un análisis de Beowulf a partir de Tolkien y Borges

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Los dos ojos del dragón: un análisis de Beowulf a
partir de Tolkien y Borges
Diego Klautau1
Resumen: Este artículo presenta al poema anglosajón Beowulf, fechado en el siglo
VIII d.C., en el cual se narra la aventura de Beowulf, el héroe de los godos, tribu
germánica del norte que vivía donde es hoy la actual Suecia, en la tierra de los
scylfings, actual Dinamarca. Considerado el primer poema épico producido después
de Cristo, Beowulf posee matrices grecorromanas, cristianas y de la mitología
nórdica. A partir del estudio del inglés J. R. R. Tolkien (1892-1973), filólogo de la
Universidad de Oxford, estudioso y traductor del poema, y de las escrituras del
argentino Jorge Luis Borges (1899-1986), literato de la Universidad de Buenos Aires,
es posible observar una propuesta formativa, en el sentido de la paideia platónica, de
inspiración cristiana, en la escritura del poema. Con esta propuesta, las escrituras de
los dos eruditos presentan una perspectiva que permite comprender Beowulf como
una exhortación épica para la virtud del coraje como forma de enfrentar el Mal.
Palabras clave: Literatura; Mal; Virtud.
Beowulf: historia y poema
El poema que data del siglo VIII d.C. y su más antiguo manuscrito está en Cottoniam
Collection, en la biblioteca del Museo Británico en Londres. Son 3.200 versos en el
manuscrito fechado en el siglo X d.C.
Este texto narra el viaje del príncipe Beowulf, de los godos, actuales suecos, en el
siglo IV d.C., que parte para Heorot, el palacio real y el salón de aguamiel del rey Hrothgar,
en Dinamarca. En búsqueda de gloria y reconocimiento, Beowulf descubre que Heorot es
1
Doctorando en Ciencias de la Religión por la Pontifícia Universidad Católica de São Paulo.
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atacada constantemente por Grendel, el ogro, monstruo antropomórfico que devora a los
mejores guerreros del rey Hrothgar. Descendiente del Caín bíblico, Grendel ataca la
civilización, se esconde en el pantano, demuestra su fuerza y envidia a los hombres por su
grandeza en el palacio.
Después de luchar y matar al monstruo, reconquistando la confianza de los hombres
de Hrothgar, Beowulf también derrota a la madre de Grendel, otra amenaza terrible que
vivía en los pantanos, retorna como héroe honrado y glorioso a su tierra, convirtiéndose en
rey.
Después de años como rey de los godos, Beowulf enfrenta, en su última aventura, el
dragón que ataca a su pueblo. Después de haber sido robado por imprudentes saqueadores,
el dragón que acumulaba tesoros busca venganza atacando todo a su alrededor.
Destruyendo al reino y aterrorizando al pueblo, el dragón es un Mal que ni el mismo
Beowulf consigue enfrentar. Con la ayuda de su pariente Wiglaf, Beowulf se sacrifica
matando el dragón. Sin embargo, el funeral de Beowulf prenuncia la era de tristeza de los
godos, finalizando el tiempo de los héroes, ya que el mayor de sus guerreros y su propio rey
está muerto.
En este trabajo, analizamos cómo dos autores trataron en sus obras el poema, bajo
diversas formas de abordaje. El objetivo de este estudio es solo compilar las diferentes
maneras por las cuales el poema se hace presente en la obra del filólogo y escritor inglés
John Ronald Reuel Tolkien y en el literato y escritor argentino Jorge Luis Borges.
La principal traducción (con introducción, texto y notas) del poema del anglosajón al
portugués fue hecha por Ary Gonzalez Galvão en 1992. En versión de novela, una
recreación en prosa del poema medieval, el texto de A. S. Franchini y Carmen Seganfredo
(Porto Alegre: Artes e Ofícios, 2007) busca una interpretación moderna del poema. Por fin,
el resumen del poema hecho por Thomas Bulfinch en El libro de oro de la mitología
(1999). Las referencias del poema, organizadas por H. R. Loyn, en Dicionário da Idade
Média (1997), son utilizadas por cuestiones de contexto.
Los trabajos de J. R. R. Tolkien sobre Beowulf están más relacionados a la filología.
En su ensayo de 1936, Beowulf: The Monsters and the Critics, Tolkien hace un análisis
amplio del poema, de carácter filológico y literario, demostrando las matrices judaicas y
griegas en el poema. En 1940, Tolkien escribió un estudio introductorio para la traducción
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del anglosajón al inglés moderno, On Translating Beowulf, resaltando la importancia del
anglosajón como lengua y poética propia. En sus cartas, editadas por Humpfrey Carpenter
(2006), Tolkien cita el poema varias veces, mostrándolo como inspiración para su propia
creación, en su legendarium y poemas. En su artículo On Fairy-Stories, de 1939, en que
trata de teoría literaria, Tolkien también se refiere al poema como fuente literaria,
mitológica y religiosa.
Para J. L. Borges, Beowulf es un poema insertado en la historia de la literatura inglesa
en su génesis y matriz. En su libro Curso de literatura inglesa (2006), Borges dedica dos
capítulos con conclusiones sobre el poema, desarrollado su contexto histórico y
particularidades lingüísticas. En el libro Literaturas germánicas medievales (1966), Borges
compara Beowulf con la Ilíada. En El libro de los seres imaginarios (2007), cuando analiza
la entrada “dragón” en occidente, Borges muestra que Beowulf es una continuidad a los
poemas de la Antigüedad grecorromana cuando hace referencia al combate con el dragón.
