Sobre cronología de la cerámica RESUMEN Una reseña iniciada en los lejanos milenios del Paleolítico superior, recoge el conjunto de dataciones correspondientes al proceso evolutivo de las actividades cerámicas humanas, desde que el hombre prehistórico llegó a conocer las propiedades fundamentales de las arcillas, hasta que consiguió preparar los primeros objetos procedentes de éstas, y luego los vasos cerámicos. Se examinan, asimismo, los perfeccionamientos más importantes introducidos en las técnicas alfareras durante el transcurso de los siglos, indicando los lugares y los momentos en que éstos han ido apareciendo y se han incorporado de modo general a la práctica del ciclo laboral artesano destinado a producir obras de barro. Interesa señalar que los datos citados aquí pueden ser afectados por revisiones posteriores. SUMMARY There are cathered in this note some details about how and when prehistoric Men got to hnow the fundamental proprieties of the clay, and the origin of pottery. It is also noted the place and epoch in which are appeared the most importants perfections of the technology of ceramics, and of the raw materials which are used. The facts exposed were, nevertheless, susceptibles to ulterior revision. RESUME Un rapport, dont le commencement se place dans les siècles lointains du Paleolitique supérieur, rassemble les nombreuses datations que Ton doit considérer dans le procès évolutif des activités céramiques humaines, depuis que Tomme préhistorique est arrivé a connaître les propriétés fondementales des terres argilleuses, jusqu'au momente ou il a pu préparer les premiers objets dérivés de ces terres, et après, les vases céramiques. On examine, aussi, les perfectionements les plus importants apportés a la technique des potiers artisans, avec indication des lieux et des moments d'apparition de ces innovations, et de leur incorporation a la pratique generale du métier destiné a la production des oeuvres de terre. On doit signaler, néanmoins, que les datations indiquées dans cette note sont susceptibles d'une revisión ultérieure. ZUSAMMENFASSUNG Die Darstellung geht dis in die etliche Jahrtausende Zurückliegende jüngere Steinzeit zurück und erfasst in chronologischer Reihenfolge die wichtigsten Stationen des Entwicklungprozesses menschlicher Tätigkeit im Keramiksektor beginnend mit der Entdeckung der Haupteigenschaften der Tone durch den vorgeschichtlichen Menschen bis zur Fertigung der ersten Gegenstände aus diesem Werkstoff und von Keramikgefassen. Es werden die wichtigsten Fortschritte der Töpfereitechnik im Lauf der Jahrhunderte unter Hinweis auf Ort und Zeitpunkt ihres Zustandekommens sowie ihrer allgemeinen praktischen Einführung in den handwerklichen Arbeitszyklus bei der Herstellung von Keramikwaren dargelegt. Die in der Untersuchung enthaltenen Zeit-und Ortsangaben verstehen sich vorbehaltlich der Änderungen und Korrekturen, die als Ergebnis künftiger Forschungen auf diesem Gebiet als notwendige Berichtigungen resultieren könnten. 75/3/0039A 1. LEANDRO SILVAN INTRODUCCIÓN La cerámica es, indudablemente, una de las creaciones más fecundas y geniales de la inteligencia humana. Nacida en épocas ya muy lejanas, ha conseguido alcanzar, desde su iniciación, un amplísimo desarrollo que afecta lo mismo a la cuantía, siempre creciente, de sus producciones, como a la múltiple diversificación de éstas. De los primitivos vasos, hechos con barro, se ha pasado a las modernas vasijas de loza fina o de porcelana, perfectas en cualquiera de sus aspectos materiales o estéticos; y del modesto adobe o el ladrillo basto apenas cocido, han derivado las piezas selectas utilizadas actualmente en la construcción de edificios. Se han creado además, en los últimos años, nuevos productos de excepcional interés —como la vitrocerámica o los super-refractarios— y se ha conseguido un notable incremento en los rendimientos de las instalaciones productoras, automatizando las operaciones incluidas en su proceso laboral y reduciendo al máximo posible el tiempo necesario para llevar a cabo este proceso. Los citados perfeccionamientos y el progreso geMA YO-JUNIO 1975 neral derivado de los mismos —recientemente examinado y comentado en este mismo Boletín *— han tenido como base y fundamento el simultáneo desarrollo y avance de los conocimientos científicos humanos. Pero a pesar de que dicho avance ha alcanzado, asimismo, a otras disciplinas del saber —como la Antropología, la Etnología, la Arqueología, etc.