Tema 8 Fines y valores en educación TEORÍA DE LA EDUCACIÓN 1 INTRODUCCIÓN La educación, entendida como acción o influencia, pretende que en el sujeto se produzcan modificaciones en su personalidad (actitudes, comportamientos) relacionadas con las finalidades educativas, concebidas éstas como la concreción de los valores que utiliza la sociedad para su regulación. La vinculación de la educación con los valores es una necesidad, ya que sin éstos no cabría el proceso educativo por su falta de finalidad. Pero no es suficiente con resaltar este aspecto vinculante entre educación y valor. La enseñanza y el aprendizaje, de los valores deben formar parte del currículum escolar de una forma explícita, lo que parece que ha sido contemplado en nuestra reciente legislación educativa, primero en la LOGSE (LEY ORGÁNICA 1/1990, de 3 de octubre, de Ordenación General del Sistema Educativo) al proponerlo como ejes transversales y actualmente en la LOE (LEY ORGÁNICA 2/2006, de 3 de mayo, de Educación) donde se establecen las siguientes referencias a la educación en valores: − En su Título Preliminar, Capítulo I, Art. 1.c, señala entre los Principios y fines de la educación: “La transmisión y puesta en práctica de valores que favorezcan la libertad personal, la responsabilidad, la ciudadanía democrática, la solidaridad, la tolerancia, la igualdad, el respeto y la justicia, así como que ayuden a superar cualquier tipo de discriminación” − Entre los fines, a los que se dedica el Artículo 2, se recogen en el punto e , la formación para la paz, el respeto a los derechos humanos, la vida en común, la cohesión social, la cooperación y solidaridad entre los pueblos así como la adquisición de valores que propicien el respeto hacia los seres vivos y el medio ambiente, en particular el valor de los espacios forestales y el desarrollo sostenible − Cuando hace referencia a los Principios Pedagógicos de la Educación Primaria(Artículo 19.2.) y de la Educación Secundaria(Artículo 24.7.) establece: “Sin perjuicio de su tratamiento específico en algunas de las áreas de la etapa, la comprensión lectora, la expresión oral y escrita, la comunicación audiovisual, las tecnologías de la información y la comunicación y la educación en valores se trabajarán en todas las áreas.” − Así mismo en su artículo 91, dentro de las funciones del profesorado se encuentra la de atender al desarrollo moral de su alumnado. − En los Reales Decretos de enseñanzas mínimas de cada etapa, podemos destacar estas alusiones a la educación en valores: A. En Educación Infantil. El Real Decreto 1630/2006, de 29 de diciembre, por el que se establecen las enseñanzas mínimas del segundo ciclo de Educación infantil, contempla en sus tres Áreas la educación en valores al desarrollar en su Anexo los objetivos y contenidos de cada una de ellas. Asimismo incluye en el Artículo 3, apartado e, entre los objetivos de la etapa, Relacionarse con los demás y adquirir progresivamente pautas elementales de convivencia y relación social, así como ejercitarse en la resolución pacífica de conflictos . 2 B. En Educación Primaria. El Real Decreto 1513/2006, de 7 de diciembre, por el que se establecen las enseñanzas mínimas de la Educación primaria, recoge entre sus objetivos (Artículo 3): La Educación primaria contribuirá a desarrollar en los niños y niñas las capacidades que les permitan: a) Conocer y apreciar los valores y las normas de convivencia, aprender a obrar de acuerdo con ellas, prepararse para el ejercicio activo de la ciudadanía y respetar los derechos humanos, así como el pluralismo propio de una sociedad democrática. c) Adquirir habilidades para la prevención y para la resolución pacífica de conflictos, que les permitan desenvolverse con autonomía en el ámbito familiar y doméstico, así como en los grupos sociales con los que se relacionan. m) Desarrollar sus capacidades afectivas en todos los ámbitos de la personalidad y en sus relaciones con los demás, así como una actitud contraria a la violencia, a los prejuicios de cualquier tipo y a los estereotipos sexistas. Por otra parte, entre las competencias básicas (Anexo 1), destacan especialmente las siguientes alusiones que, dentro de la competencia social y ciudadana, se hacen a la educación en valores: − − − − (…) El conocimiento sobre la evolución y organización de las sociedades y sobre los rasgos y valores del sistema democrático (…). (…) Saber que los conflictos de valores e intereses forman parte de la convivencia, resolverlos con actitud constructiva y tomar decisiones con autonomía empleando, tanto los conocimientos sobre la sociedad como una escala de valores construida mediante la reflexión crítica y el diálogo (…). (…) Ser consciente de los valores del entorno, evaluarlos y reconstruirlos afectiva y racionalmente para crear progresivamente un sistema de valores propio y comportarse en coherencia con ellos al afrontar una decisión o un conflicto. Ello supone entender que no toda posición personal es ética si no está basada en el respeto a principios o valores universales como los que encierra la Declaración de los Derechos Humanos. (…) Forma parte de esta competencia el ejercicio de una ciudadanía activa e integradora que exige el conocimiento y comprensión de los valores en que se asientan los estados y sociedades democráticas, de sus fundamentos, modos de organización y funcionamiento. Esta competencia permite (…) mostrar un comportamiento coherente con los valores democráticos, que a su vez conlleva disponer de habilidades como la toma de conciencia de los propios pensamientos, valores, sentimientos y acciones, y el control y autorregulación de los mismos. Respecto a las áreas, todas participan de esta competencia básica, recogiendo objetivos y contenidos relacionados con la educación en valores. C. En Educación Secundaria Obligatoria. Entre los objetivos (Artículo 3) del Real Decreto 1631/2006, de 29 de diciembre, por el que se establecen las enseñanzas mínimas correspondientes a la Educación Secundaria Obligatoria, destacan: a) Asumir responsablemente sus deberes, conocer y ejercer sus derechos en el respeto a los demás, practicar la tolerancia, la cooperación y la solidaridad entre las personas y grupos, ejercitarse en el diálogo afianzando los derechos humanos como valores comunes de una sociedad plural y prepararse para el ejercicio de la ciudadanía democrática. d) Fortalecer sus capacidades afectivas en todos los ámbitos de la personalidad y en sus relaciones con los demás, así como rechazar la violencia, los prejuicios de cualquier tipo, los comportamientos sexistas y resolver pacíficamente los conflictos. 