Llevar a cabo la Revolución

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Autor no identificado
Fidel entre José Antonio y Anillo en los días de la Carta de México.
CARTA DE MÉXICO 1956
Llevar a cabo
la Revolución
Declaración de guerra de la juventud cubana de los años 50
contra la dictadura
Por PEDRO ANTONIO GARCÍA / Fotos: Archivo de BOHEMIA
E
L pueblo cubano padecía en 1956
el quinto año de la tiranía
batistiana. Ya en 1952, durante los
primeros meses de la dictadura, Fidel
había demostrado que la camarilla que
usurpó el poder tras el golpe de Estado
del 10 de marzo de ese año, no iba a
permitir una opción legal para restituirle al país el ritmo constitucional,
transgredido por la asonada. Todas
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sus mociones elevadas al sistema judicial sobre la ilegalidad del régimen
fueron desestimadas por unos magistrados que subastaban su alma por 30
monedas. No había otra vía que la del
68 y el 95, solo mediante la lucha armada podría derrocarse al régimen
de facto.
Esa nueva etapa de la Revolución
Cubana, iniciada por Céspedes en el in-
genio Demajagua, no podía ser encabezada por la dirigencia de los partidos
políticos de la época, anquilosados y
permeados por el quietismo y un
electoralismo enfermizo. Se precisaba,
como alertó Fidel tempranamente, de
un liderato nuevo para los tiempos que
se avecinaban. Con las acciones del 26
de julio de 1953 se vislumbró ya la nueva generación de revolucionarios que
enrumbaría a Cuba por el camino de la
emancipación nacional.
Nada consiguió la tiranía con
encerrar tras las rejas a Fidel y los
moncadistas. En la siempre rebelde
Universidad de La Habana, la tendencia revolucionaria comenzó a ser mayoritaria, con José Antonio y Fructuoso al frente. Algo similar sucedía en la
Universidad de Oriente. Frank País
aglutinaba en Acción Revolucionaria
Oriental a quienes hacían suyos los
postulados del alegato conocido después como La historia me absolverá.
Tras la excarcelación, Fidel y el
Movimiento 26 de Julio enarbolaron
las banderas de la lucha armada para
derrocar al tirano y proclamaron que
“en 1956 seremos libres o seremos
mártires”. Militantes de esa organización marcharon hacia México para
prepararse allí militarmente con vistas a una expedición e iniciar la insurrección popular armada en las montañas orientales.
Entretanto, en el movimiento estudiantil se había constituido desde
mediados de 1955 el Directorio Revolucionario, una FEU para tiempo
de guerra, su brazo armado para el
combate contra la tiranía. Su líder,
José Antonio Echeverría, en plena
coincidencia con Fidel, declararía a
BOHEMIA: “No se me juzgue apasionado ni iluso. Este año de 1956 será
el de la total liberación de Cuba”.
Los hechos acaecidos demostraban cuan fundadas eran las afirmaciones de Fidel y José Antonio. La
oposición al tirano crecía. Dentro de
su propio ejército se conspiró para
derrocarlo. Por tal motivo, un grupo
de militares, al que el pueblo denominó “los puros”, fueron detenidos por
el aparato represivo del régimen. Elementos afines a la línea insurreccional trataron de reeditar la gesta
del Moncada y asaltaron el cuartel
Goicuría, en Matanzas. El régimen
19 de agosto de 2016
El paso inmediato
Fidel y José Antonio comprendieron,
tal vez como pocos de los cubanos de
su tiempo, la necesidad de la unidad
entre las fuerzas revolucionarias.
Por ello, el presidente de la FEU,
acompañado de René Anillo (destacado combatiente revolucionario, ya
fallecido), fue a encontrarse a la Ciudad de México con el Jefe del Movimiento 26 de Julio. Para Faure
Chomón, otro relevante dirigente del
Directorio Revolucionario de la
FEU, “el movimiento estudiantil
había llegado a un máximo de
radicalización. El paso inmediato y
superior es ir hacia Fidel”.