—, se ha tardado mucho en esclarecer y concretar diversos aspectos y circunstancias importantes del ciclo que recoge las efemérides más señeras del devenir histórico de la cerámica. Sólo poco a poco va siendo conocido ese ciclo con mayor detalle, y sobre todo, con más exacta precisión cronológica. Y ello a consecuencia del continuo e intenso perfeccionamiento introducido en las técnicas de investigación empleadas por los arqueólogos y los historiadores, así como gracias al uso complementario de métodos científicos de datación —y entre ellos, especialmente, los de tipo físico-químico, como el del carbono 14, el del fluor, el del argón radiactivo derivado del potasio o el de medición del magnetismo re* V. Aleixandre. "Importancia de la Cerámica". Bol. Soc. Esp. Cerám. Vidr. 13 (1963), 1, 25-34. 253 SOBRÉ CRONOLOGÍA DE LA CERÁMICA ridual—/mediante los cuales se ha conseguido fijar, con una razonable aproximación, el momento de aparición de los primeros vasos cerámicos o de algunas de sus variedades más importantes, así como el que corresponde al empleo de nuevas técnicas para la producción o el ornato de tales vasos, a lo largo y a lo ancho de las zonas habitadas en nuestro mundo terrenal. En la presente época, que transcurre bajo el signo de un intenso materialismo, principal estimulante de la continua y rápida evolución de cuanto orienta y matiza nuestras vivencias, nada nos induce a recordar cuándo y cómo pudo el hombre adquirir y concretar los conocimientos fundamentales que han servido de base a sus actividades alfareras; y hemos olvidado, además, el considerar la manera utilizada para combinar los denodados esfuerzos, intelectuales y materiales, de los primeros hombres, hasta conseguir que de esa combinación surgiera un proceso racional, capaz de servir para transformar el barro en objetos cerámicos, dando a éstos las formas más variadas, con el fin de poder destinarlos a finalidades específicas enteramente diferentes. Por la persistencia del olvido que señalamos, resulta aleccionador —aunque opere más en nuestro mundo espiritual íntimo que en el ámbito de las realidades prácticas de cada día— el dedicar unos momentos a conocer o recordar, de modo preciso y detallado, las efemérides y acaecimientos más destacados del nacimiento y desarrollo de la tecnología cerámica. Todo ello es menos conocido de lo que generalmente se cree, y por tal razón quizá no será tiempo perdido el que aiiora empleemos en ocuparnos, sumariamente, de los diversos temas precedentemente mencionados. 2. CRONOLOGÍA DE LA CERÁMICA Los hombres que han vivido en los remotos siglos del Paleolítico inferior, conocieron sin duda la plasticidad del barro. La inteligencia de los Croma^nonenses —los primeros ''Hornos sapiens sapiens''— alcanzó, seguramente, a percibir esa propiedad, tras contemplar modeladas sobre capas de arcillas húmedas, las üuellas de sus pies o las pertenecientes a aquellos animales salvajes que fueron objeto de las más antiguas expediciones cinegéticas. Probablemente también conocieron esos hombres la perduración de tales huellas, cuya impresión quedaba inalterada sobre el barro después de que éste se había secado; pero, sin embargo, tras la adquisición de los citados conocimientos, hubo de pasar aún mucho tiempo antes de que pudiesen los humanos sacar partido de ellos, para aplicarlos a la obtención de diversas realizaciones relacionadas con su ideología o con su manera de vivir. Entre las aludidas realizaciones primarias —de las que en los tiempos actuales vamos consiguiendo plena y variada información general— figuran los dibujos trazados, por incisión digital, sobre el barro tierno existente en el suelo o en las paredes de las cuevas (Gardas, en los Altos Pirineos; Lascaux, en la Bordona ; Le Touc d'Adoubert, en el Ariege ; Cueva Clotilde de Santa Isabel, en Santander); y también se han encontrado varias estatuillas, entalladas o modeladas sobre rocas arcillosas, mediante las cuales se obtuvieron representaciones corpóreas de