LA BALSA En Almoradí hace unos años se encontraba la finca de La Serrana, estaba justo detrás de la casa de mis abuelos, comprendía más o menos desde lo que actualmente conocemos como La Rotonda del Polideportivo hasta el parque que hay detrás del Teatro Cortés. Este parque se llama”José Canales”, en su honor se le puso este nombre, ya que era el dueño de esta finca, y la familia donó este terreno para hacer el parque. Cuando mi madre era pequeña, todos los niños jugaban mucho tiempo en la calle. Terminaban de comer y se iban a la balsa, que estaba situada en medio de la finca de La Serrana. Su dueño la tenía abandonada porque antiguamente la utilizaban para el cáñamo, pero en esos años ya no se plantaba, y por eso dejaban a los niños que fueran a jugar. Pero los alrededores sí que estaban plantados, según la época del año que fuese. En la balsa, se encontraban con otros vecinos que igual que ellos aprovechaban el tiempo que tenían antes de volver al cole por la tarde. Al volver del cole merendaban y volvían a la balsa a hacer cabañas. Mi madre se acuerda especialmente de lo que hicieron sus hermanos, una travesura catastrófica en el trigo. No se les ocurrió otra cosa que usar un cartón de frigorífico, que se encontraron en la basura, como si fuera una trilladora. Se metieron dentro del cartón y empezaron a rodar, ¡y adiós trigo…!lo chafaron sin contemplaciones, sin darse cuenta del daño que hacían, sólo se reían de lo divertido que era dar vueltas y vueltas sobre algo tan blando. El encargado de la finca que se dio cuenta de lo que habían hecho, saltó a correr detrás de ellos. Se escondieron en el sótano de mi abuela, ¡chillaban!: “¡que viene el Garri con un legón…!”. Mi abuela disimuló, y el pobre hombre se fue sin hacer su justicia. Pero después fueron castigados por sus padres sin salir a la balsa una temporada. Otra diversión que tenían en la balsa consistía en coger renacuajos de una acequia cercana. Otra hazaña fue el vuelo en ala delta de mi tío, la hizo con cañas y plásticos que encontró. Se lanzó desde la balsa que tenía una considerable altura, hacia el bancal y limpió las alcachofas de turno. ¡Sólo salieron heridos sus pantalones y su chufla de ala delta!. Y así se pasaba el verano antiguamente, inventando juegos. Cuando derribaron la balsa para todos ellos le quitaban un trozo de su infancia. Fin