En su libro El otro, el mismo (1989), Borges escribe dos poemas con referencia a Beowulf,
y en la colección Sobre la filosofía y otros diálogos (2009) Borges comenta la importancia
de Beowulf para la literatura y el pensamiento mitológico.
En este estudio nos centraremos en cómo ambos autores ven en Beowulf una
concepción sobre el Mal que nos permitirá comprender por medio de la fenomenología
como este símbolo está expresado en la imagen del dragón, el destructor del héroe. Tanto
para Tolkien como para Borges, esta imagen es la clave de comprensión para la concepción
del Mal en el poema y sus respectivas conclusiones.
Tolkien y la filología
El poema es valioso para Tolkien. En una carta, editada por Carpenter (2006),
demuestra la importancia de Beowulf en su creación literaria, y las relaciones nebulosas
entre las convicciones personales de cada autor y las expresiones artísticas en sus obras. Se
compara con el autor de Beowulf, explicando que en determinados momentos la obra de
arte asume una dirección propia, muchas veces independiente de las concepciones
originales del autor. Así, su amplia creación literaria está permeada por contribuciones del
anglosajón, y del ambiente reflejado en el poema.
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Beowulf está entre mis fuentes más valiosas, aunque no estuviese conscientemente presente
en mi mente en el proceso de composición, en el cual el episodio del robo surgió
naturalmente (y casi inevitablemente) debido a las circunstancias. Es difícil pensar en
cualquier otro modo de conducir la historia a partir de aquel punto. Imagino que el autor de
Beowulf diría prácticamente la misma cosa. (Carpenter, 2006, p. 35)
En su ensayo, Beowulf: The Monsters and the Critics, Tolkien (1997) sintetiza el
poema de Beowulf en siete puntos. El primer punto importante destacado es el valor
literario de belleza y creatividad. Tolkien quiere delimitar su crítica entre entender Beowulf
como un documento histórico o como un tratado filosófico. No quiere ni una cosa ni la otra.
Quiere lo que considera el medio término. No es filosófico en términos lógicos, es un
poema que expresa el encantamiento y la exaltación de una mitología. Así, no es un
documento histórico, porque expone las minucias de lo cotidiano de una institución, de
mecanismos de control u organización.
Para Tolkien, la importancia de un poema es más que las reflexiones posteriores o las
condiciones históricas en las cuales fue escrito. La preocupación de Tolkien en afirmar que
su estudio es sobre el poema y no sobre sus conceptos o sobre su contexto histórico es para
destacar que lo importante es exactamente el impacto que el poema tiene sobre el lector. La
experiencia del poema trae ecos en aquel que lee. Esta es la experiencia del mito.
Este es el segundo punto de Tolkien sobre el poema. La diferencia entre alegoría y
mito para Tolkien es fundamental, ya que la alegoría posee un significado directo de lo
significante. Le que es representado puede ser explicado sin mayores dificultades por
medio de aquello que representa. Según Tolkien, no es así en Beowulf:
The myth has other forms than the (now discredited) mythical allegory of nature: the sun, the
seasons, the sea, and such things... The significance of a myth is not easily to be pinned on
paper by analytical reasoning. It is at its best when it is presented by a poet who fells rather
than makes explicit what his theme portends; who presents it incarnate in the world of history
and geography, as our poet has done. Its defender is thus at a disadvantage: unless he is
careful, and speaks in parables, he will kill what he is studying by allegory, and, what is
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more, probably with one that will not work. For myth is alive at once and in all its parts, and
dies before it can be dissected.2 (Tolkien, 1997, p. 15)
La crítica de Tolkien a la racionalidad analítica está basada en el pensamiento mítico.
La tesis de que los mitos son alegorías, representaciones de fenómenos naturales que los
antiguos no entendían, es refutada. En su concepción, la experiencia del mito, que es vivo,
se aproxima más a un poeta que a un científico moderno.
En esta experiencia, el mito produce sentimientos y realidad que escapan a la razón
analítica, o que no consiguen expresar de la misma manera. Solamente la poesía puede
aproximarse de esa verdad que el poeta puede exprimir con base en el mundo, en el tiempo
y en el espacio que puede ser comprendido por sus pares.
Esto no significa que el propio mito, su contenido de verdad, esté sujeto a ese tiempo
y espacio, pero es la manera del poeta para expresar esta realidad mítica que no puede ser
explicada ni siquiera alegóricamente, porque tal significado no puede ser aislado
terminantemente, estando el tiempo entero generando nuevas significaciones y dependiendo
de la experiencia personal de cada uno que participa del mito.
El tercer punto de Tolkien es la importancia simbólica. Al estudiar el dragón, se
define el símbolo del Mal. Este símbolo3 está presente en varias culturas, sea la serpiente
maligna del relato del Génesis (3,1-14); sea la serpiente de Midgard,4 de la mitología
escandinava, que circula por el mundo y va a despertar en Ragnarok, en el fin de los
2
3
4
“El mito tiene otras formas que la (ahora desacreditada) alegoría mítica de la naturaleza: el sol, las
estaciones, el mar y esas cosas... El significado de un mito no es fácilmente puesto en el papel por la
racionalidad analítica. Este es mejor cuando es presentado por un poeta que siente en vez de
explicar lo que el tema ostenta; que lo presenta encarnado en el mundo de la historia y de la
geografía, como nuestro poeta ha hecho. Su defensor está en desventaja: a no ser que él sea
cuidadoso y hable y en parábolas, él matará lo que está estudiando por medio de la alegoría y, más
aún, probablemente esto no funcionará. Ya que el mito está vivo como un todo y en todas sus
partes, y muere antes que pueda ser disecado.” (traducción propia)
En la discusión del símbolo, es la representación que une una figura conocida y representable al
misterio no representable. El dragón puede ser descrito, pero lo que de hecho él significa no. Aquí
está la fundamental diferencia entre una alegoría, que podemos explicar lo que representa, y el
símbolo, que mantiene una parte en nivel de misterio. Ver: CROATTO, Severino. As linguagens da
experiência religiosa.