entes reales o hipotéticos —animales, figuras antropomorfas o divinidades convencionales— incluidas en el mundo espiritual 254 o material de nuestros antepasados prehistóricos (figura 1). Las más conocidas de esas estatuillas son las denominadas Venus paleolíticas (y también Venus auriñacienses) que suelen considerarse como probables representaciones, figurativas o estilizadas, de la diosa de la fertilidad: en los yacimientos de Ventimiglia (Italia), Dolni-Vestonice (Moravia) o Hacilar (Anatolia), han sido halladas varias de dichas estatuillas. Y tanto éstas como los dibujos incisos a que precedentemente nos hemos referido, fueron hechos, según opinión de los arqueólogos, entre los años 18000 y 13000 antes de J.C. w ' ' ' . ' '. : ' * • . ' . * ' ' ' • ' ' r^***— r klí |-^*/-^;^ ' ' -' • 4Û r ' " *•' " *-'"' '-( 1 - • '' -,' - ' • « . • . • 1 [> LS. ' • •> ' / ' 1 • •.' ' ' ji • - 'LJ""""^ • **'•''''''• ' ' \ 1 ' * • Ï '• '• " • ^ l * * j. L , • , . . ' •) \' " ' \ * ', •KJ , • '. ', " T ^ . , / ' » * . ' - ¿ I • • • ''•"-- »*.' . . • r^y^r * , * ' . » • • '• * FiG. 1.—Bisontes modelados en una masa arcillosa sobre las paredes de la cueva existente en Le Tone d'Adoubert (Ariege, Francia). Años 11000 - 9000 antes de J.C. Por entonces los hombres primitivos, que desde siglos lejanísimos sabían producir, conservar y utilizar el fuego, usaban éste para asar, de diversas maneras, las carnes destinadas a servirles como alimentos; y no es aventurado suponer que cuando hiciesen las fogatas sobre tierras arcillosas, pudieran llegar a darse cuenta de que éstas adquirían una dureza pétrea, irreversible y permanente, después de haber sido sometidas durante largo tiempo a la acción de las altas temperaturas producidas por un foco calorífico intenso. En cambio, resulta muy aventurada y muy incierta cualquier hipótesis destinada a establecer cómo y cuándo comenzó, dentro de los tiempos prehistóricos, el uso de los desgrasantes que son indispensables para conseguir la confección üe un objeto cerámico, evitando su agrietamiento tras la desecación y deshidratación térmica del mismo. Sabemos, únicamente, que a lo largo de los milenios transcurridos desde el Paleolítico final, a lo largo del período Mesolítico y hasta la terminación de éste —es decir, entre los años 9000 a 7000 anteriores a la Era Cristiana—, los humanos fueron conociendo y diferenciando numerosos productos minerales (arenas silíceas y calcáreas, yesos, margas, ocres, rocas areniscas y pizarrosas, obsidiana, pedernal...), y quizá sobre tales conocimientos se haya asentado la idea de endurecer las arcillas excesivamente plásticas, adicionándoles un componente arenoso, con el fin de formar una especie de esqueleto reticular, incluido como reforzante en la masa arcillosa a que era incorporado. En apoyo de esta aventurada hipótesis sólo se coBOL. SOG. ESP. CERÁM. VIDR., VOL. 14 - N.° 3 LEANDRO SILVAN noce, por el momento, un único comprobante: la ya citada Venus de Dolni-Vestónice, que fue confeccionada con una mezcla de arcilla y de huesos finamente triturados. Pero en la época correspondiente a la confección de esas estatuillas —que fue anterior al décimo milenio precristiano— aún no se elaboraban objetos cerámicos destinados a finalidades utilitarias: ha sido preciso que se produjese la revolución neolítica, para alcanzar, con ella y en su momento, la etapa inicial de las actividades alfareras humanas (fig. 2). FIG. 2.—Representación esquemática de la Venus de DolniVestónice (Moravia, Checoslovaquia). Artura: 11,4 cm. Años 20000 - 18000 antes de J.C. MAYO-JUNIO 1975 Esa revolución, es decir, el advenimiento del período cultural neolítico, derivó del crecimiento experimentado por la población de nuestro planeta, donde, tras la formación de clanes familiares cada vez más numerosos, éstos se asociaron entre sí para constituir las primeras agrupaciones tribales, compuestas por un crecido conjunto de individuos. Dichas agrupaciones fueron estabilizándose paulatinamente, fijando sus residencias permanentes en determinadas zonas del Ecumene ; con ello se atenuó el nomadismo, al mismo tiempo que las gentes iniciaban las técnicas de producción de alimentos, dedicándose a la agricultura y a la explotación de los