mayo de 1812, que concedía solamente una diputación provincial a la Nueva España, la situada en la ciudad de México.19 En ese documento, el ayuntamiento de Puebla demostraba que el decreto era inconstitucional conforme al artículo 325 de la Constitución, pues éste disponía que cada intendencia debía tener una diputación provincial, mientras que a Veracruz, Michoacán, Querétaro, Puebla, Oaxaca, México y Tlaxcala no se les había permitido establecer su propia diputación provincial independiente, a pesar de que todas habían elegido a sus propios diputados a las Cortes, mismos que habían sido incorporados a ellas como representantes de la provincia que los había elegido, prueba amplia de que cada una era reconocida como una provincia separada. Además, decía, los artículos 326 y 328 fueron infringidos cuando a cada provincia se le permitió elegir solamente un diputado a la diputación provincial, porque esos artículos declaraban explícitamente que los electores de partido de cada provincia debían elegir siete ciudadanos para integrar su diputación provincial. Hacía notar, asimismo, que la jurisdicción de una diputación provincial sobre siete provincias reconocidas no solamente contravenía la Constitución sino que la convertía en instrumento de injusticia y no de beneficio público, y señalaba que la provincia de Puebla era dos veces más grande que la de Madrid y tenía más del doble de su población. La Representación atacaba después las razones presentadas en favor de sujetar las siete provincias a una sola diputación: el mando aminorado del capitán general y el temor de que las intendencias de Puebla, Veracruz, etc., bajo diputaciones provinciales separadas, trataran de hacerse independientes de México. Puebla replicaba que no había más razón para temer que las provincias mexicanas se hicieran independientes que la que existía para que las provincias de España, las cuales se gobernaban por sí mismas Diario de las Cortes, 1820, iii, p. 2040. España, Leyes, Reglamentos, etc., Colección de los decretos y órdenes generales de la primera legislatura de las Cortes ordinarias de 1820 y 1821 (desde 6 de julio hasta 9 de noviembre de 1820), vi, p. 295. 18 “Miguel Ramos Arizpe al ayuntamiento de Puebla de los Ángeles”, Madrid, 9 de julio de 1821, en Archivo General de la Secretaría del Ayuntamiento de Puebla, encuadernado en el Libro del Cabildo de la muy ilustre ciudad de la Puebla de los Ángeles, año de 1821, folio 396. 19 Representación que hace a S.M. las Cortes el Ayuntamiento de la Puebla de los Ángeles, para que en esta ciudad, cabeza de provincia, se establezca diputación provincial, como lo dispone la Constitución; el manifiesto fue firmado en Puebla de los Ángeles, el 9 de julio de 1820, por Ciriaco del Llano, intendente y gobernador de la provincia, Pablo Escandón, José Ignacio Bravo, Joaquín Haro y Portillo, José María de Ovando, Patricio Furlong, José Dionisio Leal, Hilario de Olaguíbel, José Domingo 16 17 88 Couto, Carlos de Ávalos y García, Félix Tequamhuei, Vicente de Ezcurdia, José González, Gregorio Mújica, Manuel Pérez Salazar, Méndez Mont, Rafael Adamo, Antonio Velarde, Matías García de Huesca, Juan Francisco Alduncín, José Marín, Francisco Arregui y José Manuel Herrera, y se imprimió en la imprenta del gobierno en Puebla el 13 de julio de 1820. 89 Nettie Lee Benson III. Incremento de las diputaciones provinciales en asuntos provinciales, se hicieran independientes del rey, a quien estaban sujetas directamente. La relación entre las provincias bajo diputaciones provinciales separadas sería la misma que bajo el sistema de intendencias, la de una independencia recíproca. En fin, el ayuntamiento de Puebla declaraba que la situación existente era intolerable, pues ningún cuerpo único compuesto de siete miembros podía atender, en noventa reuniones anuales, los problemas de 3 485 municipios. La solución correcta, conforme a la Constitución, era la revocación del decreto del 23 de mayo. Una semana más tarde, ejemplares de la Representación fueron enviados al ayuntamiento de la capital de cada una de las otras seis provincias de la Nueva España. Con ellos iba una carta en la que se pedía que esos cuerpos estudiaran el documento y ofrecieran sugerencias para mejorarlo y se recomendaba que cada ayuntamiento enviara a las Cortes una protesta semejante.20 La respuesta fue rápida y terminante. El ayuntamiento de la ciudad de México escuchó el dictamen de sus fiscales: aunque Puebla se había extralimitado al declarar inconstitucional el decreto del 23 de mayo, dado que se apoyaba en el entendimiento de que, en América, un reino era una provincia,21 era cierto que en la Nueva España se necesitaban más diputaciones provinciales. Ese aumento de diputaciones provinciales no podía ni debía obtenerse solicitando la revocación del citado decreto por inconstitucional, sino que debía propugnarse la división nueva y proporcionada de las provincias del Nuevo Mundo prevista por la Constitución. Los fiscales tampoco podían ver la razón que impidiese el aumento de diputaciones provinciales en el temor al federalismo, puesto que todas, siendo independientes unas de otras, quedarían sujetas al gobierno supremo, y recomendaron al ayuntamiento de la ciudad de México que abogara por más diputaciones provinciales.22 El parecer de los fiscales fue aprobado por el ayuntamiento el 18 de agosto de 1820 y se ordenó el envío de una copia al de Puebla.23 El ayuntamiento de Valladolid de Michoacán aprobó la Representación de Puebla e instruyó a sus diputados para que tomaran ese asunto como su primera responsabilidad en las Cortes.24 El ayuntamiento de Veracruz pidió a Ramos Arizpe su apoyo para obtener diputaciones provinciales adicionales y dirigió a las Cortes una representación semejante a la de Puebla. Por su parte, Oaxaca instruyó a sus diputados para que también pidieran diputaciones provinciales adicionales en la Nueva España.25 El interés de la provincia de Puebla en este asunto fue demostrado también por la acción de su junta preparatoria electoral, que, en su reunión del 18 de septiembre para elegir diputado a la Diputación Provincial de la Ciudad de México, redactó una memoria a las Cortes en la que declaró llanamente: “[...] que los veinteun electores de esta provincia y sus conciudadanos se dirigen a las Cortes a reclamar la instalación en seguida de la diputación provincial cual según el artículo 325 le pertenece”, para después invocar argumentos semejantes a los ya expuestos. Dicha memoria fue impresa y difundida extensamente en México y España.26 Algunos de los electores no creyeron que la memoria hubiera sido lo bastante enérgica. José Nepomuceno Troncoso, uno de los electores provinciales, Libro de actas de los cabildos de Valladolid de 1816 a 1821, núm. 5, f. 32, en Archivo del Ayuntamiento de Morelia, Michoacán. 21 Indudablemente, los fiscales de la ciudad de México adoptaron un punto de vista más político que el del ayuntamiento de Puebla, pero no lograron por cierto responder al cargo de inconstitucionalidad que hizo Puebla. Actas ordinarias y extraordinarias del ayuntamiento constitucional de la ciudad de México de 1820, t. 140, ff. 127-134, mss., en Archivo del Distrito Federal en la ciudad de México. 23 Ibid., f. 135. 24 Libro de actas de los cabildos de Valladolid de 1816 a 1821, núm. 5, f. 32, en Archivo del Ayuntamiento de Morelia, Michoacán. 25 España, Cortes, Diario de las sesiones de Cortes, Legislatura de 1821, ii, p. 1358; se citará en adelante como Diario de las sesiones de Cortes, 1821. España, Cortes, Diario de las actas y discusiones de las Cortes. Legislaturas de los años de 1820 y 1821, xiii, pp. 7-8. 26 Representación que hace al soberano congreso de Cortes la junta electoral de la provincia de Puebla de los Ángeles en Nueva España, para que en ella se establezca la diputación provincial conforme al artículo 325 de la Constitución, pp. 1-3. 90 91 20 22 Nettie Lee Benson III. Incremento de las diputaciones provinciales publicó un aviso en el cual censuraba a la junta por no haber procedido de inmediato a la elección de miembros de la Diputación Provincial de Puebla, como lo autorizaba, según él, la Constitución.27 Hacia el 1 de marzo de 1821, cuando se reunieron las Cortes generales de 1820-1821 en su segundo periodo de sesiones, los diputados americanos habían ganado apoyo considerable en favor de su demanda de más diputaciones provinciales en México. Joaquín Maniau y Pablo de la Llave, de Veracruz, Lorenzo de Zavala y Juan López Constante, ambos de Yucatán, y Julián Urruela, de Guatemala, llevaban instrucciones para reclamar más diputaciones provinciales en el Nuevo Mundo. Michelena, suplente en 1820 pero ahora diputado propietario por su provincia natal de Michoacán, también fue instruido a fin de que abogara por más diputaciones provinciales. Ignacio de Mora, de Puebla, con análogas instrucciones, contribuyó también a la reclamación.28 Además, durante el primer periodo de sesiones de 1820, los diputados americanos habían ganado una experiencia valiosa y consiguieron concesiones importantes. La admisión del secretario de ultramar de que los requisitos para establecer una diputación provincial eran tener un jefe político y un intendente que ejercieran sus funciones en la capital de la provincia sirvió de base para el proyecto de ley subsiguiente, en el cual se proponía que, conforme al artículo 325 de la Constitución, siendo indudable que cada intendencia ultramarina tenía el carácter de una verdadera provincia y lo era de hecho, se estableciera una diputación provincial en cada una de las que no la tuvieran y que los electores provinciales de cada intendencia se reunieran para elegir a los diputados necesarios, conforme al artículo 326, para componer esos cuerpos.29 El 21 de marzo, después de la segunda lectura de la proposición, Ramos Arizpe recalcó el hecho de que las intendencias del Nuevo Mundo llenaban todos los requisitos para ser provincias y afirmó que, aunque era verdad que había habido muchas más provincias en América antes del establecimiento del sistema de intendencias, estaba dispuesto a aceptar la intendencia como la división existente más legal, especialmente en la Nueva España y en la América septentrional. Cada una de esas circunscripciones tenía una población muy numerosa y jurisdicción sobre un territorio muy extenso y aquellas que no tenían sus diputaciones provinciales deseaban una, como lo probaban las reclamaciones de Michoacán, Veracruz y Puebla. Su petición de que la proposición fuera turnada a las comisiones reunidas de diputaciones provinciales y de ultramar fue aprobada.30 Por medio de su diputado, Patricio López, Oaxaca entró entonces en la liza por más diputaciones provinciales. El citado delegado hizo notar que la intendencia de Oaxaca distaba 108 leguas de la capital del reino de la Nueva España, se componía de 931 municipalidades, 117 parroquias y más de 510 000 habitantes y, puesto que, con arreglo al artículo 325 de la Constitución, debía tener su propia diputación provincial, había recibido instrucciones de pedir que las Cortes decretasen su instalación. Solicitó igualmente que la Comisión de Asuntos Ultramarinos, a la cual había pasado su demanda, diera a conocer a la mayor brevedad su dictamen sobre el cumplimiento del precepto constitucional en orden al establecimiento de diputaciones provinciales en América.31 El dictamen de las comisiones unidas fue rendido detalladamente el 30 de abril en una sesión nocturna a la que se había citado por acuerdo formal al secretario de asuntos ultramarinos. José Nepomuceno Troncoso, Aviso al público, Puebla, 25 de septiembre de 1820. “Ignacio de Mora al ayuntamiento de Puebla”, Madrid, 1 de mayo de 1821, en Archivo General de la Secretaría del Ayuntamiento de Puebla, Libro de Cabildo del Ayuntamiento de Puebla de los Ángeles, año 1821, f. 153. 29 Diario de las sesiones de Cortes, 1821, i, p. 521. El proyecto de ley fue firmado por Ramos Arizpe, Michelena, López Constante, Zavala, La Llave, Maniau, José María Fagoaga, Manuel Cortázar, José María Montoya, José María Couto, Nicolás Fer- nández Piérola, Juan Freyre, José María Arnedo y Julián Urruela, todos diputados americanos, y su primera lectura tuvo lugar el 17 de marzo de 1821. 30 Ibid., i, p. 590. Ramos Arizpe era miembro de la Comisión de Asuntos Ultramarinos. 31 Ibid., ii, p. 1131. Patricio López, de Oaxaca, y José María Puchet, de Puebla, ocupaban su asiento en Cortes desde el día 15 de abril de 1821. 92 93 27 28 Nettie Lee Benson III. Incremento de las diputaciones provinciales Cuando se le informó que éste no podría asistir a la sesión, Ramos Arizpe se opuso a que se pospusiera la discusión del proyecto, declaró que su presencia no era necesaria porque los 18 individuos de las comisiones unidas habían votado con absoluta uniformidad el dictamen sólo después de haber oído sus opiniones, y se ofreció a asumir la responsabilidad de responder a todas las preguntas que pudieran surgir en el transcurso de la discusión. Siguió diciendo: miembros de esas diputaciones; 3) que, para completar el número de individuos que según la Constitución debían componer cada una de las diputaciones provinciales, los electores de partido de cada una de las intendencias se reunieran en la capital de las mismas el día que señalara el jefe político para nombrar a los propietarios y suplentes necesarios, y 4) que, en los ulteriores bienios, las elecciones y renovaciones de miembros de las diputaciones provinciales se hicieren con arreglo a la Constitución y a las leyes vigentes.33 Después de largos discursos hechos por La Llave, Montoya, José Moreno Guerra, de Córdoba, Luis Hermosilla y Juan Esteban Milla, de Guatemala, apoyando el dictamen de las comisiones, éste fue aprobado en su integridad. El decreto en que se ordenaba la creación de diputaciones provinciales en todas las intendencias ultramarinas en las que tales cuerpos no hubieran sido establecidos ya fue expedido el 9 de mayo de 1821.34 Ejemplares impresos del mismo fueron enviados a los jefes políticos de las provincias ultramarinas y 200 de ellos fueron distribuidos el 17 de mayo entre los diputados a Cortes.35 Michoacán fue la primera provincia de México que intentó establecer su propia diputación provincial conforme a esas nuevas estipulaciones. El decreto del 9 de mayo se conoció en México antes de la llegada de O’Donojú. El 21 de febrero de 1821, el presidente del ayuntamiento de Valladolid manifestó a aquel cuerpo que, habiendo recibido noticia oficial por medio de la Gazeta del Gobierno (de Madrid) de haber sido aprobada por las Cortes la petición de su provincia para el establecimiento en ella de una diputación provincial, debería solicitársele a Apodaca que aplicase el Nueva España, punto el más importante de la América [...] ha creído firmemente que en ella, y por el art. 325, tenía un derecho indisputable para disfrutar del bien que lleva consigo el establecimiento de diputaciones provinciales. Veracruz, Oaxaca, Guanajuato y sobre todo Puebla, han reclamado este derecho con una energía inexplicable, y ha sido necesario todo el buen juicio de unos y algún aparato militar de parte de otros para impedir que al nombrarse diputados de Cortes no se nombrasen también los individuos de las diputaciones provinciales, esperando obtener esta justicia de las Cortes [...] El navío de guerra Asia, que conduce al fin al primer empleado de consideración para la Nueva España, está por salir de un día a otro, y sería muy oportuno que don Juan O’Donojú, digno sucesor del respetable señor Apodaca, llevase consigo la orden para establecer diputaciones provinciales en todas las intendencias [...]32 A solicitud de Ramos Arizpe, se resolvió conocer en seguida el dictamen de las comisiones reunidas. Éstas, convencidas de que cada intendencia de América era en todo sentido una verdadera y grande provincia, recomendaron: 1) que se estableciera una diputación provincial por cada una de ellas en la capital de la intendencia, con jurisdicción sobre todo el territorio que comprendiera; 2) que el diputado o diputados electos a la diputación provincial por las últimas juntas electorales de provincia celebradas dentro del territorio de cada intendencia continuaran sirviendo como 32 Ibid., ii, p. 1358. 94 Ibid. España, Leyes, Reglamentos, etc., Colección de los decretos y órdenes generales expedidos por las Cortes ordinarias de los años de 1820 y 1821, en el segundo periodo de su diputación que comprende desde 25 de febrero hasta 30 de junio del último año, vii, pp. 72-73. 35 Diario de las sesiones de Cortes, 1821, ii, p. 1644. 33 34 95 Nettie Lee Benson III. Incremento de las diputaciones provinciales decreto inmediatamente en las elecciones que se llevarían a efecto en marzo.36 El ayuntamiento acordó hacer la solicitud y el 25 de febrero la envió a Juan José Pastor Morales, diputado por Michoacán a la Diputación Provincial de la Nueva España, con instrucciones de entregarla.37 Apodaca refirió el asunto el 10 de marzo de 1821 a la Diputación Provincial de la Nueva España, la cual estuvo de acuerdo con él en que no podía hacerse nada porque no se había expedido ningún decreto ni instrucciones oficiales.38 El 7 de marzo, no obstante, el ayuntamiento de Valladolid pidió al intendente jefe político de Michoacán que, en vista de la necesidad de la dipu­ tación provincial y de que constaba por “Gazetas y papeles oficiales” estar así decretado,39 se sirviera proceder a la elección de dicha corporación en el día 12 de marzo de 1821. Así se hizo en esa fecha, al menos en Michoacán, donde se eligió como diputados propietarios al doctor Manuel de la Bárcena, a don José María Cabrera, al bachiller don Lorenzo Orilla y a don José Ignacio del Río y, como suplentes, al licenciado Juan José Zimbela y a don Antonio Diputación Provincial de Nueva España, Actas de la Diputación Provincial de Nueva España, 1820-1821, p. 253, en adelante citadas como DP, Actas de la... de Nueva España. Juan Ruiz de Apodaca, jefe político de la Nueva España, publicó una proclama en la que convocaba a la elección de diputados a Cortes para el bienio 18221823. En la Nueva España, las elecciones parroquiales deberían celebrarse el 3 de diciembre de 1820, las elecciones de distritos el 7 de enero de 1821 y las elecciones provinciales durante los días 11 a 13 de marzo; Gaceta del Gobierno de México, 11 de noviembre de 1820. 37 Libro de actas de los cabildos de Valladolid de 1816 a 1821, núm. 5, ff. 62-65, en Archivo del Ayuntamiento de Morelia, Michoacán. 38 Ibid., ff. 65-66. 39 Las “Gacetas y papeles oficiales” deben de ser los publicados en España y probablemente enviados de inmediato a Valladolid por Michelena. La información sobre el acuerdo de las Cortes por el que se concedía a Valladolid una diputación provincial no aparece publicada en los periódicos mexicanos hasta finales de marzo. El Semanario Político y Literario de la ciudad de México la insertó en su edición del 28 de marzo de 1821 y el decreto el 6 de noviembre de 1820. 36 96 97 Nettie Lee Benson de la Haya; pero nunca tomaron posesión de sus cargos, porque el decreto oficial llegó después de que la provincia se uniera al movimiento de independencia de Iturbide, en mayo de ese año.40 Aparentemente, el diputado por Michoacán a las Cortes, José Mariano Michelena, supo de las elecciones, pero no que la Diputación Provincial por Valladolid no había sido instalada, porque hizo dos referencias a ella en su discurso a las Cortes del 4 de junio de 1821, después de que las nuevas de la revuelta de Iturbide hubieran llegado a éstas. Michelena afirmó que había dirigido una carta a esa diputación el 25 de abril y otra el 23 de mayo.41 Además, el 10 de abril, el diputado por Michoacán a la Diputación Provincial de la Nueva España, Juan José Pastor Morales, pidió a ese cuerpo que se le permitiera regresar por un mes a su casa en Michoacán, y nunca volvió para retomar su asiento. Era conocido como un pensador muy independiente y ya antes la Inquisición lo había juzgado por sus ideas sobre la independencia mexicana,42 por lo que es muy probable que ya estuviese prestando su apoyo al movimiento de Iturbide. En la provincia de Puebla, que tan insistentemente había solicitado una diputación provincial, el movimiento de Iturbide aceleró su establecimiento. Puebla había dirigido peticiones a sus diputados y a las Cortes y cartas a las otras provincias y había distribuido folletos y manifiestos, todo con el fin de hacer conocer sus deseos; y estuvo pronta a aprovechar la oportunidad para establecer ese cuerpo. Iturbide entró triunfante en Puebla el 2 de agosto de 1821. Cuando, cuatro días más tarde, el ayuntamiento le pidió permiso para establecer una diputación provincial con jurisdicción sobre Libro de actas de los cabildos de Valladolid de 1816 a 1821, núm. 5, f. 66, en Archivo del Ayuntamiento de Morelia, Michoacán. 41 Diario de las Cortes, 1820-1821, 4 de junio de 1821, iii, p. 2046. 42 dp, Actas de la... Nueva España, 2 de abril de 1821, i-ii, p. 291; Pedro de Sánchez, “Un precursor ideológico de la independencia mexicana”, en Episodios eclesiásticos de México. Contribución a nuestra historia, México: Impresora Berrie, 1948, pp. 145-151; Diccionario Porrúa de historia, biografía y geografía de México, ii, p. 1584. 40 98 Mariano Michelena, litografía de la viuda de Murguía e hijos, siglo xix. Archivo General de la Nación/Colección Gobernantes de México. Nettie Lee Benson III. Incremento de las diputaciones provinciales la provincia de Puebla, Iturbide dio su autorización.43 No se sabe si el ayuntamiento hizo depender el reconocimiento de Iturbide de que éste le concediera el permiso para el establecimiento de la diputación provincial en Puebla, pero lo cierto es que la petición y la concesión del permiso respectivo llegaron antes de que Iturbide fuera oficialmente aceptado por el ayuntamiento de Puebla. Una semana después, Carlos García, intendente y jefe político de la provincia, mandó imprimir la respuesta de Iturbide y hacerla circular por toda la provincia.44 Los procesos electorales fueron puestos en movimiento inmediatamente y el 1 de septiembre se eligieron siete diputados a la diputación provincial; ellos fueron: como propietarios, Joaquín de Haro, José María Oller, Juan Nepomuceno Troncoso, Juan Wenceslao Gasca, José María Lobato, José Mariano Santa Cruz y José Vicente Robles y, como suplentes, Matías García, José María Ovando y Juan González.45 La Diputación Provincial de Puebla fue debidamente instalada al poco tiempo y empezó a funcionar con la aprobación de toda la provincia.46 Al mismo tiempo que toda esa actividad para aumentar el número de diputaciones provinciales se desarrollaba en las Cortes en España, la Diputación Provincial de la Nueva España ejercía su autoridad en sus sesiones en la ciudad de México. El cuerpo, recién instalado el 30 de septiembre de 1820, estaba compuesto de José María Fagoaga, por México, los licenciados Juan Pastor Morales, por Michoacán, y Francisco Ignacio Mimiaga, por Oaxaca, don Patricio Furlong, con el doctor José Mariano Amable como su suplente, por Puebla, el licenciado Juan Wenceslao de la Barquera, por Querétaro, el doctor José Miguel Guridi y Alcocer, antiguo diputado a las Cortes españolas y firmante de la Constitución de 1812, por Tlaxcala, y don Juan Bautista Lobo, por Veracruz. Toda la actividad de la Diputación Provincial de la Nueva España se desarrolló normalmente hasta su sesión 65, del 27 de febrero de 1821: Apodaca, el jefe político, y Ramón Gutiérrez del Mazo, el intendente, habían asistido puntualmente a todas las sesiones previas de ese cuerpo y éste se mantenía muy ocupado atendiendo el funcionamiento interno de sus siete provincias, en especial los asuntos relacionados con el creciente número de problemas debidos al también creciente número de municipalidades.47 En realidad, todo marchó bien entre la diputación provincial y el jefe político, Apodaca, mientras éste cumplió con los artículos de la Constitución de 1812. El 1 de marzo, Apodaca envió un informe a la diputación provincial en el que daba cuenta de la actitud que adoptó con el ayuntamiento de la ciudad de México cuando supo por el arzobispo y el regente de la audiencia sobre el proyecto de Iturbide de independizar a México de la monarquía española. Apodaca presidió la sesión de la diputación del 2 de marzo, mientras su informe era leído junto con los informes del ayuntamiento, el arzobispo, el capítulo eclesiástico de la diócesis y la audiencia territorial; después se retiró para que la diputación provincial respondiera a los informes como mejor le pareciera. La diputación protestó inmediatamente, respondiendo que, dado que era la primera vez que sabía del plan de Iturbide, estaba dispuesta a cumplir con sus deberes y ofrecía colaborar con Apoda­ca en todas las medidas que pudieran garantizar la prosperidad y seguridad de las provincias; sin embargo, la diputación lamentaba no haber sido la primera en manifestar esos sentimientos. No hay 43 Carlos María de Bustamante, Cuadro histórico de México, 2a. ed., 5 t., Imprenta de la calle de los Rebeldes, núm. 2, México, 1846, v, pp. 153-158; William Spence Robertson, Iturbide of Mexico, Durham, N.C: Duke University Press, 1952, pp. 48-93. 44 Bando firmado por Carlos García, Puebla, 13 de agosto de 1821; apareció también en La Abeja Poblana, suplemento del número del 22 de agosto de 1821. 45 La Abeja Poblana, núm. 41, 6 de septiembre de 1821. 46 Ibid., núms. 41 y 48. 100 dp, Actas de la... Nueva España, i-ii, pp. 82-246. Véase también el artículo de re­ ciente aparición de Carlos Herrejón Peredo, “La diputación provincial de Nueva España”, en Temas de historia mexiquense, Toluca: El Colegio Mexiquense, 1988, pp. 195-218, dedicado casi por completo a enumerar las actividades de la Diputación Provincial de la Nueva España en relación con los ayuntamientos de su jurisdicción. 47 101 Nettie Lee Benson III. Incremento de las diputaciones provinciales duda de que la Diputación Provincial de la Nueva España era del parecer de que debió haber sido consultada antes que los otros. El 5 de marzo, Apodaca envió un nuevo informe a la diputación en el que afirmaba que Iturbide se aproximaba a la ciudad capital y que estaba adoptando todas las precauciones para impedir su entrada; asimismo, convocaba a ese cuerpo a cumplir con sus deberes. Después de la lectura de dicho informe ese mismo día, en la sesión 67, Apodaca se retiró también. La diputación provincial respondió que colaboraría en todo lo que fuese posible conforme a la Constitución para mantener la tranquilidad pública y rogó a Apodaca que pusiera en práctica rápida y adecuadamente las medidas necesarias.48 Casi dos meses pasaron antes de que la Diputación Provincial de la Nueva España y el jefe político tuvieran un nuevo desacuerdo. El 31 de mayo, después de informar a la diputación que el 29 y 30 de abril Iturbide había impreso en la imprenta de Alejandro Valdés de la ciudad de México su insidiosa propaganda, que el comandante de Valladolid se había unido a Iturbide, al igual que la provincia de Guanajuato, y que no se hacía caso de las medidas que él había ordenado, Apodaca convocaba a una sesión especial de la diputación para que ésta se pronunciara respecto de que, conforme al artículo 170 de la Constitución, la libertad de prensa podía ser suspendida durante un mes. Ese mismo día, la diputación provincial le respondió que sabía que se había abusado de la libertad de prensa, pero que ni el artículo 170 ni ninguno otro otorgaban al rey la facultad de suprimirla, que la libertad de prensa era uno de los fundamentos de la Constitución y que no podía ser suspendida. Y continuaba diciendo: En seguida, la diputación provincial recordaba a Apodaca que su deber era informar inmediatamente al gobierno de España sobre las violaciones a la Constitución; sin embargo, el 5 de junio, Apodaca ordenó la suspensión de la libertad de prensa. La diputación provincial la aceptó el 16 de junio, día en que redactó la protesta que debía ser enviada a las Cortes españolas, y envió a Apodaca una copia de la protesta con el propósito de que él respondiera a las Cortes como lo creyese conveniente.49 A partir de esa fecha, casi no hubo sesión de la diputación provincial en que ésta no considerara que Apodaca daba órdenes inconstitucionales. Protestó contra la orden de Apodaca del 7 de junio para la movilización de todos los hombres entre 16 y 50 años de edad y contra la anulación de los permisos para viajar a España y, nuevamente, cuando el 16 de junio requisó armas, caballos y sillas de montar, pues todos esos actos eran un ataque a la libertad y la propiedad individuales e inconstitucionales. Sin embargo, Apodaca no consultó a la diputación provincial, cuya autoridad estaba ignorando, antes de dar ninguna de esas órdenes ni respondió a ninguna de sus protestas, como a menudo se lo recordó ese cuerpo;50 y tampoco hizo publicar ninguna de las protestas en la Gaceta del Gobierno de México, diario en el que muy raramente se mencionó a la Diputación Provincial de la Nueva España. La diputación provincial notificó sus protestas al ayuntamiento de la ciudad de México y es muy probable que también lo hiciera a los ayuntamientos de su jurisdicción, aunque hasta ahora no se ha encontrado ningún documento que lo pruebe. El 5 de julio de 1821, con Iturbide haciéndole frente, las instituciones políticas bajo su mando desafiándolo y los militares Los que abusan de la libertad de prensa deben ser juzgados y castigados, pero la suspensión de un derecho constitucional fundamental no haría sino dar a los disidentes un nuevo argumento para oponerse al gobierno constitucional. 48 Ibid., pp. 346-348. 102 Ibid., pp. 324-325 y 328-333. Nota: Timothy E. Anna, Fall of the Royal Govern­ ment in Mexico City, Lincoln, Nebraska: University of Nebraska Press, 1979, pp. 214-215, no menciona este acto de la Diputación Provincial de la Nueva España, únicamente la acción posterior del ayuntamiento de la ciudad de México, sobre el que la diputación provincial tenía autoridad. 50 dp, Actas de la... Nueva España, i, 344-345; Anna, op. cit., pp. 211 y 217-218. 49 103 Nettie Lee Benson III. Incremento de las diputaciones provinciales también bajo su mando presionándolo para que adoptase medidas más severas, Apodaca, que en 1816 había recibido de Félix María Calleja el virreinato de la Nueva España, decidió que estaba harto. Dirigió entonces una carta a la Diputación Provincial de la Nueva España en la que le notificaba que ese día había acordado con el mariscal de campo Francisco Novella que, “por el bien de la nación”, había entregado a éste los mandos militar y político de esos reinos.51 El 6 de julio, mismo día en que el mensaje fue recibido temprano por la mañana, en una sesión especial, la diputación respondió inmediatamente a Apodaca que no tenía autoridad para hacer lo que había hecho y que su decisión de dar los mandos militar y político a Novella carecía de valor. Le hacía notar que, según el artículo 10 de las instrucciones reales y constitucionales para el gobierno económico y político de las provincias, en caso de renuncia del jefe político, el intendente debía sucederlo en el cargo, a me­nos que el gobierno real hubiese nombrado ya a otra persona. Decía que, si ello había ocurrido, deseaba ver el documento; y agregaba que el asunto del mando militar estaba fuera de su jurisdicción. Después de haber respondido a Apodaca, la diputación notificó el hecho, y su respuesta a Apodaca, a la audiencia territorial, al ayuntamiento de la ciudad de México y a los alcaldes de su jurisdicción.52 Al día siguiente, en una sesión extraordinaria, la diputación provincial recibió un comunicado de Novella en el que éste notificaba a ese cuerpo que Apodaca le había transferido los mandos militar y político de los reinos de la Nueva España. La diputación respondió de inmediato a Novella que, conforme a los principios de gobierno constitucionales, le enviaban los documentos ya remitidos a Apodaca y a la audiencia territorial relativos a la interpretación que ese cuerpo hacía de la facultad de Apodaca para transferir su poder político. Esa misma noche, la diputación recibió otro comunicado de Novella en el que éste le informaba que juraría el cargo de comandante político y militar de los reinos ante la Diputación Provincial de la Nueva España, el ayuntamiento de la ciudad de México y el oficial militar a las 9:30 horas del día siguiente y que esperaba que sus miembros estuvieran presentes. Al otro día, en una sesión especial, la diputación renovó su afirmación de que el ascenso de Novella al poder era nulo. Con todo, a fin de no crear confusión y mantener el orden y la tranquilidad en la capital, sus miembros estuvieron presentes cuando se le tomó el juramento a Novella.53 Para esa fecha, la comunicación con las otras provincias de la Nueva España era virtualmente inexistente, por lo que, conforme al artículo 334 de la Constitución de 1812, la diputación provincial decidió no continuar con sus sesiones semanales, y así lo infor­mó a Novella.54 Cuando, el 17 de julio, Novella invitó a ese cuerpo a estar presente en la catedral para rogar por la ayuda divina en su nuevo cargo, la diputación provincial, reunida en sesión extraordinaria, respondió que no asistiría en cuanto tal a esa misa; sin embargo, los miembros que estuvieren presentes asistirían a título individual para no crear confusión. En esa época, sólo cinco de los siete miembros asistían a las sesiones extraordinarias. Mientras todo ello ocurría en la Nueva España, en la metrópoli Fernando VII y en las Cortes los diputados, en particular los mexicanos, llevaban a cabo otras actividades relacionadas con ese territorio de ultramar. Entre ellas, el 16 de enero de 1821, el nom­ bra­miento de Juan O’Donojú, primero, como capitán general en sustitución de Juan Ruiz de Apodaca y, después, el 24 del mismo mes, como jefe político de la Nueva España. Las instrucciones sobre los deberes que debía llevar a cabo en este segundo cargo, no 51 52 Anna, op. cit., p. 219; dp, Actas de la... Nueva España, i-ii, 344-345. Actas de la... Nueva España, i-ii, 347-349. dp, 104 53 54 Ibid., 350. Ibid., 351-352. 105 III. Incremento de las diputaciones provinciales obstante, no las recibió hasta el 2 de marzo y no se hizo a la vela en la fragata Asia sino hasta el 30 de mayo.55 Según Jaime Delgado, en el nombramiento de O’Donojú a ese cargo influyeron los diputados mexicanos Ramos Arizpe, Michelena, José María Couto, Manuel Cortázar y otros, reputados como insurgentes; O’Donojú no negó ese hecho, pero dijo que había aceptado el cargo debido a sus insinuaciones.56 Otra actividad que probablemente se inició a finales de 1820 o, al menos, a principios de 1821 entre algunos de los diputados mexicanos fue la de proponer un plan no sólo para que las provincias gozaran de una mayor autonomía sino para una forma de reino autónomo en el Nuevo Mundo. Cuándo se inició exactamente ese plan es algo que se ignora; sin embargo, tuvo su origen entre los diputados americanos suplentes, en reuniones sostenidas en la casa del diputado José María Fagoaga. Michelena se refirió al plan en su alocución a las Cortes el 4 de junio de 1821, cuando se leyó el informe de Apodaca sobre la revuelta de Iturbide. Michelena dijo que las ideas que expresaba habían sido redactadas por Ramos Arizpe y entregadas al conde de Toreno como resultado de algunas propuestas del diputado Felipe Fermín de Paúl y declaró que él mismo las había enviado a la Diputación Provincial de Valladolid el 11 de abril de 1821, que habían sido aprobadas por los diputados recién llegados el 23 de mayo y que esperaba que las Cortes las aprobarían pronto.57 Jaime Delgado, España y México en el siglo xix, 3 t., Consejo Superior de Investigaciones, Instituto González Fernando de Oviedo, Madrid, 1950, i, pp. 39-55; Pedro Torres Lanzas, op. cit., v, pp. 182, 186, 191-192, 193-196, 201, 233 y 237; Julio Zárate, La guerra de la independencia, en Vicente Riva Palacio, México a través de los siglos, 5 t., Barcelona: Espasa Calpe, s.f., iii, p. 735. 56 Delgado, op. cit., i, p. 55; José Presas, Juicio imparcial sobre las principales causas de la revolución de la América española, Burdeos: Imprenta de Baume, 1828, pp. 9395; Spence Robertson, op. cit., pp. 102-109; Idea general de la conducta general de don Miguel Ramos Arizpe, México, 1822, p. 13. 57 España, Cortes, Diario de las Cortes, 4 de junio de 1821, iii, 2041-2046. 55 Juan O’Donoju, anónimo, siglo xix, óleo sobre tela. Museo Nacional de Historia, Conaculta, inah. 107 Nettie Lee Benson La idea o plan de Michelena, revisado por Lucas Alamán y fechado el 21 de junio de 1821, fue presentado a las Cortes el día 25 de ese mes. En él se pedía el establecimiento de tres Cortes en América, una en la ciudad de México, la capital de la Nueva España, para toda la América española septentrional; otra en Santa Fe, la capital de la Nueva Granada, para toda Nueva Granada y Tierra Firme, y otra más en Lima, la capital de Perú, para todo el Perú, Buenos Aires y Chile. Las Cortes deberían reunirse en el mismo momento que las de España, establecido por la Constitución de 1812, y tendrían la facultad de aprobar leyes para el gobierno interno de las provincias bajo la jurisdicción de cada una, salvo ciertas leyes relativas a la totalidad del imperio. Debería haber cuatro ministerios de gobierno —el de gobierno, el de hacienda, el de gracia y justicia y el de guerra y marina— en cada una. Asimismo, cada una debería tener su propia Corte Suprema compuesta de un presidente, ocho jueces y un fiscal. La autoridad ejecutiva, que podría recaer en un miembro de la familia real o en una regencia de tres individuos, debería ser nombrada por Fernando VII y sería responsable ante él del gobierno conforme a la Constitución. Cada una tendría su propio consejo de estado de siete miembros que asistiría a la autoridad ejecutiva. El comercio entre la península y las regiones americanas debería considerarse como el que se daba entre las provincias de la monarquía; consecuentemente, los españoles de ambos hemisferios disfrutarían de las mismas ventajas. De la misma manera, todo empleo civil estaría abierto a todos los originarios del imperio, dondequiera que hubieren nacido. La Nueva España y las otras regiones americanas ayudarían al financiamiento del imperio; la primera enviaría a la península la suma de cien millones de reales en seis años, a comenzar en enero de 1823 y terminar en 1828, y otra ayuda económica para los militares y para la protección de la soberanía del reino. Finalmente, los diputados a esas Cortes, cuando juraran sus cargos, jurarían también cumplir con la Cons­titu­ ción de 1812 y con las leyes que estableciera ese sistema. Unos cincuenta diputados, la mayoría de México, firmaron la proposición, entre ellos Ramos Arizpe, quien lo hizo con la con108 Lucas Alamán y Escalada, en Lucas Alamán, Historia de Méjico desde los primeros movimientos que prepararon la independencia en el año de 1808 hasta la época presente. Méjico, J.M. Lara, 1849-1852. Biblioteca Ernesto de la Torre Villar, Institucto de Investigaciones Dr. José María Luis Mora. Nettie Lee Benson III. Incremento de las diputaciones provinciales dición de que se le permitiera presentar un plan ligeramente diferente al día siguiente.58 Al otro día, Ramos Arizpe presentó su plan, fechado el 24 de junio y firmado únicamente por él y por José María Couto. La diferencia con el plan anterior era que proponía que sólo hubiera Cortes en México y no se refería a las posesiones españolas del hemisferio meridional. Proponía, además, que al menos cinco de los diputados electos a las Cortes mexicanas lo fueran también a las Cortes generales establecidas en Madrid y que las Cortes mexicanas decidieran en su primera sesión sobre el número de sus diputados y el modo de su designación. Asimismo, respecto a la elección de la persona que debería gobernar en México, Fernando VII no debía nombrar a un “miembro de la familia real para garantizar la integridad de la monarquía y los derechos constitucionales” del monarca.59 A este res­pecto, seguramente Ramos Arizpe y Couto sabían que, por la razón anterior, Fernando VII había rechazado un plan que el ministro de asuntos ultramarinos le propuso a mediados de mayo para que los tres reinos de América fuesen gobernados por tres príncipes que respon­dieran ante él.60 Las Cortes no volvieron a tener ninguna actividad relacionada con el plan leído el 25 de junio ni con el de Ramos Arizpe. La idea de establecer reinos en el Nuevo Mundo gobernados por príncipes españoles contaba con una larga existencia, ya sea que se piense o no en el supuesto plan del conde de Aranda, pues durante la época de Manuel de Godoy y Carlos IV se preparó un gran número de esos planes. Por ejemplo: Godoy propuso el reino de la Luisiana en 1797, con un príncipe español en el trono; asimismo, la propuesta de Godoy de 1804 de establecer príncipes españoles como regentes era similar en muchos aspectos a la proposición americana. El 7 de octubre de 1806, Carlos IV propuso establecer virreinatos o reinos hereditarios gobernados por príncipes españoles en Nueva España, Nueva Granada, Perú, La Plata, etc. En octubre de 1807, se redactó el plan para un tratado de Fontainbleu, con Carlos IV como emperador de España, Portugal y la América española. Después, en 1811, el diputado mexicano Ignacio Beye de Cisneros presentó un plan ante las Cortes españolas para formar juntas de gobierno independientes en las Américas adonde el rey de España podría huir y adoptar el título de emperador en caso de que los franceses ocuparan toda España.61 Por lo demás, a mediados de mayo de 1821, en una sesión presidida por el ministro de asuntos ultramarinos y compuesta de antiguos virreyes, capitanes generales e inspectores, entonces residentes en Madrid, se consideró un proyecto para el gobierno en ultramar en el que se recomendaba a Fernando VII la división de América en tres reinos: uno en América septentrional y dos en América meridional, gobernados conforme al sistema constitucional por príncipes o, a falta de éstos, por regentes; al aprobarse el Ibid., 25 de junio de 1821, iii, 2471-2477. Ibid., 26 de junio de 1821, iii, 2496-2497; Delgado, op. cit., i, pp. 103-108; Carlos A. Villanueva, La monarquía en América. Fernando VII y los nuevos estados, París: Librería Paul Ollendorff, pp. 61-69. 60 Ibid.; Delgado, op. cit., i, p. 103. A propósito de esos planes, véanse Ramón Esquerra, “La crítica española de la situación de América en el siglo xviii”, Revista de Indias, núms. 87-88, pp. 159-287; Charles E. Chapman, A History of Spain, Nueva York: The MacMillan Co., 1938; Carlos Seaco Serrano (ed. y estudio preliminar), Manuel de Godoy, Memorias, 2 t., Madrid: Gráfico Orbe, Biblioteca de Autores Españoles, 11 t., 1956, pp. 88-89; Boleslao Lewis, Los movimientos de emancipación en Hispanoamérica y la independencia de los Estados Unidos, Buenos Aires: Editorial Raigal, 1952; Elijah Wilson Lyon, Louisiana in French Diplomacy 1759-1804, Norman: University of Oklahoma Press, 1954; Manuel de Vadillo, Apuntes sobre los principales sucesos que han influido en el actual estado de la America del Sud, Cádiz: Librería de Feros, 1836; Demetrio Ramos, “Los proyectos de independencia para América preparados por el Rey Carlos IV”, Revista de Indias, xxviii, núms. 111-112, enero-junio de 1968, pp. 85-123; Delgado, op. cit., i, p. 103; Villanueva, La monarquía en América. Bolívar y el general San Martín, París: Librería de Paul Ollendorff; William Woodrow Anderson, “Reform As a Means to Quell Revolution”, en Nettie Lee Benson (ed.), Mexico and the Spanish Cortes, Austin: The University of Texas Press, 1966, pp. 191-207; Timothy E. Anna, Spain and the Loss of America, Lincoln, Nebraska: University of Nebraska Press, 1963, pp. 83-84; idem; The Fall of the Royal Government in Mexico City, Lincoln, Nebraska: University of Nebraska Press, 1957, pp. 101-102. 110 111 58 59 61 Nettie Lee Benson III. Incremento de las diputaciones provinciales plan, México asumiría la responsabilidad de una parte de la deuda española. Fernando VII rechazó la propuesta, como ya lo dijimos antes. Finalmente, acaso deba mencionarse la carta que Fernan­ do VII dirigió el 24 de diciembre de 1820 al conde de Venadito, don Juan Ruiz de Apodaca, en la que le comunicaba su idea de huir de España para refugiarse en México, donde creía que sería bien recibido y desde donde podría gobernar el imperio conforme a su derecho divino como mejor le pareciese.62 Aún no ha podido verificarse cuándo llegó a México la noticia del nombramiento de O’Donojú como jefe político y capitán general de la Nueva España. La primera mención que se hace de dicho nombramiento en las Actas de la Diputación Provincial de Nueva España tiene fecha del 2 de junio de 1821 y se hizo a raíz de la petición de información que el 22 de mayo hizo el ayuntamiento de Puebla a la Diputación Provincial de la Nueva España respecto a si debía recibirse a O’Donojú como jefe político o como capitán general y cuál debería ser el costo de la recepción en uno u otro caso. La diputación provincial respondió que debería recibírsele conforme a las leyes y a las pasadas prácticas.63 O’Donojú llegó al puerto de Veracruz el 30 de julio, a la 1:15 de la tarde, y casi inmediatamente se trasladó al castillo de San Juan de Ulúa. Veracruz estaba todavía en manos del gobierno español; sin embargo, se encontraba sitiado desde el 7 de julio y toda comunicación con el interior había sido cortada. Cuando se le dio el nombramiento del cargo, se le dijo que, felizmente, en las provincias que se le asignaban sólo había unos cuantos lugares donde continuaba la insurrección.64 Sin más fuerzas militares que las todavía leales encontradas en San Juan de Ulúa y Veracruz y una pequeña fuerza de la ciudad de México, descubrió que la verdad era muy otra.65 En esa situación, el 3 de agosto expidió en Veracruz una proclama dirigida a los habitantes de la Nueva España en la que les decía que había venido para traer la tranquilidad y la paz y para dar término a las guerras desastrosas. Los convocaba a permitirle alcanzar pacíficamente su destino, la ciudad de México, con el fin de hacerse cargo del puesto para el que había sido nombrado y repetía que estaba solo y sin fuerzas que provocaran hostilidad. Prome­ tía que, si los mexicanos no llegaban a considerarlo un dirigente justo que mereciera su aprobación general, él mismo permitiría que el pueblo eligiera a su propio dirigente.66 Al día siguiente, O’Donojú expidió una segunda proclama, dirigida a los valiosos militares y heroicos habitantes de Veracruz, en la que alababa a la ciudad y a las fuerzas militares por la enérgica defensa que habían presentado al enemigo, pero, al mismo tiempo, hablaba de la necesidad de paz y tranquilidad para todo el territorio. Según Carlos María de Bustamante, quien reprodujo completas ambas proclamas, los veracruzanos leales decían en esa época que O’Donojú se había vendido a los americanos.67 En la Latin American Collection, de la Universidad de Texas, se encuentra un manuscrito firmado simplemente Fernando, sin su rúbrica. Está escrito en papel que tiene la misma filigrana que el de otras órdenes autentificadas firmadas por Fernando VII. Algunos escritores impugnan la autenticidad de dicha carta, pero los escritores que la han reproducido completa, como Carlos María de Bustamante, en El nuevo Bernal Díaz del Castillo o sea historia de la invasión de los anglo-americanos en México, 2 t., México: Secretaría de Educación Pública, 1949, i, pp. 135-136, la consideran auténtica. Otros que la han citado o impreso completa son: Anastasio Zerecero, Memorias para la historia de las revoluciones en México, México: Imprenta del Gobierno en Palacio, 1869, pp. 349-351; Presas, Juicio sobre las principales causas de la revolución de la América española, pp. 82-85, quien la cree auténtica; Zamacois, Historia de Méjico desde los tiempos más remotos hasta nuestros días, ix, nota 1, pp. 565-566, quien la considera apócrifa, y Villanueva, quien la cita tanto en La monarquía en América. Bolívar y el general San Martín como en La monarquía en América. Fernando VII y los nuevos estados, pp. 210 y 56-57, respectivamente. 63 Delgado, op. cit., i, p. 103; Villanueva, La monarquía en América. Fernando VII y los nuevos estados, pp. 66-69. 62 112 dp, Actas de la... Nueva España, ii, 326. Delgado, op. cit., i, pp. 54-55; Arrangoiz, México desde 1808 hasta 1867, i, pp. 60-61. 66 Arrangoiz, op. cit., v, pp. 223-226; véase también Delgado, op. cit., i, pp. 55-60. 67 Roberto Olagaray (ed.), Colección de documentos históricos mexicanos, México: Antigua Imprenta de Murguía, 4 t., 1924, ii, pp. 47-58 y 73-77. 64 65 113 Nettie Lee Benson III. Incremento de las diputaciones provinciales O’Donojú debió de estar enterado, antes de abandonar Madrid con rumbo a México, del Plan de Iguala, de 23 artículos, expedido por Iturbide y Vicente Guerrero el 24 de febrero de 1821, pues Iturbide lo había enviado a Fernando VII y a las Cortes españolas desde el 16 de marzo; y también, al día siguiente, le envió a Juan Gómez de Navarrete, diputado mexicano a las Cortes, una copia del plan, junto con los nombres de los miembros que proponía para la Junta de Gobierno de México. En el Plan de Iguala, Iturbide y Guerrero invitaban a Fernando VII a venir a México a gobernarlo como emperador.68 No obstante, en el mensaje que O’Donojú envió a Iturbide desde Veracruz el 6 de agosto, le señala que supo que sus ideas le habían sido comunicadas a Apodaca a través del periódico México Independiente núm. 4 y del Boletín Militar núm. 6 de junio de 1821. O’Donojú añade que había sostenido correspondencia y tenía relaciones de amistad con los americanos más distinguidos del imperio y que a las insinuaciones y estímulos de éstos se había debido el que aceptara el cargo en primer lugar. Su corazón, decía, estaba lleno de gozo de que Iturbide no hubiese demorado su proclama, enviada a Apodaca el 18 de marzo, pues coincidía con sus propias ideas de llevar paz y tranquilidad a México. O’Donojú terminaba su carta diciendo a Iturbide que estaba en las manos de éste el que pudiera llegar a salvo a la ciudad de México para hacerse cargo de su puesto y lograr la conciliación.69 Iturbide, que entonces se encontraba en Puebla, aprovechó inmediatamente la oportunidad para legalizar su movimiento. Respondió a O’Donojú el 11 de agosto y arregló una reunión con él en Córdoba, donde el 24 de agosto firmaron el tratado que lleva el nombre de esa ciudad. En los 17 artículos del tratado se reconocía a México como una nación independiente y soberana que debía ser gobernada por un sistema monárquico constitucional moderado, encabezado de preferencia por Fernando VII o, si éste renunciaba a ello, por uno de los príncipes españoles. Incluía la mayoría de las cláusulas del Plan de Iguala y disponía el establecimiento inmediato de una junta de gobierno provisional, de la que O’Donojú sería miembro, o una regencia que ejerciera el Poder Ejecutivo hasta la llegada de Fernando VII o de uno de los príncipes. O’Donojú prometió valerse de su cargo y autoridad para ver que las tropas que tenían el dominio de la ciudad de México salieran de la capital sin que hubiese un derramamiento de sangre innecesario, para después permitir el establecimiento del nuevo gobierno provisional.70 Mediante la firma del tratado, O’Donojú logró abrirse paso, al menos por el momento, a través de la región de México que se encontraba bajo el dominio de las fuerzas independentistas. Ahora tendría que sortear aquella que dominaba Novella. Pudo haberlo logrado con la ayuda de las instituciones constitucionales establecidas en la ciudad de México, en particular la Diputación Provincial de la Nueva España y el ayuntamiento de la ciudad, pues ninguno de esos cuerpos reconocía la autoridad de Novella para ejercer el gobierno político y estaban ansiosos por colaborar con O’Donojú, la autoridad nombrada por el rey. En febrero de 1821, Iturbide también había sugerido los nombres de tres diputados a la Diputación Provincial de la Nueva España —a saber: José Miguel Guridi y Alcocer, José María Fagoaga y Juan Bautista Lobo— para formar parte de los nueve miembros de la propuesta junta de gobierno provisional de México, así como a José Pastor Morales como uno de los cuatro suplentes de dicha junta. Igualmente, había sugerido a Juan Francisco Azcárate, concejal del ayuntamiento, como diputado propietario a la junta, y al primer regidor, Francisco Sánchez de Tagle, como suplente.71 Ibid., ii, pp. 52-62 y 73-76; Bustamante, Cuadro histórico, v, pp. 139-144. Ibid., v, pp. 223-229; Olagaray, op. cit., ii, pp. 159-161; Delgado, op. cit., i, pp. 61-65. Bustamante, Cuadro histórico, v, pp. 232-234; Olagaray, op. cit., ii, pp. 165-171; Delgado, op. cit., i, pp. 67-90; Robertson, op. cit., pp. 112-118; Noticioso general, suplemento del núm. 219 del 3 de octubre de 1821. 71 “Junta Guvernativa a que se refiere el Plan de Iguala”, en Olagaray, op. cit., ii, pp. 34-35; Bustamante, op. cit., v, pp. 118-119. 114 115 68 69 70 Nettie Lee Benson III. Incremento de las diputaciones provinciales Cuando la junta se reunió el 22 de septiembre, estaban presentes los tres propuestos por Iturbide, Guridi y Alcocer, Fagoaga y Lobo, junto con José Ignacio García Illueca, de la diputación provincial, Azcárate y Sánchez de Tagle,72 todos los cuales habrían de desempeñar un papel determinante para que se les dejara el paso libre a O’Donojú e Iturbide hasta la ciudad de México. Según parece, la primera noticia que tuvo Novella de la llegada de O’Donojú a Veracruz fue el 12 de agosto, cuando dos diferentes mensajeros enviados por Iturbide llegaron a la ciudad de México. El primero llevaba la primera proclama expedida por O’Donojú, mientras que el segundo llevaba esa misma proclama, publicada en Puebla, y la noticia adicional de que Iturbide había enviado mensajeros a O’Donojú para sugerirle que se trasladara a Córdoba, un lugar más saludable y cómodo, donde podrían echar los cimientos de la independencia de México. Dos días más tarde, el cura Pedro Fernández, enviado por Iturbide, llegó de Puebla a la ciudad de México con un paquete de cartas de O’Donojú para Novella en las que le anunciaba su llegada a Veracruz y sus actividades en ese lugar, incluidas las cartas enviadas a Iturbide. Ese mismo día, el teniente Domingo Noriega, también enviado por Iturbide con otro paquete de cartas, éstas enviadas por él a Novella, fue maltratado por las fuerzas de este último.73 Novella no quería creer lo que se le enviaba y decía de O’Do­ nojú, pero, dado que los mensajeros seguían llegando a la ciudad de México, la noche del 14 de agosto dirigió una carta a Iturbide en la que le pedía permiso para enviar sus propios mensajeros a Veracruz a fin de que éstos vieran y consultaran a O’Donojú y verificaran que realmente había llegado a Veracruz. Iturbide otorgó su permiso y Novella envió finalmente a tres comisionados, pero Iturbide les impidió cruzar sus líneas alegando que Nove- lla no había establecido un cese al fuego.74 Cada día que pasaba, las fuerzas de Iturbide se acercaban un poco más a la ciudad de México y, mientras tanto, como antes se dijo, Iturbide y O’Donojú firmaron el Tratado de Córdoba. El 27 de agosto apareció en el periódico Noticioso General (núm. 3, 21 de agosto de 1821) de la ciudad de México un largo artículo titulado “Un patriota mexicano a aquellos que quieren la independencia”, en el que se preguntaba por qué a O’Donojú, que había sido nombrado por el gobierno liberal español y aceptado lo que Iturbide había propuesto a Apodaca, no se le permitía la entrada a México. Alababa los hechos de O’Donojú y pedía que fuera admitido en la ciudad de México y reconocido como capitán general y jefe político. Novella, aparentemente, recibió una copia del Tratado de Córdoba temprano por la mañana del 30 de agosto y en seguida pidió a todos los cuerpos gubernamentales, eclesiásticos y militares que enviaran a dos de sus miembros a una reunión para esa tarde a fin de que le aconsejaran qué hacer en las circunstancias. La dipu­ tación provincial se reunió de inmediato y votó unánimemente enviar a Guridi y Alcocer y a Lobo a la reunión, en el entendimiento de que no tendrían poder para votar por ningún acuerdo.75 En la reunión, todos los representantes de dichas corporaciones, la diputación provincial, el ayuntamiento, la audiencia y el concejo eclesiástico, se abstuvieron de votar. Isidro Yáñez, de la audiencia, dijo que, en cuanto individuo, creía que O’Donojú tenía facultades para tratar con el jefe de las fuerzas independentistas; a lo que añadió que O’Donojú había sido “autorizado por el rey para ser capitán general y jefe político de estos dominios”. Por su parte, el arzobispo dijo que, como ciudadano, “creía que la presencia de O’Donojú en la capital era necesaria para alejar toda duda sobre su posición y sus actos”, mientras que el general Pascual Linán sostuvo que hasta que O’Donojú estuviese presente en la Ibid., v, pp. 324-325. Bustamante, op. cit., v, pp. 281-282; “De Novella a Iturbide”, México, 14 y 16 de agosto de 1821, en Olagaray, op. cit., ii, pp. 239-241. 72 73 116 74 75 Bustamante, op. cit., v, pp. 281-286. Actas de la... Nueva España, ii, 361-363; Olagaray, op. cit., ii, pp. 204-205. dp, 117 Nettie Lee Benson III. Incremento de las diputaciones provinciales ciudad de México, nada podía resolverse. Guridi y Alcacer, representante de la diputación provincial, dijo, hablando como par­ ticular, que “aprobaba lo que fuere que O’Donojú hubiere hecho, porque había actuado según las instrucciones que había recibido del gobierno español”. En ese momento, el ruido de disparos de cañón terminó con la junta.76 Al día siguiente, la Diputación Provincial de Nueva España dirigió dos cartas a O’Donojú; una en la que le daba la bienvenida al país y otra en la que le informaba de su reunión y de la convocada por Novella. O’Donojú respondió el 5 de septiembre desde Puebla con dos cartas también en las que daba las gracias a la diputación provincial por sus actos y por la copia de la reunión con Novella.77 Novella, por su parte, respondió a O’Donojú para decirle que tenía la idea de que el Tratado de Córdoba había sido firmado por él porque, encontrándose en territorio enemigo, se había visto forzado a hacerlo y de que no habría hecho lo mismo si hubiere estado en territorio bajo el dominio del gobierno español. O’Donojú, dirigiéndose a Novella simplemente como mariscal de campo, subinspector de artillería y comandante de las tropas mexicanas, le respondió el 4 de septiembre, también desde Puebla, que había informado a los mensajeros de Novella lo que esperaba de él, y éstos así se lo dijeron.78 El 9 de septiembre, Novella convocó a otra reunión de los representantes de las diversas autoridades de la ciudad de México para preguntarles cómo debía responder a la sugerencia de entrevistarse con O’Donojú e Iturbide y con qué título debería asistir a tal entrevista. Novella había estado usando el título de virrey y jefe político y quería que los reunidos confirmaran sus títulos. Todos estuvieron de acuerdo en que la entrevista se llevase a cabo y se eligió a Guridi y Alcocer y al coronel Blas del Castillo Luna para que llevaran una copia del acta de la reunión a O’Donojú79 y lo pusieran al tanto de lo tratado.80 La Diputación Provincial de la Nueva España escribió a O’Do­ nojú el 9 de septiembre para decirle que estaba lejos de creer que éste aprobaba los sucesos del 5 de julio (el reemplazo de Apodaca por Novella), que lo apoyaba firmemente, así como el Tratado de Córdoba, y que había explicado su posición a Guridi y Alcocer, quien había sido elegido por la junta de Novella para negociar el problema con O’Donojú.81 A ello, O’Donojú respondió el 12 de septiembre que Guridi y Alcocer le había explicado los “escandalosos” sucesos de la ciudad de México y que él, a su vez, había afirmado a Guridi y Alcocer que nunca reconocería a Novella como capitán general y jefe político legítimo y que le propondría a este último una reunión entre ambos únicamente como militares.82 Ese mismo día, O’Donojú escribió a Novella para decirle que la única persona en la ciudad de México con autoridad para transmitirle el mando era Apodaca, si antes era restituido en el puesto, que el cargo de virrey ya no existía según la Constitución y que Novella había infringido muchos preceptos constitucionales y leyes militares a partir de julio. Después de citar los artículos constitucionales y militares infringidos por Novella, O’Donojú le decía que, a menos que recibiera de él una respuesta satisfactoria en un término de 24 horas, informaría al gobierno español de todos los actos criminales de Novella y sus partidarios “Acta de la Junta de Autoridades de México”, México, 30 de agosto de 1821, en Olagaray, op. cit., ii, pp. 221-224. 77 Dos comunicados “De la Diputación provincial de Nueva España a O’Donojú”, 31 de agosto de 1821, en Olagaray, op. cit., ii, pp, 201-202. 78 “De Novella a O’Donojú”, México, 31 de agosto de 1821, y “De O’Donojú a Novella”, 4 de septiembre de 1821, en Olagaray, op. cit., ii, pp. 172-176. “De Novella a O’Donojú”, México, 11 de septiembre de 1821, en Olagaray, op. cit., ii, pp. 183-184. 80 “Acta de la Junta de Autoridades de México”, México 9 de septiembre de 1821, en Olagaray, op. cit., ii, pp. 224-229. 81 “De la Diputación Provincial de Nueva España a O’Donojú”, México, 9 de septiembre de 1821, en Olagaray, op. cit., ii, pp. 204-205. 82 “De O’Donojú a la Diputación Provincial de Nueva España”, Convento de San Joaquín, 12 de septiembre de 1821, en Olagaray, op. cit., ii, pp. 205-207. 118 119 79 76 Nettie Lee Benson III. Incremento de las diputaciones provinciales y que uno y otros sufrirían las consecuencias; asimismo, le decía que, si cooperaba con él, podría pasar por alto su ilegal conducta.83 La entrevista de O’Donojú y Novella se efectuó el 13 de septiembre y éste aceptó hacer todo lo que el otro le recomendó. Al día siguiente, en una sesión de la diputación provincial y el ayuntamiento, Novella les anunció que había aceptado obedecer las órdenes de O’Donojú, el capitán general y jefe político de Nueva España.84 Un día después, el 15 de septiembre, apareció en el suplemento del número 111 del Noticioso General, diario de la ciudad de México, un bando firmado por Novella ese mismo día y dirigido al ejército y el público; en él decía que, como resultado de su entrevista con O’Donojú el día anterior, había reconocido oficialmente a éste como capitán general y jefe político de la Nueva España y que, hasta la llegada de O’Donojú a la ciudad de México, el mariscal de campo Pascual de Liñán tomaría el mando del ejército y el intendente Ramón Gutiérrez del Mazo actuaría como jefe político. En la misma página del suplemento, Liñán publicó también un bando en el que ordenaba al ejército mantener la paz y reconocer a Juan O’Donojú como capitán general y jefe político. En la última página del suplemento, aparecieron tres avisos al público firmados por Ramón Gutiérrez del Mazo el mismo día y en el mismo lugar. En el primero anunciaba que el día anterior había recibido el nombramiento de jefe político interino de la ciudad de México del capitán general y jefe político superior don Juan O’Donojú hasta la llegada de éste a la ciudad. Gutiérrez del Mazo prometía obedecer la Constitución de 1812 y las leyes de las Cortes para la conservación de la paz pública. Mediante los otros dos avisos, anulaba el requisito del pasaporte para entrar en la ciudad de México o salir de ella y el del permiso para montar a caballo dentro de la ciudad.85 En seguida, ya en Tacubaya, O’Donojú se dirigió el 17 de septiembre a los “Habitantes del reino de Nueva España” con el propósito de informar que los mexicanos de todas las provincias del vasto imperio debían la libertad civil de que ahora disfrutaban a uno de sus hijos más valiosos y él deseaba ser el primero en hacerles saber que la guerra había terminado. Decía que tenía ya completamente en sus manos los mandos militar y político del reino como su capitán general y jefe político superior nombrado por Su Majestad y reconocido por las autoridades y corporaciones de la ciudad y que el ejército que la defendía estaba bajo su mando. Una vez instalado, el gobierno acordado en el Tratado de Córdoba, conocido de todos, será la autoridad legítima. Seré el primero en ofrecer mis respetos a la representación pública. Mi cargo se reduce a representar al gobierno español, ocupando un puesto en el vuestro en conformidad con el dicho Tratado de Córdoba, para ser útil en todo lo que pueda a los americanos, y gustoso me sacrificaré en todo lo que sea posible por los mexicanos y los españoles.86 “De O’Donojú a Novella”, Convento de Carmelitas de San Joaquín, 12 de septiembre de 1821, y “De Novella a O’Donojú”, México, 12 de septiembre de 1821, en Olagaray, op. cit., ii, pp. 189-196. Véase también “De O’Donojú a los señores Alcocer y Luna Castillo, comisionados de la Junta de Autoridades de México”, San Joaquín, Convenio de Carmelitas, 11 de septiembre de 1821, ibid., ii, pp. 197-200. Debe hacerse notar que Novella capituló como se lo exigió O’Donojú en la ciudad de México el 12 de septiembre de 1821 y no el 13, como lo afirma Anna, Fall of the Royal Government in Mexico City, p. 222, aunque sólo anunció su capitulación en esa ciudad dos días después, en una “Orden al Ejército y Plaza” firmada por él en México el 15(?) de septiembre y publicada en un suplemento del Noticioso General, viii, núm. 111, que, obviamente, fue impreso el mismo día. 84 “De la diputación provincial a O’Donojú”, México, 14 de septiembre de 1821, en Olagaray, op. cit., ii, pp. 207-208. Este último lo publicó también la Gaceta del Gobierno de México, xii, núm. 125, 15 de septiembre de 1821, pp. 976-980. 86 “Habitantes de Nueva España”, firmado en Tacubaya el 17 de septiembre de 1821 por O’Donojú, Noticioso General, viii, núm. 114, 21 de septiembre de 1821, p. 4; y Gaceta del Gobierno de México, xv, núm. 128, México, 22 de septiembre de 1821, pp. 994-995; Robertson, Iturbide de México, p. 127. 120 121 83 85 Nettie Lee Benson III. Incremento de las diputaciones provinciales Después, también desde Tacubaya, O’Donojú escribió el 25 de septiembre una carta a la Diputación Provincial de la Nueva España para informarle que había cumplido con el artículo 17 del Tratado de Córdoba, el cual exigía la salida de las tropas españo­ las de la capital. Decía que saldría de Tacubaya a las cuatro de la tarde del día siguiente para entrar en la ciudad de México como capitán general del reino nombrado por Su Majestad.87 Entró en la ciudad a las cinco de la tarde y fue recibido como capitán general por salvas de artillería y el tañer de campanas, de manera similar a como se hacía con los virreyes, según Bustamante. El ayuntamiento de la ciudad de México lo agasajó con una cena en la que corrió el vino, la diputación provincial y otras corporaciones lo felicitaron como colaborador a la independencia mexicana y fue hospedado en la casa del conde de Berrio.88 Al día siguiente, el capitán general Juan O’Donojú y los miembros de la Diputación Provincial de la Nueva España dieron la bienvenida a Agustín de Iturbide al antiguo palacio virreinal de la ciudad de México, donde fue recibido con gran entusiasmo. Después de un Te Deum en la cercana catedral, Iturbide y sus huéspedes volvieron a palacio, donde fueron agasajados por el ayuntamiento de la ciudad. Durante el festejo, don Francisco Sánchez de Tagle, en una larga oda a la ocasión, dijo “el sobrehumano O’Donojú nos asegura la paz”.89 México se hizo independiente en ese momento no sólo gracias a Iturbide, al Plan de Iguala y a la unión de aquél con las primeras fuerzas independentistas representadas por Vicente Guerrero, Nicolás Bravo, etc., sino también gracias a los esfuerzos de los diputados mexicanos que contribuyeron a dar forma al marco de la Constitución de 1812 (la creación de las diputaciones provinciales y de los ayuntamientos de elección popular), a los actos de las Cortes de 1820-1821 que lo hicieron posible y al nombramiento de Juan O’Donojú como capitán general y jefe político superior de Nueva España. En lo sucesivo, la Constitución de 1812 y las leyes hasta entonces promulgadas de las Cortes españolas que la hicieron posible, junto con sus instituciones y todos los individuos que durante tantos años lucharon en el terreno legislativo o en el militar por la autonomía tanto provincial como nacional o por la independencia de México, desempeñarían un papel significativo en el establecimiento del gobierno independiente mexicano. “De O’Donojú a la diputación provincial”, Tacubaya, 25 de septiembre de 1821, en Olagaray, op. cit.; ii, p. 208: Bustamante, op. cit., v, p. 327; Robertson, op. cit., p. 127. Cf. Anna, op. cit., pp. 222-223, quien afirma que O’Donojú entró en la ciudad de México el 24 de septiembre y quien aparentemente malinterpretó su afirmación del 17 de septiembre de 1821. 88 Bustamante, op. cit., v, p. 327. 89 Bustamante, op. cit., v, pp. 327-331; Robertson, op. cit., pp. 131-132; Anna, op. cit., pp. 223-224. 87 122 123 IV. Desarrollo de las diputaciones provinciales en México, 1821-1823 La Soberana Junta Provisional Gubernativa que había prometido Iturbide fue reunida al día siguiente de la entrada de éste a la ciudad de México con el propósito de iniciar sus sesiones para organizar el gobierno interino. Ahora bien, dado que cuatro miembros de la Diputación Provincial de la Nueva España formaban parte de la Junta Provisional Gubernativa, un día después, el 29 de septiembre de 1821, se vio la necesidad de reemplazarlos de alguna manera en la diputación provincial, por lo que ese mismo día la Junta Provisional Gubernativa formó con los cuatro diputados —José Miguel Guridi y Alcocer, José María Fagoaga, Juan Bautista Lobo e Ignacio García Illueca— una comisión que recomendara cómo debía llevarse a cabo su reemplazo hasta que pudieran efectuarse nuevas elecciones populares.1 Dicha comisión hizo sus recomendaciones en la sesión del 4 de octubre de la Junta Provisional Gubernativa y propuso varios nombres para llenar los puestos vacantes en la diputación provincial; las personas electas fueron: el coronel Pedro Acevedo y Calderón, los licenciados José Mariano Fernández Arteaga, José Ignacio Espinosa y Mariano Primo de Rivera y el capitán Pedro Pablo Vélez.2 México, Junta Provisional Gubernativa, Diario de la Soberana Junta Provisional Gubernativa del Imperio mexicano, instalada según previenen el Plan de Iguala y tratados de la Villa de Córdoba, México: Imprenta de Alejandro Valdés, 1821, p. 13, citado en adelante como Diario de la Soberana Junta Provisional Gubernativa. 2 Ibid., pp. 23-24; Charles Macune, hijo, El estado de México y la Federación mexicana, México: Fondo de Cultura Económica, 1978, p. 193. 1 125 Nettie Lee Benson IV. Desarrollo de las diputaciones provinciales Así, hacia octubre de 1821 había ya en México al menos ocho diputaciones provinciales en funciones; a saber: la de Guadalajara, las de las Provincias Internas de Oriente y las Provincias Internas de Occidente y las de México, San Luis Potosí, Yucatán, Puebla y Chiapas. Según el decreto español del 8 de mayo de 1821, otras seis intendencias, la de Arispe, por las provincias de Sonora y Sinaloa, y las de Guanajuato, Michoacán, Oaxaca, Veracruz y Zacatecas, tenían derecho a establecer sus propias diputaciones provinciales; y no se demoraron en hacerlo, lo que elevó el total a catorce. Como ya se hizo notar, Iturbide había reconocido el derecho a que tal institución existiera cuando autorizó su creación en la provincia de Puebla en agosto de 1821. Chiapas fue la siguiente provincia que dio ese paso. En agosto de 1821, Chiapas formaba parte de la Audiencia de Guatemala; sin embargo, como era intendencia, su derecho a establecer una diputación provincial fue autorizado por el decreto del 8 de mayo de 1821, que se publicó el 7 de agosto en El Amigo de la Patria de Guatemala. Pero el 28 de agosto, antes de que pudiera iniciarse la aplicación del decreto, el ayuntamiento de Comitán declaró su independencia y, el 3 de septiembre, la provincia de Chiapas se declaró asimismo independiente, no sólo de España sino también de Guatemala.3 Entonces los acontecimientos se precipitaron rápidamente. Chia­pas eligió a Juan Nepomuceno Batres, José Anselmo de Lara, Pedro José de Solórzano, Lino García, Manuel Ignacio Escarra, Jo­ sé Vives y Francisco Antonio Guillén como diputados a su propia diputación provincial, la cual fue instalada el 19 de octubre de 1821.4 La diputación, que “representaba los sentimientos de la provincia”, empezó inmediatamente no sólo a tomar medidas para asegurar su independencia completa de la provincia de Guatemala sino también para realizar su unión con México.5 Diez días después de su instalación, la diputación nombró a Pedro José Solórzano para conferenciar con Iturbide sobre este importante asunto.6 En el Tratado de Córdoba se convino que las leyes y decretos vigentes se observarían en México hasta que pudiera convocarse a unas cortes que elaboraran la Constitución del Estado. El 24 de septiembre de 1821, Iturbide proclamó los nombres de 38 personas designadas para componer la Soberana Junta Provisional Gubernativa,7 que asumiría todos los poderes antes ejercidos por las Cortes de España, si dichos poderes no estaban en contradicción con el Tratado de Córdoba.8 El propósito fundamental de la junta era redactar las instrucciones necesarias para llevar a cabo las elecciones de diputados a las Cortes constituyentes o Congreso para el México independiente. Dos días después de iniciar sus sesiones regulares, el 28 de septiembre de 1821, la junta provisional nombró una comisión encargada de elaborar el procedimiento electoral para constituir el primer Congreso mexicano. Las discusiones sobre el informe de la comisión comenzaron el 10 de noviembre de 1821; al día siguiente, José Mariano Almanza, de Veracruz, propuso que se arreglara el asunto concerniente a la elección de diputaciones provinciales, que de acuerdo con la Constitución española debería celebrarse al otro día de las elecciones de diputados a Cortes. José María Fagoaga protestó al respecto, sosteniendo que la división de las provincias era urgente, lo que implicaba que este asunto debía abordarse antes que el de las elecciones, mientras que José Mariano Sandaneta marqués de Rayas, de Guanajuato, expresó a su vez Matías Romero, Bosquejo histórico de la agregación a México de Chiapas y Soconusco..., pp. 50-53. 