3 Dentro de la competencia social y ciudadana (Anexo 1), destacan las siguientes propuestas relacionadas con la educación en valores, algunas de ellas en términos similares a los de Educación Primaria: › › › › › (…) Supone utilizar, para desenvolverse socialmente, el conocimiento sobre la evolución y organización de las sociedades y sobre los rasgos y valores del sistema democrático. (…) Forman parte fundamental de esta competencia aquellas habilidades sociales que permiten saber que los conflictos de valores e intereses forman parte de la convivencia, resolverlos con actitud constructiva y tomar decisiones con autonomía empleando, tanto los conocimientos sobre la sociedad como una escala de valores construida mediante la reflexión crítica y el diálogo. (…) La dimensión ética de la competencia social y ciudadana entraña ser consciente de los valores del entorno, evaluarlos y reconstruirlos afectiva y racionalmente para crear progresivamente un sistema de valores propio y comportarse en coherencia con ellos al afrontar una decisión o un conflicto. Ello supone entender que no toda posición personal es ética si no está basada en el respeto a principios o valores universales como los que encierra la Declaración de los Derechos Humanos. (…) Forma parte de esta competencia el ejercicio de una ciudadanía activa e integradora que exige el conocimiento y comprensión de los valores en que se asientan los estados y sociedades democráticas, de sus fundamentos, modos de organización y funcionamiento. Esta competencia permite (…) mostrar un comportamiento coherente con los valores democráticos, que a su vez conlleva disponer de habilidades como la toma de conciencia de los propios pensamientos, valores, sentimientos y acciones, y el control y autorregulación de los mismos. (…) Significa construir, aceptar y practicar normas de convivencia acordes con los valores democráticos, ejercitar los derechos, libertades, responsabilidades y deberes cívicos, y defender los derechos de los demás. En lo referente a las materias de esta etapa, en las catorce se recogen referencias específicas a la educación en valores, sobre todo en sus objetivos y contenidos, encontrándose la mayor presencia tanto en la materia de “Educación para la Ciudadanía y los Derechos Humanos” de los tres primeros cursos, como en la Educación Ético-Cívica de cuarto. Igualmente resultan especialmente interesantes las referencias que aparecen en la materia de Historia y cultura de las religiones 4 VALORES Y EDUCACIÓN Toda colectividad humana se puede identificar por la aceptación de unas determinadas normas, valores, costumbres, etc., que desea transmitir e imbuir a las personas que forman parte de la misma. Por lo tanto uno de los cometidos fundamentales de la educación, atendiendo a su función perfectiva y propositiva, es la transmisión de unos modos de pensar y de hacer que son propios de la cultura que cohesiona y da sentido al grupo social, de los que son parte esencial las normas y valores. Definición de valor “Valor” es un término con múltiples significados, de igual forma “educación en valores” puede tener también muy diversos significados. De forma general, entendemos por “valor” lo que se valora, lo que se considera digno de aprecio: así, valor se identifica con “lo bueno”. La verdad es un valor, lo mismo que la salud; son bienes, son algo deseable. A partir de esto, tendemos a concebir todas las cualidades deseables como grandes valores abstractos: la verdad, el bien, la belleza, la justicia; y tendemos a considerar que estas cualidades existen como realidades externas a nosotros, como objetos de nuestro deseo. En el orden psicológico los valores son propiedades de la personalidad, preferencias, orientaciones, disposiciones psíquicas. Nos apropiamos de aquellos bienes abstractos, los interiorizamos en nuestra personalidad como actitudes, sentimientos, convicciones o rasgos de carácter. Así, decimos que alguien es bondadoso, justo, generoso o valiente. En este sentido, en el orden psicológico, lo valores vienen a ser, en cierta forma, los fines de la educación; son las propiedades de la personalidad que nos proponemos formar en los educandos. En el orden sociológico, los valores adquieren otro significado: son preferencias colectivas, compartidas por un grupo; implican sentimientos de grupo, modos de reaccionar o conductas determinadas. Y entre el orden psicológico y el sociológico cabe ubicar el orden moral, que tiene su propia especificidad y un lugar central en el desarrollo humano: es el orden del uso responsable de la libertad. Los valores morales vienen a significar normas, normas de conducta que sentimos debemos cumplir. La educación en valores, en consecuencia tiene todos estos significados: se sitúa en el orden psicológico y en el moral, y toma como referencia el sociológico; podríamos definirla como el esfuerzo sistemático para ayudar a los educandos a adquirir cualidades de su personalidad que se consideran deseables en los diversos ámbitos del desarrollo humano, y particularmente aquellas que se relacionan con el uso responsable de su libertad. Partiendo del principio de que los valores no se imponen sino que se aprenden, la propuesta educativa debe procurar que los sujetos gesten y sistematicen su escala de valores desde una perspectiva autónoma y reflexiva, en un entorno social de libertad, 5 al tiempo que se deben establecer las líneas de actuación y colaboración entre las agencias educativas para darle a la intervención educativa una dimensión moral. La acción educativa Para convertirse en propuestas educativas los valores tienen que identificarse, de alguna manera, clasificarse. Una forma de hacerlo consiste en recoger los intereses o preferencias culturales que reciben consensos más o menos generalizados. Hoy en día encontramos tres propuestas de formación de valores de las que se habla mucho. En primer lugar, la educación para los derechos humanos; se toma la Declaración Universal de los Derechos Humanos de las Naciones Unidas como base conceptual indiscutida, que ha recibido el consenso de todos los países y grupos culturales, y se identifican los valores que corresponden a esos derechos. Una segunda orientación se centra en la educación para la paz y la comprensión internacional