animales que por entonces habían sido ya domesticados. Es fácil y sensato imaginar que surgiese, en tales momentos, la necesidad de almacenar los excedentes alimenticios (sólidos o líquidos) de procedencia vegetal o animal; y ello creó la exigencia de disponer de recipientes idóneos, capaces de servir para el mencionado almacenamiento. Entonces debió de iniciarse la confección de vasijas cerámicas, de los tipos más variados y de características y dimensiones extraordinariamente diversificadas. Aunque sea una cuestión marginal respecto de la que nos ocupa, parece oportuno recordar aquí, que tal labor alfarera, no fue la más antigua de las comprendidas en la artesanía prehistórica, ya que seguramente le precedieron otras tres actividades artesanas : nos referimos al secado y curtido de pieles, al hilado de las fibras destinadas a la preparación de tejidos elementales, y a la cestería, labor, ésta última, cuya aparición respondía a las mismas razones que determinaron la necesidad de elaborar vasijas de barro. Por eso, los momentos iniciales de estos dos últimas tareas están muy escasamente distanciados entre sí. ¿Guando y dónde aparecieron primeramente las antecitadas vasijas de barro, destinadas a aplicaciones utilitarias? Se ha fantaseado mucho al intentar responder a estas interrogaciones: algunos prehistoriadores han supuesto que hubo cerámica convencional en siglos todavía incluidos en los tiempos mesolíticos ; otros fijan la aparición de esos productos coincidiendo con la simultánea neolitización de las actividades generales de la grey humana. Pero éstos olvidan que se conocen culturas neolíticas sin cerámica, y también vasos de barro obtenidos, probablemente, en épocas preneolíticas ; y por otra parte, son bastantes los investigadores que admiten, como postulado racional, la posibilidad de que haya ocurrido un invento múltiple de las técnicas cerámicas, realizado en diversos lugares, así como en épocas no coincidentes. Haciendo abstracción de todos esos criterios, más o menos acertados, y basándonos en las informaciones obtenidas utilizando los métodos científicos de datación, puede conjeturarse, sin excesivo riesgo de error, que el Neolítico con cerámica apareció primeramente en Mesopotamia (Jarmo) y en Siria (Ugarit, Hama) hacia el año 6000 antes de J.C, extendiéndose luego a otras zonas de Asia menor, entre las que figuraron Palestina (Jericó) y el Irán (Siyalk) en los años 5000 a 4500 precristianos. También son muy antiguas las cerámicas procedentes de Tesalia (Sesklo), Anatolia (Catal Hüyük y Hacilar) y Chipre (Khirokitia) : los excavadores que las encontraron datan dichos hallazgos entre el 5.200 y el 4.500 antes de J.C. La lenta difusión de las culturas neolíticas, que tardaron varios milenios en invadir el Mare Nostrum, 255 SOBRE CRONOLOGÍA DE LA CERÁMICA ha sido causa de que éstas no alcanzasen las áreas territoriales del Mediterráneo occidental hasta mediados del cuarto milenio precristiano: en lo concerniente a la Península Ibérica, prescindiendo de inciertas opiniones sobre aparición de vasos cerámicos en los concheiros atlánticos y cantábricos a fines del período asturiense —opiniones sujetas, sin embargo, a revisión que las justifique— puede admitirse que los primeros productos alfareros utilitarios datan, asimismo, de los años incluidos en la segunda mitad del cuarto milenio anterior a nuestra Era. Dichos productos fueron confeccionados a mano, sin utilizar elementos auxiliares, salvo pequeños utensilios de gran sencillez, tales como astillas, trozos de cañas, recortes de pieles y trapos, etc.; la cocción de los vasos se efectuó en piras, rodeados de combustibles y mezclados con él. Y en algunas ocasiones ese combustible fue colocado únicamente dentro de las vasijas, que con ello pasaron a ser, a la vez, hogares y piezas sometidas al proceso de cocción. Los decorados plásticos (sobre todo las incisiones, impresiones y relieves mamelonares o en forma de cordones) fueron utilizados desde que comenzó la confección de objetos de barro ; pero también es muy antigua la ornamentación colorista y puede considerarse como iniciación de esta clase de decoraciones cromáticas, el empleo de engalbas de diversos matices, que se encuentran ya sobre vasijas