4 Gazeta Imperial de México, 1, núm. 41, 20 de diciembre de 1821, pp. 337-339; Incorporación de Chiapas a México. Discursos leídos en la velada que se verificó en la Cámara de Diputados en celebración del LXXVIII aniversario de la federación de Chiapas a la república de México, p. 13; Romero, op. cit., pp. 56-57; Luis Espinosa, Independencia de la provincia de las Chiapas y su unión a México, p. 10. 3 126 Gazeta Imperial de México, 20 de diciembre de 1821. Las actas de la sesión de la diputación provincial del 28 de octubre de 1821 y las instrucciones a Solórzano se hallan en Romero, op. cit., pp. 56-57. 7 Noticioso General, México, 10 de octubre de 1821. 8 Diario de la Soberana Junta Provisional Gubernativa, p. 4. 5 6 127 Nettie Lee Benson IV. Desarrollo de las diputaciones provinciales que las provincias que aún no poseían diputaciones las estaban reclamando con ahínco. Tras larga discusión, se adoptaron medidas concernientes a la elección de representantes a las diputaciones provinciales.9 La regencia expidió instrucciones completas para la elección de miembros del nuevo Congreso el 18 de noviembre de 1821. En el artículo 14 de esas instrucciones se disponía que las diputaciones provinciales ya existentes continuasen en el ejercicio de sus funciones, que se estableciesen inmediatamente nuevas diputaciones en las intendencias que todavía no lo hubiesen hecho así y que el futuro Congreso designara las demás que pudieren considerarse necesarias para el bienestar del país. En el artículo 15 se ordenaba que los miembros de las diputaciones provinciales ya establecidas fueran renovados por completo en el periodo de elecciones; sin embargo, la mitad de los antiguos podrían ser reelegidos, a condición de que pertenecieran a la provincia que los reeligiese.10 En el artículo 16 se establecía que los miembros de cada diputación provincial recién creada debían ser ciudadanos de la misma provincia. Por último, en el artículo 17 se disponía que la elección de diputados a los cuerpos provinciales tuviese lugar en la capital de la provincia respectiva al día siguiente de la elección de dipu­ tados al Congreso.11 Por lo tanto, de acuerdo con el anterior decreto, los diputados provinciales de Chiapas, las Provincias Internas de Oriente, Guadalajara, Guanajuato, México, Michoacán, Nueva Vizcaya, Oaxaca, Puebla, San Luis Potosí, Sonora y Sinaloa, Veracruz, Yucatán y Zacatecas deberían ser elegidos el 29 de enero de 1822. Al parecer, no hay duda de que se esperaba que Tlaxcala instalara una diputación provincial, aun cuando no se mencionaba en el citado decreto ni se ha hallado prueba alguna sobre el origen de su derecho a hacerlo. En realidad, Tlaxcala no era una intendencia. La llamada provincia de Tlaxcala fue establecida en 1812. La junta preparatoria electoral de la Nueva España, en sus instrucciones del 27 de noviembre de aquel año relativas a las primeras elecciones bajo la Constitución de 1812, dividía la Nueva España en nueve provincias; a saber: México, Puebla, Oaxaca, Michoacán, Guanajuato, Veracruz, San Luis Potosí, Tlaxcala y Querétaro.12 Todas ellas, con excepción de Tlaxcala y Querétaro, tenían el rango de intendencias, que en aquella época también eran llamadas provincias; sin embargo, la provincia de Tlaxcala, que comprendía el gobierno de la ciudad de Tlaxcala más la alcaldía o distrito de Huexotzingo, fue separada de la intendencia de Puebla y convertida en provincia con el único propósito de que eligiera diputados a Cortes y a la Diputación Provincial de la Nueva España.13 En todas las elecciones subsiguientes, Tlaxcala continuó siendo designada como una de las siete provincias sujetas a la Diputación Provincial Ibid., p. 88. Con arreglo a las disposiciones de la Constitución española, la mitad de los miembros de la diputación provincial debía renovarse cada vez, mientras que la otra mitad continuaba sirviendo hasta las elecciones siguientes, cuando era reemplazada por nuevos miembros. Como ya se ha dicho, los días 11, 12 y 13 de marzo de 1821 se celebraron las elecciones para el nombramiento de diputados a las Cortes de 1822-1823 y de dipu­tados a las diputaciones provinciales para el bienio de 1822-1823. El 13 de marzo, los cuerpos electorales provinciales de la Nueva España eligieron a los dipu­ tados que reemplazarían a la mitad de los miembros de la diputación provincial. México eligió a Manuel de Sotarriba (Gazeta del Gobierno de México, 15 de marzo de 1821); Oaxaca, a José Mariano Fernández Arteaga (ibid., 3 de abril de 1821); Guadalajara, a Esteban Huerta, Juan Cayetano Portugal y Manuel García Quevedo (ibid., XII, p. 291); Zacatecas, a Mariano Iriarte, José Celedonio de Murguía y Juan María Vélez (ibid., p. 546); San Luis Potosí, a Carlos Flores, José Ildefonso Díaz de León y Manuel Francisco de Arbide (ibid., pp. 313-314); Sonora y Sinaloa, a Juan Gándara y José Subieta (ibid., p. 522), y las Provincias Internas de Oriente, a Bernardino Cantú, José Melchor Sánchez Navarro, José Antonio Gutiérrez de Lara y José Vivero (Aviso al Público, Monterrey, 13 de marzo de 1821, suscrito por Juan Francisco Gutiérrez elector-secretario; hay un ejemplar de este volante en los archivos de la Universidad de Texas). 9 10 128 Gazeta Imperial Extraordinaria de México, 27 de noviembre de 1821, 1, p. 228. Benson, “The Contested Mexican Election of 1812”, The Hispanic American Historical Review, xxvi, p. 337. 13 Diario de México, 1 de diciembre de 1812. 11 12 129 Nettie Lee Benson IV. Desarrollo de las diputaciones provinciales de la Nueva España y, por ende, siguió eligiendo su diputado a ese cuerpo. Cuando, el 30 de abril de 1821, las Cortes concedieron a cada intendencia del Nuevo Mundo el derecho de establecer una diputación provincial, Tlaxcala, basándose principalmente en el hecho de que había venido siendo considerada como provincia al efecto de elegir delegados a las Cortes y a la Diputación Provincial de la Nue­ va España, pidió enseguida la autorización necesaria para crear también una diputación propia.14 Las Cortes, hasta donde se sabe, jamás accedieron a tal petición. Es probable que Iturbide concediese a Tlaxcala una diputación provincial en la misma forma que lo hizo con Puebla. Cualquiera que hubiere sido la razón, no obstante, el derecho de Tlaxcala a una diputación provincial no fue puesto en tela de juicio, de tal suerte que la citada provincia tuvo su propio cuerpo al mismo tiempo que las demás intendencias de México. Este hecho elevó a quince el número total de diputaciones provinciales. Otra provincia estaba tan firmemente convencida de su derecho a poseer una diputación provincial que decidió elegir a sus diputados sin siquiera solicitar autorización para ello. Nuevo Santander, una de las Provincias Internas de Oriente, eligió a siete diputados a la Diputación Provincial de Nuevo Santander en marzo de 1822, al día siguiente de la elección de su diputado al Congreso nacional, y así lo comunicó oficialmente al gobierno central, al mismo tiempo que informaba sobre la elección de su diputado al Congreso.15 Yendo aun más lejos, la citada provincia dio posesión de sus cargos a los diputados electos y elevó una petición al Congreso para que éste legalizara lo que había hecho.16 La solicitud de Nuevo Santander, que llegó al Congreso el 22 de marzo de 1822, fue tratada con especial lentitud; no obstante, el 21 de junio se aprobó el proyecto de ley y José María Gutiérrez de Lara, diputado de la provincia, informó el 26 de agosto que la decimosexta Diario de las Cortes, 1821, ii, 1358. El Sol, 2 de marzo de 1822; Noticioso General, 6 de marzo de 1822. 16 México, Congreso, Actas del Congreso constituyente mexicano, i, 89. 14 15 130 131 Nettie Lee Benson IV. Desarrollo de las diputaciones provinciales diputación provincial de México, es decir, la de Nuevo Santander, había quedado legalmente establecida.17 El gobierno mexicano ya había recibido otra petición para establecer una diputación provincial aun antes de las elecciones de enero de 1822. Querétaro, al igual que Tlaxcala, fue creada como provincia de la Nueva España por medio de la ley del 27 de noviembre de 1809 de la junta preparatoria electoral. Comprendía el corregimiento de Querétaro y las alcaldías de Cadereyta y Zacanela y había sido desmembrada de la intendencia de México. Esa provincia, pues, fue creada de tal modo que pudiera tener el derecho a elegir diputados a Cortes y a la Diputación Provincial de la Nueva España18 y en todas las subsiguientes elecciones anteriores a 1822 continuó siendo designada como provincia; sin embargo, el hecho de que la Soberana Junta Provisional de Gobierno omitiera mencionar a Querétaro al expedir el decreto para que se llevaran a cabo las elecciones de noviembre de 1821 la privó de ese rango.19 Sus protestas y peticiones sobre su derecho a tener una diputación provincial fueron desatendidas por la junta20 la cual decidió dejar el caso para que éste fuera zanjado por las futuras Cortes o Congreso; hasta entonces, su situación legal quedó determinada por el decreto de la regencia del 18 de noviembre de 1821.21 Poco después de que el Congreso iniciara sus sesiones, Querétaro renovó sus demandas de una diputación provincial por me- dio de una petición que envió a la comisión constitucional, donde fue leída el 12 de marzo de 1822.22 En ella permaneció hasta el 7 de junio, fecha en que el asunto fue puesto de nuevo sobre el tapete debido a que Iturbide ordenó al mariscal de campo Luis Quintanar que fuera a prestar sus servicios a Guadalajara. Dado que Quintanar era el representante de Querétaro ante la Diputación Provincial de México, su traslado dejó a esa provincia sin representación ante el citado cuerpo. Tras otro infructuoso intento por obtener su propia diputación provincial,23 Querétaro la demandó alegando finalmente la falta de representación ante el cuerpo de la ciudad de México; su demanda fue leída el 1 de agosto de 1822.24 Veintiún días después, la Comisión de Gobernación del Congreso recomendó que Querétaro debería tener su propia diputación provincial y que los correspondientes diputados deberían ser elegidos inmediatamente por los mismos electores que habían nombrado a sus representantes ante el Congreso reunido entonces en sesión; el proyecto de ley fue aprobado en esos términos.25 No se ha podido averiguar cuándo fue establecida la Diputación Provincial de Querétaro ni quiénes fueron sus miembros, pero no hay duda de que debió de ser muy poco tiempo después. Para noviembre de 1822, por lo tanto, 17 diputaciones provinciales habían sido ya autorizadas en México y 18 estaban establecidas. La única aún no autorizada era la de Nuevo México, cuyos miembros fueron elegidos a principios de 1822 y llevaron a cabo su primera sesión en Santa Fe el 25 de abril de dicho año. Sus diputados propietarios fueron Francisco X. Chaves, Pedro Ignacio Gallegos, Juan Bautista Vigil, Juan Estevan Pino, Agapito Alba y Manuel Rubí, y sus suplentes, Juan Rafael Ortiz y el capitán Bartolomé Baca.26 El asunto fue discutido los días 15 y 22 de abril y 20 de junio de 1822; ibid., i, 37 y 77, ii, 83 y 89, iii, 106. 18 Diario de México, 1 de diciembre de 1812. 19 Artículo 11 del decreto electoral del 18 de noviembre de 1821, Gazeta Imperial Extraordinaria de México, 27 de noviembre de 1821; Noticioso General, 28 de noviembre de 1821. 20 México, Junta Provisional Gubernativa, 1821-1822, Diario de las sesiones de la Soberana Junta Provisional Gubernativa..., 20 de diciembre de 1821, p. 168; 19 de enero de 1822, p. 241. 21 México, Colección de los decretos y órdenes que ha expedido la Soberana Junta Provisional Gubernativa del Imperio Mexicano, desde su instalación en 28 de septiembre de 1821, hasta 24 de febrero de 1822, p. 183. 17 132 México, Congreso, Actas del Congreso constituyente mexicano, i, p. 64. Ibid., ii, p. 69. 24 Ibid., ii, p. 357. 25 Ibid., iii, p. 69. 26 Benjamin M. Read, Illustrated History of New Mexico, p. 366; Ralph Emerson Twitchell, The Leading Facts of Mexican History, i, p. 10. 22 23 133 Nettie Lee Benson IV. Desarrollo de las diputaciones provinciales Según los informes de que disponemos, al igual que Nuevo Santander, Nuevo México procedió a establecer sin más su diputación provincial en 1822, en la creencia de que, puesto que era provincia, tenía el derecho de hacerlo así. Una petición del ayuntamiento de Santa Fe encaminada a obtener autorización para el establecimiento legal de ese cuerpo fue leída en el Congreso el 21 de marzo de 1822 y enviada en seguida a una comisión,27 pero no existen pruebas de que la petición haya sido aprobada. Más aún, cuando se menciona a Nuevo México en las Actas del Congreso constituyente mexicano, se hace siempre refiriéndose a él como parte integrante, junto con Durango y Chihuahua, de la Diputación Provincial de Nueva Vizcaya; sin embargo, la Diputación Provincial de Nuevo México fue establecida y funcionó normalmente durante 1822,28 al parecer sin ser reconocida, pero tampoco molestada, por el gobierno nacional. Las felicitaciones de la Diputación Provincial de Nuevo México al Congreso con motivo del establecimiento de éste fueron recibidas y leídas el 4 de junio; el 2 de julio, el Congreso escuchó la petición presentada por esa diputación con respecto a la libertad de comercio entre Nuevo México y los Estados Unidos y la remitió a estudio de la Comisión de Comercio y Finanzas.29 Antes de terminar el año de 1822, el Congreso recibió peticiones para el establecimiento de diputaciones provinciales en las provincias de Tabasco, Sinaloa, Sonora, Durango, Chihuahua, Nuevo México, Nuevo León, Coahuila y Texas. Tabasco había permanecido durante muchos años bajo la jurisdicción de Yucatán y por lo tanto no había contado con una representación propia en el Congreso. El 22 de agosto de 1822, Manuel Crescencio Rejón, diputado yucateco, presentó una propuesta que comprendía la creación de la provincia de Tabasco, el nombramiento de un jefe político y el establecimiento de una diputación provincial en San José Bautista de Villahermosa.30 Su propuesta fue leída por segunda vez el 9 de septiembre y pasada a la Comi­ sión de Gobernación; sin embargo, no aparece nueva mención del asunto en las subsiguientes Actas del Congreso constituyente mexicano, antes de que éste fuera disuelto por Iturbide a finales de 1822. Ahora bien, aun cuando Rejón, hablando ante el Congreso constituyente mexicano restaurado un año después, afirmó que la Junta Nacional Instituyente había dictado el decreto mediante el cual se creaba la provincia de Tabasco31 y a pesar de que la diputación provincial de esa provincia estaba funcionando por los últimos días de abril de 1823 y sus miembros eran José Antonio Rincón, jefe político, Antonio Serra, Lorenzo Ortega, José Puich, Nicanor Hernández Bayona, Pedro López, José María Cabral e Ignacio Prado, diputados propietarios, y Juan Esteban Campos, secretario,32 no se ha podido encontrar información concerniente a la fecha de tal decreto ni a la elección de los miembros de la diputación. Sinaloa, Sonora, Durango, Chihuahua y Nuevo México eran las cinco provincias que estuvieron bajo la jurisdicción de la Dipu­ tación Provincial de las Provincias Internas de Occidente, con capital en Durango, hasta 1821, fecha en que Sinaloa y Sonora obtuvieron una diputación provincial, con capital en Arispe, y Durango, Chihuahua y Nuevo México, otra más (la de Nueva Vizcaya), con su capital en Durango. En 1822, después de que Nuevo México había ya establecido la suya sin ninguna autorización, comenzó cierta agitación en favor del establecimiento de diputaciones provinciales en cada una de las demás provincias citadas. Juan Miguel Riesgo, Salvador Porras, Francisco Velasco y Manuel José de Zuloaga, todos ellos diputados al primer Congreso constituyente mexicano, redactaron una comunicación informal de 62 páginas en la que describían las condiciones existentes en las Provincias Internas de 27 México, Congreso, Actas del Congreso constituyente mexicano, i, p. 94. Véanse los datos de la diputación provincial en la oficina del Surveyor General de Santa Fe, Nuevo México. 29 México, Congreso, Actas del Congreso constituyente mexicano, i, p. 94. 30 28 31 134 Ibid., iii, p. 72. Manuel Crecencio Rejón, Discursos parlamentarios (1822 a 1847), pp. 72-73. 32 Gaceta del Gobierno Supremo de México, 3 de junio de 1823; Manuel Mestre Ghiz­ liazza, Documentos y datos sobre la historia de Tabasco, i, pp. 124 y 134-135. 135 Nettie Lee Benson IV. Desarrollo de las diputaciones provinciales Occidente y sugerían algunos cambios. Insistían particularmente en la necesidad de dividir el gobierno de cada provincia de la región citada y de establecer diputaciones provinciales e intendencias en cada una de ellas. El voluminoso documento impreso, firmado por los antedichos diputados el 22 de julio de 182233 y puesto en circulación ese mismo año, parece haber sido redactado como una comunicación informal al Congreso, que se hallaba reunido en ese momento; sin embargo, las actas del Congreso no contienen mención alguna sobre él. Las primeras pruebas de los esfuerzos tendentes al establecimiento de más diputaciones provinciales en las Provincias Internas de Occidente aparecen durante los debates que se llevaron a cabo en la Junta Nacional Instituyente el 22 de febrero de 1823, cuando Carlos Espinosa de los Monteros, diputado por la provincia de Sonora y Sinaloa, afirmó que no todas las provincias gozaban de diputaciones provinciales y Salvador Porras dijo que la separación de Chihuahua y Durango se encontraba pendiente.34 Una semana más tarde, Espinosa de los Monteros publicó e hizo circular un documento de 44 páginas en el que describía detalladamente las condiciones que imperaban en Sonora y Sinaloa y, entre las propuestas tendentes a su remedio, decía que era urgente la separación de las dos provincias y el inmediato establecimiento en ellas de sendas diputaciones provinciales.35 En otra representación referente a esas provincias, presentada el 5 de mayo de 1823 al Congreso constituyente mexicano ya restaurado,36 Manuel Terán de Escalante, Simón Elías González, Juan Miguel Riesgo, Manuel Ximénez de Bailo y Antonio de Iriarte se oponían a algunas de las propuestas de la exposición del 1 de julio de 1822 y pedían la creación de una sola diputación provincial dotada de poderes más amplios.37 Esta propuesta fue trasladada a una comisión especial encargada de los asuntos de las provincias internas38 la cual rindió su informe rápidamente, pues, cuando por fin comenzó la discusión, unas seis semanas después, Lorenzo de Zavala afirmó que ese informe había sido escrito bastante antes que el proyecto de ley electoral.39 Al parecer, la urgente atención que requerían algunos otros asuntos demoró la entrega del informe para su discusión. Entre los más urgentes de tales asuntos se encontraba el concerniente a la ley electoral con arreglo a la cual se habría de convocar a un nuevo Congreso constituyente. El Plan de Casa Mata establecía que debía convocarse a un nuevo Congreso,40 pero, después de que Iturbide hubiera convocado otra vez a los miembros del primer Congreso constituyente, éstos se habían mostrado renuentes a redactar la nueva convocatoria a elecciones y sólo la presión de las provincias hizo que el 21 de mayo de 1823 acordaran hacer dicha convocatoria.41 Una comisión especial dio inmediatamente comienzo a la tarea de preparar la nueva ley electoral. Apenas había empezado la discusión sobre la ley propuesta, cuando se presentó el asunto de las nuevas diputaciones provinciales. Francisco Velasco demandó la separación de Chihuahua y Durango y fue secundado en su intento por Florentino Martínez.42 Juan Miguel Riesgo et al., Memoria sobre las proporciones naturales de las provincias internas occidentales, causas de que han provenido sus atrasos, providencias tomadas con el fin de lograr su remedio y los que por ahora se consideran oportunos para mejorar su estadio, y ir proporcionando su futura felicidad. 34 Diario de la junta nacional instituyente..., i, p. 426. 35 Carlos Espinosa de los Monteros, Esposición que sobre las provincias de Sonora y Sinaloa escribió su diputado, 29 de febrero de 1823, pp. 16-36. 36 Actas del Congreso constituyente mexicano, iv, p. 417. Este t. de las Actas se intitula Diario de las sesiones del Congreso constituyente mexicano. Manuel Terán de Escalante et al., Esposición hecha al soberano Congreso constituyente mexicano sobre las provincias de Sonora y Sinaloa, por el Señor Coronel D. Manuel Terán y la mayoría de los representantes de dichas provincias que la suscribe. 38 Actas del Congreso constituyente mexicano, iv, p. 417. 39 La Águila Mexicana, 2 de junio de 1823; El Sol, 23 de junio de 1823. 40 Nettie Lee Benson, “The Plan of Casa Mata”, The Hispanic American Historical Review, xxv, pp. 49-50. El plan y sus consecuencias serán expuestos en los capítulos siguientes. 41 Ibid.; La Águila Mexicana, 23 de mayo de 1823; Juan A. Mateos, Historia parlamentaria de los congresos mexicanos de 1821 a 1857, ii, p. 374. 42 Actas de la sesión del 12 de junio de 1823, en La Águila Mexicana, 13 de junio de 1823, y El Sol, 16 de junio de 1823. 136 137 33 37 Nettie Lee Benson IV. Desarrollo de las diputaciones provinciales Espinosa de los Monteros solicitó una adición al artículo 10,43 con arreglo a la cual Durango debería ser dividido en dos partes para efectos electorales. La primera de esas partes abarcaría el territorio comprendido entre el Paso del Norte y el Río Florido, con su capital en Chihuahua, y la segunda quedaría constituida por el resto del territorio original, con la ciudad de Durango como su capital.44 En el curso de la discusión sobre la ley electoral, Espinosa de los Monteros y los demás diputados de las Provincias Internas de Occidente insistieron en la separación de tales provincias. El 15 de junio, cuando el Congreso llegó a los artículos 84 y 85 del capítulo vii, referentes a la elección de miembros de las diputaciones provinciales, Espinosa preguntó inmediatamente qué camino deberían seguir las provincias que no contaban con tales cuerpos y demandó con firmeza que se adoptara una resolución que viniera a definir de una vez por todas la situación legal de esas provincias. Los dos artículos citados pasaron nuevamente a estudio de las comisiones y la discusión sobre la ley continuó. Cuando se llegó al artículo 88, en el cual se establecía que las diputaciones provinciales deberían asumir las funciones de juntas electorales preparatorias, Espinosa aprovechó la oportunidad para insistir en que el artículo en cuestión confirmaba la necesidad del establecimiento de diputaciones provinciales en todas las provincias que aún careciesen de tales cuerpos; así, en la lectura de cada uno de los artículos subsiguientes, encontró oportunidad para ofrecerlos como prueba para sus argumentos. Finalmente, como reforma al artículo 92, propuso que, en las provincias que en él se citaban separadamente,45 se creasen diputaciones provinciales separadas, las cuales funcionarían de acuerdo con las disposiciones de la Constitución española de 1812 hasta que el futuro Congreso determinase cómo habría de resolverse el asunto.46 La iniciativa fue turnada a la comisión electoral. La recomendación de la comisión, en el sentido de que se llevase a cabo la propuesta división de las provincias de Nueva Vizcaya en dos partes —la primera que comprendiese el territorio entre el Paso del Norte y el Río Florido, con capital en Chihuahua, y la segunda formada por el resto del territorio, con capital en Durango— y, por lo tanto, que ambas eligiesen sus respectivos diputados de acuerdo con el artículo 8 de la ley electoral,47 fue aprobada por el Congreso y se convirtió en el articulo 86 de la ley electoral el 17 de junio de 1823.48 Aunque el Congreso había aprobado primeramente las recomendaciones de la comisión en el sentido de que la separación de Chihuahua y Durango y la de Sinaloa y Sonora y, por lo tanto, la concesión de diputaciones provinciales para cada una de ellas fuese pospuesta y que la reforma al artículo 92 —en el cual se pedía una diputación provincial para cada una de las provincias nombradas en el 10—, se trasladara a la Comisión de Gobernación,49 después de una larga discusión que duró desde el 18 de junio hasta el 12 de julio, finalmente el Congreso autorizó a cada una de ellas la creación de su propia diputación provincial.50 El establecimiento de la El artículo 10 designaba las siguientes provincias mexicanas: México, Querétaro, Guadalajara, Puebla, Veracruz, Yucatán, Tabasco, Oaxaca, Guanajuato, Nuevo León, Nuevo Santander, Coahuila, Michoacán, San Luis Potosí, Zacatecas, Texas, Durango, Sonora, Sinaloa, Nuevo México, Antigua California y Nueva California; Mateos, Historia parlamentaria..., ii, p. 396. 44 La Águila Mexicana, 13 de junio de 1823; El Sol, 16 de junio de 1823. 45 Se refería a las provincias especificadas en el artículo 10; véase supra, nota 91. El Sol, 21 de junio de 1823; La Águila Mexicana, 18 de junio de 1823. La Águila Mexicana, 20 de junio de 1823; El Sol, 23 de junio de 1823; Mateos, op. cit., ii, p. 411. 48 Ibid., ii, p. 411; México, Colección de órdenes y decretos de la soberana junta provisional gubernativa y soberanos congresos generales de la nación mexicana, 2a. ed., ii, p. 184. 49 Mateos, op. cit., ii, p. 411; La Águila Mexicana, 20 de junio de 1823; El Sol, 23 de junio de 1823. 50 Artículo 1. Las provincias de Sonora y Sinaloa, divididas en la forma en que lo han sido por derecho por el antiguo gobierno y las bases constitucionales presentadas al Congreso, serán gobernadas por dos diputaciones provinciales, cada una de ellas compuesta por el número de miembros previstos en la Constitución española y elegidos de acuerdo con las leyes vigentes. Sesión del Congreso del 18 de junio de 1823, El Sol, 23 de junio de 1823; La Águila Mexicana, 21 de junio de 1823; y Mateos, op. cit., ii, p. 413. 138 139 43 46 47 Nettie Lee Benson IV. Desarrollo de las diputaciones provinciales capital de Sinaloa en Culiacán y de la de Sonora en Ures, aunque se preveía que ambas podrían ser cambiadas de lugar, fue aprobado el 18 de junio, al igual que el artículo 10, en el cual se establecía que Nuevo México tuviera una diputación provincial dotada de los mismos poderes que la de Sonora.51 Después, el 14 de julio, el Congreso aprobó el establecimiento de una diputación provincial en cada una de las capitales de las provincias de Durango y Chihuahua.52 Durango eligió a Gaspar Pereira, Diego García Celis, Estevan del Campo, Juan Mansonera, Vicente Elizalde, José Ignacio Iturrivarría y Juan José Escovar como diputados propietarios y a Miguel Molina, Miguel Alcalde y Santiago Sada y Ortiz, como suplentes. Nuevo México eligió a Antonio Ortiz, Pedro García, Bartolomé Baca, Mariano de la Peña, Jesús Francisco Ortiz, Pedro Jesús Perea y Jesús García de la Mora como diputados propietarios y a Jesús Antonio Chaves, Pedro Bautista Pino, Matías Ortiz, Juan Estevan Terrazas, Juan Bautista Pino y Juan Rafael Ortiz, como suplentes. No se ha podido determinar cuáles eran los nombres de los diputados a la Diputación Provincial de Sonora, pero de que fueron elegidos y de que se les dio posesión de su cargo da testimonio la correspondencia de ese cuerpo con el Congreso. Chihuahua, cuya diputación provincial inició sus funciones el 4 de octubre de 1823, eligió a José Ignacio Urquidi, José Ignacio Ochoa, Mariano Horcasitas, Mariano del Prado, Estevan Aguirre, Francisco Loya y José María Echevarría como diputados propietarios y a José María Irigoyen, Joaquín José Escárcega y José Miguel Salas Valdez, como suplentes. Tampoco ha sido posible determinar los nombres de los diputados de la provincia de Sinaloa, pero fueron elegidos y se les dio posesión de sus cargos en Culiacán el 8 de octubre.53 Sesión del Congreso del 11 de julio de 1823, El Sol, 12 de julio de 1823; y La Águila Mexicana, 13 de julio de 1823. 52 El Sol, 15 de junio de 1823; La Águila Mexicana, 15 y 16 de junio de 1823; Mateos, op. cit., ii, p. 443. 53 Gazeta del Gobierno Supremo de México, 30 de septiembre de 1823, ii, p. 213; ibid., ii, p. 213; Francisco R. Almada, Resumen de historia. Estado de Chihuahua, México, 1955, pp. 172-173; Twitchell, op. cit., ii, p. 10. En el seno de las Provincias Internas de Oriente se daba entonces una gran oposición que debía ser superada. Cuando las diputaciones provinciales se establecieron por primera vez conforme a la Constitución de 1812, habían obtenido uno de tales cuerpos, cuya capital se hallaba en Monterrey. La primera provincia en separarse fue Nuevo Santander, que estableció su propia diputación provincial a principios de 1822. Esa separación fue causa de grandes problemas para las provincias restantes: Nuevo León, Coahuila y Texas. Desde hacía mucho tiempo, existía una gran competencia entre Monterrey, la capital de Nuevo León, y Saltillo, la principal ciudad de Coahuila, porque cada una de esas ciudades quería convertirse en el centro de actividades de todo el grupo. Después de obtener Monterrey la sede del obispado de Linares, Saltillo no cesó en sus esfuerzos tendentes a lograr que la sede episcopal se estableciera en ella. Ramos Arizpe no sólo pidió formalmente a las Cortes que la sede del obispado de Linares fuese trasladada a Saltillo sino que presentó e hizo aprobar una ley en la cual se disponía el establecimiento de una intendencia de las Provincias Internas de Oriente con capital en esa última ciudad; sin embargo, esa ley jamás fue puesta en práctica. Ya desde la época de legalización de las diputaciones provinciales, Ramos Arizpe había insistido en que el cuerpo radicara en Saltillo —y, en realidad, debió estar allí, puesto que la ciudad había sido designada como capital de la intendencia—, pero, cuando se estableció la Diputación Provincial de las Provincias Internas de Oriente, la capital se fijó en Monterrey y, aun después de que Ramos Arizpe convenciera a las Cortes de trasladarla a Saltillo, la diputación continuó asentada en Monterrey. Además, la Diputación Provincial de las Provincias Internas de Oriente debía contender con Joaquín Arredondo, el comandante general a cargo de las cuatro provincias. Arredondo se sentía agraviado por tener que tratar con la nueva institución y ello hizo que nunca presidiera ninguna de sus reuniones ni alentara ninguna de sus actividades durante la breve existencia de ese cuerpo en 1814; sin embargo, permitió su restablecimiento en 1820, después 140 141 51 Nettie Lee Benson IV. Desarrollo de las diputaciones provinciales de haber sido proclamada de nuevo la Constitución de 1812. Los miembros elegidos a la diputación provincial en noviembre de 1820 deberían servir durante el periodo 1820-1821. Una vez que hubieron servido durante el tiempo para el cual se les designó, los diputados informaron al entonces jefe político, Gaspar López —quien en agosto de 1821 había sido nombrado también provisionalmente como comandante general en reemplazo de Arredondo y, muy a disgusto de los regiomontanos, había establecido sus oficinas generales en Saltillo—54 que, puesto que su término había expirado, le entregaban los archivos de la diputación.55 Siete miembros de la diputación provincial, uno por Texas y dos por cada una de las demás provincias, fueron elegidos el 22 de enero de 1822 para el bienio 1822-1823; sin embargo, ya antes de esa fecha empezaron a llegar a la Soberana Junta Provisional Gubernativa algunas peticiones en las que se demandaban cambios de importancia. En su sesión del 10 de enero, la junta remitió a la consideración del ministro de asuntos interiores y exteriores la petición de que se cambiara la residencia de la diputación provincial a Saltillo.56 Gaspar López recomendó a su vez, por medio de una comunicación que fue leída el 29 de enero, no sólo que la diputación provincial en cuestión no fuese establecida en Saltillo sino que se la descartara por completo.57 La petición del ayuntamiento de Saltillo, en el sentido de que la diputación se estableciese en esa ciudad, fue leída el 6 de febrero de 1822 y enviada a las comisiones reunidas por la Convocatoria al Congreso y de Relaciones Interiores,58 mismas que el 20 de marzo recibieron la petición de Nuevo Santander referente a la aceptación y reconocimiento legal de sus siete diputados propietarios y tres suplentes, que habían sido elegidos sin autorización el 29 de enero de 1822, para constituir su diputación provincial. Durante todo ese tiempo, Gaspar López no participó en las sesiones de la diputación provincial con sede en Monterrey ni tomó medida alguna tendente a dar posesión a los miembros elegidos en enero de 1822 y, dado que ni el Congreso ni la Junta Instituyente resolvieron nada sobre las varias proposiciones presentadas en relación con el citado cuerpo, sin duda alguna López consideró que era justificado el no instalarlo. Como José Antonio Gutiérrez de Lara, de Nuevo Santander, continuara haciendo presión para que se reconociera la ya elegida diputación de su provincia, José Bautista Arizpe, diputado al Congreso por Nuevo León, presentó una propuesta formal en la que solicitaba la creación de diputaciones provinciales en cada una de las otras tres Provincias Internas de Oriente.59 Aparentemente, el citado Arizpe cambió de opinión poco después, ya que más tarde se mostró favorable a la recomendación de la Comisión de Gobernación en el sentido de que únicamente se autorizara la diputación ya existente en Monterrey y que los dos diputados elegidos por Nuevo Santander pasaran a formar parte del mismo cuerpo y empezasen a servir sus cargos.60 Dicha recomendación fue aprobada por el Congreso el 20 de junio de 1822.61 “Ayuntamiento de Monterrey a Servando Teresa de Mier”, Monterrey, 21 de junio de 1822, en Mier Papers de la García Collection, Biblioteca de la Universidad de Texas. 55 “Gaspar López a Agustín Iturbide”, Monterrey, 29 de enero de 1822, ms. intitulado “Minutas de las comunicaciones dirigidas a la diputación de esta ciudad”, en Archivo General del Estado de Nuevo León, año de 1821, carpeta 4. 56 Diario de la Soberana Junta Provisional Gubernativa, p. 214. 57 Ibid., p 269. 58 Ibid., pp. 281 y 289. México, Congreso, Actas del Congreso constituyente mexicano, ii, 83; “Servando Teresa de Mier al ayuntamiento de Monterrey”, México, 21 de agosto de 1822, en José Servando Teresa de Mier Noriega y Guerra, Diez cartas hasta hoy inéditas de fray Servando Teresa de Mier, p. 33. 60 Nuevo Santander eligió siete diputados y tres suplentes a su diputación provincial e informó de ello al gobierno central. El Sol, 2 de marzo de 1822; Noticioso General, 6 de marzo de 1822. José Servando Teresa de Mier Noriega y Guerra (citado en adelante solamente por el nombre de Mier) dice que los dos diputados elegidos por primera vez a la Diputación Provincial de Nuevo Santander fueron los que, según el dictamen de la comisión, deberían ir a formar parte de la Diputación Provincial de Monterrey; “Mier al ayuntamiento de Monterrey”, México, 21 de agosto de 1822, en Mier, op. cit., p. 33. 61 México, Congreso, Actas del Congreso constituyente mexicano, ii, p. 83. 142 143 54 59 IV. Desarrollo de las diputaciones provinciales Fray Servando Teresa de Mier, en México através de los siglos, t. III, Ballesca y Compañía, 1887-1889. Biblioteca Ernesto de la Torre Villar, Institucto de Investigaciones Dr. José María Luis Mora. Gutiérrez de Lara, que ese día se encontraba ausente, supo posteriormente que el dictamen de la comisión acerca de la Diputación Provincial de Nuevo Santander había sido aprobado por el Congreso. Arizpe explicó entonces que las Provincias Internas de Oriente continuaban sufriendo a causa de la demora en el establecimiento de una diputación provincial en Monterrey. Añadió que él jamás se había opuesto al establecimiento de un cuerpo similar para Nuevo Santander, sino que tan sólo había objetado el desmembramiento del de Monterrey que resultaría de tal acuerdo. Por su parte, consideraba muy conveniente que se estableciese inmediatamente una sola diputación para las cuatro provincias a fin de evitar mayores demoras y que, de manera gradual, se fuesen creando diputaciones separadas en cada una de las provincias citadas. Cuando el vicepresidente del Congreso hizo notar que las dificultades a que se había referido Arizpe podían ser resueltas de modo satisfactorio, el asunto de las diputaciones provinciales para las tres restantes provincias fue remitido a estudio de la Comisión de Gobernación.62 Con todo, cuando el asunto de la continua demora en el establecimiento de la diputación de Monterrey fue mencionado nuevamente el 22 de julio, una vez más fue simplemente remitido a la consideración de la Comisión de Gobernación, tal como había sucedido en todas las demás oportunidades en que había sido mencionado ante el Congreso.63 El 21 de agosto, José San Martín propuso que el gobierno nombrara un intendente y un jefe político para Monterrey, se estableciera la diputación provincial, se reemplazara a López como comandante general y se investigaran los cargos presentados en contra de su secretario Padilla; después de una segunda lectura el 12 de septiembre, su propuesta fue enviada a la Comisión de Gobernación.64 Ibid., ii, pp. 89-90. Ibid., p. 251. 64 Ibid., iii, pp. 73-74 y 306. 62 63 145 Nettie Lee Benson IV. Desarrollo de las diputaciones provinciales Por fin, el 7 de octubre de 1822, las comisiones reunidas de Constitución y gobernación ordenaron que se cumplieran los decretos de 20 y 21 de junio concernientes a las diputaciones provinciales de las Provincias Internas de Oriente. Recomendaron igualmente que en la ciudad de San Carlos se estableciera una diputación provincial compuesta por los miembros elegidos por la provincia de Nuevo Santander,65 que se instalara en Monterrey otra diputación provincial, que formarían los diputados elegidos en Nuevo León, Coahuila y Texas, y que se proveyeran las vacantes causadas por el retiro de Nuevo Santander con dos de los diputados suplentes de las tres provincias.66 El respectivo decreto fue sancionado el 14 de octubre de 182267 y publicado en la Gazeta del Gobierno Imperial de México el 5 de febrero de 1823, apenas cuatro días después de la proclamación del Plan de Casa Mata. Desde agosto de 1821, Nuevo León, Coahuila y Texas no conocían otra forma de gobierno que las órdenes del comandante general Gaspar López, hasta que en febrero de 1823 llegaron a Monterrey las noticias acerca del citado plan. Bajo la dirección de Ramos Arizpe, algunos miembros del ayuntamiento, funcionarios eclesiásticos y oficiales militares y varios ciudadanos de Monterrey votaron el 6 de marzo su adhesión al plan y, a falta de diputación provincial, decidieron nombrar una Junta Provisional Gubernativa que asumiera la administración política y económica de la provincia. La junta fue nombrada en seguida; la integraron Ramos Ariz­ pe, como presidente, José León Lobo Guerrero, como vicepresidente, José Vivero, Rafael González, Julián de Arrese, José Antonio Rodríguez, Francisco Eusebio de Arizpe y José Rafael de Llano, este último como secretario, y todos tomaron posesión de sus car- gos el mismo día. La junta debería estar en funciones hasta que el Congreso reclamado en el Plan de Casa Mata se instalase y dictase las normas por las que se regiría el gobierno de esas provincias.68 Algunos ciudadanos no aprobaron enteramente el establecimiento de la junta gubernativa provisional. El ayuntamiento de Monterrey, que a menudo había estado en desacuerdo con la anterior Diputación Provincial de las Provincias Internas de Oriente, se negó a recibir órdenes del recién instalado cuerpo.69 Más aún, envió una comunicación a Mier, su diputado ante el reunido Congreso nacional, pidiéndole que la nueva junta fuese disuelta. Inmediatamente (el 2 de abril), Mier propuso que el Congreso orde­nase la pronta instalación de la Diputación Provincial de Monterrey, integrada por los miembros que habían sido elegidos en enero de 1822, de acuerdo con lo previsto por el decreto del 14 de octubre de 1822.70 Mientras este asunto descansaba en manos de la Comisión de Gobernación,71 la junta gubernativa provisional de Monterrey, después de llevar a cabo las diligencias necesarias en los últimos días de marzo, instaló el l de abril la diputación provincial con los miembros que especificaba el decreto del 11 de octubre de 1822 y le entregó por completo la administración de las Provincias Internas de Oriente, de conformidad con el Plan de Casa Mata.72 Paradójicamente, el posterior desmembramiento de las Provincias Internas de Oriente resultó de los esfuerzos de Mier. Éste La diputación provincial se había instalado formalmente mucho tiempo antes y Gutiérrez de Lara así lo había informado al Congreso el 26 de agosto de 1822; Actas del Congreso constituyente mexicano, iii, p. 89. 66 Mateos, op. cit., i, p. 1005. 67 Ibid., i, p. 1011; Colección de órdenes y decretos de la soberana junta provisional gubernativa y soberanos congresos generales de la nación mexicana, 2a. ed., ii, pp. 85-86. Un ejemplar completo de las actas de la reunión del 6 de marzo de 1823 obra en el Archivo General del Estado de Coahuila, Saltillo, Coahuila. 69 Libro de actas del cabildo que comenzó el día 17 de octubre del año de 1822, ff. 24-25, en Archivo del Ayuntamiento de Monterrey, Nuevo León. 70 Mier, Diez cartas hasta hoy inéditas..., pp. 5-6. 71 Actas del Congreso constituyente mexicano, iv, 133. 72 Documentos de la Junta Provisional Gubernativa de Monterrey, Monterrey, 26 de marzo de 1823, firmado por Miguel Ramos Arizpe, y 29 de marzo de 1823, firmado por José León Lobo y José Antonio Rodríguez, y actas de la sesión del 10 de abril de 1823, todos con acotaciones manuscritas de Ramos Arizpe. Estos documentos se encuentran en el Archivo General del Estado de Nuevo León, Monterrey, Nuevo León. 146 147 65 68 Nettie Lee Benson IV. Desarrollo de las diputaciones provinciales había censurado a Juan Bautista Arizpe por pedir una diputación provincial para cada una de las provincias en junio de 182273 y, sin embargo, el 5 de julio de 1823 él mismo propuso la creación de una diputación provincial en cada una de las provincias con la única excepción de Texas, la cual, debido a su escasa población, se anexionaría a la de Nuevo León, con capital en Monterrey.74 Los acontecimientos que tuvieron lugar en esa región durante los meses de mayo y junio hicieron que Mier apresurara la presentación de su propuesta. Después de haber instalado la diputación provincial el 1 de abril, Ramos Arizpe continuaba dirigiendo los asuntos políticos del territorio, para gran disgusto de Mier, y en los últimos días de mayo y los primeros de junio la diputación provincial y los ayuntamientos de esas provincias no sólo se habían declarado partidarios de una república federal sino que empezaron a promover la creación de un estado federal centralizado que abarcara sus provincias. Tales hechos llenaron de alarma al gobierno central de México y a Mier; y este último propuso el 5 de julio que se llevara a cabo la separación de esas provincias a fin de salir al paso del movimiento hacia un “estado centralizado de las Provincias Internas de Oriente”.75 Como de costumbre, la propuesta fue turnada a la Comisión de Gobernación. Nueve días después, durante la discusión acerca del gobierno de las Provincias Internas de Occidente, la iniciativa de Mier fue admitida como una adición al artículo 18 de la ley electoral que se estaba discutiendo y remitida para su estudio a la Comisión de Gobernación.76 Ésta recomendó que se establecieran diputaciones en las provincias de Nuevo León, Coahuila y Texas; su recomenda“Mier al ayuntamiento de Monterrey”, 21 de agosto de 1822, en Mier, Diez cartas hasta hoy inéditas..., p. 33. 74 Sesión del 5 de julio de 1823, El Sol, 7 de julio de 1823; La Águila Mexicana, 8 de julio de 1823. 75 “Mier a Bernardino Cantú”, México, 5 de julio de 1823, en David A. Cossío, Historia de Nuevo León, v, pp. 43-44. 76 Sesión del Congreso del 14 de julio de 1823, en La Águila Mexicana, 16 de julio de 1823, y Mateos, op. cit., ii, p. 444. 73 148 149 Nettie Lee Benson IV. Desarrollo de las diputaciones provinciales ción fue aprobada por el Congreso y el decreto que debía ponerla en ejecución se expidió de inmediato. En el tomo dos de su Historia parlamentaria de los congresos mexicanos de 1821 a 1857, Juan A. Mateos dice que el informe de la comisión fue rechazado. Evidentemente, se trata de un error, pues tanto El Sol como La Águila Mexicana publicaron lo tratado en la sesión del Congreso efectuada el 18 de agosto de 1823; ambos periódicos informaron acerca de la aprobación dos días más tarde. Además, el decreto correspondiente fue promulgado ese mismo día y las diputaciones quedaron establecidas.77 Cada una de las provincias eligió a sus respectivos diputados durante las elecciones que tuvieron lugar el 8 de septiembre de 1823. Nuevo León eligió a Eusebio Gutiérrez, Andrés Sobrevilla, Juan José de la Garza, Bernardino Guimbarda, Joaquín García, Pedro de la Garza y Pedro González, como diputados propietarios, y a Francisco Mier, José María Cárdenas y Pablo Cabazos, como suplentes.78 Coahuila eligió a Rafael Eça y Múzquiz, Francisco Fuentes, Juan Vicente Campos, Félix Malo, Melchor Sánchez Navarro, Agustín de la Garza y José María Viezca, como diputados propietarios, y a Víctor Blanco, Joaquín de Arze y Mariano Varela, como suplentes.79 Texas eligió como diputados propietarios a José Antonio Saucedo, José María Zambrano, Ramón Múzquiz, Juan José Hernández, Miguel Arciega, Barón de Bastrop y Mariano Rodríguez y, como suplentes, a José Salinas, Juan Veramendi y Gaspar Flores.80 El diputado primeramente electo a cada diputación provincial fue nombrado para ejercer las funciones de jefe político de su pro- vincia. Texas instaló su diputación en Béxar el 31 de octubre de 1823, con José Antonio Saucedo como su jefe político.81 La instalación de la de Coahuila tuvo lugar el 3 de diciembre de 1823, con Rafael Eça y Múzquiz como jefe político.82 No se ha comprobado la fecha exacta de instalación de los miembros de la de Nuevo León, pero se sabe que tuvo lugar en la primera quincena del mes de noviembre de 1823.83 De esa manera, en diciembre de 1823 habían sido autorizadas e instaladas diputaciones provinciales en 23 provincias de México, que eran Chiapas, Chihuahua, Coahuila, Durango, Guadalajara (que para ese momento había cambiado su nombre a Xalisco), Guanajuato, México, Michoacán, Nuevo León, Nuevo México, Nue­vo Santander (más tarde Tamaulipas), Oaxaca, Puebla, Querétaro, San Luis Potosí, Sinaloa, Sonora, Tabasco, Texas, Tlaxcala, Veracruz, Yucatán y Zacatecas (en el apéndice B se da una lista de los dipu­ tados electos a cada una de las diputaciones provinciales). Desde su instauración como parte de las instituciones creadas por la Constitución de 1812, las diputaciones provinciales habían ido ampliando sus poderes y, ahora, incluso algunas de ellas habían ido más lejos en sus atribuciones, asumiendo plenos poderes como gobierno local autónomo. Sesión del Congreso del 18 de agosto de 1823, en El Sol, 20 de agosto de 1823, y La Águila Mexicana, 20 de agosto de 1823. Mateos, op. cit., ii, p. 478; Colección de órdenes y decretos de la soberana junta provisional gubernativa y soberanos congresos generales de la nación mexicana, 2a. ed., i, p. 159. 78 El Sol, 28 de septiembre de 1823. 79 El Sol, 28 de septiembre de 1823; La Águila Mexicana, 5 de octubre de 1823. Las actas oficiales de las elecciones, fechadas el 8 de septiembre de 1823, están en el Archivo del Municipio de la Ciudad de Saltillo, Coahuila. 80 La Águila Mexicana, 13 de noviembre de 1823. 77 150 Carlos Eduardo Castañeda, A Report on the Spanish Archives in San Antonio Texas, p. 129. 82 Libro de actas de la excma. Diputación provincial de Coahuila, año de 1823, copia fotostática, Universidad de Texas, ff. 122-123. 83 Cossío, op. cit., v, pp. 22 y 97. 81 151 V. La asunción de las diputaciones provinciales al poder Antes de que podamos examinar más en detalle la actividad de las diputaciones provinciales que ya habían sido establecidas hacia finales de 1823, es necesario contemplar el panorama que ofrecía el pensamiento político mexicano. Por la época de la independencia, existían por lo menos tres corrientes políticas distintas: 1) los partidarios de una monarquía encabezada por un príncipe europeo; 2) los partidarios de una monarquía encabezada por un americano, y 3) aquellos cuyos esfuerzos estaban específicamente dirigidos hacia el establecimiento de una república, grupo que incluía a muchos de los antiguos insurgentes. Cada uno de esos grupos trataba de influir sobre la opinión pública a través de libros, folletos y otras publicaciones sobre el arte de gobernar. Tal fue el propósito declarado del Semanario Político y Literario1 y de El Conductor Eléctrico, éste de José Joaquín Fernández de Lizardi. Entre las publicaciones de este tipo que elogiaban particularmente el sistema republicano de gobierno de Estados Unidos de América, figuraba la Abispa de Chilpantzingo, que editaba Carlos María de Bustamante, gran admirador de Jorge Washington, y El Hombre Libre, periódico que apoyaba las ideas republicanas.2 El J. Lloyd Mecham, “The Origins of Federalism in Mexico”, The Hispanic American Historical Review, xviii, p. 165. 2 Nettie Lee Benson, “Washington: Symbol of the United States in Mexico, 1800 to 1823”, en The Library Chronicle of the University of Texas, ii, pp. 175-179. 1 153 Nettie Lee Benson Se­manario Político y Literario publicó traducciones de varios documentos políticos estadunidenses, incluso la Declaración de Independencia, los Artículos de Confederación, la Constitución de los Estados Unidos y la Declaración de Derechos.3 Mier contribuyó activamente a esta clase de literatura con su Memoria Instructiva, publicada en Filadelfia en 1821 y enviada a México para su distribución.4 Una segunda edición salió a la venta en México en junio de 1822.5 Las ideas propuestas por Mier en esa obra suscitaron una gran controversia. En su edición del 15 de junio, la revista Sabatina Universal trató de defender a Iturbide y responder a los argumentos de Mier en contra de cualquier clase de monarquía en México,6 pero al hacerlo dio más publicidad a los puntos de vista defendidos por Mier. El Noticioso General contribuyó también en este sentido al comentar tanto el artículo de la Sabatina Universal sobre la oposición de Mier a las formas monárquicas de gobierno como su vehemente llamado a los líderes mexicanos para que estudiasen las ideas y prácticas políticas de los Estados Unidos.7 En la obra Ideas necesarias a todo pueblo americano independiente, que quiera ser libre, publicada en Filadelfia en 1822, Vicente Rocafuerte proponía la organización política de los Estados Unidos como modelo para las nacientes repúblicas latinoamericanas e incluía la traducción de numerosos documentos de importancia. La gran popularidad que ese escrito alcanzó en México hizo necesaria una segunda edición, esta vez impresa en Puebla en el año de 1823. En otro libro, titulado Bosquejo ligerísimo de la revolución de Mégico..., Rocafuerte examinaba los acontecimientos que condujeron a la coronación de Iturbide Semanario Político y Literario, 12 y 19 de diciembre de 1821. Servando Teresa de Mier Noriega y Guerra, Memoria instructiva enviada desde Filadelfia en agosto de 1821 a los gefes independientes del Anáhuac, llamado por los españoles Nueva España. 5 Noticioso General, 5 de junio de 1822. 6 Sabatina Universal, 15 de junio de 1822, pp. 8-14. 7 Noticioso General, 17 de junio de 1822. 3 4 154 Carlos María de Bustamante, copia de Odilón Ríos Farías, 1977, óleo sobre tela. Museo Nacional de Historia, Conaculta, inah. Nettie Lee Benson como emperador en 1822 y hacía una denuncia de su doble juego desde 1810.8 Indudablemente, esa literatura destinada a exaltar los senti­ mientos republicanos ayudó a incitar la oposición al gobierno auto­crático de Iturbide, oposición que aumentó grandemente por la supresión de los periódicos El Sol, partidario de una monarquía encabezada por un príncipe europeo, y El Hombre Libre, en el cual se defendían las ideas republicanas.9 Por ese tiempo empezaba a madurar la idea de una revolución en contra del recién coronado emperador. En Michoacán se había hecho abortar oportunamente una conspiración republicana, pero el descubrimiento de otra, fomentada por el mismo grupo en otro lugar aún más próximo a la capital, llevó al arresto los días 26 y 27 de agosto de 1822 de cincuenta diputados, incluidos Mier y Carlos María de Bustamante.10 Cuando Iturbide desatendió una petición del Congreso en pro de la liberación de los diputados, el resentimiento público creció todavía más. Como resultado de todos esos factores, en la provincia de Nuevo Santander estalló una rebelión abierta encabezada por Felipe de la Garza, jefe político de esa provincia, quien contaba con el apoyo de la diputación provincial, del ayuntamiento de Soto la Marina y de los electores provinciales. Desde ese lugar, el 26 de septiembre de 1822 le fue enviada a Iturbide una representación que firmaban De la Garza, los miembros de la diputación provincial, los electores provinciales, los sacerdotes de las respectivas parroquias, los oficiales del ejército y prominentes ciudadanos.11 Vicente Rocafuerte, Bosquejo ligerísimo de la revolución de Mégico, desde el grito de Iguala hasta la proclamación imperial de Iturbide, por un verdadero americano, Philadelphia, 1822. 9 Bancroft, op. cit., iv, p. 78. 10 Ibid., iv, pp. 781-782. 11 Como se verá, éste fue el modelo que se siguió en casi todas las capitales de provincia que se adhirieron al Plan de Casa Mata en los primeros meses de 1823. 8 156 José Antonio Echávarri, en México através de los siglos, t. III, Ballesca y Compañía, 1887-1889. Biblioteca Ernesto de la Torre Villar, Institucto de Investigaciones Dr. José María Luis Mora. Nettie Lee Benson La citada representación llegó a la ciudad de México el 6 de octubre de 1822.12 Clara y enérgica, pedía a Iturbide: 1) que pusiera inmediatamente en libertad a los diputados prisioneros; 2) que instalara el Congreso en el lugar que éste designara y en donde pudiera deliberar con la más absoluta libertad; 3) que depusiera a los miembros del ministerio de entonces y los sujetara a juicio de acuerdo con la ley; 4) que suprimiera los tribunales militares de seguridad pública en todos los lugares en donde se encontrasen establecidos; 5) que pusiera en libertad a todos los demás presos por mera sospecha tanto en la ciudad de México como en las provincias, de acuerdo con las estipulaciones de la circular emitida por el secretario de Estado el 27 de agosto; 6) que sometiera a proceso a todos aquellos de quienes se supiere que hubiesen cometido crímenes, y finalmente 7) que guardase las leyes fundamentales que habían sido adoptadas de manera provisional.13 Al ministerio,14 acusado de ejercer poderes nocivos tanto para Iturbide como para la nación, se le consideraba totalmente responsable de la violación criminal de las libertades políticas del país. A Iturbide, que fue exonerado de culpa por los acontecimientos anteriores, se le advertía, en cambio, que se le haría responder de los acontecimientos futuros. Nuevo Santander informó al emperador que no permitiría al coronel Pedro José Lanuza, nombrado por Iturbide, ni a ningún otro tomar el mando de la provincia y que no consentiría en la entrada de tropas a la misma. Cualquier intento de esta naturaleza sería repelido por la fuerza.15 Agustín de Iturbide, Manifiesto del general d. Agustín de Iturbide, libertador de México, p. 109. 13 Gaceta del Gobierno Imperial de México, ii, pp. 671-672. 14 El ministerio de aquel tiempo lo formaban José Manuel Herrera, José Domínguez Manso, Manuel de la Sota Riva y Antonio Medina. 15 Iturbide, op. cit., pp. 104-105; José María Bocanegra, Memorias para la historia de México independiente 1822 a 1846, i, pp. 151-155; Enrique Olavarría y Ferrari, México independiente 1821 a 1855, en Vicente Riva Palacio (ed.), México a través de los siglos, iv, pp. 83-84. 12 158 Guadalupe Victoria, primer presidente de la república en traje de gala. Tarjeta postal dibujada por R. Ussel, lit. en El Buen Tono, S.A., ca. 1910. Archivo General de la Nación. Nettie Lee Benson V. La asunción de las diputaciones provinciales Haciendo caso omiso de la advertencia, Iturbide despachó inmediatamente tropas destinadas a suprimir la revuelta; De la Garza, por su parte, al no encontrar apoyo en las demás provincias, tuvo que rendirse rápidamente. Hacia el 19 de octubre, todo parecía hallarse en perfecta calma en las provincias; sin embargo, la revuelta de Nuevo Santander fue un presagio del futuro. La siguiente sedición se produjo, no por motivos políticos, sino por diferencias personales entre dos de los oficiales de Iturbide. José Antonio Echávarri y Antonio López de Santa Anna, comandantes imperiales de las tropas en Veracruz, empezaron a sospechar el uno del otro. Echávarri, creyendo que su compañero de armas había tratado de entregarlo en manos del enemigo, acusó a Santa Anna de doblez en una carta que escribió a Iturbide. Éste, en un esfuerzo por remover a Santa Anna, le pidió que viniera a la ciudad de México para entrevistarse con él. Lejos de obedecerlo, Santa Anna se apresuró a trasladarse de Jalapa a Veracruz y, el 2 de diciembre de 1822, publicó una proclama en la que denunciaba como arbitraria la disolución del Congreso por Iturbide. El astuto rebelde declaró que, puesto que las provincias se habían proclamado en favor de una república cuyo gobierno fuese conferido al pueblo y no a una sola autoridad absoluta, él personalmente favorecía tal forma de gobierno y, con el apoyo de la Diputación Provincial de Veracruz, había adoptado provisionalmente todas las medidas necesarias para la seguridad de la ciudad.16 Según Santa Anna, se preparaba un levantamiento para 1823, pero las órdenes que recibió de presentarse en México lo decidieron a declararse de una vez por la libertad o la muerte.17 Su movimiento recibió casi inmediatamente el apoyó de Guadalupe Victoria, quien se había estado ocultando cerca de Veracruz, y de muchos de los republicanos que habían huido de la ciudad de México. El 6 de diciembre, a fin de formalizar el movimiento, Santa Anna expidió el Plan de Veracruz, en el cual se fijaba el programa de los rebeldes.18 El documento, mal compuesto, desmesuradamente largo y verboso, constaba de 17 artículos principales y 22 adicionales, preparados por Miguel Santa María, y en él se describía un programa político destinado a atraer partidarios. Era una confusa mezcla del Plan de Iguala, la Representación de De la Garza y la proclama de Santa Anna del 2 de diciembre. Los dos primeros de los artículos principales fueron copiados casi literalmente del Plan de Iguala; en el vigesimoprimero de los adicionales se ci­taba y ordenaba que se observaran las disposiciones adoptadas por Santa Anna con el consentimiento de la Diputación Provincial de Veracruz; del tercero al decimoséptimo de los principales, se trataba de Iturbide y el Congreso: todos los actos de éste, incluida la coronación de Iturbide y sus decretos, fueron declarados nulos y sin valor alguno por haber sido dictados en una época en que la libertad no existía. Al igual que la Representación de De la Garza, el Plan de Veracruz pedía la reinstalación de todos los miembros del antiguo Congreso en el lugar que ellos escogieran a fin de asegurar deliberaciones enteramente libres y la designación de un consejo de regencia que ejerciese el Poder Ejecutivo hasta que las condiciones permitieran expedir una constitución.19 Aunque se pensaba que también esa revuelta sería de muy corta vida, aparentemente ganó más apoyo. Vicente Guerrero y Nicolás Bravo huyeron de la ciudad de México hacia el sur, donde reunieron algunos partidarios, secundaron el Plan de Veracruz y, “Proclama de Santa Anna, Veracruz, 2 de diciembre de 1822”, en Carlos María de Bustamante, Diario histórico de México, i, pp. 17-18. 17 Antonio López de Santa Anna, Manifiesto de Antonio López de Santana a sus conciudadanos, pp. 8-9. Para comprender la confusión de este plan con el de Casa Mata, véase Nettie Lee Benson, “The Plan of Casa Mata”, The Hispanic American Historical Review, xxv, pp. 45-46. 19 Ibid., xxv, pp. 45-48; Olavarría y Ferrari, op. cit., p. 86; Emilio del Castillo Negrete, México en el siglo xix, xv, pp. 334-343; Carlos María de Bustamante, Continuación del cuadro histórico. Historia del emperador d. Agustín Iturbide, pp. 64-71 (esta última obra es considerada a veces como el t. vi de su Cuadro histórico de la revolución de la América mexicana; será citada en adelante como Bustamante, Historia del emperador d. Agustín Iturbide). 160 161 16 18 Nettie Lee Benson V. La asunción de las diputaciones provinciales el 13 de enero de 1823, distribuyeron desde Chilapa ejemplares impresos de su adhesión.20 Las tropas enviadas por Iturbide derrotaron rápidamente a los rebeldes. Santa Anna, entonces en Jalapa, se retiró precipitadamente a Veracruz; de Guerrero se creyó que había sido muerto y, por su parte, Bravo se ocultó. Para fines de enero, la revuelta había quedado reducida a la región de Veracruz, donde Guadalupe Victoria y Santa Anna eran asediados tan de cerca por Echávarri21 que Santa Anna estaba preparando su fuga a Estados Unidos. Mientras Iturbide esperaba la noticia de que la revuelta había sido dominada por completo, se presentó un acontecimiento que cambió del todo la situación. El 1 de febrero de 1823, tuvo lugar la firma del Plan de Casa Mata, en el estado de Veracruz, no por Santa Anna y Guadalupe Victoria, como se suele afirmar, si­ no por Echávarri y sus oficiales, en circunstancias que han sido largamente debatidas.22 El plan fue redactado por el coronel Gregorio Arana,23 secretario y guarda de honor de Echávarri; sin embargo, se afirma que las bases habían venido siendo elaboradas en las logias masónicas del país por hombres como Ramos Arizpe y Michelena, de quienes Echávarri y sus oficiales eran tan sólo portavoces.24 Aun cuando no existe ninguna prueba documental sobre la verdad de tal afirmación, puede creerse en su relativa exactitud porque Carlos María de Bustamante y Lorenzo de Zavala, los primeros que la hicieron, vivieron en la época y el segundo de ellos era miembro muy activo de una de las logias masónicas. El hecho de que Ramos Arizpe y Michelena dirigieran el posterior desarrollo de los acontecimientos tiende a confirmar su participación en los principios y el origen del plan. Puede probarse, sin embargo, que Santa Anna y Guadalupe Victoria no tuvieron participación en los orígenes del Plan de Casa Mata, aun cuando todos los comprometidos esperaban su apoyo. De conformidad con el artículo 8, en el cual se preveía que una delegación llevase una copia a Veracruz con la esperanza de asegurarse la aprobación del plan por parte del gobernador y las instituciones oficiales,25 Echávarri envió de inmediato a Luis Cortázar como su representante ante Santa Anna con una copia del plan y una carta en la que lo invitaba a unirse a éste para evitar los desastres que amenazaban al país.26 Al mismo tiempo, Echávarri despachó al teniente coronel Manuel María Hernández con el objeto de entregar otra copia al ayuntamiento de Veracruz, lo mismo que una carta similar a la enviada a Santa Anna; ambas fueron publicadas al día siguiente en un número extraordinario por el Diario de Veracruz.27 El 2 de febrero, Santa Anna y sus oficiales firmaron un documento dirigido a Echávarri en el que le prometían su adhesión al plan,28 de la misma manera que el ayuntamiento de Veracruz y otros cuerpos oficiales, pero con algunas modificaciones que deberían hacerse en forma de adiciones.29 En una de ellas se estipulaba que, mientras no se reuniese el Congreso, se observa- Bustamante, Diario histórico de México, p. 102. Alamán, op. cit., v, pp. 695-700. 22 Para un estudio detallado de este error, véase Nettie Lee Benson, “The Plan of Casa Mata”, op. cit., xxv, pp. 45-50. 23 Alamán, op. cit., v, p. 833; Francisco Banegas Galván, Historia de México, ii, p. 271. 24 Alamán, op. cit., v, p. 711; Lorenzo de Zavala, Ensayo histórico de las revoluciones de México, i, pp. 139 y 215; Bustamante, Historia del emperador d. Agustín Iturbide, p. 89; Banegas Galván, op. cit., ii, p. 270; William Forest Sprague, Vicente Guerrero, Mexican Liberator, p. 54. Benson, “The Plan of Casa Mata”, The Hispanic American Historical Review, xxv, p. 50. 26 “José Antonio de Echávarri a Antonio López de Santa Anna”, Cuartel de Casa Mata, 1 de febrero de 1823, en Egército de operaciones, circular impresa por Priani y Socio. 27 “Echávarri al Exmo. ayuntamiento de la ciudad de Veracruz”, Cuartel de Casa Mata, 10 de febrero de 1823, en Bustamante, Diario histórico de México, i, p. 170. En el plan impreso en el Diario de Veracruz se omitió el artículo 7 del plan original y se dividió el 11 en dos distintos. 28 “Santa Anna et al. a Echávarri”, Veracruz, 2 de febrero de 1823, en Egército de operaciones. 29 Bustamante, Diario histórico de México, p. 172. 162 163 20 21 25 Nettie Lee Benson V. La asunción de las diputaciones provinciales rían estrictamente la Constitución española de 1812 y los decretos de las Cortes.30 Al día siguiente, 3 de febrero, los cuerpos oficiales de Veracruz enviaron una delegación a Casa Mata con el fin de escoltar a Echávarri hasta la ciudad para que presidiera una asamblea conjunta de la diputación provincial y el ayuntamiento de Veracruz. El entusiasta recibimiento que se le tributó a su llegada fue algo “fuera de este mundo”.31 Tres días más tarde, el 6 de febrero, Echávarri y Guadalupe Victoria sostuvieron una conferencia en El Puente y llegaron a un acuerdo.32 Guadalupe Vic­toria pidió que, si hubiese necesidad de efectuar algunos cambios al plan original expedido en Casa Mata, debería reunirse un consejo de guerra, formado por todos los comandantes y oficiales de las fuerzas unidas, incluidos los generales Vicente Guerrero y Nicolás Bravo y sus oficiales respectivos, para considerar el asunto.33 A su regreso de la reunión, Echávarri escribió al general José María Lobato para decirle que ahora podía anunciar, con el mayor placer, que ya contaban con el apoyo de las fuerzas de Veracruz.34 El mismo día en que Echávarri envió copias del Plan de Casa Mata a Veracruz, lo difundió también entre todas las demás diputaciones provinciales de México, los ayuntamientos de las capitales de cada provincia y los jefes militares de todo el país. La rapidez con que las copias fueron entregadas y la inmediata adhesión al plan tienden a confirmar la idea de que el trabajo fundamental había sido bien preparado.35 Bravo aceptó el plan el 7 de febrero de 1823 y entró en Oaxaca sin hacer un solo disparo.36 Tanto la diputación provincial como el ayuntamiento de Oaxaca lo adoptaron en seguida y empezaron a tomar las medidas tendentes al gobierno de la provincia. Algunos rumores alarmantes sobre el Plan de Casa Mata llegaron rápidamente a Puebla y empezaron a despertar tal número de actitudes dispares entre el pueblo que el comandante general, José María Morán, marqués de Vivanco, expidió el día 8 de febrero de 1823 una proclama en la que comunicaba que Echávarri y todo su ejército estaban de acuerdo en que el Congreso debería reunirse lo más pronto posible, en que la convocatoria respectiva se haría sobre las mismas bases de las primeras elecciones a las Cortes españolas y en que las provincias tendrían el derecho de reelegir a los miembros del disuelto Congreso anterior que lo mereciesen y de reemplazar a los demás. El emperador, de quien se suponía que favorecía a la representación nacional, estaría libre de todo daño o perjuicio personal. Morán insistió en que tales eran los hechos, los cuales habían sido deformados por algunas personas en un intento por causar la desgracia del país. Insistió asimismo en que se esperara tranquilamente la respuesta de Iturbide.37 El mismo Morán, en cambio, expidió tres días después un bando dirigido a los habitantes de la provincia de Puebla en el Esta adición fue hecha al artículo 5 del Plan original de Casa Mata “Libertad de Yucatán”, Gaceta del Gobierno Supremo de México, 12 de abril de 1823, 1, pp. 184-186. No se ha logrado encontrar la copia completa del plan adoptado por el ayuntamiento de Veracruz. 31 “Echávarri a José María Lobato”, Cuartel de Casa Mata, 3 de febrero de 1823, en Bustamante, Diario histórico de México, p. 206. 32 En ese lugar, situado en la zona baja de Jalapa, había un estratégico puente que unía el camino entre la ciudad de México y la de Veracruz y ahí era donde Guadalupe Victoria se había fortificado contra las tropas enviadas por Iturbide para reprimirlos a él y a Santa Anna. 33 “Convenios que en lo reservado y con previo conocimiento del Gral. Sta. Anna hicieron en El Puente los Generales D. José Antonio Echávarri y D. Guadalupe Victoria”, ms. N-1-1-9 en la Subdirección de la Biblioteca Nacional de México, México. El ms. lleva la firma de Guadalupe Victoria y la fecha de 6 de febrero de 1823. 34 “Echávarri a Lobato”, Casa Mata, 8 de febrero de 1823, en Bustamante, Diario histórico de México, p. 206. 30 164 Alamán, op. cit., v, p. 711; Zavala, op. cit., i, pp. 139 y 215; Bustamante, Historia del emperador d. Agustín Iturbide, p. 89; Banegas Galván, op. cit., ii, p. 270. 36 Aviso al público, Oaxaca liberal, impreso suelto firmado en Puebla el 15 de febrero de 1823 por el marqués de Vivanco y publicado en el mismo lugar por Pedro de la Rosa; reimpreso en Bustamante, Diario histórico de México, pp. 204-205. Castillo Negrete, op. cit., xv, p. 348, dice que Bravo entró en Oaxaca el día 9 de febrero. 37 “Proclama del marqués de Vivanco, dando vista que las fuerzas del gral. Echávarri han proclamado el Plan de Casa Mata”, Puebla, 8 de febrero de 1823, ms. en Hernández y Dávalos Papers, Latin American Collection, Universidad de Texas, citado en adelante como Hernández y Dávalos Papers. 