Midgard era el reino del medio, como la mitología escandinava llamava la Tierra donde vivimos. La
serpiente es muerta por Thor, el dios del trueno y de la guerra, que da nueve pasos y muere por
causa del veneno. La relación de esta parte del mito con la muerte de Beowulf es notoria. Thor es
considerado el dios más poderoso después de Odín, el padre de los dioses. Ver: BULFINCH,
Thomas. O livro de ouro da mitologia. La Edad de la Fábula.
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tiempos; sea el dragón que el rey Beowulf enfrenta y mata (y Beowulf, después, muere por
causa de las heridas); sea el dragón color de fuego del Apocalipsis cristiano (12,1-18).
Para Tolkien, el dragón de Beowulf es el Mal absoluto. En la mitología escandinava,
Ragnarok termina con la derrota de los gigantes y de los enemigos de los dioses, sin
embargo todos los dioses son muertos, y Surtur, el gran demonio del fuego, incendia el
universo y es el fin de los tiempo. En el poema, el valor para conseguir gloria y honor es la
capacidad de resistir a la cobardía y a la debilidad de decisión frente a la muerte segura. El
mundo post mórtem no ofrecía descanso eterno, ya que los guerreros volverían solo para
luchar en el fin de los tiempos, donde todos serían derrotados, incluso los dioses. El honor
era estar al lado de aquellos que lucharían hasta el fin.
Aquí establecemos el cuarto punto del estudio de Tolkien. El dogma del coraje, en la
mitología escandinava, es la principal virtud traída por la narración de Beowulf. Haciéndose
eco en ese mito de Ragnarok, la experiencia del mito exalta la virtud del coraje sin
esperanzas. No hay esperanza de victoria, ni incluso con la ayuda de los dioses, porque los
mismos dioses están predestinados a morir.
So regarded Beowulf is, of course, an historical document of the first order for the study of
the mood and thought of the period and one perhaps too litlle used for the purpose by
professed historians. But it is the mood of the author, the essential cast of his imaginative
apprehension of the world, that is my concern, not history for its own sake; I am interested in
that time of fusion only as it may help us to understand the poem. And in the poem I think we
may observe not confusion, a half-hearted or a muddled business, but a fusion that has
ocurred at a given point of contact between old and new, a product of thought and deep
emotion.
One of the most potent elements in that fusion is the Northern courage: the theory of courage,
which is the great contribution of early Northern literature.5 (Tolkien, 1997, p. 20)
5
Beowulf es considerado, naturalmente, un documento histórico del primer orden para el estudio del
modo y del pensamiento del periodo y un [documento] tal vez demasiado poco usado para la
finalidad por eminentes historiadores. Pero es el modo del autor, el molde esencial de su aprensión
imaginativa del mundo, que es mi interés, no la historia por su propia causa; estoy interesado en esa
época de la fusión solamente mientras puede ayudarnos a comprender el poema. Y en el poema
pienso que nosotros podemos observar no la confusión, un corazón dividido o temas confundidos,
sino una fusión que haya ocurrido en un punto cierto en contacto entre lo viejo y lo nuevo, un
producto del pensamiento y la emoción profunda. Uno de los elementos más potentes en esa fusión
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Esta fusión expresada por Tolkien es la integración de la mitología escandinava y
anglosajona, con gigantes y dragones, y la literatura bíblica de sesgo judeo-cristiano. La
aprensión imaginativa del poeta entre lo antiguo, la mitología anglosajona, y lo nuevo, el
Cristianismo. En otro estudio, proponemos la interpretación de esa integración, por razones
históricas y filosóficas, la filosofía de la virtud, de la gracia y de A cidade de Deus de
Agustín de Hipona, como base para la reflexión mítica subyacente al poema. El
pensamiento de Agustín mantendría el contenido filosófico reflejado en forma de mito en
Beowulf, siendo la estructura cultural que sustenta la moral de Beowulf.