procedentes del Asia menor y elaboradas en épocas prehistóricas. Esas engalbas no adquirieron suficiente perfección hasta el momento de su empleo por los ceramistas griegos (siglo V precristiano), y poco después por los alfareros romanos creadores de la ''terra sigillatä\ Por otra parte, los vasos con pinturas monocromáticas existían ya, hacia el año 5000 antes de J.C, en la cerámica primitiva de Hacilar (Anatolia) y en la procedente de varias zonas europeas, ésta última datada en los años 4000 y 2500 del ciclo precristiano. Sin embargo, los decorados polícromos son de épocas menos remotas: uno de los más antiguos aparece sobre vasos confeccionados en Tesalia entre los años 2300 y 1700 antes de J.C. Y se conocen también otras vasijas, procedentes de Chipre, datables en el siglo xv precristiano (fig. 3). Desde sus lejanos comienzos, el proceso técnico de la alfarería —afectado por la progresión normal y natural del continuo desarrollo demográfico y socio-económico apreciable en las sociedades humanas— ha sido objeto de varios perfeccionamientos, destinados a mejorar la calidad material y el aspecto estético de sus producciones, o a conseguir éstas de una manera más rápida y más racional, cumpliendo con mayor acierto las diversas operaciones incluidas en el ciclo laboral previsto para la elaboración de las obras de barro. Pronto se utilizaron materias primas mejor elegidas y más cuidadosamente purificadas; y al producirse sucesivos aumentos en la demanda de vasos cerámicos, esa circunstancia debió servir de base al invento de la rueda o torno alfarero. Una de esas máquinas, más sencilla que las utilizadas posteriormente, funcionó ya en los talleres de Worka (Mesopotamia) hacia el año FiG. 3.—Decoraciones cromáticas primitivas: A) Escudilla con decoración fitomorfa (Otzaki, Tesalia): 5500 a. de J.C. B) Vaso decorado con motivos zoomorfos (Siyak, Irán): 4000 a. de J.C. C) Vaso ovoide decorado con pinturas de tipo antromorfo, (Hacilar, Anatolia): 5000 a. de J.C. 256 BOL. SOC. ESP. CERÁM. VIDR., VOL. 14 - N.° 3 LEANDRO SILVAN 5000 antes de J.C. ; y en otros lugares de Asia menor (Samaria y Tell Halaf) se emplearon también tornos simplificados entre los años 5000 y 4000 del mencionado ciclo precristiano. En el valle del Indo, en Palestina y en Siria, se había generalizado el uso de ese aparato a lo largo del tercer milenio, pero su adopción definitiva y general tardó en llegar, puesto que la difusión del invento que nos ocupa fue muy lenta. El Occidente europeo no lo conoció hasta el siglo iv anterior a nuestra Era, época en que fue introducido en nuestra Península por los pueblos iberos asentados sobre la costa mediterránea, de donde pasó, poco a poco, a las restantes zonas del territorio hispano. Desde el siglo m antes de J.C., además de ser confeccionados los vasos utilizando el torno alfarero, se llevó a cabo dicha tarea modelándolos en moldes porosos (generalmente de yeso o de arcilla sin cocer); para este nuevo modo de operar se empleaban pastas de consistencia aproximadamente normal. En cambio los móldeos con pastas más fluidas (barbotinas) ya conocidos en la Palestina prehistórica, no fueron adoptados en Europa central y occidental hasta bien entrado el siglo xviii de nuestra Era. Otro perfeccionamiento de gran importancia fue el realizado en los hornos cerámicos. La cocción primitiva, en hornos abiertos, era muy incompleta, puesto que éstos no permitían alcanzar temperaturas suficientemente altas; por otra parte, la irregular distribución del combustible, unida a la mediocre circulación del aire preciso para que éste ardiera, originaban otros defectos, que con gran frecuencia pueden observarse en los vasos procedentes de épocas prehistóricas. Todas estas razones impulsaron, sin duda, la idea de crear hornos provistos de cámaras de cocción cerradas, cuya construcción no fue posible hasta que se realizó el invento de diversos tipos de bóvedas, capaces de permitir el cerramiento total en la parte superior de tales cámaras. Carecemos de datos concretos acerca del lugar y el momento en que se logró dicha invención; pero se sabe que existieron ya hornos cerrados en los alfares del antiguo Egipto cuando transcurría el período tebano (años 3000 al 1700 