valores de la partícula “se”

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VALORES DE LA PARTÍCULA “SE”
La partícula "SE" quizá sea el elemento gramatical que más usos diferentes puede
manifestar en español. Prácticamente habrá tantas clases de "se" como de contextos en
donde aparece. Veamos los más importantes
1. Reflexivo:
Las oraciones reflexivas se caracterizan porque el sujeto realiza y recibe, al mismo tiempo,
la acción expresada por el verbo- Es decir, es al mismo tiempo agente y paciente.
En un predicado del tipo “Antonio afeita a Pedro”, si el implemento “a Pedro” es
consabido, el núcleo (verbo) queda incrementado con el signo de implementación “le/lo
afeita”. Conmutando este signo por otros equifuncionales, obtendríamos la serie de
predicados “me afeita”, “te afeita”, “nos afeita”... cuya estructura es la misma y cuyos
miembros se diferencian entre sí porque el signo de implementación se refiere a distintas
“personas”. Si ahora conmutamos el sujeto “tercera persona” por otro resultaría la serie
“me afeito”, “te afeitas”, “nos afeitamos”, “os afeitáis”, donde la referencia al sujeto
efectuada por los morfemas del verbo coincide con la misma “persona” expresada por el
signo de implementación (“me”, “te”, “se”, “nos”, “os”, “se”).
El signo referente a la persona implementada no depende para nada de cuál sea la persona
del sujeto (me afeito, me afeitas, me afeita _). En estos casos, la partícula reflexiva
desempeña una función con respecto al núcleo: Implemento o complemento. Tendremos
así:
1.- Implementación reflexiva o reflexiva directa: Cuando el pronombre reflexivo
desempeña la función de IMPLEMENTO Ej.: “Antonio afeita a Pedro” o “Antonio se
afeita”, donde “a Pedro” y “se” desempeñan la función de IMPLEMENTO.
2.- Complementación reflexiva o reflexiva indirecta: Cuando el pronombre reflexivo
desempeña la función de "complemento". Ej. “Antonio afeita el bigote a Pedro” o
“Antonio se afeita el bigote”, donde “a Pedro” y “se” realizan la función de complemento.
2. Recíproco.Son un caso particular de las reflexivas, No hay verbos recíprocos En estos casos el
sujeto es múltiple y la acción es intercambiada por cada uno de los componentes del sujeto
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Los pronombres son: “nos”, “os”, “se”. El análisis ha de realizarse igual que en las
reflexivas, ya que el ser “reflexiva” o “recíproca” no depende de la forma, sino del
contenido o significado. Veamos: “Antonio y Juan se afeitan” puede significar que
“Antonio se afeita a sí mismo” y “Juan se afeita a sí mismo” o que “Antonio afeita a
Juan” y “Juan afeita a Antonio” En este último caso sería recíproca.
Por tanto, el análisis de las llamadas "recíprocas" ha de hacerse lo mismo que el de las
reflexivas:
- “Juan y Antonio se afeitan”: “se” = Implemento.
- “Juan y Antonio se afeitan el bigote”:
“se” = complemento.
3. Con verbos pronominales:
3.1. Pronominales propios.Son verbos que exigen obligatoriamente el incremento de una referencia personal
idéntica a la del sujeto: “me arrepiento”, “te arrepientes”, “se arrepiente” ... No son
posibles expresiones como “* arrepiento”, “* le arrepientes”, etc. En estos verbos, los
signos constituyentes no son ninguno autónomo; como sintagmas, son unidades
indisociables. Su lexema exige la presencia forzosa de los signos dependientes
pronominales, y son los signos morfológicos de la relación predicativa los que seleccionan
uno de aquellos. (La “1ª persona” sujeto exige “me”, la “2ª”, “te”, etc.), En cuanto
sintagmas son elementos unitarios: funcionan como otros más simples (Juan se queja =
Juan grita).
Como en otros verbos, el campo semántico de estos puede ser más o menos amplio, y,
por ello, más o menos susceptible de estar delimitado mediante términos adyacentes.