35 165 Nettie Lee Benson V. La asunción de las diputaciones provinciales que dejaba establecido que tanto él como la diputación provincial y el ayuntamiento de Puebla se adherían al Plan de Casa Mata.38 Daba asimismo su propia interpretación del artículo 10, en el cual se disponía que la Diputación Provincial de Veracruz manejara los asuntos administrativos, en el sentido de que, a medida que cada provincia fuese aceptando el plan, su respectiva diputación provincial recobraría la jurisdicción sobre sus asuntos administrativos. En Puebla, todas las medidas adopta­ das por el jefe político fueron sancionadas primero por la diputación provincial.39 La aceptación del Plan de Casa Mata ganaba cada vez más fuerza. Tras tres días de consultas entre las fuerzas de Luis Quinta­ nar, jefe político y capitán general, y la diputación provincial, la provincia de Nueva Galicia lo adoptó el 26 de febrero y al día siguiente expidió la proclama correspondiente.40 No se ha encontrado el acta de adhesión de la provincia de Guanajuato ni tampoco se ha logrado establecer la fecha exacta en que lo hizo. De todas maneras, tal acto debió tener lugar entre el 23 y el 26 de febrero,41 puesto que, en la fecha primeramente citada, el secretario de la Diputación Provincial de Guadalajara informó a Quintanar que Guanajuato se encontraba listo para adherirse al plan y, tres días más tarde, el jefe político informó que Guanajuato ya se había adherido.42 Querétaro supo desde muy temprano de las resoluciones de Echávarri y de la rapidez con que el país había seguido sus indicaciones, pero esperó tranquilamente a que el emperador salvara una vez más al país mediante la pronta instalación del Congreso. Cuando, el 25 de febrero, su diputación provincial tuvo noticias de la actitud tomada por la Diputación Provincial de Puebla, inmediatamente se hizo cargo del asunto y, aun cuando se propuso que otros cuerpos e individuos fuesen llamados a consulta, determinó no hacer públicas las noticias; sin embargo, los hechos llegaron a conocimiento del público y al día siguiente se llevó a cabo la reunión conjunta que había sido propuesta. Por unanimidad se acordó anunciar que la provincia había adoptado el Plan de Casa Mata y que, en consecuencia, la administración de la provincia quedaba a cargo de la diputación provincial hasta que el Congreso se reuniera. El acta oficial fue firmada el 26 de febrero por el jefe político, Juan José García, todos los miembros de la diputación provincial y un representante de la ciudad, otro del clero y otro del ejército.43 Cuatro días más tarde, a las tres de la mañana, un grupo de oficiales del ejército de Zacatecas y Querétaro proclamó su adhesión solemne al Plan de Casa Mata y pidió al comandante general y jefe político de Zacatecas, Mariano González Laris, que se colocara a la cabeza del movimiento. Como éste no aceptara, los partida­rios del plan pidieron al coronel Pedro de Iriarte que tomara el mando, pero éste, al igual que González Laris, insistió en que Zacatecas debía esperar a conocer la actitud de México o Guadalajara antes de comprometerse. José Antonio de Saldaña, quien por entonces estaba a la cabeza del movimiento, junto con una comisión nombrada para ayudarlo a coordinar y unificar la ciudad y la provincia, pidió a la diputación provincial y a todos los cuerpos oficiales de la ciudad su adhesión al plan. El 1 de marzo, la dipu­tación provincial decidió Este impreso suelto, publicado en Puebla por Pedro de la Rosa, fue reimpreso por Bustamante en su Diario histórico de México, pp. 214-215. 39 Impresos sueltos o bandos de don José Morán, Puebla, 11, 15 y 18 de febrero y 14 de marzo de 1823. 40 Luis Quintanar, Bando, Guadalajara, 27 de febrero de 1823; Manifiesto de los gefes que dieron el fausto grito de libertad en Guadalajara, pp. 2-6; Bustamante, Diario histórico de México, pp. 293-294; Luis Pérez Verdía, Historia particular del estado de Jalisco, ii, p. 203. 41 Luis Marmolejo, Efemérides guanajuatenses, o datos para formar la historia de la ciudad de Guanajuato, iii, p. 1777, da el 23 de febrero como la fecha de la adhesión pero no aporta más datos sobre ella. 42 Manifiesto de los gefes que dieron el fausto grito de libertad en Guadalajara, pp. 2-6. 38 166 Querétaro libre, folleto impreso, en Hernández y Dávalos Papers; Manifiesto que al supremo poder ejecutivo, hace de sus operaciones la diputación provincial de Querétaro por el tiempo que tuvo el gobierno administrativo de su provincia, p. 1. 43 167 Nettie Lee Benson V. La asunción de las diputaciones provinciales esperar, por lo que Saldaña y sus secuaces continuaron la campaña en favor del Plan de Casa Mata y enviaron un informe sobre su actitud a Aguascalientes, Guanajuato y varias poblaciones de Zacatecas, exhortándolas a que se unieran a ellos. Cuando el 2 de marzo se tuvo conocimiento de que la Diputación Provincial de Guadalajara y los demás cuerpos de Nueva Galicia habían aceptado el plan, la diputación fue convocada sin pérdida de tiempo. Los comunicados de Guadalajara fueron leídos a los miembros de todos los cuerpos oficiales de la ciudad y todos ellos decidieron adherirse al plan.44 Ese mismo día, la diputación provincial, el ayuntamiento y la guarnición de San Luis Potosí aceptaron el plan y destituyeron al entonces jefe político, general Juan José Zenón Fernández, cuando éste se opuso a ellos. De conformidad con el artículo 10 del Plan de Casa Mata, la diputación provincial se hizo cargo de la administración de la provincia y el 4 de marzo nombró a Ildefonso Díaz de León como jefe político.45 La Diputación Provincial de Michoacán y el ejército acantonado en Valladolid aceptaron el plan el 1 de marzo; dos días después, la diputación provincial comunicó la decisión al cabildo metropolitano de la catedral y le hizo saber que, en su calidad de autoridad suprema, había tomado a su cargo el control de la provincia.46 Carlos María de Bustamante informó el mismo día, esto es, el 3 de marzo, que una copia de la adhesión de Valladolid, firmada por los miembros de la diputación provincial, había llegado a México;47 y, el 4 de marzo, Francisco Argandar, diputado por Valladolid, leyó a la Junta Nacional Instituyente un manifiesto impreso de la Diputación Provincial de Valladolid en el que ésta proclamaba su adhesión al Plan de Casa Mata.48 El mismo 4 de marzo, la Diputación Provincial de Yucatán decidió unánimemente adoptar el Plan de Casa Mata, con la reforma hecha al artículo 5 por el ayuntamiento de Mérida, y luego se reunió con el ayuntamiento y las autoridades civiles, eclesiásticas y militares a fin de celebrar la decisión adoptada.49 Tres días más tarde, el jefe político declaró nulos todos los decretos dictados por la Junta Nacional Instituyente.50 Durango se adhirió al plan el 5 de marzo. Antonio Cordero, entonces comandante general, se hallaba demasiado enfermo para participar en los negocios públicos; por ello, el jefe político, brigadier Ignacio del Corral, trató de evitar la adhesión; pero la dipu­ tación provincial, el ayuntamiento, el clero y los demás funcio­narios públicos votaron en favor de la adopción del plan. En vista de ello, Corral renunció y la diputación nombró como jefe político de la Nueva Vizcaya al intendente Juan Navarro y, como comandante militar, al coronel Gaspar de Ochoa. Cuando al día siguiente llegaron a Durango las noticias de que Guadalajara, Guanajuato y Zacatecas habían adoptado el plan, Corral prometió su adhesión y pidió ser repuesto, pero la diputación provincial se rehusó a hacerlo.51 44 Acta general de la comisión militar nombrada por la guarnición de esta plaza, para los usos que adentro se expresan, Zacatecas, 3 de marzo de 1823. Este documento contiene una información completa de todos los acuerdos oficiales tomados por varios cuerpos oficiales de Zacatecas en los días 1 y 2 de marzo de 1823. Elías Amador, Bosquejo histórico de Zacatecas, ii, p. 277; Banegas Galván, op. cit., ii, p. 302. 45 “Acta de San Luis Potosí”, 2 de marzo de 1823, en Muro, Historia de San Luis Potosí, i, pp. 340-343; Bustamante, Diario histórico de México, pp. 294-295. 46 “La diputación provincial al presidente del cabildo de la catedral”, Valladolid, 3 de marzo de 1823, en Banegas Galván, op. cit., ii, nota a la p. 539. 47 Bustamante, Diario histórico de México, p. 280. México, Imperio, 1821 a 1823, Junta Nacional Instituyente, Diario de la junta nacional instituyente del imperio mexicano, i, p. 440, citado en adelante como Diario de la junta nacional instituyente. 49 “Libertad de Yucatán”, Gaceta del Gobierno Supremo de México, 12 de abril de 1823. El acta fue firmada por Melchor Álvarez, jefe político, Pedro Bolio, intendente, Pedro Almeida, José Joaquín Torres, Pedro José Guzmán, Basilio María Argais, Juan José Espeso, Pablo Moreno, Pedro Pablo de Paz y otros. 50 Gaceta del Gobierno Supremo de México, 15 de abril de 1823. 51 “La Diputación Provincial de Durango a José Antonio de Echávarri”, Durango, 10 de marzo de 1823, Noticioso General, 7 de abril de 1823; este documento fue firmado por Juan Navarro, jefe político e intendente, Felipe Ramos, Simón de Ochoa, José Francisco del Fierro, José Agustín Gamis, José Miguel de Escontría, 168 169 48 Nettie Lee Benson V. La asunción de las diputaciones provinciales En las Provincias Internas de Oriente, donde la diputación provincial aún no había sido instalada por López, su comandante general y jefe político, Ramos Arizpe encabezó el movimiento en favor del Plan de Casa Mata y se hizo cargo personalmente de todos los asuntos. Había permanecido en la región desde agosto de 1822, pero se sabe muy poco sobre sus actividades durante esos meses, salvo por el periodo en que estuvo implicado en la revuelta de De la Garza.52 La generalidad de los historiadores concuerda, no obstante, en que estuvo muy ocupado en la preparación de un levantamiento en esas provincias, y los acontecimientos de marzo de 1823 tienden a dar apoyo a tal aserción.53 El 6 de marzo, Ramos Arizpe se encontraba en Monterrey presidiendo una reunión del ayuntamiento de la ciudad, el cabildo eclesiástico, el gobernador provisional de la provincia, funciona­ rios públicos y prominentes ciudadanos, los cuales acordaron adop­tar el Plan de Casa Mata con dos artículos adicionales.54 A falta de una diputación provincial, se resolvió establecer una junta gubernativa provisional compuesta por siete miembros, para que gobernara hasta la instalación del Congreso demandado por el mismo plan. Los miembros de la junta fueron elegidos en seguida, juraron sus cargos inmediatamente y empezaron a tomar medidas tendentes a la unificación de las cuatro provincias en apoyo del plan.55 La junta despachó a todas las poblaciones de la región copias de la decisión adoptada en Monterrey y les pidió que pro- Miguel Pérez Gavilán y Miguel de Zubiria, el secretario. Bustamante escribió el 19 de marzo que la noticia de la adhesión de Durango al Plan de Casa Mata había llegado a la ciudad de México el día 18; Bustamante, Diario histórico de México, 19 de marzo de 1823, p. 319. 52 En ese entonces, Ramos Arizpe tenía el puesto de deán de la catedral de Puebla y lo había perturbado mucho el que Iturbide se hubiese proclamado emperador. Aproximadamente en la misma época, él y Joaquín Leño, de Jalapa, empezaron a consultarse acerca de en cuáles provincias sería más fácil encender el fuego de la libertad. Cuando Iturbide le ofreció la Cruz de Honor de Guadalupe, se negó a recibirla, y en agosto de 1822 salió de Puebla hacia Saltillo, donde dedicó sus esfuerzos a la tarea de devolver a la nación los poderes usurpados por Iturbide. Se dice que él fue el autor intelectual de la revuelta de De la Garza (La verdad destruye a la calumnia, pp. 1-5). A pesar del fracaso de dicha revuelta, Ramos Arizpe siguió buscando la oportunidad de derrocar el régimen del usurpador; el 16 de noviembre de 1882, desde San Nicolás de la Capellanía, Coahuila, lugar donde había nacido, escribió al cabildo eclesiástico de la catedral de Puebla para pedir que se le concediera un permiso para ausentarse cuatro meses debido a una dolencia (Libro de actas del cabildo eclesiástico de Puebla, años 1821-1824, en Archivos de la Catedral de Puebla); en ese mismo mes, según José Antonio Mejía, capitán de caballería y ayudante de campo del general Nicolás Bravo, había convenido con el teniente Castillón que éste lo mantuviera informado acerca de las condiciones en la ciudad y las provincias de los alrededores para restablecer la libertad en el país y deshacerse del déspota. Mejía también se convirtió en otro de los informantes de Ramos Arizpe y, a través de Castillón, le envió el Plan de Veracruz proclamado por Guadalupe Victoria y Santa Anna y la versión del plan proclamada en Chilapa por Nicolás Bravo y Vicente Guerrero, así como un sinnúmero de otros papeles y proclamas (“José Antonio Mejía a Manuel Rosales”, Tulancingo, 16 de abril de 1823; una copia manuscrita de esta carta, hecha en Monterrey por Manuel Rosales el 12 de mayo de 1824, se encuentra en los Bexar Archives, Universidad de Texas). 170 La verdad destruye a la calumnia, p. 3. Alamán, op. cit., v, p. 462, dice que Ramos Arizpe, montado en una mula con un trabuco en una de las alforjas, iba de un lado a otro, arengando a la gente con palabras y ademanes de lo más violentos. 54 1) Sean cuales fueren las bases para convocar al Congreso, todos las juntas electorales deben tener la libertad de instruir a sus electores y diputados como lo crean conveniente, sin más limitaciones que las de apoyar y defender la independencia absoluta del país, la religión católica apostólica romana, con exclusión de todas las demás, la unión del país y la libertad de la representación nacional; 2) dentro de los ocho días siguientes a su instalación, el Congreso deberá revisar cabalmente el plan de convocatoria conforme al cual fue convocado y reorganizar la representación nacional con arreglo a los incontrovertibles principios del derecho natural y público (Acta del juramento solemne de adhesión al Plan de Casa Mata, bajo la fórmula que en ella se contiene con las modificaciones que van a su fin por la Villa del Saltillo, Saltillo, 1823, f. 3). 55 La junta estuvo integrada por Ramos Arizpe, presidente, José León Lobo Guerrero, vicepresidente, José Vivero, Rafael González, Julián de Arrese, José Antonio Rodríguez y Francisco Eusebio de Arizpe, y actuó como secretario José Rafael de Llano. El ms. original está en el Archivo General del Estado de Coahuila, Saltillo, Coahuila. Otro ejemplar, con el título “Junta Gubernativa de provincia al ayuntamiento de Saltillo”, Monterrey, 7 de marzo de 1823, está en el Archivo General del Estado de Nuevo León, Monterrey, Nuevo León. 53 171 Nettie Lee Benson V. La asunción de las diputaciones provinciales clamaran su aceptación al plan, lo cual hizo inmediatamente la mayoría de ellas.56 En Saltillo, mientras tanto, surgió un serio problema, debido a que López, fervoroso defensor de Iturbide, tenía allí sus cuarteles generales. Al día siguiente de la adhesión de Monterrey, empezaron a llegar a Saltillo diversos rumores al respecto. López convocó la consabida junta de militares, dignatarios eclesiásticos y municipales y prominentes ciudadanos. Ante ellos declaró que tenía conocimiento de los rumores por los cuales se sabía que Monterrey había adoptado el Plan de Casa Mata, pero que carecía de detalles fidedignos sobre el particular y que solicitaba la más completa información, en caso de que alguien la poseyera. Como nadie respondiera, los reunidos decidieron enviar al doctor Rafael Ramos y Valdés, primo de Ramos Arizpe, a San Nicolás de la Capellanía en busca de noticias más detalladas. Al día siguiente, la junta de Saltillo escuchó su informe y recibió comunicaciones oficiales provenientes de la recién instalada Junta Provincial de Nuevo León en las que ésta pedía a Saltillo que proclamara su adhesión a los acuerdos tomados tanto en Casa Mata como en Monterrey. Una comisión especial de nueve miembros nombrada para estudiar el asunto recomendó que Saltillo se adhiriese al Plan de Casa Mata y apoyase la actitud de Monterrey, lo cual fue aprobado.57 Igualmente, se acordó invitar a la comisión ofrecida por la junta gubernativa provisional de Nuevo León a fin de que conferenciase con ellos acerca de las medidas que habrían de adoptarse para unificar y fortalecer la opinión pública en las dos provincias. Por esas actuaciones, parecería que Saltillo iba a unirse al movimiento en forma pacífica y tranquila; López, sin embargo, no estaba dispuesto a abandonar sin más a su amigo Iturbide. A pesar de haber firmado los acuerdos del 6 y el 7 de marzo y de ofrecer su renuncia y anunciar su propósito de abandonar inmediatamente la provincia, aún era comandante de las tropas y, junto con éstas, juró reconocimiento a Iturbide y ordenó al destacamento militar de Monclova que enviara refuerzos a Saltillo. Las personas designadas por la junta de Nuevo León, que ya se hallaban en camino a Saltillo, supieron de esa actitud en Rinconada.58 La junta de Nuevo León se había dado cuenta desde el principio de que era probable que López ofreciera resistencia, por lo que previsoramente había despachado al teniente coronel Pedro Lemus con tropas para que ofreciese ayuda a los de Saltillo en el caso de que llegasen a necesitarla, pero le ordenó regresar al saber que López había aceptado el movimiento. En Rinconada, Lemus se enteró de la resistencia de López y, con el refuerzo de 35 hombres de Santa Catarina y Pesquería,59 continuó su marcha hacia Saltillo y llegó a San Nicolás de la Capellanía el 11 de marzo de 1823.60 En el mismo día, los representantes del ayuntamiento dieron la bienvenida a Ramos Arizpe y Llano en las proximidades de Saltillo. Con esa escolta de honor y en medio de grandes aplausos, se dirigieron hacia los aposentos de López, en donde se reunieron con éste y un grupo de ciudadanos nombrados para tratar acerca de las dificultades que habían surgido a partir de la reunión del 7 de marzo. Ramos Arizpe habló largamente sobre la necesidad de adoptar el Plan de Casa Mata y de prestar inmediatamente el respectivo juramento de adhesión. Asimismo, solicitó la pronta salida de López y sus fuerzas de las Provincias Internas de Oriente. López En el Archivo General del Estado de Nuevo León, Monterrey, Nuevo León, están las contestaciones originales de varias poblaciones del estado dirigidas a la junta y fechadas entre el 7 y 16 de marzo; la mayoría de ellas en los días 7, 8, 9 y 10 de marzo. 57 Una copia certificada el 10 de marzo de 1823 por Joaquín Palou, secretario del comandante general, en la que se incluyen todas la actas de la junta de Saltillo con las firmas de los miembros, se encuentra en la Universidad de Texas. “Ramos Arizpe y Llano a la junta gubernativa de la provincia de Nuevo León”, Rinconada, 10 de marzo de 1823, ms. en el Archivo General del Gobierno del Estado de Nuevo León, año 1823, legajo 7, carpeta 2. 59 “Pedro Lemus al presidente y miembros de la junta de Nuevo León”, Hacienda de Santa María, 11 de marzo de 1823, y Valle de la Capellanía, misma fecha, ms. en el Archivo General del Gobierno del Estado de Nuevo León, año 1823, legajo 7, carpeta 2, documentos 17 y 21. 60 Idem. 172 173 58 56 Nettie Lee Benson V. La asunción de las diputaciones provinciales preguntó si la provincia de Nuevo León lo reconocería como comandante general, a lo cual Ramos Arizpe contestó que la junta de Nuevo León había asumido en todos sus aspectos la autoridad económica, política y militar y en manera alguna lo reconocería. López dijo entonces que estaba dispuesto a marcharse, pero que ciertos asuntos relativos a la entrega del mando deberían arreglarse en otras conferencias.61 Sus actos subsiguientes, no obstante, traicionaron sus palabras, pues, al otro día, uno de los regidores de la ciudad fue herido por un oficial de López y tres personas fueron arrestadas sin ningún procedimiento legal. Ramos Arizpe ordenó entonces a Lemus y a sus fuerzas que tomaran posiciones en las afueras de Saltillo y estu­vieran preparados para venir inmediatamente en auxilio de la ciudad;62 informó en seguida al ayuntamiento sobre esta orden y notificó a López su intención de alejarse, junto con Llano, hasta que el orden hubiese sido restablecido y los culpables de los ataques contra los ciudadanos de Saltillo hubiesen sido aprehendidos y castigados.63 Desde los molinos de Arizpe, en donde Lemus y sus fuerzas habían tomado posiciones, Ramos Arizpe envió una nueva carta a López en la que le reprochaba su actitud y le exigía que convocara a una reunión de la comisión elegida por la junta los días 6 y 7 de marzo junto con los miembros del ayuntamiento y que partiera de inmediato.64 López hizo como se le sugería y el ayuntamiento informó a Ramos Arizpe y Llano que López había prometido iniciar su partida a las tres de la tarde de aquel día.65 Así lo hizo en efecto y, a la invitación del ayuntamiento, Lemus y sus tropas entraron a la ciudad.66 Al día siguiente, 14 de marzo de 1823, se celebró en Saltillo una asamblea en la cual los habitantes y los dignatarios municipales, eclesiásticos y militares juraron su adhesión al Plan de Casa Mata. Los dos artículos adicionales añadidos en Monterrey también fueron adoptados por Saltillo.67 Nuevo Santander se adhirió al Plan de Casa Mata el 9 de abril, cuando su diputación provincial declaró que actuaría como suprema junta gubernativa de la provincia hasta que el Congreso nacional pudiera reunirse.68 El mismo día, Tabasco, por medio de su jefe político, José Antonio Rincón, anunció también su adhesión al plan.69 Hacia el 9 de abril, las Provincias Internas de Oriente, con la única excepción de Texas, se habían unido en favor del Plan de Casa Mata. El 10 de marzo, López había enviado al gobernador, en San Antonio, un mensajero especial con una copia de su ad- “Ramos Arizpe y Llano al vicepresidente de la junta de Nuevo León”, Saltillo, 11 de marzo de 1823, en Archivo General del Gobierno del Estado de Nuevo León, año 1823, legajo 7, carpeta 2, documento 12. 62 “Ramos Arizpe a Lemus”, Saltillo, 13 de marzo de 1823, en Archivo General del Gobierno del Estado de Nuevo León, año 1823, legajo 7, carpeta 2, documento 20. 63 Idem. 64 “Ramos Arizpe a López”, Campo de los Molinos de Arizpe sobre Saltillo, 13 de marzo de 1823, en Archivo General del Gobierno del Estado de Nuevo León, año 1823, legajo 7, carpeta 2, documento 20. “Ayuntamiento de Saltillo a los Sres. comisionados por la junta gubernativa del N.R. de L.”, Saltillo, 13 de marzo de 1823, en Archivo General del Gobierno del Estado de Nuevo León, año 1823, legajo 7, carpeta 2, documento 20. 66 “Ayuntamiento de Saltillo a los Sres. Comisionados por la junta gubernativa del N.R. de L.”, Saltillo, 12 de marzo de 1823, y “Pedro Lemus al presidente y miembros de la junta gubernativa de Nuevo León”, Saltillo, 15 de marzo de 1823, en Archivo General del Gobierno del Estado de Nuevo León, año 1823, legajo 7, carpeta 2, documento 24. 67 Acta del juramento solemne de adhesión al plan de Casa Mata, bajo la fórmula que en ella se contiene con las modificaciones que van a su fin por la villa de Saltillo, f. 3. 68 Las actas de las sesiones de las diputaciones provinciales se encuentran en el Libro de Asiento de Órdenes y Decretos circulados por el govierno en este año de 1823 en esta Congregación del Refugio, ff. 82-83, en Alejandro Prieto Papers, Universidad de Texas. Los miembros de la diputación provincial de Nuevo Santander eran en esa época José María Gutiérrez de Lara, Pedro Paredes y Serna, José Manuel de Zozaya, Juan Francisco Gutiérrez, Ignacio Peña, Juan Bautista de la Garza y Lucas de la Garza, propietarios, con José Antonio Guzmán y Joaquín Benites, suplentes; Juan de Echandía era el jefe político de la provincia. 69 Manuel Gil y Sáenz, Compendio histórico, geográfico y estadístico del estado de Tabasco, edición de 1872, p. 167. 174 175 61 65 Nettie Lee Benson hesión al plan y de los acuerdos tomados en Monterrey, Saltillo y Monclova.70 Cuando el gobernador recibió la comunicación, el 21 de marzo, el ayuntamiento, los dignatarios eclesiásticos, los jefes del ejército, etc., se reunieron y reafirmaron su reconocimiento a Iturbide.71 La Bahía del Espíritu Santo adoptó la misma actitud. Según la junta gubernativa de Texas, veintitantos días más tarde llegaron a San Antonio varios documentos oficiales que permitieron al ayuntamiento hacerse una mejor idea sobre la situación políti­ ca del país y lo hicieron adherirse al Plan de Casa Mata el 15 de abril, de acuerdo con las medidas adoptadas y transmitidas a la entidad por la Diputación Provincial de Puebla.72 Difícilmente se podía esperar que la Diputación Provincial de México, establecida en la capital del imperio, acordara de manera declarada su adhesión al Plan de Casa Mata, pero sí tomó algunas medidas para apoyarlo al recibir una copia junto con una carta de Echávarri fechada el 1 de febrero de 1823. La razón para la promulgación del plan se explicaba en la siguiente forma: V. La asunción de las diputaciones provinciales Excma. Diputación, no dudando que todo será de su aprobación y que coadyuvará al pronto establecimiento del Congreso para constituirnos de una vez bajo de unas leyes sabias que hagan feliz a la patria. Dígnese V.E. tener la bondad de contestarme, para mi conocimiento y ulteriores determinaciones.73 No se sabe exactamente cuándo fue entregada esa carta a la Diputación Provincial de México, pero es probable que hubiese sido recibida el 8 de febrero, porque en esa fecha uno de los oficiales de Echávarri, José Infamón, entregó el Plan de Casa Mata a Iturbide,74 por lo que es lógico suponer que él o alguien que lo acompañaba hizo llegar la carta a la diputación provincial. No pudo ser después del 15 de febrero, puesto que en ese día la diputación provincial la envió al ministro de asuntos interiores y exteriores para que la transmitiera a Iturbide.75 “Circular manuscrita firmada por Gaspar López”, Saltillo, 10 de marzo de 1823, en Bexar Archives, Universidad de Texas. 71 “Junta Gubernativa de Texas al Supremo Poder Ejecutivo”, San Fernando de Béjar, 11 de junio de 1823. El documento fue firmado por el Barón de Bastrop, como vicepresidente, Erasmo Seguín, Juan de Castañeda, José Antonio Navarro y José Antonio Saucedo, como secretario. Se publicó en La Águila Mexicana, 18 y 19 de julio de 1823, con el título de “Oficio dirigido al Supremo Poder Ejecutivo a consecuencias del que con fecha 28 de abril remitió al Exmo. Sr. secretario de estado Don José Ignacio García Illueca a la Exma. Diputación Provincial del Nuevo Reyno de León”. 72 “Junta Gubernativa de Texas al Supremo Poder Ejecutivo”, San Fernando de Béjar, 11 de junio de 1823, en La Águila Mexicana, 19 de julio de 1823. “José Antonio de Echávarri a la Diputación Provincial de México”, Casa Mata, 1 de febrero de 1823, en Informe oficial de la Diputación provincial de México del 6 de marzo de 1823, México: Alejandro Valdés, p. 5. Este informe oficial consta de seis páginas; también es mencionado con el título “Manifiesto de la diputación provincial de México sobre la conducta que observa para lograr el restablecimiento del Congreso constituyente”, en José María Luis Mora, Obras completas. José María Luis Mora, 6 t., México: Instituto de Investigaciones Dr. José María Luis Mora, Secretaría de Educación Pública, 1986-1987, ii, Obra política, pp. 19-29; se citará en adelante como Mora, Obras completas; Obra política, ii. 74 Bustamante, Diario histórico de México, p. 165. Iturbide criticó a Echávarri y a sus partidarios por haber enviado solamente un oficial con el plan, diciendo que al actuar así Echávarri no cumplió el artículo 7, que preveía el nombramiento de una comisión para llevar el plan a Iturbide. Él interpretó esto como que debió enviarse a más de una persona con el mensaje. También dijo que, para cuando el comisionado llegó con él, Echávarri y sus fuerzas ya habían tomado todos los puntos estratégicos en lugar de esperar a saber lo que él, Iturbide, pensaba sobre el plan; Agustín de Iturbide, Manifiesto del general D. Agustín de Iturbide libertador de México, edición de 1871, p. 54. Es de hacerse notar que Echávarri y sus partidarios sólo enviaron un comisionado a Santa Anna y uno a cada individuo o cuerpo a los que mandaron el plan. 75 “Diputación provincial de México al Ministro de Relaciones Interiores y Exteriores”, México, 26 de febrero de 1823, en Informe oficial de la diputación provincial de México, p. 6; y Mora, Obras completas; Obra política, ii, p. 26. 176 177 La Patria que con pasos agigantados caminaba a su ruina por la falta de representación nacional, llamó mi atención, y la de los señores gefes y oficiales de este Ejército. Para evitar en la parte posible males de tanto tamaño, discutimos extensamente sobre el medio mejor de salvarla, y unánimes acordamos lo que manifiesta la adjunta copia de la acta que tengo el honor de acompañar a esa 70 73 Nettie Lee Benson V. La asunción de las diputaciones provinciales Las noticias sobre el plan habían llegado ya a la ciudad de México. Rumores relativos a él circulaban desde el 2 de febrero, cuando Bustamante escribió en su diario: “Son muy lisonjeras las noticias que corren de Echávarri, pues se asegura haberse convenido con el Gobierno de Veracruz, de reconocer en lo substancial el Plan de Santa Ana.”76 El 8 de febrero, varios ejemplares del suplemento del Diario de Veracruz correspondiente al 2 de febrero, que insertaba la carta de Echávarri en la que se transmitía el plan al ayuntamiento local, así como una versión modificada del Plan de Casa Mata, llegaron a la ciudad de México.77 Las noticias sorprendieron a Iturbide cuando se encontraba en camino para asistir a una de las corridas de toros que tardíamente se celebraban en honor de su coronación.78 Al día siguiente, 9 de febrero, el emperador canceló sus planes de dirigirse a Puebla a fin de tomar el mando del ejército; en vez de ello, la Junta Nacional Instituyente se reunió en sesión especial por la tarde para escuchar la lectura del plan enviado por Echávarri.79 Iturbide dio seguridades a la junta sobre la prontitud y eficacia de las medidas que adoptaría y sobre el apoyo de todos los miembros del ejército, con excepción de unos dos mil. Algunos de los miembros de la junta deseaban discutir el plan y actuar de inmediato, pero Iturbide recomendó el nombramiento de una comisión que deliberase antes de proponer acción alguna. Mariano Mendiola, Toribio González, el marqués de Rayas, Francisco Argandar y Juan Nepomuceno Mier y Altamirano fueron designados como miembros de la comisión.80 Ese mismo día, Iturbide expidió un manifiesto al pueblo en el que hacía una confusa descripción de los sucesos de Casa Mata; afirmaba que la comisión que, según el artículo 7, debería ser despachada inmediatamente para poner el plan en sus manos no había llegado todavía;81 y reiteraba su promesa de actuar solamente para el bien del país y de no utilizar más que métodos pacíficos para cal­mar y recuperar a los miembros del ejército que, según él, se halla­ban equivocados y malamente informados. El documento fue expedido el 10 de febrero y apareció en la Gaceta del día siguiente.82 El día 10, Iturbide decidió enviar una comisión que negociara con Echávarri; a ese efecto, nombró a Pedro Celestino Negrete, Mariano Nicolás Robles, Juan José Espinosa de los Monteros, Bustamante, Diario histórico de México, p. 138. Ibid., pp. 164-165. Banegas Galván, op. cit., ii, p. 278. La versión modificada del plan se encuentra en Bustamante, op. cit., pp. 170-172, y en Olavarría y Ferrara, op. cit., p. 88. El plan completo se encuentra en Miguel M. Lerdo de Tejada, Apuntes de la heroica ciudad de Vera Cruz, ii, pp. 262-263; Zavala, op. cit., i, pp. 164-165; Zamacois, op. cit., xi, pp. 449-450; Diario de la junta nacional instituyente del imperio mexicano, i, pp. 377-379; Iturbide, op. cit., pp. 113-116; Breve diseño crítico de la emancipación y libertad de la nación mexicana..., pp. 118-121; y en una traducción al inglés de Benson, “The Plan of Casa Mata”, The Hispanic American Historical Review, xxv, pp. 49-40. Veracruz había adoptado el plan que llevaba el nombre de esa ciudad y que había sido enérgicamente rechazado por Iturbide, por lo que no debe sorprender el que en la versión promulgada por el ayuntamiento del puerto se haya omitido el artículo que establecía que una comisión debía llevar copias del Plan de Casa Mata a la ciudad de México para ponerlas en manos de su majestad, el emperador. 78 Alamán, op. cit., v, p. 715. 79 La Junta Nacional Instituyente fue creada en noviembre de 1822. El 31 de octubre de ese año, Iturbide disolvió el primer Congreso constituyente y declaró que, hasta que pudiese convocarse un nuevo Congreso, la representación nacional 76 77 178 recaería en una junta compuesta de dos diputados por cada provincia con representación amplia en el cuerpo disuelto y un diputado por cada provincia con una representación reducida; y él sería quien designara a esos diputados; Gaceta del Gobierno Imperial de México, 5 de noviembre de 1822. Iturbide nombró a 45 diputados propietarios y ocho suplentes y la junta inició sus sesiones el 2 de noviembre; ibid., 7 de noviembre de 1822. 80 Diario de la junta nacional instituyente..., i, pp. 377 y 380. 81 Parece ser que Iturbide creía que Echávarri y sus fuerzas debieron sentarse con las manos cruzadas a esperar su respuesta mientras los comisionados negociaban con él. 82 Gaceta del Gobierno Imperial de México, 11 de febrero de 1823; Bustamante, Diario histórico..., p. 175. 179 Nettie Lee Benson Ramón Esteban Martínez de los Ríos y Carlos García,83 quienes llegaron a Jalapa el 17 de febrero.84 En la ciudad de México, mientras tanto, la comisión nombrada por Iturbide con objeto de emitir su opinión acerca del Plan de Casa Mata lo había denunciado con gran amargura. Algunos de los diputados presentes en la sesión de la Junta Nacional Instituyente creyeron conveniente reformar el texto del informe, suavizándolo en algo, y uno de ellos llegó a sugerir que se reinstalara el disuelto Congreso, pero la mayoría decidió aceptar el informe de la comisión, tal como se publicó en la Gaceta del Gobierno Imperial de México.85 No mucho tiempo después de haber enviado a Iturbide la comunicación de Echávarri, la Diputación Provincial de México recibió una carta en la que se le anunciaba que Puebla había adoptado el Plan de Casa Mata en su totalidad y envió a Iturbide esa nueva comunicación junto con su respuesta, concebida en los siguientes términos: A nombre de la humanidad esta Diputación da a V.E. [la Diputación Provincial de Puebla] las debidas gracias por el celoso esmero con que procura evitar los males consiguientes a la guerra civil, y la desunión de los miembros de la sociedad. Puede V.E. estar segura de que el deseo constante de esta Diputación y de la mayoría de los individuos que componen su provincia se dirige a la reunión de un Congreso Nacional electo con toda libertad, y conforme a los sanos y reconocidos principios del derecho público, y que V. La asunción de las diputaciones provinciales para conseguirla [la reunión del Congreso] procurará valerse de los medios que dicte la prudencia y permitan las leyes. México, 26 de Febrero de 1823. [Firmado] Lic. José Benito Guerra, José Alejo Alegría, Dr. José María Mora, Lic. José Florentino Conejo, Francisco Javier de Heras.86 A Echávarri se le envió una breve nota en la que se le decía que, del contenido de la comunicación a la Diputación Provincial de Puebla, podría deducir los sentimientos e inclinaciones de la de México. En ninguna de esas comunicaciones se decía nada que pudiese ofender a Iturbide o a su gobierno; las cartas simplemente repetían los sentimientos que Iturbide había declarado con insistencia como los suyos propios. El 1 de marzo, no obstante, la diputación provincial le dirigió una carta en la cual lo exhortaba, como el único remedio posible para la situación, a la reinstalación inmediata del disuelto Congreso a fin de que éste pudiera redactar una nue­va Constitución o convocar a una nueva asamblea que se encargara de ello;87 y, en otra comunicación, se oponía “a la orden de Iturbide de armar al populacho de la ciudad” y le advertía que “a él mismo se le consideraría responsable por la anarquía y el tumulto que seguramente resultarían de tal medida”.88 Así, con la adopción del Plan de Casa Mata por casi todas las provincias en un periodo no mayor de seis semanas,89 México quedó dividido en provincias o estados independientes. Al tiempo que cada una de ellas prestaba su adhesión al plan, su diputación Banegas Galván, op. cit., ii, p. 281; Bustamante, op. cit., pp. 170-178. Este último autor dice que, no obstante, antes de la partida del grupo, el 11 de febrero, José Demetrio Moreno fue nombrado como reemplazante de Robles, pero en todos los documentos que han sido encontrados expedidos por esa comisión se encuentra el nombre de Robles como uno de los firmantes. 84 Manuel Rivera, Historia antigua y moderna de Jalapa y de los revolucionarios del estado de Veracruz, ii, p. 289. 85 Diario de la junta nacional instituyente, i, pp. 381-391; Gaceta del Gobierno Imperial de México, 20 y 22 de febrero de 1823. Informe oficial de la Diputación Provincial de México, 6 de marzo de 1823, p. 5; Mora, Obras completas; Obra política, ii, pp. 24-25. 87 Ibid., pp. 5-6. 88 Bustamante, Diario histórico de México, p. 275. 89 Chiapas nunca se adhirió al plan. Cuando fue presentado por primera vez a aquella provincia, fue rechazado. Más tarde, cuando Vicente Filisola propuso que Chiapas se uniera a Guatemala, aquélla rechazó también esa propuesta y empezó a establecer un gobierno independiente de México y Guatemala. Trens, op. cit., pp. 229-231. No se han podido hallar las actas de las diputaciones provinciales de las provincias de Sonora y Sinaloa, Nuevo México y Tlaxcala. 180 181 86 83 Nettie Lee Benson V. La asunción de las diputaciones provinciales provincial asumía el dominio absoluto sobre sus propios asuntos provinciales y se declaraba a sí misma independiente del aún existente gobierno central de Iturbide. Sin embargo, tales resoluciones no significaban que las provincias hubiesen intentado constituirse en naciones soberanas e independientes; por el contrario, todas reconocían formar parte de la nación mexicana. Pero en el Plan de Casa Mata no se había previsto el establecimiento de un gobierno nacional, tal vez porque sus autores no consideraron esa necesidad o porque creyeron que una determinación de tal naturaleza era claramente incompatible con el artículo 11, que establecía que la situación del emperador debería ser determinada por la repre­ sentación nacional. Sea cual fuere la razón, como resultado de la aceptación del plan, México se enfrentó pronto con el problema de no tener un gobierno nacional reconocido. Las provincias rebeldes se dieron perfecta cuenta de la situación y empezaron a dar los pasos necesarios para ponerle remedio. La Diputación Provincial de Michoacán nombró a José Mariano Michelena como su representante con el propósito de que consultara con los de las provincias de Guanajuato y Querétaro acerca de un gobierno nacional compuesto de diputados procedentes de todas las provincias.90 La de Puebla tomó medidas similares. Ya para el día 4 de marzo había enviado a las diputaciones provinciales y ayuntamientos de todo México comunicaciones en las que les proponía que enviaran representantes a Puebla con objeto de conferenciar sobre el problema de constituir un gobierno nacional provisional y también sobre el restablecimiento del antiguo Congreso o la convocación de uno nuevo.91 Los oficiales del ejército que ya se encontraban en Puebla en esa fecha estuvieron de acuerdo con el proyecto de que cada provincia enviara a Puebla dos representantes, los cuales deberían considerar los medios para establecer un gobierno nacional provisional y un Congreso.92 Las propuestas de Puebla causaron cierta confusión en las provincias de Michoacán, Querétaro, Guanajuato y San Luis Potosí, pero sólo por breve tiempo. Esas intendencias estaban procediendo de acuerdo con las sugerencias de Michoacán, cuando la propues­ ta de Puebla planteó el problema de si los representantes deberían desplazarse a esa ciudad o reunirse en algún otro lugar dentro de sus propias fronteras.93 Para el 12 de marzo, Michelena recomendó que los representantes de esas cuatro provincias se reunieran en Querétaro con el fin de decidir si iban a Puebla.94 La Diputación Provincial de Guanajuato había elegido a sus representantes a la reunión de Querétaro,95 pero parece ser que recibió una comunicación de las Provincias Internas de Oriente, pues resolvió enviar allá sus representantes. Temiendo que este cambio del lugar de la reunión causara demoras innecesarias, Michelena urgió a la Diputación Provincial de Querétaro a que enviara mensajes a las de Michoacán, Guanajuato, San Luis Potosí, las Provincias Internas de Oriente, etc., para pedirles que convinieran en considerar a Querétaro como el lugar de la reunión, al menos provisionalmente. Mientras tanto, él se dirigía a Puebla con el propósito de informarse sobre lo que ocurría allá.96 Sin leyes no hay libertad ni hay leyes si no se observan o sea manifiesto que hace la Diputación Provincial Gubernativa de Michoacán a sus habitantes sobre los acontecimientos de estos últimos días, pp. 6-7. Este manifiesto lo firmaron los miembros de la Diputación Provincial de Michoacán el 8 de marzo de 1823. 91 Acta de Toluca sobre la remisión de un diputado a Puebla, f. 3; “Diputación Provincial de Guanajuato a la Diputación Provincial de Querétaro”, Guanajuato, 10 de marzo de 1823, ms. en la Hernández y Dávalos Collection, Universidad de Texas. Ibid. “Diputación Provincial de Querétaro a Mariano Michelena”, Querétaro, 13 de marzo de 1823; “Diputación Provincial de Querétaro a la Diputación Provincial de Michoacán”, Querétaro, 13 de marzo de 1823; “Diputación Provincial de Querétaro a Mariano Michelena”, Querétaro, 12 de marzo de 1823, ms. en Hernández y Dávalos Collection, Universidad de Texas. 94 “Diputación Provincial de Guanajuato al jefe político de la provincia de Querétaro”, Guanajuato, 14 de marzo de 1823, ms. en Hernández y Dávalos Collection, Universidad de Texas. 95 Ibid. 96 “Michelena al jefe político de la provincia de Querétaro”, San Juan del Río, 12 de marzo de 1823. Una copia de esta carta fue enviada por la Diputación Provincial 182 183 90 92 93 Nettie Lee Benson Diez días más tarde, Michelena supo que no se había llevado a cabo ninguna reunión. La carta que recibió con posterioridad da idea de la confusión existente.97 Michelena, nombrado como uno de los representantes de Michoacán a la reunión de Querétaro, había ido a tomar parte en las conferencias que se reunían en Puebla, en las que participaban oficiales del ejército, antiguos diputados pertenecientes al ya disuelto Congreso y representantes nombrados por varias diputaciones provinciales, de conformidad con la propuesta poblana del 4 de marzo. Como parece haberse suscitado alguna dificultad en cuanto a la presencia en esas reu­niones de representantes de las diputaciones provinciales, Michelena presentó su renuncia como tal y dio a conocer en esa carta que él había sido uno de los primeros en proponer la reunión de representantes provinciales que adoptaran las medidas conducentes al restablecimiento de un gobierno nacional; sin embargo, la Diputación Provincial de Michoacán se negó a aceptar su renuncia y le pidió la mantuviera informada de todos los acontecimientos y progresos.98 La ambigüedad latente del Plan de Casa Mata confundió también a Iturbide. Parece ser que, al principio, el emperador no creía que el plan estaba directamente dirigido en su contra y envió una comisión destina­da a conferenciar con los jefes de la revuelta. Por su parte, parece ser que los miembros de la Junta Nacional Instituyente adoptaron una actitud mucho más realista con respecto al plan, pues aconsejaron tomar medidas enérgicas, pero el emperador decidió esperar. Los comisionados de Iturbide llegaron a Puebla el 13 de febrero y desde allí enviaron una comunicación a Echávarri en la que le informaban de su propósito de manifestar a los jefes del Plan de Casa Mata: de Querétaro a la de las Provincias Internas de Oriente; se encuentra en los Bexar Archives, Universidad de Texas. 97 “Juan José García a Michelena”, Querétaro, 22 de marzo de 1822, en Hernández y Dávalos Collection, Universidad de Texas. 98 “José María Ortiz, secretario a la Diputación Provincial de Michoacán, a Michelena”, Valladolid, 28 de marzo de 1823, en Hernández y Dávalos Collection, Universidad de Texas. 184 V. La asunción de las diputaciones provinciales [...] la invariable resolución en que S.M. había estado y perma­ necía, de que el Gobierno fuera monarquía moderada constitucional y que se expidiera con toda la brevedad posible la convocatoria correspondiente para la reunión del Congreso Nacional Instituyente. Al mismo tiempo, la comisión hacía notar que los sentimientos benéficos de Su Majestad estaban de acuerdo con los principios liberales e ilustrados que se creía habían determinado la proclamación del Plan de Casa Mata.99 Los comisionados recibieron en Tepeyahualco la respuesta de Echávarri; en ella éste les informaba que, el 15 de febrero, una reunión de los representantes del ejército había unánimemente designado una delegación de generales y otros oficiales para conferenciar con los comisionados en Perote; sin embargo, la decisión fue revocada al día siguiente y se aconsejó a los comisionados que se dirigieran a Jalapa con el fin de tratar directamente con los portavoces del ejército. La comisión llegó a Jalapa el 17 de febrero e inmediatamente se reunió con la junta general de guerra para conferenciar. En la reunión se leyó el Plan de Casa Mata, y Negrete, portavoz de los comisionados, dijo que el emperador se hallaba totalmente de acuerdo con la instalación del soberano Congreso y que se podría llegar rápidamente a un acuerdo si la junta se mostraba dispuesta a iniciar una discusión de los artículos del plan con el propósito de modificar las partes que pudieran parecer perjudiciales para la nación, particularmente las que se referían a la convocatoria del Congreso. Gregorio Arana se opuso inmediatamente a cualquier reforma al plan sin contar primero con la presencia de repre­ sentantes de las fuerzas de Guadalupe Victoria acantonadas en El Puente y de las de Santa Anna, en Veracruz. Manuel E. Hernández se opuso también a “todo lo que no fuese oír la voz de la “Comunicación de los comisionados a Echávarri”, Puebla, 13 de febrero de 1823, en Banegas Galván, op. cit., ii, pp. 288-289. 99 185 Nettie Lee Benson V. La asunción de las diputaciones provinciales nación por medio de las diputaciones provinciales”. Después de una prolongada discusión, la mayoría decidió esperar la llegada de representantes de los cuerpos de El Puente y de la Diputación Provincial de Veracruz.100 Al día siguiente, no obstante, la junta de guerra decidió que Echávarri y parte de sus fuerzas deberían dirigirse a Puebla. Ante tal decisión, los comisionados urgieron entonces la reunión de una nueva conferencia a fin de llegar a alguna decisión sobre los puntos de mayor importancia, aun cuando los representantes de El Puente y Veracruz no hubiesen llegado todavía. En una conferencia celebrada el 20 de febrero, surgió nuevamente la oposición a todo cambio; José M. Portillo afirmó que: artículo de ese convenio, en el sentido de que los cuatro precedentes permanecerían vigentes hasta que Iturbide hubiese hecho conocer su adhesión al Plan de Casa Mata, mostraba claramente que los comisionados no habían conseguido llegar a ningún compromiso en relación con el plan.102 El 26 de febrero, Iturbide convocó a una sesión secreta extraordinaria de la Junta Nacional Instituyente, a cuyos miembros dio a conocer el informe de sus comisionados y les pidió sus opiniones. Les informó igualmente que el ejército rebelde de Casa Mata exigía un Congreso convocado según las normas de la Constitución española, además de desear que el ejército fuese pagado por el tesoro nacional y que se llevara a cabo la demarcación de una línea que no deberían traspasar ni las tropas rebeldes ni las del gobierno. Según Bustamante, Iturbide aseguró a la junta que sus comisionados habían hecho un convenio con las fuerzas de Echávarri en el sentido de que el Congreso debería ser convocado conforme a la Constitución española y que debería tener entera libertad para decidir la forma de gobier­ no que le pluguiera. Iturbide añadió que, en cuanto a él y su dinastía, no habría problema, pues renunciaba a todos sus derechos; pero que sí se opondría al establecimiento de una república, porque en su opinión una monarquía moderada habría de exigirse siempre.103 El asunto pasó a una comisión compuesta por Mariano Mendiola, Miguel Guridi y Alcocer, Manuel López de la Plata, José María Bocanegra, José Vicente Orantes, Antonio José Valdés y Agustín Iriarte, la cual informó ese mismo día que: 1) El plan para la convocatoria del Congreso expedido por la Junta Nacional Instituyente debería ser enviado por medio de comisionados a la Junta General de Guerra de las fuerzas revolucionarias a fin de que sus jefes pudieran darse cuenta de que las bases del plan de elecciones ya expedido eran más liberales que las establecidas por la Constitución española y por la Soberana Junta Gubernativa y de que ninguna persona o grupo tenía mejor Puesto que la Junta de Guerra no podía dictar leyes para los pueblos, era necesario esperar la concurrencia de todas las diputaciones provinciales que se habían adherido al plan para que se conociera la opinión pública, que era la que el ejército debía sostener. Otros encontraron peligrosa la sugerencia de Portillo. Arana se opuso una vez más a que se tomara cualquier resolución. Finalmente, se estableció un convenio, según el cual: 1) si el país lo creía mejor, la convocatoria debería hacerse con arreglo a la práctica en España; 2) la línea limítrofe que se conservaría entre las fuerzas de Echávarri e Iturbide se determinaría en Puebla, y 3) una vez que el emperador aprobara esta decisión, el gobierno debería pagar los gastos del ejército, los caminos serían abiertos al comercio y se dejaría libre la comunicación con la metrópoli.101 Conforme a la segunda resolución aprobada, el 25 de febrero se llegó a un acuerdo sobre la línea de demarcación entre las fuerzas de Iturbide y las de Echávarri; sin embargo, el quinto y último Banegas Galván, op. cit., ii, pp. 289-290. Este autor cita las actas de la reunión del 17 de febrero de 1823 en Jalapa, que encontró en el Archivo General de la Nación, México. 101 Banegas Galván, op. cit., ii, p. 293, cita el convenio en su totalidad. 100 186 102 103 “Convenio”, Gaceta del Gobierno Imperial de México, 6 de marzo de 1823. Bustamante, Diario histórico de México, pp. 251-252. 187 Nettie Lee Benson V. La asunción de las diputaciones provinciales derecho para afirmar que era la voz de las provincias que la misma Junta Nacional Instituyente, la cual estaba compuesta por personas que merecían la confianza de ellas. 2) En caso de que la Junta General de Guerra presentase objeciones que los comisionados no estuvieren en condiciones de resolver la Junta de Guerra debería nombrar a sus propios comisionados con el fin de que explicasen las objeciones a la Junta Nacional Instituyente y participaran en su discusión, de manera que se salvaguardaran los intereses de la nación mediante la adopción de la ley de elecciones que establecía la Constitución española o de una redactada por la Junta Nacional Instituyente o por la Soberana Junta Gubernativa Provisional o de una combinación de las tres. 3) La cuestión de la línea de demarcación debería dejarse a la prudencia y discreción del emperador. 4) Todos los demás asuntos, como el pago de los haberes del ejército, las disposiciones sobre la libertad de comercio y comunicación con la capital y la administración de los impuestos, consecuencia todo del estado de guerra, y la manera como el país debería ser gobernado hasta la instalación del Congreso deberían posponerse hasta después de que se hubiere expedido la convocatoria a elecciones. El informe de la comisión fue aprobado.104 El 27 de febrero, un día después de que, con excepción de Negrete y García, regresaran a la capital los comisionados de Iturbide, éstos presentaron dos informes al emperador. En uno de ellos le hacían la relación de las conferencias oficiales y de los acuerdos a que se había llegado y, en el otro, de las conclusiones a que habían llegado ellos mismos a partir de tales sesiones y de las conversaciones extraoficiales que mantuvieron con Echávarri y sus lugartenientes. En el segundo informe, los comisionados explicaban por qué habían dejado de presionar en lo referente a la modificación del artículo 2 del Plan de Casa Mata, que era el que Iturbide más objetaba y del que par­ ticularmente deberían haber conseguido su reforma, conforme a las instrucciones que recibieron.105 Iturbide había insistido repetidas veces en que se hallaba de acuerdo con el plan, ya que éste se refería a la pronta instalación del Congreso, y en que la Junta Nacional Instituyente, instruida por él para preparar el proyecto de convocatoria a tal asamblea, se había apresurado a completarlo y él mismo había ordenado su publicación el día 23 de febrero.106 Martínez de los Ríos, uno de los comisionados, había propuesto en las discusiones con Echávarri y sus partidarios que, con el propósito de hacer aceptable el artículo 2, se adoptase en su lugar el sistema español para la elección de diputados, con la simple modificación de elegir un diputado por cada treinta mil habitantes.107 Al sugerir la modificación, Martínez de los Ríos había hecho notar que tal cambio había sido ya considerado por la comisión de la Junta Nacional Instituyente que se hallaba trabajando en el proyecto y, de esa manera, había dado a conocer el hecho de que la Junta Nacional Instituyente ya poseía un proyecto de convocatoria al Congreso. Tras comprender que Echávarri y sus consejeros se mostraban poco favorables a ese cambio, los comisionados decidieron no insistir en ello, lo cual se deduce de su informe extraoficial a Iturbide, en el que le decían: Como nuestro objeto principal fue que la junta [de Echávarri y sus consejeros] se convenciese de ellos [los gravísimos defectos de la convocatoria al primer Congreso y propuestos en el artículo 2 del Plan de Casa Mata], nos pareció no deber exceder de esta Sesión del 26 de febrero de 1823, en Diario de la junta nacional instituyente del imperio mexicano, i, pp. 433 y 435-436. No se ha podido encontrar ningún documento con las instrucciones que Iturbide dio a sus comisionados, pero el informe de éstos fue publicado en la Gaceta del Gobierno Imperial de México del 15 de marzo de 1823; y, por otra parte, la descripción de las conferencias que hace Banegas Galván, op. cit., ii, pp. 288-294, demuestra que la modificación del artículo 2 del Plan de Casa Mata, que establecía que la convocatoria del Congreso debería hacerse sobre la base prescrita para el primero, era la primera preocupación de Iturbide. 106 Gaceta del Gobierno Imperial de México, 25 de febrero de 1823. 107 Banegas Galván, op. cit., ii, p. 292. 188 189 104 105 Nettie Lee Benson línea luego que observamos la deferencia de la junta a que se variase aquel artículo si los pueblos, encontraban por más justo que se adoptase la convocatoria que sirve en España; y siempre nos propusimos hacer todo esto presente a V.M.I. para que informado del espíritu con que obró el ejército para templar la opinión de los que insistían en la reinstalación del Congreso, pudiese resolver lo que conceptuase más directo, a fin de salir de una vez del desvelo en que ha tenido a V.M.I. la conservación del sistema representativo y su más pronta organización. Los comisionados propusieron entonces la reinstalación del disuelto Congreso como la más rápida y efectiva solución del pro­ blema. Como se imponía una decisión inmediata, el volver a convocar al antiguo Congreso evitaría la inevitable demora que se causaría en caso de seguirse el sistema español, lo mismo que la oposición que pudiera presentarse a cualquier otro sistema y la no remota divergencia de opinión que pudiera darse entre provincias que deseasen una u otra forma. Los comisionados aconsejaron a Iturbide que, resolviéndolo así, se vería libre de la acusación de haber presionado en el asunto y, aun cuando pudiera acusársele por haber disuelto el antiguo Congreso o tachársele de débil por restablecerlo, ellos creían que el emperador no permitiría que tales críticas pudieran impedirle hacer lo que fuera mejor para el país.108 El 1 de marzo, la Diputación Provincial de México también recomendó que Iturbide instalara de nuevo el antiguo Congreso a fin de que o bien pudiera completar las labores para las cuales había sido anteriormente convocado o convocara a uno nuevo, mientras provisionalmente ejercía las funciones legislativas en los casos más urgentes. La diputación advirtió a Iturbide que sólo tal medida de su parte podría salvar al país de la anarquía total.109 Iturbide, de acuerdo con su Consejo de Estado, convocó al Congreso el 4 de marzo. En la respectiva proclama, el emperador afirmó que él 108 109 Gaceta del Gobierno Imperial de México, 15 de marzo de 1823. Ibid.; Mora, Obras completas; Obra política, ii, pp. 26-28. 190 V. La asunción de las diputaciones provinciales se había dedicado a trabajar en la reforma del Congreso, creyendo que tal era la voluntad del pueblo, pero que, puesto que éste deseaba que la antigua asamblea deliberante reasumiera sus funciones, así lo decretaba.110 Gracias a esta medida, Iturbide hizo abortar el Plan de Casa Mata, que pedía claramente la elección de diputados a un nuevo Congreso y no la restauración del disuelto. Ahora bien, las intendencias y diputaciones provinciales se habrían dado por satisfechas si el Congreso restaurado se hubiese dedicado de inmediato a la convocatoria de elecciones a un nuevo Congreso, como lo propuso el Plan de Casa Mata; sin embargo, el Congreso restaurado no inició la redacción de la ley electoral inmediatamente; por el contrario, como se verá en el siguiente capítulo, el antiguo Congreso restaurado hizo todo lo posible por mantenerse en el poder. La primera reunión del Congreso, llamado por Bustamante Junta Nacional Instituyente111 porque la mayoría de los 53 diputados que asistieron habían sido miembros de tal cuerpo, se llevó a cabo el 7 de marzo. Tomás Alamán112 hizo notar que la autori­dad del Congreso estaba en tela de juicio, que muchos de los dipu­ tados entonces presentes habían compuesto la Junta Nacional Instituyente, entidad que no gozaba del apoyo nacional, y que su provincia de Guanajuato había adoptado el Plan de Casa Mata, en el cual se establecía que un nuevo Congreso sería convocado. Por lo tanto, arguyó, era necesario esperar al menos la llegada de la mayoría de los diputados y la respuesta de las provincias al decreto que convocaba al antiguo Congreso constituyente a que volviera a reunirse.113 Lorenzo de Zavala, José Antonio Valdés, Fernández Gaceta Extraordinaria del Gobierno Imperial de México, 5 de marzo de 1823. Bustamante, Diario histórico de México, p. 290. 112 Tomás Alamán era tío de Lucas Alamán. 113 Actas del Congreso constituyente de México, iv, p. 5. El argumento de Alamán sorprende grandemente cuando se piensa que Lucas Alamán (Historia de México, v, p. 739) acusa a Michelena de haber iniciado el federalismo en México en la junta de Puebla del 15 de marzo de 1823 y lo condena por haber hablado, supuestamente, en favor de que se oyera a las provincias antes de reconocer al Congreso, ocho días 110 111 191 Nettie Lee Benson V. La asunción de las diputaciones provinciales de Córdova y José Joaquín Herrera estuvieron de acuerdo con Alamán en que el número de diputados presentes a la sazón no era suficiente para que el Congreso pudiera reasumir sus funciones. José Valle, recientemente nombrado por Iturbide para desempeñar el cargo de ministro de asuntos interiores y exteriores, expre­só que el argumento de Alamán se hallaba fuera de lugar, que únicamente eran necesarios cuarenta o cincuenta miembros y que las sesiones deberían iniciarse en seguida. Con todo, a pesar de que el mismo Iturbide solicitó una resolución inmediata, el cuerpo esperó hasta el siguiente día. Pero no fue sino hasta casi tres semanas más tarde, es decir, el 29 de marzo, cuando el cuerpo legislativo se declaró en sesión. Durante ese tiempo, se llevaron a cabo muchos intentos para declarar abierto el Congreso, pero siempre hubo diputados que se levantaron para poner en tela de juicio la autoridad de la asamblea. El 10 de marzo, Miguel Muñoz dijo a los diputados presentes: vocatoria de éste.114 Bustamante, Valle y otros mantuvieron que el Congreso podía declararse a sí mismo legalmente instalado y que su restablecimiento era lo que deseaba el pueblo, no estando tampoco esto en oposición al Plan de Casa Mata; sin embargo, los diputados seguían sin lograr ponerse de acuerdo. Mientras tanto, la proclama con que Iturbide convocaba de nuevo al antiguo Congreso había llegado a las provincias. Los jefes de las fuerzas rebeldes se encontraban aún en Puebla y, ahí, una junta —compuesta por representantes del ejército, el jefe político de Puebla, miembros de su diputación provincial, diputados al disuelto Congreso que a la sazón se encontraban allí, tres párrocos y tres representantes del ayuntamiento— expidió el 7 de marzo un manifiesto en el que se desconocía al recién reinstalado Congreso, por no gozar éste de completa libertad, y se pedía a las otras diputaciones provinciales que enviaran dos representantes a Puebla con objeto de determinar la mejor manera de restablecer la representación nacional.115 Dos días más tarde, la misma junta resolvió informar al gobierno titular de México, lo mismo que al de cada una de las provincias, que no reconocería ni obedecería al llamado Congreso por no ser éste nacional; no era tampoco, ni podía ser, enteramente libre bajo el gobierno que lo había convocado de nuevo y, además, incluía diputados que habían sido proscritos por la nación por no haber demostrado verdadera firmeza de carácter. El gobierno de Iturbide debería evacuar la capital a fin de que pu­ diera establecerse un Congreso verdaderamente libre o, en caso contrario, permitir a los diputados que se reunieran donde lo tuvieran a bien.116 El día 3 de marzo, los diputados al Congreso Por las actas que se han celebrado en las provincias, se ve que hay una total adhesión al plan del general Echávarri; por ésto se vé que no se quiere a este Congreso, sino que se haga una nueva convocatoria según las bases de la Junta Gubernativa. Por tanto, no debemos tomar ninguna providencia porque no hay diputados en virtud de estar anulados sus poderes, según aquella declaración, aunque los actuales pueden ser reelegidos; y por consiguiente no hay Congreso. Y, el mismo día, Melchor Múzquiz afirmó que, puesto que las provincias que se habían retirado de la obediencia al gobierno central querían un nuevo Congreso, los diputados del antiguo que se habían reunido de nuevo deberían ocuparse únicamente de la con- después de que Tomás Alamán hubiese argumentado en el seno del Congreso restaurado que no se podía hacer nada sin antes oír la opinión de las provincias (para más detalles acerca de este asunto, véase infra, nota 118). Actas del Congreso constituyente mexicano, iv, pp. 15 y 20. Ibid., pp. 44-55. 116 Acta de la Junta de Puebla sobre la reinstalación del Congreso mexicano, p. 4. Las actas de esa junta fueron impresas en Puebla en un folleto de dos páginas sin título ni lugar de impresión y reimpresas en México con el título citado. Hay ejemplares de los dos impresos en los Bexar Archives, Universidad de Texas. 192 193 114 115 Nettie Lee Benson V. La asunción de las diputaciones provinciales restaurado escucharon el informe de una comisión que nombraran diez días antes para que estudiara la correspondencia entre el gobierno y las fuerzas rebeldes, lo mismo que con las provincias que habían adoptado el Plan de Casa Mata, y recomendara la actitud que debería adoptar el Congreso. La comisión afirmaba en su informe que: 1) el Congreso constituyente no había sido legalmente disuelto y, por lo tanto, era tan legítimo como lo había sido el día en que se reunió por primera vez; 2) cuando los diputados nombrados para integrarlo fueron reunidos de nuevo, tenían la autoridad necesaria para tomar acuerdos legislativos y, por ende, podían ejercer la función legislativa; 3) solamente tal cuerpo tenía el derecho de convocar a un nuevo Congreso, y 4) una comisión debería ser enviada a Puebla para hacer saber a los jefes del ejército y a las autoridades allí reunidas lo que el Congreso y el gobierno habían hecho e intentaban hacer y para convencerlos de que el Congreso podía funcionar con entera libertad y de que su reconocimiento y apoyo constituían la única manera de salvar de la anarquía al país. Con respecto a los tres primeros puntos, los diputados decidieron que no era necesario ningún acuerdo; el cuarto fue aprobado en la forma de una proposición en el sentido de que se pidiera a la Diputación Provincial de México que nombrara a uno de sus miembros para acompañar a la comisión del Congreso, pues tal representante daría mayor importancia a la delegación. Rafael Mangino y Manuel Sánchez de Tagle fueron nombrados para representar al Congreso y José Florentino Conejo fue designado representante de la diputación provincial.117 A su llegada a Puebla con Bravo y Negrete, a quienes habían encontrado en el camino, se convocó a una junta compuesta por quienes habían integrado las antiguas juntas de Puebla; pero ni Michelena ni ningún representante de las otras diputaciones provinciales se hallaban presen­ tes, contrariamente a lo que dicen Lucas Alamán, Bustamante y Banegas Galván.118 En esa reunión del 15 de marzo, los comisionados explicaron que, puesto que la autoridad del Congreso restablecido era indiscutible, su único propósito al venir a Puebla era hacer saber a los jefes militares y a los cuerpos gubernativos de Puebla que el cuerpo legislativo representado por ellos gozaba de completa libertad. Insistieron igualmente en que, si era el ca­ so de llamar a un nuevo Congreso, el antiguo era el único cuerpo dotado de suficiente autoridad para decidir la respectiva convocatoria. Tras prolongada discusión, la junta resolvió que, si se reunía el número necesario de diputados, el ejército y la junta reconocerían y obedecerían al Congreso que había sido ilegalmente disuel- 117 Actas del Congreso constituyente mexicano, iv, pp. 45-52. 194 Alamán, Bustamante y Banegas Galván afirman que la idea del federalismo principió con esta junta de Puebla; y todos dicen que asistieron a ella representantes de otras diputaciones provinciales y que Michelena, representando a la Diputación Provincial de Michoacán, propuso en esa junta del 15 de marzo la federación de las provincias. Alamán, op. cit., v, p. 739; Bustamante, Historia del emperador d. Agustín de Iturbide, p. 111; Carlos María de Bustamante, El honor y patriotismo del general Nicolás Bravo, p. 35; Banegas Galván, op. cit., ii, p. 323. Parece ser que Alamán basa su afirmación en la declaración de Bustamante; afirma que Michelena y los representantes de las diputaciones provinciales participaron en la junta y que “se decía” que Michelena propuso en ella la federación de las provincias. Pero las actas de la junta fueron impresas y en ellas se nombra específicamente a los asistentes a la reunión y lo que fue dicho por cada uno de ellos. Los nombres de todos los presentes fueron registrados. El propio Bustamante conservó para nosotros, en el t. manuscrito de su Diario histórico de México, 1822-1823, las actas impresas de la junta, que fueron intituladas Firmeza de los poblanos con la comisión de México, y no aparecen en ellas ni el nombre de Michelena ni los de representantes de otras diputaciones. Toda la discusión trató de si se reconocería o no al Congreso restaurado, y, aunque varias personas criticaron muy severamente a Iturbide, no se hizo ninguna mención a la federación o las diputaciones provinciales. Es muy dudoso que Michelena hubiese llegado a Puebla por aquella fecha. A las nueve y media de la noche del 12 de marzo, estaba escribiendo una carta en San Juan del Río, en la provincia de Querétaro. Para ir de allí a Puebla habría tenido que hacer un largo y tortuoso viaje por las montañas, en especial porque Iturbide había ordenado su aprehensión y las fuerzas del déspota, que aún tenían el dominio de la ciudad de México, ocupaban los caminos entre San Juan del Río y Puebla. Si Michelena estaba en Puebla el 15 de marzo a la hora de la reunión, ello significa que tuvo que hacer el viaje, a caballo o en coche, en menos de cuarenta y seis horas. 118 195 Nettie Lee Benson V. La asunción de las diputaciones provinciales to, siempre y cuando los convencieran de la completa libertad de dicho cuerpo. Cuando los comisionados preguntaron qué medidas o condiciones constituirían prueba de tal libertad, algunos sugirieron que el Congreso abandonase la ciudad de México; otros, que el Poder Ejecutivo fuese constituido en regencia; sin embargo, no se logró acuerdo alguno sobre el particular.119 El 16 de marzo, los comisionados hicieron saber su fracaso en convencer a la junta de Puebla de que el Congreso gozaba de entera libertad de acción, pero hicieron notar asimismo que se celebraría una nueva reunión ese mismo día, sobre la cual informarían posteriormente.120 No obstante, en las Actas del Congreso no se encuentra mención alguna posterior a los comisionados. Mangino y Sánchez de Tagle volvieron a ocupar sus asientos en ese cuerpo, pero no se hace ninguna referencia ulterior a la junta de Puebla. Los esfuerzos para mantener al Congreso en sesión fueron continuos e infructuosos. Ni siquiera comenzó a actuar cuando Iturbide abdicó el 19 de marzo, dejando a su cargo la designación de un Poder Ejecutivo, pues algunos de los diputados, entre ellos Bustamante, argüían que aún no se había logrado completar el número necesario de diputados. Bustamante afirmó también que, según las leyes de las Cortes (que aún se hallaban vigentes), en caso de ausen­cia del jefe político o el intendente, los miembros de las diputaciones provinciales, por su orden de elección, deberían asumir el Poder Ejecutivo, tal como se había hecho en las provincias que ya no reconocían a Iturbide, y que la de México podía y debía hacer lo mismo. Otros diputados estuvieron también de acuerdo en sostener que, puesto que Iturbide en realidad estaba gobernan- do únicamente la Intendencia de México, la administración de ésta debía pasar, después de la dimisión de aquél, a las manos del jefe político de México o, en su defecto, de su suplente.121 Todas estas discusiones revelan el hecho de que México se hallaba dividido en intendencias o provincias independientes, cada una de las cuales había tomado por completo el cuidado de su administración dentro de sus propias fronteras. El jefe político se había convertido en el ejecutivo provincial y la diputación provincial, o una junta creada por ella, había asumido las funciones legislativas del gobierno de las provincias, y esto en casi todas ellas, puesto que para mediados de marzo de 1823 eran muy pocas las excepciones a este respecto. Y aunque la provincia de México no lo había llevado a cabo, debido únicamente a la presencia de Iturbide, sus diputados estaban recomendando que se diera ese paso. En realidad, tal como lo dijo Sánchez de Tagle, en ese momento ya no había un verdadero gobierno central.122 El ejército de liberación entró a la ciudad de México el 26 de marzo y con él llegaron muchos de los antiguos diputados al Congreso Constituyente. El 29 de marzo, estando presentes 103 diputados, el Congreso se declaró constituido en sesión legítima, reconoció la terminación del Poder Ejecutivo bajo el imperio, lo mismo que la nulidad del Plan de Iguala y el Tratado de Córdoba, y nombró una comisión que habría de designar un gobierno ejecutivo provisional. La desintegración del gobierno central de México se hizo más evidente aún en el curso de los debates relativos a la publicación y puesta en circulación de una proclama para anunciar el restablecimiento del Congreso. Cuando se propuso que el jefe político de la provincia de México expidiera tal proclama, se objetó que su autoridad se hallaba circunscrita a su provincia y por lo tanto no tenía facultades para hacer circular en toda la nación un manifiesto del Congreso. Manuel Mier y Terán afirmó que únicamente el gobierno nacional debería hacer circular tal documento, pero en aquel 119 Firmeza de los poblanos con la comisión de México. Al comentar la reunión en su diario el día 22 de marzo, Bustamante dice: “La acta de Puebla del 15 de este mes ha sido publicada también en la ciudad de México con el título Firmeza de los poblanos, con la comisión de México. Vale la pena transcribir ese documento en nuestras crónicas, por lo que añadimos el impreso a estas notas históricas”, Diario histórico de México, pp. 326-327. 120 Actas del Congreso constituyente mexicano, iv, p. 55. 196 121 122 Ibid., iv, pp. 66-68. Ibid., p. 68. 197 Nettie Lee Benson entonces no había ninguna clase de Poder Ejecutivo nacional y las provincias no reconocían otro que el de su propio jefe político.123 En realidad, desde esa fecha hasta la promulgación de la Constitución de 1824, la mayoría de las provincias de México mantuvo su propio gobierno independiente y tan sólo obedecieron los decretos del gobierno central por libre consentimiento de cada una de ellas. El gobierno central no tenía ya poder para obligar a las provincias o intendencias a que aceptaran sus decretos. 