y la convivencia social tolerante como la meta de la educación en valores. Existe una Recomendación de la UNESCO de 1974 sobre este tema, que contiene muchas orientaciones para desarrollar una educación orientada a construir un mundo más tolerante y pacífico. Una tercera manera es la educación para la democracia, porque se cree que el concepto de democracia resume muchos valores relevantes para construir una convivencia respetuosa. También nos interesa, de cara a desarrollar una educación en valores, comprender cómo se forman esas propiedades de la personalidad, esas disposiciones o preferencias. Han sido varios los enfoques teóricos que han pretendido explicar la formación de valores: - El enfoque conductista subraya los condicionamientos y determinantes de los comportamientos; explica las decisiones por mecanismos de estímulorespuesta. - El sociológico en cambio profundiza en los procesos colectivos que fijan las preferencias y las normas de conducta social y las maneras como esas normas sociales condicionan los valores de los individuos. - El enfoque cognitivo subraya el aspecto intelectual en la formación de valores, denominándolo desarrollo del juicio moral. El desarrollo del juicio moral, iniciado por Piaget y continuado por Lawrence Kohlberg y varios de sus discípulos, es el que predomina actualmente. Esta teoría sostiene que el desarrollo moral se da a través de estadios sucesivos de razonamiento, que van de la heteronomía del niño a la autonomía de la persona madura. Una limitación que podríamos identificar en esta teoría es que sobrevalora los componentes racionales en la formación de valores y prescinde de los afectivos sociales y culturales. 6 - El psicoanalítico, pretende explicar esta formación por las dinámicas del inconsciente, y la construcción moral por la identificación con arquetipos, la constitución del superyó, la sublimación de los impulsos y los mecanismos de censura; los valores serían el resultado de una construcción inconsciente. El enfoque psicodinámico indaga las fuerzas integradoras de la personalidad, particularmente el deseo, las motivaciones y los sentimientos; se afirma que estas fuerzas junto con el impulso de autoconservación y el de autoestima, confluyen en la dinámica de la autorrealización y forman nuestros valores. En esta línea se mueven las propuestas actuales de educación emocional cuando plantean que una educación integral sólo es posible si contemplamos, junto al mundo de la razón, el mundo de las emociones y los sentimientos y el mundo de la voluntad. Este último, el mundo de la voluntad, relacionado con la gestión de las emociones y las formas de afrontar las situaciones vitales y la toma de decisiones, es también un mundo olvidado que conviene y urge recuperar para saber más sobre él y sobre cómo abordar mejor su educación Los métodos y prácticas pedagógicas Entre los criterios metodológicos y prácticas educativas que pueden favorecer la educación en valores podríamos subrayar los siguientes: La necesidad de una congruencia entre la labor de la familia y la escuela: de lo contrario una descalificará a la otra y se crearán conflictos en el educando. En un marco de colaboración entre ambas debe primar el estilo democrático sobre el autoritario dado que la imposición de los valores suele conllevar el rechazo de los mismos. Parece conveniente desarrollar una visión holística (es decir integral e integrada) que relacione unos valores con otros y haga ver su congruencia atendiendo a las diferentes dimensiones de la persona. La persona en sus manifestaciones combina sus diferentes dimensiones entrelazadas y yuxtapuestas de forma que constituyen un sistema y como tal funciona. Nos estamos refiriendo a las dimensiones: cognitiva-racional, afectiva-emocional y volitiva-conductual. Resulta imposible identificar separadamente cuál de estas dimensiones se pone en marcha cuando la persona se encuentra en una situación de interacción social, y es sujeto de educación y objeto de la misma. Cuando educamos estamos incidiendo en cada una de estas dimensiones, en mayor o menor medida, con el objetivo de contribuir a la optimización integral de la persona. Por ello parece conveniente que la educación en valores no quede limitada a un área curricular (Educación para la ciudadanía) sino que debe extenderse, además, al resto de áreas curriculares de forma transversal. También resulta tremendamente condicionante la organización del contexto escolar como promovedor de un ambiente y clima propicio a la experiencia de valores que se consideran importantes. Así resultan claves las relaciones personales que se viven en la escuela y que están condicionadas por la 7 organización de la institución, pues de ellas depende que se fomente la confianza, el diálogo, el respeto, la solidaridad, la autoestima, etc. Asimismo el maestro resulta el factor más relevante en cuanto que encarna lo valores y sirve de modelo antes los alumnos. LA DIMENSIÓN MORAL EN LA EDUCACIÓN Definición La primera dificultad al acercarnos al concepto de educación moral reside en determinar la amplitud con que vamos a entenderla. En un sentido amplio, podemos definirla como socialización. Su objetivo sería ayudar a los alumnos y alumnas a integrarse en su comunidad. Para conseguirlo, se les debería dotar de las habilidades y del bagaje cultural, necesarios para adaptarse a los códigos morales establecidos. Pese a la importancia de tales procesos, pensamos que la educación moral no queda reducida a socialización, sino que en ella se destaca también una vertiente crítica y transformadora. La educación moral quiere hacer de cada sujeto el autor de su propia historia, colocar en sus manos la responsabilidad de inventar su vida, de tomar decisiones personales en situaciones de conflicto de valor y de construir una forma de ser deseada. Entendida así, podemos decir que la educación moral: Tiene como objetivo ayudar a los alumnos en el proceso de adquisición de las capacidades para pensar, sentir y actuar, así como aportarles los conocimientos necesarios para que se puedan enfrentar a las situaciones que pueden suponer para ellos un conflicto de valores. Se trata de desarrollar unas formas de pensamiento sobre temas morales y cívicos cada vez mejores, así como de aprender a aplicar esta capacidad de juicio a la propia historia personal y colectiva a fin de mejorarla. Enfoques sobre la educación moral Existen básicamente, dos teorías o enfoques