Cuando esto ocurre, ninguno de los verbos llamados pronominales adopta el implemento,
sino el SUPLEMENTO: “La pecadora se arrepintió” --> “La pecadora se arrepintió de
su vida pasada”,- “Te burlas” --> “Te burlas de su ingenuidad”,- “Nos quejamos” -->
“Nos quejamos de las molestias”,-- “Se jactan” --> “Se jactan de sus éxitos”, etc.
Además, estos verbos forzosamente reflexivos (o pronominales) parecen admitir
complemento, aunque estadísticamente sea raro, “os quejáis al administrador”, “se me
queja”, “se le queja”.
Citamos como ejemplos de verbos pronominales: jactarse, arrepentirse, quejarse,
dignarse, fugarse, vanagloriarse, atreverse. En estos verbos forzosamente pronominales, el
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pronombre forma parte de la unidad léxica: carece por tanto de sentido su análisis por
separado. Ej.: “Juan se-arrepiente de su acción” – “No nos-atrevemos a salir”.
3.2. Verbos que cambian de significado en su uso pronominal.
Otro grupo de verbos se caracteriza por la doble posibilidad de aparecer solos o bien con
incrementación reflexiva (acordar / acordarse, ocupar / ocuparse, admirar / admirarse). Se
observan dos hechos:
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Que el uso reflexivo impide la presencia de implemento y exige un suplemento.
2.
Que la aparición de “me”, “te”, “se” produce una modificación en el contenido
léxico del verbo. La situación es análoga a la que ocurre en el caso de verbos
compatibles con implemento y suplemento (“entiende los negocios” / “entiende de
negocios”, “¿crees esos rumores?” / “¿crees en la ciencia?”, “trata la enfermedad” /
“trata de la enfermedad”).
Parece, pues, que en los casos de alternancia de incrementación reflexiva, el papel del
reflexivo es puramente el de variar el signo léxico verbal. La aparición de SUPLEMENTO
en lugar de implemento es corolario forzoso, puesto que, habiendo incremento reflexivo
obligatorio, el implemento es imposible. Por ejemplo: “acordaron la paz” / “se acordaron
del asunto”, “las tropas ocupan la ciudad” / los concejales se ocupan de la ciudad”,
“admiro tu elocuencia” / “me admiro de tu elocuencia”.
El pronombre aquí es simplemente una marca y se analizará lo mismo que en los verbos
pronominales, ya que, cuando lleva esa forma reflexiva adquiere un significado distinto y
tiene una construcción distinta: “acordamos una solución al problema” / “nos-acordamos
de nuestros problemas”.
3.3. Pronominales que no afectan a la estructura del predicado.Algunos verbos, generalmente no implementados por su significación precisa, pueden a
veces incrementarse reflexivamente: vienes conmigo / te vienes conmigo, dormían / se
dormían; vamos de viaje / nos vamos de viaje; salió / se salió, etc. Discutir aquí si el
incremento personal es implemento o complemento carece de sentido. La modificación de
contenido que se introduce se refleja puramente en el lexema del núcleo verbal. Su
aparición no condiciona en nada la estructura del predicado.
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Algo similar sucede con ciertos verbos "transitivos" que indican "transformación"
ejercida sobre un objeto "no animado". La partícula "se" pasa a significar proceso que
tiene lugar en el mismo. El fenómeno también tiene lugar con verbos
Juan abrió la puerta
La puerta se abrió
El sol secó la ropa
La ropa se secó
E1 calor derrite la nieve
La nieve se derritió
Juan rompió los platos
Los
platos
se
rompieron
El objeto no animado se convierte en soporte de un proceso la puerta no "se abre
a sí misma" sino le sucede" que se abre, A la nieve que se derrite....El pronombre es
aquí simplemente una marca del verbo.
4. Signo de acción impersonal:
El español dispone de una serie de procedimientos para expresar la impersonalidad,
entre los que ocupa un lugar destacado el uso de las construcciones con "SE":
- Se vive bien aquí. Se auxilió los náufragos. Se recibe al embajador.
Estas construcciones poseen las siguientes características comunes:
1) Se trata de acciones que requieren siempre un agente humano.
2) Existe una indeterminación de dicho agente.
3) Cumplen una indicación genérica, indeterminada.