La visión de Agustín sobre las virtudes como dones de Dios demuestra que los romanos
obtuvieron su éxito en el mundo a causa de la búsqueda y veneración de esas virtudes,
incluso como divinidades en sí. Engañados por no conocer la verdad del monoteísmo
cristiano, pudieron gozar de los dones de las virtudes. En este caso, el objetivo es la gloria, el
honor y el mando, esto es: el reconocimiento entre los pares de la victoria, esa victoria
considerada justa y respetable, y, finalmente, el poder de mando entre seres humanos y estado
oriundo de esa gloria y honor. Por eso es que se explica la existencia del Imperio Romano
como don de Dios para los romanos. (Klautau, 2007, p. 14)
Dragón, Caín, Grendel y su madre están en combate con figuras de reyes y héroes que se
destacan en las virtudes de Agustín. La teoría del coraje, o del dogma, que Tolkien presenta
en su ensayo, nos muestra la importancia de ese fundamento presentado en la narración de
Beowulf. De la misma manera que los romanos recibieron su Imperio como don de Dios por
medio de las virtudes, los escandinavos también mantuvieron su cultura y su tradición por
medio del don del coraje. (Klautau, 2007, p. 18)
La teoría del coraje, o el dogma, como Tolkien lo expone en su ensayo, muestra la
importancia con que se presenta la experiencia mítica del coraje en la narración de
Beowulf. Es posible trazar paralelos con las virtudes de fortaleza, justicia, templanza y
prudencia por medio del dogma del coraje. Estas virtudes están consideradas cardinales en
el Cristianismo por Agustín de Hipona, que las rescata de la filosofía platónica y
aristotélica porque son expresiones humanas, presentes en todas las culturas.
es el coraje del nortea: la teoría del coraje, que es la gran contribución de la inicial literatura del
norte”. (traducción propia)
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Este es el quinto punto que Tolkien presenta en Beowulf. El punto de fusión entre la
Cristiandad y el pensamiento pagano es lo que se presenta en el poema. No es algo
mezclado de forma desordenada, ya que muchas veces el poema fue acusado de pervertir la
pureza pagana y forzar a una cristianización, convirtiendo a Grendel en descendiente de
Caín, sino un trabajo de integración entre mito y fe, que produce un poema mítico y
sapiencial de forma original.
Entender el pensamiento pagano de Beowulf y al mismo tiempo expresar el
monoteísmo de Hrothgar clamando por el Dios creador y legislador único, como los reyes
judíos, y la descendencia de Grendel hasta Caín, expresa esa experiencia poética de fusión.
En la mitología escandinava, no hay salvación, ni para los más fuertes. El Ragnarok
consumirá todo, incluso a los dioses. La batalla, entonces, se vuelve espiritual, ya que no es
más posible retroceder, en nombre de la propia virtud. La resistencia se vuelve perfecta,
porque es sin ninguna esperanza. La noción de que es posible agarrar la victoria por la
obstinación de continuar luchando incluso sin esperanza.
El sexto punto del estudio de Beowulf es la comparación que Tolkien hace entre la
mitología del norte y la mitología del Sur de Europa. El continente europeo,
específicamente la cristiandad, valorizando a los dioses del sur, entendido como el
Mediterráneo, específicamente el mundo grecorromano, olvidaba las contribuciones hechas
en su cultura y formación llegadas de la mitología del norte, específicamente la escandinava
y la anglosajona.
En el ensayo, Tolkien compara los dioses y monstruos en la Eneida, de Virgilio,6 en
la Odisea, de Homero,7 y en Beowulf. El Cíclope, monstruo enfrentado por Ulises, como un
hijo de los dioses que los hombres deben engañar, porque son invasores, para, así, dentro de
un juego de los propios dioses, consiguieren volver a salvo a sus casas, discrepa
completamente de la visión de Grendel, su madre y el dragón.
En Beowulf, los monstros son el Mal absoluto. Los dioses, aliados de los hombres en
su batalla destinada al fracaso, único destino para los hombres virtuosos, comparten el
mismo destino. Los monstruos son gigantes que se oponen a los dioses. Las descripciones
6
7
Poeta romano (70 a.C.-19 a.C.), principal poeta épico de la lengua latina. Considerado el poeta que
inspiró los ideales imperiales en Roma.
Poeta griego del siglo VIII a.C., considerado fundador de la poesía épica griega, cuyas obras
fundamentales son la Odisea y la Ilíada, que describen la guerra de Troya y la travesía de Ulises.
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de los monstruos y de los gigantes como adversarios de Dios también están en el Génesis
(6,1-8). La aproximación es más directa entre Beowulf y las Escrituras cristianas.
In Beowulf we have, then, an historical poem about the pagan past, or an attempt at one –
literal historical fidelity founded on modern research was, of course, not attempted. It is a
poem by a learned man writing of old times, who looking back on the heroism and sorrow
feels in them something permanent and something symbolical. So far from being a confused
semi-pagan – historically unlikely for a man of this sort in the period – he brought probably
first to his task a knowledge of Christian poetry, especially that of the Caedmon school, and
specially Genesis… Secondly, to his task the poet brought a considerable learning in native
lays and traditions...8 (Tolkien, 1997, p. 26-27)
La experiencia del pesar y del heroísmo de un pueblo pagano, de la propia tradición y
cultura del poeta, es la fusión entre la escritura de Beowulf y las Escrituras cristianas. De la
misma forma que la tradición cristiana había incorporado la filosofía y la cultura
grecorromana, aquello por el cual Dios concedió cierta virtud, el texto anglosajón hace lo
mismo. Sentir algo de permanente y simbólico, la verdad, expresada en versos y líneas que
se hacen eco en la teoría del coraje, el dogma de la lucha desesperanzada. He aquí los reyes
que deben ser seguidos, aquellos a los cuales Dios concedió las virtudes que indican su
predilección y su camino en dirección a la verdad de la ley inscrita en los corazones.
Finalmente, el séptimo punto en Beowulf es la construcción del significado del texto y
no de su historicidad. Tolkien quiere evidenciar lo que permanece como verdad, traducida
en las virtudes, presentadas por medio de la narración simbólica de monstruos y héroes. El
conflicto contra el Mal, simbolizado por el dragón, es justo el mismo conflicto del
Apocalipsis cristiano.