Según testimonio de Anillo, “la
reunión transcurrió en la noche del
28 de agosto en un ambiente muy fraterno. Fidel y José Antonio no solo
coincidían en la causa, había simpatía mutua. Tras muchas horas de intercambio, entrada la madrugada del
29, se redactó la Carta de México y
se mecanografió”.
Ese mismo día se entregaba a la
United Press (UP) con la condición
de no publicarla hasta que Anillo regresara a Cuba. José Antonio marchó a Europa y de allí siguió hacia
Sri Lanka a intervenir en un congreso estudiantil. Se hizo público el primero de septiembre y los cables reprodujeron íntegramente el texto.
En Cuba el diario Información la reprodujo íntegramente.
En el documento, el Movimiento
26 de Julio (M-26-7) y el Directorio
Revolucionario (DR) de la FEU proclamaban su decisión de “unir sólidamente su esfuerzo en el propósito
Año 108/No. 17
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Fidel, Raúl y Juan Manuel Márquez en tierra azteca, mientras preparaban una expedición
para iniciar la insurrección popular armada.
de derrocar a la tiranía y llevar a cabo
la Revolución Cubana” y convocaban
“a todas las fuerzas revolucionarias del
país, a los estudiantes, obreros, organizaciones juveniles y a todos los hombres dignos de Cuba para que secunden esta lucha que está firmada con la
decisión de morir o triunfar”.
“Consideramos propicias las condiciones sociales y políticas del país,
y los preparativos revolucionarios
suficientemente adelantados para
ofrecer al pueblo su liberación en
1956”, reiteraban. “La insurrección
secundada por la huelga general en
todo el país será invencible”.
La Carta de México subrayaba que
la Revolución llegaría al poder libre de
compromisos “para servir a Cuba en
un programa de justicia social, de libertad y democracia, de respeto a las
leyes y de reconocimiento a la dignidad plena de todos los cubanos, sin odios
mezquinos para nadie, y los que la dirigimos, dispuestos a poner por delante
el sacrificio de nuestras vidas, en prenda de nuestras limpias intenciones”.
Faro de unidad
Según Faure Chomón, la Carta de
México, firmada por Fidel y José Antonio, “fue de extraordinaria signifi-
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batistiano, en la represión a los revolucionarios, volvió a repetir la masacre de julio de 1953.
Las anquilosadas dirigencias de
los partidos políticos de la burguesía, temerosas del ímpetu revolucionario de la juventud, propusieron al
tirano Batista una “solución negociada” a la situación creada mediante el llamado “diálogo cívico”entre
la oposición y el gobierno, una especie de Mediación (plan similar empleado durante la tiranía machadista
para evitar el triunfo revolucionario), sin Sumner Welles, el embajador yanqui de los años 30 que la organizó. Las fuerzas revolucionarias
rechazaron tal maniobra. El pueblo
la repudió. Y la tiranía batistiana,
prepotente, se burló.
El movimiento estudiantil había llegado a un máximo de radicalización.
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cación para la Revolución Cubana, un
documento de fuerza y conciencia políticas, unitario, que no desconoció a
ninguna de las fuerzas que combatía a
la tiranía y llamó a luchar a todos los
revolucionarios. Fue la declaración de
guerra contra Batista y repercutió en
el pueblo, en todos los que querían hacer una Revolución. Fue realmente
un faro para la unidad.
“Nosotros teníamos una concepción de la vía armada, la lucha de
calle, que no era la que iba a desarrollar Fidel, la guerra de guerrillas.
Pero él nos unió: no quiso discutir
nuestra táctica, nos dijo: todas las
tácticas son necesarias, hablemos
de nuestras coincidencias en las
cuestiones estratégicas: lucha armada a muerte contra la tiranía, denuncia al trujillismo, reconocimiento a
los militares ‘puros’.
