Esta obra que están contemplando fue tallada por José Nerín Fernández en los años 80, artista procedente de la localidad de Buerba, en el valle de Vió (comarca de Sobrarbe). Lleva por título Vida de San Úrbez, pastor y santo; es una pieza significativa dentro de la colección de religiosidad popular de este museo ya que encarna una visión plástica y popular de la hagiografía de San Úrbez que, junto con Santa Orosia y Santa Elena, es un pilar fundamental de la religiosidad de estas montañas. Úrbez o Urbicio fue un santo de origen gascón que nació en el año 702. De madre cristiana y padre musulmán, quedó huérfano muy pronto al morir su padre en batalla y su madre en cautiverio en Galicia. Úrbez también fue hecho cautivo y liberado tiempo después. Volvió a su tierra pasando por Huesca y poco después regresó a las montañas pirenaicas viviendo en cuevas y trabajando de pastor primero en las proximidades de Monte Perdido (Valle de Vió, Cañón de Añisclo), en el actual Sobrarbe, y por último, en la Sierra de Guara, donde tomó las primeras órdenes del abad del Monasterio de San Martín de Asán. Se retiró a vivir a la vertiente norte de la Sierra de Guara, en Nocito, donde encontró el abrigo de una cueva en la ladera sur del monte Airal y donde vivió como anacoreta y pastor. Allí murió en olor de santidad a edad avanzada (a los cien años), y su cuerpo fue enterrado, recibiendo veneración en el Santuario de San Úrbez, que se empezó a construir un par de siglos después a los pies de este monte. Su cuerpo, incorrupto, se conservó hasta la guerra civil en que fue quemado. Santuario de San Úrbez de Nocito San Úrbez dominaba a los animales y a la naturaleza, y este dominio le hacía "santo, sagrado" a los ojos de sus coetáneos. Los hechos extraordinarios que se recuerdan son, entre otros, salvar a todo el ganado haciéndole pasar por su cayado, al llevarse el puente una gran tempestad; amansar a una osa que asolaba la región despedazando el ganado hablando con ella; curar a los animales enfermos y dominar las fuerzas naturales (retira la nieve del camino para que unos discípulos puedan volver a su pueblo). También se cuenta cómo una abeja blanca le entraba y salía por la nariz mientras dormía. Su festividad se celebra el 15 de diciembre aunque, a lo largo del año, se acudía en numerosas ocasiones (entre mayo y junio hasta cinco veces) sobre todo para rogar que hubiera agua en los campos. Algunos pasajes de la vida de este santo se pueden contemplar en esta escultura, que está realizada aprovechando una raíz de boj como soporte para tallar a navaja la imagen esquemática del santo en el vástago central y distintas leyendas y motivos incisos en el resto de las ramificaciones, como las cortadas del valle de Añisclo, ovejas y las inscripciones de: Sercué, campos de Vió, lugares donde estuvo sirviendo de pastor; Mondoto, que hace referencia a un pico situado al Sur del Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido; San Úrbez, pastor; cueva de San Úrbez; encuentro en las fuebas; arropado por la matiella. El artista, José Nerín Fernández, nació en Ceresuela (Sobrarbe) el 25 de mayo de 1911 y murió en Tarrasa en septiembre de 2008. Era de casa Sierra. Dos hechos marcaron su vida, tal y como se lee en su biografía: el primero, evitó que quemaran una imagen de Cristo, que hoy se encuentra en la iglesia de Buerba al comienzo de la Guerra Civil y, el segundo, su participación en la contienda. Fue destinado al frente de Belchite, luego pasó al de Sabiñánigo y Biescas. Fue herido defendiendo punta Güé, cerca de Sabiñánigo, y trasladado al hospital de Tarrasa donde estuvo varios meses. En el hospital conocería a su mujer con la que se casó en 1938. Poco después fue evacuado debido a los bombardeos y aún sin recuperar llamado a filas de nuevo. Acabada la guerra fue conducido a un campo de concentración en Francia. Transcurrido un tiempo, volvió a España y se instaló en Tarrasa. Su medio de vida fue una pequeña droguería que instaló en su propia casa. En nuestro museo, en la sala de religiosidad popular, podrán conocer otras obras de Nerín, como dos imágenes de Cristo y otra de San Úrbez. A su vez, en la sala dedicada a la vida pastoril exponemos un gran cucharón. Todas estas figuras fueron talladas en boj -buxo- (Buxus sempervirens), arbusto muy abundante en la zona, cuya madera es muy apreciada para hacer este tipo de trabajos, así como para hacer tenedores y cucharas, por su dureza y por su estructura homogénea y no fibrosa. INFORMACIÓN DE LA PIEZA DEL MES: José Nerín Alrededor de los 75 años y de manera autodidacta, empezó su labor artística con la madera con tal entusiasmo que, en tan corto espacio de tiempo, consiguió reunir una obra extensa. En sus esculturas se mezclan los recuerdos, los detalles cotidianos y, como él dijo, la ambición de conseguir día a día trabajos con mayor dificultad escultórica. Seguía un método de trabajo muy original, en la mayoría de las veces no meditaba de antemano lo que quiere realizar; según él, era la propia madera la que le dictaba las formas. Así, materia y autor se fundían en un solo propósito. La fuerza de atracción de sus obras estriba en la sencillez que rebosan todos sus temas incluso aquellos más abstractos. Museo Á. Orensanz (El Puente de Sabiñánigo) LA PIEZA DEL MES: VIDA DE SAN ÚRBEZ, PASTOR Y SANTO (Talla en boj) Vida de San Úrbez, pastor y santo. Talla donada por José Nerín Fernández en 1997 (nº de inventario 02793). Del 1 de septiembre al 31 de octubre de 2013 BIBLIOGRAFÍA - Nerín Fernández, J., 1996. El arte en mis sueños. Barcelona: Editorial Amarantos. -Roma, J., 1981. “San Úrbez como traducción de la cosmovisión pirenaica”, en Primer Congreso Aragonés de Etnología y Antropología. Zaragoza: Institución Fernando el Católico. - Satué Oliván, E., 1994. Religiosidad Popular y Romerías en el Pirineo. Huesca: Instituto de Estudios Altoaragoneses. La Pieza del Mes es un programa que tiene por objetivo destacar piezas singulares de la colección estable del museo, profundizando en el conocimiento histórico, etnológico y material de las mismas.