sobre el papel de la educación moral, desde el punto de vista del educando: - En el primero se delimita la formación moral como adaptación heterónoma. Son los autores para quienes la adquisición de la moralidad es un medio de adaptación a la sociedad a la que pertenecen, a sus valores y normas de conducta. Las normas están establecidas previamente y el sujeto debe conocerlas para permitirse la existencia bondadosa en esa sociedad. Sus representantes de más relieve son: Dukheim, Freud y Skinner. - En el segundo grupo se encuentran aquellas teorías que entienden la formación moral como la continua elaboración de un pensamiento y hábito moral autónomo. El sujeto no queda sometido al medio sino que él mismo se autorrealiza desde el punto de vista de la moral. Destacan Piaget y Kohlberg. En este sentido la educación moral debe convertirse en un hábito de reflexión individual y colectiva que permita elaborar racional y autónomamente principios generales de valor y normas de 8 conducta contextualizadas, asimismo debe capacitar a los educandos para adoptar un tipo de conductas personales coherentes con los principios y normas que hayan construido. Actitudes y valores a través del currículo Si nos referimos a la normativa vigente vemos que la LOE plantea el desarrollo curricular de la educación en valores a través de dos vías: - Mediante un desarrollo curricular que se incorporará al proyecto educativo y debe implicar un abordaje desde las distintas áreas, favoreciendo que los alumnos aprendan por sí mismos a convivir como ciudadanos críticos, libres, justos y responsables. - A través del área de Educación para la ciudadanía de forma más sistemática que se impartirá en algunos cursos de Educación Primaria y Secundaria. Ateniéndonos a la definición de currículo que la propia LOE establece: “conjunto de objetivos, competencias básicas, contenidos, métodos pedagógicos y criterios de evaluación de cada una de las enseñanzas reguladas del sistema educativo”, podemos decir que en todos los elementos del currículo parece necesario establecer criterios o tomar decisiones relativas a la educación moral. Si relacionamos los elementos básicos del currículo con la definición de educación moral que vimos anteriormente podemos entender de qué forma se concretan cada uno de dichos elementos curriculares: - Objetivos: La educación moral pretende ayudar en el proceso de desarrollo y adquisición de las capacidades para sentir, pensar y actuar De aquí se deduce la necesidad de desarrollar diferentes capacidades como objetivos de la educación moral. La sensitividad es la capacidad para mostrarse abierto a los problemas morales. No siempre es fácil percibir los conflictos que constantemente aparecen a nuestro alrededor. Consideramos que la capacidad para saber reconocer estos problemas y para sentirse afectado por ellos es fundamental. Por otra parte, es en este núcleo de capacidades donde los aspectos emotivos y empáticos tienen un papel más elevado El segundo tipo de capacidades a las que hacemos referencia en nuestra definición son las capacidades de reflexión: el desarrollo del juicio moral y la comprensión crítica de la realidad. La capacidad para argumentar en base a criterios cada vez más justos y maduros, la capacidad para comprender las raíces de los problemas, así como las diferentes lecturas que se pueden hacer de los mismos, son la base que permitirá al sujeto comprometerse en un diálogo crítico y creativo con la realidad personal y social. Por último, la educación moral está estrechamente ligada al comportamiento. Aunque los factores que intervienen en el 9 comportamiento son variados y complejos, la educación moral debe dotar al individuo de aquellas capacidades que le permitan no sólo controlar sino también dirigir su comportamiento y su vida. - Contenidos: así como de los conocimientos sustantivos Cuando en la definición de educación moral hacemos referencia a la adquisición de conocimientos estamos refiriéndonos a aquellos valores y actitudes deseables desde el punto de vista moral y sobre los cuales hay un amplio consenso. Valores como la justicia, la libertad, la igualdad, la solidaridad, la colaboración y la paz, son contenidos básicos de la construcción de la moralidad. Ayudar a que se conceptualicen y fomentar actitudes coherentes con dichos valores son algunos de los contenidos que debería atender la educación moral. - Metodología: para enfrentarse autónomamente a aquellas situaciones que implican o pueden implicar un conflicto de valores. El siguiente aspecto que aparece en la definición hace referencia a la autonomía del sujeto que se educa. Tal y como nosotros la entendemos, la autonomía supone reconocer la capacidad que cada sujeto tiene para dirigirse a sí mismo de acuerdo con su conciencia, su forma de pensar y de querer. Ello no significa que consideremos la conciencia como algo formado individualmente y aislado de la realidad. Por el contrario, pensamos que la conciencia se forma intersubjetivamente, y que la manera de pensar y sentir del individuo es fruto también, y sobre todo, de lo que éste construye y descubre en el diálogo e interacción con los demás, que habrá de ser, por tanto, la mejor metodología para formar en valores. - Criterios de evaluación: Por último, nos centramos en los conflictos de valor y especialmente en aquellas situaciones donde tales conflictos se ponen de manifiesto y se perciben de manera más intensa. Estas situaciones nos deben servir de referencia para evaluar el grado de consecución de los objetivos planteados para la educación en valores. Concreción de la educación moral en las distintas etapas educativas Con relación a la finalidad de cada etapa educativa, definida por la ley, existen referentes de educación moral que conectan con algunos objetivos que contribuirían a ello: Educación infantil o Esta etapa sienta las bases de la moralidad adulta o Su finalidad es el desarrollo del niño en todos sus aspectos: físico, intelectual, social, emocional, afectivo, moral o Objetivo de la etapa relacionado con el proceso de moralización: Establecer relaciones y vínculos fluidos con adultos e iguales: 10 o Áreas que lo desarrollan: o articulando sus propios intereses y puntos de vista con los demás(Área Conocimiento de sí mismo y Autonomía personal) o desarrollando actitudes de ayuda y colaboración(Área de Comunicación) o respetando la diversidad(Área de Conocimiento del entorno) Etapa de Primaria o Finalidad: