El FIDA

Anuncio
El FIDA
MÉXICO
Número de proyectos:
5 en las zonas semiáridas
de las regiones central
y del Pacífico meridional
y en la región subhúmeda
de la península de Yucatán.
Total de los préstamos del FIDA:
USD 112 millones
Número de donaciones
de asistencia técnica
en las cuales México
participa como beneficiario:
4 (FIDAMERICA, PROMER,
PREVAL, PROGENERO)
Población objetivo:
Comunidades indígenas y
pequeños agricultores pobres,
con y sin tierra.
Objetivos generales:
Mejorar las condiciones de vida
de las comunidades indígenas
y familias campesinas pobres,
a través de:
• mayores posibilidades de trabajo,
• introducción de nuevos cultivos,
• creación de microempresas,
• financiación de pequeños centros
de comercialización,
• seguridad alimentaria,
• aumento de la producción.
M
México es el tercer país en extensión territorial de América Latina,
después de Brasil y Argentina, y el segundo por su población que
asciende a 97 millones de habitantes. La población rural se estima
en 21 millones de personas de las cuales el 60% vive en condiciones
de extrema pobreza.
De su superficie total de cerca de 2 millones de km2, puede destinar
a la producción agrícola poco más del 10%. Sus zonas desérticas
abarcan cerca de la mitad del territorio.
La productividad de la agricultura es inferior a la productividad
de otros sectores: el sector emplea el 20% de la población
económicamente activa, pero genera menos del 8% del Producto
Interno Bruto (PIB).
El 60% de la producción agrícola se dedica a los cultivos tradicionales
(1998). De esa superficie, 8,5 millones de hectáreas se destinan
al cultivo del maíz y 2,3 millones al de frijol. Un 15% a otros cereales
(trigo, arroz, cebada y sorgo) y a cultivos oleaginosos (algodón,
sésamo, soja).
Hay indicios crecientes de que ha pasado lo peor de la recesión
y ha comenzado la recuperación económica del país, tras la crisis
financiera de 1994.
Lucha contra la pobreza:
la estrategia del gobierno
y del FIDA
La pobreza rural en México se concentra en las zonas con mayor
densidad de población indígena, que son los estados del sur,
Oaxaca, Chiapas, Guerrero, Hidalgo, Puebla y Veracruz.
Las poblaciones indígenas se encuentran en los estratos más bajos
de la vida económica y social del país y representan alrededor
del 41% de su población. En estos estados la incidencia de la pobreza
rural es de un 65% comparada con el 34% de media nacional.
Dos son las causas principales de la pobreza en sus zonas rurales: estructural y transitoria.
La estructural afecta principalmente a familias de origen indígena que viven en las zonas
semiáridas del país y cuyos ingresos provienen de cultivos tradicionales como el maíz,
el frijol, el sorgo, y de la producción de pequeños animales para el autoconsumo.
Su situación de pobreza se debe a niveles de educación bajos o inexistentes, bajo nivel
de capitalización y carencia de recursos productivos y financieros.
Las familias que sufren pobreza transitoria son los pequeños productores y los campesinos
sin tierra, que son vulnerables a los cambios macroeconómicos externos y cuyos ingresos
se ven afectados por las crisis cíclicas nacionales, los procesos de reforma estructural
y por el limitado acceso a los servicios públicos.
Después de la crisis de 1994, provocada por los sucesos de Chiapas, el Gobierno de México
elaboró el Plan Nacional de Desarrollo para lograr objetivos de desarrollo social que
implicaran la reducción de los niveles de pobreza y el aumento del bienestar de la población.
Las políticas sociales y económicas del Gobierno se basaron en acciones amplias, a través
de la provisión de servicios de salud, educación, capacitación y vivienda y en acciones
focalizadas, tales como la construcción de infraestructura municipal, generación de empleo
y oportunidades y desarrollo de recursos humanos y familiares.
En este marco, el FIDA colabora activamente con el Gobierno de México desarrollando
acciones en las zonas geográficas con mayor concentración de poblaciones indígenas.
Estas zonas son áridas y semiáridas y requieren intervenciones múltiples mediante obras
de riego, manejo y conservación de recursos naturales,
políticas de mercadeo adecuadas para comercializar
los productos, recursos financieros para crear
microempresas y para establecer vínculos entre
las cadenas de producción transformación
y comercialización.
