CREER “El corazón del hombre necesita creer algo, y cree mentiras cuando no encuentra verdades que creer.” (Mariano José de Larra) “Para que el que cree no es necesaria ninguna explicación: para el que no cree toda explicación sobra.” (Franz Werfel) “Los hombres creen gustosamente aquello que se acomoda a sus deseos.” (Julio César) Creer como simple acto de fe, puede ser un error; creer por haber experimentado, es lo correcto. No es preciso creer las cosas porque sí. Es nuestra responsabilidad analizarlas, investigar, comprobar, dudar, preguntar… Debo aprender a confiar en mí, en mi intuición. Lo sé todo. He conocido todo lo oculto. “Creer posible algo es hacerlo cierto.” (Christian Friedrich Hebbel) “Ver es creer, pero sentir es estar seguro.” (John Ray) “Siempre hay que tratar de ser el mejor, pero nunca creerse el mejor.” (Juan Manuel Fangio) “Estamos dispuestos a creer aquello que anhelamos.” (Demóstenes) “Para triunfar, primero debemos creer que podemos.” (Nikos Kazantzakis) “Creen que moverse es vivir. Y se mueven, no para vivir. Se mueven para creer que viven.” (Antonio Porchia) Francisco de Sales CREER Cuando hablamos de creer, hablamos de afirmar y de dudar al mismo tiempo. Si digo yo creo, -y no me refiero al verbo crear- se puede entender como yo tengo fe en ello, si lo digo en tono afirmativo, pero también se puede entender como no estoy seguro, sólo lo creo, si lo digo con tono dubitativo. Curiosamente, en castellano, el presente de indicativo de los verbos creer y crear, es idéntico: Yo creo. Hagamos este juego de palabras y tendremos una gran verdad: si yo creo (de creer), yo creo (de crear). Si yo tengo creencia o fe en algo, obro el milagro: lo puedo crear, puedo hacerlo realidad. Yo creo es yo dudo, pero también es yo tengo la capacidad mágica y milagrosa de crear. Creer que algo es posible es convertirlo en cierto. Llamamos nuestras creencias a unas conclusiones que no sabemos de dónde han salido, pero en las cuales confiamos con toda la fuerza. Y, además, nos regimos por ellas. Tener conclusiones implica haber dado por concluido algo. Si está concluido, está cerrado, no admite revisiones ni que siga creciendo. No permitimos las obligatorias actualizaciones que requieren todos nuestros asuntos a medida que vamos evolucionando y cambiando nuestras muletas por piernas de pisadas firmes. Nos impiden ver la realidad, porque nos seguimos rigiendo por ideas que han podido quedar obsoletas. Mientras esté atado a una creencia no evolucionará en ese aspecto, porque supondrá que no lo necesita. Francisco de Sales CREER Son los fundamentos de nuestros principios y de nuestra norma de conducta y de ética personal, pero… ¿están elegidas, aprobadas y aceptadas libremente por nosotros? ¿Nos preguntamos de vez en cuando por qué hacemos las cosas?... Rigen nuestra vida… ¿y nunca las revisamos? Renovamos vestuario, repintamos la casa, ¿y no revisamos nuestras creencias? Nos reímos de las creencias de los antiguos… ¿y no nos hemos quedado antiguos en algunas creencias? Quizás deberíamos cambiar algo, y no es la palabra creer, sino el concepto que asociamos a la palabra. Quizás deberíamos creer sólo con firmeza, con una base sólida, y no creer en el desfundamentado aspecto imaginativo, fantasioso, soñador, irreal, de la otra acepción. RESUMIENDO Creer es vital en tu vida. Si crees en ti, tendrás una autoestima alta, o cuanto menos muy correcta, y, con esa confianza, te atreverás a resolver o crear tus cosas con optimismo y con la seguridad de conseguirlas. Creer es imprescindible, porque la fe te da ánimos e ilusión para confiar en el porvenir. Creer es mágico, porque te mantiene esperanzado, motivado, vivo. Francisco de Sales