concreta el desarrollo de habilidades sociales como aspecto más afín a la educación moral. o Objetivos de la etapa relacionados con el proceso de moralización - colaborar en las actividades del grupo, aceptando las normas y reglas democráticas que se establezcan, - articulando objetivos e intereses propios con los de otros miembros del grupo - asumiendo responsabilidades - desarrollando actitudes de respeto hacia las diferencias y rechazo de cualquier discriminación en razón del sexo, clase social, raza, creencia - apreciando los valores básicos que rigen la convivencia o Áreas: - Conocimiento del Medio: información valoración y crítica de temas que planteen conflicto de valores - Lengua Castellana: fomento del diálogo como procedimiento metodológico básico - Matemáticas: desarrollo de actitudes objetivas de análisis de las situaciones - Educación Artística: valoración del trabajo de los demás mediante distintas formas de expresión. Etapa Secundaria o Finalidad: se refiere a la necesidad de , formarles para el ejercicio de sus derechos y obligaciones en la vida como ciudadanos,. o Objetivos de la etapa relacionados con el proceso de moralización - Analizar los mecanismos y valores que rigen el funcionamiento de las sociedades, en especial los relativos a derechos y deberes de los ciudadanos, y adoptar juicios y actitudes personales con respecto a ellos. - Desarrollar actitudes solidarias y tolerantes ante las diferencias sociales, religiosas, de género y de etnia. - Fortalecer sus capacidades afectivas en todos los ámbitos de la personalidad y en sus relaciones con los demás, así como rechazar la violencia como forma de resolución de conflictos. o Áreas: - Ciencias de la Naturaleza: respeto al medioambiente - Ciencias sociales: tomar conciencia de los grandes problemas del ser humano (Por ejemplo: el crecimiento demográfico) 11 - Lengua castellana: valoración de los mensajes procedentes de los medios de comunicación. Educación Física: superación de limitaciones personales Pedagogía de la educación moral. El método Kohlberg La pedagogía específica de la educación moral se concreta en un conjunto de métodos y técnicas orientadas a desarrollar el sentido moral. Basándonos en el método propuesto por Kohlberg las vías para la educación moral en un centro educativo serían dos básicamente que se deberían tener en cuenta al diseñar el proyecto curricular del centro: 1. La programación y aplicación multidisciplinar de un conjunto sistemático de actividades pensadas específicamente para favorecer la formación del juicio y del comportamiento moral; (Programaciones didácticas) 2. La organización de la escuela y del grupo-clase de acuerdo con criterios que faciliten la participación democrática de alumnos y profesores, de modo que sea posible enfrentarse dialógicamente a los problemas de convivencia y de trabajo que la vida escolar general(Proyecto Educativo de Centro) Veamos cada uno de estos aspectos de forma más concreta: Actividades específicas, transversales y sistemáticas de educación moral o Una propuesta de actividades de educación moral debe ser específica; es decir, especialmente pensada para contribuir a la consecución de los objetivos propios de educación moral. La formación moral exige estrategias propias y pensadas prioritariamente para desarrollar los distintos componentes de la personalidad moral. A modo de ejemplo, diríamos que la discusión de dilemas morales, las estrategias de clarificación de valores y el role-playing son algunos procedimientos específicos de educación moral. o Por otra parte, habría que considerar las actividades de educación moral como multidisciplinares porque, tratando temas complejos y de enorme repercusión personal y social, no están contemplados como áreas o disciplinas en los diseños curriculares. Son abordados de modo multidisciplinar por parte del profesorado del centro. De acuerdo con todo ello, la educación moral debería ser tratada en las distintas materias y con metodologías específicas. o En tercer lugar, hemos dicho que las actividades de educación moral debían ser sistemáticas. Ni las metodologías específicas ni su planteamiento multidisciplinar pueden quedarse en actividades ocasionales y quizás desordenadas, sino que deben estar reguladas y orientadas por una propuesta curricular específica. A saber, por una propuesta de objetivos y de contenidos referentes a hechos, procedimientos y valores suficientemente precisa y convenientemente secuenciada. 12 Participación democrática en la vida colectiva de la escuela o Las actividades escolares de educación moral pueden ser muchas y muy variadas, pero ninguna puede sustituir ni tiene la eficacia de las experiencias reales y directas que ofrece la vida colectiva. En especial cuando son vividas democráticamente. La participación de los alumnos ha sido un objetivo y un medio recurrente en todas las propuestas progresistas de educación cívica, social y moral. o Pensamos que la participación democrática de profesores y alumnos en foros de diálogo donde plantearse los problemas de convivencia y trabajo es el telón de fondo imprescindible de cualquier actividad de educación moral, y en sí mismo una fuente privilegiada de experiencias morales significativas. o Experiencias que sin duda producen importantes consecuencias formativas, entre las que cabe destacar el desarrollo del juicio moral, la consolidación del respeto mutuo, la comprensión recíproca, la solidaridad, la cooperación y la integración colectiva; la discusión objetiva de conflictos, de manera que los alumnos sean capaces de ponerse en el lugar de sus compañeros y adquirir en este esfuerzo aptitudes dialógicas; la creación de hábitos de autogobierno que faciliten la obtención de acuerdos colectivos; y finalmente, la coherencia entre juicio y acción moral dentro y fuera de la escuela. EDUCACIÓN PARA LA CONVIVENCIA Y PARA LA PAZ Antecedentes históricos Primer referente que fundamenta la Educación para la Paz: la Escuela Nueva El movimiento pedagógico conocido como Escuela Nueva surgió a comienzos del siglo pasado con el objetivo de reformar la escuela tradicional y por extensión, llegar a una reforma social a través de la educación. La Escuela Nueva concibe la educación como un medio de transformación de la sociedad para lo cual hace una reflexión crítica sobre el qué, cómo y para qué de la educación. Uno de sus lemas era «educación para la vida». Esto suponía ir más allá de los contenidos