La estrategia del Fondo complementa los esfuerzos
del actual Gobierno del Presidente Fox para integrar
a los sectores sociales marginados que han quedado
excluidos del desarrollo de la economía y expuestos
al impacto adverso de los acuerdos de libre comercio.
El FIDA sostiene una metodología participativa, basada
en la demanda, para reforzar las organizaciones
campesinas de las comunidades indígenas, apoya
a las mujeres campesinas para dotarlas de instrumentos
de participación y de toma de decisiones dentro
de la estructura del “ejido”, y proporciona los medios
para que éstas puedan recibir todos los recursos
financieros y no financieros que se ofrecen en los
proyectos y programas de desarrollo que cofinancia
con el Gobierno de México.
Proyectos en ejecución
Proyecto de desarrollo
rural para las regiones
Huleras
Sus actividades se llevarán a cabo en los estados de Chiapas, Oaxaca, Tabasco
y Veracruz, donde se produce el 85% del hule que se consume en México.
Beneficiará aproximadamente a 40 000 familias que viven bajo el umbral
de la pobreza.
Costo total: USD 55,0 millones
FIDA: USD 25,0 millones
Gobierno de México: USD 25,0 millones
Beneficiarios: USD 5,0 millones
Su objetivo principal es potenciar la capacidad productiva y de gestión
de las familias beneficiarias, mejorando los vínculos entre la producción,
la elaboración y comercialización del hule y los mercados industriales del país.
Establecerá vínculos comerciales y operacionales con la industria privada
del hule local e internacional. Las industrias internacionales de neumáticos
situadas en México definirán su participación en las actividades del proyecto
y consideran la posibilidad de financiar la prestación de asistencia técnica
y de gestión a los pequeños productores de hule.
La estrategia del proyecto prevé la participación de los beneficiarios en los
consejos en el ámbito nacional, estatal, municipal y local.
Proyecto de desarrollo
rural de las comunidades
Mayas de la península de
Yucatán
Costo total: USD 17,2 millones
FIDA: USD 10,4 millones
Gobierno de México: USD 6,8 millones
A finales del año 1995, el FIDA aportó más de 10 millones de dólares para
financiar un proyecto de desarrollo rural para las comunidades mayas de la
región milpera de la Península de Yucatán, que comprende 60 municipalidades
de los estados de Campeche, Quintana Roo y Yucatán.
El proyecto contribuye a mejorar las condiciones de vida de 10 000 familias
indígenas y campesinas pobres y ha reducido su vulnerabilidad a la sequía
y a las malas cosechas. Los hogares se han capitalizado con la adopción
de tecnologías productivas, la mejora en el uso y conservación de los recursos
naturales y el acceso a nuevos mercados, donde ofrecen una vasta gama
de productos agrícolas y no agrícolas. Las exportaciones se han incrementado
y se ha logrado aumentar la seguridad alimentaria.
Proyectos ejecutados
Proyecto de desarrollo
rural de las comunidades
indígenas del estado
de Puebla
Costo total: USD 40,6 millones
FIDA: USD 25,0 millones
Gobierno de México: USD 14,7 millones
Beneficiarios: USD 0,90 millones
Su objetivo principal fue mejorar las condiciones de vida de unas
17 000 familias campesinas pobres procedentes de 400 comunidades
indígenas de Puebla, uno de los estados más pobres de México.
Entre los objetivos logrados destacan: mayores posibilidades de trabajo,
introducción de nuevos cultivos, creación de unas 1 500 pequeñas empresas
y financiación de 30 nuevos centros de comercialización y plantas
de elaboración de cultivos.
Asimismo, contribuyó significativamente a lograr la seguridad alimentaria
regional, con un consistente aumento de la producción de cereales,
frijoles, carne caprina y ovina; a aumentar las exportaciones de café;
y a mejorar y salvaguardar los recursos naturales, con la protección de más
de 5 000 hectáreas de suelos muy vulnerables y de zonas desérticas.
Uno de sus componentes fue promover las organizaciones de mujeres
campesinas y la participación de la mujer campesina en las actividades
productivas y sociales.
En materia de recursos naturales, las actividades principales se refirieron
a la protección de las pequeñas cuencas hidrográficas, la forestación de tierras
comunales y otras actividades efectuadas en varias fincas para proteger
los suelos y regular los cursos de agua.
