Modelo Teórico del Universo, Hipótesis de la Supermente

Anuncio
Modelo Teórico del Universo,
Hipótesis de la Supermente
Cierta tarde de aires invernales, a pesar de que era verano, me encontraba analizando
el Teorema de Poincaré… bueno, en realidad miraba dibujos animados en el televisor mientras
devoraba unas pringles de queso, cuando de pronto una misteriosa y profunda voz llamó mi
atención:
Voz misteriosa: Hey! Hey!, ¿Por qué no empleas tu tiempo de una mejor manera?
Yo (sorprendido y exaltado): ¿Dios?, ¿Big Brother?, ¿Mufasa?
Voz misteriosa (denotando decepción): ¡Por favor!, ¡No!, soy yo, aquí abajo, en tu mano.
En ese instante, invadido por una gran sorpresa, y un poco de temor, debo admitir,
lentamente giré mi cabeza dirigiendo la mirada hacia mi mano izquierda, tan sólo para darme
cuenta de que estaba vacía.
Voz misteriosa: ¡Esa no, la otra!
No había duda, esta vez me enfrentaría de cara con el origen de esas palabras, respiré
por última vez, puse mi mente tranquila y volteé hacia mi mano derecha. Aun hoy sigo
pensando si fue mayor la sorpresa o el suspiro que emití al darme cuenta de que era una
pringles de queso la que me estaba hablando.
Pringles de queso: ¿Qué onda? ¿Sorprendido?
Yo (intrigado y un poco espantado, tartamudeando): u u u u un poco, sí, sí, u u un poco.
Pringles de queso: Bueno, en fin, como te decía, creo que deberías aprovechar mejor tu
tiempo, viendo un documental tal vez, leyendo un buen libro o al menos alguna revista
de corte científico.
Yo: ¿U u u un documental?
Pringles de queso: Sí, siempre es bueno conocer las nuevas hipótesis o
descubrimientos del momento, por cierto, alguna vez te has preguntado por qué todo
lo que tiene que ver con la ciencia tiene que ser tan formal, tan serio, tan reservado y
muchas veces aburrido.
Yo: Pues la verdad nunca lo había pensado.
Pringles de queso: Sí, basta con analizarlo, en todo documental siempre hay un experto
que narra o describe la temática de la nota, generalmente son tipos muy serios, no
bromean no se sonríen y a final de cuentas ni entiendes lo que intentan decir.
Yo: Bueno, es verdad, pero ¿Has pensado que tal vez es necesario guardar cierta
seriedad ya que… espera un momento, ¿Cómo rayos puedes hablar?
Pringles de queso: Interesante pregunta, te resultará curioso saber que estoy hablando
porque tú, inconscientemente quieres que hable.
Yo: Yo no quiero que hables.
Pringles de queso: Einstein, he dicho: inconscientemente.
Yo: Está bien, pero aunque lo que dices sea verdad, es imposible que lo que yo piense
se haga realidad sólo por pensarlo.
Pringles de queso: Bueno, es ahí en donde te equivocas, totalmente contrario a lo que
muchos piensan, el trecho entre lo que uno piensa y lo que pasa en “el mundo real” es
una línea muy tenue.
Yo: Y ¿Quién dice eso?, ¿Una pringles de queso?
Pringles de queso: jajaja, ¿Eres cómico? Sé que suena gracioso si lo planteas así, está
bien, pero no tienes que creerme a mí, por años esto se ha sabido, pero son muy pocos
los que relacionan toda la información y descubren que es parte de lo mismo; si dudas
puedes consultar los escritos de Hermes Trismegisto, las notas de la antigua alquimia
mental (Malamente definida hoy en día luego de que se tomó literal y no figuradamente
lo de “convertir las cosas en oro”), la biorresonancia, el efecto placebo, los
experimentos de Masaru Emoto; inclusive han surgido un par de películas que intentan
explicar al respecto (como “Down the Rabbit Hole”), una de ellas “el secreto” bastante
tergiversada y planteada como un cuento de hadas contado a niños de maternal, pero
en fin, la esencia de todo ello tiene algo en común.