académicos tradicionales. Este movimiento se ha ido desarrollando a lo largo del siglo XX y sus aportaciones al sistema educativo actual son múltiples y diversas. Muchas de las innovaciones actuales podrían rastrearse en el movimiento de la Escuela Nueva. Entre ellas la Educación para la Paz Segundo referente histórico: La Declaración Universal de los Derechos Humanos (10 de diciembre de 1948) promulgada por Naciones Unidas y especialmente la UNESCO que promueve una educación para la comprensión internacional a partir de dicha declaración. - Art. 1. Todos los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos... - Art. 26.1. Toda persona tiene derecho a la educación - Art. 26.2. La educación tendrá por objeto el pleno desarrollo de la personalidad humana y el fortalecimiento del respeto a los derechos 13 humanos y a las libertades fundamentales, favorecerá la comprensión, la tolerancia y la amistad entre todas las naciones La Constitución Española de 1978 - Art. 10.2. ...reconoce la Declaración Universal de Derechos Humanos... - Art. 27.1. ..reconoce el derecho a la educación y a la libertad de enseñanza - Art. 27.2. La educación tendrá por objeto el pleno desarrollo de la personalidad humana en el respeto a los principios democráticos de convivencia y a los derechos y deberes fundamentales. La LOE (Ley Orgánica 2/2003, de 3 de mayo, de Educación)) entre los fines que persigue el sistema educativo español establece: - Art. 2. e. La formación para la paz, el respeto a los derechos humanos…la cooperación y solidaridad entre los pueblos - Asimismo se crea una nueva materia Educación para la Ciudadanía que contempla en su currículum el desarrollo de valores democráticos y para la convivencia El Decreto 15/2007, de 19 de abril, establece el marco regulador de la convivencia en los centros docentes de la Comunidad de Madrid, según el cual todos los centros deben elaborar un Plan de Convivencia que garantice el adecuado clima escolar Tratamiento de la educación para la convivencia en los centros educativos Convivencia y conflicto La educación para la convivencia se entiende como un proceso educativo fundamentado en una perspectiva creativa del conflicto, la cual a través de la aplicación de métodos educativos pretende desarrollar un nuevo tipo de cultura, la cultura de la no violencia. El conflicto debe entenderse como algo consustancial a la naturaleza humana, quiere decir que tenemos que ser capaces de aceptarlos y afrontarlos de manera que tras su superación, la convivencia se vea fortalecida. Algunos principios educativos que se desprenden de este enfoque serían: - Hemos de aprender a enfrentarnos a los conflictos evitando la violencia como conducta humana que supone la pérdida del control y el dominio de la agresividad y de la emoción frente al diálogo y la razón. - Educar para la convivencia es educar en valores, tales como la justicia, la cooperación, la solidaridad, la toma de decisiones. Cuestionando valores contrarios a la convivencia tales como la discriminación, la intolerancia, la violencia, etc. - Debe existir una relación continua entre el aula y las estructuras sociales a las que pertenece el individuo, como la familia o los grupos de iguales, no limitándose sólo al aula 14 La metodología favorecedora de una educación para la convivencia implicaría: - La organización democrática del aula que fomente el diálogo y la participación activa de los alumnos. - El fomento de la interacción positiva entre los alumnos a través del trabajo en equipo mediante aprendizaje cooperativo - La asunción de responsabilidades por los alumnos - El desarrollo de situaciones interactivas y de toma de decisiones que permitan resolver los conflictos. Convivencia y organización escolar El problema La institución escolar presenta muchas características que pueden implicar conflictos: - Obligación de asistir a clase - Propuesta de tareas por un agente de autoridad (profesor) sin margen de decisión para el alumnado. - Falta de percepción por el alumno del verdadero sentido de las tareas escolares - Obligación de convivir conjuntamente a un grupo de alumnos de múltiples orígenes sociales y culturales - Horarios rígidos - Vigilancia continua del comportamiento del alumno Este ambiente escolar choca con el elevado nivel de permisividad de las familias y sociedad en general con el comportamiento de los niños y jóvenes, hecho al que se une una intensa crisis de valores en las familias por el paso de una sociedad tradicional basada en un fuerte peso de la autoridad a una sociedad democrática donde prima el consenso Difícil afrontamiento Ante esta contradicción los centros educativos están encontrando serias dificultades para afrontar la conflictividad social y las necesidades educativas que un significativo número de alumnos presenta en el campo de la convivencia. Mientras que la atención a la diversidad pedagógica, entendida como diversidad de capacidades, intereses y motivaciones, se va abriendo paso, no ocurre lo mismo con las dificultades para afrontar retos derivados de la diversidad de orígenes sociales y culturales. Adopción de medidas Ante esta perspectiva los centros educativos han de buscar fórmulas adecuadas de atender a esta diversidad social con la finalidad de promover la adquisición de habilidades sociales adaptativas que permitan normalizar la conducta del alumnado. Este trabajo ha de implicar diferentes tipos de medidas muchas de las cuales se revelan como eficaces a partir de la aplicación de algunos proyectos de mejora de la convivencia que se han desarrollado en estos últimos años: 15 - Hemos de partir del análisis de la situación de conflictividad de cada centro, de los factores que inciden negativamente sobre la convivencia y actuar sobre ellos - Hemos de adoptar medidas de tipo curricular como son Establecer actitudes, valores y normas, que favorezcan la aceptación y el respeto, como contenidos de trabajo curricular Fomentar las habilidades de comunicación y de participación Potenciar metodologías de trabajo cooperativo - Medidas de acción tutorial, aprovechando la tutoría para educar en el análisis de situaciones y la toma de decisiones, para practicar la negociación como forma de resolución de conflictos, para promover un adecuado clima de aula a partir de un ejercicio democrático de la autoridad. - Medidas organizativas de carácter general: Incrementando la participación de los diferentes agentes de la comunidad educativa