Es el carácter inhumano, sobrenatural, de los monstruos que extrapola la reflexión de
cuño histórico. Son las batallas contra seres sobrehumanos que instigan la experiencia y
8
“En Beowulf tenemos, entonces, un poema histórico sobre el pasado pagano, o un intento, que la
fidelidad histórica literal fundada en la investigación moderna, naturalmente, no intentó. Es un
poema por un hombre instruido escribiendo sobre tiempos antiguos, que al mirar para atrás en el
heroísmo y en el pesar siente en ellos algo permanente y algo simbólico. Así, lejos de ser un
confuso semi pagano, históricamente improbable para un hombre de ese tipo en el periodo, trajo
probablemente, primero, para su tarea un conocimiento de la poesía cristiana, especialmente aquel
de la escuela de Caedmon, y especialmente el Génesis... En segundo lugar, para su tarea el poeta
trajo un conocimiento considerable en narraciones y en tradiciones nativas...” (traducción propia).
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reflexión de la realidad natural. La discusión cósmica sobre el destino y el significado de la
vida, sus límites y sus virtudes. Es el hombre frente de aquello que puede y no puede. Su
experiencia frente del misterio y descubrimientos frente a la Creación.
“It just because the main foes in Beowulf are inhuman that the story is larger and
more significant than this imaginary poem of a great king´s fall. It glimpses the cosmic and
moves with the thought of all men concerning the fate of human life and efforts” 9 (Tolkien,
1997, p. 33).
En el estudio de Tolkien sobre Beowulf, las virtudes, el ejemplo del rey y del héroe,
del guerrero que enfrenta las batallas y su propia desesperación, no son fundamentales en sí
mismas, solamente en dirección al misterio de lo sobrehumano. Sea el misterio que enfrenta
o por el cual se apoya. Así, la aproximación entre la permanencia de las virtudes presentes
en la mitología es la permanencia de la eternidad de Dios.
Borges y la literatura
En las clases de Borges (2006), en el libro Curso de literatura inglesa, en el poema
Beowulf, el autor analiza tanto el contexto histórico por el cual el poema se define mientras
hace un estudio más filológico sobre las palabras en el anglosajón y sus significados.
Para Borges, el protagonista se aproxima a un caballero que encarna las virtudes que
eran apreciadas en la Edad Media: coraje y lealtad. Calificado como epopeya, el poema
asume que es legado de la Eneida, de Virgilio, además de factores complejos, como
palabras dobles contradictorias para referir a la misma realidad, tanto Dios (God) como
destino (wyrd) aparecen en su texto como una potencia superior a los dioses. Otro ejemplo
desde el punto de fusión entre el paganismo nórdico y el cristianismo.
Esta característica es lo que le llama la atención de Borges. Este tesoro de la lengua y
del paganismo, al mismo tiempo que la afirmación de la cultura cristiana elaborada en
términos literarios, permite el descubrimiento de un tesoro que estaba escondido detrás del
preconcepto que sería una cristianización forzada frente al elemento intocable pagano.
9
“Es justamente porque los principales adversarios en Beowulf son inhumanos que la historia es más
larga y más importante que ese imaginario poema sobre la caída de un gran rey. Esto vislumbra el
cosmos y se mueve con el pensamiento de todos los hombres preocupados con el destino humano y
sus esfuerzos.” (traducción propia)
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“Hace unos doscientos años, se descubrió que la literatura inglesa encerraba una
especie de cámara secreta, a la manera del oro subterráneo que la serpiente del mito guarda.
Este oro antiguo es la poesía de los anglosajones” (Borges, 2002, p. XXXI).
En el poema, para Borges, existe una predominancia de la vida social, juglares,
hospitalidad, aguamiel y jactancia. El palacio de Hrothgar es el espacio de la convivencia,
del encuentro y de la fiesta. El propio Hrothgar es llamado beahgifa (adjudicador de
anillos) y es retratado como generoso y justo: símbolo de honra y riqueza. La concesión de
anillos es el símbolo de la relación del comitatus, del grupo de guerreros más cercanos al
rey que poseen privilegios y derechos, propios de la tradición germánica que fomentará a
feudo-vasallaje.
Borges clasifica el poema como fábula mal inventada, apuntando la contradicción
entre el poderoso rey Hrothgar, que dominó Dinamarca, pero que es indefenso frente a
Grendel, monstruo de origen humano, al mismo tiempo que los dioses no intervenían y no
tenían poderes contra Grendel.
Analizando el fragmento en que Beowulf al llegar a Heorot, en el banquete entre
aguamiel y comida, narra la disputa de su pueblo con Breca, en que durante diez días y diez
noches fueron nadando contra monstruos marinos y tempestades, Borges dice que la
principal temática del poema es la jactancia, el orgullo.
A pesar de contextualizar esta característica como una virtud de la época, porque fue
a través de los salones que los guerreros conseguían su fama y honra, Borges afirma que es
una narración sin mayores brillos, y comprara a Beowulf con los compadritos porteños,
habitantes de la periferia de Buenos Aires en la primera mitad del siglo XX. Como los
malandros de Brasil, los habitantes de las favelas. Beowulf quería jactarse de su coraje, así
como los compadritos disputaban su reputación entre canciones y versos:
Soy del barrio Monserrat
Donde relumbra el acero
Lo que digo con el pico
Lo sostengo con el cuero
Yo soy del barrio del norte
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Soy del barrio de Retiro,
Yo soy aquel que no miro
Con quien tengo que pelear
Y a quien en milonguear
Ninguno se puso a tiro.
