El NIÑO IMPULSIVO

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El NI ÑO I MP ULSI VO Clásicamente, se asocian con la impulsividad tres conceptos básicos que se entrelazan en la comprensión del comportamiento impulsivo: “el actuar sin pensar, la velocidad incrementada en la respuesta y la impaciencia”. Al estudiar tal unión vemos que surgen otros indicadores relacionados: “un bajo control de sus impulsos y poca tolerancia a la frustración”. La reunión de estos aspectos, hace que un niño impulsivo, aún sin proponérselo, llame la atención desfavorablemente. Puede convertirse en el centro de las observaciones negativas de los padres, compañeros, profesores, amigos…dando lugar a quejas por su comportamiento e incluso a evitarlo de distintas formas, ya que no disfrutarán de sentarse con él o de realizar actividades conjuntas dentro o fuera de la escuela y eventualmente, los padres de sus compañeros no se mostrarán deseoso de que sus hijos se vinculen con un niño que presenta tales características. Son Indicadores de Impulsividad la : ­ Excitabilidad. ­ Baja tolerancia a la frustración. ­ Actuar antes de pensar. ­ Desorganización ­ Pobre habilidad de planeamiento. ­ Excesivo cambio de una actividad a otra. ­ Dificultad en situaciones grupales en las que se requiere paciencia para actuar según turnos. ­ Requerimiento de mucha supervisión. ­ Tener problemas por comportamientos inapropiados. Debido a estas características, estos niños realizan comentarios fuera de lugar, tocan o se apropian de cosas que no deben, hacen payasadas,... Además muestran reacciones automáticas (no intencionales o premeditadas), de ira o rabia ante pequeñas frustraciones o situaciones que perciben como amenazas. Tienen muchas dificultades para esperar, guardar turno en los juegos, cola para la comida o en el recreo,... y puede que se muestren quejosos si tienen que esperar y empiecen a “portarse mal”. Cuando se les promete una actividad agradable, puede que insistan y la exijan antes de tiempo hasta agotar a los adultos. Estas dificultades que tienen su origen en la falta de autocontrol (impulsividad) hacen que el niño parezca exigente y egoísta, teniendo consecuencias negativas en su adaptación personal, social, escolar y/o familiar. Respecto a su rendimiento escolar, debido a la impulsividad, empiezan las tareas sin acabar de leer las instrucciones correctamente, deben controlar los impulsos para no abandonar una tarea aburrida y para persistir en actividades cuya recompensa es a largo plazo. Con frecuencia, cuando realizan tareas aburridas, emplean el menor tiempo posible y parece que hacen un esfuerzo mínimo. La impulsividad no va a desaparecer con el paso del tiempo, además cada vez vemos más niños incluso adultos con este tipo de problema, el cual le dificulta los progresos académicos, viendo su educación mermada o empobrecida por este modo de actuar y/o pensar. Hay que consideran que no solo es importante lo que ocurra en el presente de un niño, sino lo que le suceda como adulto en el futuro. Pensemos en la toma de decisiones importantes por Ej. en el trabajo, en la pareja o relaciones interpersonales. ¿Qué va a suceder en la vida de ese niño pasado y adulto presente por no haberse parado el tiempo suficiente a evaluar las distintas opciones que tenía para responder? Existen programas de intervención, donde se enseñan técnicas para reducir la impulsividad o para aumentar la reflexibilidad. Como son el entrenamientos mixto en las acciones y los pensamientos.
CONCHI SOLER MARCOS.
PSICÓLOGA.
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