en la gestión, organización, actividades del centro y en la resolución de conflictos. Favorecer la coordinación de los equipos docentes en todas las intervenciones y muy especialmente en las que hacen referencias a resolución de conflictos o problemas de convivencia Regular de forma clara y explícita la convivencia en los centros. Entendiendo por tal regulación, la definición de los derechos y deberes de los diferentes sectores de la comunidad educativa y las normas de convivencia y su revisión constante para ofrecer a los alumnos la posibilidad de realizar propuestas y sugerencias, evitando que las normas al estar alejadas de la realidad sean ellas mismas causantes de conflictos Definir sistemas de resolución de conflictos operativos y eficaces que superen el simple recurso a reglamentos disciplinarios. Estableciendo, por ejemplo sistemas de mediación Promoviendo, a través de las Comisiones de Convivencia, planes de actuación preventivos tales como: planes de reducción del absentismo, planes de atención a la diversidad, planes de actividades extraescolares Incorporando a los centros perfiles profesionales nuevos, tales como los trabajadores sociales(PTSC) o los integradores sociales que lideren la respuesta de intermediación entre la escuela y la sociedad 16 - Todas estas medidas podrían articularse y desarrollarse de una forma más adecuada dentro de un Plan de fomento de la convivencia en el centro La mediación como alternativa a la solución de conflictos o La mediación consiste en una intervención no forzada de un tercero en un conflicto para ayudar a las partes involucradas en un conflicto a superarlo mediante procedimientos de comunicación y de búsqueda conjunta de una solución(Torrego 2000) o Sus principios giran en torno a reforzar la convivencia democrática desde una visión positiva del conflicto, la intervención directa del alumnado en la resolución del mismo, la promoción del autocontrol emocional y el respeto por sí mismo y los demás, y la práctica de habilidades de comunicación y negociación. o No sustituye a los modelos tradicionales basados en la aplicación del régimen disciplinario sino que lo complementa y enriquece. o El objetivo. Más allá de alcanzar un acuerdo, el desarrollo de actitudes de reconocimiento mutuo, de búsqueda de soluciones, de fortalecimiento de las relaciones entre los individuos. El desarrollo de actitudes cooperativas, democráticas y cívicas a través de las distintas etapas educativas Los elementos del currículo presentan diversas indicaciones referentes a la convivencia y a las actitudes democráticas, cooperativas y cívicas. A continuación expondremos tales referencias en las distintas etapas educativas y sus áreas, siguiendo, para ello, los contenidos de los decretos curriculares Educación infantil o Su finalidad es el desarrollo del niño en todos sus aspectos: físico, intelectual, social, emocional, afectivo. o Objetivos/capacidades de la etapa relacionados con la educación para la convivencia: relacionarse con los demás y aprender las pautas elementales de convivencia o Metodología: basada en las experiencias, actividades y juego en un clima de confianza y afecto o Áreas: - Área Identidad y Autonomía personal: articulando sus propios intereses y puntos de vista con los demás - Área de Comunicación: desarrollando actitudes de ayuda y colaboración - Área del medio Físico y Social: respetando la diversidad 17 Etapa de Primaria o Finalidad: concreta el desarrollo de habilidades sociales como aspecto más afín a la educación para la convivencia o Objetivos/capacidades de la etapa relacionados con la educación para la convivencia: - colaborar en las actividades del grupo, aceptando las normas y reglas democráticas que se establezcan, - articulando objetivos e intereses propios con los de otros miembros del grupo - asumiendo responsabilidades - desarrollando actitudes de respeto hacia las diferencias y rechazo de cualquier discriminación en razón del sexo, clase social, raza, creencia - apreciando los valores básicos que rigen la convivencia o Áreas: - Conocimiento del Medio: valorar la convivencia pacífica entre los pueblos basada en el respeto a las diferentes culturas - Lengua Castellana: fomento del diálogo como procedimiento metodológico básico - Matemáticas: desarrollo de actitudes objetivas de análisis de las situaciones - Educación Artística: valoración del trabajo de los demás como forma de superar el propio punto de vista. Etapa Secundaria o Finalidad: se refiere a la necesidad de, formarles para el ejercicio de sus derechos y obligaciones en la vida como ciudadanos. o Objetivos/capacidades de la etapa relacionados con la educación para la convivencia - Analizar los mecanismos y valores que rigen el funcionamiento de las sociedades, en especial los relativos a derechos y deberes de los ciudadanos, y adoptar juicios y actitudes personales con respecto a ellos. - Desarrollar actitudes solidarias y tolerantes ante las diferencias sociales, religiosas, de género y de etnia. - Conocer el patrimonio cultural y lingüístico de nuestro país y desarrollar una actitud de interés y respeto hacia la dimensión pluricultural y plurilingüística. o Áreas: - Ciencias de la Naturaleza: valoración de la ciencia como herramienta para el progreso social y no para el enfrentamiento - Ciencias sociales: análisis de las causas de los conflictos a lo largo de la historia 18 - Lengua castellana: valorar mediante expresión escrita aspectos relacionados con conflictos locales o del centro. Lengua extranjera: desarrollar la importancia de la comunicación como antítesis de la violencia Educación para la ciudadanía y los derechos humanos: el aprendizaje de la ciudadanía responsable, que engloba aspectos relacionados con el conocimiento y el ejercicio de los derechos y responsabilidades cívicas, exige que los alumnos se inicien en la participación activa en el centro docente para adquirir los rudimentos de la participación democrática. EDUCACIÓN DE LAS EMOCIONES Las respuestas a la realidad de nuestra sociedad, compleja y plural, exigen un nivel de comprensión, respeto y tolerancia difícil de alcanzar si ignoramos la importancia del mundo de la afectividad y de la sensibilidad en la vida de la relación y la comunicación (García Carrasco y García del Dujo, 2001). El carácter relacional y comunicacional presente en los tres tipos de prácticas educativas -formales, no formales e informales-, hace que en todas ellas