Á5allt vi 7'1?A -5i . BO LETI N DE LA Sociedad Geográfica de la Paz Año XVI. La Paz , julio de 1918 . No. 47 El problema del indio II ny a de beau que le vrai. BiBl^O^^^:4 E^^^ú^.G^^iir COCHA9AM5A • BOLIVIA Boilfgu. hoy ]a Sociedad Geográfica consagra un «Boletín* especial al estudio del indio, factor preponderante en la estadística de la población en Bolivia. Para llenar este propósito generoso y patriótico, liemos solicitado la colaboración (le personas que se han dedicado a este irnportante terna de estudios, en su mayor parte nienmbros de nuestra institución. Ya en la larga carrera de propaganda, dentro y fue- - II ra de la I eptíhlica, bastante se ha hecho, particularmen. ha empleado en tal sentido ha sido, y todavía lo es, el te en lo (lile ataire a la etnografía linguistica. famoso libre de tino que vino , en 1493, can el minuto Colón, al descubrimiento del Nuevo Mundo: Bartolomé Al presente, tornando la investigación desde IttÉ Anca de las Casas o Casaús. de Itt rmiquista y clel coloniage, creemos que se pare neeesa rio restal ^ lecer la verdad en lo (lile se refiere al sistertur observa do en los tiempos de la dominación espaitoIa.. Eta, ya ha sido juzgadacort juicio sereno e imparcial naturales de las comarcas nuevos ^ente descubiertas; su por los a.mericauistas, que tanta, inz han' derramado en labor fué activa ante Carlos V, éste consultó el asunto Este apóstol de los indios, desde 1::10, trató en sus viajes de Santo Domingo a Esparta, (le la defensa de los materia de prehistória y en lo concerniente a los actos con graves teólogos y, desde entonces, emanan las trín de la que fué nuestra Madre Patria. En la serie de los conocidas Leyes de Tedias, dictadas por el Consejo y que se han dedii,ado a deparar los errores que se perpe1naban, debemos nombrar a ilustres historiógrafos y aprobadas por el rey. Tal compilación forma un Código de Ordenanzas justas y sabias; de disposiciones ba- eten(logos coleo Bartdelier, l n ^ untis, Moses, Tschudi, ('1e., quienes no solamente han compulsado cuanto de sadas en un sentimiento verdaderamente cristiano, aunque, como es sabido, no obstante el respeto del cual era acreedor el Monarca Español , se oberlerir^ n ,t- sendas nt.ís precioso es conocido en la bibliografía americana, i ^ n luso las fuentes aún inéditas del Archivo de Indias, reces no se cumplian . Tal legislación consideraba al de Sevilla, y otros de diferentes paises; sino que han ent reinado la indagación basta morar entre agrupaciones indio cual menor de edad y'ordenaba se le tratara con la mayor suavidad. de indios, corto 13andelier y 1 ututuis, observadores de los aynutras y quechuas. Por odio y contrario afán de En los nuevos dominios de España, tan remotos de la vista del centro donde residía el Gobierno , las conve- parte de los muchos enemigos que España se suscitó 1 rus sets guerras de lt<a,lia y de Flándes, cono en las ln- niencias personales (le varios funcionarios, las infringieron, cual lo hemos señalado ; pero, una vez conocido el ehtts de lit, reforma religiosa; se ha forjado esa I^ yend,t nerrn e que afín deja rezagos, hasta con adeptos entre ntal, siemp re se trató (le poner ni¡ remedio , cual se ver€t después. los ntisntus de estirpe hispana. El tan citado libro de Fray Bartolomé de las Casas, Al tratar de los indios de Aniérica, el arma que se 1- intitulado eBreníscin ^;^ relación de la destrnieión de las 1 BIBLIOrE ETNOLOGIc COCHABA 1BA - BOLI V IA - IV - V publicado en 1552, y escrito diez años antes, p-ra por exceso de celo y los resultados que produjo sirvirron, corno ¡¡pinos dicho, de arma de partido a los enemigos de España. Esta consideró a los indios como hijos de Dios, mientras otras naciones colonizadoras, en varias partes de nuestras Ant(,rica, sir;uie.ion el sis- 20 (le febrero (le 1644. Entre las previsiones de tal ordenanza, Hallamos la siguiente: (No se apoderen los curas de los biene (le los indios que mueren, sino que la herencia sea para los hijos, parientes y demás personas a quienes la dejáren por sus disposiciones legítimas. lrnta de hacerlos desaparecer, sea, pormedio del alcohol, No se tenga por legítituo el testamento, hecho por el veneno y los evcnlp ^^ores blancos, que recibían algu- los indios a instancias de los curas, en que les dejen sus nos dól^^res por cada cabellera de indio muerto. bienes a pretexto de ruisas o de otra obra pia, o a las Las Casas, en su celo indiscreto fué quien aconsejó la llevada a Amilrica de los negros, cuya cruza con elentento autóctono, autropotógicamente, dió una descendencia mala. Citaríamos larga lista de Virreyes, desde la época del gran estadista don Francisco de Toledo, quienes gobernaron