Hágase a un lao, se lo ruego,
Que soy de la Tierra „el Fuego.
(Borges, 2006, p. 26)
Ser deseoso de elogios, ser glorioso y ser temido. Esta es la principal característica de
Beowulf. Sin embargo, y a pesar de cierto rechazo al poema, Borges defiende Beowulf
como el primer poema épico en lengua vernácula, el primer poema producto de la
cristiandad, ya posterior a ella independiente de la cultura grecorromana. Hacer
deducciones de que es en la escritura de Beowulf donde está la base de formación de virtud
de la caballería, producto de la cristiandad en los siglos posteriores.
Precisamente con la integración de la herencia de la Antigüedad, de las Sagradas
Escrituras y de la cristianización de la cultura germánica es que se formará la caballería.
Beowulf, escrito antes del ciclo bretón, es el primer poema que preanuncia el brillo de esa
cultura histórica.
En otro momento, Borges valoriza el poema cuando reflexiona sobre el hecho que esa
característica del coraje, expresada también en la primera lengua vernácula, es preanuncio
de la propia Reforma Protestante.
El lenguaje anglosajón, el inglés antiguo, estaba, por su propia aspereza, predestinado a la
épica, esto es, la celebración del coraje y de la lealtad. Por eso [...] Es en la descripción de
batallas que los poetas se destacan especialmente. Es como oyésemos el ruido de las espadas,
el golpe de las lanzas en los escudos, el tumulto de los gritos de la batalla. (Borges, 2006, p.
76)
Esa aspereza que predestina a la épica, a esa celebración del coraje y de la lealtad,
resultaría más que un estilo o una creación artística de una inspiración aislada. Estaría
permeada por toda la civilización anglosajona. Ese rasgo cultural, compartido por una
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determinada civilización, produciría la primera síntesis literaria propiamente cristiana, sin
los vínculos directos de la Antigüedad grecorromana.
La reflexión histórica sigue la línea del por qué en las naciones germánicas hubo
traducciones de la Biblia antes que en las naciones latinas. El rasgo del coraje, de la
afirmación solitaria del héroe, ya es anunciado por medio de la escritura de Beowulf. Otros
personajes históricos, como Ulfilas (= pequeño lobo, 311-383, obispo de los godos, ariano),
Wycliffe (1320-1384, teólogo precursor de la Reforma Anglicana, afirmaba que la Iglesia
debería abandonar sus poses terrenas, incentivó la primera traducción completa de la Biblia
al inglés) y, finalmente, Lutero (1483-1546), comprobarían la hipótesis que Borges
defiende.
En este pensamiento, cita a Francis Palgrave (1788-1861), germanista de origen
judío, que presentó la hipótesis que la Biblia de la Edad Media era la Vulgata latina, y las
lenguas latinas eran muy próximas al original, y que la traducción parecería una parodia de
mal gusto, un insulto. Ya en las lenguas germánicas la diferencia del latín era más
acentuada, y la traducción podría hacerse sin riego de ser parodia, nadie podría pensar en la
relación con la Eneida.
En un comentario en el texto Sobre la filosofía y otros diálogos (2009), en el capítulo
“Mitología escandinava y épica anglosajona”, Borges nuevamente refuerza esta hipótesis,
afirmando que la nostalgia del pasado es una característica del periodo de Beowulf, y la
identificación de la lengua con la recuperación de la cultura pagana serían causas en
conjunto para la elaboración del poema:
[...] podríamos pensar que el autor de Beowulf leyó la Eneida, y que se propuso escribir una
Eneida germánica, así entonces escribió Beowulf. Esto fue escrito en Inglaterra, pero el autor
usó subtítulos escandinavos; todos los personajes son dinamarqueses, o proceden de Suecia.
Pero en aquella época no existía la idea de que un escritor tuviese que escribir sobre lo que es
contemporáneo o local, al contrario, existía el prestigio de aquello que estaba lejos, y tal vez
hubiese cierta nostalgia del paganismo entre los anglosajones. (p. 127)
Nuevamente, el argumento que el poema no es solamente una copia malhecha, o una
parodia empobrecida de algún épico grecorromano. El poema posee belleza en sí mismo,
porque destaca verdades virtuosas que también están presentes en la concepción cristiana
de virtud y bien.
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El ejemplo de la originalidad de la poesía anglosajona son las kennings, metáforas
poéticas cristalizadas, descriptivas. Serían palabras en composiciones que denominarían
realidades únicas, en un cruzamiento de significados que demostrarían la fuerza poética de
la lengua. Siguen algunos ejemplos citados por Borges:
•
Lobo de las abejas: el oso, Beowulf.
•
Casa de los huesos: cuerpo.
•
Camino de la ballena, campo de la gaviota: el mar.
•
Pastor del pueblo: el rey.
•
Potro de mar, jabalí de las olas: La nave.
•
Guardián del verano: El pájaro.
Escribir, por ejemplo, que Beowulf estaba en la nave, a través do mar, para recuperar
el cuerpo del hijo del rey, cuando oyó un pájaro, podría ser escrito de la siguiente manera:
El lobo de las abejas estaba en el potro del mar, a través del camino de la ballena, para
recuperar la casa de los huesos del pastor del pueblo cuando oyó al guardián del verano.
Dentro de ese raciocinio, existían desdoblamientos que lo dificultan, cuando dos kennings
se superponen para formar una tercera composición:
•
Nave: caballo de mar.