la afectividad y el mundo de la sensibilidad y de los sentimientos adquieran especial relevancia. La capacidad para comprender al otro antes de aceptarlo o no, y nuestra especial disposición genuinamente humana para captar su tono anímico son dimensiones de la persona que sólo pueden desarrollarse de forma completa mediante la educación de los sentimientos. Pero además existen otros factores no sólo de carácter pedagógico, sino también sociales que obligan a abordar el mundo de las emociones y la educación de los sentimientos de forma más completa y sistemática que hasta ahora. Entre otros, podemos considerar el incremento progresivo de violencia en las escuelas y en las calles, la aparición de brotes de racismo ante el fenómeno desbordante de la inmigración, la emergencia de movimientos integristas, la falta de respeto en las relaciones interpersonales, la violencia doméstica, etc. Puede que éstas y otras causas hayan hecho saltar las alarmas de educadores, familias y sociedad en general, espectadores y actores de una sociedad donde se pretende conseguir la felicidad sin asumir responsabilidades evitando todo aquello que implique esfuerzo o sacrificio, donde no se valoran las normas como garantía de confianza mutua y de logro del bien común, donde se piensa en la satisfacción de las necesidades individuales antes que en las colectivas y en la que el respeto a los demás se ha convertido en un valor escaso. Todas estas circunstancias nos obligan a plantear una educación en valores que no solamente no olvide la educación emocional, sino que la tenga en cuenta de forma explícita. Una educación de los sentimientos y de la dimensión social de la persona que contribuya a mejorar la convivencia entre las personas y, como consecuencia, la sociedad 19 Educar en valores de manera integral significa, por tanto, educar los sentimientos, ya que éstos van de la mano de la razón, la argumentación y la competencia comunicacional de las personas. Las situaciones de aprendizaje dialógico en las que participamos y avanzamos discursivamente con los “otros”, iguales o diferentes, nos ayudan a regular nuestros sentimientos y nuestra voluntad. El aprendizaje y desarrollo de la competencia comunicacional y de criterios de racionalidad puede alcanzarse con mayor eficacia si promovemos situaciones de aprendizaje cooperativo en los que las personas que intervienen están agrupadas atendiendo a criterios de heterogeneidad en la forma de abordar y resolver situaciones de la vida cotidiana. Las diferentes percepciones de la realidad y los sentimientos que cada sujeto construye a partir de las mismas son factores potenciales de conflicto sociocognitivo que mediante el uso del lenguaje pueden conducir desde una comprensión basada fundamentalmente en la sensibilidad moral a un nivel de comprensión elaborada discursivamente que permita construir y compartir leyes o principios generales que regulen el mundo de los valores. Estas situaciones de aprendizaje cooperativo y dialógico implican ejercicios de autoconocimiento, comprensión de nuestros sentimientos, gestión de nuestras emociones, conocimiento y aceptación de los otros, sufrir con los otros. Son escenarios potencialmente óptimos para el aprendizaje mediante la práctica y la observación de valores como: el respeto, la diferencia de criterio, la solidaridad, la diversidad de sentimientos y formas de comprender la realidad y el diálogo. Asimismo, y siempre que el educador esté formado adecuadamente, son buenos espacios en los que aprender a conocerse a sí mismo y a percibir que somos reconocidos por los demás y valorados, incrementar nuestra autoestima personal y competencia para atreverse a ser autónomo y establecer nuestras propias reglas. La educación de los sentimientos no solamente se dirige a aquellos sentimientos que se consideran deseables, positivos o ideales, sino que abarca toda clase de sentimientos. Todos los que aparecen en nuestra vida personal cuando interaccionamos con las demás personas. Por ejemplo, sentimientos que se derivan de la sensación de frustración que puede producirse cuando alguien en quien confiamos actúa de forma contraria a la que esperábamos, cuando contemplamos la violación de los derechos de las personas y nos genera indignación, cuando vemos que nuestras acciones tienen unas consecuencias que perjudican a los demás, etc. Este tipo de sentimientos a menudo son evitados por los educadores en el intento de hacer un bien al educando. Evitar que el educando viva estos sentimientos puede perjudicarle en cuanto que no le proporciona la oportunidad de practicar la gestión de las emociones y protagonizar su vida emocional de forma más completa. En las situaciones que vivimos en la vida cotidiana a nivel de sentimientos, desempeñamos tres tipos de funciones según sea nuestra ubicación en las mismas: paciente, observador y agente. Es necesario que desde la educación se planteen pedagógicamente situaciones donde se puedan jugar cada uno de esos roles. 20 BIBLIOGRAFÍA BERKOWITZ, M.W. (1995) Educar a la persona moral en su totalidad. En Revista Iberoamericana de Educación, nº 8, 73-101. BOLÍVAR, A. (1998). Educar en valores. Una educación para la ciudadanía. Sevilla: Conserjería de Educación y Ciencia de la Junta de Andalucía. GARCÍA CARRASCO, J. y GARCÍA DEL DUJO, A. (2001) Teoría de la Educación II. Procesos primarios de formación del pensamiento y la acción. Salamanca, Ediciones Universidad de Salamanca HERSH, R., REIMER, J. Y PAOLITTO, D. (1984). El crecimiento moral de Piaget a Kohlberg. Madrid: Narcea. HOFFMAN, M.L. (2002) Desarrollo moral y empatía. Barcelona: Idea Books. KOHLBERG, L. (1992): Psicología del desarrollo moral. Bilbao: Desclée de Brouwer. LUCINI, F.G. (1993). Temas transversales y educación en valores. Madrid: Alauda. ORTEGA RUIZ, P. Y MÍNGUEZ VALLEJOS, R. (2001). Los valores en la educación. 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(BOE de 8 de diciembre) › REAL DECRETO 1631/2006, de 29 de diciembre, por el que se establecen las enseñanzas mínimas correspondientes a la Educación Secundaria Obligatoria.(BOE de 5 de enero) › REAL DECRETO 732/1995, de 5 de mayo, por el que se establecen los derechos y deberes de los alumnos y las normas de convivencia en los centros. (BOE de 2 de junio) › DECRETO 15/2007, de 19 de abril, por el que se establece el marco regulador de la convivencia en los centros docentes de la Comunidad de Madrid. (BOCM de 25 de abril) 21