antes de J.C.) y se han encontrado pruebas de su utilización, hacia idéntica época, en Siria, Babilonia y el Irán. En lo que a España se refiere, conocemos la construcción de bóvedas elementales, con aparejo ciclópeo, durante los siglos de vigencia de la cultura ibérica; y se han encontrado diversos restos de hornos cerámicos ibéricos, con cámaras cerradas, en Borriol, Rubí, Fontscaldes, Albalat, Elche, etc., datables todos ellos en las IV-III centurias precristianas. Posteriormente, los romanos introdujeron nuevos perfeccionamientos, especialmente en los hogares y en las soleras de la cámara de cocción; pero fueron los alfareros árabes quienes realizaron en nuestra Península una renovación total de las técnicas cerámicas, construyendo —a partir del siglo X de la Era actual— hornos cerrados de características tan acertadas, que han venido perdurando en todo el territorio nacional hasta épocas todavía muy recientes (fig. 4). Estimamos interesante reseñar, asimismo, las técnicas ideadas sucesivamente para conseguir la impermeabilización de los vasos, cuya pasta siempre, más o menos porosa, podía absorber cierta cantidad del líquido en ellos contenido. MAYO-JUNIO 1975 FiG. 4.—Corte vertical de un horno cerámico ibérico con aparejo ciclópeo, H.H.: Cámaras del hogar, L,: Laboratorio o cámara de cocción. Parece ser que, inicialmente, la impermeabilización se logró embadurnando con pez el interior de las vasijas; pero los grandes inconvenientes que este producto presenta aconsejaron el reemplazarlo por revestimientos minerales de propiedades más favorables. El primero de ellos fue el vidrio (de silicatos de plomo), conocido y utilizado en Egipto y en otros países minorasiáticos hacia el año 4500 anterior a J.C. ; y aunque esa técnica fue introducida en Europa durante los siglos medios de la dominación romana, su uso no se difundió ni se generalizó hasta la consolidación del cambio cultural realizado tras las invasiones mahometanas. Se sabe, asimismo, que también en Persia, a lo largo del tercer milenio precristiano, fueron empleadas cubiertas vitreas impermeabilizantes, de carácter alcalino y exentas de plomo. Los esmaltes estanníferos opacos, cuyo uso ha tenido, por lo general, finalidades decorativas (con más frecuencia que las de servir como impermeabilizante), aparecieron ya sobre los artículos cerámicos confeccionados en Siria y en Babilonia entre los siglos ix y vi anteriores a la Era Cristiana; sin embargo, su introducción en el Occidente europeo, llevada a cabo por los árabes, no acaeció hasta los siglos xii y xiii de la presente Era cronológica. Alargaría en exceso esta relación, el incluir en ella los datos referentes al crecido número de perfeccionamientos aportados, sucesivamente, a las diversas técnicas utilizadas para decorar la cerámica: casi todos ellos proceden del Próximo Oriente, y en los tiempos medievales pasaron de allí a los países ribereños del Mediterráneo, donde fueron introducidos por los hábiles alfareros mahometanos, de quienes los aprendie- 257 SOBRE CRONOLOGÍA DE LA CERÁMICA ron posteriormente (después del siglo x) los artesanos del barro que operaban en tales países, y entre ellos los de nuestra Península. Pero aun insistiendo en limitar la extensión de esta nota, parece interesante incluir en ella una breve referencia acerca de las diversas pastas cerámicas, creadas sucesivamente para atender las exigencias de una demanda cada vez más severa en sus juicios sobre la calidad, material o estética, de los objetos que se le ofreciesen. Desde el siglo xii la pasta de las lozas ha ido mejorando año tras año, por utilizarse para prepararla sólo arcillas de colores claros —incluso arcillas coalínicas blancas, poco ferruginosas— junto con desgrasantes incolores, calcáreos o feldespáticos, finamente molidos y cuidadosamente empastados : varios países consiguieron elaborar así mezclas cerámicas que recibieron nombres típicos (faenza, mayólica), siendo famosos los productos de numerosos alfares españoles, franceses, italianos, ingleses, alemanes y holandeses, que han conseguido realizar tipos de vasijas muy estimados por su excelente calidad y por los artísticos decorados coloristas —a veces excepcionalmente valiosos— exhibidos por dichas