123 VI. Actitud de las diputaciones provinciales respecto a un nuevo Congreso El restablecimiento del Congreso no puso fin al confuso problema del gobierno central de México. Al principio pareció constituir una feliz solución y muchas provincias enviaron sus congratulaciones tanto al Congreso como al cuerpo ejecutivo por él establecido. Puesto que en el Plan de Casa Mata se estipulaba la convocatoria a un nuevo Congreso, la mayoría de las intendencias y diputaciones provinciales esperaban verlo constituido rápidamente; además, en vista de que 53 miembros del Congreso habían perdido la confianza y se habían ganado la animadversión de las provincias por haber formado parte de la Junta Nacional Instituyente de Iturbide, al paso que otros habían participado activamente en la proclamación de éste como emperador y, en general, todos los componentes del primer Congreso constituyente habían sido elegidos conforme a una ley nada satisfactoria para muchas de las provincias, el pueblo deseaba nuevos representantes. A pesar de ello, los diputados del antiguo Congreso estaban divididos acerca de la convocatoria a uno nuevo. Unos sostenían que habían sido elegidos para expedir una constitución y que por ende sus términos no expirarían hasta no haber cumplido tal misión, al paso que otros estaban de acuerdo con las provincias en que se convocase a un nuevo Congreso. Esta oposición entre el Congreso y las provincias ahondó aún más la desintegración del gobier­no nacional y fue totalmente propicia a los partidarios del establecimiento de un régimen federal en México. La proposición de Valentín Gómez Farías para que se convocase a un nuevo Congreso y se nombrase una comisión encargada Ibid., pp. 96-97. 198 199 Nettie Lee Benson VI. Actitud de las diputaciones provinciales de preparar y presentar la ley electoral en un término de ocho días, presentada el 2 de abril de 1823, fue apoyada por Melchor Múzquiz. Se nombró en seguida una comisión, compuesta por Ma­riano Herrera, Javier y Carlos María de Bustamante, Francisco Sánchez de Tagle, Toribio González, Tomás Beltranena y Valentín Gómez Farías, con el encargo de estudiar la iniciativa y dictaminar sobre ella.1 Por ese entonces se encontraban presentes en la ciudad de México representantes de las diputaciones provinciales de Oaxaca, Zacatecas, San Luis Potosí, Guanajuato, Michoacán, Guadalajara y Querétaro, a quienes se había comisionado de acuerdo con la convocatoria que Puebla envió en marzo, pero que se habían trasladado a la capital cuando el Congreso fue reunido de nuevo a fin de mantener a sus diputaciones provinciales permanentemente informadas de todos los acontecimientos. La noche del 4 de abril, todos ellos rindieron su testimonio ante la Comisión de Convocatoria del Congreso.2 Una gran mayoría era favorable a una nueva convocatoria e insistieron en que las provincias representadas por ellos querían otro Congreso.3 Gómez Farías fue aún más explícito, pues afirmó que, visto que cinco de los siete miembros de la comisión estaban en favor de una nueva asamblea y los comisio- nados la demandaban de manera unánime, él esperaba un informe favorable.4 Para sorpresa suya, cuando el 14 de abril presentó su dictamen la comisión, ésta se había dejado ganar a tal punto por los argumentos de Sánchez de Tagle y Carlos María de Bustamante que en cambio recomendó: 1) que por ahora no se convocase a un nuevo Congreso para constituir la nación; 2) que el que entonces existía, mientras la comisión constitucional preparaba un proyecto de constitución, debería proceder a la organización de la hacienda, el ejército, la administración de justicia, etc., y 3) que, cuando se presentase el proyecto constitucional completo para su discusión, se decidiese en primer lugar acerca de si su ratificación debería quedar a cargo de un nuevo Congreso.5 Herrera, Sánchez de Tagle y Javier y Carlos María de Bustamante fueron los únicos miembros de la comisión que firmaron el informe sin reserva. Beltranena y González dijeron que ellos lo suscribían a condición de que el artículo 3 especificara que, una vez elaborado el proyecto de nueva Constitución y aprobado lo concerniente a la ley electoral para convocar a un nuevo Congre­ so con la facultad para aprobar la Constitución, el nuevo Congreso debería ser convocado inmediatamente; González añadió en un postscriptum que ofrecería comentarios más extensos durante los debates del Congreso, pero que sus representados deseaban una nueva asamblea.6 Aunque había firmado el informe sin reservas, Carlos María de Bustamante preparó y leyó su voto personal sobre el asunto. Aun cuando lo había escrito para presentarlo en la reunión de la comisión del 4 de abril y la mayor parte de sus argumentos habían Mateos, op. cit., ii, p. 188. Según su propio informe, los comisionados fueron invitados a asistir a la reunión. Véase la “Representación de los comisionados de las provincias, al soberano Congreso”, La Águila Mexicana, 5 de mayo de 1823. Bustamante dice que se presentaron ellos mismos, pidiendo un Congreso nuevo. Después continúa: “Esto es una facción de Demagogos, que pretenden colocar a gran porción de clérigos y serviles en la Legislatura, que se prometen formar, pues saben que en la actual, no tienen lugar sus desatinadas pretensiones. Ellos se explican con el furor de unos energúmenos, y desoyen toda razón que les muestra su temeridad. Tenemos en solo estos hombres, el germen de una espantosa revolución, que el Congreso podrá cortar en su origen, desengañando a las provincias sorprendidas con buenos escritos, y abriendo una lid literaria en que triunfe la razón. Esta América va a ser un teatro de discordias, excitadas por el Clero y corporaciones de aristócratas”, en Bustamante, Diario histórico de México, p. 367. 3 La Águila Mexicana, 5 de mayo de 1823. 1 2 200 Va1entín Gómez Farías, Voto particular del Sr. Gómez Farías como individuo de la comisión especial nombrada por el congreso, para examinar la cuestión, de si debe o no convocar un nuevo congreso, p. 1. 5 Este dictamen, firmado el 12 de abril de 1823 y presentado al Congreso dos días más tarde, fue publicado completo en La Águila Mexicana, 11 al 20 de mayo de 1823. 6 Dictamen de la comisión especial de convocatoria para un nuevo congreso, p. 22. 4 201 Nettie Lee Benson VI. Actitud de las diputaciones provinciales sido consignados en el informe oficial de la comisión, concluía pidiendo: 1) que el Congreso esperase la reacción de las provincias al informe; 2) que se pidiese a aquéllas que instruyeran a sus diputados ausentes para que ocuparan sus puestos en el Congreso restablecido; 3) que las provincias aumentaran los poderes de sus diputados incluyendo en ellos el de preparar y expedir una nueva Constitución; 4) que las provincias aceptasen la renuncia presentada por los diputados cuyas opiniones políticas los habían llevado a discrepar de la voluntad de sus electores, si bien cada uno de ellos debería conservar el derecho de defender su caso ante el Congreso; 5) que en las elecciones que se llevasen a cabo para llenar las vacantes que en consecuencia se produjesen se observara por completo la letra y el espíritu de la primera ley electoral, y finalmente 6) que el informe de la comisión y las opiniones de Bustamante fuesen impresos y distribuidos y se permitiera a los periodistas expresar su opinión antes de que el Congreso pasara a la discusión de las recomendaciones de la citada comisión.7 Gómez Farías no firmó el informe, pero ofreció presentar su opinión en fecha próxima. Por su parte, el Congreso no llegó a ninguna decisión, aparte de ordenar que se imprimiera y distribuyera el informe de la comisión antes de proceder a discutir sus recomendaciones.8 Parece ser que algunos de los diputados, con la esperanza de que ese informe arreglaría el problema de las provincias extravia­ das, conduciría al triunfo de la razón y obtendría una reacción favorable por parte de las provincias con respecto a sus recomen­ daciones,9 enviaron copias a las organizaciones más importantes de las provincias pidiéndoles su opinión al respecto. El 23 de abril, Mier envió un ejemplar del “elocuente” informe al ayuntamiento de Monterrey, con instrucciones de que se permitiera a todo el mundo su lectura.10 El 2 de junio, en una carta a su amigo José Bernardino Cantú, se mostraba sorprendido ante el hecho de que el citado Cantú no ofreciese ningún comentario acerca del “bien fundado” informe enviado al ayuntamiento con instrucciones de pasarlo a la diputación provincial.11 Juan Ignacio Godoy informó que, como representante especial de la Diputación Provincial de Guanajuato, al igual que en su calidad de diputado al Congreso, había informado a su diputación sobre los acuerdos tomados, le había enviado una copia del informe y había solicitado más instrucciones al respecto.12 Godoy, que se mostraba claramente favorable a la convocatoria de un nuevo Congreso, afirmó que era muy fácil prever que la circulación del informe entre las provincias era un acto cuyas terribles consecuencias recaerían sobre sus propios autores, y añadió: “eso es exactamente lo que ha sucedido”.13 Algunas diputaciones provinciales, cuyos diputados habían solicitado instrucciones aun antes de que se pusiera en circulación el “Voto particular del Lic. D. Carlos María de Bustamante, sobre la ninguna necesidad que hay de formar una nueva convocatoria de congreso”, Suplemento a la Abispa de Chilpantzingo, 19 de abril de 1823, pp. 2-16. Este documento fue escrito el 4 de abril o antes porque lleva la fecha de ese día. Dado que el Congreso no logró ponerse de acuerdo para hacerlo publicar y circular, como hizo con el Voto Particular... de Gómez Farías, Bustamante mismo publicó el suyo. 8 La Águila Mexicana, 15 de abril de 1823; Actas del Congreso constituyente mexicano, iv, p. 277. Bustamante, Diario histórico de México, p. 367. “Mier al ayuntamiento de Monterrey”, México, 23 de abril de 1823, en Mier, Diez cartas hasta hoy inéditas, p. 12. 11 “Mier a Cantú”, México, 2 de junio de 1823, en Cossío, Historia de Nuevo León, v, p. 36. Cantú era miembro del ayuntamiento de Monterrey. 12 Mateos, op. cit., ii, p. 369. 13 Ibid., ii, p. 369. Godoy hizo estas declaraciones durante la sesión del 14 de mayo. En esa fecha, José María Bustamante, uno de los diputados de la provincia de Guanajuato, dijo que quería asegurar al Congreso de que él no tenía la responsabilidad de la reunión que verificó la Diputación Provincial de Guanajuato el 30 de abril para decidir si el Congreso reunido debía constituir la nación o convocar otro. Afirmó que, según la noticia que apareció en El Anunciador Mexicano, núm. 11, la reunión se celebró a solicitud de los diputados de Guanajuato. Godoy se levantó inmediatamente para decir que había sido él quien escribiera a la diputación pidiéndole su opinión sobre el asunto. 202 203 7 9 10 Nettie Lee Benson VI. Actitud de las diputaciones provinciales informe de la comisión, actuaron rápidamente. La de Nuevo León, Coahuila y Texas, que el 10 de abril había nombrado a Mier y a Múzquiz como sus representantes ante la junta de Puebla, con instrucciones de que votaran por la convocatoria de un nuevo Congreso y el establecimiento de un gobierno central provisional,14 recibió el 12 de abril una comunicación en la que le informaban que ambos habían tomado sus asientos en el Congreso, que Múzquiz había secundado la proposición de Gómez Farías del 2 de abril sobre la convocatoria de una nueva asamblea y el nombramiento de una comisión que expidiese una ley electoral y que ambos sugerían el reconocimiento provisional del Congreso hasta que se pudiese convocar uno nuevo; y pedían más instrucciones. Dos días después, en una junta general compuesta por la diputación provincial, el ayuntamiento de Monterrey, el comandante en funciones, los funcionarios municipales, miembros del clero y prominentes ciudadanos y destinada a considerar el asunto, fueron leídos el Plan de Casa Mata, tal como había sido adoptado por Monterrey el 6 de marzo, y las instrucciones enviadas a sus comisionados. Ramos Arizpe recomendó entonces que, aun cuando la aceptación del antiguo Congreso era contraria al programa trazado en tales documentos, se aprobara su reconocimiento, limitado a su funcionamiento únicamente como cuerpo destinado a la convocatoria de un nuevo Congreso. Después de que él y otros hicieron un examen de los acontecimientos que tuvieron lugar antes de la convocatoria al Congreso existente y explicaron las deficiencias de la ley electoral conforme a la cual había sido elegido, se aprobó el reconocimiento provisional y limitado tanto del Congreso como del Supremo Poder Ejecutivo.15 Cuando el informe de la comisión del Congreso fue hecho público el 14 de abril, los comisionados provinciales que habían tomado sus asientos como diputados o que habían permanecido en la capital con el objeto de mantener informadas a sus diputaciones sobre el curso de los acontecimientos hicieron algo más que expresar su sorpresa: el día 18 dirigieron al Congreso una enérgica declaración en la que, como representantes de las intendencias y provincias de Guadalajara, Michoacán, Oaxaca, Zacatecas, Guanajuato, Querétaro y San Luis Potosí, exigían la convocatoria de un nuevo Congreso que redactase la Constitución, hacían notar la flaqueza de la ley electoral a la que debían su nombramiento los diputados que integraban el Congreso vuelto a reunir y sostenían que el cambio de condiciones en el país demandaba también el cambio de instrucciones. Los comisionados hacían patente asimismo que, únicamente en el entendimiento de que el viejo Congreso limitaría sus esfuerzos a la expedición de una nueva ley de convocatoria que estuviese de acuerdo con las cambiantes condiciones del país, habían enviado sus provincias felicitaciones a ese cuerpo.16 Manuscrito sin firma, fechado el 1 de abril de 1823, en el que se da noticia de la instalación en esa fecha de la Diputación Provincial de Nuevo León, Coahuila y Texas. Las notas interlineadas son de mano de Ramos Arizpe. El manuscrito está en el legajo 7, carpeta 2 del Archivo General del Estado de Nuevo León. Las instrucciones de la diputación a sus diputados están en otro manuscrito, fechado el 4 de abril de 1823 y firmado por Juan Nepomuceno de la Peña y José María Parras y Ballesteros, que se encuentra en los Bexar Archives del Barker History Center, Universidad de Texas. Una copia manuscrita de las actas de esta reunión está en los Bexar Archives, Universidad de Texas. El documento lleva las firmas de José Bernardino Cantú, José Antonio Rodríguez, Juan Nepomuceno de la Peña, Julián de Arrete, José María Parras y Rafael de Llano, este último como secretario. Fue fechado en Saltillo el 23 de abril de 1823. Aparentemente, ésa es la fecha en que el documento fue recibido en Saltillo. En la reunión de Monterrey se resolvió hacer circular copias de las actas en todas las provincias. 16 “Representación de los comisionados de las provincias al soberano congreso”, suscrita el 18 de abril de 1823 por Martín García, por Michoacán, Tomás Vargas y Víctor Rafael Márquez, por San Luis Potosí, Anastasio Ochoa, por Querétaro, Prisciliano Sánchez y Juan Cayetano Portugal, por Guadalajara, Francisco de Arrieta y Santos Vélez, por Zacatecas, Juan Ignacio Godoy, por Guanajuato, y Vicente Manero Embides, por Oaxaca, publicada en La Águila Mexicana, 5 y 6 de mayo de 1823. 204 205 14 15 Nettie Lee Benson VI. Actitud de las diputaciones provinciales En un documento similar, fechado el 23 de abril de 1823, la Diputación Provincial de Puebla hizo notar que había desaprobado repetidamente el edicto de convocatoria del 17 de noviembre de 1821, por medio del cual el Congreso constituyente había sido reducido a un cuerpo encargado de expedir nuevos reglamentos, y que el prorrateo de diputados se había basado, no en la población de las provincias, sino en el número de partidos de cada una de ellas. Ahora, conforme al Plan de Casa Mata, todas las provincias, cada una de ellas por su propia autoridad y sin reconocer ninguna otra superior, esperaban la convocatoria de un nuevo Congreso y al mismo tiempo se reservaban los derechos indisputables de 1) examinar, revisar y ratificar o no la Constitución y 2) retirar a sus diputados si éstos no conseguían que se tuviese en cuenta la voluntad de la provincia. La unión de las provincias únicamente podría ser lograda mediante la elección de nuevos diputados por cada provincia, cuyo número determinaría cada una de ellas.17 En su calidad de miembro de la comisión de convocatoria del Congreso, Gómez Farías, en su informe minoritario, leído el 19 de abril, recordó a los diputados que la rapidez con que las diputaciones provinciales y ayuntamientos, cuerpos éstos que mejor representaban al pueblo, habían aceptado el Plan de Casa Mata, en el que se exigía la convocatoria de un nuevo Congreso, indicaba claramente cuál era el deseo de la mayoría del pueblo. Hizo notar además que, en 1820, en circunstancias similares, España había convocado nuevas Cortes, en vez de reunir a las disueltas en 1814; glosó extensamente grandes citas de Francisco Martínez Marina, el distinguido tratadista político español, para mostrar cómo los poderes de los diputados no eran absolutos ni irrevocables, y pidió a sus compañeros del Congreso que atendieran la voz de la nación y optasen por convocar a una nueva asamblea constituyente.18 El Congreso ordenó la impresión y amplia distribución del informe de Gómez Farías, pero no tomó ninguna medida ni en favor de la convocatoria de una nueva asamblea ni del nombramiento de una comisión que redactara el proyecto de constitución. Ambos asuntos, sin embargo, estuvieron constantemente ante la atención del Congreso, si bien las repetidas proposiciones para que se nombrase una comisión encargada de redactar la Constitución eran sencillamente remitidas a estudio de comisiones diversas.19 Cuando Bocanegra pidió el 14 de mayo que fueran prontamente preparados y publicados los principios constitucionales que se sabía constituían la voluntad del pueblo, se nombró una nueva comisión para estudiar el asunto. La integraron Valle, Mier, José María Jiménez, Juan de Dios Mayorga, Francisco María Lombardo y García, José Mariano Marín, Lorenzo de Zavala, Javier Bustamante, Bocanegra y Gómez Farías.20 Según Mier, todos ellos habían sido escogidos por él mismo de antemano para preparar una constitución y estaban trabajando en tal proyecto desde el 28 de abril.21 El Congreso votó el 21 de mayo Representación que la Diputación Provincial de Puebla dirige al soberano Congreso pidiéndole se sirva a expedir nueva convocatoria, pp. 7-11. El 16 de noviembre de 1821, la Diputación Provincial de Puebla había informado a la Soberana Junta Gubernativa Provisional que Puebla era partidaria de la elección de diputados al Congreso con arreglo a la ley electoral de la Constitución española de 1812 y desaprobaba tenazmente la elección de diputados basada en las clases, que la junta estaba considerando por entonces. Gómez Farías, op. cit. Mateos, op. cit., ii, pp. 317, 327 y 334; La Águila Mexicana, 6 y 20 de mayo de 1823. Bustamante en su Diario histórico de México, p. 389, dice que el 2 de mayo fue designada una comisión para redactar un proyecto de constitución; pero evidentemente se equivoca porque Mateos y La Águila Mexicana, al dar noticia de las actas de la sesión de aquel día, coincidieron en que la comisión fue encargada tan sólo de estudiar la iniciativa de que se redactara un proyecto. 20 Mateos, op. cit., ii, p. 369, no cita los nombres de Bocanegra y Gómez Farías, pero La Águila Mexicana del 16 de mayo de 1823, en su reportaje sobre esa sesión del Congreso, sí los incluyó entre los demás; por su parte, Mier en su “Voto particular del Doctor Mier”, en Plan de constitución política de la nación mexicana, p. 66, afirma que fueron miembros de la comisión. 21 Nettie Lee Benson, “Servando Teresa de Mier. Federalist”, The Hispanic American Historical Review, xxviii, pp. 515-516; José Eleuterio González, Biografía del benemérito mexicano d. Servando Teresa de Mier Noriega y Guerra, p. 351; Edmundo 206 207 17 18 19 Nettie Lee Benson VI. Actitud de las diputaciones provinciales que se convocase a una asamblea inmediatamente y que se publicase y se difundiese inmediatamente el plan o Bases de la República Federativa, que se había encomendado a la comisión de Mier.22 Mier afirmó que las bases no fueron discutidas porque: “[...] la impaciente gritería [de las provincias...] no nos ha dejado discutirla y sancionarla. Nos han disputado los poderes y nos hemos tenido que ocupar de la convocatoria.”23 Se ha demostrado, no obstante, que mucho antes del 16 de mayo las provincias estaban diciéndole al Congreso, y no precisamente en términos inciertos, que éste no poseía tal autoridad; y continuaron sosteniendo tal opinión y desconociendo su autoridad de manera activa. La llegada a Guadalajara del informe de la comisión del Congreso en el que se recomendaba posponer la reunión de una nueva asamblea legislativa impelió a entrar en acción a su diputación provincial. El 9 de mayo, en una sesión extraordinaria de la diputación,24 después de dar lectura al decreto del 23 de abril relativo al reconocimiento del gobierno existente,25 la diputación provincial decidió suspender su ejecución, exigir la reunión de una nueva asamblea constituyente y hacer público el hecho de que Guadalajara no reconocía al antiguo Congreso sino como provisional y destinado a convocar una nueva asamblea. En la sesión ex- traordinaria del 12 de mayo, estando presentes los representantes del ayuntamiento de Guadalajara, la diputación provincial aprobó el envío de sus puntos de vista tanto al Congreso como al Supremo Poder Ejecutivo, además de hacerlos imprimir y difundir.26 Al mismo tiempo decidió que, hasta que recibiera una respuesta, todos los decretos de uno u otro serían suspendidos y que ella, la dipu­tación provincial, sería la máxima autoridad en la provincia y la última corte de apelación.27 Un largo manifiesto, en el que se incluían todos los puntos discutidos y una mordaz respuesta al informe de la comisión del Congreso, fue expedido inmediatamente.28 Los comisionados de Zacatecas, Arrieta y Vélez, se hallaban presentes en la junta del Congreso restaurado del 4 de abril y ha­bían firmado la representación de protesta del día 18 de abril con­ tra el informe de la comisión de convocatoria. La Dipu­ tación Provincial de Zacatecas confirmó más adelante el deseo que esa pro­vincia tenía de un nuevo Congreso, pues aprobó el informe minoritario de Gómez Farías y dirigió al Congreso un comunicado en el que hacía constar su conformidad con dicho informe.29 Luego, al igual que Guadalajara, se decidió a actuar mediante la expedición, el 18 de junio, de una declaración en la que asentaba que, en lo sucesivo, la provincia reconocía el Congreso en ejercicio únicamente en su calidad de cuerpo convocante y que, por lo tanto, las órdenes emanadas tanto de éste como del Supremo Poder Ejecutivo estarían sujetas primero a la aprobación de la Diputación Provincial de Zacatecas.30 O’Gorman, Fr. Servando Teresa de Mier, p. 126; Bustamante, Historia del emperador d. Agustín de Iturbide, p. 201. 22 Mateos, op. cit., ii, p. 372; La Águila Mexicana, 23 de mayo de 1823; Gaceta del gobierno supremo de México, 24 de mayo de 1823. Las Bases de la República Federativa fueron completadas y firmadas el 16 de mayo de 1823 por la comisión que según Mier eligió él mismo. Gómez Farías y Javier Bustamante no firmaron el proyecto. Véase el Plan de constitución política de la nación mexicana, pp. 64-65. 23 “Mier a Cantú”, México, 25 de junio de 1823, en Cossío, op. cit., v, p. 41. 24 La componían Luis Quintanar, jefe político, Antonio Basilio Gutiérrez y Ulloa, intendente, Juan Cayetano Portugal, José Casal y Blanco, José de Jesús Huerta, Urbano Sanromán, Domingo González Maxemin y Pedro Vélez, éste como secretario. 25 El decreto daba instrucciones a todos los cuerpos gubernativos sobre la manera como debía hacerse el juramento de adhesión al gobierno. 208 “Resoluciones de la provincia de Guadalajara, y sucesos ocurridos en la misma”, La Águila Mexicana, 22 de mayo de 1823. 27 “Resolución de la provincia de Guadalajara, y sucesos ocurridos en la misma”, Actas de la sesión extraordinaria del 12 de mayo de 1823 de la Diputación Provincial de Guadalajara, La Águila Mexicana, 22 de mayo de 1823. 28 Disolución del Congreso mexicano por el voto de los pueblos y manifiesto de la junta provincial de Nueva Galicia, pp. 1-8. 29 “Sesión del Congreso del 28 de mayo de 1823”, La Águila Mexicana, 1 de junio de 1823; Mateos, op. cit., ii, p. 382. 30 “Acta de Zacatecas”, La Águila Mexicana, 3 y 4 de julio de 1823. 26 209 Nettie Lee Benson VI. Actitud de las diputaciones provinciales Las noticias sobre el restablecimiento del disuelto Congreso y la creación del Supremo Poder Ejecutivo llegaron a Mérida, Yucatán, a finales de abril y, el 25 de ese mes, su diputación provincial empezó a deliberar sobre el reconocimiento de ambos cuerpos. Después de un prolongado debate, se decidió reconocer el go­bierno central, pero sólo con tres condiciones: 1) la pronta convocatoria de un nuevo Congreso y la inmediata disolución del antiguo; 2) que Bravo, Victoria y Negrete continuasen siendo miembros del Poder Ejecutivo, y 3) que el gobierno central no interviniese en los nombramientos para cargos públicos hasta que fuese redactada la Constitución.31 Yucatán nunca modificó su resolución. Tanto la diputación provincial como la misma provincia consideraban a Yucatán como una jurisdicción independiente y procedieron a organizar su propio gobierno sin esperar instrucciones de México. No se ha llegado a saber lo que sucedió en la provincia de Oaxaca a fines de abril y durante el mes de mayo. Su comisionado, después de participar en la sesión del 4 de abril y firmar la protesta del 18, regresó a Oaxaca. Hacia el 1 de junio, la provincia había llegado a desconfiar tanto del gobierno central que Oaxaca declaró su completa independencia de la de México y de inmediato empezó a organizar un gobierno provincial independiente. Michoacán se había anticipado a tomar las medidas conducentes al establecimiento de un gobierno central al convocar, para que se reunieran en esa provincia, a los representantes de Michoacán, Guanajuato, Querétaro y San Luis Potosí y nombrar a Michelena y Martín García para que asistiesen a la reunión. Michelena fue nombrado posteriormente suplente en el Supremo Poder Ejecutivo, pero García continuó representando a Michoacán y, en tal carácter, tomó parte en la junta de la comisión de convocatoria del Congreso del 4 de abril y firmó también la protesta del 18. Cuando algunos diputados de Michoacán32 le pidieron a su diputación provincial nuevas instrucciones sobre la convocatoria de otro Congreso, ésta les contestó el 7 de mayo que la voluntad del pueblo había sido repetidamente demostrada en los más claros y positivos términos y que había hecho conocer su propia posición al Congreso mediante su comisionado, quien, junto con los de seis provincias más, había expresado clara y enérgicamente su decisión de que la convocatoria de una nueva asamblea era imperativa. La diputación provincial hizo notar que, desde el 25 de febrero, había expedido una proclama pidiendo un Congreso constituyente dotado de plena autoridad, que el 8 de marzo, en un manifiesto, había reiterado tal demanda y explicado la razón de su necesidad y que, al promover la formación de un gobierno central, había instruido a sus comisionados, al igual que a los enviados a Puebla, en el sentido de que exigieran la pronta convocatoria de un nuevo Congreso. El pueblo de la intendencia de Michoacán, bien enterado de todos esos actos, había hecho patente su completa aprobación y su actitud se demostró también con claridad al llegar la noticia de la reinstalación del viejo Congreso. Cuando la diputación provincial decidió que no reconocería a ningún cuerpo que no contara con la más completa libertad para deliberar, no estuviese formado por miembros merecedores de la confianza de la provincia y no tuviese plena autoridad para actuar, tal actitud había sido aprobada no sólo por toda la provincia sino también por otros cuerpos análogos que habían expedido parecidas instrucciones a sus comisionados. Por todo ello, la Diputación Provincial de Michoacán no dudaba de que el deseo de todo el país era que se estableciera un nuevo Congreso. Advirtió asimismo a sus diputados que el fracaso 31 Eligio Ancona, Historia de Yucatán, iii, p. 269; Albino Acereto, “Historia política desde el descubrimiento europeo hasta 1920”, en Enciclopedia yucatanense, iii, p. 177. Sus diputados propietarios eran Francisco Argandar, Juan Nepomuceno Foncerrado y Soravilla, Antonio Castro, Agustín Tapia, Francisco Manuel Sánchez de Tagle, José María Cabrera, Camilo Camacho, José María Abarca, Mariano Anzoreña, Antonio Cumplido, Rudecindo Villanueva, Antonio Águila, Ignacio Izazaga y Mariano Tercero y, los suplentes, José Ignacio del Río y José Manuel Galván, El Sol, 2 de febrero de 1822. La Diputación Provincial de Michoacán, como algunas otras, creía que tantos diputados eran un gravamen innecesario para la provincia. 210 211 32 Nettie Lee Benson VI. Actitud de las diputaciones provinciales en cumplir la voluntad expresa de la provincia sólo traería males al país y les informó de las tres resoluciones que había adoptado últimamente: 1) reclamar un nuevo Congreso dotado de plenos poderes para constituir a la nación; 2) aprobar y apoyar las declaraciones de sus propios comisionados y de otros presentadas ante el Congreso el 4 de abril y en la protesta escrita del día 18 del mismo mes, y 3) dar instrucciones a sus comisionados para que hicieran saber al Congreso restaurado la bien fundada sospecha de que ese cuerpo no sería reconocido como apto para dar al país una constitución.33 La Diputación Provincial de Guanajuato adoptó acuerdos semejantes. Después de recibir informes sobre las resoluciones del Congreso relativas a la convocatoria de otro nuevo y la solicitud de nuevas instrucciones, celebró una sesión el 30 de abril con objeto de decidir si el Congreso restaurado podía convocar una nueva asamblea, pero no ha sido encontrada el acta de la sesión.34 Las declaraciones subsiguientes dan a entender que la idea de convocar un nuevo Congreso era la más favorecida. En respuesta a una comunicación de Lucas Alamán, ministro de relaciones interiores, fechada el 10 de mayo, en la que solicitaba informes sobre la opinión que el público tenía acerca de este asunto, Domingo Chico, jefe político de la provincia, le informó que, salvo dos, las respuestas de todos los ayuntamientos de la provincia mostraban mayoría en pro del nuevo Congreso.35 Alrededor del 22 de mayo, en una junta general compuesta por la diputación provincial y otras entidades oficiales, se resolvió informar al Congreso sobre el grave riesgo que correría la intendencia de Guanajuato si el decreto sobre la convocatoria del nuevo Congreso se demoraba excesivamente.36 Por su parte, Pedro Otero, comandante general, escribió el 23 de mayo a Morán, comandante en jefe del ejército de liberación, para decirle que la opinión pública demandaba unánimemente la formación de un nuevo Congreso; asimismo, le exigía instruir al supremo gobierno que asegurara la pronta expedición de la respectiva convocatoria para así calmar la agitación pública.37 Las noticias sobre la promulgación del decreto del Congreso fechado el 21 de mayo,38 en el que éste afirmaba que promulgaría el de convocatoria tan rápidamente como fuese posible, llegaron a Guanajuato por el correo ordinario el sábado 24 de mayo y sirvieron para calmar la inquietud y preservar la paz y la unidad de la provincia.39 En su informe del 30 de mayo sobre los disturbios ocurridos en las provincias de Guanajuato, Querétaro y Michoacán durante ese mes, Alamán afirmaba que la paz había sido restablecida en todas partes, pero que el Congreso restaurado debería expedir la nueva ley electoral inmediatamente para que el pueblo se persuadiera de que su promesa había sido hecha de buena fe.40 No han sido hallados los detalles completos sobre las medidas adoptadas por la Diputación Provincial de Querétaro, pero la citada entidad también se hizo sentir a este respecto. Su co- No se sabe si la carta llegó a manos de los diputados en la ciudad de México, pero fue enviada a los editores de La Águila Mexicana para su publicación y apareció en dicho periódico el 20 de mayo de 1823. 34 José María Bustamante hizo saber al Congreso el 14 de mayo que la relación detallada de la reunión había sido publicada en el núm. 11 de El Anunciador Mexicano. Mateos, Historia parlamentaria, ii, p. 369. No hemos podido encontrar El Anunciador Mexicano. 35 “Chico a Alamán”, Guanajuato, 26 de mayo de 1823, Gaceta del Gobierno Supremo de México, 3 de junio de 1823. “José Miguel Llorente a editores de La Águila Mexicana”, Guanajuato, 26 de mayo de 1823, La Águila Mexicana, 1 de junio de 1823. 37 “Otero al marqués de Vivanco”, Guanajuato, 23 de mayo de 1823. El original de la carta está en Hernández y Dávalos Collection, Universidad de Texas. 38 Cuatro de los diputados de Guanajuato (Francisco Uraga, Juan Ignacio Godoy, Miguel Septién y José Ignacio Espinosa) votaron el 21 de mayo a favor de la inmediata declaración de convocatoria de un nuevo Congreso; sólo José María Bustamante votó en contra, Mateos, op. cit., ii, p. 374. 39 “Chico a Alamán”, Guanajuato, 26 de mayo de 1823, Gaceta del Gobierno Supremo de México, 3 de junio de 1823; “José Miguel Llorente a Editores de La Águila Mexicana”, Guanajuato, 26 de mayo de 1823, La Águila Mexicana, 1 de junio de 1823. 40 Mateos, op. cit., ii, p. 384; La Águila Mexicana, 3 de junio de 1823. 212 213 33 36 Nettie Lee Benson VI. Actitud de las diputaciones provinciales misionado, Anastasio Ochoa, participó en los actos realizados en la ciudad de México los días 4 y 18 de abril y, el 16 de mayo, la pro­pia diputación pidió que se le dieran a conocer los puntos de vista de los ayuntamientos en cuanto al informe del 12 de abril de la comisión de convocatoria. Mediante extensos documentos, Querétaro desaprobó el informe y también el voto particular de Bustamante.41 Es claro que la Diputación Provincial de Querétaro reclamó la integración de un nuevo Congreso, según se desprende de las instrucciones que envió a su diputado, el doctor Félix de Osores, para que se mostrase favorable a su convocatoria, pero en términos que no fuesen irrespetuosos para el que se encontraba en ejercicio.42 En ambas comunicaciones se prometía guardar respeto por las autoridades constituidas. Ahora bien, poco antes del 11 de junio, la Diputación Provincial de Querétaro, en respuesta a una sugerencia de la de Valladolid, nombró un comisionado que debía reunirse en la ciudad de Querétaro con otros procedentes de Michoacán, Guanajuato y San Luis Potosí con el propósito de discutir qué acciones comunes podrían emprender esas provincias para el establecimiento de un nuevo Congreso y de una república federal.43 Severamente puesta a prueba su paciencia por la demora del Congreso en convocar uno nuevo, la Diputación Provincial de Querétaro celebró durante los días 11 y 12 de junio una reunión conjunta con el ayuntamiento de Querétaro y el comandante general con el objeto de deliberar sobre la anarquía que amenazaba al país, la cual podía imputarse directamente a esa demora. De las diez resoluciones adoptadas, en tres se hacía énfasis en la necesidad urgente de un nuevo Congreso.44 Después de que sus comisionados intervinieron en la junta de la comisión de convocatoria del Congreso celebrada el 4 de abril, firmaron la protesta del 18 del mismo mes y regresaron, la Diputación Provincial de San Luis Potosí también empezó a adoptar algunas medidas.45 Subsecuentemente, dicha diputación debió de haber respondido al informe del Congreso, ya que, el 15 de junio, La Águila Mexicana publicó un aviso de la librería de Alejandro Valdés que ofrecía para la venta ejemplares impresos del Voto de la provincia de San Luis Potosí sobre la necesidad de una nueva convocatoria en que se deshacen las muchas equivocaciones en que incurrió la comisión del Soberano Congreso cuando trató de fundar su dictamen en contrario.46 Durante el mes de mayo, tanto la Diputación Provincial de San Luis Potosí como su jefe político, José Ildefonso Díaz de León, habían recibido comunicaciones de Guadalajara en las que esta provincia invitaba a aquélla a unírsele con el propósito de apoyar y promover abiertamente el establecimiento de una república federal. El día 25, los miembros de la diputación provincial, el ayuntamiento, el clero y la hacienda y gran número “Ayuntamiento de Querétaro a la Diputación Provincial de Querétaro”, 17 de mayo de 1823, en Contestación que dio el ayuntamiento constitucional de Querétaro a la Excma. diputación provincial, manifestando su opinión sobre nueva convocatoria. 42 “La Diputación Provincial de Querétaro a Osores”, Querétaro, 20 de mayo de 1823, Gaceta Extraordinaria del Gobierno Supremo de México, 28 de mayo de 1823. El 24 de mayo, Juan José García, jefe político de Querétaro, envió una copia de esta carta a Alamán, ministro de asuntos interiores, en respuesta a su carta del 21 de mayo sobre lo ocurrido en Guadalajara. 43 “Actas de la sesión de la Diputación Provincial de Querétaro, el ayuntamiento de Querétaro y Luis Cortázar, comandante general de la provincia”, Querétaro, 12 de junio de 1823, La Águila Mexicana, 20 de junio de 1823. “1) Que se haga entender al Soberano Congreso por medio del Gobierno de México, que la morosidad en espedir la convocatoria, ha originado los males en que nos vemos envueltos. 2) Que éstos nos han obligado a tomar providencias que demandan ejecutarse prontamente para precavernos de cualesquiera agresión y evitar al mismo tiempo la anarquía. 3) No se reconoce al Soberano Congreso más que con el carácter de convocante; sin embargo, se obedecerán las órdenes que emanen de él y del Supremo Poder Ejecutivo, cuando a juicio de la provincia resulten en su felicidad. 4) Se dará conocimiento a las Exmas. Diputaciones de Guanajuato y Valladolid, invitándolas con la unión y ofreciéndolas a conservar su tranquilidad con el ejército.” 45 “Triunfo de la razón en la junta promovida por el general Santana en S. Luis Potosí”, La Águila Mexicana, 8 de junio de 1823. 46 La Águila Mexicana, 15 de junio de 1823. El Voto... citado no se publicó en La Águila Mexicana ni se ha podido hallar un ejemplar de él. 214 215 44 41 Nettie Lee Benson de más o menos prominentes ciudadanos, así como el doctor Tomás Vargas y Antonio López de Santa Anna,47 se reunieron con el objeto de considerar qué actitud debería adoptarse. Santa Anna declaró que se encontraba dispuesto a proteger la provincia con la división a su mando y que apoyaría cualquier programa que ésta adoptase. Junto con Vargas, el licenciado Víctor Rafael Márquez, Por órdenes de Guadalupe Victoria, el 19 de marzo de 1823, Santa Anna se embarcó en Veracruz, vía Tampico, hacia las Provincias Internas de Oriente con el propósito de consolidar allí la opinión en favor de la revuelta contra Iturbide (Santa Anna, Manifiesto de Santa Anna a su conciudadanos, p. 11; Muro, op. cit., i, p. 348; Lerdo de Tejada, op. cit., ii, p. 263; Wilfrid Hardy Callcott, Santa Anna, p. 48). En marzo de 1823, desde Altamira, al norte de Tampico, Santa Anna hizo circular una proclama dirigida a los habitantes de las Provincias Internas de Oriente y Occidente en la que los exhortaba a que se adhirieran al Plan de Casa Mata (Santa Anna, op. cit., pp. 21-22; cf. Callcott, op. cit., p. 49, quien dice que llegó a Tampico el 1 de abril). De Altamira marchó a Tula, donde recibió la noticia de la restauración del disuelto Congreso y del establecimiento del Supremo Poder Ejecutivo. Desde allí, el 23 de abril, felicitó a ese cuerpo y le informó que se había enterado de que las provincias internas estaban de completo acuerdo con la revolución. Dijo que volvería a la ciudad de México, vía San Luis Potosí, a menos que recibiera órdenes en contrario del gobierno nacional (“Santa Anna al Poder Ejecutivo”, Tula, 23 de abril de 1823, en su Manifiesto..., pp. 24-28). El gobierno central le contestó el 7 de mayo de 1823 y le otorgó su permiso para volver a la ciudad de México, si su presencia no era necesaria en Texas, donde había habido alguna oposición a la abdicación de Iturbide (“García Illueca a Santa Anna”, México, 7 de mayo de 1823, en ibid., pp. 23-24). Por esa fecha, Santa Anna ya había llegado a San Luis Potosí. Cuando recibió la contestación del gobierno, señaló su salida hacia la ciudad de México con las tropas que mandaba para el 30 de mayo, pero antes de esta fecha se produjeron nuevos acontecimientos que lo hicieron cambiar sus planes. En primer lugar, llegó a San Luis Potosí casi sin provisiones y con muchos de sus soldados enfermos y, en segundo lugar, encontró mucha dificultad en obtener abastecimientos para su marcha a través del país. La diputación provincial se mostró bien dispuesta a cooperar con él para ayudarlo a obtener provisiones, pero le dijo que no podía proveerlo con los abastecimientos que él había pedido. Además de la falta de provisiones, se produjo la insubordinación de sus tropas y las disputas fatales entre la infantería y la caballería. Por lo demás, a las gentes de San Luis Potosí les disgustaba la mala conducta de sus tropas. En ese estado de cosas, llegaron las noticias de lo que pasaba en Guadalajara y, a instancias de Santa Anna, se convocó a una reunión para considerar el asunto. 47 216 Antonio López de Santa Anna, Historia de Méjico desde los primeros movimientos que prepararon la independencia en el año de 1808 hasta la época presente. Méjico, J.M. Lara, 1849-1852. Biblioteca Ernesto de la Torre Villar, Institucto de Investigaciones Dr. José María Luis Mora. Nettie Lee Benson VI. Actitud de las diputaciones provinciales el teniente coronel Pedro Valdés y el teniente Tomás Requena, en representación de los ciudadanos, se acordó presentar al Congreso una enérgica petición en favor de la convocatoria de nueva asamblea, pero, mientras se esperaba respuesta del gobierno central, San Luis Potosí no seguiría a Guadalajara en cuanto se tratase de desobedecerlo. Cuando, tres días más tarde, llegó el decreto del Congreso del 21 de mayo, se decidió publicar entonces las actas de la reunión junto con la aseveración de que la llegada del decreto confirmaba la prudencia del acuerdo adoptado.48 La actitud de las provincias y las medidas adoptadas por ellas habían hecho que el Congreso expidiese el decreto del 21 de mayo, y la votación al respecto reveló los sentimientos de las provincias hacia dicho cuerpo. Setenta y uno de los miembros votaron en favor de la convocatoria y 33 en contra. Seis de los nueve repre­ sentantes de Michoacán que se hallaban presentes votaron a favor y todos los representantes presentes de Veracruz, Guadalajara, Zacatecas, Querétaro y San Luis Potosí votaron también a favor, al paso que, de los de Guanajuato, cuatro votaron a favor y uno en contra. La tercera parte de los votos negativos fueron de la provincia de México.49 El Congreso nombró ese mismo día una comisión compuesta por Bonifacio Fernández, José Valle, Carlos María de Bustamante, Prisciliano Sánchez y Francisco García a fin de que elaborasen los planes electorales,50 pero sólo fue el 9 de junio cuando se hizo la primera lectura del proyecto de ley de convocatoria al nuevo Congreso. Mientras tanto, las provincias se impacientaban cada vez más, especialmente porque el mismo día el Congreso había acordado que las Bases de una República Federal, preparadas por una comisión extraoficial del propio Congreso,51 fuesen impresas y distribuidas de inmediato. Tal decisión tuvo como efecto el aumen­to de la creciente irritación de las provincias contra el Congreso restaurado, así como el estímulo de la también creciente sospecha de su mala fe, porque muchas de las provincias se oponían irreductiblemente a que el antiguo Congreso tuviese algo que ver con la elaboración de la Constitución.52 Durante el periodo en que el Congreso restaurado fracasó en su intento por dar solución al tema de la convocatoria a uno nuevo, como lo estipulaba el Plan de Casa Mata, la cuestión había Las actas fueron firmadas por los miembros de la diputación provincial y el ayuntamiento de San Luis Potosí y por Santa Anna y los dos comisionados, Vargas y Márquez. “Triunfo de la razón...”, La Águila Mexicana, 8 de junio de 1823. 49 Mateos, op. cit., ii, p. 374. Bustamante, Diario histórico de México, p. 402, dice que algunos diputados de la provincia de México se irritaron tanto que amenazaron con retirarse del Congreso. 50 Bustamante, op. cit., p. 407. Benson, “Fray Servando Teresa de Mier, Federalist”, The Hispanic American Historical Review, xxviii, p. 516. 52 El hecho de que La Águila Mexicana, en su información sobre la sesión del 21 de mayo, omitiese la palabra “inmediatamente” del artículo referente a la convocatoria del nuevo Congreso y relatase que se había resuelto que “el Congreso actual formase las bases de la Constitución futura de la nación mandándolas imprimir y circular”, sirvió sin duda para confirmar la falta de confianza (La Águila Mexicana, 23 de mayo de 1823). La redacción aparente del precepto era: “Que se imprima y circule inmediatamente el proyecto de ‘Bases de República federativa’, de que estaba encargada una comisión de su seno” (Mateos, op. cit., p. 374; Gaceta del Gobierno Imperial de México, 24 de mayo de 1823). En el artículo, en realidad, no se declaraba que el proyecto serviría de base a la futura Constitución, aunque parece seguro que algunos diputados así lo entendían y esperaban, como lo prueban los testimonios de Bustamante, Mier y Bocanegra, todos ellos miembros de la comisión. El día 28 de mayo, Bustamante escribía en su Diario histórico, p. 412: “Se han leído hoy las bases de la futura Constitución, para una República Federal[ ]”. El 14 de mayo de 1823, Mier escribía a Ramos Arizpe: “La semana que entra saldrán a luz las bases liberales de una República representativa federal con su Congreso general, su Senado y su Congreso en cada provincia y cuanto vd. puede apetecer, todo discutido en mi casa. Después se seguirá la convocatoria y tendrán vdes.[ ] su nuevo suspirado Congreso[ ]” (Cossío, op. cit., v, p. 85). Bocanegra, razonando su oposición a la convocatoria de un nuevo Congreso, dijo: “[ ] ya el 16 de mayo, la comisión nombrada al efecto, había presentado ‘su plan de constitución política a la nación mexicana bajo las bases de república federal’” (Bocanegra, op. cit., i, p. 219.) Como Bocanegra mismo declarara, el Congreso, al mismo tiempo que había votado por la convocatoria, acordó que, hasta que se reuniera el nuevo, el actual continuase arreglando la hacienda, el ejército y la administración de justicia, lo que es prerrogativa de un cuerpo constituyente. 218 219 48 51 Nettie Lee Benson pasado a ser un problema respecto al poder de cada provincia de que ahora estaban investidas las diputaciones provinciales y respecto al poder nacional, poder que estuvo en manos, primero, del emperador, después, del Supremo Poder Ejecutivo, creación del Congreso restaurado, y, en fin, lo que era aún más importante, del propio Congreso constituyente restaurado, el cual no satisfizo ni a los monarquistas ni a los republicanos de México. VII. Evolución de las legislaturas estatales precursoras Mientras el Congreso perdía el tiempo durante la primavera de 1823, varias de las provincias —a saber: Nueva Galicia, cuya capital era la ciudad de Guadalajara y que a menudo es citada como la provincia de Guadalajara, Oaxaca, Yucatán y Zacatecas— empezaron a adoptar las disposiciones conducentes al establecimiento de gobiernos estatales independientes y otras expresaron su intención de hacerlo así. Una de las primeras en establecer su propio gobierno estatal fue precisamente Nueva Galicia, que mantuvo a Guadalajara como su capital. Ya desde abril se estaba discutiendo sobre el establecimiento de un Congreso provincial y, el 6 de ese mes, en un manifiesto firmado por “El Cuerpo de Liberales” de Guadalajara, Nueva Galicia recomendaba la pronta “instalación de nuestro Congreso provincial”, la estrecha alianza con las demás provincias en asuntos exteriores y la independencia absoluta del resto del país en cuanto a asuntos provinciales se refería.1 La diputación provincial, que había informado al Congreso constituyente restaurado que Guadalajara apoyaba el establecimiento de un nuevo cuerpo, sostuvo el 9 de mayo una reunión en la que resolvió informar al gobierno central que se había decidido por la forma de gobierno representativo federado.2 Después, durante una sesión extraordinaria celebrada el 12 de mayo, la diputación provincial deliberó sobre las medidas que Manifiesto de los liberales de Guadalajara, a sus conciudadanos, pp. 1-2. “Resoluciones de la provincia de Guadalajara y sucesos ocurridos en la misma”, La Águila Mexicana, 22 de mayo de 1823. 1 2 220 221 Nettie Lee Benson deberían adoptarse para proclamar la república federada en ca­ so de que el Congreso no convocase uno nuevo, suspendió temporalmente el cumplimiento de todos los decretos y órdenes que expi­diera el gobierno central, se constituyó, junto con tres miembros del ayuntamiento, como la suprema autoridad y última corte de apelación en la provincia y, en fin, resolvió publicar sus acuerdos en forma de un bando oficial para la ciudad de Guadalajara y la provincia de Nueva Galicia.3 Asimismo, decidió informar a todas las demás diputaciones provinciales del país sobre las medidas que había adoptado y las incitó a que se unieran para el establecimiento de una federación general. Ese mismo día expidió un extenso manifiesto en el que declaraba que Nueva Galicia favorecía una confederación de provincias similar a la de Nueva Jersey, Pensilvania, Nueva York, etc., en la que cada una gozase de un gobierno representativo popular.4 Quintanar, su jefe político, expidió por su parte una declaración dirigida a los jefes políticos y gobernadores de las otras provincias en la que hacía notar que el desprecio del Congreso para con la opinión pública había obligado a la diputación provincial de Guadalajara a exigir con apremio la elección de un nuevo Congreso y el establecimiento de un gobierno federal. Agregaba que, para impedir cualquier intento de agresión externa que pudiese resultar de esta actitud, había ordenado a sus tropas custodiar las fronteras de la provincia, pero que deseaba hacer conocer la posición de Guadalajara a fin de prevenir cualquier intento que se realizase con el propósito de dar informaciones erróneas a los jefes y habitantes de las demás provincias.5 Actas de la sesión extraordinaria del 12 de mayo de la Diputación Provincial de Guadalajara, en “Resoluciones de la provincia de Guadalajara, y sucesos ocurridos en la misma”, La Águila Mexicana, 22 de mayo de 1823. 4 Disolución del Congreso mexicano por el voto de los pueblos y manifiesto de la junta provincial de Nueva Galicia, pp. 1-8. 5 Quintanar al gobernador de Texas, Guadalajara, 12 de mayo de 1823, impreso suelto en los Bexar Archives, Universidad de Texas. 3 222 General Luis Quintanar Nettie Lee Benson VII. Evolución de las legislaturas estatales También el 12 de mayo, Quintanar informó al Supremo Poder Ejecutivo sobre la resolución de la provincia de Guadalajara, sobre la intención que él tenía de poner en ejecución dicha resolución, sobre la orden que había dado de enviar tropas a las fronteras con el objeto de impedir cualquier agresión y sobre su resolución de suspender el envío de fondos a México; y en seguida informó al pueblo de la provincia acerca de las decisiones que había adop­ tado.6 Además, en una circular dirigida al parecer a los jefes políticos de las municipalidades y provincias, Quintanar explicaba las ventajas que el sistema federado de gobierno poseía sobre el centralista; la circular concluía con la afirmación de que, en caso de que el lector, de acuerdo con la comunidad que representase, considerase adecuado el declararse por la forma federada de gobierno como la más perfecta que el discurso de los políticos hubiese podido concebir, debería hacerlo sin temor a violencia alguna por parte del actual Congreso nacional.7 La diputación provincial continuó esforzándose por el establecimiento de un gobierno federal. Sus resoluciones, así como las proclamas expedidas tanto por ella como por su jefe político, fueron distribuidas en forma impresa por todos los rincones del país, como lo demuestra la existencia de muchas de ellas en los archivos estatales y municipales a través de todo México. El mismo Quinta­ nar convirtió en una costumbre enviar por lo menos dos copias de cada documento concerniente a los acontecimientos ocurridos en Guadalajara a los ayuntamientos más importantes y a todos los jefes políticos y diputaciones provinciales.8 Después de más discusiones, los días 27 y 30 de mayo, sobre el establecimiento de un gobierno federal en México, la Diputación Provincial de Guadalajara expidió el 5 de junio una declaración de principios, respecto de los cuales se había cerciorado mientras tanto que eran completamente conformes a los de las demás provincias de la nación; expresaba su pesar, no obstante, por el hecho de que los periódicos de la ciudad de México hubiesen interpretado su actuación como contraria al bienestar general del país. Consecuentemente, la diputación provincial había resuelto que: 1) En la actualidad y hasta que se reúna el Congreso general de los estados federados, la capital de México será reconocida como centro de unión de todos ellos; 2) de manera similar, el actual Congreso y el Supremo Poder Ejecutivo serán reconocidos, entendiéndose que el Congreso tiene únicamente el carácter de cuerpo convocante; 3) la ley de convocatoria y todas las demás que puedan ser expedidas por el Congreso como “simples reglamentaciones” serán puntualmente obedecidas; 4) todas las órdenes del Supremo Poder Ejecutivo que sean dirigidas al bienestar general de los estados de la nación mexicana serán también obedecidas; 5) aquellas órdenes que se refieran únicamente al estado de Jalisco serán suspendidas de no ser aceptables para el estado; 6) todos los actuales funcionarios de este estado cualquiera que fuere su clase o rango continuarán en sus empleos, siempre y cuando sean merecedores de ellos a juicio del estado; 7) ningún puesto nuevo será creado en este estado ni serán cubiertos por el Supremo Poder Ejecutivo los puestos vacantes, sino por nombramiento del propio estado; 8) los nombramientos se restringirán únicamente a los naturales del estado y a quienes lleven siete años o más de residencia en el estado y deberán hacerse de acuerdo con los reglamentos “Proclama del Sr. Quintanar a los habitantes de Nueva Galicia sobre la separación del Congreso mexicano”, La Águila Mexicana, 23 de mayo de 1823. 7 “Gobierno político superior de Nueva Galicia. Circular”, firmada por Luis Quintanar, 13 de mayo de 1823, La Águila Mexicana, 23 de mayo de 1823. 8 Luis Quintanar al ayuntamiento de Béxar, 23 de junio de 1823, impreso suelto en los Bexar Archives, Universidad de Texas. Desde su adhesión al Plan de Casa Mata todas las diputaciones provinciales de México habían adoptado la práctica de informar a todas las demás de cada paso que daban. Esa correspondencia y comunicación entre las diputaciones provinciales de México en la época recuerda las cartas circulares de los gobernadores de un periodo más temprano de la historia de Estados Unidos. En los Bexar Archives se pueden hallar comunicaciones de esa época de las diputaciones provinciales de todo México. Cuando ocurría un suceso importante o alguno de esos cuerpos tomaba una decisión grave, se publicaba un informe completo y se distribuían ejemplares por todo el país. 224 225 6 Nettie Lee Benson para el gobierno provisional del estado, que serán publicados tan pronto como sea posible, y 9) estas medidas serán comunicadas al Congreso nacional y al gobierno de la ciudad de México y serán impresas y distribuidas a los demás estados de la nación y a todas las poblaciones del estado de Jalisco.9 Al día siguiente, Quintanar envió seis ejemplares del documento al ministro de relaciones interiores y exteriores a fin de que el Supremo Poder Ejecutivo supiese que la Diputación Provincial de Guadalajara de la provincia de Nueva Galicia estaba actuando con intenciones justas y honestas y tratando de evitar un rompimiento por su parte y que la diputación provincial no tenía propósitos egoístas, tal como se había afirmado en la ciudad de México.10 La diputación provincial, convencida de que al fin era llegada la hora de gobernarse a sí mismos y, por lo tanto, de establecer un gobierno estatal, en sesión extraordinaria del 16 de junio, adoptó e hizo del conocimiento de los “habitantes del estado libre de Jalisco” un plan de gobierno provisional para el “nuevo estado”. Los veinte artículos del plan decían: 1) La provincia conocida en el presente como Guadalajara será lla­mada en adelante el estado libre de Jalisco. 2) Al presente, su territorio está formado por los 28 distritos que formaban la intendencia de Nueva Galicia: Guadalajara, Acapo­ neta, Ahuacatlán, Autlán, Barca, Colima, Cuquío, Compostela, Colotlán, junto con el de Nayarit y el corregimiento de Bolaños, Etzatlán, Hostotipaquillo, Lagos, Mascota, Real de San Sebastián, San Blas, Santa María del Oro, Sayula, Sentispac, ToActas de la sesión de la Diputación Provincial de Guadalajara del 5 de junio de 1823, Gaceta del Gobierno Supremo de México, 14 de junio de 1823; El Sol, 15 de junio de 1823; y Pérez Verdía, op. cit., ii, pp. 206-207. También en forma de folleto impreso, con pie de imprenta de Guadalajara, en los Bexar Archives, Universidad de Texas. 10 “Quintanar al ministro de Relaciones Interiores y Exteriores”, Guadalajara, 6 de junio de 1823, Gaceta del Gobierno Supremo de México, 14 de junio de 1823. 9 226 VII. Evolución de las legislaturas estatales matlán, Tala, Tepatitlán, Tepic, Tlajomu1co, Tequila, Tonalán, Tuzcacuesco, Zapotlán el Grande y Zapopan. 3) El estado de Jalisco es libre, independiente y soberano dentro de sí mismo, y no reconocerá relación con los otros estados o provincias distintas de la de hermandad y confederación. 4) Su religión será como siempre la Religión católica apostólica romana, sin tolerancia de ninguna otra. 5) Su gobierno será popular y representativo. 6) Consecuentemente, el estado tiene el derecho de redactar su propia Constitución y de forjar, junto con los demás estados que se confederen a él, las relaciones generales entre todos. 7) Todos los habitantes del estado tienen el derecho de votar en las elecciones para los representantes que constituirán el Congreso constituyente provincial. 8) Todos los habitantes del estado gozan de los derechos inalienables de libertad, seguridad, igualdad y propiedad y el estado está obligado a garantizarlos. 9) A su vez, los habitantes del estado están obligados a respetar y obedecer a las autoridades establecidas y a contribuir al mantenimiento del estado en la época y forma en que éste ordene. 10) En este estado los tres poderes, legislativo, ejecutivo y judicial, nunca podrán coincidir en una misma persona o cuerpo ni dos poderes podrán estar combinados. 11) Hasta que el Congreso constituyente provincial sea establecido, el poder legislativo estará depositado en la diputación provincial. 12) Sus funciones se restringirán a la preparación de la convocatoria del Congreso constituyente provincial y a dictar los reglamentos provinciales que pueda requerir la observancia de las leyes vigentes. 13) El poder ejecutivo del estado residirá en el jefe político en funciones, quien en lo futuro se llamará gobernador del estado de Jalisco. 14) El poder ejecutivo conservará el orden interno y externo en el estado y tendrá el mando del ejército. 227 Nettie Lee Benson 15) Al poder ejecutivo, de acuerdo con la diputación provincial, corresponde el nombramiento de los empleados del estado de que se habla en el artículo del bando oficial de 5 de junio, el cual será observado en todas sus partes. 16) El poder judicial en el estado será ejercido por las autoridades actualmente establecidas y la audiencia será la corte de más alta apelación. 17) Los ayuntamientos y otros cuerpos y autoridades, tanto civiles como militares y eclesiásticas, continuarán en el ejercicio de las funciones que les fueron delegadas. 18) El estado será gobernado por la Constitución Española y las leyes existentes, en todo lo que no se contradiga con el presente plan. 19) Se comunicará este plan de gobierno provincial a todas las autoridades y corporaciones del estado para que se proceda a su difusión y observancia. 20) Todo dignatario o persona de cualquier rango que se niegue a observar este plan deberá solicitar, a más tardar tres días contados después de su promulgación, su pasaporte para salir del estado en el tiempo que el gobierno señale.11 El acta de esa sesión extraordinaria fue publicada en forma de bando oficial el día 21 de junio junto con una extensa proclama de Quintanar, en la que éste pasaba revista a los acontecimientos políticos sucedidos desde 1821. Afirmaba que el pueblo mexicano había deseado el establecimiento de una república desde el comienzo mismo de la independencia, pero que la realización de sus deseos se había visto impedida primero por el Plan de Iguala y luego por el deseo de Iturbide de ser emperador. Habiendo comprendido rápidamente la usurpación de sus derechos naturales, el pueblo había derrocado al tirano; después, las provincias ha- VII. Evolución de las legislaturas estatales bían tenido que oponerse a las órdenes de un segundo tirano, el Congreso nacional restablecido. Como resultado lógico de ello, no había Congreso nacional, pues la autoridad de los diputados había sido anulada por sus representados. Por ende, no había gobierno nacional en México, la nación había vuelto a su estado natural y, consecuentemente, las respectivas diputaciones provinciales, cuyos miembros fueron elegidos por el pueblo, estaban plenamente autorizadas por el pueblo mismo para señalar el camino que debía seguirse. La Diputación Provincial de Guadalajara, actuando según estos principios y deseando que el pueblo eligiera sus propios representantes al Congreso constituyente provincial, limitaría por lo tanto sus actividades a la expedición de la convocatoria a elecciones y a la promulgación de aquellos reglamentos que no admitiesen demora.12 Con este manifiesto y el acta de la sesión del 16 de junio de la diputación provincial, el 23 del mismo mes Quintanar envió a todas las diputaciones provinciales de México y a los ayuntamientos de cada capital de provincia varias circulares que con­tenían el plan de gobierno provisional del estado de Jalisco, gobierno que había sido solemnemente instalado el 22 de junio de 1823. Añadía que el deseo de Jalisco no era otro que el de unirse mediante los lazos más estrechos de la hermandad y la confederación con los nuevos estados que pudiesen formar otras provincias y pedía que los dirigentes políticos hicieran saber a sus electores que el gobierno provisional del estado de Jalisco se hallaba actuando.13 Las órdenes y decretos que el gobierno central de México continuó enviando a Quintanar y a la Diputación Provincial de Guadalajara fueron ora aceptados, ora rechazados, ora modificados por ese cuerpo. Cuando, el 25 de junio, llegó el decreto que el Actas de la sesión extraordinaria de la diputación provincial de Guadalajara del 16 de junio, 1823, pp. 7-9. Estas actas fueron impresas en Guadalajara por Urbano Sanromán en un folleto de once páginas sin título. Manifiesto del capitán general a los habitantes del estado libre de Xalisco, firmado en Guadalajara el 21 de junio de 1823 por Luis Quintanar. 13 “Quintanar al ayuntamiento de San Fernando de Béjar, Texas”, firmado en Guadalajara el 23 de junio de 1823 por Luis Quintanar, circular impresa intitulada Gobernación del Estado libre de Xalisco, en los Bexar Archives, Universidad de Texas. 228 229 11 12 Nettie Lee Benson VII. Evolución de las legislaturas estatales Congreso restaurado expidió el día 17 para promulgar la ley electoral que gobernaría la elección del Congreso nacional constituyente, dicho decreto fue turnado a la comisión que anteriormente había nombrado la diputación provincial con el propósito de que redactara, cosa que ya había hecho, la ley electoral para convocar al Congreso constituyente provincial. El 27 de junio, la comisión recomendó que la ley nacional fuese fielmente obedecida, pero en el entendimiento específico de que la nación mexicana debería tener un gobierno popular, representativo y federal, de acuerdo con la voluntad general manifestada por Jalisco el 5 de junio. La recomendación proseguía así: Art. 1. Los diputados que serán nombrados en este estado al Congreso general constituyente mexicano constituirán a la grande Nación del Anáhuac bajo el sistema de República Federal conforme a la voluntad uniforme y general del país. Art. 2. Consecuentemente, procederán inmediatamente a sentar las bases de la federación general de los estados mexicanos y a formar la Constitución general de todos ellos. A este objeto únicamente se han de limitar los poderes que se les otorgan. Art. 3. Las bases de la federación y la Constitución general de los estados federados no serán promulgadas como ley hasta que sean ratificadas por los Congresos provinciales de los propios estados. Art. 4. Visto que en un sistema de gobierno federativo cada estado federado no puede tener más que un voto en el Congreso federado, para evitar gastos inútiles a este estado, sólo se elegirán en él tres diputados en propiedad y otros tantos suplentes para el Congreso general constituyente mexicano. Art. 5. Los poderes de estos diputados serán revocables a juicio del Congreso provincial en los términos que él determinare luego que se haya instalado. Art. 6. Al día siguiente de la elección de diputados al Congreso general constituyente mexicano se nombrará a los individuos que han de formar el Congreso provincial constituyente de este estado, que deberán ser quince propietarios y cinco suplentes. 230 Art. 7. Los individuos de este Congreso provincial deben ser mayores de 25 años, nacidos en el estado o avecindados en él con residencia de siete años, ya sean del estado seglar, ya del eclesiásti­ co secular, pero no podrán ser nombrados más que tres eclesiás­ ticos en la clase de propietarios y uno en la de suplentes. Art. 8. Luego que se verifique la elección de los individuos del Congreso provincial constituyente, se les pasarán los correspondientes avisos para que a la mayor brevedad posible se trasladen a esta capital, a fin de que se proceda a la instalación del Congreso. Art. 9. Ésta se hará en el momento en que estén reunidas las dos terceras partes de los individuos del Congreso en los términos que disponga un decreto particular relativo a este punto. Art. 10. Verificada que sea la instalación del Congreso, se disolverá la diputación provincial actual, y el mismo Congreso determinará lo que estime conveniente en cuanto a la autoridad que deba desempeñar las funciones que están cometidas a la diputación. Art. 11. El Congreso constituyente provincial se encargará principalmente de formar la Constitución particular del estado bajo el sistema de gobierno popular, representativo, federado que ha sido pronunciado con tanta decisión como firmeza por todos los pueblos del mismo estado. Art. 12. A todos los individuos del Congreso provincial se les abonará por razón de viático, un peso por cada legua de venida y vuelta y por razón de dietas se abonarán 150 pesos mensuales a todos los que no sean empleados, ya civiles, ya militares, ya eclesiásticos, y si estos empleados tuvieren de renta una cantidad menor que la expresada, se les completará lo que falte. La recomendación de la comisión fue aprobada íntegramente por la diputación provincial y enviada al gobernador Quintanar para su publicación.14 El bando impreso de 12 pp., firmado por Quintanar en Guadalajara el 1 de julio de 1823 y rotulado El ciudadano Luis Quintanar. Gobernador del estado libre de 14 231 Nettie Lee Benson VII. Evolución de las legislaturas estatales A fin de que todos supieran lo que estaba haciendo el estado de Jalisco, el día 1 de julio de 1823 Quintanar ordenó la publicación y circulación de un bando oficial que incluía el acta completa de la reunión y la ley electoral nacional, junto con una orden en el sentido de que se siguieran estrictamente las interpretaciones que de esta última hacía la diputación provincial.15 El 3 de septiembre, la diputación provincial adoptó y publicó un programa referente a la instalación del Congreso constituyente de Jalisco.16 Para el 10 de septiembre ya estaba terminado el proceso electoral y habían sido elegidos los respectivos diputados.17 El 14 de septiembre, en fin, día señalado para la fecha de su instalación, el Congreso de Jalisco fue legalmente constituido y Quintanar tuvo a su cargo el discurso de recepción. Los días 14, 15 y 16 se destinaron a celebrar tan esperado acontecimiento y durante ellos fueron cerrados todos los establecimientos comerciales y la ciudad decorada e iluminada; por las tardes se celebraron desfiles y conciertos y por las noches una serenata en la plaza principal.18 Las sesiones regulares del Congreso estatal de Jalisco empezaron el día 18 y el primer decreto fue el correspondiente a la disolución de la antigua diputación provincial, cuyas funciones pasaban a ser las del Congreso, al cual fueron transferidos los archivos de aquélla y el dinero existente en sus arcas.19 De esta manera inició su existencia la primera legislatura del estado de Jalisco. Así como Guadalajara fue la primera provincia de México cuya diputación provincial declaró su intención de establecer un Congreso provincial, Oaxaca fue la primera que se convirtió en un estado federal. El proceso para ello se inició poco después de la adopción del Plan de Casa Mata. El 24 de febrero de 1823, en una sesión conjunta de la diputación provincial y el ayuntamiento de la ciudad de Oaxaca presidida por Nicolás Bravo, fueron elegidos los 19 miembros destinados a formar la Junta Gubernativa Provisional. Instalada diez días más tarde con el mayor regocijo, la junta asumió el gobierno de la provincia de Oaxaca y, durante cierto tiempo, tomó el lugar de la diputación provincial.20 El establecimiento de un cuerpo de tal naturaleza, aunque sólo fuese provisional, tendía a la creación de una república federal, para la cual no se encontraba listo el país, en opinión de Carlos María de Bustamante.21 Su existencia fue efímera, pues en algún momen- Xalisco, se encuentra en los Bexar Archives, Universidad de Texas. Las actas de la sesión del 27 de junio fueron publicadas en La Águila Mexicana, los días 14 y 15 de julio de 1823. Bocanegra, op. cit., i, pp. 266-267, trae las resoluciones aprobadas en aquella reunión. 15 “Luis Quintanar al ayuntamiento de San Fernando de Béjar, Texas”, firmada en Guadalajara el 1 de julio de 1823, circular impresa sin título en los Bexar Archives, Universidad de Texas. 16 “Bando publicado el 11 del corriente en la ciudad de Guadalajara”, La Águila Mexicana, 21 de septiembre de 1823. 17 Fueron elegidos como propietarios Prisciliano Sánchez, Pedro Vélez, el doctor José María Gil, Antonio Méndez, Anastasio Bustamante, José Miguel Gordoa, Este­ van Huerta, José María Castillo Portugal, Juan Nepomuceno Cumplido, Urbano Sanromán, Vicente Ríos, Manuel Cervantes, Santiago Guzmán e Ignacio Navarrete. Los suplentes fueron el doctor Diego Aranda, José Ignacio Cañedo, Justo Corro, Es­tevan Aréchiga y Rafael Mendoza, La Águila Mexicana, 19 de septiembre de 1823. Es interesante hacer notar que siete de los diputados electos al primer Congreso constituyente de Jalisco habían servido anteriormente en cuerpos legislativos: José Miguel Gordoa, en las Cortes españolas, Sánchez, Cañedo y Castillo Portugal, en el Congreso mexicano, y VéIez, Gil y Sanromán, en la diputación provincial. Dos miembros de ésta, Jesús Huerta y Juan Cayetano Portugal, resultaron electos al Congreso constituyente nacional en esa misma ocasión; en el caso de Zacatecas, asimismo, Gómez Farías y Covarrubias fueron reelectos al Congreso nacional y de nueva elección fueron Juan de Dios Cañedo, José María Castro, Rafael Alderete, Juan José Romero, José Miguel Ramírez y el doctor Antonio Montenegro. 232 “Manifestación del gobernador del estado al congreso provincial en su instalación”, La Águila Mexicana, 4 de octubre de 1823; “Proclama del ciudadano Luis Quintanar a los habitantes de Jalisco”, La Águila Mexicana, 25 de septiembre de 1823; “Noticias nacionales”, La Águila Mexicana, 21 de septiembre de 1823. 