Proclamaciones Reales. Profesor. Texto

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El ceremonial para la proclamación de nuevos reyes era muy parecido en todas las
ciudades del territorio español.
Su origen se remonta a finales del siglo XVII y fue impuesto por la casa de los Austrias. La casa de los
Borbones siguió con este tipo de procedimiento sin incluir grandes variaciones.
Los actos del ceremonial se realizaban sólo en los municipios más importantes del reino y venían recogidos en
el libro de ordenanzas de cada municipio, éste explicaba paso a paso el ritual a seguir.
Estos actos, tenían como finalidad, hacer patente el poder de la monarquía absoluta y que el pueblo acatase la
autoridad del nuevo monarca, consistían en una procesión civil, que es la proclamación en sí y tras esta otra
procesión religiosa con participación del cabildo civil, cuerpo de la nobleza, comunidades religiosas y colegios
de gremios y oficios.
El proceso se iniciaba tras la recepción de la carta escrita por el nuevo monarca en la que se comunicaba su
ascenso al trono y ordenaba se ejecutara su proclamación, se levantaran los pendones por él y se hicieran las
demás ceremonias acostumbradas.
Tras la recepción de esta carta se nombraba una comisión, compuesta por ilustres personajes de la ciudad,
mayoritariamente nobles y gente adinerada, que se encargaba de organizar los actos de proclamación y
convocar para que participaran activamente en estos actos, a conventos, clavarios, gremios, oficios,
labradores y a todos los barrios de la ciudad.
Tras la noticia la población se movilizaba. Se adornaban para la ocasión los edificios, situados en el camino de
ronda de las procesiones, con luces, espejos, guirnaldas, tapices y damascos. Se construían también
arquitecturas efímeras y carrozas especiales para la ocasión en las que aparecían representados el monarca y
su esposa.
DESARROLLO DE LOS ACTOS.
Generalmente los actos se desarrollaban en varios días. En el caso de nuestra ciudad se
prolongaban por tres días:
• PRIMER DIA.
Siguiend o el protocolo establecid o, se reunían las llaves, siempre varias, con las que se abría el arca
d ond e se guard aba y preservaba el R eal pend ón, d esmontad o, se armaba este y s e traslad aba al
templo principal d e la ciudad para ser bend ecid o. Tras s er bend ecid o el Real pend ón regresaba a la
casa consistorial d ond e se exponía a puerta abierta para que tod o el pueblo pud iera visitarlo.
• SEGUNDO DIA.
Se d estinaba al acto civil, el A lférez Mayor realizaba la proclamación en las plazas principales d e la
ciudad . En estos actos participaban las autorid ad es civiles, religiosas y gremios, ad emás d e una
repres entación d e las poblaciones d e alred ed or y público en general.
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El alférez mayor, montad o a caballo al igual que los cuatro reyes d e armas, al llegar a cada una d e las
plazas invitaba a la asistentes a guard ar silencio en la forma acostumbrad a: “Silencio, silencio,
silencio, silencio, …oíd , oíd , oíd , oíd …, tras esto el alférez mayor con voz clara y perceptible d ecía:
Castilla, (seguid o d el nombre d e la <ciud ad d ond e se realizaba la proclamación)… por el señor Rey X…
rey d e las Españas que Dios guard e”; repetid o éste acto por tres vec es, y arrojad as por los reyes d e
armas muchas moned as d e plata al gentío y entre las aclamaciones d e los concurrentes, flameaba el
Pend ón Real, Tod o éste ceremonial iba preced id o d e los clarines y timbales, d e los alguaciles y
escribanos, realizánd ose en cada plaza importante.
La comitiva tras recorrer las plazas mas importantes d e la ciud ad , regresaba a la casa consistorial
d ond e se hacía la última proclama y se d ejaba colgad o en el balcón principal d el Consistorio el Real
Pend ón al pie d e los retratos d e SS. MM. con las guardias correspond ientes d e los Reyes d e A rmas y
Regid ores.
• TERCER DIA.
Destinado a dar gracias a Dios por la exaltación al Trono del Monarca, era el día mas alegre y
festivo.
Se llevaba el pendón del ayuntamiento a la iglesia principal con la misma pompa que en días
anteriores. Se celebraba misa grande con “Te Deum”.
Por la tarde se celebraba procesión general con la asistencia de ambos cabildos, clero,
comunidades y gremios. Terminada ésta se devolvía el Pendón a la sala del Cabildo, se
entregaba al Corregidor que lo desarmaba con la misma solemnidad que se armó y se guardaba
en el arca cerrándose con sus llaves.
El acto finalizaba mandando que el escribano pusiese en los libros Capitulares lo acontecido.
Para la proclamación de Carlos IV en Xàtiva se inició el recorrido, como era costumbre, desde
el ayuntamiento situado en donde hoy se levanta el edificio de los sindicatos, junto a la plaza
del mercado. El edificio estaba adornado para la ocasión con damascos y otras colgaduras
además de los cuadros de Carlos IV y su esposa.