“Al unirse los combatientes del
Moncada, quienes se preparaban para
reiniciar la guerra necesaria en la Sierra, con los que están en las manifestaciones, en el combate de calle, se
está contribuyendo a fortalecer más
la idea de que los elementos verdaderamente revolucionarios y de las organizaciones de vanguardia se incorporen a la lucha”.
Dentro del movimiento estudiantil, hubo individuos afanosos de
protagonismo que protestaron porque José Antonio había firmado con
Fidel un documento que llamaba a la
universidad y al pueblo a la guerra.
Recuerda Faure: “Quisieron convocar reuniones para discutirle el derecho de firmar en nombre de la FEU.
Fructuoso, con la autoridad que tenía, no permitió esas reuniones y dijo
que para defender a Cuba y luchar por
la libertad como ocurrió en la guerra
de independencia, no hace falta dis70
cutirlo, es un deber que tenemos todos los cubanos”.
Cumplir la palabra empeñada
En octubre, al regreso de Sri Lanka,
José Antonio se reunió nuevamente en
México con Fidel para ultimar los detalles de lo que iba a ser el plan militar.
Testimonia Faure: “En esa ocasión somos designados Fructuoso, Joe
Westbrook y yo. Nos unimos a José Antonio y nos reunimos con Fidel a hablar sobre cómo podíamos secundar lo
que sería la expedición del Granma”.
Fidel desembarcó semanas después
en tierras orientales para crear el frente guerrillero de la Sierra Maestra. José
Antonio organizó las acciones del 13 de
marzo de 1957 y cayó heroicamente en
combate frente a la Universidad de La
Habana. El Directorio, a principios de
1958, abrió un frente guerrillero en las
montañas villareñas y como ratificación de la Carta de México, suscribió
con el Che (quien lo hizo en nombre del
M-26-7) el Pacto del Pedrero, al cual se
adscribiría en los días siguientes el Partido Socialista Popular.
En torno al Ejército Rebelde comenzó a forjarse la unión de todos
los revolucionarios. Unidad que se
consolidaría definitivamente en la
integración de nuestro Partido y ha
sido –como señaló Fidel–, “alcanzada en tal alto grado como jamás se
logró en la historia de nuestra Patria, esa unidad por la que suspiraron los combatientes durante casi
un siglo [...] y que por primera vez
nuestra generación logró”.
Fuentes consultadas
Testimonios ofrecidos por Faure
Chomón y René Anillo al autor de este
trabajo.
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Autor no identificado
Estado en que quedó la cabina de Radio Reloj, tras las acciones del 13 de marzo de 1957.
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EFEMÉRIDES
DE SEPTIEMBRE
SEGUNDA QUINCENA
16 (1976) Fallece
el destacado periodista cultural cubano José Manuel
Valdés Rodríguez,
precursor de la crítica cinematográfica en nuestro país.
ANIVERSARIO 40.
19 (1941) Inauguración de la clínica
Maternidad Obrera, en el actual municipio de Marianao, de La Habana.
ANIVERSARIO 75.
19 (1961) En un acto efectuado en
el teatro García Lorca, Fidel denuncia cómo la contrarrevolución, en
complicidad con la Agencia Central
de Inteligencia (CIA), creó la falsa Ley
de la Patria Potestad.
ANIVERSARIO 55.
21 (1896) Se suma a la guerra el
sitio de Cascorro con fuerzas
mambisas al mando del Generalísimo Máximo Gómez. Tras semanas de asedio, los españoles, luego
de incendiarla, abandonan el 6 de
noviembre de ese año esta plaza fortificada. ANIVERSARIO 120.
23 (1911) Nace
en La Habana el
teatrista, historiador y escritor costumbrista Eduardo
Robreño Duprey.
ANIVERSARIO 105.
27 (1961) Creación de los llamados Cines Móviles, los cuales llevarían este arte a los pueblos, caseríos
y zonas montañosas de toda la geografía cubana. ANIVERSARIO 55.