19 “Congreso constituyente del estado de Jalisco”, La Águila Mexicana, 15 de octubre de 1823. 20 Bustamante, El honor y patriotismo del general D. Nicolás Bravo, p. 31; Castillo Negrete, op. cit., xv, pp. 348-349. 21 Bustamante, Diario histórico de México, p. 303. 18 233 Nettie Lee Benson VII. Evolución de las legislaturas estatales to de abril fue disuelto y restablecida la diputación provincial.22 No se conocen detalles sobre las actividades de la diputación provincial una vez restablecida;23 y tampoco se conoce el contenido de sus resoluciones, pero parece ser que causaron cierta agitación en Oaxaca en contra del Congreso nacional restaurado.24 En sus comentarios sobre las diputaciones provinciales de México, Bustamante escribió el 2 de mayo que éstas, al igual que la de Oaxaca, estaban convirtiéndose en madrastras de la nación, en vez de constituir su apoyo, pues, siendo incapaces de gobernar sus propias provincias, deseaban regir todo el país.25 No son muy claros los detalles conocidos sobre los acontecimientos que tuvieron lugar en Oaxaca en la segunda quincena de abril y durante el mes de mayo. Al parecer, la provincia no se hallaba conforme con las actuaciones del Congreso nacional restaurado y trataba de ejercer presión sobre él. Hacia el 1 de junio, la confian­ za había declinado a tal extremo que la diputación provincial decidió declarar su completa independencia del gobierno central de México. Ese día, en una reunión de la diputación, Antonio León, el jefe político, dijo que en la última reunión se había acordado que debía convocarse a una sesión extraordinaria cuando fuere necesario y que tal ocasión ya había llegado.26 Una comisión del ayuntamiento de la ciudad de Oaxaca informó que el pueblo deseaba una república federal y que una gran mayoría de quienes se habían reunido en la ciudad se mostraba favorable a separarse del gobierno central de México y a la consiguiente creación de un estado federado. Después de consultar con los altos funcionarios municipales y militares, la diputación, junto con los representantes de otros cuerpos locales, votó unánimemente por declarar la separación total del gobierno central con sede en la ciudad de México. Una comisión compuesta por representantes de la diputación provincial, el ayuntamiento y el ejército presentó al día siguiente un proyecto para el establecimiento de un gobierno provisional para la provincia de Oaxaca.27 De acuerdo con el proyecto, Oaxaca profesaría una sola religión, la de la Iglesia católica romana; la soberanía sería ejercida únicamente por la provincia, en el seno de un sistema federal, mediante un Congreso provincial establecido sobre las bases de libertad, igualdad, propiedad y seguridad; los miembros del Congreso serían designados en elecciones de partido en la forma que había sido establecida en la convocatoria; hasta que se reuniera el Congreso, el mando del ejército lo ejercería el comandante general de la provincia, y todos los demás asuntos serían de la competencia de la Junta Superior Gubernativa.28 Este cuerpo se limitaría a aprobar los reglamentos y acuerdos esenciales y no efectuaría nombramientos ni cubriría cargos públicos, salvo, provisionalmente, en los casos más urgentes. Tan pronto como se reuniese la mitad más uno de los diputados, el Congreso comenzaría a actuar y, por consiguiente, la junta sería disuelta. Todas las leyes existentes que no fuesen contrarias al sistema de gobierno federal continuarían vigentes hasta que el Congreso acordase otra cosa. Las órdenes procedentes del gobierno central de la ciudad de México no serían reconocidas y los diputados de Oaxaca al Congreso nacional debían volver a la provincia. La Junta Superior Gubernativa adoptaría las medidas necesarias en caso de acontecimientos extraordinarios. Banegas Galván, Historia de México, ii, p. 404, dice que la junta fue disuelta a principios de abril; Bustamante, Diario histórico de México, p. 381, que fue disuelta antes del 24 de abril y que la diputación provincial reasumió sus funciones. 23 Ibid., p. 381. 24 Banegas Galván, op. cit., ii, p. 404. 25 Bustamante, Diario histórico de México, p. 388. 26 Bustamante, op. cit., p. 425, dice que la sesión fue convocada inmediatamente después de la llegada a Oaxaca del correo que llevaba el decreto del 21 de mayo. 27 22 234 “Acta de la ciudad de Oajaca”, La Águila Mexicana, 22, 23 y 24 de junio de 1823. Se invitó al clero a participar en la junta, pero aquél difirió su actuación hasta más tarde y entonces envió una protesta al gobierno central. “Oaxaca”, Gaceta del Gobierno Supremo de México, 3 de julio de 1823. 28 En el plan no se mencionaba cómo debía establecerse la Junta Superior Gubernativa. La creada por Bravo se componía de miembros escogidos por la diputación provincial, el ayuntamiento y los funcionarios militares y eclesiásticos. Probablemente la junta a que se hace mención haya estado formada de manera similar. 235 Nettie Lee Benson VII. Evolución de las legislaturas estatales Se constituiría un consejo de guerra provincial, nombrado por la junta y compuesto por tres oficiales militares que no fuesen a su vez miembros de ésta. El comandante general no debería adoptar ninguna clase de acuerdos sin contar con la aprobación mayoritaria del consejo de guerra provincial, el cual debería mantener informada a la Junta Superior Gubernativa acerca de las decisiones de carácter militar. La provincia, que no tenía ambiciones territoriales, limitaría su fuerza militar a la que fuese suficiente, en opinión del consejo de guerra, para mantener el orden dentro de la provincia y para resistir cualquier agresión del exterior. No se preveía que aquellas provincias que aún no se pronunciaban por el sistema federal de gobierno cometieran actos de hostilidad contra Oaxaca, pero, en caso de que ello sucediese, la provincia que lo hiciere sería considerada como enemiga. Ante un acto de tal naturaleza, la provincia de Oaxaca se reservaba todos sus derechos y los exigiría siempre en el Congreso general de la nación. Finalmente, quienes fuesen declarados culpables de enemistad declarada contra el sistema federal de gobierno serían expulsados de la provincia.29 El plan fue adoptado de inmediato, la convocatoria para elecciones expedida poco después y, como podía suponerse, las elecciones se verificaron pronto.30 El 6 de julio, el Congreso provincial del estado libre de Oaxaca quedó debidamente instalado. Sus primeros acuerdos fueron decretar la supresión de la Junta Provincial Gubernativa y asumir las responsabilidades de la antigua dipu­ tación provincial.31 La conversión de ese cuerpo, de consejo asesor como era, en un Congreso provincial se había consumado así en Oaxaca.32 “Bases provinciales con que se emancipó la provincia de Oaxaca”, La Águila Mexicana, 11 de junio de 1823; también fueron publicadas en Oaxaca en forma de pliego suelto, reimpreso en Puebla, con el título La provincia de Oaxaca independiente de México. Lucas Alamán, ministro de relaciones interiores, informó al Congreso de lo ocurrido en Oaxaca en una sesión secreta celebrada el 10 de junio. Ese mismo día, Bustamante dijo al Congreso que Oaxaca había perdido la razón y que debería ser tratada como un demente o un niño. Pidió que no se adoptasen medidas enérgicas en contra de la provincia, sino que se la tolerase hasta que su fiebre federal hubiese cedido, su vértigo pasado y hubiese recuperado la razón. Bustamante, Diario histórico de México, p. 426; en esa misma fecha, no obstante, escribió una fuerte réplica a la proclama de independencia de Oaxaca, la hizo publicar con el título de Examen crítico sobre la federación de las provincias y envió copias de ella a Oaxaca, ibid., p. 427. 30 No se ha hallado la convocatoria de las elecciones ni ha podido determinarse la fecha en que se verificaron. El 18 de junio de 1823, Bustamante escribió en su Dia- rio histórico de México, p. 440, que Oaxaca ya había expedido la convocatoria para las elecciones de su Congreso provincial, que debía instalarse el 1 de julio. En esa época, se necesitaban cerca de 10 días para la llegada a México de noticias de Oaxaca; por lo tanto, es probable que la convocatoria fuese expedida más o menos el 8 de junio. Como el Congreso se instaló el 6 de julio, probablemente las elecciones se celebraron durante las últimas dos semanas de junio. Banegas Galván, Historia de México, ii, p. 419, dice que el último acto electoral se verificó el 1 de julio, pero no se apoya en autoridad alguna. 31 “Bando publicado en Oajaca”, La Águila Mexicana, 15 y 19 de julio de 1823; Bustamante, Diario histórico de México, pp. 481-482; Victoriano D. Báez, Compendio de historia de Oaxaca, p. 114; Francisco Belmar, Breve reseña histórica y geográfica del estado de Oaxaca, p. 26. 32 El tercer decreto expedido por el Congreso de Oaxaca, el 28 de julio de 1823, establecía el plan de gobierno para la provincia hasta la “proclamación de la Constitución general de la nación y la de la provincia misma”. El artículo 2 decía que el territorio conocido hasta entonces como el de Oaxaca se llamaría en adelante el “estado libre de Oaxaca” y el artículo 3 establecía que el estado de Oaxaca se compondría de los veinte distritos que formaban la antigua intendencia de Oaxaca y los enumeraba. Los artículos 4, 5, 6, 7 y 10 manifestaban la intención del estado de Oaxaca de continuar formando parte de la nación mexicana. Oaxaca reconocía al gobierno nacional en funciones como centro de unión de los estados mexicanos federados hasta que se reuniera el nuevo Congreso nacional, reconocía asimismo al actual Congreso sólo con el carácter de convocante de uno nuevo y se reservaba el derecho de obedecer o rechazar todas las leyes y órdenes que contradijeran las de Oaxaca, restricción que cesaría luego que estuviera instalado el nuevo Congreso nacional; todas las leyes y órdenes no contrarias al sistema federal eran reconocidas como válidas y Oaxaca no proclamaría su Constitución estatal antes de la aprobación de la del gobierno nacional. Tanto “Noticias nacionales” (La Águila Mexicana, 13 de agosto de 1823) como “Oficio con que el congreso provincial de Oajaca da parte de su Instalación al Supremo Poder Ejecutivo de la Nación” (ibid., 19 de julio de 1823) y Bustamante (Diario histórico de México, pp. 481-482) explican la actitud de Oaxaca hacia el gobierno nacional. 236 237 29 Nettie Lee Benson VII. Evolución de las legislaturas estatales Yucatán fue la segunda provincia que estableció un Congreso constituyente después de su adhesión al Plan de Casa Mata. El 4 de marzo de 1823, la diputación provincial de Yucatán había asumido el gobierno completo de esa intendencia. Como algunos de sus miembros no creían que ese cuerpo debía tener la autoridad ejecutiva y militar, además de las funciones legislativas,33 se decidió establecer un cuerpo electoral provisional de cinco miembros, elegidos por sufragio popular, cuyas funciones serían determinadas por la propia diputación provincial junto con representantes del ayuntamiento de Mérida, el clero y el ejército, y se ordenó que las elecciones correspondientes se iniciaran el 27 de abril en las parroquias y se completaran en la capital de la provincia el 18 de mayo.34 Una vez que el general Melchor Álvarez, capitán general y jefe político nombrado por Iturbide, se retiró a Champotón, pues no deseaba verse envuelto en los acontecimientos de entonces, Pedro Bolio y Torrecilla se convirtió en jefe político, de acuerdo con la Constitución española de 1812, y la diputación provincial empezó a considerar el problema de proveer el cargo de comandante de la provincia. En realidad, desde la época de su adhesión al Plan de Casa Mata, la Diputación Provincial de Yucatán había estado dirigiendo todos los asuntos de la provincia, dado que la consideraba libre. Después de nombrar a José Segundo Carvajal como capitán general el 26 de mayo, Álvarez informó a ese cuerpo de su deseo de reasumir sus deberes, pero se le respondió que debería apelar ante la Junta Provisional Administrativa, que iba a ser instalada en breve.35 Hacia fines de mayo, la diputación provincial estaba dando los pasos definitivos para transformar la provincia en estado federal. En una sesión extraordinaria celebrada el 29 de mayo, escuchó las peticiones de un gran número de ciudadanos, dignatarios y soldados en el sentido de que Yucatán debería proclamar su intención de formar parte de la nación mexicana únicamente en el marco de un sistema federal que le permitiese expedir su propia Constitución y las leyes que ella misma considerase adecuadas para el bienestar de la provincia. En el gobierno nacional se delegaría el poder de hacer tratados, declarar la guerra y dirigir los asuntos de interés para la nación considerada en su conjunto, así como el nombrar el cuerpo diplomático, los oficiales del ejército, desde brigadieres, y los dignatarios superiores de la Iglesia, desde obispos. La designación de todas las demás autoridades provinciales se reservaba al “Senado” de Yucatán y la responsabilidad de proveer con su parte a los gastos nacionales se delegaba en el gobierno estatal.36 A fin de conocer el sentir de la opinión pública a este respecto, la diputación provincial reunió a representantes de las autoridades municipales y eclesiásticas, del ejército y a todos los electores provinciales escogidos para elegir a los miembros de la Junta Provisional Administrativa, muchos de los cuales se encontraban en Mérida en esa época. Todos estuvieron de acuerdo en aprobar las medidas establecidas en las peticiones, así como en elegir la junta provisional o cuerpo ejecutivo compuesto de cinco miembros que gobernaría la provincia yucateca hasta que se eligiese e instalase el Congreso constituyente del estado. A este efecto, Tiburcio López, Pablo Lanz, Francisco Facio, Simón Ortega y Raymundo Pérez fueron nombrados inmediatamente para integrar la junta.37 La Diputación Provincial de Yucatán, los electores provinciales y los representantes de las varias entidades provinciales y municipales de Mérida dieron a la junta las siguientes instrucciones: 1) que ejerciese las funciones ejecutivas antiguamente ejercidas Ancona, op. cit., iii, p. 265. Un manifiesto hecho por la comisión, las recomendaciones de la misma y las actas de la diputación provincial fueron publicados en La Águila Mexicana, 13, 14 y 15 de mayo de 1823. 35 Ibid.; Ancona, op. cit., iii, pp. 272-273. 33 34 238 Ibid., iii, pp. 274-275; “Viva la república federada de Yucatán”, La Águila Mexicana, 20 de junio de 1823. 37 Manuel León, Pablo Moreno, Perfecto Barranda, José María Meneses y Benito Aznar fueron nombrados suplentes, ibid.; Ancona, op. cit., iii, pp. 275-276. 36 239 Nettie Lee Benson VII. Evolución de las legislaturas estatales por la diputación provincial conforme a la Constitución española de 1812 y los decretos de las Cortes, siempre y cuando éstos no fueran contrarios a la forma republicana de gobierno y estuviesen de acuerdo con las necesidades de la provincia; 2) que convocase a una elección popular para designar a los electores, los cuales, a su vez, elegirían a los diputados al Congreso provincial sobre la base de un diputado por cada 25 mil habitantes (los electores provinciales designados deberían reunirse en Mérida el 1 de agosto de 1823 a fin de nombrar a los diputados respectivos), y 3) que se disolviera inmediatamente después de que el Congreso provincial quedase constituido.38 Los miembros de la junta tomaron posesión de sus cargos el 30 de mayo y una relación del suceso fue distribuida ampliamente en la provincia, toda la cual aprobó las resoluciones. Incluso Campeche, que había estado objetando las actividades de la diputación provincial, sancionó el plan federal.39 El 6 de junio de 1823, la junta convocó a elecciones de diputados al Congreso provincial constituyente.40 Las elecciones municipales se realizaron el 29 de junio, las de distritos, el 13 de julio y las provinciales, el 27 de julio.41 El 20 de agosto, el Congreso constituyente de Yucatán quedó constituido en medio de gran regocijo;42 e inmediatamente empezó a redactar leyes y una constitución para el estado de Yucatán.43 Zacatecas fue la cuarta intendencia que se declaró estado “libre”. Una de las voces más fuertes e insistentes que se escucharon en el restaurado Congreso nacional, en cuanto se refería a la convocatoria de un nuevo cuerpo legislativo y a la concesión de una mayor autonomía provincial, fue la del diputado por Zacatecas Valentín Gómez Farías. En su Voto particular... del 19 de abril, había propuesto la conversión de las diputaciones provinciales en verdaderos congresos estatales y expresado el deseo de “Viva la república federada de Yucatán”, La Águila Mexicana, 20 de junio de 1823, la cual reproduce en su totalidad las actas de las sesiones de los días 29 y 30 de mayo. Véase también Ancona, op. cit., iii, pp. 277-278; Acereto, “Historia política desde el descubrimiento europeo hasta 1920”, en Enciclopedia yucatanense, iii, pp. 179-180. 39 Ibid.; Ancona, op. cit., iii, pp. 278-279; “Viva la unión del estado yucateco”, firmado en Campeche el 31 de mayo de 1823, La Águila Mexicana, 15 de julio de 1823. 40 “La junta provincial de la república de Yucatán a sus habitantes”, La Águila Mexicana, 16 de julio de 1823. 41 “La honorable junta provisional gubernativa de la república...”, El Sol, 14 de julio de 1823. 42 Los diputados fueron Francisco Genaro Cícero, Eusebio Villamil, Pedro José Guzmán, José Ignacio Cervera, Perfecto Baranda, Manuel Milanés, Juan de Dios Coshaya, Pedro Manuel Regil, Agustín López de Llergo, Pedro Almeida, Miguel Errasquín, Manuel Jiménez, Pedro Sousa, Juan Nepomuceno Rivas, Juan Evange- lista Echanova, José Antonio García, José María Quiñones, Joaquín García Rejón, Manuel León, Pablo Moreno y Tiburcio López Constante, “Instalación y apertura del congreso constituyente del estado yucateco, verificada el día 20 de agosto de 1823”, El Sol, 24 de septiembre de 1823, y Ancona, op. cit., iii, p. 279. 43 Alamán, ministro de relaciones interiores, reprendió a Yucatán por haber proclamado una república federal y calificó esa acción de prematura y anárquica: Acereto, “Historia política desde el descubrimiento europeo hasta 1920”, en Enciclopedia yucatanense, iii, p. 180; “Oficio dirigido al diputado d. Manuel Crescencio Rejón por el secretario del H.P.E. de Yucatán”, La Águila Mexicana, 25 de octubre de 1823. El Congreso constituyente de Yucatán respondió el 27 de septiembre, negando que Yucatán tuviera intención alguna de retirarse de la nación mexicana, pero sosteniendo el derecho de formar su propia Constitución estatal y de que lo mismo hiciera cada provincia o estado. Para explicar más su actitud con respecto al gobierno central, el Congreso yucateco incluía el decreto del 27 de agosto, que establecía los principios o bases del estado federal yucateco. En el decreto se declaraba: 1) que el estado de Yucatán era soberano e independiente de la dominación de cualquier otro, fuere el que fuere; 2) que la soberanía residía en los habitantes del estado y a ellos solos tocaba exclusivamente el derecho de dirigir su régimen interior y acordar y redactar la Constitución y las leyes de la provincia; 3) que era la voluntad del estado confederarse sobre bases de equidad y con pactos de absoluta justicia con los demás estados independientes que componían la nación mexicana para formar una república federal; 4) que el ejercicio del poder supremo del estado se conservaría dividido, para no confundirse jamás, en legislativo, ejecutivo y judicial; 5) que el gobierno del estado sería popular, representativo y federal; 6) que todos los funcionarios públicos eran delegados y agentes del pueblo y, como tales, sujetos en todo tiempo a justa responsabilidad, y 7) que el territorio del estado era un asilo inviolable para las personas y propiedades de toda clase pertenecientes a extranjeros; ibid.; Ancona, op. cit., iii, pp. 280-283; Acereto, op. cit., pp. 180-181 y 440-441. 240 241 38 Nettie Lee Benson VII. Evolución de las legislaturas estatales las provincias de gozar de autonomía en lo referente a los asuntos provinciales;44 en otras palabras, defendía los “derechos de los estados”. Que Gómez Farías hablaba en nombre de su provincia lo confirma el hecho de que la Diputación Provincial de Zacatecas, una vez que recibió un ejemplar del Voto particular..., no sólo lo aprobó sino que dirigió al Congreso nacional una comunicación en ese mismo sentido.45 Al igual que su vecina, la provincia de Nueva Galicia, Zacatecas se cansó al fin de importunar al renuente Congreso restaurado. La diputación provincial, con asistencia de dos miembros del ayuntamiento de la ciudad de Zacatecas, llegó el 18 de junio a un acuerdo sobre un plan provisional de gobierno,46 y el 12 de julio expidió las órdenes para la convocatoria al Congreso constituyente del estado y para la consti­ tución de un gobierno provincial del estado libre de Zacatecas, el cual actuaría hasta que se reuniese el Congreso constituyente estatal. Tanto el plan provisional de gobierno, expedido el 18 de junio, como el de convocatoria al Congreso estatal contenían sus­tancialmente las mismas previsiones que los planes de Nueva Galicia, expedidos en Guadalajara los días 5 y 16 de junio. Vale la pena hacer notar, no obstante, tres puntos del plan de Zacatecas: 1) el estado de Zacatecas comprendía ocho distritos; a saber: Aguascalientes, Fresnillo, Juchipila, Mazapil, Nieves, Pinos, Sombrerete y Zacatecas; 2) el mantenimiento del orden interno y las relaciones externas del estado, lo mismo que otras funcio- nes propias del Poder Ejecutivo serían competencia de una junta provisional de gobierno formada por el jefe político en funciones, Domingo Velázquez, el comandante general, Pedro Iriarte, y el comandante local, Juan Paredo, con Pedro Ramírez y Manuel de Abreu como sus suplentes, cuando fuere necesario, y 3) a pesar de las órdenes contenidas en el artículo 16 de la ley del 17 de junio, expedida por el Congreso nacional restaurado reunido en la ciudad de México y relativa a la convocatoria de otra nueva asamblea legislativa, la Diputación Provincial de Zacatecas no se renovaría en las próximas elecciones, sino que continuaría ejerciendo sus funciones hasta la instalación del Congreso constituyente provincial, el cual resolvería sobre el futuro de la diputación.47 Como era de suponerse, la acción independiente de las provincias de Nueva Galicia y Zacatecas a través de sus diputaciones provinciales establecidas en las respectivas capitales, las ciudades de Guadalajara y Zacatecas, conmovió grandemente al Congreso nacional. Ya en el mes de mayo, este último había sostenido discusiones acerca del envío de tropas al mando del general Pedro Celestino Negrete con el propósito de someter Guadalajara.48 El gobierno central resolvió al cabo enviar tanto al general Negrete como al general Nicolás Bravo con la misión de someter las dos provincias citadas por haber negado su obediencia a los decretos del 17 de junio relativos a la convocatoria de un nuevo Congreso constituyente nacional.49 Las tropas se pusieron en camino rumbo a Guadalajara, Nueva Galicia, el 5 de julio de 1823.50 Tanto Zacatecas como Guadalajara habían hecho saber que no consentirían agresión externa de ninguna clase y ambas estaban Gómez Farias. op. cit., pp. 3-4. “Sesión del Congreso del 28 de mayo de 1823”, La Águila Mexicana, 1 de junio de 1823; Mateos, Historia parlamentaria..., ii, p. 382. 46 “Acta de Zacatecas”, La Águila Mexicana, 3 y 4 de julio de 1823. Este documento lo firmaron en la provincia libre de Zacatecas, el 18 de junio de 1823, Domingo Velázquez, Manuel de Orive y Novales, Mariano de Iriarte, Juan José Román, José Francisco Arrieta y Santos Vélez. Fue publicado como “Bando oficial a la provincia de Zacatecas” el 22 de junio. Dos días antes habían sido enviados ejemplares de él con una nota aclaratoria a todas las diputaciones provinciales de México. “Oficio de la Excma. Diputación Provincial de Zacatecas a la de Durango”, La Águila Mexicana, 2 de agosto de 1823. 44 45 242 Una copia manuscrita de los planes firmados en Zacatecas, el 12 de julio de 1823, por Domingo Velázquez, jefe político, y Marcos de Esparza, secretario, se encuentra en Hernández y Dávalos Collection, Universidad de Texas. 48 Banegas Galván, op. cit., ii, p. 430; Bustamante, Diario histórico de México, p. 402. 49 Banegas Galván, op. cit., ii, p. 430. Bocanegra, op. cit., i, p. 225, asegura que se informó que Negrete y Bravo iban a San Luis Potosí, pero que su verdadero destino no era otro que Guadalajara, como lo probaron los acontecimientos posteriores. 50 Banegas Galván, op. cit., ii, p. 431. 47 243 Nettie Lee Benson VII. Evolución de las legislaturas estatales perfectamente informadas sobre las fuerzas que se enviaban en su contra; consecuentemente, elaboraron planes conjuntos para llevar a cabo la resistencia. Al recibir orden del Supremo Poder Ejecutivo de que se prestase toda la ayuda posible a las tropas de Negrete y Bravo, cuyo objeto, “se decía”, era proteger a la provincia de San Luis Potosí, el intendente de Zacatecas informó acto seguido a la diputación provincial, la cual hizo saber inmediatamente a ambos generales que el movimiento de tropas nacionales no sólo era innecesario sino que la provincia no permitiría que cruzara sus fronteras ni un solo soldado nacional. La diputación provincial recordó también a Bravo que éste había dicho a su salida de la ciudad de México que el propósito de su expedición era eliminar la oposición al sistema federal que algunas provincias habían adoptado; siendo así, continuaba, en la provincia de Zacatecas no existía tal clase de oposición, pues la promulgación del sistema federal de gobierno había sido recibida con grandes muestras de pública aprobación. Por lo tanto, la provincia de Zacatecas no necesitaba tropas exteriores de ninguna clase para la conservación del orden ni para dominar las fuerzas de oposición ni tampoco poseía los medios para ayudar a un ejército que no necesitaba ni deseaba en modo alguno.51 Una copia de la comunicación dirigida a los dos generales fue enviada en seguida a la Diputación Provincial de Guadalajara, acompañada de una declaración en la que se decía que las causas de los dos estados libres no eran sino una sola y la misma y que por lo tanto ambos deberían operar conjuntamente y ayudarse uno a otro con todos los medios a su alcance. Zacatecas daba las gracias a Guadalajara por el envío de la copia de su plan sobre el gobierno estatal provisional y por los cambios que había introducido en la ley electoral nacional y le comunicaba que a su vez había adoptado también casi idénticas medidas.52 Las dos provincias se prepararon entonces para ofrecer resistencia mediante la fuerza, si era necesario, a las tropas nacionales que se acercaban. Por fortuna, el choque de las armas logró evitarse, gracias a que Bravo acampó con sus tropas en Irapuato y acordó conferenciar en Lagos con los representantes de ambas provincias. La Diputación Provincial de Guadalajara nombró a Luis Quintanar, Pedro Vélez y Juan Cayetano Portugal para representar al estado y, el 18 de julio, el primero de ellos expidió un manifiesto dirigido al “Estado libre de Xalisco”, en el que informaba al pueblo sobre la proyectada reunión.53 Por su parte, la Diputación Provincial de Zacatecas nombró como sus representantes a Pedro de Iriarte, Juan José Román y Santos Vélez. Bravo no asistió a las reuniones, sino que nombró a José Domínguez y Mariano Villaurrutia para que lo representaran; más tarde, envió a Juan Domínguez con el fin de que se uniera a las conferencias.54 Cuando, el 8 de agosto de 1823, dieron principio las conversaciones, los comisionados de Bravo declararon que, aun cuando los estados de Jalisco y Zacatecas habían reconocido tanto al Congreso como al Supremo Poder Ejecutivo en su calidad de centros de unión para el país y habían ofrecido obedecer las órdenes que emanaran de los dos cuerpos en todo cuanto tales órdenes contribuyeran al bienestar general de la nación, ninguno de los dos había cumplido con las órdenes emanadas del gobierno nacional, sino que, por el contrario, habían realizado tales cambios en la ley electoral que la habían vuelto totalmente inservible. Si los dos estados no querían obstruir la reunión del Congreso recientemente convocado ni llevar “La Diputación Provincial de Zacatecas a los generales Pedro Celestino Negrete y Nicolás Bravo”, Zacatecas, 15 de julio de 1823, en “Oficio dirigido a la Exma. Diputación Provincial del estado de Xalisco por la de Zacatecas”, La Águila Mexicana, 31 de julio de 1823, y Gaceta del Gobierno de Guadalajara, 22 de julio de 1823; Banegas Galván, op. cit., ii, pp. 431-432. “La Diputación Provincial de Zacatecas a la Diputación Provincial de Guadalajara”, Zacatecas, 15 de julio de 1823, en “Oficio dirigido...”, La Águila Mexicana, 31 de julio de 1823, y Gaceta del Gobierno de Guadalajara, 22 de julio de 1823. 53 “Manifiesto del gobernador del estado libre de Xalisco a los habitantes del mismo”, Gaceta del Gobierno de Guadalajara, 22 de julio de 1823. 54 “Bravo a Quintanar”, Irapuato, 7 de agosto de 1823, en Sesiones celebradas en la Villa de Lagos, pp. 1-2. 244 245 52 51 Nettie Lee Benson VII. Evolución de las legislaturas estatales al país a la peor forma de anarquía, deberían cumplir íntegramente los preceptos de la ley electoral y obedecer las órdenes del gobierno nacional. Los representantes de Jalisco y Zacatecas respondieron que, puesto que los dos estados se habían declarado en favor del federalismo antes de su promesa de obedecer la ley electoral, no podían sujetarse a ninguna cláusula de ella que fuese contraria al sistema federal. Mantuvieron que, al igual que las adiciones que habían introducido en la ley electoral se referían únicamente a sus propios estados, nada tenían que ver con la nación considerada en su conjunto y, en consecuencia, no impedían la reunión del nuevo Congreso. Además, los comisionados afirmaron que todas las órdenes expedidas por el gobierno central en favor de la nación habían sido obedecidas con puntualidad y exactitud. La reunión fue diferida para el día siguiente a fin de que los comisionados de Bravo pudieran informarle claramente y recibir nuevas instrucciones. Durante la segunda conferencia, los representantes de los estados de Jalisco y Zacatecas reafirmaron su voluntad de reconocer y obedecer al gobierno central en todo lo que se refiriera al bienestar de la nación en su totalidad, de contribuir en proporción a los gastos nacionales y de utilizar sus recursos y fuerzas para mantener su independencia y libertad; sin embargo, los delegados insistieron en su derecho de votar en contra de cualquier orden que fuese contraria a sus respectivos estados o que se refiriera únicamente a sus asuntos internos. Defendieron igualmente su derecho a mantener el Congreso del estado, el cual ya había sido convocado, y a instruir en la forma que les pareciere adecuada a sus delegados al Congreso nacional. Más aún, los comisionados afirmaron que los gobiernos provisionales nombrados por el estado de Jalisco el 18 de junio y por el de Zacatecas el 12 de julio continuarían en el ejercicio de sus funciones hasta que tal situación fuese modificada por el Congreso de cada estado o por el recientemente convocado Congreso nacional. Todos los que participaron en las con­ferencias estuvieron conformes con los puntos arriba mencionados, los cuales fueron dispuestos en doce artículos que recibieron la aprobación y firma de los presentes. Cuando el documento llegó a Bravo, éste eliminó todo lo que Zacatecas y Jalisco demandaban como sus derechos, exigió el cumplimiento de todas las órdenes que habían sido dictadas por el gobierno central o que lo fueren en adelante y lo devolvió a sus comisionados el 12 de agosto. El 14, éstos se reunieron con los representantes de Jalisco y Zacatecas, que se negaron a aceptar todo cambio de importancia que hubiese sido realizado por Bravo. Los comisionados de éste le informaron entonces que ellos habían hecho todo cuanto estaba a su alcance para obtener la adopción de sus revisiones, admitieron que Zacatecas y Jalisco poseían algunas bases firmes para su conducta y le recomendaron que aceptase el acuerdo tal como quedó al fin revisado, con muy ligeras diferencias con respecto al del 9 de agosto. Bravo debió haber comprendido que cualquier conferencia ulterior sería en vano, pues el 18 de agosto informó a sus comisionados que él no podía aprobar el acuerdo, pero que lo había remitido al gobierno central, que así lo comunicaran a los representantes de los dos estados y que regresaran en seguida a Irapuato para esperar nuevas órdenes de la ciudad de México.55 El despliegue de fuerzas del gobierno central destinado a someter a Jalisco y Zacatecas había despertado considerable agitación en todo el país. Prisciliano Sánchez, diputado por Guadalajara, Valentín Gómez Farías y Francisco García habían protestado por tal acción ante el Congreso nacional restaurado y hecho notar que tanto Oaxaca como Yucatán habían ido mucho más allá en el establecimiento de gobiernos estatales. Tal actitud por parte del gobierno nacional daría como resultado, afirmaron, que las provincias se armaran para proceder a su propia defensa.56 José María Covarrubias, hablando ante el Congreso el 1 de agosto, advirtió también que una acción armada en contra de Guadalajara iniciaría 246 247 Ibid., pp. 1-15; El Sol, 1 de septiembre de 1823. Proposición hecha al soberano congreso por los diputados que subscriben, pliego suelto firmado el 1 de agosto de 1823 por Sánchez, Gómez Farías y García Bustamante, Diario histórico de México, pp. 502-505. 55 56 Nettie Lee Benson VII. Evolución de las legislaturas estatales una conflagración demasiado grande para poder apagarla y pedía que se reconsiderase el decreto que otorgaba al gobierno la facultad de utilizar las fuerzas armadas.57 El 4 de agosto, Bustamante escribió en su diario que los diputados de Jalisco, al hacer publicar y distribuir sus proposiciones aun antes de que fuesen admitidas para su discusión, estaban tratando de minar el plan del gobierno en contra de esa provincia.58 El 15 de agosto, el Congreso se reu­ nió en sesión extraordinaria a petición expresa del Supremo Poder Ejecutivo. Cuatro de los ministros estuvieron presentes en la sesión, en la que Lucas Alamán informó sobre la conferencia de Lagos y la insistencia de Jalisco y Zacatecas en sus viejas peticiones. Naturalmente, se discutió acerca de qué procedimiento debería seguirse. Bustamante indicó que el gobierno debería expresar primero su parecer acerca del asunto, el cual, a su vez, debería turnarse a una comisión del Congreso que haría las recomendaciones del caso directamente al cuerpo legislativo. Éste, no obstante, acordó pasar el asunto directamente a una comisión especial, la cual dictaminó al día siguiente en el sentido de que, dado que todavía no se podía adoptar ninguna decisión acerca del caso de Jalisco, se autorizara al gobierno a resolverlo y se aprobase la petición de la Diputación Provincial de Guadalajara de olvidar el pasado.59 Poco tiempo después, Bravo, de acuerdo con las instrucciones recibidas del gobierno, retiraba sus fuerzas a Celaya y, más tarde, Quintanar volvió a Guadalajara. Las provincias de Nueva Galicia y Zacatecas prosiguieron con el establecimiento de sus gobiernos estatales: Jalisco, como ya se ha dicho, instaló su Congreso el 14 de septiembre, mientras que Zacatecas, el cuarto estado en hacerlo, instaló el suyo el 19 de octubre de 1823;60 en esa fecha, su diputación provincial dejó de existir. Esas cuatro provincias, Oaxaca, Yucatán, Nueva Galicia —cuya diputación provincial tenía su sede en Guadalajara y a la que con frecuencia se hacía referencia como la provincia de Guadalajara— y Zacatecas fueron las precursoras en el establecimiento de gobiernos estatales. A través de sus diputaciones provinciales, osaron enfrentarse al antiguo Congreso constituyente nacional restaurado y al gobierno central de México, tal como se había estipulado en el Plan de Casa Mata el 1 de febrero de 1823, declararon su independencia total en lo referente a sus asuntos internos y eligieron y establecieron sus propios congresos estatales mientras aún se encontraba en vigor la Constitución española de 1812. José María Covarrubias, Esposición hecha al soberano congreso por el sr. diputado José María Covarrubias, firmada el 2 de agosto de 1823; Mateos, op. cit., ii, p. 460. Bustamante, Diario histórico de México, pp. 504-505. 58 Ibid. 59 Mateos, op. cit., ii, pp. 475-476; La Águila Mexicana, 17 de agosto de 1823; Bustamante, Diario histórico de México, pp. 517-518. En esa sesión, Bustamante pidió que la amnistía se hiciera extensiva también a Oaxaca. 57 248 Sus diputados propietarios fueron Domínguez Velázquez, el doctor Juan José Román, el licenciado Ignacio Gutiérrez de Velasco, José Miguel Díaz de León, Juan Bautista de la Torre, Juan Bautista Martínez, José María Herrera y el licenciado Miguel Laureano Tobar, con Domingo del Castillo, Eusebio Gutiérrez, José María García Rojas y Antonio Eugenio Gordoa como suplentes, La Águila Mexicana, 17 de septiembre y 8 de noviembre de 1823. 60 249 VIII. Establecimiento de otras legislaturas estatales La política que siguió Guadalajara de difundir cada suceso ocurri­ do en esa provincia mediante la impresión de proclamas, circu­ lares, bandos oficiales y actas de las reuniones de su diputación provincial, copias de todo lo cual eran enviadas con gran prontitud a todos los rincones de México, soliviantó pronto a los ciudadanos de las otras provincias, si es que no lo habían hecho antes. Ya para el 23 de mayo de 1823, cuando escribía desde Guanajuato al marqués de Vivanco acerca de la influencia de ese material impreso, Pedro Otero afirmaba que Quintanar estaba apremiando a Guanajuato para que siguiera los pasos de Guadalajara, que las publicaciones estaban en manos de todo el mundo y que sus convincentes argumentos habían aumentado el deseo de reformar la representación nacional en la provincia de Guanajuato. Muchos de los habitantes, continuaba, habrían tomado ya el camino que indicaba Guadalajara si no reconocieran que Otero estaba manejando el asunto más juiciosamente.1 A partir de la fecha de su adhesión al Plan de Casa Mata, aparentemente la mayoría de las provincias de México se conside­raban como provincias o estados independientes. Sentían la ne­cesidad de un gobierno central y lo deseaban, pero al mismo tiempo creían poseer el derecho inalienable de unirse a él o, si no se ajustaba a sus deseos y necesidades, de mantenerse alejadas. En otras palabras, dado que se consideraban independientes, las provincias “Pedro Otero al marqués de Vivanco”, Guanajuato, 23 de mayo de 1823, en Hernández y Dávalos Collection, Universidad de Texas. 1 251 Nettie Lee Benson VIII. Establecimiento de otras legislaturas estaban en la creencia de que el gobierno central debería tener en cuenta sus ideas, en lugar de ser ellas las que se conformaran con el pensamiento del Congreso restaurado, cuerpo al que sólo reconocían un carácter meramente provisional. La casi espontánea reacción de las provincias tras de recibir el informe de la comisión del Congreso sobre la convocatoria de un nuevo cuerpo indica la unanimidad de opinión que existía entre todas ellas. Parece ser que Guadalajara fue la primera en llevar a cabo un movimiento franco, pero la rapidez con que las demás provincias tomaron medidas similares indica que se hallaban trabajando en una ideología semejante aun antes de conocer la actitud de Guadalajara. La correspondencia de los hombres de la época apoya esta creencia. El 17 de abril de 1823, Carlos María de Bustamante escribía que algunos vendedores ofrecían en las calles de la ciudad de México un impreso titulado La República de Guadalajara. Cuatro días más tarde, escribió que en Monterrey se había constituido una junta compuesta por miembros de Coahuila, Texas, Nuevo Santander y Nuevo León y que aparentemente esas cuatro provincias estaban aspirando a una “federación con México”.2 El 23 de abril, Mier, en carta dirigida al ayuntamiento de la ciudad de Monterrey, se refería también al deseo de las cuatro Provincias Internas de Oriente de llegar a ser “un estado confederado soberano de la República Mexicana”. Añadía que las medidas tomadas por las provincias conducirían inevitablemente a ese resultado, pero que él esperaba que eso no sucedería al menos en diez años, pues sólo entonces las provincias poseerían los requisitos necesarios a los estados soberanos.3 Stephen F. Austin, al escribir desde Saltillo, Coahuila, el 10 de mayo, afirmaba que Ramos Arizpe, quien a la sazón se encontraba en esa ciudad, le había informado que las principales provincias de la nación, entre ellas Oaxaca, Guadalajara, Guatemala, Guanajuato y las Provincias Internas de Oriente, se habían declarado en favor de una república confederada, muy similar a los Estados Unidos, y que se atrevía a pensar que la mayoría de los miembros del Congreso apoyaba tal idea.4 El 12 de mayo, Bustamante escribió que Guadalajara se hallaba cada día más agitada debido a que hombres sin escrúpulos habían convencido a esas buenas gentes de que deberían ser gobernadas bajo un sistema de república federa1.5 Cinco días más tarde, el mismo Bustamante hizo notar que Alamán, ministro de relaciones interiores, había leído ante el Congreso un plan de república federada impreso en Guadalajara.6 Se hace entonces evidente que, ya para mayo de 1823, la idea de la república federal estaba circulando por todo el país y que era discutida aun por los diputados del restaurado Congreso, si bien algunos de ellos eran muy reacios a tal forma de gobierno y otros, que no eran contrarios a la idea, opinaban que su introducción en México debería ser demorada. Como ya se hizo notar, un grupo de diputados —José Valle, Servando Teresa de Mier, José Mariano Marín, Lorenzo de Zavala, Javier Bustamante, José María García, José María Bocanegra y Valentín Gómez Farías— había comenza- Bustamante, Diario histórico de México, pp. 376-379. “Mier al ayuntamiento de Monterrey”, Monterrey, 23 de abril de 1823, en Diez cartas hasta hoy inéditas..., p. 9. “Stephen F. Austin a J.E.B. Austin”, Saltillo, 10 de mayo de 1823, en Eugene C. Barker (ed.), The Austin Papers, i, p. 639. Es interesante hacer notar que Austin redactó un proyecto de república centralista para México el 29 de marzo de 1823 (ibid., pp. 601-627) y que, antes de hablar con Ramos Arizpe, entre el 8 y el 10 de mayo, ni una sola vez había mencionado una república federada para México. Solamente después de esa entrevista con Ramos Arizpe, habló Austin de una república federal, mientras que la correspondencia de Mier, la de la diputación provincial y la de los ayuntamientos de Monterrey y Saltillo dan testimonio de que Ramos Ariz­ pe había estado trabajando por la realización de los principios de una república federal, es decir, la división de poderes entre el gobierno central y los provinciales, mucho antes de marzo de 1823. 5 Bustamante, Diario histórico de México, p. 399. 6 Ibid., p. 402. El plan, impreso primero en Guadalajara, se reimprimió en la ciudad de México con el título de Separación de la Nueva Galicia de todas las provincias de América. 252 253 2 3 4 Nettie Lee Benson VIII. Establecimiento de otras legislaturas do a trabajar a finales de abril en la redacción de un proyecto de constitución y el 19 de abril Mier informaba al Congreso que las Provincias Internas de Oriente habían creado una junta suprema que se había declarado a sí misma soberana e indicaba que esas provincias deseaban confederarse con México,7 mientras que Melchor Múzquiz señalaba que Oaxaca había hecho lo mismo.8 Ramos Arizpe, quien capitaneó a las Provincias Internas de Oriente para que adoptasen el Plan de Casa Mata y lo nombrasen como cabeza de la Junta Provisional Gubernativa, había continuado dirigiendo los asuntos de aquellas provincias aun después de renunciar a su cargo como presidente de la junta el 1 de abril, fecha en que la diputación provincial había sido formalmente restablecida. El ayuntamiento de la ciudad de Monterrey escribió a Mier que el día 30 de abril había sido necesario el empleo de la fuerza pública a fin de evitar que la ciudad se separase del gobierno central, que Ramos Arizpe había constituido una nueva junta, de la cual era presidente, y que estaba tratando de obligar al ayuntamiento a que adoptase sus ideas.9 Hasta ahora no ha sido posible hallar datos completos sobre los acontecimientos que tuvieron lugar en las Provincias Internas de Oriente durante el periodo comprendido entre los días 1 de abril y 28 de mayo. Con todo, es evidente que Ramos Arizpe trabajaba sin descanso por el establecimiento de alguna clase de junta. El 10 de abril, el ayuntamiento de Saltillo envió instrucciones a los otros ayuntamientos de la provincia con la invitación a que eligieran a un representante ante la junta del distrito. El 30 de abril, el ayuntamiento de San Nicolás de la Capellanía eligió a Ramos Arizpe como su representante.10 Cuatro días más tarde, la junta fue instalada en la ciudad de Saltillo; la integraron Ramos Arizpe, en calidad de presidente, Agustín de la Viezca, Jesús Ramos y Rafael Eça y Múzquiz, cada uno de los cuales había sido nombrado por un ayuntamiento del distrito. El propósito de esa junta era unificar la opinión del distrito con la que prevalecía en Monclova y Monterrey y lograr que los representantes de Coahuila se dirigiesen a esta última ciudad. La junta sostuvo sus sesiones (diez en total) hasta el 23 de mayo de 1823, fecha en la que se dio por terminada su labor porque “el propósito del organismo ya había sido cumplido”.11 El 11 de mayo de 1823, Stephen F. Austin escribía desde Saltillo: Benson, “Servando Teresa de Mier, Federalist”, The Hispanic American Historical Review, xxviii, p. 518; Mateos, op. cit., ii, p. 382, La Águila Mexicana, 1 de junio de 1823. 8 “Sesión del Congreso del 19 de abril de 1823”, La Águila Mexicana, 22 de abril de 1823; Mateos, op. cit., ii, pp. 285-286. Es útil recordar que Mier y Múzquiz fueron los dos comisionados nombrados por las Provincias Internas de Oriente, por lo que es de presumir que su información procediese directamente de esas provincias. Se sabe, además, que Mier estaba constantemente informado de lo que pasaba en las Provincias Internas de Oriente por medio de la diputación provincial y el ayuntamiento de Monterrey y que Ramos Arizpe dirigía los acontecimientos que se sucedían en esas provincias. 9 “Informe del ayuntamiento de Monterrey a Servando Mier y Noriega”, Monterrey, 9 de mayo de 1823, en Actas del cabildo de Monterrey, ms. en el Archivo del Ayuntamiento de Monterrey, Nuevo León, México, libro de 1823, f. 32. En esta comarca ha habido algunas discrepancias, pero están por terminarse. El Congreso ha sido reconocido y el nuevo sistema adoptado completamente, con la condición de que estas cuatro provincias desean una república confederada [...] Todavía quedan algunas diferencias de menor importancia entre este lugar y Monterrey, pero todos se unirán para sostener el congreso y un gobierno libera1.12 7 254 “Ayuntamiento de Sn. Nicolás de la Capellanía al ayuntamiento de Saltillo”, San Nicolás de la Capellanía, 30 de abril de 1823, ms. en el Archivo del Ayuntamiento de Saltillo. 11 “Quaderno de actas de la junta de este partido del Saltillo, formada para consolidar la opinión de la provincia”, 1823, ms. en el Archivo del Ayuntamiento de Saltillo. 12 “Stephen F. Austin al general James Wilkinson”, Saltillo, 11 de mayo de 1823, original en la Durret Collection, Universidad de Chicago, y copia fotostática en el Barker History Center, Universidad de Texas. Austin llegó a Saltillo el 8 de mayo de 1823 y allí se encontró con Ramos Arizpe por primera vez. 10 255 Nettie Lee Benson VIII. Establecimiento de otras legislaturas A la medianoche del día 26 de mayo de 1823, el ayuntamiento de Saltillo se reunió en sesión extraordinaria para escuchar a algunos ciudadanos de la comunidad que deseaban expresar sus ideas acerca de la forma de gobierno que México debía adoptar. A la sesión fueron invitados también los funcionarios municipales y prominentes ciudadanos y hubo una gran cantidad de público. Fue evidente que todos los presentes eran partidarios de la república federal, pero se decidió que lo más conveniente sería celebrar al día siguiente otra reunión, a la que se invitaría a un número más considerable aún de ciudadanos, incluidos el clero, funcionarios públicos, ciudadanos prominentes y el ayuntamiento de San Esteban de Tlaxcala. En la sesión del 27 de mayo fueron leídas las actas de la asamblea previa; después, José León Lobo Guerrero hizo notar que, además de declararse por una república federal, los reunidos debían también llamar la atención hacia el hecho de que la provincia de Coahuila no tenía un diputado en el Congreso que hablase por ella. Esta sugerencia fue aprobada unánimemen­ te, así como las siete resoluciones siguientes: 1) el jefe del Supremo Poder Ejecutivo de la nación no podrá ejercer su cargo de por vida ni ser sucedido por ninguno de sus herederos; por el contrario, el cargo deberá ser de duración limitada y su provisión se realizará mediante elecciones nacionales; 2) el jefe del Ejecutivo será responsable de sus actos ante al país; 3) el gobierno de la nación se ejercerá bajo la forma de una república federada, siendo independiente cada provincia en todo aquello que se relacione con su gobierno y economía interiores; 4) las cuatro Provincias Internas de Oriente formarán un solo estado en la nación mexicana; 5) estas proposiciones se enviarán a los demás ayuntamientos y al jefe político para que las comunique al Supremo Poder Ejecutivo y al Congreso; 6) se espera que el jefe político haga circular este manifiesto por todos los ayuntamientos de las demás Provincias Internas de Oriente; 7) esta acta, así como la aprobada la noche anterior, deberán considerarse como la expresión de la voluntad del pueblo de Saltillo y deberán ser enviadas a la Junta Provincial Gubernativa de Coahuila, a Parras y a los demás lugares de la provincia. El acta fue firmada por los presentes, incluidos Ramos Ariz­pe y José León Lobo Guerrero.13 No satisfecho todavía con aquella expresión pública en favor de una república confederada, Ramos Arizpe continuó sus esfuerzos para asegurar una declaración aún más enérgica. El ayuntamiento de Saltillo llevó a cabo varias reuniones a este propósito. El 4 de junio celebró una reunión conjunta a la que convocó al pueblo de su jurisdicción y al de San Esteban de Tlaxcala. La presidió José Miguel González, alcalde de Saltillo, y en ella se resolvió que, puesto que el restaurado Congreso olvidaba la razón por la que se lo toleraba y se estaba ocupando de asuntos que concernían exclusivamente a los congresos provinciales, era absolutamente necesario que cada provincia estableciera su propio gobierno de manera permanente. Cada una debería, por consiguiente, adoptar las medidas para ver por su propia seguridad, encargarse de su independencia y establecer su autonomía interna. En consecuencia, fueron aprobadas por unanimidad las siete resoluciones siguientes: 1) todos los habitantes de Saltillo y San Esteban de Tlaxcala son partidarios de la unión de todas las provincias mexicanas y reconocen al Supremo Poder Ejecutivo y al restau­rado Congreso como un cuerpo destinado a expedir la convocatoria de la nueva asamblea deliberante que se encargará de preparar la Constitución general del país; 2) se reconoce a todas las autori­ dades legalmente establecidas en las cuatro provincias, mismas que deberán continuar en sus cargos de acuerdo con las leyes; 3) deberá concederse que estas cuatro provincias posean un gobierno interno, independiente de las demás en todos los asuntos económicos y territoriales, pero unido al de ellas en lo referente a asuntos generales y relaciones exteriores; 4) Felipe de la Garza encabezará el gobierno de la provincia, y 5) ejercerá el Poder Ejecutivo con el título de gobernador general de las cuatro provincias 256 Actas de las reuniones, Saltillo, 25 al 27 de mayo de 1823, firmadas por los miembros del ayuntamiento, Ramos Arizpe y otros, ms. en los Bexar Archives, Universidad de Texas. 13 257 Nettie Lee Benson VIII. Establecimiento de otras legislaturas hasta la reunión del Congreso provincial; 6) se autoriza al mismo De la Garza para convocar sin pérdida de tiempo a un Congreso compuesto por diputados de las cuatro Provincias Internas de Oriente con el encargo de preparar una constitución para un solo estado formado por la reunión de todas ellas, y 7) la adopción de estas proposiciones deberá comunicarse a De la Garza, en su calidad de jefe político de las provincias, y a la Junta Gubernativa de Coahuila, de la cual se espera que cooperará activa y eficazmente para lograr su pronto cumplimiento.14 Al referirse a las medidas adoptadas por Saltillo, Mier afirmó que todo era obra de Ramos Arizpe y añadió que las provincias de Coahuila y Nuevo Santander, al igual que las poblaciones de Pilón y Cerralvo, también las habían aprobado.15 Aun cuando Nuevo León no adoptó un programa tan radical como el de Coahuila, tampoco dejó de mostrarse partidario de la república federativa. El 5 de junio, la diputación provincial, presidida por Felipe de la Garza,16 el jefe político, se reunió en cabildo abierto con la presencia de los miembros del ayuntamiento de Monterrey, del cabildo catedralicio, el rector y los profesores de la universidad, funcionarios públicos y prominentes ciudadanos. El propósito de la reunión era examinar, a la vista de los acontecimientos de Nueva Galicia, el decreto del 21 de mayo, que acababa de recibirse, y la cuestión del nuevo Congreso. Más aún, en vista de que los pronunciamientos de Saltillo, Pilón y Cerralvo y la agitación existente en otros lugares podrían producir fricciones y disturbios, era muy deseable que se expidiese una declaración oficial sobre la forma de gobierno y los métodos más aconsejables para conseguir su establecimiento a fin de unificar la opinión en las cuatro provincias. Después de prolongada discusión, los presentes votaron en favor de una república federal y de informar al gobierno central sobre tal decisión.17 El 8 de junio de 1823, al responder a la propuesta de Saltillo de que se hiciese cargo del Poder Ejecutivo de las Provincias Internas de Oriente, De la Garza informó que, en la reunión celebrada tres días antes, la diputación provincial había resuelto declarar formalmente que dichas provincias: 1) adoptaban la forma federal de gobierno, bajo la cual formarían uno o más estados libres, soberanos e independientes, tal como ellas lo decidieran, e integrarían con las demás provincias la nación mexicana de acuerdo con la Constitución federal que estaba entonces en preparación; 2) reconocían al Congreso en funciones tan sólo en su calidad de cuerpo destinado a convocar otro nuevo y a desempeñar únicamente aquellas funciones que no se encontraran en oposición con el sistema federal; 3) reconocían al Supremo Poder Ejecutivo, bajo las mismas condiciones, como el gobierno provisional de la nación, y 4) determinaban que, puesto que el bienestar de las cuatro provincias exigía medidas prontas y eficaces, su gobierno se dedicaría por ahora exclusivamente a tal objeto. De la Garza añadió que aquel mismo día se celebraría una nueva reunión de la diputación provincial destinada a tratar del último punto, que en tal ocasión se considerarían las proposiciones de Saltillo y que, cualesquiera que fuesen los acuerdos adoptados, estaba seguro de que se obtendría para ellos el apoyo de todas las provincias.18 No se ha encontrado el acta de la reunión ni la relación de los acuerdos aprobados por la diputación provincial el 8 de junio. Se sabe, no obstante, que una junta legislativa de las tres provincias recibió autorización para actuar como cuerpo soberano encarga- “Acta de la Villa de Saltillo”, La Águila Mexicana, 1 y 2 de julio de 1823. “Mier a la Diputación Provincial de Monterrey”, México, 5 de julio de 1823, en Cossío, op. cit., v, pp. 89-90. 16 De la Garza acababa de llegar de la ciudad de México a Monterrey el 22 de mayo de 1823. Fue nombrado jefe político por recomendación de Mier, pues éste esperaba que De la Garza compensara la influencia de Ramos Arizpe en aquellas provincias, pero, lejos de ello, De la Garza se unió a Ramos Arizpe para ayudarle a realizar sus ideas. 14 15 258 “Acta de Monterrey”, Monterrey, 5 de junio de 1823, El Sol, 3 de julio de 1823, y Gaceta del Gobierno Supremo de México, 3 de julio de 1823. 18 “De la Garza al ayuntamiento de Saltillo”, Monterrey, 8 de junio de 1823, La Águila Mexicana, 4 de julio de 1823. 17 259 Nettie Lee Benson VIII. Establecimiento de otras legislaturas do de dictar las leyes para las provincias y que se delegó en el Congreso nacional la facultad para aprobar solamente las leyes de interés general. Una circular en este sentido fue enviada a las tres provincias,19 al igual que el Plan sobre las nuevas bases de la constitución de aquellas provincias; este plan fue redactado en Topo, y De la Garza ordenó que se imprimiera urgentemente.20 La diputación provincial nombró a De la Garza también como jefe político de aquellas provincias. La provincia de Nuevo Santander empezó a considerar una declaración pública en favor del federalismo el 7 de junio; diez días después, su diputación provincial votó formalmente en favor de la república federal.21 Mier informó que esa provincia se había declarado soberana y que ni siquiera se había dignado informar de su resolución al gobierno nacional.22 Las actividades de las Provincias Internas de Oriente, que Mier y Bustamante atribuyen a la influencia de Ramos Arizpe,23 tuvieron un pronunciado efecto sobre el Congreso nacional. Mier propuso que se estableciesen inmediatamente congresos provinciales dotados de los más amplios poderes de acuerdo con el proyecto de constitución cuya publicación ya se había resuelto. En una sesión secreta celebrada el 25 de junio, el ministro de justicia y asuntos eclesiásticos propuso que el Congreso adoptara un pacto federal provisional entre el gobierno nacional y las provincias; el Congreso, con el propósito de hacer desaparecer la influencia que ejercía Ramos Arizpe sobre esas provincias, votó, como ya se dijo, por el establecimiento de una diputación provincial en cada una de las Provincias Internas de Oriente.24 Esas cuatro provincias nunca declararon su intención de separarse de la nación mexicana; por el contrario, en todas sus comu­ nicaciones insistieron siempre en que la apoyarían por todos los medios posibles. Simplemente, se proponían proseguir con el esta­ blecimiento de un gobierno provincial o estatal, como parte de la república federal; pero cuando recibieron el decreto del 19 de junio, con el que se convocaba a un nuevo Congreso, anunciaron que las medidas tendentes al establecimiento del gobierno estatal que­ daban en suspenso y que en consecuencia esperarían a conocer la actuación del futuro Congreso.25 En cambio, la Diputación Provincial de Querétaro no fue, ni mucho menos, tan específica. En una carta dirigida el 20 de mayo “Mier al ayuntamiento de Monterrey”, México, 19 de julio de 1823, en Mier, Diez cartas..., p. 14. Mier dice que, el 18 de julio, el ministro de asuntos internos informó que las cuatro Provincias Internas de Oriente estaban estableciendo una Suprema Junta General Gubernativa. Véase también “Mier a la Diputación Provincial de las Provincias Internas de Oriente”, México, 5 de julio de 1823, en Cossío, op. cit., v, pp. 80-90. 20 “Mier a la Diputación Provincial de las Provincias Internas de Oriente”, México 5 de julio de 1823, en Cossío, op. cit., v, pp. 89-90; “Mier a Cantú”, México, 5 de ju­lio de 1823, ibid., pp. 43-45. El proyecto de constitución que se cita no ha sido identificado. Mier dice que él había recibido un ejemplar y que así lo había notificado al Congreso. Stephen F. Austin, que estaba en Monterrey el 22 de mayo, cuando De la Garza llegó a esa ciudad, redactó apresuradamente un “Plan de gobierno fede­ral” entre el 5 y el 12 de junio (la fecha que se le atribuye, mayo de 1823, no pue­de ser correcta, porque, en su proyecto, Austin hace referencia al decreto del 21 de ma­ yo, que no llegó a Monterrey antes del 4 del mes siguiente). El plan de Austin fue redactado como una constitución, no para las Provincias Internas de Oriente, sino para la nación mexicana en su conjunto; sin embargo, es posible que Mier se refiriera al plan elaborado por Austin, porque durante aquel caótico periodo eran muy frecuentes las referencias inexactas y las malas interpretaciones. 21 Actas de la Diputación Provincial de Nuevo Santander, San Carlos, 9 de junio de 1823, en Archivo del Estado de Coahuila, Saltillo. 22 “Mier al ayuntamiento de Monterrey”, México, 19 de julio de 1823, en Diez cartas..., p. 14. 19 260 23 “Mier a Cantú”, México, 25 de junio y 5 de julio de 1823, en Cossío, op. cit., v, pp. 38-39 y 43-45; “Mier al ayuntamiento de Monterrey”, México, 19 de julio de 1823, en Diez cartas..., p. 14; Bustamante, Diario histórico de México, p. 449. 24 “Mier a Cantú”, México, 25 de junio y 13 y 30 de julio de 1823, en Cossío, op. cit., v, pp. 41 y 50-53; Bustamante, Diario histórico de México, p. 450; Mateos, op. cit., ii, pp. 419-420. 25 “Oficios dirigidos por los sres. don Ramón de la Garza y José Antonio Rodríguez al sr. ministro de Relaciones”, El Sol, 5 de septiembre de 1823; “Felipe de la Garza a Alamán”, San Carlos, 16 de agosto de 1823, Gaceta del Gobierno Supremo de México, 6 de septiembre de 1823. 261 Nettie Lee Benson VIII. Establecimiento de otras legislaturas a su diputado, Félix de Osores, nuevamente le daba instrucciones para que, por todos los medios posibles, tratara de que la provincia obtuviera todo el territorio que le pertenecía, “porque así lo requiere el sistema federal”.26 Es del todo evidente, por lo tanto, que esa provincia consideraba el establecimiento de una república federal en México como un resultado inevitable. Más aún, su diputación provincial dejó establecido en las actas de sus sesiones del 11 y 12 de junio que todo el pueblo había manifestado su preferencia por una república federal y que aun el Congreso en funciones se había adherido al sistema federal por ser esa la volun­ tad declarada del pueblo; que, en vista de que su demora en convocar al nuevo Congreso había llevado al país a las puertas de la anarquía, la Diputación Provincial de Querétaro resolvía no reco­ nocer al actual Congreso sino en su calidad de encargado de la convocatoria y que aprobaba el pronunciamiento de Celaya y San Miguel el Grande en favor de una república federal, así como el nombramiento que habían hecho en favor del brigadier Miguel Barragán como comandante en jefe y del brigadier Luis Cortázar como subcomandante de las fuerzas armadas de la provincia, las cuales serían puestas a disposición de las diputaciones provinciales de Guanajuato y Michoacán en caso de que las necesitasen para la conservación del orden. El ejército sería sostenido por las tres provincias en cuestión y a los escuadrones del sexto regimiento, estacionado en aquella época en Querétaro pero perteneciente a la provincia de México, se les permitiría escoger entre quedarse donde estaban o regresar a la ciudad de México. Tales acuerdos no entrarían en vigor hasta que fuesen aprobados por las diputaciones provinciales de Guanajuato y Michoacán.27 El decreto de convocatoria al nuevo Congreso del 17 de junio fue recibido en Querétaro con gran regocijo y sus disposiciones aceptadas plenamente. Con ese decreto en su poder, la diputación provincial esperaba mantener en calma a la provincia;28 sin embargo, no le agradaron las reprimendas que recibió del ministro de relaciones interiores en las comunicaciones fechadas los días 18 y 27 de junio con respecto a los acuerdos adoptados por Querétaro los días 11 y 12 y, en respuesta, expidió un extenso manifiesto en el que acusaba al Congreso de ser el responsable de los disturbios que habían acaecido. Las provincias, decía el manifiesto, después de utilizar en vano todos los medios posibles a fin de convencer al Congreso de la necesidad de convocar otro nuevo, habían decidido conseguir a cualquier precio el objeto de sus demandas. Convencidas de su fuerza, las provincias de Guadalajara, Nuevo León, Coahuila, Oaxaca, Campeche, Zacatecas y otras se habían retirado entonces del gobierno central y comenzado a trabajar en pro del establecimiento de una república federal. Mientras aún había la esperanza de que una nueva convocatoria pondría fin a la anarquía ya tan extendida, la diputación provincial de Michoacán había invitado a la de Querétaro a enviar comisionados que se reu­ nieran con los de su propia provincia y los de Guanajuato y San Luis Potosí con el propósito de ponerse de acuerdo sobre las medidas precautorias que se considerasen más prudentes y sobre el método más eficaz para obligar al Congreso en funciones a que convocase a otro nuevo prontamente. Los comisionados habían sido nombrados, y las esperanzas depositadas en la efectividad de los resultados de tal conferencia eran muchas, cuando se recibieron las noticias acerca del inesperado pronunciamiento de Santa Anna y de la actuación de las guarniciones de Celaya y San Miguel el Grande. En tales circunstancias, la única solución posible había sido que la diputación provincial encabezara el movimiento con el “Diputación Provincial de Querétaro a Félix de Osores”, Querétaro, 20 de mayo de 1823, Gaceta Extraordinaria del Gobierno Supremo de México, 28 de mayo de 1823. 27 Actas de la sesión de la Diputación Provincial de Querétaro de los días 11 y 12 de junio de 1823, La Águila Mexicana, 28 de junio de 1823; Castillo Negrete, op. cit., iv, p. 462. 26 262 “Juan José García al ministro de Relaciones Interiores”, Querétaro, 28 de junio de 1823, El Sol, 9 de julio de 1823, y Gaceta Extraordinaria del Gobierno Supremo de México, 2 de julio de 1823. 28 263 Nettie Lee Benson VIII. Establecimiento de otras legislaturas objeto de encauzar pacífica y útilmente sus energías y, así, desarmar a los enemigos del país que trataban de utilizar para sus propios propósitos el grito de “libertad y federalismo”. La Diputación Provincial de Querétaro concluía con la afirmación de que todo lo que había hecho había sido por el bien del país en su conjunto y que estimaba, por lo tanto, que su actos serían reconocidos.29 A una comunicación similar dirigida al Supremo Poder Ejecutivo el 15 de julio, Alamán replicó que el gobierno nacional reconocía que Querétaro había trabajado por el bien del país.30 La provincia de Guanajuato también se mostraba favorable a una república federal. Así lo manifestó Otero, el comandante, el 23 de mayo de 1823, al informar a Morán sobre las comunicaciones recibidas de la provincia de Guadalajara. Él, no obstante, había logrado mantener en calma la provincia después de la recepción del decreto del Congreso del 21 de mayo;31 por su parte, Cortázar, el jefe político, había contestado a Guadalajara que no había razón para temer que el gobierno central de México se decidiera por una forma de gobierno que no fuese la federal.32 Cuando el decreto del 17 de junio llegó a Guanajuato, llevado por un correo especial la noche del 22, recibió una espontánea bienvenida acompañada por el fuerte repicar de las campanas de las iglesias y la lectura de un manifiesto dirigido al pueblo por Cortázar. Éste expresó que, como todos, estaba convencido de que la república federal promovería la felicidad de la provincia, pero que el esfuerzo de establecer sus bases debía reservarse al Congreso recién convocado. Como medio de unificar las ideas y los sentimientos de la provincia, había ordenado, de acuerdo con Otero, que el santo y seña en contestación al “¿Quién vive?” sería “¡La república federal!”33 Entre el 7 de mayo y los primeros días de junio de ese año, Michoacán había decidido sobre la conveniencia de celebrar una conferencia entre los comisionados de la diputación provincial de esa provincia y los de las de Guanajuato, San Luis Potosí y Querétaro y, con ese fin, se procedió al correspondiente intercambio de mensajes. El propósito principal era elaborar un programa uniforme que pudieran seguir las cuatro provincias para su protección mutua contra los peligros que se temían debido a la actitud dilatoria del Congreso. Ya hemos dicho que uno de los comisiona­ dos de San Luis Potosí se había reunido con la Diputación Provincial de Michoacán el 7 de mayo y es muy posible que la idea sobre una acción conjunta surgiera en tal reunión; sin embargo, la actuación conjunta no era una idea nueva para las cuatro provincias. Ya la habían buscado desde su adhesión al Plan de Casa Mata y había sido práctica común de sus diputaciones provinciales el mantenerse perfectamente informadas entre sí de las actividades que llevaban a cabo unas y otras. Los acontecimientos que se sucedieron en la provincia de San Luis Potosí demoraron un poco la propuesta conferencia, pero, en opinión de las cuatro provincias, aumentaron la necesidad de llevarla a la práctica. Como ya lo dijimos también, Santa Anna había llegado a San Luis Potosí en circunstancias muy difíciles; y sus dificultades aumentaron cuando Díaz de León, el jefe político, le informó que le sería imposible suministrarle los caballos y mulas que sus tropas necesitaban. El jefe político se quejó asimismo de que los arbitrarios métodos empleados por Santa Anna para la confiscación de equipo le estaban acarreando (al propio Santa Anna) la enemistad de todas las provincias y exigió la devolución de los vagones de policía prestados por el ayuntamiento. Santa Anna replicó mediante un informe a la diputación provincial en “Manifiesto de la Diputación Provincial de Querétaro”, Querétaro, 15 de julio de 1823, La Águila Mexicana, 10 y 15 de agosto de 1823. 30 “Exposición que al Supremo Executivo hizo la Diputación Provincial de Querétaro”, Querétaro, 15 de julio de 1823, La Águila Mexicana, 14 de agosto de 1823. 31 “Otero a Morán”, Guanajuato, 23 de mayo de 1823, ms. en la Colección Hernández y Dávalos, Universidad de Texas. 32 “Llorente a los editores de La Águila Mexicana”, Guanajuato, 26 de mayo de 1823, La Águila Mexicana, 10 de junio de 1823. 29 264 “Manuel Cortázar a los ciudadanos de Guanajuato”, Guanajuato, 22 de junio de 1823, La Águila Mexicana, 29 de junio de 1823, y El Sol, 30 de junio de 1823. 