Proyecto de desarrollo
rural de las comunidades
marginadas de las áreas
Ixtleras
Costo total: USD 53,3 millones
FIDA: USD 30,0 millones
Gobierno de México: USD 21,2 millones
Beneficiarios: USD 2,1 millones
El proyecto se realizó en cinco estados del noroeste de México –Coahuila,
Nuevo León, San Luis Potosí, Tamaulipas y Zacatecas–, en la llamada región
Ixtlera, que recibe este nombre porque históricamente la población se ha
dedicado a la recolección del ixtle de la lechuguilla y de la palma para su
transformación en fibras duras, que se utilizan en la fabricación de cepillos
de uso industrial y de costales.
Un porcentaje considerable de la población de esta región semidesértica,
que cuenta con 1 200 comunidades campesinas dispersas con un total
de 567 000 habitantes, depende de la explotación de la fibra del ixtle para
sobrevivir, debido a las condiciones adversas para la agricultura.
La escasa disponibilidad de agua para el consumo humano y para los animales
constituye la principal limitación para el desarrollo rural de las áreas ixtleras.
Uno de los objetivos más importante del proyecto fue la perforación de pozos
para extraer el agua que la naturaleza les niega o les da muy contada: 300 mm
al año, aunque hay también años en los que no cae ni siquiera una gota.
El proyecto del FIDA también llevó a cabo la rehabilitación de las redes
de riego existentes y los cursos de capacitación de riego para el mejor
aprovechamiento del agua. Realizó 750 obras de riego por escurrimiento,
la rehabilitación de 60 pozos y el sistema de riego por aspersión, a través
del rocío.
Benefició a 42 000 familias, que dependen en distinta medida de la recolección
y talla de las plantas de lechuguilla y palma. Con el propósito de aliviar su
pobreza, se han creado nuevas alternativas de producción que les han
permitido aumentar sus ingresos y mejorar su nivel de vida estableciendo
nuevos sistemas de riego y creando microempresas.
Proyecto de desarrollo
rural de Oaxaca
Ésta fue la primera operación del FIDA en México: con un préstamo de
22 millones de dólares, el Fondo contribuyó a financiar este proyecto de
desarrollo en la región de Oaxaca, cuyas actividades concluyeron en 1988.
Costo total: USD 57,2 millones
FIDA: USD 22,0 millones
Gobierno de México: USD 37,0 millones
El proyecto benefició a 15 000 familias de pequeños agricultores pertenecientes
a los grupos más pobres de la población de uno de los estados menos
desarrollados de México.
Las actividades estuvieron orientadas al fomento de los servicios de producción
agrícola, la ganadería, los planes de riego, el desarrollo forestal y pesquero,
y a la mejora de la infraestructura.
Tenía por objeto proporcionar paquetes tecnológicos, una red viaria mejorada,
infraestructura social, insumos y servicios de comercialización y extensión.
Futuros proyectos
El Gobierno de México y el FIDA acordaron como resultado de una misión de factibilidad que tuvo lugar en enero
de 2002 iniciar el diseño de un proyecto de desarrollo microrregional para las comunidades campesinas pobres del
noreste del país. La zona que cubrirá esta nueva operación es la Región Serrana ubicada en el Estado de Querétaro.
La población a la que irán dirigidas las actividades de desarrollo de este proyecto está organizada en “ejidos”
y en comunidades indígenas y no indígenas. Se beneficiarán directamente alrededor 30 000 habitantes pobres de
las zonas rurales.
La operación tendrá un costo total de unos 42 millones de dólares, con un préstamo del FIDA de unos 25 millones
de dólares y un aporte del Gobierno de otros 15 millones y 2 millones de contribución de los beneficiarios.
El proyecto se diseñará sobre tres ejes de acción: desarrollo de capital humano y social, desarrollo microrregional
y generación de ingresos sostenibles.
El proyecto se realiza en colaboración con la Secretaría de Desarrollo Social (SEDESOL).
Objetivos estratégicos
del FIDA
Desde su creación en 1978, el FIDA se ha centrado exclusivamente en mitigar la pobreza rural,
colaborando con las poblaciones rurales pobres de los países en desarrollo a fin de eliminar
la pobreza, el hambre y la malnutrición, aumentar la productividad y los ingresos y mejorar
su calidad de vida.