29 (1911) Nace
en San Antonio de
los Baños, en la
actual provincia de
Artemisa, el dirigente comunista y
relevante líder sindical José María
Pérez. ANIVERSARIO 105.
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19 de agosto de 2016
23 de agosto de 1906
El general Quintín
N
A cargo de
PEDRO ANTONIO
GARCÍA
Fotos: Archivo
de BOHEMIA
ACE en Santiago de Cuba el 30 de octubre de
1834 y lo bautizan como José Quintino Bandera Betancourt, pero para la Historia y el pueblo cubano es y siempre será el general Quintín. Se incorpora el primero de diciembre de 1868 a la tropa
mambisa de Donato Mármol, con la cual inicia su
amplio expediente de insurrecto. En 1870 ya era
alférez; en 1873, capitán. De esta época son algunas de las leyendas y mitos que la tradición popular le hizo protagonizar. En noviembre de 1875,
marcha con un grupo de orientales a Las Villas para
reforzar el contingente invasor de Máximo Gómez
que ya operaba en esa región. Rápidamente es
ascendido a comandante (marzo de 1876). Maceo
lo asciende a teniente coronel en 1878. Ese mismo año participó en la Protesta de Baraguá. Por
haberse ido a la manigua durante la Guerra Chiquita, España lo envía a una prisión en Baleares.
Regresa en 1886. Encabeza uno de los 35 levantamientos del 24 de febrero de 1895. El 22 de
octubre de ese año, partió junto con Antonio Maceo en la columna invasora hacia el occidente
de la Isla. Cuentan que por aquellos días, dos columnas españolas se encontraron y una de
ellas, al “Alto, quién vive”, respondió: “San Quintín”, pero los de la primera columna entendieron
“Quintín” solamente, y se generalizó el tiroteo con muchos peninsulares muertos. Antonio
Maceo, tras enterarse del suceso, solía bromear: “Yo, solo con el nombre del compadre Quintín,
soy capaz de tomar La Habana”. Al cesar la dominación española, ya en la república neocolonial,
sumido en la pobreza, se ve obligado a desempeñar oficios modestos, como recogedor de
basura y vendedor de jabones de muestra. En este último trabajo, dicen que fue a una barbería
a que le cortaran el pelo. “Aquí no se pelan negros”, le contestó el racista aprendiz de fígaro.
Cuentan que de un puñetazo lo envió a dormir. Durante la sublevación liberal de 1906, ante la
fraudulenta reelección de Estrada Palma, un delator lo entregó a la Guardia Rural y el ya anciano mambí fue asesinado el 23 de agosto de ese año.
Septiembre de 1961
Revista Cuba Socialista
S
ALE a la calle en el mes de septiembre de 1961. Fidel, en el
editorial del primer número de la revista, escribe: “Se hace, fundamentalmente, para los cuadros y militantes revolucionarios, para
quienes tengan interés en desarrollarse ideológica y políticamente.
Confiamos en que será útil a todos los que, en cualquier parte y
especialmente en Latinoamérica, quieran conocer y estudiar las experiencias y los problemas de la Revolución Cubana”. En su primera
etapa (1961- febrero 1967), Cuba Socialista se edita mensualmente y se publican 66 números. Tiene un Consejo de Dirección, que
más tarde deviene Consejo Editorial, presidido por el Comandante
en Jefe. La publicación reaparece en diciembre de 1981, después
del Segundo Congreso del Partido, dada la necesidad de un medio
para la divulgación de la línea y política de nuestro Partido, el desarrollo de la teoría revolucionaria y el resultado de los estudios e
investigaciones sociales. Esta segunda época se extiende hasta
1990. Y no es hasta 1996 que resurge en su tercera época con una
frecuencia trimestral y similares objetivos a las de sus dos etapas
predecesoras.
Año 108/No. 17
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