33 265 Nettie Lee Benson VIII. Establecimiento de otras legislaturas el sentido de que la falta de energía del jefe político era la única causa de que no se le hubiera suministrado el equipo necesario; pero el cuerpo provincial defendió al jefe político. Las tropas de Santa Anna continuaron alborotando al pueblo y uno de sus oficiales intentó levantarlo a fin de que proclamara la república federal. Aunque el jefe político, la diputación provincial y otras entidades oficiales eran partidarios de dicha forma de gobierno, todos creían que una proclama de esa naturaleza no era necesaria ni aconsejable en aquel momento, y así lo informó Díaz de León a Santa Anna, a quien nuevamente exigió, el 3 de junio, la devolución de los vagones prestados.34 Ese mismo día, las tropas de Santa Anna, con su equipo de campaña, marcharon hacia la plaza principal, en donde un oficial ordenó que se diese lectura al manifiesto en que Santa Anna proclamaba su adhesión a la república federal. El oficial se dirigió entonces a los barracones donde se albergaba la guarnición provincial y pidió a ésta que formase filas para escuchar la proclama. Después de escucharla, la guarnición entera rehusó unirse al movimiento, tomó posiciones en las torres de dos iglesias y en el techo de un convento y declaró que rechazaría cualquier intento de agresión por parte de Santa Anna. Toda la ciudad se hallaba en estado de alarma; muchas familias abandonaron sus hogares y se dirigieron a regiones más seguras. La gente de las poblaciones vecinas se armó lo mejor posible y se unió a la guarnición al grito de: “¡Muerte a Santa Anna y sus tropas!” Santa Anna se dirigió en persona a la guarnición en un vano intento por ganarla para su causa. Hacia el anochecer, Santa Anna hizo circular un plan conforme al cual se declaraba, junto con su ejército, “protector de la federación de las provincias”.35 Ninguno de los cuerpos gubernativos oficiales de la provincia le prestó el menor apoyo. Un residente de San Luis Potosí escribía el 11 de junio que la diputación provincial, el ayuntamiento y los ciudadanos de la provincia se habían negado a tomar parte en el movimiento y que Santa Anna había expulsado de la provincia a Santa Anna, Manifiesto..., pp. 28-29. En el plan declaraba que había resuelto: 1) formar a la mayor brevedad un ejército que se denominaría “Protector de la libertad mexicana”; 2) cuyo deber sería sostener inviolablemente la religión católica, apostólica, romana, garantizar y proteger a sus dignos ministros y observar exactamente las otras garantías juradas desde el plan de Iguala [...]; 3) solicitar que se activase la nueva convocatoria; 4) sostener y garantizar por la fuerza a las provincias que por su espontánea voluntad tuvieran a bien pronunciarse por la república federada; 5) proteger a las provincias (que quieran ser independientes), en su derecho a ser gobernadas por sus diputaciones provinciales, “durante se reúnan” (sic por “mientras”) los nuevos convocados al Congreso para constituir la nación; 6) emplazando el ejército donde mejor conviniera a su objeto y sin mezclarse para nada en ninguna operación hostil, sólo le sería lícito repeler la fuerza con la fuerza, en caso de ser atacado, o de que osara atentar contra la sagrada libertad de los pueblos; 7) comunicar inmediatamente al soberano congreso actual y al supremo gobierno interino copias de este plan pidiéndoles que tuvieran a bien no dictar órdenes que tendieran a oprimir a aquellos que quisieran gobernarse como se ha dicho, no contra este ejército, que no tiene otra mira ni se propone otra cosa que contribuir a la completa felicidad de sus conciudadanos y evitar los desastres que pudieran causarse por los que se opusieran a nuestra libertad; 8) siempre que alguna fuerza armada se dirigiese a Guadalajara o a otro punto que desease ser libre, se le comunicaría al jefe copia de este plan, haciéndolo responsable ante Dios y los hombres de los males que pudieran suscitarse de persistir en su designio; 9) se pasarían asimismo copias de este plan a todas las provincias de la nación; 10) serían considerados como reos de atentado contra la libertad, aquellos que, desoyendo la voz de la justicia, intentaran hostilizar a los pueblos libres, y a su tiempo serían juzgados por las autoridades respectivas; 11) el ejército se complacía en dar este nuevo testimonio de sus ideas liberales, y sostendría a toda costa cuanto encierran estos artículos; 12) los cuerpos que compusieran el ejército regresarían a sus provincias luego que la nación se hallara constituida según la voluntad de los pueblos; 13) a todos aquellos que, olvidándose de lo que debían a su patria, trabajaran contra las ideas de este plan, ya fuese con las armas o ya con la sedición, se les formaría causa, y serían juzgados como atentados de lesa nación; 14) los empleados de todas clases que estuvieran comprendidos en el anterior artículo serían separados de sus destinos por las diputaciones provinciales respectivas, previo la correspondiente sumaria; Santa Anna, op. cit., pp. 39-44. Bustamante, Diario histórico de México, p. 499, opina que Santa Anna llevaba el camino de Iturbide; no quería tomar la denominación de “monarca”, imitando así a Cromwell, y tomaba el título de “protector”, porque en esa palabra cabe todo y mucho más de lo que es un monarca. 266 267 34 35 Nettie Lee Benson VIII. Establecimiento de otras legislaturas todos los oficiales del ejército renuentes a apoyarlo.36 Los editores de La Águila Mexicana informaron que, según fuentes dignas de crédito, las autoridades de San Luis Potosí no habían aceptado la subversión, pero se habían mantenido en silencio por temor a las fuerzas al mando de Santa Anna.37 Las resoluciones posteriores de la diputación provincial tienden también a confirmar que ésta no aprobó el plan ni ninguno de los actos de Santa Anna. El gobierno central, preocupado por los disturbios ocurridos en San Luis Potosí a causa de la actitud de las tropas de Santa Anna, nombró comandante de la provincia al brigadier Gabriel de Armijo,38 quien salió de la ciudad de México el 31 de mayo con rumbo al interior.39 Cuando Santa Anna supo que Armijo se apro­ ximaba, le envió una copia de su plan del 5 de junio y le advirtió que no debía entrar a la provincia hasta en tanto no probara satisfactoriamente su adhesión al plan.40 Armijo respondió que ni él ni ninguno de sus hombres podían negarse a obedecer a las autoridades legalmente constituidas, que había enviado al gobierno central la comunicación de Santa Anna y que se reservaba todo comentario hasta haber recibido una respuesta.41 Poco después, con una comisión formada por el párroco del Valle de San Francisco, el coronel José Martínez Chavarro y Francisco Antonio de los Reyes, Armijo envió a Santa Anna cinco proposiciones, junto con la recomendación de que las aceptara.42 Desoyendo el exhorto, el general Santa Anna rechazó las proposiciones e intentó obtener una entrevista personal con Armijo.43 En la tarde del 15 de junio, Santa Anna y Armijo conferenciaron por espacio de tres horas, mas no pudieron llegar a ningún acuerdo. Al día siguiente, Armijo informó a Santa Anna de su intención de marchar a la hacienda de Pardo. Cuando Armijo llegó al rancho, a eso de la medianoche, las fuerzas de Santa Anna abrieron el fuego. Para evitar el derramamiento de sangre, Armijo se retiró a una corta distancia e informó de todo lo ocurrido al ministro de relaciones interiores. Santa Anna regresó entonces a San Luis Potosí y, el 19 de junio, explicó a la diputación provincial y al ayuntamiento la causa por la que se había retirado. Les aseguró que poseía un ejército mucho más numeroso, pero que Armijo estaba reclutando ciudadanos que desconocían sus verdaderos propósitos y que, a menos que se lo disuadiera, la guerra civil era inevitable. Santa Anna propuso que la diputación provincial tomara las medidas tendentes a evitar el rompimiento de las hostilidades. Ignacio Rayón sugirió exigir a Armijo que se retirara de la provincia y revocara las órdenes que había expedido, pero la mayoría de los diputados provinciales que hicieron uso de la palabra recomendaron que fuese Santa “Noticias nacionales”, La Águila Mexicana, 18 de junio de 1823. Según Bustamante, Historia del emperador d. Agustín de Iturbide, pp. 154-157, muchos de los oficiales del ejército se negaron a unirse a Santa Anna en su plan y uno de ellos, el teniente Tomás Requeña, dijo francamente que la federación no necesitaba la protección de Santa Anna. 37 “Noticias nacionales”, La Águila Mexicana, 15 de junio de 1823. 38 “San Luis Potosí”, Gaceta del Gobierno Supremo de México, 1 de junio de 1823, y El Sol, 1 de junio de 1823. 39 Bustamante, Diario histórico, p. 416, afirma que a Armijo se le había enviado al interior con el doble propósito de que estuviera cerca de Nueva Galicia para contener cualquier agresión por parte de Guadalajara y de “refrenar el tumulto” creado por Santa Anna, hombre de una disposición antagónica. 40 “Santa Anna a Armijo”, San Luis Potosí, 6 de junio de 1823, El Sol, 15 de junio de 1823. 41 “Armijo a Santa Anna”, Valle de San Francisco, 8 de junio de 1823, El Sol, 15 de junio de 1823. 36 268 “San Luis Potosí”, Gaceta del Gobierno Supremo de México, 1 de julio de 1823; “Armijo al ministro de Relaciones Interiores”, Gogorrón, 22 de junio de 1823, ibid.; y El Sol, 2 de julio de 1823. 43 Al menos así lo informó Santa Anna a la Diputación Provincial de San Luis Potosí, Gaceta del Gobierno Supremo de México, 1 de julio de 1823. Sin embargo, Armijo dio una interpretación diferente de la conducta de Santa Anna, de quien dijo que salió de San Luis Potosí con 400 soldados de infantería, dos cañones y otras armas, lo que obligó a aquél a internarse dos leguas en la provincia de Guanajuato para evitar el rompimiento de las hostilidades; “Armijo a Alamán”, Gogorrón, 22 de junio de 1823, ibid., y en El Sol, 2 de julio de 1823. 42 269 Nettie Lee Benson VIII. Establecimiento de otras legislaturas Anna quien se retirara y que, en cambio, se permitiera a Armijo ejercer las funciones de comandante que le había conferido el gobierno central. Con el fin de evitar las inminentes hostilidades, varios miembros sugirieron que una comisión de la diputación provincial y del ayuntamiento actuara como mediadora entre los dos comandantes. La actitud de esos dos cuerpos con respecto a Santa Anna fue claramente expuesta durante la reunión. Apolinario Aspeitia decla­ ró que, si Santa Anna reconocía al gobierno central, no había ninguna razón para las diferencias entre él y Armijo y, si no reconocía a las autoridades centrales o a la diputación provincial, era sin duda alguna un enemigo de la libertad. José Joaquín Gárate censuró también a Santa Anna por no haber reconocido ninguna autoridad, dijo que sus actividades en la provincia no habían sido nunca bien vistas y recomendó que se retirase. A todo ello, Santa Anna respondió que el hecho de no haber reconocido a ninguna autoridad se debía a la premura con que había preparado su plan, que en realidad había reconocido al gobierno central mediante la carta con que se lo había transmitido para que lo aprobara y, finalmente, se ofreció a aceptar la decisión de los comisionados de las cuatro provincias y a servir bajo las órdenes de cualquier persona que fuese designada para mandar el ejército de las provincias. Ante esto, la diputación provincial nombró a Rafael Villalobos y José Antonio Becerra como comisionados para transmitir a Armijo la propuesta siguiente: 1) mientras no recibiera una respuesta de las provincias que trataban de formar la federación y del Supremo Poder Ejecutivo, podía ocupar la posición que escogiese; 2) Santa Anna y sus tropas permanecerían en la ciudad de San Luis Potosí, pero, tan pronto como Armijo aceptara estas proposiciones, Santa Anna lo reconocería públicamente como comandante general cuyas órdenes deberían ser obedecidas; 3) ninguno de los dos comandantes abriría las hostilidades sin antes informar a la diputación provincial, y 4) la diputación provincial enviaría comisionados a una reunión de las cuatro provincias con el propósito de discutir los esfuerzos conjuntos en favor del federalismo y el nombramiento de un jefe de las fuerzas armadas de las cuatro provincias, a quien Santa Anna había prometido obediencia. Éste firmó las citadas proposiciones junto con todos los presentes.44 Armijo manifestó el 21 de junio que estaba de acuerdo en aceptar las propuestas con siete condiciones: 1) hasta que los representantes de las provincias y los generales convocados para reu­nirse en Celaya hubiesen adoptado un plan de acción, ningún ciudadano de San Luis Potosí podría ser detenido ni juzgado sino por las autoridades legítimamente constituidas; 2) las tropas de Santa Anna podrían permanecer temporalmente bajo su mando o unirse a las de Armijo, pero, en todo caso, Armijo debería ser reconocido por todos como el comandante general; 3) sus propias tropas serían preferidas en el uso de los caudales públicos; 4) sus futuras órdenes, destinadas a obtener el reconocimiento y el apoyo de la provincia entera, serían enérgicamente ejecutadas, pero Santa Anna no debería considerarlas hostiles, y todos los detalles del acuerdo serían observados fielmente; 5) Armijo mantendría sus tropas en la región comprendida entre el Real de los Pozos y la Hacienda de Zavala; 6) todas las medidas tendrían carácter provisional y comprometerían a ambos por igual a aceptar las decisiones de la junta de Celaya, y 7) se harían copias de las propuestas de la diputación provincial y de estas condiciones para ser firmadas por la diputación provincial, el jefe político y los generales Armijo y Santa Anna y sus secretarios, y cada uno de los generales conservaría una copia.45 El 25 de junio, Santa Anna notificó a la diputación provincial que no aceptaba las condiciones de Armijo y que ya había notificado a este último que se retirara de la provincia en el término de 24 horas o sufriese las consecuencias. Armijo podría permanecer en Querétaro o en cualquier otra parte hasta en tanto se hubie- 270 271 Gaceta del Gobierno Supremo de México, 10 de julio de 1823, y El Sol, 1 de julio de 1823. 45 Las actas de la junta en que se tomó esta decisión aparecen en la Gaceta del Gobierno Supremo de México, 1 de julio de 1823. 44 Nettie Lee Benson VIII. Establecimiento de otras legislaturas ren ultimado los convenios de federación de las cuatro provincias. Cuando se hubiere elegido al general que comandaría las tropas de las cuatro provincias, Santa Anna obedecería con gusto las órdenes de Armijo, tal como ya lo había prometido, o se retiraría con sus tropas al punto que considerase más conveniente. Santa Anna concluía con la afirmación de que, si Armijo no abandonaba la provincia de inmediato, se vería obligado a usar contra él todos los recursos de que disponía.46 La diputación provincial replicó con energía a Santa Anna que estaba quebrantando su promesa de aguardar las decisiones de la conferencia de Celaya y que la acción que se proponía emprender, lejos de conducir a un fin útil, constituía un desafío al gobierno central, al cual la provincia reconocía. Asimismo, le informó que la ley electoral con la que se convocaba a un nuevo Congreso había llegado con un correo especial la noche anterior y que creía que tal hecho lo llevaría a aceptar que continuara la mediación de la diputación provincial, que ésta le ofrecía. En el caso de que Santa Anna no rectificase, la diputación provincial guardaría silencio mientras no pudiera hablar otra vez invocando la razón y la justicia y ser debidamente escuchada. La diputación provincial envió también a Armijo una petición similar para que aceptara nuevos esfuerzos de mediación.47 Santa Anna no atendió en lo más mínimo la respuesta de la diputación provincial. Lejos de hacerlo, ese mismo día, el 24 de junio, salió de la ciudad con el evidente propósito de sorprender a Armijo, quien, no obstante, lo eludió y se aproximó a San Luis Potosí desde una dirección diferente. El 27 de junio, Armijo se detuvo a corta distancia e informó a la diputación provincial que entraría a la ciudad si ese cuerpo lo consideraba prudente. Como la diputación deseaba evitar la lucha dentro de los límites de la ciudad y, no sin razón, temía la venganza de Santa Anna por haber admitido a Armijo, recomendó a este último que tomara posiciones en Los Ranchos, a una legua de distancia, lo cual aceptó el jefe militar. Santa Anna pasó por San Luis Potosí el día 28 en persecución de Armijo, pero éste lo eludió nuevamente. Cuando Santa Anna regresó a San Luis Potosí, la diputación huyó a San Miguel de Mesquitic, población situada a aproximadamente tres leguas de distancia, y desde allí hizo lo que pudo en auxilio de la provincia y la ciudad.48 Según una carta que dirigió un habitante de la ciudad de San Luis Potosí a los editores de La Águila Mexicana, los sol­ dados de Santa Anna comenzaron a robar, insultar y asesinar a voluntad. A la protesta que elevó ante él el ayuntamiento de San Luis Potosí, Santa Anna respondió que la actitud abusiva e insultante del pueblo hacia él y sus soldados los había obligado a emprender tales acciones.49 La reunión de los generales representantes de las cuatro provincias se llevó a cabo en Celaya el 1 de julio de 1823. En ella estuvieron presentes Otero, comandante de Guanajuato, Luis Cortázar, comandante de Querétaro, José María del Toro, representante de Santa Anna, Barragán, comandante de Michoacán y representante de Armijo, y José María Márquez, de San Luis Potosí, quien desempeñó el cargo de secretario. Las sesiones fueron presididas por Barragán y todos los presentes adoptaron y firmaron cuatro resoluciones; a saber: 1) se reconocía al Supremo Poder Ejecutivo como la más alta autoridad de la nación; 2) las tropas en su conjunto apoyarían las resoluciones que se adoptasen; 3) los comisionados de las cuatro diputaciones provinciales deberían ser “Santa Anna a la Diputación Provincial de San Luis Potosí”, San Luis Potosí, 23 de junio de 1823, Gaceta del Gobierno Supremo de México, 9 de julio de 1823. 47 “La Diputación Provincial de San Luis Potosí a Santa Anna”, San Luis Potosí, 24 de junio de 1823, Gaceta del Gobierno Supremo de México, 9 de julio de 1823. Bustamante, Diario histórico..., p. 470, escribió que la diputación provincial huyó después de que las tropas de Santa Anna habían matado a dos de los regidores de la ciudad de San Luis Potosí. 49 Muro, Historia de San Luis Potosí, i, pp. 362-365; Santa Anna, Manifiesto..., pp. 16-17; “San Luis Potosí”, 28 de junio de 1823, La Águila Mexicana, 5 de julio de 1823; “Secretaría de la Diputación provincial de S. Luis Potosí”, S. Miguel Misquitic, 30 de junio de 1823, La Águila Mexicana, 10 de julio de 1823; “Comunicación”, San Luis Potosí, 2 de julio de 1823, La Águila Mexicana, 11 de julio de 1823. 272 273 46 48 Nettie Lee Benson VIII. Establecimiento de otras legislaturas informados de todo a fin de que pudiesen comenzar sus sesiones inmediatamente, y 4) se designaba a Barragán para ocupar el cargo de comandante en jefe de las tropas residentes en las cuatro provincias en cuestión.50 Santa Anna comprendió que la actitud que había estado mostrando en San Luis Potosí lo había llevado al borde del desastre y optó por intentar una escapada lo más airosa posible. El 1 de julio informó al Congreso restaurado y al Supremo Poder Ejecutivo que los disturbios que habían tenido lugar en aquellas provincias, al igual que los siniestros informes que sobre el particular habían sido esparcidos, lo obligaron a demorar su marcha hacia la ciudad de México y a proclamar su plan del 5 de junio. Desde entonces, continuaba, ya el tiempo se había encargado de justificar al Congreso, pues éste había lanzado al fin la convocatoria de nuevas elecciones y se encontraba trabajando en el plan destinado a la creación de una república federal. Consecuentemente, no quería dejar transcurrir un solo instante sin hacer saber al Congreso que tanto él como sus soldados estaban por completo satisfechos. Asimismo, Santa Anna daba a entender que, si el Congreso deseaba un mayor regocijo para el país, debería aprobar las proposiciones que presentaron los seis diputados el 12 de junio.51 Y terminaba afirmando que el tiempo justificaría sus actos.52 En su comunicado al Supremo Poder Ejecutivo, Santa Anna afirmaba que había recibido con placer la noticia de la expedición de la tan largamente deseada convocatoria a la elección de diputados a un nuevo Congreso, así como de la suspensión de las hostilidades contra Guadalajara, y de que el Congreso estaba estudiando las bases para el establecimiento de la república federal. Él y sus hombres, continuaba Santa Anna, regocijados de ver realizados sus deseos y cumplidos los propósitos del plan del 5 de junio, habían suspendido de manera inmediata las operaciones militares y todos ellos habían decidido, por su propia voluntad, manifestar a la nación que, estando satisfechos con las honestas intenciones del Supremo Poder Ejecutivo, habían desistido gustosamente de llevar a cabo el citado plan, desmintiendo así a quienes maliciosamente lo habían informado de lo contrario. Como una prueba de su respeto y sumisión al Congreso, Santa Anna licenciaría su ejército tan pronto como lo ordenase el gobierno central y procedería hasta la ciudad de México únicamente con las tropas pertenecientes a la guarnición de Veracruz.53 Santa Anna abandonó San Luis Potosí el 10 de julio de 1823.54 Poco después, Armijo hizo su entrada a la ciudad, al igual que la diputación provincial y las demás personas que habían huido de ella. Durante su permanencia en San Miguel Mesquitic, la dipu­ “Acta de la villa de Celaya”, La Águila Mexicana, 12 de julio de 1823. García, Gómez Farías, Antonio J. Valdés, Covarrubias, Rejón y Sánchez habían propuesto al Congreso 1) que se estableciesen inmediatamente en las provincias congresos o legislaturas provinciales conforme a un procedimiento que habría de proponerse y que debería aprobar el Congreso, y 2) que el déficit en los gastos generales de la nación fuese cubierto mediante un impuesto proporcional sobre las provincias. Mateos, op. cit., ii, pp. 397-398; La Águila Mexicana, 13 de junio de 1823. 52 “Santa Anna al Congreso”, San Luis Potosí, 3 de julio de 1823, en Santa Anna, op. cit., pp. 68-69, y El Sol, 13 de julio de 1823. “Santa Anna al Supremo Poder Ejecutivo”, San Luis Potosí, 3 de julio de 1823, en Santa Anna, op. cit., pp. 68-73, y Gaceta Extraordinaria del Gobierno Supremo de México, 10 de julio de 1823. 54 Según Bustamante, Historia del emperador d. Agustín de Iturbide, p. 157, Santa Anna trató en vano de justificar sus actos yendo a Guanajuato, pero el jefe político de la provincia le negó la entrada. Santa Anna llegó a la ciudad de México con una escolta de dragones el 27 de julio; según Callcott, op. cit., p. 51, el general había dejado sus tropas en Querétaro mientras se trasladaba a la capital para defenderse de las acusaciones que pesaban en su contra; por otra parte, el 10 de agosto expidió el Manifiesto... a sus conciudadanos. Así, a la luz de los hechos mencionados, es muy difícil comprender cómo “los actos de Santa Anna forjaron una opinión común en todos los bandos”, como dice Callcott, op. cit., p. 51, de lo que se infiere que los actos de Santa Anna forjaron la opinión en favor de la república federal, cuando, en realidad, las provincias rechazaron casi unánimemente los intentos de Santa Anna de erigirse en “protector de la república federal”. La opinión en favor del federalismo ya había adquirido forma a tal grado que, para el 21 de mayo, el Congreso había votado que se imprimiese e hiciese circular inmediatamente el “Plan de una república federal” de Mier. 274 275 50 51 53 Nettie Lee Benson VIII. Establecimiento de otras legislaturas tación provincial había proseguido sus labores y, junto con el ayunta­miento de San Luis Potosí, había designado a los comisionados, Vargas y Juan José Domínguez, que habrían de reunirse en Celaya con los de las otras tres diputaciones provinciales con el propósito de discutir el procedimiento más adecuado para prevenir futuros desórdenes y restablecer la tranquilidad pública. Los comisionados de San Luis Potosí, en unión de Martín García de Carrasquedo, de Michoacán, Joaquín de Oteyza y Vicente Lino Sotelo, de Querétaro, y Benigno Bustamante, de Guanajuato, dieron principio a las conferencias en Celaya el 10 de julio con el objeto de consolidar la opinión pública y así prevenir la inminente anarquía. Puesto que el gobierno había expedido la convocatoria a elecciones, no podía oponer objeciones a la reunión, en especial porque Barragán, al igual que las diputaciones provinciales de Querétaro y Michoacán y posiblemente las de las otras dos provincias, había informado al gobierno central que su propósito no era la unión de las cuatro provincias ni su separación del gobierno nacional, sino, por el contrario, la reunión de sus fuerzas y recursos para el bienestar del país en su conjunto. Durante la segunda sesión, los comisionados adoptaron siete resoluciones: 1) el reconocimiento del Supremo Poder Ejecutivo; 2) la aprobación del establecimiento de una república federal; 3) la adhesión al decreto por el cual se había convocado un nuevo Congreso; 4) la revalidación de los artículos aprobados en la reunión de los generales del 1 de julio en Celaya; 5) el reconocimiento de Barragán como comandante general de las cuatro provincias, sujeto al gobierno central; 6) el reconocimiento del celo patriótico de Barragán, y 7) la suspensión de las medidas dictadas para la pacificación de San Luis Potosí a fin de evitar interferencias con las órdenes expedidas por el gobierno central.55 Por su parte, desde que tuvo conocimiento de la reunión de Celaya, el gobierno nacional la había considerado desfavorable- mente y así lo hizo saber a su iniciadora, la Diputación Provincial de Michoacán.56 El 5 de julio, el Supremo Poder Ejecutivo ordenó que se hiciera volver a los comisionados y se disolviera la junta, lo cual se hizo el 11 de julio.57 Las provincias de Veracruz, México y Tabasco no apelaron ante el Congreso en relación con la creación de un cuerpo que lo sucediera, pero, en cambio, Veracruz y México se expresaron desde luego en favor de la república federal. La Diputación Provincial de Veracruz recibió con satisfacción las noticias sobre el restablecimiento del “augusto congreso constituyente” y así lo expresó en una proclama dirigida a los pueblos de su jurisdicción.58 Así que tuvo conocimiento de la actitud tomada por Santa Anna en San Luis Potosí, hizo saber al gobierno central que podía contar con su completa confianza y apoyo y expidió una circular a este respecto dirigida a todos los ciudadanos de la provincia.59 Después de que el Congreso designó una comisión que estudiara el asunto de formar otra encargada de redactar las bases con arreglo a las cuales debería constituirse la república federal, la Dipu­tación Provincial de Veracruz informó a sus representados el 20 de junio de 1823 que, aun cuando el asunto debería dejarse “Actas de las sesiones del 10 de julio en Celaya”, El Sol, 24 de julio de 1823, y La Águila Mexicana, 23 de julio de 1823. La fecha exacta de los primeros pasos dados por Michoacán en ese sentido no ha podido determinarse. Puesto que la reunión fue resultado de la demora del Congreso restaurado en convocar a uno nuevo, probablemente Michoacán comenzó a preparar la reunión de Celaya durante los últimos días de abril, después de que el día 12 de ese mes fue hecho público el informe de la comisión al Congreso. 57 “Sesiones celebradas en la ciudad de Celaya por los comisionados provinciales de Valladolid, San Luis Potosí, Guanajuato y Querétaro”, El Sol, 24 de julio de 1823; “Acta de la junta celebrada el día 8 de julio en la ciudad de Guanajuato”, El Sol, 18 de julio de 1823. 58 Manifiesto de la Diputación Provincial de Veracruz a los pueblos de su distrito, impreso suelto, fechado el 13 de abril de 1823; también fue publicado en La Águila Mexicana, 10 de mayo de 1823. 59 “Eulogio de Villaurrutia a Alamán”, Veracruz, 21 de junio de 1823, La Águila Mexicana, 30 de junio de 1823, y El Sol, 29 de junio de 1823; “Circular de la Diputación Provincial de Veracruz”, Veracruz, 30 de junio de 1823, La Águila Mexicana, 4 y 5 de julio de 1823. 276 277 55 56 Nettie Lee Benson VIII. Establecimiento de otras legislaturas a la discreción del nuevo cuerpo legislativo, la diputación recono­ cía las ventajas del sistema federal y estaba de acuerdo con el país en que ése era el mejor sistema. Confiando sin reservas en el gobierno central, la Diputación Provincial de Veracruz esperaría y obedecería las resoluciones del Congreso a ese respecto.60 El 16 de agosto de 1823, en una extensa contestación al oficio del 18 de julio de la Diputación Provincial de Guadalajara sobre su pronunciamiento por una república federada, la veracruzana afirmó que, antes bien que considerarse a sí misma como independiente, cada provincia debería pensar en el bienestar de la nación entera. ¿Qué conseguirían las provincias declarándose independientes para formar federaciones con otras? ¿No representaría este hecho el inicio de la discordia? Nadie negaba el derecho de las provincias a decidir qué forma de gobierno contribuiría mejor a su prosperidad y bienestar; amparándose en tal derecho, todas habían manifestado públicamente su aceptación a la forma federal de gobierno; pero sólo algunas, desafortunadamente, se habían apresurado demasiado al establecer gobiernos federados sin consultar primero con el gobierno nacional ni esperar a que éste actuara.61 El 19 de julio de 1823, la provincia de México respondió también a las comunicaciones dirigidas por Guadalajara los días 24 de junio y 1 de julio para hacerle saber que la Diputación Provincial de México era partidaria del sistema federal. La situación geográfica de la nación mexicana, la gran extensión de sus provincias, las dificultades para la comunicación y la diversidad de sus climas y productos eran todos factores que imponían el establecimiento de la federación. La experiencia había demostrado la necesidad de congresos provinciales y una más exacta y uniforme distribución de las funciones gubernamentales; sin embargo, la idea de federa­ lismo no excluía necesariamente la de centralismo; las dos podrían coexistir en el mismo país en la más perfecta armonía. Los asuntos enteramente provinciales deberían dirigirlos las mismas provincias por intermedio de sus ejecutivos, congresos y cortes, mientras que los intereses nacionales deberían quedar al cuidado del gobierno central. La diferencia entre repúblicas centralistas y federalistas consistía en la división de los poderes del gobierno: en una república centralista, todo el poder estaba reservado a la autoridad central, mientras que, en una república federal, tan sólo los asuntos de interés nacional eran confiados a los poderes supremos y los intereses provinciales se reservaban a los gobiernos provin­ ciales. Con respecto a todos estos puntos, la Diputación Provincial de México se hallaba de completo acuerdo con la de Guadalajara, pero disentía en lo referente a las medidas tomadas por ésta tendentes al establecimiento del gobierno estatal y el nacional, ya que la esencia misma del federalismo consistía en que los asuntos nacionales fuesen manejados por el Congreso nacional y únicamente los provinciales estuviesen al cuidado de manos locales. México se opuso asimismo a la propuesta de Guadalajara de que cada estado eligiera únicamente un diputado al Congreso nacional, diputado que podría ser objeto de revocación siempre que el estado así lo juzgara conveniente, y a la opinión referente a que la Constitución nacional no entrara en vigor hasta en tanto no hubiese sido ratificada en debida forma por los congresos estatales. En lugar de ello, la provincia de México exhortaba a la de Guadalajara a que aceptase el decreto de convocatoria, eligiese diputados confiables y, a través de éstos, trabajase por el beneficio de la nación.62 Cuando, el día 17 de junio, el Congreso expidió finalmente la ley electoral mediante la cual se convocaba al nuevo Congreso constituyente, la mayoría de las provincias la aceptaron en su totalidad y se dispusieron a efectuar los preparativos para las elecciones respectivas. Todas estaban dispuestas a esperar a que el nuevo Congreso expidiera el proyecto de constitución de la república fe- Ibid. “Contestación de la Diputación Provincial de Veracruz a la Excma. de Guadalajara”, Veracruz, 16 de agosto de 1823, Gaceta del Gobierno Supremo de México, 28 de agosto de 1823, y El Sol, 27 de agosto de 1823. 60 61 278 “Contestación que ha dado la Diputación Provincial de México a la de Guadalajara”, México, 19 de julio de 1823, La Águila Mexicana, 6 y 7 de agosto de 1823. 62 279 Nettie Lee Benson VIII. Establecimiento de otras legislaturas deral antes de proceder al establecimiento de gobiernos propios y a la redacción de constituciones estatales, con excepción de las provincias de Guadalajara (ahora ya con el nombre de Jalisco), Zacatecas, Oaxaca y Yucatán. Estas últimas rehusaron abolir sus respectivos gobiernos estatales, pero informaron al gobierno central que no aprobarían sus constituciones respectivas hasta después de que el nuevo Congreso hubiere fijado los principios fundamentales del gobierno nacional federal. Para entonces, las provincias habían comprendido que ya no tenían nada que temer del gobierno central. Ahora podrían enviar al Congreso hombres que propugnasen por el establecimiento de la república federal y a ellos se les encargaría la misión de expedir una constitución federal, pues ya era un hecho generalmente reconocido, incluso por el Congreso restaurado, que sólo esa forma de gobierno mantendría la unidad del país y evitaría que cayese en la anarquía. Una prueba más de que el gobierno central reconocía la exigencia de que se estableciese una forma de gobierno federal salió a la luz el día 25 de junio de 1823 en una sesión secreta del Congreso, cuando el ministro de justicia le informó que el gobierno —convencido de que, en el sistema federal, hacia el cual tendían manifiestamente todos los estados, cada uno de ellos gozaría, hasta donde fuese posible, de iguales organizaciones y deberes— le recomendaba que considerase el establecimiento en cada una de las provincias de una legislatura o Congreso provincial; dicha legislatura o Congreso provincial estaría compuesto por trece miembros elegidos por mayoría de votos de la junta electoral que debería nombrar los diputados al futuro Congreso nacional. Hasta entonces, las legislaturas provinciales estarían formadas por los miembros actuales de las diputaciones provinciales, más los miembros que fuesen necesarios para completar el total de trece, y estos últimos serían nombrados por las antiguas juntas electorales, las cuales deberían ser reunidas de nuevo para tal efecto en las capitales de las provincias. El presidente de cada legislatura provincial sería elegido cada mes por mayoría de votos y las funciones de tales cuerpos serían: 1) fiscalizar escrupulosamente la administración de los fondos públicos, ejerciendo la facultad de suspender a los funcionarios ineptos; 2) ejercer todas las funciones correspondientes a las diputaciones provinciales, según las leyes vigentes, y 3) presentar al ejecutivo las listas de candidatos a todos los cargos políticos, hacendarios y judiciales, con excepción de las audiencias, y remover a los funcionarios de sus cargos únicamente por los medios que en cada caso determinase la ley.63 Dado que Mier había propuesto una semana antes que se instalaran inmediatamente los respectivos congresos provinciales dotados de los más amplios poderes de acuerdo con las bases, un plan que, según su propia opinión, favorecían muchos de los diputados y la administración en general, es de comprender su satisfacción cuando fue presentada la anterior recomendación. Incluso Bustamante apoyó la idea, diciendo que, cuando una revolución se hacía inevitable, el gobierno mismo debía dirigirla.64 Aunque la comisión a cuyo dictamen se confió este asunto recomendó que se aumentase el número de miembros de las diputaciones provinciales existentes y se ampliasen sus poderes de acuerdo con las sugerencias presentadas, el Congreso acordó, por medio del decreto del 11 de julio, que se continuase utilizando la denominación “diputación provincial” y se incrementasen sus poderes, pero se negó a aconsejar que se aumentara el número de miembros de la misma.65 Bustamante declaró entonces que el Congreso, encontrándose en espera de ser sucedido por uno nuevo y limitadas como estaban sus facultades a la convocatoria de una nueva asamblea, sin que poseyese, por lo tanto, la autori- 280 281 “Apéndice a la sesión pública [del congreso nacional] de junio 23, 1823”, El Sol, 27 de junio de 1823, y en Mateos, op. cit., ii, p. 490. 64 “Mier a Cantú”, México, 25 de junio de 1823, en Cossío, op. cit., v, p. 41; Bustamante, Diario histórico de México, p. 450. 65 Mateos, op. cit., ii, p. 433; Colección de órdenes y decretos de la soberana junta provisional gubernativa y soberanos congresos generales de la nación mexicana, 2a. ed., ii, p. 146. 63 Nettie Lee Benson VIII. Establecimiento de otras legislaturas dad para ejercer las funciones que correspondían tan sólo a una asamblea constituyente, se encontraba en serias dificultades en lo concerniente a la ampliación de los poderes de las diputaciones provinciales para convertirlas en congresos provinciales, en particular porque éstas habían abusado de las atribuciones que les había conferido la Constitución española.66 De acuerdo con la ley electoral del 17 de junio de 1823, los miembros de las diputaciones provinciales deberían ser renovados en su totalidad, si bien los diputados en funciones eran reelegibles, y había que elegir diputados a las diputaciones provinciales de Chiapas, Chihuahua, Coahuila, Durango, Jalisco, Guanajuato, México, Michoacán, Nuevo León, Nuevo México, Nuevo Santander, Oaxaca, Puebla, Querétaro, San Luis Potosí, Sinaloa, Sonora, Tabasco, Texas, Tlaxcala, Veracruz, Yucatán y Zacatecas. Casi todas esas provincias eligieron diputados a sus cuerpos respectivos; las excepciones fueron Jalisco, Zacatecas, Yucatán, Oaxaca y Chiapas. De estas últimas, las cuatro que ya habían transformado sus diputaciones en legislaturas estatales no vieron la necesidad de elegir diputados a un cuerpo que ya había dejado de existir. La provincia de Chiapas, por su parte, presentaba un problema especial. Hasta 1821 había formado parte de la Capitanía General de Guatemala, pero luego se había declarado independiente de ésta y más tarde se había unido al imperio mexicano, como lo hizo la misma Guatemala. Después de la aprobación del Plan de Casa Mata, Guatemala se separó de la nación mexicana, con la aprobación del Congreso restaurado. Aunque para el día 17 de junio aún no se había separado, se admitió la posibilidad de que lo hiciera, pues en el artículo 10 del decreto de esa fecha se establecía que, si las provincias de Guatemala continuaban formando parte de México, deberían utilizar los censos más recientes para llevar a cabo las elecciones; y, en el artículo 11, en el que se hacía la enumeración de las provincias de Guatemala, se incluía Chiapas como una de ellas.67 Finalmente, la separación de Guatemala fue reconocida de manera oficial por el Congreso mexicano el 1 de julio de 1823.68 Por entonces, Mier advirtió al Congreso que los argumentos utilizados en el curso de los debates y las razones invocadas para el reconocimiento de la independencia de Guatemala eran peligrosos, pues otras provincias de México podrían creerse con derecho a hacer lo mismo. También hizo notar que todas las provincias internas habían gozado alguna vez de un gobierno separado del de México.69 Chiapas resultó ser la provincia que se consideró independiente y libre de decidir la actitud que habría de adoptar. Cuando Filisola la invitó a unirse a la Guatemala independiente y Bravo, por su parte, la instó a continuar formando parte de México y a unirse a las provincias que apoyaban el Plan de Casa Mata, Chiapas decidió adoptar una actitud expectante. Cuando el 5 de abril se conoció allí la abdicación de Iturbide, el ayuntamiento de Tuxtla pidió al comandante Farrera que convocase a una junta de representantes de la provincia. Por su parte, el jefe político, Luis Antonio García, convocó a una reunión de la diputación provincial, el ayuntamiento, los principales ciudadanos de la capital y otros funcionarios para el 8 de abril.70 Durante la reunión, se decidió que cada uno de los doce distritos de la provincia eligiera a un diputado que lo representara ante 66 Bustamante, Diario histórico de México, p. 470. 282 67 Colección de órdenes y decretos de la soberana junta provisional gubernativa y soberanos congresos generales de la nación mexicana, 2a. ed., ii, p. 126. 68 Mateos, op. cit., ii, p. 428. El artículo 1 del citado decreto decía: “El Congreso Mexicano aprueba la medida de convocar a un Congreso de Guatemala.” Alamán propuso que el Congreso debería poner a consideración el hecho de que, puesto que el pueblo de Guatemala era libre de constituir su país como lo juzgase conveniente, las tropas mexicanas debían salir de ese país. 69 “Mier a los editores de El Sol”, 4 de julio de 1823, El Sol, 14 de julio de 1823. 70 Trens, op. cit., pp. 229-231; “La junta suprema provisional de Chiapas a los habitantes de su distrito”, La Águila Mexicana, 5 de septiembre de 1823. 283 Nettie Lee Benson VIII. Establecimiento de otras legislaturas la junta provincial.71 Las elecciones fueron celebradas y, el 4 de junio, con diez diputados presentes, el jefe político declaró constituida oficialmente la junta, cuya autoridad fue reconocida por toda la provincia. En sus sesiones de los días 7 y 9 de junio decidió transformarse en Junta Suprema Provisional y declaró la independencia de la provincia, no sólo de México, sino también de Guatemala. En el mismo acuerdo de secesión, no obstante, dejó franca una puerta a México al establecer que, si éste volvía a adoptar el Plan de Iguala, Chiapas se consideraría parte integrante del país.72 Al acusar recibo de la declaración de la junta de Chiapas sobre su derecho a constituirse en estado independiente o a unirse a México o Guatemala, Alamán afirmó, en comunicación fechada el 9 de julio de 1823, que México vería con agrado la decisión por parte de Chiapas de continuar como miembro de la nación mexicana.73 Desde entonces hasta septiembre de 1824, Chiapas se mantuvo indecisa entre permanecer como estado independiente, unirse a Guatemala o unirse a México. Al principio, la junta se inclinaba por Guatemala, al paso que la diputación provincial lo hacía por México. En consecuencia, esta última disolvió la junta, tan sólo para convocarla nuevamente más tarde. En ocasiones, la junta ejercía una autoridad completa en la Chiapas libre; en otras, los funcionarios enviados por Guatemala o México actuaban como jefes políticos de la provincia; y ambos países emplearon la fuerza y los medios diplomáticos para tratar de ganársela. Finalmente, el 16 de diciembre de 1823, la Suprema Junta Gubernativa expidió una convocatoria dirigida a cada uno de los distritos para que votaran sobre la anexión a Guatemala o a México. Algunos de los distritos votaron e informaron de los resultados, otros no. El 24 de marzo de 1824, la junta pidió que se votase de nuevo, pero sólo fue en septiembre cuando anunció oficialmente una mayoría de tres a uno en favor de la anexión a México.74 Dos días más tarde, el “estado libre” de Chiapas expidió una solemne proclama para anunciar su federación con la nación mexicana.75 Aun después de esa declaración, algunos partidarios de la anexión a Guatemala mostraron su descontento, pero la resistencia desapareció hacia mediados de noviembre de 1824 con la llegada de la Constitución mexicana del 4 de octubre de ese año, en la cual se enumeraba a Chiapas como uno de los estados de la confederación mexicana. El 25 de octubre, la junta informó al Congreso mexicano que se había convocado a elecciones de diputados tanto al Congreso nacional como a la asamblea constituyente del estado.76 El 5 de enero de 1825, quedó formalmente instalado el Congreso constituyente del estado de Chiapas, cuyos miembros fueron Eustaquio Zebadúa, Joaquín Gutiérrez de Arce, Juan María Balboa, Francisco Guillén, Juan José Domínguez, Manuel Saturnino Osuna, Cayetano Blanco, Pedro Corona, Manuel Escandón, Juan Crisóstomo Robles y Mariano Rojas.77 Una vez constituido el Congreso estatal, la junta de Chiapas dejó de existir. Entretanto, el nuevo Congreso constituyente de México había sido instalado el 7 de noviembre de 1823 y, en él, Ramos Arizpe, representante de la provincia de Coahuila, era uno de los miembros más influyentes. Ya el 1 de noviembre de 1823, Bustamante había declarado que las sesiones preparatorias del Congreso no prometían nada bueno, porque Ramos Arizpe y Jesús Huerta, este último representante de Guadalajara, habían sido nombrados para revisar y aprobar las credenciales de los diputados, y los dos eran conocidos como federalistas intransigentes.78 Igualmente, ambos diputados, junto con Manuel Argüelles, Rafael Mangino y Tomás Ibid.; Romero, op. cit., i, pp. 265-268. Ibid., pp. 270-271. 73 “Alamán a la junta gubernativa provisional de Chiapas”, México, 9 de julio de 1823, ibid., pp. 271-272. Ibid., pp. 445-446. Ibid., p. 446. Todos los documentos sobre este asunto correspondientes al periodo 1823 a 1824 se encuentran en ibid., pp. 289-446. 76 Ibid., pp. 460-461. 77 Trens, op. cit., p. 295. 78 Bustamante, Diario histórico de México, pp. 605 y 615. 284 285 74 75 71 72 Nettie Lee Benson VIII. Establecimiento de otras legislaturas Vargas, fueron nombrados el 10 de noviembre para formar parte de la comisión que debía redactar el proyecto de constitución que sería sometido a la consideración del Congreso,79 comisión cuyo presidente fue el propio Ramos Arizpe. Cuando, el 14 de noviembre de 1823, Pablo de la Llave, ministro de justicia, exhortó al Congreso a expresarse sobre el sistema de gobierno que debería establecerse, Ramos Arizpe, en su cali­ dad de presidente de la Comisión de Constitución, prometió que el proyecto estaría listo para el día 17. Eugene C. Barker y William Archibald Whatley llegaron a la conclusión de que el Acta Constitucional de Ramos Arizpe, presentada el 20 de noviembre, fue influida por el proyecto de constitución federal de Stephen F. Austin.80 Ramos Arizpe se encontró por primera vez con Austin en Saltillo, entre el 8 y el 10 de mayo de 1823. Austin salió de Saltillo hacia Monterrey en la mañana del día 11, mientras que Ramos Arizpe permaneció en aquella ciudad hasta después del 5 de junio.81 Así, es muy probable que los dos hombres hayan discutido el asunto de la república federal, pues era un tema del que se hablaba en todo México; y es posible que Austin haya concebido entonces la idea de redactar el “Plan for a Federal Constitution”, cuyo borrador mostró a Ramos Arizpe para que éste le hiciera sus comentarios la próxima vez que se vieran; y también es cierto que Ramos Arizpe escribió sus comentarios en el documento y recomendó que fuese publicado; sin embargo, no debe darse mucha importancia a este hecho, pues, tanto en Guadalajara como en Oaxaca y otras provincias, se alentaba a la gente a redactar y publicar proyectos de una república federal como un medio para promover su establecimiento. Es difícil creer que, a los 48 años, con sus antecedentes, experiencia y convicciones y habiendo participado activamente en la redacción de la Constitución española de 1812, Ramos Arizpe hubiese sido grandemente influido por Austin, que a la sazón tenía 38 años.82 Mateos, op. cit., ii, p. 578; La Águila Mexicana, 12 de noviembre de 1823. Cf. Eugene C. Barker, The Life of Stephen F. Austin, pp. 84-85 (75-76 en la 2a. ed.), donde el autor dice: “Pero la relación de Austin con el Acta constitucional, la primera forma de la constitución republicana federal, es muy estrecha. [...] A finales de mayo, Austin sometió a Ramos Arizpe un esbozo de gobierno federal. [...] Arizpe estaba muy impresionado; hizo cambios y correcciones en la copia que se preserva en los Austin Papers, recomendó que se imprimiera y dijo que la enviaría a sus amigos. [...] Arizpe fue elegido al nuevo Congreso en septiembre y, el 14 de noviembre, pocos días después de su instalación, ofreció, con el auxilio de una comisión capaz, preparar en tres días un proyecto provisional de Constitución. Se le tomó la palabra y fue nombrado presidente de la comisión de Constitución, que presentó el Acta constitucional el 20 de noviembre. [...] La similitud escrita [del acta] con el plan de Austin no es evidente, puesto que se trata de dos documentos redactados de manera independiente a partir de una fuente común, pero, en sustancia, son muy parecidos. Arizpe era un personaje demasiado seguro de sí mismo como para aceptar plan alguno sin someterlo a su propio análisis y es evidente que el borrador de Austin estaba compenetrado y asimilado a su propio estudio de la Constitución de los Estados Unidos, la Constitución española y la historia política de México, pero era inevitable que dicho plan habría de influir en Ramos Arizpe.” William Archibald Whatley escribió una tesis de maestría, titulada The Formation of the Mexican Constitution of 1824, bajo la dirección de Barker y, en la época en que lo hizo, era ayudante de investigación de este último, quien cita la tesis como una de sus fuentes para los comentarios antes mencionados. En las pp. 70-72, Whatley afirma que el hecho de que Ramos Arizpe hizo uso de “ese plan [el de Austin] en la 79 80 286 redacción del proyecto de Acta constitucional es aparentemente cierto por la similitud en el lenguaje que en ocasiones puede ser detectada [...] la promesa de Arizpe de terminar un primer borrador del acta en tres días podría servir de apoyo para argumentar que ya tenía un plan en estado de preparación, mismo que, con toda probabilidad, pudo haber sido el de Austin. [...] En una nota agregada a la copia del documento que él conservó, el propio Austin escribió que el hecho de que Ramos Arizpe y su comisión de Constitución fueron influidos por su plan de una manera general, aun cuando no lo hubieren adoptado enteramente, lo revelaban las analogías como la antes mostrada” (véase en la nota 85 la analogía a que se hace referencia). 81 Ramos Arizpe participó en diversas actividades en Saltillo durante todo el mes de mayo y hasta el 5 de junio, pues su firma aparece en los documentos que relatan la serie de acontecimientos ahí acaecidos durante ese periodo. 82 No existen pruebas concluyentes de que Ramos Arizpe haya siquiera conservado una copia del proyecto de Austin, pues, aunque éste afirma que le dio el plan a aquél, la copia que Ramos Arizpe corrigió y comentó permaneció en poder de Austin. Además, el nombre de Ramos Arizpe no aparece entre los de aquellos a quienes Austin dice que dio copias de su proyecto. Véase Barker, 2a. ed., p. 75, nota 81. 287 Nettie Lee Benson VIII. Establecimiento de otras legislaturas Las pruebas ofrecidas para indicar que el Acta constitucional de Ramos Arizpe se asemeja al plan de Austin son aún menos aceptables. Dicho plan era una mezcla mal organizada de la Constitución española de 1812 y de la Constitución de Estados Unidos, mientras que el acta de Ramos Arizpe era una bien ordenada propuesta, basada en la Constitución española, que sólo se diferenciaba de esta última cuando “la idea de la república federal obligaba al cambio”.83 La semejanza entre la Constitución española y el acta de Ramos Arizpe es clara artículo tras artículo, pues Ramos Arizpe no sólo estampa las mismas ideas sino que emplea también las mismas palabras.84 En realidad, varios artículos completos fueron copiados palabra por palabra, lo cual no es sorprendente, de la Constitución española.85 Dado que Whatley no cita ningún otro artículo, aparentemente llegó a la conclusión de que éste era el ejemplo más perfecto de similitud. El que el artículo fue tomado enteramente de la Constitución española es evidente; además, era de esperarse que Ramos Arizpe empleara los artículos de una constitución que él mismo había ayudado activamente a redactar. Por lo demás, Ramos Arizpe estaba bien familiarizado con la Constitución de Estados Unidos mucho antes de conocer a Austin.86 Un análisis cuidadoso de su acta revela la diferencia en orga­ni­ zación, terminología y sintaxis con dicha Constitución; asimismo, el acta contenía cierto número de artículos e ideas que no aparecen ni en la Constitución española ni en la de Estados Unidos, artículos inspirados por problemas propios de México en la época. Como antes dijimos, Ramos Arizpe presentó el acta al Congreso el 20 de noviembre de 1823.87 En ella se establecía que los estados de James Q. Dealey, “The Spanish Source of the Mexican Constitution of 1824”, en Texas State Historical Quarterly, iii, p. 162. 84 Ibid., pp. 163-164. Lo que Dealey afirma respecto a la Constitución mexicana de 1824 es igualmente aplicable al plan de Ramos Arizpe. 85 Analogías entre el borrador de Austin, el de Ramos Arizpe y la Constitución española de 1812: 83 Borrador de Austin Borrador de Ramos Arizpe Constitución de 1812 Para proveer con más seguridad a la defensa, prosperidad y bien común las provincias se unen mutuamente por el más estrecho vínculo de unión y fraternidad bajo el sistema de República federada, para formar una grande nación, cuya religión dominante es y será precisamente la Católyca, Apostólyca Romana sin que Estado alguno pueda proclamar otra, y todos y cada uno de por sí se obligan a protegerla por medio de leyes sabias y justas. La religión de la nación mexicana es y será perpetuamente la Católica, Apostólica, Romana, única verdadera. La Nación la protege por leyes sabias y justas y prohíbe el ejercicio de cualquiera otra. 288 La religión de la Nación Española es y será per­ petuamente la Católica, Apos­tólica, Romana, única ver­dadera. La Nación la pro­tege por leyes sabias y justas y prohíbe el ejercicio de cualquiera otra. Ese hecho lo revelan tanto las Cortes como la Carta a un americano sobre la forma de gobierno que para hacer practicable la constitución y las leyes, conviene establecer en Nueva España atendida su actual situación, carta impresa escrita por Ramos Arizpe a su hermano en 1821. Además, no hay razones para suponer que Ramos Arizpe necesitara recurrir a Austin en busca de información respecto a la Constitución de Estados Unidos, pues esta última había sido impresa en español en varias ocasiones desde 1812 y podía encontrarse fácilmente. Véase Benson, “Washington, Symbol of the United States of Mexico, 1800-1821”, en The Library Chronicle of the University of Texas, ii, pp. 175-179. 87 Se ha dicho más de la brevedad del periodo en que el Acta fue redactada que lo que los hechos justifican. Se ha dado a entender que Ramos Arizpe y los otros miembros de la Comisión de Constitución ni siquiera habían comenzado a trabajar antes del 14 de noviembre, pero no existen documentos que demuestren que tal fue el caso. La Comisión de Constitución fue nombrada el 10 de noviembre, según Mateos, op. cit., ii, p. 578, y La Águila Mexicana, núm. 212, 12 de noviembre de 1823, p. 4. Además, aun cuando hubiese sido nombrada el 14 de noviembre (la fecha errónea dada por varios autores, incluido Whatley), ello no excluiría la posibilidad de que Ramos Arizpe y otros hubiesen estado trabajando en un proyecto de constitución desde el día en que fueron electos diputados, o aun antes. Como ejemplo de otros autores que afirman que la Constitución mexicana de 1824 se basó ampliamente en la de Estados Unidos, véase: Charles Curtis Cumberland, Mexico: the Strugglefor Modernity, Nueva York: Oxford University Press, 86 289 Nettie Lee Benson VIII. Establecimiento de otras legislaturas la federación eran: 1) Chiapas, 2) Guanajuato, 3) el Estado Interno de Occidente, compuesto por las provincias de Sonora, Sinaloa y las dos Californias, 4) el Estado Interno del Norte, compuesto por las provincias de Chihuahua, Durango y Nuevo México, 5) el Estado Interno de Oriente, compuesto por las provincias de Coa­huila, Nuevo León, Texas y Nuevo Santander, 6) México, 7) Michoacán, 8) Oaxaca, 9) Puebla de los Ángeles, con Tlaxcala, 10) Que­rétaro, 11) San Luis Potosí, 12) Tabasco, 13) Veracruz, 14) Jalisco, 15) Yucatán y 16) Zacatecas.88 Parece ser que la designa­ción de los estados en el artículo 7°, excepto en el caso de Querétaro y Tabasco, se hizo tomando como base las antiguas intendencias y que coincidía con el plan que Ramos Arizpe y Michelena propusieron en 1820 y 1821 en España, en el que pedían el establecimiento de diputaciones provinciales en cada intendencia de México y, específicamente, tres en las provincias internas: una en Arispe para las de Sonora, Sinaloa y las Californias, otra en Durango para las de Chihuahua, Durango y Nuevo México y una más para las Provincias Internas de Oriente. Como se ha demostrado, el establecimiento de las diputaciones provinciales en cada una de las provincias internas no ocurrió hasta los años de 1822 y 1823. Entonces las tuvieron Coahuila, Texas, Nuevo León, Sonora, Sinaloa, Chihuahua y Durango y las diputaciones provinciales se establecieron por primera vez después de las elecciones 1968; James Aloysius Magner, Men of Mexico, Milwaukee: The Bruce Publishing Co., 1942 y 1964, p. 284; George E. Nelson y Mary B. Nelson, Mexico A-Z, an Encyclopedic Dictionary, Centro para Retirados, Cuernavaca, 1975, bajo el nombre de Miguel Ramos Arizpe; Donald C. Briggs y Marvin Alisky, Historical Dictionary of Mexico, Metchuen: The Scarecrow Press, 1981, pp. 186-187; Rodolfo Reyes, prólogo a Emilio Rabasa. La organización política de México, reproducido en Andrés Serra Rojas, Antología de Emilio Rabasa, 2 t., México: Ediciones Oasis, 1969, i, p. 271; Herbert Ingram Priestley, The Mexican Nation, Nueva York: The MacMillan Co., 1938, p. 262; Carlos González Salas, Miguel Ramos Arizpe: Cumbre y camino, México: Manuel Porrúa, 1978, p. 106; Lucas Alamán, Historia de Méjico, v, pp. 717-719; y Meyer y Sherman, The Course of Mexican History, pp. 313-314. 88 Artículo vii del Acta constitucional presentada al soberano congreso constituyente por su comisión el día 20 de noviembre de 1823. 290 291 Nettie Lee Benson VIII. Establecimiento de otras legislaturas de septiembre de 1823. La división de las provincias internas en tres grandes estados políticos o provincias había sido desde hacía mucho tiempo uno de los más acariciados sueños de Ramos Ariz­pe. No es de extrañar, pues, que tratase de hacerlo realidad en la Constitución. El artículo 5° del acta constitucional, en el que se declaraba que las partes integrantes de la República Mexicana eran estados libres, independientes y soberanos,89 fue aprobado el 19 de diciembre. Únicamente siete diputados votaron en contra de la parte en que se declaraba libres e independientes a los estados; de esos siete, cinco eran de la provincia de México, uno de Veracruz y otro de Puebla. Veintiocho de los diputados votaron en contra de la declaración de la soberanía de los estados; de los 28, doce eran de México, seis de Puebla, dos de Michoacán y uno de cada una de las provincias de Veracruz, Chihuahua, Sinaloa, Querétaro y Sonora.90 El 20 de diciembre se inició la discusión sobre el artículo 7° y se acordó posponer la discusión de los casos de Chiapas, Tabasco y las Provincias Internas de Oriente y Occidente. El mismo día, el Congreso concedió la calidad de estados a Guanajuato, México y Michoacán y, al siguiente, tomó igual determinación con respecto a Oaxaca y Puebla, pero no se llegó a ninguna decisión sobre si Tlaxcala formaría o no parte del estado de Puebla. El problema de Tlaxcala fue devuelto a la Comisión de Constitución. Durante los dos días siguientes, recibieron su aprobación los siguientes estados: Querétaro, San Luis Potosí, Veracruz, Jalisco, Yucatán y Zacatecas.91 Aunque desde el principio de las sesiones del nuevo Congreso constituyente se llamó congresos provinciales a las diputaciones provinciales,92 éstas no habían recibido de manera oficial tal deno- minación y sus poderes aún se hallaban limitados oficialmente a los que les concedían la Constitución española y los decretos del pasado Congreso mexicano. Las provincias deseaban poderes más amplios y habían dado instrucciones en tal sentido a sus delegados. El 26 de diciembre, Santos Vélez, de Zacatecas, propuso que se ordenara a la comisión Constitucional presentar lo más pronto posible el proyecto de ley a que se hacía mención en el artículo 27 a fin de que las provincias declaradas estados pudieran proceder de inmediato a instalar sus propias legislaturas, si aún no lo habían hecho así.93 El 29 de diciembre, Bustamante propuso que se declarara a los estados en libertad de establecer sus congresos provinciales y que se ordenara la impresión y distribución del nuevo proyecto para su formación, tal como fue presentado por la comisión constitucional.94 La discusión del proyecto se inició el mismo día, pero fue remitido nuevamente a la comisión. Ya revisado el proyecto, la comisión lo presentó otra vez al Congreso el 5 de enero de 1824 y su discusión continuó hasta el día 8. En los debates naufragó el intento de declarar nulas y sin valor las ya establecidas legislaturas de Oaxaca, Yucatán, Zacatecas y Jalisco. El proyecto, tal como fue aprobado finalmente, establecía que los estados de Guanajuato, México, Michoacán, Puebla, Querétaro, San Luis Potosí y Veracruz debían proceder al establecimiento de sus respectivas legislaturas estatales, las cuales deberían estar formadas por un número de diputados que podría variar entre 11 y 21; la diputación provincial de cada estado determinaría el número de diputados propietarios y suplentes que debería elegirse; y las elecciones deberían efectuarse de acuerdo con la ley electoral del 17 de junio de 1823.95 Las elecciones tuvie- Véase un examen detallado del artículo 5° y de la votación sobre el mismo en Benson, “Servando Teresa de Mier, Federalist”, The Hispanic American Historical Review, xxviii, pp. 514-525. 90 Mateos, op. cit., ii, p. 620. 91 Ibid., pp. 622-623. 92 El 8 de diciembre, Espinosa de los Monteros, Lombardo y García y Zavala pidieron que el Congreso declarase qué fuerza y validez debían tener los mandatos imperativos que los congresos provinciales habían dado a sus diputados actuales. Mateos, op. cit., ii, p. 610. Antes y después de aquel día, muchos asuntos presentados al Congreso nacional fueron declarados fuera de su jurisdicción y remitidos a los congresos provinciales para su resolución final. 93 Ibid., p. 627. 94 Ibid., p. 630. 95 Ibid., pp. 636-641; Colección de órdenes y decretos de la soberana junta provisional gubernativa y soberanos congresos generales de la nación mexicana, 2a. ed., iii, pp. 12-14. 292 293 89 Nettie Lee Benson VIII. Establecimiento de otras legislaturas ron lugar rápidamente en los estados de México, San Luis Potosí, Guanajuato, Michoacán, Puebla, Veracruz y Querétaro. La noticia concerniente a la instalación de la legislatura de este último, verificada el 17 de febrero de 1824, se leyó en el Congreso el 23 del mismo mes.96 México informó sobre la instalación de la suya el 2 de marzo y Guanajuato hizo lo propio el 25 del mismo mes.97 La legislatura constituyente de Puebla llevó a cabo su primera sesión el 19 de marzo de 1824; el 13 de abril se leyó en el Congreso el informe de la instalación de la legislatura de Michoacán, que tuvo lugar el 6 de abril; la legislatura de San Luis Potosí fue constituida y expidió su primer decreto el 21 de abril; y la de Veracruz fue instalada el 9 de mayo.98 Mientras tanto, continuaba en el Congreso la discusión respec­ to a las demás provincias que deberían ser elevadas a la categoría de estados. La creación del Estado Interno de Occidente (compues­to de Sonora y Sinaloa) y el Estado Interno del Norte (compuesto por Chihuahua, Durango y Nuevo México) fue aprobada el 10 de enero de 1824.99 Por su parte, Tlaxcala fue declarada estado el 20 de enero.100 Nueve días más tarde, Tabasco y Nuevo Santander, esta última ya con el nombre de Tamaulipas, recibieron la misma distinción, mientras que Nuevo León, Coahuila y Texas fueron declaradas como un solo estado que debería denominarse Estado Interno de Oriente.101 Las instrucciones dirigidas a los nuevos estados con el propósito de que realizaran las elecciones para formar sus legislaturas constituyentes fueron aprobadas poco después. Las relativas a los Estados Internos de Oriente, del Norte y de Occidente fueron aprobadas el 4 de febrero y las relativas a Tabasco, Tamaulipas y Tlaxcala, el 7 de febrero.102 Dos de los recién declarados estados, Tabasco y Tamaulipas, procedieron a celebrar en seguida sus elecciones y a instalar sus legislaturas; Tabasco, el 3 de mayo, y Tamaulipas, el 7 de julio.103 Casi inmediatamente se hicieron patentes fuertes protestas con respecto a las medidas adoptadas a propósito de las provincias internas. De los debates respectivos, parece ser que tales estados fueron erigidos sobre la base de la primera división de carácter militar, político y económico que se hizo de la región en tres comandancias: de las Provincias Internas de Oriente, de Occidente y del Norte, y de las intendencias de Arispe, Durango y Saltillo.104 Sin duda alguna, tal división habría sido aceptable en 1814 o incluso en los años de 1820 y 1821, pero ya no lo era en 1824, después de la experiencia adquirida por dichas provincias en el despacho de sus propios asuntos por medio de sus diputaciones provinciales. Aun en 1824, no obstante, el Estado Interno de Oriente habría podido subsistir si Tamaulipas no hubiese demandado y obtenido La Águila Mexicana, 27 de febrero de 1824, y Mateos, op. cit., p. 698. Ibid., pp. 703, 731 y 744; Gaceta del Gobierno Supremo de la Federación Mexicana, 4 de marzo de 1824 y 2 de marzo de 1824. 98 Mateos, op. cit., pp. 745, 749 y 779; El Caduceo de Puebla, 1 de abril de 1824; La Águila Mexicana, 20 de marzo de 1824; Recopilación de leyes, decretos, reglamentos y circulares expedidos en el estado de Michoacán, i, pp. 11-12; Gaceta del Gobierno Supremo de la Federación Mexicana, 4 y 22 de mayo de 1824; Muro, Historia de San Luis Potosí, i, p. 213. 99 Mateos, op. cit., p. 646. 100 Ibid., p. 656. 101 La Águila Mexicana, 30 de enero de 1824; Mateos, op. cit., p. 663. El nombre de Nuevo Santander fue cambiado por el de Tamaulipas a petición de la provincia, La Águila Mexicana, 31 de enero de 1824. Mateos, op. cit., pp. 668-669 y 672; Colección de órdenes y decretos de la soberana junta provisional gubernativa y soberanos congresos generales de la nación mexicana, 2a. ed., iii, p. 25. 103 Mateos, op. cit., pp. 818 y 853. 104 Aunque creada oficialmente, la intendencia de Saltillo, que debía tener jurisdicción sobre las Provincias Internas de Oriente, nunca llegó a establecerse, a pesar de que en 1814 fue nombrado para el cargo un intendente. Antes de que éste tomara posesión, Fernando VII ya había revocado los decretos de las Cortes y, después de que fueron restaurados en 1820, la independencia de México y la confusión consiguiente impidieron el establecimiento real de la intendencia de Saltillo. Desde mucho tiempo antes, Ramos Arizpe había estado tratando de conseguir que la región septentrional de México fuese dividida en tres grandes entidades militares, políticas y económicas y, al parecer, la Comisión de Constitución se mostró de acuerdo con él en este punto. 294 295 96 97 102 Nettie Lee Benson VIII. Establecimiento de otras legislaturas igual categoría administrativa y política, pero, tan pronto como se produjo este hecho, Nuevo León empezó a exigir un trato similar. El 29 de enero, Mier propuso que, si las cuatro Provincias Internas de Oriente no habrían de formar un solo estado, Nuevo León fuera declarado estado a su vez y Coahuila y Texas formaran uno o dos estados, como ellas prefiriesen.105 Aunque la propuesta no prosperó entonces, el mismo Mier insistió en ella y fue secundado en su empeño por el jefe político, la diputación provincial y otros cuerpos gubernamentales de Nuevo León.106 Como resultado, el 7 de mayo de 1824 Nuevo León fue declarado estado y se le dieron las respectivas instrucciones para convocar su legislatura. Instalación de los congresos constituyentes estatales en México Denominación Oaxaca Yucatán Jalisco Zacatecas Querétaro México Puebla Guanajuato Michoacán San Luis Potosí Tabasco Tamaulipas Veracruz Nuevo León Coahuila y Texas Chihuahua Durango Estado Interno de Occidente Chiapas 105 106 296 Fecha de instalación 1 de julio de 1823 20 de agosto de 1823 14 de septiembre de 1823 19 de octubre de 1823 17 de febrero de 1824 2 de marzo de 1824 19 de marzo de 1824 25 de marzo de 1825 6 de abril de 1824 21 de abril de 1824 3 de mayo de 1824 7 de mayo de 1824 9 de mayo de 1824 1 de agosto de 1824 15 de agosto de 1824 8 de septiembre de 1824 8 de septiembre de 1824 Fecha de la erección en estado 21 de diciembre de 1823 23 de diciembre de 1823 23 de diciembre de 1823 23 de diciembre de 1823 23 de diciembre de 1823 20 de diciembre de 1823 21 de diciembre de 1823 20 de diciembre de 1823 22 de diciembre de 1823 22 de diciembre de 1823 7 de febrero de 1824 7 de febrero de 1824 22 de diciembre de 1823 7 de mayo de 1824 7 de mayo de 1824 6 de julio de 1824 22 de mayo de 1824 12 de septiembre de 1824 5 de enero de 1825 10 de enero de 1824 Septiembre de 1824 La Águila Mexicana, 31 de enero de 1824. Mateos, op. cit., pp. 698, 708, 729 y 737; La Águila Mexicana, 24 de febrero de 1824. 297 Nettie Lee Benson VIII. Establecimiento de otras legislaturas El estado de Coahuila y Texas debería hacer otro tanto, sobre­ entendiéndose que, tan pronto como Texas se considerase apta para formar un estado separado, debería hacerlo saber al gobierno nacional.107 Análoga oposición encontró desde muy pronto la creación del Estado Interno del Norte. Francisco Antonio de Elorriaga, uno de los diputados de Durango, propuso el 23 de febrero de 1824 que la provincia de Durango fuese declarada estado. La iniciativa recibió el apoyo de varias autoridades gubernamentales de la provincia.108 Convencido por los argumentos esgrimidos, el Congreso votó el 22 de mayo por declarar a Durango como estado libre e independiente.109 Surgió después la cuestión de si sería o no conveniente unir a Chihuahua y Nuevo México en un solo estado. El 5 de julio de 1824, el Congreso la resolvió finalmente acordando que Chihua­ hua fuese un estado y Nuevo México un territorio, y el decreto respectivo fue aprobado al día siguiente.110 Aunque Tlaxcala ya había sido declarada estado y había recibido las necesarias instrucciones para formar su legislatura estatal, aún no lo había hecho porque algunas de las municipalidades y funcionarios de la provincia querían que fuese un estado independiente, otros deseaban que se uniese a Puebla y aun otros preferían que constituyese un territorio. El Congreso, abrumado de peticiones y proposiciones procedentes de cada una de esas facciones, votó al fin, el 24 de noviembre de 1824, que Tlaxcala tuviese la categoría de territorio dentro de la federación mexicana.111 Habiendo adquirido finalmente la condición de estado, las diputaciones provinciales de cada provincia se dieron a la tarea de preparar las elecciones y la instalación de las legislaturas constituyentes. El 30 de junio de 1824 quedó constituida la legislatura de Durango;112 la de Nuevo León, el 1 de agosto;113 la de Coahuila y Texas, el 15 de agosto;114 la de Chihuahua, el 8 de septiembre;115 la del Estado Interno de Occidente, el 12 de septiembre de 1824;116 y, como ya se ha dicho, Chiapas se convirtió en estado de la República Mexicana en septiembre de 1824 e instaló su legislatura el 5 de enero de 1825. Con la instalación de las legislaturas estatales, las diputaciones provinciales entregaron sus archivos a aquéllas, sus sucesoras, y así terminaron su existencia. Ya habían cumplido su propósito: habían sentado las bases para el establecimiento de un gobierno estatal; las fronteras entre las provincias habían quedado casi definitivamente establecidas; se había compilado una amplia información estadística sobre las provincias; los distritos políticos habían sido establecidos; los variados problemas y recursos de los estados habían sido llevados al primer plano de la atención pública; como miembros de las diputaciones provinciales, muchos hombres habían sido entrenados para entender y dirigir los asuntos del estado; el pueblo había comprendido las ventajas de la ciudadanía a través de las numerosas elecciones celebradas anualmente en las parroquias para nombrar diputados a diversos puestos en las municipalidades, las cortes o las diputaciones provinciales y había recibido una gran ilustración política como preparación para el nuevo sistema; y las provincias, principalmente por intermedio de Mateos, op. cit., p. 770. La Águila Mexicana, 25 de febrero de 1824; Mateos, op. cit., ii, pp. 710, 751, 760 y 761; “Manifiesto de la Diputación Provincial de Durango a los habitantes de su comprehensión”, Durango, 21 de febrero de 1824, en Observaciones que la Diputación Provincial de Chihuahua hace sobre el manifiesto que en el 21 de febrero del presente año publicó la Excma. de Durango, pp. 3-9. 109 Mateos, op. cit., p. 786. 110 Ibid., pp. 815 y 828-830. 111 Ibid., pp. 649, 659, 678, 700, 708, 713, 723, 733, 748, 750, 755, 764-766, 808, 810, 813, 842, 867, 884, 886, 906, 911, 914, 970, 972 y 1024; Colección de órdenes y 107 108 298 decretos de la soberana junta provisional gubernativa y soberanos congresos generales de la nación mexicana, 2a. ed., iii, p. 125. 112 Carlos Hernández, Durango Gráfico, p. 62. 113 Cossío, op. cit., i, pp. 110-115; Roel, op. cit., i, p. 119. 114 Alessio Robles, op. cit., i, pp. 190-191; Mateos, op. cit., ii, p. 899. 115 José M. Ponce de León, Reseñas históricas del estado de Chihuahua, 2a. ed., i, pp. 155-156. 116 Mateos, op. cit., p. 966. 