•
Mar: campo de la gaviota.
•
Nave: caballo del campo de la gaviota.
•
Lanza: serpiente del escudo.
•
Escudo: luna de los piratas.
•
Lanza: serpiente de la luna de los piratas.
•
Cuervo: cisne de sangre.
•
Sangre: cerveza de los muertos.
•
Cuervo: cisne de la cerveza de los muertos.
Estas composiciones se hacen más ricas, permitiendo que el poeta exprese su
creatividad con metáforas más fuertes para expresar más profundamente el significado de la
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imagen que describe. Escribir que la nave estaba llena de sangre, lanzas y escudos, con
cuervos posándose en ella sería: el caballo del campo de la gaviota estaba lleno de cerveza
de los muertos, serpientes del escudo y luna de los piratas, con cisnes de la cerveza de los
muertos posándose en ella.
Además de estudiar específicamente el significado y la formación de las palabras, del
contexto histórico y de los desdoblamientos culturales, Borges también compuso sobre la
temática. En su libro El otro, el mismo (1989), dedica un poema sobre el tema de la
literatura anglosajona, citando explícitamente Beowulf:
Fragmento
Una espada,
Una espada de hierro forjada en el frío del alba.
Una espada con runas
Que nadie podrá desoír ni descifrar del todo,
Una espada del Báltico que será cantada en Nortumbria,
Una espada que los poetas
Igualarán al hielo y al fuego,
Una espada que un rey dará a otro rey
Y este rey a un sueño,
Una espada que será leal
Hasta una hora que ya sabe el Destino,
Una espada que iluminará la batalla.
Una espada para la mano
Que regirá la hermosa batalla, el tejido de hombres,
Una espada para la mano
Que enrojecerá los dientes del lobo
Y el despiadado pico del cuervo,
Una espada para la mano
Que prodigará el oro rojo,
Una espada para la mano
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Que dará muerte a la serpiente en su lecho de oro,
Una espada para la mano
Que ganará un reino y perderá un reino,
Una espada para la mano
Que derribará la selva de lanzas.
Una espada para la mano de Beowulf.
El poema celebra el coraje y la lealtad, virtudes apuntadas por Borges como el centro
de la poética de Beowulf. Es la espada, forjada para ser cantada en los diversos rincones del
mundo, para ser bañada de sangre enemiga, para derrotar a la serpiente, para ganar y perder
un reino. Al mismo tiempo, para ser leal a un rey, una espada que está al servicio no solo de
la gloria del hombre, sino, en consecuencia, de la lealtad y del coraje existe la gloria del
hombre.
El Mal y el dogma del coraje
Al concluir este estudio, apenas inicial, en la comparación de los abordajes del poema
Beowulf por parte de Tolkien y Borges, vemos que ambos destacan que el poema es sobre
el coraje y sobre el enfrentamiento del Mal.
Por un lado, para Grendel el prototipo del Mal, es barbarie aquello que está fuera del
reino de los hombres, pero por otro lado remite a la humanidad caída, de Caín, que vive en
los pantanos, en la marginalidad, por eso envidia la alegría. Es fuerte, no hay quien lo
combata, y pone en riesgo la propia existencia del reino de Hrothgar.
Por otro lado, existe el símbolo del dragón. En su tercera lucha, después de Grendel y
la madre el enfrentamiento extremo es contra el dragón. La tercera lucha, en la cual todo
termina. A pesar de ser el gran héroe, el cazador y el rey, no tienen como sobrevivir al
dragón, que, incluso siendo derrotado, reivindica la vida del héroe.
El símbolo del dragón es encontrado tanto en Tolkien como en Borges. Y se
relacionan con Beowulf. En El libro de los seres imaginarios (2007), Borges hace una
genealogía del dragón en occidente, y elogia el poema anglosajón por colocar el monstruo
como enemigo humano identificable por su codicia. Es precisamente el robo de su tesoro,
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acumulado durante siglos por medio de crímenes y atrocidades, que hace que el dragón
ataque a los hombres.
También en el libro de poemas Las aventuras de Tom Bombadil, y en la novela El
Hobbit, así como en varios momentos de su legendarium, Tolkien (2003) reproduce el
dragón como un ser codicioso por tesoros, lleno de envidia y celos, con el temperamento
dedicado a la destrucción y a la acumulación de riquezas con el objetivo de simplemente
guardar y acumular, sin más motivos o deseos.
Al relatar su visión del enredo, Tolkien, en las cartas editadas por su biógrafo
Humpfrey Carpenter (2006), expresa esa característica del dragón compartida por Grendel.
El ogro se vuelve más colectivo, amenazando a todos los hombres, al mismo tiempo que su
derrota alegra a todos. El Mal, entonces, se vuelve para más allá de los embates políticos y
de facciones entre los hombres. La derrota sobre el Mal une, por eso se manifiesta como
sobrehumano.
