Caso Clínico XXXIII Imágenes de medicina oral

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Imágenes de medicina oral
Caso Clínico XXXIII
Dr. Germán Esparza Gómez
Médico estomatólogo.
Doctor en Medicina y Cirugía.
Profesor titular de Medicina Bucal.
Departamento de Medicina
y Cirugía Bucofacial.
Facultad de Odontología.
Universidad Complutense de Madrid.
[email protected]
Descripción del caso
Un varón de 47 años acude a su dentista a una revisión rutinaria. Al explorar su cavidad oral, se observa la presencia de una lesión blanca, no desprendible, de superficie rugosa, que asienta sobre la mucosa del maxilar superior,
en la zona correspondiente al diente 26, que fue extraído hace varios años, y en las zonas vecinas. Es asintomática y
el paciente nunca había sido consciente de su presencia. No es fumador ni declara ningún otro hábito tóxico.
Se procedió a realizar una biopsia incisional de la lesión.
MAXILLARIS, noviembre 2007
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Imágenes de medicina oral
Diagnóstico clínico:
Queratosis friccional
Comentarios
La observación microscópica de la lesión mostró una hiperqueratosis con acantosis sin signos de displasia epitelial.
La irritación mecánica continuada producida por la masticación puede ocasionar lesiones blancas de superficie rugosa y de aspecto queratósico, como la
que se muestra en este caso. Estas lesiones son clínicamente similares a las leucoplasias idiopáticas, pero la mayoría de los autores opina que son respuestas
hiperplásicas del tejido epitelial frente a una irritación mantenida en el tiempo,
al igual que sucede, por ejemplo, con los callos en la piel. En el caso de la mucosa oral, el agente etiológico suele ser la masticación, que produce este efecto
al incidir los alimentos sobre la mucosa en las zonas de dientes ausentes, pero
también se incluyen la irritación producida por el roce con dientes rotos o prótesis mal ajustadas.
Clínicamente se caracterizan por manchas blancas, homogéneas o fisuradas
en superficie, o por estriaciones blancas ligeramente elevadas.
Desde el punto de vista histopatológico, la irritación mantenida induce a
una queratinización del epitelio no queratinizado y formación adicional de
queratina en el epitelio queratinizado. Suele observarse, además, un aumento
de grosor del estrato granular y grados variables de acantosis. En ocasiones,
también se acompañan de infiltrado inflamatorio crónico en el conectivo subyacente.
Respecto a la evolución de estas queratosis, en muchas ocasiones el cese del
agente irritante se acompaña de la desaparición de la lesión.
No existe un consenso entre la comunidad científica a la hora de clasificar
estas lesiones (considerarlas como leusoplasias o no) ni tampoco a la hora de
evaluarlas. Si bien para algunos autores nunca sufren transformación maligna,
en opinión de otros, algunas no llegan a desaparecer, aunque se eliminen los
irritantes, y no deberían ser minimizadas.
Por lo tanto, una actitud prudente ante lesiones de este tipo debe llevar a la
eliminación de los posibles agentes etiológicos y a la realización de una biopsia, ya que, en definitiva, la observación del tejido y la presencia o no de displasia epitelial es lo que va a condicionar la actuación terapéutica.
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MAXILLARIS, noviembre 2007
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