Yo: ¿A sí? Y se puede saber ¿Qué es ese algo en común?
Pringles de queso: Pues te sorprenderá saber que la respuesta está en las
investigaciones más recientes sobre el campo unificado.
Yo: ¿El campo unificado? ¿Acaso no es el trabajo que Einstein nunca pudo terminar?
Pringles de queso: Bueno, ahora hablamos de la “Teoría de Membranas”
Yo: jajaja, ¿Teoría de Membranas? Y ¿Qué diantres es eso?
Pringles de queso: ¡Uff! Difícil de explicar, pero podríamos resumirlo con que toda la
materia, absolutamente toda la materia que existe en el universo tiene algo en común:
une pequeñísima cuerdita o filamento que está vibrando; distintas vibraciones, por
supuesto, se manifiestan como distintos tipos de materia.
Yo: ¿Se supone que debo de entender eso?
Pringles de queso: Estoy intentando ser lo más simple posible, podría mostrarte
complejas ecuaciones que sustentan esto, pero estoy seguro de que no las
entenderías, además, cuando quieras puedes googlear todo cuanto te estoy diciendo
para que veas que no estoy mintiéndote.
Yo: Bien, pero dime algo más, ¿Cómo se relaciona la teoría de membranas con los
pensamientos y cómo estos alteran la realidad?
Pringles de queso: Esperaba que preguntaras eso, ¿Sabías que nuestros pensamientos
emiten ondas?
Yo: ¿Ondas?
Pringles de queso: Sí, ondas, ya nuestros antepasados en su vasta sabiduría empírica
lo identificaron, estoy seguro que has escuchado hablar más de una vez de las buenas
o malas “vibras”, y que no son más que distintas cargas emocionales manifestadas en
las ondas de nuestros pensamientos.
Yo: Veamos, los pensamientos emiten ondas, y si toda la materia está formada por
pequeñísimas cuerdas que están vibrando…
Pringles de queso: ¡Exacto!, nuestros pensamientos pueden cambiar esas vibraciones,
y si cambian esas vibraciones, por consiguiente pueden cambiar las manifestaciones
de la materia, o aquello que llamamos “realidad”.
Yo: ¿Te das cuenta de que lo que dices suena completamente fantasioso?
Pringles de queso: Sí, y no serás el primero en sorprenderse de que con cada día que
pasa lo que antes considerábamos ficción hoy es ciencia.
Yo: Pero, por otro lado ¿Te das cuenta de las implicaciones de lo que estás diciendo? Si
lo que dices es cierto, ¿Por qué la materia no está cambiando constantemente para
dar gusto a los humanos?
Pringles de queso: Bueno, es que no es tan fácil.
Yo: Tú estás hablando, ¿Cómo me dices que hacer que algún otro pensamiento se
haga realidad no es tan fácil?
Pringles de queso: Digamos que yo soy una anomalía causada por un enorme deseo de
tu inconsciente, algo que muy pocas, o inclusive raras veces se llega a producir.
Yo: Ok, y acaso podría saber ¿Por qué no es tan fácil?
Pringles de queso: Claro, es muy fácil, basta con que lo analicemos mediante ejemplos;
imagina que tienes una vela prendida delante de ti, aproximadamente a unos 10
centímetros de tu rostro, y tu soplas con fuerza directamente sobre la flama, ¿Qué
crees que pasará?
Yo: Bueno, lo más probable es que la flama se apague.
Pringles de queso: ¡Claro!, ya que tu soplido produciría ondas que se dispersarían por el
medio incidiendo sobre la flama. Pero ahora imagínate que estás a 10 metros de
distancia de la vela, y de nueva cuenta soplas con fuerza sobre la flama, ¿Qué crees
que pasará?