299 Nettie Lee Benson sus diputaciones provinciales, habían demandado la condición de estados para cada una de ellas, así como el establecimiento de un gobierno federal para el conjunto de la nación mexicana, y lo habían logrado. Pero lo más importante es que, al convertirse en estados, las provincias mexicanas habían conservado su deseo y voluntad de luchar por un gobierno nacional unificado, antes bien que convertirse cada una en una pequeña nación, como ocurrió con las Provincias Unidas de América del Centro. Más aún, la lucha por la autonomía provincial —que se inició al menos con la creación de las juntas provinciales de España a raíz de la invasión napoleónica de 1808 y creció con la propuesta de autonomía provincial que las regiones de la América virreinal española hicieran en los periodos de 1808 a 1814 y 1820 a 1821 ante las Cortes españolas, al igual que los diputados mexicanos en funciones en ellas— hizo posible que la diputación provincial restaurada de la Nueva España desempeñara un papel de capital importancia en el rápido triunfo del movimiento de independencia bajo el Plan de Iguala y el derrocamiento del imperio de Iturbide bajo el Plan de Casa Mata, plan este último que, a su vez, hizo posible que las intendencias y provincias adquirieran el dominio de sus regiones a través de sus diputaciones provinciales y establecieran un nuevo sistema de gobierno en México. La misión de las diputaciones provinciales había quedado cumplida, y ¡ciertamente bien cumplida! Apéndice A Diputados electos a las diputaciones provinciales mexicanas conforme a la Constitución española de 1812 Elecciones efectuadas para el periodo 1813-1814 Diputación Provincial de las Provincias Internas de Oriente Capital: Monterrey, Nuevo León Instalada el 21 de marzo de 1814 Nombres de los diputados Bernardino Cantú Dr. José Lobo Guerrero Melchor Sánchez Navarro Francisco Antonio Gutiérrez Ylarión Gutiérrez Pedro Paredes Pedro Manuel del Llano Provincia representada Nuevo León Nuevo León Coahuila Coahuila Nuevo Santander Nuevo Santander Texas Fuente: Libro de actas de las juntas electorales de parroquia, de partido y de provincia, año de 1814, ms. en Archivo General del Gobierno del Estado de Nuevo León, núm. 2, legajo núm. 1. 300 301 Nettie Lee Benson Apéndice A Diputación Provincial de Guatemala Diputación Provincial de Nueva España Capital: Ciudad de Guatemala Instalada el 2 de septiembre de 1813 Capital: ciudad de México Instalada el 13 de julio de 1814 Nombres de los diputados Eulogio Correa Manuel José Pavón Mariano García Reyes José María Pérez Bruno Medina Dr. José María Delgado Dr. José Simeón Cañas Provincia representada Chiapas Guatemala Guatemala Guatemala Honduras El Salvador El Salvador Fuente: Mario Rodríguez, The Cádiz Experiment in Central America, 1808 to 1826, Berkeley, Ca.: University of California Press, 1978, p. 117. Diputación Provincial de Nueva Galicia Capital: Guadalajara Instalada el 20 de septiembre de 1813 Nombres de los diputados José Simeón de Uría Juan Manuel Caballero Tomás Ignacio Villaseñor José Chafino Conde de Santa Ana Jacinto Martínez Rafael Riestra Suplentes Toribio González Benito Antonio Vélez Felipe Chavarina Provincia representada Guadalajara Guadalajara Guadalajara Guadalajara Zacatecas Zacatecas Zacatecas Guadalajara Guadalajara Zacatecas Nombres de los diputados Provincia representada José Ángel Gazano Juan Bautista Lobo (No se halló prueba de la elección) (No se halló prueba de la elección) Dr. Francisco Pablo Vázquez Coronel Pedro Azevedo Calderón Lic. José Daza y Artazo Dr. Antonio Manuel Couto y Ibea Suplentes Lic. Ignacio García Illueca Juan Nepomuceno de Otero México Puebla Fuentes: Diario de México, 16 de marzo de 1814; “Lista de los señores vocales de la diputación provincial nombrados por la junta electoral de esta provincia de la Puebla de los Ángeles, firmada por Ramón Díaz de Ortega, Puebla, 18 de junio de 1814”, ms. en agm, Ramo de Historia, vol. 445; “Miguel Sandoval a Calleja”, 18 de mayo de 1814, en Alba, La Constitución de 1812 en la Nueva España, i, p. 48; “José de Quevedo, gobernador de la provincia de Veracruz a Calleja”, Veracruz, 18 de marzo de 1814, ms. en agm, Ramo de Historia, vol. 445. Diputación Provincial de San Luis Potosí Capital: San Luis Potosí Se dice que fue instalada, pero resultó infructuosa una intensa búsqueda de los nombres de los diputados o de los actos de la diputación provincial. Fuentes: Diario de México, 23 de octubre de 1813; “Aviso del resultado de las elecciones de diputados a Cortes y a la Diputación Provincial en Zacatecas”, en Alba, La Constitución de 1812 en la Nueva España, i, p. 180. 302 México México Michoacán Oaxaca Puebla Querétaro Tlaxcala Veracruz 303 Nettie Lee Benson Diputación Provincial de las Provincias Internas de Occidente Capital: Durango Se dice que fue instalada, pero una intensa búsqueda de datos ha resultado infructuosa hasta ahora. Diputación Provincial de Yucatán Capital: Mérida Instalada el 23 de abril de 1813 Apéndice A Capital: Ciudad Real Elegida e instalada a mediados de 1821 Diputados electos José Lino García Juan Nepomuceno Batres José Vives Manuel Ignacio Escarra Pedro José Solórzano José Anselmo de Lara Francisco Guillén Suplentes (no se indican los nombres) Fuente: Manuel B. Trens, Historia de Chiapas desde los tiempos más remotos hasta el gobierno del general Carlos A. Vidal, México, 1942, p. 215. Nombres de los diputados Provincia representada Yucatán Yucatán Yucatán Yucatán Yucatán Tihosuco Campeche Campeche Juan José Duarte Ignacio Rivas Diego de Hore Manuel Pacheco José María Ruz Manuel Pacheco Francisco de Paula Villegas Andrés de Ibarra Suplentes José Joaquín Pinto Francisco Ortiz José Francisco de Cicero Fuente: Manuel A. Lanz, Compendio de la historia de Campeche, p. 505. Diputados a las diputaciones provinciales mexicanas Elecciones efectuadas para el periodo 1820-1821 Diputación Provincial de Chiapas Diputación Provincial de las Provincias Internas de Oriente Capital: Monterrey, Nuevo León Elegida el 2 de octubre de 1820 Instalada en 1820 Nombres de los diputados Dr. José León Lobo Guerrero Mauricio Alcocer Dr. Fermín de Sada Santos de Urive Dr. Eustaquio Fernández de Lara Manuel de la Torre Ambrosio María de Aldasoro Suplentes Teniente coronel Juan Fermín de Juanicotena José Antonio Rodríguez Gómez José Antonio de Arizpe Provincia representada Coahuila Coahuila Nuevo León Nuevo León Nuevo Santander Nuevo Santander Texas Coahuila Nuevo Santander Nuevo León Fuente: Noticioso General, vii, núm. 754, 27 de octubre de 1820, p. 1. Había declarado su independencia de Guatemala y España y todavía no se había unido a México. 304 Después fueron elegidos a la Diputación Provincial de las Provincias Internas de Oriente, el 13 de marzo de 1821: 305 Nettie Lee Benson Nombres de los diputados Apéndice A Diputación Provincial de Nueva España Provincia representada Nuevo León Coahuila Nuevo Santander Texas Dr. Bernardino Cantú José Melchor Sánchez Navarro Dr. José María Gutiérrez de Lara Dr. José Vivero Suplentes Cura José Ignacio Sánchez Navarro Capitán José Antonio Quintero Capital: ciudad de México Instalada el 20 de julio de 1820 Nombres de los diputados Dr. José Miguel Guridi y Alcocer José María Fagoaga Juan Bautista Lobo Lic. Juan Wenceslao de la Barquera Patricio Furlong (instalado el 17 de octubre de 1820) Lic. Francisco Ignacio Mimiaga (instalado el 7 de octubre de 1820) Lic. Juan Pastor Morales (instalado el 25 de noviembre de 1820) Suplentes José García Illueca José Dionisio Leal Dr. José Mariano Amable y Urbina Capitán general y jefe político: Juan Ruiz de Apodaca Intendente: Ramón Gutiérrez del Mazo Coahuila Nuevo Santander Fuente: Noticioso General, viii, núm. 50, 25 de abril de 1821. Diputación Provincial de Nueva Galicia Capital: Guadalajara Elegida el 28 de agosto de 1820 Instalada el 12 de septiembre de 1820 Nombres de los diputados Provincia representada Dr. Toribio González Juan Manuel Caballero Dr. José Miguel Gordoa Matías Vergara Lic. Rafael Dionisio Riestra Lic. José María García Rojas Lic. Crispín Velarde Suplentes José García Alfonso Sánchez Leñero Agustín de Iriarte, cura de Totachie Guadalajara Guadalajara Guadalajara Guadalajara Zacatecas Zacatecas Zacatecas 306 Tlaxcala México Veracruz Querétaro Puebla Oaxaca Michoacán México Puebla Oaxaca Fuente: dp, Actas de ... Nueva España, i, pp. 83-84, 86, 93-94 y 128. Diputación Provincial de San Luis Potosí Guadalajara Guadalajara Zacatecas Fuentes: Noticioso General, vii, núm. 738, 20 de septiembre de 1820, pp. 1-2; Actas de... Nueva España, i, p. 157. Provincia representada dp, Capital: San Luis Potosí Instalada el 17 de noviembre de 1820 307 Nettie Lee Benson Nombres de los diputados Apéndice A Provincia representada Marqués de San Juan de Rayas Mariano Marmolejo Lic. José María Semper [¿o Septién?] José María Núñez de la Torre (Hasta ahora no se ha hallado el nombre) (Hasta ahora no se ha hallado el nombre) Suplentes José María Fernández Herrera Andrés Pérez Soto Lic. Víctor Rafael Márquez Intendente: Fernando Pérez Marañón, presidente Guanajuato Guanajuato Guanajuato Guanajuato San Luis Potosí San Luis Potosí Guanajuato Guanajuato San Luis Potosí Fuentes: “San Luis Potosí, 23 de diciembre 1821”, Noticioso General, vii, núm. 741, 27 de septiembre de 1820, p. 2. Diputación Provincial de las Provincias Internas de Occidente Capital: Durango Elegida en septiembre de 1820 Instalada el 4 de diciembre de 1820 Nombres de los diputados Provincia representada Durango Durango Chihuahua Chihuahua Nuevo México Nuevo México Nombre no hallado Nombre no hallado Nombre no hallado Nombre no hallado Juan José Ruiz de Bustamante Lorenzo Gutiérrez Suplentes Santiago Ortiz Nuevo México Fuente: Noticioso General, vii, núm. 761, 13 de noviembre de 1820, p. 2. 308 Diputación Provincial de Sonora y Sinaloa Se afirma que había sido instalada y se encontraba en funciones, pero no se indican nombres, Noticioso General, ix, núm. 161, 6 de febrero de 1822, p. 80. Diputación Provincial de México Capital: ciudad de México y más tarde Toluca Nombres de los diputados Provincia representada México México México México México México Querétaro Manuel de Heras Soto José María Valdivielso Lic. Benito José Guerra Dr. José Luis María Mora Lic. José Florentino Consejo Francisco Xavier de Heras Mariscal de campo Luis Quintanar Suplentes Antonio Icaza Dr. José Vicente Sánchez Lic. Mariano Tamariz Fuentes: Noticioso General, ix, núm. 13, 30 de enero de 1822, p. 3; a pliego suelto titulado: Lista de los señores diputados para las Cortes constituyentes de este imperio mexicano que se han nombrado en las provincias de Veracruz, Querétaro y Tlaxcala; Gaceta Imperial de México, i, núm. 63, 7 de febrero de 1822, p. 492; El Sol, i, núm. 20, 9 de febrero de 1822, p. 4; Charles W. Macune, hijo, El estado de México y la federación mexicana, 1823-1835, México: Fondo de Cultura Económica, 1978, p. 193. En realidad, la diputación provincial de las provincias de México y Querétaro sirvió del 5 de marzo de 1822 al 3 de agosto de 1823, pero, dada la reducción de sus miembros debido al retiro en 1823 de José María Valdivielso, el marqués de San Miguel de Aguayo, el mariscal de campo Luis Quintanar, Manuel de Heras Soto, conde de Casa Heras, y el doctor José Vicente Sánchez, ya sea por 309 Nettie Lee Benson enfermedad o ascensos que los hicieron salir de México, se hizo necesario su reemplazo. Una junta compuesta de los miembros restantes de la diputación provincial más algunos miembros del ayuntamiento de la ciudad de México los reemplazó con Francisco Fagoaga, marqués del Apartado, el brigadier general Manuel Gómez Pedraza y Jacobo de Villaurrutia y eligió como suplente a un licenciado José María, cuyo apellido no se menciona. Fuente: dp, Actas de ... Nueva España, i, p. 157. Diputación Provincial de Yucatán Capital: Mérida Elegida probablemente en septiembre de 1820 Instalada en octubre de 1820 Nombres de los diputados Fray Miguel de Castro y Araoz, presidente Diego de Hore José María Ruz Francisco de Paula Villegas Vicente María Velázquez José Eduardo Peña Apéndice B Diputados provinciales electos a las diputaciones provinciales de México en 1822-1823 conforme a la ley electoral promulgada en noviembre de 1821 por la Junta Provisional Gubernativa Provincia representada No se menciona, pero probablemente por Yucatán No se menciona, pero probablemente por Yucatán No se menciona, pero probablemente por Yucatán No se menciona, pero probablemente por Yucatán No se menciona, pero probablemente por Yucatán No se menciona, pero probablemente por Yucatán Secretario: Lorenzo de Zavala Fuente: Noticioso General, vii, núm. 746, 9 de octubre de 1820. 310 Elecciones efectuadas en febrero de 1822 para el periodo 1822-1823 Diputación Provincial de Chiapas Capital: Ciudad Real Durante este periodo, Chiapas se mantuvo independiente de Guatemala y de México. Diputación Provincial de las Provincias Internas de Oriente Aparentemente no instaló su diputación provincial por las razones explicadas en el capítulo iv. 311 Nettie Lee Benson Diputación Provincial de Guadalajara (Nueva Galicia) Apéndice B Diputación Provincial de Michoacán (mencionada en ocasiones como Valladolid de Michoacán) Capital: Guadalajara Nombres de los diputados Dr. Juan Cayetano Portugal, cura Dr. Pedro Vélez de Zapopan José Chafino Dr. Jesús Huerta, cura de Atotonilco José Casal Teniente José María Narváez Dr. José María Gil Suplentes Domingo González Maxemin Urbano S. Ramón Presbítero Buenaventura Guareña Fuente: Gaceta Imperial de México, i, núm. 63, 7 de febrero de 1822, p. 495; El Sol, i, núm. 21, 13 de febrero de 1822, p. 4; Noticioso General, ix, núm. 17, 17 de febrero de 1822, p. 3. Capital: Valladolid (hoy Morelia) Instalada el 1 de febrero de 1822 Nombres de los diputados Lic. José María Ortiz Izquierdo Dr. José Díaz de Hortega Dr. Juan José de Michelena Juan de Lejarza Lic. Manuel Diego Solórzano Capitán Francisco Amarillo Sargento primero Pedro Villaseñor Secretario: Juan de Lejarza Intendente y jefe político: Ramón Huarte Fuente: Xavier Tavera Alfaro (ed.), Actas de la Diputación Provincial de Michoacán 1822-1823, Morelia: Taller de Salvador Ginori y Sucs., p. 12. Diputación Provincial de Guanajuato Diputación Provincial de Nuevo México Capital: Guanajuato Aunque no se le había concedido una diputación provincial, la eligió e instaló hacia abril de 1822 e informó al Congreso de sus actuaciones. El Congreso aprobó que la tuviera el 18 de junio de 1823. Véase el capítulo iv. Capital: Santa Fe Elegida en 1822 Instalada en 1822 Nombres de los diputados Marqués de San Juan de Rayas (José Coronel Domingo Chico Teniente coronel Salvador Conde Mariano Sardanete) José María Herrera Lic. José María Bezzanilla Matías López Arias Lic. Carlos Montes de Oca Suplentes Bachiller Ignacio Obregón Francisco Tresguerras Lic. Ignacio Ayala Fuentes: Pliego suelto titulado Lista de los señores diputados por la provincia de Guanajuato para las Cortes Constituyentes de México, México: Imprenta de Mariano Ontiveros, 1822; Gaceta Imperial de México, i, núm. 62, 5 de febrero de 1822, p. 489; El Sol, i, núm. 19, 6 de febrero de 1822, p. 80; Jáuregui. Sirvieron, junto con los que habían sido electos en enero de 1822, del 4 de agosto de 1822 al 22 de septiembre de 1823. Macune, El Estado de México y la federación mexicana, p. 194. 312 Nombres de los diputados Francisco X. Chaves Juan Bautista Virgil Agapito Alba Juan Rafael Ortiz Pedro Ignacio Gallegos Juan Estevan Pino Manuel Rubí Suplentes Capitán Bartolomé Baca Fuentes: Actas de la diputación provincial en la Surveyors General Office, en Santa Fe, Nuevo México. 313 Nettie Lee Benson Apéndice B Diputación Provincial de Nuevo Santander Diputación Provincial de Puebla Capital: osciló entre Aguayo y San Carlos Capital: Puebla de los Ángeles Nombres de los diputados Cura Dr. José María Gutiérrez de Lara Pedro Paredes Capitán retirado José Manuel Zozaya Juan Francisco Gutiérrez Juan Bautista de la Garza Ignacio Peña Lucas de la Garza Suplentes Rafael Quintero Capitán José Antonio Guzmán Joaquín Benítez Fuente: Noticioso General, ix, núm. 28, 6 de marzo de 1822, p. 4; El Sol, i, núm. 22, 2 de marzo de 1822, pp. 111-112. Diputación Provincial de Oaxaca Capital: Antequera de Oaxaca Nombres de los diputados Dr. José María Oyer (en ocasiones Cura de Tlacotepec Joaquín Furlong, R.P.P. del Oratorio escrito Oller) Lic. José María Morón Coronel Miguel del Campo Capitán Rafael Adorno Manuel Ticier Suplentes Pedro Barroso Manuel Pineda Teniente coronel Juan González Fuentes: Pliego suelto titulado Lista de los señores diputados por Puebla, México: D. Alejandro Valdés, Impresor de Cámara del Imperio, 1822; Gaceta Imperial de México, i, núm. 60, 31 de enero de 1822; El Sol, i, núm. 18, 2 de febrero de 1822, p. 76; Noticioso General, ix, núm. 14, 1 de febrero de 1822. Diputación Provincial de San Luis Potosí Nombres de los diputados Brigadier Manuel Lucas Almogavar Lic. Manuel Nicolás de Bustamante Coronel Manuel de Solar Campero Mariano Flores Lic. Luis Castellanos Nicolás Fernández del Campo Cura Manuel Domínguez Suplentes Brigadier Lucas Morales Ibáñez Coronel José López Ortigosa José María Ideaquez, prepósito de San Felipe Fuentes: Pliego suelto titulado Lista de los señores diputados de Antequera en el Valle de Oaxaca para..., México: Imprenta de Mariano Ontiveros, 1822; Gaceta imperial de México, i, núm. 62, 5 de febrero de 1822, p. 488; El Sol, núm. 19, 6 de febrero de 1822, p. 80; Noticioso General, ix, núm. 16, 6 de febrero de 1822, p. 3. 314 Capital: San Luis Potosí Nombre de los diputados Capitán José Pulgar Brigadier Mariano Azpeitia Lic. I1defonso Díaz Eufrasio Ramos Cura José Antonio Becerra Francisco Reyes Brigadier José María Guillén Francisco García Capitán Luis Barragán Suplentes Rafael Delgado Fuentes: Pliego suelto titulado Lista de los señores diputados nombrados por la provincia de San Luis Potosí, México: D. Alejandro Valdés, Impresor de Cámara del Imperio, 1822; Noticioso General, ix, núm. 20, 15 de febrero de 1822, p. 4; El Sol, i, núm. 22, 16 de febrero de 1822, p. 92. 315 Nettie Lee Benson Apéndice B Diputación Provincial de Sonora y Sinaloa Capital: Arispe Elegida: antes del 5 de abril de 1822 Nombres de los diputados Obispo fray Bernardo del Espíritu Teniente coronel Antonio Narvana Presbítero Manuel Íñigo Ruiz Santo Manuel Gómez de Herrán Rafael Morales Antonio Almada Presbítero Salvador Julián Moreno Suplentes Presbítero José Santiago Domínguez Presbítero Juan Elías González Escobosa Presbítero Salvador Salido Fuente: Noticioso General, ix, núm. 41, 5 de abril de 1822, p. 4. Diputación Provincial de Tabasco No se ha encontrado información respecto a la fecha exacta en que se le concedió el derecho de convertirse en provincia, pero ya en agosto de 1822 se había presentado en el Congreso la propuesta para su creación, aunque nada fue decidido antes de la propia creación, a finales de 1822, de la Junta Nacional Instituyente, la cual pudo haber aprobado la propuesta. Se encontraba en funciones a finales de abril de 1823. Capital: San Juan Bautista de Villahermosa 316 Nombres de los diputados José Antonio Rincón (jefe político), presidente Lorenzo Ortega Nicanor Hernández Bayona José María Cabral Juan Esteban Campos, secretario Antonio Serra José Puich Pedro López Ignacio Prado Fuentes: Gaceta del Gobierno Supremo de México, 3 de junio de 1823; Manuel Mestre Ghizliazza, Documentos y datos para la historia de Tabasco, i, pp. 124 y 134-135. Diputación Provincial de Tlaxcala Capital: Tlaxcala Nombres de los diputados Pedro Celada y Gómez Juan Bautista Blázquez Lorenzo Pozo Juan Nepomuceno Aragón Antonio Casal José Vicente Grajales Mariano Romero Juan José Iturbe Manuel Bernal Suplentes Francisco Muñoz Fuentes: Lista de los señores diputados para las cortes constituyentes de este imperio mexicano, que se ha nombrado en las provincias de Veracruz, Querétaro, y Tlaxcala, México: D. Alejandro Valdés, Impresor de Cámara del Imperio, 1822; Gaceta Imperial de México, i, núm. 63, 7 de febrero de 1822, p. 494; El Sol, i, núm. 21, 13 de febrero de 1822, pp. 3-4; Noticioso General, ix, núm. 17, 8 de febrero de 1822, p. 2. 317 Nettie Lee Benson Apéndice B Diputación Provincial de Veracruz Diputación Provincial de Yucatán Capital: Veracruz Capital: Mérida Elegida en: (no se halló la fecha, pero probablemente en febrero de 1822) Instalada en: (no se halló la fecha, pero probablemente en febrero de 1822) Nombres de los diputados Manuel Antonio Cabada Francisco Arrillaga José María Quiroz Manuel López de Sobreviñas José Antonio Sastre, cura de Veracruz José María Aguilar José Xavier Olazábal Suplentes Pedro del Paso y Troncoso Lic. José María Serrano Manuel Mendoza Fuentes: Pliego suelto titulado Lista de los señores diputados para las cortes constituyentes de este imperio mexicano, que se ha nombrado, en las provincias de Veracruz. Querétaro y Tlaxcala, op. cit.; Gaceta Imperial de México, i, núm. 63, 7 de febrero de 1822, pp. 493-494; El Sol, i, núm. 20, 9 de febrero de 1822, p. 84; Noticioso General, ix, núm. 16, 6 de febrero de 1822, p. 4. Diputación Provincial de las Provincias Internas de Occidente (Nueva Vizcaya, que incluía Durango, Chihuahua y Nuevo México) Capital: Durango Elegida en: (no se halló la fecha) Instalada en: (no se halló la fecha) Nombres de los diputados Simón de Ochoa Felipe Ramos José Agustín Gamia José Francisco del Fierro Miguel Pérez Gavilán José Miguel de Escontria Miguel de Zubiría, secretario Juan Navarro, jefe político e intendente Suplentes: no se mencionan los nombres Nombres de los diputados Pedro Almeida Pedro José Guzmán Juan José Espeso Pedro Pablo de Paz Melchor Álvarez, jefe político José Joaquín Torres Basilio María Argaiz Pablo Moreno Pedro Bolio, intendente Fuente: “Libertad de Yucatán”, Gaceta del Gobierno de México, i, núm. 49, 12 de abril de 1823, pp. 184-186. Diputación Provincial de Zacatecas Capital: Zacatecas Nombres de los diputados Lic. Domingo Velásquez Juan Vélez Dr. Luis Gordoa José María Elías Presbítero José María Berreuco Juan Bautista Martínez Dr. Mariano de Iriarte Ignacio Miranda Dr. Juan José Román Suplentes Francisco Arrieta Fuente: “Diputación Provincial de Durango a José Antonio Echávarri”, Durango, 10 de marzo de 1823, Noticioso General, x, núm. 42, 7 de abril de 1823, pp. 1-2. Fuentes: El Ayuntamiento de Zacatecas acompaña a su oficio de 29 de enero último las listas de los individuos electos diputados a Cortes, y vocales para la Diputación provincial, México: Alejandro Valdés, Impresor de Cámara del Imperio, México, 1822; Noticioso General, ix, núm. 20, 15 de febrero de 1822, p. 1; El Sol, i, núm. 22, 16 de febrero de 1822, p. 95. 318 319 Apéndice C Diputados provinciales electos a las diputaciones provinciales en septiembre de 1823 de acuerdo con la ley promulgada el 17 de junio de 1823 por el Congreso constituyente restaurado Elecciones efectuadas en septiembre de 1823 Diputación Provincial de Chiapas Capital: Ciudad Real Elegida e instalada alrededor del 18 de septiembre de 1823 Nombres de los diputados José Manuel López Luis Antonio García Juan de Velasco y Martínez Mariano José Suárez Mariano Montes de Oca Gregorio Suasnavar No se menciona el nombre del séptimo miembro ni los de los suplentes Fuente: Manuel B. Trens, Historia de Chiapas desde los tiempos más remotos hasta el gobierno del general Carlos A. Vidal, pp. 252-253. 321 Nettie Lee Benson Apéndice C Diputación Provincial de Chihuahua Diputación Provincial de Durango Capital: Chihuahua Capital: Durango Nombres de los diputados José Ignacio Ochoa Mariano del Prado Francisco Loya Coronel José Ignacio Urquidi Mariano Horcasitas Estevan Aguirre José María Echavarría Suplentes Joaquín José Escársega José María Irigoyen José Miguel Salas Valdés Fuente: Gaceta del Gobierno Supremo de México, ii, núm. 47, 30 de septiembre de 1823, p. 213. Diputación Provincial de Coahuila, autorizada por el Congreso el 18 de agosto de 1823 Capital: Saltillo Elegida el 8 de octubre de 1823 Nombres de los diputados Gaspar Pereira Estevan del Campo Brigadier Vicente Elejalde Lic. Juan José Escovar Lic. Miguel Molina Santiago Baca y Ortiz Brigadier Francisco Fuentes Capitán Félix Malo Agustín de la Garza Suplentes Víctor Blanco Joaquín de Arce Teniente coronel Mariano Varela Fuentes: Gaceta del Gobierno Supremo de México, ii, núm. 47, 30 de septiembre de 1823, p. 213; La Águila Mexicana, núm. 174, 5 de octubre de 1823, p. 627; El Sol, núm. 106, 28 de septiembre de 1823, p. 624. Suplentes Miguel Alcalde Fuentes: Gaceta del Gobierno Supremo de México, ii, 30 de septiembre de 1823, p. 213. Estado de Xalisco Guadalajara ya había cambiado oficialmente su nombre al de Estado de Xalisco o Jalisco y elegido un Congreso constituyente estatal que redactara su Constitución. Capital: Guadalajara Nombres de los diputados Lic. Rafael Eça Múzquiz Lic. Juan Vicente Campos Melchor Sánchez Navarro Capitán José María Viezca Brigadier Diego García Celis Brigadier Juan Mansanera Magistrado José Ignacio Iturrivarría Nombres de los diputados electos Prisciliano Sánchez Dr. José María Gil Mariscal de campo Anastasio Bustamante Dr. Esteban Huerta Dr. Juan Nepomuceno Cumplido Lic. Vicente Ríos Santiago Guzmán Suplentes Pedro Vélez Lic. Antonio Méndez Dr. José Miguel Gordoa José María Castillo Portugal Urbano San Román Manuel Cervantes Ignacio Navarrete Dr. Diego Aranda Justo Corro Lic. Rafael Mendoza José Ignacio Cañedo Esteban Aréchiga Fuente: La Águila Mexicana, núm. 158, 19 de septiembre de 1823, p. 578. 322 323 Nettie Lee Benson Apéndice C Diputación Provincial de Guanajuato Diputación Provincial de Michoacán Capital: Guanajuato Elegida en septiembre de 1823 Capital: Valladolid Nombres de los diputados Nombres de los diputados Presbítero José Joaquín Azpilqueta Lic. José María Esquivel y Savago Luis Gonzaga de la Canal Presbítero Manuel Onda Manuel Ruiz de Chávez Suplentes Ignacio Gutiérrez José María Hidalgo y Castilla Miguel González Núñez Fuentes: La Águila Mexicana, núm. 151, 12 de septiembre de 1823; Gaceta del Gobierno Supremo de México, ii, núm. 45, 27 de septiembre de 1823, p. 210; El Sol, núm. 91, 12 de septiembre de 1823, p. 354. Juan José Martínez de Lejarza Lic. Francisco Menocal Lic. José Antonio Castro Manuel Chaves Lic. Isidro Huarte Joaquín Paulín Dr. Ángel Mariano Morales Basilio Velasco Antonio Manzo de Cevallos Suplentes Juan Pastor Morales Fuentes: Gaceta del Gobierno Supremo de México, ii, núm. 43, 23 de septiembre de 1823, p. 200; La Águila Mexicana, núm. 152, 13 de septiembre de 1823, p. 562; El Sol, núm. 92, 14 de septiembre de 1823, p. 368. Diputación Provincial de Nuevo México Diputación Provincial de México Capital: ciudad de México Nombres de los diputados Sargento primero de ingenieros Ignacio Echandía Dr. José Francisco Guerra Antonio Velasco de la Torre Suplentes José María Ballesteros López Coronel José Joaquín Calvo Ejercieron sus cargos del 23 de septiembre al 31 de diciembre de 1823. José Ignacio Álvarez Lic. Benito José Guerra Lic. Pedro Martínez de Castro Lic. Pedro Verdigo Fuentes: Gaceta del Gobierno Supremo de México, ii, núm. 35, 9 de septiembre de 1823, p. 160; El Sol, núm. 87, 9 de septiembre de 1823, p. 348; Macune, El Estado de México y la federación mexicana, p. 194. 324 Capital: Santa Fe Elegida: (no se encontraron datos) Instalada: (no se encontraron datos) Nombres de los diputados Pedro García Mariano de la Peña Pedro Jesús Perea Antonio Ortiz Jesús Francisco Baca Jesús Francisco Ortiz Jesús García de la Mora Jesús Antonio Chaves Juan Rafael Ortiz Suplentes Pedro Bautista Pino Fuente: Richard V. Baquero, “Paso del Norte y Chihuahua: revolución y constitucionalismo”, tesis de maestría, Universidad de Texas, El Paso, Tex. 325 Nettie Lee Benson Diputación Provincial del Nuevo Reyno de León, autorizada por el Congreso el 18 de agosto de 1823 Capital: Monterrey Nombres de los diputados Andrés Sobrevilla Bernardo Güimbarda Pedro de la Garza Eusebio Gutiérrez Juan José de la Garza Joaquín García Pedro González Suplentes José María Cárdenas Francisco Mier Pablo Calabazos Fuentes: La Águila Mexicana, núm. 174, 5 de octubre de 1823, p. 637; El Sol, núm. 106, 28 de septiembre de 1823, p. 637, y núm. 108, 30 de septiembre de 1823, p. 432. Diputación Provincial de Nuevo Santander Apéndice C Estado de Oaxaca Oaxaca no eligió a su diputación provincial, pues ya había elegido un Congreso constituyente estatal que redactara su Constitución. Capital: Oaxaca Elegido en julio de 1823 Instalado probablemente en agosto de 1823 Nombres de los diputados electos Pedro José de la Vega Manuel Megía Ignacio de Goytia Francisco Matey Juan Ferra Florencio Castillo José López Ortigosa José Esperón Manuel Sáenz de Enciso Manuel Francisco Domínguez José Mariano González Joaquín Guerrero José Manuel Ordono Fuente: Colección de constituciones de los Estados Unidos Mexicanos, 3 t., México, 1828, ii, p. 249. Capital: osciló entre San Carlos y Aguayo durante este periodo Diputación Provincial de Puebla Nombres de los diputados José Lino Perea Lucas Fernández de Aguayo Juan Espiridión Polito Juan Francisco Gutiérrez Ignacio Peña Pedro Rodríguez Cayetano Girón Suplentes José Honorato de la Garza (también Feliciano Ortiz Rodríguez mencionado como Galarza) Fuentes: La Águila Mexicana, núm. 174, 5 de octubre de 1823, p. 637; El Sol, núm. 105, 27 de septiembre de 1823, p. 420. Capital: Puebla de los Ángeles Nombres de los diputados Cura de Talcotepec José Doncel de la Torre Sebastián Mier José de Oller Hilario Olaguíbel Manuel Romero Antonio Vera Capitán Juan Osio Coronel Antonio Flon Suplentes Isidro Pérez Toledano Fuente: Gaceta del Gobierno Supremo de México, ii, núm. 37, 13 de septiembre de 1823, p. 170. 326 327 Nettie Lee Benson Apéndice C Diputación Provincial de Querétaro, autorizada por el Congreso después del 1 de agosto de 1822 Diputación Provincial de Sinaloa, autorizada por el Congreso el 18 de junio de 1823 Capital: Querétaro Capital: Culiacán Los diputados fueron electos, pero no se informó de sus nombres a los periódicos; la búsqueda intensa en otras fuentes resultó infructuosa. Nombres de los diputados Tomás López de Ecala Dr. Joaquín de Oteyza Teniente coronel Manuel Samaniego Lic. Martín Rodríguez García Ramón Cevallos Ramón Cobarrubias Teniente coronel Juan Pastor Suplentes Bachiller Felipe Ochoa Teniente coronel Mariano Zubieta Eusebio Camacho Fuentes: Gaceta del Gobierno Supremo de México, ii, núm. 45, 25 de septiembre de 1823, p. 206; La Águila Mexicana, núm. 152, 13 de septiembre de 1823, p. 562; El Sol, núm. 92, 14 de septiembre de 1823, p. 368. Diputación Provincial de Sonora, autorizada por el Congreso el 18 de junio de 1823 Capital: Ures Los diputados fueron electos y la diputación funcionó en 1823 y 1824 durante algún tiempo, pero la búsqueda de los nombres ha sido infructuosa. Diputación Provincial de Tabasco Diputación Provincial de San Luis Potosí Capital: San Luis Potosí Nombres de los diputados Lic. Ignacio Lozano Eufrasio Ramos Macario Guerrero Marcelino Martínez Lorenzo Obregón Manuel Ortiz de Zárate Capital: San Juan Bautista de Villahermosa Se afirma que fue autorizada a principios de 1823; recibió la auto­rización y estuvo en funciones, pero los nombres no fueron encon­trados. Juan García Diego José María Guillén Mariano Escandón Suplentes Rafael Maldonado Fuentes: Gaceta del Gobierno Supremo de México, ii, núm. 13, 23 de septiembre de 1823, p. 186; La Águila Mexicana, núm. 159, 20 de septiembre de 1823, p. 581; El Sol, núm. 106, 28 de septiembre de 1823, p. 624. 328 329 Nettie Lee Benson Diputación Provincial de Texas, autorizada por el Congreso el 18 de agosto de 1823 Apéndice C Diputación Provincial de Veracruz Capital: Veracruz Capital: San Antonio de Béxar Nombres de los diputados Nombres de los diputados José María Zambrano Juan José Hernández Barón de Bastrop José Antonio Saucedo Ramón Múzquiz Miguel Arciega Mariano Rodríguez Suplentes Juan Veramundi José Salinas Gaspar Flores Fuente: La Águila Mexicana, núm. 223, 23 de noviembre de 1823, p. 2. Diputación Provincial de Tlaxcala Nombres de los diputados José Mariano García Juan Evangelista Alvarado Fuentes: Gaceta del Gobierno Supremo de México, ii, núm. 40, 16 de septiembre de 1823, p. 186; La Águila Mexicana, núm. 156, 17 de septiembre de 1823, p. 572; El Sol, núm. 92, 14 de septiembre de 1823, p. 368. Estado de Yucatán Capital: Tlaxcala Juan Bautista Blázquez José Mariano Romero Lic. Ignacio Amador Gabriel Illesca Manuel López de Sobreviñas Pedro del Paso y Troncoso Lic. José María Serrano Sebastián Camacho Manuel Elguero Pedro José Echeverría y Mignoni Joaquín de Oropesa Suplentes Manuel Serapio Calvo Luis Galinié Lic. Rafael Argüelles José Antonio Varela Manuel Bernal José Vicente González de la Cruz Yucatán ya se había declarado estado para esa época, por lo que no eligió diputación provincial sino el Congreso constituyente de la República de Yucatán para que redactara su Constitución estatal. Capital: Mérida Elección de diputados: 28 de julio de 1823 Instalación: 20 de agosto de 1823 Suplentes Presbítero Antonio Reyes Fuentes: Gaceta del Gobierno Supremo de México, ii, núm. 37, 13 de septiembre de 1823, p. 170. 330 331 Nettie Lee Benson Apéndice C Nombres de los diputados Nombres de los diputados electos Francisco Genaro de Cicero José Felipe Estrada Pedro José Guzmán Perfecto Baranda Pablo Moreno Pedro Manuel de Regil Pedro Almeida José Ignacio Cáceres Manuel Jiménez Juan Nepomuceno Rivas José Antonio García Joaquín García Rejón José Francisco de Cicero Benito Aznar Pablo Oreza Joaquín Ruiz de León José Tiburcio López Eusebio Antonio Villamil José Ignacio Cervera Manuel Milanés Juan de Dios Cosgaya Agustín López de Llergo Miguel Manuel Errasquín Juan E. Echánove Pedro José Sousa Manuel León José María Quiñones Miguel Duque Estrada Suplentes José Felipe Capetillo Nicolás Carvallo Juan de Dios Henríquez Juan Pablo Talavera Dr. Juan José Román Lic. Domingo Velázquez Juan Bautista de la Torre Lic. José Miguel Díaz de León Pedro Ramírez Juan Bautista Martínez Presbítero Mariano Fuentes José Francisco de Arrieta de Sierra José María Herrera Lic. Miguel Laureano Tobar Lic. Ignacio Gutiérrez de Velasco Suplentes Domingo del Castillo Eusebio Gutiérrez de Velasco Lic. José María García Rojas Antonio Eugenio Gordoa Fuente: Gaceta del Gobierno Supremo de México, ii, núm. 40, 16 de septiembre de 1823, p. 186; La Águila Mexicana, núm. 156, 17 de septiembre de 1823, p. 567; El Sol, núm. 96, 18 de septiembre de 1823, p. 384. Fuentes: La Águila Mexicana, núm. 159, 20 de septiembre de 1823, p. 581; El Sol, 2a. época, i, 27 de septiembre de 1823, p. 407; Francisco Molina Solís, Historia de Yucatán desde la independencia de España hasta la época, 2 t., Mérida, 1921, i, pp. 15-16. Estado de Zacatecas Zacatecas no eligió la diputación en septiembre, pues, como las provincias de Guadalajara [Jalisco], Oaxaca, Yucatán y otras, ya había elegido once diputados y cuatro suplentes a su Congreso provincial o estatal para que redactara su propia Constitución. Capital: Zacatecas 332 333 Bibliografía 1. Fuentes primarias 1. Manuscritos Actas capitulares del excmo. ayuntamiento constitucional de la ciudad de México, año de 1814, en Archivo del Gobierno del Distrito Federal, México. Actas de la Diputación Provincial de Nuevo Santander, San Carlos, el 9 de junio de 1823, en Archivo General del Estado de Coahuila, Saltillo, Coahuila, México. Actas de la instalación de la Diputación Provincial de Nuevo León, Coahuila y Texas, el 1 de abril de 1823, en Archivo General del Estado de Nuevo León, Monterrey, Nuevo León, México. Actas de la junta de Monterrey del 5 de marzo de 1823, en Archivo General del Estado de Coahuila, Saltillo, Coahuila, México. Actas ordinarias y extraordinarias del ayuntamiento constitucional de la ciudad de México de 1820, en Archivo del Gobierno del Distrito Federal, México. Actas y correspondencia de la junta provisional gubernativa de Nuevo León (1823). Archivo General del Estado de Nuevo León, Monterrey, Nuevo León, México. Austin Papers, Texas History Center, en Biblioteca de la Universidad de Texas, Austin, Texas. Ayuntamiento de Matamoros Archives. Copias fotostáticas en la Biblioteca de la Universidad de Texas, Austin, Texas. Ayuntamiento del Valle de San Nicolás de la Capellanía, carta dirigida al ayuntamiento de Saltillo, Valle de San Nicolás de la Capellanía, 30 de 335 Nettie Lee Benson Bibliografía abril de 1823, en Archivo del Ayuntamiento de la Ciudad de Saltillo, Coahuila, México. Bexar Archives, Texas History Center, Biblioteca de la Universidad de Texas, Austin, Texas. Calleja, Félix María, carta al ministro de gracia y justicia, México, 18 de agosto de 1814, en Archivo General de Indias, Sevilla, España, estante 90, cajón 1, legajo 19. Comunicaciones dirigidas a la Diputación Provincial de Monterrey, 1814, en Archivo General del Estado de Nuevo León, Monterrey, Nuevo León, México. Convenio que en lo reservado y con previo conocimiento del gral. Sta. Ana hicieron en El Puente los generales d. José Antonio Echávarri y d. Guadalupe Victoria, en Subdirección de la Biblioteca Nacional, México. Correspondencia virreyes. Calleja, t. 6, en Archivo General de la Nación, México. Fernando VII, carta a Juan Ruiz de Apodaca, firmada el 24 de diciem­ bre de 1820, en Nettie Lee Benson Latin American Collection, Biblioteca de la Universidad de Texas, Austin, Texas (citada en adelante como blac-ut). Hernández y Dávalos, Juan E., en Papers, blac-ut. 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Zerecero, Anastasio, Memorias para la historia de las revoluciones de México, 2 t., México, 1869. 350 Índice onomástico y analítico Abarca, José María, 211n Abreu, Manuel de, 243 Acámbaro; pueblo, 61 Acaponeta, 226 Acapulco, 52 Acereto, Albino, 210n, 240n, 241n Acevedo y Calderón, Pedro, 65, 68, 69n, 78, 125 Acevedo, Manuel Jacinto, 75 Acta Constitucional; véase Ramos Arizpe, José Miguel, 286, 405 Actas de la diputación provincial de Nueva España, 80n Actas del Congreso Constituyente mexicano, 134, 135, 196 Adamo, Rafael, 89n Aguascalientes, 168, 242 Aguayo; ciudad; capital de Nue­ vo Santander, 21, 309, 314, 326 Águila, Antonio, 211n Aguirre, Estevan, 140, 322 Ahuacatlán, 226 Alamán, Lucas, 19, 29, 108, 171n, 191n, 192, 194, 195n, 264, 283n, 284 informe, conferencia de Lagos, 248 informe, disturbios ocurridos en las provincias de Guanajuato, Querétaro y Michoacán, 213 ministro de relaciones interiores, 212, 214n, 236n, 241n, 253 Alamán, Tomás, 191 y n, 192n Alba, Agapito, 133, 313 Alba, Rafael, 46n Albuquerque, 60 Alcalde, Miguel, 140, 323 Alcocer, Mauricio, 84n, 305 Aldama, Ignacio, 82n Aldasoro, Ambrosio María de, 57n, 85n, 305 Alderete, Rafael, 232n Alduncín, Juan Francisco, 89n Alegría, José Alejo, 181 Allende, Ignacio de, 82n Almada, Francisco R., 60n Almanza, José Mariano, 127 Almeida, Pedro, 84n, 169n, 240n, 319, 332 Alta California; provincia o intendencia, 52 territorio, 22, 83 Altamira, 216n 351 Nettie Lee Benson Álvarez, Melchor, 169n, 238, 319 Amable, José María (Mariano), 84, 100, 307 Amador, Elías, 168n América Central, 31 América del Centro; Provincias Unidas; véase Provincias Unidas de América del Centro América española septentrional, 39, 74, 93, 108, 111 concesión de diputaciones provinciales, 39 distribución, 41 América virreinal, regiones; propuesta a las Cortes de España, 300 América, 21, 35, 40, 90, 108, 111, 200 colonias, 26, 47, 93-94, 110 diputaciones provinciales en, 70, 73, 93 proyecto de división en reinos, 110-111 Ancona, Eligio, 210n, 238n, 239n, 240n, 241n Anderson, William Woodrow, 111n Anna, Timothy, 25n, 27n, 103n, 104n, 111n, 120n, 122n Anzoreña, Mariano, 211n Apodaca, Juan Ruiz de; véase Ruiz de Apodaca Juan Arana, Gregorio, 185-186 redactor del Plan de Casa Mata, 162 Aranda, conde de, 110 Aranda, Diego, 232n, 323 Arbide, Manuel Francisco de, 128n Arce, Juan Vicente, 84n Arciega, Miguel, 150 Aréchiga, Esteban (Estevan), 232n, 323 Argais, Basilio María, 169n Argandar, Francisco, 179; diputado por Valladolid, 169, 211n Argüelles, Agustín, 35, 40 Argüelles, Manuel, 285 Arizpe, ciudad, 86, 87n capital de la Diputación Pro­ vincial de Sonora y Sinaloa, 86-88, 135, 290, 316 capital de la intendencia de Arizpe, 83, 87, 126 capital de Nueva Vizcaya, 21 jurisdicción sobre Sonora y Sinaloa, 87y n intendencia, 83, 126, 295 jurisdicción, 83 Arizpe, Francisco Eusebio de, 146, 171n Arizpe, José (Juan) Bautista, 58, 148; diputado al Congreso por Nuevo León, 143, 145 Arizpe, José Ignacio de, 85 Armijo, Gabriel de y Santa Anna, entrevista, 268 y ss Armijo, Gabriel de, 268 y n, 270271 comisionados, 269 informe al ministro de relaciones interiores, 269 proposiciones a Santa Anna, 269 Arnedo, José María, 93n 352 índice onomástico y analítico Arrangoiz y Berzábal, Francisco de Paula, 113n Arredondo, Joaquín, disolución de la junta gubernativa de las Provincias Internas de Oriente, 59 jefe político y comandante general de las Provincias Internas de Oriente, 59, 80, 141-142 Arregui, Francisco, 89n Arrese (o Arrete), Julián de, 146, 171n Arrieta, (José) Francisco de, 205n, 209, 242n, 319, 333 Arze, Joaquín de, 150 Asia, navío de guerra, 94, 107 Aspeitia, Apolinario, 270 Audiencia de Guadalajara, 52 Audiencia de Guatemala, 126 Audiencia de la Nueva España, 81 Audiencia de México, 25, 27, 52, 67 audiencia territorial, 101, 104 audiencias, 44, 281 facultades, 44 Austin, J.E.B., 253n Austin, Stephen F., 252, 253n, 255, 287 analogías entre su borrador, el de Ramos Arizpe y la Constitución española de 1812, 287 y n, 288n, 289 y n borrador, 287 y n esbozo de gobierno federal, 286n plan de gobierno federal, 260n, 288 Plan for a Federal Constitution, 287 proyecto de constitución federal, 286 y n proyecto de república centralista para México, 253n Austin, Stephen F., y José Miguel Ramos Arizpe, encuentro, 286 y n-287 y n Autlán, 226 Ávalos y García, Carlos de, 89n Azcárate, Juan Francisco, 115-116 Aznar, Benito, 239n, 332 Baca, Bartolomé, 133, 140, 313 Báez, Victoriano D., 237n Bahía del Espíritu Santo, 176 Baja California provincia o intendencia, 52, 83 territorio, 22, 83 Baján, Monterrey, 46n Balboa, Juan María, 285 Bancroft, Hubert Howe, 31, 41n, 63n, 156n Banegas Galván, Francisco, 162n, 165n, 168n, 178n, 180n, 185n186n, 189n, 195 y n, 234n, 237n, 243n-244n Baquera, Richard V., 60n Baranda (o Barranda), Perfecto, 239n-240n, 332 Barca, distrito, 226 Bárcena, Manuel de la, 97 Barker, Eugene C., 253n, 286 y n287n Barquera, Juan Wenceslao, 100, 307, 353 Barragán, Miguel, 276 353 Nettie Lee Benson comandante de Michoacán y representante de Gabriel de Armijo, 273 comandante en jefe del ejército de Querétaro, 262 informe al gobierno central, 276 nombramiento de comandante en jefe del ejército de las provincias de San Luis Potosí, Guanajuato, Querétaro y Michoacán, 274, 276 Barrera, Francisco Bruno, 56n Bastrop, barón de (Felipe Enrique Neri), 150, 176n, 330 Batres, Juan Nepomuceno, 126, 305 Bayona, Francia, 21 Becerra, José Antonio, 270, 315 Belmar, Francisco, 237n Beltranena, Tomás, 200-201 Benites, Joaquín, 175n Benson, Nettie Lee, 11-12, 14-15, 18 Berrio, casa del conde de, 122 Berry, Charles R., 27n, 28 y n Béxar (Béjar); ciudad, 176n ayuntamiento, 229n, 232n capital de la Diputación Provincial de Texas, 57, 151, 330 Beye de Cisneros, Ignacio plan para formar juntas de gobierno independientes, 111 Blanco, Cayetano, 285 Blanco, Víctor, 322 Bocanegra, José María, 158n, 187, 207 y n, 219n, 232n, 243n, 253 Bolaños; corregimiento, 226 Bolio y Torrecilla, Pedro, 169n, 238, 319 Bonaparte, José, 21, 25 Bonaparte, Napoleón; véase Napoleón Bonavia, Bernardo, 60n Bosquejo ligerísimo de la revolución de Mégico..., 154, 156n Bravo, José Ignacio, 88n Bravo, Nicolás, 122, 161-162, 164, 170n, 194, 195n, 210, 233 y n, 235n, 243 y n, 244 y n, 245248 aceptación del Plan de Casa Mata, 283 comisionados, 245-246 entrada en Oaxaca, 165 y n invitación a Chiapas a unirse a las provincias que apoyaban el Plan de Casa Mata, 283 Briggs, Donald C., y Marvin Alisky, 290n Buenos Aires, provincia, virreinato, 26, 41n, 108 Bustamante, Anastasio, 232n, 323 Bustamante, Benigno, comisionado de Guanajuato, 276 Bustamante, Carlos María de, 112n-113, 122, 153, 156, 162, 168, 170n, 187, 191, 193-194, 195n, 196 y n, 200 y n, 201202, 207n, 218, 219n, 233234, 236n-237n, 248, 252-253, 261, 268n, 273n, 275n, 285 apoyo a la idea de Mier, 281 354 índice onomástico y analítico Cuadro histórico de la revolución de la América Mexicana, 29 diario manuscrito, 178 proposición para permitir a los estados establecer sus congresos provinciales, 293 versión modificada del Plan de Casa Mata, 178n Voto particular, 202n, 214 voto personal, 201 Bustamante, Javier, 207, 208n, 212n-213n, 253 Bustamante, José María, 203n Caballero, Juan Manuel, 54 y n, 83n, 302, 306 Cabazos, Pablo, 150 Cabildo eclesiástico de la Catedral de Puebla, 170 Cabral, José María, 135, 317 Cabrera, José María, 97, 211n Cadereyta, 61n; alcaldía, 132 Cádiz, 11-13, 27-28 Calendario manual y guía de forasteros en México, 87n Calera, Juan Francisco, 55 California Antigua, 138n Nueva, 138n Californias, 22, 25, 41, 74, 83, 86 población, 85 parte del Estado Interno de Occidente, 290 Calkiní, 53 Callcott, Wilfrid Hardy, 216n, 275n Calleja, Félix María, 56n, 59 y n, 63, 65-68, 69n, 72, 75, 104 asesores legales, 46 bando, 70 capitán general de México, 46 convocación a reunión de electores parroquiales, 63-64 fiscales, 63 jurisdicción, 46 restablecimiento de la Constitución de 1812 y aplicación de los decretos de las Cortes de España, 63 Camacho, Camilo, 211n Cambero, Juan José, 54n Campeche, 52-53, 240, 304 ciudad, 77 cabildo, 77 instalación del ayuntamiento constitucional, 77 provincia o intendencia, 24, 41, 82 elecciones de diputados, 84n elecciones; diputados a la Diputación Provincial de Yucatán, 53 retiro del gobierno central, 263 Campo, Estevan del, 140, 323 Campos, Juan Esteban, 135, 317 Campos, Juan Vicente (Isidro), 58, 150, 322 Canal y Landeta, José María de la, 72n Cantú (José), Bernardino, 57n, 58, 128n, 203 y n, 205n, 301, 306 Cañedo, José Ignacio (Juan de Dios), 232n, 323 Cárdenas, José María, 150, 326 Carlos IV, 21, 33, 110-111 355 Nettie Lee Benson Carr, Raymond, 25n Carvajal Segundo, José, 238 Casa Mata, ejército rebelde, 187 Casal y Blanco, José, 208n, 312 Castañeda, Carlos Eduardo, 151n Castañeda, Juan de, 176 Castillo Luna, Blas del, 119 Castillo Negrete, Emilio del, 161n, 165n, 233n, 262n Castillo Portugal, José María, 232n, 323 Castillo, Domingo del, 249n, 333 Castillón, teniente, 170n Castro y Áraoz, Miguel de, 75, 310 Castro, Antonio, 211n Castro, José María, 232n Celaya, 248 conferencia, 272 conferencias, 276 conferencias, resoluciones, 273 guarnición, 263 junta, 271 pronunciamiento en favor de una república federal, 262 reunión, 271, 273, 276, 277n reunión, reconocimiento del Supremo Poder Ejecutivo, 276 villa; Acta de la, 274n censos de población, 50 Cerralvo, Pilón y Saltillo, pronunciamientos, 258 Cerralvo, pueblo, 258 Cervantes, Manuel, 232n, 323 Cervera, José Ignacio, 240n, 332 Chafino, José, 54-55, 302, 312 Champotón, 238 Chapman, Charles E., 111n Charcas, 41n Chavarino, Felipe, 54 Chaves, Jesús Antonio, 140, 325 Chávez (Chaves), Francisco Xavier, 60, 133, 313 Chiapa, partido, 72 Chiapas, 72-74, 76, 181n, 284, 292 anexión a México, 282-285 derecho a establecer una diputación provincial, 126 diputación provincial, 73, 126, 151, 282, 304, 311, 321 creación, 126 elecciones, diputados, 126, 129, 282 instalación, 126 elecciones, diputados provinciales, 126, 129 establecimiento de un gobierno independiente de México y Guatemala, 181n estado libre; proclama para anunciar su federación con la nación mexicana, 285 estado Congreso constituyente, instalación, miembros, 72, 285, 290, 299 incluido en la Constitución de 1824 como uno de los estados de la confederación mexicana, 72 legislatura estatal, instalación, 285, 297 futuro territorio de México, 76 independencia, 127 356 índice onomástico y analítico intendencia, ayuntamientos, 72-73 parte de la Capitanía General de Guatemala, 72, 282 representación en la Dipu­ tación Provincial de Guatemala, 72-74 Junta Gubernativa Provisional, 284n junta provincial, constitución oficial, 284 transformación en Suprema Junta Gubernativa Provisional, 284-285 Junta Suprema Provisional, 283n, 284 llegada de la Constitución de 1824, 72 provincia, 126, 151, 282 declaración de independen­ cia, 126 incluida en la ley electoral como provincia de Guatemala, 72, 126, 282-283 llegada de la noticia de la abdicación de Agustín de Iturbide, 283 representación ante la Diputación Provincial de Guatemala, 72-74, 302 Suprema Junta Gubernativa Provisional, 284 y n convocatoria a votar sobre la anexión a México o Guatemala, 284 declaración de independen­ cia, 284 disolución, 284 nueva convocatoria a votar sobre la anexión a México o Guatemala, 284 Chico, Domingo, jefe político de la provincia de Guanajuato, 212, 312 Chihuahua y Durango provincias, aprobación de su separación, 139 elecciones, diputados a la Diputación Provincial de las Provincias Internas de Occidente, 290 separación, 136-137 Chihuahua, 22, 25, 41, 86-87, 134137, 308, 318, 322 ciudad, 22, 24 capital de la primera división de Nueva Vizcaya, 138-139 diputación provincial, elecciones, diputados, 60, 134135, 140, 282, 290, 298n, 322 establecimiento, 60 inicio de funciones, 60 estado, legislatura estatal, instalación, 297-299 obtención de la calidad de estado, 292 parte integral de la Diputación Provincial de Nueva Vizcaya, 134 provincia, 22, 24, 28, 74, 85, 134-135, 139-140, 151, 282, 290, 292, 294 357 Nettie Lee Benson Chilapa, 162, 170n Chile, 108 Christi (Cristo) y Conde, José Antonio del, 67-68 Cícero, Francisco Genaro, 240n, 332 Cícero, José Francisco, 53, 304, 332 Cicero, Pedro, 84n Ciudad Real ayuntamiento, 73 capital de Chiapas, 72, 305, 311, 321 Ciudad Victoria, pueblo, 36 Coahuila y Texas, estado, 297-298; convocatoria a la legislatura estatal, 297 legislatura estatal; instalación, 297, 299 Coahuila, 21, 252 asignación de distritos electorales a, 57 diputación provincial, elecciones, diputados, 28, 41, 58, 134, 146, 148, 150, 282, 290, 299, 301, 305-306, 322 instalación, 150, 204n estado, 294, 297-298 Junta Provincial Gubernativa, 57, 256, 258 parte del Estado Interno de Oriente, 290, 294 provincia, 22, 25, 36, 74, 84n, 138n, 141, 151, 256, 258, 263 elecciones, diputados a la Diputación Provincial de las Provincias Internas de Oriente, 58 representante ante el nuevo Congreso constituyente de México, 285 retiro del gobierno central, 263 representación, 58, 84n, 204, 255, 285 Coahuila, Nuevo León y Texas; véa­se Nuevo León, Coahuila y Texas Colima, 226 colonias navales establecidas por los rusos, 86 Colorado, río, 85-86 Colotlán, 52, 226 Comandancia general de las Provincias Internas de Occidente; composición, 22 Comandancia general de las Provincias Internas de Oriente; composición, 22 Comandancia general de las Provincias Internas, 22 división, 22 intendencia, 24 Comandancia general, 22 Comisión constitucional, 133, 201 proyecto de instalación de las legislaturas estatales, 293 Comisión de Asuntos de Ultramar (Ultramarinos), 44, 73, 93 y n, 85 Comisión de Comercio y Finanzas, 134 Comisión de Constitución, 35, 38, 73, 286 y n, 287n, 289n, 292, 295n 358 índice onomástico y analítico Comisión de Convocatoria del Congreso, 200, 206, 210, 215 informe, 200, 209, 214 Comisión de Gobernación del Congreso; recomendación para que Querétaro tuviera su diputación provincial, 133 Comisión de Gobernación, 135, 139, 143, 147-148 Comisión del Congreso para estudiar los principios constitucionales que constituían la voluntad del pueblo, 207 Comisión del Congreso; informe, 205, 208-209, 252 comisión electoral, 139 Comisión especial del Congreso para preparar la nueva ley electoral, 137 Comisión para redactar las bases de constitución de la república federal, 218-219 y n Comisiones reunidas de Constitución y gobernación, 146 Comisiones reunidas de diputaciones provinciales y de ultramar, 93 Comisiones reunidas por la Convocatoria al Congreso y de Relaciones Interiores, 142 comisiones reunidas; dictamen, 94 Comisiones unidas sobre diputaciones provinciales y asuntos de ultramar, 85 Comitán, ayuntamiento, 73; declaración de independencia del, 126 Compostela, 226 Conde de Toreno, 40, 107 Conejo, José Florentino, 181, 194 Congreso constituyente de México; instalación, 285 Congreso constituyente, 135, 137, 199, 232n disolución del primer, 13, 178n reducido a cuerpo encargado de expedir reglamentos, 206 restablecimiento, 177n, 182, 193, 197, 199, 210, 277 Congreso federado, 230 Congreso general constituyente mexicano, 230 Congreso general de la nación, 236 Congreso general de los estados federados, 225 Congreso mexicano, 232n, 285, 293 procedimiento electoral para constituirlo, 127 reconocimiento oficial de la separación de Guatemala, 283 y n Congreso nacional constituyente; convocatoria, 230 Congreso nacional restablecido, 229 Congreso nacional, 180, 185, 229; elección del, 230; jurisdicción, 293n; nuevo, 237n Congreso restaurado, 191-192n, 209, 212, 220, 229, 234, 241242, 252, 274, 277n, 280, 282 diputados, 191 fracaso en convocar a uno nuevo, 219 359 Nettie Lee Benson irritación de las provincias en su contra, 219 ley electoral, decreto de promulgación, 191, 213, 230 oposición a que elaborase la Constitución, 219 reconocimiento, 195 Congreso soberano; véase Con­ greso Congreso, 18, 39, 127, 132, 134 y ss, 183 y ss, 202 y ss, 225 y ss acuerdo para imprimir y distribuir las Bases de una República Federal, 218 antiguo, diputados, 161, 182, 190-191, 193, 199, 204, 208, 219, 249 apertura, 241n reinstalación, 161, 181, 190, 193n, 211 aprobación de la separación de Chihuahua y Durango, 136-137, 139 aprobación de las instrucciones a los estados para efectuar elecciones a sus legislaturas constituyentes, 295 aprobación de los diputados elegidos por Nuevo Santander, 145 aprobación del establecimiento de diputaciones en las provincias de Nuevo León, Coahuila y Texas, 134, 146 aprobación del establecimien­ to de una diputación provincial en cada una de las capitales de las provincias 360 de Durango y Chihuahua, 140 aprobación del proyecto de instalación de las legislaturas estatales, 293, 299 aprobación para publicar y difundir las Bases de la República Federativa, 208 y n autoridad, 191, 195 bases para convocarlo, 171n capacidad para declararse legalmente instalado, 193 Comisión de estudio y dictaminación­ de la iniciativa de Va­ len­ tín Gómez Farías de convocar un nuevo Congreso, 199-200 de planes electorales, 218 extraoficial para preparar las Bases de una República Federal, 219 comisionados, 212, 215 constituyente, primer, 13, 29, 127, 135, 137, 178n, 189, 199, 232n convocatoria, 142, 171n, 185187, 189 y n, 190, 200, 227, 235, 242, 262, 279, 284 convocatoria a elecciones, 137, 188, 229, 236, 237n, 274, 276 convocatoria del nuevo, 191, 195, 199 y ss, 218-219, 241, 243, 252, 257, 263, 281 índice onomástico y analítico declaración de constitución, 197 declaración de nulidad de la coronación de Agustín de Iturbide y sus decretos, 161 decretos; aprobación de la separación de Guatemala; artículo 1, 283 y n decretos; convocatoria a uno nuevo, 199, 219 del 11 de julio, acuerdo de continuar utilizando la denominación de diputación provincial, 281 del 11 de octubre de 1822, 147 del 7 de octubre de 1822, 146 del 21 de mayo, 218, 219n, 234n, 258, 260n, 264 del 21 de mayo, promulgación, 218 demora en convocar a uno nuevo, 262 derecho de reelección de sus miembros, 165 desconocimiento de su autoridad, 13, 193, 208 discusión para unir Chihuahua y Nuevo México, 298 expedición de la ley de convocatoria al nuevo Congreso constituyente, 218, 263 impedido para reasumir sus fundones, 192 insistencia en su reinstalación, 181, 190 361 instalación, 147, 158, 161, 167, 171 y n, 180-181, 185, 188190, 193, 221, 230-232, 237n, 281, 285, 286n nueva reunión, 196 oposición con las provincias, 259 petición en pro de la liberación de los diputados, 156 peticiones para el establecimiento de diputaciones provinciales en las provincias de Tabasco, Sinaloa, Sonora, Durango, Chihuahua, Nuevo México, Nuevo León, Coahuila y Texas, 134 plan para su convocatoria, 187 primer, convocatoria, 137, 189 proyecto de Constitución, comisión de redacción, 207 yn proyecto de convocatoria, 189 reconocimiento, 204, 210 reconocimiento provisional y limitado del, 205 resoluciones, 212, 215 restablecimiento, 135 sesión secreta, 280 Soberano; Representación de los comisionados de las provincias, 185, 200n, 205n, 215 y n, 267n votación de la convocatoria de uno nuevo, 218 voto por el establecimiento de una diputación provincial en cada una de las Provin- Nettie Lee Benson cias Internas de Oriente, 261 Congreso, primer; elegido durante el régimen de Agustín de Iturbide, 29 Congresos provinciales, 230, 278, 282, 292 instalación, propuesta, 261, 281, 293 Consejo de guerra, 236 Constitución de 1812, 16, 46, 52, 62, 101, 108, 121, 123, 129, 141, 288n analogías con el borrador de Austin y el de Ramos Ariz­ pe, 286n, 288n artículo 10, gobierno económico y político de las provincias, 41n, 51, 104, 138n, 140, 166 artículo 61, 53 artículo 80, 53 artículo 108, 67n artículo 307, 67n artículo 325, 89, 91 y n, 92-94 artículo 326, 89, 92 artículo 328, 53, 62, 89 artículo 334, 105 artículo 335, facultades de las diputaciones provinciales, 42 declaración de independencia política de las diputaciones provinciales, 39, 47 decreto del 23 de mayo, 88, 90 firma y promulgación, 49 ley electoral, 206n método para realizar elecciones en las provincias de la Nueva España, 49-50, 54, 58n, 62 miembros previstos para las diputaciones provinciales, 51, 53, 55, 66-69, 95, 105 periodo de vigor, 74 procedimiento para la elección de diputados a Cortes y a la diputación provincial, proclamación, 53 proclamación en México, 47; revocación, 55, 59, 70, 74 restablecimiento, 29, 76-77 restablecimiento en México, 63, 142, 151 sistema de gobierno que implantó, 28, 42 y n, 44 Constitución de 1821 artículo 170, 102 artículo 325, 89, 91 y n, 9293 división prevista de las provincias del Nuevo Mundo, 90 proclamación en Veracruz, 78 Constitución de 1824, 14 llegada a Chiapas, 72 promulgación, 198 Constitución española de 1812, 139, 164, 206n, 238, 240, 249, 288, 301 elaboración, 287 instituciones establecidas, 19, 33 Constitución española, 69, 127128n, 187-188, 228, 282, 286n, 288-289, 293 362 índice onomástico y analítico artículo 325, 89, 91 y n, 92-93 artículos 326 y 328, 62, 92 Constitución federal; preparación, 259 Constitución general del país; preparación, 230, 237n, 257 Constitución mexicana de 1824, 47 Constitución nacional, 279 Constitución republicana federal; primera forma, 286n Constitución restaurada; adhesión a la, 77 Constitución, 11, 28, 33, 35 y ss, 90 y ss, 103, 161, 181, 199, 201-202, 205-207, 210, 212, 219, 227, 230 y ss, 239, 241n, 254, 257 y ss, 279-280, 286 y ss bases, 139n, 219n, 260 proyecto, 39, 41, 201, 207 y n, 254, 260n, 261, 279, 286, 289n artículo 10, 51 comisión para redactarla, 38, 207 título de la sección 25, 38 título VI, 39 Coracura, Juan, 55 Cordero, Antonio, 87 comandante general de Nueva Vizcaya, 169 intendente y gobernador político y militar de la intendencia de las provincias de Sonora y Sinaloa, 75 Córdoba, ciudad, 95, 116 reunión de Agustín de Iturbide y Juan O’Donojú, 114 Córdova, Fernández de, 191-192 Corona, Pedro, 285 Corral, Ignacio del; jefe político de Nueva Vizcaya, 169; renuncia, 169 Corro, Justo, 232n, 323 Cortázar, Luis, 163, 262, comandante de Querétaro, 273 jefe político de Guanajuato, 264 comandante del ejército de Que­rétaro, 214n Cortázar, Manuel, 92n, 107, 264, 265n Cortes constituyentes o Congreso del México independiente; instrucciones para llevar a cabo las elecciones de diputados, 127 Cortes de España, 16, 27, 33 y ss, 49, 74, 82n, 91, 94, 98, 100, 103, 107, 110-111, 121, 123, 130, 132, 141, 165, 196, 206, 232n, 300 aprobación para el establecimiento de una diputación provincial en Valladolid, 83, 86, 97n concesión a las intendencias del Nuevo Mundo del derecho de establecer una diputación provincial, 130 convocatoria a la elección de diputados para el bienio 1822-1823, 97n decretos, 43, 46, 63, 164, 240 de revocación de sus actos, 55 363 Nettie Lee Benson del 9 de mayo de 1821, conocimiento en México, 95 del 9 de mayo de 1821, creación de diputaciones provinciales, 95 del 23 de mayo de 1812, 49, 88; llegada a México, 52; publicación en Nueva Galicia, 53; revocación, 90 del 1 de mayo de 1813 por el que se otorgan las dipu­taciones provincia­ les de ultramar, 41n aplicación en México, 63 revocación, 46 diputados, 13, 27-28, 50-51, 53, 58 y ss, 67 y n, 72n-73, 81-82, 89, 94-95, 105, 108, 110, 127-129, 132 discusión de la convocatoria a, 26 generales y extraordinarias; instrucción para los ayuntamientos constitucionales, juntas provinciales y gefes políticos superiores, 43n Junta Provisional Gubernativa que asumiría sus poderes, 125, 127 legislatura ordinaria de 1813, 73n ordinarias de 1813; elecciones de diputados a las diputaciones provinciales, 49, 52n, 61n; véase Alba, Rafael poderes, 38-39, 127 reunión, 27-28, 33, 77, 88, 92, 108 revocación de sus decretos, 46, 55, 70, 295n Cortes generales de España de 1820-1821, 92, 110 segundo periodo de sesiones, 92 Coshaya, Juan de Dios, 240n Cossío, David A., 148n, 151n, 203n, 208n, 219n, 258n, 260n, 261n, 281n, 299n Couto, Antonio Manuel (Manuel Antonio), 67-68, 78, 303 Couto, José Domingo, 88n-89n Couto, José María, 92n, 107, 110 Covarrubias, José María, 232n, 247, 248n, 274n Cromwell, Oliverio, 267n Cruz de Honor de Guadalupe, 170n Cruz, José de la; jefe político de Nueva Galicia, 54 y n, 80 mariscal de campo de los ejércitos nacionales, comandante general y gefe político del reyno de Nueva Galicia, Bando, 54n Cuba, Capitanía General independiente, 26 Cuerpo de Liberales, El, 221 Cuerpo ejecutivo; establecimiento, 199, 239 Culiacán; ciudad, capital de Si­ naloa, establecimiento, 140, 329 Cumberland, Charles Curtis, 289n Cumplido, Antonio, 211n 364 índice onomástico y analítico Cumplido, Juan Nepomuceno, 232n, 323 Cuquío, 226 Cuzco del Perú, 41n Dávila, José, 78 Daza y Artazo, José (Julián), 68, 69n, 78, 303; fiscal de la Audiencia de México, 67 Dealey, James Q., 288n Declaración al Congreso de los re­ presentantes de las intendencias y provincias de Guadalajara, Mi­choacán, Oaxaca, Zacatecas, Guanajuato, Querétaro y San Luis Potosí, 205 Decreto del 8 de mayo de 1821, 126 Delgado, Jaime, 107 y n, 110n115n Diario de las Cortes, 33 y n, 36, 39 y n, 83n, 88n, 98n, 107n, 130n Diario de México, 43n, 50n-51n, 54n, 61n-62n, 64n, 67n-68n, 69-70, 129n, 132n, 302n-303n Diario de Veracruz, 163 y n, 178 Diario histórico manuscrito, 31, 195n Diario Oficial, 27 Díaz Bustamante, Ramón; gobernador provisional de Nuevo León, 56-57 Díaz de León, José Ildefonso, 128n jefe político de la Diputación Provincial de San Luis Potosí, 215 Díaz de León, José Miguel, 249n, 265-266, 333 Díaz de Ortega, Ramón, 68n, 303 diputación provincial, 19, 29, 3132, 38, 40 y ss, 56, 58n, 62, 66, 69-70, 73-74, 76, 80, 82, 85, 89 y ss, 100 y ss, 103, 112, 117, 123, 125 y ss, 135 y ss, 150 y ss, 171, 175n, 182, 186, 191, 197, 199, 203, 209, 220, 224, 229, 233, 237 y ss, 263, 281, 300 autoridad, 39-40, 43 corte de última instancia, 43 facultades de los partidos en la elección de miembros, 51, 55 facultades generales, 42-44, 138, 168, 196, 293 intendencias con derecho a establecer una, 126, 130 junta administrativa de carácter consultivo, 40 jurisdicción, 44, 46, 86, 88, 166 legislatura provincial en ciernes, 40 nombramiento de diputados a la, 51, 54, 62-63, 67n, 68, 81, 150 origen, 33 y ss papel en la evolución del Estado federal mexicano, 31 primera aparición del término en el Diario de las Cortes, 39 primera vez que se utilizó la expresión, 39 proyecto de ley para su establecimiento en las provincias que no la tenían, 92 y n 365 Nettie Lee Benson renovación de sus miembros, 55, 95, 282 requisitos para su establecimiento, 92 restablecimiento, 80, 141, 234 sugerencia para denominar así a la junta gubernativa, 38 yn Diputaciones provinciales de América; tácticas dilatorias para limitar su número, 73 diputación provincial del mundo español, 28 diputaciones provinciales, 17-19, 31, 44, 70, 74, 85, 90, 95, 128, 137-138, 153 y ss, 199 y ss, 234, 241, 249, 267, 273, 280282, 292, 299-300 autorizadas e instaladas, 41, 133, 151 asunción de las funciones de juntas electorales preparatorias, 138 aumento, 90-93, 100 creación, 47, 95, 123, 143 elección e instalación en 1820, 29, 77, 82-83, 127 elecciones; véase Alba, Rafael en funciones en México en octubre de 1821, 126 enfrentamiento con el Congreso restaurado y el gobierno central, 249 establecimiento, 49 y ss, 93-94, 134 y ss, 290 establecimiento en las provincias internas, 41 facultades, 40 independencia, 13, 46-47 instalación de cinco de las seis autorizadas dentro de la región mexicana, 73, 76 limitación de su establecimiento, 51, 73 miembros previstos en la Constitución española; véase Constitución española reclamo de más, en el Nuevo Mundo, 76, 92 reglamentos relativos al establecimiento de, 49 renovación e instalación de las seis asignadas a México, 82-83 restauración en la Nueva España, 300 diputados al Congreso; arresto, 156 diputados americanos a las Cortes de España, 35, 39-40, 42, 47, 82, 88, 92 diputados americanos suplentes, 107 diputados de la América septentrional, 39 diputados españoles, 40 diputados mexicanos ante las Cortes de España, 28, 300; plan de mayor autonomía para las provincias y de un reino autónomo en el Nuevo Mundo, 107; puestos, 28 diputados mexicanos que no tomaron parte en las Cortes de España, 28 Domínguez Manso, José, 158n Domínguez, Christóbal, 57n 366 índice onomástico y analítico Domínguez, José, 245 Domínguez, Juan José, 285; comisionado de San Luis Potosí a la reunión de Celaya, 276 Domínguez, Juan, 245 Duarte, Juan José, 53, 304 Dubal, Juan Crisóstomo, 55 Durango y Chihuahua aprobación de su separación, 140 provincias, elecciones, diputados a la Diputación Provincial de las Provincias Internas de Occidente, 22, 85, 134 Durango, 24, 44, 49, 75, 81, 140, 169, 170n, 297 autorización de una diputación provincial para, 139, 151 Chihuahua y Nuevo México, obtención de una dipu­ tación provincial con capital en Durango, 135 ciudad, 138 capital de la Diputación Provincial de Nueva Vizcaya, 135, 138 capital de la segunda división de Nueva Vizcaya, 139 capital de las Provincias Internas de Occidente, 135, 304, 308 capital de Nueva Vizcaya, 49 diputación provincial, 46, 73, 134, 169n, 282, 290, 298n, 318n, 323 elecciones, diputados, 298 establecimiento, 134 manifiesto, 298n división, 138 estado, legislatura estatal, instalación, 297, 299 intendencia, 87n, 295 obtención de la calidad de estado, 298 parte integral de la Diputación Provincial de Nueva Vizcaya, 134 provincia, 22, 28, 41, 60, 74, 85n, 135, 138n, 294, 298 autoridad sobre la provincia de Chihuahua, 24 Eça y Múzquiz, Rafael, 150-151, 255 Echandía, Juan de, 175n Echanova, Juan (Evangelista), 84n, 240n-241n Echávarri, José Antonio, 162-165, 167, 176-181, 184-189, 192, 322 comandante imperial, 160 oficiales, 160, 177 plan, adhesión total de las provincias, 163 Echávarri, José Antonio, y Agustín de Iturbide; véase Iturbide, Agustín de Echevarría, José María, Edicto de convocatoria del 17 de noviembre de 1821; desaprobación, 206 Ejército, delegación de generales y otros oficiales; véase Junta General de Guerra 367 Nettie Lee Benson El Amigo de la Patria, de Guatemala, 126 El Anunciador Mexicano, 203n, 212n El Caduceo de Puebla, 294n El Conductor Eléctrico, 153 El Hombre Libre, 153, 156 El Sol, 150, 156 elección de diputados a las Cortes de España, véase Constitución de 1812 elecciones de distritos, 97n elecciones en México, Guadalajara, Mérida, Guatemala, Monterrey y Durango; instrucciones de Fernando VII para efectuarlas, 81 elecciones para el nombramiento de diputados a las Cortes de España de 1822, 1823 y de dipu­ tados a las diputaciones provinciales para el bienio de 1822-1823, 128n elecciones parroquiales, 57-58, 6265, 97 elecciones provinciales, 54, 65, 74, 97n electores de partido, 58 y n, 62-64, 81, 84n, 89, 95 electores provinciales, 66, 91-92, 156, 239-240 Elizalde, Vicente, 140 Elorriaga, Francisco Antonio de; proposición para que la provincia de Durango fuese declarada estado, 298 Errasquín, Miguel, 240n, 332 Escandón, Manuel, 285 Escandón, Pablo, 88n Escárcega, Joaquín José, 140 Escarra, Manuel Ignacio, 126, 305 Escontría, José Miguel de, 169n, 318 Escovar, Juan José, 140, 323 España, 56, 60, 75, 77-78, 91, 103, 186, 190, 290 Gobierno, 25, 47, 74, 103 intendencias o provincias, 33 provincias, 21, 42, 82, 89 Esparza, Marcos de, 243n Espejo, Francisco, 60n Espeso, Juan José, 169n, 319 Espinosa de los Monteros, Carlos, 136 y n, 138 representación al Congreso por la provincia de Sonora y Sinaloa, 136 Espinosa de los Monteros, Juan José, 179, 292n Espinosa, José Ignacio, 125, 213n Espinosa, Luis, 126n Esquerra, Ramón, 111n Estado federal mexicano; la diputación provincial en su evolución, 19, 33 Estado Interno de Occidente; creación, aprobación, legislatura constituyente, elecciones, autorización, 290, 294-295 legislatura estatal, instalación, 297, 299 Estado Interno de Oriente (compuesto por Nuevo León, Coa­ huila y Texas); creación, aprobación, 290, 294-295 y n legislatura constituyente, elecciones, autorización, 295 368 índice onomástico y analítico Estado Interno del Norte (compuesto por Chihuahua, Durango y Nuevo México), 290, 294 bases de la federación y la Constitución general, 230 creación, aprobación, 298 estados federados legislatura constituyente, elecciones, autorización, 225, 230 Estados mexicanos Constitución general, 230, 237, 257 federación general, 230, 237 Estados Unidos, 12, 15, 31, 40, 134, 162, 225n, 253 Artículos de Confederación, 154 Constitución, 154, 286n, 288289 y n Declaración de Derechos, 154 Declaración de Independencia, 154 ideas y prácticas políticas, 154 organización política, 154 sistema republicano de gobierno, 153 Etzatlán, 226 Ezcurdia, Vicente de, 89n Facio, Francisco, 239 Facultad de Leyes de la Real Universidad de México, 36 Fagoaga, José María, 65, 67, 84n, 92n, 100, 107, 115-116, 125, 127, 307, 310 Farías, Francisco Antonio, 56n Farrera, comandante, 283 Federación de las provincias, 195n, 236n, 266 Fernández (José), Eustaquio, 84n85n, 305 Fernández Arteaga, José Mariano, 125, 128n Fernández de Lizardi, José Joaquín, 153 Fernández Herrera, José María, 84n, 308 Fernández Piérola, Nicolás, 92n93n Fernández, Bonifacio, 218 Fernández, Pedro; enviado de Agustín de Iturbide, 116 Fernando VII, 17, 21, 33, 47, 77, 80, 105, 108, 110-112 y n, 114 consejeros, 46 decretos, cese de funciones de las diputaciones provin­ ciales de América, 26 revocación de la Constitución de 1812 y anulación de los actos de las Cortes de España, 55, 59, 74 revocación de los decretos de las Cortes de España, 46, 295n instrucciones relativas a las elec­ ciones en México, Guadalajara, Mérida, Guatemala, Monterrey y Durango, 81 llegada a la ciudad de México, 115 orden de reinstalación de los miembros de las diputaciones provinciales de 1814, 80 369 Nettie Lee Benson restablecimiento de la Constitución de 1812 y de la dipu­tación provincial, 29 Fierro, José Francisco del, 169n, 318 Filadelfia, 154 Filipinas; provincia, 26 Filisola, Vicente; invitación a Chiapas a unirse a la Guatemala independiente, 181n, 283 fiscales de la corona, 52; dictamen, 52, 63 Fisher, Lillian Estelle, 22n, 24n, 25n Flores, Carlos, 128n Flores, Gaspar, 150, 330 Flores, Miguel, 72 Floridas, tratado de las, 85-86 Foncerrado y Soravilla, Juan Nepomuceno, 211n Fontainbleu, tratado de, 111 Forma federal de gobierno, 259, 278 Francia, 21, 33 Fresnillo, 242 Freyre, Juan, 93n Fuentes, Francisco, 150, 322 Fuentes, Manuel Marcelino de las, 72 fuerzas independentistas, 115, 117, 122 funcionarios nombrados por el rey, 39 Furlong, Patricio, 84n, 88n, 100, 307 Gaceta (Gazeta) de México (Madrid), 26n Gaceta (Gazeta) del Gobierno (de) Madrid, 95 Gaceta (Gazeta) del Gobierno de México, 64n, 78n, 80n, 81n, 84n-85n, 97n, 103n, 121n, 128n, 319n Gaceta (Gazeta) del gobierno general de la nación (Cádiz), 27n Gaceta del Gobierno de Guadalajara, 244n-245n Gaceta del Gobierno Imperial de México, 146, 158, 179n, 180 y n, 187n, 189n-190n, 219n Gaceta del Gobierno Supremo de la Federación Mexicana, 294n Gaceta del Gobierno Supremo de México, 135n, 140n, 164n, 169n, 208n, 212n, 213n, 226n, 235n, 259n, 261n, 268n-269n, 271n-272n, 278n, 317n, 322n325n, 327n-328n, 330n-331n, 333n Gallegos, José, 75 Gallegos, Pedro Ignacio, 133, 313 Galván, José Manuel, 211n Gálvez, José de, 87 Gamis, José Agustín, 169n Gándara, Juan, 128n Gárate, José Joaquín, 270 García Castillo, Juan José, 72 García Celis, Diego, 140, 323 García Conde, Diego, 75 García de Carrasquedo, Martín; comisionado de Michoacán, 276 García de Huesca, Matías, 89n García de la Mora, Jesús, 140, 325 García Illueca, José Ignacio, 67, 69n, 78, 116, 125, 303, 307 370 índice onomástico y analítico García Quevedo, Manuel, 128n García Rejón, Joaquín, 241n, 332 García Rojas, José María, 83n, 249n, 306, 333 García, Carlos, 100, 180; bando, 100n García, Carlos, intendente y jefe político de la provincia de Puebla, 100 , 180; bando, 100n García, Francisco, 218, 247, 315 García, Joaquín, 150, 326 García, José Antonio, 241n, 332 García, José María, 253 García, José, 83n, 306 García, Juan José, 167, 214n García, Lino, 126, 305 García, Luis Antonio; jefe político de Chiapas, 283, 321 García, Martín, 205n, 210, 276 García, Matías, 89n, 100 García, Pedro, 140, 325 Garibay, Pedro de, 25 llamamiento a elecciones, 26 reconocimiento al Gobierno Su­ perior de España y las Indias, 25 Garza, Agustín de la, 150, 322 Garza, Felipe de la, 160, 258-260 yn jefe político de las