Los objetivos personales de Beowulf en su viaje a Dinamarca son precisamente aquellos de
un caballero posterior: su propio renombre y, por sobre eso, la gloria de su señor el rey; pero,
en todo momento vislumbramos algo más profundo. Grendel es un enemigo que atacó el
centro del reino y llevó dentro del salón real la oscuridad exterior, de manera que solo
durante el día el rey puede sentarse en el trono. Esto es algo muy diferente y más horrible que
una invasión “política” de iguales, hombres de otro reino similar, tal como el ataque posterior
de Ingeld a Heorot. La derrota de Grendel resulta en una buena historia fantástica, ya que él
es fuerte y demasiado peligroso para que cualquier hombre común pueda derrotarlo, pero es
una victoria por la cual todos los hombres pueden alegrarse, porque él es un monstruo, hostil
a todos los hombres y a toda camaradería y alegría humana. Para enfrentarse con él, incluso
los de hace mucho tiempo políticamente hostiles dinamarqueses y godos se hicieron amigos,
del mismo lado. (Carpenter, 2006, p. 232)
Esta observación de la dimensión supra histórica y metapolítica es característica del
mito. No como escapismo o alienación, sino porque la explicación contextual no posee
aliento suficiente para discutir la cuestión del Mal. De hecho, la cuestión del Mal está
considerada misteriosa, porque no se consigue explicarlo solo en una faceta.
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En ese sentido, Borges (2009) concuerda con Tolkien en esa concepción del mito, del
arte y de la literatura. En su opinión, la dependencia del arte con relación a la política y a la
historia es falsa. Reivindica una liberación de ambas con relación al tiempo.
“El arte y la literatura [...] Tendrían que liberarse del tiempo. Muchas veces me
dijeron que el arte depende de la política o de la historia. No, creo que eso es totalmente
falso” (Borges, 2009, p. 127).
En otro momento, cierto poema refleja las motivaciones del poeta en estudiar la
lengua de los anglosajones. Esta vocación a lo eterno, a lo transcendente, está relacionada a
la producción del poema, e incluso también al estudio de un pueblo antiguo y distante.
Composición escrita en un ejemplar de
la gesta de Beowulf
A veces me pregunto qué razones
Me mueven a estudiar sin esperanza
De precisión, mientras mi noche avanza,
La lengua de los ásperos sajones.
Gastada por los años la memoria
Deja caer la en vano repetida
Palabra y es así como mi vida.
Teje y desteje su cansada historia.
Será (me digo entonces) que de un modo
Secreto y suficiente el alma sabe
Que es inmortal y que su vasto y grave
Círculo abarca todo y puede todo.
Más allá de este afán y de este verso
Me queda inagotable el universo.
(Borges, 1989)
El poema es una disculpa, una justificación, una defensa del estudio de los
anglosajones. Borges argumenta por qué motivo estudiar a los anglosajones en una
composición escrita, en Beowulf. Más allá de la lengua extraña, de la distancia geográfica,
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de la diferencia cultural, existe algo que el alma sabe: que el esfuerzo del extraño mundo de
los sajones refleja el esfuerzo de la transcendencia, del superarse en dirección al universo, a
todo lo que el deseo humano ansía.
Finalmente, esta dimensión transcendente es lo que refleja lo sobrehumano y lo
sobrenatural en la poesía. Esta concepción del mito, del significado que atraviesa la vida y
quizás para más allá de ella, y de cualquier forma perenne para más allá de la muerte por
medio de la memoria entre los hombres, es la gran naturaleza del coraje, de la virtud y del
enfrentamiento del Mal.
El dragón, el monstruo, es la muerte y el desconocido fin del hombre. Aterroriza
porque es desconocido, peligroso y mortal. Pero es justamente por medio de él que se
concibe la continuidad de la virtud en dirección a la eternidad y al reconocimiento de los
hombres por medio de los tiempos. Es por medio del enfrentamiento del Mal, que posee un
cuerpo antropomórfico, o de un rasgo genuinamente humano, como la codicia, que el
hombre supera a sí mismo, su propio cuerpo, su propia codicia, y levanta vuelo en dirección
a lo también desconocido, que pasa necesariamente por la aterrorizante y conocida muerte.
En su ensayo Sobre histórias de fadas (2006), Tolkien desarrolla su teoría literaria, y
entre los conceptos que propone para defender a sus propios escritos y su obra ejemplifica
en el dragón aquella fascinación, distante de lo mórbido o de lo irracional, que lo impulsó a
escribir sobre los dragones, míticamente, y sobre la fantasía sobrenatural. Al crear la Tierra
Media, expresaba la búsqueda del hombre, no por el Mal, sino por el significado que
atravesar el Mal posee. Frente al Mal el hombre narra su propia travesía, una vez que está
se presenta en el mundo.
Estas tierras eran prominentemente deseables. Nunca imaginé que el dragón perteneciese a la
misma orden del caballo. Y eso no solamente porque veía caballos todos los días, sino
también porque nunca había ni siquiera visto la pisada de un lagarto. El dragón tenía la marca
registrada de Feéria inscrita con claridad. No importa en qué mundo él existía, era Otro
Mundo. La fantasía, la creación o el vislumbrar de Otros Mundos era el corazón del deseo de
Feéria. Yo deseaba dragones con un deseo profundo. Está claro que, con mi cuerpo flacucho,
no quería tenerlos en los alrededores, entrometiéndose en mi mundo relativamente seguro,
donde, por ejemplo, era posible leer historias disfrutando de paz mental, libre de miedo. Pero
el mundo que contenía incluso hasta la imaginación de Fafnir era más rico y más bello, no
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importaba el costo del peligro. El habitante de la planicie tranquila y fértil puede oír hablar de
las colinas castigadas por las intemperies y del mar sin vida y ansiar por ellos en su corazón.
Porque el corazón es firme, aunque el cuerpo sea débil. (Tolkien, 2006, p. 44)
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Traducción: Gilmar Saint‟ Clair Ribeiro
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