Yo: Esta vez lo más probable es que por mucha fuerza que imprima al soplar, y por
mucho que tense mis mejillas, la flama si acaso se moverá un poco, pero no se
apagaría,
Pringles de queso: Pues has encontrado la respuesta a tu pregunta original ¿Por qué
los pensamientos de las personas no se están haciendo realidad constantemente?,
pues simple, porque los pensamientos por lo regular no poseen la fuerza suficiente
para transformar la materia.
Yo: Bien, en el ejemplo de la vela el factor era la distancia, pero algo me dice que si
deseo que una moneda de plástico se convierta en una moneda real, esto no sucederá
solo porque oprima la moneda con fuerza sobre mi frente mientras pienso en ello.
Pringles de queso: ¿Por qué lo primero que viene a tu mente es el dinero? ¡Al fin
humano!, pero tienes razón, al hablar de “transformación de la realidad” el factor no es
la distancia, sino la fuerza de las ondas que producen nuestros pensamientos. El
problema es que la mayor parte de nosotros es inconsciente, y por ello aquello que
pensamos conscientemente posee muy poca fuerza y termina por extinguirse.
Yo: ¿Y si pensara en algo insistentemente?
Pringles de queso: Pues has dado con otro aspecto, además de la fuerza de las ondas,
que tiene mucho que ver en todo este asunto, y esto se refiere a las propiedades
específicas de las ondas, las que seguramente estudiaste en secundaria o
preparatoria, específicamente te estoy hablando de la frecuencia y la amplitud de onda.
Yo: ¿Y cómo es que la frecuencia y la amplitud de onda interfieren en esto?
Pringles de queso: Nuevamente trataré de explicarte con un ejemplo simple:
imaginemos que hay un barco de papel en un lago y tú tienes a tus pies decenas de
piedras pequeñas y una enorme piedra; si lanzas una pequeña piedra no muy lejos del
barco, lo más seguro es que la onda que esa piedra produzca, se extinga antes de
llegar hasta el barco.
Yo: Pero, si lo que quiero hacer es que el barco se mueva, podría lanzar la piedra
grande no muy lejos de él, para producir una onda mucho más grande que la producida
por la piedra pequeña.
Pringles de queso: O podrías lanzar varias piedras pequeñas, una tras otra, de este
modo no sólo será una onda pequeña, sino un conjunto de ondas pequeñas que se
fortificarán entre ellas adquiriendo una fuerza mayor y tal vez el barco también se
mueva.
Yo: Ya veo, entonces si pienso en algo insistentemente, mis pensamientos estarían
produciendo una onda con una altísima frecuencia, que tendría más probabilidades de
cambiar la realidad.
Pringles de queso: Claro, desafortunadamente, al igual que en el caso del barco y el
lago, la piedra grande sigue siendo más efectiva, y muchas veces una alta frecuencia
no puede hacer nada en contra de una enorme amplitud de onda.
Yo: Creo que estoy entendiendo, pero dime ¿En el mundo real cómo se manifestaría
una onda de enorme amplitud?
Pringles de queso: El pensamiento común, muchas mentes distintas emitiendo el
mismo tipo de onda crean una onda de una amplitud enorme que es la que lo define
todo, a esa potencia yo la llamo “La Supermente”, pues a final de cuentas es la
supermente quien decide la manifestación de todo cuanto existe, todo lo que tus ojos
ven, o todo lo que tu mente cree que tus ojos ven, posee exactamente la forma que la
supermente ha querido asignarle; con ello te digo que todo aquello que llamamos
“realidad” ha sido “transformado” por la supermente.
Yo: y, ¿Por qué no estamos conscientes de ello?
Pringles de queso: recuerdas que te decía que la mayor parte de nosotros es el
inconsciente, imagínate la magnitud de la supermente, si ella surge de nuestro
inconsciente y está fortalecida por la parte de nuestros pensamientos conscientes
estereotipados, su poder es inmenso, y es por ello que difícilmente una mente de un
individuo, por mucho que sus pensamientos generen ondas de alta frecuencia y con
mucha fuerza, lo más seguro es que termine por no alterar la realidad.