En este tipo de oraciones debe determinarse qué papel desempeña el signo "SE", que
no es ni implemento, ni complemento, ni naturalmente sujeto. Si conmutásemos "se" por
cero, obteniendo "auxilió a los náufragos", "recibe al embajador", "recibe a los
embajadores" se podría explicitar léxicamente el sujeto, por ejemplo: "el presidente recibe
a los embajadores". Esto es imposible mientras persista "se" junto al núcleo (es absurdo
"* "el presidente se recibe a los embajadores").
Hay un sujeto gramatical ("tercera persona"), pero como en los verbos llamados
"impersonales" (nieva, graniza ... ) no hay posibilidad de sujeto léxico. Así, en estos
contextos, “se” es un elemento que transpone el núcleo verbal a la categoría de los
caracterizados por la "indeterminación léxica del sujeto", o construcción impersonal. Esto
significa que forma parte del verbo.
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5. Pasiva refleja.Además de la pasiva normal “ser + participio”, existe en español otra forma de expresar la
voz pasiva, a saber, con "se" o “pasiva refleja”. Está mucho más generalizada que la otra.
La pasiva con
"se" o pasiva refleja se caracteriza por tener forma reflexiva y significación pasiva. Este
tipo de oraciones tiene una estructura determinada: (SUJETO) + SE + 3ª PERSONA
+(SUJETO).El sujeto, como se ve, puede estar antepuesto o pospuesto:
- Sujeto antepuesto:
- Los perfumes se extraen de las plantas.
- Estas cosas no se pueden ocultar.
- Sujeto pospuesto:
- Se venden botellas.
- Se alquila piso céntrico.
- Desde aquí se ven los barcos.
Los sintagmas “1os perfumes”, “estas cosas”, “botellas”, “piso céntrico”, “los
barcos” son sujetos y el otro sintagma un verbo incrementado reflexivamente, donde “se”
es IMPLEMENTO, ya que cabe introducir un complemento “se venden botellas a los
vinateros”, “se alquila un piso céntrico a los vecinos”.
Se ve que estas construcciones llamadas de "pasiva refleja" no presentan en su
estructura ningún rasgo especial, aunque desde el punto de vista de la sustancia del
contenido pueda decirse que el ente al que se refiere el sujeto "no efectúa la acción".
Observemos que en oraciones como “se afeita este señor” y “se alquila este local” hay
una coincidencia formal, aunque no semántica, puesto que “este señor” se afeita a sí
mismo, y “este local” no se alquila a sí mismo, sino que es alquilado. Pero, dada su
coincidencia formal, en ambos casos analizaremos la partícula "se" en función de
IMPLEMENTO.
6. Pronombre personal.La partícula "se" es pronombre personal cuando se usa como variante combinatoria de
“le” o “les", precediendo inmediatamente a las formas átonas que comienzan por “l” (“lo”,
“la”, “los”, “las”) para evitar la cacofonía (mal sonido) consiguiente. Veamos un ejemplo.
-Regalamos una caja de bombones a tu hermana.
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a). Si “una caja de bombones” es consabido, tendremos: “La regalamos a tu hermana”.
Si “a tu hermana” es consabido, tendremos: “Le regalamos una caja de bombones”.
b).Si lo son ambos, tendremos: “Se (le) la regalamos”.En este caso “se” va en lugar de
“le” y, por tanto, su función será la de COMPLEMENTO.
Son combinaciones del tipo: “Se lo entregué”, “Se la compré”, “Se los daré”, “Se las
arreglo”.
7. Pleonástico o afectivo.Pleonasmo quiere decir: “Empleo de palabras innecesarias, pero que da vigor a la frase”.
Con algunos verbos acompañados de ordinario por un implemento, puede aparecer, a
veces, la incrementación reflexiva (que ha de interpretarse como COMPLEMENTO), pero
no ocurre ninguna modificación del contenido léxico del núcleo: “como una chuleta” / “me
como una chuleta”, “bebías tres copas” / “te bebías tres copas”, “tomó el café” / “se tomó
el café”. El reflexivo cumple aquí más que nada un papel afectivo, enfático, expresivo,
pero su función es la de COMPLEMENTO (como en “te como una chuleta”, “me bebías
tres copas”, “le tomó el café”).
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