LAS TRES ROSAS En un pueblo, muy al norte de un país encantador, había una plaza donde vendían las flores más hermosas; entre tantas habían tres rosas de colores muy hermosos (una roja, otra amarilla y otra blanca como la nieve), ellas compartían el mismo florero, en el puesto de uno de los mercaderes. Las rosas mantenían una discusión, debido a su belleza. La rosa amarilla dijo: _mis pétalos son tan hermosos, como los rayos del sol que da calor a este florero todas las mañanas. La rosa roja se opuso y exclamó: _Mi color representa exactamente el amor, además yo sirvo para cortejar a las más bellas doncellas. La rosa blanca, por su parte participó diciendo: _ Por su puesto yo soy la más bella, ya que mi color representa la pureza del reino de quien me creó, siendo la más hermosa de todas en esta tierra. Por más que cada una ponía su punto de vista no lograron ponerse de acuerdo, pero cuando se dieron cuenta que la atracción de toda la gente era la elegante rosa negra, que todos querían tener y que por casualidad la iban a poner en el mismo florero. Antes que sucediera esto las tres rosas se reunieron para hablar. La rosa amarilla dijo: _Una rosa más hará que el agua del florero se acabe más rápido, lo cual significa que nuestra existencia se reduciría y muy pronto moriremos. La rosa roja exclamó (con gran furia): _La rosa negra opacará nuestra belleza y eso hará que nos dejen en el olvido. Y por su parte la rosa blanco expresó: _Una rosa blanca como yo ha sido creada por el bien, pero una rosa negra como esa proviene del mal, debemos unirnos para acabar con ella. La rosa negra llegó a aquel florero y con gran sencillez les dijo: _Hola compañeras, espero que simpaticemos y hagamos la mejor exhibición del mercado. Las rosas furiosas no pronunciaron palabra alguna. Después de una larga tarde, llegó la noche y todos los habitantes regresaron a sus recintos. La rosa negra, por su agitado día cayó rendida, mientras que las otras rosas se reunieron para armar un plan. La rosa amarilla inició la sesión diciendo: _Yo alargaré mis raíces para tenerlas cerca de las raíces de la Negra, y así beberme su agua. La rosa roja intervino comunicándoles a sus compañeras: _Yo creceré mucho para atrapar la luz del sol y así debilitar a nuestra enemiga. La blanca, con su glamurosa forma de ser expresó: _Yo haré crecer mis espinas para dañar los pétalos más hermosos que tenga la rosa Negra. De esta forma empezaron a preparase. Al día siguiente cada una se dispuso a ejecutar su tarea, durante el tiempo en que el sol estuvo brillando. La rosa Amarilla bebió tanta agua que sus pétalos y todo su cuerpo se empezó a podrir. La Roja recibió tanto sol que sus pétalos se quemaron y la Blanca se esforzó tanto para que sus espinas crecieran que debilitó su tallo y empezó a partirse. Por su parte, la rosa Negra no pronunció palabra alguna por temor a que le hicieran daño. Al día siguiente el mercader al ver las tres rosas envejecidas, les habló y cada una de ellas le comentó porque se encontraban de esa forma. El mercader respondió: _ Es claro, rosas, que su avaricia y malas intenciones, hicieron que sucediera todo esto. Si ustedes se dan cuenta la rosa Negra no sufrió daño alguno, ya que en ningún momento deseo hacer el mal a ustedes. Las pondré en floreros diferentes. Amarilla, te pondré en un florero con poco agua; Roja, te pondré en un lugar con mucha sombra y a ti, te pondré junto a una ramita para que te ates muy fuerte. Con el tiempo todas estaban como recién cortadas, luego de esto el mercader las puso a todas juntas para que compartieran, ellas se olvidaron de los rencores y se convirtieron en las mejores amigas. Ese mismo día una persona fue por la rosa Negra, pero al ver tal combinación decidió llevarlas todas y ponerlas en el mejor florero, donde eran admiradas por todo aquel que pasase por allí, ese mismo día llegó la voz de tal belleza al rey, quien las compró y las llevó a palacio. Las rosas duraron allí por un largo tiempo, has cumplir su ciclo de vida.