En la plaza de la Seo y concretamente la gran fachada del Hospital tenía un altar con la imagen
de nuestra señora de la Asunción sobre la litera, preciosamente vestida y en los dos lados
sendos retratos de sus majestades Carlos IV y su esposa. Además a la entrada de la calle
Corretgería se colocó un arco triunfal muy elevado.
En la calle Sant Doménech los dominicos levantaron una gradería donde descansaba el nicho de
su Patriarca con una arquitectura de estilo jónico.
La procesión continuaba por la calle Corretgería donde los mozos de la Concordia del Rosario
levantaron frente al balcón grande de la Casa de la Ciudad, un altar que a juicio de los
cronistas era hermoso en extremo. Luego le seguía el altar levantado por los padres Agustinos
Descalzos.
Ya en la plaza de Santa Tecla el Colegio de Torcedores y el resto de los vecinos, sobre los
cuales destacaba el del Alférez mayor, tenía adornos y altares con retratos alusivos a los
monarcas, colgantes de flores y velas que iluminaban las fachadas por la noche.
En la plaza del Cuartel los taberneros formados en un lienzo de muralla y fortines con sus
cañones tiraban salvas mientras vitoreaban al monarca.
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En la entrada de la calle Pouets los cereros tenían su altar de arquitectura jónica con estatuas
de los reyes de rodillas a los pies de la imagen de la Concepción.
En la plaza de San Jaime el altar de los padres Capuchinos, el de los mozos de la Concordia del
Rosario y el del Colegio del Arte Mayor de la Seda adornaban la plaza con elementos que hacían
referencia a los reyes y a la ciudad.
Bajo el arco de San Miguel los padres mercedarios tenían su altar con tres nichos de damasco.
En la plaza de la Bassa, el gremio de cortantes había levantado un altar con bosque y jardín. El
recorrido continuaba por la calle Moncada donde se hallaban las casas de los principales nobles
de la ciudad, que se volcaron en hermosear sus fachadas. En esta calle los padres Carmelitas,
las monjas del Convento de Santa Clara y los padres trinitarios, además de colgar damascos,
flores y luces en sus respectivos conventos, levantaron magníficos altares lo cual venia a
resaltar la grandeza de esta calle.
La calle del Barranco y de las monjas tenían la presencia del altar levantado por las dominicas
de la Consolación.
El convento de Descalzos de San Francisco a la salida de la calle San Pedro levantó un altar que
evocaba una gruta en cuyo interior se encontraba una escultura de San Onofre, titular del
convento.
La procesión regresaba a la Casa Consistorial por las calles Segurana y Sant Vicent hasta llegar
a la plaza de Calixto III o de la Seo.
OBJETOS usados en las Proclamaciones Reales.
Piezas que se conservan:
EN EL MUSEO::
•
BANDEJAS DE PLATA: Obra del platero setabense Bernardo Quinzà, de estilo rococó con el
escudo de la ciudad grabado en el centro Se utilizaban para llevar los cordones y cintas con las
que se ataba el estandarte real.
•
ARCA: Es de madera tapizada en damasco carmesí, tiene tres cerraduras diferentes y se
utilizaba para guardar el pendón real (conservado en el ayuntamiento), el mástil, el remate y los
cordones para armarlo.
•
REMATE DEL PENDON: Realizado en hojalata corlada, representa el escudo de la ciudad de
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EN EL AYUNTAMIENTO DE LA CIUDAD:
•
EL PENDÓN REAL o Real Estandarte de las proclamaciones: Bordado con hilo de oro sobre
tejido de plata, el pendón real es el símbolo de la monarquía y por tanto, el objeto mas
importante de la ceremonia. La dinastía borbónica sustituyó la antigua bandera por un nuevo
pendón de color blanco (propio de los borbónes) con el escudo del rey en el centro y de la la
ciudad de Xàtiva relegado a las esquinas como mensaje de sometimiento. El portador de éste
pendón era el Alférez mayor.
•
LAS MAZAS: Son símbolos de la autoridad municipal desde la edad media. Después de la
instauración de la nueva administración borbónica, las cuatro mazas conservaron su valor
simbólico de acompañar y escoltar al Alcalde y los regidores en todas las salidas corporativas.
EN EL ARCHIVO MUNICIPAL:
Se conservan algunos documentos gráficos sobre las arquitecturas efímeras que se construyeron para
estos actos.
BIBLIOGRAFIA
XÀTIVA HISTORIA BREVE Varios. Editorial Caixa d’Estalvis d’Ontinyent. Ontinyent 1997
ORDENANZAS GENERALES DE SAN FELIPE. Copia facsímil. Servicio de Reproducción de Libros.
Colección Biblioteca Valenciana de Librerias “Paris-Valencia”. Valencia 1980.
DATOS PARA LA HISTORIA DE JÁTIVA. Carlos Sarthou Carreres. Sucesora de Bellver. 1933. Tomo
II.
EL CASO DE CARMONA
http://www.carmona.org/publicaciones/carel/art4_2.pdf
COSAS DE ANTAÑO
http://www.fiestavendimiarequena.com/otras_fiestas/12_fiesta/12_1959_05_01.htm
MADRID, DE CIUD AD MEDIEVAL A CORTE EUROPEA.
http://www.xcosta.arq.br/atlas/mad/mad2.htm
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