Provincias Internas de Oriente, 258n jefe político de Nuevo León, propuesto por Saltillo co­ mo gobernador general de las Provincias Internas de Oriente, 156, 257, 260 representación, 161 revuelta, 170 y n Garza, Juan Bautista de la, 175n, 314 Garza, Juan José de la, 57n, 150, 326 Garza, Lucas de la, 175n, 314 Garza, Pedro de la, 150, 326 Garza, Ramón de la, 261n Gasca, Juan Wenceslao, 100 Gazano, José Ángel, 67, 69n, 303 Ghizliazza, Manuel Mestre, 135n, 317 Gil y Sáenz, Manuel, 175n Gil, José María, 232n, 312, 323 gobernadores militares, 22, 25, 75 gobierno central español; jurisdicción, 42 gobierno central, 35, 42, 130, 143n, 148, 182, 192, 198199, 204, 210-211, 216n, 218, 221-222, 229, 234-235, 243, 246-247, 249, 251-254, 259, 263-264, 268, 270, 272, 275276-280 desintegración, 197 reconocimiento de la exigencia de establecer una forma, 280 gobierno de España, 47, 74, 103 gobierno en ultramar; proyecto, 111 gobierno nacional, 134, 182, 197, 216n, 229, 237n, 239, 245247, 260-261, 264, 276, 278, 280, 298, 300 consultas sobre uno compuesto de diputados de todas las provincias, 182-184 desintegración, 199 371 Nettie Lee Benson gobierno provincial, 39, 210, 228, 242, 261 Gobierno Superior de España y las Indias, 25-26 gobiernos estatales, 280; establecimiento, 221, 247-248 provincias precursoras, 249 Godoy, Juan Ignacio, 203 y n, 213n; representante especial de la Diputación Provincial de Guanajuato, 205n Godoy, Manuel de; propuesta, 110 Gogorrón, 269n Gómez de Castro, Blas José, 56n Gómez de Navarrete, Juan; diputado mexicano a las Cortes de España, 114 Gómez Farías, Valentín, 200, 202, 207 y n, 208n, 232n, 247, 253, 274n diputado por Zacatecas, 241242 impresión y distribución de su informe, 207 informe minoritario, 206-207, 209 proposición para convocar a un nuevo Congreso, 199, 204, 206 proposición de reconocimiento provisional del Congreso, 204-205 Voto particular..., 201n, 202n, 241-242 González del Campillo, Agustín, 65n González Laris, Mariano; coman- dante general y jefe político de Zacatecas, 167 González Maxemin, Domingo, 208n, 312 González Pérez de Angulo, Bernardo, 65-66 González Salas, Carlos, 290n González, José Eleuterio, 207n González, José Miguel; alcalde de Saltillo, 257 González, José, 89n González, Juan, 100, 315 González, Rafael, 146, 171n González, Simón Elías, 136 González, Toribio, 54-55, 83n, 179, 200, 302, 306 González. Pedro, 150, 326 Gordoa, Antonio Eugenio, 249n, 333 Gordoa, Francisco, 72 Gordoa, José Miguel, 83n, 232n, 306, 323 Gortari Rabiela, Hira de, 25n Grande, José, 58 Guadalajara, 36, 44, 52, 54-55, 74, 81, 133, 167, 208, 216n, 218, 222, 242, 247, 251-253, 267n, 268n, 275, 287, 302, 306, 323, 332 apoyo a un nuevo Congreso, 221 autorización de la diputación provincial para, 41 ayuntamiento, 55n, 209 ciudad, 221-222 capital de Nueva Galicia, 21, 49, 221 comunicaciones, 215, 264, 278 372 índice onomástico y analítico comunicados, 168 decisión por un gobierno representativo federado, 221 diputación provincial, 41, 46, 73, 126, 166, 168, 200, 222, 225-226, 229, 243-245, 248-249, 278-279, 312 comisionados a la reunión de Puebla, 205 comisión para redactar la ley electoral de convocatoria al Congreso constituyente provincial, 205 declaración de principios, 225 disolución, 233 pronunciamiento por una república federada, 278 resoluciones, 209n, 221n, 222n elecciones provinciales, 54-55 provincia, 138n, 151, 205, 221, 224, 233, 253, 263-264, 280 (ahora ya con el nombre de Jalisco), 280 declaración en favor de una república confederada, 253, 257 elecciones, diputados a la Diputación Provincial de Nueva Galicia, 54-55, 83n, 129, 302, 306 proposiciones para el establecimiento de una república federal, 215 propuesta, 279 representante ante el nuevo Con­greso constituyente de México, 209, 218, 285 Resoluciones, 224 retiro del gobierno central, 218, 221-222, 229, 243, 280 véase también Nueva Galicia, reconocimiento limitado del Congreso, 209 respuesta al informe de la comisión del Congreso, 209 Guanajuato y San Luis Potosí, provincias; autorizadas para establecer una diputación provincial en San Luis Potosí, 62 Guanajuato, 72, 75, 127, 166, 168169, 203, 205n, 210, 214, 218, 251, 263-264, 273, 275n, 276 diputación provincial, 84n, 94, 126, 151, 183, 200, 203 y n, 212, 215n, 262, 265, 282, 312, 324 comisionados a la junta de Puebla, 200, 203 elecciones, diputados, representantes a la reu­ nión de Querétaro, 183 elecciones, diputados provinciales, 70 estado, legislatura estatal, elecciones, 290, 292-294 legislatura estatal, instalación, 294, 297 intendencia, 61n, 62, 81, 83, 86, 88, 205, 213 elecciones de diputados a la Dipu­ tación Provincial de San Luis Potosí, 62, 82, 84n 373 Nettie Lee Benson obtención de la calidad de estado, 292 parte de la Diputación Provincial de San Luis Potosí, 41, 51, 70 provincia, 24, 27, 61, 64, 102, 129, 138n, 166, 182-183, 191, 213, 251, 253, 269n, 308 comisionados; de la Nueva España, 265, 276 declaración en favor de una república confederada, 264 diputados, 72, 129, 203n, 213n elecciones, diputados a la Diputación Provincial de San Luis Potosí, 62, 81-82 favorable a una república federal, 264 recepción del decreto del 21 de mayo del Congreso, 218 santo y seña, 265 Guatemala, 41, 74, 80-82, 92, 95, 126-127, 181n, 283n, 284-285, 304, 311 Audiencia de, 126 Capitanía General, 26, 72, 282 ciudad, capital de la provincia de Guatemala, 302 Congreso; convocatoria, 283 decreto de aprobación de su separación; artículo I, 283 y n diputación provincial, 41, 82, 302 instalación, 72-74 independencia, 283 provincia, 41n, 253 declaración en favor de una república confederada, 253 elecciones de diputados, 49 provincias, 282 separación, reconocimiento, 73, 282-283 Güemes, pueblo, 36 Guerra, José Benito, 181, 309, 324 Guerrero, Vicente y Agustín de Itur­ bide; expedición del Plan de Iguala, 114 Guerrero, Vicente, 114, 122, 161162, 164, 170n Guillén, Francisco (Antonio), 126, 285, 305 Guimbarda, Bernardino, 150 Guridi y Alcocer, José Miguel, 17, 65-67, 84n, 100, 115-117, 119, 125, 187, 307 firmante de la Constitución de 1812, 100-101 Gutiérrez de Arce, Joaquín, 285 Gutiérrez de Lara, José Antonio, diputado al Congreso por Nuevo Santander, 128n, 143, 145, 146n Gutiérrez de Lara, José María, 58, 130, 175n, 306, 314 Gutiérrez de Velasco, Ignacio, 249n, 333 Gutiérrez del Arroyo, Isabel, 25n Gutiérrez del Mazo, Ramón, 63n, 66n, 68, 69n, 75, 78, 80, 101, 307 374 índice onomástico y analítico jefe político interino de la ciudad de México, 120-121 Gutiérrez y Ulloa, Antonio Basilio, 208n Gutiérrez, Eusebio, 150, 249n, 326, 333 Gutiérrez, Francisco Antonio, 58, 301 Gutiérrez, Juan Francisco, 128n, 175n, 314, 326 Gutiérrez, Ylarión, 58, 301 Guzmán, José Antonio, 175n, 314 Guzmán, Pedro José, 84n, 169n, 240n, 319, 332 Guzmán, Santiago, 232n, 323 Habana, La, 67 Haring, C.H., 22n Haro y Portillo, Joaquín, 88n Haro, Joaquín de, 100 Harris, Charles M., 59n Haya, Antonio de la, 97-98 Heras, Francisco Javier de, 181 Hermosilla, Luis, 95 Hernández Bayona, Nicanor, 135, 317 Hernández y Dávalos, Juan E., 43n-44n, 165n, 167n, 182n184n, 213n, 243n, 251n Hernández, Carlos, 299n Hernández, Juan José, 150, 330 Hernández, Manuel María, 163 Hernández, Sebastián, 84n Herrejón Peredo, Carlos, 80n, 101n Herrera, José Joaquín, 192 Herrera, José Manuel, 89n, 158n Herrera, José María, 249n, 312, 333 Herrera, Mariano, 200-201 Hidalgo, Miguel, 28, 324 Horcasitas, Mariano, 140, 322 Hore, Diego de, 53, 304, 310 Hostotipaquillo, 226 Huerta, Esteban (o Estevan), 128n, 232n, 323 Huerta, José de Jesús, 208n, 232n, 285n Huexotzingo; alcaldía o distrito, 61n, 129 Ibarra, Andrés de, 53 Ideas necesarias a todo pueblo americano independiente que quiera ser libre, 154; véase Rocafuerte, Vicente Imperio español; lucha por la independencia, 13, 28 Imperio monárquico mexicano; creación, 31 Independencia mexicana, 11, 13, 28, 31, 47, 98, 116-117, 122123, 171n, 228, 295n, 300 Infamón, José, 177 Inquisición, 98 Instrucción conforme a la cual deberán celebrarse en las provincias de ultramar las elecciones de diputados de Cortes para las ordinarias del año próximo de 1813; véase Alba, Rafael Instrucción para los ayuntamientos constitucionales, juntas pro­ vinciales y jefes políticos superiores, 43 y n intendencias y provincias; elecciones en las, 26-27 375 Nettie Lee Benson intendencias; conversión de los reinos o provincias en, 22, 25, 33 elecciones en los concejos municipales, 26-27 intendente; funciones, 24-25, 76 intendentes y gobernadores; vuelta al poder de las provincias e intendencias, 75 intendentes, 22, 25, 52, 75; autoridad, 24 reemplazo de los gobernadores militares de las provincias por, 25 Irapuato, 245, 247 congregación, 62 Iriarte, Agustín (de), 55, 84n, 187, 306 Iriarte, Antonio de, 136 Iriarte, Mariano de, 128n, 242n, 319 Iriarte, Pedro (de), 167, 243, 245 Irigoyen, José María, 140, 322 Iturbide, Agustín (de), 13, 102103, 114-118, 122, 125 y ss, 154 y ss, 170n, 172-173, 176 y ss, 228, 238, 267n abdicación, 216n, 283 aceptación oficial por el ayuntamiento de Puebla, 100 autorización para el establecimiento de la Diputación Provincial de Puebla, 100, 180 comisionados, 184-190; informe, 187-189 Consejo de Estado, 190 coronación, 154, 161, 178 376 derrocamiento, 29, 300 disolución del Congreso, 160, 178n entrada triunfal en Puebla, 98 fuerzas, 117, 186 gobierno, 193 gobierno central, 182 Junta Nacional Instituyente, creación, 178n legitimación del movimiento de independencia, 31 manifiesto al pueblo, 179 mensajeros, 116 movimiento, legalización, 98 nueva convocatoria de los miembros del primer Congreso constituyente, 137 oficiales imperiales, 160 oposición a su abdicación, 216n orden de armar al populacho, 181 plan, 101 primer congreso elegido durante su régimen, 29, 137 proclama, convocatoria al Congreso, 193 proclamación de los componentes de la Junta Provisional Gubernativa, 127 proyecto para independizar a México de la monarquía española, 101 régimen, 29 revuelta, 98, 107 revuelta contra, 216n tropas, 158, 160, 162, 164n, 173 índice onomástico y analítico Iturbide, Agustín de, y José Antonio Echávarri; línea limítrofe entre sus fuerzas, 186 Iturbide, Agustín de, y Vicente Gue­rrero; expedición del Plan de Iguala, 114 Iturrigaray, José de; destitución, 25 Iturrivarría, José Ignacio, 140, 323 Ixtacuixtla, Tlaxcala, 66n Izamal, 53 Izazaga, Ignacio, 211n Jalapa, 82n, 160, 162, 164n, 170n, 180, 185 partido, 81 reunión, 185, 186n Jalisco, 225-226, 232, 248, 280 Congreso, constitución, 232 diputados, 248 estado libre, 226-227, 245 Congreso, 232-2333 Congreso constituyente pro­ vincial, 232 Congreso constituyente, ins­talación, 232 y n Constitución, redacción, 227 diputados electos al primer Congreso constituyente, 232n gobernador, 227 gobierno provisional, 229, 246 plan de gobierno provincial, 228 plan de gobierno provisional, 229 poder ejecutivo, 227-228 primera legislatura, 233 representantes, 246-247 obtención de la calidad de estado, 292 jefe político de Durango; independencia, 44 jefe político de Guadalajara; independencia, 44 jefe político de la ciudad de México, 44 jefe político de Mérida; independencia, 44 jefe político de México; jurisdicción, 44, 46 jefe político de Monterrey; independencia, 44 jefe político de San Luis Potosí; independencia, 44 jefe político; autoridad sobre las provincias, 49, 92, 95, 196 funcionario ejecutivo de la provincia o intendencia, 42, 44,46 funciones, 76, 150, 197, 227 limitación de su autoridad, 39 reemplazo del título de virrey por el de, 44, 47, 52 Jiménez, José María, 207 Jiménez, Manuel, 240n, 332 Juanicotena, Juan Fermín de, 57n, 85, 305 Juarros, Domingo, 72n Juchipila, 242 Junta Central del Gobierno Superior de España y las Indias, 26 nombramiento de una regencia, 27 377 Nettie Lee Benson Junta General de Guerra de las fuerzas revolucionarias, 185, 187-188 Junta Gubernativa de provincia, o ‘diputación provincial’, 38 y n sugerencia para denominarla diputación provincial, 3839 Junta Gubernativa estipulada en el Plan de Iguala, 115 y n, 125n Junta Gubernativa Provisional de Monterrey, 147 Junta Nacional Instituyente o Congreso Restaurado, 135-136, 169, 178n, 184, 189, 199, 316 comisión, 189 informe, 180 comisionados, 187-189 primera reunión del Congreso restaurado, 191 proyecto de convocatoria al Congreso, 189 sesión especial, 178, 180; sesión secreta, 187 junta provincial, 38, 56n Junta Provisional de Gobierno o Gubernativa (Soberana), 125, 127, 132, 142, 146, 237, 243, 254 decretos, 132n, 139n, 146n, 150n, 281n, 283n, 293n, 295n, 299n junta superior provincial; composición, 34, 36, 38 juntas electorales, 94, 138, 171n, 280 juntas preparatorias; composición, 49, 52, 82 facultades, 50 reunión, 50 juntas provinciales de España, 33, 43, 300 gobierno, 34 levantamiento, 25 origen de la diputación provincial, 33 juntas provinciales, 33, 39, 43 legalización, 33 vocales, 34 juzgados de primera instancia; composición, 44 La Abeja Poblana, 100n La Abispa de Chilpantzingo, 153, 202n La Águila Mexicana, 137n-140n, 148n, 150 y n, 176, 200 y ss, 268, 273 La República de Guadalajara, impreso, 252 Lagos, 226; conferencia, 245, 248 Lanuza, Pedro José, 158 Lanz, Manuel A., 53n, 77n, 84n, 304n Lanz, Pablo, 84, 239 Lara, José Anselmo de, 126, 305 Larrazábal y Uribe, Miguel; representante de Tlaxcala, Nueva España y las Provincias Internas ante la Junta Central del Gobierno Superior de España, 26-27 Leal, José Dionisio, 84n, 88n, 307 Legislaturas estatales mexicanas, 32, 221; elecciones, estados en que se llevaron a cabo, 293-295, 299 378 índice onomástico y analítico estados autorizados a establecerlas, 293 instalación, aprobación, 274n, 280 proyecto de ley para su instalación, 293 Legislaturas provinciales; composición, 274n, 280 Lemus, Pedro, 173-175 Leño, Joaquín, 170n León de Nicaragua, 41n León, Antonio, 234 León, isla, 26-27 León, Manuel, 239n, 241n, 332 Lerdo de Tejada, Miguel M., 178n, 216n Lewis, Boleslao, 111n ley de convocatoria al nuevo Congreso; proyecto, primera lectura, 218 ley de convocatoria, 205, 218, 225 ley electoral del 17 de junio de 1823, 279, 282, 293, 321 artículo 10, 282 artículo 11, enumeración de las provincias de Guatemala, 282 ley electoral para convocar a un nuevo Congreso con la facultad para aprobar la Constitución, 201 ley electoral para convocar a un nuevo Congreso constituyente, 137-139 ley electoral, 137 artículo 1°; división de las provincias de Sonora y Sinaloa, 139n artículo 8, 139 artículo 10, 138 y n, 140 artículo 18, 148 artículo 86, 139 artículo 88, 138 artículo 92; reforma, 138-139 capítulo VII, artículos 84 y 85, 138 comisión encargada de su preparación y presentación, 137-139 primera, 202 libertad de prensa; fundamento de la Constitución, 102-103 Lima, 108 Liñán (o Linan), Pascual de, 117, 120; reconocimiento oficial de Juan O’Donojú, 120 Linares, 56n, 57; sede del obispado de, 141 Linares, diócesis de, 56n, 141; jurisdicción, 57 Llano, Ciriaco del, 75, 88n Llano, José Rafael de, 146, 171n, 173 y n, 174, 205n Llano, Pedro Manuel de, 57-58, 301 Llave, Pablo de la, 92 y n, 95; ministro de justicia, 286 Llorente, José Miguel, 213n, 264n Lobato, José María, 100, 164 Lobo Guerrero, José León, 56n57n, 58, 146, 147n, 171n, 256257, 301, 305 Lobo, Juan Bautista, 67, 69n, 78, 84n, 101, 115-117, 125, 303, 307 379 Nettie Lee Benson Lombardo y García, Francisco María, 207, 292n López Constante, Juan (Tiburcio), 92 y n, 239, 241n López de la Plata, Manuel, 187 López de Llergo, Agustín, 240n, 332 López de Santa Anna, Antonio, véase Santa Anna López, Gaspar, 142-143, 145-146, 172-175 jefe político interino de las Provincias Internas de Oriente, 142, 170 López, Patricio, 93 y n López, Pedro, 135, 317 Los Guadalupes, 67; candidatos a diputados a las Cortes de España, 67 Los Ranchos, 273 Lovett, Gabriel H., 25n Loya, Francisco, 140, 322 Luisiana; reino de la, 110 Lyon, Elijah Wilson, 111n Macune, Charles, hijo, 125n, 309n, 312n, 324n Madrid Quiñones, Juan, 66 Madrid; provincia, 89, 95, 110111, 114 Magner, James Aloysius, 290n Malo, Félix, 150, 322 Manero Embides, Vicente, 205n Mangino, Rafael, 194, 196, 285 Maniau, Joaquín, 92 y n Mansonera, Juan, 140 Marin de Porras; obispo de Linares, 57 Marín, José Mariano, 207, 253; re­ presentante de Puebla ante la Diputación Provincial de la Nueva España, 65, 68, 89n Marmolejo, Luis, 166n Marmolejo, Mariano, 84, 308 Márquez, José María; representante de San Luis Potosí y secretario de la reunión de Celaya, 273 Márquez, Víctor Rafael, 84n, 205n, 216, 218n, 308 Martínez Chavarro, José; comisionado de Gabriel de Armijo, 269 Martínez de los Ríos, Ramón Esteban, 180, 189 Martínez del Campo, José María, 70 Martínez Marina, Francisco, 206 Martínez, Florentino, 137 Martínez, Jacinto, 54, 302 Martínez, Juan Bautista, 249n, 319, 333 Mascota, 226 Mateos, Juan A., 137n, 150, 207n Mayorga, Juan de Dios, 207 Mazapil, 242 Mecham, Lloyd J., 153n Medina, Antonio, 158n Mejía, José Antonio, 170n Mejía, José, 35 Memoria Instructiva, 154 y n Méndez Mont, 89n Méndez, Antonio, 232n, 323 Mendiola, Mariano, 179, 187 Mendoza, Rafael, 232n, 323 Meneses, José María, 239n Mérida, 44, 46, 53, 75, 81, 84, 210, 239-240 380 índice onomástico y analítico autorización de la diputación provincial para, 41, 52, 73, 304, 310, 319, 331 ayuntamiento, 169, 238 ciudad, capital de Yucatán, 24, 49 México independiente, periódico, 114 México ayuntamiento de la ciudad de, 90, 101, 103 y n, 104-105, 122, 310 cimientos de la independencia de, 116 ciudad, 18, 21, 24-27, 29, 36, 44, 46, 52-53, 60, 62-64, 66-70, 74, 78, 81-82, 88, 90-91, 97, 100-105, 108, 113-122, 125, 133, 158, 160-161, 164, 170, 178, 180, 195n, 196-197, 200, 212, 214, 216, 225-226, 235, 243-244, 247, 252253, 258, 262, 268, 274275, 303, 307, 309-310, 324 arribo de la noticia del nombramiento de Juan O’Donojú como jefe político y capitán general de la Nueva España, 112 ayuntamiento, elección de miem­ bros, 90, 101, 103105, 122, 310 capital de la Nueva España, 26, 36, 49, 108 concejo municipal, 26 381 diputación provincial, 19, 3132, 132-133, 176-177, 180, 190, 194, 278-279, 324 jurisdicción, 62, 101n, 104 instalación, 69n, 309 elecciones parroquiales, 62-64 fiscales, 52, 63, 90-91 gobierno, 226 junta preparatoria, 65n, 68n-69n jurisdicción del jefe político, 46, 197 periódicos, 225 recepción del Decreto real que derogaba la Constitución de 1812 y todas las actas de las Cortes de España, 70 última diputación provincial en establecerse en México, 60 diputación provincial creación, establecimiento y actuaciones, 32 elecciones, diputados, 91 manifiesto, 177n partidaria del sistema federal, 278 recomendación a Iturbide para reinstalar el antiguo Congreso o convocar a uno nuevo, 190 elecciones, diputados provinciales, 311 y ss gobierno central, 148, 197, 199, 229, 234, 249, 264 Nettie Lee Benson gobierno nacional, 134, 182184, 197, 199, 216n, 229, 237n, 239, 245-247, 260261, 264, 276, 278, 280, 298, 300 gobierno titular, 193 independencia, 11, 43n, 116, 123, 295n intendencia, 78, 132, 197, 290 elección de diputados a la Diputación Provincial de la Nueva España, 65, 67, 81, 130, 132 Junta de Autoridades, 118n120n Junta de Gobierno, 114 junta de gobierno provisional, 115 obtención de la calidad de estado, 292 provincia, 24, 27, 64, 66, 69n, 197 elecciones, 66 elecciones, diputados a la Diputación Provincial de la Nueva España, 64, 67, 218n, 262, 278279, 292 elecciones, diputados a las Cortes de España, 62, 64 elecciones, representantes la Diputación Provincial de la Nueva España, 66 junta preparatoria electoral, 52-53, 57, 81, 88, 91, 129, 132 provincia de la Nueva España, 132 Meyer, Michael, 31, 290n Michelena, José Mariano, 82 y n, 92 y n, 97 y n, 98, 162-163, 182-184, 191n, 194, 195n, 210, 290 diputado por Michoacán a las Cortes de España, 98 discurso del 4 de junio de 1821 a las Cortes de España, 98, 107 plan, 108 renuncia como representante de la Diputación Provincial de Michoacán, 184 representante de Michoacán a la reunión de Querétaro, 184 Michelena, José Mariano, y José Mi­guel Ramos Arizpe; iniciativa a las Cortes de España, véase Ramos Arizpe, Miguel Michoacán, 52, 69, 82n, 86, 87n, 89, 92-93, 97-98, 100, 156, 183-184, 195n, 205n, 213, 218, 273, 276 diputación provincial, 83, 86, 97, 168, 182, 184, 200, 262-263, 265 conferencia con otras, 265 elección de diputados a la, 282 informe al gobierno central, 276 invitación a otras para obligar a convocar un nuevo Congreso, 211 382 índice onomástico y analítico miembros, 182n diputados, 64, 129, 211 y n estado, legislatura estatal, elecciones, 290, 293-294 intendencia, 88, 211, junta preparatoria electoral obtención de la calidad de estado, 292 promoción de un gobierno central, 210-211 provincia, 24, 27, 41, 61, 64-65, 126, 129, 138n, 151, 183 elecciones, diputado a la Diputación Provincial de la Nueva España, 97-98 elecciones, imposibilitada para efectuarlas, 65 primera provincia de México que intentó establecer su propia diputación provincial, 95 unión al movimiento de independencia de Agustín de Iturbide, 98 provincia o intendencia, 68, 74-75, 81, 85 reunión, representantes de Michoacán, Guanajuato, Querétaro y San Luis Potosí, 210 Mier Noriega, Joseph, 57n Mier y Altamirano, Juan Nepomuceno, 84n, 179 Mier y Terán, Manuel, 197 Mier, Francisco, 150, 326 Mier, Servando Teresa de; véase Teresa de Mier Milanés, Manuel, 240n, 332 Milla, Juan Esteban, 95 Mimiaga, Francisco Ignacio, 84n, 100, 307 ministro de asuntos de ultramar, 44, 60n ministro de asuntos interiores y exteriores, 142, 177, 192 ministro de asuntos interiores, 214n ministro de asuntos internos, 260n ministro de asuntos ultramarinos, 42 plan de gobierno para los reinos de América, 110-111 ministro de gracia y justicia, 46n ministro de justicia y asuntos eclesiásticos; proposición de pacto federal provisional, 261 ministro de justicia informe al Congreso, 286 recomendación para establecer una legislatura o congreso provincial en cada una de las provincias, 280 ministro de la gobernación (governación) de ultramar, 69n ministro de relaciones interiores y exteriores, 177n, 226 y n ministro de relaciones interiores, 263, 269; Lucas Alamán, 212, 236n, 241n, 253 ministro de ultramar, 55n, 68n Molina Solís, Juan Francisco, 84n, 322n Molina, Miguel, 140, 323 Molinos de Arizpe, 174 y n Monarquía central, 29 383 Nettie Lee Benson Monarquía moderada constitucional, 185 Monclova, 176, 255 ciudad, capital de Nueva Extremadura, 21 destacamento militar, 173 Montenegro, Antonio, 232n Monterrey, 23, 44, 56n, 57n, 81, 85n, 141, 145-146, 170n, 171172, 175-176, 204, 252, 255, 260n, 287, 301, 305, 326 autorización de la diputación provincial para, 41 Acta, 259n ayuntamiento, ciudad, 12, 56, 58, 142n-143n, 147 y n, 148n, 203 y n, 204, 252n254 y n, 258, 260n, 261n capital de la Diputación Provincial de las Provincias In­ ternas de Oriente, 41, 56 y n, 59, 73 capital de las Provincias Internas de Oriente, 41, 56, 59, 141 capital de Nuevo León, 21, 49, 141, 148 creación de la Junta Suprema de las Provincias Internas de Oriente, 254 elecciones de partidos, 58 sede del obispado de Linares, 141 diputación provincial, 46, 59n, 84n, 143 y n, 145-147, 258n establecimiento, 145 instalación, 146-147 sede, 143 junta gubernativa provisional, 147, 171-172 junta preparatoria, 49-50, 57n junta provisional de gobierno, véase Monterrey, junta gubernativa provisional, junta provincial gubernativa, 56n provincia; Junta Provisional Gu­bernativa, 146, 147n reunión, 205n sede de la Diputación Provincial de las Provincias Internas de Oriente, 59 Monterrey, Saltillo y Monclova; acuerdos, 176 Montoya, José María, 92n, 95 Mora, Ignacio de; diputado propietario a las Cortes de España por la provincia de Puebla, 92 Mora, José María Luis, 29, 177n, 181, 309 Morán, José María, marqués de Vivanco, 166n, 264 bando, a los habitantes de la provincia de Puebla, 165 proclama, 165 comandante en jefe del ejército de liberación, 213 Morelos, José María, 28, 67 y n Moreno Guerra, José, 95 Moreno, José Demetrio, 180n Moreno, Pablo, 84n, 169n, 239n, 241n, 319, 332 Mújica, Gregorio, 89n Muñoz, Miguel, 192 Murguía, José Celedonio de, 128n 384 índice onomástico y analítico Muro, Manuel, 84n, 168n, 216n, 273n, 294n Múzquiz, Melchor, 192, 200, 204, 254 y n Múzquiz, Ramón, 150 Nación del Anáhuac, 230 Nación española; divisiones, 41 Nación mexicana, 182, 230, 278 Napoleón, 21, 25, 75 Navarrete, Ignacio, 232n, 323 Navarro García, Luis, 22n, 24n Navarro, José Antonio, 176n Navarro, Juan; jefe político de Nueva Vizcaya, 169 y n, 318 Nayarit, 226 Negrete, Pedro Celestino, 179, 185, 188, 194, 210, 243 y n-244 y n Nelson, George E., y Mary B. Nelson, 290n Nieves, 242 Noriega, Domingo; enviado de Agustín de Iturbide, 116 Noticioso General, periódico, 117, 120, 154, 309 Novella, Francisco, 104-105, 115120 capitulación, 120n junta, 118-120 mensajeros, 116, 118 reconocimiento oficial de Juan O’Donojú, 120 Novella, Francisco, y Juan O’Do­ nojú; entrevista, 118-120 Nueva España, 21, 26, 36, 41, 5354, 61, 63, 78, 90-91, 94, 98, 105, 108, 112-113, 120, 123, 132 385 autorización de diputaciones provinciales para, 41 bando de Juan O’Donojú a los habitantes; véase Juan O’Donojú capital, véase México, ciudad creación del sistema de intendencias en la, 22, 24 cuerpos electorales provinciales, 128n decreto que le concedía solamente una diputación provincial, 88 diputación provincial, 51, 62, 64-67, 69-70, 74, 78, 80n, 81, 83, 88, 97 y n, 100-105, 112, 115, 118 y n-119, 122, 129-130, 303, 307 composición, 69, 78 constitución oficial, 52n diputados, 13, 88, 115, 129 elecciones, 61, 80, 97 elecciones de diputados a la, 80-81, 130 establecimiento, 69 instalación, 83 jurisdicción, 62, 69, 80, 101n, 103-104 miembros, 66, 69, 122, 125 miembros con voto, 78 reinstalación, 78 restauración, 300 sesiones, 39-40, 69-70, 78, 80, 100-101, 105 diputados, 88 división en reinos o provincias, 21, 104, 111, 129 divisiones electorales, 81, 128n Nettie Lee Benson elecciones en los concejos municipales de las capitales de las provincias o intendencias, 26-27 elecciones, diputados a las Cortes de España y a la dipu­ tación provincial, 26, 132 instrucciones para las elecciones, 27, 57, 61 y n, 80-81, 127-129, 295 intendencia, 93 junta preparatoria electoral, 52, 81, 88, 129 bando, 81 convocación, 81 instrucciones relativas a las primeras elecciones, 129 jurisdicción, 81 ley del 27 de noviembre de 1809, 132 límites norteños, 86 partido, 26 provincia, elecciones, 61 junta electoral, 61, 280 provincias, 52-53, 61, 90, 105 provincias o intendencias, 27, 52 provincias, división en distritos, 26 reino, 21, 87n, 93, 121 artículo 1° de las Reales or­ denanzas para el esta­ ble­ cimiento e instrucción de intendentes de exército y provincia en, 87n restauración de las diputaciones provinciales, 82 solicitud de Oaxaca de diputaciones provinciales adicionales, 91 territorio, 18, 21 virreinato, 16-18, 22, 26, 104, 111 virrey, 21-22, 24-25, 27, 42n, 44, 46-47, 52, 55-56, 75, 78, 111, 118-119, 122 Nueva Extremadura; provincia, 21 Nueva Galicia, 41, 52-53, 80, 168, 226, 243, 258, 268n; véase también Guadalajara diputación provincial, 41, 5355, 243, 302, 306, 312; véa­se también Guadalajara, diputación provincial discusión de medidas para pro­clamar la república federada, 222 elecciones, convocación, 55, 83 esfuerzos por el establecimiento de un gobierno federal, 222 instalación, 55n, 73, 83 manifiesto, 222, 229 restablecimiento, 80 Gobierno político superior, 224n intendencia, 226 junta preparatoria electoral, 49, 53-54 y n, 82 planes, 242 provincia, 21, 24, 42n, 54, 166, 221-222, 242, 248-249 386 índice onomástico y analítico Congreso provincial, propo­ sición de establecimiento, 221 elecciones, 54 gobierno estatal, establecimiento, 221 plan de separación de todas las provincias de América, 253 y n provincia o intendencia, 75 provincia o intendencia, cambios de intendente, 75 publicación de los decretos del 23 de mayo de 1812, 53 reino, 74 Nueva Granada, 108 virreinato, 26, 111 Nueva Jersey, 222 Nueva Vizcaya, 21, 49, 75, 139, 169 diputación provincial, composición, 85, 134 creación, 49 elecciones, diputados provinciales, 60, 85, 129, 139 intendencia, elecciones, diputados a la Diputación Provincial de las Provincias Internas de Occidente, 60, 73, 135, 318 provincia, 49, 60, 139 provincias, división, 85 Nueva York, 222 Nuevo León y Texas; Junta Gubernativa Provincial, 56 Nuevo León, 21, 49, 52, 57-59, 141, 143, 146, 258, 301, 305306 387 asignación de distritos electorales a, 57 diputación provincial, 73, 134, 148, 204, 290, 297 elecciones, diputados, 146, 150, 282 instalación, 151, 204n estado, 56, 290, 294, 297; convocatoria a la legislatura estatal, 297 legislatura estatal, instalación, 297, 299 junta, 252 Junta Gubernativa Provisional, 56n, 147, 171-174 Junta provincial, 172 obtención de la calidad de estado, 294 parte del Estado Interno de Oriente, junto con Coahuila y Texas, 290, 294, 296297 propuesta de Servando Teresa de Mier para convertirlo en estado, 148 provincia, 22, 25, 28, 36, 41, 56-57, 84n, 138n, 141, 151, 174, 263 elecciones, diputados a la Diputación Provincial de las Provincias Internas de Oriente, 150 pronunciamiento en favor de la república federal, 258-259 retiro del gobierno central, 263 provincia o intendencia, 74 Nettie Lee Benson representación de Texas, 58 Nuevo León, Coahuila y Texas diputación provincial, 74, 204 instrucciones a sus diputados, 146 instalación, 134, 204n estado, 294 Nuevo México, 294, 298 declarado territorio, 22 diputación provincial, 133, 181n, 313, 318, 325 elecciones, diputados, 60, 140, 282 establecimiento, 134-135 felicitaciones al Congreso, 134 legalización, 140, 151 petición al Congreso de libertad de comercio entre esa provincia y Estados Unidos, 134 elecciones, 28 elecciones, diputados, 85 parte integral de la Diputación Provincial de Nueva Vizcaya, 134 provincia, 25, 60, 74, 138, 290, 308; elecciones, diputados a la Diputación Provincial de las Provincias Internas de Occidente, 60 y n, 135 territorio, 22 Nuevo Mundo; territorios españoles, 21, 110 Nuevo Reino (o Reyno) de León, véase Nuevo León Nuevo Reino de Granada, 35, 41n Nuevo Santander (ya con el nombre de Tamaulipas); obtención de la calidad de estado, 294 Nuevo Santander, 22, 36, 52, 57, 314, 326 asignación de distritos electorales a, 57 cambio de nombre por el de Tamaulipas, 21, 294n diputación provincial, aprobación del dictamen de su reconocimiento, 41 elecciones, diputados, 5758, 74, 84n-85n, 130, 142-143 y n, 282 establecimiento, 132, 134; miembros, 146, 175n solicitud al congreso de su legalización, 130, 145 voto en favor de la república federal, 252, 258, 260 petición de reconocimiento de sus diputados, 142-143 primera provincia en separarse de las Provincias Internas de Oriente, 141 provincia, 290 elecciones, diputados a la Diputación Provincial de las Provincias Inter­ nas de Oriente, 301, 305-306 rebelión, 156 Suprema Junta Gubernativa, 175 provincia o intendencia, 22, 25, 28, 138, 151 388 índice onomástico y analítico revuelta, 156, 160 Núñez de Esquivel, Melchor, 56 Núñez de Torre, José María, 84, 308 O’Donojú, Juan, 94-95, 113-123 bando a los habitantes de Nueva España, 121 capitán general y, después, jefe político de la Nueva España, 105, 107 entrada en la ciudad de México, 122 y n jurisdicción como jefe político, 105 nombramiento como capitán general y jefe político superior de Nueva España, 46 y n, 112, 121, 123 primera proclama, a los habitantes de la Nueva España, 113 reconocimiento oficial como capitán general y jefe político de la Nueva España, 117 segunda proclama, a los militares y habitantes de Veracruz, 113 O’Donojú, Juan, y Francisco NoveIla; entrevista, 118-120 O’Gorman, Edmundo, 207n-208n Oajaca, véase Oaxaca Oaxaca, 52, 69, 75, 81, 84n, 93, 100, 128n, 233 y ss, 247 amnistía a, 248n ayuntamiento, 165, 234 bando, 237n 389 ciudad, 233-234; entrada de Nicolás Bravo, 165 y n conversión en estado federal, 233 congreso; decreto, 237n desconfianza hacia el gobierno central, 210 diputación provincial, 89, 91, 94, 200, 233-234 comisionados a la reunión de Puebla, 200, 205n, 210 restablecimiento, 234 separación, 234-235 elecciones, diputados provinciales, 64-65, 81, 129 estado libre, Congreso, instalación, 233-234, 236-237 y n proclamación, 237n estado, 234 Congreso provincial, 235236, 237 y n convocatoria a elecciones, 235-237 y n Junta Provincial Gubernati­ va, 237; supresión, 237 intendencia, 61n, 93, 205, 237n elección de diputados a la Diputación Provincial de la Nueva España, 129 Junta Gubernativa Provisional, 233; disolución, 234 Junta Superior Gubernativa, 235 y n, 236 obtención de la calidad de estado, 237 Nettie Lee Benson organización del gobierno provincial independiente, 210 proclama de independencia, 234, 236n provincia, 63, 74, 126, 129, 138n, 151, 210, 221, 233, 235-236 bases con que se emancipó, 236n declaración de independen­ cia, 210, 236n declaración en favor de una república confederada, 253 elecciones, 64 elecciones, diputados, 62 en dominio de los insurgentes, 63-65 Junta Gubernativa Provisional, 233 plan de gobierno, 235 proyecto para establecer un gobierno provisional o Junta Superior Gubernativa, 235 retiro del gobierno central, 263 provincia de la Nueva España, 24, 61 provincia o intendencia, 27, 41 solicitud de diputaciones provinciales adicionales en la Nueva España, 91 obispado de Linares; sede, 141 Ochoa, Anastasio, 205n, 214 Ochoa, Gaspar de; comandante militar de Nueva Vizcaya, 169 Ochoa, José Ignacio, 140, 322 Ochoa, Simón de, 169n, 318 Olagaray, Roberto, 113n-120n, 122n Olaguíbel, Hilario de, 88n, 327 Olavarría y Ferrara (o Ferrari), Enrique, 158, 161n, 178n Oller (Oyer), José María, 100, 315 Orantes, José Vicente, 187 Orilla, Lorenzo, 97 Orive y Novales, Manuel de, 242n Ortega, Lorenzo, 135, 317 Ortega, Simón, 239 Ortiz de Zárate, Manuel, 84n, 328 Ortiz, Antonio, 140, 325 Ortiz, Francisco, 53, 304 Ortiz, Jesús Francisco, 140 Ortiz, José María, 184n Ortiz, Juan Rafael, 133, 140, 313, 325 Ortiz, Juan, 60 Ortiz, Matías, 140 Osores, Félix de, 214, 262 Osuna, Manuel Saturnino, 285 Otero, Pedro, 251, 264 comandante general de Guanajuato, 213, 273 Oteyza, Joaquín de; comisionado de Querétaro, 276, 328 Ovando, José María, 88n, 100 Pacheco, Manuel, 53, 304 Pacheco, Miguel, 54n Padilla; secretario de Gaspar López, 145; pueblo, 36 palacio virreinal de la ciudad de México, 122 Palenque; ayuntamiento, 73 Palou, Joaquín, 172n Paniagua, Flavio Antonio, 72n Pardo, hacienda, 269 Paredes y Serna, Pedro, 175n 390 índice onomástico y analítico Paredo, Juan, 243 Parras y Ballesteros, José María, 204n, 205n Parras, Coahuila, 256 partido de la capital, 51 partidos de las provincias, 34; demarcación, 50; facultades en la elección de miembros de la diputación provincial, 34, 51 Paso del Norte y Río Florido; territorio entre, 138-139 Paso del Norte, 60 Pastor Morales, Juan José, 97-98, 100, 115, 307, 325, 328 apoyo al movimiento de Agustín de Iturbide, 98 diputado por Michoacán a la Diputación Provincial de la Nueva España, 84n Paúl, Felipe Fermín de, 107 Paula Villegas, José María, 53 Paz, Pedro Pablo de, 169n, 319 Peña, Ignacio, 175n, 314, 326 Peña, Juan Nepomuceno de la, 204n, 205n Peña, Mariano de la, 140, 325 Pensilvania, 222 Perea, Pedro Jesús, 140, 325 Pereira, Gaspar, 140, 323 Pérez de Castro, Evaristo, 35 Pérez Gavilán, Miguel, 170n, 318 Pérez Marañón, Fernando, 72n, 75, 308 Pérez Salazar, Manuel, 89n Pérez Soto, Andrés, 84n, 308 Pérez Verdía, Luis, 166n, 226n Pérez, Raymundo, 239 Perote, 52, 185 Perú, 41n, 108; virreinato, 26, 111 Pesquería, 173 Pi y Arsuaga, Francisco, 77n Pi y Margall, Francisco, 77n Pilón, Cerralvo y Saltillo; pronunciamientos, 258; pueblo, 258 Pino, Juan Bautista, 140 Pino, Juan Estevan, 133, 313 Pino, Pedro Bautista, 140, 325 Pinos, 242 Pinto, José Joaquín, 53, 304 Plan de Casa Mata, 137, 147, 163165, 169, 177, 178n, 181-182, 184-185, 191, 193-194, 199, 206, 219, 249, 282-283, 300 adhesión al, 13, 156n, 173, 181, 224n, 251 anuncio en México de la adhesión de Puebla, 180-181 de Chiapas, 181n de la Diputación Provincial, el ayuntamiento, el clero y demás funcionarios públicos de Durango, 170n de la Diputación Provincial, el ayuntamiento y la guarnición de San Luis Potosí, 168 de la Diputación Provincial de Guadalajara, 168 de la Diputación Provincial de Oaxaca, 233 de la Diputación Provincial de Puebla, 166, 180 de la Diputación Provincial de Yucatán, 169, 238 391 Nettie Lee Benson de la provincia de Guanajuato, 191 de la provincia de Nueva Galicia, 166 de las Provincias Internas de Occidente, 216 de las Provincias Internas de Oriente, 216, 254 de las Provincias Internas de Oriente, con excepción de Texas, 175 de los cuerpos oficiales de Zacatecas, 167-168 de los oficiales del ejército de Zacatecas y Querétaro, 167 de Monterrey, 171-172 de Nueva Galicia, 168 de Nuevo Santander, 175 de Oaxaca, 233 de Querétaro, 167 de Saltillo, 171n, 172, 175 yn de San Antonio, 176 de Tabasco, 175 de Valladolid, 169, 265 del ayuntamiento de Texas, 176 del ayuntamiento de Veracruz, 163 de la Diputación Provincial de México, 176 promesa de Antonio López de Santa Anna y sus oficiales, 163 resultado, 182 ambigüedad, 184 artículo 2, 188-189 y n modificación, 178 reforma al artículo 5, 164n, 169 artículo 10, 168 campaña en favor del, 168 confusión con el Plan de Veracruz, 161 y n firma, 162 impresión en el Diario de Veracruz de una versión, 178 imprevisión de un gobierno nacional, 182 jefes, 184 modificaciones, 163, 171n, 175n movimiento en pro, 170 oposición a su reforma, 193 original, 163n, 164 y n partidarios, 167 previsión para la convocatoria de un nuevo Congreso constituyente, 137 principios y origen, 163 promulgación en la ciudad de México, 146 unificación de las Provincias Internas de Oriente en pro, 170 versión adoptada por Monterrey, 204 versión proclamada en Chilapa, 170n; véase también Bustamante, Carlos María de Plan de Iguala, 114-115, 122, 161, 197, 228, 284, 300; junta guvernativa (gubernativa) a que se refiere, 115n, 125n Plan de República Federativa, 208 y n, 218, 219n, 230 392 índice onomástico y analítico Plan de Santa Anna; reconocimiento, 178 Plan de Veracruz, 161 adopción, 161-162 confusión con el Plan de Casa Mata, 161 y n expedición, 161 proclamación, 170n Plata, La, 111 Poder Ejecutivo, 115, 161, 196, 227-228, 243, 257, 259 inexistencia, 197-198 miembros, 210 Ponce de León, José M., 299n Porras, Salvador, 135-136 Portillo, José M., 186 Portugal, Juan Cayetano, 128n, 205n, 208n, 232n, 245, 312 Prado, Ignacio, 135, 317 Prado, Mariano del, 140, 322 Presas, José, 107n, 112n Priestley, Herbert Ingram, 290n Primo de Rivera, Mariano, 125 provincia peninsular, 41 provincias de América, 47 plan de separación de la provincia de Nueva Galicia, 253n; véase Nueva Galicia provincias de España (antes reinos o intendencias), 21, 42, 82, 89 provincias de México, 151, 198, 251, 283; autonomía, 47 provincias de ultramar, 40, 43 financiamiento de obras públicas, 42 gobierno, 35 instrucción para las elecciones de diputados de Cortes, artículos I y II, 49, 52n, 61n nombradas de un modo ex­ preso en el artículo 10 del Proyecto de Constitución, 41 provincias e intendencias reconocimiento como parte de la nación española en la América Septentrional, 74 vuelta al poder de los intendentes y gobernadores militares, 75 Provincias Internas de Occidente, 41, 49, 74, 87, 136 autorización de la diputación provincial para las, 41 comandancia, 295 Comandancia general, véase Co­ mandancia General de las Provincias Internas de Occidente comandante general, transferencia de la sede, 87 diputación provincial, 41, 83, 126, 304, 308, 318 composición, 60 instalación, 83 jurisdicción, 135 restablecimiento, 80 diputados, 60n, 138 elección de diputados a las Cortes y a la diputación provincial, 83 gobierno, 148 junta preparatoria, 49 Provincias Internas de Oriente, 17, 36, 38, 41, 47, 52, 57, 61n, 74, 393 Nettie Lee Benson 80, 87, 141, 145, 173, 175, 183, 216 y n, 254, 256, 292, 297 comandancia, 295 Comandancia general, véase Comandancia general de las Provincias Internas de Oriente comisionados, 254n Congreso provincial, convocatoria, 258 declaración en favor de una república confederada, 253 deseo de formar una federación con México, 252 deseo de ser un estado confederado soberano de la República Mexicana, 252, 256 desmembramiento, 147 diputación provincial, 41, 56 y n, 59 y n, 83, 87, 126, 143, 146-147, 170, 301, 305, 311 diputados, 129 elecciones, diputados, 128n130, 305 establecimiento, 141, 261, 290 instalación, 58, 73, 83 jefe político, nombramiento, 256, 258 y n, 260 restablecimiento, 80 tercera establecida dentro de los límites de México, 56 elecciones, diputados, 58, 80-83 establecimiento de una diputación provincial en cada una, 148, 261 gobierno provincial o estatal, establecimiento, 261 intendencia, ley para su establecimiento, 141 junta gubernativa provincial, 56 junta legislativa, 259 junta preparatoria electoral, 49, 81 junta provisional gubernativa, 254 Junta superior, 38 Junta Suprema, 254 creación, 254 plan de constitución, 260n poder ejecutivo, 259 promoción de la creación de un estado federal centralizado, 148 reconocimiento del Congreso en funciones, 262 reconocimiento del Supremo Poder Ejecutivo como gobierno provisional, 205 suprema junta general guberna­ tiva; establecimiento, 260n Provincias Internas del Norte; comandancia, 295 provincias Internas, 22, 24, 26, 216, 283, 295 Comandancia general, véase Comandancia general de las provincias Internas comisión especial encargada de sus asuntos, 33, 137 diputaciones provinciales, establecimiento, 31, 290 división, 22, 292 394 índice onomástico y analítico provincias militares, 25 provincias precursoras en el establecimiento de gobiernos estatales, declaración de independencia, 221, 249 Provincias Unidas de América del Centro, 300 provincias y municipios; gobierno interno, 39 provincias autoridades, 239; conversión en intendencias, 21-22; for­ ma de gobierno, 278; gobierno económico y político, 104 independencia política, 39, 47 nueva división en ultramar, 51 Proyecto de plan interino de arreglo y organización, 33 Puchet, José María, 93n Puebla de los Ángeles, 88n, 315, 327; véase también Puebla ayuntamiento, 88 estado, 290 provincia, 68n, 303n junta electoral, 68n, 91n Representación, 88n, 89, 90-91 Puebla, 52, 68-69, 93, 98, 114, 116, 118, 154, 165, 170n, 178, 180, 183-184, 186, 193-194, 200, 298; véase también Puebla de los Ángeles ayuntamiento, 88-91, 112, 166 aceptación oficial de Agustín de Iturbide, 100 solicitud de autorización a Agustín de Iturbide 395 para el establecimiento de la diputación provincial, 100, 130 declaración de inconstitucionalidad del decreto del 23 de mayo, 88, 90 diputación provincial, 88 y n, 92, 94, 98, 100, 130, 151, 167, 176, 180, 206, 315, 327 comunicaciones, 181 creación, 126 elecciones, diputados, 52n, 64, 81, 84n, 129, 282 establecimiento, 100 instalación, 100 Representación al Congreso, 91, 206n estado, legislatura estatal, elecciones, 290, 292-294 legislatura estatal, instalación, 294, 297 intendencia, 61n, 74, 78, 81, 89, 129 elección de diputados a la Diputación Provincial de la Nueva España, 62, 65, 69, 81 separación de Tlaxcala, 129 junta, 191n, 193n, 195n, 196, 204 manifiesto, desconocimien­ to al Congreso recién reinstalado, 193 juntas, 194, 195n memoria a las Cortes de España, 91 obtención de la calidad de estado, 292-294 Nettie Lee Benson propuestas, 183 provincia, 24, 27, 61-62, 6465, 89, 91, 98, 100, 126, 129, 138n, 165, 182, 303, 307 elecciones parroquiales, 65 elecciones provinciales, 27 elección de diputado a la Diputación Provincial de la Ciudad de México, 62, 91 junta preparatoria electoral, 91 provincia o intendencia, 41, 75 representante ante la Diputación Provincial de la Nueva España, 65-66 comisionados, 211 solicitud de revocación del decreto del 23 de mayo, 88, 90 Puente, El, 164 y n, 185 representantes de los cuerpos en, 186 Puerto Rico; Capitanía General independiente, 26 Puich, José, 135, 317 Querétaro, 64, 68, 69n, 84, 100, 133, 167, 183, 205, 210, 214, 218, 262-264, 271, 273, 275n acuerdos, 263 ayuntamiento, 214 y n, 215 ciudad, 24, 214 corregimiento, 61n, 132 creación como provincia de la Nueva España, 132 desaprobación del informe de la Comisión de Convocatoria y del voto particular de Carlos María Bustamante, 214 desmembramiento de la intendencia de México, 132 diputación provincial, 41, 89, 133, 151, 183, 200, 213214, 261-265, 276, 309, 328 establecimiento, 132-133 exposición al Supremo Exe­cutivo, 264n informe al gobierno central, 276 manifiesto, 167n petición a la Comisión cons­ titucional para su establecimiento, 132-133 reclamación de integración de un nuevo Congreso, 205, 214 reconocimiento limitado del Congreso, 205 elecciones, omisión en el decreto para llevar a cabo las de noviembre de 1821, 132 estado, 293-294 legislatura estatal, instalación, 297 obtención de la calidad de estado, 290, 292 provincia comisionados, 276 elecciones, diputados a la Diputación Provincial de la Nueva España, 81, 282 396 índice onomástico y analítico elecciones, 28 elecciones, representantes a la Diputación Provincial de la Nueva España, 65 jefe político, 214n junta electoral, 65n provincia de la Nueva España, 132 provincia o intendencia, 26, 6162, 65, 78, 81, 129, 138n, 182-183, 195n, 213, 292, 303, 307, 309, 317, 318 recepción del decreto de convocatoria al nuevo Congreso, 263 reunión, 183-184 Quevedo, José de, 67n, 303n Quiñones, José María, 241n, 332 Quintanar, Luis, 133, 226, 229, 232 y n, 248, 251, 309 bando, 231 y n-232 jefe político de Nueva Galicia, 166 y n, 208n, 222 y n, 224 declaración, 222 manifiesto, 229, 245 proclama, 224 y n, 228, 233n representante de Querétaro ante la Diputación Provincial de México, 133 Quiroga, Antonio, y Rafael del Riego; insurrección, 77 Quito, 41n Ramírez, José Miguel, 232n Ramírez, Pedro, 243, 333 Ramos Arizpe, José Miguel, 36, 47, 56n, 82, 85-88, 91-94, 107397 108, 141, 146-148, 162-163, 170-174, 204 y n, 252-258, 261, 285-286, 292, 295n Acta Constitucional, 286 y n, 287n, 288-290n, 292 analogías entre su borrador, el de Austin y la Constitución española de 1812, 287 y n, 288n artículo 5°, aprobación, 292 y n artículo VII (7°), discusión, 290n, 292 estados de la federación incluidos, 289-290 proyecto, 287n presentación al Congreso, 286 descripción de las Provincias Internas de Oriente, 38 diputado de las Provincias Internas de Oriente, incorporación a las Cortes de España, 36 memoria dirigida a las Cortes de España, 17, 38 plan, 288 presidente de la comisión de re­dacción del proyecto de Constitución, 286 proposición para el establecimiento de una junta superior en Saltillo y juntas subalternas, 254-255 proposición para el establecimiento y composición de una junta superior ejecutiva de las Provincias Inter- Nettie Lee Benson nas de Oriente, 254 representante de la provincia de Coahuila ante el nuevo Congreso constituyente de México, 285 Ramos Arizpe, José Miguel, y José Mariano Michelena; iniciativa a las Cortes de España, Ramos Arizpe, José Miguel, y Stephen F. Austin; encuentro, 252253n, 286-287 Ramos y Valdés, Rafael, 172 Ramos, Demetrio, 111n Ramos, Felipe, 169n, 318 Ramos, Jesús, 255 Rayas, marqués de San Juan de, 84n, 127, 179, 308, 312 Rayón, Ignacio, 269 Read, Benjamin M., 133n Real de Álamos, 60 y n Real de los Pozos, 271 Real de San Sebastián, 226 Reales ordenanzas para el establecimiento e instrucción de intendentes de exército y provincia en el reino de la Nueva España; artículo 1°, 87n Rees Jones, Ricardo, 75 y n Regencia, 27, 49-50 composición, 27 decretos; convocatoria para las elecciones a las Cortes de España, 27 del 18 de noviembre de 1821, 128, 132 instrucciones completas para la elección de miembros del nuevo Congreso, 128 Regil, Pedro Manuel de, 84n, 240n, 332 régimen federal; partidarios de su establecimiento en México, 199 Reglamento de Provincias, 36, 38 publicación, 33, 36 Reino de España, 25; véase España reinos españoles, 21 Rejón, Manuel Crescencio, 135n, 241n, 274; propuesta para la creación de la provincia de Tabasco, 134-135 religión católica apostólica romana, 171n, 227, 266n Rendón, Francisco, 75 república centralista, 253, 279 república confederada, 255, 257 declaración de algunas provincias en pro, 253 república federal, 230, 233-234, 241 y n, 253n, 259-261, 264265, 274, 279 Bases, acuerdo del Congreso para su impresión y distribución, 218, 219n establecimiento en México, 29, 214-215, 266, 276, 280, 287 establecimiento inevitable en México, 262 idea que circulaba en todo el país, 262, 275 y n, 288 partidarios, 148, 256, 277 principios, 277 proyectos, 287 sistema, 262, 278, 280, 288 tendencia a su creación, 253, 256, 275 398 índice onomástico y analítico trabajo en pro de su establecimiento, 263 república federativa, 258; Bases, 208 y n; proyecto de bases, 219n República Mexicana, 72, 299; deseo de las Provincias Internas de Oriente de ser un estado confederado soberano de la, 252 partes integrantes, 292 Requena (o Requeña), Tomás, 218, 268n rey de España, 24, 111 reyes de España, 25 Reyes, Francisco Antonio de los; comisionado de Gabriel de Armijo, 269 Reyes, Rodolfo, 290n Riego, Rafael del, y Antonio Quiroga; insurrección, 77 Riesgo, Juan Miguel, 135-136 y n Riestra, Rafael Dionisio, 54, 83n, 302, 306 Rincón, José Antonio; jefe político de Tabasco, 135, 175, 317 Rinconada, 173 y n Río Florido, 138-139 Río, José Ignacio del, 97, 211n Ríos, Vicente, 232n, 323 Riva Palacio, Vicente, 16, 44n, 107n, 158n Rivas, Ignacio, 53, 304 Rivas, Juan Nepomuceno, 240n, 332 Rivera, Manuel, 180n Robertson, William Spence, 100n, 107n, 115n, 121n-122n Robles Domínguez, Mariano; diputado por Chiapas a las Cortes de España, 73; proposición para establecer en Ciudad Real la Diputación Provincial de Chiapas, 73 Robles, Alessio, 299n Robles, José Vicente, 100 Robles, Juan Crisóstomo, 285 Robles, Mariano Nicolás, 179-180n Rocafuerte, Vicente, 154, 156n Rodríguez Gómez, José Antonio, 85n, 146, 147n, 171n, 205n, 261n, 305 Rodríguez Pontón, Tomás, 68 Rodríguez, Mariano, 150, 330 Rodríguez, Mario, 73n, 302n Roel, Santiago, 56n, 299n Rojas, Mariano, 285 Román, Juan José, 242n, 245, 249n, 319, 333 Romero, Juan José, 232n Romero, Matías, 126n-127n, 284n Rosa, Pedro de la, 165n-166n Rosales, Manuel, 170n Rubí, Manuel, 133, 313 Ruiz de Aguirre, Joseph, 72n Ruiz de Apodaca, Juan, conde del Venadito, 75, 78, 97, 104, 112, 114, 117, 119 anulación de permisos para viajar a España, 103 capitán general y jefe político de Nueva España, 47, 78, 80, 101, 307 convocatoria a la junta preparatoria electoral de la Nueva España, 81, 97n 399 Nettie Lee Benson informe sobre la revuelta de Agustín de Iturbide, 102, 107 movilización de los hombres entre 16 y 50 años, 103 suspensión de la libertad de prensa, 102-103 sustitución del título de virrey, 47 sustitución por Juan O’Donojú, 94, 105 Ruiz de Cabañas, Juan Cruz, obispo de Guadalajara, 54n rusos; establecimiento de colonias navales, 86 Ruz, José María, 53, 304, 310 Sabatina Universal, 154 y n Sada y Ortiz, Santiago, 140 Sada, Fermín de, 85n, 305 Salamanca, villa, 62 Salas Valdez, José Miguel, 140, 322 Salcedo, Nemesio; comandante general de la Nueva España, jurisdicción, 28 Saldaña, José Antonio de, 167-168 Salinas, José, 150, 330 Saltillo, 142, 170n, 172-176, 205n, 252, 257-258, 322 ayuntamiento, 142, 173, 253n, 255-257 petición para establecer en Saltillo la capital de la Diputación Provincial de las Provincias Internas de Oriente, 56n, 141-142 ciudad, 36, 255 principal de Coahuila, 141 propuesta, 141 intendencia, 141, 295 y n jurisdicción, 87n junta, 36, 172 y n partido del, 255n proposiciones, 259 propuesta como sede de la Diputación Provincial de las Provincias Internas de Oriente, 141-142, 259 reunión de José Miguel Ramos Arizpe y Stephen F. Austin, 286 y n-287 y n villa; acta, 258n Saltillo, Pilón y Cerralvo; pronunciamientos, 258 Salvatierra, ciudad, 61 San Antonio, 175-176, 330 San Blas, 226 San Carlos, ciudad, 146, 260n, 261n, 314, 326 San Esteban de Tlaxcala, 257, ayuntamiento, 256 San Fernando de Béjar; véase Béxar San Francisco, 86 San Juan de Rayas, marqués de; véase Rayas, marqués de San Juan de Ulúa, 82n, 113; castillo, 113 San Juan del Río, 195n; partido, 61; composición, 61 San Luis Potosí y Guanajuato, provincias; autorizadas para establecer una Diputación Provincial en San Luis Potosí, 41, 70 San Luis Potosí, 75, 215-216n, 218, 243n, 265, 268-277 acta, 168n 400 índice onomástico y analítico autoridades, 268 autorización de la diputación provincial para, 41, 151 ayuntamiento, 218n, 273, 276 ciudad, 24, 270, 273 y n cuartel general de algunas intendencias de las Provincias Internas, 24 residente, 267 comisionados, 265, 276 conversión en intendencia, diputación provincial, 41n, 46, 51, 62, 70, 73, 80, 82-86, 126, 168, 183, 200, 215, 269n, 282, 303, 307, 315, 328 comisionados a la junta de Puebla, 210, 214, 218, 263, 265, 276 elecciones de diputados a la, 62, 72, 128n, 129 establecimiento de una república federal, 215, huida, 273 y n jurisdicción, 88 resoluciones, 273, 276 restablecimiento, 80 traspaso de la intendencia de Zacatecas a su jurisdicción, 83, 86, 88 elección de diputados a las Cor­tes de España y a su diputación provincial, 61 y n estado, legislatura estatal, elecciones, 290, 292, 294 legislatura estatal, instalación, 293, 297 intendencia, 24 elecciones de diputados a la Diputación Provincial de San Luis Potosí, 62, 82, 84n obtención de la calidad de estado, 294 provincia comisionados, 205n junta preparatoria, 72n provincia o intendencia, 27, 41, 44, 61-62, 64, 70, 72, 81, 85, 129, 138n, 183, 205, 244, 265 Voto de la provincia de..., 215 San Martín, José, 145 San Miguel de Mesquitic, 273 San Miguel el Grande guarnición, 263 pronunciamiento en favor de una república federal, 262 San Nicolás de la Capellanía, 36, 170n, 172-173 ayuntamiento, 255 y n Sánchez Álvarez, Mateo, 60 Sánchez de Barquera, Juan María Wenceslao, 84n Sánchez de Tagle, Francisco Manuel, 115-116, 122, 194, 196197, 200-201, 211n Sánchez Leñero, Alfonso, 83n, 306 Sánchez Navarro, José Melchor, 58, 59n, 128n, 150, 301, 306, 322 Sánchez, Pedro de, 98n Sánchez, Prisciliano, diputado por Guadalajara, 205n, 218, 232n, 247, 323 401 Nettie Lee Benson Sandaneta, José Mariano, marqués de Rayas, 127; véase Rayas, marqués de San Juan de Sandoval, Miguel, 67n, 303n Sanromán, Urbano, 208n, 228n, 232n Santa Anna, Antonio López de, 160-164, 177n, 185, 216 y n, 218n, 265-277 comandante imperial, 160 expedición del Plan de Veracruz, 161 informe al Congreso restaurado y al Supremo Poder Ejecutivo, 274 manifiesto de adhesión a la república federal, 266 Manifiesto... a sus conciudadanos, 160n, 275n plan, 163, 170n, , 178 proclama, 160 y n, 161 promesa de adhesión al Plan de Casa Mata, 163 pronunciamiento, 263 protector de la federación de las provincias, 266 Protector de la libertad mexicana, 266n tropas, 266, 268, 271, 273n Santa Anna, y Gabriel de Armijo; conferencia, 269 Santa Catarina, 173 Santa Cruz, José Mariano, 100 Santa Fe, 60, 133, 313, 325 ayuntamiento, petición para el establecimiento legal de la Diputación Provincial de Nuevo México, 108, 134 Santa María Comitán; véase Co­ mitán Santa María del Oro, 226 Santa María Mealco, 61 Santa María, Miguel, 161 Santa Rosa, conde de, 54 Saucedo, José Antonio, 150-151, 176n, 330 Sayula, 226 Seaco Serrano, Carlos, 111n secretario de asuntos ultramarinos, 86, 93 secretario de Estado, 158, 176n secretario de ultramar, 92 Seguín, Erasmo, 176n Semanario Político y Literario de la ciudad de México, 97n Seminario Palafoxiano de Puebla, 66n Semper, José María, 84n, 308 Sentispac, 226 Septién, José María, 84n, 308 Septién, Miguel, 213n Serra Rojas, Andrés, 290n Serra, Antonio, 135, 317 Severo, Juan Francisco, 84n Sevilla, 17, 25-26 y n, 27 Sherman, William J., 31, 290n Sierra, José Manuel de la, 78 Sinaloa y Sonora, 22, 41, 86, 134135, 138n, 151, 282, 290 aprobación de su separación, 139 diputación provincial, 139 obtención de una diputación provincial con capital en Arizpe, 135 provincia, elecciones, 60 402 índice onomástico y analítico provincias; división; véase ley electoral elecciones, diputados a la Diputación Provincial de las Provincias Internas de Occidente, 60n Sinaloa, 75, 86, 140 diputación provincial, elecciones de diputados, 41, 60, 128n, 129, 135-136, 140, 181n, 282, 290, 329 establecimiento, 88, 134 provincia, 22, 25, 83, 85n, 87 y n, 126, 135, 138, 151, 290, 292, 294; elecciones, diputados, 28 provincia o intendencia, 24, 74 sistema de gobierno federativo, 230 sistema de intendencias, 24, 90, 93; creación, 22, 24 sistema español para la elección de diputados, 189 sistema federado de gobierno; ventajas, 224 sistema federal de gobierno, 19, 236; promulgación, 244 sistema federal, 11, 13-14, 19, 235237, 239, 244, 246, 259, 262, 278, 280 sistema monárquico constitucional moderado, 114 sistema republicano federal de go­ bierno; creación y establecimiento, 31 Soberana Junta Gubernativa Provisional, 188 decreto electoral del 16 de no- viembre de 1821, artículo 11, 206n Sobrevilla, Andrés, 150, 326 Soconusco; partido, 72 Solórzano, Pedro José de, 126-127 y n, 305 Sombrerete, 242 Sonora y Sinaloa, 22, 75, 83, 86-87, 136, 294 aprobación de su separación, 139 diputación provincial, 88, 181n, 309, 316 elección entre Chihuahua y Arizpe como capital, 86 elecciones, diputados provinciales, 129 primera intendencia establecida, 24 provincia e intendencia, 22, 60, 74, 83, 87 y n, 126, 136, 139n elecciones, 28 junta electoral, 60n división; véase ley electoral, sometidas a la jurisdicción de la ciudad de Arizpe, 87 y n Sonora, 86 diputación provincial, diputados, 134, 140, 282, 329 provincia, 22, 41, 85n, 87 y n, 135, 138n, 140, 151, 290, 292, 294 provincia o intendencia, 87 Sotarriba (Sota Riva), Manuel de, 128n, 158n 403 Nettie Lee Benson Sotelo, Vicente Lino; comisionado de Querétaro, 276 Soto la Marina; ayuntamiento, 156 Sousa, Pedro, 240n, 332 Sprague, William Forest, 162n subdelegados; jurisdicción, 52, 81 Subieta, José, 128n Suprema Junta Central de España y las Indias, 25-26; composición, 25; decretos, 26; elección de diputados a la, 17 supremo gobierno, 213, 267n Supremo Poder Ejecutivo, 167n, 176n, 209-210, 215n, 224-226, 244, 248, 256, 264, 270, 275, 277 Congreso restaurado, 220, 274 creación, 210 establecimiento, 216n reconocimiento, 225, 245, 257, 259, 273, 276 reconocimiento provisional y limitado del, 205 Tabasco, 52 adhesión al Plan de Casa Mata, 175 diputación provincial, 134, 151, 282, 316, 329 elecciones, diputados, 52 y n, 53 estado, 290, 292, 294 legislatura constituyente, 295, 297 legislatura estatal, elecciones, instalación, 295 obtención de la calidad de estado, 294 provincia decreto de creación, 294 elecciones de diputados, 282 elecciones, autorización, 27-28 propuesta para su creación, 134 provincia o intendencia, 2425, 27, 41, 52-53, 82, 84n, 138n, 277 territorio, jurisdicción de la intendencia de Yucatán, 134 Tacubaya, 66n, 121-122 Tala, 227 Tamaulipas, 21 cambio de nombre de Nuevo Santander; véase Nuevo San­ tander estado, 294-295, 297 legislatura constituyente, elec­ciones, autorización, 295 legislatura estatal, elecciones, instalación, 295, 297 provincia, 151 véase también Nuevo Santander Tampico, 216n Tapachula; ayuntamiento, 73 Tapia, Agustín, 211n Tekax, 53 Tepatitlán, 227 Tepeyahualco, 185 Tepic, 227 Tequamhuei, Félix, 89n Tequila, 227 Tequisquiapan, 61 404 índice onomástico y analítico Terán de Escalante, Manuel; representación al Congreso, 136, 137n Tercero, Mariano, 211n Teresa de Mier, Servando, 143n, 154, 156, 203-204, 207, 253 y n, 258 y n, 260 y n-261, 283 Plan de una república federal, 148, 208 y n, 219n, 252, 254 y n, 275n propuesta de instalación de la Diputación Provincial de Monterrey, 147; los congresos provinciales, 148, 261, 281 propuesta para crear el estado de Nuevo León, 297 Voto particular, 207n Terrazas, Juan Estevan, 140 territorio mexicano; división, 22 Texas y Coahuila, estado; convo­ catoria a la legislatura estatal, 299 Texas, 12, 56-59, 175, 216, 297, 299 anexión a la Diputación Provincial de Nuevo León, 148 diputación provincial, elecciones, 134, 142, 148, 204, 282, 330 diputados, 58, 84n, 85n, 146, 150-151 instalación, 204n estado, 294, 297-298 gobernador, 57, 222n Junta Gubernativa, 176 y n, 252 junta superior, 36 oposición a la abdicación de Agustín de Iturbide, 216 parte del Estado Interno de Oriente, junto con Nuevo León y Coahuila, 38, 41, 290, 294 provincia, 22, 25, 28, 56, 74, 138, 141, 151, 290, 301, 305-306 elecciones, diputados a la Diputación Provincial de las Provincias Internas de Oriente, 28 Texas, Coahuila y Nuevo León; véase Nuevo León, Coahuila y Texas Tierra Firme, 108 Tihosuco, 53, 304 Tlajomulco, 227 Tlaxcala, 52, 66, 295 ayuntamiento, 67, 256-257 ciudad, 129, 317, 330 declarada territorio, 298 derecho a una diputación provincial, 129 diputación provincial, 41, 151, 181n, 282, 317, 330 elecciones, diputados, 26, 28, 64-65 instalación de una dipu­ tación provincial, 129 estado, legislatura constituyen­ te, elecciones, autorización, 298 indecisión entre ser estado, unirse a Puebla o ser territorio, 292, 298 405 Nettie Lee Benson obtención de la calidad de estado, 294, 298 provincia, 129-130, 132, 290, 303, 307 elecciones, representante a la Diputación Provincial de la Nueva España, 62, 64-65, 67, 81 sujeta a la Diputación Provincial de la Nueva España, 67 provincia o intendencia, 24, 41, 61 y n, 62 separación de la intendencia de Puebla, 129 Tobar, Miguel Laureano, 249n, 333 Toluca, ciudad, 70, 309 Tomatlán, 226-227 Tonalá, ayuntamiento, 73 Tonalán, 227 Topo, 260 Toreno, conde de, 40, 107 Toro, José María del; representante de Santa Anna, 273 Torre, Juan Bautista de la, 249n, 333 Torre, Manuel de la, 85n, 305 Torres Lanzas, Pedro, 59n-60n, 72n, 107n Torres, José Joaquín, 84n, 169n, 319 Tratado de Córdoba, 119, 121, 197 artículo 17, 122; Constitución del Estado prevista en el, 127 firma, 117-118 Trens, Manuel S., 73n, 181n, 283n, 285, 305n, 321n Tribunales militares de seguridad pública, 158 Troncoso, José Nepomuceno, 91, 92n, 100 Tula, 216n Tuñón, Manuel, 55 Tuxtla; ayuntamiento, 73, 283 partido, 72 Tuzcacuesco, 227 Twitchell, Ralph Emerson, 133n, 140n Universidad de México, 36 Uraga, Francisco, 213n Ures, ciudad; capital de Sonora, establecimiento, 140, 329 Uría, José Simeón de, 54, 302 Uribe, Fernando de, 57 y n Uribe, Santos de, 85n Urquidi, José Ignacio, 140, 322 Urquiola, Cosme Antonio, Urruela, Julián, 92, 93n Ussel y Guimbarda, Bernardo, 56n Vadillo, Manuel de, 111n Valdés, Alejandro, 102, 125n, 177n, 215, 315n, 317n, 319n Valdés, Antonio José, 187, 274n Valdés, José Antonio, 191 Valdés, Pedro, 218 Valera, José, 56n Valladolid de Michoacán, 53, 82n, 90n, 91n, 97n, 98n, 168 acuerdo por el que se le concedía una diputación provincial, 86 ayuntamiento, 91, 95, 97 ciudad, 313, 325 406 índice onomástico y analítico capital de las intendencias de Michoacán y Gua­ na­juato, séptima dipu­ tación provincial obtenida por México, 24, 88n, 98, 107, 169, 214, 215n, 277n, 313 comandante, 102 diputación provincial, 83, 87n aprobación de las Cortes de España para su establecimiento, 41, 86 manifiesto, 169, 182n establecimiento de una dipu­ tación provincial con juris­ dic­ ción sobre el territorio de las intendencias de Michoacán y Guanajuato, 86, 88 intendencia, 61n, 75, 87n provincia, 61 comisionados, 205 y n, 211212, 263, 265, 270, 273, 276-277 y n provincia o intendencia, cambios de intendente, 75 véase también Michoacán Valle de San Francisco, párroco del; comisionado de Gabriel de Armijo, 269 Valle de Santiago, 62 Valle, José, 218, 253; ministro de asuntos interiores y exteriores nombrado por Iturbide, 192 Varela, Mariano, 150, 322 Vargas, Tomás, 205n, 216, 218n, 285-286; comisionado de San Luis Potosí a la reunión de Celaya, 276 Vásquez, Francisco Pablo, 78 Velarde, Antonio, 89n Velarde, José Crispín, 54n, 55, 8384, 306 Velasco, Francisco Antonio de, 54n, 135, 137 Velázquez, Domingo, 242n, 243 y n, 249n, 333 Vélez de Zúñiga, Pedro, 54 y n, 208n, 209, 232n, 245, 312, 323 Vélez, Benito Antonio, 54-55, 302 Vélez, Juan María (Santos), representante de Zacatecas, 128n, 205n, 242n, 245, 293, 319 Vélez, Pedro Pablo, 125 Venadito, conde del; véase Ruiz de Apodaca, Juan Venegas, Francisco Xavier, 63; jefe político de la Nueva España, 52, 54, 60; publicación de los decretos y bandos de las Cortes de España, 63; restricción de su autoridad civil y política, 52-53 Venezuela, provincia, 26 Veracruz, 68, 78n, 92-94, 101, 114, 116, 127, 160, 162-164, 185186, 216n, 218, 292, 303, 307 ayuntamiento, 91, 163-164 y n representación, 89 ciudad, 113, 164n consulado, 78 delegación de los cuerpos oficiales, 164 diputación provincial, 89, 151, 160-161, 166, 186, 277278, 318, 331 407 Nettie Lee Benson circular, 277n elecciones, diputados, 67, 282 manifiesto a los pueblos de su distrito, 277n pronunciamiento por el sistema federal, 278 elecciones, diputados provinciales, 27, 65, 84n estado, 162, 290, 292-294 legislatura estatal, elecciones, 294 legislatura estatal, instalación, 294, 297 fuerzas, 164, 275 gobierno, 178 intendencia, 41, 61n, 64, 69 elección de diputados a la Diputación Provincial de la Nueva España, 129 obtención de la calidad de estado, 290, 292-294 proclamación de la Constitución de 1821, 78 provincia, 24, 61, 67, 74-75, 126, 129, 138n, 277 elecciones, diputado a la Diputación Provincial de la Nueva España, 81 elecciones, representantes a la Diputación Provincial de la Nueva España, 64 provincia de la Nueva España, provincia o intendencia, 78, 81, 89, 292 cambios de intendente, 75 puerto, 113 tropas, 160 véase también Plan de Veracruz Veramendi, Juan, 150 Vergara, Matías, 83n, 306 Verridi, Antonio Silverio de, 56n Victoria, Guadalupe, 160, 162-164 y n, 170n, 185, 216n Viezca, Agustín de la, 255 Viezca, José María, 150, 322 Vigil, Juan Bautista, 133 Villagrán, pueblo, 36 Villahermosa, San José Bautista de, 135, 316, 329 Villalobos, Rafael, 270 Villamil, Eusebio, 240n, 332 Villanueva, Carlos A., 110n, 111n, 112n Villanueva, Rudecindo, 211n Villaseñor, Tomás Ignacio, 54-55, 302 Villaurrutia, Eulogio de, 277n Villaurrutia, Jacobo de, 310 Villaurrutia, Mariano, 245 Virrey de Nueva España, 21-22, 24-25, 27, 44, 46-47, 119; jurisdicción, 42n; reemplazo, 25, 44, 52 Vivanco, marqués de; véase Morán, José María Vivero, José, 56n, 128n, 146, 171n, 306 Vives, José, 126, 305 Vocales de las juntas provinciales, 34 Voto de la provincia de San Luis Potosí sobre la necesidad de una nueva convocatoria al Congreso, 215 408 índice onomástico y analítico Washburn, Douglas Alan, 22n, 24n Whatley, William Archibald, 286 y n, 289 y n Wilkinson, James, 255n Xalisco, Estado libre, 245, 323; dipu­ tación provincial, 151; véa­se también Jalisco Ximénez de Bailo, Manuel, 136 Yáñez, Isidro, 117 Yucatán, 41, 49, 52-53, 75, 92, 210, 239, 247 Capitanía General, 22, 24 diputación provincial, 52-53, 73, 126, 151, 169, 238, 282, 304, 310, 319 instalación, 52, 83 miembros, 53, 129 primera establecida dentro de los límites actuales de México, 52, 77 proclama a los habitantes de la provincia, 53n elecciones, diputados a las Cortes de España, 52n elecciones, diputados provinciales, 80, 239 estado, 241, 290, 292, 331 Congreso constituyente, 238 Congreso constituyente; dipu­tados al, 238 Congreso constituyente; ins­ talación y apertura, 239, 241n Constitución, 241 Poder Ejecutivo, 239 409 estado federal; principios o bases, 238, 241n intendencia, 238 elecciones de diputados, 240 y n jurisdicción, 134, 210 junta preparatoria electoral, instalación, 52, 82 obtención de la calidad de estado, 238-241 y n partidos electorales, jurisdicción, 84n, 134 provincia, 42n, 53, 81, 84n, 138n, 221, 238, 249, 280, 332 Congreso constituyente, cons­titución, 240, 293, 297 Congreso constituyente, con­vocatoria, 240 elecciones, diputados a la Diputación Provincial de Yucatán, 53, 239 junta preparatoria electoral, 52 junta provisional administrativa, 238 junta provisional administrativa, elección, 239 jurisdicción, 210 manifiesto, 238n primera en instalar la diputación provincial y primera en reinstalarla, 77 provincia o intendencia, 27, 238 reconocimiento condicionado del gobierno central, 210 Nettie Lee Benson república; junta provincial, 239n, 240n, 331 Junta Provisional Gubernativa, 240n república federada, 239n-240n república federal; proclamación, 239, 241n Senado, 239 Yuririapúndaro, pueblo, 61 Zacanela, alcaldía, 132 Zacatecas, 29, 167, 168 y n, 247248, 293 Acta, 209n, 242n aprobación del informe minoritario de Valentín Gómez Farías, 209 ayuntamiento, 242 ciudad, 242-243, 319, 332 Congreso constituyente, 242243, 297 cuerpos oficiales, acuerdos, 168n diputación provincial, 41, 200, 209, 242-243, 245, 282 comisionados a la reunión de Puebla, 200, 218 disolución, 233 elecciones provinciales, 243, 306 elecciones de diputados provinciales, 54n, 302n estado libre, gobierno provincial, constitución, 241-242, 245-246, 292, 332 estado diputados al Congreso, 232n, 241 410 representantes, 209, 218, 246247 intendencia, 83, 86, 88, 241, 244 cuarta en declararse estado libre, 292 junta provisional de gobierno, 54, 246-247 transferencia a la jurisdicción de la Diputación Provincial de San Luis Potosí, 83, 86, 88 plan provisional de gobierno, 242 planes firmados en, 242 y n, 243n provincia elecciones, diputados a la Diputación Provincial de Nueva Galicia, 55, 306 gobierno estatal, establecimiento, 221, 244 junta electoral, 55n retiro del gobierno central, 247, 249, 263, 280 provincia libre, 242n provincia o intendencia, 24, 28, 54-55 y n, 74-75, 83n, 85-86, 88, 126, 128n, 129, 138n, 151, 169, 205 y n, 221, 242-244, 248-249, 263, 280, 290, 302, 306, 319 representación de protesta contra el informe de la 200, 209 índice onomástico y analítico Zamacois, Niceto de, 63n, 112n, 178n Zambrano, Juan José (María), 150, 330; jefe político interino de Nueva Vizcaya, 60 Zapopan, 227 Zapotlán el Grande, 227 Zárate, Julio, 44n, 47n, 78n, 107n Zavala, Hacienda, 271 Zavala, Lorenzo de, 29, 92 y n, 137, 162 y n, 165n, 178n, 191, 207, 253, 292n, 310 Zebadúa, Eustaquio, 285 Zenón Fernández, Juan José, 168 Zerecero, Anastasio, 112n Zimbela, Juan José, 97 Zozaya, José Manuel de, 175n, 314 Zubiria, Miguel de, 170n, 318 Zuloaga, Manuel José de, 135 Zúñiga y Ontiveros, Felipe de, 75 y n, 87 411 Índice de mapas Nota importante: Es necesario aclarar que tanto las fronteras exteriores como los límites entre provincias indicados en los mapas no pretenden ser exactos. Sólo desean dar al lector una idea aproximada de la situación geográfica de las provincias mexicanas en las diferentes etapas históricas estudiadas en la presente obra. Nota del editor: Para evitar confusiones, en esta edición se han eliminado los nombres de las ciudades y capitales, y se ha corregido el título del mapa 3. l. Comandancia general (1817-1821) 2. Diputaciones provinciales en 1814 3. Diputaciones provinciales en 1821 4. Diputaciones provinciales en México, noviembre de 1822 5. Diputaciones provinciales en México, diciembre de 1823 6. Estados mexicanos según el Acta Constitucional de Ramos Arizpe 7. Diputaciones provinciales en México, diciembre de 1823 413 23 71 96 131 149 291 296 Nettie Lee Benson Índice de láminas Agustín de Iturbide José Miguel Ramos Arizpe Félix María Calleja Juan Ruiz de Apodaca Mariano Michelena Juan O’Donojú Lucas Alamán José Servando Teresa de Mier Noriega Carlos María de Bustamante José Antonio Echávarri Guadalupe Victoria Antonio López de Santa Anna General Luis Quintanar 414 30 37 45 79 99 106 109 144 155 157 159 217 223 La diputación provincial y el federalismo mexicano, de la serie Temas de la Historia Constitucional de México, se terminó de imprimir en los talleres de Formación Gráfica, S.A. de C.V., Matamoros 112, Nezahualcóyotl; 57630, Estado de México, en mes de octubre de 2012. Tiraje: 1 000 ejemplares. Nettie Lee Benson La diputación provinciaL y eL federaLismo mexicano Para toda una generación de profesores y estudiantes del derecho constitucional, la obra de Nettie Lee Benson abrió nuevos horizontes al develar hechos pasados que habían conducido a la historia mexicana —nublada por partidismos, incertidumbres en la identificación nacional y actitudes ideológicas dogmáticas— a la contundente afirmación de que el federalismo mexicano fue una “imitación extralógica” de las instituciones estadounidenses y que el país ha sido y es centralista por historia y por persistente —casi inevitable— acción política. El libro de Benson, publicado por primera vez en 1955 por El Colegio de México, rescató el valor de las instituciones gaditanas y difundió la actuación de las diputaciones provinciales destacando el origen del federalismo mexicano. Sea la reedición de su obra en este año conmemorativo del bicentenario de la Constitución de Cádiz también un reconocimiento, al celebrarse los dos siglos de aquella inmensa explosión del espíritu constitucional, a la labor de una mujer excepcional cuya legado está hoy, más que nunca, presente como el sistema federal mismo, a cuyo estudio dedicó estas brillantes páginas.