vasijas. Más tarde, ya en el siglo xviii, inició Astbury, en Inglaterra, el uso de coalines puros como componentes de las pastas mencionadas, siendo luego Wedgwood y sus sucesores quienes mejoraron y diversificaron aún más las mezclas a que nos referimos ; desde entonces, gracias a los múltiples y variados perfeccionamientos introducidos (y también como consecuencia del progreso cultural y socio-económico de las gentes), se ha incrementado el consumo de las lozas finas, que adquirieron en todas partes calidades cada vez más selectas y mayor atractivo estético, por el esmero y el arte aportados a su elaboración. En el año 1299, al regreso de su famoso viaje al Oriente Lejano, Marco Polo dio a conocer en Europa las porcelanas que se fabricaban en China desde los tiempos de la dinastía Han (años 185 a 80 antes de J.C.), aunque, en realidad, la correcta confección de dicho producto cerámico sólo se consiguió siete siglos más tarde, cuando reinaban en ese país oriental los miembros de la dinastía Sui (años 5 8 1 a 6 1 7 d e nuestra Era). Pero en los países del Continente europeo, no se hicieron ensayos para conseguir pastas compactas porcelánicas hasta 1508, en que se inició el ciclo de tanteos empíricos destinados a imitar los vasos importados de Oriente : las investigaciones indicadas comenzaron en Italia, bajo el patrocinio de la casa de Este, continuando luego gracias al apoyo de los Ferrara y de los Médici. Mas el fruto de esos trabajos fue bastante mediocre, y sólo mucho tiempo después (en 1671), obtuvo Dwight, en Inglaterra, una porcelana similar a la de China, salvaguardando su invento con una patente; sin embargo, por no estar bien definidas las características del nuevo producto, suele considerarse como inventor de la porcelana dura europea al alemán Boettger, quien consiguió fabricarla perfectamente, en Sajonia, el año 1708. Otra pasta compacta —^la porcelana blanda inglesa (fosfatada) que inventaron los hermanos Ehlers— comenzó a producirse en 1730, siendo reemplazada más tarde por la porcelana blanda de huesos, ideada por Spode en 1805. Junto con las pastas antecitadas, tiene interés la porcelana blanda francesa, cuya fórmula creó propablemente Chicaneau, en 1693 : su obtención se 258 perfeccionó luego, y es la que, desde el siglo xviii, ha dado renombre universal a las producciones de Sevres. En ese centro productor francés se sustituyó, desde 1804, la pasta mencionada por otras de porcelana dura, elaboradas con los excelentes caolines de Limoges. A partir del último tercio del siglo xviii, hubo, asimismo, en España algunos talleres cerámicos (Alcora y Buen Retiro) que, con la intervención de técnicos alemanes, italianos y franceses, elaboraron objetos de porcelana dura de muy buena calidad y de gran valor artístico : el último de dichos talleres —^luego regido por alfareros españoles— puede considerarse como origen de la actual producción española de porcelanas. Indicaremos, para terminar, que el gres, cuya importancia técnica y ornamental crece día a día, se elaboró por vez primera en Alemania, a mediados del siglo XV, utilizándose ya desde entonces, como cubierta del mismo, un vidrio alcalino obtenido por fusión de sal común. La precedente relación de los acaecimientos más destacados e importantes incluidos en el ciclo de evolución y desarrollo de las actividades cerámicas humanas, podría completarse con los datos correspondientes al crecido número de perfeccionamientos y progresos técnicos llevados a cabo, en dicho ciclo, durante estos últimos años. Pero, pese a su importancia, tales actuaciones todavía no son historia; sin embargo, sirven indudablemente para confirmar que el ilimitado e inestimable intelecto humano ha dejado huellas transcendentales en el noble y arcaico quehacer de la producción cerámica. Y prueban, asimismo, que aunque los hombres —como los vasos procedentes de sus alfares— han sido creados con el limo arcilloso de la tierra, se diferencian de tales vasos por poseer un contenido espiritual que les induce a buscar, siempre y en todo, la máxima perfección y la más exquisita belleza. REFERENCIAS M. ALMAGRO : Introducción al estudio de la Prehistoria (segunda edición). Edit. 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