El Tribunal Supremo falla a favor de las sociedades profesionales

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El Tribunal Supremo falla a favor de las sociedades
profesionales
En una sentencia, el Supremo anula el criterio defendido por Hacienda
que impidió a una sociedad deducirse pérdidas por creer que no es
racional mantener una actividad económica con pérdidas continuadas.
El Tribunal Supremo (TS) dicta sentencia a favor de una sociedad
profesional a la que Hacienda le había privado de poder deducirse
pérdidas por considerar que no era racional mantener una actividad
económica, existiendo pérdidas recurrentes.
Para el Supremo, la existencia de beneficios no es requisito para la
calificación de actividad económica.
En la sentencia, el Alto Tribunal falla a favor un contribuyente que tenía
una sociedad que acumulaba 7 años de pérdidas, y en paralelo
realizaba otra actividad profesional calificada como principal. La
Agencia Tributaria (AEAT) le requirió que aportara los libros de registro de
la actividad secundaria y los justificantes de los gastos.
La AEAT, estableció que dicha actividad no era económica, y suprimió
todos los gastos originados en la misma, cuestionando si, que existan
beneficios es un presupuesto necesario para la constatación de una
actividad económica, si mantener dicha actividad es racional habiendo
pérdidas, y una actividad calificada de hobby puede ser excluida por
ese hecho.
El TS, invocando el artículo 25 de la Ley 35/2006, de 27 de noviembre
(LIRPF), afirma que no es necesario para la existencia de una actividad
económica la obtención de ganancias o pérdidas en el ejercicio
correspondiente. "El precepto invocado únicamente condiciona la
existencia a la ordenación del trabajo y capital por cuenta propia con la
intención de intervenir en el mercado de bienes y servicios". "Queda, por
tanto, excluido que la obtención de pérdidas sea susceptible de eliminar,
por sí misma, el ejercicio de una actividad de económica.”
En cuanto a la racionalidad, el Tribunal Supremo admite que "si la esencia
de toda actividad económica es la obtención de beneficio, es evidente
que no puede sostenerse su existencia desde un punto de vista racional,
cuando las pérdidas son constantes y mantenidas durante diversos
ejercicios. Ahora bien, la conclusión precedente requiere un análisis
exhaustivo y completo de la actividad que demuestre, tanto por los
medios, de todo orden utilizados, como por los fines pretendidos, su
irracionalidad".
Por último, en cuanto a la calificación como “hobby” de la actividad
secundaria realizada por el contribuyente, el Supremo entiende que
"indudable que una actividad de entretenimiento no puede ser excluida
del ámbito de las actividades económicas por el solo hecho de ser
entretenimiento. Prueba de ello es que las actividades de
entretenimiento cuando tiene resultados positivos, no son excluidas del
ámbito de las actividades económicas por la Administración. Su mera
invocación, casi reproche, no justifica su exclusión".
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