Yo: De acuerdo a lo que me dices, la constitución física que poseemos, nuestros
cuerpos, nuestra fisiología, ¿Todo es producto de la supermente?
Pringles de queso: Sé que esto ya es algo mucho más difícil de asimilar, y tendrías que
pensar tú sólo sobre ello, meditando muy profundamente y con mucha concentración,
pero básicamente la respuesta es sí.
Yo: Y si logro producir un pensamiento con una frecuencia que logre vencer a la
supermente, podría por ejemplo, ¿Volar?
Pringles de queso: Sí, en teoría sí, pero ten en cuenta que hay pensamientos más
arraigados en nuestra naturaleza humana, es decir, pensamientos más estereotipados
para la supermente; por ejemplo, es más fácil que un enfermo de cáncer se cure si sus
pensamientos inciden sobre la materia del tumor, a que un humano vuele, digamos que
en cuanto más pueda ser aceptado algo por la sociedad, hay mayores probabilidades
de que ocurra.
Yo: Vaya, para mí era un día normal, y de pronto vienes tú a decirme que todo cuanto
existe básicamente no es “real”, sino que existe en nuestras mentes, es más, en
realidad es creado por nuestras mentes como parte de un pensamiento común,
proceso colectivo inconsciente en una mayor parte y consciente en menor medida,
¡wow!.
Pringles de queso: Sí, ¡wow!
Yo: Para serte sincero no termino de entenderlo todo.
Pringles de queso: No te preocupes, piensa en todo lo que te he dicho, establece
conexiones entre todos los aspectos que te mencioné y tú mismo llegarás a las
conclusiones que yo te he planteado.
Yo: Pues no sé si me agrade esta nueva postura del universo que me has planteado, e
ignoro si sabré sacar provecho de mis pensamientos ahora que sé del potencial que
hay en ellos, pero me gusta algo que derivo del modelo teórico del universo que me has
planteado, y es que si toda, absolutamente toda la materia consta de pequeñas
cuerdas que están vibrando, no sólo los pensamientos, sino cualquier tipo de vibración
pueden transformar esa materia, y así concluyo que los universos no nacen
necesariamente de un Big Bang, ni en un choque de membranas, ni surgen de un
enorme agujero blanco; tan sólo podrían brotar del eco de la sonrisa de Ximena, esa
linda muñequita que ha venido a alegrar mi vida.
Pringles de queso mordida: ¡Heeeeeeey! ¡Espérate no me muerdas!
Yo (Apenado) ¡Perdón, perdón, perdón!, me dejé llevar por el sentimentalismo del
momento.
Pringles de queso mordida: Está bien, no hay cuidado, igual pensaba hacerme una
operación para quitar un poco de grasa de mi cuerpo, jajaja ¿Entiendes?
Yo (Con expresión de acabar de escuchar un mal chiste): Y, mmm ahora ¿Qué hago
contigo?, me sentiría mal si te comiera.
Pringles de queso mordida: sólo úntame un poco de aderezo en el dorso y colócame en
donde me dé el sol, creo que me broncearé un rato.
Yo: Este, pero, tú no tienes dorso.
Pringles de queso mordida (un tanto colérica): ¡Sólo ponme aderezo y ya!
Y fue así como culminó mi extraña conversación con esa pringles de queso, tal vez
terminé con muchas más dudas que al principio, seguramente si meditaba sobre ese ejercicio
introspectivo y trataba de documentarlo en algunas bibliografías todo me quedaría más claro;
y así, mientras mi mente volaba en mis pensamientos, meditando sobre lo que acabada de
ocurrir, a lo lejos pude contemplar como una paloma se lleva en el pico a mi mejor amiga
pringles, tan sabia, el queso que la cubría era tan especial, su curvatura era tan pronunciada,
sin duda alguna esta ha sido una gran pérdida, en agradecimiento a ella espero que sus
palabras no sólo queden en mí y puedan ser leídas por alguien más, alguien que pueda sacar
provecho de ellas.
Descargar