el Reino del I'errí, proveyendo a la correcta administración J- regulando los servicios de los indios. iglesias y cofradías (le sus repartimientos ó pueblos. No se les cobrará derechos por razón de casamientos, bautismos, entierros, velaciones, posas, andas, dobles de campanas, etc. Sólo se cobrará confirme a Sinodales aprobadas por el gobierno. Los curas ensefiiarán l ^ nntualmente la doctrina cristiana a los indios los domingos y demás fiestas de ellos; y a los muchachos todos los días, disponiendo, que esto sea en lengua castellana. El Virrey duque de la Palat,a, hombre recto y de antecedentes lronrosísimos, desde que llegó al Perú tu- De nadie se exigirán ofrendas involuntarias en la vo especial empeño en cortar de raiz los abusos de que iuisa, fiestas, connremoración (le difuntos, etc. eran víctimas los indios por parte de curas y corregido- Nadie ocupe a los indios sin pagarles, con pretexto (le servicio para la Iglesia, etc. etc.» res, cosa que hasta nuestros tiempos, en mayor o menor escala, aún hay que lamentar. No faltaron en lo sucesivo mandatarios de la Corona, que trataron con alrinco, como el Virrey, Marqués Para poner un remedio al mal, que causaba intolerables abusos, este ilustre Virrey, no temió arrostrar la de Castelfuerte, en el siglo XVIII, en poner un correcti- las cóleras del clero y expidió la famosa ordenanza de vo a los abusos y expoliaciones de los que seguian siendo víctimas los indios. - VI - - Vil -- Así se patentiza en las «Noticias secretas (le Ainérica», ew rizas por don -lo rge .Tinin ydon Antonio del ilion,, hacia el a izo 1 CI.> v solamente dadas a luz , en I iisdres, en 1 -2ti., Los ilustres exploradores vinieron al Perú en la, celebre expedición de La Condaruine . Ti no Burlarlo tal publicación, dado el afilo en que fué hecha, se proponía sobre todo inferir algun descrédito contra la que acababa de perder sus Colonias en la América Ateridionnl. a rectificar lo que se ha dicho de los Incas, que llegaron Ahora echemos tina ojeada restrospectiva sobre el ¡Irá cual era cuando lo conquistó Pizarro. Con la misma daizada intención con ]a que se atacó a Espafiia, cuando se publicó el libro de Fray Bartolomé de las ('asas; se propalaron por el nztiudo relatos falsos sobre el Reino de los Incas. (' omo muy bien lo dice Lnmmis, «se nos ha.contado que el Perú era un gran imperio, rico, populoso y civilizado, gobernado por una larga serie ile reyes , que se ] lanzaban Incas ; que tenía di nastias y nobleza; trono y corona y corte; que sus reyes conquistaba.is vastos territorios y civiliza ban a los vecinos salvajes ; que tenían caminos militares mejores que los de los romanos, de ni¡¡ millas (le longitud ; que esa potentosa raza creía en un Ser Supremo ; que había regis palacios : canales de quinientas millas de largo..hasta. representaciones teatrales, etc .« Sería larga la enu- nzeración de tanto adelanto con que contaba el Imperio 1'ernano, que echó por los suelos el conquistador Francisco Pizarro.-La nueva escuela, histórica ha venido a notable estado de prosperidad: pues no puede negarse que, si algunos de éstos eran ,de bastante inteligencia en el arte de gobernar, según su sistema; otros eran orgullosos, violentos y crueles. Ahora, vamos a trascribir alga no conocido sobre lo que era la autocracia de los Incas, de cuyo gobierno se ha hecho un grande elogio, hasta constituir un prefecto ejemplo de patriarcal cornunisrno; veremos que, como todo gobierno cimentado en el autoritarismo; así el de los Incas cayó derrumbado ante un reducido grupo de aventureros. [El salmo etnólogo,arqueólogoy linguista J..1. Tschudi, en su obra, recientemente vertidaal castellano: «Contiibuciones a la historia, civilización y linguistica del Perú antiguo», después (le hacer una reseira (le lo que el talento organizador (le los incas hizo en pró de las instituciones políticas de su imperio, agrega: «sólo imperaba la voluntad soberana y ante ella había que inclinarse o perecer. Eran autócratas tan absolutos corno no los presenta la historia; tiranos en el verdadero sentido de la palabra. Siendo el último ya prisionero de los esp flotes, no se atrevió uno de sus mejores generales, con gran sorpresa de los conquistadores, a presentarse ante él sin llevar un fardo sobre las espaldas, como era (le costumbre, en seiial del m4s profundo vasallaje. Un cronista (Velasco), hace resaltar corno prueba (le nobleza del Inca, que jamas había escupido sino en la mano de unalasdanras (le la corte. Esteexcesivoen- BIBLIOTECA ETNOW CICA COCHABAMBA - BOLIVIA 1 - Ix - - VIII salzamiento infundió a los Incas el desprecio a los dennas hombres... . sí como a las nuevas leyes que se les imponía: son sobrios, sufridos en las contrariedades; laboriosos y perseverantes en el trabajo.» ........................................................................................ «En tales circunstancias facíl es comprender que los Incas eran más temidos que queridos. De un sumario levantado en el Cuzco, el 4 de enero de 1572, resalta un odio intensísiuno a los Incas, a juzgar por las declaraciones prestadas. Los individuos que declararon, decían que sólo por temor a la crueldad de éstos, habíanlos reconocido por sus señores». I,l ilustre naturalista Alcides d'Orbigny, despnóós (le ocho asíos de estudios muy sagazmente llevados a cabo entre los indios (le AmÉ'rica, ha dejado a la posteridad la opinión mas autorizada sobre lo que a los de Bolivia atañe. I)e «l;l llombre Aniéricano», que hemos consul1 ado al coordinar los trabajos que contiene el número del «Boletín» que darnos a luz, conviene se conozca el juicio que fnunnó el sabio explorador, cuyo criterio siempre se guió con la mayor imparcialidad y sin los prejuicios de que adolecían los escritores primitivos de indios y, sobre todo, (le los que han contribuido a forjar la lo'u(,ur/,, rie ra contra nuestra antigua Madre Patria. 1 le aquí lo que encontramos respecto a los indios aymaras y quechuas. Al expresarse sobre el carácter (le los indios quichuas y ayunaras, dice: «los quichuas y aymaras civilizados (le los Andes son de un carácter suave, tranquilo y muy sociable. Recibieron a los españoles con franca 1 ^ ospitalidad y se sometieron ciegamente a la religión, Acaso la índole de nuestros. indios haya variado en el tipo que nos pinta d'Orbigny, y que nuevos hábitos hayan alterado su manera de ser; pero algo hemos observado por nosotros mismos, que no puede desfavorecerlos, si se pone algún cuidado en darles un buen tratamiento. Si el indio aymara y el quechua lia adquirido mas vicios que los que por propia tendencia podía tener, reflexionando serenamente se convence uno que muchos motivos ha habido con el trato que, hasta la actualidad, recibe de parte de los funcionarios, (le todo órden, a los que está sujeto en los pueblos interiores de la República. No sólo son las autoridades locales las que no emplean rnaneras suaves respecto a los indígenas, sino que los mismos vecinos cantonales cometen actos sobremanera reprensibles, cuales sendas veces nos lla tocado presenciar. El indio es y seguirá siendo un elemento preponderante en la estadística de la población de Bolivia. Se dice, que es una raza refractaria a todo progreso, cosa (le la cual nos permitimos disentir: pues se puede afirmar que, desde la independeneia, no se ha hecho en su favor cuanto era menester hacer. ¿Podría un elemento inmigrante aclimatarse en las regiones de nuestras inclementes altas mesetas, en vastas extensiones de tierras desiertas e incultas?...Sí cono- - X cerros sus defectos, hay que conocer también, que en el presente es nuestro único agricultor, el pastor de los ganados y, mas que todo, el bracero para el laboreo de las ruinas . Como tal cuantos ingenieros la.s han descrito reconocen que para tales faenas es irremplazable. Corno soldado, a causa de su resistencia en las marchas, considérasele incomparable. Cuanto ha menester la clase indígena, es que se trata de enseñarle mejores métodos en sus prácticas inveteradas como agricultor, para que ello le proporcione algo más de bienestar,y produzca mas de lo que hace producir ala tierra. Veremos col mados nuestros anhelos, si los temas que encierra este «Boletín», puedan ser una base de propaganda de carácter noble y bien intencionado. La Paz, julio de 1918. M. V. Ballivián. BIBLI01 tLA El ÑULÜu CÁ COCHABAMBA - BOLIVIA Breves aclaraciones etimológicas a la obra LAS ISLAS DE TITICACA Y COATI DEI, SEÑOR ADOLFO F. BANDELiER POR El, DOCTOR WENCESLAO DEL CARPIO INTRODUCCION Tres causas me han inducido a publicar el humilde trabajo que en más de cuarenta años he estudiado, junto al páramo del indio aymartt y kechua. Primera, perpetuar los nombres propios de las ciudades, pueblos y lugares notables de la Geografía e 1-Iistoria de la independencia americana, que diariamente se adulteran con el idioma español, y rectificar lo que éste nos ha trasmitido completamente distinto de su verdadero significado etimológico. Bien se comprenderá que la única manera de vislumbrar la prehistoria de América, es por los primitivos nombres de sus montarías, lagos, ríos y divisiones territoriales. Si estos nombres son de orígen azteca, kejchua o aymara, es autóctona la raza., porque si es fácil poner un nombre al hombre o la cosa que no ha tenido, es difícil cambiarle. Para que de París y Roma se olviden