EDUCACION Oportunidades de aprendizaje permanentes para todos © CE La educación y la formación profesional son dos factores clave para el desarrollo de los recursos humanos en cualquier sociedad y, en este sentido, resultan cruciales tanto para el desarrollo social y humano como para el crecimiento económico. Numerosos países tienen deficiencias significativas en sus sistemas de educación y formación, lo que reduce su proceso de desarrollo y dificulta el provecho que sacan de la sociedad de conocimientos. La Unión Europea (UE) pretende invertir esta situación, centrándose principalmente en lograr una pirámide educativa equilibrada, que ofrezca oportunidades de aprendizaje para todos y se adapte a las necesidades socioeconómicas de cada país. En muchos países en desarrollo, la necesidad más urgente es lograr una enseñanza primaria de calidad universal. El desafío © CE Cerca de 113 millones de niños no acuden a la escuela primaria, según una Comunicación de la Comisión Europea. El acceso a la educación se encuentra más limitado en África, donde únicamente uno de cada tres niños finaliza sus estudios de enseñanza primaria. En lo que respecta a la enseñanza secundaria, hoy en día sólo el 10% de la población sigue en la escuela. No obstante, la situación es menos dramática en Asia del Sur y Occidental, África del Norte, América Latina y el Caribe. Sin embargo, las deficiencias en los sistemas educativos son tales que uno de cada cuatro adultos en todo el mundo es analfabeto (cerca de 900 millones). Además, las tendencias demográficas a nivel mundial revelan que la situación empeorará si no se hace nada para impedirlo. Otros muchos factores debilitan aún más los sistemas educativos en los países en desarrollo. En la mayoría de los países, la disponibilidad de una educación básica es muy desigual, con el 20% más pobre de la población que se beneficia de mucho menos del 20% de la ayuda pública a la educación; entretanto, el 20% más rico se apropia de un porcentaje muy superior al 20%, según el Informe Sobre Desarrollo Humano 2003. A esto se añade la persistente y, con frecuencia, enorme brecha entre los géneros en términos de acceso a la educación así como la baja calidad y pertinencia de la educación a diferentes niveles. Pero esto no ocurre solamente con el sistema educativo, sino también con la formación profesional que se oferta, que no suele responder a las necesidades ni a los requisitos del mercado laboral. La respuesta de la UE La estrategia de la UE se basa en establecer un diálogo sectorial con los países implicados, con el fin de permitir que el apoyo comunitario se centre en las principales prioridades nacionales, así como en hacer hincapié en la necesidad de una pirámide educativa y formativa equilibrada, que responda a las necesidades socioeconómicas de cada uno de los países implicados. La financiación de la UE contribuye a diferentes cuestiones importantes, por medio de una variedad de acciones y actividades: z Mejorar el acceso: contribuyendo a la construcción de escuelas y a la formación de centros, mejorando el transporte; z Mejorar la calidad (por ej., formando al profesorado, perfeccionando los métodos de enseñanza, proporcionando material didáctico, intercambiando buenas prácticas, un aprendizaje centrado en el estudiante y basado en las aptitudes) y la pertinencia y coherencia con las necesidades económicas (en especial, la formación profesional, la enseñanza secundaria superior y la enseñanza superior); z Una mayor igualdad (por ej., apoyando medidas centradas en la igualdad de género, poblaciones de riesgo tanto en zonas periurbanas como rurales; mejorando la capacidad de los directivos del sistema de enseñanza y formación tanto a nivel centralizado como descentralizado); z Evaluar y controlar el apoyo a la toma de decisiones políticas. Entre los principios generales en los que se basa la UE se incluyen: la necesidad de aumentar los recursos de educación y formación, en especial en los países y grupos de la población más pobres y/o la eficacia de las inversiones; la necesidad de mejorar la eficacia y la calidad de los sistemas educativos; la necesidad de mejorar el acceso a la enseñanza primaria, convirtiéndola en obligatoria y gratuita; la necesidad de igualdad de oportunidades de aprendizaje para todos, haciendo especial hincapié en la igualdad de género y en los grupos desfavorecidos; la integración de la enseñanza sobre el SIDA y la enseñanza sobre la prevención de conflictos. La Comisión Europea desempeña un papel activo, a nivel internacional, en la iniciativa Educación para Todos: por la vía rápida : una asociación integrada por países en desarrollo y donantes, cuya finalidad es ayudar a los países de renta baja a cumplir el Objetivo de Desarrollo del Milenio de lograr la meta de finalización de la enseñanza primaria universal para 2015. En 2003, las inversiones en programas y proyectos de educación nacionales específicos alcanzaron un total aproximado de 250 millones de euros, de los cuales cerca de 135 millones de euros se destinaron a los países de África, el Caribe y el Pacífico (ACP). Estos programas y proyectos educativos nacionales específicos incluyen programas de enseñanza básica, profesional y superior, cada uno de ellos incorporado a los programas de desarrollo del país implicado y controlado a través de una serie de indicadores, establecidos de conformidad con el gobierno de dicho país.