Las actividades del FIDA proporcionan a los campesinos pobres y a las comunidades indígenas,
la oportunidad de salir de la pobreza promoviendo el desarrollo social, la igualdad entre
los sexos, la generación de ingresos, la mejora de la situación nutricional, la sostenibilidad
ambiental y la buena gestión de los asuntos públicos. En concreto, esto implica: crear y reforzar
las organizaciones de los pobres para hacer frente a las cuestiones que ellos consideran
fundamentales, aumentar el acceso al conocimiento para que los pobres puedan aprovechar
las oportunidades y superar los obstáculos, ampliar la influencia que los pobres ejercen
en las políticas e instituciones públicas y mejorar su poder de negociación en el mercado.
Objetivos
Reforzar la capacidad de los campesinos pobres, de las comunidades indígenas y sus
organizaciones. Los campesinos pobres y las comunidades indígenas necesitan que se les
conceda la oportunidad de reforzar su capacidad individual y colectiva, para lograr acceso
a las oportunidades económicas y a la infraestructura y los servicios sociales básicos.
Fomentar un acceso más equitativo a los recursos naturales productivos y la tecnología.
Los campesinos pobres necesitan tener acceso a los recursos naturales como la tierra, el agua
y los bosques. Asimismo, necesitan tener acceso a tecnologías apropiadas a fin de aumentar
la productividad agrícola. Las tecnologías deben desarrollarse y validarse en colaboración
con la población rural pobre.
Aumentar el acceso a los servicios y mercados financieros. Con el objeto de aumentar
la productividad agrícola y diversificar los ingresos, los pobres necesitan inversiones y capital
de explotación. Los esfuerzos encaminados a incrementar la productividad agrícola y elevar
los ingresos pueden ser eficaces tan sólo si están vinculados a una comprensión de las
posibilidades comerciales.
Dar a los
campesinos pobres
y a las comunidades indígenas
la oportunidad de salir
de la pobreza
Estrategia del FIDA
en América Latina y el Caribe
Los campesinos pobres constituyen la prioridad para el FIDA en América Latina y el Caribe.
Un universo gigantesco: los pobres de América Latina son 185 millones, el 37% de sus
494 millones de habitantes. De ellos, el 16%, todos indígenas, vive en condiciones de extrema
pobreza. Los más pobres de entre los pobres se encuentran en las zonas rurales.
Los proyectos tienen como objetivo integrar a los sectores marginados, en especial a las mujeres
y a las poblaciones indígenas, proporcionándoles las herramientas que les permitan competir
con otros pequeños agricultores y empresarios y creando, al mismo tiempo, conciencia sobre
la importancia que tiene, en primer lugar para ellos mismos, la conservación de los recursos
naturales. Asimismo, se proponen la plena participación de las mujeres de las zonas rurales,
una exigencia y, al mismo tiempo, un indicador de un desarrollo rural justo, democrático
y sostenible. A través de cursos de formación, los pobres de las zonas rurales pueden llegar
a ser protagonistas de los programas de desarrollo local.
En la actualidad, hay un total de 46 proyectos en ejecución financiados por este organismo
especializado de las Naciones Unidas (ONU) que tiene su sede en Roma en prácticamente todos
los países latinoamericanos y caribeños por un monto total de mil millones de dólares.
La estrategia del FIDA en la región se propone
diversos objetivos:
◆ reforzar la alianza con los países latinoamericanos para
llevar a cabo proyectos destinados a combatir la pobreza
y promover la participación del sector privado,
los propios beneficiarios, las organizaciones de base
y las ONG;
◆ apoyar los esfuerzos de descentralización de los
gobiernos y reforzar las capacidades de las comunidades
campesinas para que puedan tomar decisiones y manejar
recursos financieros de modo autónomo;
◆ mejorar la capacidad productiva de los pequeños
productores pobres en los mercados nacionales
e internacionales; y
◆ promover alternativas económicas no agrícolas para
los pobres que no poseen tierras, o cuyas tierras están
ubicadas en terrenos ecológicamente frágiles.
Via del Serafico, 107 – 00142 Roma, Italia
Tel.: +39-06-54591 – Fax: +39-06-5043463
Correo electrónico: [email protected]
Página web: www.ifad.org
Marzo de 2002
Descargar